Seguridad
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b La responsabilidad
i de los Coordinadores de Seguridad y Salud
a en las obras de construcción
Por Miguel Ángel SÁNCHEZ DE LA ARENA
Inspector de Trabajo y Seguridad Social
L
os coordinadores de seguridad y salud, al
igual que otras personas que intervienen
en una obra de construcción en sus dife-
rentes cometidos como sujetos de obligaciones,
son también sujetos de responsabilidades. Las
exigencias de las responsabilidades de los coor-
dinadores serán exclusivamente en el ámbito pe-
nal y civil, no siendo en ningún caso sujetos de
responsabilidad de naturaleza administrativa
aunque en su actuación genere incumplimientos
que van a ser sancionados en este ámbito.
Cuando se produzcan situaciones que supon-
gan incumplimiento de los coordinadores a las
obligaciones establecidas en el Real Decreto
1627/1997, de 24 de octubre, las responsabilida-
des administrativas que se pudieran provocar
por estas conductas, será el promotor que les de-
signó para el ejercicio profesional de sus funcio-
nes quien resultará responsable de las mismas,
siendo el sujeto al que ira dirigida la sanción
económica que la Administración imponga por
esos hechos.
Ello resulta así al estar incluidos los promoto-
res y propietarios de obras de construcción como
sujetos responsables por el Art. 2 del Real De-
creto Legislativo 5/2000, de 4 de agosto, y ser
esas conductas susceptibles de estar contenidas
en la tipificación que hacen los Arts. 12.14 y
13.8 del Real Decreto 5/2000, de 4 de agosto,
para infracciones graves y muy graves respecti-
vamente, y no figurar entre los sujetos responsa-
bles enumerados en aquel precepto los coordi-
nadores de seguridad y salud, ni los demás téc-
nicos también designados por el promotor para
el desarrollo de las competencias y cometidos
establecidos en el Real Decreto 1627/1997.
La razón de la proyección de responsabilidad
administrativa hacia el promotor o dueño de la
obra por hechos derivados de la actuación de los
coordinadores, tiene su fundamento en la con-
dición que tiene como titular del centro de traba-
jo. El promotor como empresario aunque no ten-
ga trabajadores por cuenta ajena en la obra, ocu-
pa el vértice de la pirámide del conjunto econó-
mico-empresarial que constituye una obra de
construcción, al ser quién idea la construcción
para su propia utilidad en un espacio de su titu-
laridad o uso, la financia, y la dirige y controla
mediante los técnicos por él designados.
La proyección de la responsabilidad hacía el
promotor tiene lugar por razón de la elección re-
alizada, asumiendo las consecuencias negativas
que una mala actuación de técnicos elegidos pa-
ra el cumplimiento de obligaciones que como ti-
tular del centro de trabajo le corresponde, de fa-
cilitar información e instrucción hacia las em-
presas que trabajan en la obra sobre los riesgos
y medidas de prevención, según establece el Art.
24.2 de la Ley de Prevención de Riesgos Labo-
rales.
Además de las responsabilidades administra-
tivas que generan el incumplimiento de las obli-
gaciones por los coordinadores de seguridad y
salud durante la ejecución de la obra contenidas
en los Arts. 9 y 14 del Real Decreto 1627/1997,
exigibles hacia el promotor mediante el procedi-
miento sancionador marcado en el Real Decreto
928/1998, de 14 de mayo, iniciado por acta de
infracción levantada por la Inspección de Traba-
jo y Seguridad Social, los coordinadores de se-
guridad y salud pueden ser sujetos de responsa-
bilidades penales y civiles por hechos que se de-
rivan de sus propias conductas.
La responsabilidad penal de los coordinado-
res de seguridad y salud tendrá lugar cuando
por su conducta en una obra, contraria a las
obligaciones establecidas en el Real Decreto
1627/1997, sea declarada constitutiva de un ilí-

cito penal como delito o falta. Por la naturaleza
de las funciones desarrolladas en una obra de
construcción, el coordinador de seguridad y sa-
lud durante la ejecución, puede estar afectado
por varias figuras delictivas contenidas en el
Código Penal: por los delitos o faltas contra la
vida e integridad física de las personas, y por
delitos contra los derechos de los trabajadores.
Las responsabilidades por delitos serán siempre
perseguibles de oficio por el Ministerio Fiscal,
además de la acusación privada en representa-
ción de la parte que ha sufrido el daño que pue-
de estar personada en el procedimiento, a dife-
rencia de las responsabilidades por faltas que
sólo será exigible cuando haya denuncia por las
personas afectadas o de sus representantes le-
gales.
Como responsable de delitos contra la vida e
integridad física de las personas, tendrá lugar
cuando a consecuencia de la conducta del coor-
dinador en el cumplimiento de sus obligaciones,
generalmente de omisión, se ha producido o fa-
vorecido de forma determinante a que produz-
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can lesiones o el fallecimiento de trabajadores.
Aunque la figura delictiva se proyecta de for-
ma exclusiva sobre los delitos o faltas dirigidas
a la protección de la vida e integridad de las per-
sonas en su sentido general, al ser el accidente
de trabajo la materialización de una situación de
riesgo por incumplimiento de las obligaciones
preventivas que existía antes de producirse, no
sólo para el trabajador que sufrió el daño sino
también para los restantes trabajadores que pu-
dieran encontrar en la misma situación, es una
misma conducta la que provoca el accidente, y
la que había creado la situación de riesgo, tipifi-
cada ésta por el Art. 316 del Código Penal como
delito contra la seguridad en el trabajo, lo que
produce la concurrencia de dos delitos distintos
sobre un mismo comportamiento, presentándose
lo que se denomina "concurso ideal de delitos"
cuyo tratamiento jurídico penal está determina-
do por el Art. 77 del Código Penal. En esta si-
tuación, la pena será la correspondiente a la apli-
cación de la pena en el tramo superior de la in-
fracción más grave, o la de sumar las penas co-
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38 rrespondientes a cada delito en caso que la
pena resultante sea inferior.
b No resulta concebible una culpabilidad su-
perior a imprudencia grave, ya que para una
i conducta dolosa exigiría una voluntad de
a querer el resultado dañino para la persona,
situación que en el ámbito del trabajo nadie
desea. Por ello se presentan las figuras pena-
les siguientes:
-Homicidio imprudente: Regulado este de-
lito en el Art. 142.1 del Código Penal. Se pre-
senta cuando un trabajador fallece a conse-
cuencias de las lesiones sufridas por un acci-
dente. Las personas responsables serán todas
aquellas que estando obligadas al cumpli-
miento de obligaciones, su incumplimiento
por imprudencia grave en sus conductas, es
causa determinante de que se produzca el ac-
cidente; la pena que corresponde a este deli-
to es prisión de uno a cuatro años. Está pre-
visto en el Código Penal en ese mismo pre-
cepto que si se apreciara "imprudencia profe-
sional", se impondrá también como pena la
inhabilitación especial para el ejercicio de la
profesión, oficio o cargo por un periodo de
tres a seis años, si bien la doctrina del Tribu-
nal Supremo se muestra singularmente res-
trictiva en su aplicación como así lo expresa
la Sentencia de 5 de septiembre del 2001, se-
ñalando que no da la situación agravante de
imprudencia profesional cuando es "sólo una
infracción al deber de vigilancia respecto de
comportamientos ajenos", como resulta la
mayoría de los casos donde inciden las res-
ponsabilidades de los coordinadores de segu-
ridad y salud durante la ejecución de la obra,
pero si podría ser cuando el accidente se hu-
biera producido por carencia de medidas que
no estuvieran contempladas de forma negli-
gente y grave en los documentos de planifi-
cación preventiva elaborados por los autores
de los estudios de seguridad y salud, o planes
de seguridad y salud aprobados indebida-
mente por el coordinador de seguridad y sa-
lud durante la ejecución de la obra.
Cuando la conducta imprudente fuera esti-
mada en grado leve, el comportamiento so-
metido a responsabilidad penal tendrá la cali-
ficación de falta, estableciéndose en el Art.
621.2 del Código Penal una pe-
na de multa de uno a dos meses.
La pena de multa, consiste en
una condena económica en
cuantía resultante de multiplicar
la cuota diaria que se establezca
en función de la capacidad eco-
nómica del condenado (entre
1,20 y 300,51 euros) por el nú-
mero de días que se fijen.
-Delito de lesiones por im-
prudencia: En el ámbito que
analizamos, sobre la base de lo
establecido en el Art. 152 del
Código Penal se produce, cuan-
do un trabajador sufre lesiones
corporales mediando una con-
ducta de imprudencia grave por
parte de las personas que están
obligadas a adoptar medidas pa-
ra evitar el accidente. La pena
que corresponde al delito de lesiones viene
determinada por la naturaleza y gravedad de
las lesiones causadas, comprendidas entre
arresto de siete a veinticuatro fines de sema-
nas, hasta tres años de prisión, según señalan
los Arts. 147, 149 y 150 del Código Penal.
Si la conducta imprudente fuera apreciada
en grado leve, el comportamiento ilícito ten-
dría la consideración de falta según el Art.
621.3 del Código Penal, castigada con pe-
na de multa de quince a treinta días.
Cuando se produce una conducta condena-
da como delito o falta, existe una obligación
de reparación de las consecuencias que de
ella se deriven. Esa reparación en el trabaja-
dor que ha sufrido un accidente con lesiones,
o en caso de muerte a favor de sus familiares,
se cumple por el abono de las indemnizacio-
nes que se determinen en la sentencia dictada
en procedimiento penal declarativo de la res-
ponsabilidad penal, según lo señalado por los
Arts. 109 y siguientes del Código Penal, de
forma que toda persona responsable penal de
un delito o falta, lo es también civilmente si
del hecho se derivan daños o perjuicios, co-
mo así establece el Art. 116.1 del Código Pe-
nal.
Con relación al otro tipo de delito que por
el ejercicio de su función puede estar también
presente en la responsabilidad penal de los
coordinadores de seguridad y salud, es el ti-
pificado en el Art. 316 del Código Penal in-
cluido dentro del grupo de delitos contra los
derechos de los trabajadores, conocido como
delito contra la seguridad y salud en el traba-
jo. Señala el precepto que son responsables "
los que con infracción de las normas de pre-
vención de riesgos laborales, y estando legal-
mente obligados, no facilitan los medios ne-
cesarios para que los trabajadores desempe-
ñen su actividad con las medidas de seguri-
dad e higiene adecuadas, de forma que pon-
gan así en peligro grave su vida, salud o inte-
gridad física de los mismos."
A diferencia de las figuras delictivas ante-
riormente estudiadas, en las cuales era im-
prescindible el resultado, en el delito contra
le seguridad en el trabajo el resultado no lo
es, siendo delictiva la presencia de una situa-
ción de riesgo que ponga en peligro la vida o
salud de los trabajadores por incumplimien-
tos a las normas de seguridad y salud por
parte de aquellas personas que están obliga-
das a ello, a no ser que se hubiera producido
un accidente de trabajo, dándose en esta si-
tuación un "concurso ideal de delitos" ya an-
teriormente analizado.
Son sujetos responsables de esas conduc-
tas, además de las personas que están legal-
mente obligadas a facilitar los medios nece-
sarios para los trabajadores, como son las
empresas a través de sus administradores en
el cumplimiento del deber de seguridad, se-
gún establece el Art. 318 del Código Penal,
también lo serán "quienes conociéndolos y
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pudiendo remediarlo, no hubieran adoptado
medidas para ello" entre los que se encuen-
tran las personas que en una obra realizan las
funciones de encargados, jefe de obra, coor-
dinadores de seguridad y salud y las direc-
ciones facultativas. En esa línea la Sentencia
del Tribunal Supremo de 16 de junio de
1992, determina que son responsables: "todas
aquellas personas que desempeñen funciones
de dirección o de mando en una empresa y,
por tanto, sean éstas superiores, intermedias
o mera ejecución, y tanto las ejerzan regla-
mentariamente como de hecho, están obliga-
dos a cumplir y hacer cumplir las normas
destinadas a que el trabajo se realice con las
prescripciones elementales de seguridad ".
Por tanto pueden ser responsables todas
las personas que en cumplimiento de sus co-
metidos y obligaciones en una obra, pueden
evitar una situación de riesgo existente, entre
los cuales se encuentran los coordinadores de
seguridad y salud durante la ejecución como
responsables de las obligaciones marcadas en
los Arts. 9 y 14 del Real Decreto 1627/1997.
En un coordinador de seguridad y salud, la
conducta delictiva se puede presentar por las
actitudes o comportamientos siguientes:
1º No advertir al empresario y tolerar una
situación de peligro grave para los trabajado-
res, creada por incumplimientos de requisitos
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40 de seguridad y salud que resulten obligato-
rios para evitarlos, o en su caso, no haber or-
b denado la paralización de los trabajos.
2º No realizar adecuadamente las funcio-
i nes que conlleva la coordinación en todos sus
a aspectos, creándose por la actitud negligente
situaciones de peligro grave para los trabaja-
dores.
3º Elaboración de estudio de seguridad y
salud, o aprobación de un plan de seguridad
y salud, que no contemplen riesgos que pue-
den acarrar situaciones de peligro grave para
los trabajadores y ante las cuales no se han
previsto la adopción de medidas preventivas.
La culpabilidad de este tipo de delito pue-
de presentarse tanto en forma dolosa como
imprudente, si bien en la figura del coordina-
dor lo más propio es que se presente como
conducta imprudente, manifestada esa negli-
gencia en un comportamiento inadecuado por
acción u omisión, contrario a sus obligacio-
nes y que puede acarrear en los trabajadores
consecuencias graves para su vida e integri-
dad física.
La pena por ese delito por comportamien-
to doloso la establece el Art. 316 del Código
Penal de prisión de seis meses a tres años y
multa de seis a doce meses, señalado el Art.
317 del Código Penal que cuando el delito se
produce por un comportamiento de impru-
dencia grave la pena se reducirá a la inferior
en grado. El artículo 317 al hacer alusión só-
lo a la imprudencia grave para la aminora-
ción de la pena, y no recoger entre las faltas
ninguna conducta contra los derechos de los
trabajadores, se puede considerar que sólo se-
rán penalizadas las conductas que al menos
se haya apreciado una imprudencia grave, es-
tando fuera de la responsabilidad penal las si-
tuaciones de incumplimientos preventivos
que se producen por imprudencia leve, cuya
sanción quedará reservada exclusivamente al
ámbito administrativo.
La responsabilidad civil que los coordina-
dores de seguridad y salud pueden estar afec-
tados por el desarrollo de su actividad profe-
sional se produce cuando por una conducta
inadecuada por su negligencia produce un
daño, derivando una obligación de resarcir
las consecuencias causadas mediante la co-
rrespondiente indemnización económica que
se marque por vía judicial. Para el estudio de
las responsabilidades hay que diferenciar en-
tre la responsabilidad civil extracontractual,
y la responsabilidad civil contractual.
La responsabilidad civil extracontractual
está determinada por el Art. 1093 del Código
Civil, al establecer que la persona que "por
acción u omisión, causa daño a otra intervi-
niendo culpa o negligencia" está obligada a
reparar el daño. Esta determinación del Có-
digo Civil se proyecta hacia la esfera penal
cuando la acción u omisión causante del da-
ño tenga la consideración de ilícito penal, co-
mo forma específica de la responsabilidad
extracontractual. Ocurrirá cuando se produ-
cen accidentes de trabajo que provoca el fa-
llecimiento o causan lesiones en los trabaja-
dores a consecuencias de comportamientos
negligentes de los coordinadores de seguri-

dad y salud, declarados penalmente respon-
sables de los mismos, de forma que "toda
persona criminalmente responsable de un de-
lito o una falta lo es también civilmente si
del hecho se derivan daños y perjuicios", se-
gún determina el Art. 116.1 del Código Pe-
nal.
Por lo tanto los delitos y faltas con resulta-
dos lesivos en los trabajadores derivarán in-
demnizaciones económicas en concepto de
responsabilidad civil dirigidas a reparar las
consecuencias sufridas por el accidentado, o
perjuicio que supone su fallecimiento para
sus familiares. El Art. 109.1 del Código Pe-
nal añada que "la ejecución de un hecho des-
crito por la Ley como delito o falta obliga a
reparar, en los términos previstos por las Le-
yes, los daños y perjuicios por él causados",
lo que supone que toda condena penal por de-
litos o faltas de homicidio imprudente y le-
siones, determina siempre una responsabili-
dad civil Cuando por un accidente haya va-
rios responsables penales, la sentencia donde
se determine la responsabilidad civil deriva-
da del ilícito penal podrá fijar una distribu-
ción de la cuantía de la indemnizatoria en
función al grado de culpabilidad apreciada
por el juzgador en la conducta de cada uno,
siendo en todo caso solidaria frente a todas
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las personas declaradas responsables.
En lo que se refiere a la responsabilidad ci-
vil contractual que puede afectar a los coor-
dinadores de seguridad y salud, está repre-
sentada por la indemnización que puede deri-
var de los incumplimientos de un contrato
existente, sobre la base jurídica de lo señala-
do en el Art. 1101 del Código Penal al deter-
minar, que " quedan sujetos a la indemniza-
ción de los daños y perjuicios causados los
que en el cumplimiento de sus obligaciones
incurrieren en dolo, negligencia o morosi-
dad.."
Las situaciones que inciden hacia los coor-
dinadores de seguridad y salud en éste tipo de
responsabilidad civil son las que pueden de-
rivar del contrato de prestación de servicios
profesionales acordado con el promotor, es-
tando dentro de ellas los daños y perjuicios
causados por las sanciones administrativas
que pueden ser impuestas a los promotores,
por incumplimientos de obligaciones que co-
rresponden a los coordinadores.
Por último hay que señalar que las respon-
sabilidades civiles, cualquiera que sea su na-
turaleza, es susceptible de aseguramiento,
mediante el concierto de un contrato de segu-
ro de cubra las indemnizaciones económicas
que se pudieran establecer. ‰