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SE suele calificar como ortodoxa a la persona que actúa conforme a una doctrina que
considera verdadera. Una doctrina, a su vez, es un conjunto de ideas, sean filosóficas,
religiosas o económicas, cuyo rasgo es la coherencia de sus fines y de sus medios.
Un heterodoxo es, por contraposición, aquel que no actúa respetando el contenido de una
doctrina, sino que combina medios o fines que no respetan la debida coherencia. La
heterodoxia puede responder al intento de satisfacer objetivos inmediatos aunque sean en
última instancia excluyentes, o bien puede ser consecuencia de la ignorancia; también puede
resultar del escepticismo sobre la validez de las distintas doctrinas.
Dicho todo esto, también debemos afirmar que una política económica ortodoxa requiere
instituciones públicas sólidas e independientes de grupos de interés. Requiere también una
clase política bien formada y con poder suficiente para atender el bien general y resistir a los
reclamos de los que hacen más ruido. Ninguna de estas condiciones se dio en la oportunidad
en que se convocó al doctor Ricardo López Murphy al Ministerio de Economía y éste propuso
medidas de corte ortodoxo para el corto y el largo plazo.
La formación económica del actual ministro de Economía está más allá de toda duda. En el
pasado, por ejemplo, ha sido suficientemente claro sobre la conveniencia de reglas generales
y no discrecionales, así como sobre la ventaja de un arancel uniforme. Seguramente también
comprende que la competitividad requerirá reducir el peso del Estado sobre el sector
productor, bajando el gasto público improductivo, en lugar de aumentar impuestos. Así como
debe reconocerse que la recomposición del poder es condición necesaria y que el camino
elegido por el ministro seguramente es en estos momentos el único, cabe la pregunta: ¿qué
rumbo económico adoptará el país cuando se haya podido superar la actual emergencia?
¿Habrá ortodoxia o habrá heterodoxia? En algún momento será necesario, seguramente,
consolidar la ortodoxia.
La Ortodoxia: La ortodoxia es asumida por la ortodoxia del poder y se sustenta o suele
sustentara través de éste y de los medios de comunicación, mientras que la heterodoxia halla
más dificultad en poder manifestarse o sencillamente es ignorada o eliminada, según el grado
de democracia, representación y heterogeneidad que admite una sociedad. Un nivel suficiente
de ortodoxia permite el consenso, la estabilidad política y social y la gobernabilidad de un
pueblo al asegurar la cohesión social y un cierto grado de asimilación de los individuos
anómicos o heterodoxos de la misma. Economía Ortodoxa se define en términos de
"racionalidad-individualismo-equilibrio", la economía heterodoxa puede ser definido en
términos de "instituciones-historia-estructura social."
Modelo ortodoxo: Es una aplicación de la teoría del equilibrio general competitivo y del
principio contenido en un optimo de parte el desarrollo de las fuerzas productivas entiéndase
acumulación de capital y aumento de la productividad del trabajo ocurren por un proceso
espontaneo y natural desde las fuerzas del mercado. La asignación eficiente de recursos se
encuentra en el corazón mismo del desarrollo para ello es indispensable que algunos agentes
sociales dediquen una proporción creciente de su ingreso al ahorro mismo que en un sector
financiero privado siguiendo las reglas de mercado eficientes asignen recursos a ser invertidos
en las actividades más rentables. El presupuesto normativo proviene de la teoría del bienestar
en la que si estos procesos no han ocurrido mayormente se deben o a fallas de mercado o del
gobierno. ambas se resuelven liberando la acción de las fuerzas de mercado para esto es
esencial que las economías se abran al libre comercio sin traba alguna como siguiendo los
principios de especialización en el comercio. El contenido de base de cualquier política de
cambio estructural entonces descansa en la liberación de mercados y en la eliminación de
trabas institucionales.
De hecho, principal economía generalmente asume que las personas se comportan como
agentes racionales. Esto significa que tienden a actuar de manera que se maximice su
material condición y bienestar. En cuestión, sin embargo, es cómo definir un término como
bienestar y si las personas realmente actúan de manera aparentemente racional todo el
tiempo. Algunas escuelas de economía heterodoxa desafían la suposición de que las
personas toman decisiones generalmente racionales. Más bien, las opciones de los pueblos
son a menudo alteradas por información limitada para hacerlas actuar de manera
aparentemente irracional.