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Territorios 18-19 / Bogotá 2008, pp.

11-53
ISSN: 0123-8418

Reflexiones sobre la “informalidad”


fundiaria como peculiaridad de los
mercados del suelo en las ciudades de
América Latina
Reflections in “informal” land management as a trait
of land markets in Latin American cities
Samuel Jaramillo G.*

Recibido el 17 de agosto de 2008


Aprobado el 15 de septiembre de 2008

* Economista, doctor en
urbanismo, docente in-
vestigador Centro de Es-
tudios sobre Desarrollo
Económico (CEDE) de la
Universidad de los Andes
(Colombia).
ejaramil@uniandes.edu.co

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Palabras clave:
informalidad, mercado
de suelo, hábitat popular,
modo de producción de
vivienda, urbanización
latinoamericana.
RESUMEN

En América Latina la tradición marxista de-


sarrolló en los años setenta y ochenta una
muy rica conceptualización sobre las prácticas
populares de producción de hábitat que tuvo
como eje el concepto de pluralidad de formas
de producción. En este texto se plantea una
actualización de esta reflexión involucrando en
particular los aspectos de la circulación de los
bienes inmobiliarios y las modalidades de acceso
a la tierra: desde esta perspectiva se analizan los
desarrollos recientes de modalidades “ilegales”
Key words: o “informales” de urbanización y las políticas ABSTRACT
Informality, land mar- que al respecto se han formulado en los últimos
ket, popular habitat, me- tiempos, en una aproximación que pretende
In the seventies and eighties, in Latin America,
thod of housing produc- controvertir el dualismo explícito o implícito
tion, Latin-American
the Marxist tradition developed a rich concep-
de otros enfoques.
urbanization. tualization in regards to the popular practices
of habitat production, which revolved around
the concept of multiple production forms.
Presented in this text is an updated reflection
composed particularly of aspects of real estate
circulation and land access methods. From this
perspective recent developments in “illegal” or
“informal” methods of urbanization and their
recently formulated policies are analyzed in an
evaluation which attempts to debate the implicit
or explicit duality of other approaches.

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La peculiaridad del mercado del noamericanas, que parecen ser diferentes a
suelo en las ciudades de América lo que se observa en las urbes de otras re-
Latina giones del globo, en especial las de los paí-
ses centrales, y que implicarían algún tipo
En este texto me propongo presentar una de limitación o deficiencia –el mercado del
serie de reflexiones sobre algunos rasgos suelo “informal” está asociado a una idea
generales de los mercados del suelo en las de precariedad– estarían explicadas por un
ciudades latinoamericanas que parecen ser funcionamiento anómalo de los mercados
peculiares a esta región y al mismo tiem- del suelo. Y de manera más precisa: estas
po son recurrentes en estas ciudades. Me alteridades negativas se presentan porque
centraré en un aspecto que es particular- el mercado del suelo en las ciudades de la
mente evidente: la existencia de un merca- región funciona mal o no funciona suficien-
do “informal”, de un mercado “popular”, temente.
“clandestino”, etcétera –las denominacio- No es la única manera de entender estos
nes abundan–, que no coincide con lo que fenómenos. Al menos existe otra que nos
estamos acostumbrados a entender como parece más plausible y que marca nuestra
un mercado de suelo normal, y que tie- aproximación. Sería del siguiente corte: la
ne un gran peso cuantitativo. La reflexión estructura social de las ciudades latinoa-
pretende moverse en un cierto nivel de abs- mericanas presenta ciertas peculiaridades
tracción, que permita rescatar la dimensión –originadas en determinantes generales co-
histórica de estos fenómenos, y al mismo mo son las modalidades de acumulación,
tiempo identificar los mecanismos estruc- su lugar en el sistema global de división
turales que comandan estas dinámicas. Este del trabajo, etcétera– y el mercado del suelo
género de esfuerzos no apunta a sustituir el las traduce como manifestación en el espa-
análisis concreto de cada ciudad, sino más cio. Como se ve, la noción de peculiaridad
bien a apoyarlo. Parte de la convicción de se desplaza: no es el mercado del suelo el
que las ciudades latinoamericanas compar- que es anómalo, lo que es distintivo son
ten ciertos rasgos centrales que explican la algunos elementos estructurales que están
convergencia de su desenvolvimiento –sin detrás de él. La diferencia parece sutil y en
que esto elimine particularidades–, por lo algunos casos relativamente borrosa, pero
cual, el análisis comparativo tiene un papel tiene importantes implicaciones. En tér-
central. minos de política, si lo que se pretende es
Dicho esto, surge una inquietud sobre esta eliminar la singularidad, en el primer caso
manera de plantear el asunto. Por lo general lo conducente sería perfeccionar el fun-
la noción de peculiaridad en el mercado del cionamiento del mercado, intensificar su
suelo tiene la siguiente connotación: esas operación. Para la segunda aproximación
características comunes de la ciudades lati- los rasgos físicos y sociales calificados de
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Dos compilaciones emble- peculiares son el resultado de la operación que algunos países han logrado de manera
máticas del dependentismo del mercado, y si el mercado funciona más, relativa romper el círculo de hierro de la
al respecto son: Schtein-
gart, Martha (comp.) Ur-
estos fenómenos se acentuarán. acumulación desigual, lo cierto es que los
banización y dependencia países latinoamericanos exhiben un creci-
en América Latina, Edi- miento en la acumulación muy limitado. En
ciones SIAP, Buenos Aires, Los rasgos comunes y distintivos de contraste, el crecimiento demográfico cuyas
1973; y Castells, Manuel la urbanización latinoamericana leyes no operan con una lógica estrictamen-
Imperialismo y urbaniza-
ción en América Latina,
te mercantil, ha generado una importante
Gustavo Gili, Barcelona, Vamos a delimitar aquí, como soporte bási- sobrepoblación relativa. Durante toda una
1970. Véase también: Sin- co de nuestra reflexión, algunos rasgos que fase conocida como la “transición demo-
ger Paul, Economía políti- han acompañado la urbanización latinoa- gráfica” –que no ha sido superada por mu-
ca de la urbanización, Si- mericana durante un largo tiempo y que chos países– los avances técnicos en materia
glo XXI, México, 1979; y
Jaramillo, Samuel y Cuer- pueden ser la raíz de algunas particularida- de sanidad, medicina, etcétera, han hecho
vo, Luis Mauricio, Urba- des en los mercados del suelo. La mayoría caer la mortalidad, mientras que la natali-
nización latinoamerica- de ellos están relacionados con el carácter dad tarda en adaptarse, entre otras cosas por
na. Nuevas perspectivas, periférico de la acumulación capitalista en inercias culturales, pero también debido a
Escala, Bogotá, 1993. estos países y con algunas estrategias so- mecanismos de carácter económico en el
cioeconómicas que se han adoptado en este mercado del trabajo. Este contraste entre
contexto. Mencionamos sucintamente las una producción capitalista que se expande
características centrales de estos rasgos, y con lentitud, que además, dado el cambio
sólo nos extendemos cuando creemos técnico, amplía débilmente su demanda por
tener algún matiz de interpretación con fuerza de trabajo, y por otro lado un cre-
respecto a las opiniones más divulgadas al cimiento poblacional avasallador, genera
respecto.1 un desequilibrio estructural en el mercado
de la fuerza de trabajo –que por lo demás,
Lento crecimiento económico, sigue presente incluso en los países en los
acelerado crecimiento poblacional cuales el ritmo de crecimiento poblacional
ya ha descendido–. El resultado es un nivel
El conjunto de los países latinoamericanos muy bajo en los salarios y un nivel elevado
ha debido estructurar sus respectivos pro- de desempleo.
cesos de acumulación de manera tardía y en
una relación subordinada en el plano inter- Un régimen de salarios bajos
nacional. Esto les acarrea, en principio, su
relativa exclusión de ventajas de las que dis- Dado que en los países latinoamericanos se
frutan los capitales que operan en el centro, ha tenido un acceso menguado a las venta-
en virtud del carácter polarizado y desigual jas de innovación, de aglomeración, etcéte-
que espontáneamente exhibe el capitalismo ra, se ha buscado compensar esto intentan-
territorios 18-19 mundial. Sin que esto sea ineluctable, ya do sacar partido de algunas circunstancias
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favorables subsidiarias: se hace énfasis en niveles absolutos de ingreso muy bajos, lo Ayala, Ulpiano y Rey,
explotar algunos recursos naturales locali- cual los excluye de la demanda solvente Norha. “La reproducción
de la fuerza de trabajo en
zados, como minerales y cultivos tropicales, de muchos bienes y servicios producidos de las grandes ciudades co-
y desarrollar algunas otras actividades que manera capitalista. lombianas”, en Desarrollo
disfrutan de rentas internacionales de ubi- y Sociedad No. 1, CEDE,
cación. Pero tal vez la estrategia más recu- Persistencia y difusión de actividades Universidad de los Andes,
rrente ha sido la utilización de uno de los no capitalistas Bogotá, 1979.
resultados del ítem anteriormente tratado,
una mano de obra con una remuneración Los salarios bajos y el alto desempleo –fe-
especialmente baja, como una ventaja com- nómenos cuantitativos– se traducen en
parativa. Es decir se toma no solamente co- hechos cualitativos. Muchos trabajadores
mo un efecto de la acumulación periférica, sólo tienen un acceso intermitente a op-
sino como un soporte para compensar otras ciones laborales asalariadas, muchos de
asimetrías en la competencia con la esperan- ellos deben permanecer desempleados por
za de desencadenar un proceso de acumu- períodos muy largos de tiempo o nunca
lación más vigoroso. Tanto en la fase inicial acceden a trabajos de este tipo. Para sobre-
de “crecimiento hacia fuera”, como en la vivir deben recurrir a actividades que no
llamada estrategia de “industrialización por tienen un carácter capitalista. Para obtener
sustitución de importaciones”, y en la más ingresos acuden a actividades mercantiles
reciente etapa de apertura y globalización, simples –no capitalistas– frecuentemente
ésta ha sido una piedra de toque para la de muy baja productividad y que generan
estructuración de la acumulación. Aunque remuneraciones muy modestas, a menudo
recientemente se comienza a enjuiciar este violando la legalidad. Para reducir el peso
curso de acción –estrategias de “desarrollo monetario de sus consumos, acuden a ac-
endógeno”, etcétera– en términos positivos tividades premercantiles –autosuministro–
la predominancia de las políticas que hacen o consumen bienes producidos en forma
énfasis en la flexibilización de los mercados mercantil simple.
laborales sigue siendo abrumadora. Y esto Como consecuencia de ello, de una parte,
no solamente por la inercia de un proceso se afianza el hecho de que una gama muy
que lleva mucho tiempo y que es de gran amplia y numerosa de actividades opera de
envergadura, sino porque incluso, en los manera diferente a la lógica capitalista: ha
hechos, muchas de las nuevas estrategias de recibido muchas denominaciones, como
inserción en el mercado mundial cuentan actividades marginales, sector informal,
con este factor como un recurso privile- etcétera. Existe una larga discusión sobre
giado.2 las relaciones de estas actividades con la
Para lo que nos interesa aparece aquí un ele- actividad económica capitalista. Son bien
mento que nos es directamente pertinente: conocidas las interpretaciones dualistas que
una porción amplia de la población tiene conciben estos sectores como separados, territorios 18-19
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Quijano, Anibal. “La que no tienen mayor conexión entre ellos, blación muy numerosa que no es absorbida
formación de un universo y el objeto de los analistas es cómo hacer laboralmente por la economía capitalista y
marginal en las ciudades
de América Latina” en
posible que las actividades informales, con- que desarrolla pautas sociales y culturales
Castells, Manuel (comp.), cebidas como atrasadas, se modernicen, es propias: algunos la denominan “masa mar-
Imperialismo y urbaniza- decir, se conviertan en formales. Hay tam- ginal” para aludir al hecho de que parecen
ción en América Latina, bién otras posiciones que resaltan la com- operar de manera separada de la acumula-
Gustavo Gili, Barcelona plementariedad de los dos sectores: la exis- ción capitalista.3
1970.
4
Ayala, Ulpiano y Rey,
tencia de un suministro informal de ciertos Pero esto también repercute en los grupos
Norha. Óp. cit. Kowarik, bienes y servicios favorece eventualmente asalariados. A diferencia de la proletariza-
Lucio, A espoliaçao urba- el desarrollo de actividades capitalistas for- ción clásica en la que la reproducción de la
na, Paz e Terra, Rio de males que utilizan los productos anterio- fuerza de trabajo se da enteramente a tra-
Janeiro, 1979. res como insumos a precios bajos, los cuales vés del salario, en estos países para muchos
no podrían ser provistos por producto- de estos trabajadores, su remuneración es
res capitalistas formales. tan limitada que con ella no logran restituir
Nos interesa especialmente para nuestros su capacidad de trabajo.4 Deben entonces
propósitos una relación adicional: en la pro- recurrir a estrategias similares a las de los
ducción de un mismo bien también existe “marginales” para reproducirse. Si la uni-
una relación de competencia entre produc- dad de reproducción de la fuerza de trabajo
tores capitalistas y productores mercantiles es el hogar, deben destacar varios percepto-
simples: se espera que en esa disputa se im- res de ingresos monetarios, y multiplicar las
pongan los agentes capitalistas. Pero lo es- actividades generadoras de este tipo de in-
pecial en los países latinoamericanos es que gresos, combinando actividades capitalistas
en muchos bienes y servicios, consumidos –actuando como proletarios– y mercantiles
por el conjunto de la población, los pro- simples. En los consumos también deben
ductores mercantiles simples prevalecen, se recurrir a formas premercantiles como el
imponen en el mercado sobre potenciales trueque y el auto-suministro, y al consumo
productores capitalistas, en parte porque de bienes producidos de manera mercantil
están dispuestos a percibir remuneraciones simple. Como se ve, más que dos grupos
muy bajas. diferentes, proletarios y marginales, los pri-
meros se encuentran embebidos por los se-
Consolidación de una “masa gundos, compartiendo prácticas similares y
marginal” y emergencia de una profundamente imbricados –con frecuencia
“proletarización especial” en un mismo hogar, algunos individuos son
proletarios o asalariados formales y otros
Desde el punto de vista de la población en- son agentes mercantiles simples o trabaja-
tonces emergen dos rasgos distintivos que dores familiares sin remuneración moneta-
marcan la estructura social en estos países. ria, e incluso muchos individuos combinan
territorios 18-19 De una parte, se consolida una capa de po- tareas de estas diversas modalidades–. Se
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trataría de una proletarización particular Aguda desigualdad del ingreso
que requiere de actividades no capitalistas
para asegurar la reproducción de la fuerza Pero no solamente existe una masa mayori-
de trabajo. taria que recibe ingresos monetarios cuanti-
tativamente muy bajos, sino que prevalece
Gran rapidez del crecimiento urbano una distribución de ingreso muy desigual,
y al lado de esta gran mayoría empobre-
La manifestación desigual de estos fenó- cida existe una clase media relativamente
menos en el territorio nacional, la polari- estrecha que tiene un mejor nivel de vida
zación que en este ámbito también tiene el y una pequeña minoría con ingresos muy
capitalismo periférico, la descomposición elevados, que desde luego serían ricos en
de las relaciones sociales tradicionales en el sociedades más afluentes. Este elemento es
campo y otros determinantes desencadenan importante porque genera una disparidad
fuertes migraciones del campo a la ciudad. de modelos de consumo y una jerarqui-
Además, estos flujos se orientan con pre- zación entre ellos a favor de las capas de
ferencia hacia las grandes ciudades crean- mayores ingresos, elementos que son muy
do una concentración de las redes urbanas pertinentes para entender el asunto que nos
desusadamente fuerte. ocupa.
Si a esto agregamos el ya mencionado di-
namismo en el crecimiento demográfico Debilidad del aparato estatal en sus
vegetativo, arribamos a otro de los perfiles diversos niveles
más conspicuos de las grandes ciudades la-
tinoamericanas: su vertiginoso crecimien- Especial importancia en lo que intentamos
to poblacional que expande súbitamente la entender tiene la relativa debilidad del Es-
demanda por espacio construido e infraes- tado en los países de América Latina para
tructura urbana, generando tensiones mu- cumplir diversos roles, característica que
cho más pronunciadas de lo que se observó también está asociada con la acumulación
en el proceso de urbanización en los países periférica. La precariedad fiscal restringe en
capitalistas de desarrollo clásico. Aun en las gran medida el ámbito de su acción en tanto
ciudades que han alcanzado una gran talla suministrador de bienes y servicios colecti-
y que de manera concomitante han ido re- vos, aun para la demanda solvente. Si esto es
duciendo sus tasas de crecimiento relativo, así, son más acentuadas sus limitaciones pa-
las cifras absolutas de crecimiento poblacio- ra suplir la acción espontánea del mercado
nal siguen siendo muy considerables y su para los sectores no solventes permitiendo
impacto sobre la oferta de espacio urbano, una gran agudeza de la precariedad.
en especial en lo atinente a los grupos de El Estado también es débil en su capaci-
más bajos ingresos, continúa siendo muy dad reguladora y coercitiva, lo cual da a
intensa. los mercados una dinámica particularmente territorios 18-19
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“espontánea”, y no solamente en los sec- ro también es importante tener en cuenta
tores de menores ingresos donde prolifera sus diferencias: algunas de las opciones de
la ilegalidad, sino incluso en los circuitos política contemporánea en este terreno se
solventes y “formales”. basan justamente en potenciar algunas ca-
racterísticas de uno de estos aspectos y en
amortiguar algunas otras que corresponden
Insolvencia en el mercado de al segundo. Es decir, se trata de separar las
vivienda y mercado del suelo dos prácticas.
informal

Nos interesa el mercado informal de tie- Las dificultades estructurales


rra urbana, pero para ello es indispensable de la producción capitalista de
comprender las condiciones de la produc- vivienda
ción y consumo de vivienda. No existe una
demanda por tierra urbana en sí misma, Las dificultades para proveer de vivienda a
sino en la medida en que ella es soporte toda la población a través de la producción
para la producción y consumo del espacio capitalista de vivienda no es algo caracte-
construido. Aunque desde luego existe un rístico de los países periféricos ni de Amé-
mercado de tierra, éste está imbricado con rica Latina. En todos los países capitalistas,
el mercado del espacio construido, es uno incluidos los países centrales de desarrollo
de sus derivados y analíticamente es nece- clásico, esto se manifiesta como un proble-
sario abordarlos de manera conjunta. ma. La penuria de vivienda es un fenómeno
Para el tema central que nos ocupa, es cla- que ha acompañado el desenvolvimiento
ro que la ocupación irregular de tierras ur- capitalista, y para combatirlo se ha requeri-
banas es una práctica de los grupos más do la intervención del Estado con diversas
pobres que se ven excluidos de la deman- estrategias. A pesar del enorme desarrollo
da solvente de la producción capitalista de técnico y económico de los países centra-
vivienda y con la que pretenden responder les aún hoy éste sigue siendo un problema
para intentar satisfacer esta necesidad. Pero latente: algunos grupos continúan someti-
la ocupación de tierras de manera irregular dos a condiciones habitacionales muy pre-
es una medida parcial que se articula con carias, y esporádicamente estas limitacio-
otras referidas a la producción misma del nes se acentúan en capas más amplias. Lo
espacio construido. Estas prácticas no se particular de América Latina parece ser la
confunden, es decir no son exactamente lo agudeza de este problema, y desde luego
mismo, pero de hecho son convergentes. algunas de sus manifestaciones.
Las dos anotaciones son importantes. Es Veamos entonces de manera sucinta cuáles
necesario examinar su confluencia porque son estas barreras que enfrenta el capital
territorios 18-19 hacen parte de estrategias comunes. Pe- para copar plenamente el espacio de la pro-
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ducción de vivienda y proveer de este bien estos desembolsos, extendiendo el tiempo Jaramillo, Samuel. Pro-
indispensable a toda la población.5 en que el bien permanece en la esfera de la ducción de vivienda y ca-
pitalismo dependiente: El
circulación. En el caso del arrendamiento, caso de Bogotá, CEDE,
Vivienda, un bien con mucho el período de circulación se extiende a toda Universidad de los Andes,
valor y cuyo consumo es paulatino. la vida útil del bien. En la venta a plazos Bogotá, 1981; Jaramillo,
Prolongación del período de se puede extender a períodos variables, pero Samuel. Hacia una teoría
circulación pueden ser muy extensos. de la renta del suelo urba-
no, CEDE, Universidad de
Esto, sin embargo, tiene una contrapartida: los Andes, IGAC, Bogotá,
La vivienda es un bien que encierra mucho el precio que paga el usuario se eleva. En 1994; Topalov, Christian.
valor. Es decir, efectivamente consume una efecto, además del valor equivalente a la Capital et propriété fon-
gran cantidad de trabajo social para su pro- depreciación –la parte del valor total que cière, CSU, Paris, 1973;
ducción. Al mismo tiempo es un bien dura- proporcionalmente desaparece en el lapso Topalov, Christian. La
urbanización capitalista,
ble, que tiene una larga vida útil. Una fami- limitado en que se consume el inmueble– Edicol, México, 1981.
lia que usa una vivienda durante un período el usuario debe abonar dos magnitudes
de tiempo en realidad consume una parte adicionales que pueden ser considerables.
pequeña del valor contenido en ese edificio Dado que usualmente estas tareas de inter-
–su depreciación–. Esto, sin embargo, im- mediación en la circulación –en el caso del
plica un impasse en la sociedad capitalista: la alquiler– o de financiamiento –en el caso de
mayoría de la población tiene ingresos re- la venta a plazos– la ejerce un agente capita-
gulados por el costo de reproducción de la lista, éste exige para sí una remuneración: la
fuerza de trabajo, pero entendida ésta en un ganancia del arrendador o el interés del fi-
corto plazo. Si los productores de vivienda nancista. Pero además, al usar un inmueble
estuvieran limitados a vender sus mercan- durante un tiempo, quien lo utiliza aunque
cías a los usuarios que pudieran comprarlas en realidad consume el valor de la depre-
de contado de manera completa, sus ventas ciación, inmoviliza todo el valor restante
serían mínimas. del inmueble. En la circulación mercantil
Aparece entonces una primera dificultad de capitalista el usuario debe abonarle al pro-
solvencia. Para sobreponerse a ella apare- veedor el “costo de oportunidad” de este
cen formas de circulación que tienen como capital inmovilizado.
objetivo diferir en el tiempo los pagos del La convergencia de estos determinantes
usuario de manera que se concilien con los conduce a esa noción que parece contra-
plazos del salario que atiende a la repro- ria a la intuición y que era percibida como
ducción instantánea de la fuerza de trabajo. escandalosa en las polémicas alrededor de
Una de ellas, que ha sido la tradicional, es el la vivienda en el siglo XIX europeo: si se
alquiler de vivienda que prolonga los pagos sumaran los cánones de alquiler pagados
durante toda la vida útil del bien. La otra, por una vivienda y se compararan con su
que se ha difundido posteriormente, es la precio, se llegaría a que el inmueble se pa-
venta a plazos. Las dos permiten dosificar garía en unos pocos años; sin embargo se territorios 18-19
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sigue cobrando por él durante toda la vida cio mayor, y la competencia asegura este
útil. Algo similar ocurre con los deudores resultado.
hipotecarios contemporáneos que si suman
las cuotas pagadas por una vivienda, aparece Fluctuaciones en las condiciones de
que han abonado varias veces su valor co- producción y circulación
mercial. No se trata, como puede parecer,
de una práctica especulativa violatoria de las El sector de la edificación de viviendas está
leyes mercantiles de intercambio equivalen- sujeto a muchas oscilaciones. Entre otras,
te. Pero esta forma de circulación magnifica ya que requiere de manera crítica de capital
el costo de la vivienda para el usuario. de circulación para realizar sus mercancías,
las fluctuaciones en el mercado financiero,
Un período de producción tanto en la disponibilidad de fondos co-
excepcionalmente largo mo en la tasa de interés lo afectan de ma-
nera importante. Dado que como hemos
Esta relación básica se ve realimentada y dicho la vivienda es un bien con un valor
ampliada por otros factores adicionales. No considerable y los compradores a través
solamente el período de circulación de los de crédito hipotecario comprometen en
inmuebles es prolongado, sino también su su compra una porción importante de su
período de producción. La construcción de ingreso, los vaivenes macroeconómicos lo
un proyecto de vivienda, dependiendo de la impactan de manera apreciable: en un cli-
técnica y del tamaño de la operación, pue- ma de expectativas a la contracción, uno de
de durar desde unos seis meses en casos de los gastos que se restringe de manera tem-
viviendas sencillas y unitarias, hasta dos o prana y preferencial es el de la compra de
tres años. Esto tiene varias consecuencias: la vivienda. Eventualmente hay otras fuentes
más directa es que también éste es un factor de oscilaciones, como la disponibilidad de
para que el precio suba. En comparación materiales de construcción, entre otras, que
con la producción de un bien del mismo pueden ser pertinentes.
valor, pero con un período de producción El largo período de producción del sector
más corto, la construcción de inmuebles cataliza los efectos de esta volatilidad. Los
debe adelantar un capital de mayor magni- promotores inmobiliarios deciden una in-
tud. Debe avanzar cuotas de capital hasta la versión con determinada información sobre
culminación de la obra, mientras un capital el mercado y cuando salen a vender uno o
de referencia con un período de producción dos años después, el mercado puede haber
más corto puede realizar parte del produc- cambiado de manera radical. La capacidad
to y reinvertir las ventas. El inversionista de reacción también es tardía: aun antici-
en producción de vivienda para obtener la pando una contracción futura, el inversio-
misma remuneración debe cobrar un pre- nista debe continuar alimentando la inver-
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sión, y en caso de que decida suspenderla, para amortiguar su impacto en la acumula-
es mucho mayor el impacto de desvaloriza- ción, a minimizar el capital fijo: esto, desde
ción de una obra inacabada que no puede luego, dificulta la maquinización y favore-
realizarse. ce los procedimientos manuales. Como las
De hecho, esto no solamente desanima la oscilaciones a menudo varían mucho de un
inversión en el sector sino que eleva los pre- submercado a otro, los promotores difu-
cios. Los promotores se ven obligados a au- minan el riesgo emprendiendo simultánea-
mentarlos para compensar las caídas en los mente varios proyectos con características
períodos de contracción. De hecho esto se distintas: esto limita las posibilidades de
manifiesta en la competencia en una prima sacar partido de las economías de escala.
de riesgo, en una inversión que es juzgada Finalmente, la competencia entre los ca-
como especialmente peligrosa. pitalistas no se da solamente en la esfera
productiva, sino que en esta disputa son
Atraso productivo del sector decisivos otros factores, como el acceso al
de la construcción crédito, el control de ciertos submercados,
incluso la manipulación de la carga cultural
La construcción es una rama atrasada en del producto: capitales menos avanzados
términos productivos, lo que desemboca técnicamente en lo estrictamente producti-
en un precio elevado del producto. En efec- vo pueden tener rendimientos mayores. La
to, muchas de las tareas elementales de la innovación en los procedimientos produc-
construcción son desarrolladas en forma tivos se torna menos atractiva y su difusión
manual, y en ella coexisten procedimien- es más lenta.
tos de muy diversa edad tecnológica. La
maquinización es relativamente débil y las La necesidad de utilizar tierra
economías de escala ni son muy pronuncia-
das, ni todos los productores se benefician La producción de vivienda necesita de tierra
de ellas. Esto puede responder a fenómenos urbana para su producción. Esto tiene efec-
puramente técnicos, particularmente el he- tos importantes sobre el tópico que estamos
cho de que como el lugar de producción es tratando. De una parte, dada la existencia
el mismo que el de consumo, y éste cambia de la propiedad privada de la tierra, para
en cada operación, es difícil introducir pro- acceder a ella es necesario pagar una renta.
cedimientos como la cadena de montaje o El promotor ve esto como un costo, y aun-
la gran maquinización que implica despla- que en términos efectivos de lo que se trata
zamientos muy costosos del equipo. Pero es de una ganancia extraordinaria –que va
esta situación también obedece a algunas de a parar al propietario territorial– de todas
las circunstancias económicas que ya hemos maneras constituye un sobreprecio que pa-
mencionado. La exposición a fluctuaciones ga el comprador del espacio construido. La
muy frecuentes conduce a los promotores, competencia entre los compradores hace territorios 18-19
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Engels, Federico. El pro- que ellos se vean obligados a pagar como La acción del Estado
blema de la vivienda. Exis- renta las diferencias en costos de consumo
ten varias ediciones.
de la vivienda, dependiendo de su locali- La convergencia de todos estos condicio-
zación –costos de transporte– y de otras nantes conduce desde luego a agudas difi-
dimensiones de la vivienda y el sobrepre- cultades para que la producción capitalista
cio derivado de una eventual limitación en de vivienda se despliegue de manera plena
la disponibilidad de tierra urbana equipada en este mercado y en particular que pueda
–Renta Secundaria Diferencial de Vivienda ofrecer vivienda a los más pobres. Hasta fi-
y Renta Absoluta Urbana, respectivamen- nales del siglo XIX esto era algo muy serio,
te–. Incidentalmente deben pagar algo si- incluso en los países más avanzados. Allí las
milar por el papel de diferenciación social capas de menores ingresos, particularmente
que porta la localización urbana –Renta de los proletarios, vieron empeorar enorme-
Monopolio de Segregación–. En todos los mente sus condiciones habitacionales, e in-
casos, esto aumenta las dificultades de sol- cluso las capas medias se vieron afectadas
vencia. Como la renta en el medio urbano por ello. A los obreros asalariados urbanos
se paga de manera anticipada y capitalizada, que aumentaron en número de manera
es decir en términos de precio del suelo, importante en este tiempo no les quedaba
el promotor capitalista tiene que destinar alternativa diferente que hacinarse en anti-
parte de su capital dinero inicial a este pro- guas viviendas deterioradas de los centros
pósito: es justamente por eso que considera de las ciudades, en habitaciones malsanas
el precio del suelo como un costo. y pagando unos alquileres estrambótica-
Pero existe otra dimensión en la que la de- mente altos para sus magros recursos. El
pendencia de la tierra afecta el desarrollo de “problema de la vivienda” se convirtió en
las relaciones capitalistas en la edificación. un tema de primera línea en el debate polí-
Los terrenos necesarios para relanzar la pro- tico, y es bien conocida la conclusión de un
ducción no siempre están disponibles con polemista destacado de la época, Federico
las características de localización y precio Engels, que sostenía que éste era un proble-
necesarios para una acumulación sosteni- ma insuperable por el sistema capitalista, y
da, incluso si se está dispuesto a pagar una que la única manera en que los obreros lle-
renta “adecuada” –es decir equivalente a la garían a tener habitaciones adecuadas sería
sobreganancia de localización–. Esto cons- reemplazando las relaciones de producción
tituye un riesgo adicional en la continuidad capitalistas.6
de la acumulación, que el mercado procesa Sabemos que este vaticinio apocalíptico no
con sobreprecios que absorban estas even- se cumplió en los países capitalistas cen-
tualidades. trales. Hoy en día las condiciones habita-
cionales de la mayoría de la población han
mejorado sustancialmente. ¿Quiere decir
territorios 18-19
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que este análisis es hoy en día redundante y masiva del Estado que movilizó ingentes
y el capitalismo no enfrenta ya estas difi- recursos para atacar un problema que fue
cultades? De ninguna manera. Tal vez las identificado como vital e indispensable para
versiones decimonónicas de esta reflexión reproducir el sistema productivo y social
hayan subestimado la capacidad de respues- como un todo.
ta y de evolución del sistema capitalista al No es éste el lugar para reconstruir con
respecto. Pero tomada en su verdadero sig- algún detalle el proceso histórico de des-
nificado, esta aproximación es de mucha envolvimiento de estas estrategias, pero sí
utilidad: las contradicciones estructurales conviene señalar de manera esquemática las
identificadas siguen operando y este análi- principales palancas de intervención estatal.
sis permite hacer comprensible la manera Digamos que en general las más importan-
en que se contrarrestan, y da una clave pa- tes consisten en subsidios que adelanta el
ra comprender el reducto de dificultades Estado para apoyar o sustituir la operación
habitacionales que sigue existiendo y que del mercado allí donde éste no puede ope-
esporádicamente se reaviva. Y desde luego rar de manera espontánea.
es clave para abordar este asunto en los países La más decidida es la creación de promo-
periféricos donde el problema está lejos de tores estatales de vivienda. Es decir, agen-
ser solucionado. tes estatales que producen vivienda y que
Señalemos que los avances con respecto a utilizan técnicas y procedimientos que son
los problemas habitacionales en los países similares a los de los promotores privados,
centrales contemporáneos responden en salvo que tienen una diferencia fundamen-
parte a la evolución espontánea de elemen- tal: no operan como polos privados de acu-
tos globales de la sociedad capitalista. La mulación y desde luego la referencia de su
más importante, de lejos, ha sido la mejora acción no es maximizar ganancias. Esto se
de las condiciones laborales que permitió manifiesta en que sus productos no se diri-
un aumento dramático en el nivel de los gen al mercado indiferenciado, sino que se
salarios y una substancial mejora en la esta- asignan administrativamente, incluso me-
bilidad laboral. Apoyado en esto, también diante una transacción mercantil, pero con
se desarrollaron dispositivos bancarios, en un precio menor que el que emergería de
particular la banca hipotecaria, que permi- la operación del mercado libre. Es decir,
tió ampliar la demanda solvente a sectores el subsidio en el precio que esto implica le
amplios para los cuales la empresa privada permite a los beneficiados acceder a un bien
se vio en condiciones de producir de ma- del que estarían privados de no mediar esta
nera rentable. provisión estatal. Esto puede adquirir infi-
Pero desde luego, el progreso en este cam- nidad de variantes, que incluyen viviendas
po, que sin eliminar el problema habitacio- para la venta o para el alquiler y con distin-
nal lo ha colocado en otra dimensión, no tos esquemas. En realidad opera como una
hubiera sido posible sin una acción decidida forma de producción que podría denomi- territorios 18-19
REFLEXIONES SOBRE LA “INFORMALIDAD” FUNDIARIA COMO PECULIARIDAD 23

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7
Pradilla, Emilio. “No- narse “promoción capitalista desvalorizada e incluso de medidas sobre la tierra. Pero
tas acerca del problema por parte del Estado”. éstas son las líneas fundamentales de acción
de la vivienda”, en Ideo-
logía y Sociedad, No. 10,
Pero existen otras modalidades de otorgar del Estado, que junto con las menciona-
enero-marzo, 1976, Bo- subsidios estatales. Una de ellas, que no es das mutaciones en la estructura laboral, han
gotá; Jaramillo, Samuel. incompatible con la anterior, es ofrecer sub- permitido aminorar de forma importante la
“Producción de vivienda sidios a los préstamos para el acceso a la pro- intensidad de la penuria habitacional.
y capitalismo dependiente: piedad de las viviendas. Esto puede funcio-
el caso de Bogotá”. Univer-
sidad de los Andes, Bogotá
nar como complemento para la operación
1981. de los promotores estatales, pero también La pluralidad de formas de
puede aplicarse a la adquisición de vivien- producción de vivienda en las
das de usuarios de recursos insuficientes a ciudades de América Latina
promotores privados, que de esta manera
pueden obtener su ganancia normal y pro- Como se puede imaginar, las condiciones
ducir viviendas para estos grupos. para la emergencia y consolidación de un
Algo similar puede decirse de subsidios sector de producción de vivienda capitalis-
otorgados directamente a los promotores ta son más adversas y han tardado más en
privados, con el compromiso por parte de madurar en las ciudades latinoamericanas.
ellos de ofrecer inmuebles a precios mode- Como consecuencia de ello es muy eviden-
rados para los usuarios. te que la promoción capitalista no copa la
Finalmente, existe la posibilidad de otorgar totalidad de la edificación del espacio cons-
subsidios directamente a los usuarios, de truido y a su lado aparecen otras formas
tal manera que complementen los ingresos de producción que no operan exactamente
insuficientes de los hogares más pobres, y con la misma lógica.7
así puedan participar como demandantes La ausencia inicial de un sistema financiero
solventes de inmuebles que operan como adaptado a la compra de vivienda, la estre-
mercancías normales –bien sea circulando chez del mercado, dificultades de promo-
en alquiler o en compra-venta– y de los que ción de insumos, y otros factores llevaron
estarían privados sin estos auxilios. a que incluso en el sector de demanda sol-
Desde luego, las modalidades que adquie- vente emergiera y se consolidara una forma
ren estos dispositivos son innumerables y de producción que a pesar de ser legal, no
existen muchas combinaciones entre ellas. es propiamente capitalista. Se trata de la
El origen de los fondos que alimentan estos “construcción por encargo” en la que el
subsidios también es muy variado, así como mismo usuario consigue un terreno y con-
el carácter de los agentes estatales y de su trata un constructor o un arquitecto para
interacción con agentes privados, los cuales que le haga su vivienda de manera indivi-
también pueden variar en gran medida. Así dual. La lógica de esta opción es propia-
mismo existen medidas complementarias de mente la ausencia o escasez de oferta de
territorios 18-19 reglamentación, de tratamiento impositivo, vivienda capitalista, pero también la posi-
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bilidad de extender en el tiempo el proceso limitada, queda por fuera de su esfera de
de construcción, lo que difiere en el tiempo acción.
los pagos que debe hacer el usuario. En este A medida que se fueron desplegando los
esquema no hay propiamente acumulación soportes para la promoción capitalista, co-
ni producción en escala. Pero se afianza un mo el desarrollo de sistemas hipotecarios,
agente que con frecuencia puede capturar la ampliación cuantitativa de los sectores
una masa importante de valor: el fracciona- medios y el mismo crecimiento rápido
dor de terrenos que vende a los constructo- de las ciudades, los promotores capitalis-
res por encargo el lote individual urbaniza- tas fueron ampliando su rango de acción,
do y que puede apoderarse de importantes conquistando el sector de ingresos altos y
incrementos en el precio del suelo en su expandiéndose a los sectores medios a costa
tránsito de rural a urbano. de la construcción por encargo, en parte co-
Esta forma de producción que surge como mo resultado de una discriminación contra
un sustituto ante las falencias de la promo- esta forma de producción transicional en los
ción propiamente capitalista, se convier- sistemas financieros, y también debido a las
te en un competidor temible de ella en la economías de escala que se hacen valer para
porción más favorable de la demanda: los los inversionistas capitalistas en estos gru-
grupos de ingresos altos. En efecto, la pro- pos que aceptan más fácilmente la vivienda
ducción individualizada de la construcción construida en serie.
por encargo favorece la estructuración de Pero la limitación más importante siguen
pautas de consumo que potencian las vir- siendo las capas de ingresos bajos, que a
tualidades de la vivienda como bien cultural pesar de aumentar de manera explosiva, su
excepcional, algo en lo que la promoción demanda potencial no logra convertirse
capitalista es más débil, ya que a ella la fa- en demanda solvente fundamentalmente a
vorece la producción en escala y repetitiva. causa de la estrechez de sus ingresos.
Además, en una fase de desarrollo incipien- Precisamente para atender este sector de
te de la promoción capitalista en que utili- población en los diferentes países de Améri-
za técnicas similares a la construcción por ca Latina se desarrollan líneas de promoción
encargo, ésta última puede ofrecer precios estatal subsidiada, en algunos de ellos desde
comparables o incluso menores, dado que los años treinta, pero más generalizadamen-
no tiene que obtener una ganancia sobre te a partir de la Segunda Guerra Mundial y
la inversión. en los años cincuenta. En realidad aparece
La promoción capitalista se concentra ini- como una forma de producción adicional,
cialmente en sectores medios, donde com- con perfiles muy similares a los que hemos
parte la demanda con la construcción por mencionado con referencia a cómo operan
encargo y es muy débil en los sectores de en los países centrales. Estos promotores
mayores ingresos. La mayoría de la pobla- estatales producen con técnicas de cons-
ción de ingresos bajos, dada su solvencia trucción en serie y combinan subsidios al territorios 18-19
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precio de la vivienda y al préstamo de largo lo cierto es que la tarea era de magnitudes
plazo que lo acompaña. enormes y no se realizó en esa cuantía.
Habría que decir que el impacto de estos Precisamente como era impensable desa-
promotores estatales ha sido en general rrollar estos programas a fondo perdido
muy notable en las grandes ciudades lati- –como se realizó en algunas iniciativas
noamericanas y ellos han contribuido con la puntuales– que los harían irreplicables y
producción de una parte importante de su de impacto muy estrecho, estas operacio-
stock inmobiliario. Y sin embargo, desde el nes se diseñaron, como se ha dicho, como
punto de vista de las necesidades, sus limi- operaciones inmobiliarias que implican un
taciones han sido evidentes y un sector muy subsidio, pero que se otorgan mediante
importante de la población más pobre ha asignaciones mercantiles –las viviendas se
quedado por fuera de su rango de acción. venden– apoyadas en préstamos hipoteca-
Aunque sobre esto volveremos con mayor rios de largo plazo. Hemos señalado que
detalle, mencionemos aquí de manera es- tanto en el precio, como en el préstamo se
quemática cuáles han sido las principales ofrecen subsidios, pero se espera que los
limitaciones de esta producción capitalista fondos sean recuperados al menos en parte.
desvalorizada estatal que le ha impedido Esto generó un sesgo en los beneficiarios,
atender a secciones numerosas de la pobla- pues las familias que tenían ingresos muy
ción urbana de menores ingresos. bajos y aquellas que no percibían ingresos
La más importante de ellas, desde luego ha estables que pudieran garantizar el abono
sido la limitación de los recursos fiscales. periódico de cuotas de amortización hipo-
Como se ha señalado, la dinámica de la ur- tecaria, quedaban al margen de dichos pro-
banización latinoamericana hace expandir gramas. Favoreció por lo tanto de manera
de manera súbita esta demanda potencial preferencial a sectores populares, pero que
por vivienda popular en las grandes ciuda- en primer lugar no eran los más pobres, y
des en una cuantía que no tiene parangón en segundo lugar que tenían articulaciones
en etapas comparables del desarrollo capi- laborales formales. Incluso, y de manera no
talista clásico. Alguna versión plantea que muy distinta de lo que ocurrió en países
los subsidios que hubiera conllevado el cu- centrales, el otorgamiento de vivienda sub-
brimiento total de las necesidades habita- sidiada se empleó de manera más o menos
cionales de estos grupos hubieran compro- conciente como eje estructurador de una
metido tal cantidad de fondos fiscales que masa de demandantes de bienes manufactu-
hubiera puesto en cuestión la atención de rados en serie por la industria substitutiva, y
otras necesidades tan o más urgentes que la a la vez como soporte para la reproducción
vivienda, y no hubiera sido compatible con de la fuerza de trabajo de esa misma activi-
una estrategia general de desarrollo. Aun- dad y de las funciones modernas estatales
que es discutible que no se hubiera podido y de servicios. La diferencia con los países
territorios 18-19 o debido destinar más recursos a estos fines, centrales fue que dada la limitación de los
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recursos, estos esfuerzos se confinaron co- para nosotros, la demanda de vivienda com-
mo se ha dicho a ciertas capas medias y a la partida en alquiler es mucho más extendida
fracción de asalariados más ligados a acti- que la de este parque inmobiliario antiguo y
vidades formales. abarca un amplio stock habitacional produ-
cido de diversas maneras, particularmente
aquel ocupado por propietarios de vivienda
La proliferación de la también populares.
autoconstrucción Pero la opción más difundida y notable es la
“urbanización popular”, la “urbanización
¿Qué hacen entonces esos grupos tan nu- espontánea”, o la “urbanización informal”,
merosos que quedan por fuera del rango que como se ha afirmado, consiste en la
de acción de las formas de producción an- confluencia de dos procesos: la utilización
teriores? Recordemos que la vivienda tiene de una forma de producción premercantil,
la característica de ser un bien indispensable la autoconstrucción, y una modalidad de
para la reproducción de la fuerza de trabajo ocupación del suelo ilegal o irreglamenta-
y para la reconstitución humana en general, ria. Vamos a hablar inicialmente de la au-
así que no cabe la noción de que los gru- toconstrucción.
pos que estén excluidos de las modalidades La autoconstrucción, como su nombre
de producción mencionadas simplemente lo indica consiste en el autosuministro de
prescindan de su consumo. De hecho, estos alojamiento por parte de las familias, en el
pobladores deben diseñar estrategias parti- que ellas mismas desarrollan el proceso de
culares para proveerse de alojamiento. producción de la vivienda. Se trata de un
Digamos que una opción consiste preci- procedimiento premercantil porque impli-
samente en contraer –ya que no eliminar– ca prescindir de la división del trabajo en
el consumo de vivienda para minimizar su general y de de la división del trabajo de
gasto monetario mediante el alquiler de tipo mercantil en particular. El usuario ade-
porciones reducidas de viviendas usualmen- lanta la producción del bien que él mismo
te de manera compartida con otras familias. consume, sin recurrir al mercado y sin que
Su manifestación más visible es la llamada medie ninguna transacción.
“inquilinización”, “tugurización” –en cada En América Latina ha habido una larga con-
país hay un término diferente para aludir el troversia sobre la valoración de esta prác-
mismo fenómeno– de parque inmobiliario tica. Una percepción inicial estimaba muy
antiguo de los centros de las ciudades. Ano- negativamente esta actividad y la asimilaba
temos que ésta fue la forma privilegiada de a una inercia cultural heredada del pasado
manifestación de la precariedad habitacio- campesino de los migrantes recién llega-
nal en los países de desarrollo clásico. En dos a la ciudad. La apariencia física de los
los países de América Latina, y ésta es una inmuebles realizados artesanalmente y la
consideración que es de gran pertinencia disposición espacial intrincada de estos ba- territorios 18-19
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8
Turner, John F.C. Li- rrios que comienzan a proliferar a medida a mudar la política tan hostil a ella. Exami-
bertad para construir: el que las corrientes migratorias se tornan más nemos sus principales argumentos.
proceso habitacional con-
trolado por el usuario,
caudalosas, contrastan con los cánones fun- Para esta corriente, conocida en ocasiones
Siglo XXI, México, 1976; cionalistas vigentes en la arquitectura y el como la Teoría de la Marginalidad de Iz-
Turner, John F.C. Towards urbanismo de los años cincuenta y sesenta: quierda, entre cuyos principales animado-
Autonomy in Building estas barriadas construidas por sus mismos res están John Turner,8 Jaime Valenzuela,
Environment, Mario Bo- pobladores empobrecidos son considera- George Vernez,9 la autoconstrucción, lejos
yaes, Londres, 1976.
das “islas rurales” en la ciudad, que no so- de ser una práctica atrasada e irracional, es
9
Valenzuela, Jaime y Ver- lamente disonaban en el plano estético y por el contrario una respuesta popular muy
nez, George. “Construc- eran disruptoras de la funcionalidad urbana, ingeniosa y eficaz de estos grupos de pobres
ción popular y estructura sino que constituían un obstáculo para la urbanos a su situación sumamente desfavo-
del mercado de vivienda: articulación de sus habitantes a la moderni- rable. El principal objetivo de la autocons-
el caso de Bogotá” en Cas-
tillo, Carlos (comp.), Vi- dad. Se consideraba que este espacio físico trucción y su razón de ser es precisamente
da urbana y urbanismo, no era solamente resultado de una cultura la contracción del costo monetario de la
Instituto Colombiano de tradicional atrasada sino que era el caldo de vivienda mediante el reemplazo de la ad-
Cultura Bogotá, 1977 (o cultivo para la reproducción de estos valores quisición de bienes comprados mercantil-
en Revista SIAP Vol. VIII, tradicionales disfuncionales a una sociedad mente –es decir, trabajo monetizado– por
No. 31, Bogotá, 1974).
moderna que condenaba sus ocupantes a la el uso de trabajo propio. Si examinamos
marginalidad. Sus conclusiones de política, su circunstancia, ésta es ni más ni menos
que inspiraron las acciones sobre la vivienda que la opción racional más esperable; de
de la época recomendaban la remoción de lo que carecen estos grupos es justamente
estos barrios y el traslado de sus habitantes de dinero, en cambio disponen, a veces de
a viviendas producidas por los promoto- manera abundante, de fuerza de trabajo no
res estatales que hemos mencionado en el vendida: como se ha dicho muchos de ellos
apartado anterior, con especificaciones fí- son subempleados y desempleados intermi-
sicas modernas que favorecieran conductas tentes, y dadas las jornadas de trabajo mo-
y actitudes que permitieran la asimilación dernas, incluso los empleados pueden dis-
de sus habitantes al proceso global de mo- poner de una apreciable cantidad de fuerza
dernización. de trabajo. En otras palabras, los autocons-
Si embargo, desde los años sesenta tardíos y tructores reemplazan un recurso que les es
en la década de los setenta, y ante la eviden- escaso –fondos monetarios– por uno que
cia ya evocada de que el rango de acción de es abundante –fuerza de trabajo–.
estos promotores oficiales era muy parcial y De otro lado, la autoconstrucción tiene una
las barriadas autoconstruidas seguían pro- virtud que es muy valiosa para la situación
liferando avasalladoramente, comenzaron de los pobres urbanos de América Latina:
a surgir visiones muy encontradas con las el período de producción puede prolon-
anteriores que abogaban por una valoración garse mucho en el tiempo y puede ser muy
territorios 18-19 positiva de la autoconstrucción y llamaban flexible en su ritmo. Es lo que se conoce
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como construcción progresiva en la que familias disponen, y que es necesario para
el poblador combina la ocupación de un construir el núcleo inicial habitable –y even-
núcleo básico de su casa y la producción tualmente, como veremos, para comprar la
paulatina de sus elementos ulteriores. Este tierra–. Mientras constituyen este ahorro,
rasgo juega el papel de la financiación en la que a menudo es un tiempo considerable,
construcción capitalista, a la cual rara vez alquilan viviendas, muchas veces de manera
los pobres de la ciudad tienen acceso, de compartida. Como en otros grupos, existen
diferir los pagos en un período de tiem- individuos y familias a los que no les convie-
po extenso. Además, la construcción pue- ne la vivienda en “propiedad” porque son
de adelantarse a un ritmo cambiante, de individuos solos, para los que esto sería un
acuerdo a la disponibilidad de dinero y esfuerzo desproporcionado, o porque son
de fuerza de trabajo del poblador, algo muy hogares que no tienen planes de largo plazo
importante para personas con ocupaciones de habitar en la ciudad o en determinado
inestables: se puede acelerar la construcción sector, etcétera.
en períodos de bonanza de recursos y de De esta manera el autoconstructor, a me-
disponibilidad de mano de obra, y ador- dida que va ampliando su vivienda puede ir
mecerla en momentos de penuria. destinando algunas habitaciones, o partes
La autoconstrucción además no es sola- enteras de la casa, para ofrecerlas en alqui-
mente una forma de acceder al alojamien- ler. Aunque originalmente el inmueble no
to como valor de uso, sino que también, se orienta al mercado, esta circunstancia
y de manera muy importante, es una mane- proporciona a estos pobladores algo que
ra de obtener ingresos monetarios. Aunque es muy apreciado en sus circunstancias:
como se ha dicho esta forma de producción una fuente de ingresos monetarios, la cual
no está orientada al mercado, ni los bie- tiene una cierta estabilidad. Estos teóricos
nes producidos en ella están destinados a muestran que este proceso se adapta al ci-
convertirse en mercancías, hemos visto que clo de vida de las familias. Cuando se trata
existe una demanda mercantil por viviendas de una pareja joven recién formada lanzan
autoconstruidas –sobre esto volveremos– la autoconstrucción, y en el período más
sobre todo bajo la modalidad de cuartos productivo y a medida que los hijos se mul-
en alquiler, es decir, vivienda compartida en tiplican y crecen, se va expandiendo la casa.
arrendamiento. Cuando los hijos ya han crecido y los padres
Hay varias razones para la existencia de esta entran en una fase en la que les es más di-
demanda de vivienda compartida en alqui- fícil obtener ingresos laborales, el espacio
ler, a la que ya hemos aludido. No todas las desocupado por los hijos que abandonan el
familias populares pueden autoconstruir, ya hogar puede ser alquilado, de manera que
que entre otras cosas, para lanzar un pro- el arrendamiento complementa sus ingre-
ceso de autoconstrucción se requiere te- sos. En otras palabras, en países en los que
ner un ahorro inicial del que no todas las muchos de los habitantes más pobres no territorios 18-19
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tienen acceso a instituciones de seguridad actividad –en muchas grandes ciudades la
social como seguros de desempleo o de ve- autoconstrucción llega a niveles de la mitad
jez, la autoconstrucción en cierta medida de las viviendas construidas– es una riqueza
juega ese papel. acumulada de enorme magnitud. Su con-
De hecho, la autoconstrucción aparece en- clusión de política es un llamado a cambiar
tonces para los grupos populares como una radicalmente la visión negativa que se tiene
de las pocas opciones de ahorro a la que de la autoconstrucción, apreciarla como un
tienen acceso y una forma de valorizar mo- esfuerzo valioso de la gente y reconocer que
netariamente su fuerza de trabajo, que de es una manera importante de enfrentar el
otra manera quedaría sin utilizar. Es pues problema habitacional de los más pobres,
un elemento estratégico para su consoli- la única que alcanza a los más necesitados
dación social. y que se adapta a sus condiciones. Por lo
También se hace un alegato sobre las virtu- tanto recomiendan reorientar el uso de los
des del resultado físico de estos procesos. recursos destinados por el Estado a la vi-
Se argumenta que en los programas de los vienda social: en lugar de canalizarlos hacia
promotores estatales se construyen vivien- promotores estatales que no llegan a los
das diseñadas por arquitectos que tienen más necesitados, que producen viviendas
referentes culturales muy distintos a los de que no corresponden a las condiciones de
los de los pobladores y poco conocimien- los usuarios y en los que hay ineficiencia y
to de la situación que ellos enfrentan: con burocracia, cuando no corrupción, se debe-
mucha frecuencia el resultado no se adap- rían destinar estos fondos a apoyar y dirigir
ta a sus necesidades y los adjudicatarios de los esfuerzos de los autoconstructores, y no
estas casas se ven obligados a reformarlas o a combatirlos.
a cambiar el uso previsto con costos consi- Mencionemos, sin embargo, que alrededor
derables. En cambio, los autoconstructo- de estas consideraciones, y sobre de todo de
res desarrollan sus viviendas a partir de sus sus conclusiones de política de apoyar la
propias percepciones y requerimientos de autoconstrucción y de abandonar la pro-
una manera mucho más adecuada. La des- ducción formal para atender las necesi-
calificación de sus viviendas y de sus barrios, dades de los más pobres, existe una gran
desde un punto de vista estético, refleja más controversia. Examinemos rápidamente al-
bien etnocentrismo y desconocimiento de gunas de las tesis más destacadas que se han
las circunstancias concretas de la vida de los desarrollado en la dirección argumentativa
pobres urbanos. contraria.
Los defensores de la autoconstrucción lla- De una parte, se afirma que los defensores
man la atención sobre la riqueza que im- de la autoconstrucción exageran las bon-
plican los inmuebles construidos con el dades de estos procesos y minimizan sus
esfuerzo de los propios pobladores que limitaciones, especialmente desde el punto
territorios 18-19 dada la considerable proliferación de esta de vista técnico. Renunciar a la división del
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10
trabajo no es una decisión que no tenga La ocupación ilegal de tierras Pradilla, Emilio. Óp.
una contrapartida importante en eficiencia. cit.
La construcción no es un proceso técnico El otro componente de la estrategia de la 11
Pradilla, Emilio. Capi-
sencillo y para su desarrollo se requieren “urbanización informal” es la ocupación tal, Estado y vivienda en
conocimientos especializados y sofisticados. ilegal de tierras.12 La más característica y la América Latina, Fonta-
No hay razón para esperar que los poblado- más evidente, aunque no necesariamente mar, México, 1987.
res que generalmente tienen otros oficios y la más extendida, es la invasión de terre- 12
Fernández, Edesio. Ac-
cuyo nivel educativo no es el mejor, resul- nos. Es decir se trata acceder al suelo sin cess to Urban Land and
ten expertos en las muy variadas tareas que pagar renta: la convergencia con el recurso Housing in Brazil. Three
implica la edificación de una vivienda. Lo de la autoconstrucción es nítida, pues de Degrees of Illegality, LILP,
cierto es que en las viviendas construidas esta manera se reduce en este otro frente el Cambridge, Ms, 1998.
espontáneamente por los pobladores se de- costo monetario para obtener vivienda.
tectan errores técnicos graves y deficiencias En la figura de la “urbanización informal”
en la ejecución y en el diseño que impli- hay una noción jurídica de trasgresión que
can sobrecostos importantes. La talla muy puede adoptar dos variantes, no siempre
pequeña de la producción impide aprove- excluyentes. La más directa es la violación
char economías de escala y los materiales de las normas de propiedad. Los poblado-
de construcción, comprados al menudeo, res ocupan terrenos contra la voluntad de
generalmente tienen precios muy altos. No sus propietarios jurídicos precisamente pa-
es claro que la autoconstrucción resulte ba- ra no pagarle la renta que ellos exigirían.
rata para los mismos usuarios.10 La segunda es de tipo reglamentario: los
De otro lado se argumenta que en términos ocupantes populares se asientan en terrenos
sociales, la adopción de una política basa- excluidos normativamente por las autori-
da en la autoconstrucción tiene desventa- dades de la posibilidad de ser desarrollados
jas importantes: una de ella es resignarse debido a circunstancias técnicas, o porque
a utilizar técnicas atrasadas y renunciar a no cumplen requisitos exigidos por ellas.
la posibilidad de introducir innovaciones. También es una forma de reducir lo que
De otro lado, fundar una política en la cual los habitantes más pobres pagan moneta-
el trabajador debe completar sus ingresos riamente por la vivienda.
por su cuenta para suplir las deficiencias de En efecto, existen circunstancias en las que
un salario precario, no hace otra cosa que los pobladores se asientan en lugares que no
afianzar este régimen de salarios bajos. En tienen un propietario en sentido riguroso,
otras palabras, es un mecanismo indirecto al menos un propietario privado, y esto úl-
de sobreexplotación.11 timo se explica precisamente porque los
terrenos presentan dificultades técnicas
para ser destinados a actividades urbanas
–o incluso rurales–. Un ejemplo son las
playas, bordes de ciénaga, riberas de ríos, territorios 18-19
REFLEXIONES SOBRE LA “INFORMALIDAD” FUNDIARIA COMO PECULIARIDAD 31

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13
Riofrío, Gustavo. Se laderas con pendientes excesivas, desiertos la edificación exige que estén provistos de
busca terreno para próxi- en las periferias de las ciudades, terrenos una serie de valores de uso que conoce-
ma barriada, DESCO,
Lima, 1978.
con problemas ambientales, etcétera. Aun- mos como infraestructura urbana, vialidad
que con frecuencia estos terrenos aparecen y servicios públicos entre los más impor-
con alguna modalidad de propiedad estatal tantes. La estrategia popular de recurrir a la
–pública, fiscal, etcétera–, los pobladores se autoconstrucción y ocupar terrenos ilegal-
asientan con menos oposición que si se tra- mente se completa con un tercer aspecto,
tara de terrenos privados normales. Gene- el de adoptar pautas especiales de dotación
ralmente deben asumir las consecuencias de de esta infraestructura que impliquen ero-
esas desventajas técnicas: deben rellenar gaciones monetarias menores: en primer
los cuerpos de agua, por ejemplo, o correr los lugar, restringir el consumo, resignándose
riesgos de deslizamiento, de inundación, a la privación de algunos de estos bienes
entre otros. Esta eventualidad, que está aso- y servicios; en segundo lugar, la autopro-
ciada a ciertas circunstancias espaciales de visión de algunos de ellos con esquemas
las ciudades, tiene muchas implicaciones en similares a los de la autoconstrucción, sólo
la configuración de dichos fenómenos. que en este caso, como estos valores de uso
En otras ocasiones los pobladores deben son colectivos, requieren la movilización
invadir literalmente, es decir ocupar terre- de esfuerzos conjuntos de las familias que
nos que tienen un propietario que even- ocupan un área; y finalmente, proveerse
tualmente se opone a esta acción. Sin em- de manera subrepticia de algunos de estos
bargo con alguna frecuencia esto también servicios.
converge hacia la trasgresión normativa: los De nuevo vuelve a emerger la noción de
pobladores intentan escoger terrenos para trasgresión de la reglamentación. La prohi-
invadir en los que la reacción sea menor: se bición del desarrollo de lotes urbanos de
orientan hacia terrenos de propiedad esta- algunos de los terrenos ocupados por los
tal –probablemente un funcionario le pone pobladores se debe precisamente a que no
menos empeño a oponerse a la invasión que es factible o es muy oneroso la provisión
un propietario privado–, lotes en los que su de esta infraestructura. Prescindir, aunque
propiedad sea dudosa o tenga problemas sea temporalmente de estos servicios impli-
jurídicos, etcétera. Y entre ellos, prefieren ca violar la normatividad que los considera
terrenos que tengan algunas de estas limi- indispensables. Ni hablar de que conectarse
taciones técnicas, no porque esto les atraiga sin autorización a las redes es una práctica
intrínsecamente, sino porque si son menos considerada ilegal.
valiosos, es probable que los propietarios Una de las críticas más fuertes a quienes de-
hagan menos esfuerzos por obstaculizar la fienden las prácticas de urbanización popu-
invasión.13 lar espontánea se refiere precisamente a este
Ocupar terrenos tiene otra dimensión. Para aspecto: no especialmente porque implique
territorios 18-19 utilizar los lotes en lo que es propiamente quebrantar la ley, sino porque conduce a
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14
decisiones con respecto a la provisión de mercantiles. Este tipo de relación emerge Coulomb, René. Inqui-
infraestructura, y de configuración espacial también en lo inmobiliario, aun en este ca- linato y vivienda compar-
tida en América Latina,
urbana muy indeseables: privación durante so un poco extremo –que hemos escogido CENVI, México, 1990;
períodos a veces muy largos de valores de para enfatizar el punto– en que se comienza Gilbert, Alan. “¿Una casa
uso indispensables, exposición a riesgos en todos sus componentes de puntos de es para siempre? Movilidad
de accidentes de los ocupantes, localizacio- partida no mercantiles. residencial y propiedad de
nes que hacen muy costoso el equipamien- Ya hemos mencionado un aspecto impor- la vivienda en los asenta-
mientos autoproducidos”,
to, y la provisión a posteriori de estos valores tante: la demanda por vivienda compar- en Territorios, ACIUR-
de uso, que normalmente resulta muchísi- tida en alquiler. Ésta es una práctica muy CIDER, Universidad de
mo más costosa que si se hiciera de manera extendida en las barriadas populares de la los Andes, Bogotá, febre-
previa y planificada. mayoría de las ciudades latinoamericanas. ro de 2001; Jaramillo,
Se trata de una demanda mercantil, y el ac- Samuel y Parias, Adriana.
Exploración sobre el merca-
ceso a la vivienda por parte del inquilino es do de vivienda en alquiler
El surgimiento de relaciones una transacción monetaria. Para que esto en Bogotá, CEDE, Univer-
mercantiles en la urbanización se dé no es necesario un reconocimiento sidad de los Andes, Bogotá,
espontánea formal de la propiedad, aunque sí, desde 1995.
luego un acuerdo convencional de acata-
Recapitulando los componentes de esta es- miento a las normas de las transacciones.
trategia de urbanización espontánea pare- Tal vez lo más adecuado para caracterizar
cería que debiéramos concluir que éste es el comportamiento de los agentes, tanto
un dispositivo que es ajeno al mercado. La compradores como vendedores, sea el de
autoconstrucción en principio no se orien- que actúan como agentes mercantiles sim-
ta a producir mercancías sino un bien de ples: no acuden al mercado en principio
autoconsumo. La invasión de terrenos por para acumular plusvalor. El vendedor busca
definición parecería prescindir de la renta valorizar su fuerza de trabajo, y desde lue-
y por lo tanto de transacciones alrededor go los materiales e insumos, cristalizados
de la tierra. El equipamiento está ausente, en el inmueble. El comprador busca ob-
o es autosuministrado o adquirido por las tener el alojamiento como valor de uso a
vías de hecho. cambio de su dinero. Normalmente existe
Y sin embargo tenemos que tener en cuenta competencia tanto entre compradores co-
que los pobladores urbanos hacen parte de mo entre vendedores, y desde luego, entre
una sociedad regida por el mercado. Estos compradores y vendedores. Existen precios
grupos populares son sus integrantes bien generales reconocidos por los participantes
sea en su calidad de agentes mercantiles de este esquema al que no se debe vacilar
simples o de proletarios, o de esa combi- en calificar como un mercado.14
nación peculiar que hemos denominado Menos extendido, pero existente, y muy
proletarios especiales, y para la gran mayo- vigoroso en algunas ciudades, existe un
ría de sus prácticas recurren a intercambios mercado de compraventa de inmuebles au- territorios 18-19
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15
Abramo, Pedro. La teo- toconstruidos y edificados en tierras inva- tenido que gastar en materiales. Si la auto-
ría económica de la favela. didas. Esto sucede, de nuevo, aun sin reco- construcción supera una cierta talla y es una
Cuatro notas sobre la loca-
lización residencial de los
nocimiento jurídico formal de la propiedad. práctica relativamente sistemática, se tiene
pobres y el mercado inmo- A nuestro juicio exige un grado mayor de la posibilidad de trascender las nociones de
biliario informal, Boletín cohesión social en los grupos involucrados costos particulares e históricos y de llegar
CF+S, Madrid, 2001. Dis- en relación con el mercado de alquiler. So- a la concepción de costos generales y de
ponible en: http:/habitat. bre esto volveremos más adelante.15 reemplazo. Es decir el poblador sabe no
aq.upm.es/boletín/n29/
apabr.html
solamente cuánto le costó a él en particu-
lar –y en su experiencia específica– edificar
La emergencia de rentas y precios su morada, sino que adquiere una idea de
del suelo en la urbanización cuánto le costaría hacer una casa de esas
informal características a un autoconstructor normal
en el presente.
De nuevo, parecería un despropósito que Por otro lado, las condiciones de los usua-
unos terrenos que han sido adquiridos sin rios y la competencia entre ellos puede con-
que medie una transacción mercantil ad- ducir a que los precios –así sea un canon de
quieran un precio. Sin embargo, esto es más alquiler o un precio de compraventa– sea
bien lo esperable bajo ciertas circunstancias, superior a este costo y a que esta diferencia
y si existe un mercado de los inmuebles. esté modulada espacialmente. Pueden sur-
Para que aparezca una renta del suelo no es gir entonces las rentas secundarias –es decir
indispensable que los agentes que producen ligadas al consumo del inmueble– de mane-
la edificación sean capitalistas. Esto es com- ra muy similar a como se concibe este asunto
patible con que los agentes involucrados en un mercado inmobiliario con producto-
operen como agentes mercantiles –pueden res capitalistas. De hecho en el contexto de
ser agentes mercantiles simples– entre los un análisis de un mercado “capitalista”
cuales haya competencia. Es indispensable de tierras urbanas, para que surjan estas ren-
eso sí, que exista la posibilidad de contras- tas no se requiere que el comprador sea un
tación entre un precio de compraventa –re- agente capitalista, sino solamente que sea
gido fundamentalmente por la competencia mercantil. Por ejemplo, la reflexión acer-
entre los demandantes, que eventualmente ca del papel del costo de transporte en la
tienen un modulación espacial– y los costos emergencia de una renta diferencial de vi-
relacionados con las condiciones de pro- vienda tiene aquí una aplicación estricta:
ducción. los barrios autoconstruidos pueden tener lo-
Examinemos esto. Los autoconstructores calizaciones muy diferentes y por lo tanto
tienden a tener una idea aproximada del los costos de transporte pueden ser muy
valor cristalizado en la edificación: conocen distintos para los inquilinos entre un barrio
cuánto esfuerzo en términos de trabajo les y otro, por ejemplo, un barrio cercano al
territorios 18-19 ha consumido erigir sus casas y cuánto han centro y uno muy alejado. La competencia
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entre los inquilinos, los cuales quisieran to- barrios implica acceder a redes de solidari- Abramo, Pedro. O mer-
dos ocupar las piezas de las viviendas mejor dad y de interacción que son decisivas en las cado informal imobiliário
em favelas e a mobilida-
situadas, los conduce a ofrecer un alquiler condiciones de los pobres urbanos, y que se de residencial dos pobres,
más elevado en esos barrios que en aque- manifiesta en las rentas. No necesariamente IPPUR-UFRJ, Informe
llos más remotos. Este alquiler, haciendo las está ligado esto a costos de transporte y su de Investigación, Río de
transformaciones necesarias, puede superar efecto puede ser mucho más importante. si Janeiro, 2002.
el “costo” entendido en términos mercan- se entiende como un costo diferencial en
tiles simples: ese sobreprecio, que depende el consumo de vivienda, que no está ligado
de la localización de la tierra, se convierte al costo de transporte, permite concebir la
entonces en renta. El autoconstructor de formación de la renta como una renta se-
las viviendas en los barrios mejor situados cundaria.
sabe que la posesión de la tierra en que ha En los barrios populares no solamente
autoconstruido le permite obtener unos existen viviendas. Eventualmente apare-
ingresos adicionales, descontando lo que cen otras actividades, sobre todo de tipo
le ha costado o le costaría autoconstruir el comercial. En este caso la microlocalización
inmueble. en el interior del barrio puede generar con-
Los determinantes cuantitativos de la mag- diciones muy diversas para el ejercicio de
nitud de esta renta pueden variar de una estas actividades. Aun concibiendo que el
ciudad a otra y pueden adquirir alguna es- comercio lo ejercen tenderos, bodegueros,
pecificidad referida a las prácticas espaciales entre otros, que pueden ser “informales”
de los grupos populares. Por ejemplo, Pe- pero mercantiles, genera rentas secunda-
dro Abramo ha encontrado que en el caso rias de comercio. Las viviendas ubicadas en
de las favelas cariocas, la modulación espa- zonas de mayor aflujo de personas o con
cial de las rentas no parece seguir el patrón mejor accesibilidad son más apetecidas por
predominante –o esperable– en los merca- pobladores que se dedican al comercio y
dos de grupos medios de un gradiente más están dispuestos a ofrecer por ellas precios
o menos continuo y descendente a medida mayores. Incluso éste es un factor impor-
que crece la distancia hasta el centro.16 Pue- tante para la existencia de una demanda
de haber circunstancias que expliquen esto, mercantil por viviendas autoconstruidas
relacionadas con la inestabilidad laboral y en compraventa.
por lo tanto con la volatilidad espacial de los Eventualmente puede sobrevenir una esca-
lugares de trabajo de dichos grupos, tarifas sez de tierras susceptibles de ser invadidas.
planas de los transportes colectivos que no Esto es algo que es concebible y que inclu-
aumentan mucho con la distancia, e ingre- ye lo que se podría denominar una escasez
sos bajos que los conducen a valorar poco física –ciudades con limitaciones geográfi-
las diferencias en tiempos de viaje, etcétera. cas– y lo que podría entenderse como una
Abramo avanza una hipótesis alternativa o escasez social –competencia fuerte de otras
complementaria interesante: vivir en estos actividades que generan rentas a sus pro- territorios 18-19
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pietarios y que son celosos en la preserva- por todos los medios las erogaciones mo-
ción de su propiedad–. Todo lo cual puede netarias? Sobre todo si se tiene en cuenta
generar una renta de escasez de las tierras que los lotes que compran siguen siendo
que a han sido invadidas, una especie de ilegales y tienen pocas diferencias en térmi-
renta absoluta urbana popular –sobre esto nos físicos y funcionales, si las tienen, con
volveremos–. los terrenos invadidos.
Habría que decir que la invasión de tierras
no es una práctica que esté exenta de contra-
La consolidación de una forma dicciones. A menudo implica lo que podría
mercantil de adquisición de tierras catalogarse como “costos no monetarios”,
para la urbanización informal los cuales pueden llegar a ser considerables,
e incluso bajo ciertas circunstancias existen
Con esta reflexión podemos abordar un tó- costos propiamente monetarios.
pico de gran trascendencia en las prácticas Miremos esto último. No es raro que la
inmobiliarias de los sectores populares de las gratuidad de los terrenos invadidos esté
ciudades latinoamericanas: el hecho de que contrarrestada por el hecho de que, dado
la invasión no sea la única vía para obtener que se trata de terrenos que precisamente
tierras para desarrollar viviendas autocons- son más susceptibles de invasión porque
truidas, y que surjan formas mercantiles de ofrecen desventajas para la urbanización.
acceder a estos terrenos. Es lo que se cono- El invasor en ocasiones debe incurrir en
ce en algunos países como “urbanización gastos especiales para poder utilizar el te-
pirata”, ilegal porque viola las normas ur- rreno: es el caso de los lotes “creados” por
banísticas, pero en las que media una tran- los mismos pobladores rellenando cuerpos
sacción mercantil. En épocas recientes es lo de agua en ciénagas y pantanos, pero este
que tiende a proliferar en la mayoría de las relleno cuesta dinero y toma tiempo. O
ciudades y en ocasiones da lugar a proce- los lotes en áreas escarpadas que implican
sos de acumulación muy considerable por costos especialmente altos para la cons-
parte de agentes capitalistas “informales”, trucción, incluso para los procedimientos
precisamente los denominados “urbaniza- rudimentarios de los autoconstructores.
dores piratas”. En cierta manera puede decirse que los
La primera pregunta que surge a este res- pobladores están dispuestos a pagar por
pecto es la siguiente: ¿por qué razón los terrenos que no tengan desventajas y que
pobladores empobrecidos, en ciertas cir- les ahorren gastos dentro de la lógica de
cunstancias, prefieren pagar por los terre- que es asimilable a las rentas urbanas pri-
nos y no invadirlos, lo que les resultaría marias, es decir las que surgen de hete-
gratuito? ¿No va esto contra la noción de rogeneidades de los terrenos en relación
que los pobladores pobres en su proceso con el proceso de producción del espacio
territorios 18-19 de adquirir vivienda procuran minimizar construido.
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Pero los costos no monetarios pueden lle- con el poblador y entonces a lo que se tiene
gar a ser incluso más relevantes. La invasión que enfrentar este último es solamente a la
de tierras es una práctica que usualmente acción de funcionarios. Vamos a ver tam-
implica una confrontación y eventualmen- bién que a menudo el urbanizador clandes-
te pugnas violentas. En ciertas condiciones tino reemplaza la organización popular en
físico geográficas –de nuevo la escasez físi- ciertas tareas de coordinación, y en otras
ca– y en determinadas configuraciones de induce y cataliza la emergencia de dicha
la segregación socio espacial esto puede ser organización.
muy agudo, pues los propietarios ponen Los pobladores, en tanto agentes con una
una gran determinación en impedir lo que mentalidad que no es ajena a la lógica mer-
perciben como usurpación de su derecho a cantil, comparan estos costos monetarios
la propiedad. No todas las familias pobres y traducen los costos no monetarios a ero-
en la ciudad están en condiciones de some- gaciones onerosas. En otras palabras, están
terse a esta experiencia. Precisamente para dispuestos a pagarle al urbanizador clandes-
buscar eficacia en estas tareas, la invasión tino sumas monetarias que le ahorren esos
individual y unilateral tiende a ser reempla- otros costos monetarios y no monetarios.
zada por acciones colectivas concertadas. Pero ahora respondamos esta otra pregun-
Pero involucrarse en estas organizaciones es ta: ¿por qué existe una oferta mercantil de
un proceso complejo y a veces dispendioso tierras ilegales para pobladores urbanos? La
que no todos los pobres urbanos pueden respuesta es que para ciertos terrenos esta
o quieren emprender. Adicionalmente, la acción arroja rentas de magnitud considera-
invasión es un proceso que lleva consigo in- ble y mayores que cualquier otro destino.
certidumbre, pues estas acciones pueden ser Como hemos dicho, los pobladores cuyos
derrotadas y en esos casos los pobladores recursos son insuficientes para adquirir vi-
pueden perder no sólo el acceso a la tierra, vienda desarrollada sobre terrenos equipa-
sino lo que hayan invertido en la autocons- dos normalmente, o lo que desde cierto
trucción de sus viviendas. punto de vista es equivalente, los que no
La adquisición mercantil de tierras así sea de pueden adquirir un terreno urbanizado
forma “pirata” o clandestina amortigua es- convencionalmente, se ven en la obligación
tos aspectos. Es cierto que, como veremos, de intentar adquirir terrenos no equipados
se trata de actos que implican la trasgresión o subequipados. Se puede plantear que éste
de normas, pero la oposición a esto normal- es un submercado en el que también juega
mente es mucho menos aguda que cuando la competencia entre los agentes. Si existie-
se trata de un propietario particular que de- ra una oferta ilimitada de esas tierras sería
fiende su propiedad privada, apoyado nor- probable que su precio, en términos de tie-
malmente en el Estado. En contraste, en un rra bruta, fuera igual al precio de la tierra
esquema de venta clandestina, usualmente rural inmediatamente aledaña a la ciudad.
el propietario tiene intereses convergentes Si hablamos de terreno equipado, el precio territorios 18-19
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17
Smolka, Martim. Ver debería ser igual al precio de la tierra bruta vés de la magnitud del precio. Si en virtud
nota al pie de página 22. más el costo del equipamiento. Si el equi- de la competencia el precio de los terrenos
pamiento es incompleto y precario el precio ilegales crece y supera el de los terrenos
podría ser aun más bajo. Para el propietario equipados normalmente, pues los deman-
de las tierras suburbanas esto no es excesi- dantes se trasladarían al submercado legal.
vamente atractivo. El precio al que podría El precio mínimo de la tierra legal operaría
vender estas tierras sería muy similar al que como tope máximo del precio de la tierra
ya tenía como tierra rural. Eventualmente pirata –salvo la presencia de rentas secunda-
podría disfrutar de las rentas “primarias” li- rias peculiares, como las ya nombradas, que
gadas a las características de los terrenos que se ligan a ventajas de vecindad–. Pero como
no son relevantes en el caso rural pero que sí en el mercado legal a menudo también está
implica algunas ventajas para usos urbanos presente la escasez, y muchas veces la limi-
que pueden convertirse en renta. tación de terrenos formalmente equipados
Pero en este submercado también emerge es especialmente aguda, el precio de la tierra
con frecuencia el fenómeno de la escasez. Si marginal equipada formalmente puede ser
los terrenos susceptibles de ser sometidos a muy elevado –lo que podría ser asimilable a
un proceso de urbanización clandestina son la renta absoluta urbana–. El límite superior
restringidos con respecto al volumen de los de referencia para los terrenos clandestinos
demandantes, la competencia entre éstos puede ser muy alto.
puede hacer elevar el precio por encima del Pero como hemos visto, el mercado pirata
nivel de tierra rural –más el equipamien- también se articula con la invasión. Si el
to eventual, cuando es urbanizada–. Pues precio de los terrenos clandestinos aumenta
bien, en la gran mayoría de las ciudades lati- mucho y no compensa los costos moneta-
noamericanas contemporáneas éste es el ca- rios y no monetarios de la invasión, algu-
so. De hecho, incluso con sus recursos muy nos pobladores se verán excluidos también
limitados, los pobladores presionados por del mercado pirata y preferirán la invasión.
la necesidad y la competencia entre ellos se Como se ve, en una misma ciudad pueden
ven obligados a pagar sumas que en térmi- convivir el submercado formal para algunas
nos absolutos son relativamente reducidas, capas populares –sobre todo cuando existen
pero como se trata de parcelas limitadas, acciones del Estado–, el submercado pirata
el precio por unidad de superficie, que es para otras, y la invasión.
lo pertinente para el propietario, puede ser
notablemente más elevado que el rural.17
Pero si bien las transacciones de terrenos El fraccionador informal o
urbanos ilegales pueden ser concebidas co- urbanizador pirata
mo un submercado, éste no es indepen-
diente. En principio, existe una conexión Como se ha dicho, este proceso de oferta
territorios 18-19 con el mercado formal que se expresa a tra- mercantil de terrenos clandestinos implica el
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incremento de sus precios con frecuencia en sinos. El precio pagado es cercano al precio
proporciones sustanciales. Incidentalmente agrícola con algún aumento en términos de
la operación encaminada a capturar las alzas “precio de anticipación” por la expectativa
en el precio del suelo es desarrollada por el de una posible urbanización. El urbaniza-
mismo propietario de las tierras suburbanas dor pirata configura el área delimitando los
o a veces por organizaciones comunitarias. lotes, diseña una vialidad básica y aplica al-
Pero las tareas que se le asocian son variadas gún equipamiento mínimo: a veces alguna
y complejas, y el rédito que proporcionan fuente de agua potable rudimentaria, entre
es muy notable, de tal manera que se va otras cosas. Vende los terrenos a pobladores
consolidando un agente especializado: el individuales para que ellos los construyan a
urbanizador pirata. Miremos cuáles son sus través de un proceso de autoconstrucción
rasgos más importantes. progresivo. Crea una organización de los
El urbanizador pirata es en realidad un pobladores subordinada a él, encargada de
agente capitalista, en el sentido de que desarrollar tareas de suministro de bienes
opera fundamentalmente para acumular comunitarios, de movilización y de reivin-
dinero. Esto no lo impide el hecho de que dicación frente a las autoridades. Como se
parte de sus actividades sean ilegales –por ha dicho, la magnitud absoluta del precio de
lo que podría llamarse un agente capitalista venta del terreno es moderada si se la com-
informal– ni que sus transacciones tengan para con los precios de los terrenos forma-
a veces una apariencia inestable, ni porque les, pero es muy elevada si se contrasta con
combine actividades propiamente econó- el precio de compra como tierra rural, inclu-
micas con otras de naturaleza política, ni so agregándole los gastos en infraestructu-
porque esté conectado con un proceso de ra, que son elementales, y descontando las
producción premercantil como lo es la au- áreas destinadas a la vialidad y a los espacios
toconstrucción. La fuente de sus ganancias comunes que tienden a ser mínimos.
es la captura de los incrementos en los pre- Un aspecto importante, que se ha señalado
cios del suelo a los que nos hemos referido, repetidamente, pero que vale la pena reite-
de una manera similar a como en el mer- rar, es que usualmente el urbanizador com-
cado legal se consolidó el llamado “frac- parte con sus clientes una serie de rasgos
cionador” o “urbanizador”, que se articu- culturales y sociales que le permiten ofrecer
la a otra forma de producción transicional, mecanismos muy adaptados a la condición
la construcción por encargo, y mediante la social de los pobladores. El caso más notable
captura de las alzas en los terrenos amasaba es que ofrecen facilidades de pago acordes
un capital importante. con las circunstancias de los pobres urbanos:
Generalmente el urbanizador pirata compra se puede pagar a plazos, a veces con intere-
los terrenos que va a desarrollar en bruto y ses muy bajos o nulos –no es que el pirata
a su propietario original, que puede ser un regale los intereses, sino que pondera entre
gran terrateniente o un conjunto de campe- la masa de sus clientes– acepta a veces pagos territorios 18-19
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18
Jaramillo, Samuel; Al- en especie, etcétera. Normalmente esta co- de alguna infraestructura que el pirata pre-
fonso, Óscar; Hataya, No- nexión le permite al urbanizador clandesti- cisamente no suministra, y canalizar la po-
riko. Organización popular
y desarrollo urbano en Bo-
no ejercer un control extraeconómico que le sibilidad de movilización de los usuarios
gotá, Universidad Exter- hace posible garantizar los pagos. En realidad para que el Estado, a posteriori, reconozca
nado de Colombia, Bogotá, esta comunidad sociocultural del urbaniza- el desarrollo y eventualmente lo provea con
1997. dor pirata –que con mucha frecuencia es de la infraestructura faltante.18
origen popular– con sus compradores es un Estas operaciones tienen un desdoblamien-
requisito indispensable para realizar dichas to en lo político que refuerza la simbiosis
operaciones, y una barrera para que a este entre urbanizadores y pobladores y da lu-
pingüe negocio acudan competidores de gar a lo que podría denominarse una acu-
otra extracción social. mulación de capital político. El control de
A veces se piensa que entre el urbanizador alguna porción de poder es clave para que
pirata y el poblador existe como regla una el urbanizador contrarreste la coerción de
relación de contrapunto y de contradicción. la regulación, y eso favorece también a los
Que el urbanizador pirata engaña y despo- usuarios. Por lo tanto se establecen pactos
ja a sus compradores. Es claro que como electorales: los pobladores aportan sus vo-
en cualquier actividad existen estafadores. tos, y el urbanizador pirata los retribuye,
Pero ésa no es la norma. Como cualquier protegiéndolos de las acciones policivas y
capitalista, a él le interesa que su acumu- de la remoción, y eventualmente presio-
lación pueda reproducirse en el tiempo y nando para que el Estado haga inversiones
que pueda realizar operaciones ulteriores públicas que palien las carencias inducidas
con nuevos compradores. Lo menos con- por él mismo. Este potencial electoral es
veniente para él es ganarse una reputación a veces negociado con empresarios políti-
de timador. A pesar de que en términos ob- cos de mayor escala para formar sistemas
jetivos el pirata cobra rentas muy elevadas, clientelistas.
la representación más extendida entre los Esta dimensión, y desde luego la intención
pobladores es la de que él presta un servicio de asegurar la reproducción de las operacio-
valioso: les permite acceder a un terreno nes en el tiempo, conduce a que con mucha
por un precio que está a su alcance, lo que frecuencia el nexo entre el urbanizador y los
implica la posibilidad de obtener vivienda y pobladores no se interrumpa cuando con-
de lanzar un proceso de ahorro y de genera- cluye la venta de los lotes. El urbanizador
ción de ingresos en el mediano plazo. sigue acompañando a los compradores, so-
Para el pirata es importante inducir algún ti- bre todo mientras avanza el proceso de au-
po de organización entre sus compradores. toconstrucción de las viviendas y del equi-
Desde luego, lo que le conviene es un tipo pamiento, y los apoya en su movilización
de organización cooptada y a su servicio, reivindicativa ante las autoridades locales.
la cual desempeña funciones importantes No se debe subestimar, sin embargo la
territorios 18-19 para su negocio: viabilizar la autodotación dimensión de violencia latente, y a veces
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explícita que conllevan estas operaciones. sentido a una práctica específica es en rea-
Los urbanizadores no sólo sobornan a los lidad su combinación. Las propuestas de
funcionarios sino que también los amedren- política deberían tener muy en cuenta este
tan. La organización de los urbanizadores asunto, pues un mismo mecanismo puede
piratas usualmente dispone de grupos de tener sentidos muy diversos dependiendo
choque que, si bien hace respetar la pro- de cuál es su articulación a otros instrumen-
piedad precaria de los compradores de los tos y a concepciones de conjunto.
lotes, también los compele a cumplir sus Para lo que estamos tratando esto tiene una
obligaciones. implicación relevante. En la discusión sobre
Estos empresarios llegan a constituir redes la “urbanización espontánea”, la “urbaniza-
muy extensas y complejas y se convierten ción popular”, la “urbanización informal”,
en actores muy poderosos, no solamente como queramos llamarla, hoy en día y de
como agentes económicos, pues la acumu- acuerdo a las experiencias acumuladas, vale
lación alcanzada es muy apreciable, compa- la pena hacer inicialmente una gran separa-
rable con la de los capitalistas de la promo- ción: acciones sobre lo que es propiamente
ción formal, sino como agentes políticos. la edificación, es decir, la autoconstrucción,
De hecho la urbanización pirata es una base y acciones sobre la ocupación de suelos.
muy sólida de los esquemas de clientelismo Y esto no porque sean independientes,
político en las ciudades latinoamericanas. ni siquiera porque sea lícito implementar
acciones en un campo sin tener en cuenta
lo que se hace en el otro, sino justamente
Políticas sobre prácticas porque existe la posibilidad de combinacio-
inmobiliarias populares nes que dan resultados muy específicos. Si
en un tiempo, por lo menos en el debate,
Vamos a hacer una revisión rápida de no- la autoconstrucción estaba unida a una ma-
ciones de política que en el debate actual nera de ocupación del suelo y esto tenía un
se refieren a algunas de las prácticas inmo- cierto papel social y un cierto resultado,
biliarias populares que hemos mencionado. hoy en día sabemos que en cada uno de
Algunas de ellas provienen de épocas ante- esos elementos puede haber variantes que
riores, pero hay otras concepciones nuevas, conducen a efectos muy diferentes.
y sobre todo, desarrollos y versiones que
matizan las ideas previas.
Una consideración que surge al respecto El debate reciente sobre la
es la de que, como se ha visto, estas prácti- autoconstrucción
cas son complejas y tienen distintas partes
integrantes. Cada componente en sí mis- Como hemos visto, desde finales de los
mo es susceptible de ser entendido como años sesenta surgieron tesis que defienden
tal en sus perfiles y efectos, pero lo que da que la autoconstrucción es una práctica que territorios 18-19
REFLEXIONES SOBRE LA “INFORMALIDAD” FUNDIARIA COMO PECULIARIDAD 41

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se adapta a circunstancias propias de los tiene esta forma de producción. Efectiva-
pobres de las ciudades latinoamericanas y mente en estas experiencias se ha detectado
concluyen que el Estado debe concentrar- que existen algunas tareas de la edificación
se en apoyar esta forma de producción en que son muy sofisticadas, que exigen des-
vez de combatirla, y que lo que se debe trezas especiales o que tienen claras econo-
abandonar son las acciones de producción mías de escala que no deberían ser empren-
–llamémoslas con una denominación que didas por los autoconstructores. Pero hay
no es muy precisa para otros propósitos- otras que los mismos usuarios pueden ade-
“industrial”, sean desarrolladas por agen- lantar de manera eficiente y que permiten
tes públicos o privados. Quienes más han que se dé en ellas la operación fundamental
sostenido estas posiciones son las organiza- de la autoconstrucción, de sustituir traba-
ciones populares de vivienda y las organi- jo comprado mercantilmente por trabajo
zaciones no gubernamentales dedicadas al propio. El reemplazo de la autoconstruc-
hábitat, que ven en esto una posibilidad de ción como práctica individual y espontánea
acción alternativa tanto del Estado como por formas organizadas permite proveer de
del gran capital, para utilizar una fórmula asesoría técnica y diseño, y posibilita hacer
paradigmática. combinaciones entre técnicas avanzadas y
A esto, como se ha mencionado, se le han de autoconstrucción con resultados ines-
hecho objeciones de distinto tipo, pero las perados: construcción en altura combinada
que más han trascendido se refieren a con autoconstrucción, diseños innovado-
las limitaciones técnicas que tiene la auto- res, o uso de materiales no convencionales.
construcción, el riesgo de errores a que está Podríamos decir que quienes defienden la
sometida, y a una cierta idealización que se autoconstrucción como una opción intere-
hace sobre la sabiduría popular en asuntos sante para atacar el problema de la penuria
técnicos de la construcción. Por lo tanto, habitacional popular en nuestro medio, con
desde esas posiciones se llama a insistir en los argumentos básicos que ya hemos plan-
formas de gestión que sean compatibles con teado en el apartado correspondiente, por
técnicas avanzadas, y que de otro lado, ge- lo que propugnan hoy es por la adopción de
neren empleo asalariado, experimentación, estrategias que minimicen las limitaciones
formas más eficientes de ocupación del es- de esta forma de producción y magnifiquen
pacio, entre otras cosas. sus potencialidades.
Pues bien, la experiencia muy vasta, sobre Han surgido entonces programas de vivien-
todo por parte de viviendistas populares y da social adelantados por agentes estatales y
de autoconstructores organizados, ha mos- privados que combinan la autoconstrucción
trado que es posible amortiguar muchas de con construcción formal en distintas mo-
las deficiencias técnicas que indudablemen- dalidades y sobre todo en distintas propor-
te tiene la autoconstrucción espontánea, y al ciones: desde la producción estandarizada
territorios 18-19 mismo tiempo conservar las fortalezas que de vivienda incompleta, que el autocons-
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19
tructor termina, viviendas acabadas en las promotores de vivienda. Las estrategias de De Soto, Hernando. El
que están previstas ampliaciones, o terrenos los Estados en política habitacional de tipo otro sendero, Sudameri-
cana, Buenos Aires, 1987;
con núcleos básicos, hasta las operaciones social han ido debilitándolos, y en algunos De Soto, Hernando. El
de “lotes con servicios” en los que sólo se países los han eliminado. Esto en beneficio misterio del capital: por
suministra el terreno equipado y se deja a de un curso de acción alternativo que se qué el capitalismo triunfa
cargo del usuario la realización de la tota- propone más bien orientar a los promoto- en Occidente y fracasa en
lidad de la edificación. res privados a producir viviendas para los el resto del mundo, Edi-
tora El Comercio, Lima,
Pero los defensores de la autoconstrucción grupos sociales más pobres, creando ad hoc 2000.
han desarrollado otros argumentos que no condiciones para incluirlos en la demanda
son estrictamente técnicos, sino de orden solvente. El instrumento más extendido 20
Conway, S.J; Mikelsons,
político e ideológico. Paradójicamente su para dicha labor ha sido la introducción de M; Valera M; Torres-Ra-
signo en términos políticos tiende a ser muy sistemas de subsidios a los demandantes.20 mírez, J.E. A Review of
Demand-Side Housing
dispar. La autoconstrucción, cuando se de- Pues bien, las voces más hostiles a la adop- Subsidy Programs: The
sarrolla de manera organizada y dentro de ción de la autoconstrucción como eje de Case of Latin Ameri-
esquemas colectivos, y sobre todo cuando la política habitacional social provienen de ca, The Urban Institute,
está asociada a determinadas modalidades los promotores que han heredado contra 1996.
de ocupación de suelo, es un soporte para argumentos ya formulados y otros nuevos.
el desarrollo social y político colectivo de Se vuelven a plantear las dificultades que
los pobladores. Esto se ha constituido en la tiene la autoconstrucción para utilizar téc-
base para la consolidación de un sujeto que nicas avanzadas y sobre todo para la pro-
hoy es muy importante no sólo en la esfe- ducción en altura, en momentos en que
ra de la vivienda, sino en la escena política muchas grandes ciudades tienen problemas
general: los movimientos viviendistas. Otro de disponibilidad de tierra. Pero claro está,
enfoque más conservador –o más liberal– el punto nodal es que recurrir a la autocons-
encuadrado en las tesis de Hernando de trucción es contradictorio con la genera-
Soto,19 las cuales han sido tan difundidas ción de una línea de promoción de vivienda
por organismos internacionales, ve en la capitalista para grupos de ingresos bajos,
autoconstrucción, tomada más como una que desencadene procesos sostenibles, em-
práctica individual una suerte de semilla de pleo formal, demanda de mercancías, entre
promoción del poblador en una senda que otros, pues desvía los recursos que deberían
lo convierte eventualmente en un empre- apoyar el esfuerzo para hacer algo que es no
sario. La autoconstrucción tendría la virtud sólo diferente, sino alternativo.
de ser inductora de la iniciativa privada po- Lo cierto es que la utilización de la auto-
pular, y las acciones que recomiendan en construcción sigue siendo muy amplia en las
la autoconstrucción son aquellas que pro- grandes ciudades latinoamericanas a pesar
muevan este proceso. de los esfuerzos que algunos Estados hacen
En el pasado, quienes más se oponían a es- por promover otras formas de producción.
tas tesis provenían de organismos estatales Precisamente una de las debilidades cada territorios 18-19
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vez más manifiestas de los programas que habitantes que moran en viviendas con un
pretenden introducir la promoción capita- origen ilegal oscile entre un 30 por ciento
lista de vivienda en capas populares es que y 50 por ciento de la población total. En
lo hacen a costa de reducir drásticamente su gran mayoría no pueden exhibir títulos
los tamaños de los lotes y de las viviendas: de propiedad, bien sea porque son invaso-
esto liquida la posibilidad de avanzar alguna res que nunca pagaron por la propiedad o
actividad de autoconstrucción progresiva, porque compraron a un urbanizador pirata
lo cual es una desventaja importante para o alguna entidad que les vendió terrenos,
los pobladores que prefieren la oferta es- que al no cumplir las normas urbanas no
pontánea y clandestina que les facilita tener pueden perfeccionar los traspasos de pro-
parcelas más grandes en las que pueden rea- piedad. Muy probablemente la totalidad
lizar actividades de autoconstrucción. incumple los requerimientos normativos
exigidos para desarrollar esas áreas.
Generalmente, en términos de las disposi-
La legalización y el mejoramiento ciones legales, las autoridades locales de-
berían abstenerse de proporcionarles servi-
Con respecto a la ocupación del suelo, pa- cios urbanos y sociales mientras estén por
rece haber consenso en que las modalidades fuera de la ley. Pero no parece razonable ni
informales, ilegales, son muy inconvenien- tampoco sostenible políticamente privar de
tes y que deberían hacerse esfuerzos para manera indefinida a una cantidad tal de po-
combatirlas. Como se ha dicho, éstas oca- blación de bienes y servicios que son con-
sionan muchas privaciones a los implicados, siderados indispensables.
inducen pautas espaciales muy inconvenien- Parece inevitable entonces introducir algu-
tes y trasladan a las autoridades municipales na amnistía que permita suministrar estos
problemas que son difíciles y muy onerosos valores de uso a estos grupos de pobladores
de solucionar. Al mismo tiempo, en muchas pese a las anomalías jurídicas de sus vivien-
ocasiones esto alimenta el enriquecimiento das. Desde hace mucho tiempo en nuestros
desmesurado de los promotores ilegales. países se ha instaurado una práctica, guiada
Hay menos unanimidad con respecto a los por principios puramente pragmáticos, la
métodos que deben usarse para lograr el cual conduce a ignorar el obstáculo jurídico
cometido de desestimular dichas prácticas. y proveer los servicios. En el caso de los ser-
Un primer aspecto del desafío tiene que vicios públicos domiciliarios, por ejemplo,
ver con lo que se debe hacer con los po- incluso en términos fiscales con frecuen-
bladores que ya han construido sus vivien- cia a las empresas proveedoras les conviene
das usando alguna de las modalidades de ofrecer el servicio a los ilegales y evitar las
ocupación ilegal de tierras. ¿Qué hacer con conexiones fraudulentas que generan daños
ellos? Son muy numerosos. En las ciudades onerosos. Las conexiones rudimentarias a
territorios 18-19 más grandes es usual que la proporción de la red eléctrica y de agua potable son peli-
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grosas, por ejemplo, y la ausencia de alcan- po. Para el urbanizador pirata esto aumenta Baharouglu, Deniz y
tarillado genera problemas de salud pública enormemente el atractivo de su producto. Kessides, Cristine. “Urban
Poverty” en Sourcebook for
muy costosos de tratar y afecta tanto a los De hecho, como se ha mencionado, en las Poverty Reduction Stra-
residentes de los barrios ilegales, como a ciudades en que esto se ha consolidado más, tegies, World Bank, Was-
otros grupos. En parte por estas conside- uno de los ofrecimientos explícitos de los hington, 2001.
raciones y en parte también por solidaridad promotores ilegales ante sus clientes es el Cities Alliance. Cities wi-
y por acatar el principio de que el Estado de promover y colaborar con el proceso de htout Slums. Action Plan
for Moving Slum Upgra-
debe atender estas necesidades básicas, las legalización, que por lo demás, lo cumplen ding to Scale, Washington,
empresas –sobre todo cuando son estatales– en la mayoría de las veces. 1999.
ofrecen servicios a estos grupos, a veces con Cuando esta expectativa se estabiliza in-
22
alguna contraprestación por parte de ellos cluso se da un mecanismo económico muy Este tópico es discutido in
–monetaria o en trabajo–, pero en general perverso: si es esperable que las obras de extenso y de manera aguda
en dos artículos de Smolka,
mediante un subsidio implícito. infraestructura que el urbanizador ilegal Martim: “Informalidad,
Estas acciones puntuales, sin embargo, oca- no provee las brinde el Estado a posteriori pobreza urbana y precios
sionan muchos desajustes técnicos y fiscales, de manera gratuita total o parcialmente, el de la tierra”, en Land Li-
así que el siguiente paso en esta dirección propietario anticipa estas sumas en el pre- nes, LILP, enero de 2003;
es el reconocimiento del barrio, su “lega- cio de venta. En otras palabras le cobra al y “Regularização da ocu-
pação do solo urbano: a so-
lización”. Usualmente las autoridades lo- poblador por anticipado el derecho a per- lução que é parte do prble-
cales exigen a los habitantes esfuerzos para cibir el subsidio que se sabe que el Estado ma, o prblema que é parte
cumplir con los requisitos básicos deman- le va a otorgar. O sea que al menos una da solução”, en Abramo,
dados a los desarrollos normales, así sea de parte de estos subsidios en realidad se fil- Pedro (comp.) A cidade
da informalidade. O de-
manera parcial, y proporciona a posteriori tran hacia los bolsillos de los urbanizadores
safio das cidades latino-
las inversiones faltantes.21 clandestinos.22 amricanas, Livraria Set-
No hay duda de que la estrategia es curativa La expectativa plausible de la legalización te Letras, FAPERJ, Rio de
y tiene efectos benéficos importantes para solidifica el ya mencionado proceso de re- Janeiro, 2003.
la población involucrada. Sin embargo hay producción política clientelista, y le da un
una implicación problemática: en el largo referente objetivo a los pactos entre urbani-
plazo tiende a estimular y a consolidar la zadores ilegales y pobladores: los últimos se
urbanización ilegal y a fortalecer los meca- comprometen a votar por los urbanizadores
nismos económicos y políticos que están piratas o por quienes ellos indiquen, y los
en su base. De hecho, si la legalización de primeros utilizan sus influencias para que
barrios es una política reiterada, como lo los barrios sean legalizados. De paso co-
ha sido en la mayoría de las ciudades, el bran privadamente lo que el Estado otorga.
poblador adquiere la expectativa razonada La legalización de barrios es una moneda
de que a través de la ocupación legal final- electoral muy cotizada entre funcionarios
mente se logra arribar a una situación nor- y políticos locales.
mal mediante procedimientos rutinarios, En épocas recientes los organismos multila-
seguros, e incluso que toman poco tiem- terales recomiendan y promueven progra- territorios 18-19
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23
Calderón, Julio. Acceso mas de legalización y ante esta objeción a la propiedad privada del poblador sobre su
de los pobres al suelo urba- menudo señalan que el impacto es apenas predio. Esto hace parte del convencimiento
no y mercado inmobiliario
en Lima Metropolitana,
una conjetura, que no hay seguridad de que ideológico liberal de que la seguridad en el
Lincoln Institute of Land en realidad se vuelva efectivo. Además es derecho de propiedad es lo que dinamiza la
Policy, Cambridge, 1999. percibido como un efecto negativo cola- acción individual. La incertidumbre sobre si
Galiano, Sebastián y teral de menor importancia de un proceso podrá conservar su vivienda a largo plazo in-
Schargrodsky, Eduar- que tiene beneficios innegables. Cuando las hibe al poblador para realizar mejoramientos
do. “Property Rigths for
the Poor: Effects of Land
perturbaciones tomen cuerpo, si es el caso, que tal vez no podrá disfrutar. Así mismo,
Titling”, Working Paper, se podrán explorar medidas puntuales para el saneamiento de la propiedad le permite
Universidad Torcuato di contrarrestarlas. al pobre urbano participar en la economía
Tella, Buenos Aires. Lo cierto es que ésta no es una eventualidad formal en términos amplios y estimula su
24
Clichevski, Nohra. Po- hipotética. La política de acciones curativas promoción: lo que más se destaca es que el
breza y acceso al suelo ur-
bano: algunos interrogan- que estimula la permisividad, como se ha poblador que tiene títulos en regla de su
tes sobre las políticas de re- dicho, tiene una larga trayectoria en nues- inmueble autoconstruido puede ofrecerlo
gularización en América tros países. En algunas ciudades se es más como garantía para créditos hipotecarios
Latina, CEPAL Serie Me- permisivo que en otras, y esto puede obe- que dan pie a una dinámica económica po-
dio Ambiente y Desarrollo, decer no solamente a particularidades del sitiva.
Santiago de Chile 2003.
sistema político, sino a la magnitud misma En esto tal vez lo discutible es el énfasis
del problema: si la pobreza y las necesida- que se da a este aspecto. Tal vez se exagera
des de vivienda son muy agudas un número la correspondencia entre estabilidad y pro-
mayor de pobladores se ve impulsado a uti- piedad privada legal, pues hay muchas cir-
lizar métodos clandestinos. Si esto es muy cunstancias en las que en ausencia de títulos
generalizado, los mecanismos de control se reconocidos en las notarías, los pobladores
saturan y es menos probable que la coer- disfrutan de una razonable estabilidad. No
ción se ejerza en realidad. Esto torna más hay que olvidar que en este medio abundan
tentadora la trasgresión, realimentando el las transacciones mercantiles, lo que habla
proceso de manera explosiva. Los resulta- de convenciones de propiedad de hecho. Es
dos son claros. Donde la laxitud normativa muy débil la evidencia de que la legalización
es mayor, la difusión de la ilegalidad urba- estimule la solicitud de préstamos bancarios
nística es mucho más que proporcional a la u otras operaciones formales.23 Lo preocu-
pobreza y los mecanismos de reproducción pante es que con frecuencia el grueso de los
económica y política a que hemos aludido esfuerzos gubernamentales en este campo y
se encuentran fuertemente consolidados. de los recursos, se dedican al saneamiento
Mención especial merece la insistencia que de la propiedad individual a costa de cual-
hacen los seguidores de de Soto en que en quier otra medida, lo que parece más algo
estas acciones de reconocimiento legal de las referido a la aculturación para el mercado
prácticas inmobiliarias populares se incluya y a la propaganda ideológica.24
territorios 18-19 de manera prioritaria la regularización de
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El estímulo a la promoción formal a partir de ese momento comenzó la proli-
y la coerción al mercado ilegal de feración de la vivienda informal de manera
tierras avasalladora.
Para ser justos, los planteamientos recientes
A partir de estas consideraciones se podría no consisten en proponer simplemente un
pensar que las respuestas se deberían buscar mayor rigor en el control de la ilegalidad.
en el extremo opuesto, en una acción coer- También proponen reforzar la promoción
citiva enérgica que desaliente la aventura formal, sobre todo privada, a partir de estos
de especular con tierras ilegales y que haga dos elementos: más oferta formal y mayor
menos atractivo para el poblador acudir al vigilancia a la urbanización clandestina, uni-
expediente de la informalidad. Éste es un ficar el mercado e incorporar el conjunto de
buen ejemplo de que el efecto de una me- la población al desarrollo formal. De nuevo,
dida depende en buena parte de sus com- lo decisivo aquí son las cifras. Si recorda-
plementos, de los otros instrumentos de los mos, esta misma era la pretensión de las
que está acompañada. En presencia de una políticas habitacionales en nuestros países
penuria habitacional severa, sobre todo en a mediados del siglo XX, las cuales se pro-
las magnitudes que se viven en las ciuda- ponían erradicar los asentamientos popula-
des latinoamericanas, la sola prohibición, res espontáneos y trasladar sus habitantes a
sin ninguna medida adicional, probable- barrios modelos, construidos en ese tiempo
mente no tenga ningún efecto, o incluso por organismos promotores oficiales. Pero,
sea contraproducente. como sabemos, la abrupta ampliación de la
De hecho ésta fue la primera reacción en demanda insolvente desbordó los limitados
nuestras ciudades cuando comenzaron a recursos fiscales, y aunque algunos grupos
experimentar el impacto del crecimiento populares fueron favorecidos, la ocupación
poblacional. A comienzos del siglo XX, informal de tierras se disparó.
cuando las ciudades latinoamericanas eran En la actualidad se propone, como se ha
más pequeñas y con una población más es- mencionado, ampliar la oferta formal a tra-
table, contra la imagen que de ello se pueda vés del estímulo a la promoción privada.
tener, tenían un sistema de control urbano También su efecto depende del esfuerzo
bastante estricto. Ante el aluvión migra- fiscal que estén dispuestos a hacer los go-
torio que se dio en la década de los años biernos para asignar subsidios a los usua-
treinta en algunos países, las autoridades rios, que es la herramienta preferida en estos
quisieron mantener este régimen riguroso, tiempos. Incluso aquí puede darse una abe-
sin que por otro lado se tuvieran mayores rración: si no hay un esfuerzo correspon-
instrumentos para ampliar la oferta de vi- diente en aumentar la tierra equipada, los
viendas ni de tierras equipadas. Lo cierto es subsidios otorgados ensanchan la demanda
que los aparatos estatales locales se vieron por edificaciones en el sector formal y por
ampliamente desbordados y precisamente tierra urbanizada: si persiste la escasez de territorios 18-19
REFLEXIONES SOBRE LA “INFORMALIDAD” FUNDIARIA COMO PECULIARIDAD 47

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infraestructura, sube el precio del suelo. No de las exigencias intentar seducir promoto-
solamente una parte del subsidio se trasmite res clandestinos a entrar a la legalidad. No
al terrateniente –como en el caso ya men- parece haber tenido el resultado esperado
cionado de la anticipación de los costos de sino más bien otro sorpresivo: en mercados
la infraestructura aportada remedialmente de demanda desbordada lo que ocurrió fue
por el Estado– sino que esto, por la vía que que muchos urbanizadores que eran legales
ya hemos señalado, afecta eventualmente el y que cumplían con las normas usuales, se
precio de la tierra informal. Recuérdese que acogieron a la nueva reglamentación menos
el precio de la tierra periférica desarrollada exigente. Dado que estas normas mínimas
formalmente es el techo del precio de la no consultaban requerimientos técnicos,
tierra clandestina: al elevarse el primero se lo cierto es que el experimento creó pro-
abre la posibilidad de que el agente pirata blemas posteriores en los barrios formales,
pueda hacer crecer el segundo. similares a los que genera la informalidad:
redes deficitarias que luego tuvieron que ser
Reducción de requisitos para la reemplazadas, escasez de espacio público y
urbanización popular legal de vialidad que luego ha sido muy difícil de
corregir, entre otras cosas.
Otro curso de acción que se vuelve a reacti- Digamos que una contaminación similar
var como propuesta es el de intentar atraer entre el sector formal e informal, pero en
los urbanizadores clandestinos mediante el sentido contrario comienza a observarse
relajamiento de los requisitos para que sus en las medidas que se han tomado para
desarrollos puedan ser aprobados legalmen- atraer los promotores formales a que pro-
te. El diagnóstico implícito –o incluso explí- duzcan para grupos populares, algunas de
cito– que subyace a esta propuesta es el de las cuales consisten precisamente en reducir
que al menos una parte de las decisiones de las exigencias: menos espacio público, me-
desarrollos informales están motivados por nos vialidad, parcelas más pequeñas. Los
exigencias excesivas e irrealistas en la regla- promotores clandestinos, una de cuyas
mentación, que empujan a los promotores fortalezas en este mercado es que ofrecen
a la clandestinidad. terrenos más grandes, comienzan a reducir
Es cierto que eventualmente existen trámi- sus propios lotes. Esto no solamente dete-
tes excesivos que deben desanimar los desa- riora el resultado físico, sino que paradó-
rrollos populares legales, pero las experien- jicamente permite elevar los precios de los
cias de reducción de estándares de las que terrenos.
se tiene noticia no parecen muy auspiciosas.
En los años setenta, por iniciativa de orga-
nismos multilaterales, se ensayaron progra-
mas denominados de “normas mínimas”
territorios 18-19 que pretendían, mediante la flexibilización
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Ampliación de la oferta de suelo compite con la oferta del urbanizador clan-
urbanizado y uso de herramientas destino: éste tiene que reducir sus precios y
de gestión del suelo en el peor de los casos los pobladores que
persistan en la ilegalidad pueden obtener
Existe otra línea de acción que parece más precios de tierra más bajos.
prometedora, que no es propiamente al- Incluso podría potenciarse el efecto ofre-
ternativa a otras sino en el énfasis y en la ciendo subsidios a la oferta de tierra equipa-
combinación de instrumentos, y que llama da para grupos populares, de tal manera que
la atención a concentrarse en la expansión pueda quebrarse el precio de la tierra en la
de la oferta de suelo urbanizado. confluencia de estos submercados. Tal vez
En efecto, si se pretende combatir la pro- para que esto no tenga fugas y distorsiones
liferación de la urbanización ilegal parece que el mercado espontáneo a veces intro-
importante fortalecer el control sobre los duce, sea necesaria la creación de agentes
fraccionadores ilegales, pero esto debe ir estatales que provean la tierra equipada
acompañado de una acción que en lo eco- y que la pongan en el mercado garantizando
nómico socave su razón de ser. Un matiz que se dirija a la demanda popular. Se habla
que se plantea es que siendo los recursos de bancos de tierras e incluso de promoto-
escasos, tienen un mayor efecto si se desti- res estatales. Si estos organismos pueden
nan prioritariamente a la expansión de tierra ofrecer tierras en cantidades significativas
equipada. que sean aptas para ser desarrolladas para
Hemos visto que la escasez de tierra dotada sectores populares con precios similares o
de infraestructura urbana es un factor deci- más bajos de lo que ofrecen los urbaniza-
sivo en el encarecimiento de toda la tierra en dores clandestinos, pero con equipamiento
la ciudad, incluida la dedicada a vivienda de y urbanismo, es de esperar que se tenga un
ingresos altos y a usos no residenciales. Es lo impacto apreciable en la reorientación de la
que se conoce como renta absoluta urbana. demanda hacia el mercado formal.
Es este nivel elevado en el precio de la tierra Obsérvese que esto no es incompatible
periférica regular lo que empuja al poblador con distintas modalidades de promoción
a acudir a la ilegalidad. El precio es el tope y formas de producción. Pueden ofrecerse
hasta el cual puede exigir el fraccionador parcelas equipadas con precios más bajos
ilegal por sus tierras de dotación precaria. que los que daría el mercado espontáneo
La ampliación significativa de la oferta de en una situación de escasez a promotores
tierra equipada ataca este mecanismo por la privados para que produzcan viviendas de
vía del mercado. La reducción del precio de manera mercantil –que incluso pueden uti-
referencia estrecha el margen de ganancia lizar el subsidio de la vivienda al deman-
del urbanizador pirata. Los pobladores se dante– siempre y cuando cumplan con exi-
benefician porque un número mayor puede gencias en el precio y en las características
acceder tierra equipada más barata, lo que del producto. Puede operar con programas territorios 18-19
REFLEXIONES SOBRE LA “INFORMALIDAD” FUNDIARIA COMO PECULIARIDAD 49

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tanto oficiales como privados que combinen reparar a posteriori las insuficiencias que di-
la construcción convencional con la auto- cha acción clandestina genera con grandes
construcción e incluso se puede articular a sobrecostos, los cuales limitan de nuevo los
operaciones de autoconstrucción más pura. recursos fiscales, lo que a su vez reproduce
De hecho si los pobladores pueden auto- la escasez, y así sucesivamente, en un círculo
construir sus viviendas pagando al agente vicioso muy perverso. Pero este dispositivo
clandestino precios del suelo que realmen- permite a los fraccionadores y propietarios
te son elevados, lo podrá hacer en tierras de terrenos, tanto a los legales como a los
provistas por estos organismos a precios ilegales, obtener jugosas ganancias con el
comparables, con la diferencia de que po- nivel elevado de los precios del suelo ur-
drán gozar de infraestructura y urbanismo bano, con muy poca contraprestación de
de estándares normales. su parte. Se trata de un típico esquema
Podrá decirse que, de nuevo, todo depen- de socialización de costos y privatización de
de de la cantidad de recursos que puedan beneficios, en el que la precariedad de mu-
comprometerse en estas tareas. También chos alimenta la afluencia de unos pocos.
habría que agregar que se necesita una capa- Como se ve, para retornar a algunas de
cidad de gestión desarrollada porque estas nuestras consideraciones iniciales, no se
operaciones son sofisticadas, lo que implica trata de que el mercado no funcione o
mayores costos. Pero precisamente por eso funcione poco. Los resultados son el efec-
es necesario agregar mecanismos de gestión to precisamente de su operación. Eliminar
del suelo. En esencia, algunos instrumentos cualquier tipo de regulación fortalece sus
de intervención en el mercado del suelo efectos perversos. Algunos proponen elimi-
permiten concitar recursos abundantes ex- nar las normas urbanísticas, los perímetros
traídos del mismo mercado inmobiliario y urbanos, suprimir la misma noción de un
que pueden destinarse a estos propósitos. plan: como se ve, eso no haría otra cosa
A grandes rasgos, consiste en lo siguiente. que reproducir aun más agudamente los
La operación espontánea del mercado de mecanismos que hemos examinado. Los
tierras en el mercado del suelo en las ciuda- instrumentos de gestión del suelo están
des latinoamericanas, con enormes tensio- pensados no para abolir el funcionamiento
nes generadas por una avasalladora amplia- del mercado del suelo, sino para orientar su
ción de la demanda y una aguda restricción operación de tal forma que sus efectos sean
en los recursos fiscales es verdaderamente congruentes con el interés general.
paradójica. La limitación en la provisión de Algunos mecanismos de gestión del suelo
infraestructura eleva los precios de la tierra apuntan a revertir la operación desquiciada
servida. Esto expulsa sectores de la pobla- de altos precios del suelo, penuria, y gran-
ción de la demanda solvente y los empuja des ganancias especulativas. La “participa-
a la irregularidad. El Estado debe entrar a ción en plusvalías” y la “distribución de car-
territorios 18-19
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gas y beneficios”, entre otros, se proponen Bibliografía
capturar para el Estado los aumentos en los
precios del suelo, concomitantes con ope- Abramo, Pedro. 2001. La teoría económica
raciones en las cuales el Estado toma la ini- de la favela. Cuatro notas sobre la locali-
ciativa y los hace posibles: el paso de un uso zación residencial de los pobres y el merca-
rural a un uso urbano es muy sustancial en do inmobiliario informal. Boletín CF+S,
situación de escasez; las inversiones del Es- Madrid.
tado en infraestructura urbana, en particu- Abramo, Pedro. 2002. O mercado informal
lar la de escala más general que usualmente imobiliário em favelas e a mobilidade resi-
se financia con fondos generales –es decir dencial dos pobres. IPPUR-UFRJ, Infor-
que los paga el resto de la población pero de me de Investigación. Río de Janeiro.
los que se benefician los propietarios–; los Ayala, Ulpiano y Rey, Norha. 1979. “La
aumentos en la densidad constructiva y en reproducción de la fuerza de trabajo
la variación en los usos del suelo, que hacen en las grandes ciudades colombianas”,
crecer los precios sin ninguna participación en Desarrollo y Sociedad No. 1, CEDE,
de los propietarios. Estas contribuciones Universidad de los Andes, Bogotá.
no afectan a los promotores como agentes Baharouglu, Deniz y Kessides, Cristine.
productivos, sino a los propietarios terri- 2001. “Urban Poverty”, en Sourcebook
toriales, que son agentes pasivos. Se trata for Poverty Reduction Strategies. World
de tributos “neutros” que no pueden ser Bank, Washington.
trasladados a los compradores de espacio Calderón, Julio. 1999. Acceso de los pobres al
construido ni alteran su cantidad produci- suelo urbano y mercado inmobiliario en
da, ni su precio de compra-venta. Existen Lima metropolitana. Lincoln Institute
otros instrumentos que apuntan a combatir of Land Policy, Cambridge.
la retención de tierras –impuestos progre- Castells, Manuel. 1970. Imperialismo y ur-
sivos para las tierras ociosas, plazos para el banización en América Latina. Gustavo
desarrollo de lotes, preferencia del Estado Gili, Barcelona.
en la compra de tierras, cuotas de tierra para Cities Alliance. 1999. Cities witout Slums.
ser desarrolladas en vivienda social y otras– Action Plan for Moving Slum Upgrading
que reducen su “escasez y disminuyen el to Scale. Washington.
precio del suelo. Clichevski, Nohra. 2003. Pobreza y acceso al
Los recursos aplicados a la expansión de suelo urbano: algunos interrogantes sobre
la infraestructura urbana permitirían aliviar las políticas de regularización en América
la presión de la escasez, reducir el precio Latina. CEPAL Serie Medio Ambiente
del suelo –efecto que es inútil buscar con y Desarrollo.
simples controles de precios– y reduciría el Conway, S. J.; Mikelsons, M.; Valera, M.;
atractivo no solamente de la especulación Torres-Ramírez, J. E. 1996. A Review
con tierras ilegales, sino también legales. of Demand-Side Housing Subsidy Pro- territorios 18-19
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