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Civilizar Ciencias Sociales y Humanas 17 (33): 209-220, Julio-Diciembre de 2017

DOI: http://dx.doi.org/10.22518/16578953.909

La alteridad levinasiana y su analogía


con el escepticismo1
Levinasian alterity and its analogy
with skepticism

Recibido: 20 de agosto de 2016 - Revisado: 24 de noviembre de 2016 – Aceptado: 18 de mayo de 2017.

Juan Carlos Aguirre García2 1


Artículo que se deriva del trabajo de
investigación para la tesis “Crítica de
Emmanuel Levinas a los paradigmas
Resumen occidentales sobre el conocimiento y
posibilidades para una racionalidad
Este artículo se propone evaluar la idea del filósofo Emmanuel Levinas según la cual renovada en filosofía y en ciencias
propone que la alteridad es semejante al escepticismo, así como determinar si, en efecto, humanas y sociales”, para obtener
la alteridad levinasiana está comprometida con el escepticismo o si por el contrario, es una el título de Doctor en Filosofía en la
posibilidad para vislumbrar una racionalidad renovada en la discusión sobre lo humano. Universidad Pontificia Bolivariana,
Medellín - Colombia. Las ideas aquí
Para ello se expone la analogía entre alteridad y escepticismo; posteriormente, se revisan expuestas se han discutido en el gru-
algunas respuestas dadas por estudiosos del autor; finalmente, se concluye indicando po de investigación Fenomenología y
algunos modos de leer la alteridad levinasiana a través de la lente de una racionalidad Ciencia (COLCIENCIAS, Categoría
renovada en el contexto de las Ciencias humanas. A1) y pretenden contribuir a la línea:
“Filosofías de la alteridad”, cuyo pro-
pósito es identificar las concepciones
Palabras clave de racionalidad que subyacen en los
Racionalidad, alteridad, Levinas, “otrismo”, escepticismo. discursos sobre “el otro”, en aras de
examinar sus presupuestos racionales
Abstract o ampliar los horizontes de la razón,
This article proposes to evaluate the idea of the philosopher Emmanuel Levinas according de modo que se prevenga su caída
en el subjetivismo, el relativismo o
to which he proposes that alterity is similar to skepticism, as well as to determine if, in el irracionalismo. El autor desea dar
fact, Levinasian alterity is compromised with skepticism or if, on the contrary, it is a expreso crédito y mención a la Uni-
possibility to glimpse a renewed rationality in the discussion about the human. For this versidad del Cauca por los tiempos
the analogy between alterity and skepticism is exposed; later, some answers given by proporcionados para la realización de
esta investigación.
scholars of the author are reviewed; finally, it is concluded by indicating some ways of 2
Profesor Titular del Departamento de
reading the Levinasian alterity through the lens of a renewed rationality in the context of Filosofía de la Universidad del Cauca.
human Sciences. Candidato a Doctor en Filosofía por
la Universidad Pontificia Bolivariana,
Medellín (Colombia). Miembro del
Keywords
Círculo Latinoamericano de Fenome-
Rationality, alterity, Levinas, “otrismo”, skepticism. nología. Líder del grupo de investiga-
ción Fenomenología y Ciencia. Las
áreas de actuación son la Fenomeno-
logía (Husserl, Levinas), la Filosofía
de la ciencia y la Epistemología, so-
bre las que ha publicado capítulos de
libros y artículos especializados en
revistas científicas nacionales e inter-
nacionales.
Correo electrónico: jcaguirre@unicauca.
edu.co
Para citar este artículo use: Aguirre, J.
(2017). La alteridad levinasiana y su
analogía con el escepticismo. Civilizar
Ciencias Sociales y Humanas, 17(33),
209-220. doi: 10.22518/16578953.909
210 Juan Carlos Aguirre García

Introducción esta posición “otrismo” (Otherism). Al des-


cribir la relación –lo cual es necesario si va
a defender que el “otrismo” está en primer
La obra de Emmanuel Levinas está
lugar–, debe tematizar lo no tematizable; en
enmarcada en su obsesión por fundamentar la
otros términos, tiene que dar una explicación
ética como filosofía primera; aunque tal vez de aquello que resiste toda explicación. Apa-
esta no fuera su intención inicial1. De acuerdo rentemente, esta idea se autorrefuta; esto es, si
con Critchley (2004), “La gran idea de Levinas es verdadera, implica su propia falsedad, pues
es que la relación con el otro no se puede lo que no se puede referenciar debe elegirse
reducir a la comprensión, y que esta relación es y exhibirse como imposible de referenciar (p.
ética; esto estructura la experiencia de lo que 29).
pensamos que es un yo o un sujeto” (p. 25).
No sorprende entonces, que tal obra haya sido Esta acusación surgió muy pronto y su
acogida en marcos estrictamente éticos, o a lo expresión magistral se condensa en el célebre
sumo políticos2; sin embargo, su propuesta ha texto “Violence et Métaphysique”, de Derrida
quedado confinada a discusiones muy puntuales (1964/1967), con el cual este filósofo y amigo
que, en la mayoría de casos, eluden asuntos de Levinas cuestiona sus ideas (publicadas
latentes, necesitados de clarificación, no solo hasta la fecha), y especialmente, la lectura que
para considerar la solidez de los argumentos, hace de Husserl y Heidegger. Línea a línea,
sino también para evaluar la viabilidad de sus Derrida le muestra a Levinas que en su intento
ideas. ¿Acaso antes de señalar que la “relación por destruir la “conceptualidad tradicional”
[con el otro] es ética”, no afirma Critchley (que es, en últimas, el tejido que constituye el
que dicha relación “no se puede reducir a la “discurso filosófico”), queda preso de ella:
comprensión”? Ahora bien, ¿puede entenderse
la irreductibilidad del otro a la comprensión El extranjero de El Sofista, que parece romper
en los modos usuales de inteligibilidad?; con el eleatismo, como Levinas, en nombre de
¿acaso la propuesta levinasiana requerirá una la alteridad, sabe que la alteridad no se piensa
revisión de los presupuestos tradicionales y más que como negatividad, no se dice, sobre
todo, más que como negatividad […] y que, a
una exploración o ampliación de las maneras
diferencia del ser, lo otro es siempre relativo,
clásicas de pensar los asuntos, especialmente se dice pros eteron, lo que no le impide ser un
los atinentes a lo humano?; ¿exigirán las eidos […] Por su parte, Levinas se rehusaría
formulaciones de Levinas una racionalidad a asimilar “el otro” al eteron del que se trata
renovada? La aparente osadía de algunas de sus aquí. ¿Pero cómo pensar o decir «el otro» sin
afirmaciones así parece requerirlo. la referencia […] a la alteridad del eteron en
general? (pp. 186-187).
Un ejemplo de esos asuntos latentes lo
constituye la posición denominada por Aikin y En el fondo, lo que Derrida indica a Levinas
Simmons (2009) como “otrismo” (Otherism), es que además del riesgo de autorrefutación,
susceptible de autorrefutación. Estos autores su “menosprecio del discurso” (p. 170) es una
reconstruyen del siguiente modo la posición “especie de gráfica inaudita, dentro de la cual la
levinasiana: conceptualidad filosófica no tendría más que una
función” (p. 163); en últimas, esto significaría
Emmanuel Levinas sostiene que la relación que sin la conceptualidad filosófica, Levinas no
ética, en cuanto está más allá del ser, está tam- estaría ya en el terreno de la filosofía.
bién más allá de la tematización (es decir, no
se puede articular en el lenguaje de acuerdo Algunos estudiosos de Levinas conside-
con conceptos generales que estén situados
ran que la obra principal que nos ocupa en este
fundamentalmente en el ser). Llamaremos a
artículo es la escrita en 1974, Autrement qu’être

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La alteridad levinasiana y su analogía con el escepticismo 211

ou au-delà de l’essence (en adelante se mencio- podemos tener conocimiento de ninguna pro-
nará esta obra como AE), es su respuesta a las posición en ningún dominio particular donde
críticas expuestas por Derrida. Ahora bien, en creemos que tenemos conocimiento (Traduc-
vez de actualizar la polémica punto por punto, ción propia, párr. i).
en este artículo se propone explorar la analo-
gía con el escepticismo (sección que cierra esta En vista de la riqueza de las versiones y
obra); si bien es un posible modo de responder las múltiples formas que adopta el escepticis-
a Derrida, la analogía podría significar mucho mo, sería pretencioso tratar de condensarlas en
más que eso: la viabilidad misma de la propues- unas cuantas líneas; no obstante, para tener en
ta filosófica de Levinas y, ante todo, la posibi- mente un marco general de discusión, puede
lidad de una racionalidad renovada. Lo anterior sostenerse que “en filosofía, los argumentos es-
se desarrollará por secciones, así: en primer lu- cépticos, en general, se proponen mostrar que
gar se explicará en qué consiste la analogía; en no conocemos o no estamos justificados para
segundo lugar se reseñarán algunas interpreta- creer muchas cosas que asumimos ordinaria-
ciones relevantes que se le han dado y, por úl- mente que conocemos o que creemos razona-
timo, se expondrán las conclusiones, en las que blemente” (Lemos, 2007, p. 131).
se descubren algunas consecuencias atinentes
a la posibilidad de una racionalidad renovada, A juzgar por sus escritos3, el conocimiento
especialmente en el contexto de las Ciencias de Levinas sobre el tema del escepticismo no
humanas. superaba la información básica que debe tener
todo filósofo. Aparte de las consideraciones en
El escepticismo y la analogía su período de juventud y escasas menciones
levinasiana: Entre la alteridad y el en obras filosóficas y judías, Levinas solo usa
escepticismo recurrentemente el término en AE.

A lo largo de la historia de la Filosofía, En su juventud, especialmente en su pri-


el escepticismo es uno de los movimientos más mera obra, Théorie de l’intuition dans la phé-
interesantes; podría decirse que ha sido, en noménologie de Husserl (1930/2001), Levinas
varias ocasiones, el detonante de la reflexión (2001) retoma lo esencial de la respuesta husser-
filosófica. Al respecto dice Klein (2015): liana contra el naturalismo. Luego de exponer
las tesis husserlianas, concluye que “El escep-
Gran parte de la epistemología ha surgido o
ticismo lleva ese nombre precisamente por no
bien en defensa o bien en oposición a las dis- conceder el valor de ser a lo que conocemos y
tintas formas de escepticismo. Ciertamente, por guiarse por una idea de ser que expresa la
las diferentes teorías del conocimiento se pue- existencia de la cosa bajo un solo aspecto: a par-
den clasificar de acuerdo con sus respuestas tir de su pretendida independencia con respecto
al escepticismo; por ejemplo, los racionalis- a los fenómenos que la constituyen” (p. 49).
tas podrían tomarse como escépticos acerca
de la posibilidad del conocimiento empírico, De acuerdo con esto, y que es la línea
pero no son escépticos con relación al cono- argumentativa que Levinas mantiene en este
cimiento a priori; por su parte, los empiristas
tratado, el escepticismo está basado en erro-
podrían tomarse como escépticos acerca de la
posibilidad de un conocimiento a priori, pero res, siendo el principal de ellos la pretensión de
no con relación al conocimiento empírico. escindir los fenómenos y la conciencia consti-
Además, concepciones sobre muchos proble- tuyente. En tal sentido, desenmascarando los
mas filosóficos tradicionales, por ejemplo: el errores que el escéptico sostiene –lo cual puede
problema de las otras mentes o el problema de hacerse, según Levinas, acogiendo la perspecti-
la inducción, pueden verse como formas res- va fenomenológica husserliana–, no habría ra-
tringidas de escepticismo que plantean que no zones para adoptarlo o sucumbir a sus encantos.

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No obstante, al final del libro, luego de lo que no podrá estar presente, por lo no repre-
afirmar el error del escepticismo, su carácter de sentable, si no hay una anarquía más antigua
absurdo, e incluso “la contradicción que carac- que el comienzo y la libertad (p. 211).
teriza a todo escepticismo” (Levinas, 2001, p.
197), el filósofo proclama algo sorprendente Es obvio que, de acuerdo con su tesis de
(valga advertir, no desplegado argumentativa- la alteridad, su respuesta será afirmativa. Para
mente): “Sin embargo, esta refutación formal Levinas, “el otro” rompe esa prioridad (carácter
del escepticismo no es suficiente y Husserl de primero, de origen, de comienzo) de la con-
parece reconocerlo” (p. 197). En efecto, en las ciencia, así que estaría antes de los principios
páginas finales, aunque reafirma la pertinencia que la conciencia establece. Además sostiene
de Husserl para la refutación de un escepticis- que “El otro como otro, como prójimo, nunca
mo que se respalde en el naturalismo, Levinas es igual en su presencia a su proximidad” (Le-
encuentra que el intento husserliano se queda vinas, 1974, p. 211); es decir, “el otro”, en su
corto frente a la “situación histórica del hom- proximidad no es un fenómeno o un tema para
bre”, sobre la cual afirma “Esta estructura de la conciencia (en todo caso no sería un fenó-
conciencia […] no ha sido estudiada por nues- meno o tema en el sentido habitual en el que
tro autor, al menos en las obras publicadas hasta la conciencia tematiza los fenómenos), y así lo
el momento. En ellas no encontramos el pro- expresa: “La proximidad es una diferencia, una
blema de la relación entre la historicidad de la no coincidencia, una arritmia en el tiempo, una
conciencia y su intencionalidad, su socialidad diacronía refractaria a la tematización, refracta-
y su personalidad” (p. 221)4. En consecuencia, ria a la reminiscencia que sincroniza las fases
queda abierta una puerta que explorará amplia- de un pasado” (p. 211). En consecuencia, “el
mente solo en la sección “Escepticismo y ra- otro” es “un opuesto, un rebelde” a la temati-
zón” de AE5. zación, a aceptar “idea, opinión o costumbre”6
que brotan de esa tematización. En últimas,
Es justamente en esta sección donde esto significa que las palabras utilizadas para
podría establecerse la relación entre la alteridad abordar “al otro”, y los discursos que se tejen
levinasiana y la analogía con el escepticismo. en torno a él siempre son insuficientes, como
Levinas comienza con un párrafo que sintetiza indica aquí: “¡El inenarrable! –el otro que pier-
la concepción que tiene de razón (occidental): de su rostro de prójimo en la narración–. Rela-
“La razón, en la cual los términos diferentes ción indescriptible, en el sentido literal de este
están presentes, es decir, son contemporáneos término; inconvertible en historia, irreductible
en el sistema, también es el hecho que están a la simultaneidad de un escrito que registra o
presentes a la conciencia, en tanto la conciencia
presenta resultados” (p. 211). Esta idea es rele-
es representación, comienzo, libertad” (Levinas,
vante para confrontar la tradición epistemoló-
1974, p. 210). Si se rastrea la obra de Levinas,
gica occidental y para postular una “inteligibi-
puede encontrarse que hay consistencia en la
lidad de la proximidad” (l’intelligibilité comme
reconstrucción que hace de la epistemología
proximité) cuya significación excede los propó-
occidental, lo mismo que en la crítica que
sitos de este artículo.
elabora para intentar superarla. En este apartado
específico, el filósofo (Levinas, 1974) enuncia,
a modo de conjetura, el terreno donde podría Es en este contexto que Levinas (1974)
horadarse esta tradición: plantea la analogía entre la alteridad y el escep-
ticismo al afirmar que “Si la razón pre-original
El problema consiste solamente en preguntarse de la diferencia y de la no-indiferencia, de la
si el comienzo está al comienzo, si el comienzo responsabilidad –bello riesgo– conserva su
como acto de conciencia no está ya precedido significación, la pareja escepticismo y refuta-
por lo que no se puede sincronizar, esto es, por ción del escepticismo debe hacer su aparición”

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La alteridad levinasiana y su analogía con el escepticismo 213

(p. 213). Levinas identifica dos características nosotros mismos en este momento a punto
presentes en el escepticismo: su “retorno perió- de borrar la salida que busca nuestro ensayo
dico” y su “refutación”; esto es, la filosofía no y encerrando en un círculo nuestra posición
puede deshacerse completamente y para siem- por todas partes? Las palabras excepcionales
mediante las cuales se dice la huella del paso
pre de los reclamos escépticos; pese a las sofis-
y la extravagancia del acercamiento –Uno,
ticadas refutaciones a las que ha sido sometido Dios– se convierten en términos, vuelven al
por parte de la filosofía, el escepticismo siem- vocabulario y se ponen a disposición de los
pre se renueva, y aunque su recurrente presen- filósofos, en lugar de desmontar el lenguaje
cia, que perturba el flujo tranquilo de la historia filosófico (p. 215. Traducción ligeramente
de la filosofía y su sincronía, ella siempre emer- modificada).
je como vencedora, como lo afirma Levinas
(1974): “La historia de la filosofía occidental no La analogía entre alteridad y escepticis-
ha sido más que la refutación del escepticismo mo no pretende reducir el predicamento; por
tanto como la refutación de la trascendencia” el contrario, lo radicaliza. No obstante, pueden
(p. 214), pero, al fin y al cabo, y en un sentido verse los puntos en discusión: por un lado, la
eminente, a la filosofía le pertenece la última insistencia en que el lenguaje excede los límites
palabra: “¿No pertenece a la filosofía la última del pensamiento, “dejando sobreentender sin
palabra?” (p. 213). hacer entender nunca; se trataría de una impli-
cación, de un sentido distinto a aquel que surge
La relación que ve Levinas (1974) entre el en el signo de la simultaneidad del sistema o de
escepticismo y su filosofía de la alteridad radica, la definición lógica de un concepto” (Levinas,
fundamentalmente, en la diacronía (diachronie), 1974, p. 215); por otro lado, el reconocimiento
y es su respuesta a la racionalidad occidental de que el discurso filosófico pervive, en parte
para la renovación del discurso filosófico: “la por la asociación filosofía-Estado, y pese al reto
diacronía como el tiempo de la filosofía” y escéptico que le reprueba que las estructuras
como “la fuerza invencible del escepticismo” que lo sustentan no son “el esqueleto último del
(p. 214). Ambos serían refractarios ante la sentido” (Levinas, 1974, p. 217); más aún, en
pretensión de un discurso filosófico encerrado su persistencia, se vuelve el trasfondo del que
en la sincronía; ambos espetarían a la razón que se alimentan tanto el escepticismo como la al-
las cosas no son tan simples como parecen (o, teridad, pues en últimas, sin el estallido de la
mejor, como aparecen). unidad de la apercepción trascendental, dice
Levinas (1974), “tampoco se podría otro modo
Ahora bien, ¿sería posible un discurso fi- que ser” (p. 218).
losófico sostenido por la diacronía?; ¿acaso la
definición misma de discurso, en cada una de Algunas interpretaciones de la
sus acepciones, no alude ya a tematización y, analogía
por tanto, inexorablemente, a sincronía? Cuan-
do Levinas (1974) afirma que “El lenguaje es La recepción de este apartado conclusivo
ya escepticismo” (p. 216), ¿no es un claudicar de AE ha despertado mucho interés entre los es-
de la razón? Él es consciente del riesgo que esto tudiosos de Levinas. Algunas tendencias inter-
implica: pretativas han evaluado el uso que Levinas da al
término escepticismo; otras han estudiado la in-
Si el discurso filosófico se rompe, se retira de tegración del apartado en el conjunto de la obra
la palabra y murmura, se habla, habla sin em- levinasiana; unas más aportan conclusiones que
bargo de eso, y del discurso en el cual hasta arrojan propuestas novedosas que amplían los
entonces hablaba, al cual retorna para expre- horizontes reflexivos. Esta sección considerará
sar su retraimiento provisional. ¿No estamos brevemente tales tendencias.

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En primer lugar, y en concordancia con Precisamente por lo anterior, puede


lo dicho anteriormente, pareciera que Levinas explorarse una segunda tendencia interpretativa
no era un experto en el tema del escepticismo; que intenta, sin pasar por alto la posible falta
en tal sentido, se pretende exponer algunas pre- de conocimiento preciso de Levinas con
cisiones al respecto. Lamarche (2008) acusa a respecto al escepticismo, escudriñar el apartado
Levinas de reducir el escepticismo a “dogma- confrontándolo con el resto de la obra del autor.
tismo negativo”, esto es, “la tesis que “todos los Valga advertir que esta ha sido la tendencia
enunciados filosóficos son falsos” o que “nada expuesta por la mayoría de teóricos. Un caso
se puede conocer” (p. 166). De acuerdo con emblemático lo constituye Bernasconi (1991),
Lamarche, a este tipo de ‘escepticismo’ podría quien parte de dos supuestos indiscutibles en
acusársele de autorrefutación, como lo hace Le- el texto de Levinas: a) el escepticismo y su
vinas, habiendo otros tipos de escepticismo que refutación son tomados por Levinas como
no sucumben a tal problema. En efecto, Lamar- metáfora o modelo; y, b) no hay razones para
che se propone mostrar cómo el escepticismo concluir que Levinas esté adoptando una
pirrónico sale avante de la crítica de autorre- posición escéptica, ni siquiera que haga alguna
futación, entre otras razones, por no plantear evaluación al respecto (p. 152). Tal y como
ninguna tesis y porque este tipo de escepticis- el contexto del libro lo sugiere, Bernasconi
mo “no es esencialmente una empresa episte- ubica la discusión en la distinción hecha por
mológica sino más bien una agogé, un estilo de Levinas entre “el decir” (le dire) y “lo dicho”
vida” (p. 167)7. En similar sentido se encuentra (le dit), y más específicamente, en la sincronía
el trabajo de Aikin y Simmons (2009), quienes que rompe y la diacronía que inaugura: “La
apelan a la figura de Sexto Empírico (uno de diacronía del decir, donde el decir escapa a
los más importantes representantes del escep- la presencia, otorga las bases para el intento
ticismo), aunque con conclusiones mucho más levinasiano por explicar cómo el escepticismo
prometedoras para la consideración epistemo- se escapa de la refutación que concede en otro
lógica de Levinas. Según estos autores, “la ana- nivel” (Bernasconi,1991, p. 150, –el énfasis es
logía entre otrismo y escepticismo es desastrosa del autor del presente artículo–). No obstante,
por dos razones: fuerza a la filosofía levinasiana aunque la analogía se sostiene en la diferencia
a sostener una posición que no puede y no de- “el decir – lo dicho”, Levinas no confunde
bería sostener; y hace del escepticismo algo que “el decir” con el escepticismo; a lo sumo, la
simplemente no es” (p. 45). Si bien esta prime- analogía funciona en tanto el escepticismo
ra tendencia interpretativa obligaría a tachar de se encuentra divorciado de la tendencia de la
infortunada la analogía establecida por Levinas, filosofía occidental “con relación a un decir que
no es en sí misma incontrovertible; por ejemplo, se agota en las cosas dichas” (p. 151).
la acusación de “dogmatismo negativo” podría,
si se consideran otros elementos aparte de la au- De acuerdo con esto, Levinas establecería
torrefutación, no ajustarse adecuadamente a lo una analogía entre su propuesta de la alteridad
planteado por Levinas; del mismo modo, quizás y el escepticismo, en tanto este, si bien ha sido
una consideración más abierta del asunto podría reo de refutaciones a lo largo de la historia del
establecer semejanzas, más que diferencias, en- pensamiento (primer nivel en el que se toma el
tre Levinas y el tipo de escéptico que defiende escepticismo como parte del juego entre la razón
Lamarche. Así mismo, contentarse con endilgar desafiada y la razón capaz de superar el desafío),
a Levinas un desconocimiento de las discusio- ha retornado una y otra vez, denunciando
nes detalladas del escepticismo e invalidar con que no está en el mismo nivel en el que se le
ello su analogía, podría situar la discusión en pretende refutado, a la vez que le reprocha a
terrenos poco propicios para el análisis fértil, la filosofía su fracaso. Ahora bien, si es cierto
cerrando prematura e injustamente la cuestión. que la primera línea argumentativa de Levinas,

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La alteridad levinasiana y su analogía con el escepticismo 215

según Bernasconi, tiene como meta discutir las esfuerzo dialógico por establecer un propósito
condiciones bajo las cuales la filosofía significa inteligible (Hutchens, 2004, p. 56).
su verdad, condiciones puestas en cuestión
por el escéptico, también es cierto que esto no Al primer aspecto del lenguaje en el
significa una destrucción de la verdad. Según diálogo, Hutchens (2004), siguiendo a Levinas,
Bernasconi (1991), “el escepticismo, en la lo denomina “reducción de la traición” y al
explicación de Levinas, permanece en el amor segundo aspecto lo llama: “traición de la
a la verdad. El escepticismo y la refutación del reducción”; al igual que el segundo nivel del
escepticismo son una “pareja”; La filosofía que hablaba Bernasconi, esta traición de la
no puede separarse del escepticismo” (p. reducción sería función del escepticismo y, a su
151). En consecuencia, de acuerdo con la vez, no totalmente refutable. Ahora bien, el que
primera intención levinasiana reconstruida Hutchens sitúe la discusión del apartado en el
por Bernasconi, tanto el escepticismo como la contexto del diálogo, permite recuperar uno de
filosofía de la alteridad irrumpen en el discurso los temas levinasianos que podrían ser útiles al
filosófico desafiándolo, más que destruyéndolo; momento de contrarrestar cierto escepticismo
lo perturban una y otra vez, mas necesitan de él, local –por ejemplo el relacionado con las otras
así sea para demostrarle a la verdad filosófica mentes–8, a saber, la expresión.
que no puede encontrar paz en sus fundamentos,
pues dichos fundamentos trascienden lo que Para los propósitos de este artículo, es
ella puede darse libremente. importante considerar el párrafo conclusivo
del texto de Hutchens (2004): “En un nivel,
Además de esta interpretación de Bernas- es obvio que [Levinas] no pretende que su
coni, los trabajos de Hutchens (2004) y Morgan orientación sea epistemológica; pero en otro
(2007) son relevantes en esta segunda tenden- nivel, tiene que ser epistemológica para
cia. El primer teórico defiende la tesis que el describir el esquema reducción de la traición
apartado en cuestión es un ejercicio para decir / traición de la reducción” (p. 66). En otras
algo escépticamente: “Levinas está ‘diciendo’ palabras, por más que trate de eludir la cuestión,
escépticamente lo que es el escepticismo y no la propuesta levinasiana tendrá que lidiar con
solo tematizando lo que es el escepticismo” asuntos epistemológicos9.
(Hutchens, 2004, p. 56. Énfasis en el texto ori-
ginal). Con base en lo anterior, el decir escép- El trabajo de Morgan (2007), por su
tico rompería la alternancia o sincronía entre la parte, es un fino ejercicio de análisis, con la
verdad filosófica y su puesta en cuestión por el ventaja de culminar relacionando el apartado
escepticismo; puesta en cuestión que la verdad “Escepticismo y razón” con ciertas discusiones
filosófica vuelve tema para su refutación, con- acerca de los límites del pensamiento y del
tinuando en un círculo perenne. El decir algo lenguaje en la tradición analítica contemporánea.
escépticamente es analizado por Hutchens en la Del trabajo de este autor, se destacan tres ideas
distinción que establece Levinas entre anfibolo- fundamentales: en primer lugar, lo que se ha
gía y apofansis, la cual se establece fundamen- nombrado aquí como “otrismo” es visto por
talmente en el acto dialógico: Morgan como un problema metodológico:
“Levinas reconoce este reto [de Derrida] como
El lenguaje en el diálogo tiene dos aspectos. un reto serio; fue una de las razones para
Por un lado, el diálogo tiene la pretensión,
escribir De otro modo que ser. Él llama a este
mediante un propósito inteligible, de clarifi-
car el sentido por medio de la tematización
un ‘problema metodológico’” (p. 304)10.
racional. Por otro lado, el lenguaje desborda
los sentidos presentados mediante la temati- En segundo lugar, Morgan (2007) de-
zación racional y, en consecuencia, resiste el muestra que no hay una simple analogía entre

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el escepticismo y la alteridad levinasiana: “El (2009). A diferencia de algunos de los analíti-


escepticismo y su refutación no son un simple cos de Levinas, quienes sabían tanto o menos
modelo de cómo debe conducirse la filosofía; que Levinas acerca del escepticismo, Scott F.
son más importantes que un modelo o analogía Aikin y J. Aaron Simmons se destacan por ser
[…] La filosofía no tiene la última palabra, pero conocedores tanto del escepticismo como de la
solo porque el escepticismo siempre retorna” filosofía levinasiana.
(p. 311).
Dado el espacio otorgado para el presente
Finalmente, Morgan (2007) plantea artículo, no es posible exponer en detalle la lí-
una salida original a la aparente inviabilidad nea argumentativa de estos autores, más sí men-
racional que la ‘analogía’ parece contener: cionar sus tres tesis: 1) “Si Levinas concede que
su visión y la del escéptico están amenazadas
La dualidad a la que el escepticismo –y la fi- por auto derrota, los escépticos no tienen que
losofía y el lenguaje– llama la atención está conceder esto”; 2) “La defensa de Sexto [Empí-
entre el acto de retar la pretensión de cono- rico] contra la autorrefutación, aunque funciona
cimiento del creyente, de todo creyente, y la para los escépticos pirrónicos, no funciona para
responsabilidad por el creyente que está im-
el otrismo de Levinas”; finalmente, 3) “Aunque
plicada en la respuesta al llamado o mandato
la explicación levinasiana no captura una con-
del creyente (p. 312).
cepción escéptica más robusta (y más suscepti-
ble de defensa), la explicación revela una carac-
En últimas, el escéptico, al plantear sus
terística de la teoría levinasiana del significado
dudas al creyente, “siempre está respondiéndo-
que podría resolver la autorrefutación” (Aikin y
le” (lo que es una forma de ser responsable de él).
Simmons, 2009, p. 31). Con respecto a la terce-
ra tesis, se ha de destacar la conclusión a la que
En línea con la segunda tendencia inter-
llegan sus análisis técnicos. Después de estable-
pretativa, también se podrían situar los trabajos
cer algunas distinciones entre autorrefutación
de García-Baró (2007) y Rosato (2015); ambos
operacional y autorrefutación performativa (a
plantean una tesis similar, aunque de maneras
la que pertenecería la propuesta de Levinas) y, a
expositivas muy distintas. La analogía de la al-
su vez, distinguiendo entre “referencia de re” y
teridad con el escepticismo estaría respondien-
“referencia de dicto”, los autores plantean que
do no tanto a Derrida sino al Prefacio a Totali-
la autorrefutación funciona cuando se trata de
dad e Infinito (1961), en especial, a la patencia
de la guerra: “¿No es el punto de vista escéptico operadores transparentes, como “conocer” o
el contrapeso de la experiencia de la realidad “probar”, pero no lo hacen en el nivel de los
como guerra, más bien que su necesario com- operadores no transparentes, como “desear”,
plemento?” (García-Baró, 2007, p. 111); “En “creer” o “esperar”. “El mejor operador para
Escepticismo y razón, Levinas muestra cómo la filosofía levinasiana es confiar (trusting)”
la explicación del sentido y el lenguaje que ha (Aikin & Simmons, 2009, p. 48). Este opera-
desarrollado en De otro modo que ser responde dor le permitiría al “otrismo levinasiano” una
a la sugerencia del escéptico moral que el senti- justificación ética fundamentalista (en sentido
do es imposible aparte de la totalidad” (Rosato, débil), entendida como la base no prescindible
2015, p.438). del pensamiento ético genuino, lo que no impli-
ca un blindaje a la crítica; todo esto lo remarcan
Ahora bien, como ejemplo de la tercera las nociones de “testimonio, profecía y plega-
tendencia interpretativa, consistente en pro- ria, que aparecen en toda la obra madura de
puestas novedosas que permiten lecturas de la Levinas” (p. 49). Retomando la discusión entre
obra de Levinas más allá de la exégesis, pue- decir y dicho, mencionada a lo largo de este ar-
de mencionarse el trabajo de Aikin y Simmons tículo, y sumándole lo alcanzado en el análisis

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La alteridad levinasiana y su analogía con el escepticismo 217

de la confianza como operador no transparente, cediera el carácter de autorrefutación al escepti-


los autores concluyen: cismo y, de igual manera, aplicando este carác-
ter a su propuesta de la alteridad. En cualquier
La relación con el otro debe ser de confianza e caso, al margen de esta sólida acusación, la
investidura precisamente porque la expresión analogía suscita una serie de posibilidades que
nunca se adecua al encuentro. La confianza rompen los esquemas con los que se ha aborda-
es el mejor modo que tenemos de “expresar” do tanto al otro como a la razón en Occidente.
esta inadecuación porque mantiene abierta la
posibilidad de estar equivocado, a la vez que
realiza perpetuamente el requisito del com- Del presente estudio se coligen las
promiso. Somos falibles y la confianza es un siguientes perspectivas:
riesgo. Así pues, la garantía para una preten-
sión de confianza que uno tenga a menudo es I. En primer lugar, la analogía introduce el
inadecuada u opaca en cierto grado –“excede” reto/riesgo de poner constantemente en cuestión
la comprensión, no es algo sobre lo que uno los discursos que se condensan como verdades.
razone de un solo modo (completamente) sino Así como el escepticismo siempre retorna en la
hacia lo que uno se lanza (pero no necesaria- historia de la filosofía y la figura del escéptico
mente sin ninguna razón) (p. 52).
incomoda a quien confía en la posibilidad del
conocimiento, quien investiga sobre lo humano
El recorrido por estas tres tendencias ha debe asumir el vértigo de convivir con la incer-
permitido considerar la analogía entre alteridad tidumbre. La duda respecto a si lo que afirma en
y escepticismo, oteando sus distintos horizontes su discurso se corresponde de algún modo con
interpretativos. Si bien no hay una versión el “otro” que trata de tematizar, antes que lle-
canónica de dicha analogía (al contrario, parece varlo a renunciar al discurso, exige la constante
haber varios desacuerdos), cada uno de los reformulación de su decir y el esfuerzo por ser
teóricos señala nuevas rutas, lo que indica la cada vez más preciso, así sepa que la tarea infi-
prolijidad del texto, así como la dificultad para nita nunca se colma. La exigencia y el esfuerzo
desentrañar su sentido y, ante todo, la necesidad se corresponden con la responsabilidad por “el
de introducir elementos epistemológicos en la otro”, previa a todo ejercicio especulativo. En
discusión sobre la propuesta ética levinasiana. cuanto a la racionalidad, esta perspectiva des-
pierta del sueño dogmático de creer que es po-
Conclusión sible la formulación de una verdad definitiva,
e instaura una actitud de permanente vigilancia
La consideración de la analogía entre la ante aquello que se entroniza como verdadero;
alteridad y escepticismo, hecha por Levinas dicho de otra manera, devuelve11 a la razón su
en la sección “Escepticismo y razón”, permite carácter inquieto, de movimiento, de deseo infi-
trascender la cuestión acerca de si es una res- nito de conocer.
puesta o no al reto planteado por Derrida en
1964, aunque hay razones para sospechar que II. La analogía promueve la posibilidad de
Levinas tuvo presente la contundente crítica de ubicar las fuentes del conocimiento más allá (o
su amigo filósofo. Por otra parte, la multitud de más acá) de lo que se toma oficialmente como
interpretaciones que tal sección ha propiciado evidencia. Tal y como se infiere del trabajo de
permite comprender que se trata de una pieza Aikin y Simmons, por lo menos en la indagación
filosófica necesitada de estudio constante. Es sobre lo humano, las relaciones con “el otro” no
posible que la idea que Levinas tenía de escep- se reducen a hechos constatables (modo común
ticismo le llevara a comparar de manera ligera de abordar la evidencia); antes de esto, se da el
su propuesta con una versión simplista de esa encuentro, provisto de confianza, que, contrario
corriente filosófica, siendo sospechoso que con- a la “certeza clara y manifiesta de la que no se

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218 Juan Carlos Aguirre García

puede dudar”12, es una garantía “inadecuada” y En un texto relativamente reciente, At-


2

“opaca”, esto es, abierta a una duda imposible terton y Calarco (2010) plantean que actual-
de eludir. En tal sentido, pese a la pretensión mente se da una ‘tercera ola’ en la recepción de
moderna por las “ideas claras y distintas”, la Levinas. Las dos primeras estuvieron marcadas
analogía levinasiana recuerda que una razón por la exégesis a sus dos obras principales (To-
auténtica tendrá que admitir que hay aspectos talidad e infinito, de 1961, y De otro modo que
enigmáticos que siempre la desafiarán a buscar ser o más allá de la esencia, de 1974); la terce-
nuevos modos de abordarlos o enunciarlos. ra estará cada vez más marcada por cuestiones
sociales y políticas. Es, cuando menos, sorpren-
III. La crítica levinasiana a los enunciados dente este descubrimiento en el contexto an-
que pretenden agotar el sentido de lo externo al glosajón, toda vez que esta recepción social y
sujeto, condensada en su conceptualización de política de Levinas se hizo hace varias décadas
lo dicho, proclama, en la analogía con el escep- entre los filósofos latinoamericanos. Una con-
ticismo, la necesidad de alterar los esquemas tundente crítica a este respecto se encuentra en
en los que el sentido se agota, siendo sensibles Maldonado (2012).
a nuevos modos de expresión. En las Ciencias
humanas, por ejemplo, estará siempre la nece- Véase la entrada “Scepticisme” en
3

sidad de redecir lo humano13. Si el término ra- Ciocan y Hansel (2005).


zón se define como facultad de discurrir (entre
otras acepciones), y si uno de los sentidos de Tal y como hoy se sabe, algunos de los
4

discurrir es inventar o idear algo, es necesario manuscritos de Husserl abordan ampliamente


que a la racionalidad se le saque de los petrifi- estos asuntos; no obstante, Levinas se propuso
cados moldes en los que se le trata de mantener, considerar en su trabajo solo la obra publica-
y explorar creativamente otras maneras de decir da del filósofo (que en ese momento era real-
que hagan justicia a la experiencia de la exterio- mente escasa). Por consiguiente, los actuales
ridad. Este es quizá el mayor reto que formula estudiosos de Husserl podrían controvertir esta
el escéptico: volver a decirle, responderle de afirmación de Levinas (aunque esto no implica,
nuevas maneras, esforzarse por que entienda, necesariamente, que la crítica se desvanezca).
encontrar el sentido en sus formulaciones apa-
rentemente sin sentido. Tal vez esto solo sea po- Se ha de señalar, sin embargo, que en el
5

sible si, además de situarse en el ámbito de las artículo “Énigme et phénomène” (1965/1967)
razones, se responde “al otro”, por ejemplo el hay una mención que podría tomarse como
escéptico, bajo la única razón de ser absoluta- preconizadora de lo posteriormente desplegado
mente otro, esto es, en radical alteridad. en AE. Allí se lee: “Nudo de una intriga que se
distancia de la aventura del ser buscada en el
Notas fenómeno y en la inmanencia, modalidad nueva
que se dice mediante ese “si así se quiere” y ese
Bernasconi (2005) recuerda que, “en
1
“quizá” y que no cabe remitir a la posibilidad, a
una nota a “Dios y la filosofía”, Levinas explicó la realidad y a la necesidad de la lógica formal
que su ensayo era una pregunta no por la ética, a las que se refiere el escepticismo” (p. 209).
sino por el significado de la trascendencia” (p. En este punto, podría comenzar a tejerse un tipo
101). Según Bernasconi, a Levinas le ocurrió distinto de relación entre la “modalidad nueva”
lo mismo que a Colón, quien puso un pie en hacia la que apunta Levinas y aquella modalidad
un continente diferente al que estaba buscando; (se podría decir antigua, esto es, la tradición),
no obstante, a diferencia de Colón, “cuando que estaría sintetizada por la “posibilidad”,
[Levinas] encontró la relación ética, sabía que la “realidad” y la “lógica formal”, capaz de
había llegado” (p. 101). tachar de “absurdo” al escepticismo. Podría

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La alteridad levinasiana y su analogía con el escepticismo 219

sospecharse, con base en este texto de 1965, da en discusiones contemporáneas. El caso de


que la “modalidad nueva” tendría que adoptar Aikin y Simmons (2009, 2012) es una muestra
una postura distinta frente al escepticismo que de ello.
pretende refutado la modalidad antigua.
Agradezco al Doctor Germán Vargas
10

Términos tomados de la segunda acep-


6
Guillén haberme planteado un comentario en esta
ción que sobre “refractario, ria”, indica el Dic- misma dirección, lo que me permitió compren-
cionario de la lengua española – Real Acade- der de modo más preciso y desde una perspectiva
mia Española (DRAE), en su versión en línea: metodológica, algunos textos levinasianos.
“Opuesto, rebelde a aceptar una idea, opinión o
costumbre”. No es extraño que una de las acepciones
11

de “Renovar” sea, precisamente, hacer como de


7
En su uso histórico, la agogé se nuevo algo, o volverlo a su primer estado. De
refería a la educación militar obligatoria para esto se puede inferir que, si en el origen del ra-
los espartanos; dicha educación la recibían zonamiento estaba el asombro, la recurrencia
cuando sus edades oscilaban entre los 7 y los de Levinas al escéptico promueve la concep-
18 años. No obstante, Lamarche (2008) utiliza ción de una racionalidad que no queda estupe-
este término en el contexto en que lo usó el facta frente a una verdad dicha, esto es, sugiere
escéptico Sexto Empírico, a saber, como “un una racionalidad que aún en lo dicho se sigue
estilo de vida caracterizado por la libertad de maravillando por las nuevas preguntas que lo
creencia, lo que trae consigo la liberación de la dicho inaugura.
perturbación” (p. 169).
12
Definición del DRAE para “Evidencia”.
8
Un caso exitoso a este respecto lo cons-
tituye el texto de Soren Overgaard (2007), Aguirre (2017) plantea un intento por
13

Rethinking Other Minds: Wittgenstein and Le- desplegar esta idea a partir de las tesis de Levinas.
vinas on Expression, donde se expone una for-
ma de evadir el reto que el escéptico plantea a la Referencias
posibilidad del conocimiento de las otras men-
tes. Overgaard concluye que tanto Wittgenstein Aguirre, J. (2017). Redecir lo humano. Revista
como Levinas ofrecen alternativas a las clási- Colombiana de Educación 72, 177-197.
cas respuestas que se han dado a este problema doi: 10.17227/01203916.72rce177.196
epistemológico.
Aikin, S., & Simmons, A. (2009). Levinasian
9
No obstante, Hutchens (2004) es realista Otherism, Skepticism, and the Problem
al respecto: primero afirma: “Simplemente no of Self-refutation. The Philosophical
nos ha dado [Levinas] razones para creer que Forum 40(1), 29-54. doi: 10.1111/j.1467-
el privilegio de los temas sobre las expresiones 9191.2008.00315.x
debería reversarse”. Y líneas abajo concluye:
“Es altamente improbable que la epistemología Aikin, S., & Simmons, A. (2012). Pros-
adopte la hipérbole decir/dicho o integre su in- pects for a Levinasian Epistemic In-
vestigación sobre la naturaleza del escepticismo finitism. International Journal of Phil-
con el juego dialógico” (p. 66). Más que desa- osophical Studies 20(3), 437-460. doi:
nimar a los epistemólogos, estas afirmaciones 10.1080/09672559.2012.697285
de Hutchens los exhorta a “dar las razones” que
fueron esquivas a Levinas, así como para ver de Atterton, P., & Calarco, M. (2010). Editors’
qué manera sus planteamientos tendrían cabi- introduction. The third way of Levinas

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220 Juan Carlos Aguirre García

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