Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
…“dejar lugar” significará desfetichizar el ego, al sistema, a laontología. Veremos todo esto. P.
6
Por moral entenderemos en esta obra el sistema categorial teórico y las prácticas fundadas en
la totalidad ontológica vigente. Por ello se situará en el ámbito de la ingenuidad propia de la
cotidianidad existencial que no pone en cuestión el sistema en vigor dentro del cual se vive.
Por ético, en cambio, indicamos el sentido crítico de lo que se presenta ante lo ontológico con
pretensión de superación de lo dado. P. 13
Mundo > campos > sistemas > subsistemas > funciones > actos humanos singulares. P. 26
Me moveré entonces oponiéndome ante anarquistas extremos que niegan la posibilidad de
sostener instituciones desde un punto de vista ético. Toda institución es dominadora para
ellos. Por otra parte, me opondré también a conservadores que suponen que las instituciones
son sagradas y hay que obedecerlas siempre como fundamento de la moral. Pero igualmente
no aceptaré el “contractualismo” moderno que propone hipotéticamente unos inexistentes
individuos(aún como lógica del juego o como horizonte crítico) sin instituciones,que puede
posteriormente efectuar un contrato, el cual funda la sociedad política (a diferencia del estado
de naturaleza).Nada de eso. El ser humano singular ya siempre fuemiembro deuna sociedad
comunitaria institucionalizada (y por lo tanto con contrato; dicho contratoes un a priori, no un
a posteriori. P. 27
Castoriadis (1975): “No puede pensarse […] una sociedad sin instituciones, sea cual fuera el
desarrollo de los individuos, el progreso técnico o la abundancia económica”13. Pero agrega de
inmediato: “No hay sociedad que coincida inmediatamente con sus instituciones, que
estuviera exactamente cubierta sin exceso ni defecto” . P. 29
Alguien puede cometer un acto injusto, culpable, por participación funcional de un sistema del
que no ha tomado conciencia de su injusticia, pero ha vivido de las ventajas que dicha
posición le ha otorgado. P. 32
Alguien podría excusarse indicando que no tuvo conciencia de la injusticia que cumplía al
realizar una función sistémico institucional que pudiera considerarse mala o moralmente
injustificable. Esto nos exige entonces abrir un nuevo capítulo sobre la veladacomplicidad
moral del miembro de una institución cuyafunción privilegiada en el sistema vigentele dio
ciertas ventajas, sea por su riqueza (por ejemplo un empresario que heredó su capital), sus
derechos (un ciudadano libre con respecto a un esclavo), o sugénero (un varón sobre la mujer
en las culturas patriarcales y machistas). Sin embargo, si se indaga en lo profundo del
inconsciente de esos actores (en su Super-yo, diría S. Freud) se encontrará un cierto goce en el
ejercicio del poder o la dominación, que de todas maneras puede ser legal, aceptada o vigente
en el sistema institucional económico, político, de género, cultural, etc..
[4.74] La no compasión por el oprimido por la función que cumple su acto en el sistema (el del
privilegiado) indica de todas maneras inevitablemente una inexcusable responsabilidad,
aunque sea no-intencional explícita, pero siempre presente de manera velada en el claro
oscuro de la existencia cotidiana. Como cuando se exclama: “Tengo ventajas sobre este
subordinado, pero comonadie puede acusarme (porque tengo de mi lado la ley, las
costumbres, etc.) aprovecho dicha posición preponderante”. Esto nos hace recordar la poesía
del escritor alemán cuando escribe: “Maldito el que no tiene enemigos, porque yo seré su
enemigo en el Día del Juicio”22. El que ocupa las funciones dominadoras en un sistema injusto
institucional tiene “amigos” que lo adulan para recibir migajas; y por no criticar al sistema
injusto no se ha hecho enemigos (que eran sus antiguos amigos cuando cumplía las funciones
dominadoras). El que no discierne entre dicha adulación y la prudente critica en su accionar
del auténtico amigo es tan injusto como el que tiene plena conciencia moral de la maldad que
comete, o aún mayor, porque no siquiera podrá corregir su acto funcional perverso. P. 33
P. Berguer. 1971 . también se lanza contra la pretensión caótica de cambiar las instituciones
vigentes.
El que tiene o posee la verdad la afirma, la enseña, la expone, la defiende hasta con las armas
(en el fanatismo). El que pretende afirmar la verdad tiene sin embargo una posición subjetiva
abierta a la discusión, al debate, a la posibilidad de que lo que tiene por verdadero sea
falsado, refutado, negado. Esmoralmentehumilde noarrogante,orgulloso; tiene oído a las
razones del otro, no exige solo la actitud de discípulopor parte del otro, sino que le otorga el
derecho a tener otra razón, quizá mejor fundada, y también conpretensión de verdad. P. 64
Imagínese un beduino del inmenso desierto arábigo en su tienda de nómade, nunca instalado
en ningún lugar, que de pronto a través de los lienzos de su tienda vislumbra en el infinito y
distante horizonte un punto, una pequeña polvareda de arena, todavía indiscernible. Al pasar el
tiempo se dibuja un jinete esbelto sobre su camello, rostro cubierto para defenderse del calor.
Al final, se presenta frente a frente ante el beduino y cara-a-cara, entre suplicante y desafiante,
le interpela: “-¡Pido hospitalidad!”. Ante aquella sagrada exigencia el beduino le pregunta (ya
que lo que se manifiesta fenomenológicamente no muestralo oculto tras del rosto): “¿Quién
eres?”. Y desde el misterio de la libertad incondicionada del Otro se revela diciendo su nombre.
¡Es un miembro de un clan enemigo! Sin embargo, la hospitalidad debida se cumple hasta en
los menores detalles. Pasado el plazo, el hospedado sigue su curso, podrán quizá enfrentarse en
el futuro al beduino, pero dicha enemistad (que lo antepone en la moral vigente y establecida)
no pudo poner en juego la experiencia de la lo antepone en la moral vigente y establecida) no
pudo poner en juego la experiencia de la proximidad, fuente creativa de toda ética posible.
toda crítica no tiene sentido si no tiene un punto de apoyo exterior al mundo para poder
lanzar la crítica. P. 78
la ética es el ámbito que deja lugar a la revelación del Otro/a; es la“explosión” del ser, del
mundo propio, dominador y vigente como la esencia crítica misma. P. 78
Gabriel Marcel comenta: “esta irrupción [del Otro]no puede producirse sino en el seno de un
ser que no forma consigo mismo un sistema clauso, hermético, en el cual nada nuevo
podríapenetrar”. P. 87