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I. Introducción a la Novena
En esta novena a San José, tendremos como centro el tema de la Iglesia.
El primer tema que veremos, es la Iglesia en el Antiguo Testamento. Es decir, cómo la Iglesia
fue prefigurada en la Sagrada Escritura, antes de que el Verbo se encarnara y la fundara.
II. Figuras
El antiguo testamento está lleno de imágenes sobre la Iglesia. Sabemos que todo el A T es
preparación para el Nuevo, y lo que se encuentra en sombras en el A T, se ilumina y se clarifica
en el Nuevo.
Entre las muchas imágenes de la Iglesia elegí dos; El Arca de Noé y el Tabernáculo.
a. El Arca de Noé
Dios se cansó de la humanidad pecadora
Recordemos que luego del pecado original de Adán y Eva, la humanidad se precipita en el
pecado, y experimenta las consecuencias de la caída original. Los hombres se olvidan de Dios y
sólo comían, bebían y se casaban.
Y Dios elige a un hombre justo, Noé y le manda construir un arca, un gran barco.
Todos molestaban y se reían de Noé cuando construía el arca
Tan solo imaginemos a Noé construyendo un barco gigante en tierra seca. Todos los que
pasaban cerca se tomaban su tiempo para burlarse de Noé y tratarlo de loco, ya que estaba
construyendo un arca gigante en la tierra, imposible de ser transportada al mar.
Características del arca;
El arca que Dios le manda construir a Noé, era realmente grande. Tenía unos 150 metros de
largo por 25 de ancho.
Era de madera dura y toda revestida con una especie de resina que hacía que la madera no
se pudriese.
Salvó a Noé y su familia del diluvio
Y luego de subir Noé, su familia, y los animales que Dios le había mandado, vinieron los 40
días terribles de lluvia torrencial que aniquiló a toda la humanidad.
Luego del diluvio Noé bajó y él y su familia repoblaron la faz de la tierra.
Construcción;
El tabernáculo tenía medidas mandadas por Dios, y partes preestablecidas.
Imaginemos un rectángulo dividido en dos partes.
En la parte más publica, el santo, se encontraban;
i. la menorá; era un candelabro de oro finísimo de siete brazos, con siete velas.
ii. la mesa con los panes de la proposición; que eran los panes que se ofrecían a
Dios sobre una mesita. Eran 12 panes redondos y chatos que se renovaban una
vez a la semana. Los panes que habían estado una semana en el tabernáculo
eran sagrados, por lo que debían ser comidos por los sacerdotes.
iii. y el altar donde se quemaba incienso.
iv. El Santo de los santos; cubierto por un velo, contenía el arca de la Alianza, la
vara de Aarón y el maná.
v. El atrio; contenía el altar de los holocaustos y la pileta de purificación para los
sacerdotes.
Su presencia era acompañada de tremendos portentos
i. Dios se hacía presente en nube y fuego.
III. Imágenes
Por otro lado tenemos muchísimas imágenes de la Iglesia, es decir, hechos o cosas que
representan entre sombras lo que será la Iglesia fundada por Cristo.
Y estas imágenes se encuentran tanto en el A T, como en el Nuevo. Cristo utiliza muchas, y
compara a la Iglesia con muchas cosas. Tomaremos sólo dos;
a. Redil de Dios
Dios es el Buen Pastor que cuida las ovejas
Las ovejas son alimentadas y sanadas por el Pastor
Las ovejas viven en un corral, y si una se escapa, perece comida por el lobo
b. Campo de Dios
Es un campo sembrado por Dios
Las plantas crecen porque Dios da el crecimiento; con su Palabra y con los 7
sacramentos.
En un campo hay hierba buena y hierba mala
Al fin de los tiempos se cosechará, y el trigo será llevado al granero, y la hierba
mala será quemada en el horno.
IV. Aplicación
V. Conclusión
a. Pidámosle a San José que nos de la gracia de pertenecer siempre a la Iglesia, y si
algún día nos alejamos como una ovejita rebelde, San José como un buen pastor nos
guíe nuevamente al corral de la Iglesia.
a. El modo de Cristo
Podría haber elegido a grandes poderosos de la tierra.
Quiso elegir lo frágil y débil del mundo. En su mayoría pescadores, sin cultura, sin
estudio, y también eligió a un publicano, un cobrador de impuestos del imperio que
sacaba dinero a los judíos y lo entregaba a los romanos. Los publicanos eran odiados
profundamente.
III. Manifestada por el Espíritu Santo; desde Pentecostés, la Iglesia sale a convertir al
mundo
a. Pentecostés
Pero debió pasar algún tiempo antes de que los apóstoles comprendiesen su papel
de columnas de la Iglesia.
Luego de la Resurrección de Cristo estuvieron 50 días escondidos con miedo, hasta
que llegó el día de Pentecostés. El Espíritu Santo descendió sobre ellos y los llenó de
fuerza, y ahí sí salieron a comerse el mundo.
V. Aplicación
b. Sepamos siempre que Dios está detrás, y que a pesar de las apariencias, a pesar de
las persecuciones, Dios es quien maneja los hilos de la historia.
Los momentos pueden ser muy oscuros y difíciles, pero son momentos que Dios permite
para que la Iglesia se purifique y renazca con más fuerza. Como decía Tertuliano; “la sangre de
los mártires, es semilla de nuevos cristianos”. El imperio que quería hacer desaparecer del
mapa a los cristianos matándolos, hacían que los mártires con su ejemplo y sangre suscitaran
más cristianos.
Si Dios nos da la mano, todo se hace más fácil, como el primer día de predicación de los
apóstoles que se convirtieron nada menos que 5 mil personas.
c. Nosotros tenemos que cumplir con lo que Dios nos pide, que Él hará el resto.
Cuando uno se dedica con toda el alma a cumplir con lo que Dios nos pide, entonces puede
quedarse tranquilo que está cumpliendo su misión. Dios nos pide aquello que está a nuestro
alcance. Él se guarda lo más difícil y grande.
VI. Conclusión
a. Pidámosle a San José, patrono de la Iglesia que nos enseñe a cumplir siempre con
nuestro deber, por humilde que sea, que allí donde Dios nos quiere, está la
santificación personal y nuestro aporte a la santificación de la Iglesia.
I. Pueblo de Dios
a. Notas
Es de Dios
Elegido por Dios, constituido por Él, creado por Él, alimentado por Él.
Pueblo sacerdotal
i. Cada uno participa a su manera del sacerdocio de Cristo
ii. Especialmente el sacerdocio ministerial que Jesucristo guarda para algunos
elegidos. El que es ordenado sacerdote hace de otro Cristo. Cuando el
Sacerdote absuelve los pecados, es Cristo quien absuelve. Cuando el sacerdote
consagra el Cuerpo y la Sangre de Cristo, es Cristo quien consagra.
Pueblo profético
i. Noción de profeta
El profeta era aquel que veía los hechos futuros y advertía a los contemporáneos sobre lo
que iba a venir.
Pueblo real
i. El cristiano gobierna
El sacerdote en su parroquia
El laico en su familia, en la sociedad.
El padre de familia y la madre de familia tienen que gobernar en su casa, y muchas veces la
educación de los hijos es un arte muy difícil.
El cristiano que tiene gente a cargo, también tiene que gobernar.
a. Imagen traída por primera vez por San Pablo a los Corintios.
a. Realmente actúa el Espíritu Santo, aunque sea con menos propaganda que en las
sectas
A veces uno queda perplejo con los milagros que se cuentan en los templos
protestantes. Curaciones milagrosas y espectaculares, que pueden ser ciertas, no
lo sé, pero que tristemente se han descubierto muchos fraudes.
Pero tenemos que saber que son muchísimos más los milagros que se dan en
nuestra vida cotidiana, a pesar de que no salgamos en la televisión. Si abrimos un
poco los ojos, nos vamos a dar cuenta de cómo Dios obra en nuestra vida, siempre,
constantemente.
Que levante la mano aquel que no ha experimentado la mano de Dios en su vida.
IV. Conclusión
b. Una fe
La misma Doctrina de siempre
i. A pesar del odio del mundo y del ateísmo, la doctrina de la Iglesia se ha
mantenido invariable a través de 2000 años.
ii. Lo mismo que creían los primeros cristianos, también lo creemos nosotros.
iii. Actualmente hay mucha confusión y se oye muchas opiniones contrarias,
incluso entre los miembros de la Iglesia. Pero tenemos que saber que Dios
prometió infalibilidad al Papa, es decir, que el Papa no puede equivocarse.
Pero sí pueden equivocarse los obispos y los sacerdotes. Pero la piedra, el
sumo pontífice no se equivocará, hasta el fin de los tiempos.
c. Un culto
La misma esencia, a pesar de los diferentes cultos
Siempre se ha mantenido la liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística, a pesar
de los 2000 años.
Los cultos han ido cambiando, pero la esencia ha sido siempre la misma.
Uno puede ir a una Misa de rito latino en Francia, y ve que es igual. O en otro país
lejano, y ve que es igual.
II. Santa
a. Santo su fundador
Fundada por Cristo.
La Santidad Encarnada
b. Santa su Doctrina
La Doctrina de la Iglesia es celestial
La enseñanza de la Iglesia nos enseña cómo llegar al cielo.
El escándalo en la Iglesia
i. Cristo predijo los escándalos; “han de venir escándalos, pero hay de aquel que
escandalice, mejor sería atarle una piedra de molino al cuello y lanzarlo al
mar”.
ii. Es tremendamente doloroso el tropiezo en la Iglesia y el escándalo, más
cuando es cometido por aquellos que debieran ser más santos por su misión.
iii. Hay una frase que dice; “la corrupción de lo mejor, es lo peor”. Es decir,
cuando aquella persona que ha recibido de Dios muchos bienes, dones, etc, se
corrompe, se convierte en algo peligrosísimo, ya que el mal que puede hacer
es muy grande.
iv. Todos los días nos topamos con un nuevo escándalo de los miembros de la
Iglesia, que lamentablemente hace muchísimo daño al Corazón de Cristo.
III. Conclusión
a. Pidamos a San José la gracia de parecernos a su Fundador, a Cristo, mirarlo a Él y
seguirlo a Él, por más que los miembros de la Iglesia y aquellos que deberían darnos
ejemplos, escandalizan.
b. También pidámosle la gracia a San José de jamás ser piedra de escándalo para los
demás, ya que el castigo que recibiremos será tremendo.
Es mentira que Dios crea a alguien solamente para condenarlo y castigarlo. Dios nos crea y
nos invita a compartir con Él toda la eternidad, pero depende de nosotros el aceptar esa
invitación o no.
II. Apostólica
a. Fundada sobre las doce columnas
El misterio de Dios que quiere depender de los hombres, sin necesitarlo.
Dios es omnipotente, es decir, puede hacer lo que quiere. Pero Él, en su misterio de
misericordia, quiere depender de los hombres.
Por eso Cristo, sin necesitarlo, quiso elegir 12 hombres que se convirtieran en las doce
columnas de su Iglesia.
III. Aplicación
a. Somos instrumentos de Dios en el llamamiento de los hombres a la Iglesia
Dios se digna a querer necesitar de los hombres para darse a conocer.
También quiere depender de nosotros para llegar a los demás. Cada uno de
nosotros, con nuestra oración, con nuestra palabra, pero sobre todo con nuestro
ejemplo, tenemos que llevar a Cristo a los demás, para que todos los hombres lo
conozcan.
IV. Conclusión
San José fue un miembro elegido de Dios, y por su fidelidad llevó a innumerables almas a
Dios, durante su vida, pero muchísimo más durante su muerte, desde el Cielo.
Pidámosle la gracia de ser fieles instrumentos de Dios en la conversión de las almas, para
que sean muchos los que lleguen al conocimiento de Cristo gracias a nuestro ejemplo.
Día 6- La Iglesia como Sacramento
Miércoles 15
Pero la Iglesia de Cristo, y aquí está el misterio, trasciende todas estas cosas materiales,
sensibles. Uno entra en el templo, se sienta en el banco, pero entra en comunión con Dios. Es
decir, Dios se sirve de todas estas cosas materiales, para llegar a nuestro corazón. Es en el
Templo donde ocurre el milagro más grande de todos, que es la consagración del Cuerpo y
Sangre de Cristo. Es en el Templo de ladrillo donde uno recibe la gracia a través de la
confesión. Es en el Templo donde un niñito que estaba apartado de Dios, comienza a ser su
hijo por el Bautismo.
La humanidad de Cristo
Lo mismo ocurre con Jesucristo. Jesús, verdadero hombre y verdadero Dios, utilizaba su
humanidad perfecta para distribuir todas las gracias. Cuando la mujer hemorroísa toca el
manto de Cristo, se sana, porque la Humanidad del Salvador es canal de la Gracia.
Cuando Cristo sufre la Pasión y muere en la Cruz, su muerte nos trae el perdón de todos los
pecados, porque su Humanidad es fuente de toda gracia. Cuando de su costado abierto brota
sangre y agua, esa sangre y esa agua purifican a los hombres de todos los tiempos, porque es
sangre y agua de Dios.
Y Jesús también se preocupó del bien corporal de los hombres; cuando da de comer a toda
una multitud, y cuando manda que le den de comer a la niña resucitada.
II. Aplicación
III. Conclusión
San José con su fidelidad y humildad, estando escondido toda la vida fue causa de que
muchísimos llegasen al Cielo.
Pidámosle la gracia de no desalentarnos en nuestro apostolado y de saber siempre que uno
deja la semilla, y que Dios se reserva la parte más difícil.
-Ave María Purísima-
Día 7
I. Breve biografía
Nacimiento; José Gabriel del Rosario Brochero.
Cuarto de 10 hijos
Bautizado al otro día
La varicela; él se reirá luego para mortificar la vanidad.
Entrada al seminario
II. Personalidad
Dice de él el Dr Cárcano; “Era morocho y de labios pronunciados con pómulos algo
salientes de genuino criollo. Poseía una viva sagacidad criolla y una muy práctica
psicología del corazón humano”. “Era cumplidor, tenaz y concentrado”
Talento con el paisano
III. Su apostolado
b. El cura obrero
Tenía bien en vistas la doble dimensión del hombre; cuerpo y alma.
Se preocupó de las vías de comunicaciones del curato de San Alberto, y del
progreso temporal de sus pueblos.
d. Convenciendo al criollo
Solucionaba todos los peros
Los buscaba y arreaba uno por uno
f. Las tandas
600 criollos
Luego también las mujeres
El cura no predicaba, se ocupaba de toda la organización.
Palabras finales del cura: “bueno, ahora vayan nomás y guárdense de ofender a
Dios volviendo a las andadas. Ya el cura ha hecho todo lo que estaba de su parte
para que se salven, si quieren. Si alguno se empeña y quiere condenarse, ¡¡que se lo
lleven mil diablos!!”
g. La propia casa
A puro sacrificio
Una obra impensable para el lugar y la época
70000 ejercitantes
IV. Anécdotas
b. La rifa de la mula
V. Su dolorosísima muerte
a. Misa de memoria
c. Abandonado de todos
VI. Conclusión
Pidámosle a San José, y al cura Brochero, especialmente por los sacerdotes, para que nos
contagiemos aunque sea un poquito del celo apostólico del cura gaucho.
-Ave María Purísima-
Día 8 La Jerarquía y la comunión de los santos
Viernes 17
Por eso la Iglesia de los vivos se le llama la Iglesia peregrinante, y nosotros, peregrinos.
Para comprender en toda su profundidad esta imagen de Iglesia Peregrina, hay que entender
bien el concepto de peregrino.
El peregrino en la antigüedad, era la persona que decidía visitar un lugar de culto
importante; Tierra Santa, Santiago de Compostela en España, etc. Pero claro, la peregrinación
se hacía a pie, y no con zapatillas de última generación, sino con sandalias ásperas de cuero y
madera. Y una peregrinación alcanzaba los 2000 km, y muchas veces los superaba. El peregrino
dejaba casa y familia para emprender este durísimo viaje en el que pasaba hambre, frío, calor,
sed y un sinfín de incomodidades, además de las amenazas de los ladrones y asaltantes.
Además, muchas veces la peregrinación era expiatoria, es decir, se emprendía por una
imposición del confesor en la confesión, o bien la emprendían las personas que querían expiar
un gran pecado. Por eso el espíritu de oración era inseparable del peregrino.
Entonces sí que podemos compararnos a los peregrinos, ya que la vida del cristiano se asemeja
a una peregrinación.
Tenemos que cuidarnos de ladrones y asaltantes, que como dice San Pablo, son las
potestades infernales, que quieren nuestra perdición.
Así como los peregrinos sufrían las inclemencias del tiempo, nosotros sufrimos los embates
del mundo, que nos persigue por todos lados, porque el mundo odia a Dios, y odia al cristiano.
Así como los peregrinos comían lo justo y necesario para conservar las fuerzas y así
peregrinar, nosotros nos alimentamos con la Eucaristía, fortaleza del hombre viador que
enciende y alimenta nuestra alma.
Así como el peregrino medieval que llegaba a destino, se inundaba de una felicidad grande,
nosotros, cuando terminemos esta vida, llegaremos a la Tierra Prometida del Cielo, a la
Jerusalén celestial, donde el gozo será infinito, puesto que veremos cara a cara a Dios, tal cual
es.
b. Los distintos miembros del Cuerpo Místico de Cristo
El primado Papal
El miembro más importante de la Iglesia militante es el Sumo Pontífice.
Cristo marcó la diferencia cuando dijo a Pedro; “Tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré
mi Iglesia”.
El papa tiene potestad sobre la Iglesia total, inmediata y universal. Puede meterse donde
quiera y mandar lo que quiera. Es una súper monarquía.
El papa goza de un privilegio único, que es la Infalibilidad. ¿Qué es esto? Que él no puede
equivocarse como sucesor de Pedro en cuestiones de Fe y Moral.
Los Obispos
Luego vienen los obispos, sucesores de los apóstoles. Ellos tienen el deber de enseñar al
Pueblo de Dios las verdades de siempre.
Pero los obispos no gozan de infalibilidad, es decir pueden equivocarse.
Ellos siempre enseñan la verdad cuando están unidos a la Cabeza, es decir, al Papa.
Los laicos
Tienen la difícil misión de santificarse en el mundo, y santificar a los que están a su
alrededor. El laico está llamado a la santidad en su deber de estado, y también el laico
bautizado tiene la obligación de hacer apostolado, como enseña el V II.
IV. Aplicación.
a. La comunión de los santos
Tenemos que saber que no estamos solos. En nuestras luchas, en nuestras fatigas, en
nuestras alegrías, jamás estamos solos. Estamos con Dios, con la Santísima Virgen, con todos
los santos y ángeles del cielo.
Esto nos tiene que motivar a seguir en la lucha cotidiana sabiendo que nos espera el gozo
del cielo. Y también tenemos que alegrarnos profundamente de estar todavía con vida, es
decir, tener todavía la oportunidad de merecer y de ofrecer nuestro trabajo y oración. Cuántas
almas condenadas se arrepentirán eternamente porque no aprovecharon el tiempo. Dios nos
regala a nosotros el don preciado del tiempo, que pasa y no vuelve, pero tenemos que
aprovecharlo bien.
V. Conclusión
Pidamos a San José la Gracia de ser fieles en nuestro deber cotidiano, sabiendo que allí
donde Dios nos pone está nuestra santificación. Pidámosle también la gracia de no
desaprovechar las ocasiones que Dios nos manda de ofrecer sufrimientos por aquellos que lo
necesitan, ya que en esto somos superiores a las almas del purgatorio y a las almas del cielo.
Y podemos ver muchos paralelos entre la vida del Santo Patriarca, y la vida de la Iglesia. Así
como la Iglesia sufre en la tierra los ataques del mundo y del demonio, San José tuvo una
misión hermosa, pero nada fácil, sino digna de un varón íntegro como él.
San José también sufrió mucho en el nacimiento de Jesús, al ver que el Hijo de Dios debía
nacer en un establo, y sufrió por no poder darle algo mejor. Sufrió mucho también al ver cómo
sus parientes en Belén le negaban alojamiento.
Pero dando lo mejor de sí, preparando el establo con sus manos, se inundó de alegría
cuando vio el inmenso número de ángeles que venían a adorar al Niño recién nacido.
c. La profecía de Simeón-
San José también sufrió profundamente con la profecía de Simeón, que le dijo a su Esposa
que una espada atravesaría su alma. San José, conocedor de las Sagradas Escrituras, ya conocía
el terrible desenlace que tendría la vida del siervo de Yahvé. San José sabía que Jesucristo
debía sufrir terriblemente para salvar a los pecadores. Y ver al niño tan pequeñito, y saber lo
que le esperaba, esto tiene que haber dolido muchísimo al Santo.
San José y su Esposa sufrieron profundamente cuando Herodes manda matar a todos los
niños menores a 2 años. Por el capricho y la envidia de un rey, murieron muchos niños
inocentes que dieron su vida en lugar de Jesús. Ellos no quedaron indiferentes ante el dolor de
las madres que perdieron a sus hijos. El llanto de esas madres tiene que haber desgarrado los
corazones de San José y de su Esposa.
También fue muy dura la llegada a Egipto, a un país desconocido, de lengua y cultura
desconocida, a buscar trabajo y a sobrevivir. Con lo difícil que es irse a vivir a otro lado. Ellos
tuvieron que salir por la noche, apenas el ángel advirtió a San José. Por lo tanto no llevarían
prácticamente nada. Habrán pasado hambre, frío y un sinfín de incomodidades.
San José también tuvo preocupaciones por lo material, como cualquier hombre. El ver que
la carpintería a veces no alcanzaría para sustentar a la Sagrada Familia. Las veces que el fiaba, y
las muchas que no le habrán pagado.
Las veces que San José habrá hecho obras de Caridad con el más necesitado, siendo que
ellos también eran pobres.
Pero siempre él confiaba en Dios, y esperaba pacientemente su ayuda.
III. Conclusión
Por eso la Iglesia tiene siempre en vista a María Santísima y a San José. Estos dos santos, las
dos personas más santas luego de Cristo, pasaron por todos los sufrimientos que puede pasar
un hombre. Por eso no hay nadie mejor que nos pueda socorrer en el momento del dolor
como la Virgen y San José.
La Iglesia sabe que por más fuerte que soplen los vientos de la persecución y del dolor, ellos
siempre la están protegiendo.
Con su ayuda, no hay nada que temer.
Pidámosle a San José, patrono de la Iglesia que siempre nos proteja y acompañe, como
protegió y acompaño a los dos tesoros más preciados de Dios; Su Hijo, y Su Madre.