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TAREA COMPRENSIVA
CURSO ÉTICA PROFESIONAL DOCENTE
Código: 00768
La división del trabajo según género, ha sido una constante desde el principio de los tiempos.
A la mujer, históricamente se le ha relegado su protagonismo en labores del hogar, la crianza
de los niños y su papel durante mucho tiempo ha sido el de ser complemento del varón.
Al estudiar y comprender el papel de la mujer en la edad moderna, es preciso considerar que
a lo largo de la historia de la humanidad el significado de lo femenino ha cambiado, sin
embargo, mantiene aún hoy; el elemento debilidad dentro de su concepción.
Para poder entender la finalidad ética de la educación y relacionarlo con el papel de la mujer
en la modernidad, vamos a entender el periodo de la modernidad como:
“El periodo llamado Modernidad abarca desde el descubrimiento de América,
en 1492, hasta la Revolución Francesa, en 1789. Se distinguen 3 fases:
Humanismo renacentista (XV-XVI), reformismo Barroco (XVII) y la Ilustración
(XVIII).” (Castaño, 2013, s.p)
Vamos a analizar este periodo desde la perspectiva del continente europeo, ya que se
considera que este territorio; fue de gran influencia para el desarrollo de la educación en el
resto del mundo, principalmente en América. A continuación, se hablará de los 3 periodos en
esta región y se tratará para cada periodo, explicar cuál era el papel de la mujer. Se tratará de
conocer la finalidad de la educación en cada periodo, si la mujer participaba dentro de la
labor educativa y si recibía algún tipo de formación. Además se explicará qué código o norma
regulaba la educación de la época.
La educación continuaba en esta época, con el patrón y los esquemas que hemos evidenciado
a lo largo del estudio de la modernidad. Para el siglo XVIII, la educación mantenía el factor
de roles de género como una constante. La mujer mantiene el rol del hogar y de la educación
de sus hijos, principalmente hacia los varones.
Sin embargo, empieza a transformarse la situación de la mujer por cuanto se creía que se
había vuelto vaga y que dedicaba mucho tiempo al ocio. Por tal motivo, se vio la necesidad
de formar a la mujer para que pudieran tener una conversación en sociedad de forma que, no
avergonzaran con su ignorancia al marido. Además, se continuaba con el ideal de que las
mujeres debían ser educadas para ser buenas administradoras del hogar y buenas cristianas.
Se mantenía, el concepto de la mujer como un ser sumiso y modesto, pero a su vez se le
inculcaban conocimientos sobre urbanidad, normas de cortesía, economía doméstica. Para
esto último; se les enseñaban un poco de aritmética. Como se puede ver en la siguiente cita,
a pesar de su sometimiento; las mujeres mantenían esa ambición por el saber:
“Por vez primera, la mujer de la alta aristocracia, burguesía, clase media y
pueblo llano, plantearon de manera colectiva sus aspiraciones sociales y
políticas. Con respecto a la alta nobleza, y a pesar de que debían someterse al
poder del marido como lo hacían ante el del rey, eran mujeres de gran
inteligencia y ambición, que cosecharon un gran poder en los asuntos
domésticos y en el mundo de las artes, siendo fervorosas mecenas.” (Criado,
2008, p. 4)
Se empieza a dignificar el trabajo doméstico, sobre todo la cocina. Se profundiza más en la
educación de saberes como la música y el baile; además se les instruye para encontrar marido
con dos cualidades: discreta e instruida para lo que ha sido creada.
“A finales del siglo XVII comienza la Ilustración; movimiento filosófico, cultural
y científico que se prolonga a lo largo de la siguiente centuria hasta la
Revolución Francesa. El llamado Siglo de las Luces (…), enfrentó razón a
superstición, combatió la ignorancia e impuso una ideología de libertades que
acabó con el Antiguo Régimen. Es un momento de cambio en la mentalidad
femenina y de grandes avances en la conquista de derechos para las mujeres,
que asumen un nuevo papel en la sociedad.” (Suáñez, 2016, p.191)
Con la Ilustración, se rompe en la mente de los hombres y mujeres del siglo
XVII, con la concepción de Dios omnipresente. Esto dio paso a una faceta más
terrenal, en donde se da una separación entre la doctrina del Estado y la doctrina
religiosa. Aparece el arte del ocio, dando mucha importancia a la conversación;
la cual requerirá un pensamiento crítico y más desenvuelto en sociedad.
“La cultura que van a recibir las mujeres en el siglo XVIII estaba destinada a
que pudieran tener una conversación y no avergonzaran al marido y para que
fuesen buenas administradoras del hogar y buenas cristianas, siempre sumisas.
De hecho a las mujeres que tenían intereses diferentes se las seguía
considerando despectivamente bachilleras.” (Seco, 2008, p. 87)
Nace a finales del siglo XVIII, el arte como ciencia y se empieza a desarrollar una formación
muy enfocada a desarrollar habilidades artísticas. Sin embargo, la mujer no ha superado los
estereotipos y carece de dos factores que limitan su creatividad, como lo son la libertad
intelectual y económica. Las mujeres que vieran despertar sus dotes artísticas, debían
ocultarse ante la vista de la sociedad para poder expresar su creatividad, tal como se indica
en el siguiente párrafo:
“Tanto en literatura como en arte, después de todo y disfrazadas de hombre, la
mujer creadora se podía apartar de los temas menores que habían limitado a
sus antecesoras. (…)Esas mujeres identificadas como hombres, creían que,
vestidas así, podían caminar libremente por los ámbitos artísticos que solían
estarles prohibidos.” (Torres, 2007, p.21)
Finalmente, en el siglo XVIII, con el surgimiento de las llamadas Academias de Bellas Artes,
se da un importante avance para las mujeres, pues empiezan a ser admitidas a dichas
academias y a brindárseles la oportunidad de vincularse a la actividad artística. Si bien es
cierto, este hecho evidencia un cambio de mentalidad, la incursión al círculo académico se
da a una población limitada de mujeres, y estas dependían de los preceptos dictados por la
institución:
“La admisión de las contadas mujeres al círculo académico era mediante el
nombramiento de académicas honorarias, pues realmente no tenían ni voz, ni
voto a la hora de tomar decisiones, además de no tener opción a enseñar,
presentar su obra a certámenes y aprender en las clases del natural. Por
supuesto que con esas limitaciones nunca tenía encargos importantes,
frenándose toda posibilidad de profesionalización.” (Torres, 2007, p. 49)
Evidentemente, la incursión de la mujer dentro del ámbito educativo se dio de manera
paulatina. Dicha incursión respondió a un cambio de mentalidad. Hubo para la mujer, muchos
obstáculos debido directrices religiosas, culturales y políticas que la mantenían relegada a los
quehaceres domésticos. Por tal motivo, en el periodo moderno, es poca la representación de
la mujer; tanto como sujetos como de actores de la educación.
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