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Balzac Luis Cardoza y Aragon extraordinaria vigencia que tiene por dos aspectos fundamentales de ella: el primero —que la torna universal— porque su maestria sobrepasa su época, lugar y circunstancias; y el segundo, porque en nuestros paises la sociedad que Balzac eternizé en La comedia humana, la burguesia con sus apetitos, el mundo atroz del capitalismo en una palabra, es atin el nuestro. Hay dos situaciones: los paises con una estructura como la que retrata Balzac y los que han cambiado las bases de esa sociedad y, por lo mismo, sus relaciones cualitativas. Sefialemos que en los paises, como la URSS, que ya no viven en los mecanismos del mundo de Balzac, es donde a los cien anos de la muerte del novelista su obra tiene el mayor ntimero de ediciones y lectores, mas que en su propia Francia. Y tal sentido de influencia y de interés no se finca en un libro, sino en Ja obra en conjunto, imagen de la sociedad de su tiempo. “Los grandes acontecimientos de mi vida, son mis obras” que, con sus propias palabras, constituyen “la historia de la sociedad pintada en accion”. Y viene a la memoria el repetido comentario de Engels de que las novelas de Balzac le ensefiaron mis acerca de las relaciones econémicas de la burguesia que todas las obras de los historiadores y economistas de esos aiios. La captacién de la realidad en movimiento, la recreacién de la misma en personajes cargados de conflictos lo conducen, inevitablemente, a una visin critica y, por ende, progresista. Balzac vivié la pasidn de retratar ese mundo, y sin proponérselo, porque trabajé, como 61 mismo lo repite, a la doble luz de la religion y del trono, su obra es una acusacién irrebatible de la clase social con la que simpatizaba. {Qué triunfo de realismo! En los paises en que ha desaparecido el mundo de las novelas de Balzac, su influencia radica en su capacidad para narrar una historia, crear personajes tangibles y animados en un ambiente vivo, para representar y juzgar asi, como nadie, a su época y a una sociedad. Y de la categoria de tal representacién y de tal juicio implicito, nunca deducido de un programa, de una intencién di- dactica, sino de una aspiracién creadora, nace su universalidad. Lo que tenemos por realismo en literatura (en la novela, género que Georg Lukacs y Harry Levine estiman como peculiar de la sociedad burguesa) es I, a importancia de la obra de Balzac reside, en sintesis, en la it un concepto vago, abstracto por su misma amplitud, en que caben Stendhal, Balzac, Flaubert, Zola, Proust, Aragon, Malraux, Butor, Nathalie Sarraute, etc., aunque entendamos que, en lineas generales, busca las peculiaridades de la sociedad, del individuo en cualquier sociedad, lo que ésta o aquél eva atérmino y cémolo lleva. Y si asi lo entendemos en relacién con una sociedad, una clase o un individuo, en funcién del contexto histérico y social son realistas todas las novelas o narraciones maestras de cualquier época. En el fondo, la falla reside en que no hemos creado un lenguaje critico que sustituya el gastado por un academismo tradicional que nada define. Y ala postre, nada nos importan las clasificaciones, el método de pegar etiquetas. Todas estas profesorales actividades farmacéuticas son precauciones risibles de quienes quieren embotellar el mar. Y no podria considerarse realista —sigamos con la clasificacién— esa “novela rosa” soviética, esquematica y simplista, de happy end obligado, de héroe positivo forzoso, de personajes en verdad tan planos y elementales que son deshumanizados, lo contrario, precisamente, de una penetracién entrafiable en el individuo, en el contexto histérico. En vida, Balzac no fue visto en todo lo que significaba. Era un monstruo por su produccién, un verdadero escritor nuevo, y su genio mismo impedia que se le conociese a fondo. Se ha repetido que fue un escritor descuidado, eno de abandonos, de incorrecciones. El punto se sigue debatiendo. Grandes artistas del mas limpio y preciso estilo, poetas como Franz Hellens, opinan lo contrario. Y nos encontramos con el problema complejo del estilo. Sobre tales apreciaciones de la forma de Balzac, Hellens replica: Juicios que hoy nos parecen falsos. Ninguno se atreveria hoy a decir que Balzac escribia mal. Su estilo momentos prodigiosos, y, ciertamente, no es la abundancia lo que Podriamos reprocharle, ni las repeticiones, en una obra de tales proporciones, en donde los desarrolios no son s6lo opartunos sino necesarios. Estos mismos desarrollos y digresiones, aue los hombres de su época juzgaron interminables e iniitiles, nos parecen hoy los més actuales, porque en ellos descubrimos la sensibilidad del escritor: una sensibilidad siempre viva y actual cuando se expresa en una forma y un movimiento cuyo secreto s6lo el autor conoce Sobre Papd Goriot, al comentar el estilo de Balzac, Edouard Herriot se pregunta: éCudl ea el valor formal de una obra tan avasallante? La forma de escribir de Balzac es muy personal; en el impetu que lo lleva confiere muy poca importancia a la expresién. y el problema planteado asi carece de sentido. En verdad no es un estilista. Escribe demasiado aprisa para escribir bien, Su trabajo es una perpetua improvisacién, Se sabe bien como 18 procedia: revisaba su forma en las pruebas de galera, y para Ia desesperacién de los tipégrafos, abusaba de lo que se llama correcciones de autor. Necesité trece pruebas de imprenta para Pierette y diecisiete para César Birotteau. A pesar de tales precauciones, dejé escapar muchos descuidos. Y concluye Edouard Herriot: “Su estilo esta Meno de escorias. Pero ya lo dijimos: Balzac es un volcdn".* William Hobart Royce, autor de la més completa bibliografia de Balzac @alzac: Bibliografia e indices, publicado por la Universidad de Chicago en 1929-1930, aumentada en un Suplemento que cuenta mas de 6 000 nuevos titulos), afirma que Balzac en los Estados Unidos posee “una popularidad que no tiene autor alguno de nacién alguna, en ninguna época, con la excepcién posible de Shakespeare”. Balzac decia que Ilevaba en la cabeza “una sociedad entera”: la sociedad burguesa, la de Francia en particular, en donde apenas hay figuras propiamente proletarias. Sus concepciones, sobre las cuales se ha discutido mucho, constituyen un problema que casi podriamos considerar clisico en las ideas contemporéneas de la literatura. En efecto, el realismo de Balzac plantea constantemente las contradicciones de sus puntos de vista politicos y su técito contenido revolucionario. Al mostrarnos el mundo burgués —con Stendhal, primer juez del capitalismo, como dice Jan O. Fisher—con todas sus ambiciones mezquinas, Balzac lo rechaza, lo enjuicia despiadadamente, y busca en dénde apoyar su vida. Y ve la salvacién hacia atras, en las feudales categorias inméviles de pretendida esencia divina y no social, en el catolicismo y la monarquia, mientras su obra, indefectiblemente, estd contra sus propios principios: tal es una de las lecciones capitales que se desprenden del andlisis de la realidad, de la investigacién exacta del medio y el hombre de su tiempo. Engels recordaba, a este propésito: “La satira de Balzac no es nunca més cortante y su ironia mds amarga que cuando se trata de aristécratas, esos hombres y mujeres por los cuales experimentaba tan profunda simpatia”, Este superburgués, como lo llama Boy-Zelensky, el gran especialista en Balzac en Polonia, es un furibundo antiburgués en los fundamentos de La comedia humana, aunque en su época, por circunstancias repetidamente estudiadas, su pensamiento lo condujera a conclusiones no sélo distantes de las revolucionarias, sino opuestas. Balzac —por ello su grandeza— supo representar todo un mundo en movimiento, en una particular situacién histérica, con un carécter nacional y de clase tan bien logrado que su universalidad es indiscutible. Reflejé * Prélogo a Le Pére Goriot, “Los Grandes Maestros”. Ediciones Bordas, Paris, 1949, 19 una realidad concreta con tal veracidad y penetracién que, independien- temente de los afios en que vivié, nos seguird apasionando por las cualidades de su captacién. Sin embargo, es demasiado grande como para ponerle una simple etiqueta. “Se ha querido afirmar —escribié Fadeiev, con ironia y sensatez— que hubo en el pasado un arte realista, popular, del cual nos consideramos los herederos, y un arte antirrealista y antipopular que no pertenece, por decirlo asi, sino a la burguesia.” “Tal punto de vista —escribe Fadeiev— lo expresé A. Sobolev en 1954: ‘Las clases reaccionarias siempre sostuvieron y sostienen un arte antirrealista, antipopular. Al entrar en la palestra de ia lucha histérica, la clase obrera ha luchado activamente por un arte realista auténtico.” Fadeiev prosigue: Cuando era joven, tenia yo el mismo punto de vista y Hegué hasta publicar un articulo titulado {Abajo Schiller!” Naturalmente, los elementos de vanguardia y de progreso se han expresado con mayor frecuencia y verdad en el arte realista, pero seria estupidez desechar a Schiller de nuestro legado clisico, y seria mas esttipido atin hacerlo con un escritor roméntico como Victor Hugo.* La riqueza de la obra de Balzac, nacida en la lucidez de su observacién, hace de 6] —a pesar de él— un pensador revolucionario siempre por descubrir. En forma poco disimulada de publicidad —escribe uno de sus investigadores, Albert Fournier— introdujo en sus novelas ms de dos mil personajes inventados por su imaginacién, y también nombres reales —por lo menos quinientos pintores, escultores, artesanos de todas clases, sastres, duefios de restaurantes, zapateros y floristas a la moda—, haciéndoles una publicidad directa para obtener algunas ventajas materiales que necesitaba con frecuenci Su obra no es s6lo un documento de época, porque el hombre en sus relaciones sociales y en los innumerables laberintos de su naturaleza es lo que le subyuga por encima de todo. Ni sus mds recalcitrantes adversarios, como Gustav Lanson, que busca disminuir su alcance, han podido negar que alguien pueda comparérsele “en la pintura de las clases burguesas y populares”, para luego repetir la objecién de que carece de estilo. Todos los esfuerzos para enterrarlo, para ponerle diques, han sido intitiles. * Literatura y politica ns 5 a pasuiteratura y politica en 1a urss, por Lein Robel. Revista La Pensée, julio-agosto, 1955, 20 El vigor de la obra nace no sélo de su talento fabuladar, de su talento descriptivo de observador minucioso —que no fue bien advertido en su época—y de su penetracién en el alma humana, sino de la propia experiencia vital trascendida en la obra, El drama de la creacién, la miseria del creador, su sueiio chocando con el mundo que lo rodeaba y que intenté destruirlo, es uno de los temas que le obseden, renovandolo siempre: Las ilusiones perdidas, La busca del Absoluto, Modeste Mignon, La obra maestra desconocida, La piel de zapa, La prima Bette, La solterona. Lievaba tal impulso —un verdadero voledn, dice Edouard Herriot— que arroll6, con su poder creativo, el cerco que le puso la familia y la sociedad. Laura Surville, la hermana de Balzac, en sus recuerdos nos da abundantes detalles de esta situacién: “Mi madre pensaba que un poco de miseria obligaria pronto a Honorato a someterse”. La madre le habia alquilado una buhardilla en Paris, 9 calle de Lesdisguiéres, para que el joven monstruo se curara alli de su pasién adolescente de escribir y tomara el buen camino burgués e hiciera fortuna. A los 20 afios, en 1819, Balzac escribe a su hermana Laura: “Las noticias de mi casa son desastrosas, Tu hermano, destinado a tanta celebridad, se alimenta ya como un grande hombre, es decir, se muere de hambre”. Balzac habia recibido de la familia un plazo de dos afios para probar que tenia genio, de lo contrario se le cortaban los escasos viveres. iQué situacién mas balzaciana, qué experiencia vivida en afios definitivos para sudarlos y trasudarlos aiios después en sus obras! Ese principe del espiritu, Charles Baudelaire, a quien con frecuencia se le simplifica para considerarlo sdlo como un esteta, exclama en Curiosidades estéticas: “Y tit, Honorato de Balzac, ti eres el mas heroico, el mas singular, el més romantico y el mas poético de todos los personajes que has sacado de tu seno”. Balzac no podia repudiar su destino, renunciar a su vida, Vuelve la espalda a la familia y vive por su ambicién, por la necesidad de crear, mas fuerte en 61 que en los personajes de lus novelas en que expone tal tragedia. No se suicidé como el poeta Atanasio Granson de La solterona; ni tomé el camino de una vida miserable y valiente del alucinado que todo lo sacrifica: Baltazar Claes, en La busca del Absoluto. Para mi es de lo mas poético, de lo mas cruel y balzaciano, la vida del propio Balzac, no s6lo en su juventud, sino en la madurez. Sin ser pobre su familia, vivié afios en la miseria por decisién de sus padres, para que se hiciese notario, empleado de algin ministerio 0 prosperara en los negocios. Por sus origenes campesinos, el padre fue mas comprensivo que la madre, formada en la tradicional buena familia burguesa, desesperada porque su hijo era una maravilla. Después, la batalla por crear su obra, por adquirir respeto y dinero para pagar deudas eternas. Escribia, nos dice, como un leén, confiando sdlo en su invencible a capacidad de trabajo, sin salir a la calle durante meses. Escribia de la media noche hasta el mediodia. Murié a los 51 afios, recién casado, cuando tenia el amor y la gloria, aunque nunca la paz de su demonio creador: se maté de tanto parir. No es la miseria idiota, pintoresca y sentimental que describen algunos romAnticos del xix. Sino la miseria més dolorosa en la flor de la vida, que obliga a sacrificar hasta el amor para cumplir con la pasion de crear. Balzac pasa sobre todas las dificultades y vence todos los obstaculos. Durante cinco aiios se alquilé, tuvo que venderse —como lo recuerda Stefan Zweig, uno de sus biégrafos— para fabricar con otros, anénimamente, mds de cuarenta novelones de aventuras, misterios y sentimentalismos, que circulaban con mayor facilidad que las obras maestras que escribirfa mds tarde, cuando, con palabras de Engels, seria el “pintor realista mucho mds grande que todos los Zolas del pasado, del presente y del porvenir”. Durante cinco afios, fue “negro” literario de Auguste Poitevin de I’Egreville. Leemos en cartas a su hermana Laura: “jHay que escribir, escribir todos los dias, para conquistar la independencia que me niegan! Tratar de ser libre a golpe de novelas iy qué novelas! jAh! Laura, jqué caida de mis proyectos de gloria!” Y también: “Comienzo, sin embargo, a palpar y reconocer mis fuerzas; sentir lo que deseo jy sacrificar la flor de mis ideas a semejantes necedades! {Es como para lorar!” Le Pére Goriot es uno de los libros capitales de Balzac, de los mas perfectos por el estudio de los caracteres y el ambiente y por el desarrollo que culmina con la muerte del “Cristo de la Paternidad”, traicionado por sus hijas y abandonado por todos. Se abre una nueva etapa en Balzac —en la novela universal— que se da cuenta de las posibilidades sin precedente de ir creando el mundo que habria de constituir La comedia humana, “esa imitacién de Dios Padre”. Le Pére Goriot arte de Bal, importantisi Jos libros privilegi vigorono, original y completo, aquellos en que, pura y plenamente, nos ofrece el sonido peculiar de su arte, Le Pére Goriot, sin duda alguna, a causa de sus resonancias méltiples, mucho més que La piel de zapa o Eugenia Grandet, e: i maestra de Balzac. scribe Maurice Bardeche—*es algo més que un momento feliz en el un momento decisivo. No sélo es su mayor éxito, » Maurice Bardeche, Balzac novelista. Plon, 1940. 22 Las opiniones coinciden en gran medida. Paul Bourget, Hipdélito Taine, Stefan Zweig, André Bellessort (Balzac y su obra),* B. R. Curtius (Balzac),$ el estudio de Jules Bertaut (Le Pére Goriot de Balzac)* y tantos otros memorables. La bibliografia es amplisima en todos los idiomas. {Quién no ha escrito sobre Balzac? Con Le Pére Goriot se inicia la reaparicién sistematica de los personajes, creando asi la perspectiva inmensa y tinica de La Comedia Humana. Balzac firma Le Pére Goriot en Sache, septiembre de 1834, a los 35 aiios. Fue publicada por vez primera en la Revista de Paris, en cuatro ntimeros: 14 y 28 de diciembre de 1834, el 28 de enero y el 11 de febrero de 1835. El ptiblico la acogié con excepcional entusiasmo; la critica sefialé que parecian exagerados algunos rasgos de los personajes. A esas criticas da respuesta en los prefacios sucesivos de las dos ediciones que se lanzaron en marzo de 1835 y mayo del mismo aiio: “Le Pére Goriot es como el perro del asesino que lame la mano ensangrentada de su amo, no discute, no juzga, ama. Le Pére Goriot limpiaria las botas de Rastignac con tal de aproximarse a su hija”. Y a quienes le reprochan haber pintado mujeres diabélicas que encarnan la mayor ingratitud filial, Balzac responde con el inventario de Jos caracteres femeninos criminales y de los virtuosos de La comedia humana y comprueba que los primeros son 17 y 38 los segundos. El buen éxito fue tan considerable que un mes después de publicada la novela, dos teatros parisienses representaban adaptaciones mediocres de la obra maestra “escrita en 25 dias”, como lo recuerda en una carta a Madame Hanska, su futura esposa. No se engaiié sobre lo alcanzado. En otra carta le afirma su convencimiento de que se trata de una creacién fundamental, de “la pintura de un sentimiento tan grande que nada puede agotar: ni las molestias, ni las heridas, ni la injusticia; un hombre que es padre como un santo, un martir como un cristiano”. En otra carta dice a la misma destinataria: “Le Pére Goriot es una obra bella, pero monstruosamente triste. Era necesario, para que fuese completa, mostrar una cloaca moral de Paris”, Eliiltimo Chuan es la primera novela (1829) que imprime con su nombre, La influencia de Walter Scott se siente en ella. Luego una serie, clasica hoy, que no logré entonces la acogida de Le Pere Goriot: La mujer de treinta aos, La piel de zapa, El coronel Chabert, Los cuentos droldticos, El cura de Tours, El médico rural y Eugenia Grandet —esta ultima con influencia de Moliére—, escritas en tres afios, as{ como otros libros: Un episodio bajo el “ André Bellessort, Balzac y su obra. Perrin. * 8. R. Curtius, Balzac, Grasset, 1933. * Jules Bertaut, Le Pére Goriot de Balzac. Malfére, 1928. 23 terror (1831); La fisiologia del matrimonio, publicada anénimamente en 1829. Tal voluntad unida a su poder de creacién, que tanto cautivé a Baudelaire (a los 20 afios, Balzac escribia a su hermana: “Debutaré con una obra maestra o me estrangulo”), Jo transformé en un demiurgo: Si Balzac hizo de este género (1a novela de costumbres) una cosa admirable, siempre curiosa y con frecuencia sublime —afirmé Baudelaire—, fue porque puso todo su ser en él. Me ha Namado la atencién que la gran gloria de Balzac consista en que se le tenga por un ‘observador; me ha parecido siempre que su mérito principal reside en ser visionario, y apasionado visionario, Todos sus personajes estan animados del ardor vital con que vivia 61. Todas sus ficciones estan profundamente coloreadas como los suefios. Todas las almas Es Balzac mismo. son como armas cargadas de voluntad hasta las fau La pasién con que vivia sus personajes desde todos los angulos posibles, nos recuerda aquella anécdota que lo retrata: “Volvamos a la realidad. Hablemos de Eugenia Grandet", Baudelaire estima, como cualidad fundamental, el gusto por el detalle, la pasién inmoderada de verlo todo y adivinarlo todo, el relieve que da a sus figuras: “; ¥ quién puede jactarse —pregunta Baudelaire— de estar dotado tan felizmente y de poder aplicar un método que le permite revestir, con seguridad, de luz y purpura la trivialidad? ;Quién puede hacerlo? Y bien, quien no puede hacerlo, digamos la verdad, hace muy poca cosa”. Balzac es el primer novelista que al describir su medio y su clase, se ocupa detenidamente en la realidad econémica. Su influencia fue inmediatamente tan trascendental que Dostoyevski es su primer traductor alruso. George Sand dird de Balzac: “E] pensamiento de la obra no es dudoso: Ja sociedad es condenada”. Cuando Balzac muere en agosto de 1850, Victor Hugo lo saluda asi: “Se quiera o no, el autor de esta obra inmensa es de la raza fuerte de los escritores revolucionarios”.. La comedia humana recoge la imagen mas exacta, potente y original de la burguesia, comedia inhumana que lo transforma en el novelista del individualismo y de la ambicién. Sin embargo, aunque El cura de la aldea diga “que s6lo hay patriotismo bajo las camisas sucias”, deja en la sombra al proletariado, Publica Los campesinos el mismo afio que aparece Manifiesto comunista (1848) y alli leemos esta alusién: “el comunismo, esa fuerza de la democracia”. Afios mas tarde, Leén Tolstoi afirmara: “Sélo podremos ser perfectos si todos los somos”; emerge, un poco mds preciso, la conciencia social, el sentido revolucionario del escritor. Por el aniilisis de la realidad, Balzac quiere influir sobre el mundo, casi contra su voluntad, porque se da cuenta de la injusticia de las jerarquias y os privilegios en un medio en que se cumple que el hombre es el lobo del 24 hombre. Muchos de sus personajes no pueden soportar mas la sociedad en que se mueven; la lucha de clases, viva en el meollo de sus obras, se muestra sin esperanza —recuérdese Los campesinos y tantas otras—, como incapaz de modificar las condiciones histéricas en que se debaten al lado de “los ceros sociales”, como llama al proletariado en el Tratado de la vida elegante, a pesar de que sentia en torno suyo “el olor cadavérico de una sociedad que se acaba”. Encarna la contradiccién de su tiempo y sufre a menudo confusas ansias de oponerse a su conservatismo, a su caracter burgués y aristocra- tizante. Los problemas sociales que trata son los nuestros todavia, en fases diferentes. Debemos leerlo entendiendo el medio que lo engendré. La unidad vital histérica se expresa por sus contradicciones y con sus contradicciones y nunca se pierde por ellas: con tales contradicciones construye su universo. Balzac no podia ser plenamente apreciado por muchos de sus contempordneos romAnticos. En su maestria esta el vigor de su leccidn y la vigencia de la misma. Balzac, para su nada amigo Sainte-Beuve, es por excelencia “el romdntico de lo cotidiano”; Delacroix (véase su Diario) tampoco capta su magnitud. Hay, en cambio, testimonios muy significativos de Baudelaire y de Teéfilo Gautier. “Toda su obra es actual: vivia con los vivos y no resucitaba alos muertos”, escribié Gautier. Baudelaire, citado ya, sintié profundo aprecio por él. Es decir, la obra de Balzac logré ser popular y también muy ad- mirada por algunos de los mas refinados espiritus de Francia y otros paises de Europa, a pesar de sus construcciones en que se mezclan con desorden romAantico no pocas disciplinas, como la moral, la filosofia, la sociologia, la educacién, la economia, las ciencias naturales, y mucho de la verdad del hombre y de la vida. Kafka, realista o no —estoy harto de etiquetas—, como todo genio, vivid embebido de la condicién humana y de sus exigencias mas poéticas, mas trdgicas, preciosas y radicales. {Quién ha tratado mejor que Kafka la enajenacién? A veces la revelacién se halla tan cerca de los ojos que no podemos ni sabemos verla. Con el tiempo cobra perspectiva, y lo inasible u ‘oscuro se vuelve concreto y didfano. Lo dificil es ver a tiempo, y no confundir los rebaiios de los repetidores con los creadores. Y por encima y mas alla de Jas circunstancias histéricas, del contexto polftico-social y otras influencias, cuenta lo que un temperamento, una sensibilidad, una aptitud creadora tiene de singular y trascendente: lo tinico que vale la pena y que no puede explicarse, segtin Braque. En la cita de A. Sobolev incluida en un texto de Fadeiev, que leemos en estos apuntes, hay algo que deseo comentar de pasada para mostrar de nuevo mi rechazo a los esquematismos, a los sociologismos vulgares: “las clases reaccionarias siempre sostuvieron y sostienen un arte antirrealista, 25 antipopular”. Este concepto habria requerido explicacién matizada. Pienso en grandes espectaculos clasicos, los mas populares, como “La bella durmiente”, “El lago de los cisnes”, “La nifia de las nieves’, etc.; en mitologias, tradiciones, leyendas y creaciones populares anénimas de ayer, de hoy y, acaso, de siempre; creaciones de todo orden, objetos y cantares, por ejemplo, y mucho me responde que el arte popular es fantastico, el mas fantastico. Un eriterio a lo Sobolev {no se equivoca cuando establece dogmas y limites? La vida es mil veces més mévil y compleja y se salta esos limites con “la reina de las facultades”, la imaginacién que rompe barreras y ensancha los limites para ser y estar en un presente eterno. Le Pére Goriot esta dedicada “al grande e ilustre Geoffroy Saint-Hilaire, como testimonio de admiracién a sus trabajos y a su genio”. En el prélogo de la edicién de 1842, Balzac escribe: “Sdlo hay un animal. El creador se sirvié de un solo modelo para todos los seres organizados. E] animal es un principio que toma su forma exterior o las diferencias de su forma exterior segtin el medio en que tiene que desarrollarse. Las especies zooldgicas resultan de tal diferencia”. Esta afirmacién es un planteamiento de parte importantisima de su obra que lo condujo “al andlisis de los males y a la discusién de los principios” de la sociedad y las costumbres. La comedia humana abarca la evolucién de Francia desde la vieja monarquia, la Revolucién, la época de Napoledn, que fue su idolo: “Lo que no pudo realizar con la espada, lo realizaré yocon la pluma”, la Restauraci6n, Ja Revolucién de julio, el reinado de Luis Felipe. De esa mina surgirén Flaubert, Zola, Proust, Tolstoi, Dostoyevski, Joyce, Kafka. El creador de La comedia humana dejé su huella poderosa en todas las literaturas. ¥ cudnto se ha discutido la contradiccién entre la tendencia de Balzac y sus frutos artisticos. El realismo no esta en las ideas avanzadas o no del autor. Esta en su visién dialéctica del mundo y en la excelencia artistica de la estructura de la obra. Hemos leido y leeremos qué es la realidad y qué es el realismo. Su situacién, a pesar de todo, sigue en penumbra. Hablamos del sentido que tenemos de ellos. Asi me explico y comparto el punto de vista de Nazim Hikmet al decir abreviadamente que para él el realismo socialista es Picasso. La maxima libertad para la creacién porque, como afirma el marxista Ernst Fischer, la verdadera esencia de la sociedad socialista es la novedad. Cada dia es més claro para todos lo que es arte y lo que es propaganda. Conozeamos sus peculiaridades, limites, posibilidades, para poder cumplir bien tales propésitos especificos. Y las nuevas realidades reclaman nuevas formas. _ Quienes permanecen aferrados a viejas formas, quienes estorban ya no digo la necesidad, sino la obligacién de la busca, de la experimentacién, el 26 derecho a equivocarse en la investigacién, sufren un lastre que debemos sefialar, una fijacién antidialéctica, palmariamente retrégrada, aunque naturalmente explicable: las etapas de transicién por cambios radicales de las estructuras socioeconémicas en nuestra tierra o en otras tierras suelen conducir a sectarismos cuyos gustos y preocupaciones por anquilosamientos artisticos son, a menudo, los de las clases derrotadas y anacrénicas. Explicable, desde luego, pero no compartible. “El arte —escribié Gramsci en Cuadernos de la cdrcel—no esta hecho para servir; sirve porque es arte.” 27

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