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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD PILOTO DE ODONTOLOGÍA

BIOÉTICA

Temas:
 Aprovechamiento compartido de los beneficios
(ARTÍCULO 15)
 Protección de las generaciones futuras (ARTÍCULO 16)
 Protección del medio ambiente, la biosfera y la
biodiversidad (ARTÍCULO 17)

DOCENTE: Dr.
GRUPO: 5
INTEGRANTES: -APOLINARIO DIANELLA
-PEÑAFIEL CHRISTOPHER
-TORRES JOSÉ

AÑO LECTIVO
2017-2018
CII
APROVECHAMIENTO COMPARTIDO DE LOS BENEFICIOS
(ARTÍCULO 15)
La justicia mundial como base para compartir los beneficios de la ciencia
y la investigación científica
Todos vivimos en el mismo planeta y formamos parte de la biosfera.
Reconocemos ahora que nos encontramos en una situación de
interdependencia creciente y que nuestro futuro es indisociable de la
preservación de los sistemas de sustentación de la vida en el planeta y de la
supervivencia de todas las formas de vida. Los países y los científicos del
mundo deben tener conciencia de la necesidad apremiante de utilizar
responsablemente el saber de todos los campos de la ciencia para satisfacer
las necesidades y aspiraciones del ser humano sin emplearlo de manera
incorrecta. Tratamos de recabar la colaboración activa de todos los campos del
quehacer científico, a saber, las ciencias naturales, como las ciencias físicas,
biológicas y de la tierra, las ciencias biomédicas y de la ingeniería y las ciencias
sociales y humanas. El Marco General de Acción hace hincapié en las
promesas y el dinamismo de las ciencias naturales, así como en sus posibles
efectos negativos, y en la necesidad de comprender sus repercusiones en la
sociedad y sus relaciones con ella mientras que, el compromiso con la ciencia,
así como las tareas y responsabilidades recogidas en esta Declaración,
corresponden a todos los campos del saber científico. Todas las culturas
pueden aportar conocimientos científicos de valor universal. Las ciencias deben
estar al servicio del conjunto de la humanidad y contribuir a dotar a todas las
personas de una comprensión más profunda de la naturaleza y la sociedad,
una mejor calidad de vida y un medio ambiente sano y sostenible para las
generaciones presentes y futuras.

Instrumentos internacionales para el aprovechamiento compartido de los


beneficios
El saber científico ha dado lugar a notables innovaciones sumamente
beneficiosas para la humanidad. La esperanza de vida ha aumentado de
manera considerable y se han descubierto tratamientos para muchas
enfermedades. La producción agrícola se ha incrementado enormemente en
muchos lugares del mundo para atender las crecientes necesidades de la
población. Está al alcance de la humanidad el liberarse de los trabajos penosos
gracias al progreso tecnológico y a la explotación de nuevas fuentes de
energía, que también han permitido que surgiera una gama compleja y cada
vez mayor de productos y procedimientos industriales. Las tecnologías
basadas en nuevos métodos de comunicación, tratamiento de la información e
informática han suscitado oportunidades, tareas y problemas sin precedentes
para el quehacer científico y para la sociedad en general. El avance
ininterrumpido de los conocimientos científicos sobre el origen, las funciones y
la evolución del universo y de la vida proporciona a la humanidad enfoques
conceptuales y pragmáticos que ejercen una influencia profunda en su
conducta y sus perspectivas.
Recordando:
a) Declaración Internacional sobre los Datos Genéticos Humanos (2003).
b) Directrices de Bonn sobre el Acceso a los Recursos Genéticos y la
Distribución Justa y Equitativa de los Beneficios Provenientes de su
Utilización (2002).
c) Declaración de Doha relativa al Acuerdo sobre los ADPIC y la Salud
Pública (2001).
d) Declaración delComitéÉticodela Human Genome Organization
sobreladistribución debeneficios (2000).
e) Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos
Humanos (1997).

Modelos de acuerdos de aprovechamiento de beneficios


La enseñanza científica, en sentido amplio, sin discriminación y que abarque
todos los niveles y modalidades, es un requisito previo fundamental de la
democracia y el desarrollo sostenible. En los últimos años se han tomado
medidas en todo el mundo para promover la enseñanza básica para todos. Es
esencial que se reconozca el papel primordial desempeñado por las mujeres en
la aplicación del progreso científico a la producción de alimentos y la atención
sanitaria, y que se realicen esfuerzos para mejorar su comprensión de los
adelantos científicos logrados en esos terrenos. La enseñanza, la transmisión y
la divulgación de la ciencia deben construirse sobre esta base. Los grupos
marginados aún requieren una atención especial. Hoy más que nunca es
necesario fomentar y difundir conocimientos científicos básicos en todas las
culturas y todos los sectores de la sociedad, así como las capacidades de
razonamiento y las competencias prácticas y una apreciación de los valores
éticos, a fin de mejorar la participación de los ciudadanos en la adopción de
decisiones relativas a la aplicación de los nuevos conocimientos. Habida
cuenta de los progresos científicos, es especialmente importante la función de
las universidades en la promoción y la modernización de la enseñanza de la
ciencia y su coordinación en todos los niveles del ciclo educativo. En todos los
países, especialmente en los países en desarrollo, es preciso reforzar la
investigación científica en los programas de enseñanza superior y de estudios
de posgrado tomando en cuenta las prioridades nacionales.
A) Opciones justas e igualitarias para participantes en investigaciones.
B) Biopiratería y aprovechamiento compartido justo de los beneficios de los
recursos.
C) genéticos Patentes y propiedad intelectual.
D) Opciones válidas para fomentar el acceso justo y equitativo a nuevas
modalidadesterapéuticas y de diagnóstico o a productos derivados de
las mismas.
integración de componentes que desarrollen capacidades en
investigación financiada externamente y otras iniciativas
La creación de capacidades científicas deberá contar con el apoyo de la
cooperación regional e internacional a fin de alcanzar un desarrollo equitativo y
la difusión y la utilización de la creatividad humana sin discriminación de ningún
tipo contra países, grupos o individuos. La cooperación entre los países
desarrollados y los países en desarrollo debe llevarse a cabo ateniéndose a los
principios de pleno y libre acceso a la información, equidad y beneficio mutuo.
En todas las actividades de cooperación es menester prestar la debida
atención a la diversidad de tradiciones y culturas. El mundo desarrollado tiene
el deber de acrecentar las actividades de cooperación con los países en
desarrollo y los países en transición en el ámbito de la ciencia. Es
particularmente importante ayudar a los Estados pequeños y los países menos
adelantados a crear una masa crítica de investigación nacional en ciencias
mediante la cooperación regional e internacional. La existencia de estructuras
científicas, como las universidades, es un elemento esencial para que el
personal pueda capacitarse en su propio país, con miras a una carrera
profesional ulterior en él. Se deberán crear condiciones que contribuyan a
reducir el éxodo de profesionales o a invertir esa tendencia. Ahora bien,
ninguna medida que se adopte deberá limitar la libre circulación de los
científicos.

Prohibición de utilizar incentivos indebidos para participar en una


investigación
Además de sus ventajas manifiestas, las aplicaciones de los avances
científicos y el desarrollo y la expansión de la actividad de los seres humanos
han provocado también la degradación del medio ambiente y catástrofes
tecnológicas, y han contribuido al desequilibrio social o la exclusión. Un
ejemplo: el progreso científico ha posibilitado la fabricación de armas muy
perfeccionadas, lo mismo tradicionales que de destrucción masiva. Existe
ahora la posibilidad de instar a una reducción de los recursos asignados a la
concepción y fabricación de nuevas armas y fomentar la transformación, al
menos parcial, de las instalaciones de producción e investigación militares para
destinarlas a fines civiles. La Asamblea General de las Naciones Unidas
proclamó el año 2000 Año Internacional para la Cultura de la Paz y el año 2001
Año de las Naciones Unidas del Diálogo entre Civilizaciones como pasos hacia
la instauración de una paz duradera. La comunidad científica, junto con otros
sectores de la sociedad, puede y debe desempeñar un papel fundamental en
este proceso.
PROTECCIÓN DE LAS GENERACIONES FUTURAS (ARTÍCULO 16)

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE PENSAR EN EL FUTURO?

a. Situaciones preocupantes:

Un gran número de países se está desarrollando a gran velocidad, pero el


crecimiento económico tiene consecuencias negativas, como por ejemplo el
aumento de las desigualdades o el deterioro medioambiental. Este crecimiento
suele basarse en la reducción, el consumo o la destrucción de recursos
naturales (como el petróleo o la madera). Si esta tendencia prosigue, el mundo
estará más poblado y más contaminado y será menos estable ecológicamente
y más vulnerable a los cambios. En este contexto se acuñó la idea de
‘desarrollo sostenible’.

El contexto ético de este principio se articula en la Declaración sobre las


Responsabilidades de las Generaciones Actuales para con las Generaciones
Futuras aprobada por la UNESCO en 1997. En el Artículo 4 de la Declaración
se afirma:
‘Las generaciones actuales tienen la responsabilidad de legar a las
generaciones futuras un planeta que en un futuro no esté irreversiblemente
dañado por la actividad del ser humano’.
b. Sensibilidad contemporánea para con las generaciones futuras:

1. Se considera (por ejemplo, véase Agius, 2006) que hay tres factores que
explican la sensibilidad contemporánea para con las generaciones
futuras:
2. La tecnología ha alterado la naturaleza de la actividad humana de tal
modo que ésta ya no sólo influye en las vidas de los seres humanos del
presente, sino también en las de los del futuro.
3. La realidad actual es interdependiente y está interrelacionada. Vemos,
por ejemplo, que las catástrofes medioambientales en una región
afectan tanto a otras regiones como a otras generaciones.
EL ALCANCE Y LOS LÍMITES DE LAS RESPONSABILIDADES
RELACIONADAS CON EL FUTURO

El concepto de responsabilidad moral para con las generaciones futuras


también está relacionado con el concepto de justicia intergeneracional
Este concepto está basado en la idea de que las actividades de las
generaciones actuales deben estar limitadas por la obligación de tener en
cuenta y salvaguardar el desarrollo y las necesidades de las generaciones
futuras. Tradicionalmente, la justicia se ha definido como ‘dar a cada cual lo
que merece’. Al difundir las obligaciones para con las generaciones futuras
como una cuestión de justicia, se ha introducido un nuevo discurso de justicia
intergeneracional.

Si esas camadas de humanos por venir son entes potenciales, podrían


pretender ser sujeto de derechos; pero si en cambio cuando los evocamos
estamos hablando de una mera probabilidad al anticipar la llegada de estos
seres a la vida concreta, entonces estamos trabajando más bien con un
concepto que con una realidad ontológica. ¿De qué derechos estaríamos
hablando si éstos no llegan a ser reclamados efectivamente por nadie? Y en el
mismo sentido: ¿sería lógico postular un tipo especial de derechos que valga
para los hombres del futuro pero que no tenga validez alguna para los hombres
del presente? ¿Acaso los intereses proyectados de las generaciones por venir
deberían prevalecer y gravitar en las decisiones de esta generación? Una
teoría de los deberes no puede sentirse cómoda al ordenar el sacrificio de
personas actuales con miras a favorecer las condiciones de vida de personas
futuras, persiguiendo la utilidad máxima (la mayor cantidad de bienes posible) o
la utilidad promedio (la armónica distribución del mismo grado de bienes para
todos). Para completar este cuadro de interrogantes tenemos que aceptar que
las condiciones de vida del futuro nos son totalmente desconocidas, y que todo
el cuadro de situación sobre este asunto está pautado desde nuestro más
inmediato presente. Será desde aquí, entonces, que ensayaremos establecer
prioridades y definiremos los límites de nuestra responsabilidad
intergeneracional.

El filósofo estadounidense Ronald Green miembro de planta del


DarmouthCollege ha venido trabajando en esta línea en los últimos años,
valiéndose de la teoría de la justicia de John Rawls para aplicarla al área
sanitaria y a la cuestión medioambiental (Green, 1977: 251). En su opinión
pueden extraerse algunos axiomas de responsabilidad intergeneracional que
sirvan para pensar nuestras obligaciones con el futuro.

1. En primer término :estamos atados a los seres humanos por venir por
lazos de justicia. Nuestro mundo posee un límite físico (recursos,
espacio, etcétera) que no podemos sobrepasar sin lesionar, dañar o
hacer sufrir a nuestros congéneres. Tales perturbaciones no hacen más
que subrayar nuestra interdependencia y la insensatez a la que lleva el
uso de la fuerza y del poder como guía de las acciones humanas.
Podemos suponer entonces que en un mundo futuro, si llegara a existir,
este tipo de conflicto real entre individuos puede volver a plantearse en
idénticos términos: así como nuestros deseos y comportamientos
desafían hoy a nuestros vecinos, bien podrían presentarle conflicto a
personas futuras. El principio de justicia obliga entonces a distribuir con
equidad bienes y oportunidades en el presente (justicia distributiva), pero
esta distribución justa tendría que poder ser sostenida a lo largo del
tiempo. La regla de oro puede ser un buen baremo para medir estas
situaciones en concreto y plantear, caso por caso, si estamos faltando a
nuestro deber ético en el plano sincrónico y en el diacrónico.
2. En segundo término: Green sostiene que las vidas de las futuras
personas deberían ser mejores que las nuestras, o al menos no
ciertamente peores. El esfuerzo humano se encamina permanentemente
hacia una mejora de las condiciones de vida para nuestros
descendientes, y el empeño está puesto en esa superación de lo dado,
que no es otra cosa que lo recibido ya en herencia por nosotros al venir
a la existencia. Aunque pudiera discutirse mucho respecto de qué
significa una vida con calidad, es cierto que debemos hacer lo imposible
para no degradar, dilapidar, diezmar y empeorar nuestra herencia
ambiental, natural y cultural presente. Seríamos maleficentes si así lo
hiciéramos, y colocaríamos a las generaciones humanas venideras en
una posición incómoda para apreciar esa herencia mal utilizada.
3. En tercer término: Green apoya la idea de que el sacrificio en pro del
futuro y las cargas que ello implique deben distribuirse de manera
equitativa entre todos los seres humanos presentes, recayendo el peso
mayor en los que más tienen o, lo que es lo mismo, considerando en
especial a los que disponen actualmente de menores ventajas. Esta
desigualdad de base entre ricos y empobrecidos tiene que ser
remediada en el momento de instituir cargas, las cuales serán de todas
maneras soportadas en distinta medida por todos los seres humanos
vivientes. La noción de justicia mencionada al comienzo busca ahora, en
este tercer escalón, su complemento con la noción de equidad, y la
aplicación de ambos conceptos dispone siempre de un lugar en una
ética entre presentes como así también en una ética elaborada en clave
futura.

¿TENEMOS OBLIGACIONES PARA CON LOS SERES


HUMANOS DEL FUTURO?

No obstante, resulta problemático afirmar que tenemos responsabilidades para


con la posteridad o la obligación de ser justos para con las generaciones
futuras ¿Tiene sentido afirmar que uno tiene responsabilidades para con
personas que aún no existen? ¿De qué hablamos exactamente cuando
hablamos de generaciones futuras? ¿De nuestros hijos y nietos recién nacidos,
de seres humanos que aún no han nacido y por lo tanto no podemos
considerar individuos o de todas las generaciones futuras (humanas o no) que
heredarán la Tierra? Las dos posturas más frecuentes son las siguientes:
a. Sólo tenemos una responsabilidad para con las generaciones del futuro
inmediato. Es decir, nuestras obligaciones sólo abarcan una o dos
generaciones a partir de la nuestra. Esta postura se basa en la idea de
que sólo tiene sentido hablar de responsabilidad moral si existen
relaciones morales.
b. Todas las generaciones futuras pueden reclamar que las tengamos en
cuenta, por lo que tenemos responsabilidades para con todas las
generaciones, por lejanas en el futuro que estén

En esta postura, la idea clave es la de ‘patrimonio común’, es decir, que aquello


que pertenece a toda la humanidad no puede considerarse como un mero
territorio no explorado ni reclamado que el que llegue antes que el resto puede
expropiar y explotar. Los recursos de la Tierra pertenecen a todas las
generaciones.

La ética aparece como una instancia capaz de proponer restricciones


significativas a distintos cursos de acción, en orden a ponderar sus resultados
tantas veces inciertos. El imperativo tecnológico nos ha habituado a pensar que
si una acción es técnicamente posible, entonces debe ser ejecutada. El planteo
ético que aquí sostenemos recalca en cambio que los vivientes cargan consigo
una obligación mayor que, cuanto menos, los convoca a la abstención cuando
de su accionar se deriven peligros serios para las generaciones futuras esto es,
que puedan ser íntimamente vulnerados algunos derechos de que las actuales
generaciones disponen y disfrutan y en razón de lo cual nuestros congéneres
aún no nacidos corren el riesgo de no llegar a conocer jamás. En otros
términos, la conservación y la protección y la mesura en nuestro trato
científico–tecnológico con el mundo puede constituir hoy un capítulo
indispensable del cálculo racional y de la prudencia utilitaria en términos de
nuestra generación actual, un acto de amor respecto de nuestros hijos y nietos,
un acto de pura justicia y respeto por los derechos del prójimo en relación con
las generaciones más alejadas de nosotros.
¿CÓMO REPRESENTAR AL FUTURO EN LAS DECISIONES
DEL PRESENTE?

Aunque consideremos que es necesario preocuparse moralmente por las


generaciones futuras, ¿qué tipo de obligaciones tenemos para con personas
que aún no existen y que incluso puede que nunca existan? No sabemos
cuáles serán las necesidades de las generaciones futuras, ya que su identidad
dependerá de varios factores y, por definición, las generaciones futuras no
pueden reclamarnos nada porque aún no existen.
Una solución a este problema es que las generaciones futuras cuenten con
personas que actúen en su nombre. Así, se ha propuesto crear una oficina que
represente a las generaciones futuras a nivel nacional, regional e internacional.
Dar voz a los que no la tienen es una cuestión de justicia, por lo que deben
crearse mecanismos institucionales para hacer de nuestras responsabilidades
para con las generaciones futuras una realidad. Comentar esta opción. Tome
como ejemplo la Comisión para las Generaciones Futuras creada en un Estado
Miembro de la UNESCO. Comente cómo puede materializarse un enfoque
parecido a nivel internacional, por ejemplo creando una Comisión de las
Naciones Unidas. Analice las ventajas y los inconvenientes.
LA ASISTENCIA SANITARIA Y LAS GENERACIONES
FUTURAS

En la asistencia sanitaria, existen varios ejemplos de avances tecnológicos y


científicos que tienen un impacto perjudicial en las generaciones futuras.
a. La prescripción irracional de medicamentos (como ocurre, por
ejemplo, con los antibióticos) es una amenaza para las
generaciones futuras , efectos a largo plazo de la medicina.

La prescripción irracional e ineficaz puede también tener su origen en la


mala cuantificación de las necesidades de medicamentos. Ante un surtido
insuficiente o inapropiado de medicamentos, quienes los prescriben suelen
acortar los tratamientos tratando de que alcancen hasta donde sea posible
sus escasas dotaciones, o sustituyen los medicamentos que faltan con
otros. En casos extremos los tratamientos se acortan hasta llegar a ser
ineficaces y los medicamentos empleados como sucedáneos son
inadecuados.
b. LOS XENOTRANSPLANTES

Son transplantes de órganos y tejidos desde un animal


donante (generalmente primates y cerdos) a un humano receptor. Esta
técnica biomédica se esgrime como una importante fuente de órganos
(corazones, pulmones, riñones, hígados) y tejidos para los pacientes que
año a año, mueren en la espera de un transplante que promete alargar su
vida. Sin embargo, una serie de problemáticas médicas y éticas replantean
la situación de los xenotransplantes en la biomedicina. En la década de
1960, la biomedicina y la cirugía comienzan una senda de sistemático
aprendizaje en el área de transplantes. En esta década, corazones de
chimpancé y riñones de babuino fueron transplantados a 18 pacientes,
quienes sobrevivieron a la operación y murieron luego entre el primero y el
noveno mes posterior al transplante. Esta tendencia se ha mantenido hasta
nuestros días, y de todas las personas que han recibido transplantes de
órganos animales, si bien la sobrevida ha ido en sistemático aumento
(según la RDS –ResearchDefenseSociety- un 90% de los transplantados de
hígado sobrevive un año, y tres cuartos de ellos 5 años con su nuevo
órgano), ninguno de estos pacientes ha sobrevivido para morir por una
causa no asociada al órgano transplantado.
c. LOS ALIMENTOS MODIFICADOS GENÉTICAMENTE

Se ha producido un enorme incremento en los alimentos genéticamente


modificados (GM) que aparecen en el mercado y existe una creciente
preocupación de que estos organismos genéticamente modificados (OGM)
son perjudiciales para los animales y los seres humanos. Los productos
GM, OGM o transgénicos han sido introducidos en la cadena alimentaria sin
que lo sepamos

El 90% de los productos de alimentos para bebés, comidas rápidas, aceites


vegetales, jugos, bizcochos, pasteles y dulces han sido contaminados con
productos de maíz y soya que son modificados genéticamente.
Cultivados principalmente en los EE.UU., Brasil y Argentina, donde el 90%
de los cultivos de maíz, soya y remolacha son modificados
genéticamente. Pero los productos alimenticios no están marcados
correctamente, y a veces nada en lo absoluto. De igual manera, casi todo
el ganado está siendo alimentado ahora con alimentos modificados
genéticamente. Hay investigaciones y pruebas concluyentes que
demuestran que los OGM ingeridos por los animales también son
transmitidos a los humanos a través de la carne, la leche, los huevos y el
queso.
Los efectos en la salud de los animales y los seres humanos son
potencialmente catastróficos; que van desde alergias hasta tumores
cancerosos y los efectos en el comportamiento de las personas y los
animales al comer alimentos transgénicos son todavía desconocidos.

Vegetales provenientes del laboratorio


Además, la alta toxicidad de los cultivos transgénicos y sus complementos
de pesticidas también están destruyendo los suelos, contaminando las
fuentes de agua, y acabando con la naturaleza al matar millones de
insectos y por lo tanto a las aves y otros animales diariamente.

PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE, LA BIOSFERA Y LA BIODIVERSIDAD


(ARTÍCULO 17)

Artículo 17.- Protección del medio ambiente, la biosfera y la biodiversidad Se


habrán de tener debidamente en cuenta la interconexión entre los seres
humanos y las demás formas de vida, la importancia de un acceso apropiado a
los recursos biológicos y genéticos y su utilización, el respeto del saber
tradicional y el papel de los seres humanos en la protección del medio
ambiente, la biósfera y la biodiversidad.
La huella ecológica es un patrón de medición del impacto ambiental generado
por la demanda del ser humano en los ecosistemas del planeta y en relación
con la capacidad de la Tierra para regenerar sus recursos. Si cada persona
toma conciencia del “tamaño” de su huella y la multiplica por la cantidad de
personas que habitan el planeta será capaz de aportar, a partir de la búsqueda
del equilibrio, su granito de arena en el cumplimiento de la Declaración.
LA RELACIÓN ENTRE LA BIOÉTICA Y LAS CUESTIONES MEDIOAMBIENTALES
A la ética del medio ambiente le incumben también las mismas grandes
preguntas que a la ética en general. Por ejemplo: ¿son válidos aún los
paradigmas éticos tradicionales para responder a los problemas ambientales
derivados de las actividades de las sociedades humanas? Más aún: ¿hay
principios o leyes morales de carácter general, es decir, de aplicación universal,
independiente del contexto, que deban seguirse a la hora de valorar las
consecuencias de nuestros actos sobre la naturaleza? Los universalistas
responderían de modo afirmativo, mientras que los relativistas defenderían que
los principios morales son siempre personales e intransferibles, y los
utilitaristas considerarían la bondad de los actos en función de sus
consecuencias —en concreto, de la cantidad de bien producido, es decir, de su
contribución a la “felicidad” de quienes reciben dicho bien. Ahora bien, no es
difícil darse cuenta de que el criterio utilitarista, sin más, acarrea sus peligros,
pues no siempre debe considerarse justo, ético o bueno, aquello que produce
la felicidad a gran cantidad de gente. Por ejemplo, prácticas que provocan
grandes mortandades entre los animales, como la caza ilegal de los elefantes
por el marfil de sus colmillos, podrían llegar a ser consideradas éticamente
como buenas, ya que generan satisfacción a los humanos. Por ello, no resulta
claro hasta qué punto la ética del medio ambiente puede ser una ética
utilitarista. Por contra, las teorías de la ética deontológica mantienen que las
acciones deben juzgarse como buenas o malas independientemente de sus
consecuencias. Así, se establecen códigos de normas o principios basados tan
sólo en el deber, que podemos considerar como imperativos categóricos, cuya
observancia o violación es lo que está intrínsecamente bien o mal.
ANTECEDENTES
La ética ambiental surge a mediados del siglo xx, motivada principalmente por
la necesidad de dar respuesta a dos importantes desafíos o encrucijadas
planteados por el antropocentrismo tradicional. En primer lugar, a las
pretensiones de superioridad moral manifestadas sin reservas por los seres
humanos respecto de los miembros de otras especies. Y en segundo término, a
la posibilidad de encontrar argumentos racionales que permitiesen asignarle
valor intrínseco al ambiente natural y sus componentes no humanos.
Sustentado en ambas referencias, comenzó paulatinamente a gestarse un
proceso de crítica al impacto ejercido por la acción humana sobre el entorno y
un replanteamiento del modo en que los hombres contemporáneos entendían
su relación con la naturaleza, mediada por la técnica. Se hizo así explícita, por
primera vez, la necesidad de fomentar una nueva actitud reflexiva, capaz de
enfrentar la hybris desenfrenada que amenazaba a la vida en todas sus
manifestaciones.
ÉTICA MEDIOAMBIENTAL ANTROPOCÉNTRICA: UNA ÉTICA CENTRADA EN EL SER
HUMANO
En ésta se ubican las corrientes que se caracterizan por tomar en cuenta el
agudo deterioro del medio ambiente en función de las consecuencias que tiene
en las condiciones de vida del hombre, y no por los efectos depredadores que
ha experimentado la misma naturaleza, los cuales ponen en riesgo su proceso
de renovación.
Esta ética se califica de antropocéntrica porque la reflexión moral que realiza
del medio ambiente gira en torno al hombre, el cual, desde su perspectiva,
requiere de condiciones ambientales favorables para el logro de su
supervivencia, bienestar y desarrollo. Para Margarita M. Valdés1 estas
corrientes del pensamiento medioambiental no logran estructurar una teoría
ética nueva, porque parten de la teoría ética tradicional y sólo incorporan la
problemática ambiental para derivar planteamientos y preceptos morales
orientados a la conservación y preservación de la naturaleza como medida
necesaria para asegurar la sobrevivencia del hombre. Es por ello que Tom
Regan2 considera que la ética de corte antropocéntrica no es una ética del
medio ambiente, sino una ética para la gestión y el uso del mismo. Esta ética
parte de una cosmovisión, que constituye su fundamento, en la cual
encontramos la siguiente concepción del hombre y de la naturaleza:
A) EL HOMBRE EN LA ÉTICA ANTROPOCÉNTRICA: El ser humano es el centro
y el eje del universo por su capacidad de razonar y de actuar conforme a fines,
lo cual le permite transformar a la naturaleza y crear una realidad para sí
mismo. Esta visión del hombre se consolida gracias a los planteamientos del
Iluminismo, el cual, apoyándose en los avances de la ciencia, pudo erigir a la
razón instrumental como la cualidad que le permite al hombre comprender las
causas y efectos de los hechos, así como utilizar a la naturaleza para su
provecho a través de medios e instrumentos técnicos adecuados que
posibilitan lograr el control y el dominio del mundo natural. De esta forma se
establece la superioridad del hombre sobre todo miembro de la biosfera, y se
adopta a la ciencia y a la tecnología como los principales instrumentos para
sujetar el mundo natural a los fines del hombre. De acuerdo con Aledo y
colaboradores,3 en este paradigma que predominó en los siglos xvii y xviii, la
ciencia queda atrapada por la racionalidad instrumental (Zweckrationalität), un
tipo de pensamiento que se guía conforme a fines que buscan la utilidad y el
resultado provechoso por encima de cualquier otro objetivo, cancelando con
ello a la racionalidad conforme a valores
(Wertrationalität). No obstante, los avances de la misma ciencia contribuyen a
fracturar este paradigma, puesto que señalan los límites de la racionalidad
instrumental y proporcionan una visión integral de la realidad, la cual permite
reconocer la interdependencia de todos los elementos que conforman la
comunidad Tierra. Desde otra perspectiva, Tom Regan4 señala que si bien la
filosofía de Emmanuel Kant no es antropocéntrica, su planteamiento de la
condición moral del hombre tiene implicaciones en esta ética. De acuerdo con
este autor, Kant postula que sólo los seres humanos poseen valor intrínseco o
valor en sí mismo, puesto que son sujetos con autonomía racional que buscan
su realización y por ello merecen respeto, así como consideraciones y deberes
morales. En el pensamiento de este filósofo, la capacidad del hombre de
pensar y tener conciencia es la cualidad que, a la vez que lo distingue, permite
considerarlo como un fin en sí mismo cancelando la posibilidad de visualizarlo
como medio o instrumento. En estos postulados se basa la visión
antropocéntrica de la ética ambiental para plantear que sólo los seres humanos
pueden ser considerados sujetos morales, con derechos y deberes éticos en
tanto que son agentes racionales capaces por ello de tomar decisiones y
asumir responsabilidades. Desde su óptica, la ética sólo puede regir entre los
seres humanos, ya que éstos pueden establecer relaciones simétricas al
poseer las mismas capacidades racionales, posibilitando con ello el
establecimiento de la justicia como principio regulativo que opere en las
interrelaciones humanas. Esta línea considera que el hombre tiene el derecho
intrínseco de buscar y lograr su realización reduciendo al resto de los
elementos y especies que conforman a la biosfera a simples medios para
alcanzar este fin. De esta forma, la ética queda limitada al ámbito de la vida
humana, mientras que para el resto de los demás componentes de la
comunidad Tierra, incluyendo los seres vivos no humanos, sólo es posible
ejercer la beneficencia y la compasión.
PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA ÉTICA MEDIOAMBIENTAL
 JUSTICIA MEDIOAMBIENTAL
La justicia ambiental representa la reivindicación ética mínima de la ética
ambiental y tiene dos dimensiones: la justicia ambiental distributiva atañe a la
igualdad de la distribución de los beneficios y las cargas ambientales, mientras
que la justicia ambiental participativa tiene que ver con las oportunidades de
participar en el proceso de toma de decisiones. Mientras que la justicia
ambiental doméstica es fácil de entender y aceptar, la institucionalización de la
justicia ambiental global sigue representando un problema para la comunidad
internacional. Los diecisiete principios de la justicia ambiental proclamados en
la Primera Cumbre Nacional del Liderazgo de Gente de Raza Negra, de 1991,
ofrecen un buen punto de partida para mejorar las estrategias de ética
ambiental

 JUSTICIA INTERGENERACIONAL
El principio de la igualdad entre las generaciones es una extensión del principio
de la igualdad de derechos y constituye su núcleo central. Los derechos a la
vida, la libertad y la felicidad son derechos humanos básicos que compartimos
todos porque conciernen tanto a las generaciones futuras como a las
presentes. Cada generación debe dejar a la siguiente una oportunidad de vivir
una vida feliz. Así pues, el deber de toda generación es legar a sus
descendientes, no sólo un sistema político-económico justo, sino también una
tierra sana y capaz de generar recursos.

 RESPETO DE LA NATURALEZA
Aunque la mayoría de los especialistas en esta cuestión se apoyan en
tradiciones diversas, todos hacen hincapié en el deber de conservar y proteger
la integridad del ecosistema y de su biodiversidad. Nadie pone en duda que la
prosperidad de los seres humanos depende de la prosperidad de la naturaleza,
pues éstos forman parte de la naturaleza y la economía humana es un
subsistema de la economía de la naturaleza: la primera debe ajustarse a la
segunda y observar sus leyes. La Tierra es nuestro hogar y está en crisis, por
consiguiente, hemos de cumplir nuestro deber de cuidarla.
DESARROLLO SOSTENIBLE
A fin de comprender el papel de la educación en el logro de la sostenibilidad y
en el desarrollo ambiental y económico de las sociedades, y como antesala a la
noción de formar bioéticamente para el desarrollo sostenible, se procederá a
establecer los antecedentes, la concepción y las implicaciones teóricas del
concepto de desarrollo sostenible, y posteriormente se derivará su definición.
BIBLIOGRAFÍA

http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55429664002
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https://es.slideshare.net/SaylCuevas/artculo-15-biotica-proteccin-del-
medio-ambiente-biosfera-y-biodiversidad
http://www.redalyc.org/pdf/644/64411463002.pdf

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