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DOI: http://dx.doi.org/10.22518/16578953.909
ou au-delà de l’essence (en adelante se mencio- podemos tener conocimiento de ninguna pro-
nará esta obra como AE), es su respuesta a las posición en ningún dominio particular donde
críticas expuestas por Derrida. Ahora bien, en creemos que tenemos conocimiento (Traduc-
vez de actualizar la polémica punto por punto, ción propia, párr. i).
en este artículo se propone explorar la analo-
gía con el escepticismo (sección que cierra esta En vista de la riqueza de las versiones y
obra); si bien es un posible modo de responder las múltiples formas que adopta el escepticis-
a Derrida, la analogía podría significar mucho mo, sería pretencioso tratar de condensarlas en
más que eso: la viabilidad misma de la propues- unas cuantas líneas; no obstante, para tener en
ta filosófica de Levinas y, ante todo, la posibi- mente un marco general de discusión, puede
lidad de una racionalidad renovada. Lo anterior sostenerse que “en filosofía, los argumentos es-
se desarrollará por secciones, así: en primer lu- cépticos, en general, se proponen mostrar que
gar se explicará en qué consiste la analogía; en no conocemos o no estamos justificados para
segundo lugar se reseñarán algunas interpreta- creer muchas cosas que asumimos ordinaria-
ciones relevantes que se le han dado y, por úl- mente que conocemos o que creemos razona-
timo, se expondrán las conclusiones, en las que blemente” (Lemos, 2007, p. 131).
se descubren algunas consecuencias atinentes
a la posibilidad de una racionalidad renovada, A juzgar por sus escritos3, el conocimiento
especialmente en el contexto de las Ciencias de Levinas sobre el tema del escepticismo no
humanas. superaba la información básica que debe tener
todo filósofo. Aparte de las consideraciones en
El escepticismo y la analogía su período de juventud y escasas menciones
levinasiana: Entre la alteridad y el en obras filosóficas y judías, Levinas solo usa
escepticismo recurrentemente el término en AE.
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No obstante, al final del libro, luego de lo que no podrá estar presente, por lo no repre-
afirmar el error del escepticismo, su carácter de sentable, si no hay una anarquía más antigua
absurdo, e incluso “la contradicción que carac- que el comienzo y la libertad (p. 211).
teriza a todo escepticismo” (Levinas, 2001, p.
197), el filósofo proclama algo sorprendente Es obvio que, de acuerdo con su tesis de
(valga advertir, no desplegado argumentativa- la alteridad, su respuesta será afirmativa. Para
mente): “Sin embargo, esta refutación formal Levinas, “el otro” rompe esa prioridad (carácter
del escepticismo no es suficiente y Husserl de primero, de origen, de comienzo) de la con-
parece reconocerlo” (p. 197). En efecto, en las ciencia, así que estaría antes de los principios
páginas finales, aunque reafirma la pertinencia que la conciencia establece. Además sostiene
de Husserl para la refutación de un escepticis- que “El otro como otro, como prójimo, nunca
mo que se respalde en el naturalismo, Levinas es igual en su presencia a su proximidad” (Le-
encuentra que el intento husserliano se queda vinas, 1974, p. 211); es decir, “el otro”, en su
corto frente a la “situación histórica del hom- proximidad no es un fenómeno o un tema para
bre”, sobre la cual afirma “Esta estructura de la conciencia (en todo caso no sería un fenó-
conciencia […] no ha sido estudiada por nues- meno o tema en el sentido habitual en el que
tro autor, al menos en las obras publicadas hasta la conciencia tematiza los fenómenos), y así lo
el momento. En ellas no encontramos el pro- expresa: “La proximidad es una diferencia, una
blema de la relación entre la historicidad de la no coincidencia, una arritmia en el tiempo, una
conciencia y su intencionalidad, su socialidad diacronía refractaria a la tematización, refracta-
y su personalidad” (p. 221)4. En consecuencia, ria a la reminiscencia que sincroniza las fases
queda abierta una puerta que explorará amplia- de un pasado” (p. 211). En consecuencia, “el
mente solo en la sección “Escepticismo y ra- otro” es “un opuesto, un rebelde” a la temati-
zón” de AE5. zación, a aceptar “idea, opinión o costumbre”6
que brotan de esa tematización. En últimas,
Es justamente en esta sección donde esto significa que las palabras utilizadas para
podría establecerse la relación entre la alteridad abordar “al otro”, y los discursos que se tejen
levinasiana y la analogía con el escepticismo. en torno a él siempre son insuficientes, como
Levinas comienza con un párrafo que sintetiza indica aquí: “¡El inenarrable! –el otro que pier-
la concepción que tiene de razón (occidental): de su rostro de prójimo en la narración–. Rela-
“La razón, en la cual los términos diferentes ción indescriptible, en el sentido literal de este
están presentes, es decir, son contemporáneos término; inconvertible en historia, irreductible
en el sistema, también es el hecho que están a la simultaneidad de un escrito que registra o
presentes a la conciencia, en tanto la conciencia
presenta resultados” (p. 211). Esta idea es rele-
es representación, comienzo, libertad” (Levinas,
vante para confrontar la tradición epistemoló-
1974, p. 210). Si se rastrea la obra de Levinas,
gica occidental y para postular una “inteligibi-
puede encontrarse que hay consistencia en la
lidad de la proximidad” (l’intelligibilité comme
reconstrucción que hace de la epistemología
proximité) cuya significación excede los propó-
occidental, lo mismo que en la crítica que
sitos de este artículo.
elabora para intentar superarla. En este apartado
específico, el filósofo (Levinas, 1974) enuncia,
a modo de conjetura, el terreno donde podría Es en este contexto que Levinas (1974)
horadarse esta tradición: plantea la analogía entre la alteridad y el escep-
ticismo al afirmar que “Si la razón pre-original
El problema consiste solamente en preguntarse de la diferencia y de la no-indiferencia, de la
si el comienzo está al comienzo, si el comienzo responsabilidad –bello riesgo– conserva su
como acto de conciencia no está ya precedido significación, la pareja escepticismo y refuta-
por lo que no se puede sincronizar, esto es, por ción del escepticismo debe hacer su aparición”
(p. 213). Levinas identifica dos características nosotros mismos en este momento a punto
presentes en el escepticismo: su “retorno perió- de borrar la salida que busca nuestro ensayo
dico” y su “refutación”; esto es, la filosofía no y encerrando en un círculo nuestra posición
puede deshacerse completamente y para siem- por todas partes? Las palabras excepcionales
mediante las cuales se dice la huella del paso
pre de los reclamos escépticos; pese a las sofis-
y la extravagancia del acercamiento –Uno,
ticadas refutaciones a las que ha sido sometido Dios– se convierten en términos, vuelven al
por parte de la filosofía, el escepticismo siem- vocabulario y se ponen a disposición de los
pre se renueva, y aunque su recurrente presen- filósofos, en lugar de desmontar el lenguaje
cia, que perturba el flujo tranquilo de la historia filosófico (p. 215. Traducción ligeramente
de la filosofía y su sincronía, ella siempre emer- modificada).
je como vencedora, como lo afirma Levinas
(1974): “La historia de la filosofía occidental no La analogía entre alteridad y escepticis-
ha sido más que la refutación del escepticismo mo no pretende reducir el predicamento; por
tanto como la refutación de la trascendencia” el contrario, lo radicaliza. No obstante, pueden
(p. 214), pero, al fin y al cabo, y en un sentido verse los puntos en discusión: por un lado, la
eminente, a la filosofía le pertenece la última insistencia en que el lenguaje excede los límites
palabra: “¿No pertenece a la filosofía la última del pensamiento, “dejando sobreentender sin
palabra?” (p. 213). hacer entender nunca; se trataría de una impli-
cación, de un sentido distinto a aquel que surge
La relación que ve Levinas (1974) entre el en el signo de la simultaneidad del sistema o de
escepticismo y su filosofía de la alteridad radica, la definición lógica de un concepto” (Levinas,
fundamentalmente, en la diacronía (diachronie), 1974, p. 215); por otro lado, el reconocimiento
y es su respuesta a la racionalidad occidental de que el discurso filosófico pervive, en parte
para la renovación del discurso filosófico: “la por la asociación filosofía-Estado, y pese al reto
diacronía como el tiempo de la filosofía” y escéptico que le reprueba que las estructuras
como “la fuerza invencible del escepticismo” que lo sustentan no son “el esqueleto último del
(p. 214). Ambos serían refractarios ante la sentido” (Levinas, 1974, p. 217); más aún, en
pretensión de un discurso filosófico encerrado su persistencia, se vuelve el trasfondo del que
en la sincronía; ambos espetarían a la razón que se alimentan tanto el escepticismo como la al-
las cosas no son tan simples como parecen (o, teridad, pues en últimas, sin el estallido de la
mejor, como aparecen). unidad de la apercepción trascendental, dice
Levinas (1974), “tampoco se podría otro modo
Ahora bien, ¿sería posible un discurso fi- que ser” (p. 218).
losófico sostenido por la diacronía?; ¿acaso la
definición misma de discurso, en cada una de Algunas interpretaciones de la
sus acepciones, no alude ya a tematización y, analogía
por tanto, inexorablemente, a sincronía? Cuan-
do Levinas (1974) afirma que “El lenguaje es La recepción de este apartado conclusivo
ya escepticismo” (p. 216), ¿no es un claudicar de AE ha despertado mucho interés entre los es-
de la razón? Él es consciente del riesgo que esto tudiosos de Levinas. Algunas tendencias inter-
implica: pretativas han evaluado el uso que Levinas da al
término escepticismo; otras han estudiado la in-
Si el discurso filosófico se rompe, se retira de tegración del apartado en el conjunto de la obra
la palabra y murmura, se habla, habla sin em- levinasiana; unas más aportan conclusiones que
bargo de eso, y del discurso en el cual hasta arrojan propuestas novedosas que amplían los
entonces hablaba, al cual retorna para expre- horizontes reflexivos. Esta sección considerará
sar su retraimiento provisional. ¿No estamos brevemente tales tendencias.
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según Bernasconi, tiene como meta discutir las esfuerzo dialógico por establecer un propósito
condiciones bajo las cuales la filosofía significa inteligible (Hutchens, 2004, p. 56).
su verdad, condiciones puestas en cuestión
por el escéptico, también es cierto que esto no Al primer aspecto del lenguaje en el
significa una destrucción de la verdad. Según diálogo, Hutchens (2004), siguiendo a Levinas,
Bernasconi (1991), “el escepticismo, en la lo denomina “reducción de la traición” y al
explicación de Levinas, permanece en el amor segundo aspecto lo llama: “traición de la
a la verdad. El escepticismo y la refutación del reducción”; al igual que el segundo nivel del
escepticismo son una “pareja”; La filosofía que hablaba Bernasconi, esta traición de la
no puede separarse del escepticismo” (p. reducción sería función del escepticismo y, a su
151). En consecuencia, de acuerdo con la vez, no totalmente refutable. Ahora bien, el que
primera intención levinasiana reconstruida Hutchens sitúe la discusión del apartado en el
por Bernasconi, tanto el escepticismo como la contexto del diálogo, permite recuperar uno de
filosofía de la alteridad irrumpen en el discurso los temas levinasianos que podrían ser útiles al
filosófico desafiándolo, más que destruyéndolo; momento de contrarrestar cierto escepticismo
lo perturban una y otra vez, mas necesitan de él, local –por ejemplo el relacionado con las otras
así sea para demostrarle a la verdad filosófica mentes–8, a saber, la expresión.
que no puede encontrar paz en sus fundamentos,
pues dichos fundamentos trascienden lo que Para los propósitos de este artículo, es
ella puede darse libremente. importante considerar el párrafo conclusivo
del texto de Hutchens (2004): “En un nivel,
Además de esta interpretación de Bernas- es obvio que [Levinas] no pretende que su
coni, los trabajos de Hutchens (2004) y Morgan orientación sea epistemológica; pero en otro
(2007) son relevantes en esta segunda tenden- nivel, tiene que ser epistemológica para
cia. El primer teórico defiende la tesis que el describir el esquema reducción de la traición
apartado en cuestión es un ejercicio para decir / traición de la reducción” (p. 66). En otras
algo escépticamente: “Levinas está ‘diciendo’ palabras, por más que trate de eludir la cuestión,
escépticamente lo que es el escepticismo y no la propuesta levinasiana tendrá que lidiar con
solo tematizando lo que es el escepticismo” asuntos epistemológicos9.
(Hutchens, 2004, p. 56. Énfasis en el texto ori-
ginal). Con base en lo anterior, el decir escép- El trabajo de Morgan (2007), por su
tico rompería la alternancia o sincronía entre la parte, es un fino ejercicio de análisis, con la
verdad filosófica y su puesta en cuestión por el ventaja de culminar relacionando el apartado
escepticismo; puesta en cuestión que la verdad “Escepticismo y razón” con ciertas discusiones
filosófica vuelve tema para su refutación, con- acerca de los límites del pensamiento y del
tinuando en un círculo perenne. El decir algo lenguaje en la tradición analítica contemporánea.
escépticamente es analizado por Hutchens en la Del trabajo de este autor, se destacan tres ideas
distinción que establece Levinas entre anfibolo- fundamentales: en primer lugar, lo que se ha
gía y apofansis, la cual se establece fundamen- nombrado aquí como “otrismo” es visto por
talmente en el acto dialógico: Morgan como un problema metodológico:
“Levinas reconoce este reto [de Derrida] como
El lenguaje en el diálogo tiene dos aspectos. un reto serio; fue una de las razones para
Por un lado, el diálogo tiene la pretensión,
escribir De otro modo que ser. Él llama a este
mediante un propósito inteligible, de clarifi-
car el sentido por medio de la tematización
un ‘problema metodológico’” (p. 304)10.
racional. Por otro lado, el lenguaje desborda
los sentidos presentados mediante la temati- En segundo lugar, Morgan (2007) de-
zación racional y, en consecuencia, resiste el muestra que no hay una simple analogía entre
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“opaca”, esto es, abierta a una duda imposible terton y Calarco (2010) plantean que actual-
de eludir. En tal sentido, pese a la pretensión mente se da una ‘tercera ola’ en la recepción de
moderna por las “ideas claras y distintas”, la Levinas. Las dos primeras estuvieron marcadas
analogía levinasiana recuerda que una razón por la exégesis a sus dos obras principales (To-
auténtica tendrá que admitir que hay aspectos talidad e infinito, de 1961, y De otro modo que
enigmáticos que siempre la desafiarán a buscar ser o más allá de la esencia, de 1974); la terce-
nuevos modos de abordarlos o enunciarlos. ra estará cada vez más marcada por cuestiones
sociales y políticas. Es, cuando menos, sorpren-
III. La crítica levinasiana a los enunciados dente este descubrimiento en el contexto an-
que pretenden agotar el sentido de lo externo al glosajón, toda vez que esta recepción social y
sujeto, condensada en su conceptualización de política de Levinas se hizo hace varias décadas
lo dicho, proclama, en la analogía con el escep- entre los filósofos latinoamericanos. Una con-
ticismo, la necesidad de alterar los esquemas tundente crítica a este respecto se encuentra en
en los que el sentido se agota, siendo sensibles Maldonado (2012).
a nuevos modos de expresión. En las Ciencias
humanas, por ejemplo, estará siempre la nece- Véase la entrada “Scepticisme” en
3
sible si, además de situarse en el ámbito de las artículo “Énigme et phénomène” (1965/1967)
razones, se responde “al otro”, por ejemplo el hay una mención que podría tomarse como
escéptico, bajo la única razón de ser absoluta- preconizadora de lo posteriormente desplegado
mente otro, esto es, en radical alteridad. en AE. Allí se lee: “Nudo de una intriga que se
distancia de la aventura del ser buscada en el
Notas fenómeno y en la inmanencia, modalidad nueva
que se dice mediante ese “si así se quiere” y ese
Bernasconi (2005) recuerda que, “en
1
“quizá” y que no cabe remitir a la posibilidad, a
una nota a “Dios y la filosofía”, Levinas explicó la realidad y a la necesidad de la lógica formal
que su ensayo era una pregunta no por la ética, a las que se refiere el escepticismo” (p. 209).
sino por el significado de la trascendencia” (p. En este punto, podría comenzar a tejerse un tipo
101). Según Bernasconi, a Levinas le ocurrió distinto de relación entre la “modalidad nueva”
lo mismo que a Colón, quien puso un pie en hacia la que apunta Levinas y aquella modalidad
un continente diferente al que estaba buscando; (se podría decir antigua, esto es, la tradición),
no obstante, a diferencia de Colón, “cuando que estaría sintetizada por la “posibilidad”,
[Levinas] encontró la relación ética, sabía que la “realidad” y la “lógica formal”, capaz de
había llegado” (p. 101). tachar de “absurdo” al escepticismo. Podría
Rethinking Other Minds: Wittgenstein and Le- desplegar esta idea a partir de las tesis de Levinas.
vinas on Expression, donde se expone una for-
ma de evadir el reto que el escéptico plantea a la Referencias
posibilidad del conocimiento de las otras men-
tes. Overgaard concluye que tanto Wittgenstein Aguirre, J. (2017). Redecir lo humano. Revista
como Levinas ofrecen alternativas a las clási- Colombiana de Educación 72, 177-197.
cas respuestas que se han dado a este problema doi: 10.17227/01203916.72rce177.196
epistemológico.
Aikin, S., & Simmons, A. (2009). Levinasian
9
No obstante, Hutchens (2004) es realista Otherism, Skepticism, and the Problem
al respecto: primero afirma: “Simplemente no of Self-refutation. The Philosophical
nos ha dado [Levinas] razones para creer que Forum 40(1), 29-54. doi: 10.1111/j.1467-
el privilegio de los temas sobre las expresiones 9191.2008.00315.x
debería reversarse”. Y líneas abajo concluye:
“Es altamente improbable que la epistemología Aikin, S., & Simmons, A. (2012). Pros-
adopte la hipérbole decir/dicho o integre su in- pects for a Levinasian Epistemic In-
vestigación sobre la naturaleza del escepticismo finitism. International Journal of Phil-
con el juego dialógico” (p. 66). Más que desa- osophical Studies 20(3), 437-460. doi:
nimar a los epistemólogos, estas afirmaciones 10.1080/09672559.2012.697285
de Hutchens los exhorta a “dar las razones” que
fueron esquivas a Levinas, así como para ver de Atterton, P., & Calarco, M. (2010). Editors’
qué manera sus planteamientos tendrían cabi- introduction. The third way of Levinas
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