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CONTROL PSICOLOGICO EN EL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

El entrenamiento provoca un ciclo de fatiga, recuperación y autorenovación

que conduce a la llamada "hipertrofia del trabajo" o sobrecompensación. Cuatro

factores interactúan en este proceso: carga funcional, alimentación, descanso y el

sistema nervioso, en su expresión más compleja, la conciencia.

El lugar que le corresponde al trabajo mental es esencial, mucho antes de que

se movilicen las estructuras implicadas en la ejecución del movimiento el deportista

debe saber cómo actuar mediante un programa mental que es confeccionado por

medio del efecto educacional del entrenador.

El trabajo mental al acompañar el trabajo físico, regulándolo, estructura

también las funciones superiores del cerebro. Por tanto, las desarrolla y perfecciona.

Es mediante la propia actividad que se forman y desarrollan las habilidades

intelectuales y las cualidades de la personalidad del deportista.

Por tanto en el entrenamiento se ponen de manifiesto la unidad de lo psíquico y lo

biológico. Hay un proceso mutuo de desarrollo, perfeccionamiento y estructuración de

funciones.

El hecho de que el nivel de entrenamiento presente características psicológicas

bien definidas permite al entrenador ejecutar el control de las respuestas del

deportista a las cargas de entrenamiento y colaborar a su regulación.

El control del entrenamiento no es más que el registro de lo realizado, lo que

generalmente incluye toda la parte del proceso factible de cuantificar, es decir las

tareas, el volumen, algunos índices de la intensidad de la carga, los resultados en las

competencias, test pedagógicos y otros tipos de pruebas como formas

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imprescindibles del control, constituye el complemento de la planificación y ejecución

del mismo en relación con los resultados obtenidos.

El control psicológico debe ser integral, permitiendo simultáneamente la

evaluación de las cualidades y particularidades psíquicas en su conjunto y de manera

específica, está basado en el registro y evaluación de la actividad del jugador,

descansa en objetivos previamente establecidos, es un elemento de

retroalimentación al entrenador y atleta facilitando información para la planificación de

las sesiones de entrenamiento y lleva necesariamente a la acción transformadora o

aseguradora de los procesos de dirección.

El control se facilita ya que los procesos y propiedades psicológicas sufren

cambios mensurables, en el proceso de entrenamiento. Son indicadores de la

dirección que está tomando el desarrollo del atleta, si tiene sentido progresivo, si se

ha estancado o está en proceso de regresión. Los medios y procedimientos a través

de los cuales se ejecuta el control psicológico del entrenamiento se relacionan con

los métodos de investigación de la psicología del deporte contemporáneo la

observación, el experimento en condiciones de laboratorio y de terreno, la evaluación

sistemática mediante test psicológicos, incluyendo la entrevista, encuesta y pruebas

psicométricas y por último el método de análisis de los productos de la actividad del

jugador en las sesiones de entrenamiento, debe existir una estrecha relación entre

los métodos empleados y sus posibilidades para evaluar los parámetros realmente

empleados en los rendimientos y constituye un paso metodológico insoslayable.

Teniendo en consideración el principio de continuidad del entrenamiento, el

control psicológico debe estar obligatoriamente vinculado a la estructura del plan de

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preparación deportiva durante el ciclo anual. Confiere esta situación que el control

psicológico se realice a largo, mediano o corto plazo.

El control psicológico a largo plazo estriba en los procedimientos de evaluación

que se realizan al inicio y final del ciclo de preparación deportiva. Mientras que el

control a mediano plazo se realiza al inicio y final de los mesociclos de preparación

general y especial, como durante las competencias preparatorias. El control

psicológico a corto plazo, es quizás el más importante ya que se realiza en la unidad

de entrenamiento.

Debe comenzarse aplicarse el control psicológico a largo plazo por medio

del psicodiagnóstico inicial del deportista desarrollado por el Dr. Francisco García

Ucha (1986). El procedimiento tiene como propósito conocer el estado psicológico y

las propiedades de la personalidad de los jugadores al empezar la preparación. Se

hace un balance de la actuación posterior del atleta, nivel de aspiración a rendir,

intensidad y volumen de sus motivos, particularidades de las cualidades de la

personalidad íntimamente vinculadas con el deporte, ansiedad y valoración de sus

habilidades intelectuales.

En el transcurso de estos exámenes se obtienen datos preliminares de carácter

general de la personalidad del atleta, de las propiedades fundamentales de su sistema

nervioso, el grado de desarrollo de sus cualidades deportivas, personales y las

capacidades psicomotoras generales, así como datos de sus habilidades

intelectuales. Con estos datos se obtiene una respuesta aproximada de la clase de

persona que es el deportista en la actividad. De ellos se derivan un número de

recomendaciones tendientes al aseguramiento del nivel de motivación adecuado para

la práctica de la actividad. Es importante para ello tener presente las circunstancias

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en que se aplican los instrumentos, la complejidad de los mismos lo cual puede influir

en la actividad del atleta frente a las pruebas.

Las repercusiones negativas derivadas de la falta de información acerca de los

resultados pueden acarrear dificultades posteriores, todos estos aspectos deben ser

tomados en consideración.

El control psicológico a mediano plazo; se encuentra delimitado dentro de cada

uno de los mesociclos de preparación y va dirigido al conocimiento y valoración del

estado de desarrollo de las cualidades técnico-tácticas del jugador, sus aspectos

psicológicos, disposición a rendir, nivel de aspiración y autocontrol en la actividad. Se

incluyen además un conjunto de técnicas que permiten realizar una valoración de la

dinámica psicosocial del equipo, su grado de cohesión, nivel de desarrollo alcanzado

por el equipo, papel de los líderes principales y compatibilidad entre los miembros.

Los datos de control psicológico en este nivel de preparación permiten conocer

en qué forma se manifiestan las propiedades específicas de la personalidad del

jugador, los parámetros psicológicos de la actividad, procesos de autocontrol, factores

psicógenos negativos que tienen lugar en el entrenamiento y situaciones de

competencias preliminares dinámicas de los objetivos, de la motivación de los

jugadores, etc. Los resultados deben llevarnos a un balance más adecuado de los

acentos a realizar en la planificación de las cargas de entrenamiento.

El control psicológico a corto plazo está vinculado a la unidad de

entrenamiento, aquí ocurren los procesos más importantes del tránsito de la actividad

a las transformaciones en el organismo y la psiquis del atleta. La sistematización de

los datos obtenidos en las sesiones de entrenamiento permite prever la marcha del

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proceso de perfeccionamiento de las capacidades de los jugadores y constituye la

conformación significativa para el pronóstico de los rendimientos.

El control psicológico de la sesión de entrenamiento debe estar vinculado a los

objetivos que se persiguen en la actividad y a sus exigencias psicológicas. Si el

objetivo consiste, por ejemplo, en mejorar la precisión de la destreza en el manejo del

balón, es necesario considerar las funciones de la atención, la concentración y

estabilidad de la misma, la coordinación psicomotora, los procesos de interrelación

entre los jugadores y la disposición a rendir. Algunos aspectos tienen un carácter

general y pueden ser empleados de manera independiente a los objetivos específicos

de la sesión de entrenamiento tal como el estado psicológico del atleta, grado de

cansancio y recuperación, las reacciones emocionales y el grado de dificultad en la

ejecución de las acciones. Aspectos estos que pueden ser valorados mediante

entrevistas, escalas y registrando el testimonio de los jugadores.

Los instrumentos tienen un carácter muy operativo e incluyen casi todos los

métodos de psicología del deporte, el empleo profundo de la observación de la

dinámica de las acciones del atleta, su valoración por el entrenador y un interrogatorio

posterior de los resultados del trabajo deportivo. Se emplean a la vez escalas para la

autovaloración por parte del atleta del grado de cansancio, deseos de rendir, estado

de salud, emocional y la correlación estrecha de los datos con el resultado obtenido

por el atleta en el cumplimiento de los objetivos de la actividad permite deducir cuales

son los factores que en el orden psicológico están desempeñando un papel

importante.

Para lograr el objetivo del entrenamiento deportivo estos controles no pueden

ser percibidos y valorados de forma aislada, es preciso sustentarlos en una

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concepción sistémica. Ningún entrenador que trabaje en el ámbito del deporte de

competición, debe olvidar que el objetivo final es la preparación del deportista en su

conjunto, y no su preparación específica en alguno o algunos de los aspectos que

contribuyen a su rendimiento, o sea, es la interacción entre todas ellas lo que

determina el funcionamiento eficaz de los deportistas en la competencia.

Es decir que el aporte de cualquier preparación involucrada en el movimiento

deportivo, entre ella la que corresponde a la condición psicológica no consiste

únicamente en la mejora y desarrollo de su contenido específico, sino que además

debe contemplar su interacción apropiada con la mejora y desarrollo del contenido de

las restantes preparaciones.

Antecedentes de la Psicología deportiva en el Perú

El inicio de la psicología en el Perú data desde los años 70: Presencia del

psicólogo deportivo en la selección de futbol de fútbol de México 70.

Mediados del año 80, en base a las demandas e inconvenientes deportivos,

las organizaciones de positivas y clubes profesionales requieren del psicólogo.

(iniciativa propia o requerimientos, como componentes del comando técnico)

En los años 90 empiezan los trabajos de investigación, formación y

capacitación por medio de instituciones privadas

En el 2000 hasta la actualidad, se incrementa la actuación del psicólogo

deportivo, creándose el capítulo profesional y teniendo mayor presencia en el deporte

peruano.

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Formación y Capacitación Profesional

Entre los años 1998 y 2000, la Universidad de San Martín de Porres, desarrolla

la Primera Especialización de Psicología Deportiva en el Perú, fueron 2 promociones

de 20 alumnos cada uno

Estudios sobre la importancia del control psicológico en el deporte

Además, existe una serie de estudios que justifican de manera objetiva la

importancia del entrenamiento psicológico:

 Barbi y Hall (2009) relacionaron la utilización de un tipo de entrenamiento

psicológico, como es la práctica imaginada, en deportistas con distinta

performance. Encontraron que, a medida que aumentaba el nivel del

deportista, mayor tiempo se le dedicaba al entrenamiento psicológico,

realizando más entrenamiento psicológico los deportistas de nivel nacional,

que los de nivel regional y estos a su vez que los de nivel provincial, no

existiendo diferencias entre sexos. Además, en un segundo estudio (Cumming

y Hall, 2002a) se pone de manifiesto que los atletas de élite, también, utilizan

más la visualización en períodos de fuera de temporada. A esto, se le suma

otro estudio, Cumming y Hall (2002b), que pone de manifiesto que los

deportistas de mayor nivel, le dan una mayor importancia al entrenamiento

psicológico, no existiendo tampoco diferencias significativas entre sexos ni

entre deportistas del mismo nivel.

 Calmels y Fournier (2001) evaluaron el entrenamiento psicológico en

gimnastas femeninas de élite. Entre los resultados más importantes destaca el

hecho de que un plan de entrenamiento psicológico, aumentase la confianza y

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reforzase el nivel de confianza de las gimnastas. Además, es curioso saber

que, en períodos competitivos, se le atribuye una mayor importancia al

entrenamiento psicológico.

 Gammage, Hall y Rodger (2000) encuentran que los deportistas que realizan

una mayor práctica física, también realizan una mayor práctica psicológica,

llegando al final de su artículo a la hipótesis de que el uso de determinados

entrenamientos psicológicos, podrían crear adherencia a la práctica física.

 Orlick y Parington, citados en Weinberg y Gould (1996), realizaron un estudio

en el que ponen en práctica una serie de planes para afrontar las olimpiadas

con el equipo olímpico canadiense, mediante el cual se consiguió superar las

adversidades y los bajones de rendimiento, así como canalizar positivamente

la ansiedad y el arousal ligados a la ejecución.

 Un estudio realizado por Vealay, citado por Weinberg & Gould (1996), pone de

manifiesto que en 9 de cada 12 estudios en los que se verificaba una

intervención psicológica en el deporte mostraban una mejora de la ejecución.

Podemos ver, como estos estudios ponen de manifiesto que los planes de

intervención psicológica suelen acompañarse de un aumento del rendimiento y como,

el aumento de éste se acompaña por un aumento en la utilización de las técnicas de

entrenamiento psicológico.

Además, en caso de comprobarse la hipótesis de Gammage y col. (2000), de

que el entrenamiento psicológico aumenta la adherencia a la práctica deportiva,

puede convertirse en un elemento muy importante para utilizar no solo con deportistas

que tienen una orientación competitiva. Sino que, el entrenamiento psicológico podría

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convertirse en una herramienta muy útil para utilizar en deportes con otra orientación

distinta a la de obtener el máximo rendimiento del deportista, propios de otros campos

de la actividad física como son la actividad física y salud.

(Weinberg & Gould, 1996). Así, podríamos considerar que el componente

psicológico dentro del trabajo con deportistas no debe cuestionarse, ya que, es

precisamente en él donde radica el éxito y la calidad que diferencia un sistema de

entrenamiento de otro, ya que, a igualdad de capacidades físicas, el ganador será el

que exhiba una mejor técnica psicológica. Por tanto, los especialistas de la Actividad

Física y el Deporte deben aprender gran parte de estas destrezas psicológicas para

poder potenciar el rendimiento de nuestros deportistas.

El control del entrenamiento no es más que el registro de lo realizado, lo que

generalmente incluye toda la parte del proceso factible de cuantificar, es decir las

tareas, algunos índices de la intensidad de la carga, los resultados en las

competencias, test pedagógicos y otros tipos de pruebas como formas

imprescindibles del control, constituye el complemento de la planificación y ejecución

del mismo en relación con los resultados obtenidos.

El control psicológico debe ser integral, permitiendo simultáneamente la

evaluación de las cualidades psíquicas en su conjunto y de manera específica, está

basado en el registro y evaluación de la actividad del jugador, descansa en objetivos

previamente establecidos, es un elemento de retroalimentación al entrenador y atleta

facilitando información para la planificación de las sesiones de entrenamiento y lleva

necesariamente a la acción transformadora o aseguradora de los procesos de

dirección.

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El control se facilita ya que los procesos y propiedades psicológicas sufren

cambios mensurables, en el proceso de entrenamiento. Son indicadores de la

dirección que está tomando el desarrollo del atleta, si tiene sentido progresivo, si se

ha estancado o está en proceso de regresión. Los medios y procedimientos a través

de los cuales se ejecuta el control psicológico del entrenamiento se relacionan con

los métodos de investigación de la psicología del deporte contemporáneo la

observación, el experimento en condiciones de laboratorio y de terreno, la evaluación

sistemática mediante test psicológicos, incluyendo la entrevista, encuesta y pruebas

psicométricas y por último el método de análisis de los productos de la actividad del

jugador en las sesiones de entrenamiento, debe existir una estrecha relación entre

los métodos empleados y sus posibilidades para evaluar los parámetros realmente

empleados en los rendimientos y constituye un paso metodológico insoslayable.

La preparación psicológica para las competencias puede ser definida como un

proceso psicológico y pedagógico, que permite la optimización de las condiciones

internas de un deportista para que, en ajuste e íntima interacción con las

peculiaridades de su actividad, logre expresar el potencial físico, técnico y táctico

adquirido en los entrenamientos. Por su parte, la intervención psicológica constituye

un proceder dirigido a modificar o enriquecer una tendencia o propensión subjetiva

que perjudica el desempeño deportivo.

En el deporte es necesario conciliar un elevado nivel de activación con

determinado ordenamiento de acciones, en un contexto que exige o excede los

recursos adaptativos con los que cuenta el deportista. La dinámica deportiva resulta

particularmente compleja, singular y retadora, por lo que el control psicológico y las

intervenciones han de ser conducidos por especialistas en Psicología del deporte,

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que se convierten en suerte de oponentes de la labor que realiza el entrenador y en

evaluadores de los efectos subjetivos de las cargas que estos administran. Esta

dinámica constituye expresión de una elemental ley de la dialéctica: la unidad y lucha

de contrarios.

Las tareas del especialista en Psicología del deporte se insertan en los micros

y meso ciclos planificados, en los que se privilegia el volumen, la intensidad o

determinadas direcciones metodológicas del plan de entrenamiento, como la aerobia,

la fuerza rápida, la fuerza explosiva, la resistencia de la fuerza, la resistencia de la

velocidad y otras. El grado de acierto o pertinencia de las evaluaciones e

intervenciones del psicólogo, dependerán de su adecuación a los acentos

metodológicos del plan de entrenamiento deportivo.

Funciones:

El control en la actividad física y el deporte comienza con una evaluación

psicológico-deportiva que se adecuará al área de actuación (deporte de rendimiento,

de base e iniciación o deporte de ocio, salud y tiempo libre). Prosigue con una

planificación y programación de la intervención a realizar y continua con la evaluación

o control del trabajo llevado a cabo. Estas funciones se pueden complementar con

otras referentes a la educación, formación e investigación.

La evaluación se basa en los principios establecidos desde la psicología

científica por cuanto dicha evaluación pretende:

 La definición de los objetivos que pretendemos alcanzar.

 El establecimiento de las posibles alternativas de actuación.

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 La elección y utilización de las técnicas, instrumentos y procedimientos más

adecuados.

 El establecimiento de sistemas de control y evaluación parciales para llevar a

cabo los ajustes y las modificaciones oportunas en cada caso o situación.

 La evaluación final para comprobar la consecución de los objetivos.

Este proceso contiene 3 componentes:

a) Determinar y valorar el perfil psicológico del deportista en relación con la

práctica de un deporte específico. Situación que implica la identificación de las

condiciones y características actuales del deportista.

b) Identificar las destrezas psicológicas que requiere el deportista, para lograr un

rendimiento máximo en la práctica de un deporte específico. Es decir, la

definición operativa del estado al que se quiere llevar deportista (estado debe

ser).

c) Establecer la estrategia metodológica a seguir en la transición del estado es

alestado debe ser. Al respecto es preciso, empoderarse de los conocimientos

y técnicas precisas, para promover el desarrollo y consolidación de las

destrezas psicológicas necesarias para la práctica exitosa de un deporte

específico.

Control psicológico a largo plazo:

El procedimiento tiene como propósito conocer el estado psicológico y las

propiedades de la personalidad de los jugadores al empezar la preparación. Se hace

un balance de la actuación posterior del atleta, nivel de aspiración a rendir, intensidad

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y volumen de sus motivos, particularidades de las cualidades de la personalidad

íntimamente vinculadas con el deporte, ansiedad y valoración de sus habilidades

intelectuales. En el transcurso de estos exámenes se obtienen datos preliminares de

carácter general de la personalidad del atleta, de las propiedades fundamentales de

su sistema nervioso, el grado de desarrollo de sus cualidades deportivas, personales

y las capacidades psicomotoras generales, así como datos de sus habilidades

intelectuales. Con estos datos se obtiene una respuesta aproximada de la clase de

persona que es el deportista en la actividad. De ellos se derivan un número de

recomendaciones tendientes al aseguramiento del nivel de motivación adecuado para

la práctica de la actividad.

Control psicológico a mediano plazo:

Permiten conocer en qué forma se manifiestan las propiedades específicas de

la personalidad del jugador, los parámetros psicológicos de la actividad, procesos de

autocontrol, factores psicógenos negativos que tienen lugar en el entrenamiento y

situaciones de competencias preliminares dinámicas de los objetivos, de la motivación

de los jugadores, etc. Los resultados deben llevarnos a un balance más adecuado de

los acentos a realizar en la planificación de las cargas de entrenamiento.

Control psicológico a corto plazo:

El control psicológico a corto plazo está vinculado a la unidad de

entrenamiento, aquí ocurren los procesos más importantes del tránsito de la actividad

a las transformaciones en el organismo y la psiquis del atleta. La sistematización de

los datos obtenidos en las sesiones de entrenamiento permite prever la marcha del

proceso de perfeccionamiento de las capacidades de los jugadores y constituye la

conformación significativa para el pronóstico de los rendimientos.

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HERRAMIENTAS BASICAS DE EVALUACION PSICOLOGICA EN EL DEPORTE.

Los primeros psicólogos del deporte que publicaron trabajos sobre la

evaluación psicológica de los deportistas, allá por 1920, centraban su interés y su

trabajo en el estudio de la personalidad a partir del factor cognitivo. Tanto en la antigua

Unión Soviética como en Norteamérica, los investigadores se esforzaban por

identificar aquellas cualidades individuales que diferenciaban a un atleta con de un

verdadero, y para ello recurrían a los tests de personalidad, de inteligencia y de

psicomotricidad. A nivel aplicado, tal y como señala J. Cruz (1977) refiriéndose al

Instituto Central de Investigación Científica para el Estudio de la Educación Física de

Moscú, en la década de los treinta se empiezan a concretar tres temas de estudio: las

motivaciones e intereses de los deportistas, las tensiones de los atletas previas a la

competición y el concepto, algo nebuloso, de “poder mental del deportista”, un

constructo teórico de difícil concreción que se materializaría en características

individuales como el valor, la determinación, la tenacidad, la resistencia y la

autodisciplina.

Evaluaciones psicologías en el ámbito deportivo:

Evaluación de procesos emocionales.

Una parte importante de los registros del indicador cognitivo en el atleta está

destinada a evaluar aspectos relacionados con lo que en el ámbito deportivo se

denomina estrés de competición. Sin embargo, tal y como sucede en otras áreas de

la Psicología, el término estrés a menudo se intercambia de forma indiscriminada y

confusa con el de ansiedad y el de activación, no existiendo una definición inequívoca

de cada uno de ellos y dependiendo su evaluación de modelos teóricos particulares.

Por eso, y por aportar algo de luz a esta confusa situación, Martens (1977) se esfuerza

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por diferenciar el estado de ansiedad y el estado de activación, recomendando no

confundir ni trastocar las herramientas de evaluación específicas para cada uno de

ellos.

Evaluación de la ansiedad.

Partiendo de la base de que existe un rasgo específico de ansiedad

competitiva, diferente del rasgo general de ansiedad, con un mejor poder predictivo

sobre los estados de ansiedad situacionales frente a la competición, este conocido

autor norteamericano, uno de los pioneros en la teorización y la evaluación de la

ansiedad competitiva, plantea que son dos los desencadenantes principales de tal

estado emocional: a) La incertidumbre del deportista en cuanto al resultado de la

competición. b) La importancia que el individuo otorga a la competición.

Objetivos

El control psicológico de la sesión de entrenamiento debe estar vinculado a

los objetivos que se persiguen en la actividad y a sus exigencias psicológicas. Si el

objetivo consiste, por ejemplo, en mejorar la precisión de la destreza en el manejo del

balón, es necesario considerar las funciones de la atención, la concentración y

estabilidad de la misma, la coordinación psicomotora, los procesos de interrelación

entre los jugadores y la disposición a rendir. Algunos aspectos tienen un carácter

general y pueden ser empleados de manera independiente a los objetivos específicos

de la sesión de entrenamiento tal como el estado psicológico del atleta, grado de

cansancio y recuperación, las reacciones emocionales y el grado de dificultad en la

ejecución de las acciones.

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Aspectos estos que pueden ser valorados mediante entrevistas, escalas y

registrando el testimonio de los jugadores.

Para lograr el objetivo del entrenamiento deportivo estos controles no pueden

ser percibidos y valorados de forma aislada, es preciso sustentarlos en una

concepción sistémica. Ningún entrenador que trabaje en el ámbito del deporte de

competición, debe olvidar que el objetivo final es la preparación del deportista en su

conjunto, y no su preparación específica en alguno o algunos de los aspectos que

contribuyen a su rendimiento, o sea, es la interacción entre todas ellas lo que

determina el funcionamiento eficaz de los deportistas en la competencia.

Es decir que el aporte de cualquier preparación involucrada en el movimiento

deportivo, entre ella la que corresponde a la condición psicológica no consiste

únicamente en la mejora y desarrollo de su contenido específico, sino que además

debe contemplar su interacción apropiada con la mejora y desarrollo del contenido de

las restantes preparaciones.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Barbi, L. & Hall, C. (2009.) Observational learning use and self-efficacy beliefs in

adult sport novices. Psychology of Sport and Exercise, 10, 263–270.

Calmels, C. & Fournier, J. F. (2001). Duration of Physical and Mental Execution of

Gimnastic Routines. The Sport Psychologist, 15, 142-150.

Gammage, K. L., Hall, C. & Rodger, W. M. (2000). More about Exercise

Imagery. The Sport Psychologist, 14, 348-359.

Cumming, J. L. & Hall, C. (2002a). Athletes use of imagery in the off-season. The

sport psychologist, 16, 160-172.

Cumming, J. & Hall, C. (2002b). Deliberate imagery practice: the development of

imagery skills in competitive athletes. Journal of Sports Sciences, 20, 137-

145.

García Ucha, F. (1986). Psicodiagnóstico inicial del deportista. 20p.

Weinberg, R. & Gould, D. (2007). Fundamentos de Psicología del Deporte y del

Ejercicio Físico. Madrid: Editorial Médica Panamericana S.A.

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