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LAS ARMAS DE LA INDEPENDENCIA:(1) LA ARTILLERIA.

26 de marzo de 2011 a las 17:13

Pieza de artillería con su dotación

Básicamente, la artillería utilizada durante los primeros veinte años del siglo XIX, en que se desarrollaron las
guerras napoleónicas (de obligada referencia) y la Guerra de la Independencia Americana, no eran otra cosa que un
simple tubo de bronce o hierro de paredes gruesas para resistir la fuerza de la explosión de la carga de pólvora que
servía de propulsor a los proyectiles. El modelo más antiguo que se conoce de pieza de éste tipo data del año 1326,
y figura en un manuscrito conservado en la Christ Church de Oxford, atribuído a Walter de Milemete, Capellán del
Rey Eduardo III de Inglaterra: este artefacto llamado "Pot-de-fer"(" jarron de hierro"), montado sobre un caballete
de madera se utilizaba para lanzar proyectiles y flechas. Investigaciones mas recientes indican que ya los chinos
utilizaban armas similares desde mucho tiempo antes.

Los cañones de la guerra de la Independencia eran, como ya dijimos, tubos de bronce, reforzados y cerrados en un
extremo ("culata"), cerca del cual se practicaba un orificio ("oido") por el cual se encendia la carga.Para
accionarlos, se introducía por la boca una carga de pólvora, armada en forma de cartucho o saquete, envuelta en
lona, el proyectil propiamente dicho y un tampón de estopa para que la reacción fuese más potente.Acto seguido, se
perforaba el cartucho con un punzón introducido en el oído de la pieza, se lo cebaba con pólvora y se le daba fuego
con una mecha de acción lenta fijada a una vara ("botafuego"). Producido el disparo, se limpiaba la pieza con un
escobillón mojado, para apagar restos que hubiesen quedado encendidos, y se repetía la maniobra desde el
principio. La marina británica adoptó, hacia 1805 un sistema de fuego especial, consistente en una llave de chispa
similar a la de los mosquetes, con el fin de evitar incendios producidos por la caída de los botafuegos en sitios tan
estrechos como las cubiertas de batería de sus buques. Dicha llave se instalaba en el momento del combate y se la
retiraba uando el cañón no se utilizaba.
Baterías del H.M.S.Victory, buque insignia de Nelson en Trafalgar

La artillería embarcada se caracterizaba, además de su mayor calibre y alcance,`por el tipo de montaje: las cureñas
eran pequeños carros con cuatro ruedas, que guiaban el retroceso, controlado también por un aparejo
("braguero")que, a la vez que frenaba la reculada, servía para volver a colocar la pieza en posición de fuego. El
retroceso era aprovechado por los artilleros para a recarga.
Los montajes terrestres, en cambio eran dos gualderas de madera, con un eje muy ancho, para asegurar la
estabilidad al transportar la pieza, y dos grandes ruedas. Este conjunto, denominado genéricamente "cureña" se
enganchaba en la marcha a un pequeño carro de municiones denominado "avantrén", que llevaba la dotacion de
proyectiles para uso inmediato y a parte de la dotación de la pieza.

Cañón de a 12 libras, sistema Gribeauval

El calibre de las piezas de artillería de principios del siglo XIX se clasificaba de acuerdo al peso de los proyectiles
macizos que podía disparar, medido en libras (sistema aún vigente en Gran Bretaña) para los cañones, y de acuerdo
al diámetro de boca, medido en pulgadas, para los obuses y morteros. Así, se hablaba de cañones de a 4, 6, 8 libras,
y de obuses de 6 pulgadas, morteros de 12 pulgadas, etc. La gran diferencia estribaba en que mientras los cañones
podían disparar diferentes tipos de munición en ángulos muy agudos o en la horizontal ("fuego a alza batida")
morteros y obuses lanzaban granadas explosivas en angulos más altos, con mucho menor alcance. Los morteros,
de mucho mayor calibre se utilizaban más bien para demoler murallas, y sus montajes eran más bien fijos.

Obús de 6 pulgadas, sistema Gribeauval


Hacia fines del siglo XVIII, se adoptó en Francia, y desde 1783 en España un sistema de clsificación de las piezas
de artillería de acuerdo al servicio al que debían destinarse. Dicha clasificación, reglamentada por sugerencia del
general Marques de Gribeauval dividía la artillería en cuatro servicios: de campaña, de plaza, de sitio y de costa.
-De Campaña: cañones de a 4, de a 8 y de a 12 cortos y obús de 6 pulgadas.
-De Sitio, plaza y costa (con montajes diferenciados):cañones de a 24, de a 16 y de a 12 largos, obuses de 8
pulgadas y morteros de 12, 10 y 8 pulgadas.
las piezas llamadas "de montaña" eran las de a 4 con un montaje especial para ser trasladadas a lomo de mula.
Las características de las principales piezas eran:
Para los cañones de a 12 libras:calibre (de boca): 12 cms, alcance máximo,1600 m, alcance efectivo,900 m.
Para los cañones de a 8: calibre:8 cm, alcance máximo,1400m, alcance efectivo,750 m.
Para los cañones de a 4: calibre:8 cm, alcance máximo,1000 m, alcance efectivo,500 m.
Para el obús de 6 pulgadas: alcance 500 m.

Todos los valores para proyectiles macizos. El alcance podía hasta duplicarse con el efecto de rebote. Los buenos
comandantes de artillería trataban de seleccionar el terreno para optimizar el efecto logrando el máximo alcance.
En Waterloo, Napoleón, que contaba con la ventaja del número de piezas enfrentó un problema insoluble: la noche
anterior a la batalla había llovido torrencialmente, y el campo estaba convertido en un lodazal: Los proyectiles no
rebotaban, sino que se clavaban en el barro,mientras que las piezas, empantanadas, no se podían desplazar con la
velocidad que Napoleón requería, generando retrasos que, al fin provocaron la derrota.

PANEL DE MUNICIONES

La munición básica eran las balas macizas de hierro, rompedoras, utilizadas en la máxima distancia. Estos temibles
proyectiles, eran peligrosos hasta despues de haber perdido impulso: incluso, tras un rebote y cuando su vuelo
podía ser seguido por el ojo humano, podían arrancar un brazo o una cabeza limpiamente: así murió en Ituzaingó
el Teniente Coronel Besares, y en Friedland el mariscal Duroc. Nelson recibió en Tenerife en 1797 un disparo
similar en el brazo derecho, que debió ser amputado.
Otro tipo de municion temible lo constituía el tarro de metralla,un recipiente de hojalata o lona conteniendo
recortes de metal, que dispersaba las esquirlas provocando terribles heridas a corta distancia. Un proyectil de este
tipo mató en San Lorenzo el caballo que San Martín montaba.

Las granadas eran bolas huecas de hierro provistas de una mecha calculada para detonar una carga explosiva
ubicada en su interior en el momento de llegar al blanco, desparramando esquirlas. Un tipo especial de granada lo
constituyó el proyectil "Shrapnell", usado por los británicos en las invasiones de 1806 y 1807.La granada hueca
contenía, además de la carga, una cantidad de recortes de metal y se reglaba para estallar en el aire. Se utilizaba
principalmente contra la caballería.
A bordo, también se usaban proyectiles especiales, para destrozar mástiles y jarcias, como ser balas
encadenadas, palanquetas, y balas rojas, proyectiles macizos calentados al rojo, usados para incendiar cascos y
velas.
Morteros españoles, sistema Gribeauval

TACTICAS

Durante el siglo XVIII, la artillería terrestre fue limitada al simple acompañamiento de la infanteria, formando en
los extremos de la línea de esta o a demoler murallas en las batallas de asedio. Napoleón, oficial de artillería,
revolucionó esta táctica: aprovechando las reformas de Gribeauval, que había reorganizado la artillería, haciéndola
más móvil, la táctica napoleónica consistió en agrupar las piezas en grandes baterías que abrumaban con sus fuegos
puntos claves del campo de batalla, para moverse con rapidez en masa hacia otros puntos hasta destruir totalmente
la fuerza enemiga. Como diría Victor Hugo:"Napoleón se servía de la artillería como de un par de pistolas,
apuntando ora a un punto, ora a otro del campo de batalla". En nuestro país, los ejércitos de la primera época
revolucionaria, no dispusieron ni de piezas idóneas ni de oficiales que las comandaran con la misma efectividad.
Para la campaña al Paraguay (1810-11), Belgrano solo dispuso de 4 piezas de a 2 y 2 de a 4. Al hacerse cargo del
Ejército del Norte, contaba sólo con un cañon de a 2 y 5 de montaña de a 1,que lo ponían en seria desventaja en
caso de un duelo de artillería. En la batalla de Tucumán contaba con solo 7 piezas que cubrian los intervalos entre
las columnas de infantería, y con 15 en Salta, dispuestas en la misma forma. El Ejército de los Andes estuvo mejor
pertrechado: en Maipú, San Martín dispuso de 20 piezas, entre ellas 4 de a 12, las que dispuso en forma de tres
"Grandes Baterías" a la manera napoleónica, con un éxito arrasador.

Cañón españól "EL TIGRE" que según la tradición hizo perder a Nelson su brazo derecho.

CURIOSIDADES ARTILLERAS

Desde tiempo inmemorial, se acostumbró bautizar a cada cañón con un nombre particular:bombardas medievales
que llevaban nombres terroríficos como "La Temida","La Cruel" ,"La Desesperada" formaron parte del
equipamiento de los ejércitos europeos desde el siglo XV. Los españoles y los americanos mantuvieron esta
tradición: en el Museo Histórico Nacional se conservan piezas con sus nombres grabados en el tercio del tubo más
cercano a la boca, reservandose la sección del oído para el escudo nacional o las armas del Rey: así eremos desfilar
ante nosotros a los morteros "Monasterio" (fundido en Buenos Aires) "Telpo","Me Vio", "Orto" y el
cañon "Júpiter". La tradición tuvo características internacionales: en la Primera Guerra Mundial fue célebre el
cañón "Gran Bertha", y los de la Segunda "Dora" y "Gustav", todos ellos alemanes. En la Guerra de la Triple
Alianza alcanzó fama el cañón "Criollo" y el "Cristiano", este ultimo, fundido con el bronce de las campanas de
todas las iglesias de Asunción. En nuestro país, la tradición continúa: hemos visto en un desfile, dos piezas de
artillería con sus nombres escritos en las gualderas:"Porteñito" y "Malvinero" Pero el que se lleva la palma entre
las curiosidades es sin duda "El Fénix", obsequiado por Hernan Cortés al Emperador Carlos V tras la conquista de
México." El Fénix" tenía grabados en su tubo unos versos que alababan al cañón, a Cortés y al Emperador y decían:
"Aqueste nació sin par
Yo, en proezas, sin segundo,
Vos, sin igual en el mundo"

El cañón mandado fundir por Cortés, sin duda "nació sin par" pues estaba hecho...¡de oro!

Cohetes a la Congreve

Un tipo curioso de artillería fue constituído por los llamados "Cohetes a la Congreve". Inventados por el artillero
británico William Congreve, eran tubos de metal rellenos de pólvora, adheridos a una larga vara, de aspecto similar
a las "cañitas voladoras" actuales. Se lanzaban desde una rampa cuya elevación podía graduarse. Nelson los usó
con exito en el ataque a Copenhague y se utilizaron también en Nueva Orleans contra Andrew Jackson, pero
Wellington, que dispuso de un cuerpo de coheteros se quejó de la imprecision de los disparos. Parece ser que en
Waterloo hicieron un muy pobre papel. En América, Lord Cochrane los utilizó contra el Callao, sin gran
éxito, mientras que,en 1826, la fragata "25 de Mayo"de Guillermo Brown, disponía de una máquina lanzadora
entre su artillería, que, al parecer, nunca utilizó.
Cohetera Congreve

LAS ARMAS DE LA INDEPENDENCIA :(2) ARMAS DE FUEGO PORTÁTILES


30 de marzo de 2011 a las 21:33
Panoplia de armas del Siglo XIX:de izquierda a derecha: sable de abordaje, mosquete inglés con bayoneta,
mosquete francés, sable de caballería pesada, par de pistolas, sable corvo de caballería ligera, carabina de
caballería, sable corvo de artillería a caballo
Así como ocurría con la artillería, las armas personales del soldado fueron tecnológicamente similares en América
y Europa. Incluso el sistema de carga y fuego era común y universal, por lo cual, las diferencias entre estas armas
es verdaderamente mínima.

El sistema de chispa apareció posiblemente en Francia alrededor de 1630, y rápidamente reemplazó los anteriores
sistemas del arcabuz con serpentín y mecha (el serpentín era una pieza en forma de "S", que servía para acercar la
mecha al oído del cañón para provocar el disparo) o la rueda de chispas (un sistema no usado en armas militares,
consistente en una rueda con resorte, que raspando una piedra pirotécnica, generaba las chispas que inflamaban la
pólvora).Este último sistema se puede observar hoy en algunas armas de juguete, pero para el 1600 era de difícil y
cara fabricación.
Llave de chispa con el sello de la Torre de Londres.

LA LLAVE DE CHISPA

El sistema de percusión y chispa consistía en una platina en la cual estaban montados un martillo (" pie de gato"),
en el que, mediante un par de quijadas y un tornillo ("tornillo pedrero") se sujetaba una piedra de silex piromático,
y un rastrillo, pieza en forma de uña con una superficie rugosa, contra la cual la piedra golpea produciendo las
chispas. Dicho rastrillo sirve para cubrir un hueco ("cazoleta") en el que se deposita la pólvora para cebar el
arma.Junto a la cazoleta, un orificio ("oído") comunica la chispa producida por el cebo a la carga de pólvora del
arma. Para cargar el arma, el soldado llevaba el "pie de gato" a una primera posición de descanso y abría la
cazoleta. Luego, se tomaba el cartucho (un paquete preparado de antemano, donde se depositaba una cantidad de
pólvora calculada para el disparo y un proyectil, comúnmente una esfera de plomo, envueltos en papel grueso,
como un caramelo), mordía la punta, rompiendo el papel, vertía una cantidad de pólvora en la cazoleta, la cerraba,
y luego vertía por la boca del arma el resto de la pólvora, la bala y el papel, prensándolo luego con la baqueta que
venía con el arma. Ya cargada ésta, apuntaba, llevaba el "pie de gato", a un segundo descanso ("amartillaba") y
accionaba la cola del disparador, liberando el mecanismo: el "pie de gato" bajaba, la piedra rozaba el rastrillo, se
producía la chispa, inflamando el cebo (haciendo una enorme llamarada) y la chispa encendía la carga pasando a
través del "oído". Una fracción de segundo después de gatillar, salía el tiro. Sin embargo, el sistema no era
infalible: pruebas realizadas en Francia (1812), en condiciones ideales (cambiando la piedra cada 30 disparos y
aceitando la llave cada 60), probaron que, por lo menos, uno de cada veinte disparos no salía. Es de imaginar que
en combate, el número de fallos ("marras" o "rastrillazos") debía ser mayor.

ARMAS LARGAS: CLASIFICACIÓN

Para la sistematización de las armas largas de fuego, durante el siglo XIX, se tuvieron en cuenta dos parámetros: La
longitud total del arma y las características del interior de los cañones ("ánima").
Teniendo en cuenta la longitud del arma, que influía en el mayor o menor alcance, estas se clasificaban
en fusiles (de cañón más largo, utilizadas por la infantería de línea), tercerolas y carabinas, siendo poco clara la
diferencia entre unas y otras. La definición "de diccionario" de "tercerola" indicará que por su longitud es más
corta que el fusil, pero más larga que la carabina. De todos modos, tercerolas y carabinas serán las armas de fuego
propias de la Caballería, las de uso personal de los soldados de Artillería, y algunas serán provistas a fuerzas
especiales de infantería ligera.
La segunda clasificación a tener en cuenta se refiere al rayado ("estrías") o a la ausencia del mismo en el ánima de
los cañones, que influye en la mayor o menor precisión en la puntería de las armas. De acuerdo a este criterio,
hablaremos de rifles (armas largas de cañón rayado o estriado) o mosquetes (armas de cañón de ánima lisa). Los
rifles se caracterizaron por ser armas mas precisas, pues el estriado (una serie de surcos en forma de hélice) guiaban
al proyectil en una trayectoria mas estable y "predecible" que los cañones lisos. En su mayoría, las armas de guerra
de la época de la Independencia fueron de cañón liso, ya que su fabricación resultaba más simple y económica.
Las armas de cañón rayado más destacadas de ésta época fueron el "Kentucky Rifle" norteamericano y la carabina
británica "Baker".

Rifle Kentucky

El "Kentucky Rifle" apareció hacia 1700 como el arma de caza favorita de los colonos norteamericanos, pasando a
convertirse en leyenda gracias a la novela de Fenimore Cooper "El último de los Mohicanos", como el fusil
utilizado por su protagonista Nathaniel "long Rifle". Se trataba de un arma de cañón rayado exageradamente largo
(1,20m, promedio), que ganaba con ésta caracteristica en alcance y precisión, los cuales, en manos expertas como
las de los colonos, lo convirtieron en un enemigo temible. Fue utilizado por las milicias estadounidenses en las
guerras indias del siglo XVIII, contra franceses en Canadá, y contra los ingleses en la guerra de la Independencia y
en la de 1812. Su eficacia se veía potenciada por la altísima creatividad e iniciativa de los colonos que lo utilizaban
desde distancias fuera del alcance de los fusiles enemigos, en particular en zonas boscosas, donde los milicianos
podían hallar fácilmente cubiertas, haciendo fuego ocultos. Algunos armeros personalizaban estas armas, indicando
que el largo total ideal debía ser desde el suelo hasta la barbilla del usuario. Dicha longitud permitía incluso
recargar el arma estando su portador montado (con el caballo detenido, se entiende). El éxito de ésta arma se puede
medir teniendo en cuenta que fue la favorita de cazadores y aventureros hasta el año 1850, reemplazando, a lo
sumo, el viejo sistema de chispa por los más modernos a fulminante. Sin embargo, y curiosamente, este tipo de
arma no se fabricó para la exportación. Las dificultades para su manejo, su peso y su longitud requerían de un gran
entrenamiento que los ejércitos no estaban en condiciones de afrontar.

Rifle británico "Baker" con su bayoneta

La carabina británica "Baker" fue la primera creada con fines especificamente militares. Diseada en 1800
por Ezequiel Baker sirvió para armar el "Experimental Rifle Corps", creado por Sir John Moore en 1800, como una
fuerza especial, entrenada en destrezas de guerrilla, tiro al blanco (como veremos, paradójicamente una
especialidad poco común en el soldado de infantería del 1800), infiltración, etc. Dicha unidad (rebautizada como
"The 95Th. Rifle Regiment of foot") vestía uniformes diferentes al resto del ejercito británico (de color "Verde
rifle", para facilitar el enmascaramento, a diferencia del escarlata tradicional), y participó con gran éxito en la
campaña de la Península, en la batalla de Trafalgar (siendo la única unidad del Ejército embarcada con Nelson,
complementando las funciones de los Royal Marines), y en la campaña de Waterloo. En Buenos Aires, sin embargo
sufrieron la primera gran derrota de su historial: En 1807 sufrieron en Quilmes la embestida de los Húsares de
Núñez, y en la Iglesia de Santo Domingo debieron rendirse, a órdenes del General Robert Craufurd. Sus uniformes
verdes dieron origen a una palabra que designa a los extranjeros que no hablan castellano: "Gringo", deformación
de "¡Green, go!" "Verdes, adelante", la orden de ataque típica de los oficiales de éste regimiento.
El arma reglamentaria de ésta unidad de elite era una carabina corta, con un largo total de 1,15 m, cañón de 76 cm
de largo, con siete estrías de sección rectangular que generaban un cuarto de giro. Su bayoneta era una ancha hoja
provista de empuñadura de sable y casi tan larga como el cañón del arma.

Mosquete inglés modelo 1756

Mosquete inglés 1778-1815

Mosquete francés "Charleville"

Los fusiles de infanteria de la época en Europa y América fueron, en general copias del modelo ingles o del francés.
El mosquete británico fue conocido con el nombre de "Brown Bess" por el pavonado de fábrica que le daba su
color oscuro o como "Tower", por el sello de inspección que llevaba en la platina y que indicaba que el mecanismo
había sido inspeccionado en la Torre de Londres, y fué adoptado para el Ejército Británico por el General John
Churchill, duque de Marlborough (el famoso "Mambrú" de las canciones infantiles, y antepasado de Sir Winston
Churchill), hacia el 1700. La gran diferencia entre ambos modelos es reconocible porque, mientras en el modelo
inglés el cañón se sujeta a la madera mediante pasadores, los mosquetes franceses presentan una serie de
abrazaderas cumpliendo la misma función. Sin embargo, el mecanismo de fuego y las prestaciones generales son
casi identicas.

El mosquete francés "Charleville" fue así llamado porque en esa ciudad se encontraban los principales fabricantes
de armas. Se trataba de un fusil ligeramente más liviano que el britanico y de calibre ligeramente menor: sus
medidas eran:largo total:1,35 m, cañón de 98 cm, y calibre de 16 en libra ( o sea que 16 proyectiles del diametro
del cañón pesaban una libra-450 gr. aproximadamente). El diametro en cm del cañón era de 17,5mmm, usándose
proyectiles de 16,4 mm. Pesaba alrededor de 5 kg. y la bayoneta 350 gr. En cambio, su homólogo inglés tenía un
cañón de 1,125 m. un calibre de 11 a 12 en libra (se advierte que cuanto menor es la cifra, el proyectil es mayor)
que en diámetro de boca equivalía a 18,75 mm. Tambien era más pesado: aproximadamente 5,500 kg. sin la
bayoneta.

En lo que respecta al alcance, se puede hablar de un máximo de 250 m, y efectivo a los 100, pero a más de 50 m era
prácticmente un millagro alcanzar un blanco del tamaño de un hombre, ya que, al utilizarse un proyectil de calibre
menor que el cañón, provocando un espacio libre ("viento" ) entre la bala y el ánima, al producirse el disparo, la
bala corría "loca" girando a lo largo del tubo, y salía en cualquier dirección.
Iniciada la Guerra de la Independencia, se instalaron en Tucumán, Córdoba y Buenos Aires fábricas de armas, que,
en principio, sólo fueron talleres de reparaciones. Bajo la dirección de Esteban De Luca, la fábrica de Buenos Aires,
comenzo a producir fusiles, imitación de los europeos, pero de fabricación totalmente nacional. Su producción
llegó a alcanzar las 20 unidades mensuales ( para la época, la misma producción que las fábricas de armas de
Springfield, EEUU), además de las armas reparadas, sables, lanzas y hasta algunas piezas de artillería.. Dicha
fábrica se malogró, porque el gobierno comenzó a atrasarse cada vez más en el pago de haberes a los operarios, que
terminaron buscando actividades más lucrativas. Lamentablemente, ninguno de los mosquetes producidos en ésta
fábrica se conserva en la actualidad. En ésta fábrica se construyó la pistola de chispa que el Cabildo porteño
obsequió al General Belgrano, fundida con hierro, según la leyenda, proveniente de la zona chaqueña de Campo del
Cielo, donde en 1725 una expedición española, comandada por Miguel Rubín de Celis descubrió un campo
literalmente bombardeado de meteoritos de hierro, algunos de los cuales trajo a Buenos Aires. Algunos de estos
fragmentos se pueden ver en el Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia" de la Capital.Es de
imaginar que habrá pensado el poeta Esteban De Luca, al saber que estaba armando a nuestros ejércitos con hierro
caído del cielo, tal vez como un regalo de Dios para la Causa...

La llave a la española o de Miguelete fue un diseño más primitivo de llave de chispa. Pistola obsequiada por el
Cabildo de Buenos Aires al General Manuel Belgrano. Museo Histórico Nacional, Buenos Aires

TÁCTICAS E INSTRUCCIÓN
El entrenamiento del soldado para el manejo de éstas armas hizo en general más hincapié en la velocidad de
recarga y fuego que en la precisión del tiro, que, dadas las características de los mosquetes era, por lo menos,
problemática. La urgente necesidad de disponer rápidamente de soldados mas o menos preparados fue reduciendo
el tiempo de entrenamiento en los campos de instrucción, y llegado el caso, alcanzaba con que supiera cargar y
tirar. En la Europa de las guerras napoleónicas se consideraba bien instruido al soldado que alcanzaba una cadencia
de fuego de tres disparos por minuto, y algunos veteranos muy curtidos alcanzaban los cinco (independientemente
de la puntería). Al parecer, en nuestro país nunca se alcanzó esa cadencia de fuego: el General José María Sarobe
estimaba para la época de Rosas, un promedio de un disparo por minuto. En el Alto Perú entre 1810 y 1815, es
probable que dicha cadencia fuera menor, y es dable pensar que la cadencia de fuego de infantería del Ejércto de
los Andes alcanzara los valores europeos promedio, teniendo en cuenta la contracción con que San Martín instruyó
a sus tropas personalmente, tratando incluso de lograr algo de puntería. El "Reglamento para el ejercio y
maniobras para la infanteria en los ejércitos de las Provincias Unidas del Río de la Plata" , publicado en 1817,
destinaba a la instrucción del soldado 12 onzas de pólvora, seis balas y dos piedras para ejercicios de carga y fuego
individuales y para el tiro al blanco 10 balas y 4 piedras con su dotación de pólvora. Los movimientos de orden
cerrado para la carga se efectuaban según las siguientes órdenes y tiempos:

Prevénganse para cargar-1-2


Abran cazoleta-1
Saquen cartucho-1
Rompan cartucho-1
Ceben-1
Cierren cazoleta-1
Cartucho en el cañón-1-2-3
Saquen baqueta-1-2
Ataquen-1
Baqueta a su lugar-1-2
Al hombro armas-1-2-3
En caso de urgencia, las órdenes se limitaban a lo que se llamaba "carga apresurada", con las siguientes ordenes:
"Carguen,2-3-4"
Para hacer fuego, las órdenes eran:
Preparen armas-1-2-3
Apunten-1
Retiren armas-1
Fuego-1-2
Cierren cazoleta-1-2

Es claro que la cadencia de fuego, con semejante orden cerrado, sería más lenta, mas aún teniendo en cuenta el
estado de nerviosismo propio del campo de batalla.
De acuerdo a las posibilidades de las armas disponibles, la infantería combatió preferentemente en grupos
compactos, sea en columnas o desplegando en líneas para el mejor aprovechamento del fuego. Los soldados
avanzaban hombro a hombro, regulando su paso con los tambores hasta alcanzar una distancia en que sus armas
fueran efectivas:"Hasta verle al enemigo lo blanco de sus ojos". Las líneas constaban de cuatro filas, de las cuales,
dos hacian fuego mientras las otras recargaban. Luego, las filas de atras avanzaban a través de los que habían
disparado repetían la maniobra, hasta llegar a la distancia para el asalto a la bayoneta. La formación en columnas,
por ser más profunda y masiva, brindaba al sodado una sensación de seguridad, pero disminuia el frente de fuego y
al mismo tiempo, convertía a esa masa humana en un blanco ideal para la artillería. Otra formación muy utilizada
para defenderse de la caballería enemiga era el cuadro, que presentaba cuatro frentes de fuego, erizados de
bayonetas, un obstáculo muy difícil de salvar para los jinetes, pero también un blanco ideal para los artilleros.
Pistola-Siglos XVIII-XIX

ARMAS DE PUÑO

La aparición de las primeras pistolas coincidió con la implementación de la llava de rueda, arriba mencionada. Las
primeras armas de este tipo fueron en realidad ejemplares de lujo, aunque los españoles en el siglo XVI llegaron a
organizar un cuerpo de caballería ligera ("Herreruelos" o"pistoletes") provistos de éste tipo de armas. En
tiempos de la Independencia, además de las pistolas de lujo, empleadas para duelo (que se fabricaban a pedido, y
por pares) y algunas armas de protección personal, de pequeñas dimensiones ("cachorrillos") se construyeron
pistolas para uso militar, portadas por la caballería en los arzones de las monturas, o para uso naval, para abordajes
o desembarcos. Dichas pistolas serian fácilmente reconocibles por los refuerzos de metal que se les colocaba en las
culatas, ya que, una vez disparadas, se las tomaba por el cañón para utilizarlas como maza. Las pistolas navales,
estaban provistas, además de un gancho en la contraplatina (similar al que llevan actualmente las fundas para
teléfonos celulares), para engancharlas al cinturón antes del abordaje.
Trabu
co de cochero

OTRAS ARMAS DE FUEGO


Las guerrillas salteñas de Güemes y los orientales de Artigas se armaron con lo que pudieron tener a su alcance: la
improvisación los llevó a utilizar cualquier elemento agresivo para el combate, desde las armas que capturaran a los
realistas hasta armas para caza o lo que encontraran. El trabuco es en realidad una especie de escopeta de cañón
acampanado, con culata de fusil o empuñadura de pistola, que se cargaba con balines o recortes de metal de todo
tipo, para uso a muy corta distancia, con efectos devastadores. Se usaron también los fusiles tomados al enemigo,
en ocasiones recortando los cañones para manejarlos mejor desde el caballo, pero empeorando sus ya de por sí
malas prestaciones.
En el Museo de Armas de la Nación se conservan los restos de un arma similar al trabuco: el "Tromblón",
"Boccacciona" o "Trabucaccio", traída por los britanicos en 1806: se trata de un arma naval, diseñada para servir
de "artillería muy liviana" disparandola desde las cofas de los grandes buques o la borda de los botes, para lo cual
disponía de un pivote que se fijaba en la madera. Se lo podía disparar también desde el hombro, pero es de suponer
que el culatazo debía ser muy fuerte y provocar lesiones en el tirador. Arrojaba el mismo tipo de proyectiles que el
trabuco, pero a bordo no fue un arma muy popular. Horatio Nelson prohibió directamente su uso, pues la llamarada
producida por la pólvora negra podía fácilmente incendiar las velas.
Armas tomadas en las Invasiones Inglesas: de arriba abajo:Tromblon naval, rifle Baker,restos de un mosquete
(llave) y pistola de uso personal. Museo de Armas de la Nación, siglo IX
Carga de lanceros polacos de la Guardia Imperial napoleónica

Típico sable de caballería ligera de principios del siglo XIX


(Sobre fondo rojo) Sable original perteneciente al General San Martín. (Sobre fondo verde) réplica del sable de San
Martin

Batalla de Maipú. Grabado de T. Brown, por encargo de Alvarez Condarco-1819

Réplica del Sable que perteneció a los Generales Belgrano, Güemes y Alvarado
Réplica del sable que perteneció al Almirante Guillermo Brown

alabardas
Bayoneta de cubo, siglo XIX

La "espada de Bailén": ¿un engaño?

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