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El cabio climático: Hace mención a al cambio del clima con respecto al historial climático a una
escala integral. Es un cambio derivado de las difusiones de gases de efecto invernadero originadas
por las actividades industriales, camiones, automóviles, etc. cambiando así la composición original
de la atmósfera.
La mayor parte de la energía utilizada en los diferentes países proviene del petróleo y del gas
natural. La contaminación de los mares con petróleo es un problema que preocupa desde hace
muchos años
Los derrames de petróleo en los mares, ríos y lagos producen contaminación ambiental: daños a la
fauna marina y aves, vegetación y aguas. Además, perjudican la pesca y las actividades. Dióxido de
azufre, daña los pulmones.
Cuando cada bomba explota, genera temperaturas sobre 1.000ºC, lo que junto a la fuerza
explosiva no sólo aniquila infraestructura, flora, fauna y personas, sino destruye la estructura y
composición de los suelos, los que demoran cientos y miles de años en regenerarse.
Impacto sobre el medio social.
a) Económicos. Al crear nuevas industrias la mayoría de las veces no se protege y cuida el entorno
natural.
.
Los impactos ambientales derivados de la explotación de los recursos energéticos. La principal
industria generadora de recursos económicos en Venezuela es la petrolera, pero posiblemente no
se ha reflexionado el suficiente sobre el verdadero costo de esta riqueza.
Las causas que originan éstas pérdidas están asociadas a las fases de explotación y transporte de
los hidrocarburos. No obstante, el patrón de ocurrencia es conocido por la industria y las
autoridades. Escapes por corrosión de las tuberías sublacustres y por desperfectos en las
estructuras de extracción y en las instalaciones de bombeo y estaciones de flujo, derrames en las
operaciones de deslastre o descarga de los tanqueros y otros, constituyen los elementos
característicos de dicho patrón.
El problema de los derrames es complejo y ha dado lugar a frecuentes controversias entre las
compañías que operan en la región, el gobierno nacional y los particulares afectados. Estos
últimos, han exigido indemnización a las empresas. Algunas veces, estos reclamos trascienden a la
opinión pública y reflejan la situación de las pequeñas pesquerías del lago, ya que allí existen peces
de gran valor comercial, camarones y otros recursos importantes dentro de la economía pesquera
regional y nacional, que constituyen la única fuente de ingresos de los pequeños pescadores
lacustre.
La combustión de gases hidrocarburos, como los quemadores de gas natural del Zulia, en presencia
de la luz solar reacciona formando sustancias más complejas como el nitrato de peroxiacilo, el cual
es un irritante de la vista.
Otro contaminante gaseoso de la atmósfera es monóxido de carbono, gas expelido por los
automóviles. El monóxido de carbono disminuye la capacidad de la sangre para transportar
oxígeno generando una sobrecarga en la función bombeadora del corazón.
El uso y extracción irracional de esta importante fuente energética, conduce a su agotamiento en
unas cuantas décadas, obligando al desarrollo de nuevos combustibles o fuentes de energía
alternativas. Una de estas alternativas es el carbón. Existen grandes yacimientos en muchas
regiones del planeta, pero la extracción y la quema del carbón también acarrean problemas en el
ambiente, pues al igual que el petróleo, su combustión produce dióxido de azufre que al
combinarse con el agua de las nubes forma ácido sulfúrico, que cae con la lluvia, produciendo el
fenómeno llamado lluvia ácida.
La necesidad de materia prima como fuente energética, dio un notable impulso a la minería, como
extracción de algunos materiales en la tierra.
Se desarrolla así una interminable búsqueda de materiales como oro, plata, cobre, estaño, hierro,
bauxita (aluminio), entre otros, y de combustibles como el carbón y el petróleo. La extracción de
minerales, requiere la deforestación de las áreas donde se encuentra el mineral, la necesidad
creciente de energía ha hecho que se deforesten extensas zonas trayendo graves consecuencias al
medio ambiente.
Entre las consecuencias más graves tenemos la contaminación del aire, aguas y el suelo por las
máquinas y técnicas empleadas para la extracción. La minería contribuye a la contaminación del
aire mediante los gases tóxicos generados por las máquinas excavadoras.
Otros gases nocivos surgen por las explosiones que rompen las rocas, generando enfermedades
respiratorias en los trabajadores y pobladores cercanos a la zona de excavación y perjudicando a
plantas y animales.
Los suelos no escapan al fenómeno de la contaminación, los residuos explosivos que se dispersan
los empobrecen, perjudicando así, el desarrollo de la vida. Las partículas diseminadas por las
explosiones también ocasionan la contaminación del agua al depositarse en mares, ríos y lagos.
Aunado a esto, el mercurio utilizado para extraer el oro, envenena los ríos. Los derrames de
sustancias como el petróleo causan daños muy serios al ambiente. En general, las actividades
mineras en sus diferentes facetas pueden originar problemas muy graves de tipo social,
económico, político y ambiental. Además los mineros buscan el mineral en las cuencas de los ríos
poniendo en peligro las reservas de agua del Guri y las plantas hidroeléctricas del río Caroní.
Las actividades agrícolas y las de ganadería, contribuyen también a la contaminación del ambiente.
Otro impacto ambiental, pocas veces reseñado como tal, es la deforestación, la cual alcanza en
Venezuela cifras alarmantes de acuerdo a organizaciones internacionales como la FAO.
Recordemos que nuestro país ha perdido alrededor del 40% de su cobertura vegetal original.
Sabemos que la solución para remediar las consecuencias de los impactos ambientales posee un
alto valor económico, pero también estamos convencidos que es posible, siempre y cuando exista
la voluntad, la tecnología y la capacidad técnica de nuestros funcionarios para resolverlo. Después
de todo, seguimos siendo un país rico.
La humanidad está viviendo confiada pero está equivocada en sentido de creer que los recursos
naturales son infinitos.
Estamos en déficit “planetario” porque utilizamos un 50% más de lo que el planeta Tierra puede
darnos. Devoramos recursos de manera tremenda.
El futuro es desalentador si no se cambia de rumbo, serían dos planetas los que necesitaremos, (si
no son más) y si pensamos que para el 2050, cuando una población de 9 mil millones requiera
alimentos, energía, vivienda y agua junto a la convivencia con el resto de los seres vivos del
planeta… la situación se pone color hormiga.
Somos una población numerosa que está en franco crecimiento, que a medida que se va
incrementando la calidad de vida (en unos pocos) se crea más presión sobre los bosques, la sobre
pesca se hace latente, contaminamos los ríos, los lagos, deforestamos, generamos contaminación y
ni qué decir del grueso de la población, pobres que deben sobrevivir y harán lo que el instinto les
permita.
Podríamos asegurar la convivencia de los 9 o 10 mil millones de habitantes para el año 2050 si es
que sin falta y de manera rápida si logramos:
No arrasar con más bosques y potenciar las explotaciones forestales certificadas. Unos 6.000
metros cuadrados de bosque tropical desaparece cada segundo.
3. ¡Consumo responsable!
Optimizar el agua que se usa para consumo humano, industrial, agrícola, pecuario, minero entre
otros.
4. ¡Menos contaminantes!
Habilitar las tierras productivas que están degradadas o afectadas por la erosión para minimizar la
habilitación de nuevos terrenos agropecuarios.
Usar técnicas de regadíos más inteligentes; uso de insumos agropecuarios de última generación,
que proporcionen mayores rendimientos por unidad de superficie, que sistemas agroecológicos
puedan ser implementados en masa.
10. ¡Cuidar el agua!
Implementar regímenes de gestión hídrica que abarquen a todos los involucrados para su uso y
aprovechamiento para que se manejen las cuencas como sistemas vivos complejos con
biodiversidad significativa bajo riesgo de extinción real. (Estiman que al día desaparecen 137
especies de plantas, animales e insectos).
Cambiar la dieta actual en los países ricos por otra que demande menos insumos. Consumir
productos extranjeros conlleva silenciosamente a aumentar la huella ecológica. Comprar y
consumir productos locales (obvio que en la medida de lo posible) coadyuvará a reducir la huella y
colaborar nuestro medio ambiente.
12. ¡Protejamos a los océanos!
Delinear y cumplir con las políticas justas en materia de comercio justo y solidario. Ya basta de
subvenciones que han dejado de ser vitales, ahora hablamos de coordinar políticas incluyentes y
globales que buscan el bien común.
14. ¡Educación para todos!
Educar a la población, que sin la misma, es una utopía pretender dar solución a los problemas que
encaramos y se agravan a medida que el tiempo pasa. La educación como base del cambio debe
ser agendado como prioridad mundial.
Y la más difícil de todas… persuadir a la globalidad que los intereses económicos no deben
sobreponerse sobre la vida o es que… ¿Lo billetes pueden comprar aire limpio?