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Entre la medicina y la pluma

La literatura y la medicina parecen dos aéreas completamente distintas, sin ninguna

relación aparente mas sin en cambio hay un gran número de medios que por asares del

destino decidieron incursionar en la escritura creativa, como es el caso de Antón Chejov

quien desde sus primeros años como estudiante de medicina en Moscú alternaba sus

estudios con una que otra publicación en periódicos locales a fin de ayudar a su familia que

se encontraba en carentes condiciones económica.

Una de sus frases más populares de Chejov es: “La medicina es mi esposa legal; la

literatura, solo mi amante” (Carta a Alexéi Suvorin, 1888) esta frase expresa la dualidad en

la que se encontraba y disfrutaba convirtiéndose en una de los cuentistas más importantes

del siglo XX impregnando su nombre en la historia e inspirando a nuevas generaciones de

cuentistas.

Este no resulta ser un caso aislado ya que antes de él existieron gran cantidad de médicos

escritores antes de existirá un profesional dedicado a la literatura, uno de estos fue John

William Polidori quien a los 16 años inicio su estudios en medicina culminando sus

estudios a los 19 años. Polidori es a quien se le adjudica la creación del Vampiro durante el

romanticismo en su obra “El Vampiro” (1816) convirtiéndose en el primer vampiro donde

se crea es estereotipo del vampiro aristócrata seductor, con grandes posesiones como

castillos y palacios, y con poderes sobrenaturales.


Esta narración dio origen a todo un símbolo en la cultura popular a nivel mundial, desde

influenciar obras como Carmilla (1872) de Sheridan Le Fanu, El vampiro (1851) de

Alejandro Dumas y sobre todo, a Drácula de Bram Stoker, no solo en la literatura sino

también en el cine tales como las mismas adaptaciones de novela a película y obras

totalmente originales como Del crepúsculo al amanecer (Rodríguez, 1996).

Resulta un tanto difícil de asimilar el que un medico diera origen y rienda suelta a unos de

las figuras literarias y culturales más importantes hasta nuestros días.

Un caso similar ocurre con “Frankenstein o el moderno Prometeo” (Shelley, 1818), al

momento de su publicación se origino mucha critica, no solo por estar escrita por una

mujer, sino por su temática, siendo una de las primeras novelas del genero góticas y ciencia

ficción toca temas como el origen de la vida y la muerte, tal como su propio título lo dice

siendo este una referencia a el mito griego “Prometeo encadenado” en el que se narra como

el fuego de los dioses es robado para dar origen a la vida (Shelley, 2005).

Prueba del interés del protagonista Víctor Frankenstein es una de las tantas reflexiones
expresadas a lo largo de la novela:

Uno de los fenómenos que más me atraían era el de la estructura del cuerpo humano y la de

cualquier ser vivo. A menudo me preguntaba de dónde vendría el principio de la vida. Era

una, pregunta osada, ya que siempre se ha considerado un misterio. Sin embargo, ¡cuántas

cosas estamos a punto de descubrir si la cobardía y la dejadez no entorpecieran nuestra

curiosidad! Reflexionaba mucho sobre todo ello, y había decidido dedicarme

preferentemente a aquellas ramas de la filosofía natural vinculadas a la fisiología. De no

haberme visto animado por un entusiasmo casi sobrehumano, esta clase de estudios me
hubieran resultado tediosos y casi intolerables. Para examinar los orígenes de la vida

debemos primero conocer la muerte. Me familiaricé con la anatomía, pero esto no era

suficiente. Tuve también que observar la descomposición natural y la corrupción del cuerpo

humano.

Algunos investigadores relacionan directamente a la obra de “Frankentain” con el auge del

galvanismo de manos de Giovanni Aldini tal es el caso del investigador Gian Pietro

Miscione, quien menciona lo siguiente:

En toda Europa, y especialmente en Londres, Aldini se convirtió en una celebridad. Muchos

leyeron su estudio “An account of the late improvements in Galvanism”, publicado en 1807

en Londres, y asistieron a sus espectáculos. Es probable que Mary Shelley, esposa del

famoso poeta romántico de la época, Percy Shelley, haya oído de los experimentos, en los

cuales basó su libro Frankenstein o el moderno Prometeo, publicado en 1818. La historia

relata cómo un tal doctor Victor Frankenstein genera un ser vivo a partir de materia

inanimada, gracias a descargas eléctricas. Es, por lo tanto, muy verosímil que la historia

narrada en el libro se haya inspirado en los eventos descritos anteriormente, y la figura del

Dr. Frankenstein, justamente, en Giovanni Aldini.

Viendo estas muestras literarias podemos inferir gran relación entre literatura y medicina la

que puede ser siempre del punto de vista creativo, siendo que el contexto del autor como

puede ser el caso de experiencias o digamos también lo que ocurre en la realidad a rededor

del origen de la obra, llegando a la posteridad donde se vuelve un acto cultural.


http://hipotesis.uniandes.edu.co/hipotesis/images/stories/ed18pdf/Las-ranas-Galvani-18.pdf

Antón Chéjov (11 de septiembre de 1888).

Frankenstein

Polidori

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