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Un testigo del siglo: Mario Bunge

publica sus memorias. Entrevista


Mario Bunge 05/04/2015
Es uno de los mayores pensadores que ha dado la Argentina. A sus 95 años no ha perdido la
lucidez ni su capacidad para hacer temblar al mundo intelectual con sus polémicas miradas.
Aquí afirma que los psicoanalistas buscan dinero antes que la curación de los pacientes y
embiste contra las vacas sagradas de la filosofía del siglo XX. También cuestiona a grandes
nombres de la ciencia, que conoce muy bien. “Stephen Hawking y John Wheeler (quien acuñó
el término “agujero negro”) fueron físicos competentes y al mismo tiempo grandes
macaneadores”, dispara. El peronismo y el destino de su última variante también entran
dentro de su análisis.

La intensa vida intelectual, política, académica y personal de Mario Bunge, se expone en su reciente
libro Memorias – Entre dos mundos, (Gedisa-Eudeba). 14 capítulos más un apéndice escrito por su
esposa Marta -Mi vida con Mario-, totalizan 400 páginas. Repasa en ellas su fecunda y prolongada
actividad filosófico-científica en puntos centrales de su pensamiento como la actual ontología de las
ciencias, el lugar de la causalidad, el monismo materialista, la filosofía de la biología, la filosofía
social, por ejemplo. Sus definiciones doctrinales y su intensa crítica al psicoanálisis, al positivismo, al
dualismo mente-cuerpo, al existencialismo, a la dialéctica marxista pero no a su crítica del
capitalismo son otros temas que señorean en el volumen. A sus 95 años, el reconocido filósofo
atestigua su condición de habitante de dos mundos en la descripción de sus viajes, trabajos y
contactos con personalidades como Houssay, Leloir, Arturo Frondizi, Popper, Quine, Carnap, entre
muchísimos otros.

- Usted sostiene, como un encomiable propósito que orientó su tarea intelectual, “estudiar
problemas, no autores”. ¿A qué atribuye que en los estudios humanísticos se haya afianzado
justamente lo contrario, repetir autores como si sus textos fuesen sagrados?

- En las ciencias se investiga problemas, no autores, porque se procura conocer el universo, no


opiniones más o menos acertadas. Además, es más fácil seguir a una columna que encabezarla.

- Ya que sus dos pasiones –ciencia y filosofía- nacieron y crecieron juntas en Ud., ¿cree hoy
que hay algún modo de demarcar ambos dominios como diferentes, o por el contrario que
sólo hay un conocimiento, el de la ciencia?

- No, porque la filosofía tiene una problemática distinta de las problemáticas de las decenas o
centenas de ciencias particulares. Por ejemplo, el ontólogo pregunta qué es el espacio físico, no
cómo es el espacio vecino al Sol; el gnoseólogo busca una teoría general de la verdad, no las
verdades particulares de la parasitología o de la antropología; y el axiólogo se pregunta por el bien
en general, no por los bienes económicos o epidemiológicos. Además, la investigación filosófica,
como la matemática, es puramente conceptual, aunque se ha empezado a hablar (no a hacer) de
filosofía experimental.

- En su último libro Ud. recuerda que fue echado del partido comunista en 1947. ¿Sigue aun
creyendo que Cuba es una joya en América, pero una joya en bruto porque le falta algo más
de libertad?

- Cuba es una joya porque ha eliminado a la mafia y ha socializado la sanidad y la educación. Pero
no es una sociedad socialista porque la propiedad ha sido estatizada, en lugar de ser socializada, y
porque el poder político está en manos del gobierno, no del pueblo. Se convertirá en socialista en la
medida en que se organicen cooperativas y en que los cargos políticos se llenen por concurso, no
por mandato de un puñado de dictadores.

- Si se pregunta a especialistas en filosofía quién fue el más grande filósofo del siglo XX, las
respuestas oscilarán entre escoger a Heidegger o preferir a Wittgenstein. Y lo cierto es que
ambos desprestigian al pensamiento filosófico desde un lenguaje confuso. ¿Qué piensa Ud.
que los ha conducido a tal éxito?

- Heidegger tuvo éxito porque tuvo el descaro de hacer pasar el disparate por filosofía profunda. Y
Wittgenstein tuvo éxito porque no abordó ningún problema filosófico. Ninguno de los dos contribuyó
a saber en qué nos distinguimos de los demás animales, que es pensar, o en qué consiste la justicia.
Ambos fueron escapistas y ninguno de ellos exigió conocer algo, ni siquiera historia de la filosofía.
Wittgenstein pasó por la puerta ancha del jardín de infantes, y Heidegger ni siquiera vio la puerta.

- Ud. ha distinguido cuidadosamente entre la ley como pauta objetiva, invariable, y el


fenómeno sometido a ella, transitorio, cambiante. Y su ficcionismo moderado sobre la
naturaleza de los entes matemáticos defiende que los objetos matemáticos son ficciones,
“pero sometidas a leyes inexorables”. En ambos casos defiende un dualismo (hecho-ley)
¿Por qué, entonces, su resistencia al dualismo mente-cuerpo? ¿Es por fidelidad al monismo
materialista que Ud. reduce lo mental en lo neuronal?

- Yo he adoptado y desarrollado el monismo psiconeural porque es el principio filosófico que anima a


la neurociencia cognitiva, la rama más avanzada de la psicología. Dicho monismo es ontológico -
“Todo lo mental es cerebral”- pero no metodológico, ya que reconoce que hay muchas maneras de
entender lo mental: estudiando mecanismos neuronales, conductas, expresiones verbales,
declaraciones de pacientes, etc.

- Su rechazo de la teoría psicoanalítica cubre también los resultados de la terapia


psicoanalítica. ¿Hay estudios serios que muestren ese fracaso terapéutico?

- La filosofía tiene una problemática distinta de las problemáticas de las decenas o centenas de
ciencias particulares. El psicoanálisis sólo se practica en Buenos Aires, París y Barcelona. No se lo
enseña en ninguna universidad de punta, porque, al igual que la homeopatía, no investiga.
Transcurridos 114 años, los psicoanalistas no han hecho ni un solo experimento. No les interesa
poner a prueba lo que afirman: constituyen una iglesia. Tampoco llevan la cuenta de las curaciones
de depresiones, esquizofrenias, ni adicciones. Buscan guita, no curación ni comprensión.

- Su materialismo difiere del dialéctico marxista con fuertes razones. ¿No estima que las
transformaciones nacidas de la ciencia y de la tecnología merecen más justamente el nombre
de revolucionarias que las cumplidas por Lenin, Stalin o Mao? En otras palabras, ¿no fueron
más significativos para las transformaciones sociales gente como Faraday, Edison o Fleming?

- Efectivamente. Peor aún: los materialistas dialécticos condenaron inicialmente todas las
revoluciones científicas posteriores al materialismo histórico, desde la lógica matemática y las dos
relatividades, la cuántica, la teoría sintética de la evolución y la psicología biológica. Pero hubo
buenos historiadores marxistas, porque han subrayado la importancia del aspecto económico de
todo lo social.

- Hablando de su ontología materialista, la lectura usual del experimento ideado por (John
Archibald) Wheeler -“elección retardada”-, sostiene, Hawking entre otros, que un fotón que ha
pasado por una de dos ranuras y ha sido interceptado, “regresa al pasado”, modifica su
comportamiento ya cumplido y toma un camino alternativo. ¿Encaja esa versión del
experimento en su ontología cuántica?

- Wheeler, con quien conversé muchas veces, fue un físico competente y al mismo tiempo un gran
macaneador. Lo mismo se aplica a Hawking. No los citemos como autoridades en todo: celebremos
sus aciertos pero critiquemos sus errores, que no habrían cometido si se hubiesen atenido al
realismo y al materialismo filosóficos. Es imposible regresar al pasado porque ya no existe, y es
imposible que un trozo de materia sea un montón de bits, porque la unidad de información carece de
propiedades físicas y sólo tiene sentido con referencia a un sistema informático.

- Entre el peronismo original que Ud. conoció en el poder y el actual peronismo gobernante,
¿ve diferencias sustantivas?
- Ante todo, no estoy informado sobre el peronismo posterior a mi trasplante de país en 1962. Aún
así, de lejos, creo que ha habido tanto cambios -democracia política, respeto por los derechos
humanos, desaparición de las Fuerzas Armadas como fuerza política y apoyo a la investigación
científica- como permanencias -caudillismo, intento de amordazamiento de la prensa, e
improvisación. Los peronistas no responden a las acusaciones justas de los opositores, y estos
repiten los errores de la llamada Unión Democrática. Además, se niegan a ver una novedad
importante: la formación de un frente único sudamericano anti-imperialista, el primero en 200 años.
Los K pasarán a la historia no por sus presuntos negocios ilegales sino por sus méritos reales, entre
los cuales descuella su participación en ese bloque independiente. Y la oposición pasará a la historia
por su estupidez política y su complicidad tácita con el Imperio.

- De su cuantiosa producción intelectual, ¿qué destacaría como su aporte más significativo al


pensamiento contemporáneo?

- Dos: mi trabajo de axiomatización realista, pero no clasicista, de varias teorías físicas, en particular
la cuántica; y la construcción de una filosofía cientificista, y por tanto realista, materialista, sistemista
y humanista.

Mario Bunge se doctoró en Ciencias Fisicomatemáticas por la Universidad de La Plata en 1952. Fue
homenajeado con el Premio Príncipe de Asturias, 14 títulos de doctor honoris causa y cuatro de
profesor honorario. Actualmente es profesor de Filosofía en la McGill University de Montreal
(Canadá). Los temas principales de su amplia bibliografía (40 libros y más de 500 artículos) son la
física, la filosofía de las ciencias naturales y sociales, la semántica, la ontología y la ética.

Fuente:
http://m.lagaceta.com.ar/nota/631644//k-pasaran-historia-no-sus-presuntosnegocios-
ilegales-sino-sus-meritos-
reales.html?utm_source=facebook.com&utm_medium=social&utm_campaign=botonmovil
Puedes ver también este artículo en la antigua web de Sinpermiso
URL de origen (Obtenido en 09/10/2015 - 06:26):
http://www.sinpermiso.info/textos/un-testigo-del-siglo-mario-bunge-publica-
sus-memorias-entrevista

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