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ESTUDIOS ALEMANES
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Colección ·dirigida . por �mesto Garzón Valdés
y Rafael Gutiérrez Girardot

HIS'T--ÓRI CA
Lecciones sobre
la EncicloPedia y metÜdología
de la historia

, Johann Gustav })roysen

Versión castellana de
i¡ Ernesto Garzón Valdés y
Rafael Gutiérrez Girárdot
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INTRODUCCIÓN

Advertencia

El título bajo el cual he anunciado el presente


curso da solámente una perífrasis aproximada ·de lo
que me propongo hacer.
No deseo presentar a Ustedes un panorama de las
diferentes disciplinas que suelen contarse entre las
que pertenecen al estudio de la historia, ni tampoco
una indicación (hodogética) de cómo se puede y se
tiene que organizar este estudio, de cómo hay qtie
ascender de una a otra grada.
Mi finalidad es diferente; es, en otro sentido, más
práctica.
En nuestros exámenes académicos y de Estado, la
historia ha sido reconocida como una materia· espe-
cial; y el número ·de quienes estudian historia~ como
suele decirse,. crece continuamente.
¿ Qué significa pues: estudiar historia? ¿ Qué se da
Título del original alemán: . · a entender en los exámenes con la materia historia?
Historik - Vorlesungen über Enzyklopadie und
Methodologie der Geschichte Viniendo del colegio, no se entiende otra cosa sirio
R. Oldenbourg Verlag, Munich/Viena 1977 que los acontecimientos· más· importantes de todos los
tiempos, propiamente los políticos, constituyen la his-
© Editorial Alfa, S. A., 1983 toria. Aproximadamente lo mismo, sólo que con ma-
ISBN: 84.7222-072-9 yor profundización y especializadón, es lo que ofre-
Depósito legal: B-28.23'2-1983 cen los cursos de la Universidad y, junto a ello, un
Representante para España cierto métodq de. cómo, investigando uno mismo las
Editorial Laia, S. A. fuentes y ejerciendo crítica de fuentes, se pueden obte-
Constitución, 18-20 ner nuevos resultados. Teniendo en cuenta: la gran am-
Barc,elona-14
plitud que ya tienen estas investigaciones, uno se habi-
Impreso en: Nova-gráfik. Recaredo, 4, local 28. Barcelona túa cada vez más a no abarcar todo el campo de la his-
Printed in Spain toria, sino a especializarse, por ejemplo, a estudiar

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sólo la historia antigua o solamente la historia de la I. LA HISTORIA
Edad Media alemana como si éstas fueran ciencias es- §§ 1-7
peciales.
¿En qué consiste entonces el carácter científico de
estos estudios? ¿En qué relación se encuentra con este
aspecto su método?
Me parece ser de interés para todos aquellos que
se dedican a estos estudios poner en claro y pregun-
tarse por la justificación de estos estudios, por sus
relaciones con otras formas y direcciones del cono- El punto de partida
cimiento humano, por la peculiaridad de su.tarea, por
la fundamentación de su procedimiento. Yace· en la naturaleza de la cosa el que no tomemos
Son preguntas que hasta ahora apenas han sido con- prestado de otras ciencias la definición de nuestra
sideradas seriamente; mucho menos en los círculos de ciencia y las reglas de su procedimiento. Pues con ello
los historiadore·s. De ahí proviene el fenómeno poco nos colocaríamos bajo sus normas y dependeríamos
agradable de que las otras ciencias no saben bien en de sus métodos. ·
qué situación se encuentran con respecto a la nuestra Si quisiéramos -tal como se exige en nuestro. tiem-
y qué es lo que cae bajo nuestra competencia. De ahí po con frecuencia-. tratar la historia según el método
proviene el fenómeno no menos incómodo de que las de las ciencias naturales y decir que ella sería científica
otras ciencias recurren o bien a esto o bien a aquéllo solamente en la medida en que refiere el mundo his-
de nuestro campo y dicen del resto que lo que queda tórico a la mecánica de los átomos, la historia sería
de la historia pertenece a la fantasía o es una sim- solamente una de las ciencias naturales. Las ciencias
ple acumulación de noticias casuales y externas, o se naturales reconocen que ellas no están en modo alguno
refieren a ella con juicios· igualmente peyorativos. en condiciones de aclarar, con su mecánica de los áto~
El fin de este curso es dilucidar las cuestiones alu- mos, todo lo que cae en el ámbito de la investigación
didas y ofrecer, con ello, un panorama de las tareas empírica.
de las ciencias históricas y del modo como ellas tienen Si tal es el caso, entonces hay que encontrar para
que solucionarlas. este resto, por grande o pequeño que pueda ser, otras
Ante todo, ¿cómo podemos llegar a hablar de his- formas de conocimiento, formas tales que correspon-
toria y de ciencia de la historia? - dan a la peculiaridad de los fenómenos que caben en
él, que resultan de esta peculiaridad, para ras cuales
tienen que ser adecuadas.
Empíricamente, tal como quiere serlo nuestra cien-
cia, no podemos hacer otra cosa que encontrar y tomar
nuestro punto de partida en forma empírica. .
Encontramos en nuestra representación la palabra
historia. La utilizamos con un sentimiento aproximado
de su significación. Observamos, de modo igual a como
tomamo,s conciencia de nosotros mismos, q1=1elleva-
mos en nosotros una cantidad inconmensurable de re-
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presentaciones, intelecciones, recuerdos, experiencias y tíniufo del nervio óptico, sea éste provocado por obje-
certidumbres, que se refieren a cosas ya no existentes, tos iluminados o mediante la presión sobre la pupila
a cosas pasadas, no como otras representaciones de lo o por medio de corriente eléctrica, produce solamente
que aún es y se puede percibir por los sentidos -repre- sensaciones de luz; el ojo mismo de por sí no diferen-
sentaciones y recuerdos, cuyo resumen y actualidad cia de qué manera han surgido los estímulos, mediante
abarca y determina nuestro yo, es el órgano de nues- los cuales tiene estas sensaciones. Igual acontece con
tro querer y de nuestro poder ser o hacer. el oído, con el gusto, etc.
Lo que así tenemos ya no existe externamente y de Así que las cosas no son en sí azules, dulces, ca-
acuerdo a la realidad; se encuentra, puesto que en su lientes, sonoras, sino que ésto lo son las sensaciones
ser externo ha pasado, sólo como recuerdo y repre- que ocasionan el efecto en el sentido correspondiente;
sentación en nuestro espíritu, tiene vida solamente allí lo causante ·no es azul, caliente, dulce, etcétera. O sea
y a partir de allí opera y coopera constantemente. que la sensación no es en nuestra alma una reproduc-
Con la palabra historia damos a entender la suma ción-refleJo de lo que ha operado sobre ella, sino un sig-
de lo que ha acontecido en el decurso del tiempo en. no que el sentido envía al cerebro, una señal del efecto
la medida y hasta donde puede llegar nuestro saber acontecido. Pues una reproducción-reflejo tendría al-
de ello -así como analógicamente utilizamos 1.a pala- guna semejanza con el objeto reproducido y reflejado.
bra naturaleza para aprehender todo lo que se encuen- Un signo no necesita tener ninguuna semejanza tal con
tra de alguna manera en el espacio, en la medida y hasta lo designado; la relación entre los dos consiste sola-
donde alcanza nuestro saber y nuestra investigación mente en que el mismo objeto, bajo iguales circuns-
de todo ello. tancias, opera Ja producción del mismo signo, es de-
(1. Espacio y tiempo). En este lugar debo formular cir, que impresiones desiguales provocan siempre s1g-
una observación que tiene significación elemental para nos desiguales.
nuestra cuestión. Se refiere al modo de nuestra per- Por subjetivos que puedan ser estos signos, es de-
cepción sensible, es decir, empírica; por ello es nor- cir, por pertenecientes que ellos sean a nuestra sen-
mativa para el modo de nuestro conocimiento .empíri- sación de los sentidos, no son en modo alguno una
co. Es la así llamada energía específica de nuestros apariencia vacía, sino que cada uno de ellos es justa-
nervios sensóreos tal como la ha explicado la más re- mente. un signo de algo, sea de algo permanente o de
ciente fisiología (Wundt, Physiologische Psychologie, algc;>que acontece. Y en cuanto iguales combinaciones
1874). de efectos producen en cada uno de los sentidos co-
Ésta enseña que las sensaciones que pertenecen a rrespondientes los mismos signos de su ámbito; se re-
los diferentes nervios sensóreos como, por ejemplo, pite siempre el efecto de iguales impresiones 'sobre los
azul, dulce, caliente, sonoro, forman círculos comple- sentidos y su transmisión al cerebro con la misma
tamente separados. Las mismas oscilaciones en el aire combinación de los correspondientes signos. Si un du-
que siente el oído como tono, las siente, al meno~ en razno maduro ha sJ.do sentido y percibido como pur-
los tonos más bajos, la piel como revoloteo, el ojo como púreo por el ojo, como dulce por los nervios del gusto,
vibración de la cuerda. Cada uno de estos sentidos sien- como· suave por el sentido del tacto, entonces en toda
te el mismo fenómeno de manera diferente; cada uno mirada posterior de un durazno maduro se repite en
a su manera. Y, por otra parte: cada uno de nuestros nuestra alma la misma combinación de signos, y estas
sentidos, cualquiera que sea el estímulo, siente sólo combinaciones se repiten a partir de· 10s elementos ca-
en su círculo de sensaciones. Así, por ejemplo, el es- racterísticos de la madurez de la fruta. Así como nos
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orientamos en la oscuridad con las puntas de los dedos pia se desarrolla nuestra alma como fuerza espontá-
para saber si los obietos que hav allí son superficies o nea; se convierte en espíritu.
cuerpos, altos o anchos, si están juntos o separados, Todos los movimientos de afuera que nuestro espí-
y para ello hacemos operar los dedos como brazos mo- ritu así percibe y ha percibido, los recoge él, los tiene
~ibles de un círculo táctil, así también tientan nues- presentes, los descompone y los une según sus variadas
tros sentidos en los obietos que están fuera Y en nues- modalidades, entre las cuales son las primeras y más
tro derredor, para recibir de ellos efectos que recibe gen~rales su sucesión temporal y su proximidad espa-
cial. Estas dos formas rio resultan de éstas o de aque-
cada uno de los sentidos a su modo V que envía al alma,
llas sensaciones especiales sino, por así decirlo, de nues-
v luego son sumados para encontrar la combinación
tra sensación total sensórea, de la sensación de que
de signos externos que de ahí resulta. En estos signos
nosotros mismos nos encontramos en medio de las
ven sus combinaciones no tenemos reproducciones de realidades infinitamente dispersas e incansablemente
realicfades, pero sí un sistema de percepciones corres- móviles, que nos mueven con ellas, y que, sin embargo,
pondiente a las realidades, que es lo suficientemente_ somos ahí algo concentrado y cerrado, un punto firme,
movible. variado y fino como para poder acomnañar un Yo.
v observar lo que se encuentra en torno nuestro y en El espacio y el tiempo, así como todas las demás
permanente cambio en la correspondiente variable com- modalidades o· registros en nuestra concepción y en el
binación de nuestros sismos. sistema de sus signos no están en modo alguno en cuan-
Por noco que naturalísticamente tengamos concien- to tales en el mundo exterior; allí sólo hay la infati-
cia de ello. en nuestro mundo de signos, v Primera- gable diversidad y el movimiento, las vibraciones dife-
mente sólo en él. tenemos todo el mundo de lo aue es renciadas de tal o cual manera, que perciben nuestros
v de Jo aue acontece fuera de nosotros. así como en la sentidos como colores, calor, tonos, el peso como mo-
imnrenta el imnresor tiene en las letras de sus ca ias vimiento inhibido de caída, etc.; como color, calor,
las palabras, las frases v libros enteros. Y en el per- tono, como peso, como espacio y tiempo registra nues-
manente palnar v perdbir de nuestros sentidos, V en tro espíritu solamente· las impresiones sensoriales re-
el siempre nuevo control de los sistemas de shmos en cibidas, y tan sólo gracias a estas impresiones senso-
nosotros obtenemos no una reproducción refleio de lo riales logramos las diferenciaciones en diversos colo-
que es y acontece, pero sí una representación de ello, res, tonos, etc., para las categorías, vacías en sí, de
la cual se amplía y complementa y corrige incansable- color, calor, tono. ·
mente. El que concibamos estos· efectos de las realidades
Tal es el fundamento de toda emmne. No es el sobre nosotros primeramente según el tiempo y el es-
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1 mundo de los fenómenos el que nos da los signos, sino pacio y el que descompongamos nuestro sistema de
que la naturaleza, especialmente constituida de nues- signos según ello en dos grandes campos, tiene su ra-
tros diversos nervios sensóreos y de nuestra actividad zón en el hecho de que estas dos formas o registros se
espontánea y peculiar, hace de los efectos sobre nues- han mostrado como los más generales, como aquellos
tros sentidos y con estos instrumentos aquello que re- en los que se pueden subsumir todos los demás como
sulta de estos efectos. Excitada desde afuera constru- el calor, los tonos, los colores, el peso,· etc.
. ye el infinito sistema de signos, en los que se nos pro- Pues las dos intuiciones espacio y tiempo abarcan
yecta el mundo de los fenómenos sobre nuestra alma las más amplias alternativas, y más aún: resultan ser
y lo repite a nuestro modo. Y en esta su actividad pro- correlativas de manera tal que todo cabe para noso-

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tros en su «o esto o lo otro», de lo cual tomamos no- repite el género y decurre periódicamente. Aristóteles
ticia en la percepción. Espacio y tiempo se relacionan agrega: el animal y la planta, es decir, el fenómeno sin-
como la permanencia y lo incesante, como la tranqui- gular individual, no es un «sí mismo», sino en cierto
lidad y la urgencia, como la medida y lo desmesurado, modo oux a.u't'o ána ofov a.ú't'6, no según el número un
como la materia y la fuerza. Todo movimiento consis- uno, sino según el género un uno.
te en que el tiempo supera siempre de nuevo el espa- El género humano se caracteriza de manera opues-
cio inerte y coloca todo en el río del devenir -el es- ta~ En él domina la E1tl6ocnrst<;au't'6, esto es, él agrega
pacio tiende siempre de nuevo a obstaculizar el tiempo constantemente un crecimiento para sí mismo, con cada
solamente fugaz para que llegue a la tranquilidad del nuevo e individual fenómeno crea algo nuevo y un
ser, para extenderlo allí. P~ro estas intuiciones gene- plus. El hombre participa en lo divino y en lo eterno
rales espacio y tiempo son vacías mientras no ·reciban de un modo diferente a éomo si él dejara animalmente
un discreto contenido al llenarlas y determinarlas con sólo un ofov au't'6. Pues lo humano adquiere en cada
la proximidad y la sucesión de los detalles. Determinar nuevo individuo una E1tl6o(nrEt<;a.u't'ó,y el individuo es
la sucesión y la proximidad significa diferenciar los por eso alguien dotado de propio valor, de interés indi-
detalles en el espacio y en el tiempo; y significa decir vidual y esencial en la línea progresiva del desarrollo.
no simplemente que ellas ~on, sino que son ahí. Justamente por eso le es dado la posibilidad de legar su
(2. La duplicidad del ser humano). Un segundo re- au't'6't'a.'t'oven todo lo que rinde y crea, la expresión y la
sultado surge de estas consideraciones. impresión, el reflejo de su más propio ser. Y justa-
Nuestro ser humano, la condición de nuestro co- mente su ser, creador y recreador de formas, pertenece
nocer y de nuestro saber, es de una duplicidad clara- a la consideración histórica. También el hombre posee
mente perfilada, al mismo tiempo sensitivo y espiritual, un aspecto creatural; pero· el genus horno no es sola-
al mismo tiempo colocada en medio del mundo incan- mente animal; éste su concepto naturalista genérico
sablemente móvil, y a la vez en su especie espiritual, no llena todo su ser como el de la planta o el animal; se
en su ser-Yo recogido y cerrado frente a dicha du- podría decir que en vez del concepto de género le es
plicidad. propia la historia. Y los conocimientos y formaciones
Este ser-Yo no es simplemente vida, tal como tam- , del género humano, que se van sumando cada vez más,
bién la tiene la planta, no simplemente alma sensitiva, son su contenido.
tal como también la tienen los animales. Por altamen- Esta fuertemente perfilada duplicidad del ser hu-
te dotados que puedan ser algunos animales, ninguno mano fundamenta los grandes ámbitos de los conoci-,
llega a la altura del ser-Yo, hasta el hablar,- el pensar mientas científicos que elabo:i;a el ·espíritu humano.
y ningún animal alcanza hasta donde alcanzan nues- Teniendo en cuenta la esencia espiritual-seb.sórea de
tras observaciones. nuestro yo, estos conocimientos pueden tomar su pun-
Aristóteles dice (De anima II, 4.2): el animal pro- to de partida o bien en el lado sensorial o bien el as-
duce siempre un animal, la planta produce siempre una pecto espiritual; pueden ser o bien empíricos o bien
planta para que participen~ en el siempre y en lo divino especulativos, es decir, o bien de tal manera que el
). Esto es que en la con-
(tva. 't'oü ád xa.t 't'OÜfü:louµE't'Éxwm. espíritu se dirige observando e investigando hacia el
tinuidad del género tienen ellos su participación en lo mundo exterior o de modo tal que el yo pensante se
divino y en lo eterno; el género es lo duradero, la idea, aprehende y se profundiza a sí mismo en la plenitud
que se fenomenaliza en el animal y en la planta singu- del contenido que ha adquirido. No se trata por cierto
lares, y de tal manera que en todos estos fenómenos se de una contraposición de tipo objetiva; pues en las

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dos formas el yo cognoscente es el mismo que actúa Sabemos muy bien que también el sol, la luna y las
y que es activo frente al mismo material, esto es, con estrellas, que también la piedra, la planta, el animal,
los sistemas de signos que, producidos empíricamen- se encuentran en el tiempo; pero para la piedra, tal
te, pero ordenados espiritualmente, están combinados co~?ella es, el tiempo tiene, cuando más, la signifi-
en nosotros como representaciones, palabras, pensa- cac1on de que la va desgastando. La planta y el animal
mientos. tienen un decurso temporal, pero d trigo, sembrado
Encontrándose en medio del mundo de los fenó- en la tierra, se convierte mediante y a través de la es-
menos, el yo pensante puede aprehenderse y conocerse piga, del florecimiento, en una repetición de los mis-
solamente en cuanto mantiene y desarrolla su contra- mos granos. Y de manera semejante acontece con el
posición con el mundo exterior, con el no-Yo. animal y con la vida toda de la tierra, con el mundo
Y a su vez el yo pensante puede ·relacionarse em- sideral, en el cual lo esencial es su regular ascenso y
píricamente con el mundo de los sentidos solamente descenso. El momento del tiempo se descompone en
porque se sabe espiritualmente uno y como totalidad y estas configuraciones en iguales y reiterados círculos
resume la ·variedad infinitamente dispersa de fuera o períodos, tal como los llama el álgebra. Para la vida
como en un Joco. Puede, a partir de este punto cen- . individual del .animal o de la planta no tenemos otra
tral, operar sobre el mundo exterior de modo conscien- comprensión que la de los períodos que se. repiten en
te y finalista, al reaccionar según el mismo sistema de ella, que su materialidad, que las leyes físicas y quími-
signos, que ha tomado de allí, mediante sus instrumen- cas que actúan en ellas. Nuestra investigación sobre
tos sensóreos, hasta donde ello es posible, extiende su ellos sólo busca la mecánica de los átomos que los hace
periferia. ser y llegar a ser como son; Así pues, en los fenómenos
Así hemos logrado el punto de partida de nuestras de esta ~erie comprendemos solamente lo permanente,
consideraciones. lo material en lo que se cumple el movimiento, la regla,
la ley, según la cual se cumple; buscamos lo igual en
~ · el cambio, lo que permanece en la modfficabilidad. El
Historia y naturaleza momento del tiempo nos parece aquí secundario. Pero
la i~tele~ción general del espacio adquiere aquí su con-
La pregunta decisiva es: ¿qué es lo que nos da la temdo discreto, el de un ser que se extiende infinita-
norma y por así decir nos justifica resumir del caos mente; la totalidad de los fenómenos del s~r que se
de las percepciones sensibles, las unas como historia nos aparecen de tal manera y la totalidad del devenir
y las otras como naturaleza? · que se mueve en círculo la concebimqs como_naturaleza.
Sabemos que todo lo que· se encuentra en el espa- En otros fenómenos consideramos que le más im-
cio se encuentra simultáneamente en el tiempo y vice- portante es lo que se modifica en lo permanente, lo que
versa, que las cosas no se dividen objetivamente fuera cambia en lo igual. Pues ahí vemos que en el movi-
de nosotros en naturaleza e historia, que tiempo y es- miento no se vuelve siempre a las mismas formas, sino
pacio solamente son las categorías más generales se- que se configuran siempre nuevas y más desarrolladas
gún las cuales descomponemos y podemos ordenar la formas, tan nuevas, que la materia en la que aparecen
suma de todos los fenómenos.· Nuestra concepción co- se convierten en· un momento secundario. Aquí vemos
locará los fenómenos en una o en otra serie, según le un permanente devenir de nuevas formaciones indivi-
parezca que lo más importante es el momento del tiem- duales. Cada formación nueva no es meramente dife-
po o el del espacio. rente de la anterior, sino que parte de la anterior

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y está condicionada por ella, de modo que ella supone clero es un ser cuando corresponde al pensamiento.
las anteriores y las tiene idealmente en sí, continuán- Aquí lo que mueve y opera no es la mecánica de los
dolas y en la continuación, anticipando ya la subsi- · átomos, sino la voluntad que emerge del Yo y que
guiente configuración. es determinada por él, y la voluntad cooperante de
Es una continuidad en la que cada etapa se am- _ muchos, que tienen en cierto modo en esta comunidad,
plía y ~omplementa por la posterior (é'Jtloocnre:t<;cx.ú"t'ó
), en este espíritu de familia, en el espííritu comunitario
una continuidad en la que se suma toda la serie de con- y en el del pueblo, un Yo común, que se comporta de
figuraciones vividas en resultados progresivos y en la manera análoga.
que cada una de. las configuraciones vividas. aparece Esto es lo que hace que el mundo humano sea un
como un momento de la suma en devenir. En esta in- mundo moral. Lo esencial del mundo moral es la vo-
cansable sucesión, en esta continuidad que va ascen- luntad y el querer, que es individual, esto es, libre
diendo y aumentando en sí misma, logra la intelección tal como es, debe ser un permanente tender hacia la
general del tiempo su contenido discreto, el de una se- perfección, un permanente progresar y. que está tam-
rie infinita de devenir progresivo. La totalidad de los . bién bajo la misma ley, aun cuando el querer y lavo-
fenómenos del devenir y del progresar que se nos pre- luntad la dejen de lado y la violen.
sentan de tal manera la concebimos como historia. El movimiento de este mundo moral lo resumimos
También en el ámbito que concebimos como natura- · como historia. Y frente a los fenómenos que nuestra
leza hay seres individuales, individualidades; es posi- percepción empírica nos proporciona desde estos cam-
ble que también para ellos haya un movimiento del pro- pos, tenemos concepcionalmente una actitud diferente
gresar, una vida histórica, aunque desde un punto de de la que tenemos frente a la naturaleza.
vista que se encuentra fuera del campo de nuestro co- Cierto es que hay también en el ámbito de la vida
nocimiento humano. En la medida en la que humana- humana elementos que son medibles, ponderables, cal-
mente podemos ver y observar, sólo el mundo humano ·culables, y éstos son justamente el substrato, o más
t..
tiene esta marca del desarrollo progresivo de la conti- exactamente el material, en el que se -realiza todo
nuidad que crece en sí. quehacer humano hasta sus más altas y espirituales
Pues así como lo hacemos en nosotros mismos, así formas.
también conocemos en todos estos ámbitos humanos Pues nosotros, los hombres, no creamos, sino for-
como causa eficiente a la fuerza de la voluntad. Y la mamos y modelamos lo que natural o históricamente
voluntad tiende a un algo que tiene que surgir prime• devenido encontramos previamente dado. Pero estas
ramente, a una producción o modificación que existe circunstancias materiales son las que menos agotan la
primero sólo de modo ideal en· nosotros, es decir, que esenc~a del mundo moral, las que menos alcanzan a
aún no existe hasta que se haya convertido en hecho, esclarecerla, y quien cree poder aclararlas con ello
es decir, que todo acto de voluntad tiende hacia el fu- pierde de vista o niega lo esencial. La madera· y la ho-
turo en cierto modo y presupone lo presente y lo pa- jalata de los instrumentos, la acústica de los tonos y
sado, un acto de voluntad qu,e tiende a hacer que co- de los acordes que se producen con dichos instrumen-
rresponda al pensamiento un ser, en el cual él tiene tos, no explican o hacen inteligible una sinfonía de
su realidad y su verdad, para reacuñar el ser y para re- . Beethoven. El compositor tiene estos medios y mate-
configurarlo de acuerdo con este pensamiento, de modo riales y efectos acústicos para producir un algo, que
que éste llegue a su verdad en el ser. Pues verdadero no tiene analogía alguna en todo el ámbito de la na-
es el pensamiento al que corresponde un ser, y verda- turaleza que, nacido en su alma, produce en el alma

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-~
de quienes lo escuchan con dedicación aquellas sensa- también puede ser y es válida para nosotros allí don-
ciones y r~presentaciones que movían y llenaban su de ella parece cesar.
alma. Con estos tonos nos habla, lo entendemos en sus · En esta serie de cuestiones previas elementales me-
tonos y entendemos sus tonos a partir de la sensa- rece atención otro punto.
ción que expresaran en ellos y que provocan en todos Las configuraciones y los movimientos del mundo
los registros de nuestra alma la misma sensación. moral a los cuales se dirige y aplica la empirie histó-
Naturalmente -como se ha dicho- se puede te- rica son comprensibles para nosotros, según se ha
ner en cuenta la modificabilidad y la serie de mo- dicho, y además son accesibles en grado creciente, y
dificaciones de. las cosas que la concepción expuesta mayor aún que las del mundo natural porque nosotro·s
designa como pertenecientes a la naturaleza, y conside- · en cuanto percibimos no sólo recibimos signos, sino
rarlas según el momento del tiempo; y así se habla de impresiones y· expresiones del mismo sistema de sig-
la historia de la tierra, de la historia evolutiva de un ·nos con los que nosotros mismos trabajamos.
animal, de la historia de los terremotos, de la historia Esta congenialidad, esta igualdad en los signos y en
natural. Pero sé podrá decir que todo eso es sola-. los registros con los que aprehendemos las percepcio-
mente vel quasi historia; historia en sentido eminente . nes sensibles, en los reflejos y repercusiones con los
es sólo la del cosmos moral, la del mundo humano. que el Yo· se manifiesta hacia afuera, es común a todos
Por otra parte el hombre singular vive solamente los hombres ·y es lo peculiar del género humano. Y por
su tiempo y muere; considerado corporalmente tiene eso, lo que los hombres han hecho en todo tiempo y en
él también sólo un ser periódico. todo lugar percibiendo, pensando y hablando, querien-
(do, actuando y creando, es una totalidad, una continui-
También el pueblo singular no sobrevive eternamen- dad, un haber común, un permanente erclooa-1.~ e:l; a.u'i'6.
te, sino que se transforma; así como tiene su juventud,
·Y el motivo por el cual tenemos la necesidad de tomar
así también envejece y muere. conciencia de esa continuidad es porque cada uno de
La vida en la historia no es solamente una vida prq: •nosotros. tiene su parte en la misma. Cada uno en su
gresiva; la continuidad se muest~a aquí y allí !i1terrum-· lugar no es solamente la simple suma de lo que se
pida, saltando y, en algunos periodos, regresiva. 1
ha vivido y elaborado hasta él, sino un nuevo comienzo
Ciertamente; pero saltando sólo para proseguir allí de trabajo subsiguiente; y justamente por eso él es
lo que se ha comenzado aquí; regresiva sólo, para pe-. necesario en el lugar que ocupa y es necesaria y tiene
netrar de nuevo con doble fuerza. Y con frecuencia se valor y significación su peculiaridad. Su valor y su im-
muestra que un pueblo, en la tensión suprema· de sus .·portancia se determinan según la forma como él según
fuerzas intelectuales, se agota, como un campo de la- su peculiaridad, por amplia o estrecha que. el1a sea, si-
branza -que ha sido agotado por cultivo exhaustivo, gue trabajando. Así él y cada uno y todos. No sola-
de modo semeiante a lo que aconteció en Italia en las 1mente lo pueden, sino que lo deben hacer, pues ésa
postrimerías del período imperial. Cuando entonces es su esencia; cada uno· es sólo un Yo .en la medida
sobre el campo yermo surgen puevas formaciones, que en la que él es así y así actúa. Si no quisiera vivir
recubren las ruinas y los restos del viejo y los acogen, según éste su deber, se mantendría en su esencia y en
vuelve a restablecerse la continuidad; y el compren- su profesión, se perdería, valdría sólo como material y
der los hilos y el tiempo del campo yermo es también :rnasa, no como un Yo pleno y concluso, como perso-
importante y seductor para la . investigación. . . nalidad.
Esto para indicar como la -idea de la contmu1dad Podríamos decir: cada individuo es un resultado

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histórico. No según su aspecto creatural; según éste se experiencia vital,· y con la primera palabra que apren•
encuentra en los contextos que hemos resumido bajo .de a oír y a repetir comienza esta experiencia y esta
el concepto de naturaleza; al menos bajo este concepto repetición de ella. ,
debe ser comprendido, tiene que serlo, por ejemplo, por r Mediante el hecho de que cada uno se coloca ~n
un médico. Pero, desde el momento de su nacimiento, - el resultado de lo vivido por su familia, por su pueblo,
actúan sobre él factores imprevisibles de aquella gran por su época, por siglos anteriores, por lo que ha vi-
continuidad de la empirie histórica. Inconsciente aún, _vido la humanidad; mediante este hecho,. trabaja para
recibe una cantidad de influencias de sus padres, de ascender al nivel del presente devenido, mediante el
sus disposiciones espirituales y físicas del ambiente hecho pues de que él vive con conciencia la historia y
del paisaje, climático y etnográfico. . , . · la historia vive en su concien~ia, justamente por eso
Nace en lo ya formado, en las realidades histoncas se eleva desde la existencia meramente creatural a la
de su pueblo, de su, lenguaje, de su religión, de su f:s- existencia moral y espiritual que coloca al hombre por
tado de todos sus registros ya elaborados y de su sis- e~cima de la monotonía de la restante creación y, en
tem~ de signos con los que se concibe, se piensa Y cierta forma, lo eleva del espacio hacia el tiempo, de
se habla, en· todas las nociones y representaciones ya ·la naturaleza hacia la historia, y lo convierte de en un
desarrolladas que son el fundamento del querer, del átomo fugaz, situado en la simple periferia de los ava-
quehacer y del configurar. Y tan sólo por el he~~o de tares del mundo fenoménico; en un punto central.
que el novato que así nace, aprende lo ya adqmndo Y Con buena razón los antiguos llaman al ser hombre
lo infinito y se lo apropia, lo su~a ~e n1:1evoy con_s- humanitas, cultura. La cultura es de naturaleza absolu-
truye allí su propio Yo; su ser mas mte~ior Y.P:º?io tamente histórica, y el contenido de la historia es la
se encuentra muy mezclado con lo devemdo histonca- humanitas en incansable devenir, la cultura progresiva.
mente en su contorno; de esta manera, de modo seme- Con esto tenemos el punto que otorga a nuestra
jante a como hace intervenir sus órganos y miem·~xos, "' ciencia su más propia significación. La vemos ocupada
adquiere así una vida superior a la creatural y ammal, con una tarea que pertenece específicamente a la natu-
adquiere vida humana. · raleza humana, al ser del espíritu finito. El mundo hu-
Con su nacimiento, no se encuentra ya en el pleno mano es de naturaleza absolutamente histórica, y en
aquí y ahora, en el presente vivo del ser hum_ano. No esto se diferencia específicamente del mundo natural.
es según su posibilidad; para ser u~ hombre tiene ~ue El mundo histórico es el mundo esencialmente humano· ,
llegar a serlo; y lo es sólo en la medida en la que entien- se encuentra entre el mundo natural y el sobrenatúral,
da cómo llegar a serlo y cómo ser más hombre. Por así como el hombre mismo participa de los dos por su
eso los niños no son adultos diminutos, no se dife- esencia sensorial-espiritual. '
rencian cuantitativamente de los adultos; un niño es Y de manera más determinada: el cogito ergo sum
cualitativamente algo diferente que el púber, que el no es un principio, sino un hecho, el primero de la
hombre. Éste es un principio fundamental de la educa- serie de los que estamos ciertos. Mediante este hecho
ción, y no hay nada más desafortuna~o que cuan~o y tan sólo por él tenemos certeza de los fenómenos del
ella lo olvida, como acontece con demasiada frecuencia mundo exterior que percibimos sensorialmente y que
en situaciones de supercultura. El niño se mueve pri- reunimos ordenándolos en nuestras formas de pensa-
mero hacia este contenido rico del presente, y este miento. Sólo el mismo cogito ergo sum nos da la indi-
presente es la suma de infinitas experiencias vitales cación y la seguridad de que así como nuestro Yo sin-
históricas. El niño tiene que repetir interiormente esta gular hay millones de iguales Yo. que están con no-

21
20
. }
sotros, que estaban antes de n?so~ros y ~ue c~ntmuan II. EL M:ÉTODO HISTÓRICO
trabajando en una gran contmmdad; solo eJemplo~, §§ 8-15
sólo reflejos, sólo las epifanías provisorias ~e una um-
dad permanente que opera siempre, que esta fuera del
espacio y del tiempo; continuidad del ser supremo, tal
como nuestro espíritu trata de conocerlo con su pensa-
miento, tal como él se sabe seguro de ella en su fe.

¿ Está esta esfera de fenómenos que reclamamos


para la empirie histórica en condiciones de requerir
un método científico especial? ¿Y qué elementos ofre-
ce para desarrollarlo?
Naturalmente, los fenómenos de esta esfera han
sido concebidos de acuerdo con su especie, en todos
los tiempos. Pero ello ha sucedido en cierto modo fácti-
camente, ·.instintivamente. La conciencia de que es. una
tarea científica la de concebirlos de tal manera, y que
esta tarea tiene que solucionarse metódicamente des-
pertó sumamente tarde; de la misma manera como los
hombres durante muchísimo· tiempo anduvieron, habla-
ron y pensaron antes de que tomaran conciencia de las
leyes de la lógica,. de la estructura y de las reglas de
~ su lenguaje, de la fisiología de su marcha, etc.
, No se puede decir que la Antigüedad clásica, por
excelentes que hayan sido las obras históricas que pro-
dujo, haya tenido conciencia de que la investigación
h,istórica puede y debe tener su propio método. Aun
Aristóteles, quien también realizó muchas investigacio-
nes históricas, no consideraba a la historia como una
ciencia y pensaba (Poética 9), que la poesía es más filo-
sófica que la historia, pues la poesía dice lo ge;neral, -ra
xtX06)..ou,y la historia sólo algo singular, -ra. xaO'
ixa<nav AÉyEt..Con él -en los Problemata XVIII, 8oa
TCEpt § 9 y 10, se designan dos cuestiones como
cpt.AoA.oylav
pertenecientes a la historia- y más aún en el siglo
~rudito que le sigue surge la filología, con la cual, del
.con iunto del material histórico sólo los escritos son
objeto de la investigación, y lo singular, -ra.xai>'Hxao--rov,
es lo único que fascina la atención.

22 23
En todos los tiempos, la especulación, tanto la teo- -naturales, entonces hay que encontrar para ellos, por
sófica como la filosófica, ha intentado llevar la voz pocos o muchos que sean, otras vías de conocimiento,
cantante en los campos que pertenecen a la historia, y pues de otro modo no podríamos saber, a partir de
no menos en los de la naturaleza, hasta que la vuelta nuestra~ percepciones ejercidas instintivamente, que
a los estudios clásicos en el siglo xv y el espíritu_ más hay fenomenos -que exigen una empirie diferente de la
libre de la Reforma abrieron otros caminos. Pero, ape- de las ciencias naturales.
nas se había liberado nuestra ciencia del dominio filo- _· Lo que habrá de importar en el método histórico
sófico y teológico -el gran mérito del siglo XVIII- ;que buscamos son los siguientes tres puntos:
cuando aparecieron las ciencias naturales pretendien- 1. El material que existe para la empirie his-
do apropiarse de ella y dirigirla. Así como hace 50 años tórica. ·
la filosofía, todavía con toda la soberbia del dominio 2. El procedimiento mediante el cual obtenemos re-
absoluto, afirmaba que sólo ella era dentífica y que 1sultados a partir de este material histórico.
la historia lo era en la medida en que sabe ser filo-
sófica- así también ahora aparecen las ciencias natu-
- ?· Los resultados logrados por este medio y su re-
lac10n con los hechos sobre los que buscamos ilus-
rales y sostie~en que científico es sólo lo que se mueve . tración.
con el método de las ciencias naturales, y la llamada
filosofía de Comte y de Littré adhiere a ellas, y Thomas. l. El material de la empirie histórica
Buckle escribe tres tomos para elevar por este camino
a la historia, como él lo dice, al rango de ciencia. ; Nuestro Yo que se representa y concibe el mundo
Los métodos científicos son como los órganos de ,de· los fenómenos dividido en tiempo y espacio, ve en
nuestra percepción sensible: como éstos, tienen su -·su derredor, de acuerdo al espacio, la naturaleza en
energía específica, su ámbito determinado, para el cual inmensa extensión; según el tiempo, le pertenece a él
son adecuados, y se definen en su_modo y aplicabilidad sólo el -momento, el Yo vive sólo en el momento· tras
según dicho ámbito. Ciertamente que el ojo es un ór- ~-·;:$'í,el infinito vacío de lo que ha pasado y ante' sí el
gano construido maravillosamente para su finalidad; ·infinito vacío de lo que vendrá. '
pero, ¿quién habrá de pretender que lo que sólo puede Pero este vacío hacia atrás lo llena el Yo con las
oírse, olerse y gustarse haya de ser percibido por vía -representaciones de lo que fue, con rec;uerdos en los
ocular? Cierto es que en las vibraciones de una cuerda .:cuales lo pasado le es no pasado; y el vacío hacia
puede saberse cuán bajo es un tono, pero el tono tnismo -~delante lo ller~.acon las esperanzas y los planes, con
no puede verse, sino sólo las vibraciones que producen _J~s representac10nes de lo que queriendo pretende rea-
el tono; pues la facultad de percibir estas vibraciones J1zar o espera que otros realicen. '
como tono sólo la tiene el oído. Si la ciencia natural ;r: Aquellas representaciones de lo que fue y pasó las
no está en condiciones de' aprehender todo según su -tte~emos, por lo pronto, a través de lo que nosotros
modo de hacerlo, ello no significa que se pueda concluir ~J~us,mosh~mos ca-realizado y ca-vivido y, más hacia
que lo demás no puede aprehenderse científicamente, mtras, mediante los recuerdos de otros de nuestra fa-
que la fragancia de una rosa, los tonos de un violín :,milia, de nuestros pueblos; además la; tenemos en la
no· puedan ser percibidos porque no se los puede ver. plenitud de cosas y configuraciones que nos rodean
Se tienen para ello otros sentidos. Y si en el mundo /en nuestro ~prender, en nuestro idioma mismo, que co~
de ·10s fenómenos existen aquéllos que se comportan ;¡sus.contemdos de palabras y representaciones se re-
irracionalmente frerite a los ·métodos 'de las ciencias }~montaa pasados recónditos.

24.
25
Todo esto lo tenemos, por lo pronto, de modo in- y reelaboraciones de finalidades, de intereses y activi-
consciente y en cierto modo inmediato. Nuestro con- .· clades de innúmeros seres· humanos igualmente movi-
tenido espiritual es una inmensa cantidad de restos dos, cada uno de los cuales está determinado en forma
del pasado que se encuentran recogidos en no~otros análoga por el contenido devenido de su vida moral-
aquí y ahora como nuestro mundo de r~presentaciones. espiritual. Y así como hoy y ayer, así también desde
Tan sólo mediante un acto de reflexión nuestro Yo hace siglos y milenios; y este movimiento del mundo
toma conciencia de que este su mundo de represen- humano ha proseguido en incansable continuidad has-
taciones ha devenido, que está construido estrato tras ta: el aquí y el ahora.
estrato, que es de naturaleza histórica; que en· este . · Si ahora el espíritu humano comienza a reflexionar ·
mundo de representaciones el Yo encuentra su· may~r que su aquí y ahora, que todo lo que lo llena y todo
parte como dado previamente, heredado y a trave~ lo humano que lo rodea ha nacido en tal continuidad
del aprendizaje se lo apropia; que este nuestr~ Yo esta e intenta ponerse en claro todo lo que está en él y e~
determinado por este mundo de representaci~:mes en su derredor, y para tomar conciencia y cerciorarse de
sus opinione.s, juicios, aspiraciones, en sus nociones de ello emprende la tarea de investigar cómo ha llegado
lo que es bueno, justo, verdadero y bello, en su q:uerer a ser, no puede a tal fin dirigirse a los pasados, pues
y en su quehacer; que nuestro Yo está determmado éstos son justamente pasados~ Solamente lo que de
en su ser y quehacer sensitivo-e_spiritual. ~or este ~u todo ello no es pasado en el aquí y en el ahora, cual-
ser devenido, por este su contemdo condicionado his- ; quiera que sea la forma que tenga, y lo que puede
tóricamente. O cuando Kant en su Crítica de la razón · aprehenderse aún empíricamente, es lo que le podrá
pura, en su teoría del conocimiento, llega al resul~ado .y deberá dar la información que busca.
de que el espíritu pensante no logra llegar al si de · l!:ste es el primer gran principio fundamental de
las cosas, a su certeza, en tanto que en la Crítica de la nuestra ciencia; lo que ella quiere conocer sobre los
razón práctica, demuestra que nuestro querer libre ~ pasados no ha de buscarlo en ellos, pues los pasados no
está determinado por la certeza incondicional y por la existen ya en ninguna parte, sino solament~ en lo que
realidad del conocimiento y que se conserva en el con- queda de ellos,· cualquiera que sea su forma, y sólo
cepto del deber, es este contenido histórico de nuestro así es accesible a la percepción empírica. .
Yo, por así decirlo, el que hace desaparecer esta a~a- Toda nuestra ciencia se basa en el hecho de que
rente contradicción. Pues en el pensar de la razon nosotros no construirnos los pasados a partir de ·los
pura el Yo hace caso · omiso de este su cont~nido y materiales existentes, sino que fundamentamos nues-
trabaja sólo como la fuerza lógica de este indivi~uo tras representaciones de ellos, las corregimos y las am-
pensante, mientras que en todo actuar e~tra ~n ~i?or pliarnos mediante un procedimiento metódico que se
el contenido total del Yo, tal como ha sido histonca- desarrolla a partir de este primer principio.
mente condicionado y devenido y a partir del cual ;r Inconscientemente, para cada caso, habitualmente,
queremos, obramos y operamos. Aquellas_ certidum- en todos los tiempos lo mismo que hoy, lleva a cabo
bres de la razón práctica son las, elaboraciones de la cada uno lo que ha de convertirse en· ciencia histó-
historia, los resultados de la l-itl6ocn~etc; aú"t'6, que con- tica. Pero, tan sólo mediante la intelección de lo ·que
vierte al mundo histórico en mundo moral. se trata adquiere la tarea no solamente su determina-
Prácticamente vivimos, actuamos y creamos conti- ·bilidad y su perfil, sino el tamaño inconmensurable
nuamente a partir del contenido total de nuestro ser que, al menos sumariamente, podríamos designar con
espiritual, y todo presente está lleno de. cooperaciones la expresión de que la historia abarca el devenir del
26 27
mundo humano~moral. Esto es, todo lo que encontra- materiales o dinámicas, hacerlos trabajar en mecanis-.
mos previamente en este cosmos del mundo moral, mos artificiales, según su voluntad, y para sus fines.
cada momento individual y cada configuración indivi- Innumerables son las formas en las que se desarrolla
dual tiene su ser devenido y se encuentra en relación la ~erza modeladora del ser humano; y modelando,
más cercana o más lejana con las demás configuracio- acu~ando, combinando, en cada manifestación, la exis-
nes. Sería una locura y algo diletante querer creer . tencia fugaz del individuo convierte a los materiales
que es posible aprehender la totalidad y abarcarla com- en ~o:tadores de aquello mediante lo cual participa en
pletamente. Nuestra ciencia no es la historia, sino la lo d1vmo y eterno. ·
to--ropl(t,la investigación, y con cada nueva investi- Todas estas formaciones son, por mucho que hayan
gación se amplía y se profundiza la historia, es decir, trabajado en ellas razas y pueblos enteros, esencial-
nuestro saber del cosmos del mundo moral, que luego. mente de naturaleza individual, puesto que son actos
la ética puede esquematizar y dogmatizar, con cada de voluntad los que cooperando entre sí lograron la
nueva grada, en configuración más amplia. formación. En estas formaciones, en lo mucho que
El material de nuestra investigación es lo que de de ellas existe, puede reconocerse lo personal, lo indi-
los pasados del mundo moral, del mundo humano, aún vidual del modelador, pues en la formación dio una
no ha pasado. · · expresión, y así como el sonido de la palabra, los ras-
Ya lo hemos visto: acuñando, modelando, configu- gos _dela escritura son· individuales aunque ya cientos
rando, de.ia el hombre en cada manifestación una ex- y miles se hayan servido del mismo signo para mani-
presión de su ser más íntimo y propio, de su voluntad festarse, así también una construcción da testimonio
y' de su pensamiento. También el ser humano se en- de los actos individuales de voluntad de quienes la
cuentra en medio de aquel ser espacial, de aquel cam- construyeron, aunque muchos hayan ·sido los que tra-
bio de materia de la naturaleza, y no puede mantener- bajaron en una gran obra. Y este sello humano es de .
se e individualizarse de otro modo que en cuanto él ~ naturaleza tan aguda y cáustica que aunque sólo que-
toma de ella lo que necesita y lo organiza, lo convierte den restos y huellas se recónoce de inmediato que pro-
en un trozo de mundo, tal como la planta y el animal vienen. ?el e~píritu _Y,de la mano ,del hombre, que son
lo hacen cuando se alimentan. Pero entre los hombres expres10n e 1mpres10n del ser mas íntimo de quien ·y
acontece esto en una dimensión, con la libertad que de· quienes así lo modelaron.
va más allá de la analogía con la simple existencia ... ·2.. Esto nos lleva al segundo punto. Pues el ser
creatural; acontece con un aumento de la fuerza mo- mtenor no es completamente idéntico con cada una
deladora que parece no conocer ni límite ni medida. de estas manifestaciones, no aparece total y conclu-
Este ser humano puede füar lo más fugaz, la onda de yen!emente en ella. Estas manifestaciones soñ, según
luz, dominar la onda del sonido, para exteriorizar el el tiempo, muchas y diferentes, pero cada una de ellas
pensamiento, formado en sonido, y para imprimir en és,una expresión de la misma interioridad, un ejemplo
algún material la palabra hablada como imagen, como de .ella, como un trozo de periferia en relación con· el
es~rito; puede así otorgar expresión, duración y percep- punto central, a partir del cual esta manifestación se
tibilidad a lo meramente pensado, a lo meramente sen- ttne hacia Y con otras; todos estos trozos de periferia
tido a cada movimiento del alma. Puede imponer su tbdas estas impresiones y expresiones, indican el mis~
volu'ntad a los elementos, a las fuerzas de la natura_. mo centro; e~te centro és la fuerza que adquiere ca-
leza, ·:a los materiales, auscultando sus leyes, y me- rácter de fenomeno, que emerge en cada una de estas
diante combinaciones calculadas de sus propiedades manifestaciones. Esta fuerza modeladora es la que ha
28 29
de conocerse, de aprehenderse en sus manif~staciones;
de lo que se trata es de reconstruirla a partir de ellas, algunas reacciones suyas. Cierto, lo que ya no com-
por muchas o pocas que sean las que. se tienen a la prendemos es por qué el toro del toreo español se
vista. Se trata de referir estas expresiones a lo que enfurece cuando ve un paño rojo; el color rojo debe
quería expresarse en ellas. Se trata de comprenderlas. ·tener sobre él un efecto completamente diferente del
Con lo cual tnemos la palabra designativa. Nuestro que tiene sobre nosotros. Y menos aún comprendemos
método consiste en comprender investigando. :Ése es el alma de las plantas, cuando ellas, extraordinaria-
el segundo principio fundamental ( cfr. Resumen §§ 8 11:e~tesensitivas ante las vibraciones, que nosotros per-
cibimos como luz, ante las sensaciones que percibi-
y ss.). · .d mos como tono, parecen no tener sensación alguna.
El Yo singular, que se encuentra recogi o en su
'Y del sol, de la luna y las estrellas, en fin, no entende-
cuerpo, cerrado en la plena y percibi~a contraposición
ante el mundo de los fenómenos exteriores, que decurre mos prácticamente nada o tan sólo que ellas se mueven
como un punto solitario en el mundo de los fenó:rien?s, ~egún la misma regla que conocemos como la ley de la
este Yo exterioriza cada uno de sus procesos mteno-: gravedad. El hombre sólo comprende totalmente al
. hombre.
res obedeciendo a su doble naturaleza, a través de su
lad~ sensóreo hacia el sistema de signos que ha desarro- Es pues una cuestión ahistórica, para nosotros una
llado suscitados desde fuera por los sentidos; en estos pregunta totalmente ociosa, la de saber si el genus
reflei,os espontáneos y resonancias de las impresiones hamo se encontró alguna vez en el estado que nos mues-
sensóreas recibidas y en las combinaciones de las mis- tran los animales más altamente desarrollados. Y, sin
mas, que realiza en sí mism~:>,_ sale siempre de su so- embargo, esta pregunta debería responderse histórica-
ledad y entra en contacto viviente con el mundo ex- mente, no sólo en sentido de la historia natural o a
terior. base de hipótesis mera.mente prehistóricas, si se quisie-
Y cuando este Yo con sus exteriorizaciones en ges- ra convalidar la conclusión general que Darwin y Haec-
kel y otros, infieren de ·aquí:
tos, en palabras, en actos de voluntad, tropieza_ con
formaciones que le son afines y que tienen la misma .,_ En la medida en que tenemos conocimiento del
complexión sensóreo-espiritual, éstos reciben a su vez hombre, éste se encuentra mucho más allá de los es-
impresiones sensóreas mediante sus expresiones, que , tados animales. No se trata tan sólo de que él refle-
i en forma análoga las suscitan y excitan, puesto que xione sobre las impresiones sensoriales que recibe de
se relacionan con ellas de modo congenial.· El ojo se acuerdo con el modo peculiar de su especie; avanza
1
,desde las simples impresiones a su combinación aními-
amplía e hincha por el deseo y la ambición, el temor
1
i <:ca,a. su diferenciación y comparación, al juicio y a la
me hace temblar, al terror súbito sigue el grito ahoga-
do. Todo esto le sucede a los demás lo mismo qu~ a mí. to_nclusió11:,a la libre continuación creativa d'el pensa-
El grito del miedo· hace que quien lo oye perciba el miento. Solo en el ser humano se reúne en una tota-
miedo del que grita. >
.. ~~dad la suma de las sensaciones; una totalidad que
.:1:i~neen la fuerza unificante, en el yo, su lugar, su ór-
En las más inmediatas exteriorizaciones de su natu-
raleza sensóreo-espiritual se encuentra el hombre con ~~no, su poder y querer peculiares y libres. En el
:Itnguaje emerge primeramente ésta, la más íntima
los animales de las especies superiores. También el
·esencia, no sólo en interjecciones como en los anima-
perro tiembla de miedo, también el_ca~~Ilo reaccion~
les de especie superior, sino con toda la plenitud del
cuando oye la trompeta. La domesticacion de los am-
'qiferenciar y comparar, del juzgar y del concluir en
males se ·basa en que comprendemos algo de s:u alma,
:t1.bndese mueve nuestro espíritu. Nuestro lenguaj~ es
30
81
nuestro pensar, y sólo el pensar nos hace ha~lar. El
animal no habla, porque no tiene nada que decir, pese ciudades, de fortalezas, la construcción de puertos de
a todos los monos antropoides. . ·cami~os y también el derecho, la ley, el Estado: la
Sobre todo en el lenguaje tiene el hombre la posi- Iglesia, en pocas palabras, todas las formaciones hu:-
bilidad de salir de su ser cerrado en sí mismo, de su manas, aunque haya sido el querer común el que las
soledad. El ser-Yo, el lindero absoluto, q~e separa el creó o las remodeló, son igualmente expresión del es-
alma del alma, construye con el lenguaJe el puente . píritu humano y comprensibles al espíritu humano tal
como le son perceptibles empíricamente.
que lo lleva fuera y que lo vuelve a llevar ade~tro.
El lenguaje, transmitido por el oído, es solo una En pocas palabras: no hay nada que mueva al es-
de las formas de exteriorización, en la que emerge 1~ pírit;1 humano y que haya encontrado su expresión
totalidad del ser-Yo, y por cierto la más plena Y pri- ·sensible que no pueda ser comprendido; no hay nada
maria. Junto_ a ella hay otras y variadas. Ya el hech? comprensible que no se encuentre en el ámbito de nues-
de que la onda veloz de la palabra p~eda ~er t~ansmi- t~ra congenialidad, que hemos conocido como pertehe-
tida al ojo por la escritu~a, ~1:1-n al ºJ.º mas leJano e:p. ·ciente a la empirie histórica, al ámbito del mundo
moral. .
el tiempo y en el espacio, sigmfica una mconmensurable
ampliación de la esfera del Yo. . . '· Pues ni en el campo de la especulación ni en el
Pero, de igual modo a como describo en pa~abras ·de la naturaleza hay un comprender propiamente dicho.
la imagen aprehendida de personas o cosas, .asi tam- La especulación filosófica proporciona por cierto de-
bién la puedo reproducir en colores, en la pi~dra, en . ·mostraciones de la existencia de Dios, pero ellas sólo
el metal y, provisionalmente, como la protmmagen, d~muestran · que el pensar humano busca la X, lo ab-
puedo eternizar su reproducción mi~ntras du~~ lama- ,soluto y eterno, pero no lo alcanza, sino que sólo ve
teria en la que está acuñada. Es mi_ concepc~on de la 1!>dirección eri. la que tendría que estar. Y la especu-
protoimagen la que sobrevive a la misma. De igual ma- lación teológica, la fe piadosa, conoce la divinidad
nera, enseñando, trabajando, ordenando, puedo crear . •$ólb en la medida eri que construye una imagen antro-
formaciones en mi familia, en mi pueblo, que duran '\ pomórfica de esta -divinidad, la contempla como cul-
más allá del corto trecho de mi vida y que siguen ope- 'mi11:aciónsuprema, no sometida al espacio y al tiem-
@'~, ·de lo que es el yo humano en su existencia fugaz.
rando, y mientras así sea, son testimo1;1-iode ~i :=t~tua-
ción de mi voluntad, de mi pensamiento; viyire en l~a,.una y la otra sólo pueden sospechar lo eternamente
ellas' una ve~ que yo haya desaparecido hace tie~po. :encubierto, sólo en cierto modo pueden conocerlo, sólo
··hasta un cierto grado.
Más aún. El Yo pensante construye con el obJe_to
de aumentar los ámbitos de sus instrumentos sensona- ':Y las cosas en el espacio que resumimos bajo el
les y su_ fuerza, con los materiales de la naturaleza _Y '.n,..~mbrede Naturaleza sólo pueden ser compendidas
de sus leyes conocidas, instru~e~tos de toda ~~pecie :~n;:la medida en que práctica o teóricamente las con-
hasta las más maravillosas maqumas; es tambien un }~~imos bajo las categorías y los registros de pensa-
aspecto del É1tloocn~ek a.ú-có,mientras 9-u~, ~asta dond~ tt.piento que son propios de nuestro yo. Las compren-
se sabe, ningún animal puede hacer m siq~iera apr~xi- ¡~emos sólo según la materia que contienen, como ma-
madamente algo semejante, con excepcion del mdo ;;t.~rialpara nuestros fines, según las fuerzas que llevan
que construye. ., . . t~~ente o latente?1ente ~n sí, según las reglas y leyes
Es una con tinuacion de lo dicho cuando_ se ~~irma -en,las que se repite la circulación de su ser. Lo indivi-
que también las obras de la industria, la fundacion de ju.al, la vida propia que ellas tienen, nos son indiferen-
111is.Pues no lo __ comprendemos.~a.t:amr&~I árbol vi-
32 BIBLIoJ.·T'7t11-\
,_JV•
.,._...
CE.;i\J'ITI,l"'t'.L..t-'
-- í' . ,-~',TG."·C
···_·,·< •\S
_L¡.i,1-...r J...:, J:>
SlST~:.MA D.u;_LL -:-1- CHILE r:1 33
pQNTlli'IClA U· C. D.t!i
viente para utilizarlo como madera para el fuego, inte-
rrumpimos la vida de las espigas de trigo para utiHzar tiempo, todo lo que en el d .
remoto fue deseado hech pasa o leJano y en el
su grano maduro como alimento, utilizamos el incan-
sable correr del arroyo para mover con la fuerza de ores puede aprehenderse, c 1' cre;do, po_r los hom-
de aquí y ahora. Ésta es i°mo a?ª abr? del hablante
su movimiento nuestros molinos. Penetramos en las ro-
cas, para sacar. vetas y arrojarlas trozo por trozo al re,a del historiador es la da esencia del L~'t'opErv. La ta-
horno y obtener así hierro, cobre o plata. .. 3. Queda aún la ter e comprender mvestigando.
, . cera pregunta ·D ., ,
Nuestro comprender histórico es completamente el son 1os conocimientos lo r d · ~ e q~e genero
mismo con el ·que nos entendemos con quien nos ha- , ·carácter científico? g ª os Y en que medida tienen
bla. No es meramente la palabra singular, 1a frase sin- Es claro: restaurar los h h
gular lo que aprehendemos, sino que esta manifesta- sados. mismos es cosa ec os del pasado, los pa-
ción singular es para nosotros una manifestación de su de nuestro método y m que no, puede ser la finalidad
interioridad; y la comprendemos como algo que da tes- tan insensato como si senos aun su resultado. Ello es
timonio de _esta interioridad, como un ejemplo, como serváramos los hechos ~ !sperara de nosotros que ob-
una irradiación de la fuerza central que, permaneciendo tivainente; y es igualmen~e pasa~o que pasaron definí-
igual y la misma en -sí, se presenta -así suponemos- . sotros que demos una .. eqmvocado. esperar de no-
en cada una de sus manifestaciones. Lo singular se de aquel tiempo pasad;~gen reproducida de éste 0
comprende en la totalidad, de donde emerge, y la tota- .l!h~ imagen de la fantasía ues no puede ser otra que
lidad se comprende en esta singularidad, en la que se que reproducir no existe , ya_.que aqm;llo que habría
expresa. El que comprende es, como él mismo un Yo, e~ nuestra representac· , ya, _smo que solo puede estar
. ... N 10n.
una totalidad en sí, lo mismo que aquél a quien com- ·_.. uestra tarea sólo pued ...
prende, y complementa su totalidad a partir de la lbs recuerdos y tradiciones el consistir en comprender
manifestación singular y la manifestación singular, a de__ un pasado de ma , .os restos y monumentos
:. .
~Ji entiende
'
al hablante ·nera sim'li ar a como el oyente
partir de su totalidad.
El comprender es el conocer más perfecto que nos gáhdo en los materi;I!s ::is~ratar d~ conocer investí-
es humanamente posible. Por eso se realiza inmediata a ,fa vista, Jo que deseab entes aun y que tenemos
súbitamente, sin que tengamos conciencia del mecanis~ actuaban y traba1·aban 10 an los ~ue así modelaban
de~eab an expresar en tales , que movia su I '
mo lógico que allí funciona. Por ello el acto de la i . yo, Y que e los
comprensión es como una intuición inmediat~, como nes de su ser Los b mpres10nes y manifestado-
. · uscamos I
un acto creador, como una chispa de luz entre dos defectuosos que sean t t end os materiales, por
, ra amos eco
y su quehacer las cond. .
cuerpos electróforos, como un acto de la concepción. . , ic10nes de s nocer su querer
En el comprender, la naturaleza espiritual-sensórea del secuencias de sus a . u querer y,las con-
, . 'f cciones· tratamo .
hombre participa totalmente, dando y tomando· a Ja lfiam estaciones y mod 1 '. s, a partir de las
po demos aprehender d e aciones si 1
. ngu ares, que aún
vez, procreando y concibiendo al mismo tiempo. El
comprender es el acto más humano del ser humano éste actuara y modeÍar: 1:iºc:str~ur su yo o, allí donde
y todo quehacer verdaderamente humano se basa e~ procuramos tambi'e'n mun con muchos otros
, . reconstruir I '
·la comprensión, busca comprensión, encuentra com- espintu de familia el , . , o que es común el
. , espintu del p bl '
prensión. El comprender es el lazo más estrecho entre d~I tiempo, etc., de lo cu
1 ue o, e 1 espíritu
los hombres y la base de todo ser moral. camos complementar a a ~on ellos una parte, y bus-
También todo lo que es lejano en el espacio y en ~~quiridos, la periferia· c1:~~i~: Io1_cono_cimientos así
zandoªsí, en !a m~didé\de l ~blifummada Y avan-
. . , a posi e, conocer- y reco-
34
1 ovimiento total de los pasa~o,s verdad del pensamiento tiene, evidentemente, su oort.1.,¡
nocer su lugar en e . m t .nmensa E1tl6oa"t~Ek cw,:o' .trol en el ser. - -·-
del género huma~o, en es ªs/ bien sólo parcialmente ,-_La empirie, que se ocupa de la naturaleza, conoce,
cuya suma efectivamente, nte y nosotros mismos observando los hechos naturales, en estos hechos lo .
consc1en . te , es nuestro prese que se repite de igual manera, la regla de esta repeti'-
estamos en ella. de constatar los pasados ni objeti- ción y,en- el caso feliz, la ley que determina el ser ma:.
No se trata pues rtud de su presente de _terial según el número y 1a medida, en las necesidades
vamente ni en la J?lena a~pe1nt1·do como querer en- mecánicas, físicas y químicas. Lo general y necesario ·
ena un s1ns , . . 1· que determina el ser y el cambio en la .naturaleza es
entonces -eso s d 1 círculo- sino de amp iar
contrar la cuadr~tura e mento estrecha, parcial, os- este pensamiento encontrado, que expresa lo general y
nuestra, en un P:i_mer ml~s as;dos, ampliar nuest~a necesario en los hechos observados.
cura representac10n ~e p mplementarla, corregir- La empirie histórica se dirige a las -realidades del
., d los mismos, co . . mundo humano, es decir, del mundo moral. ¿En dónde
comprens10n e , n pun t os de vi·sta siempre . nuevos, d
la aumentar 1a, se gu . , es O reproducciones e -encontramos allí pues lo general y lo necesario, en
n~ se trata d~ esboza\~maf~~ poetas y novelistas po- -dónde debemos resumir científicamente los detalles?
lo que hace tiemp? pa . -tros con tales fantasmas- Ésta es una pregunta que toca un punto especial;.
drán divertirse y diver\~r a ºtar nuestro mundo intelec- mente importante. En el ámbito del mundo moral, todo
sino de enriquecer. y ~ ime~undado de la continuidad , acontece ert el presente y en la viva reciprocidad y com- :
tual con el c_onocimiento en cuya fila nos encon- - petencia de los hombres; todo lo que ellos hacen -está ·
del desarrollo m~r~l ~~~:~~ para asumirlo y conti- determinado por intreses momentáneos, personales .y
tramos los que vwim t con' la comprensión -de su riva,Jizantes, y los actos dé voluntad que en ello operan
nuarlo en nuestra par e, - obtienen de aquí su impulso, su medida y su límite.
contexto. d"da la otra pregunta de si ~, Se\puede decir que todo presente decurre en la urgen-
y con eso 9-u~da resp:e~tra investigación históri- cia, 'de negocios infinitos y que cada uno de ellos
nuestro conocimiento y . . condiciona a los otros - y es condicionado por los ·
-d er una ciencia. _ d
cas son y 1:u~ eJ \ ue acontece en el tiempo y e otros. ¿Cómo surge la historia pues a partir de estos
La empine e o. q . nos proporciona sólo cues- _asuntos?
lo ·que está en el e~paclio,
, -t· . y smgu ares. 1
s· ha de haber. _ciencia, ..;1 fLo necesario y lo general en el movimiento viva-
tiones f ac icas a lo individual y singu 1ar, que mente práctico del presente, es decir, de la historia, es
debe entonces agregarse 1 neral de donde se ex- d~~ívariado tipo. Así se encuentran la ley, el~erecho
• 1· •rie a go ge , ,
proporciona a empi ' t por qué es y acon_tece y2;laCón'stitución, ahí están las grandes necesidades y
. es y ,acon ece, b . 1
phque 1o que . que no se conozca aJo a n@rmas de la economía, de la Iglesia, de la política,
1 necesario . chp1a:guerra, de la responsabilidad oficial -y burocrá-
-algo genera .Y. _ . mediante el pensamiento.
forma de intmc10~es - ~moonsi·ste- en que ella busca y ti:qa,,de la producción artística, etc. Para todas estas ·
La esencia · -d e la . ciencia c . dijo antes, un ser a 1 que cb,sas hay ciencias que las tratan y fundamentan, cien-
obtiene verdad. Y, como ~e to es para nosotros ver- c~~s que tratan con frecuencia una y la misma cosa
se d_irige nuestro ye~Jª~:: el pensamiento, y verda- q~jo muy diversos puntos de vista y que, por cierto,
dadero cuando comci e t s el pensamiento que apre_- l~~ tratan de la manera como el movimiento vivo y
. 'f'ica para noso t ro1 omo es en su esencia.
dero s1gm . La práctico del presente exige de la consideración jurí-
hende y expone ~m ser ion~rol en el pensamiento, la dica, política, aclesiástica y militar de la cosa; todas
verdad del ser tiene su

36
Esta continuidad del trabajo y de la creación pro-
h derlas según los momentos y . gresivos históricos es lo general y necesario que une
ellas tienen que apre ~n. . a.los hechos individuales de la historia y otorga a cada
condic10nantes.
leyes. actuantes o tos condicionantes de lo que uno en su especie su propio valor; otorga un valor pro-
Pero ~nt:e los mome~l resente se encuentra ~am- pio sólo a aquellos que son de especie individual. Esta
existe · practicamente en P. lari·dad de esta situa- • · .continuidad no es desarrollo, pues si así fuera se en-
. d ·d de esta smgu ' . .
·bién el ser evem O t mbién su pre-historia Y lo contrarían ahí las series consecutivas en un germen
ción, de estos contextos, y a hoy ya parte de la pre- preformado; lo que sucede más bien es que con el tra-
que ayer fue presente )I qu:s e:ndudablemente muy im- . bajo crecen fuerzas y con cada nueva tarea resuelta
historia del hoy. Por e o, • humanos según las arrancamos del ser en la Naturaleza, que al comienzo
•d r los negocios ·. · ,
portante consi e~a efectos hoy y ahora, segun · dominaba y estrechaba nuestro género, nuevos campos
condiciones previas de !~~s negocios del presente sólo. . y ámbitos, lo obligamos a servir a nuestros fines, a
su ser devemdo, Y ver e del pasado. trabajar para ellos según nuestras indicaciones.
las cumbres úl_timas, lo q~:ard:eesta forma de conside~ · En esta continuidad y aumento tiene el mundo his-
Lo necesario Y lo gen . d ser J·ustamente por- . tórico su verdad y su pensamiento, y nuestra empirie
., . . modo especia 1 e , . f'
racion tiene. su . la infinitamente móvi~ super i- trabaja en explorar los detalles del pasado, en la me-
que ella no aprehe nd e • s y del laborioso pre- dida en que son empíricamente aprehendibles, par~
cie del presente de los nego~10 dimensión y en cierto . constatar en ellos cada vez más de manera empírica
sente, sino que l~_colo~ {: ~C:U~ideración histórica es esta continuidad y para presentar los miembros indi-
modo la profun iza. . da vez más profundamente . viduales en la cadena de este progresar, y por cierto
insaciable en el perseguir e~ en comprobar de esta .
el ser devenido del presen e¡ la É1tl6ocrt.c; que
et~ cx.u-tó
en todas las direcciones del· ser espiritual-sensóreo de
la naturaleza humana, tanto en la alimentación como
manera el progresar, el as~en :~acterístico del mundo . en los conocimientos, en el lenguaje y en la costumbre,
hemos encontrado. ~omo o ~Cuán superficiales sería- ·~-ien la industria, en las artes, en el comercio, en la gue-
moral, del mundo_, umano~l I resente y sus negocios! rra lo mismo que en las situaciones políticas y sociales,
mos si sólo conoc1eramos p , también todo pre- . en todo lo que en el presente vale y decurre como
Este presen. te, tal comdo es yll ads10en la continuid.ad negocio, como actividad y ocupación.
. ha esarro a
sen te anterior, se . d. endo constantemente, am- . Cada trozo de material que se ofrece a nuestra em-
d e un largo. devemr, aseen lh .
, dose acia arn •
'ba Ha sido ela- ., pirie histórica ha de explorarse para ver si y ·cómo
pliándose y cons,truyenhumano de generación en gen~- · interviene en esta continuidad del trabajo histórico,
borado por el .genero . d incansablemente eJ.1el, cuya verdad es cosa firme para nosotros, pues nosotros
ración, y se s1g~e trabaJar~oº con fuerzas espirituales .L: ..mismos, nuestro pueblo, nuestra cultura, nuestros Es-
en un aspecto siempre nue , más grandes y parece . tados son su suma, su resultado acumulado. En estos
nuevas, para tarers c~da v:: son posibles y existen \: pensamientos del trabajo histórico tienen su verdad
que en la natura eza , ?~inmensurables, una vez que /{los pasados, y estos pasados comprueban, en la medida
latentemente aumentos ih despertado, o como dice el .:\e:nque podemos explorarlos, la verdad de este pensa-
esta naturaleza humana a . \ rniento. Y en cuanto nuestro presente, lo mismo que
poeta: tqdo presente antes de nosotros, partiendo de los resul-
«¡Alá no necesita crear ya ~ás, . t~dos acumulados de tiempos anteriores, que constitu-
nosotros creamos su mundo.» yen su contenido, busca avanzar, con la voluntad que

·39

38
determina su quehacer, interviene eri el más cercano
futuro para ver realizada su voluntad, se prueba que el
pensamiento· de· la continuidad progresiva, tal· como
ha tenido validez •hasta a.hora, es también el pulso pre-
cisó de la vida moral, es decir; de la vida histórica·. ·
• De qué :género es esta continuidad ,del prdgresar,
cómo· ·consume .pueblos y cómo emergen portadores
nuevos para su trabajo, es algo de ló que se hablará en
un c.ontexto posterior.
LA METÓDICA

'.

40
§ 19

Tratemos de encontrar primeramente el punto en


cual tiene su punto de partida nuestra investigación
Debido al tipo de nuestrá ciencia tendremos
, \.que encontrarlo empíricamente.
· Un niño nada sabe por lo pronto acerca de los pa-
lsados; aprende, con el habla y las narraciones de quie-
. l.nes lo rodean, lo más sencillo y lo más próximo y con
cada año más y más, preguntando incansablemente,
.....complementando con viva fantasía los contextos, lle-
"f91ando las lagunas, convirtiendo lo poco y pequeño. en
{"..quién sabe cuántas cosas grandes, muchas y maravillo-
/tsas, viendo desde su perspectiva, en cierto modo subje-
. :\•·,-:ti~amente.
{:-;."/! De modo semejante procede cada pueblo en su ju-
/;:::yentud; de modo semejante opera el hombre en sus
{¡¡',Illás tempranos estadios. Con su más cercana proxi-
i'.(•Iíiidad y con ·su más cercano recuerdo, colmando las la-
<r. ~nas con la fantasía y complementando los contex-
· ·'>tos, llena la humanidad la oscuridad de su pasado y
.;.cJbque ella, viendo cori fantasía y subjetivamente,· ha
·.::,:,11,ensado como su propia pre-historia de modo rico y
. ,;~·j{áriado es lo que creen los hombres. Con lo cual tienen
·á1:/:fijllos un mundo de representaciones que es más una
"\~~ágen de la dirección de sus sentidos, de su talento,
t;.<Jtb
..sus intereses actuales que lo que corresponde a cuan-
\ Fifúdlos creen.

,43
Hay en el desarrollo del indi~idu~ y _d_elo~, pueblos itación de ·la totalidad, de partes singulares de la tota"'.
un paso hacia adelante, de especial s1gmf1cac10n, cuan- · lidad, de momentos singulares de las partes. Aprehen-
do interviene la reflexión, la duda en lo que se ha . idemos las cosas de tal manera, nos las representamos
·de tal modo, juzgamos de esta otra manera. Pero, ¿ coh
creído. d d ,qué derecho y motivo? ¿ Sobre qué bases? ¿ Tienen nues-
Pues este contenido de nuestro yo, este mun o e
facticidades creídas y de contextos, qu~ rodean a ~u:r .iras concepciones, nuestros juicios algún contenido
tro yo como su atmósfera, como un circulo de me ~ 'real? Lo ·que teníamos y creíamos lo habíamos aceptado
y que en cierto modo lo mantienen encapsulado, e~ pri- 'y nos lo habían legado, lo teníamos sólo en cierto modo
meramente sólo algo recibido, que se ha transm1t1do, .fa autoritate, no con la certeza de lo que se ha ad-
que ha sido adquirido por la costur_nbre, e,s algo nues- :g_uirido, fundamentado y justificado por sí mismo. Lo
tro pero como si no lo fuera, nos tiene mas de lo que 'primero habrá de ser poner en tela de juicio lo que
lo tenemos nos domina. hasta entonces habíamos tenido y creído, para adqui-
Pero de Ía totalidad de lo que así te1;e~os o creemos ·rirlo de nuevo y seguramente mediante el examen y la
tener, de nuestra concepción y sent1~1ento en este fundamentación.
nuestro contenido y de nuestra sensac1on de no~?tros ' El aspecto .que aquí importa emerge con mayor o
. .. él se produce una nueva representac1on de .menor claridad en el desarrollo de cada hombre, pero
·mismos en , · · t · lar
la totalidad, de .una parte, de u~ momen o smgu . Ja.mayoría se satisface en aplicarlo sólo a las circuns-
Nuestro yo, satisfecho así en cierto modo. c~m e~ta . Jancias más próximas a ella, a las que más le afectan
cantidad de representaciones, en vez de rec1b1rlas mi .Y,por lo demás, a vivir en la buena fe de que las gran-
genuamente comienza a, reaccionar co1;:ra ella~ c~n e .aes y generales configuraciones del género humano son
contenido que ya tiene y con la se?sac1on de s1 mismo •tal corno ella las ha aprendido y corno se ha acostcirn-
que ha obtenido en dicho contemd?; . . ~~r:adoa verlas. Y .también aquellos cuya profesión cien-
y una vez comenzada, esta reacc10n sigue trabaJan- ~; .tífica o práctica los lleva en otras direcciones, el ju-
do. Con la duda~ con la observación ,de que ~sto no .:r:~sta,el científico de la naturaleza, el comerciante, se
concuerda con aquella, de que hay alh bon~, fide con- satisfacen por lo que respecta a sus representaciones
. tradicciones e imposibilidades, c~n la re~lex1on,de qJe ·1c;1elos pasados con lo que les ha dado la escuela como
tiene que examinarle:>como algo mconsc1enteme_nte e~ ip~rte de la cultura general.
venido en ¡nosotros y corno a~go que de c:1alq~ier m~ . Con esta cultura general tenernos ciertamente ya
nera ha sido legado, comenzamos~. maneJa:: Y a domi- ;una noción múltiplernente corregida del pasado. Sa-
nar lo que hasta· entonces nos poseia Y d~mm~ba. ihernos de Lutero, de César, de Carlornagno; hemos reci-
· ; Goethe dijo una vez, con harta oscuridad. . 1bido una noción de lo que ellos hicieron, de las circuns-
,fa:ncias en las que actuaron, de la significación de sus
« Lo que has aprendido de tus padres, ·
;~échos para su pueblo, para su época, y. nuestra fan-
adquiérelo para poseerlo». J~sía ha contribuido a hacer esta imagen lo más corn-
· En cierto sentido, el verso cabe en este contexto. ~leta y clara posible. ¿Fue realmente todo así como
~o: fo aprendí o corno lo he pensado? ¿ Tuvo la actua-
Así heredadá y legada tenemos esta s~ma de ~epresen-
·~ión de Lutero en Worrns tan poderosa significación?
·.taciortes y así corno nuestra fantasia ha pmtado Y
comple~entado con ellas el subsiguiente contexto de "'f;¿por qué la tuvo? ¿De qué cuestiones políticas, ecle-
las cosas, así también lo ha hecho nuestra represen- ~!iásticas, nacionales, se trafaba en Worrns como para

45
44
que la pertinacia de Lutero en lo que hizo se impusiera _. esto; «Mil veces», dice Montesquieu en la introduc-
tan poderosamente? . . 'n al Esprit des lois, «arrojé al viento lo logrado, la
En este ejemplo se ve lo que se qmere decir co~ .rdad encontrada, para luego perderla». Muchos se
la expresión «la pregunta histórica». Al preguntar as1 esalientan -en este esfuerzo, se pierden en vías secun-
ya sé yo algo de Lutero y de la Dieta Imperial ert ~~r~s, arias, avanzan más en lo ancho que en lo profundo,
conozco en general el hecho, su contexto, su s1gm~1ca- :conforman con los placeres diletantes del erudito
ción, al menos lo pienso así. Y en mi pregunta deslindo sus horas de ocio. Es un asunto de carácter el poder
ya aproximadamente lo que espero ~ncontrar en cuan:º ántener el rumbo y llegar a la meta.
trato de responderla; sospecho ya que hay algo, ma~ En nuestro ámbito sucede lo mismo que en todos
importante y diferente de lo que hasta ahor~ se; m1 , scampos superiores de la vida espiritual; al pensador,
pregunta contiene ya más de ~o que.he aprendido, ~n~ F;tlpoeta, a todo investigador en_los otros ámbitos cien-
sospecha que surge de la t?talidad de lo_que yo he v1v1- ·~íficos, le sucede lo mismo. En cada nuevo trabajo se
do y experimentado' interiormente. Y Justamente por fépite la misma concepción del comienzo, el mismo
eso puedo preguntar así. . .;sfuerzo y la misma tortura del trabajo. Cuanto más
En esta -pregunta se contiene?'ª algo d~, lo que me 1
reparado es el espíritu que pregunta, tanto más rico
es más propio; se trata ya_de m1 concepc10n de estas .s .el contenido de la pregunta con la que comienza.
circunstancias, de mi representación de estas pers~nas, /ipodría decirse que en la pregunta y en la formulación
de mi comprensión de estos procesos, c~n la ~eces1da~ (de·· la pregunta se manifiesta la genialidad histórica.
de interpretarla, pues aún es algo embrionaria. En m1 f:Así cuando Niebuhr en su Romische Geschichte estu-
espíritu ha ac~ntecido en cierto ~odo un acto de con- ti-bliala cuestión de saber qué era ser plebeyo o patricio,
cepción, e inmediatamente trabaJan todas, las fue~zas ter'. cuando Tocqueville, para comprender la Revolución
y energías para modelar y desarrollar lo as1 conce~1do. ..,,_,{Francesa, se pregunta acerca de las condiciones eco ..
Crece y deviene en mí; vive antes _de nacer, en ~1erto ,;:jllfnómicas y sociales de los estratos inferiores de la po-
modo en· el seno materno, una cantidad de transfigura- ~·h\ .
, · .,-:blaciónen Francia, etc.
ciones y refiguraciones, para devenir, poco a poco, ma- , ' .· Ya en lo dicho puede verse que la pregunta histó-
duro y capaz de vivir. , _::f1{{lífríca, tal como aquí es definida, es de un tipo diferente
:Éste es un largo y difícil camino. Con la pregunta tl:f&,~r:fa curiosidad del niño que pregunta. Falta mucho
histórica tenemos sólo una posibilidad, un destello en ]l~N:',.Í,ara que cualquier ocurrencia pueda valer como una
nuestra alma, una esperanza. De lo que se trat_a es de ·[:1:~J;t;tPregunta histórica, tal. como la entiende/ y la exige la
si .realmente el asunto es así como lo presentimos ª! . ·..M:~:¡·,~,;~)lvestigación. .
preguntar, ·si es posible demos~rarlo. Y uno ~e lar1:zara · J~;~Jfhii:, Ni en la busca del material para responde"t a la pre-
a buscar los materiales necesarios para trabaJar en esta ·?J:;,t'..(?nta,ni en la crítica de estos materiales ni en su
pregunta, para ver si el pensamie~to resulta correcto, irtdnterpretación -pues éstos son los tres estadios del
tal como lo presentíamos. Y a medida que ~e des,arr?lla }f/·r,trabajo metódico- resulta ya si la pregunta era ade-
más profundamente, a medida que s~ precisa mas fma- /i~:i;::Hh1ada al asunto, o vacía o sorda, pero sí en el sector
mente, va cambiando. Se corre el peligro de que se nos j;{):!<qUe tratará la exposición.
escape de las manos o de que se destroce; en la gran · ., Ji/t:,· Pues la comprensión qe los materiales adquirida
cantidad de lo especial y lo particular, parece desapa- éh la crítica y en la interpretación de los materiales
recer comenzamos a desesperarnos por no poder rea- :, quetenemos que tratar para esta pregunta, exige hu ..
lizar Ía tarea que tan confiadamente nos habíamos im- . '·tmanamente la expresión de dicha comprensión adqui-
46 47
rida, y esta ·comprensión es, como ya lo vimos, algo ción, sino que desea investigar como historiado~ su
completamente diferente de la fabricación o construc- ,·cbcóoE1.;1,rvendría a dar por resultado· que ·en el moM
ciós del hecho objetivo o de la realidad externa de nasterio de Bobbio se· borraron viejos manuscritos
entonces, miles de contextos que son los que históri- ·para escribir sobre ellos otras cosas nuevas. Si el ·fin
camente nos interesan. :de la investigación era sólo el de seguir la historia
De los cientos de cuadros de una pinacoteca cada de este trozo de piel que fue escrito primero con algo
uno de ellos tiene su propio. ser, ofrece cada uno de ·.de Plautó y luego en el siglo IX con la letanía y que
por sí al amigo del arte, al es teta, ,al artista en cier- ,desde hace 80 años ha sido tratado por éste y aquel
nes, etc., nuevos y diferentes aspectos de contempla- :rerudito para palimpsesto, entonces muestra la apodei-
ción. La historia del arte los coloca en un contexto, ':xis que él ha formulado ·una pregunta que en sentido
que ellos no tienen de por sí, para el cual no fueron \ histórico merece ser calificada de ·falsa.
pintados, pero del cual resulta una serie, una conti- ·}fl,1. Como se ve, la &.1tóoE1.;1,r es una verificación. Pues
nuidad, bajo cuyo influjo se hallaron los pintores de xff?:> la investigación no está librada a un encontrar casual I
{,--=:f<'f.h,,

estos cuadros, sin que tuvieran conciencia de ello, y l~\sino que busca algo. Debe saber lo que quiere buscar;
permite diferenciar temporalmente por la elección de {}fff ,tan sólo entonces encuentra algo. Cuando se sabe pre-
los objetos, por el modo de la composición, aun por . :'.i~i}\~untar a las cosas, ellas dan la respuesta. La apodeixis
la técnica del dibujo y color, según tiempos y países, }:\.muestra lo que se ha sabido buscar.
ordenando esta rica variedad. t•;t La pregunta y la búsqueda desde la pregunta: éste
Cierto es que el historiador del arte que investiga ,Jt'. es el primer paso de la investigación histórica. Nuestro
tiene necesidad de estudiar críticamente, antes de co- . }ti Resumen ·ha utili;mdo para esta parte del método la
menzar su exposición, cada pieza de esta colección /l(palabra heurística.
que le ofrece el material para su planteamiento histó-' it>... ¿Cómo debemos buscar? ¿Cómo comenzar a respon-
rico, para convencerse de la autenticidad y de la de- . )ij(der a fa pregunta?
signación de cada pieza singular; y es necesario que !~,-
.·• Cambiemos sencillamente de dirección: ¿ cómo vine
haya interpretado cada pieza singular según los aspec- ·t;,;r,adar a esta pregunta? ¿De dónde me surgió esta ima-
tos que le afectan, técnica del color, del dibujo, de la 'ofCCgen de aquéllo y, del proceso, de las personas y de
composición, de las escenas expuestas; etc. Entonces ·;g}; ~:uscircunstancias? ¿A partir de qué rasgos singulares
posee los resultados que necesita como historia~or del :~fj:se me compuso este cpav'ta~'tócóv que quiero examinar
arte, y los tiene juntos y puede exponerlos; su &.1tóon;1,r , 'íW~YY corregir? ¿De dónde vienen estos rasgos singulares
nos muestra que ha formulado las preguntas justa y lfi,.,que reúno de esta manera? ¿ De qué especie son?, ¿ qué
expertamente. Ésta es la expresión que Herodoto. uti- J!t)egitimación tienen? '
liza ya al comienzo de su obra: to-'topl-r¡c; la ex-
&.1tóoE1.;1,r, .,;t,i'.· ·•En cierto modo es la reflexión, la pregunta a la pre-
posición de su investigación. t.> ·gunta. La heurística descompone lo aparentemente sim-
Si en cambio a un historiador se le ocurriera inves- tk ~fe ( que en verdad es diversamente transmitido y com-
tigar la mejor primera obra, por ejemplo, un palimp- •'/0:\·,'bmado), de esta pregunta y lo descompone en sus ele-
sesto de Plauto, sobre el cual se escribió después una ·.f,tgentos, sigue tras esos elementos de los cuales s·e com-
letanía monacal, para ejercitar así su crítica y su inter- ·pone ésta.
pretación, ¿ qué sucedería entonces? Puesto que él no ,,, Se tratará entonces de dos cosas:
desea utilizar la letanía y el texto de Plauto escrito , l. ¿ Cuáles son en esta pregunta histórica los hilos
debajo de ella para preparar filológicamente una ediM individuales que encuentro entrelazados en ella, y cómo

48 49
encuentro los materiales para perseguirlos hasta su I. LA HEURíSTICA
origen, materiales que se entrelazan en mi represen-
tación y que, localizados en su origen, me permiten con-
vencerme de si y hasta qué punto y cómo tienen un fun-
damento firme?
2. ¿De qué especie son estos materiales de los cua-
les. tengo que buscar para cada caso singular lo que
me resulta necesario? ¿ Son quizá, ·por su diverso gé-
nero, de diverso valor y de diverso peso? ¿Se encuen-
tran todos en la misma relación con las realidades
pasadas de las que tienen que darme testimonio? §§ 20.21

Para el fin de nuestra elucidación es recomendable


ttrabajar primeramente la segunda pregunta, para orien-
k.tarnos sobre las fuentes en general; luego vendrá la
tiprimera pregunta, para conocer las reglas y el método
· Jn ;.propios en cada caso singular.
1

Jirt:::.t :De acuerdo con la naturaleza empírica de nuestra


disciplina, el material de sus investigaciones tiene que
:t{::,;,
·;f(f~er empíricamente perceptible y estar disponible. El
/fr;;;t,m.aterialpuede provenir del pasado, pero sólo por .el
0
;i:sH~·heoho de que es aún presente y accesible es adecuado
{l{•p·aranuestros fines. Pues con nuestra investigación
~l:rqtieremos despertar de nuevo en nuestro espíritu, en
· )f,,;vez del vacío que yace tras nuestro hoy, una represen-
Jl'.frtación·de lo que fue y es para siempre pasado.
;ilit Se tiene la costumbre de designar tales materiales
Nfcon el nombre de fuentes. Será adecuado conservar
}}l/itambién en el nombre la diferencia material que hay
2$.ti}aquí.
•J~l · Así como nuestro presente, todo presen.tG;.anterior
{~!fitu.vola misma necesidad, que intentó o supo satisfa-
if~~ep a su manera. Lo que de ello aún nos queda, esto
.'.i}ít•(esJJo que ofrece la visión retrospectiva de tiempos
JtiJµteriores hacia su pasado; la representación o el re-
}:,1;\CtJerdo fijados por escrito que se tiene de este pasado,
/;[¡%}()_llamamos fuentes. Que estas fuentes son, al mismo
}v¡/ttle.mpo,restos del pasado en que surgieron, es algo que
?:/·s-p.Qp el momento tiene para nosotros carácter marginal;
i\ esencial en ellas es para nosotros que aquellos de
.51
50
quienes provienen tenían el propósito de dar noticia ...; Toda la disciplina, que en tiempo reciente es lla•
de procesos o estados anteriores. -~·ada pre-historia y tiene tanta popularidad entre los
Algo completamente diferente es cuando aún se ;~turalistas historizantes, descansa en tales materiales.
conservan del pasado todo tipo de cosas y o bien se :Ha comenzó con los hallazgos en las excavaciones de
encuentran aún en nuestro presente de manera varia- ~/Europa Septentrional, con los cuchillos de piedra, las
damente informe o como ruinas y, por ello son irreco- hachas, picas, etc., y con los montones de restos de
nocibles. Así, por ejemplo, un edificio antiguo, o una '\foinidas animales y vegetales, de los que, al mismo
vieja casa artesanal; nuestro lenguaje mismo es aún en Jtfempo, se obtuvo información sobre las condiciones
buena parte pieza del pasado, si bien es aún vivo y está {climáticas y naturales del período al que pertenecieron
en pleno uso.· Sólo el investigador los reconoce y utiliza i2I0s hombres con tales armas e instrumentos, por ejem-
como material de su investigación en la medida en la . ~lo, información sobre el hecho de que en la región
que son, de modo más o menos patente, restos actuales ':¡i;r~!de>las costas occidentales y meridionales del Báltico
del pasado. Otras cosas que se desentierran o que se ;Jit:. (éit •el tiempo de estos hombres no había aún árboles
han conservado en los trastos y ruinas de viejas igle- · ¾~L~:f,rtmdosos, sino simplemente coníferas, es decir que el
sias o de castillos deshabitados desde hace tiempo son, :;f:.!dlima de esas regiones no tenía aún la temperatura ac-
puesto que se han quedado_ detenidas en el pensamiento >\1i,¿tual,sino que, como se supuso, las corrientes frías
de hace cien o trescientos años, testigos tanto más elo- ,'.":•-tielmar helado del Norte que todavía no habíaín sido
cuentes de tiempos pasados. A toda esta categoría de ';,>terradas por el constante ascenso de Finlandia (Archi-
materiales la llamamos restos. ., cva.rio Lisch, en Schwerin). Se encontraron luego otras
Entre las fuentes y los restos hay una tercera serie roeuevas en estas regiones, en donde en vez de instru-
que participa simultáneamente de las propiedades de ''..'tn1entos de piedra se hallaron instrumentos de bronce.
los dos. Son los restos de un tiempo pasado, del que /$·e vio por la tierra en la que se encontraron, que esta
dan testimonio para generaciones venideras de un de- ·epoca de bronce era posterior a la era de piedra; se
terminado suceso, que desean fijar la representación ~¡f encontraron los restos de una vegetación que permite
del mismo. Y a esto lo llamamos, a causa de su ca- •: ·J:reconoceruna temperatura más suave; que los hombres
rácter monumental, monumentos. · -fsa:bíany podían elaborar el cobre y que en los utensilios
•. \h'echos de cobre grababan ciertos adornos, lo quepa-
..teció testimoniar un gran progreso cultural del que la
Los restos ~tradición histórica no tenía noticia alguna. Luego, cuan-
§ 22. ·.:clo el agua de los lagos suizos descendió en 1854, se
:::'<Ít·escubrieron
las llamadas construcciones soF>repilares
a) Responde a la naturaleza de las cosas el que f<lÍel'Lagode Zurich con sus restos de utensilios, instru-
su cantidad sea imprevisible, pues cualquier cosa que .fuéntos y restos de plantas y animales (Prof. Ferdinand
lleve la huella del espíritu y de la mano del hombre 5Keller, en Zurich). Resultó que estas colonias humanas
puede ser utilizada ·como material de investigación. Y J:Se,·remontaban, en parte, aun hasta la época de los
hay una cantidad de conocimientos históricos, concre- 4tistrumentos de piedra, pero que fundamentalmente
tamente de aquellos tiempos y sobre determinadas si- /pertenecían ya a la época de bronce. Leyendo los in-
tuaciones acerca de los cuales las fuentes, es decir, la rfürmes de Herodoto sobre los peonios en el lago ker-
tradición escrita, poco o nada dice, que nacen de aque- Vkiniano, lo mismo que las representaciones de las
llos materiales. (columnas de Trajano sobre la guerra drakia de Tra-

52
jano se reconocieron justamente esas construcciones, y
se concluyó entonces que ellas no pertenecían tanto ~e la investigación. Por ejemplo, en los llamados «ani-
a una época prehistórica sino más bien a un grado del llos» en las regiones entre los Riesengebirge y el mar,
desarrollo cultural que en ciertos casos se habían con- sean eslavos o alemanes. Y también las mesetas en la
tinuado en siglos posteriores y que, evidentemente, . cercanía de Munich y de Ulm, amplias superficies con
por ejemplo, se conservan aún hoy entre los primeros :;.cultivos paralelos de 40' a 60' de ancho y 3' a S' de
pobladores de Borneo. Acerca de estos asuntos existe alto, en los. q~e. se ha creído reconocer la agricultura
una considerable ·bibliografía, sobre la que no es del :germana. pnmitiva, en tanto que las piedras que mar-
caso entrar en detalle. La investigación científico.-natu- . can los lmderos de la vía romana, que los cruza, mues-
ral tiene. en esto una gran participación· porque los tran que estos campos ya existían antes del año 201
restos de huesos, de vegetales, de especies de piedra y .{~t- ~espués d~ Cristo, cuando los germanos no habían pe-
las conclusiones que de allí resultan sobre las condi- ·,{vnetrado aun al sur del Danubio ·
ciones telúricas de su existencia en aquel entonces sólo };I},,.Mientras más rica y variada~ente se encuentre con~
pueden conocerse y evaluarse con ayuda de los conoci- Jitl!O~ervado?ra~ias a la casualidad un material semejante,
mientos exactos de las ciencias naturales. Pero lo his- ft !~3:1tom~s vivamente se nos presenta el pasado. Nada
tóricamente· esencial es aquí que en estos restos se ff }ll.as fasc~nante que cuando los viejos sepulcros de Egip-
reconoce la huella del espíritu y de la mano del hom- },:;,¡:-to,· fos hipogeos co~ sus mil~s. de reproducciones y fi.
bre , y de lo que allí se encuentra como usado y con- · guras de las ocupac10nes cotidianas nos muestran toda
sumido por el hombre se obtiene una noción más o la· vi~a doméstica, económica y cultural de la región
menos imprecisa de estados humanos de los que ellos . ~el Nil~ en la época de la 18. Dinastía, y hasta de la 12.,
dan testimonio. El punto central de la cuestión para 2;000 anos antes de Cristo, o cuando de las excavacio-
el naturalista es si el hombre ya existía en la llamada ne,s de, Pomp~ya e~erge una ciudad romana de la pri-
era terciaria, que precede a las configuraciones dilu- .. :m.er? epoca imperial en toda la amplitud de su vida
viales. .~t diar!a, tal como quedó detenida en el momento de la
Algo similar ocurre cuando se vuelve a reconocer }-' terrible erupción. Igualmente en el lado sur• de la
en los restos de grandes construcciones el sentido y la :\ desembocadura del Garone se presenta la vieja ciudad
finalidad en que han sido fundadas. Así, pór ejemplo, · de Coulac, que estaba enterrada por las arenas de las
la serie de estupas de Hydaspes hasta las grandes cue- \:.. dunas desd~ ~l siglo XVI, y también los viejos sepulcros
vas de Bamiassan en el paso de Bakra, tal como se '.';:.reales esqmticos en el sur de Rusia con sus variados
sabe por los informes de budistas chinos peregrinos: ){ re~tos d~ ,técn~ca helenística y menesteres bárbaros. y
son .monumentos budistas en recuerdo de Buda y de ;l~t asi, tambien miles de casos semejantes.
• 1··r:~Lainfinita variedad de cosas que se comprenden
sus feligreses y se encuentran allí monedas desde la {}:

época de Alejandro hasta la del fin de los Sasanidas. :nr :~aJO.el concepto de restos puede clasificarse de di-
Así también las grandes murallas de los romanos desde iy?yerso mo~o. Para nuestros fines basta el, siguiente.
el Rin hasta el Danubio, en el Norte de Inglaterra, la ··!'.,,En pnm~r lugar, se nos ofrece aquí un punto de
muralla de Trajano en la Dobrudscha: en especial las ~1sta a Pª:tir del ~ual se ha desarrollado un rasgo
dos murallas inglesas con una profusión de restos .de .. , caractenstico de la epoca moderna. Son las colecciones
campamentos romanos, con innumerables y fascinantes · :, éon interés científico y especialmente histórico. Ya
antigüedades. Toda la vida militar de los romanos y ' h!y algo de este tipo en la época final de Greda. Aris-
sus campamentos sale allí por así decirlo, al encuentro }~teles fue quizá el primero en componer colecciones de
cosas naturales y de escritos y documentos (01.x(X,wµrx:t(x.).
54
55
Su escuela y luego las instituciones científicas en Ak- 'inta de las cosas, cómo se ha llegado a la convicción
jandría, Antioquía, Pérgamo, etc., formaron grandes ;,'.e que a esa acumulación de cosas curiosas se puede
colecciones, no sólo de tipo literario y al catalogarlas rrancar otro aspecto.
les dieron un valor más alto aún. Primeramente, la necesidad de orden llevó a esto. Se
La opulencia del mundo romano se guió por estos , oseían en Viena, en París, en Berlín, miles de monedas
modelos. Concretamente, se desarrolló entre los roma- 'aimayoría antiguas. ·Con tantas piezas valiosas de or~
nos la afición de reunir estatuas, pinturas, piedras la- /'plata era ya necesario, para llevar un control, orde-
bradas, recipientes hermosos, y de adornar con ellos '.;arlas y registrarlas a fin de poder tener una rápida
sus palacios y sus villas; no se pensaba aquí en el inte- .;¡gi_ón~el depósito. Se intentó esto y aquéllo; y luego,
rés científico. Y el mundo medieval de Oriente y Occi- ,; Í-Jesmta Eckhel inventó en Viena, a finales del si-
dente tampoco fue más allá cuando los conventos con- tiglo'xvnI, el sistema simple histórico-geográfico, según
servaron, como las iglesias, reliquias, piedras preciosas, :;:el_cual cada moneda se ordenaba por la región y la
gemas, recipientes valiosos, alfombras, etc.; lo hicieron I,ciudad Y según su cronología. Así surgió una cantidad
por un interés muy diferente al histórico. Eran intere- · ~\investigaciones sobre el origen de cada moneda, so-
ses de piedad y de solemnidad eclesiásticas~ de modo A:}J.•re· s~ cronología, que sólo podría determinarse según
semejante a como ya la Acrópolis de Atenas, los temi ·.;,fJ{i(el ·estilo y la técnica. Este sistema, extendido a las
plos en Dodona, Delfos y Olmpia, etc., habían adornado Jp®roned·as del Oriente, de la Edad Media y Moderna, se
sus recintos con regalos sagrados, con reliquias, con ar- ?.ltfS·e 'ha convertido en el fundamento de las colecciones
mas de botines, etc. . )l{J)lúmismáticas. Con lo cual ellas se complementan re-
El interés renovado en la Antigüedad Clásica llevó }f\-;(cíprocamente, y juntas constituyen un gran corpus nu-
desde Petrarca (1350), especialmente en Italia, a colec- . ,rcf#:iismatum, que implícitamente contiene toda la histo-
cionar los restos de ese mundo con 'fervor apasionado: '}~r(iaide la moneda y muchas cosas más. El comercio con
monedas, obras de arte de toda especie, inscripciones, Ji1';¡l~s
monedas indujo a que el más grande negociante
manuscritos, etc. Y aquí y allí siguieron haciéndolo, · . ;i~:tA19Il monedas de la primera mitad de nuestro siglo, Mion-
especialmente desde Carlos el Temerario y desde el em- fi~~~-~· (:F-arís) ordenara su c~tálogo según el mismo sis-
perador Maximiliano, de este lado de los Alpes, las cor- criJema;··agregando los prec10s, y presentando toda la
tes principescas y los patricios ricos; se convirtió cada · 'l"g~di~ntidadde monedas corrientes, raras y rarísimas en
vez más en moda de la gente distinguida el "coleccionar J\Xt,§U lugar sistemático. Inmenso es el beneficio que han
esto o aquello como adorno, como riqueza ó como· cu- ·\r{ - (btenido los estudios numismático-históricos con esta
riosidad. Las muchas cámaras de arte, las· colecciones _.elizfundamentación. .
de rarezas en Inglaterra, la llamada colección de Am- i•\;;., 2:Se .aplicó n:ás o ~enos el_ mismo princft>io a las
bras del Archiduque Ferdinand hacia 1560, la ~asa Pifo~ .c,~fú~vandescolecc10nes de pinturas que se reunieron en
cipe Moriz en La Haya y mucho más, dan testimonio ..Yi:·,;j~Pr~sde, Munich, a partir de los muchos castillos, en
de ello. Los coleccionistas no tenían otro interés his- ··· Jó:rencia en el Palazzo Pitti a partir de iglesias y con-
tórico como no fuera el de poseer, por· ejemplo, las~ '">... .-entos, en París bajo Napoleón como Tesultado de las
armaduras de un guerrero conocido, el recado de escri- Zt:ii~qchas conquistas. Tan sólo poco a poco se aprendió
bir de algúri famoso poeta, el cuchillo de caza de aquel ,j{~\~diferenciarlas desde el punto de vista de la historia
emperador, la daga de un rey. ·-%:i~i: arte; se las ordenó por escuelas, es decir, según su
Aquí tiene interés el ver cómo se ha desarrollado, · \{fesarrollo histórico-artístico y, dentro de las mismas,
paso a paso, hace unos cien años, una concepción dis- /~P la medida oportuna, según su· cronología; y los ca-
, . '. \·~·-.~ ·'
56 57
tálogos de las grandes colecciones_ ofr 7cen al i~vesti-
gador el panorama ordenado de la h1st?nª, de 1a P!nt~r~. a!estatua de Hermes que lleva al cordero sobre sus
Casi de manera automática resulto as1 un prmc1p10 'ombros; en las ropas y túnicas para la misa se en-
para las colecciones, gracias al cual las piezas reuni- :üentra la alegoría de los salmos, cómo el siervo busca
das adquirieron un interés completall;ente_ n~evo. Lo ·gua fresca, etc.
que antes habían recogido la opulencia prmc1pesca Y Siguiendo la misma orientación, se reúnen sistemá-
la afición, esto es, antigüedades, mayólicas; armas, re- {camente en colecciones, los instrumentos de la agri-
cipientes, curiosidades de toda especie, comenzó a con- túltura, del comercio, las colecciones de máquinas, de
siderarse bajo este nuevo punto de vista y a ordenarse f,:~jjdos,etc., de los utensilios del correo, del arte de la
en colecciones tecnológicas, etnográficas, .·bélicas, etc. artillería y se considera el desarrollo histórico de la
Las miles de porcelanas japonesas,· chinas, francesas, }ecnología, de la agricultura, etc.
,,'.:;'

etcétera, que se conservan en Dres,de, las infinitas pie- ·;:;· Se ve que en todas estas colecciones se trata de
zas de antigüedades nórdicas en Copenhague, l~s armas \Í{t!t>bjetosde creación artística y técnica del espíritu hu-
y utensilios de campamentos romanos recogidos por ~l!~ltiano,creación que en estos restos de obras e instru-
Lindenschrrtit en Maguncia, muestran cómo i;ina ade- ·fh~ntos se nos presenta a nuestros ojos y que en las
. :'"'.:!
cuada ordenación da a cada una de las piezas, a veces ·'!/e ~r.ies casi completas ofrece el material para el conoci-
mínimas una significación y un valor que antes no :?'Íriiento de la continuidad del desarrollo en las diversas
-•,'Jt'

hubiera ~odido imaginarse. Las secularizaciones a p~r- ~\iitamas.


tir de 1789 en Francia, luego desde 1803 en Alemama,
en España, en Italia, etc., arrojaron de sus viejas sedes
J:(''.: Naturalmente que no para que se las vuelva a con-
\í;;templar como curiosidad. El coleccionar es sólo el co-
en las manos de los coleccionistas tesoros inmensos de _;_fimjenzo;luego viene la necesidad de apropiarse histó-
trabajos en madera, miniaturas, tapices, gemas, obje-
·>#'Hcamente de lo coleccionado. El catálogo es la base
tos de orfebrería, etc. Poco a poco encontraron su ca-
•Jtni!a ello, no sólo un inventario de lo que se reúne en
mino hacia las grandes colecciones públicas y se or-·
},;t@,~Je o aquel lugar según números _ylocalización, y tam-
denaron en el sistema histórico-geográfico que es para
f;f(poco es una guía para el visitante ocasional. Cada una
todos análogo. Tan sólo sobre esta base ha sido posible
estudiar la historia de la técnica artística y artesanal,
\~:Ira~, las piezas requiere más o menos un examen crítico
y su producción. . .
·~
0 }{i una adecuada interpretación. Tan sólo paulatinamen-
º

El pensamiento, una vez adqmndo, se muestra sus-


;¡.~'.~y .se elevaron los catálogos a esta altura de su significa-
·J!;~fjón; los primeros pasos para ello se encuentran espe~
citador y fecundo en todas direcciones. Se tuvo pre-
:~{\ij~lmente en el campo de la numismática y en el
sente el punto de vista de la Antigüedad cristiana y se
)iiá~~tálogo de las esculturas berlinesas de Friedrich.
comenzó a organizar colecciones en este sentido. Con
ello se obtuvieron informaciones de la vida ~ristiana ·;~~f'. 1
b) Como una segunda serie podemos designar los
.:,'

de los primeros siglos, de las que nada dejan sospechar · '.\\i?estosde formaciones u órdenes en los que encontraron
las fuentes. históricas. Las catacumbas romanas nos · \}tJu.expresión y su comprobación las comunidades his-
proporcionan la más curiosa información sobre la_pri- , ttzlQrico-morales, tales como el pueblo, la comunidad, el
mera comunidad cristiana en Roma, que se remonta ;;fuliJE5,tado, la sociedad, la Iglesia, etc., sus propias confi-
hasta la familia imperial de los Flavios. En estas cuevas ...j{~.:guraciones, de modo que logramos con ellas una vi-
se repite muchas veces la alegoría de Orfeo, cuyo canto '.t:;i$.iónde los estudios de la sociedad humana de tiempos
todo lo conmueve, del Buen Pastor, cuyo modelo es ·,·j~:;itempranosy anteriores: las Constituciones .de los Es-
/:;:,i~dosi las leyes~ la~ ordena.clones eclesiásticas o bur-
58
59
guesas, las relaciones jurídicas y económicas de toda \g6S, de de Brochgrave). Y cuando se lee en las crónicas
especie. , e ·1as ciudades y en documentos diversos aquí y allí
En parte, estas situaciones nos han sido legadas lite- · bre el derecho urbano de Lübisch, de Magdeburgo,
rariamente en la forma de los códigos de leyes y esta- ~· Soest, se adquiere con el estudio de este derecho
tutos que les servían de norma. Pero éstos son no menos }fbano peculiar y altamente articulado -que, por ejem-
significativos cuando a ellos no, les correspondieron plo,seguía en parte siendo válido, aún hacia 1848 en·.
configuraciones prácticamente vivas. La colección de Ja:sciudades de Schleswig-Holstein y de Mecklenbur-
las llamadas leges barbarorum, los códigos de los bur- '0..;.....
una noción de la vida urbana desde el siglo xu,
gundos, de los godos, de la Ley sálica, etc. nos introdu- é]a que las crónicas urbanas no permiten sospechar
cen óptimamente en los comienzos de los Estados ger- ada. Muy poco podría decirse de la significación de
mánicos. En esta regulación de las relaciones jurídicas, . rfurt, si no se viera en el derecho de aguas de Er-
en estos mandamientos y prohibiciones, en esta norma- ft¡trt, en cierto modo, la base de toda la peculiar cul-
ción del «rescate de la sangre», etc., vemos las situa- 11ura de jardinería y de las plantas colorantes y de co-
ciones para cuya regulación estaban destin~µas las 'J:)lercio, que fuera importada desde Maguncia. Y el que
decisiones jurídicas. Así las Capitulare de villis' de Car- · ,;;fAn Erfurt se siga practicando en parte esta jardinería
lomagno, ordenanzas económicas destinadas a regular :w;;f~p; 1
forma de cultivos acuáticos, etc., aclara, de manera
los dominios imperiales, en las que se reconoce el fun- j@plastica, lo que se lega en los viejos estatutos jurí-
cionamiento de la jardinería y del cultivo del c~mpo, :::.m}]qídos.
del servicio de los siervos, de la industria doméstica, Jl1f\:).:
tal como Carlomagno los hizo transplantar a sus do- l{f';t'i El prado comunitario de los pueblos en Alemania,
minios alemanes siguiendo al modelo romano. El libro ,:~Ett;al como hoy existe o al menos como existía hace una
hindú de las leyes de Manú, el islandés de las Gragas ~Fsg~iiieración,es un trozo vivo de historia. Cuando se
del siglo XII, nos dan una viva visión de las situaciones · ,\U.edeinvestigar lo suficientemente hacia el pasado, se
y desarrollos sociales acerca de los cuales poco o nada '.'"cüentra que la misma repartición de la tierra se re-
nos dicen los libros de historia. ;~:··.onta hasta las primeras colonizaciones o que en és-
Pero, muchas veces, estos restos de situ,.aciones an- ;~~,se puede reconocer, al menos, su primer fundamen-
teriores siguen existiendo aún en la actualidad, si bien .é)f'Y de allí resultan las diferencias características de
desgastados o sofocados por configuraciones posterio- ifl:disposición del pueblo y de los poderes de las viejas
res. A lo largo de toda la Alemania del Norte se mues- J~iones de Hesse, Suabia y Fresen en el Bajo Saale,
tran esporádicamente peculiares instituciones jurídicas · relación con las regiones vecinas de Turingi,a, de un
que se designan como flamencas. Investigándolas y _.;;~·;:?]con las sajonas, del otro, así como también en
comparándolas con otros hechos se obtiene mucho más .·Wf;:~!f:t>riente de Saale y del Elba los pueblos alemanes y
que la historia de estas instituciones jurídicas: fanegas , i~:itfü:>s,reslavos se diferencian a primera vista, en cuanto los
flamencas, la feligresía flamenca, lo flamenco en las rmeros están construidos a lo largo de la calle cen- ·
cercanías de Berlín, una calle flamenca en muchas 'b:del pueblo y los eslavos, en cambio, en forma de
ciudades más acá del Elba, que se presentan como· ':r~dura. Si bien es cierto que Nissen (Das Templum,
restos de fundaciones que tras grandes inundaciones 9) no tiene razón cuando afirma que en las ciúda-
en los Países Bajos fueron realizadas por emigrantes· - romanas de Italia puede reconocerse siempre la
de allí, colonizaciones urbanas y campesinas que lle- sma orientación hacia el cardo y el decumanús como
gan hasta el Weichsel (Histoire des colonies belges,· ~;;los.campamentos romanos, lo cierto es que duda~

60 61
des como Turín, que nació de la castra stativa, mues- ·tl?nes Y configuraciones lingüísticas en los griegos y
tran justamente esta forma básica. .n todo ~1:1eblo.La lengua, tal como es o como la
Se sabe que hay muchos usos y costumbres que has- :nemos ~iJa ~n las grandes literaturas, es un trozo
ta el día de hoy, al menos aquí y allí, están aún en uso -i,vq de histo:ia, y lo es lingüísticamente, es decir, se-
y que se remontan a la época pagana; la fogata de , n sus relac10nes gramaticales y etimológicas lo mis-
San Juan, el agua pascual, el ganso de San Martín, cos- '.º 9-ue en sus intuiciones y en sus metáfo;as. «No
tumbres navideñas, etc. Desde que Grimm. llamó la _pnf10 en la paz» es una frase que tiene su origen en
atención sobre ello en su mitología alemana, se han ,:1'tiempo de los ensay~s de paz entre las regiones, pese
redescubierto en Alemania, en Inglaterra, en Francia, · los cuales el comerciante no se atrevía a ir con sus
estas viejas referencias; se ha reconocido que la cos- ': _er~ancí~s a la feria· o al mercado de la ciudad vecina.
tumbre popular contiene una cantidad de material his- : icc10nanos como el alemán de Grimm o el francés de
tórico con respecto a los tiempos viejos y a los más Jttré tien~n el mérito de haber mostrado el tesoro
~l le~gu?Je como la más grande encarnación de la
remotos. istona viva y de las concepciones de diversos tiempos
c) Esto nos lleva a una tercera categoría d,e restos.
· pueblos.
Las mismas investigaciones germanísticas han mostra-
do que en los cuentos infantiles de Blancanieves, del
1
,.,t
Se sabe a qué resultados con respecto a la historia
cazador de ratas, etc., se han conservado nociones de ~'\hvP.e los pue?los, que va más allá de cualquier recuerdo
la paganidad germánica. El Cristianismo las recubrió, ;~;~'.;f~~ conducido la lingüística comparada, tal como, po;
pero no pudo destruirlas. Se han mantenido con tanta ...f(tt%'~e1?-plo,_ puede demostrarse a partir de las mismas
pertinacia que hasta sobrevivieron la invasión eslava ..•
{~)t~esignac10nes para animales domésticos, los instrumen-
en las regiones entre el Elba y el Báltico, en donde una f1W~tps de labranza, las ocupaciones vitales elementale·s
vez dominaron los longobardos y los semones. Paulus ':lf~{~tc. Y los estados de cultura de los pueblos indogerma~
Disconus dice en la Gesta Long. 1,9 sobre los longobar- , ,os antes de su separación.
dos: Wodan, quem adjecta litera Gwodan dixerunt, y , .No menos ~I?portantes es cómo la lingüística ha
esta forma se ha mantenido en las regiones desde el ye~to de mamfiesto la gran intelección de que el len-
Havel hasta Bardowyk, en el cuento de la Frau Gaude µ;aJe, en cu~~to es 1~ ~xpresión del espíritu del pue-
(W. Schwartz, Der heutige Volksglaube und das alte H ei- -~lo, es tambien s1;1hmite. La cultura china se pudo
dentum, 2.ª ed. 1862). Así, reinterpretada y malentendi- }¡>mprender tan solo cuando se tuvo el conocimiento
da, llega una noción de la paganidad ha~ta el pre- ~
.. que la lengua de los chinos no es fonética sino
,~r a_sí ·?~cirio, oftálmica, es decir que ellos piensan
sente.
'·, prmcip10 de manera diferente de los otros pueblos,
Es una situación semejante a la de la antigua Grecia, 1

en donde siempre los ecos turbios de tiempos ya supe- ;·to es, no a base de tonos audibles, sino de signos vi-
rados, las figuras oscuras de los viejos dioses, como .,1bles, de. modo que su escritura puede ser leída y
las llama Esquilo, emergen en el claro mundo de los ·,°:mprendida en otros lenguajes diferentes del chino
dioses olímpicos, y sólo casi en sus mitologemas y s ·:una pasigrafía con la que los 200 millones del Ce~
en sus transformaciones se reconoce el movimiento de ~ste Imperio, por ·lejanos que se encuentren etnográ-
su desarrollo histórico hasta la época en que, al lado ,J~~Y lingüísticamente, pueden entenderse entre sí
del epos que llega a su _plenitud, comienzan las preca,; \ ....,?:Cuando designo la ~erce:a serie de restos, des~ués
rias noticias de la historia externa. :;:~f¡:~e, fas obras Y de _las situaciones, como la de la expre-
Y así como las reHgiQsaS,,así ta.mbién las refigura~ . <i~1sion en el lenguaJe, ello ha de entenderse en el sen-
~f/-

6.2 63
tido de que a esto· pertenecen infinitamente más la li-. f(fü. Tales materiales se remontan en algunos frag-:
teratura de Jos pueblos, sus trabajos científicos, !as .'ntos hasta la época prehistórica. Entre los papiros
visiones totales filosóficas y religiosas, lo~ compleJos :xáticos de los sepulcros egipcios, se encuentran con.:
de pensamiento de cada época, en la medida en qu~ atos, órdenes, noticias del segundo y hasta del tercer
existan en exposiciones escritas. Una ob~a co!11ola _Di- ,fo·.antes de nuestra Era. Entre lás tablas de barro
vina Comedia de Dante no es para el historiador ms- e!:·se conservan aún de la biblioteca de Asurbanipal
tructiva solamente· por las innumerables noticias his- Nínive, hay, fuera de apuntes eruditos e históricos,
tóricas que contiene: por su con.cepción moral, ~eli- robién escritos, contratos, cuentas que pertenecen al
.giosa y política; es ante todo un doc1;1mento_~:ec10~0 o .VIII. Entre los cilindros de barro cocidos que se
.de su época, y no conozco nada que de una v1s10~ mas .~ontraron en Babilonia y sus cercanías hay cuentas
clara del siglo XIV en sus comienzos, más ·grand10sa y J unacasa de comercio escritas en escritura de los
profunda que esta obra. De la vida es?iritual. de los :rnienzos ·de· la época de los seléucidas.
tres siglos antes de Cristo sabemos relativamente P?co, dLos originales más viejos son luego los papiros gre-
pero cuando se examinan como merece~ l_os esenios :-:egipcios,que contienen mucho acerca de negocios,
apocalípticos de los judíos, entre ellos el Libro d~ Da- 'les; como contratos de compraventa, controles Jisca-
niel y los oráculos sibilinos, el Libro de Enoch y JU_nto .; ·los legajos de Hermias (Amadeo Peyton), todo un
a ellos toda la literatura híbrida, la literatura aleJan- oceso civil,· en total unas 200 piezas; De la Antigüe-
drina erudita que marcha paralelamente, emerge en- d romana, unas tablas en parte de Pompeya, en parte
.toncés ahí un mundo de pensamiento que vuelve com- ,fas provincias .
.prensible la nostalgia que abrió el camino al Cristia- .,Dela época medieval comienzan, haciendo caso omi-
nismo inicial. · ;:idelos· documentos y escritos de negocios del siglo VI
d) Finalmente los restos del decurso escrito de los . Jl.en primer lugar aquellos que se refieren a con-
distintos negocios, tanto públicos como privados, tal ntos y a iglesias en Italia, Francia, Inglaterra. Muy
como se encuentran en los legajos de los archivos, en onto comenzaron los obispos en Roma a elaborar ín-
los informes, peritajes, correspondencias, cuentas, etc. •es. de las piezas y legajos conservados. Ya en 419
Lo· característico de estos materiales es que ellos eran e:eLPapa Bonifacio I: ut scrinii nostri monimenta
momentos ·de un negocio en cumplimiento, que ellos, ,larant y, antes de Gregorio I (590-604} se encuentran'.
casual y parcialmente, son momentos co~servados de ésta. que fueron editadas en 1702 por los benedictiJ
la continuidad de los negocios, cierto que no los nego- ~;··El archivo siguiente en antigüedad es el de la
cios mismos y tampoco todos pues frecuentemente_ lo n;re· de Londres que, aunque no desde la cQnquista
más importante se. acordó oralmente, no por escnto. trµanda sí desde Enrique II (1150), contierie ininte-
La· correspondencia diplomática en una época agitada :!ín:pidamente todo y naturalmente mucho de la épo-
informa sólo sumarialmente de lo que s~ habló, las ar,iglosajona; y luego el inolvidable libro de Domes-
cuentas de un Estado o de un municipio, por ordena- Lde 1086, un libro catastral estadístico elaborado por
das que •ellas sean, son para la investigación histórica ' funcionarios del rey, semejante al libro catastral
sólo hasta un cierto grado satisfactorias, porque per- :emperador Carlos IV para Brandenburgo, de 1374.
seguían una finalidad diferente, la del negocio. ,_go·puede venir el Archivo de Venecia que en 1300
Es claro que nuestra investigación no puede .desear · aliaba en pleno funcionamiento. · ·
nada mejor que semejantes restos de negocios, por_ di- EEs evidente que siempre se ha tratado de mantener
fícil y laborioso que sea el utilizarlos para la investiga- tos, los papeles de negocios, al menos los del Es-
64 65
tado, para tenerlos a mano cuan.de se los neces!ta. En· ::~lbsestá librada an realidad a los tesoros de los ar-
Atenas ·sirvió para ·.ello el µ'r}'t'po"Vw, que tan solo fue j1ivos. Casi en grado .mayor lo está e] estudio de las
construido por Fidias. Y en Roma el llamado Tabula- hmciones internas, del comercio, la industria, los im-
rium que ahora llena toda Ja subida desde el Capito- ..estos y el ejército.
lio h~sta el Foro, fue fundado por Sila para reunir allí '.~-Con respectó a los estudios de los archivos nos en-
todos los archivos y crear, al mismo tiempo, despachos ·ntramos apenas en los comienzos. Ellos son tan di.;
para todas las autoridades oficiales. ,iles porque se hallan precariamente ordenados; pero
· El Estado alemán del período inicial de la Edad :I?-guno ha sido trabajado y vuelto evidente como
Media no estuvo durante mucho tiempo ligado a una .·ra que el investigador pueda moverse con alguna
residencia fija, no tuvo una sede central fijá Y_~~ra- .:guridad en las masas de legajos; acaso sólo los do-
dera del gobierno, y al canciller le resultaba d1f1c1ly 1mentos, al menos anteriores a 1500, gozan del privi-
hasta imposible, mantener orden. Con el empe~ador gio de haber sido tratados con cuidado.
Enrique VII siguió toda la Cancillería del Imperio ha- t_Cierto es que ya en los siglos XVII y XVIII se trató
cia Italia, y después de su muerte violenta, en 1313,_ca- ·~re esta importante cuestión (así Wenker) y en la
balgaron todos los alemanes de su cor~e ~ su patna y iversidad de· Maguncia hubo hasta su fin, en 1793,
dejaron allí todos los papeles del Imperio.. Éstos se a cátedra especial para cuestiones de archivos. Pero
dispersaron; una parte de ellos se encuentra hoy en el h ~ó!o en nuestro siglo, y gracias a una investigación
Archivo de la ciudad de Pisa. ~tonca profunda, se ha despertado una mejor com-
Era obvio que ciudades tan ordenadas como Lü- . ·nsión de la importancia de los archivos y, al menos
beck Florencia Venecia, que administraciones mode- .:sde el punto de vista de la idea, fue una cosa total.;.
los. c~mo las de' la Orden Teutónica en Prusia, cuidaran ente nueva cuando Napoleón I, a propuesta de Gera~-
con esmero sus documentos, lo mismo que lo habían· ~·~.~e propuso furidar la École de chartes, que luego
hecho las iglesias y los conventos. También en las cor- moen 1821 pero con una tendencia archivista menor
tes comenzó, hacia fines del siglo XIV, el interés por el más bien con el acento puesto en los estudios histó-
orden de los archivos y a partir del siglo xv se encuen- ·os. Lo omitido allí trató de recuperarse en Bélgica;
tran en masa correspondencias políticas,~ informes de r orden del Rey Leopoldo I se emprendió la reorga-
los oratores y ambassiatores, hay apuntes oficiales so-. ación de los archivos belgas y se encomendó al
bre las negociaciones del Concilio de Cons.tanza, del de /elente Gerhard esta gran tarea, en su calidad de
Basilea, apuntes especiales sobre negociaciones de los "hiviste général du royaume. Con ello se abrió una
estamentos del Imperio. En la época de la Reforma se· f plia vía y en otros países, al menos, se realiZfl.ron:los
agregan las actas de los coloquios y disputaciones, los· meros intentos de hacer lo mismo.
informes y las cartas de los teólogos a sus autoridades.
Bajo Carlos V y Felipe II se forma un tipo completa-
mente moderno de la gestión escrita de- los asuntos.
Se lo puede ver ya, por ejemplo, en los papeles del § 23
Cardenal •Granvella, que se conservan en _82 tomos ~n
folio en Besanzón, y de los cuales el gobierno frances ,,Los monumentos se hallan entre los restos y las
a ini~iativa de Guizot hizo publicar una selección en 9 :~tes. Desean dar testimonio del tiempo, de sucesos
tomos en cuarto. . :e~tiones en general, de los cuales son restos, fijar-
No solamente la historia política de los últimos si~ .para el recuerdo y, por cierto, en una determinada

66 67
forma de la concepción de lo sucedido y de su contexto; ., ~i'i-asambleas estamentales como decisiones de .tales
en esto ·son similares a las fuentes. a:thbleas ._cuando proceden como tribunal.
a) En sentido pleno caben aquí los documentos, 1
.l:Eii :el fervor por los documentos ·medievales se ha
que no solamente concluyen un ne_gocio, al que ell?s 'idado casi que los documentos de género muy se-
pertenecen, sino que desean a~est1guar este n~go~10 ·. jante en los negocios privados y- estatales hasta el
para gestiones venideras. No deJa de tener especial m- ri, de hdy tienen, al menos en parte, un gran interés
terés para la utilización de los documentos el tomar :ra fa investigación histórica.
conciencia 'de este punto de vista. •El · estudio ·de estos documentos de los siglos re-
Hay varios géneros de documentos. Pues también ntes se encuentra· aún en situación precaria. Ello
los testamentos, las letras de cambio o certificados de tan· difícil porque sólo a partir del conocimiento
deuda, los poderes, las acciones, son en cierto sentido :ªet~ ~ de las negociaciones previas, a veces de larga
documentos, y finalmente uno se ha acostumbrado a ,rac1on, se puede conocer un par de artículos o de
utilizar la palabra en forma muy general. En el verda- Jabras a causa de las cuales se difirió la negociación
dero sentido son documentos solamente los testimo- tari. sólo cuando se los conoce se tiene la clave para
nios solemnes de contratos concluidos y de negocios rcomprensión ·de todo el documento. Así en el Con-
jurídicos con inclusión de· documentos .sobre donaci~- ;fo-. de la Corona Prusiana del 16 de noviembre de
nes, amnistías, documentos de nobleza y otros di- :70 se trata· exclusivamente de si debe decir que ei
plomas.• ncipe elector de Brandenburgo no está autorizado,
Naturalmente que al oír la palabra «documento» roo -quería el Emperador, o no está aludido como
pensamos inmediata y primeramente en las piezas es- pretendía por parte prusiana, para avanzar si~ apro:-
critas medievales, que han sido editadas en nuestro éión imperial a. la proclamación de la dignidad real.
tiempo en numerosas colecciones. Documentos de pa- te es ·el punto decisivo: si sólo el emperador puede
pas, de iglesias y conventos, de emperadores, reyes, -rgar la corona, o el príncipe elector puede realizar
príncipes, ciudades, etc. · {acto soberano, con respecto al cual se pide el reco-
• El motivo por el cual se ha aplicado tanto esfuerzo . cimiento del emperador como de cualquier otro so-
en estas publicaciones es el de que carec~emos o tene- ano~
mos material poco satisfactorio junto a las fuentes .A esto se agrega la dificultad de la fecha .. En los
para este período hasta la Reforma, mom"ento en que · ,erdos estatales se trata no meramente de la con-
los demás papeles del archivo comienzan a ser más Tsiónsino de la ratificación y de su canje, con lo cuai
frecuentes, y al hecho de que, al mismo tiempo, en los acuerdo es perfecto.· · ·
documentos se encuentra apoyo seguro para el cono~ .)Podemos estudiar la esencia del documento remon-
cimiento de innumerables situaciones jurídicas y de _'.donos hasta la Antigüedad. Fuera de los ya citados
otro tipo. tlto:ol<?s que aún existen en original, por ejemplo,
Estos documentos comienzan en la época de los :eg1pc10s,hay también protocolos estatales en la An-
merovingios y longobardos; adquieren poco a poco una . edad) en copia auténtica; es decir en forma de ins-
forma constante en la que se manifiesta justamente ciones. Pues los acuerdos -conservados por los es-
el carácter solemne de su otorgamiento. :toi+es,por ejemplo, Polibio;_ entre Roma y Cartago
Junto al documento hav el breve, dirigido a per 1 han sido transmitidos justamente en forma: autén-
sonas singulares. con el sello de mano, por ejemplo el á,;,y:el acuerdo citado por Tucídides V, 97, entre Ate-
anillo con pez del. Papa. Luego las placita, resoluciones srrMantineia y Elis, dél cual se ha encontrado un

68 69
trozo en una inscripción, resulta, cuando se lo compara , _é,to,monumentos de género peculiar y pertenecen
con esta inscripción, un acuerdo lleno de lagunas. Otra ,r: ello al capítulo de los monumentos. Ahí se en-
cosa son aquellos que han· sido transmitidos o ligados __
ntra un material histórico, que tan sólo se ha ex-
en inscripciones: concretamente_ tenemos aquí con res- :rado en toda su riqueza en el siglo XIX. · .
pecto a Atenas una gran cantidad d~, docu,m~ntos rea- -,No todas estas inscripciones ofrecen material his-
les. Pues en este caso, la presentac1on. publica sobre· _ico; así por ejemplo las frases del Corán en los edi-
una tabla de piedra es el acto de la publicación autén- os moros, así tampoco las inscripciones piadosas
tica, tal como se dice en la Lisistrata de Aristófanes, :las construcciones y tumbas cristianas.
513 en donde en las negociaciones de las mujeres de· ,,Mientras más cercano se esté a los nuevos siglos,
HeÍas se parodia el procedimiento ático. Se trata de os en noticias históricas, tanto más claramente de-
psefismas contratos con otros Estados, rendiciones. de :arece la importancia de la epigrafía, y sólo tiene un
cuentas s~bre pagos ya hechos, sobre despachos de exis- e;rés especial, aquí o allí, el coleccionar las inscrip-
tencias, por ejemplo, en el tesoro, en los astilleros, que 1.1esde la catedral de Maguncia o de los atrios de las
realiza la autoridad saliente a la nueva autoridad, etc. ;sias de Nuremberg.
También allí tiene el documento la formulación más :~.Parala Antigüedad, son las inscrip~iones tanto más
0 menos esquemática, que es esencial para su legaliza- ·
~nificativas, en cuanto sobre ellas descansa casi ex-
ción. De Atenas existe este tipo de documentos en una . sivamente nuestro conocimiento del mundo asirio-
cantidad tal ,que también se puede comprobar este as-. pónico, de. la historia egipcia y, en parte considera-
pecto importante de su concepción, en los prescritos r.de la historia griega y romana.
de las resoluciones plebiscitarias, en las fórmulas fi- ·'.~C)Obras de arte monumentales y edificios. Mu-
jas para los decretos de honor, etc., etc. Esporádica- _s··de aquellas inscripciones .tienen en parte impor-
mente se encuentran documentos de tales actos esta- · _Giamás o menos esencial sólo en cuanto pertenecen
tales también en otras ciudades griegas y, en parte, Pl?numento histórico en que se encuentran. Así,
puede interpretarse el acto de su formulación por ana- eJemplo, entre los griegos y romanos las innumera-
logía con las áticas. dedicatorias en los templos, en obsequios sagrados;
Entre las inscripciones romanas, el número de los ramas en estatuas o en las columnas de Her-
documentos es más reducido, o más exactamente: hay .S,,etc., sin olvidar que los epigramas de las antolo-
sólo ciertas categorías de documentos, por ejemplo, las :~1son copia, en gran parte, de inscripciones reales
tabulae honestas missiones, en considerable cantidad. los. m~numentos. Parte del monumento son igual-
A eso se agregan las Consulta, algunas leyes. Y, en ma- · ®Je ca_s1todas las inscripciones jeroglíficas de Egip-
yor medida, las dedicaciones, epitafios, índices de toda pues para los fines de la escritura no mon"iimental
especie, y la formulación muy determinada en estas ins- .~nía allí la escritura hierática y además la cursiva;
cripciones romanas se -refiere a puntos de vista dife- ~~, la encórica o demótica.
rentes de los de la legalización como documento. El La obra de arte es, en tales restos el monumento
momento especialmente· importante para la investiga~ ,iamente tal; en su exposición pretende fijar para
ción es aquí la forma regular de las funciones y ho- _.posfuturos el proceso o acontecimiento celebrado
nores, el modo de la indicación de los nombres, la for- <;propiamente de naturaleza histórica. El arte es,
ma típica de las dedicatorias, de los elogios, etc. §Us grandes creaciones, esencialmente monumental
b) Las inscripciones. Lo mismo que aquí, las ins• , obra .de arte ha de concebirse totalmente sólo en
cripciones son, si bien no documentos en sentido es• • :referencia histórica y en las presentaciones com-

70 71
\

pletas es tan aprehendible, que resulta comprensible -, -rmanos van Eyck hada 1400, comienza el gran de-
sin inscripción. Así, por ejemplo la columna de Trajano, lrrdHo de la pintura que luego en poderoso movimien-
las esculturas atálicas que perpetúan el triunfo sobre rcapta y ·expone también los sucesos del presente
tórico~ Recuerdo los frescos de la Catedral de Sie-
los gálatas.
Y· para una comprensión tal habría que considernr 1r:hacia 1500, que exponen la vida del Papa Pío II
no solamente a la escultura y a la arquitectura, sino neas Silvio Piccolomini) y la gran glorificación del
incluir también la pintura. Tenemos poco de este arte pado en las stanzas de Rafael, etc.
en la Antigüedad clásica. Los murales de Pompeya son ·,.Y_ ~i?Tienla xilografía y los grabados con pincel para
de tipo sencillo, más ·-bien ornantento doméstico; inás , uJbphcar las obras de la pintura y para difundirlas
significativos son ya los maravillosos restos de pintura Jmasa. Se conoce la xilografía en ejemplares seguros
de los palacios palatinos. En cambio, sirven aquí como·- rd~sde 1426. El grabado en cobre sigue 50 años des-
sustituto los mosaicos tales corno el de la batalla ·de é.~,- cómo o_bra en parte de los orfebres. Los agitados
Alejandro en Pompeya (según otros una glorific~ción _pos de la Reforma dieron a las dos artes -ocasión
del triunfo atálico sobre los gálatas) y, ya en el límite '.un~ gran i~fluencia política y· eclesiástica, con pre-
del final de la Aantigüedad, los maravillosos mosaicos encia especial- por las exposiciones· caricaturescas.
_ De _modo especialmente fascinante -aparece el
de Ravena, en especial en ·san Vitale y ert San Apolli- t : .•~)

nare nuovo, de la época del gran Teodorico. racter mixto de,los monumentos en las monedas que
El arte de los mosaicos y su continuación' en la pin- •emás son documentos, y si alguna rama especi;I de
tura al fresco que, de origen anterior, se difunde -desde >monumentos· tiene interés para los estudios histó-
el siglo XI más allá de los Alpes, llena al Occidente con J)S/ es la numismática.
el estilo del arte bizantino, mientras que en Sicilia y $i .el _carácter ~e la moneda consiste en que se da
en España comienza a penetrar el de los árabes. Cuan~ ·..equeno comerció un· trozo de metal, en especial no-
do se echa una mirada a estas basílicas, catedrales,-con-: ·i:acuña~o bajo autoridad estatal y como garantía de
ven tos y a estos palacios y. castillos •principescos del -::determm~d? _valo:, puede afirmarse entonces que
Occidente romano-germánico, con su ornamento de es.J ,:ron los hdios qmenes primeramente dieron este
culturas y frescos, con sus puertas de bronce, sus cá-' · ~o:de extraord!naria importancia para el comercio,
lices y crucifijos incr.ustados de gemas antiguas, sus ,::como lo atestigua Herodoto, y ·ya antes de él Jenó-
casullas y tapices, se adquiere una•visión .más tompleJ , e:S>enPollux IX, 83.
ta del desarrollo técnico y artístico de Occidente. · i.No significa esto que ya antes otras naciones civili-
Especialmente digno de atención es cómo muy tem.; :d~~no .hubieran usado metales preciosos -en el co-
prano más acá de los Alpes se usa la pintura no sóld ~rci?._En las obras pictóricas egipcias se ve""con fre-
para fines •eclesiásticos, -sino en exposiciones históricas · ncia entre los tributos una acumulación de anillos
monumentales. De la batalla de Hungría,, el rey Enri-• 1oro Y una vieja noticia indica que se habían servido
que I, cuenta Liudprand, hizo pintar una sCX,'V"(pCX,cplrien _ los escarabajos (piedras .amuletos) como moneda de
1

el comedor- del Palacio en Merseburg (hacia 930), aded itrio. Los babilonios~ que difundieron su sistema de
ut rem verem potius quam versimilem videas. Las tap11 as Y me?idas por todo el mundo antiguo, pesaban el
cerías de Bayeux, hacia el 1100, exponen en una serie· -!ª! pr~c10s? ,en sus relaciones de intercambio. Los
de más de 200 pies de largo la conquista de Inglaterra'· ;Jcios mscnbian, según antiguo dato, en las barras
por los normandos. Desde 1300, con los grandes frescos .Hn~tal,ya pesado ( o~e)..lo-xoi. o o~E)..ol)letras que desig-
del Giotto en Asís, con el Campo Sant en Pisa, con los ,ban numeros ..Tan sólo los lidios, a quienes Herodoto

72 73
llama también los primeros xci1e11iot,comerciantes mi- .. s·con el famoso grupo de Harmodios y Aristogeitón.
noristas, acuñaron monedas; no dice desde cuándo; Otro aspecto muy instructivo de este estudip es el
por combinaciones de otras fuentes puede inferirse que 'men de las monedas según su valor. La metrología
esto no pudo haber sucedido mucho antes del año 800. · Boeckh suscitó primero la idea del contexto de los
Pues el rey Faidón de Argos, que es tan importante · emas metrológicos de faAntigüedad y su dependen-
para el desarrollo del tráfico en Grecia, acuñó plata, y ) de los sistemas babilónicos de medidas. Esta idea
su época debió ser 01.8. (y no 01.28). desarrollada luego por J oh. Brandis y la comprobó
El comienzo fue que sobre un acuñador (de ahí el las monedas, y Mommsem la siguió en su Historia
quadratum incusum de las más antiguas monedas) se ·a moneda romana (1860) encontrándola después en
imprimió a la pieza redonda de oro o plata una forma . eculiar transformación del sistema de libras en Ita-
que se encontraba grabada en el mazo acuñador, una l.y .·Roma.
tortuga en .Egina, un escudo en Tebas, un recipiente en ·:Con la decadencia del Imperio decae el arte y la
Quios o el signo de la ciudad correspondiente. Al co- _ificación de los tipos, si bien los de los emperado-
mienzo sin leyenda alguna en su borde, que luego apa~ . de Constantinopla son mejores que los de los pri-
rece en el ·siglo VI -de estas leyendas puede deducirse ros reinos germánicos y de las ciudades y obispados
con seguridad la fecha de las monedas de Temístocles -ellos.
de Magnesia, las ·de Alejandro Philheleno de Macedo- {Con tanta· mayor significación surge entonces la
nia- y que ya hacia 550 tienen forma artística, ele- ismática oriental: ya las arsaquides párticas en se-
vada ya en el siglo v a la mayor perfección, especial- : importantes, luego muy_ certeramente artísticas
mente en Macedonia, en Tesalia, en Tarento, en Sicilia. ::•:monedas sasanidences ·con las leyendas -pehlewi,
Con el cuño oficial de· la ciudad o del señor de la a explicación exploró Justus Olshausen. Siguen los
ciudad, se documentaba que la pieza tenía realmente· os árabes, primero de los califas, luego de las nu-
el valor por -el cual se la había dado en circulación; tósas dinastías desde España hasta la India.
el cuño era el documento oficial del valor de la pieza. ,.Lanumismática· medieval del Occidente está aún en
No es necesario exponer aquí en cuán gran medida :la condición, y más aún la investigación de sus va-
la investigación histórica ha tenido en este campo re- \,s .. Para aquélla hizo un comienzo Lelewel, y ahora
sultados muy positivos. Los reinos indobáctricos des- ec1almente Dannenberg en Berlín.
pués de Alejandro se pueden compro'f?ar y aclarar ·rr1ansólo con los Staufen comienza de nuevo un ras-
históricamente casi sólo a base de monedas. Los miles '.tartístico (las augustales de oro de Federico II un
de tipos de las monedas tarentinas dan en sus signos ·· bajo i,taliano), que se eleva luego con el arte as~en-
una imagen de las industrias de la ciudad (tejedurías, ;te_ a la perfecta belleza del cuño en el siglo XV, en
colorantes, etc.). En las monedas de familias romanas ~c1allas monedas del emperador Segismundo. Pero
se conocen los sacra gentilicios. En las· grandes mone- · stas monedas falta la riqueza de la exposición his-
das romanas imperiales, se posee una cantidad de ex- ~ªJ· siempre son escudos estili;zados en tipo alemán,
posiciones que son de gran interés para la topografía · as santos de las ciudades y madonas. Tan sólo al
de Roma, y junto a ello los retratos de los emperadores 1,del siglo xv comienzan a verse retratos de cabezas
y sus familias, en gran cantidad. Igualmente importan- ·emperadores, de reyes y de príncipes. Desde enton-
tes para la historia del arte son las monedas de Adria- >sigue el mismo vacío, y rara vez se ve aquí o allí
no con la cabeza del Zeus Olímpico, de Fidias, las mo• · de los llamados táleros históricos. Cierto es que
nedas de Knidos para la estatua de Venus, las de Ate• ·'ado se encuentra el arte de las medallas.
74
Antes de entrar a hablar de éstas, cabe hacer dos
observaciones referentes a -la numismática. § 24
Para nuestras investigaciones· no hay· nada más fas-
cinante que los llamados hallazgos de monedas; es de- En los· monumentos, junto a la propiedad de sér
cir el encuentro de piezas de oro enterradas en masa. ··stO del pasado, encontramos otra característica. más
Cu~ndo se encontraron unos cientos de piezas de oro el sentido de que estaban destinados para servir de
en una vasija en Prusia Oriental, piezas que son ~o~ . ·:cuerdo, y que daban una determinada concepción
das anteriores al año tal y tal del emperador Gracia- · e.:.aquello que se quería mantener para el recuerdo, de
no, se logró demostrar a través de· qué conex~one~ · /?do tal que resumiera ciertos momentos o peculia.;.
peculiares habían ido a parar a _ese lugar. Y ~s1 hay, da.des significativas del suceso externo, en forma ar-
1

muchos otros ejemplos que permiten conocer diversos •ística o simbólica, a fin que el espectador tuviera la
asuntos de nuestra investigación. · · 'brrespondiente representación o sensación. .
Una segunda nota se refiere a las monedas de nece-. i'i'La estatua de un ·héroe o su retrato deben poner de
sidad. Son piezas que en malas épocas, .por ejemplo Ueve en cierto modo la suma de su ser y su quehacer
durante el sitio de una ciudad o la ocupación .de una '•stóricos en una unidad y determinación fijadas .Pictó-
provincia extranjera, se ·expiden por las autoridades. ::~mente y no tal como él era casualmente en éste o
dominantes para llenar la falta de·medios de pago. Hay ".,'.ªquel_momento. La semejanza fotográfica es pura;.
miles de formas de cuño· de estas monedas. 'ente ·externa y momentánea, .es justa pero no: verda-
Es fascinante ocuparsecon estas cosas. Un paso más efa,: pues ella sólo da un momento, sólo uno entre mu ..
es cuando mediante un sello se da a cualquier pieza' . 'bs que se complementan y corrigen --el espíritu ar-
de metal un valor fingido, tal como lo hizo Dionisio L 'ti_~º-sabe recoger y resumir estos momentos_y repto-
Y una· vez llegado allí, se halla uno entonces en la, cir de tal manera la esencia verdadera de lo que se
región de «valores» sin valor, que por fin se convirtie~ _·o°:e o, como decía una vez un pintor: un buen re-
ron en un permanente factor de la circulación moneta- "to. debe ser como un sermón. Es decir,· mostrar al
ria, desde la época de los asignados franceses., . ratado tal como es o debía ser según ·su verdadera
e) La exposición emblemática de las monedas, y, :'nda. .
más aún de las medallas, se mueve en gran parte den, 1Más espiritualizada aún aparece la contrafigura de
tro de la utilización de escudos de armas, esta shnbó- :.ireal en las exposiciones simbólicas o·alegóricas;•Pién.;.
lica maravillosa que por lo menos desde hace un mi~ ··té, por ejemplo, en el grabado de Durero de 1513
lenio está en uso en el mundo occidental. Pues cuando • •r'.~~ballero,_la _muerte y el diablo», que es una glori:
se cree encontrar ya tales ·escudos· en el mundo griego; ac1on de S1ckmgen, del caballero Francis"co, como
es porque la palabra se ha utilizado impropiamente, ern ,Ipuede pensarse más bella. .
cuanto que allí tales signos eran de especie personal e: ,..:Mientras más libre sea la exposi9ión, tanto más li.;
individual, en tanto que en el escudo propiamente· tal e e;s su conexión con lo fáctico, hasta que finalmente
está dada esencialmente la continuidad de la familim, .lá ·música, en la danza, en la arquitectura se con-
Ot{a cosa son naturalmente los escudos de las ciudadesJ rte en una :µlµ'Y)CiL~, no ya de lo fáctico, si~o de la
sación producida por ello. Así la Eroica, que estaba
1
: sad~. par~, glorificar a Napoleón en 1809. Así,-para
gl_onf1cac1on del poder mundial del Papa, la nueva
strucción de San Pedro según el plan de Miguel

76 77
Ángel, cuya soberbia cúpula debía coronar el viejo ;o·o de 20 años, más _pequeñas en sus dimensiones, si
Panteón en toda su grandeza. fon han seguido siendo lo que eran;. no es· el lugar~
Como se ve, estas exposiciones artísticas contienen íno nosotros y con nosotros nuestra representación
algo irracional .e indeterminado; tanto más- cuanto más · el lugar lo que se ha transformado.
idealmente ellas procedan. Cuando quieren curarse con ;r De esta situación resulta inmediatamente una dife-
el realismo, caen en el peligro de perder lo mejor. ncia esencial en el ámbito de las tradiciones, entre
Humanamente no podemos aprehender las cosas s orales y la sescritas .. Común a las dos es el que
de manera más aguda y segura que mediante la pa- rt la traducción de lo que fue y aconteció y que con;.
labray mediante el pensamiento que se mueve en pala- ~enen esta traducción en la esfera de las representa-
bras, y poseemos las cosas tan sólo claras y determi- iones. Pero la tradición escrita tiene la ventaja de ha-
nadas en la medida en que las hemos traducido a et fijado estas representaciones fluidas en un mo-
nuestro lenguaje, esto es, a nuestros conceptos, juicios, _,ento determinado y, con ello, el haberlas salvado de
conclusiones y al sistema infinitamente flexible y pre- 'tras transformaciones.
ciso de nuestro representar y pensar. . · Corresponde a la naturaleza de las cosas el que con
Así que inmediatamente al acontecimiento, al <leve.;, especto a los .acontecimientos cercanos y más próxi-
nir, sigue concomitantemente esta traducción en pen- ·os, la tradición oral sea considerablemente más rica
samientos, y hasta· donde se extiende esta operación, ue la escrita. Una parte muy pequeña de lo que, yendo·
tenemos y aprehendemos las cosas, vienen a nuestra e boca en boca, pasa al recuerdo puede ser fijada.por
conciencia, han acontecido y están ahí para nosotros. :scrito. De los acontecimientos del Parlamento· de
Sólo que en esta. traducción las cosas no siguen siendo tankfurt en 1848 caerá la mayoría en el olvido porque
como•·eran externa y dispersamente, y t;sto por cierto l fracaso de lo que se emprendió allí redujo el valor
que no porque una vez que las concebimos se las orde- e· los acontecimientos y ninguno de los participantes
ne en contextos, en conexiones causales, en sistemas de ene interés en escribir más en detalle sobre ellos.
ocasiones, fines, condiciones, que no existen por sí, sino · Hay que tener en cuenta estos hechos para darse
sólo en nuestra concepción, en nuestra comprensión de enta del valor qúe tiene la tradición oral cuando no
ello, justamente pues gracias a aquello por lo cual po- acompañada del freno o del límite de lo escrito, que
demos aprehenderles, según la energía de~nuestras dis- desarrolla rápida y ampliamente desde hace tres
posiciones sensibles y espirituales. glós.
A esto se agrega lo siguiente. Lo que se apropia nues- ¡1La tradición oral tiene la tendencia a la simplifica-
tra representación, entra inmediatamente en el contex- 16n, a conservar de los hechos sólo las cumbres y
to del mundo total de representaciones que ya llevamos e' las personas sólo las anécdotas, a reducir todo a
en nosotros, se convierte en trozo viviente del mismo, ·.::presentaciones sencillas, fuertemente perfiladas, plás-
se transforma además con él, según que se reciban cás, a idealizar. Luis XIV queda en el recuerdo del
cada vez más y más cosas nuevas.. , úblico culto definitivamente como el autor de la frase
Hay que observarse a sí mismo para sabe( cuán di- l Estado soy yo», aunque no hay prueba· en ninguna
fícil és mantener precisamente los recuerdos, cómo la rte de que efectivamente lo haya dicho y no coincida
imagen de lo que se ha visto, se ha hecho o se ha n. sus opiniones históricamente demostradas. Cada
ayudado a hacer, se desplaza y modifica. La casa, la ciu- ~n ejército tiene de sus héroes su mitología y ésta
dad en donde vivimos cuando éramos niños aparecen ·:una parte no despreciable de su fuerza moral.
completamente distintas cuando volvemos después de . ,:.,Por importante que sea la diferencia entre la tra-

78
::ü'iciónoral y la escrita, ella no es de naturaleza esencial, omanas, y cuando las consideramos como fuentes para
'"inucho menos cuando lo que hace cien· o mil años era . sas marginales que para ellas eran de escaso valor,
tradición oral nos es hoy conocido solamente porque 1
hacemos a propio riesgo. ,\
~ntonces fue recogida en escritos. . , O cuando se quiere utilizar a escritores como Widb-
Otm punto de vista para considerar las fuentes ha ·nd, Thietmar o Wipo para encontrar en ellos el con~
sido formulado por la llamada Escuela crítica: es· el :pto constitucional de los príncipes en los siglos XI
de las fuentes primarias y fuentes derivadas. Se encuen- ,.xu, ·se ·presupone. entonces que ellos utilizaron y eli-
tra .aquí el supuesto de que la tradición histórica se ~ron sus palabras con exactitud constitucional, aun-
remonta a una primera forma originaria, y que ésta ile su atención se dirigiera a otras cosas diferentes
es utilizada sólo mejor o peor por los que vienen des- { aquélla. Podrían servir de fuentes mediatas para es-
.pués. No se dilucida cómo ha surgido la primera tra- .s cuestiones constitucionales s,ólo y en la medida en
dición. ¿Ha de verse como una fuente histórica origi- µe se pudiera suponer que ellos tomaron la significa-
naria lo que puede narrar cada uno de los que partici- pn técnica para estas palabras de modo igual a como
paron en una batalla? ¿ Qué ha visto cada cual en. su las se utilizaban en su tiempo, y no eón la tendencia
puesto, tal vez subalterno? ¿Hasta qué punto ·sabe o ela exposición escogida que las evita de manera igual
conoce el contexto de todos los momentos de la ba- :·,como, por ejemplo, evitó cuidadosamente Herodoto
talla?, etc. ruso de expresiones oficiales y técnicas y colocó en su
Y más aún: es claro que allí donde la fuente pos- .µ.gar descripciones u otros nombres. -
terior se muestra como deducida de una anterior, ya no rJ• Como se ve, lo que es acertado en esta teoría de
es fuente. Y aun cuando no se pueda mostrar su fuente, s fuentes mediatas e inmediatas pertenece a otra ca.:.
ella ha tenido, a pesar de todo, esa fuente y tiene que goría. En cuanto restos de la época en ia que nacieron
servir de sustituto, sin qué por eso aumente su valor .. tos libros de historia, contienen por cierto. la atmós-
En pocas palabras, este punto de vista no nos propor- '"rade su tiempo y sus nociones comunes, pero no las
ciona una diferenciación de principio para la variedad ··producen con la justeza microscópica de la fotogra-
de las fuentes, sino que debe ser situada en la sección ,. sino que, con frecuencia, hablan a propósito de
sobre el procedimiento crítico, en donde habremos de anera sumaria.
tratarla. :l.'De la esencia de las fuentes resulta otra diferencia
Igualmente oscura es la diferenciación entre fuen- ,,~ es significativa. Si las fuentes son concepciones
tes mediatas e inmediatas si las mediatas ,son aquéllas rtpnces hay en ellas un momento doble, el del que la~
que no se quieren presentar .como fuentes de aquello 'ndbe v el de lo que se concibe.
para lo que queremos utHizarlas y traerlas a cuento r:_.Lasfuentes pueden· diferenciarse según p"tedomine
como fuentes. Como puede verse aquí, la diferencia no 1
ellas mayor o menormente uno de l_osdos momentos,
yace en las fuentes sino en el uso que hacemos de ellas. irun sean ellas más subjetivas o más material~s y ob-
Así, por ejemplo, los Evangelios, en especial los tres pri- ivas.
meros, valen como tradición absolutamente, fidedigna Un diplomático tiene la obligación de informar lo
de la vida de Jesús, y a veces dicen algo sobre el censo 's obietivamente posible, pues las decisiones más im-
romano que es de interés para la Constitución romana ..1~rtantes dependen de ello; no puede pasar por alto en
y que puede servir para ordenar algunas cuestiones ero, uérelación se encuentra un momento singular, que él
nológicas; pero aun cuando esto sea así, los Evangelios :liserva desde su puesto, con otras cosas aleiadas. Eso
no pretenden ser fuente de la historia y la Constitución ~clría hacerse quizás en el lugar hacia el que él infor-
80 81
ma. Justamente por eso debe tratar de concebir el he- ano podemos orientarnos sobre la utilizabilidad his-
cho que él ve ·de la manera más llana posible. · rica de las fuentes. ·
Ocupa una posición completamente distinta cuando r:a) La serie subjetiva de las fuentes.
se siente impulsado a enviar su informe 'y juicio sobre Hemos visto que concomitantemente a todo acon-
la situación de las cosas tal como le parecen desde su cimiento va la concepción del mismo, la traducción
punto de vista, y sobre las medidas que habría que to- Ja rep_resentac~ón .. L~ que ha visto el testigo y cuen~
mar. Aquí tiene que vérselas también con hechos, quizá . · al vecmo, se sigue difundiendo, concebido por cada
con los mismos sobre los que ha informado, pero los ,·o a su manera y así contado, y pronto el hecho re-
necesita ahora para fundamentar una opinión~ para Jta aumentado por el rumor, cobra un tono peculiar
combinar un plan; ahí tiene él derecho a desarrollar ':Se defor~a h~sta .ser irreconocible. En épocas Hus-
su concepción del contexto de las· relaciones de que ha- adas y hteranas hay naturalmente correcciones de
bla. Un memorándum de este tipo puede servir de ·da . .especie
. y, gracias
. a la fijación escrita del hecho '
fuente histórica, pero es de género completamente dis- ;ÍJUICIO gana espacio para un posterior examen.
tinto al del informe. ;·Donde se carece de estos controles o donde son
Y con esto tenemos lo que necesitamos, un princi- 'bi!e~~ se desélrrolla una forma muy peculiar de la
ad1c1on.
pio para la .diferenciación- de las fuentes. Un aconteci-
miento, un hecho, se concibe con el fin de una expo-. ;:,:Encontramos en la· Alta Edad Media, en todos los
sición lo más objetiva posible, esto es, lo más pragmáti- íses de la Cristiandad, los llamados cantos históri-
ca posible -y por cierto que el acontecimivnto puede s o populares, que representan la opinión pública
exponerse o bien según sus momentos externos en el pmanera muy propia en épocas altamente agitadas,
contexto o bien según el contexto interno, causal, es bre todo, antes de que hubiera diarios impresos. Así
decir, en forma de reseña o de combinación, o bien ··Cantos de Maguncia de la época del Emperador Se-
domina en ella el elemento subjetivo sobre el objetivo. )D.Undo, Peter Eschenloer, o los Cantos Suizos de
Pero también hay aquí la posibilidad de una doble for- .,;guerra burgunda, el canto de la espada de Ditrnar
•'Neocorus.
ma: el elemento subjetivo domina o bien porque la
excitación de la sensación es más fuerte que lo obje- :~s una concepción falsa de los cantos populares
tivo, lo cpa.v"t'a.Q""t't.xór
más fuerte que el 'VO'Y}"t'tox,como, por ,:1r q1:1eellos nacen por generatio aequivoca, de por
ejemplo, en la leyenda popular; o bien porque lo ma- r,«Qmen nos ha hecho este cantico.» El pueblo con-
terial objetivo es sólo material y ocasión de otra clase .' a lo que le gusta y modifica: «En la fresca playa
rSaale.»
de contemplaciones y argumentaciones, como por ejem-
plo, en los discursos de Demóstenes o de Edward Bur- iMuchas veces desaparecen estos cantos cbn la si-
ke, en las comedias de Aristófanes o en la H enriada éión que los provocó. Otros quedan cuando son
de Voltaire. ·.os Y expresan talantes populares constantes así el
', cipe Eu~enio; o a la vieja forma se sup~rpone
Es claro que los, escritos que llamamos _fuentes no ! ,nueva figura, como Marlborough.
fueron escritos con el propósito de ejemplificar uno L~ manera como son comprendidos estos puntos
u otro de estos géneros, ni se dividen rigurosamente _.;v1stade los cantos ofrece un provechoso conoci-
según estos cuatro puntos de vista, sino más bien se. nto de la esencia de la tradición popular.
combinan de diverso modo. Pero estas cuatro formas Y·se. ve· ya a dónde lleva la consideración. Las le-
nos proporcionan un esquema según el cual y de ante- ;ndas de Dietrich, la Batalla de los ·cuervos y el Can-
82 83
to de Hildebrand se remontan hasta las invasiones ,, bdo trafa de exponer su contexto real, y en las que
germanas. Sagas de los godos, de los burgundos y de cuentra su legalización y justificación. El mito y la
los francos se mezclan completamente en el círculo :jtendá se encuentran, crecen juntos, la historia y la
de los Nibelungos. Y ya antes de las invasiones, estos ":.confluyen y cuando, así mezclados, han perdido la
cantos se hallaban entre los germanos en pleno auge ,-ropia significación de su contenido, siguen viviendo
(Tacito, Ann. II, 88: Arminius canitur adhuc barbaras ·dmo c_uento.
apud gentes). >. Con ello hemos adquirido los puntos de vista de-
La forma poética no es esencial: existen estas tra .. ·sivbS para la comprensión de las sagas homéricas,
diciones en forma llana. Así .en Grecia los Myo1,, que ~ las alemanas, de las hindúes, de los antiguos libros
Herodoto cita frecuentemente como fuente; y Píndaro, et:Viejo Testamento. Así como· en los Nibelungos se
Pyth. IV, en donde habla de la tra~i~ión sob~e ~re- \'órtl.penetran el mito y la saga, el mito de Sigfrido y
sus, Falaris y otros, cita como trad1c10nes "ª" ioy1,01. :tunilda, etc. con las sagas de las invasiones, así tarri.;
xat &01,oolesto es los narradores de profesión. '.'ién ·acontece en la !liada y en la Odisea. Una de fas
Pero,' por lo general, se prefiere la forma poética
1
áreas más difíciles de la investigación histórica del
y con ello se fija en algo al menos el -~ec1:1~rdoy la Arttiguo Testamento es la de diferenciar lo que hay allí
tradición. Cierto es que se trata de una f1Jac10n que no 'd'er,mito y de saga;· se· ha· creído demostrar el mito de
llega a la de la escritura; más bien continúan modifi- füirisón y el de Isaac. -
cándose estas canciones en la tradición oral. ,:It)bYa en el mito de Sigfrido, que vence a Hagen, se
En todas estas cosas la concepción es esencialmente ' 'lti'á.
1 'creído reconocer la historia- sacra del año, el firme
subjetiva. Es irrelevante el que, por regla general, ~~era i,~tclo•médiante el cual, según la creencia pagana, se
una subjetividad anónima la que se expresara ongma- ~ümplía el ano; Cosa semejante en el servicio y en los
riamente. En el recuerdo y en las nociones de todos 'Jóemas de Demeter y Cora; de Hércules y sus doce
los que pertenecen a esta raza o a este pue~lo, sigue ',trabajos. Corresponde a la naturaleza del culto cele-
creciendo constantemente con las nuevas noc10nes, co~ l:trai\la· historia sacra de las divinidades en retorno
nacimientos y hasta hechos. Así, en el supuesto Tur- '~í1clko,que · por cierto lo hace con cantos y danzas.
pín se_recogió, en la época del Papa Calixto II y tal · 11.«·reyde mayo», que aún se celebra en algunas par-
vez por él mismo hacia 1122 en la Leye:f!-dade Carlos, _;s:;;
'és un eco último de esta época -pagana como ló
la cruzada del rey. La saga pierde finalmente toda ijs·-h( fiesta de San Juan, tal como la utilizó Shakespea-
precisión realista y, ya no preocupada -por el co~- 'f.é'·enEl sueño de una noche de verano.
texto pragmático y objetivo, se hace cada vez mas ~-sL De tales ocasiones surgieron para los griegos no
poética y más plena de sensibilidad, se convierte cada sbfamente los muchos himnos, en los que celebraban
vez más en profunda expresión del espíritu del pueblo. -,) historia del dios, sino ante todo las celebraciones
y allí se tropieza con otra serie de tradiciones. Así -~ti.id teatro, que tenían su punto de partida en las pe-
como lo creado exteriormente, traído al círculO' de las nas· de Dionisos y en el xwµo<;, y -en el que luego com-
representaciones se hace completamente subjetivo, así iso ·Esquilo la Orestiada, que recoge la reforma de
tambíén lo más subjetivo, lo sentido y pensado íntima- rteópago, perteneciente al presente, como si pertene-
mente, lo que el alma siente y al alma mueve como í~ra· al mito que él trata.
barrunto de lo divino, se expresa y es creída en forma - dq:Y de modo semejante, en la Edad Media, los autos
de historias. El sentimiento religioso se proyecta en :Slic:ramentales de todo tipo, los comienzos de un nue-
la forma de historias religiosas, en las que en cierto 'vti :arte dramático qúe se desarroll6 primeramente en
España, paso a paso, hasta llegar a la perfección en otal, también de la histórica. Es la misma forma como
Lope de Vega y Calderón. Desde muy temprano, la ablaron a su pueblo los grandes oradores de Atenas
Iglesia se esforzó en crear en la ordemición cíclica del :.de Roma, por ejemplo Demóstenes en sus discursos
año clesiástico el sustituto de las fiestas paganas. Las líníticos; la misma forma en la que predicaron y cas-
historias de los mártires y de los santos, las innume- ·garon los profetas de Israel, en la que desde los apo-
rables vitae sanctorum tal como han sido recogidas en alípticos hasta los sibil os, en visiones anunciaron el
la gran obra de los bolandistas, las translaciones, es •11 de todas las cosas, la cercana llegada de Dios
decir, las narraciones sobre el tránsito de un santo o ,aquella forma, que luego pasa a los quiliastas de los
de un santuario a otro lugar, son solamente partes de :rimeros siglos cristianos y que se renuevan en los
la gran mitología cristiana que, no menos que la épica uinquemonarquistas de la revolución eclesiástica en
de la paganidad, resulta ser una mezcla de saga y mito. glaterra, en el siglo XVII.
Se agregan luego los milagros y las visiones, la flore- '1~; · Pienso ·que si consideran estos ejemplos en su esen-
ciente cantidad de leyendas, todo el culto de María, la Jcia no se tendrá duda alguna sobre el género de fuentes
formación paulatina de la angelología, las representa- falas que me refiero.
ciones del infierno y del purgatorio· -cosas que, cada _:}:·.b) La serie pragmática.
vez más apartadas de las realidades, muestran de nue- ;_!t¡-El sentido de la expresión «pragmática» es aquíel
vo el mismo reflejo milagroso y prácticamente efectivo. ':que tiene en -Polibio. IIpá:y:µcx-rrx.
son los negocios del Es-
Recuerdo el poderoso poema de Dante que cantando fü1.do,y él desea aplicar el -rp6TCorTCpcxwcx-rt.xk en contra-
con plena fe· y con la más plástica fuerza de la visión }pósición a los escritores retóricos y divertidos habitua-
lo que es el infierno, el purgatorio y los cielos, se lesasí como también en contraposición a los narrado-
encuentra, sin embargo, en medio de la historia de su res -de cosas legendarias y míticas (Pol. V, 1; IX, 2).
tiempo, en los acontecimientos del presente que le tocó :.ragmática es para él la exposición adecuada al nego-
vivir. ' io y a la cosa.
Justamente en este poema emerge de forma clarí- e·Pragmáticas llamamos entonces a aquellas fuentes
sima el otro aspecto de la concepción subjetiva. En la 'ue muestran el propósito de ser lo más adecuadas
gran tensión y emoción de este su espíritu, las histo- ,.osible a la cosa, y esto o bien en dirección del decurso
rias santas y profanas, las tradiciones ~de la Iglesia xterior, sin preocuparse de motivos y sensaciones, o
y los dolorosos recuerdos de su propia vida política ·qecuadas a la cosa según la relación interna de causa
son para él sólo el material y la fórmula P,ara exponer >-efecto, de medio y fin. Evito cuidadosamente la ex-
sus propios y más profundos pensamientos y especula- ,_.resión«objetiva», porque ella conduciría a una con-
ciones y colocarlos con todo el fervor de hechos vivi- ,'pción totalmente errónea. Primero hablemos de esto.
dos, como algo irrefutable. Cierto que el poema es r En su modo frecuentemente paradójico, dice Les-
una fuente histórica -de alto valor, pero es una fuente .'ng que sólo merece el nombre de historiador quien
en la que todo lo fáctico no sólo se encuentra colo- . cribe la historia de su tiempo y de su país, porque
reado subjetivamente, sino que, en general, pretende 'fo allí puede aparecer como testigo. Esto era la ex-
presentarse como hecho del mundo interior del poeta. esión de un escepticismo considerablemente banal.
Se comprende así a qué tipo de fuente llegamos. Se ..ssing quería decir que puesto que se había encon-
trata de aquellas en las que la contemplación se ocupa .'..ádoen la tradición tanta cosa enrevesada e insegura,
con las cuestiones eclesiásticas, políticas y sociales de i~> podría hablar por fin con seguridad sólo de lo que
su tiempo, para elucidarlas a partir de su concepción ·orno testigo de vista y de oído se podía garantizar.

86 87
Lessing recordaba apenas lo infinitamente poco que ., tie reproduzcan correctamente aquello que, desde su,
ve y oye el individuo y que este poco, además, es proba~ nto de vista, había que oír y ver.
blemente lo insignificante, tanto más si el que escribe tl,Tendremos que tomar en consideración otro punto·
no ve y oye estando, como César o Federico el Grande, ,fvista para poder obtener un panorama de la serie
en una posición especialmente alta y en medio de las ragmática de fuentes.
cosas que acontecen. Y también éstos deben confiar en
informes que se les dan, cuando hablan de una batalla, '.):nla serie primordialmente subjetiva se podría con-
de una negociación, de una medida y sus consecuencias; ~erar como decisiva una cierta colaboración espontá-
):1. de la sensación, una necesidad de manifestar lo
y estos informes no son una reproducción de la reali-
dad, sino que cada palabra y cada frase es ya· un epí- J mueve el alma. Quien ha hecho tal lagos, quien ha
tome de una cantidad de exterioridade·s que resume el Ventado .tal canto, tenía a la vista menos el hecho
informante y cada informante lo hace, además; desde -;~,había vivido que el interés de contarlo con partici-
su punto de vista y algo diferente. Los infinitos suce- '~ipn personal y de la forma más atrayente; frente
sos singulares que en conjunto constituyen una bata- .::::}~.emociónde su talante, a su propósito de despertar
lla no pudo comprobarlos tampoco Federico II de modo ,,.,;:-eloyente el mismo talante, pasaba a segundo plano
tal que no se difundiera tina cantidad de datos diver- a'·cotrección de la narración.
~~t,í:

gentes sobre la Batalla de Kolin, datos- proporcionados {:>.:En las fuentes pragmáticas, el propósito está diri-
por sus generales, especialmente desde Dessau, para tido al conocimiento de la cosa y a su comunicación y
no hablar de los datos de sus enemigos; pero en rasgos ;$~¡!º. es p~ra ~lla lo determinante desde el principio. Y
generales es clara la marcha de esta batalla. He tenido ~§testa fi~ahdad nos dará por resultado las diferen-
en mis manos muchísimos informes de oficiales pru- ,_.~t;t_s esenciales. para esta serie de fuentes. Será rele-
sianos del Cuerpo de York, así, por ejemplo, los que ¾~ptesaber si la_ comunicación estaba destinada para
se refieren al combate en el Katzbach: primero tres, }ID-P,para pocos o para todos, si para fijar el propio
cuatro de los jefes de la brigada; de éstos hizo hacer f~r,puerdo, o para el mundo de sus prójimos o para
York por sus ayudantes el informe de su Cuerpo; se la:posteridad, si para enseñar, para aplicación práctica
agregaron otros informes de los otros Cuerpos de Sac- ¿para divertir.
ken y Langeron; éstos no sólo se contradecían parcial- "t:t.. .El motivo más próximo y más natural para es-
mente entre sí, sino que los rusos habían mentido aquí ,:I.Jb~res el de dar noticia epistolar a otro sobre lo
y allí; pero, por consideraciones·políticas,·Müffling tuvo J~t? y oído, cuando esto no puede realizarse oralmen-
que hacer el informe general en beneficio .de lo's ru- ,et,Y .con ello hemos caracterizado una serie de fuen-
sos, y la batalla se llamó a causa de Sacken la de Katz- .~;:que tiene extraordinaria significación: las cartas. ·
bach, aunque el combate se efectuó en torno al fogoso · :El valor de la carta depende primeramente del ta-
Neisse. Así pasa siempre que se pueden constatar las :rnto y de la posición del que escribe; pero no sola-
tradiciones. La exposición siempre cada vez más inse- .' en_te ~e esto sino, en cierta forma, de la posición y
gura mientras más detallada sea, o dicho ~orrectamen- ·e.dos mtereses de los destinatarios. ¡Qué diferente es
te: nó en el detalle y en la visibilidad del detalle se .ohiller en sus Cartas ·a Goethe y en las cartas a W. von
encuentra la verdad de las cosas. A diferencia de ló umboldt! Y cuando la carta va más allá del ámbito
que dice Lessing, no son los testigos de vista y de oído e;Ja correspondencia privada, cuando está dirigida,
quienes garantizan la verdad de las cosas; basta con fntro del marco del servicio público al jefe del ejér-
iio, al primer ministro, al soberano, adquiere un ca-

88 89
rácter totalmente distinto y se convierte en una parte "\or debajo, en la correspondencia privada. Esto hay
de los negocios. · \he saberlo para poder valorar la correspondencia de
El inmenso campo de la epistolografía se extiende, ohann de Witt o la de Nikolaus Heinsius o la del Du-
desde las más insignificantes trivialidades, hasta las úe de Wellington.
piezas más importantes. El que Lutero, Melanchton y , · En otro tipo de interés para la crítica de fuentes
los otros reformadores mantuvieran correspondencia •·, encuentran ciertas cosas de la época de Alejandro
entre sí, permite que emerja ante los ojos la concep- . agno. En la investigación sobre las fuentes para la
ción viva de la· época. Cuando se tienen las cartas de ·istoria de Alejandro Magno he indicado que el mate-
Eneas Silvio, del Poggio, del siglo xv, y se dispone ·de ·al del que están escritas las primeras fuentes sobre
otras correspondencias de la época del Concilio de 's campañas de Alejandro son probadamente cartas,
Constanza y de Basilea, de la colección de Martene y rtas de él y a él, de las cuales algunas pueden demos-
Durand, se posee con esta concepción inmediata, cierto rse como tales, y algunas de las cuales se conservan
1
que parcial, un material histórico sumamente instruc- '· ;la forma de inscripciones (por ejemplo, sus órdenes
tivo. Y tales cartas se remontan hasta San Bonifacio; hra la recuperación de los exiliados helenos). Y Es-
hasta el Papa Gregario Magno, hasta los libros Variae µines cuenta de Demóstenes que en la época anterior
de Casiodoro XII. Se puec::lecomprender lo que signi- .··•fabatalla de Issis, cuando todos esperaban que el
fica la colección· de· epístolas de los Monumenta Ger- ·equeño ejército macedónico fuera aplastado por los
maniae historica que edita Wattenbach. . seos de la caballería persa, éste, Demóstenes, entró
También hay excelentes colecciones epistolares de rgullosamente en la Ekklesía y triunfante llevaba en
la Antigüedad: de la romana, las de Cicerón y Plinio da uno de sus dedos una carta. Ocasionalmente nos
el Joven; de la griega, cartas de muchos estadistas fa- teramos que diez años antes, el estratega Timotéo
mosos, filósofos, oradores, etc. Pero, la mayoría son évó a la guerra a Isócrates para que escribiera las
falsificaciones, como ha quedado fuera de duda desde 'rta·s al demos de Atenas, y Tucídides, VII, 10, men-
las investigaciones de Bentley sobre las cartas de Fa- 'ona las cartas que escribió Nikkias desde Sicilia a
laris. · :·s· atenienses. Sería de gran interés recopilar lo que
Dos cosas han de tenerse en cuenta aquí. Primero, . tales cartas puede comprobarse y conocerse aún de
que las cartas por su naturaleza pueden pasar a la serie t, época griega y helenística a partir de nuestras fuen-

de las fuentes subjetivas cuando se satisfacen-en emo- s: de la época romana.


ciones y consideraciones privadas, como, por ejemplo, ..2. Un segundo punto de vista es que realmente de
las maravillosas de Madame de Sevigné de la época de Je tipo de cartas se desarrollaron los periódicos. Con
Luis XIV o las cartas de Rahel (Varnhagen), y es muy los me refiero a ese tipo de noticias que bajo este
significativo que precisamente al final del siglo XVIII .ulo se encuentran en nuestros archivos desde el si:.
se tuviera preferencia por las novelas en forma d.e car- ,o·XVI primero y especialmente, en las grandes plazas
tas (Clarissa, de Grandison). ' ,'!comercio como Venecia, Augsburgo, Danzig, Lübeck,
Por otra parte, las cartas privadas de los ministros ·~ también Praga, Roma, Florencia, etc., en los despa-
ingleses y holandeses son bien notables: la Constitución . os de grandes comerciantes, a donde llegaban noti-
de la República y de la Inglaterra parlamentaria hace ,a~sde todas partes a amigos y compañeros de nego-
imposible que se trate . lo más importante y lo más .~s, pronto también a personas de la corte. Así, por
secreto en las correspondencias oficiales; un recurso emplo, conozco este tipo de noticias de la empresa
entonces es comunicarse estas cosas, en cierto modo ph. Jacob Fugger al príncipe elector Federico el Sa-
90 91
bio y a sus sucesores. A fines del siglo XVII, este 'envío . Siguiendo los periódicos podemos dar un paso más
de noticias se organizó completa y regularmente en Ja élante. Desde que la censura observó más agudamen-
casa Fugger (una colección de vários ,decenios de tales :;los noticiarios; muv poco después· de la Paz de West-
noticiarios fucarenses se encuentra en el Archivo de Ha, adquirió nueva importancia el vieio hábito de los
Weimar). Con la Reforma, estos noticiarios se editan ticiarios escritos; así ya el conocido Abraham Wic-
ya como hojas volantes sobre las Dietas Imperi;:tles, efort en la época: de Johann de Witt. Si bien los
los diálogos y conversaciones religiosos, sobre aconteci- •ritores de noticiarios no podían escribir todo e im-
mientos de guerra, lo que se ve en Sleidan, quien tiene imir lo meior, compusieron eso sí junto a sus noti-
sus noticias en buena parte de· estos materiales. Luego, rios, noticias escritas que luego enviaban semanal-
en Venecia y durante la guerra contra los turcos en énte en un sobre a los príncipes, magistrados, etc., por
1550, se decidió. que las noticias que· iban llegando con- 'ª suma de dinero, como por ejemplo Rousset, Ro-
tinuamente se expusieran en un local, al que se entra- iaue, Gareis, Morlin, Hamon, etc.
ba pagando una gazetta. El periódico en el sentido , _Durante el sis?:loXVII se convirtió en hábito prefe-
moderno· surgió de estos impresos volantes, cuando tlo el escribir folletos políticos en la forma de cartas
estos impresos aparecieron en serie regular· cada día ira_hacerlas conocer del público (Lettre d'un gentil-
de entrega de correo, generalmente los jueves~ El pri- mme o Lettre d'un Hollandois a un ami, etc.), una
mero de estos periódicos que ,hasta ahora· se ha com- /ecie de disfraz que tenía la ventaja de permitir es-
probado es la «Relación de las historias importantes .bir individualmente y desarrollar un punto de vista
y memorables» del año 1609, de Viena, que s~ encuen- _,rcial. No solamente en la literatura inglesa se en-
tra en la Biblioteca de Heidelberg, son 115 hoJas en 12; entran semeiantes escritos de los más famosos hom-
es decir, números semanales, y cada uno de los ar- ;is de Estado, Waloole, Chesterfield, Bolingbroke,
tículos comienza con «Noticia de Praga, de Londres», cétera; Federico el Grande escribió él mismo casi to-
etcétera, con la fecha. En dos decenios se convirtió esto h;;-los informes de las campañas en las dos guerras
en algo general, como título en Holanda; en Francia ::,Silesia y, por cierto, en forma de Lettre d'un officier
se prefirió el de Mercurius, y en Inglaterra y en Holan~ , ssien a un de ses amis, y estas cartas son la fuente
da también el de Courant. ás segura sobre estas guerras.
Tiene especial interés saber que ya en Roma desde · 3. Como una forma más de estas comunicaciones
la época de Cicerón hubo una especie de periódico, .,imeras e inmediatas se pueden citar los diarios per-
primero las acta diurna tam senatus. quam populi (Sue- nales en sus más variadas formas, comenzando por
tonio, Caes.'20), así como desde la monarquía, la·s acta 1
ttéllos que se hacen por interés personal y con par-
urbana. Como fuentes son, por cierto, especialmente rlidad subietiva, hasta aquéllos que, con la mayor ob-
importantes. · · ! >vidad posible, registran los acontecimientos coti-
La misma necesidad fue la ocasión de la ·edición de nos tal como se hace en los boletines ·oficiales y
las Écp1)µEplfü:ren el campamento de Alejandro. Probable- ~ por eso ·dentro de ·1as fuentes pasan al campo de
mente hubo informes sobre sucesos militares, del mis- s>restos de negocios. Aquí siempre el fin esencial es
mo modo como se informaba·sobre sucesos de la corte ·,de fiiar lo que pertenece al momento fugaz, el hecho,
del camp·amento, quizá en las cartas a Antipatros, que J,;:situación, la sensación o concepción, tal como era,
se mencionan ocasionalmente y que luego fueron comu- tes de que aparezcan, modificándolos, sucesos o im-
nicadas por mensajeros :reguláres (~v~Atoq>ópot)también i~siónes posteriores.
a los sátrapas y a los estrategas. .. ;•::i;Es natural que el interés de tales diarios sea tanto
1.- .....

92 93
?.·
1,,

mayor mientras más amplio sea el horizonte de quien ., :::sen los siglos XIV y xv, la costumbre de registrar to-
los escribe, mientras más agitada sea la época en la '.@slos sucesos y decisiones de los consejos y de la
que se escribe, mientras mayor sea su importancia y :
2
unicipalidad, para poder consultarlos con fines prác-
su actividad en la época. El hecho de· que Leopold von ·fOS (los papeles sirven de testigos). De tipo completa-
Buch haya escrito su diario desde 1674 a 1683, en la ' i:ehte distinto son los libros imperiales del margrave
cercanía personal del Gran Príncipe Elector, pone de · :precht Achill. Y sigue así la serie hasta los libros de
manifiesto cuán importante es que se haya conserva- · enes y consignas de los regimientos, de los que, por
do. Justamente cuando estos diarios están dirigidos ·mplo, podemos obtener las noticias más importan-
hacia un determinado interés como, por ejemplo, el } y en parte las únicas, sobre la historia militar in-
diario militar del coronel von Schack durante los años ha durante el reinado de Federico el Grande.
1812-1815 y el del conde Friedrich Dohna de la misma ,A. A los diarios pueden agregarse, como una cuar-
época, que he podido utilizar para la biografía de Ylork, ',forma de noticias inmediatas, las crónicas, que po-
son justamente más instructivos. mos resumir como libros de la época. Si las cartas
Mientras más temprana sea la época a que perte- los diarios se caracterizan porque la persona o las
necen, tanto mayor valor tienen para nosotros. El dia- rsonas que los escribieron o hicieron escribir que-
rio de Leo von . Rossmital, yerno del Rey Podiebrad, .n ·que se conservara lo que les importaba personal-
sobre el viaje de este joven magnate a través de Ale- ente en su círculo profesional o de negocios, las cró-
mania, Burgundia, Inglaterra, Francia y España pro: ~~astienen otro horizonte. Desean conservar y mante-
porciona una cantidad de noticias del más alto interés. '.;t lo notable que ha sucedido o acontecido y, por
Del mismo género es, para referirnos a la Antigüedad, el ~rto, de modo esencial según la sucesión del tiempo
diario de viaje de Nearco, que llevó la flota de Alejan- fal menos, la sucesión de los años. ·
dro desde el Indus hasta el Eufrates y del que se con- ,,r,En la forma más sencilla esto lo muestran los índi-
servan fragmentos en el Indica de Arriano. Y sin duda, S· epónimos de los reyes asirios, que George Smith
al Anábasis de J enofonte, como lo muestran indudable- ,itó tomándolos de las Tablas de Korsabad: cada go-
mente noticias sobre estudios y otras cosas más, sub- erno de un rey tiene para la duración del mismo, para
yace un diario que fue escrito durante la marcha de· a año, otro epónimo, por orden de los altos fun-
los 10.000. ·narios de la corte, los gobernadores de las provin-
Para otra serie que corresponde aquí puede servir s, etc. Y en. cada año se agrega qué pueblos o ciu-
de punto de partida un ejemplo de la Antigüedad. es fueron sometidas.
1

El rey Antígono el Tuerto, sorprendía a los envia". ".Indudablemente tuvo Egipto en más de un templo
dos que lo visitaban por el recuerdo exacto de que ellos 'modo semejante apuntes cronológicos y no sólo jero-
le habían visitado ya hacía 10 y 20 años, que habían ficos, de los que conservamos varios, sino hieráticos
tratado esto y aquéllo con él, y que se les había dado· ·ritos en papiros. Los &va.ypmpril ya citados de Tebas
ésta y aquella respuesta. :Él tenía ÚTCoµv'Í}µa."t'a.,
apuntes, • eHópolis son de este género y contienen evidente-
sobre todos los sucesos de negocios y los leía antes de ente esos agregados históricos, como se puede dedu-
las audiencias para saber lo necesario. ..,de los fragmentos de Maneto, concretamente del
Cosa semejante se repite en las más variadas formas'. ephus Contra Apion. Del mismo tipo son los Libros
Así, los libros de registro de las entradas y salidas de rlos Reyes y así surgieron también las crónicas del
los gabinetes principescos; o los libros de las diversas tiguo Testamento.
casas patricias de Nureniberg, Maguncia, etc., frecuen- · .Pues allí como en otras partes no se tenía otra es-

94 95
pecie de cronología -me refiero a la de la cuenta de •, ~, ~n la ~poca de Varro y de Cicerón ya no se tenía
los años- sino la de los gobiernos de los reyes, cuyos pngmal, smo copias, entre otras la escrita en cuero
años singulares se contaban por la serie. <º. e_ne~ templo d_eJuno Moneta. Es posible que en
Cuánto esfuerzo ha costado a los pueblos llegar a .~.v1e30ltber annalzs se encuentren registrados breve-
una forma más o menos torpe de cronología se ve en los ~nt.~qué tiempos, triunfos, pestes y cosas semejantes
griegos. Cada ciudad contaba para sí según tales epó~.. ·. r;1eron en cada año.~ es posible también que otros
nimos , sacerdotes, reyes, arcontes, pritanos, etc. .Había,· ,
. .
g:1~trados, corno los ediles plebeyos, y también otras
índices de tales epónimos que, siri embargo, mientras 1 1has, hayan hecho apuntes de este tipo. Todas estas
más se remontaban al pasado tanto menos segu-· ,jlS; no están ~uficienternente aclaradas. En todo caso,
ros eran. Tenemos conocimiento de tales 7C(1,A,(lt.O't<X.'t1) primero en mtentar en Roma narraciones en verso
civaypaq>'Í)de los reyes espartanos, del índice de las sacer- forma de anale~, ~ue Fabius Pictor en griego, en la
dotisas de Hera en Argos; en ellos pueden hallarse re- gunda ~uerra Pumca, Nevio y Ennio luego en. latín,
gistrados quizá algunos hechos históricos. Pero difícil~ ~Ldespues se desarrollaron hasta la perfección en los
mente pueden ponerse en relación con ellos los llama- )es de Tácito.
dos ot xa't' e'tor TCpa't'tÓµEvayp&.q>ov'tEr,como dicen los gra~, tl.'ero; al mismo tiempo, se conservó la vieja forma
máticos (wpor dicen los jonios de Asia por wpa, xpóvorf ~nd~ria, Y ella dio por resultado de modo peculiar
Pues el horógrafo más antiguo que conocemos, Carón .orn1enzo de las crónicas medievales, tal corno lo ha
de Lampsacos, no es más viejo que las guerras persas .. ostr~do Momrnsen en el cronógrafo de 354. Este
Y lo .que ocurre en los posteriores, como Diodo ro o ~nd~no romano de la época imperial contiene el ca-
Diógenes Laercio con tales breves noticias cronicales,i : c:Iano anual, los fastos consulares hasta el 354, el
no proviene simplemente de llanas y viejas crónicas,) l~mlo de las tablas pascuales hasta el 412, el índice
sino de obras tabularias de la época de Alejandro, como .·.Jos prefect~s de la ciudad, las muertes de los rnár ..
se sabe que Apolodoro escribió una obra tal y cien, :~' _etc., Y, ~malmente, la crónica del mundo de San
años antes fue empleada· en el mármol Parium, sin, ·9Ill~o. ~aJo esta forma pasó el calendario al uso
duda para uso escolar. Un tipo de crónica ática se: las 1gles1as y c~nventos y sirvió de fundamento para
ensayó tan sólo en la época de Demóstenes (Androtion), ª: ~clase d,e ~eg1stros y apuntes que se necesitaban
cien años después de Filocorus. ., :fmes practicos y eclesiásticos.
No menos grande fue en Roma el problema de la, .. ontinuando esta obra calendaria romana se desa-
fijación cronológica, y los índices consulares usados\ llaron luego las crónicas, en cuanto se agregaron
para ella se hallaban ciertamente en desorden a causa . p,tq otros acontec~mientos, corno los de la ...,cortey
de la oscilación enorme en los comienzos de los años,: ~J5tado de cada ano y, poco a poco, se hizo esto
de modo que hasta la Tercera Guerra Púnica, en que se:. •~.µiayor det:1l!e, Y no era nada sorprendente que
comenzó a hacer índices firmes, se acudió a diversas; onvento p1~1era en préstamo la crónica de otro
interpolaciones y semejantes medios violentos. Cierto: ·Yi7nto,la copiaba Y luego la continuaba por cuenta
es ·qtit se tenían los annales maximi, que registraba el· . J?Ia.Muchas de ellas, especialmente la Crónica de
Pontifex Maxirnus, es decir las tablas mensuales, el ca~·¡ _ehard del convento Aura (Chronica Uraugiensis
lendarium, y las tablas anuales, líber annalis (Mommt 1~t1110), pasaron ª. ser auténtica historiografía.
sen: «el libro de la dudad»), y en ellas los cónsulesJ O~ es!a forma antigua de la crónica se diferencia
anuales. Pero si el original no sucumbió en los llamados· .J)~tenor qu_e va c_onfigurando en las ciudades. Co-
incendios gálicos del 399 -pues Roma no ardió enton- pza en Itaha hacia 1250 con Villani, en Alemania ·

96 97
aproximadamente en 1300 con la Crónica estraburgue_sa. •. ,~s importantes comunican lo que vivieron en la ac-
de Closener y con la Crónica alsaciana de J acob Twm- ··on. Esta especie de exposición aparece tan sólo cuan-
ger. von Koenigshofen; luego siguen las de Lübeck, Co- p·hay una vida pública que otorga significación e im-
lonia, Berna, Magdeburgo. Ya el que ellas no se~n es- ,r:~tancia a tales ~xposiciones especiales, aunque el in-
critas por clérigos sino por escrib~ente~ de la c~udad . x1duo en? que JUStamente su horizonte es especial-
y luego' el que en ellas se centre el mteres en la cmdad · ente fasc11;~nte y su personalidad especialmente dig-
y en los alrededores, les da un carácter diferente. Tam- . de atenc10n, o cuando su propósito se justifique y
bién pasan a ser auténtica historiografía, por eje!11plo, plique de alguna manera o se desee legar los hechos
la excelente· Crónica bernense de Conrad Justinger; ·,una manera especialmente perfilada. Aquí es el na-
pero poseen el interés y la ventaja de tener un hori- dor el centro de la narración; su interés es la cate-
zonte cerrado y un punto de vista parcial dentro del tía ·según la cual se hace la composición.
ámbito de .intereses de la ciudad. :.'!3-ssig~ificativo que esta forma de exposición apa-
Al lado de las crónicas aparecen durante toda la .1era p~1mero en Grecia, en la época de Pericles y
Edad Media producciones históricas más libres, llama- \los sofistas, con los 'Y1toµv1)µa:m de Chios y que con-
das a veces anales y otras historiae. Fueron suscitadas . uara ~~sta Ara tos; en Roma fue intentada primero
por los modelos de la Antigüedad romana, .y en parte r, el v1eJo Catón con el título de sua vita, que sigue
los imitaron, en especial a Suetonio. En parte se trata sta en la época imperial, y que se renovó en la época
del simple fin de obtener con ellas panoramas histó:, mundo ahamente culto del Islam tardío -pienso
ricos como Paul Diaconus en la época de Carlomagno; /·las excelentes memorias del Sultán Babar hacia
al que subyace Eutropio., y, donde termina, continúa 0-. Por mucho tiempo faltó esta forma en la Edad
como puede y continúa luego a Landulfus Sagax hasta .dia occidental. Pero, en cierto sentido, se podría con~
el año 820. En parte desean presentar la historia de un· .1aquíl,a Antapodo~is del obispo Lindprand, en la épo-
pueblo o reino determinado, como lo hacen el mismo de Oton I. Despues aparece en los países románicos
Paul Diaconus con la historia de los longobardos, Gre- de el siglo XIV. Concretamente comienza en Francia
gorio de Tours con la historia de los francos, Jordanes '.' la Chronique de Froissart sobre las guerras in-
con la de los ostrogodos. En parte son determinadas ~as de! ~iglo XIV y lu_ego se desarrolla completamen-
épocas las que son narradas en forma de anales, como .~n :h1hppe de Commes, hacia 1480, en la serie de
Flodoardo, quien narra detalladamente en sus Anales m01res, que a partir de ahí se continúa cada vez más
la historia contemporánea desde 919 hasta 986. herante y con los más variados matices, tendencias
Naturalmente que las noticias de las crónicas y · ambién, falsificaciones.
Anales tienen menor valor en la medida en la que los .,6. Ce~ca de las memorias está el caso en...,el que
autores se encuentran alejados de las cosas de que in~ bres importantes no ofrecen sus memoriales sino
forman y de las que se hallaban lejos, tanto por su épo~ ~xponen la historia de su tiempo desde su ~unto
ca como por su situación social; y tieneh tanto mayor . vista tratando de poner en claro las cosas que vi-
valor cuando estaban cerca de lo que aconteció y cuan• ·.on:·Y que en par~e. ~uizá condujeron, según sus co-
do quizá jugaron allí un papel. 1m1entos y su opm10n. En el máximo lugar de esta
Así adquirimos dos formas más de fuentes, las dos e está Tucídides; a ella pertenecen Polibio los
para ilustración del mundo contemporáneo y de 1~ entarios de César notoriamente tendencioso;, En
posteridad, que ellos buscaban o aseguraban buscar. a .er~ _usual la expresión historia para esta clase
S. Por una parte los memoriales, en los que perso~ · -xpos1c1ones, tal como Gellius, en Noct. att. V, 18,

98 99
la diferencia de los anales: historia earum rerum, qui-., 'J'.ttes a veces se encuentra allí una tendencia política
bus rebus gerendi ipse interfuerit is qui narret. ·!r:edesiástica que intentó realizar las combinaciones
Lo esencial no es aquí el bello ,estilo y la dudosa :".¡·comoen gran estilo la historiografía del Antiguo
fama del arte histórico, sino la objetividad y el cono- ;estamento- y otras, el interés de la historia universal
cimiento profundo de las cosas tratadas. , .ccolocar en primer plano el contexto lo más completo
7 Si antes habíamos comenzado en la serie de las .'i'visible.que sea posible, como en Diodoros Siculus
fuentes que hemos llamado pragmáticas con los infor- o se unen a ello tendencias· patrióticas y nacionales
mes sencillos y lo más posible adecuados a la cosa .Y mo en Tito Livio o en la historia de Europa desde
habíamos designado · su última grada como la ·sene -89hasta 1815, de Thiers, cuyo fin había vivido siendo
mixta, aquélla, en los que se exponen los hech?s se- uchacho. O aparece preferentemente el interés en la
gún su relación profunda, según sus grandes fmes o . versión docente o de la docencia grata, como en el
tareas, puede comprenderse que las obras de h01;1b~es :so ·de Voltaire o se juntan todas estas orientaciones
de Estado y de guerreros se encuen~ran ya en transito 1
;_;como,en general, lo hace la producción de épocas
de ser así: no pretenden solamente mformar sobre he- s reden tes.
chos sino: también exponer su significación, su con- , ',Hablaremos · de todas estas formas en el capítulo
text~, su contenido propiamente histórico. . . . . :bre la exposición o presentación.
En los ejemplos citados lo hacen los que escribe~ Es natural que con el aumento de la necesidad de
según sli propia experiencia y, en cierto modo, conti-- 'hura y formación, el material histórico sea elabo-
nuando su actividad práctica; son fuentes para noso- o cada vez más, se· haga cada vez más convencional
tros porque expusieron las cosas según su. conocimien~ s'ta que al fin, en lugar de la visión .histórica viv~
to de ellas. . ·a.rece una real fable convenue. De modo semejante,
Pero en forma semejante y también combmando . rhemos podido observarlo, elaboró el mundo griego
pueden proceder y exponer quienes e~tuvi~ron ·alej ~dos materia histórica y la comprimió cada vez más hasta
de las. cosas. Sea que se trate de la historia de su tiem- '. por fin los más simples e incoloros manuales esco-
po O la de un tiempo ya pasa?º _hace m~cho, el valor· ~s bastaron al interés cultural, de modo igual a
de sus exposiciones descansara siempre JUstame~te en ·o en la época romana escritores como Floro y Eu-
estas combinaciones, ya que no exponen lo propio Y lo Pio dieron las equivalencias sumarias de la gran
que ellos han hecho, sea que estas combi:1-~ciones resul- toriografía de la época de la República y de Augus-
ten del estudio erudito o de la evaluacion de nuevos ' Son los últimos y más decadentes epígonos de la
materiales, que hasta entonces no se habían ut~lizado, $ideración histórica, en los cuales ya no se l}abla de
0 de archivos, documentos, restos de otra especie, etc.,, .contextos reales y de su comprensión y tampoco
y que pueden valer como fuentes nuevas. · ·· a:investigación sobre ellos. No es necesario hablar de
En este campo se encuentra la gran masa de es-. ·.·ctual enseñanza de la historia, tal como se la suele
critos· históricos que, de valor muy desigual, juegan, , •siderar hoy, es decir, como parte de la cultura
para la investigación un papel muy diferente al de_fas, ' eral. Es una confusión grande la de nuestras escue-
fuentes. En ellos lo importante no son las combma- , instituciones culturales la de creer que semeiantes
ciones es decir, las concepciones que tuvo el autorí' : cimientos esquemáticos y superficiales forman
sino l~s materiales que se han combina~o, y uno trat~: e de la cultura general y puede contribuir a la
de conocer la finalidad de estas combmaciones en. la Ura.
medi_da de lo posible para poder desbrozar el matenal.- : a esencia de la cultura y la significación de la
1

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historia para la misma se encuentra en otro punto muy s _ll~madas fue~tes ~ue nos han sido legadas d~. la
diferente. La cultura no es en modo alguno idéntica ·..t1guedad. La h1stona de la Reforma de Ranke, na-
con alta cultura técnica y opulencia económica; su \ da del estudio de muchos archivos, contiene no sola-
naturaleza es esencialmente ética pues se basa en que •\iente en material mucho más de lo que proporciona
aprendamos a comprender y valorar lo humano. La kexcelente_ Sleidan, contemporáneo de la época de la
comprensión de las situaciones y configuraciones hu- '· forma,. smo que ve panorámicamente y desarrolla
ffe ~ontextos políticos de aquella gran época, mejor
manas de nuestro tiempo, de su contenido y de su sig-
.nificación, se profundiza en la medida en la que las ¿111as,seguramente que lo que pudo suponer alguno
comprendemos en su ser históricamente devenido; y los que vivieron entonces. ·
esta más profunda comprensión es lo que da· al hom- ·uLo puede hacer mediante el tratamiento metódico
bre.culto su mayor peso en comparación con la masa .la tradición histórica conocida. En su historia de
tosca y de la elegante tosquedad. ,.1:1ª' ~fo~u~r no utflizó mucho más que él conocido
Todo presente necesita reconstruir para sí su ser ..,10,.D~oms10.Y}~ literatura corriente; pero su gran
devenido, su pasado, es decir, comprender, a la luz pfund1dad h1stonca y política, su arte de interrogar
de lós conocimientos adquiridos, en cierto modo des- ..f:1entes, su arte maestro de la interpretación de si-
de un más alto punto de vista y con un horizonte más c1_onesy condiciones políticas, le permitieron des;;.
, ~ir Y mostrar ,cosas, de las que Livio y sus contem-
amplio, lo que es y ha llegado a ser.
Pero es cierto que mientras más lejos estén de no- ~.raneos no teman sospecha alguna. Lo que Ranke,
sotros las cosas que tratamos de comprender, tanto :ebuhr y otros investigadores semejantes investigan-
menos estamos inmediatamente y sin más en capacidad . :de esta manera lograron y expusieron, no puede lla-
de verlas correctamente y de comprenderlas. Se re- ~rse en sentido propio primera y ordinaria fuente,
quiere una amplia, difícil y erudita mediación para ro, mucho menos, fuente derivada. No transmiten
poder situarse en lo extrañó y en lo que ha llegado a .ncepciones primeras e inmediatas; pero las concep-
ser incomprensible, para reconstruir las nociones y los 1:es que ofrecen han sido obtenidas por una vía me-
pensamientos a partir de los cuales hace siglos y mile- dica tan ~egura que, en muchos aspectos, tienen un
nios se hicieron y se concibieron las cosas, para enten- for superior al de las primeras fuentes.
der en cierto modo, el lenguaje que hablan esas para /, Con es~e tip~ desarrollado de la concepción histó-
nosotros extrañas situaciones y acontecimientos. ' a.· combmatona termina nuestro panorama de los
Y ahí aparece entonces nuestra ciencip. con una ta- ~teriales.
rea especial y característica de ella. No tiene simple-
mente que repetir lo que se ha legado como historia/
sino que debe penetrar más hondamente, hacer resu~ Jhallazgo del material
citar y comprender espiritualmente, en la medida de § 26
lo posible, lo que del pasado aún puede encontrarse;
prete:gde, en cierto modo, crear nuevas fuentes. /Nuestra investigación tiene que moverse en esta
Lo puede hacer, en parte, mediante el uso y manejo tidad de materiales.
de materiales que hasta entonces no se conodán, de ·,,Vimos que ella parte, en cada caso dado de una
monumentos que aún no se habían encontrado o com-- ...gunta determinada. O bien esta pregunta, e~ta tarea,
prendido. Ya conocemos la historia egipcia y asiria1 ul~a del. contexto de nuestros estudios e intereses,
mejor y más profundamente que la serie completa de ,) mvest1gador se le impone desde fuera una tarea

103
102
tal, como por ejemplo, al archivero con _cada_docu- , {In'algo con un muy fino conocimiento de la cosa y la
mento que tiene que investigar o al anticuario con ;;ás aguda atención. ,
cada nueva moneda, con cada nueva inscripción, etc., r·•riy esto es mucho mayor cuando se trata de la An-
o al funcionario que tiene que demostrar los viejos de,. ~·edad clásica y, sobre todo, de la pregriega, donde
rechos de una corporación. Siempre se trata de una ;,estado de las fuentes es casi miserable, no teniendo
determinada pregunta o de un complejo de pregun~as ·ra ello el· auxilio de los archivos.
que se presenten a la investigación; y entonces es lll· ;Y,¿qué ha de pasar cuando el investigador no tiene
dispensable buscar el material necesario para esta ~ tratar cuestiones de historia política, cuando quie-
investigación. ;ilustrarse sobre asuntos económicos y sociales, so-
Para el primer paso contamos con lo necesario a . e el comercio, el arte, la técnica, sobre cosas acerca
partir del conocimiento general adquirido en los cono- las ·cuales no hay trabajos previos, ni siquiera colec-
cidos manuales y obras auxiliares en las bibliotecas, ;hes?
para familiarizarnos, al menos, con el estado ya adq1:1i• :?con estas observaciones quiero llegar al arte de
rido de la cuestión y para orientarnos sobre las fuentes ':scar los materiales necesarios, a la heurística.
ya utilizadas. :Muy pronto se aprende que lo que existe directa-
O si se trata de cosas del pasado inmediato: es aún \nte como material histórico, especialmente bajo la
posible obtener informadón de los participantes; cier- ,;rna de fuentes, es realmente muy poco y que aún
to que en tal caso hay que estar ya informado más ~1e hay aparentemente una gran cantidad, lo más
exactarn:ente para poder preguntar . correctamente. Y portante, por regla general, no ha sido transmitido
con ello se tienen sólo fuentes, es decir, concepciones ,·modo expreso, sino, tal vez, ha sido informado ca-
cuyo valor debe ser investigado más detalladamente. álmente.
''·;'•'
·
Siempre se dará uno cuenta que es necesario in- i:. Lo que importa es encontrar ayuda por vía indi-
tentar. conseguir nuevo material además de las fuen- pta.
tes, es decir, concepciones, opiniones y, si es posible, 1
Si significó ya un gran progreso de la investiga-
::

restos que provengan del contexto de aquellos suce- 1U el que -primeramente en el siglo XVII -se avan-
sos para poder tener un control y realizar otras de- :ra más allá de las fuentes hacia los archivos- Hort-
ducciones. Cuando se trata de cosas. de los últimos . er, Chemnitz, Pufendorf, Seckendorf, para traer a
siglos se dirige uno a los archivos. En ~llo~, la tare~ ,~nto los restos de los asuntos, con el uso de los otros
de la búsqueda y hallazgo es bastante complicada: ah1 $tos materiales ganó la investigación un amplio círcu-
se tiene el material en bruto de los asuntos, con su 1p.e posibilidades sumamente útiles. Y el haber repre-
masa enorme de detalles es frecuentemente inutiliza- :tado y formado esta dirección, a cuya cabeza se
ble o está disperso en un nudo de cosas, que obliga · :tuentran Niebuhr, Savigny, Bauer, Jacob Grimm, es
a un esfuerzo considerable para deshacerlo, sin per- mérito de la investigación alemana de este siglo.
derse. De cuatro a cinco siglos hacia atrás los archivos El arte de la heurística no puede conseguir mate-
son ya bastante precarios; de tiempos muy tempranos fos que no existen; pero no existen solamente los
sólo contienen piezas sueltas, en el mejor de los casos ·e cada uno ve a primera vista, y la genialidad del
documentos en cierto número pero que mientras más estigador se muestra en saber encontrar materiales
se remontan tanto más casual es su contenido, tanto nde otros no vieron nada hasta que se les mostró
más frecuentemente resultan inauténticas y sólo apor- .do lo que allí había.

104 105
De acuerdo con esto habrá de establecerse para la "disponer de él, serfa muy importante para la fijación.
heurística la siguiente serie: ' f~ómo conseguir el texto auténtico? Se _sabía que el
a) - Los materiales que se pueden obtener a pri- ~tnperador Carlos había dado al Duque de Alba el
mera vista. Es propiamente asunto de la erudición y el triginal que se le había entregado, es decir, que posi-
conocimiento el saber tenerlos a la mano y manejarlos :·"lemente el original había sido llevado a España a la
cabalmente. _ ,'iblioteca de los Alvarez de Toledo. Gotthold Heyne
b) Lo que sigue inmediatamente es el descubri- _fajó en 1845 a España para buscarlo e investigó en
miento de fuentes, monumentos, documentos y archi,;, ~s bibliotecas de Calahorra, de Simancas y otras más;
vos que hasta entonces no se conocían. Con mucha fre- ·:_contró muchas cosas y muy importantes, pero no la
cuencia acontece esto por casualidad. Así, por ejemplo, ugustana. Más· afortunado fue Giesebrecht con los
las numerosas inscripciones griegas y romanas que se ñnales Althanenses. Vio que Aventino los había uti-
recogieron en los últimos decenios por medio de una zado aún en 1520; y pudo reconstruirlos én buena
búsqueda sistemática. Así el Antimaquiavelo de Fede- ~rte del texto del Aventino; en los restos de la biblio-
rico el Grande, que Voltaire editó en 1740 en Amster- ;a del monasterio de Altaich no se encontró el ori-
dam pero que, como se sabe, fue considerablemente ·-_- al; pero un -discípulo de Giesebrecht descubrió_ la
corregido por él de modo· que no se sabía qué había '.ella de los papeles buscados de Aventino y entre
allí del rey, qué del editor, hasta que se encontró el tos encontró, al fin, una copia completa de los An-
ejemplar de la propia mano del autor, con excepción les buscados, que entonces editó junto con Kv. Oe-
de uno o dos capítulos, en una colección de autógrafos, )e, en 1868. De especial importancia para los dos .gue-
y· fue editado en 1834; desde entonces se han encon- ~as silesianas de Federico II son Las campagnes du
trado los capítulos que faltaban en el Archivo Secreto ·bi, impreso en 1762, y cuyo autor es, según alusión
del Estado y ahora se aprecia cuán grande es la dife- gura del editor, el general Stille; pero en el Eloge
rencia entre el original y la edición de Voltaire. >Stille de 1750 menciona otros escritos inéditos de
Tales descubrimientos son de todos modos un privi- ille, con excepción del buscado; y se encontraron en
legio de la casualidad. Pero tan sólo la mirada del co- 1Archivo de Berlín varios manuscritos de ·estas Cam-
nocedor, el conocimiento exacto del asunto y la justa -gnes du Rói, más o menos diferentes entre sí de la
combinación tienen el mérito de reconocer lo encon- rsión impresa; lo que interesaba era compararlos
trado en su significación. Los· viejos cuadros en la ,n el original. ¿ Pero dónde se encontraba éste? Stille
alcaldía de Goslar eran conocidos por todos en la ciu- a·conocido como autor de literatura amena de aquella
dad, pero sólo la mirada experta de un pintor reconoció oca, tenía en Halberstadt su guarnición, era amigo
su importancia para la historia del arte, y al buscar ,/ Gleim con quien tenía correspondencia; aflí podría
en el archivo de la ciudad se encontró que Michael :~tar el manuscrito de las Campagnes; y allí estaba
Wohlgemuth, el conocido maestro de Durero, había :ectivamente, escrito por su propia mano.
sido llamado a Goslar y había recibido tantas guidas· 1:,d)_ Además importa que las cosas que no parecen
de oro para pintar la casa municipal. -r material histórico se las convierta en tal mediante
- cf No sólo la feliz casualidad descubre. Se puede ·,correcta clasificación. Tan sólo mediante una cierta
encontrar la huella de lo que se busca adivinatoriamen- ··rma de_consideración ofrecen al investigador un as-
te. Ello se hace siguiendo el decurso que ha tenido la- ·cto muy provechoso.
cosa. Se carece del original de la confessio Augustana, , 'Especialmente para la historia antigua, esta forma
del texto, pues las copias existentes difieren entre sL _s,·sumamente útil. Así, la brillante obra de Kirchoff

106 107
sobre la historia del alfabeto griego: éste tomó las '{Bnal ·que se había formado utilizando los mismos es-
inscripciones antiguas que Boeckh había puesto como ll:tos como fuente.
antiquissima en primer lugar en el C,orpus I nscriptio- 'te) Otro camino para explorar materiales indirec-
num Graecarum, sin llegar al resultado de cómo se re- /s,~s el"de la analogía, a través del cual un fenómeno
lacionan paleográficamente y, a partir de la forma de ··rtocido se lo reconoce como semejante con aquéllos
las letras, desarrolló los distintos sistemas y secuencias ·e· lo utiliza para una comparación. De las .pocas noti-
temporales logrando así puntos cronológicos de apoyo s de las fuentes medievales no se puede entender
para la época que se remonta hasta las guerras del mo los alemanes -tal como sucedió~ pudieron des-
Peloponeso, y proporcionando además, una cantidad de , zar a los eslavos del Saale y del Elba, más allá
información con respecto a la historia política y del l Oder, ¿cómo poder comprender esto? Es claro que
arte. Muy poco sabemos de la vida de Erwin von Stein- ,.nzaron batallando, y que tuvieron que asegurar mi-
bach, pero la catedral de Estrasburgo muestra en qué armente el terreno ganado. ¿Sucedió esto quizá de
forma desarrolló y adornó exquisitamente esta nueva nera análoga a lo que sucedió con los romanos y sus
arquitectura. La misma transformación, el mismo estilo 'lónias militares, con los rusos y sus puestos de co-
y las mismas formas de construcción encontró Adler, "cos y sus bloques de casas en el Amur y en Turques-
quien investigó la cuestión,- en la catedral de Friburgo, rt? De todos modos, tan sólo en el Saale, después en el
en otras iglesias de Suabia y de Alemania y así, a ulda y luego a lo largo del Elba se encuentran cas-
partir de las obras del Maestro, pudo mostrar la mar- los, de a tres y a cuatro avanzando sobre el río, y un
cha, y aun la serie cronológica de la actividad de v. 'tiesto mayor de este lado del río; .se oye a veces de
Steinbach hasta la obra plena de Estrasburgo. ~tos castillos de vigilancia y de su distrito, de los va-
Y hasta con las fuentes propiamente tales se tiene allos que prestaban servicio en estos castillos. Con esta
oportunidad de proceder igualmente .. Pues ellas no son ;::_,alogía se aclara la cosa.
solamente tradiciones de lo sucedido, sino también ):f) Finalmente la hipótesis, el presupuesto de un
restos de su tiempo y de su concepción. Ferdinand in texto, para el cual la demostración es. la evidencia.
Christian l3auer tuvo presente este punto de vista con [ hipótesis resulta al investigador de una concepción
respecto a los escritos del Nuevo Testamento: recono- l re, amplia y total, a partir de la cual desarrolla el
ció en ellos las distintas corrientes y concepciones de tcub de posibilidades, o el de una posibilidad de
las primeras comunidades cristianas; encontró la fuer- ,plicación, e intenta luego ver si los fragmentos que
te contraposición entre la tendencia pauliana y la de rn existen se ensamblan· en esta línea hipotética. El
Pedro, entre la pagano-cristiana y de la judeo-cristiana; ndamento es que las cosas, precisamente porque una
a partir de las cartas desarrolló las tendencias, la di- z fueron y tuvieron efecto, deben haber tenido un
fusión de las distintas direcciones, las cuestiones dispu- htido y que es posible representar su ·devenir y su
tadas que las separaban, la historia evangélica que fue ecurso según este sentido, no para satisfacer con ello
comprendida por los paulinos de manera muy dife- fantasía, sino para reencontrar el contexto perdido.
rente a la de los petrenses. Así obtuvo indirectamente '.1· • Sobre este tipo de hipótesis se funda el descifra-
de las fuentes mismas, considerándolas como restos y iento de la escritura cuneiforme. Entre las escrituras
escritos de esta agitada época, el material para ex- neiforrrtes que copió Karsten Niebuhr en Persépolis
poner la estructura del Cristianismo primitivo de una ;)·que luego investigó detalladamente Grotenfeld, se
manera completamente distinta y de acuerdo con la rnconttaron dos en obras pictóricas que exponían ob-
naturaleza de la cosa, y no según la tradición conven- _-'equiosa un rey. Grotenfeld supuso que aparecería

108 109
~;..
,,,..,
el nombre de Darío o de Jerjes, encontró varias veces )explicación de una sola inscripción, habrá de llegarse
el mismo grupo cuneiform~, del que él supuso que J:nalmente a un límite que por lo pronto resulta difícil
contenía los nombres de los reyes; con infinito esfuerzo ''.,esuperar, y se concluye esta parte de la investigación
logró fijar uno de estos signos como letra; estos apun- '.:cmla confesión de que el material para esta cuestión
tes los publicó en 1802; él mismo, y luego Lasse, Bur- /stá lleno de tales y cuales lagunas, y tiene ya gran
nouf, Behr, siguieron por este camino, y a mediados de ·)tlor el constatar .que existen estas lagunas.
los años treinta, estuvo listo el alfabeto de la escritura '>: El asunto es diferente cuando se nos plantea la pre-
cuneiforme persa, y al mismo tiempo, se había mostra- nta de una forma más laxa, cuando resulta de un
do el lenguaje en que se había escrito. Con ello se tenía htexto mayor de nuestros estudios, de una concep-
la clave de las otras dos escrituras cuneiformes que, ón más libre de la tarea. Por mucho tiempo se vio
por ejemplo, se encontraban como traducción en la gran Filipo y en Alejandro la decadencia del bello mundo
inscripción de Behistun junto a la persa y así, a base iego y el comienzo de siglos de la más profunda de-
de esta investigación hipotética, se obtuvo el conoci- eneración. Las fuentes históricas sobre Alejandro y
miento de las escrituras cuneiformes asirio-babilónicas c. s sucesores no dan más que informes sobre guerras
y de las llamadas turánicas y, con la primera de éstas, }conquistas, y de ellas no se ve que esta época contu-
fue posible estudiar los ricos tesoros de ins~ripciones ·era ·otra cosa como no fuera pura destrucción. Pero,
de Nínive y de Babilonia. eran estos siglos después de Alejandro tan vacíos
Igualmente de hipótesis partió Welcker para su des- /yermos? No sólo hay en Alejandría, Pérgamo y Antio-
cubrimiento gracias al cual se llegó a la plena com- uía los grandes estudios de las ciencias filológicas y
prensión de la obra de Esquilo: el descubrimiento de actas, sino que aparecen en las inscripciones y en los
la Trilogía. · a.piros las grandes organizaciones de Alejandro, de
Y lo mismo pasó con el descubrimiento de Inama- titígono y Tolomeo, etc.; un gobierno social de tipo
Sternegg. Él formuló la hipótesis de que el rápido eculiar, con fuerza semejante ·y visión de progreso,
tránsito de la vieja libertad germánica, que se reco- .' mo la monarquía del siglo XVIII; dominio indepen-
noce aún en la marcha militar de Carlomagno, a la des~ iente de los griegos en Bactria e India, un aumento
organización y servidumbre en la época de los Otones menso del comercio, grandes obras de canalización,
tuvo que estar condicionado por circunstancias econó- tcétera-, un florecimiento de la vida urbana como lo
micas, que sólo el fortalecimiento y la :eoncentración uestra, por ejemplo, una inscripción recién descu-
de trabajadores hizo posible una gran cultura agrícola, ierta según la cual en el censo de la época del naci-
y mayores frutos y ganancias, y que así lós más ricos iento de Cristo, Apamea en Orantes contaba con
y poderosos se apoderaron del trabajo y de la posesión ·:70.000ciudadanos romanos. Se ve que la cuhura grie ..
de los menos fuertes y en la situación mejorada de los " a,comienza a penetrar en Roma desde el 180, y pronto
territorios más grandes, la pequeña gente, ya no del .e difunde una ilustración bajo el influjo de Polibio
todo libre, encontró una mejor situación. de otros en el círculo de los Escipiones que, en las
En estas formas se mueve pues la heurística. Tiene eformas de los Gracos -su madre era Camelia-'-, ha ..
una aplicabilidad, cuyo límite es difícil de precisar. -ría de ganar pronto la más grande significación, tam-
Aquí surge otro momento muy característico. ;ién política. Se ve en el Judaísmo de esta época de
Naturalmente que cuando se trata de una cuestión. a septuaginta cómo se realiza una reconfiguración que
que está dada y fijada exteriormente, por ejemplo la ,rtcuerítra su madurez en Filón, etc. Dicho brevemente,
aclaración de un solo acontecimiento, el complemento · cuando se persigue el desarrollo espiritual de estos si-

110 111
glas se reconoce la peculiar significación de este tiem- :l.La historia de la ciudad de Roma hasta la época
po helenístico, con su contraposición a lo puramente ¡_~.lasguerras samnitas nos sería igualmente oscura e
heleno y la despreciada barbarie, la creación y funda- :~diferente, si con estas guerras y desde Pirro, no se
mentación de una forma de existencia en la que lo j~ta a lo anterior una significación. Tan sólo en los
general humano se eleva por sobre el nativismo y el ·tentos de reforma del Imperio bajo el emperador
carácter tribal de las culturas existentes hasta entonces, aximiliano se ve la cantidad de degeneraciones y
una fermentación, una -teocracia y etnocracia, en cuyo Jicultades que se habían acumulado en la situación
decurso se muestran fenómenos tales como el· milagro- ,~nstitucional alemana desde Carlos IV. Y si la funda-
. so Apolonio ele Tyana, como aquella secta judía de los ,f,n de la Unión aduanera a partir de 1827 pareció
esenios, como el Cristianismo incipiente. Buscando e ,los contemporáneos como algo de naturaleza pura-
investigando llegamos así a un resultado diferente al ente económica, 1848 y 1871 mostraron la cantidad
que se apuntaba con nuestra primera pregunta: nuestra · ;,:efectos que produjo esta unión, y los fundadores
pregunta se ha modificado y corregido, es más pro- \la misma fueron conscientes de que ellos podían lo-
funda, más llena de vida, más adecuada a la cosa. . r por este· camino tales efectos.
Se ve así lo que significa para nosotros esta modifi- )Y así en todas partes. La consideración histórica
cación de nuestra pregunta. Buscando una respuesta a 11ederecho a concebir los hechos a la luz de la sig-
esta pregunta por Alejandro y su política, llegamos a _icación que adquirieron por sus efectos. Sin estos
puntos de-vista que no pudieron tener los contemporá- , textos, sin esta continuidad, se renunciaría a com-
neos en medio de aquellas luchas. Y, sin embargo, nos ' nderlos históricamente. Pero hay que tener con-
descubren la significación y la tendencia de lo que ncia de que es nuestra comprensión la que los pro-
Alejandro hizo o lo que sucedió por su acción. El de- . diza; no hay que creer que hay que concebirlos
curso de los tres siglos siguientes hasta el gran giro o su presente, como los vieron las primeras fuentes.
del Cristianismo incipiente nos da, en cierto modo, la
clave de la incógnita; reconocemos el punto hacia el
cual convergen todos los desarrollos desde las campa~
ñas de Alejandro. Tan sólo en este gran contexto com-
prendemos la .época de Alejandro, de los diádocos y de
los epígonos.
Con ello resulta ahora metódicamente un nuevo
momento. A los materiales históricos pertenecen tam-
bién los efectos de las cosas a que nos remitió nuestra
tarea, nuestra pregunta; efectos que no conocieron y
no sospecharon los contemporáneos. Lo que sigue a los
grandes sucesos es, en cierto modo, un análisis y un
acabar de pensar los momentos que se hallaban y ope-
raban en ellos. Y si estos efectos siguen a estos comien-
zos, tenemos entonces el derecho y el deber de sospe-
char en los comienzos sus gérmenes, sus impulsos. Al
conocerlos y constatarlos, obtenemos un material his-
tórico, que resulta de los efectos y desarrollos.

112 113
11. LA CRÍTICA En la historia estamos ert una situación doblement~
§§ 28.29 :ala en este aspecto mientras no tengamos claridad
:'obre la tarea que ella tiene y de acuerdo con la cual
·abrá de definirse su crítica.
Partiendo de la idea de que tiene que juzgar algo
contecido o hecho, podría criticarse o bien material-
ente el rendimiento histórico tal como la conducción
· e una guerra, la constitución de un Estado, los he-
Se ha indicado antes lo que significa la crítica his- ·.os literarios y artísticos de una época o, moralmente,
tórica en general. Si nuestra investigación comienza al ·s caracteres, los talentos, las acciones de las per-
ocuparnos con lo que tenemos en .nosotros como vi- ,nas que actuaron históricamente, los motivos y las
sión y representación históricas, al querer cerciorarnos ndiciones de sus acciones.
de una determinada cuestión para saber hasta qué pun- Y por mucho tiempo la historiografía no sólo se
to y si es justo lo que hasta ahora bona fide hem.os 'á por satfsfecha con este tipo de crítica sino que
tenido por- tal, ya hemos visto cómo encontramos y , nsideró que su verdadera tarea era convertirse en tri-
podemos complementar el.material para dar respuesta ·.·nal y considerar a la historia universal como el tribu-
a esa pregunta. al del mundo, y hasta actuar como tal. Muy recien-
Et siguiente paso ha de ser examinar el material así mente Ottokar Lorenz ha expresado la opinión de
encontrado para saber si y hasta qué punto es ade- e tan sólo el « juicio de valor» y el justo método de
cuado para servir a aquello para lo cual lo necesi- efinir los valores espirituales». puede hacer de la his-
tamos. ria una ciencia. Pero los documentos de que dispb-
Utilizo estas expresiones imprecisas porque en nues- :'.mos, ¿bastan para que con alguna seguridad poda-
tra disciplina es aún .muy controvertido lo que tiene os juzgar y condenar? Y, ¿posee la ciencia histórica
que hacer la crítica y hasta dónde alcanza su compe- ¡;,pauta para juzgar una obra de arte, la conducción
tencia. -,;una guerra, un progreso económico, y no es esta
La palabra crítica tiene un uso muy amplio y varia- uta más bien propia de la ciencia del arte, de la
do. El filólogo entiende por ella, en lo esencial, el ncia de la guerra, de la teoría económica?
establecimiento del texto; el crítico de arte se orienta <Cierto es que ya desde muy temprano se consideró
esencialmente hacia el juicio estético; en la filosofía,. ·cesario examinar y corregir los hechos tal como fue-
esta palabra tiene, desde Kant, la significación de la ir transmitidos y como se los creyó. Fue ya un consi-
más profunda investigación especulativa, etc. rable progreso del conocimiento histórico"" cuando
Común a todas estas diferentes especies de crí~ica ddides trató de fijar los hechos con la mayor ca-
es el que en ellas se trata del examen y la investigación ,.:·cción posible, frente a Herodoto, de fácil fe y muy
de algo dado o hecho. Pero, en la palabra misma, no ·do .a buscar historias simpáticas, y cuando Polibio
se encuentra lo que ha de investigarse, si .la forma o hte a los historiadores griegos de su tiempo, que
el contenido, si los fines o las condiciones, si el origen mpre escribieron para causar impresión y gustar,
o el trabaio u otra cosa; ello habrá de determinarse so de relieve el interés en lo sobrio y adecuado al
para el filósofo, para el estético, para el militar, para. terial y le dio valor exclusivo.
el arquitecto, según sus tareas y puntos de vista res- : Sería injusto si se quisiera desconocer que ya Tu-
pectivos. Hides utilizó más que los simples Myot., que él compa-
114 115
:l
.f.:
'0
ró críticamente la tradición, que utilizó documentos, ;)Jnara ya la doctrina evangélica, el que ésta, separada
actas, cartas oficiales del Metroon de Atenas. Y de ; :;:,1asdirecciones reformada y -luterana, continuara el
esta forma detallada de investigación se puso en plena ."f¡1:J,erzo. crítico, mantuvo al espíritu moderno fresco y
marcha ya con Aristóteles y con los escritores attiden- ' ((actividad. Con la gran lucha de los Países Bajos
ses, con Tolomeo en la historia de Alejandro, se man- .'tra España se inició aquella serie de investigadores
tuvo en Jerónimo en la historia de los diadocos, y así ··onotes, Casaubonus, los.dos Escalígeros, Rugo Gro-
hasta Polibio, quien posiblemente tomó más de los , que extendieron el arte crítico más aún sobre el
documentos que de los conocidos tratados que él cita, plio campo histórico.
por ejemplo con Cartago, y también otras piezas oficia- 1Así se abrieron vías en el nudo de la tradición his-
les, como por ejemplo, sobre la legión y el campamento. ·jca, de la sacra y de la profana, que se aumentaron
Y con Varro alcanzó la literatura romana un rasgo real- nto gracias a las investigaciones diplomáticas de
mente erudito. ibniz, las jusnaturalistas de Pufendorf y Christian
Pero tan sólo tarde, al final de la Edad Media, con Ómasius y, al mismo tiempo, de Pierre Bayle en su
'los comienzos del espíritu moderno, tal como lo desa- f<ftonnaire historique et critique, el primer resumen
rrollaron los estudios entonces renacientes de la Anti- 'tico culto de los resultados obtenidos y destinado al
güedad Clásica, las grandes -cuestiones prácticas condu- ··1ico.
''J.·'· '
jeron a una crítica real y sistemática, en cuanto que "Una vez abierta la compuerta, se comenzó desde
en la lucha incipiente contra la jerarquía romana y sus s inicios del siglo xvnr, a ocuparse con la cuestión
pretensiones desmesuradas, contra sus mentiras y fal- ·~rica de la crítica. Basta mencionar el libro de Er-
sificaciones, el espíritu moderno se sirvió también del hsti De fide historica recte aestimanda de· 1746 y el
arma de la investigación. Tal vez el primer ejemplo de \_Griesebach De fide historica ex ipsa rerum quae nar:-
una investigación real crítica es el de Lanrentius Valla: ittur natura dijudicata; los dos están pensados en lo
él demostró en 1439 la inautenticidad de la llamada do- encial contra la historia bíblica y sus milagros. Se
nación de Constantino y del documento correspondien- átaba de la diferenciación racional de lo que según
te; demostró igualmente el enrevesamiento de la opi- './naturaleza de las cosas y sus leyes inmodificables, es
i :1 nión eclesiástica según la cual el llamado símbolo sible o imposible.
apostólico provenía de los doce apóstoles; desenmas- 1
t:Por segunda vez tuvo la filología el mérito de· hacer
caró la inautenticidad de la supuesto carta de Cristo anzar la crítica. Perizonius y Bentley enseñaron a
al Rey Abgaro de Edessa, que se encuentra en la His- ticar no sólo desde los aspectos exteriores de la tra-
toria eclesiástica de Eusebio, I, 13. El mismo espíritu fon, no sólo con racionalismo escéptico, sino toman.:.
crítico, es decir, moderno, .aparece también en primer . r:en cuenta el contenido material de la traclición y
plano, sólo que más agudo, en la Reforma, y un medio ·~i'lo legado, el estilo y el curso de los pensamientos
contra el papismo fue la demostración crítica de que '::los textos transmitidos, para separar en ellos lo au-
la teoría de los siete sacramentos convertida en dogma tico de lo inauténtico. Luego siguieron Lessing,
por la Iglesia, su teoría de la tradición, sus decretalias ihckelmann, Wolf, Niebuhr, quienes aplicaron el mis-
seudoisidorianas, su culto a María y sus h,istorias de o sistema crítico a filofemas, a obras de arte, a gran-
santos era vana falsificación y engaño. Hasta que Flac- s obras literarias como las de Homero, Livio, etc.
cius, hacia 1550, limpió críticamente en sus Centurias ,mún .a ellos era que habían convertido en objeto de
toda la historia de la Iglesia. Jinvestigación las fuentes de conocimiento a partir
El que la Iglesia romana, pese al Tridentino, no do- é las cuales habría que explorar primeramente toda

116 117
i.'
nótida sobre la Arttigüedad. Y la teología, en la que ·(~idas y de tener por objetivos los hechos que resultan
la dirección nacionalista había llegado, con el consejero ')las primeras fuentes demostradas.
eclesiástico Pablo, a su esterilidad y exterioridad ple- s:i;Pero, aplicado a otras cuestiones diferentes de las
nas, logró con la Escuela de Tubinga, . de Friedrich ;lítico-históricas .o de. historia eclesiástica, este mé-
Christian Baur, imponer esta misma idea y alcanzar ldo resultaría pronto ser un método romo. ¿Cómo se
su plenitud en las investigaciones sobre el Nuevo Tes; ··e.de llegar con él a una historia de la arquitectura
tamento. .e la vida económica, puesto que no hay tales fuentes
En la misma época, hacia los años 30, se desarolló · •:ritas que cuentan estas cosas?
la crítica· histórica en la edición de los Monumenta '.Y-;
¿ dónde se encuentra la medida para determinar
Germaniae, en las escuelas de Pertz, Boehmer ·y Ranke; l de los informes primeros, a veces contrapuestos,
quienes continuaron lo comenzado por Niebuhr en su por<?iona el llamado hecho objetivo, por ejemplo,
Historia de Roma, en interés de la historia aleman~ rea de las reformas eclesiásticas de Gregorio VII,
medieval. .de el Concilio de Sutri en 1046, sobre las cuales
El cará.cter actual de esta escuela crítica es que ell~ contradicen fundamentalmente los informes de Boni-
encuentra en la crítica todo el método de nuestra cien~ de Sutri y de Benzo, obispo de Alba, el uno papal, el
cia, y por cierto una crítica que desea orientarse esen~ · o imperial?
cialmente hacia la tradición de las fuentes. .y, ¿cómo ha de comportarse uno si hay otros ma-
iales además de estas primeras fuentes? Si se clis-
Del círculo de esta Escuela misma se ha publicado
e de una gran cantidad de papeles de negocios en
poco sobre la cuestión teórica de nuestra ciencia. L8:
. •archivos? Y, ¿ qué se puede hacer con esta especie
conferencia de H. v. Sybel sobre Las leyes del sabe~
~:dcrítica en la historia de la literatura, en la historia
histórico, de 1864, apenas la roza; Maurenbrecher, Ull-
fl.arte, donde los hechos objetivos buscados se en-
mann, y otros han elucidado cuestiones de detalle, y ':entran ahí, inmediatamente? Para la historia de la
sobre la cuestión lo máximo se encuentra en Doennige; · ratura del siglo XVIII tenemos a la vista una cantidad
en su Crítica de las fuentes de la historia de ,,Enri 1 .\hechos objetivos, a saber, las obras de nuestros auto-
que VII, en la Introducción, de 1841. ·
:;·/ y con excepción de las numerosas erratas de las
Según la exposición de Doennige, la crítica tiene que dciones actuales, queda muy ·poco por hacer para el
averiguar el hecho objetivo, y éste se puede lograr me".. /tablecimiento del hecho histórico. ¿ Habrá que ir aquí
<liante la rigurosa investigación y la comparación de, :\busca de la producción de las ideas? ¿ O ha de enten-
los informes. La crítica pues tiene que hacer auténtico& \~~sepor historia de la literatura alemana las cosas
los informes. Así hace posible la crítica de la exposi, ~~rsonalesmarginales, por ejemplo, la relación""de Goe-
ción; su fin es poner de relieve el hecho históricq ., -con Otilia, con Frau v. Stein, con Lili, etc.?
de manera tal que sea posible encontrar la idea del Como se ve, en esta concepción de la crítica existe
hecho. Luego aparecen otras actividades, como la d~
la producción, etc. La opinión parece ser que la pro~
_a considerable oscuridad. Ella sospecha con razón
µe- la historia y su investigación deben dirigirse a los
ducción es el encontrar y el asir la idea que se encuen: .:.teriales históricos, de los cuales ·ha de sacarse sólo
tra en los hechos. exclusivamente nuestro conocimiento de lo que es.
Como se ve, esta concepción proviene del hábito de pasado y de lo que ha pasado. Pero, con el concepto
comparar las fuentes tal como se encuentran en la Edad ,:hecho objetivo que propone, desconoce la naturale-
Media, de diferenciar las fuentes originales de las de• ·.:de los materiales históricos.
118 119
Lo que ella designa como hechos objetivos, una ba;. •.PS, que tal vez se hallaban y operaban sólo momen-
talla, un concilio, una rebelión, ¿han existido como tales1 . ,amente en el individuo, en cierto modo pasaron
enla realidad? ¿No son más bien los actos de muchos, \ •él, pero con tal poder y excitación que cada uno
de innumerables detalles de un proceso, que sólo };Íos participantes fue elevado, para este aconteci-
representación humana resume y recoge como tal, se: nto, por encima del ámbito del querer individual.
gún una finalidad u ocasión o efecto comunes a estos: f:terto. es que un artista, el pensador, el gran go-
detalles? En verdad son actos humanos de voluntad, es: '.' ante, el guerrero están en condiciones de confi-
el sufrir y el quehacer de tantos individuos, de los\ r su voluntad y su pensamiento en lo que ellos
cuales resulta para la representación humana ·conjunta , n. En otros casos se juntan muchas voluntades
lo que designamos como el hecho de esta batalla, de, a producir algo común, y lo hacen de manera tal
esta rebelión, etc. Ni la batalla, ni la rebelión fueron lo ., aµnque siendo en lo demás individualmente dife-
objetivo Y.real en ese momento, sino los miles que se· t.es, se encuentran en esta obra, en esta dirección
movieron y combatieron y se rebelaron, etc. Y, se pue:; )J este propósito. En el gran movimiento de la Re-
de decir que estos actos de voluntad, el quehacer y eJ,· .¡n,aes cada individuo quien se decide y entra en él;
sufrimiento de los hombres, tienen en el ámbito histó~· J> el hecho de que miles de miles se encuentren en
rico la misma significación que en la naturaleza la, : a misma voluntad, es lo que constituye la significa-
célula, que subyace a todos los desarrollos y configu- ,n ·histórica de estas decisiones. No son los actos de
raciones orgánicos. untad individuales, sino el impulso que actúa en
Que todo lo que pertenece al ámbito histórico ha ~.~losellos lo históricamente importante.
nacido de tales actos de voluntad, de tal quehacer y lJ;fa otros contextos, los actos de voluntad de los
sufrimiento de los hombres, es, en el fondo, un juicio ·,~ividuos
'.t
se encuentran, en cierto modo, en la misma
analítico; es sencillamente la descripción del conceptó · ·.:~cción y son del mismo género. Así, en el lenguaje
del mundo histórico, es decir, del mundo moral. un pueblo, que ciertamente se realiza de nuevo en
Pero, es igualmente claro que esta analogía con la :.;a hablante; pero, en cuanto el lenguaje vive· en el
teoría de las células no basta para agotar el mundo );ritu de cada pueblo singular y forma su mundo de
histórico, así como tampoco la teoría de las células· ,;resentaciones, es un poder que es más potente que
agota el mundo orgánico. Pues aunque las cosas se a· individuo y que sus actos de voluntad mediante
cumplan y realicen por la voluntad de los participan- .~;cuales el lenguaje se realiza y vive.
tes, sin embargo, no tienen eri ella y sólo por ella su ·::Éstas son pues las tres formas en las que de los
ser y toda su esencia, su origen y dirección.. Se agre~ • ;.,os de voluntad resultan los llamados hechos: o bien
gana esto otros momentos, que precisan materialmen~ ,;).:voluntad dominante, que determina a m~chos, o
te esta primaria determinación de lo querido individual.: ·.,chos actos de voluntad concurrentes y que coope-
mente y le dan efecto y significación. n en este caso determinado, o la totalidad de los
En la mayoría de los casos, estos .hechos propiamen~ l~ntes determinada por una más alta forma común.
te tales, los actos de voluntad de los individuos, con~· El tránsito de esta consideración a nuestra pregun,.
siderablemente insignificantes frente a lo que se reali- ·Rrítica es obvio. El material que nos está dado para
zó con ellos, son sólo una parte, un medio; y en nues- ,4nvestigación es lo que de lo pasado aún no ha
tro conocimiento histórico buscamos lo que se realizó sadq -o bien restos- y éstos se han producido por
de tal manera, lo que determinó y unió en este momeri.; mano y por la voluntad de los hombres, por actos
to las voluntades individuales, esto es, motivos e im· : voluntad- o fuentes, es decir, concepciones que

120 121
no ha elaborado un espejo o cualquier otro mecanismo, fando surgió, aquello para lo. cual sirve de prueba
sino que es la concepción de un testigo de vista o ·de ··:pretende servir como tal, o si inmediatamente, cuan-
oído y de aquéllos que lo oyeron de éstos y luego lo . \: surgió, correspondió sólo relativamente a aquello
contaron hasta que luego uno o varios escribieron lo · lo que da testimonio. A esta pregunta responde la
transmitido de tal modo. Hca de lo correcto. Habrá de verse que la llamada
Los restos y las fuentes son material histórico, por- · 'tica de. fuentes tiene aquí su lugar.
que nos transmiten conocimiento de acontecimientos ,·d) Se pregunta finalmente si el material, tal corno
de tiempos pasados, esto .es de actos de voluntad que ste, contiene todos los momentos acerca de los cua-
existieron y ·operaron en otro tiempo en su presente da investigación exige testimonio e información, o si
y que, actuando· de tal y cual manera, produjeron lo en qué medida es incompleto. A esto responde la
que deseamos representarnos en la forma de la histo- · enación crítica del material verificado. El material
ria. Para esto no tenemos otro material diferente de .e hemos obtenido con las tres primeras preguntas es
estos restos y estas fuentes. Ya no existen lo sucedido ·a confusa masa de piezas enredadas y fragmentarias
y lo hecho, los llamados hechos en su realidad pasada, ·, sus muchos ornamentos, perfiles, etc. No importa
ni podemos aprehenderlos empíricamente y tratarlos í volver a construir el edificio, pero sí el plano, el
científicamente, sino que· lo que existe es 1o que de ilo, la estructura del edificio. El fin de la ordenación
ellos es aún presente y no ha pasado, estos restos, tica es reunir el material purificado según sus ra-
estas tradiciones, estos monumentos. ·as y sus intersecciones, según sus contextos reconos-
La tarea de la crítica histórica puede consistir úni- )es de modo que también se reconozcan las lagunas.
camente en determinar en qué relación este material ;; Con esta ordenación del material concluye la tarea
histórico se encuentra con los actos de voluntad, que ·,,la crítica y la interpretación se hace cargo de la
tratamos de utilizar históricamente; material que nos siguiente.
proporciona conocimiento acerca de los actos de vo-
luntad. Tan sólo cuando tengamos una respuesta pre~
cisa y clara a ésta, en cierto modo, pregunta formal de la autenticidad
podremos utilizar su testimonio según su contenido. § 30
De acuerdo con lo dicho, esta pregunta formal se
formula sencillamente según tres puntos de vista, qué \:En todos los campos del material histórico juegan
se aplican, en igual medida, a los tres géneros del ma- :.falsificaciones un gran papel; y nada caracteriza
terial histórico. s claramente la diferencia del saber histórico en los
a) ¿Es el material realmente aquello por lo cual ' tro últimos siglos de los tiempos medievales, corno
se lo tiene o por lo cual se lo quiere tener? A eso res~ ·que desde entonces se comenzó a poner atención en
pande la crítica de la autenticidad. \diferencia entre lo auténtico y lo inauténtico. Sólo
b) ¿Es el material, aún inmodificado, lo que era y a vez antes; a partir de la época de Aristóteles y en
quería ser, cuando surgi,ó, o qué modificaciones ha 'de la erudición alejandrina, jugó un papel semejante
sufrido y hay que dejarlas de lado? A esto responde · regunta por la El yv,ícrtov.
la crítica de lo anterior y de lo posterior, en cierto fray los más diversos modos y motivos de la falsifi-
modo la descomposición del material según sus es• ".ión.A veces es la pia fraus, a veces el propósito del
tratos. año político lo que juega un papel central; a veces
c) Se pregunta si el material podía y pudo dar, pfalsifica para vender, a veces por va.nidad, personal

122 123
o nacional, a veces por el puro placer de la mentira ... fuentes en Roma, el Tullianum, fue edificada por
También juega un papel la broma erudita. Dicho breve- . ·Uus Hostilius y se le dio su nombre; así la expre-
mente, es tan diverso y tanto lo inauténtico y lo falsi~ ~ n aún hoy usual del muro serviano, como si la tradi-
ficado que lo primero en el trabajo histórico es el .n que afirma gue el rey Servius Tullius lo construyó
asegurarse si el material con que se trabaja es aquello, iera alguna fundamentación; así entre los griegos
por lo que se lo tiene o pretende ser. fa mejor época la opinión generalmente válida de
Está en la naturaleza de la cosa que el procedi- e Micena fue el castillo de Agamenón, mientras que
miento del examen es diferente ·según el objeto que ·nuevas excavaciones testimonian un origen comple-
hay que investigar, y con frecuencia ello es muy com-· ente distinto del griego. Los historiadores griegos
plicado y en modo alguno puede llegarse a un resul~ omanos fundamentaron una serie de narraciones con
tado completamente seguro. Pues a la prueba plena da .de monumentos o restos mal interpretados.
de la inautenticidad pertenece el probar .el origen real Más lamentable es la infinita cantidad de reliquias
de lo falsificado, la época, el propósito de la falsifica- los budistas, de los viejos templos helenos, de la
ción. Y una vez verificado así lo inauténtico puede ser · esia griega y romana, etc. ¡Cuántos dientes debió
de gran interés en otro campo y en su lugar corres;;· · :.er Gantama Buda si cada uno de los que se tienen
pondiente puede ser aplicado como material histórico . · :rtal en los numerosos templos de sus creyentes fuera
muy importante. .téntico! Y de qué manera la iglesia romana ha ex-
Tenemos que recorrer al menos las formas más im- •tado el vulgus decipit vult lo muestran más que
portantes de nuestros materiales para definir este tipo ficientemente las infinitas reliquias junto a otras
de crítica. ·~as anestésicas semejantes. No siempre se logra lle-
Primero, los restos y monumentos. No nos deten-' j:~.ad absurdum estas reliquias tal como lo hicieran
dremos en el problema que se plantea cuando, por: n Sybel y Gildemeister en 1845 con el velo de Cristo
eiemplo, en boca del pueblo a los restos no compren- ése venera en Tréveris; no es ni velo o manto ni es
didos de épocas culturales anteriores se les atribuyen nto no cosido, sino un fuerte tejido de la ép~ca de
falsos nombres, por ejemplo, cuando las grandes ins~ ,cruzadas con escritura árabe incrustada. ·
cripciones cuneiformes en las pinturas de Bagistana t Más o menos en la misma serie figuran los miles de
que, desde que se aprendió a leer esta escritura, resul~ tichitá, gemas, vasos, medallas que los ingleses sue-
tan ser una glorificación de los hechos de Darío I, son traer de Italia; y también los miles de piezas pre-
consideradas por la población local como la obra de\ ,sas y rarezas de las cámaras de arte y armas que
Semiramis y así es llamada; o cuando los- dos colosos zaran de predilección en el siglo pasado, en las cor-
en Medinet Habu frente a Karnak son designados por, 1:pequeñas y grandes. Así también numerosos cua-
cientos de inscripciones griegas y romanas como la: - s· en las galerías de pintura. Por regla general, cuan-
imagen de Mennón, que da un sonoro tono cuando' 1más brillante es el nombre del autor al que se atri-
aparece la aurora, su madre; o cuando se fecha retros-· e el cuadro, tanto más sospechoso es, mientras más
pectivamente la Torre de las ratas en Bingen en lar ,, faeles, Tizianos, Miguel Ángeles, etc., se ve, tanto
época~ del arzobispo Hatto, el especulador ne granos· -~hay que exigir la prueba de la autenticidad. lgual-
que huyó de los ratones. Tales interpretaciones popu- ,ute acontece con numerosas estatuas antiguas que
lares no son propiamente falsificaciones, si bien y por: :Presentan como griegas aunque están hechas con
mucho tiempo han tenido su influencia sobre la inves~ rmol de Carrara. ·
tigación científica. Así, cuando se dice que la casa de· mn nuestro siglo se ha hecho limpieza radical de to-

124 125
das estas cosas, si bien es cierto que aún ocasionan. , i•smonedas cada vez peor, de ser posible cada año con
problemas las viejas designaciones. Como ejemplo pue- · \ orden a los que vivían en su territorio de cambiar
de servir la maravillosa pintura de la Galería de Dresde , :s. viejas por las nuevas monedas, pero naturalmente
que .se consideraba como un retrato de Ludovico Moro ~gún su valor nominal. Era una forma muy provechosa
por Leonardo da Vinci, hasta que v. Quandt reconoció :~i• impuesto indirecto en favor del señor. Hasta qué
en él la mano del joven Holbein y demostró que ·el ':i.mtoera duro esto se ve cuando se confirma que la
retrato es del joyero basilense Morett; un viejo gra- 1U.evamoneda que emitió el Príncipe Elector de Sajo-
bado de Hollar confirmó el dato 'del nombre Y la ver-· "·aen 1465 sólo alcanzó 20 céntimos en relación con
dad de la combinación, y finalmente la· Galería compró ~-guidarenana, en tanto que el valor metálico sólo 50
en un remate de Lawrence, en Londres, un dibujo de s-:decir 150 % de ganancia). Cuando por fin se llegó a
Holbein que no era otra cosa que ·la copia realista de nsaR en ·emitir céntimos eternos, es decir, una mone-
la cabeza, con increíble vida y veracidad. Con eso se 1 que no se depravara, surgió el nuevo arte de modifi-
había logrado un resultado que no sólo era de inte- . la moneda en su valor oficial cortando la pieza de
rés para el cuadro sino para la historia del arte,· en o plata. Para investigaciones sobre el contenido de
cuanto se· rectificó así un tipo de presentación pictó- : monedas, y con ello sobre los valores, sobre los pre-
rica que se había comenzado a considerar como carac- os de mercado para la carne, el grano, sobre toda la
terístico de Leonardo da Vinci. Juación económica, el material numismático es, hasta
Un campo especialmente fecundo encuentra la crí- 1Jen entrado el siglo XVII, extraordinariamente insegu-
tica de la autenticidad en la numismática. Hay aquí , Q.. Pero, como monedas de la época, son auténticas;
muy diversas categorías de falsificaciones según que ·í~ son medidas correctas del valor, pero tampoco mo-
el punto de vista sea la rareza anticuaria, el cuño oficial Jtias falsas, de manera que su investigación ·más bien
o el valor del metal. xresponde al capítulo del examen de lo correcto.
Ya la Antigüedad tenía las llamadas nummi subae- ,:,Desde que con la restauración de las ciencias co-
rati, es decir, monedas cuya anima no era de metal enzó la afición por las monedas antiguas, primero en-
precioso o noble, de modo que aquí la falsificación se Jos emperadores del Sacro Imperio, y luego se con-
refiere al valor. Naturalmente que las falsificaciones tió en lujo culto de los príncipes y nobles el tener
antiguas tiene para la numismática especial interés y ecciones numismáticas empezó entonces también la
como monedas antiguas auténticas, alcanzan hoy un ricación de monedas falsas; y, según la evaluación
alto precio. · im conocedor probado en la materia, de las antiguas
Otro tipo de antigua falsificación es la que resultó ,.,,·nedas en las actuales colecciones hay, por lo menos,
del hecho de que los bárbaros en Tracia, Galia, etc., /_'.Herciode monedas falsificadas recientemente. Hasta
imitaron el cuño de las monedas de oro de Alejandro y· 5~n entrado el siglo XVIII, se aceptó bastante o casi
Felipe. Se encuentran muchas de estas falsificaciones !:;d.o sin crítica, se interpretó e ilustró la historia po-
en grados diversos de depravación, pero conservando ':/i.cade la Antigüedad con una cantidad de combina-
excelente el contenido fino. ~~iiessobre la base de monedas falsas. Como ejemplos
Durante toda la Edad Media la falsificación fue, por ·fsta mencionar el numismático realmente genial Vai-
así decir, un ejercicio oficial. El estante de las mo- tl;lt~ muerto en 1708; al erudito Ezequiel Spanheim.
nedas se hizo más provechoso por el hecho de que el ·, ~ndo Lotenz Beyer editó en 1701 un Thesaurus Bran-
rey, el obispo o el príncipe o una cooperativa mone- ; burgensis, recogió allí todo en confusa mezcla; y
taria que había adquirido el derecho de acuñar, hacían ndo Erasmus Groehlich publicó en Viena, en 1744,

126 127
los Annales regum Syriae illustrati, pese a la erudición· ·,costumbre de que el investigador viajara para hacer
y al trabajo, todo es allí realmente inservible a causa ismo las copias; y más tarde se descubrió el arte
de la falta de crítica. , cilla de hacer réplicas de las piedras con papel
Tan sólo con la Doctrina nummorum veterum de );nedo, en el cual aparecen exactamente los rasgos
1792 y ss., de Eckhel, se inició la crítica numismática, la escritura. La crítica epigráfica de Boeckh se
primero para la Antigüedad. Pero en la medida en la· .P aplicar sólo primeramente al contenido lingüís:-
que ella avanzó, la falsificación se hizo más experta, ', y material de las inscripciones; su material no le
más refinada y magistral hasta que alcanzó su cum- .müía desarrollar el) sistema paleográfico del alfa-
bre en los maravillosos cuños de Becker, de Hannau, ·o griego. Pero a su manera descubrió que ya Chfaco
tanto en la técnica -acuñó sus sellos siempre con Ancona en el siglo xv había inventado inscripciones,
cuños antiguos- como también en el refinamiento ::-.MichelFourmont, quien en su viaje a Constantino,-
erudito de sus falsificaciones; al final editó él mis- . ::y Grecia en 1728 había traído del Peloponeso más
mo el catálogo de los cuños que había hecho. _q;OOO inscripciones, había falsificado justamente las
La creciente demanda de monedas medievales,· es- .. santiguas y las más importante. Con el tomo tercero
pecialmente italianas, hizo que también en este cam- _regó el trabajo para ser continuado por Joh. Franz;
po se iniciara la fabricación, y por cierto que en me-. · tomo cuarto (Italia) que abarca Italia y Sicilia a la
dida mucho mayor que en el campo de las medallas ,: que inscripciones en vasos, concluyó el viejo Cor-
que se hacen muy diestramente en Roma y en Flo- :· Jnscriptionum Graecarum con unos 10.000 núme-
rencia. ; Desde entonces se ha aumentado considerablemén;.
Aquí, en las monedas y en las medallas, la crítica a masa de las inscripciones, las colecciones de Pit-
exige mucho ejercicio y gran conocimiento de detalle. i~,Rangabé, Lebas y Waddington, etc.' presentaron
El trabajo artístico, lo epigráfico, la elección de la· iles· de nuevas inscripciones.
exposición, luego la pátina de los cuños de cobre y '.ia nueva colección del Corpus lnscriptionum Grae-
plata, la irregularidad y desgaste de los bordes, el con- 'urnha omitido colocar al comienzo una investiga-
tenido fino, el pie de la moneda -todo esto debe tener- ,,,n sobre la autenticidad de las piezas que trae, ya
se en cuenta, cosas que sólo se pueden adquirir en cons- 'i ·::;fa mayoría son copias o réplicas de las piedras.
tante y larga ocupación con las monedas. · ,o no de todas existen aún los originales, y muchas
Quiero referirme ahora a las inscripciones. Se ha fas copias de Kefalides, de Pittakis, Lenormant, etc.
hablado de la gran cantidad de material epigráfico, .,más que sospechosas. Lenormant es un falsifica-
pero a la crítica de lo auténtico e inauténtico sólo se ·· •:rpeligroso. ...,
ha llegado en el campo de las inscripciones griegas y 'pos elementos de la crítica son aquí en parte exter ..
romanas. ;:;especialmente desde la obra de Kirchhoff sobre
Boeckh fue el primero en aclarar las inscripciones historia del alfabeto griego, mediante la cual se
griegas, y se puede decir que su admirable trabajo fue uvo a la vez la posibilidad de poder determinar· cro-
el que creó por primera vez el estudio epigráfico. Cier- ogicamente con bastante seguridad las inscripcio-
to es que las inscripciones que él coleccionó las tenía no fechadas hasta la época de Alejandro; y son en
casi todas en copias que habían hecho in situ algunos 1 .;te internos, los cuales se pueden aplicar también
viajeros o que se le hicieron de las piedras dispersas. i'~'.ndoJas inscripciones se encuentran en copias.
Tan sólo después de él y especialmente desde los tra- >,1CuandoTeopompo en Harpocr.s.v. Ant.xok y_pciµµrun
bajos para el Corpus Inscriptionum Latinarum surgió '~ica que la llamada Paz de Kimón entre Atenas y los

128 129
persas no se llevó a cabo porque el documento no está Halia ~ mediados de los años 40, los estímulos para
i

escrito en letras áticas sino en jónicas, aplica como de-


s estud10s. . .
cisivo e.ste criterio externo, porque en Atenas, en vez Una_ t~re~ central era la de encontrar el origen de
del viejo alfabeto se puso en uso oficial el llamado _falsifi~aciones. Resultó que el napolitano Pirro Lj.;
alfabeto jónico tan sólo bajo el arconte Eukleides ha~ ,,no, hacia_ 1550, cuya colección se conserva en 35 to-
cia el 403. Si testimonios más modernos aseguran, en os en Tormo, se había convertido en· la fuente de los
t ~saurz de _los d~s s~glos siguientes. Los falsificado-
cambio, que la vieja estela fue capturada en la época · 1

en que Atenas guiada por Alcibíades trataba de entrar . ,;~-pues Pir;o Ligono no fue el único-- no se satis-
en una alianza con Persia y que luego en . época dé !eron co~ ,difundir copias supuestas, sino· que fabri-
Teopompo se hizo una nueva copia, cabe entonces '.º~tambien, para la venta, copias de· auténticas ins-
preguntar si el documento una vez capturado se podía pc1ones en piedra, y los museos están llenos de és-
expedir dé nuevo y si Teopompo era tan ignorante como ; también ~e fabricaron piedras con inscripciones
para aplicar está crítica paleográfica a un docum~nto , re hechos importantes; así; por ejemplo, el cono-
.~.Sconsultz:-m que 1~ prohíbe a César pasar el Rti-
restituido.
,?n. La vamdad mumcipal en Italia, en España, etc.
Hay en los oradores áticos y en otros (Plut., Diog.). ,:provocado semejantes cosas. Haber descubierto y
numerosos documentos de los cuales unos son cierta- j esto en cla 7o ~odo este sistema es el gran mérito del
mente inauténticos, pero muchos también auténticoS:. rpus ~nscrzptwnum Latinarum, para: el que Momm-
Así se ha confirmado el 'VÓµoc;citado en Demóstenes ,se~to _en 1~52 las bases con el Inscriptiones Regni
co~tra Makartatos § 57 gracias a una inscripción qué ' olztanz Latznae. · ·
restituía la vieja ley solónica en la época de la guerr~ ·· n el caso de las inscripciones griegas y romana~
del Peloponeso. En cambio, todos los documentos qué. que, tener en _c;1enta otra cosa. El modo como se
se encuentran en el discurso de Demóstenes De corona; enzo la colecc10n de las inscripciones no permitió
cuya inautenticidad probé en 1839,, se consideran. ho~ .?se
llegara a una determinación del alcance que tie-
como inauténticos. ¡~Iconcepto de inscripción.
La epigrafía romana siguió pronto a la griega. A · ~n todo c~so, hay una gran diferencia si lo que
fines del siglo XVIII cuando se concluyó la larga serie }~ne a la vista son inscripciones de una autoridad
de los Theosauri con el Supplementum de Donati 'a ·unal o estatal o de cooperativas o de grupos de
Muratori, se contaban 80.000 piezas. Y desde entonces.'} ,as como, P?r ejemplo, los numerosos artistas dio-
este número ha crecido considerablemente. Pero estas '.i c?sen la epoca atálica, o inscripciones m:ivadas,
viejas colecciones eran un verdadero establo de Augias: j :e1emplo para los difuntos, o leyendas bromistas
muchas inscripciones habían sido copiadas lamenta•) ·o las que hay en los muros de Pompeya. En Ate-
blemente, se las había modificado a voluntad o se las ~ _,endonde_ se pueden observar estas cosas con exac-
había interpolado de manera tal que de palabras ih~j ) cada pieza o documento del Estado tenía que
significantes resultaban grandes y muy significativas] tse en el _arc~~vo (Metroon); la inscripción era 0
cosas, muchas de ellas completamente inventadas. En~{ ..runa pubhcacion para que se prestara atención a
tonces comenzó Borghesi sus estudios en San Marino~: . a cosa, o para elevar el honor y la imoortancia
en tornó a él se formó un pequeño círculo de investi~J ,?resuelto, y se hacía a costa pública y baio la auto-
gadores, especialmente alemanes (Kellermann, Jahn:'} ~ del Esta?º· De modo semejante en Roma con
etc.) y en este círculo recibió Mommsen, quien estuio·: co:rrespond1~nte~ Sconsulta, etc. Estas categorías

130 l3l
de inscripciones son plenamente, si no diplomas, sí • ':;opla. E_ste.edic!o es considerado hacia el 850 ·como
copias oficiales y auténticas de los mismos. Una ins- ,;.,hecho 1_nd1scutible,en las cartas del Arzobispo Hinc-
cripción como el mármol Parium del año 264 a.c., no •{l~ Re1ms, en tanto ~ue en las cartas del Papa Adria-
tiene otra significación que la de un codex. 1 ·;' ~ Carlomagno tan _solo se encuentra una leve alu-
: De la epigrafía sólo hay un paso a la diplomá~ al supuesto hecho.
tica, la ciencia de la crítica de los documentos. i;:á fals~ficación de documentos atraviesa · toda la
· Naturalmente hubo antes de la época romana en ad Me~ia; se ~onvirt~ó en una verdadera rama, de
Grecia, en Egipto, etc., formas de legalización de los é?egoc10s. Rabia, segun asegura Cagefigue, en cada
documentos; Pero la palabra usual «'diplomática», que· .«un faussa~re de titre» y al menos de uno de ellos
•¡t,.e
se refiere desde la más temprana Edad Media a los
documentos, se conecta directamente con la tradición
l ~orte de ~~is_XI da noticia detallada. Pero aunque
romana.
>..eia el per.1u_1~10,~o se tenían los medios para de-
, .•~.trar las fals1f1cac1ones como para que se. las pudie-
En la época de los emperadores romanos diploma t ;~q()rnpro bar judicialmente.
significa un escrito oficial, tal corno se debió usar para
la· conclusión de un negocio de la vida pública y pd.f ffor fin Y en un caso práctico se desarrollaron los
vada, sea para convalidar o documentar la •conclusión:· • i eros rasgos básicos de un examen de los docu-
del mismo. Y esta forma pasó luego al mundo romá,í ,to~. E? un pleito del convento de San Maximino
nico y al germánico. ' Tr~vens contra el Arzobispo-Príncipe Elector de
Son necesarias ciertas formalidades para dar a fa Nens en 1638, el abogado Nicolaus Zyllesisu atacó el
pieza escrita su constatación o legalización, ·sea· 1a fii•: ?1ento principesco por inauténtico y estableció de-
rna o el sello o el dato del o de los testigos del acto madas normas para el examen de su inautentici-·
del negocio ·O la adhesión· del sello de los negociantes·· .?¡ :En 1648 siguió Leuber con un examen parecido
o ·cosa semejante como, pór ejemplo, en la ley visigoda, ·dofumento magdeburguense de Otto l. Pocos años
para España, que estaba regulada legalmente en e1 . ues: el ?Jeito entre jesuítas y benedictinos en Fran-
artículo De scripturis valituris et infirmandis. Hevo mas adelante. El jesuita Papebroch atacó los
No era cosa de todo el mundo el conocer estas ar- ?ocun:~ntos de Saint Denis, que los benedictinos
tes de la diplomática, sobre todo porque en aquellos .~1:utlhzado en las Actas Sanctorum ordinis S. Be-
siglos el conocimiento de la lectura o de la escritura· ti en 1648. Papenbroch había estado ,presente en
no· estabá más difundido que dentro del estamento clé1 "an empresa de las Acta Sanctorum, que su orden
rical. Pero quien sabía escribir un documento tenía la· comenzado a .hacer imprimir por Jo}:i.Bolland,
~-··.
gran facilidad de escribir o corregir especialmente do~ e1?43, en Ambere~. Y ~s1 tenía doble ocasion para
curnentos. de donaciones, sin tener que preocuparse de; ;:Validadcon los mmuc10sos benedictinos. Para de-
rnasiado de que el engaño pudiera ser descubierto. Ya ~r su º:d,en contra el jesuita, el benedictino Jean
en la época carolingia se formó una verdadera técnica dlon edito en 1681 · su gran obra De re diplomatica
para esto y fue practicada especialmente en interés· · ~n la cual puso orden y sistema y nueva luz en
de lis iglesias y conventos y, en gran estilo, por parté ,;.camp_o.Desde entonces, la disciplina se ha elabo-
de la Curia. Así sucedió con el Edictum Domini Constah~·• .'·cons1~erable y detalladamente, hasta la obra más
tini en las decretal es seudoisidorianas, con el cual Cons~· •nte e importante de Julius Ficker, Beitrage zur
tantino el Grande debió hacer donaciones al Papa sil~ . ndenlehre, de 1877-78.
vestre y por lo cual trasladó su domicilio ª ConstanJ , ·a crítica diplomática es esencialmente crítica de
132 133
la autenticidad según criterios externos en contra pos~~,'.
,)no las. iglesias y los conventos suelen tener registros
ción a una crítica más alta. :.'donac10nes, etc. ·
No es ·necesario entrar en detalle sobre cómo son 'Ahí pululan los documentos falsos. Muchos de ellos
aplicables los elementos de la crítica diplomática ~· ~an hecho para servir a un fácil V idimus y para ser
los autógrafos, a cartas, a originales escritos de todo ,tlos luego en una copia así vista. En las traditiones
género. Cuando hace veinte años aparecieron en el tn.ucho también lo que tiene muy dudoso valor.
mercado tantos autógrafos de Schiller la prueba d~ :l~s natural que la llamada crítica diplomática nada
su inautenticidad se hizo en forma diplomática, es d~-
~-~e.hacer aq:1í. Se puede tan sólo decidir por mo-
cir, según las notas diplomáticas, no sólo teniendo . ps mternos s1 la pieza es lo que pretende ser. Ésta
en cuenta el papel, pues el falsificador había tenidd la llamada «alta crítica». .
la inteligencia de obtener hoias y pliegos en blanco }8:!la··tiene que aplicar evidentemente en sus inves-
de los legajos de los años 1790-1805, del Archivo de
::~10nes todas las ayudas, lingüísticas y materiales
Weimar. :be modo semejante pudieron comprobarsé
t1vos. de la. f~rm_a estilística y del contexto pragmá~
paleográficamente los engaños del griego Simónides, ", para decidir s1 lo que está a la vista puede haber
hacia 1845, quien ofreció· a la venta manuscritos de
· o _- re~ac~ado por personas en el lugar y para el fin
Uranio y del pastor de Hermas, entre otras cosas poi\ se md1can ..
que se descubrieron huellas de trazos del lápiz con el ~ablemos de la «alta crítica» de los documentos
que había calcado sus copias. · gracias a la obra citada de Ficker ha dado recien~
En cierto modo hay una analogía con la crítica c1I:
;.ente un gran paso. La investigación buscaba con
plomática en el procedimiento que sé aplica a las pr6~ le· fervor el asegurarse de la autenticidad de cada
ducciones tipográficas, sólo que aquí se agregan las .?I?ento, teniendo en cuenta que las circunstancias
dificultades de la fábrica de las letras y del editor :Y. ·J1guraban en c~da documento debían ser seguras
de las planchas durante los siglos xv a XVIII, dos im~ y.er el valor de importante material histórico. Ella
presos del juicio de Stralendorf «en Ingolstadt en 1~ ontró en los minuciosos caminos que pertenecen a
casa editora de Pete Stuhlwagen», una empresa que prma documental s_uficientes criterios de tipo ínter-
nunca existió; posiblemente según el papel y las IeL.
tras, se trata de una imprenta de Halle. · d
::?ª fech,a, q1:e en tiempos antiguos al menos, se in-
Los distintos criterios diplomáticos encuentran sü .•
..,~ª segun anos de gobierno e indicciones, propor-
:~ ya un punto de apoyo importante. La crítica pre-
aplicación en aquellas piezas en las que lo que iml · taba: ¿estuvo el emperador, el rey, etc., el día de
porta es la forma externa, tales como documentos, a~t ~~ha en el citado lugar? ¿Estuvieron las personas
tógrafos, etc. Pero muchos documentos no se encuen~ ':c10nadas como testigos en el lugar o en los al-
tran y conservan en la forma original, sino en trastif , ,(~1ores o pudo ser una coartada de alguno, pudo
tos o en los llamados V idimus, es decir, copias en las ,_,?st:arse que las otras ya habían muerto? ¿Fue
cuales una oficina oficial atestigua· que el documentó n figura como canciller o escribiente realmente tal
tal y cual -se lo cita textualmente- se ha presentad6 .:._.
fo1
reconoce en los rasgos de la escritura? Se ha
ante~ ella y se lo encuentra en orden y es auténtico:, ·,,.~c;:had~ por inauténtica una cantidad de documen-
non abolitam, non cancellatam nec in aliaue parte vi~ 1:rnl?enales y de otra clase, no solamente existentes
tiatam, sed omni suspicione carentem. O el documentó ~op_ias,sino en originales porque no soportaban el
se encuentra copiado en los copiadores de la corresl 11
men hecho con los citados criterios.
pondiente oficina o en los codices traditianum, así: Si se hubiera prestado un poco más de atención

134 135
a los documentos de los siglos recientes y al modo como· :'9a de Prusia y en los escritos políticos de Koser fal-
se extendieron, se hubiera visto que el problema de Jicaciones en parte de las cortes de Dresde, Vie~a y
la fecha de los documentos es, por la naturaleza de ' 1
~pdres, en parte hechas también por personas priva-
la cosa, menos abstracto de lo que se piensa. ":s·para lograr así efectos políticos. Una falsificación
Ficker tuvo en cuenta diversas circunstancias para : tipo muy semejante provocó la Paz de Villafranca
examinar los documentos medievales y logró con ellos \SJ859:mientras que el emperador Francisco José con-
importantes resultados. Descubrió que hasta la plena a Y :podía contar con el ejército que Prusia le había
1_

expedición de un documento pasan meses, a veces P,metido Y que ya había movilizado, Napoleón III le
más de un año después del acto propiamente tal de la ),'$~;1-tóun documento oficial, una propuesta de me-
concesión o amnistía, y que la fecha de los documentos ,i~c1on que, aparentemente le habían hecho Prusia e
muy raramente o nunca corresponde al primer acto, ::~!aterra; una simple falsificación, tal como lo com-
pero que los testigos se encontraban en la corte en la ~b,ó dos. seman~s más tarde la declaración_ que en-
época del acto, y que del mismo modo el canciller y . go Prusia en Viena, y que decía que ni Prusia había
el escribiente habían podido cambiar en el tiempo que _cho esa solicitud ni había recibido cosa semejante
va entre el acto y la expedición del documento, etc. · Irtgla terra.
El resultado fue que hay una cantidad de documentos <~Jattiralmente que la «alta crítica» vale, tanto para
que se declararon inauténticos a base de criterios que ,. docu~entos y ~scritos oficiales, como para todos
no demuestran lo que debían demostrar; pero no me~. . _materiales escritos de nuestra investio-ación sean
nos que los admirados itinerarios del emperador, del _;oshistóricos o políticos, producciones literarias de
rey, etc., realizados especialmente después de la fecha, a especie, obras de autores famosos o no. Pues la
tienen como presupuesto un fundamento vacío. En po~ · : sa de Io inauténtico es enorme y mientras la crítica
cas palabras, toda una serie de bellos resultados que,· 'b~ja para li°:riar, el engaño político o piadoso O lu-
creyó poder deducir la investigación medievalista de •:;,,tivo,? tamb1en la ceguera privada, ponen en curso
los documentos ha sido puesta en tela de juicio y evas mautenticidades. Nuestros periódicos viven
es necesario someter todo a una reelaboración. .r 1
eso.
~·t>,
En nuestras colecciones de documentos suele irs~ '/'Puesto que aquí se trata de escritos que deben haber
tan sólo hasta el 1500. Pero también para la époc~ ~~ escritos por alguien, la falsificación consistirá o
posterior la cuestión de la autenticidad es de impor-. '(ln en que al escrito que es en sí auténtico se le da
tancia, haciendo caso omiso naturalmente de aquellos '\ _nombre falso y por ello se lo convierte en inauténti-
documentos que se refieren a relaciones jurídicas pri-¡
vadas y que pertenecen al foro judicial. En la historia
o.
j en que se componga un escrito con un nombre
-~tono, o en las dos cosas, que el escrito y ef''nombre
convencional de los últimos siglos, hay una cantida4 ,an fingidos.
de hechos de tales documentos que se han dejado de,. ,~:1.- Del primer tipo se trata cuando entre los dis-
lado y que en las disputas de los partidos o en la lucha. _rsos de Demóstenes hay ocho que proceden de aquel
diplomática de las cortes fueron inventadas o falsifi- ,~J?POY realmente fueron pronunciados, a los cuales
cados en parte, y apenas se ha comenzado a seguir la~
huellas de estas cosas. Así por ejemplo el Tratado de
< embargo se ha dado, sin razón, el nombre de De-
1_'.;:óste~es, quizá por los bibliotecarios de Alejandría;
Nymphenburg de 1741 y una serie entera de otras fal~ 1,estilo y su contenido material muestra que forman
sificaciones de la época de las dos guerras de Silesia, ·~·todo, Y la invest.i~ación ha demostrado que proceden
que han sido demostrados en las historia de la polí- Apolodoro,el h1Jo de Pasion. .
136
~-~
Cosa semejante se repite en la Edad Media y en
} Vaticinum Lehninense del hermano Hermann von
la época moderna, especialmente en obras colectivas.
hnin que con tanto gusto suele ser citado por los
Para la historia del Concilio de Constanza se ha re.
qfesores ultramontanos. También de Matteo di Gio-
impreso un escrito muy importante (v. Hardt, Magnum
},nazzo, que se_suponía procedía de la época del rey
Constantiense Concilium 1700, V, p.-68) De modo unien. ,
~'Hosde Anjou en Nápoles, hasta que W. Bernardo
di et reformandi ecclesiam, y que se atribuye a Joh .. ' J>bó en _1868 que estos interesantes anales son una
Gerson, un dato que ha ·operado confusamente en la ·
Jsificación del siglo xv. Lo mismo sucede con las in-
concepción sobre el puesto de Gerson en la Iglesia· tigaciones de Scheffer-Boichorst en los Estudios flo-
en el trabajo de J. S. Schwab sobre Gerson de 1858
';'tinos de 1874, que prueba que la historia florentina
se ha demostrado convincentemente que el autor del }l\falaspini, y la maravillosa crónica de Dino Campa-
escrito fue Theodor · v. Niem. De 'manera semejante
son falsificaciones, tal vez de fines del siglo XVI.
acontece con el plan de repartición de Polonia de 1710
_Con frecuencia hay que continuar aún más la in-
que se conoce como un proyecto de Pedro· el Grande:
tigación. O bien el engaño no se aclara y es increí-
cierto es que estos artículos se escribieron de modo.taÍ
,_.cuando no se demuestra de dónde proviene. Re-
que despertaban la impresión de que procedían del
rdo el tan frecuente ensayo de demostrar la inauten-
Zar, pero el plan proviene del rey Augusto II de Po-
qad _de Ossian; ¡qué maravilloso genio tendría que
lonia y fue elaborado por su ministro el conde Flem-·
er sido Macpherson para poder inventar esta bella
ming y por el consejero secreto prusiano Mariscal von
$ía! O bien a la falsificación subyacen otros motivos
Bieberstein, y presentado por el último Zar, quien lo
;Jíticos, religiosos, etc., que dan a la obra falsificad~
rechazó enérgicamente; en 1732 se volvió a este plan ..
·:ª significación para la investigación, cuando se la
2. -Del segundo tipo se trata cuando en un escrito '
se finge un nombre famoso o significativo. Así, ·la lla-
;~pedemostrar. Así, cuando la revista de Munich
mada Reforma del Emperador Federico III: la autén- .
1
t~annia publicó en 1816 cartas de Niebhur, Gneise-
. ~- y otros hombres de· Estado de Prusia sobre la
tica de 1443 ·es insignificante y no tiene relación con 1

,4Ftición de Sajonia. Estas cartas eran un embuste


la de 1523 que se hizo en este agitado tiempo, cuandQ
el emperador Federico dio a las masas bajas ésta y
,·J.º muestra, con la mayor ilustración, la política d~
· <.',;cortebávara: estas cartas son como material de
aquella libertad (utilizadas en los 12 artículos de las
guerras campesinas). Y cosa semejante pasa también · _}1isto~ia_Prusian_a completamente inútiles, pero son
Jlto mas mstructivas para mostrar las tendencias an-
con ~l n:uy citado testamento de Pedro el Grande, que
trusianas en la incipiente Federación Alemana.
fue fmgido en la época napoleónica, y no sin colabora-
1~
ción del mismo Napoleón, por un polaco,· así lo ha de: ~
, ; ' '_ La crítica de lo anterior y lo posterior
mostrado Bresslau en la revista de Sybel, en 1879. Y así 1
¡. § 31
también hay numerosas memorias de franceses hasta
la más reciente época, como las Mémoires ti;és des
papiers d'un homme d'Etat, que aparecieron en 1828-38 ..Ya la crítica de la autenticidad conduce, en los
como- si fueran de Hardenberg~ pero que fueron escri- •,Atos lo mismo que en las fuentes, cuando va más
tas P?r varios, conc~e:amente por el conde de Attonvil\~
.$~de la simple negación, a un resultado diacrítico
y el mcansable falsificador Beauchamp. - ,,:}~cir, al, co1:ocimiento de que a lo originario y au~
3. - El autor y el escrito son fingidos. Tal es el
_ptico estan h~ados lo posterior o inauténtico que,
caso de los escritos órficos sibilinos de la Antigüedad; \,~~su, p~rte, orientado justamente, en su justo lugar
·• ·autentico y frecuentemente muy instructivo.
138
139
En la concepción habitual, se considera que los Sal.; ,)al hist6rico; hay que separarlos según la sucesi6n
mos son obra de David; nadie, que lea con atención cronológica y así verificarlos.
tendrá por tal el de los ríos de Babel, y cuando se ha '.;(, Se trata pues de la cuestión de si lo que tenemos a
aprendido a separar estos salmos posteriores de los 'a,vista, en su integridad es y puede ser lo que era
J quería ser, y qué modificaciones hay que recon9cer
viejos de David se tiene un importante material sobre
la época del exilio, y aun sobre la de los macabeos. llí y para qué fin de la tarea histórica hay que dejarlas
Esto no sólo vale para las obras escritas, sino tam- eJado. ·
bién, y en parte en gran medida, para los restos y mo- , Lo que se ha agregado puede considerarse. como
numentos. Las catedrales de Bamberg y de Maguncia· auténtico, como falsificación, cuando la conservación
se comenzaron a construir en estilo de arcos romá- lo originario fue para el material en cuestión la
cos, pero se terminaron en el llamado gótico. Ciuda- · .reas la medida de su valor, como en las .obras: es-
ritas, cuya forma y contenido fue compuesto por sus
des como. Praga, como Tréveris o como Roma, son por
;utores con el propósito de que quedarán así, tal como
cierto monumentos históricos, pero de muy diversas
1nanifestó su más íntimo ser, como Horacio,· como
épocas que se diferencian ya a primera vista. Si se
·,,vidio; en quienes ciertamente se perpretó en 1~ .Edad
las observa diacríticamente se lee allí toda la serie
.edia tanta interpolación. Al menos -así parece a quie~
de los siglos vividos: en Praga las partes más antiguas · ::.es desean tener al auténtico Horado y al autér;1ticÓ
con Wisherad, el patio de los judíos, el Strahoff, luego \Vidio; y, en, el fondo, los monjes fervorosos que co-
las de Carlos IV (los puentes con las torres), luego las 'iaron y los vagantes que se creían poetas, no tenían
partes de la época· utraquística (el cáliz en la iglesia · ~recho alguno de contrabandear, su poesía en la de
de Theyn), y finalmente las que se construyeron des~· orado y en la de Ovidio. ·
pués de la ·batalla de la Montaña Blanca (los edificios Otra cosa acontece con los restos que. estaban y que
jesuíticos en el Hradschin). Más aún, en cada acto· µedaron en uso viviente, que cada. nueva generación
de culto de la Iglesia Romana, en sus sacramentos, en ,nsideró como propios y reclamó el derecho de.·pro~
su ordenamiento jerárquico, están mezclados lo ar~ der con ellos de conformidad. Cuando los cánticos
caico y lo posterior y lo más nuevo, y es puro defecto . mo los de los griegos o los viejos Lieder de los ale-
de crítica cuando la cristiandad romana cree que todo anes, viviendo con el pueblo y ampliándose y refor-
lo que tiene proviene del Cristianismo primitivo y qué -'.ándose variadamente, se fijan por fin en un deter,.
siempre ha sido lo mismo. inado estadio de su transformación y se recogen en
El elemento decisivo y determinante yace aquí en. .andes composiciones, no se puede hablar ya·propia-
la naturaleza del material histórico. En cuanto estos .ente de partes inauténticas en la !liada o ~n la Odir
materiales tienen que tener, ante todo, la propiedad ~a: o en los Nibelungos, así como tampoco puede lla-
de ser aún algo presente, esto es que se han conser- arse falsificación cuando, siguiendo una: ·melodía po ..
vado hasta el presente, se entiende inmediatamente de :ular, se canta un coro en la iglesia. También las Cons-
por sí, que ellos no son ya lo que eran cuando sur- Jtuciones, las creencias, las formas y creaciones de
gieron, porque viviendo siempre con el tiempo se han ª'.Vida comunitaria,.Jas edificaciones de la ciudad,.etc.,
mezclado con otros elementos o han sido modificados 9n material histórico, pero su finalidad no fue y no
en sus formas, a veces hasta llegar a ser irreconocibles¡ ;, el mantenerse inmutables; viven con las generacio-
Tal como ellos están a la vista pertenecen al presente, J3S que siguen, y según las necesidades de cada pre-
y hay que colocarlos bajo la justa luz en cuanto mate· ente se transforman y reconfiguran constantemente

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en pasos imperceptibles o, como se ha dicho, orgánica- ., . 1el gótico, una analogía constante. Se preguntó --y
mente; su proceso vital continúa ininterrumpidamente ·:afue la decisiva, feliz pregunta- por el motivo de
-sea· que crezcan o que se hundan en sí. No hay un~ l semejanza, en lenguas de pueblos temporal y espa-
personalidad determinada a la que pudieran estar ata- i;llmente tan distantes; e investigando estas flexiones
das, ni un determinado momento al que estuvieran :;separando diacríticamente lo diverso de lo análogo,
fijadas normativamente. y para una larga duración. No ,-contró estas flexiones en permanente paralelo con
tienen la finalidad de ser material histórico para éste ~.sformas de los pronombres personales, de modo que
o aquel pasado. Tan sólo· 1a consideración histórica las
7
• $Jos se colocaban como sufijos a la raíz verbal· y en
convierte en tal, y por cierto tratando de aprehender fJ.i.mezcla de raíz y pronombre se habían modificado
su desarrollo en un momento determinado y su simul .. ·-@S -dos de manera regular. No fue la semejanza exter-
taneidad. Para este fin, en las investigaciones separamos <~de, las declinaciones en las lenguas citadas, sino la
lo anterior de lo posterior, restituimos estas tempra;. ~,':e.gularidadreconoscible en las transformaciones, que
nas configuraciones en cuanto las separamos de la -~-~habían hecho casi irreconocibles, lo que aclaró el
serie ininterrumpida de transformaciones y, en cierto ·. arentesco de estas lenguas. Estas analogías .y diferen-
modo, las ·aislamos. Así, diacríticamente, renovamos as, esta sucesión llamativa de lo anterior y lo pos-
para nosotros del material actual una imagen intelec- ;rior, de formas finalmente descompuestas de es_tas
tual, para la cual se tienen a la vista para la intelec- ;~;nguas, le permitieron reconocer su sucesión y, con
ción empírica los rasgos esenciales que hay aún en el éllo, un material histórico valiosísimo sobre la .vida
presente. ",stórica de estos pueblos y lenguas, en cuyo caso se
El ejemplo más grandioso de investigación diacríti- bían diferenciado.
ca lo ha dado la lingüística. Ella se ha impuesto como : Este procedimiento de la lingüística es realmente
tarea la de demostrar en las lenguas indogermánicas :.:aradigmático para todo el ámbito de• estos fenóme-
QS. Pues allí, en el material que se investiga, hay un
y en las semíticas, tal como aún viven o existen en las
literaturas altamente desarrolladas, no solamente su .,esente, en el que lo anterior y lo posterior aparecen
parentesco y las direcciones constantes de su dife- ;r~ciendo íntima y vivamente entre sí, o más bien ocul-
renciación,· sino también a la de reconstruirlas en las . dose; hay que seleccionar artificialmente· (y eso se
formas que tenían antes de su diferenciación y de- .,µede hacer por regla· general sólo teóricamente) lo di-
mostrar la serie gradual de transformaciones que ellas <,~rsoen el tiempo, y hay que separarlo. Quien quiera
han experimentado hasta el presente. '.1fe~enciar en la Roma de hoy lo antiguo -de lo me-
M~chos j,uegos en la comparación de lenguas y en ~ l~val, lo del tiempo de Rafael y Miguel Angel, tendrá
las et1molog1as de palabras y singulares· se habían co- :·:µe hacer abstracción de lo pintoresco de las ruinas
nocido ya en la Antigüedad, y el Cratilo de Platón es \,~1 Palatino y no deberá de_iar engañarse cuando vea
un.ejemplo de.ello; desde el establecimiento de las cien- iµ.e los tiempos posteriores agregaron tanto al monu-
cias, se renovaron tales combinaciones especialmente ,, ,ento-tumba del emperador Adriano, tal como lo mues-
entre las lenguas clásicas y la hebrea. Recuerdo al po~ a el Castillo de San Ángel en el puente del Tíber;
lígr~fo~Athanasius Kircher hacia 1650, cuya influencia .drá diferenciar diacríticamente en el material de
se extiende hasta el comienzo de este siglo. El comien- · .construcción, en las relaciones de niveÍes, en las
zo de la verdadera lingüística se hizo cuando Bopp ·rmas arquitectónicas, etc., lo que pertenece a 1a 'épo-
reconoció, en 1814, primeramente en la flexión verbal 1 -de.los reyes, a 1~ de la República, a la de Augusto,
del griego, del latín, del sánscrito y, algo más destruido; .:Ja de Const~mtino; encontrará miles de obras ·de· 10s

142 :14~
·f·
"
viejos templos y basílicas en lbs castillos y burgos me- ., . ~irnos. Y cuando los atenienses lucharon en Salamiria,
dievales, emparentados con las edificaciones eclesiás- . )siguiente generación ya dijo que habían visto venir
ticas de los siglos xv y XVI. Tan sólo cuando haya dife- .:$ tormentas de los Aicidas de Egina y que habían lu-
renciado cada una de las muchas épocas arquitectó- , 'ado con ellos en el aire.
nicas en sus restos, podrá dedicarse a reconstruir en La crítica no iría lejos si quisiera determinar lo
su espíritu la Roma republicana y las obras y edificios téntico y lo inauténtico, lo justo de lo falso, en lo
singulares de este tiempo. Si quisiera suponer que las ,: e se ha legado como saga. No iría lejos con el mito
iglesias cristianas de Roma son por regla general tem- i, quisiera enterarse por él, aunque fuera en grado mí-
plos o basíJkas transformadas, si quisiera suponer que .o, de algo que ha sucedido. Pero si formula bien
los canales, la altura de las siete cúpulas, las relaciones, 1pregunta y la persigue diacríticamente, encuentra en
de nivel de la antigua Roma son hoy las mismas, ello· ~ido~ otro elemento que es también de gran significa-
~quivaldría a formular una petitio principii que lo des- ]ón histórica. Son las experiencias vitales interiores
pistaría completamente. :;p:ese expresan en el mito, estrato por estrato, y que
Una tal petitio principii fue la que supuso O. Müller ; ~rt al pueblo creyente una imagen de sí mismo y de
con relación a la Antigüedad griega, en el sentido de 'µ progreso. Son las concepciones populares de gran-
que en las tradiciones homéricas y en otras en las que :1~sacontecimientos que se recogen para los pueblos
los griegos creían tener su más vieja historia,· tenía que ,Jt sus sagas y que, transformándose, siguen viviendo
contenerse más o menos algo histórico, es decir, he- · n ellos. Cuando Esquilo habla con tan fuerte acento
chos; y así escribió sus obras sobre Orcómeno y los · la lucha entre los nuevos y los viejos dioses olím-
dorios. No se sospechaba en ese tiempo cómo había icos, cuando en claras palabras manifiesta que Zeus
que comportarse frente a este material. estronó a Cronos y a los Titanes, expresa entonces
El mito y la saga tienen de común la plena ideali- :'.;
conciencia de profundas luchas del alma, en las cua-
dad· y la necesidad de exponerse con plasticidad histó- ~s se logró en cada caso una nueva visión del mundo,
rica. ·Los dos crecen fácilmente en conjunción y se los , tia nueva era mundial de la conciencia religiosa. Son
cree promiscuamente. Sin la ayuda exterior de una tra- <~chos de la historia religiosa evolutiva de los helenos,
dición sobria que sirva de control, se tendría gran es- :pn los grandes períodos en la vida intelectual de este
fuerzo para descubrir sus comisuras. :ttebfo,que se manifiestan en tales formas hasta que
Pero tan profundamente arraigado se encuentra en áreció la filosofía y transmite otros hechos comple-
el ánimo de los pueblos el viejo rasgo del mito y de ente distintos. Reconocer estas gradas es el gran
la saga, que grandes acontecimientos ·se_transforman · erés que tiene la investigación histórica en estas
inmediatamente en algo legendario y se. adhieren a las •díciones. A este punto debe ella dirigir su J>regunta
figuras_ de su teologuemas. Como que en las Cruzadas acrítica.
aparecieron e intervinieron más de unavez los santos, {;>>tainvestigación de la mitología hindú ha demostra-
y aún el mismo Dios; o la figura milagrosa del cazador -~ una serie de transformaciones semejantes que, co-
de ratas de Hameln, que aparece siempre como jugador ·.. nzando con los Varunas, no muestran meramente
y emerge en las ciudades y en los campC?s cuando alg~ a secuencia análoga, sino configuraciones de dioses
ine_sperado se presenta, como la peste y· el hambre; -mitologemas (así Hermeias, los Saranja, Erinnys)
también a la procesión de los flagelantes ha precedido fe coinciden con los griegos. La subsiguiente inves-
este bufón, y también a la crucifixión de los niños:_ es gación de la religi,ón de Zend ha mostrado, que ésta,
el· viejo Wodan, que vuelve a despertarse así en los Íginariamente idéntica con -la hindú, se· separó de

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ella y con rigor peculiar trató de mantener lo arcaico; , ¡roo la sucesión desde la conquista normanda y aún
en la medida misma en que las figuras de los hindúes , ·~sde la época anglosajona.
contemplaban cómo nuevas divinidades fueron desig; ·:• Citando el Vaticano hace valer en nuestros días el
nadas por la doctrina del Zend como Devs, como espí- f>gma del Papa Re, ¡cuán curioso resulta esto si se
ritus malignos. :vestigan diacríticamente las competencias canónicas
La investigación está ya dedicada a la tarea de de- . iJ poder papal! Tan sólo en el siglo xv, en la época de
mostrar, lo mismo que en las lenguas; el contexto de doctoIV nació de la triple corona un Estado italiano
estos pueblos a trávés de los mitologemas. Y más aún: •ikrritorial, y tan sólo en el decurso del moderno desa-
en cuanto con esta mitología comparada se adquiere ;'..ollode los Estados ha esgrimido éste, y como él mu-
la posibilidad de complementar o de aclarar visiones th:os microestados, la pretensión de absoluta sobera-
o instituciones de uno de estos pueblos con las análogas fa. Y, además, la forma de elección por el Colegio
de otros, se presenta allí también una posibilidad de irdenalicio, es decir, por una oligarquía clerical del
separar hasta un cierto grado, cuando nos falta el con~ ,?ásabstracto tipo, tiene algo que contradice absoluta-
trol de la tradición histórica, las figuras míticas. de .\mte al moderno concepto de Estado, cuya plena so-
las legendarias. .~ranía reclama el. Papa Re, contradice también la
Al menos recordemos que, metódicamente, es el ~encia del Cristianismo, cuyo representante vice Dei
mismo procedimiento con el que se han puesto en claro iretende ser el Vaticano. En pocas palabras, esta for-
las elaboraciones de la protohistoria judía hasta su ·~::acióntal como de hecho está ahí es totalmente in-
figura canónica en los cinco libros de Moisés y J osué, .~~prensible, si no se la concibe en su devenir histó-
es decir, el desarrollo religioso del pueblo elegido has- ~o y se la contempla diacríticamente.
ta la época de los profetas. ~tComo se ve, esta crítica de lo posterior y lo anterior
Me interesa evitar que pueda parecer que este pro-. ~a· más allá de la simple diferenciación y separación;
cedimiento diacrítico es sólo aplicable a cosas tan dis~ ·é\rá a una nueva configuración en la que se verifica
tantes y perdidas. El gran mérito de la Escuela his~ \material existente, que muestra en mezcla confusa
tórica en la jurisprudencia consiste en no haber consi~ ?uchos otros elementos.
derado al Corpus J uris como el canon ·del .derecho co- \;;Avanzando de tal manera se adquiere en este ma-
mún tal como fue recibido en Alemania desde 1495 y .rJal, y con él, una historia del desarrollo de cómo
como se convirtió en derecho del Imperio, sino como ·· e pensamiento, esta ciudad viva y activa se ha trans-
un desarrollo, y en haber aprendido a separarlo como mado, de cómo lo anterior y lo más primero se ha
acumulación de siglos y comenzar a enseñarlo ·como \dificado hasta llegar a ser irreconocible. Y tan sólo
introducción al estudio del derecho común, concreta- r.esta historia evolutiva tendrá su evidencia y su
mente a la historia del derecho romano. Y de ahí resul- ;dad cada estadio del desarrollo; lo anterior y lo
taron las diversas situaciónes de esta gran coleción: sterior se elucidarán y apoyarán recíprocamente. Y
derecho republicano, el comienzo de la época de los sólo verificado de tal modo esta pieza de material
emperadores, Diocleciano, Justiniano. Igualmente pro,- órico estará lista y segura para su utilización ulte-
cedió -la elaboración expositiva del derecho constitucior r, por lo pronto para la interpretación.
nal inglés por .Gneist: él demostró que este derecho
era un depósito de Constituciones de siglos y que sólo
es comprensible en cada uno de sus rasgos si no se Jo
concibe como una viva y válida acumulación, sino

146
147
e) La crítica de lo correcto os y poderosos como Lutero y Melanchthon: ellos ven
§ 32 diablo, hablan con muertos, etc.
Aún hoy todo manicomio muestra ejemplos de es-
Para la investigación tiene especial interés la pre- s representaciones alucinatorias que por cierto no
gunta de si lo que le ofrece el material existente es bn menos locas porque para la ortodoxia sea esencial
y puede ser correcto y verdadero o de si por su origen, doctrina del diablo. Si un médico recorre la historia
su determinación y su naturaleza tiene que ser inco- ,.e la demonomanía no habrá de convencerse que en la
rrecto y no verdadero. 'poca de la Reforma hubo realmente demonios sólo
No se trata aquí, como en los tipos de la crítica · : -o;rque hombres famosos hablaron de ello con toda
ya tratados, de la forma sino del contenido, de la con- _pnvicción. El médico dirá que el informe, la concep-
cepción de lo que fue real que se expone en el ma- jón de éstos es incorrecta, pues por su experiencia
terial y de lo que éste da testimonio. Aquí se hablará . édica y siquiátrica sabe que éstas son formas de en-
no sólo de las fuentes y demás tradiciones, sino tam- rmedad que aparecen en ciertas circunstancias. Pero
bién de los monumentos y aun de los restos, en la 11.contrará en esta creencia, difundida en aquel tiempo
medida eü que en ellos se expresan concepciones, en pmo algo completamente firme y general, un muy
especial restos de los negocios, esto es archivos.- .Y. ,Jractivo signo de aquel tiempo y una explicación de
entonces las incorrecciones pueden ser muy .informa- , µchos fenómenos médicos, concretamente ginecológi-
tivas, según que hayan sido hechas a propósito o por 9s de aquella época.
descuido y puedan servir de material histórico, no sól0 ,1 Ji Aunque todavía numerosas vitae en la gran obra de
como material de aquello de que dan testimonio sino . os ·Bollandistas dan testimonio de los milagros de los
precisamente como testimonio. ?,ntos, y aunque todos los días miles de creyentes ven
1. Primero, un ejemplo. Con los crecientes movi- ,9:dar sangre en la imagen de San J anuario y mover
mientos religiosos del siglo xv crece la fe en el diablfr ;_sojos en las imágenes de María y ver cómo derraman
y en los demonios, la convicción de que se. puede co- ~grimas, por otra fuente tenemos la certeza de que
merciar con ellos, de que por .su mediación se puede \>sas semejantes se basan o bien en engaño de los
obtener algún pr )vecho, de que con ellos se puede ,ntidos, en enfermedad o en estafas. Decimos que
gozar de voluptuosidad. Se cree poder oír, ver, expul- 9~ informes son incorrectos, aunque sean auténticos;
sar, maltratar y engañar al diablo; se cree que por la ·:,ero ellos son instructivos para la caracterización de
carne de un recién nacido se puede dominar el arte :·'fusque hacen o ·creen en esos informes.
del demonio, la brujería, etc. Desde el Malleus mal.efi- h Son incorrectos porque, en la medida del conoci-
carum de Sprenger y Henricus Institoris de Colonia,, . iento humano, los sucesos supuestos son imposibles.
en 1484, la Iglesia reconoció esta locura castigándola os .informantes no pretenten tal vez informar algo
como delito, con lo cual se difunde aún más. La to:r;• )so, péro son incapaces de ver correctamente; no
tura arranca confesiones de cosas que no se han hecho, ienten, creen lo que dicen, para ellos es verdadero,
la locura da al infeliz la certeza de percepciones sen'.. ero materialmente es incorrecto.
sibles, de acciones propias voluntarias, de modo que ·. Ésta es una y la más amplia esfera de las incorrec-
en el tormento de su excitada fantasía las personas se. :ones. Cosas de este tipo ocasionan infinito trabajo a
acusan de que han comido y matado a tales y a cuales . investigación, no porque ella no reconozca que son
niños cuando éstos, frescos y sanos, juegan en la correctas, sino porque es difícil, a veces imposible,
calle, etc. Esta locura domina aún a espíritus tan cla- :. aginarse la atmósfera espiritual en la que aquéllos

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pasaron su vida. No se concibe que un Melanchthon · Jo II en Siena, pusieron de relieve ex officio todo lo
pudiera creer firmemente en la astrología o que un. \ ..ás brillante y lo dudoso o menos memorable se de-
Escipión o un Pericles pudieran considerar las señales ._)ódejar de lado. Así, los sermones necrológicos de los
.~;¡glosXVII y XVIII, que se utilizan tan frecuentemente
de los sacrificios como algo decisivo.
':9mo fuente histórica. Semejantes glorificaciones son,
A eso se agrega algo más. En la época de la Ilustra-
ción tenía mucho valor el explicar todas estas cosas · n cuanto material histórico, incorrectas: de su deter-
como signos, milagros, historias de fantasmas, artes de :rJnacióri, del contexto histórico podemos deducir que
:r'.º corresponden en verdad al asunto, que no pueden
brujas, etc., es decir, encontrar algún núcleo racional,
que luego la fantasía y el engaño, en especial el engaño <orresponder y que tenían que ser incorrectas.
de los curas, debieron ampliar hasta lo monstruoso _'. 3. Por este camino seguimos más adelante. Cuando
pero reconociendo aquel núcleo racional y utilizándol~ :eere~ que los legajos oficiales, los informes oficiales,
)1 todo caso tienen a su favor la presunción de que
como histórica y fácticamente correcto. Proceder así
fue, en igual medida, acrítico y ahistórico. Se trans- pn correctos, se está en el error. Cuando, como dicen
puso simplemente la concepción racional y prosaica, / uchos documentos de este género, dos príncipes pa-
a la que se había habituado, a épocas en las que ella ientes, _hermanos, tras larga lucha hacen la paz, en-
no existía o, al menos, nó existía de tal modo; no se _:nces tienen los dos el interés. de evitar que se indique
tuvo en cuenta ·1a fuerza y la certidumbre de la creen- laramente el motivo de la disputa, y el documento
cia, de la fantasía, del mirar subjetivo como se los /~ la paz no permite siquiera sospechar que antes ha-
puede observar en todo niño. Miles y miles de ejem- 'ía odio _Yque tal vez en pocos meses volverá a surgir.
plos enseñan en qué medida el autoengañ0 conduce a :., ~on Justo celo se traen a cuento informes diplo-
la fantasía: aquellas batallas en el aire que se han visto ;:aticos para aclarar con ellos noticias precisas y se-
tan frecuentemente, aquellos cantos de los ejércitos ·"ras de las circunstancias políticas. Pero, ¿son exac-
_:Js?¿Son seguros? ¿Hasta dónde llegan aquellos fa-
c:lestiales que San Francisco dijo haber oído, aquel
diablo en la torre contra el que Lutero lanzó el tintero ·,_.
osos informes venecianos del siglo XVII con las ave-
y mucho más, no es otra cosa que un oír y ver sub- · ·guaciones que les sirven de base y que no pasan del
jetivos, y el entendimiento racional comete injusticias :rculo de la corte, sobre el que informan? ¿Qué fun-
cuando busca la causa en lo exterior y fáctico, en vez :~mento tienen los datos que ofrecen sobre los ingre-
de en lo sicológico y lo patológico que ahí se mani- s de los príncipes, de los barones y de los obispos
fiesta. • 1 país? Y más aún: éste y todos los enviados diplo-
2. De otro contexto procede una segunda serie de áticos sólo quieren informar sobre lo que es de inte-
incorrecciones. Nadie encontrará reproQable el que fren- ,s e impo'rtancia para su Estado, para su corte; desde
te a los brillantes relieves de la victoria en la Columna -.punto de vista y su interés observan con frecuencia
de Trajano o en los monumentos egipcios se haga valer µy enrevesadamente, como en 1870 Benedetti informó
el que son glorificaciones tan exageradas e incorrectas ¡Napoleón 111 sobre Prusia y Alemania
como los nombres tan corrientes de los emperadores También ante los archivos y los informes oficiales
romanos: Germanicus, Britanicus, Parthicus o los nom- y una gran cantidad de reservas. El fin de estos in-
bres que se pusieron nuestros príncipes medievales: /mes no es siempre el de reproducir los hechos; más
el piadoso, el sabio, el bueno, etc. Recordamos que en se trata de impresionar, de fomentar tendencias
cuando Rubens pintó la glorificación de Enrique IV, ,:,-,resguardar a personas o de reprenderlas. Entre to~
Rafael y Pinturicchio, la de Eneas Silvio como Papa , s los boletines que expidió Napoleón I no hubo

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ninguno más verdadero que el ominoso 29, que anun- \ación. Y aún la fotografía, que reproduce un árbol
ciaba lo de Beresina; se trataba de preparar a· la na- ·. tódas sus hojas y arterias, lo hace sólo de un
ción a lo más tremendo; pero en esta exposición no
0 , en el que el hombre pensante ha puesto el apa-
había siquiera un vislumbre de la cruel realidad. o~Todos los innumerables detalles de troncos, ramas
Se ve así cómo se diferencia esta serie de la pri- ;:ojas, de grietas y nudos en, la cor~eza, los c~ncibe
mera, en donde la fantasía ocupaba el lugar de la con- hombre de modo diverso segun las circunstancias: el
cepción objetiva. En la segunda serie hay concepción "tor o el dibujante, según el color y la figura; el bo-
objetiva, pero por los motivos de la concepción, por las -:ico, según el género y la especie; el maderero, según
circunstancias concomitantes y otras cosas, y la ter- ~apacidad de dar madera, etc.; verdadera es· cada una
cera, la de los negocios, por la parcialidad del punto · estas concepciones en la medida en que la verdad
de vista o del interés, está dotada de una cierta pertur- ~ncia ·1a relación entre el ser y el pensamiento. Pero
bación o de un colorido, no acromático, como se dice f,el dibujo del pintor no es la corrección la finalida~,
en la óptica. Lo que importa es eliminar, en la medida ::·o la característica del árbol; a la corrección del d1-
de lo posible, esta perturbación para rectificar la con- 'jo correspondería una plenitud y· circunstanciali~ad
cepción. e no tiene interés para el dibujante. De modo d1fe-
En el caso más feliz se tiene para la concepción nte ocurre con el maderero: él concibe el árbol sólo
colorida de un lado la no menos colorida del otro par- igúnsus medidas; el valor de sus datos consi~!e en
tido y, con ello, el medio de separar lo seguro de lo µe son aproximadamente correctos. La correcc10n se
que sigue siendo dudoso. Si como en los discursos cerca a la realidad sólo en cierta forma, sólo hasta
olínticos de Demóstenes está representado un lado de
la concepción, entonces se debe ser doblemente cuida-
P. cierto grado. Y esta relación entre lo verdadero y
correcto tiene para nuestra disciplina extraordinaria
doso en creerle y hay que buscar, al menos, todo lo :_portancia. .,
que se podía decir del rey Filipo cuando alguien en 4. Y esto nos lleva a otra considerac10n. Con pleno
Atenas quería hablar en su favor. Cuando uno lee como recho se ha dado gran importancia para los fines
historiador de bello galico de César uno nota en se- ~·la política práctica a la e~tadística y, al menos des-
guida cuán tendenciosamente expone esta guerra, cuán e' el comienzo de nuestro siglo, se han desarrollado
calculadamente la describe con vistas al talante de los .:n gran maestría los métodos y los puntos de vista
romanos. Y al maravilloso arte bélico de Aníbal no /gún los cuales han de hacerse los censos, si bien esta
se le hace justicia en la exposición de Polibio y de los 1
Jsciplina ha ido demasiado lejos desde los grandes
que le siguieron. '.abajos del estatástico belga Quetelet, al creer haber
De modo semejante acontece en otras cosas. Siem- escubierto las leyes verdaderas del movimiento histó-
pre hay que estar satisfecho de poder poner de relieve :~o y al reclamar para sí el descubrimiento de los
lo cierto y no creer que mucho detalle proporciona más · otivos fundamentales de la vida de los pueblos.
seguridad o siquiera mayor claridad. Es como en los T Tal vez no sería difícil mostrar que las encuestas
microscopios, en los que el aumento se logra a costa ;'stadísticas poseen menos seguridad mientras más de-
de la claridad. Se debe y puede decir: mientras mayor :Fllladas son y que las cifras promedio que obtienen
detalle, tanta ·mayor inseguridad. ~uando afirman, por ejemplo, que de cada mil hombres
Con razón: pues todo hecho, todo proceso consiste _anto~ y tantos son ladrones, no son lo que ella pre-
en una cantidad de detalles. Pero la concepción huma- .:t.ende,no son leyes; leyes como si con ellas se acabara
na es resumen de los muchos detalles en una repre• fa.libertad y la responsabilidad de aquéllos a quienes
152 153
. psa completamente distinta que ~l pueblito en ~l que
se refieren. Pero la crítica de esta ciencia se encuentra ·' · ';dos se conocen. Hay datos que divergen entre s1, pero
fuera del ámbito de nuestra tarea. Nos basta saber an una cierta noción de lo que se busca. ·
que ella da una imagen aproximada de las realidades, · Cuando Lutero en sus Diálogos dice de los diversos
intentada según ciertos criterios, una concepción exw ~tamentos que un ciudadano ganaba an~al~ente8 gu~-
presada en números de las relaciones y situaciones _kts,un caballero 80, un conde 800, un prmc1pe del re1-
humanas en su aspecto cuantitativo, lo suficientemente '-o8.000 y un príncipe elector 80.000, aunque todo esto
segura para atenerse a ella para fines prácticos con la "smuy sumario, da una noción aproximada del asunto.
reserva de que la realidad viviente corrige los puntos Y Ante todo: necesitamos esta clase de conocimientos
de partida y equilibra los errores. . · · ara no caer siempre en el peor de los errores, esto es,
Para la investigación histórica tienen los -datos esta- ue proyectemos nuestras nociones de hoy, involunta-
dísticos un interés de carácter peculiar y, en cierto iamente y en cierto modo tácitamente, en las corres-
modo, alcanzan hasta las épocas más tempranas. Tene- bndientes relaciones y situaciones de épocas tempra-
mos números de los censos de la antigua Roma, datos ás, que nos imaginamos los ejércitos de la época de
numéricos sobre las doce tribus de los judíos en su Gustavo Adolfo como las in.asas armadas de hoy.
paso por el desierto, varios datos sobre la fuerza de 1..'t· Resumiendo estos puntos de la crítica de lo correc-
los ejércitos como, por ejemplo, los de los persas o
el de Alejandro; y de la Edad Media, tenemos índices
·tto, encontramos las siguientes cuestiones y preguntas
;'.}luehay que hacer a los materiales:
de los reinos y países de Carlos V, en los que se en- ~-'\ 1. ¿ Es posible la corrección de lo que nos .da ~l
cuentran registrados los ingresos de cada uno de ellos , aterial de acuerdo con las pautas de la expenenqa
así como los obispos, las órdenes y los vasallos domi- 'u.mana y del conocimiento?' Así, en la cuestión de los
ciliados ·allí. irocesos contra brujas. .
Se ve la importancia que debe tener para la inves~ )' 2. ¿ Es ella posible, teniendo en cuenta las circuns-
tigación histórica el tener representaciones y nociones ,'.\ancias y condiciones en las que se escribió el informe?
estadísticas de los tiempos pasados. Tan sólo a partir t,isí, en los elogios. En los dos casos la crítica mide, en
de los datos más o menos seguros sobre el ejército ,..1objeto concebido la concepción misma y su justeza.
macedónico se puede tener una clara noción de la ha- ;i 3. ¿Hay, en los motivos, en la finalidad, en las re-
zaña colosal de Alejandro; tan sólo a partir de las aciones personales del informante, indicios de un en-
llamadas listas de tributos de Atenas y de los documen~ :urbiamiento de la concepción y es ello reconocible?
tos fiscales, se puede desarrollar la superioridad y el :sí en muchos informes de negocios.
pensamiento de la política de Pericles. Y uno de los
defectos más notorios de nuestro conocimiento de la
e· 4. ¿Es inevitable la incorrección debido""a la pre-
ariedad de los medios de la observación, en la forma Y
Antigüedad romana consiste en que no tenemos mate- odo de la encuesta? Así, en las encuestas estadísticas.
rial sobre las finanzas de la República. .n estos dos casos la crítica mide en el sujeto y en
Cierto es que la estadística se mueve con determi- l procedimiento, en cierto modo en el instrumento
naciones cuantitativas. Pero cualquiera sabe que hay ·, e la concepción, la concepción misma y su corrección.
un punto del menos y del más en donde lo meramente Éstos serían aproximadamente los casos posibles.
cuantitativo se vuelve significativamente cualitativo. orno se ve, aquí íqueda un punto nocivo. El resultado
Una ciudad de 100.000 almas no es sólo 100 veces más Í-:frS seguro sólo cuando_ es de tip? negativo, cuando de-
grande que un pueblecito de 1.000 almas, sino que por }muestra que el matenal a la vista es falso o que no
el tráfico, las fricciones, la competencia, etc., es una

154
155
¡f

f
puede ser correcto. Pero, ¿se ha decidido con ello que
i, '.sión histórica, los puntos de vista esenciales Y las·
cuando no se puede aducir esa prueba el dato a ta ;iones decisivas. _ .
.uestra ciencia, si desea verificar sus materiales
vista es correcto? "J1.elpunto de vista de lo recto, no sólo habrá de·
Se está aquí ante una aporía de tipo grave, que fer demostrar que éstos no son correctos Y que
no se podría solucionar si uno no se atuviera exacta~ ~Uos no pueden serlo, y cuando no pued~ p~obarl?
mente a la naturaleza y a la tarea de nuestra ciencia; ·sfacerse con ser escéptica. Por el contran?, mvestl-
Ella está muy lejos de tener como su condición o como nen qué medida y bajo qué punt?s de _vista esto~
tarea la corrección absoluta; sería ilógico pedir de riales son correctos; no rechazara este mforme di-
ella esto. . ático o de guerra porque otros informes dice?- ~lgo
Para las correcciones son las realidades la norma, e~to o diferente o porque hay detalles que obJetiva-
los objetos, tal como lo son o lo fueron en su variedad. \e son imposibles y por ello .ciertamente incor 7ec-
Desde el punto de vista humano, traducido en la con- ~-r:sino que tratará de encontrar el punto de ~ista
cepción, hay algo en las realidades que no las hace apa- ·de el cual se escribió este informe y que explica o
recer como_ algo absoluta, sino relativamente correcto. ··ulpa las incorrecciones. , , . .
Decimos ciertamente que A = B o que 2 + 2 son 4, Su material verificado despues del anahsis de sus
pero sólo en cierta relación ello es cierto, en la relación , í entos motivos, propósitos y unilateralidades, nos
que yo tácitamente agrego en el pensamiento. A es y ~trará ~u valor relativo; aquella tradición demono-
sigue siendo diferente de B, pero por la extensión, el ica no da testimonio por cierto de los demonios pero
efecto o lo que yo considere como punto de vista de e los estados espirituales de quienes creen en ellos,
la comparación, puede decirse que A es igual a B. Si :'la exposición de la guerra gálica de César resultan
pongo dos veces dos cosas, puedo decir que son 4, iros los motivos, los fines por los que él. con f_recuen-
si son de la misma especie o si las pongo sólo corno i,Jnformaba incorrectamente, e~, los Girondmos de
piezas. Estamos totalmente habituados al tipo de expo- ~{martine se encuentra la concepcion de un poeta entu-
. sición de los mapas, pero ellos son sólo aproximada- t· smado por la democracia y además aficionado a la
mente imágenes de partes de la ,tierra tal como las sadón y a la retórica.
resume sumariamente, sólo en una cierta relación, a la 1Lo que esta parte de la críti~~ obtiene co°:1-ore~ul-
realidad y son s.óJo en una cierta manera correctos. b es de hecho, material verificado; ella dice: este
Del mismo mudo, las representaciones y los datos t~l p~nto de partida del informante o del narrador,
históricos: sólo en cierta relación corresponden a lo 1pártir de él o desde él se le presentan las cosas,
que se registra, a aquello sobre lo que se informa .. ó en la perspectiva según el ángulo, de tal' manera
Consideramos estos datos como correctos no porque su sucesión y adjunción, abreviada, las unas recu-
reproduzcan objetivamente los hechos, las situaciones ~rtas por las otras, e_tc.
y, en general, lo pasado. Pero, desde el punto de vista
adoptado, en su relación con el fin perseguido, corres-
ponden a las realidades, y bastan para ser resumidos §§ 33.34
en nuestro espíritu en la representación correspon- · crítica de las fuentes
diente.
Se requiere entendimiento agudo y un conocimiento ~}Se contr~dice la opinión dominante cuando en el
claro de la materia para reconocer y fijar, con com- t33 del Resumen se dice que la crítica de las fuentes es
157
156
la aplicación de la crítica de lo correcto a las fuentes r, ,füna mejor, sino que hay que reconocer que ahí nues-
Más bien se tiene la opinión de que la crítica de las fuen:l ·,o,saber llega a su fin.
tes es una especie particular de método, y por cierto \1La crítica de las fuentes hizo una segunda aparición
el método propiamente histórico y todo el método, y \1 las investigaciones de los Monumenta. Muy pronto
casi se corre el peligro de que sin conciencia de la .etreconoció en la historiografía de nuestra Edad Me-
naturaleza de nuestra tarea científica se coloque este· la -bastante precaria y superficial en muchas partes,
medio de la investigación histórica en lugar de su fina~ ':pecialmente en las crónicas--'- que muy frecuentemen-
lidad. Vale la pena aclarar esta cuestión tan impar. ·\.:.una crónica había sido copiada sencillamente de
tante. · · :a segunda hasta el año X o que había sido escrita
Ella no es muy antigua. El primero en suscitarla. ,iroando una tercera y una cuarta y que tan sólo una
fue Niebuhr. Él era de la opinión de que Fabius Pictor; Jrie de años proporcionaba noticias independientes.
de la época de la guerra de Aníbal, estaba en posesión 'b:.copiado no tenía en sí valor propio, pero lo que
de una tradición real, aunque .en muchas partes ya fa~ }·portaba era demostrar de dónde se había copiad~,
bulosa, de la historia de la constitución romana desde tctién era pues el informante y garante de estas not1-
la rebelión de la comunidad, y esperaba reconstruir 'füs. La cuestión crítica propiamente dicha quedaba
este legado, esta concepción, a partir de las otras tra- :tftnsin solucionar, es decir, si estas informaciones ori-
diciones, por ejemplo, de Divio, Dioniso, etc.; confiaba ."í:na1eseran o no correctas.
poder quitar la cáscara y restaurar críticamente lo que ::·· lnvestigando más se encontró que también los me-
este autor consideraba como historia de la constitución. , jfjres historiadores medievales preocupados por escri-
romana desde la República. Ésta era la misma actitud It un bello latín habían contaminado ·estilísticamente
de Boeckh en su aguda crítica de Maneto, en la que 'imo los cronistas lo habían hecho con el contenido.
expresamente declaró que no quería reconstruir la his~ :~sícomo, por ejemplo, Einhard caracteriza a Carlo-
toria egipcia sino el modo como Maneto la había pen~ ,~)igno con la retórica de Suetonio o Ragewih, el escri-
sado. :1ente y continuador de Otto von Freising, copió del
Como se ve, el modo como Nie,buhr concibió su ta~ ,thsefo Latino (Rufinus) el sitio de Milán o Pavía junto
rea fue más el de un filólogo que el de un historiador~ ln la descripción de las fortalezas y los trabajos del
Pues la tarea histórica no es .la de reconstruir cómo ,:;ffo,acomodando las palabras extrañas al nuevo acon-
pensó Fabius Pictor la historia de Roma, sino describir, '~cimiento.
en la medida de la posible, cómo ocurrió ella en reali~ l/:'Ftte de gran valor el que siguiendo de ese modo las
dad, y si Fabio Pictor escribió tan sólo en la época d~ fentes se comenzara a aflojar la masa de }a tradi-
la guerra de Aníbal, entonces la tarea histórica no· •)Sn convencional y a descomponerla en sus estratos.
'
consiste en reconstruir su concepción del decenvirato;
1
(uy pronto se vio cuán provechoso era aplicar el mis-
sino explorar si ella fue correcta y hasta dónde podía :.:'o procedimiento a las fuentes de la Antigüedad Clá-
serlo. ~ca.Se encontró que Diodoro es una historia universal
in recortes de autores escogidos, con mayor o menor
Otra cuestión es la de saber hasta dónde se puede
llegar con esto, si se puede hacer una crítica tal de las
r ferte, de los cuales la mayoría nos resultan conocidos
)1 cierto modo sólo por sus apuntes y resúmenes; se
leyes, instituciones, restos, etc. Pero aunque no pueda· )icontró también que Eutropio, pese a su precariedad,
hacerse esta crítica, no hay que darse por satisfecho rffieneuna propia concepción, la de un libro escolar
con la concepción de este ·autor y darle valideza falta Jlaborado con tino, si se quiere. Mientras ~ás enérgica
158 159
e independiente es la propia concepción del autor que. ?pos
presentan a nuestra investigación en su realidad.
investiga de esta manera la crítica de fuentes, tanto más } que
1
ha acontecido objetivamente en un pasado es
11
se han modificado y, en cierto modo, remodelado los completamente distinto de lo que se llama hecho
autores utilizados en tal trabajo. Cuando Livio en la 4. ·órico. Lo que acontece se concibe, comprende y ..
y S. Década copia literalmente a Polibio, como lo de- ula sólo mediante la concepción como proceso co-
mostró detalladamente Nissen, hace de la exposición ente, como un complejo de causa y efecto, de fina-
que copia algo completamente diferente: la modifica '·d y realización, brevemente como un hecho, y los
según su concepción de la historia romana, que Augus. mos detalles pueden ser concebidos por otros de
to, quien por lo demás lo distinguió, enunció diciendo , ,inta manera, pueden ser combinados por otros con
que él (Livio) era un pompeyano. Más aún procede así ,.('as causas, efectos o finalidades. ·
Plutarco en sus biografías escogiendo con destreza de <):.uego la autopsia. Fue muy cómodo suponer que
sus fuentes sólo lo que tiene valor para la plasticidad · ,testigos presenciales indican ·lo justo y correcto,
biográfica, sin preocuparse demasiado del contexto ninguna duda, y que, al menos, no hay otra garantía
pragmático. Jojusto y correcto que la autopsia; Por más que
Una tercera forma adquirió la crítica de las fuentes ar o Federico el Grande informan exactamente so-
con las investigaciones de la Escuela de Bauer sobre combates y batallas, ellos no· lo vieron todo en el
la vida de Jesús y los comienzos de la iglesia cristiana · po de batalla; confiaron en los informes oficiales
y después sobre los cinco libros de Moisés. Aquí se Trecibieron y de lo informado sacaron conclusiones
trataba de investigar la historia convencional de hechos re los propósitos del enemigo, los efectos de este
que por un tiempo más o menos largo se habían arras- /ue, el cambio de esta línea, etc.
trado y modificado en la tradición oral y que tan sólo .}.Podaslas fuentes, por buenas ó malas que ellas sean,
más tarde fueron fijados por escrito, y preguntar por }>::concepciones de acontecimientos, sea que la con-
la dimensión de lo fáctico y por el modo cómo habían piói:i haya surgido inmediatamente frente a los acon-
sido remodelados en la concepción de tantas genera~· i:r:lientos, sea que haya sido el resumen de una can-
dones. Se trataba pues de demostrar críticamente lo. blde estas concepciones inmediatas y primeras, sea
fabulosamente devenido y lo ornamental que se había Pquien vino posteriormente se formara su concep-
fijado en estos textos y constatar las posibles fija .. \y la escribiera con las narraciones orales ·de la
dones escritas más antiguas de la tradición oral que ;·nda · o tercera generación o que tras siglos un es-
podían haber sido integradas en nuestras fuentes. Tan ,..r ·1a formulara utilizando las fuentes escritas que
sólo así, se tuvo en cuenta la relación de la leyenda: ··a mano. Puesto que siempre y en todo caso se
conla historia, del mito con la leyenda y se aclaró con ' de lo mismo, de la concepción de acontecimientos,
ello metódica y prácticamente la esencia propia de la: '.egunta de la crítica es siempre esencialmente: en
crítica de las fuentes. füedida es y puede ser correcta la concepción en
Se trata especialmente de liquidar tres conceptos: sodado, es decir, en qué medida corresponde a los
confusos que comenzaron a arraigarse en la crítica de ,,:'t~cimientos.
las fuentes, es decir, el del hecho objetivo, el de la ·:'JJ-'aquí tropezamos con una tercera petitio principii.
autopsia y el de la completitud. ~fase refiere a que se cree obtener de las fuentes
Sería desconocer la naturaleza de las cosas con las · , · §';de lo que ellas pueden proporcionar. ¿Quién dice
que se ocupa nuestra ciencia si se creyera que ella tiene ?lafuente quería proporcionar todo o siquiera que
que ver con ?echos objetivos. Los hechos objetivos no fa darlo? Querer dar sólo lo conforme a las fuentes

160 161
y decir que esto es la historia, contradice la naturaleza.:\:
de nuestra ciencia. Es verdaderamente infantil cree;·;} .,."
á d~ encontrar lo mismo que en archivos no utili-
que lo que Diodoro cuenta sobre la época de los diátJ ,9s a~~- Según su punto de vista ofrecerá una nueva
codos _es la historia de la époc~. Cabe la pregunta;;tS, .~epc10n de aquella época, ojalá una más justa y
¿has visto pu~~ lo 9-ue no has visto? ,;,;-•-- profunda que las de que estaban más cerca de
La ocupacion mas detallada con las fuentes de lar- . Pue~ justamente para eso emprenderá la tarea.
historia moderna, para la que existe una material infi;¡ g, al igual que las fuentes, en ningún caso propor-
nitamente más rico y el control ,de los archivos, nos. . ará la historia objetiva.
proporciona aquí puntos de vista que también son-deci~~ Naturalmente que en tiempos tan movidos como lo
sivos para épocas más lejanas. ··:;·; __
ron los d~ Aníbaly Alejandro sucede también que
Siempre, decíamos, acompaña a los acontecimientos··· · Aue los v1ven_recogen inmediatamente los aconteci-
su concepción, su traducción en la conciencia y en la.i Jltos . diarios y los traducen en la representación.
representación. De las miles y miles de concepciones:~ ,_.cepc10nes~u~s que se difunden en parte por cartas,
que se forman día a día, las unas llegan por los perió;~ :informes oficiales u orales y que continúan en parte
dicos a conocimiento general y a permanente fijación;-, p rumores o como anécdotas; también resúmenes
otras circulan como rumores, crecen, se deforman, se·, (i~iverso~ puritos de vista nacionales y partidistas;
quedan aquí y allí como recuerdo personal; otras st ,1, por e1emplo los de Cletarco, allí los de To lomeo
encuentran en cartas, en diarios, en apuntes; y otras~ .,··.~enti~o-~elénico y macedónico respectivamente; aquí
desaparecen con las próximas semanas y meses. .'... <-~~xpos1~1onde Po.libio, espíritu escipiónico-helénico,
Cuando Schulthess escribió en una serie de anua.: ; .iqe Caton en sentido republicano-romano y la de Si-
rios las historias anuales a partir de 1860, se sirvió,. - 1:? en el se~tido de Aníbal. El que luegb, tras 300 años,
en lo esencial de periódicos, publicaciones oficiales Y::-- -; ,n.,ano, basandose en Tolorr:ieo y en otros, hiciera su
de otra clase, junto a sus propios recuerdos, esto es1:J • ,\~V ~omprensi~le exposición de Aleiandro, y que Livio
los rumores que él escuchó. Los mismos acontecimien-.,_-¡ ' -,~ anos despues de la guerra de Aníbal contara esta
tos los exponen desde otro punto de vista el Annuaire,. ·'.i\e_rraen forma más retórica y patriótica que objetiva,
francés y el Annual Register .inglés. Cuando Adelungn •.,¡J;In~:cho que da material suficiente de invesigación
expuso en su Historia pragmática de los Estados, 9 t<>~;: }~ cntic~ de las fuentes. Pero, la demostración de que
mos, desde 1762 a 1769, la época desde 1740 hast~; :iv¡o_tomo prestado ~e Polibio, de Camelio Antipater,
1763, tomó ciertos periódicos y revistas, escritos oficia•i \., :S1lanus, de Valeno Antias, no hace -adelantar la
les y contratos que ya estaban publicados y los elaboró,; . ~~stión históric?· Pues en ésta se trata de saber qué es
y juntó a su manera, indicando las fuentes, de modo que: '/que co~ segundad se puede comprobar sobre la gue-
se estaría eximido de la crítica de éstas si el concepto a,.de, Ambal o l~s..campa~as de Alejandro. La pregunta
habitual de ellas fuera correcto. De modo diferente, ~_quefuentes Liv10 o Arnano utilizaron para sus datos
1
trató Voltaire la misma época en su Siecle de Louis XV;·. · ~n?, pre~n,t~ sec~mdaria; en sentido riguroso, es una
y de manera diferente otros escritores. Si alguien desea. ,stion h1stonc,o-hteraria. La pregunta primaria es:
ahora estudiar y exponer la misma época, recurrirá a e aspecto teman los materiales, las realidades de
lo que proporcionan Schulthess y el Annuaire, Voltaire s_·que se elaboraron estas fuentes. ' ·
y Adelung, pero no se satisfará con sus concepciones /Ao~í _hemos llegado al punto decisivo. Lo podemos
de esta época sino que buscará más materiales; en me- molificar con Herodoto.
morias que fueron publicadas mucho más tarde los ; 'Bastante irreflexivamente suele llamarse a Herodoto
· padre de la historia. Pero, con todo, su significación
162
163
en 1~ historiografía es extraordinariamente grande. Ya'º 'l;>oráneo de Herodoto, pueden haber expuesto estas
otros antes que él, desde Recateo, habían tratado der "guerras persas:· Herodoto dominó y determinó la tra-
recoger las tradiciones orales de Grecia, de equilibr.~r Jfüdón.
los mitos y las leyendas, y de imponer sistema y ordén. '1: ·Lo que eri sentido técnico se puede o se· debería
cronológico en este caos, y también habían agregado: Jlamar primera fuente no es la masa de los rumores
finalmente el tiempo más reciente, desde el ataque· ~e;, ·.<quecorren aquí y allí, de las opiniones, de las concep-
los medas y persas a Lidia y a las ciudades ·griegas de; ·:ciones. No todos los. informes diplomáticos de una ne-
Asia. Pero Herodoto tiene una idea nueva: desea narr~r / gociación son, reunidos, la historia de la negociación;
las guerras persas hasta la batalla de Eurimedon e in.· ·o_todos los informes presentados del batallón, •del re-
cluye para la explicación, ocasionalmente y de modo 'imiento o de la división, acerca d~ su comportamiento
episódico, lo que él ha averiguado y visto en sus viaj~s, . bn una campaña son, escritos conjuntamene, la histo-
también lo que había podido averiguar sobre la primera ria de esta campaña. No la suma, la adición de todos
historia en los países griegos y extragriegos; sin mucha .s detalles, sino el .primer resumen de los mismos en
crítica resume lo que le han contado los ).hyot.ot. persis. una totalidad, según su decurso pragmático, según sus
o griegos, pero de modo tal lo hace que pasando de uno otivos decisivos y su finalidad, es lo. que ha de lla-
al otro Myot;, .según lo que le parece adecuado, ofrece ·1 arse primera fuente. Pues la historia no es el primer
una viva imagen ·total cuyo pensamiento y contexto es oncebir de los acontecimientos singulares, sino la re-
la gran guerra persa ·de los griegos. :i;.~asfuentes q~e resentación espiritual de lo que sucedió allí; lo suce-
utilizara se reconocen fácilmente, aun las de las guerr~s · . ido según su significación, según su contexto su
persas: o bien las menciona él .mismo o narra de tal < _'.erdad. '
manera -que se ve claramente dónde termina el .logos; Hablando de los viejos tiempos dijo Goethe una vez:
espartano y dónde comienza el ático, por ejemplo, eri
Platea. Tiene gran interés literario seguirlo en esta «Donde toda palabra era importante
·composición diestra, ·pero no menos ceñida. Pero él porque era una palabra hablada.»
mismo sabe que no todo lo que cita es justo y correcto;
él mismo lo dice, en VII, 152, que debe 't'& ).,ey6µevix' ?:taimportancia residía en que con la palabra hablada
AÉyew, pero que no tiene eí deber de creer en todo. _.$ehabía ganado para el espíritu la cosa designada, se
. ¿ Por qué tiene pues tan gran significación para np- "\lahabía apropiado y traído a la conciencia. Lo mismo
sotros? :él es para nosotros la primera y casi única fuen-· )rproximadamente es lo que hace la concepción histó-
te de las guerras persas, de su historia. No recogió sim- ka con los acontecimientos en la forma de la primera
plemente lo que pudo haber escuchado de alguna qe- ente. No el confuso trajín de las primeras noticias,
las fuentes, sino que las comprendió desde un punto qe @mores, Opiniones· ha de ser designado como ·primera
vista amplio y correcto en su gran contexto históricQ; fu.ente: «ello es», como dice el § 34 del Resumen, «el
con ello dio a la historia de estas guerras para siempr,e , · ;_roceso atmosférico que se repite diariamente de los
su cuño. :Él no es la primera fuente para conocedas ' apores que ascienden y bajan, de los cuales salen las
sólo porque las vivió como participante, porque otorga . : entes». Las primeras fuentes reales son, frente a las
la garantía de la autopsia, ni tampoco por haber reco• ,·piniones y recuerdos fluctuantes, a la diversidad de
gido en una especie de revista todos los rumores, anéc• · omentos imposibles y casuales, la primera concepción
dotas y juicios falsos, con los que· se concibió esta gran ·istórica, el primer entendimiento histórico.
época .. Otros, como por ejemplo Hellanicos, el contero· · Sólo donde emerge tal entendimiento surgirá una

164 165
:l:
vr
r;i

imagen total histórica, y al contrario: cuando y donde ''triic{


se dice en el comentario de Knobel sobre el Gé-
no se llega, a una tal imagen total, es porque el espíritu 1 ~sis.
de un pueblo o de una época ya no tiene la fuerza del •>, <seve pues cuán infinitamente favorecidos con res-
ser histórico, 6 la conciencia de los hombres no vio esta 'to a nuestro conocimiento de ellos son los tiempos
serie de fenómenos como una serie contextual y como ya historia no existe fijada por escrito tras larga
totalidad. Así, hay para el siglo xv exposiciones históri- 'dición _oral, y cuán favorecidos son aún sobre todo
cas de ciudades alemanas, de territorios, de casas prin- .,uellos tiempos en los que los contemporáneos o los
. cipescas, pero ninguna que recoja y abarque al Imperio \•:feinbros de la siguiente generación escribieron desde
en cuanto tal, pues el pensamiento de la Unidad na- ,;sensación viva del tiempo que ellos exponen; más
cional surgió primeramente de nuevo y, también sólo ~trorecidos aún son· los tiempos de los más recientes-
provisionalmente, con la Reforma. Así, nadie antes de _,;lps, sobre los que, junto a las primeras fuentes te-
Aristóteles pensó que la poesía dramática tenía una ·mos aún, en gran parte, las primeras noticias, infor-
historia; hasta la mitad del presente siglo a nadie se és y rumores, a partir de los cuales se elaboraron
le había ocurrido hablar de una historia de la músi- \;primeras fuentes. En tal caso podemos, en parte,
ca, etc. ·•mostrar cómo combinaron los materiales y cómo
Ya Herodoto no estaba -en una posición tan afortu- sielevaron en su concepción a la altura de su signifi-
nada como los escritores de Alejandro, Tolomeo, Clei- :dón, cómo de acuerdo con sus ideas iluminaron los
tarco, etc., que disponían de una cantidad de informes ontecimientos y los pusieron en un contexto.·
de guerra, de cartas· del rey, de diarios, etc., que daban LLa demostración de cómo un autor utilizó a otro,
la primera concepción inmediata concreta o histórica- ~ cómo la fuente posterior es dependiente de la ante-
mente. Herodoto sólo tenía a su disposición la tradición ir, será naturalmente uno de los medios que tiene
oral, los Myot., que desde hacía 40 ó 50 años circulaban 'e utilizar la crítica de las fuentes. Pero en modo algu-
en las diferentes familias o ciudades, etc. En ellas se ,.:·¡es ello la suma de su tarea. Más bien tiene que dife-
nota ya la tendencia de la tradición oral a pulir y _;énciar:
generalizar, y se nota esto más. aún en sus Myot. sobre •!~V,L Qué es lo que ha captado esta fuente y repro-
épocas más antiguas, corno la de los Prisístratos, la de ti:cido expositivamente, esto es, los acontecimientos,
Solón y la de Croiso. No de otra manera ocurre con ~~ hechos, las negociaciones, etc. ·Pues poner de relie-
la tradición de los cuatro evangelistas, que fijan por _¡éste que es la tarea esencial. Por fo que respecta a
escrito la tradición oral de la comunidad cristiana des- '' fuentes, como hemos dicho, no tenemos que ver con
pués de que en dos o tres generaciones viviéndola ha- éhos objetivos, sino siempre con las concepciones
bía sido -formada y reformada. Más separados están "éstos, y lo que ante todo importa es ponernos siem-
los libros del Antiguo Testamento de la primera con- ::een claro hasta qué grado estas concepciones han
cepción inmediata; tan separados que en todas partes _/gistrado material y correctamente los hechos, si se
1
se mezcla en ellos la tradición legendariamente recon- 's . presentan concebidos desde diversos puntos de
figurada con la historia sagrada, con el mito; y hasta ···ta de modo que en cierto modo los podemos ver es-
se reconoce en ellos con suficiente claridad cómo diver- :eoscópicamente. Inconmensurable es en esta rela- ·
sas leyendas han crecido entrecruzándose o refundién- · .n la diferencia de los materiales para los nuevos
rlose. no sólo en la diferencia de la narración del elo- · glos y para los de la Edad Media, o los de la Antigüe;.
hista con respecto a la del jahevista, sino en la tradición , ·d. Por lo menos con respecto a diversas partes de
de Judea diferente de la de Israel, y cosas. semejantes,. lAntigüedad podemos demostrar que hubo un mate-

166 167
rial tan rico como el que hay para los nuevos siglos, :iéz··de la nácional y, en su concepción, fa historia ·del
y que los restos precarios sobre el tiempo de Cé~ar,; 'tundo clásico~pagano se convirtió en medida y modelo
de Alejandro, deben. leerse, al me1;1os,con la, co~ci_e~- tel·presente y de· su progreso. Se ve en este contexto
cia de que son restos de una tal riqueza. ¡Cuan mfmi- dique significó la ruptura de Lutero con la tradición
tamente diferentes los tiempos de los Otones Y de los· /~ la Iglesia Romana al recurrir a los más viejos testi-
emperadores sálicos, para los que las tradiciones sori •;1ónios·históricos de la Iglesia: con el pensamiento
casi exclusivamente clericales y monaca~es, en lo que r;ja,nsformado de la época, con la concepción agustinia-
toca a la historia imperial tradiciones de vida monó- '>amás profunda de la esencia del Cristianismo rechazó
tonas inertes sin tráfico casi, aun sin las rápidas pul- ~ttmala tradición jerárquica y trató de reconstruir, con
sacio~es de 1~ vida urbana, aun sin la ascendente fric- · a auténtica crítica ele las fuentes, lo que había con-
ción de las densas poblaciones, etc.! bido como cristiano la palabra limpia de los Evan-
2. Siendo las fuentes concepciones, siempre habrá élios y de las Epístolas. . .
que tener en··cuenta cómo adquirieron un. determinado
talante y una determinada colocación debido a las \/ 3. El tercer momento es el del color individual que
concepciones allí y entonces dominante_s. Para ello_ es :a:el expositor a su concepción según su carácter, su
en alto grado significativo cómo en el siglo xv domma · ·ndencia, su partido, etc., arbitrariámente o no. Y esto
completamente la concepción demonológica y cómo se -ale también para las primeras fuentes lo mismo que
continúa hasta los comienzos de la Reforma, o cómo ara las posteriores. Aunque Jenofonte nació en Atenas,
en la época de Wallenstein .y de Kepler también los :stá en sus Helénicas siempe al lado de Esparta y con-
hombres más sensatos eran adictos a las teorías de la. ra los tebanos, hastá llegar a la injusticia; y apenas
astrología y creían que su destino estaba preanunciado endona siquiera la segunda alianza marítima. ¡Cuán
en las constelaciones de· las estrellas. Es el modo de. iferente aparece ·en Thiers y en Taine la Revolución
representación de su tiempo, que se reproduce inmedia- ~ rancesa, cuán diferente aparece Federico el Grande en
tamente en su concepción. : arlyle y Macaulay, cuán completamente distinta apa-
Es claro que la mjsma pregunta vale tanto para las ,-ece la época de Carlos V en Sleidan y en Sepúlveda,
primeras fuentes como para las posteriores. De los co- '.--tcétera! Ellos combinan· los mismos hechos con ten-
mienzos de Roma tenía la tradición romana, esto es la·. !.hmcias completamente distintas, a partir de puntos
vieja analística, desde el siglo de Fabius Pictor hasta ~e vista totalmene diferenes ~ según métodos del todo
el año 100 a.c., ciertamente en primer lugar sólo aque- ~~istintos. Para extraer de ellos los hechos correctos,
llas concepciones que correspondían a la precariedad · ;'lo~ estados de cosas correctos de lo que entonces ·su-
del ámbito y del poder a comienzos de la República, ipedió, hay que descontar lo qué ellos introd;;jeron en
en la época de Xvri y de Camillus. Con la grandeza 'iu concepción según sti opinión y tendencia personales,
y el poder de Roma crecieron la~ represent~~iones y ~o- "-·.··egún sti diferencia nacional y eclesiástica. Se debe pro-
ciones sobre los primeros comienzos, y Livio describe }éder de manera semejante a cuando se quiere hacer
estos comienzos de la ciudad y luego de la República ?na imagen del carácter y del quehacer de un hombre
con la concepción que corresponde a la grandeza que ,~egún lo que cuentan de él tres o cuatro personas com-
se había desarrollado desde aquellos comienzos. O: la ·.,letamente diversas. Los datos de cada una de estas
época del Cinquecento en Italia con el renacimien~o. ~e ,:personas los juzgaremos según el modo cómo la cono-
los estudios clásicos echó por la borda toda la tradicwn :~emos o creemos conocerla y finalmente trataremos de
judea-bíblica que la Iglesia había sabido colocar en ;,formar nuestra propia opinión de estas tres o cuatro

168 169
opiniones criticadas de tal modo, y por cierto que sin ., ~eña en la escuela y en la educación general, en una
creer que así es objetivamente este carácter~ . .:~oncepción convencional y sumaria, de la misma ma-
Finalmente podemos resumir las cuestiones de la tera que, por ejemplo Diodoro o en la historia de
crítica de las fuentes bajo los siguientes puntos de vista. tus tino. ,
1. Las primeras fuentes no son los primeros ru- §'.,: Así pues, cuando criticamos las fuentes de Diodoro,
mores y opiniones, las primeras concepciones arbitra- 1Justino o· Plutarco, debemos tratar de ponernos en
rias e infinitas del acontecimiento, tal como se forman :claro cuáles fueron los libros que ellos tuvieron a
junto con el acontecimiento, sino los primeros resúme- ;mano y cómo los aprovecharon, ya que queremos ave- ·
nes desde un determinado punto de vista, en un con- (iguar lo correcto que está contenido en Diodoro, Jus-
texto que enuncia su esencia y sus pensamientos. ~ino y Plutarco. Y lo correcto que contiene sólo pueden
En el más afortunado de los casos .se hace este re- ¡haberlo obtenido de las fuentes que utilizaron .. Si es
sumen aun bajo la impresión viva de lo que aconteció, Bforo a quien copió Diodoro para el tiempo de las
aún con el pensamiento y en el talante de los que sur- ";8ilerras persas y hasta la caída de Atenas, entonces.
gió y creó, eri cierto modo aún en el presente histórico ffrente a Eforo se repite la misma pregunta crítica:
del acontecimiento. Así Herodoto, así Tucídides. Tales :9iertamente él· conoció y utilizó a Herodoto y a Tucí-
concepciones dominan entonces los tiempos que siguen, . Wdes, pero igualmente también otros materiales más,··
dándoles a ellos una firme y cerrada expresión de los {como por eJemplo los cómicos, pues tomó de Aristó-
pensamientos y del talante de donde surgieron tales :fanes el motivo, de ·1a guerra del Peloponeso · y es lo
acontecimientos. ;~uficientemente pedante como para tomar en serio sus
Cierto es que Herodoto y Tucídides dejaron sin fidículos datos. Eso no hubiera podido acontecer· a los .
mencionar y sin utilizar mucho de lo que más tarde ~ue escribieron con el vivo recuerdo del poderoso en;.··
pudieron utilizar como material histórico Eforo o Teo- ;buentro y que dijeron lo que estaba en el alma de todos
pomoo. Pero con las guerras del Peloponeso, con la :losque participaron_· como la suma de fo vivido, resu-
profunda caída de Atenas había llegado una época piiendo la cantidad de lo vivido y conocido desde una
completamente distinta. Eforo y Teopompo estaban tan ,¡ran idea y lo expusieron como contexto. Aplicar a és-
leios de los tiempos de que informan Herodoto y Tucí- :fos,a Tucídides, a Herodoto, la crítica de las fuentes
dides como nosotros de la época de las guerras napo- ~ignifica investigar de qué modo y de qué narraciones
leónicas y de Federico el Grande; ellos concibieron el ~rales o escritas, informes oficiales, con qué conoci~ ·
tiempo antiguo de una forma completamente diferente tniento de la materia, en qué concepción, ellos utilizaron
como, por ejemplo, se reconoce en el modo como ha- f'.recogieron .el material de su exposición.
blan los oradores de Temístocles o Kimon, de Alcibía- · t- Así sucede cuando los primeros resúmenes perte-
des y Cleón. Entonces se volvió a realizar una plena :ecen aún al presente histórico de las cosas sobre los
revolución en el pensamiento y consideración de los iüe se informa.
helenos, signada por la conquista del mundo por Ale- ?·'.2. Si tal no es el caso, la exposición ºtiene interés ·
jandro y el modo científico completamente nuevo de ~egún los siguientes puntos de vista, haciendo caso ·
Aristóteles. ¡Cuán diversamente se les presenta a los )niso de que refleje su propia época posterior, de la
escritores después de Alejandro la época de las guerras lUe es un resto, y sus ideas:
persas y de la hegemonía: ática! Ya se la trate en forma ts a) Esta exposición és el primer resumen histórico ·
del todo erudita, como en Philocoro o en Demetrio o •Je lo legado hasta entonces oralmente. Así Jordanes o
por el coleccionador Crateros. Y diferentemente se en- piás bien Casiodoro para la antigua historia gótica;

170 171
así el Pentateuco para la más antigua historia judía. :&riores, pero con los medios de la crítica y de la
Entonces no se puede constatar más que en la época "'rpretación ha obtenido nuevos resultados de los
de la elaboración se veía el pasado y se fijaron las tra- eros apuntes falsa o insuficientemente relacio-
diciones de tal y cual manera. Lo posiblemente correcto ·~ós. • .
en esto. puede encontrarse solamente por el camino )~ntonces la exposición más reciente tiene el valor
de la crítica de la leyenda, del procedimiento diacrítico. }liaber corregido el material convertido en no. crítico
b) Si la exposición que nos ocupa ha sido recapi- .·ae· haber eliminado la falsa interpretación con la
tulada o combinada de escritos anteriores. .Ja y correcta. Así, Niebuhr en la Historia de Roma.
Entonces o bien se conservan aún estos escritos; y ;:.mayor medida surge el mismo resultado cuando la
lo que se hizo con ellos sólo tiene el valor de una con- ~stigación ha explorado en inscripciones y restos la
cepción de concepciones. Así, el escrito de Schiller so,. •:1:adel nuevo material, como Mommsen en su His-:
bre la decadencia de Holanda: grandioso en el pensa- 'a de Roma.
miento, pero totalmente dependiente de los, autores que
utilizó (casi solamente Strada).
O estos escritos no se conservan. Entonces la ex- ¡:La ordenación crítica del ·material
posición posterior sirve como sustituto insuficiente de § 35.36
lo que se perdió. Hay entonces que .averiguar de qué
mala manera Diodoro utilizó su Eforo, su Timeo, con ¿Hemos alcanzado con la crítica dejas fuentes el
cuánta libertad manejó Livio a Polibio, cómo Justino :>;delcapítulo sobre la crítica? Nos queda aún un
es solamente un recorte retórico de recortes, que Tro- 'ecto especialmente importante, que resulta nece-
gus Pompeyo hizo de las mejores fuentes, en especial ·.~mente de nuestro modo ·de consideración y que
de Timágenes. '·stifica.
c) Si la exposición no se ha recapitulado y combi- a crítica debería investigar los materiales, que
nado solamente de fuentes viejas, sino que agrega nuevo · os podido encontrar. para la solución de una tarea·
material, sea de tradiciones 9rales o de archivos o de órica, en todas las direcciones posibles, para ver si
monumentos, etc. útiles y en qué medida lo son.
En relación con lo nuevo, la obra posterior es, erí, emos tenido que plantear tres preguntas de acuer-
cierto sentido, fuente: nos reemplaza esta tradición, on las cuales debemos examinar el material: 1) si
estos archivos, en la medida en que los ha utilizado. . ·uténtico,· es decir, aquéllo por lo que se lo tiene
Así como, por ejemplo, Aventinus utilizó los Anales al- . lo quiere tener; 2) si inmodificado es lo que fue
taicos, cuyas copias se han encontrado sólo reciente- •.ería ser, o si se han mezclado allí cosas anteriores
mente; o Seckendorf (Commentarius historicus et apo- 0 posteriores; 3) si hubo o pudo haber aquéllo de
logeticus de Lutheranismo seu de reformatione, 1688) ·quiere valer como prueba, es decir, si es correcto.
que proporciona mucho más que Sleidan, especialmen- · ueda aún una cuarta pregunta: si el material con-
te de los legajos de Weimar, de los que muchos se han .e,tal como se nos presenta, todos los aspectos con
perdido. Pero Seckendorf no escribió como Sleidan en · ecto a los cuales buscamos testimonio, o en qué
el ambiente vivo de la época de la Reforma, sino en , .'•ida es incompleto. ·
forma erudita como defensa contra el escrito blasfemo n abstracto, todos admiten que nuestro saber es
del jesuita Maimbourg. mentario y que nuestro saber histórico es incom-
d) La exposición posterior ha sido tomada de otras }o,Pero ya el modo como dominantemente se utiliza
172
la forma de la narración de cuestiones históricas pro,;¡ a paso nos obstaculizaría, si en nuestro subsiguien-
voca la ilusión -y desea provocarla--:-- como si tuviét proceder metódico no encontráramos alguna ayuda
ramos ante nosotros un decurso completo, una cadena[\ ··tra ello. Pero, ante todo, la crítica debe ponernos
cerrada en sí de acontecimientos, motivos y finalidadet; iélaro acerca de la medida en que nuestro material
de las cosas históricas. Y también en los investigadoret,: 1t:dncompleto. ·
se presenta muy fácilmente esta ilusión, como si lo:·••• · :i.,a ordenación crítica del material es la forma
que se ha legado si bien no es la totalidad fuera, al rne:~·; 'ello.
nos, lo esencial y puede y tiene que bastar para dar·;,
una imagen del todo. .,:·' 'El material verificado por la crítica es todo lo que
Tiene importancia fundamental que en nuestros tra~- 1
'emos y sabemos del trozo de pasado que nos ocupa.
bajos no olvidemos ni neguemos .la situación del má~~ tno fue ese pasado, fÓmo ocurrió, de qué se trataba
terial histórico. Casi siempre, o más bien siempre, áun:i ./él, qué se logró o falló: todo esto no se oculta en
que exista muy rico material, tenemos solamente deta~'- .(material pero, en la medida en que se oculte, pode-
lles de la cantidad de lo hecho y acontecido, de la masa · .p~captarlo; de este material tenemos que obtener una
de procesos de negocios; de la complejidad obtenid~} oncepción de aquel pasado y, con ello, una noción de
tenemos solamente concepciones singulares de lo que . }la noción aún posible.
fue y aconteció. Es verdad que el decurso de una gue- ~}El primer_ paso hada esta concepción es la ordena-
rra nunca se ha fijado en tan innumerables mensajes, i.~n crítica del material. Para ella tenemos los nece-
informes de las partes de las tropas, datos de cada uno; . rios puntos de vista porque se trata de procesos hu-
de los oficiales, como en la guerra de 1870-71, y la obra:, /anos que nos son comprensibles en cuanto tales a
del Estado Mayor prusiano está· construida sobre un.'. '. ¡usa de nuestro ser humano. Estas analogías nos dan
material como no lo tiene otra obra de historia bélica.·; . ·;"spuntos de vista de la ordenación. El primero es la
Y, sin embargo, faltan miles y miles de detalles como·· µcesión temporal.
lo aseguran quienes han trabajado con este material:,¡ l. Aquí nos encontramos con la necesidad de la suce-
muchos oficiales, cuyos uniformes no podían omitirse,: · ión temporal, que es primordialmente decisiva, la pre-
cayeron, y órdenes, despachos, etc., se han perdido.· .;'..nta por la medida y la regla de la misma, la pregunta
¿ Cuál será entonces la situación con respecto a otras ,:Qrla cronología que no es, como la numismática o la
acciones de tiempos lejanos, y sobre todo cuando Yél:i 'pigráfica, una ciencia auxiliar crítica; ella tiene su
no hay archivos de ellas y cuando sólo han quedado/, ,)'opia vida y su interés.
dos o tres fuentes? .f No sabemos apenas cuán· difícil ha sido para el
Todo material histórico es incompleto, y la investi•-r )itendimiento humano, reunir en trozos más"-'amplios
!•,
gación tiene que tratar de ponerse en claro en qué.; J-cambio del día a la noche, aquéllos que se pueden
medida lo es. Pues es obvio que mientras menos sea1'r.i:
los puntos firmes que tenga tanto más arbitraria será
t edir y determinar según los grandes fenómenos del
jelo sideral. ~iempre se ha contado -en la medida
la línea con la que los vinculo y con ello la imagen que:• fi que nuestras tradiciones lo confirman- con que
yo doy según ellos. ~oce cursos de la luna aproximadamente corresponden
De ahí la expresión en el § 35 del Resumen: «la., } un recorrido del sol. Pero de esta relación irregular
exactitud con la que se designen las lagunas ... es la é,ntre mes y año se ha desarrollado una cantidad de
medida de la seguridad de la investigadón». [Jstemas, que hizo extraordinariamente difícil encon-
Esta circunstancia significaría una barrera que a \'far un canon general -puesto que otros valían para
174 175
otros pueblos- tal como se lo necesita para la his-., \todo el ámbito de nuestro saber histórico; no pues la
toria. · .historia· de cada pueblo según su cronología en parte
Basta con investigar los 'intentos cronológicos de (incompleta, tal como a veces se hace. Pero esta reduc-
Diodoro, quien en sus fuentes encontró las olimpíadas :eión a un sistema ocasiona gran esfuerzo. A lo cual se
griegas y los arcontes áticos, los años de Roma y el agrega la desfavorable circunstancia de que la historia
cálculo del año según los cónsules, para ver. cuántas . y la astronomía comprenden el año del nacimiento de
'1

dificultades y defectos resultaron de esta reducción. ,;tristo de manera diferente: la astronomía toma el año
Más grande aún .fue la_difictdtad, para los· astrónomos ,,del nacimiento o p. Cr.; la historia este año del naci-
griegos, que tenían que apoyarse en las observaciones . 1:r,n.iento1 p. Cr. y el año anterior a.Cr.
hechas en Babilonia, y para los historiadores y cron6- .. Así pues, nuestra investigación presupone la muy
grafos griegos, que emprendieron .la tarea de ordenar '.:difícil disciplina de la cronología cuando se dedica a
sincrónicamente la historia de muchos pueblos. Eilos _ordenar críticamente según el tiempo el material críti-
necesitaban ante todo una época, es decir, un comienzó :~amente obtenido.
firme de la numeración del tiempo, como no. lo ofrecía ·~ ' · Tiene interés ver cómo esta necesidad ha adquirido
ni la construcción de Roma, Ili la primera olimpíada, ni ;;.en nuestros estudios una forma tal que luego, desco-
siquiera la conquista de Troya, y los milenios de la his- }rtociendo su contexto, emerge con una pretención que
toria egipcia con su adhesión a la salida de S,irius era tino es adecuada.
para ellos, según parece, cronológicamente no lo sufi. "_:r::Arriba hemos hablado de regestas, índices de do-
cientemente segura. Sedieron por satisfechos contando 'tumentos de la época con una breve indicación de su
según la ~ra babilónica de Nabonasar 747, el llamado ~:contenido. A esta forma recurrió J. Fr. Bohmer para
canon de los reyes, que ellos continuaron con los reyes 'lá ordenación cronológica del material. No sólo indicó
persas, eón Alejandro, los Lagidas, los Césares ro- . 'fa•secuencia de los documentos según su día y lugar y
manos. ¡~u contenido principal, sino también los nombres de
Luego, con la creciente significación del Cristianis- )as personas citadas en los documentos y cosas seme-
mo, para el que naturalrpente sólo la Biblia era segura, ··antes. Y también incluyó los datos cronológicamente
comenzó a contarse desde la creación del mundo, que ~determinables de las fuentes. Breveinente, en forma
aún en Bizancio se calculaba 5.508 años antes del nad- de regestas proporcionó todo el material de la historia
miento de Cristo. El cálculo según el nacimiento de lemana imperial desde los carolingios hasta 1347. Y
Cristo, que el Abad Dioniso calculó en el siglo VI en '.~enuncióla fórmula de que ésta es la única forma cierta
cuatro años más tatde al menos, adquirió uso eclesiás- ?#responsable de exponer la historia de aquellos tiem-
tico general tan sólo en el siglo VIII, combinado con pos, como si todo lo que iba más llaá de la,..,crítica y
el método de Julio César, para equilibrar siempre el \;de esta forma de la crítica fuera sencillamente fan-
año lunar y el solar. Pero este método era inexacto, 'de· ~tasía.
modo que en 1.500 años el Año Juliano había quedado }, Totalmente correcta era la idea de Bohmer en el
retrasado en 10 días con respecto al año solar real. Por -~entidode ordenar los materiales según el tiempo. Pero,
encargo del Tridentino dispuso Gregario XIII la me- Jes éste el único punto de vista posible? Quién, por
1
jora del calendario, que fue introducido en el mundo -iemplo, quisiera trabajar la historia de las guerras
,:

caólico en 1582, borrando 11 días. ;ael Peloponeso, recopifaría el material correspondiente


Para la investigación y para el panorama total tiene {a cada Estado, para ver qué tenemos sobre Corinto,
naturalmente gran valor inscribir en la red cronológica :Argos, Bizancio, etc. y también lo que existe sobre las
1

176 177
personas que aparecen allí. Registrar~a los nombramien- III. LA INTERPRETACIÓN
tos que se mencionan, así como los de los estrategas
de Atenas, etc.
Es evidente que mientras·· más variados sean los
puntos de vista según los cuales·se ordena el material
tanto más firmes son los puntos que resultan de las
líneas que se entrecruzan. Modelos son, en este senti-
do, los índices del Corpus Inscriptionum latino: son
un depósito de materiales ordenados críticamente se-
gún todos los puntos de vista posibles, para todo el de los comienzos
campo de la historia de Roma, en la medida en que § 37
haya inscripciones. Se puede pensar en ordenar en el
mismo orden los demás materiales, las monedas, las Primero una advertencia previa. Hemos concluido
noticias de los historiadores, las noticias ócasionales ~1capítulo sobre la crítica y no hemos encontrado una
de los escritores y poetas, tal como lo quiere un con- ;1:rübricaen la que se le haga justicia a la indagación .
curso de premios sobre una prosopografía romana. tde los comienzos. ¿No ha de encontrarse y comprobarse
Quien quisiera trabajar sobre la política interior de J<rin punto en. el que se encuentra el comienzo genético
Prusia, por ejemplo, encontraría un inmenso material \:ele·un fenómeno histórico,· como por ejemplo el del
en las colecciones de leyes desde Mylius, en los legajos \Pristianismo y cosas semejantes? ¿O es eso cuestión
del Consejo de épocas anteriores, en los legajos del Di- ,)defa interpretación?
rectorio General; se perdería sin salvación en este la- ;;· Debo confesar que tal como expongo el método,
berinto si antes no pusiera orden crítico en el material '~ste hace imposible esta tarea, y quiero agregar que
utilizando regestas, para ver qué lagunas quedan; y 1
éncuentro en ello un buen signo de su congruencia.
mejoraría estas regestas en la medida en que tuviera :, Ciertamente es característico de. la narración el que
conocimiento de las finanzas, del sistema de impuestos, ~lla expone las cosas históricas como un decurso, el
de la vida económica, etc. · gue las hace surgir genéticamente ante el oído del·
Con esto queda aclarado lo que dicen los §§ 35 y· 36 pyente y en cierto modo las hace nacer ante él. Pero
del Resumen. La crítica no nos lleva ya más que a esta ~s igualmente claro que narrando así la su~esión, para
conclusión en el orden adecuado del material verifica- i,aque reconstruimos mediante la investigación lo de-
do. Lo que nos queda de los acontecimientos pasados lo /venido
•l
y lo pasado, sólo buscamos imitar lo que nos
tenemos panorámicamente a la vista: no propiamente tparece como devenir, y es una simple abstracción o
el hecho histórico, sino lo que existe de él, en restos, Jmparalogismo el creer que mediante la investigación
concepciones, etc. Se nos presenta ante los ojos y ve- :·odemos haber llegado a un comienzo de lo devenido,
mos si tiene lagunas o está completo este material so- pe tal modo que, por ejemplo, con Rómulo y Remo
bre el que tenemos que hacer nuestra investigación: en ',:ubiéramos alcanzado el primer comienzo inmediato
el caso dado, del que tenemos que obtener nuestra 1Jesde el que se inicia la poderosa historia de Roma;
concepción del trozo de pasado que queremos hacer re- \!ras los dos fundadores se encuentra ya una larga serie
sucitar en el espíritu. ·~e mediaciones.
., Más peligrosa sería la ilusión si se quisiera buscar
-~asíel comienzo en la creencia de encontrar allí la

178 179
esencia de la cosa, el núcleo vital propiamente tal del manera concluye en la aburrida discusión de si
que surgió este desarrollo. Propiamente par_adigmáti- .,:~llinafue anterior al huevo o en 1a más aburrida
cas para esta cuestión han llegado a convertirse en el OOá generatio aequivoca de la protoviscosidad de los
ámbito de la ciencia teológica las investigaciones de ·:,inianos.
la Escuela de Baur. Se busca el protocristianismo, la· \iene importancia ponerse en claro que nuestra in-
propiamente cabal y verdadera semilla de la esencia )gación empírica sólo puede trabajar a partir de
cristiana, se pela como una cebolla corteza tras corte- Jmateriales ·actuales .y que cuando presenta sus re-
za para encontrar el último y más íntimo germen. Pe~o, 'fVadosen la forma de la narración desde un punto de
¿qué es pues esto último y más íntimo? ¿Es este Cris- :t:ida, entonces coloca con ello sólo un comienzo ad
to, su personalidad y su biografía? ¿O son estas d_oc- :'?<;quesólo relativaI11ente es un comienzo.
trinas, estas profesiones de fe? ¿ o. es esta doctrma i[ener esto en cuenta es tan importante porque el
única que es la suma de las otras? Tal vez se encuen~ · • genético de la narración a partir de un comienzo
tra: esta frase de la descendencia de· Dios o sobre el ce siempre a pensar que se puede explicar históri-
amor que está por encima de todo, es la semilla que, ·ente lo devenido y su comienzo, y que se puede
esparcida, brotó y creció y se convirtió en u1: árbol ··:ostrar históricamente la necesidad de que haya de-
que dio sombra al mundo. ,Pero el germen llego a ser do y por ello justamente tuvo que devenir así. ·
árbol tan sólo en este poderoso crecimiento, y tan sólo ero esta cuestión tiene otro aspecto muy digno .
en el árbol adquirió la semilla su realidad, su plena tser tenido en cuenta, y sobre el cual debemos poner-
verdad. De nada serviría negar el árbol porque quizá ..,•en claro.
el primer germen ya no se puede demostrar, porque no '~Es·indudable que tan sólo podemos entender com-
es seguro si esto o aquéllo o un tercero fue el co- \amente lo que es cuándo conocemos y ponemos en
mienzo propiamente tal; .o .si para conocer lo se quiere·
cavar hasta las raíces y buscar el germen del que
to cómo ha llegado a ser. Pero cómo ha llegado a
\ es cosa que sólo conocemos cuando investigamos y
creció el árbol: este germen ya no se encontraría. Sólo :,·prendemos lo más exactamente posible cómo es.
en sus frutos se repite ~u comienzo, y si el árbol no , o es una forma y expresión de este comprender de
da más de ellos, entonces han llegado a su fin su vida \actual y de lo que es cuando lo concebimos como
y sus fuerzas impulsoras, y se seca. · · ·b devenido y nos aclaramos su devenir. Y por otra
Así ocurre con todos los fenómenos históricos. Está ,,te, éste su devenir y su ser devenido lo desarrolla-
completamente fuera de 1a investigación histórica el :~s. sólo a partir de lo que es, para lo cual lo conce-
llegar a un punto que, en sentido pleno y eminente, fue- ,'.'1os y analizamos temporalmente de modo que así
ra el comienzo inmediato, lo primero, sin mediaciones. :damos entenderlo. "
Sólo podemos llegar hasta los comienzos relativos, es '.Como se ve, nos movemos en un círculo. Pero en
decir, hasta aquéllos que colocamos como comienzo en '.:círculo que nos lleva adelante, si bien no al asunto
relación con lo que ha devenido ·de allí. Tan sólo a par- ·,smo. Pues po;r una parte lo tenemos a la vista como
tir de lo devenido encontramos, colocamos, el comienzo o que es y luego lo consideramos y lo concebimos
relativo. Pues podemos construir especulativamente un \ o devenido. Con ello tenemos una doble fórmula
comienzo sin mediaciones, absoluto, podemos creer re- ··,a ver y captar la cosa; no controlamos y profundi-
ligiosamente, pero no podemos encontrarlo o demos- ,, os la cosa, sino nuestra comprensión de· la cosa
trarlo históricamente, y quien desea encontrarlo no ·;ónsiderarla estereoscópicamente desde dos lados o,
lo busca de manera empíricamente histórica, pues de s exactamente, desde dos puntos de vista.
180 181
Se debe saber esto para estar en claro hasta dónde} Í:,,¡queno se dé a la interpretación sobre la que vamos
puede y quiere llegar nuestra ciencia. Ella es empíri.csu+ 'hablar una falsa significación. No interpretamos el
en cuanto que lo que es y lo dado es el material de<' 'esunto hecho histórico, por ejemplo la Revolución
su investigación; es exacta en cuanto que en silogismQ.$~1 ft789 o la batalla de Leipzig para deducir de él las
adecuados adquiere de este material sus resultados y /hunstancias y -condiciones que podríamos desarro-
no los deduce de comienzo_s hipotéticos; y en cuanto;, t'. como su resultado necesario. Sino que interpreta-
que lo que tiene empíricamente a la vista no trata deÍ·, ~s -los materiales que tenemos a la vista para explo-
aclararlo a partir de primeros ,gérmenes u orígen~s:, _í'r•en su dilucidación e interpretación~ en la compren-
que no tiene a la vista empíricamente. . '°í<,. .· n más intensamente posible lo que en ellos se: pue-
Pues si se quisiera admitir que .nuestra ciencia tien~{ :\:conocer aún sobre los hechos de los que aquéllos
que explicar lo que es a partir de lo que fue, es decir, :h testimonio. Nuestra interpretación es~ en cierto
deducirlo en forma de conclusiones, entonces recon 0 ; 1 · ódo, un aflojar y un descomponer estos materiales
cería que en lo anterior se encuentran las condicione~¡·- e parecen secos y encogidos: con el arte de la inter-
de lo posterior, indiferentemente de si se las ha réco~;;· etación queremos que vuelvan a moverse y a recu-
nocido o ·no por medio de la investigación; excluiría 1 ···ar el lenguaje.
el ser propio del mundo. histórico, es decir, moral, la~.
libertad de la voluntad, la responsabilidad de los acto- .
res, el derecho de cada uno de ser un nuevo comienzo'\ § 38
y una totalidad en sí; para el mundo moral llegarí~:;
una aburrida analogía con la eternidad de la materia , formas. de la interpretación
y la mecánica de los átomos. Pues todo lo futuro ten::¡-.
dría que estar preformado enlo pasado, hallarse gennib-; }:Comprendo el hablar de otro cuando estando frente
nalmente en los comienzos y en el primer comienzo, :y,,.. . \~l percibo sus palabras, capto el tono y el ·acento de
sólo requeriría del abrirse y exhibirse de las cosas:_, > voz, la expresión de sus ojos, de su rostro entero,
para hacer que lo posterior se desarrolle, con necesi:] : ~; sus gestos. Pues allí emerge la plena ·expresión de
dad, de lo anterior. Un mecanismo tal no lo vive siquied ·(:ser íntimo tal como está excitado o temperado, y
ra la planta que en su germen no está por cierto conte~G v ésta su manifestación capto su ser íntimo, conozco
nida microscópicamente sino que requiere de la ali-q -~-, qué manera está excitado, y su excitación me hace
mentación de la tierra o del aire, de la luz, etc., y querí ':ntir con él lo que le ocurre. Así él me resulta com-
alimentándose con ésta y creciendo llega a ser lo queJ tetamente comprensible.
no era aún en el germen. ,y;1 f Ya es cosa diferente cuando esta misma )'>ersona
Basta esta consideración para rechazar la falsa doc-· \éribe en el momento en que estoy lejos: en la medi-
trina de la naturalidad, del presunto desarrollo orgáni~u·; 1 en que la conozco, complemento involuntariamente
co en la historia. Lo que suele alabarse como naturaL ?:rla lectura de su carta el tono de su voz, la expresión
es, en todo caso, un factor, una de las condiciones erir: s;e• su rostro, c~eo oírla y verla.
la vida histórica pero, si se me permite la expresión;·J -•· ;.,·Pero si no conozco personalmente al autor de la
la menos histórica, el sustrato meramente creatural;r¡ ~rta, entonces la impresión de la carta me resultará
y el desarrollo solamente orgánico excluiría, ·si se fo.,; l~ruchomás lerda; si la expresión de la escritura no
etc;cx.ú-i-6!1: :s;
quisiera tomar en serio, el progreso, la e1tlooa-1,~ muy fuerte o muy diestra, tendré que hacer esfuerzo
Había que adelantar estas observaciones para evi•:· · ira imaginarme la personalidad que así ha escrito.

182 183
Si alguien me cuenta el diálogo o algo sobre la carta-, ·'~:·acontecimientosy situaciones que resultaron de los
de una persona amiga, entonces tendré en el conoci. ibs de voluntad, es decir, de los llamados hechos, y
miento de la personalidad del amigo un control y un ,.'.a uno de esos hechos ha surgido por regla general
correctivo de la exposición del narrador. Tal vez co. ~la colaboración de varios y muchos, y ha surgido en
nozco también al narrador, su carácter, sus metas, su ~te de manera tal que ellos se encontraban en situa-
relación con mi amigo. También según estos elementos· !h de enemistad y actuaban unos contra otros. Y,
complementaré su informe y sabré hasta qué punto ·:ano debemos comportarnos ante hechos, ante testi-
puedo darle crédito: al menos y a juzgar por mi cono. bn:ios o restos de hechos en los que, como en los res-
cimiento y la opinión que tengo del amigo, creo que _).:delos viejos muros de Roma o en las Leges barba-
no puede haber hablado así, no puede haberlo dicho .:umo en las fundaciones de las órdenes de caballería
con tal intención; así ajustaré primeramente el hecho Jerusalén, ya no es-reconocible una voluntad perso-
y luego me formaré una opinión o tomaré una decisión. _1:y en los que nos habla solamente apenas algo gene-
Y cuando por tercera o cuarta mano me entero de ·hel genio de un pueblo, la opinión de una época, el
lo que ha dicho o ha escrito en una carta el amigo,.en- :smo rasgo de incontambles creyentes?
tonces seré tanto más cauteloso. Y más cauteloso aún 'f}La tarea de la interpretación histórica no es tan
, cuando me entero por tercero o cuarta .mano que ,füpletamente sencilla como la comprensión de quien
ha dicho algo a quien no conozco: trataré entonces ,$ habla. .
de saber más de él para adquirir una noción de él y de lPero dé ahí adquirimos el fundamento esencial. Lo
su carácter. J- importa primeramente es encontrar puntos de vis-
Esas son aproximadamente las modalidades en que ..or los que hemos de orientar nuestra comprensión
se nos presentan los materiales históricos y las ope- tórica; nuestra interpretación, y encontrarlos de tal
raciones ·que tenemos que realizar con ellos. , ~úera que en ellos se encuentre abarcado todo lo que
La crítica ha suprimido toda esa clase de mezclas e · ,,puede comprender.
impurezas con las que se nos presentaron primeramen- \;,1. Según la naturaleza de la cosa tomamos prime-
te los materiales; ella no solamente los ha purificado y :_,ente la simple existencia del material histórico tal ·
verificado sino también digerido, de modo que ahora lli,.ose encuentra ordenado por la crítica y tal· como
los tenemos ordenados a la vista. · ·este orden nos está ya casi dado el esbozo del con-·
Lo que hay que hacer a continuación es evidente. , o material. Completamos este contexto material
Ahora se trata de entender estas cosas que tenemos a füante la interpretación pragmática.
la vista, es decir, captarlas como expresión de lo que }2: Los hechos para los que nos sirven estos mate-
se quiere manifestar allí. Jes como testimonio acontecieron en tal y taf'época,
Si quisiéramos proceder esquemáticamente enton- :/tal y tal país; en el presente de entonces se encon-
ces tendríamos que remontarnos a lo dicho anterior- :han bajo la influencia de todas las realidades y con-
mente y decir: lo que tenemos ante nosotros como ma- . iones que contiene todo presente. Inhibiendo o fo-
terial histórico es la expresión y la primera prueba de ,'ñtando, más cerca o más lejos, cooperaron todas
actos de voluntad, y tenemos que tratar de entenderlos ,:éunstancias que constituyeron conjuntamente· aquél
en estas manifestaciones. · ,··sente. Y no solamente estas circunstancias genera-
Pero la cosa no es tan sencilla. No se ·trata de los ·';' sino que cada individuo se hallaba bajo las condi-
actos individuales de voluntad de los que actuaron, sino :'nes locales económicas, religiosas y técnicas a que
que queremos adquirir una noción y comprensión de Jaba librado en su devenir o en su acción. Las huellas

184 185
de estos efectos e influencias deben buscarse y conc lo elevan por encima de sí mismo y de su pequeño
birse en el material que tenemos a la vista, deben r,~; ' para que, conviviendo en las grandes· configuracio-
conocerse en su fuerza y en su amplitud. Esa es l _ ·;1deeste mundo común, tenga una existencia que sea
interpretación de 1as condiciones. ':' ~-que sólo individual. y efímera. Eso es lo que se
.. 3. El material no estará siempre tan oportunamen 1r ~re decir con la expresión interpretación de las
te compuesto que podamos comprobar en él la acció_~:): ,¡ ...s. Debemos decir más bien: ·interpretación. según
y la voluntad de los individuos participan~es; y aun@~<. poderes morales.
podamos reconocer a individuos, a los conductores, .liJ ún es preciso hacer una observación al comienzo.
los creadoramente activos, se sustrae a la observacióir~t :·os cómo Bohmer consideraba · que el único pro-
la masa de los conducidos, de los espectadores, etq,\(,; imiento seguro ·del -historiador consistía en presen-
Pero si estas masas parecen estar ahí sólo receptiva ·Yt) \ 1ordenados los materiales que liabía encontrado. Y
pasivamente, sin significación e influencia, lo está;r;i; 1j cretamente, en los círculos filológicos se ha hecho
entonces, sólo bajo el punto de vista de este gran su9~rr{ r frecuentemente la opinión de que todo paso pos-
so, de este hecho significativo; ellas no simplementei 1i or es arbitrariedad y fantasía. ·
están determinadas y dirigidas por el conductor, sino ) Pero la arbitrariedad y la fantasía se ponen inme-
también representadas. Y tenemos que tratar de corµ~J!· tamente en movimiento 'cuando se quiere formar
del pasado a partir de lo poco o mucho
1
prender la opinión- y la concepción de este condu~tor.,·t ·: imagen

su tendencia, su modo de actuar, sus metas, y en cierto .," ofrecen las cosas pasadas, y la leyenda muestra
modo tendremos que tratar de colocarnos en su alrµ~~L_ ··· o la necesidad histórica se ve impulsada a proceder
para conocer el hecho atestiguado ,e1!-los materiale~ ~slt \ ,.fa1manera~ y el dilettantismo de nuestros días pro-
como también su decurso pragmatico y las cond1c10-,1 , e así. Lo que precisamente importa es encontrar nor-
nes bajo las cuales se realizó, y también su d~venir porn_ '.~ique, en lugar de la arbitrariedad y la fantasía,· ha-
la voluntad y las pasiones de lo~ actores. Esta es ll:1,;í. 1rtposible un procedimiento que se mueva en límites
interpretación sicológica. 1'.;mesy dé resultados· seguros.
4. Con ello no hemos cerrado aún el círculo de la,.r fJPues -y eso es lo segundo- el mayor peligro y la
comprensión; Siempre encontramos que queda algú!\) ·,'yor dificultad de la concepción histórica es siempre
resto que no se rubrica bajo estos tres puntos, algo_;)1 e que traigamos involuntariamente las opiniones y
de muy especial significación que siempre, si bien sigb :: supuestos de nuestro propio presente y nos procu-
losamente, lleva todo el movimiento y frecuentemente; 1 ) ;· ós · con ello la comprensión del pasado, así como,
de manera súbita emerge con poderosa energía. Por en- ' t ejemplo, cuando Shakespeare se imaginaba en
cima de todos los intereses, talentos y propósitos persot1 . oilo y Cresidra y en'El sueño de una noche de "verano
nales de los individuos, se encuentra algo común que., pueblo heroico griego a la manera de la costumbre
en cada individuo es potente y más poderoso que todo., {rtesana de su tiempo, sobre lo cual ya se habló en
Tan sólo bajo los efectos de este factor se concentra~·, ijrcapítulo sobre crítica de lo correcto. Sólo por el
y se mueven las condiciones, y todo el decurso pragma~r )nino de una interpretación cuidadosa y metódica
tico se muestra dominado y dirigido por este factor;: \posible adquirir los resultados seguros y firmes que
Esto es lo común en el que la existencia moral del hom~¡ \''rrigen nuestra noción del pasado y nos facultan a
bre tiene su expresión, su concentración y su fuerza;\- ·_edirlo con sus propias medidas.
1

éstos son los grandes poderes morales que, hallándose, fr,.,


,;f
vivos en la sensibilidac;t y en la conciencia de todo hom-,

186 187
a) La interpretación pragmática 1:~paldas. La segunda batalla que dio tuvo lugar en
§ 39 'i~~us: esto es, buscaba atacar al enemigo tan cerca
q· ,"e la costa fenicia como fuera posible. La distancia
La ordenación crítica del material· ha coleccionado·i ·'.'asta los pasos de Issus exigió tantas y tantas mar-
los restos y tradiciones, que importan para nuestra i~.: ·Jias, debió calcular si podía abandonar por tanto tiem-
vestigación, según la manera en que se relacionan rnn- . ~;::q. a la Atenas y a Bellas inclinadas a la separación
tuamente y se refieren recíprocamente según tiempp,'" ·:cómo podía, entre tanto, imponer obediencia a los
espacio, tipo, etc. :elenos. Entonces, con esfuerzo extraordinario tomó
Es ahí donde comienza la interpretación pragmáti- ,'.\,Tyros; con ello había aniquilado la flota persa. Se
ca. Su procedimiento consiste en reconocer los conte;x~/ ~e por qué había puesto todo su empeño en someter
tos y copertenencias de los que encuentra huellas --e,n h:,esta ciudad; y la costa restante se le dio sin más;
sus materiales; en complementarlos según estas hue- ~ ·ndó Alejandría: el lugar mismo, el más próximo en
llas; en continuar los motivos· sugeridos en ellas, y_~n a ruta hacia el Mar Rojo en donde se pudo fundar
traducirlos de lo abstracto a lo concreto. :?'npuerto, muestra que quería, al mismo tiempo, incluir
Es un procedimiento semejante al del escultor que:,: \n su ámbito el comercio marítimo hacia Arabia e
restaura una estatua mutilada el que se practica ·en ·[,µdia y que quería tener bajo su poder toda la costa
la interpretación pragmática de lo que aún queda del ijnediaterránea que hasta entonces había sido persa. La
comienzo de un brazo o de la dirección de un mus- 1simple sucesión externa de estos hechos estaba muerta
lo, etc. En el iuego de los músculos de la nuca, ·en_. ~; muda tal como nos la entregó la crítica, pero es evi-
las músculos del estómago, reconoce él según la arta- ~ente que. ella tenía en sí un contexto pragmático.
102:ía con el cuerpo humano vivo, que el brazo qu.e · •.ste lo busco y lo encuentro mediante la interpreta-
falta estaba levantado así, que la cabeza quebrada es- ijón y, para hacerlo, concibo concretamente y como un
taba inclinada así. ·decurso real los momentos que se encuentran en esta
Cuando nuestro material dice que se dio una ba- ,~'ucesión externa. La pregunta de si esta relación cau-
talla en tal y tal lugar, que se fundó una ciudad en tal ,,,~1, de si estos motivos pragmáticos se encuentran en
y tal sitio, entonces estas designaciones sun::iarias con- l~s·fuentes o no, puede ser respondida diciendo que
tienen una cantidad de momentos concretos que· per- ~stos resultan de la naturaleza de la cosa.
tenecen al hecho designado. A la batalla han precedido t. En las fuentes de la historia alemana del siglo xv
los movimientos de los dos eiércitos, el propósito de :·emencionan ocasionalmente Dietas Imperiales y tam-
encontrar o ·de evitar al enemigo, combinaciones e~- bién negociaciones en las mismas, pero ninguna de
tratégicas acerca del Jugar en el que entonces táctica- iI.Ias ve en esto un contexto de derecho constifucional,
mente se tomó la decisión; y con las marchas de las ·~: continuidad de intentos de Ja reforma del Imperio
tropas se dan las condiciones del abastecimiento de ~ue, como se repiten durante casi un siglo, debió ser
· hombres y animales, todo un aparato de carros, má- :,niente. Si se quiere captar la historia de esta reforma
quinas guerreras, o artillería, etc. Con la simple pa- el Imperio y para ese fin se tienen a la vista compi-
, '<

labra batalla se presenta al alma del que conoce la Íados en orden crítico las noticias y apuntes individua-
cantidad de los momentos con·cretos. Aleiandro -nos ,,,\esy los correspondientes proyectos y documentos to-
dice el material- despide a su flota después de fa.· ados de las fuentes, se tiene entonces sólo un esquema
victoria en Granico: esto es, quería vencer en tierra precario, una sucesión muy llena de lagunas y oscura
al poder marino persa que dominaba el mar en sus· ¡que debe tratarse de profundizar y vivificar con la in-

188 189
i,.

terpretación. ¿ Por qué se oponen tan pertinazmente {t Pero no siempre estamos en la buena situación ,
/ ' ' ' ' .

los emperadores contra el establecimiento de un tribu. ,;'pino en los casos supuestos, de que un material rela-
nal del Imperio en vez del Consejo de la Corte del 'i:vamente rico nos permite realizar con una demostra-
Imperio? ¿ Por qué conceden los estamentos el pf ennig ión simple la interpretación pragmática. Cuando, por
g~neral y que ha de cobrarse no según los territorios '¡jemplo, queremos investigar la historia constitucional
smo las parroquias?· Y, ¿por qué presionan los prínci- ~gle1?a de los tre.s últimos siglos, encontramos repeti-
pes, esto es los príncipes electores para que las ciuda- ;.a;mente el dato de que Inglaterra y Gales tenían en
~es mantengan en la Dieta Imperial, su escaño y su voz? }864 aún 160.000 freeholders, y que a comienzos del
Estas y otras preguntas que nos plantea el material or- )glo XIX ya no tenían ninguno sino solamente grandes
de~~do, prop~r~ionan ·los elementos de una interpre- cas y arrendatarios- temporales. Los escritores in-
tac10n pragmatica, cuyo resultado será una compren- eses evitan hablar de este hecho que, sin embargo,
sión, una intelección del contexto del movimiento de jce tanto sobre la decadencia del estamento campesi-
reforma sobre el que no nos dan siquiera una idea las /p.¿ Cómo podemos explicarnos el contexto pragmáti-
mejores fuentes de la época. /'ode este hecho? ¿ O debemos renunciar a ello porque
Resulta claro que cuando el material nos permite :'han materiales sobre es.ta modificación que se rea-
divisar con una cierta plenitud el decurso externo, bas- Jzó silenciosamente por sí misma y con plena libertad
tará con un simple procedimiento demostrativo. En la ,:egal? ·
conocida serie cro~ológica de los escritos de. Lutero .?:..Suponiendo que realmente faltan -de lo que hay
no es siquiera difícil demostrar el decurso pragmático · Q:U~ dudar.;____ entonces tendríamos que ver cómo po-
de la formación de sus ideas, si bien no se han puesto \emosremediar esa falta en otra parte. Si miramos
en claro con ello los motivos y ·ocasiones de las diver- hs cosas exactamente, veremos que nuestra interpreta-
sas modificaciones. Cuando la historia presente coti- )ón no se hizo de ·manera tal que de cierto modo la
diana nos entrega permanentemente nuevos materiales ·:oináramos automáticamente del material existente. Lo
entonces la discusión publicística se mueve en part~ .;ue de acuerdo con la naturaleza de la cosa encontra-
en el esfuerzo de interpretar lo nuevo según su contexto (OS en los materiales, designa un segundo factor que
pragmático, que muy frecuentemente es tendencios~. ·}>laboró en nuestro procedimiento. Lo que estaba dado
En su historia florentina Guicciardini proceél~ en este· ,'h la naturaleza de la cosa lo tomamos de nuestra ex-
sentido con sus discorsi, que elaborara especialmente: (~riencia con otras cosas y de nuestro conocimiento
en ellos interpreta los momentos signific.ativos según \e¡ circunstancias análogas, lo mismo que el escultor
su contexto pragmático. Es la necesidad publicísti~a ;::ue_restaura un viejo torso y tiene esta analogta direc-
de la comprensión la que satisface con su gran talento Jva en la estructura constante del cuerpo humano. Co-
y su virtuosidad consiste en mantener separados y cla: rpcemos en el continente analogías de la decadencia
rificar discursivamente los diversos momentos del acon- ,~l estamento campesino en Inglaterra. En Mecklern-
tecer. La simple y convincente mostración del con- ''.:u'.rgo,la colocación de campesinos en las fincas seño-
texto es la prueba del mismo; pues sólo importaba ver Jales hizo desaparecer el estamento campesino, allí
y ~xoresar lo que en cierto modo emerge de hecho Y .;olo hay jornaleros y arrendatarios; en las Marcas, en
evidentemente del material. Aquí se trata esencialmen- omerania, y en parte en Sajonia, no se vendió total-
te sólo de tener una mirada aguda y un juicio diestro '/ ente el campesino con su finca, pero los dueños y se-
para la realidad. Pues las cosas dicen siempre sólo y ~ores de la finca aumentaron tanto sus servicios y
exactamente lo que se sabe hacer que digan. ¡,.eberes,que su libertad descendió profundamente,y se

190 191
convirtió en servidumbre hereditaria y hasta en es- Í:'.:r a, Roma en donde además de los cónsules por dos
clavitud. Y al hilo de estas analogías podemos acla- r :· os se eligieron después de dos decenios a dos tribunos
rar el decurso en Inglaterra. Todavía las leyes de En-¡ \Úluego, después de, otros decenios, a decenviros para
rique Vil habían ordenado mantener intactos los fir-) )redacción de leyes y para el supremo gobierno, y tras
ma et tenamenta de los campesinos, pero en la me:) Jos, un cambio extraño, se eligieron ora dos cónsules,
dida en la que las familias de la nobility y de la gentry :" ',a seis tribuni militum con poder consular, de modo
se hicieron más poderosas en la estructura estamentat ffüejante a como, por otra parte, se mantuvo en Roma
de Inglaterra, trataron de extender ·sus fincas, y con lanti?11o orden curia to de los patricios junto al_~rden
la Gloriosa Revolución de 1689 llegaron a ser todopo~: _ntunal de todo el pueblo, pero de modo que surgieron
derosas, administradoras de las prerrogativas reales, Yl 1,npeso cada vez mayor los comicios de tributo -no
la Corona se convirtió en algo dependiente de ellas;,. 1~mbrados por sexo o censo-, sino entre los ciuda;.
·ellas les dejaron a los campesinos y a los trabajadores,:> )•nos con propiedad afincados en los barrios de la
al hombre bajo, toda la libertad, pero compraron todo, t ~jj,dady del campo. Se ve que las transformaciones en
a · los campesinos y convirtieron su campo en campo 1 'p:i;nay en Atenas no son paralelas, y la analogía con
de la finca, e ·hicieron de ellos parques y cotos de caza:. .kromanas no aclara las áticas. Pero la comparación
y pequeñas fincas. para arrendamiento; el campesino ~-.las dos pone a la vista una serie de motivos i111pulso-
sólo tenía la posibilidad de emigrar a las fábricas de ._ ); que favorece la interpretación de las situaciones
las ciudades o a las colonias. Y con la comprensión de icas.
las circunstancias y relaciones agrarias, adquiere su) ) Más afortunada para este procedimiento compara-
adecuada luz la historia constitucional y el muy elo-:, í¼O · fue la investigación de las leyendas populares.
giado gobierno parlamentario de Inglaterra. ,1 uando Fr. A. Wolf demostró por el camino del proce-
En este caso, el procedimiento comparativo con el; .,l)liento diacrítico que la /liada y la Odisea no eran
que hemos explicado la X fragmentariamente existente ,t '· posiciones unitarias, no las efusiones de un genio,
es tan evidente que la simple exposici(m. de las anah:; o que estaban compuestas de distintos cantos, en-
gías basta para la prueba de corrección de la equipara- ; ces se asombró todo el mundo y la mayoría dudó.
ción. Pero, ¿ qué ocurre si para esta X no tenemos en , uienes aceptaron los resultados no encontraron ex-
nuestra experiencia ninguna analogía? · qación alguna para esta excepción única en la his-
Ahí está por ejemplo el escrito de Aristóteles re-:f ,.ia de la poesía. En ton ces, Lachmann · demostró el
cientemente descubierto: 'Ail'YJvlllwv7t01,,1mlll.Allí se in~) 1 l$mo hecho en el Cantar de los Nibelungos. Y pronto
dica que hasta un cierto tiempo, en vez de los reyesci ~sult,ó el mismo principio en las leyendas pop.piares
hereditarios anteriores se nombraba un arconte por dieir los hindúes, de los persas. Pese a que estos hechos
años; luego, en vez de uno se no'mbraron nuéve arcon-( Jutan todo lo que pensamos de la poesía y especial-
tes, cuatro de los eupátridas, tres de los demiurgos y::i ~:µte de la alta excelencia de aquellos grandes poe-
dos de los &7toi.xoi.( este nombre está allí en vez de·! ~s, se tuvo que aprender a comprender esta decisión
yewµ6poi.).Y luego dice un trozo siguiente que Cleístenéih f'.f.!;nla interpretación pragmática de tantas X seme-
erigió diez Phylen en vez de las cuatro y 100 Demen · _}:3esse llegó por el camino ·del procedimiento com-
en vez. de las viejas 48 Naukraren. ¿Cómo ha de expli-l ·_rativo al conocimiento de que hubo procesos en la
carse el contexto pragmático de estas grandes reformas· itqducción poética que sólo fueron posibles en un es-
de la Constitución, sus motivos y sus metas? No tene- ,~giode desarrollo de los pueblos, por el que ya hemos
mos una analogía para ello, pero quizá podemos recor- , J,séldo; en aquel estadio; a saber, en el que sus le-

192 193
yendas y sus mitos, su historia sagrada y popular, .se · ~J>mienzosde estos descubrimientos escribió Joh. Bran~
hallaban completamente entrelazados, y en el que fa }s s1! artículo sobre las siete puertas de Tebas y sus
suma de estas visiones e historias, conocidas y pre~ ;xtranos nombres; convirtió la hipótesis en explicación
sentes a todos, se transmitían en cantos individuales '.,·~que. l~s siete puertas y sus nombres provienen de
hasta que algún poeta bajo algún punto de vista como ps femc10s, que ellas repetían el mismo número de
«cómo se castiga la ira» o «cómo el amor se premia · jlabas que se había aplicado en las puertas de Babel
con pena>>,recogió y sumó una serie de las más ~ellas ti ~n lo~ muro~ de Bab~lonia: que los siete colores que
en una pequeña totalidad. Cuando la Sra. Robmson ;~·habia1;1,_aplicado alh designaban una determinada
(Talvj) editó en traducción alemana los cantos popu- :0nstelac10n, como. por ejemplo la natividad de la fun-
lares serbios; cuando se encontraron en la Edad del· .,ación, etc., y que los siete nombres de los dioses
Norte diversos cantos del libro de los Nibelungos, como /bí~n servido en Tebas al mismo fin. Y ya no se
el de Sigfrido y Brunilda, se tuvo con ello la prueba i>dra dudar de que sus hipótesis dieron en el blanco
de que por el camino comparativo se había encontrado JHermes 2, 1867).
la cabal in.terpretación pragmática de estos hechos, ·de ¡- O para citar un ejemplo más reciente: el de la inter-
que se ·había aclarado cabalmente la génesis de las le~ ,::retación pragmática de la guerra de 1805. Napoleón
yendas populares. · :9menzó en 1803 a colocar grandes armamentos en la
· Por el mismo camino comparativo se han explo- 'psta del Norte de Francia, a organizar grandes flotas
rado los mitologemas de los pueblos indogermánicos~ "n todos sus puertos y en los españoles. Al comienzo
Pero, ¿qué ocurre cuando también falta esta ayuda? /~~ 1805, todo está listo para la partida; en Inglaterra
¿ Cuando se nos presentan acontecimientos singulares írlllª la máxima excitación; las flotas francesas salen
que se desea comprender? __: -;-fa mar para juntarse en parte en las Indias Occiden-
Ahí están las tantas y tantas pirámides, pequeñas fles Y en parte en la costa española; a finales' de julio
y grandes, construidas con· la más rigurosa nitidez for~ :~~ofalta una escuadra. De ella parece pender el des-
mal de lados y ángulos, orientadas con la más aguda ,ino del ,mundo. Pasa el día indicado sin que aparezca~
exactitud hacia los cielos. ¿ En qué relación pragmática ctres dias después, .todo el ejército parte de Boufogne
se encuentran con las necesidades, con las opinionés marcha hacia el Rin y Austria. Napoleón miSmo hizo
1do lo necesario para hacer creer a .quienes lo rodea-
del pueblo que las construyó? ¿ Son, com~ creía Fo~ch~
hammer, cisternas o colosales monumentos funerarios? .·.n Y al mundo que en realidad se había propuesto de-
¿ Son señales para los que van por el desierto? ¿Por :\~barcar en Inglaterra; en su correspondencia políti-
qué están solamente en el cementerio al occidente de ·. ;S~ encuentran pruebas de ello. Hay que conf~c;;arque

Menfis? , · · ¡Jo. las ?ruebas de que él hizo creer al mundo que


La interpretadón se encuentra entonces en un dile~· } plan iba contra Inglaterra. La ordenación crítica
ma; no tiene otra ayuda que no sea la hipótesis, es ,-1material p~rmite reconocer claramente que és'e no
decir, supone un contexto que es posible en sí e in~ /~ su pr?posito y que no lo fue desde el principio.
tenta comprobarlo en su evidencia con lo que está pre~ ,:ro,.?.que fue entonces lo que quiso? Es sólo una hi-
sente. Tan sólo desde las excavaciones de Schliemann ·:.tesis, pero una hipótesis tal que permite exolicar
y los grandes descubrimientos en Nínive y en Babiloni~ , .e,: ?esde el principio, su· propósito iba dirigido a
1

se ha reconocido cabalmente y como verdadera la tra~ : s!na, qu~ por es~ adelantó ese olari aoarei:1te y aue
dición, frecuentemente ridiculizada, de los griegos a ':Jna querido reumr un ejército de 150.000 hombres
partir de influencias e inmigraciones fenicias .. En los , ;ufoscampamentos de la costa, entrenado al máximo

194 195
·,
por ejercicios largos y difíciles, para dar el golpe de- emes bajo las cuales aconteció en su tiempo este he-
cisivo contra las dos cortes imperiales. ,}>,este suceso, se encuentran, en la medida en que
Se ve que la hipótesis es un procedimiento compa- tm~terial de ello existe, en este mismo material por
rativo, sólo que de una manera algo velada. De la ima- ,::qmer, y recuperamos una parte esencial de este su-
gen completa que de la política y de la conducción de }o único en la medida en que podemos demostrar, a
la guerra de Napoleón se ha adquirido sobre su manera rtir del material, las condiciones mediante las cuales
de actuar, resulta una probabilidad para los casos du- /suceso fue determinado o codeterminado.
dosos. Él no pudo haber cometido el error de la súbita ':!\A quien contemple el llamado esgrimidor borhesia-
modificación de su objetivo militar; y el éxito brillante < le llamará la atención la línea torcida:, fea en sí,
que tuvo para él la guerra de 1805, justifica la hipótesis ~.'e forman la cabeza, las espaldas y la pierna. Sería
de que esta guerra y no el desembarco en Inglaterra traña e inimaginable si no hubiera tenido un deter-
fue desde el comienzo la finalidad de sus inmensos ar.; ' Jnado motivo exterior: esta línea torcida remite al
mamen tos. ,;i,ángulo de un tímpano en la que la estatua corres-
{ride precisamente con ello al espacio dado. La condi-
. ~n espacial del tímpano para la que el escultor des-
b) La interpretación de las condiciones Jjó esta estatua se repite en la estatua, está dada idea1-
§ 40 1
J• ~nte en ella. Al mismo tiempo, remite a otras figuras
,#é debieron haber estado en el mismo recinto como
,~:rejemplo, el llamado esgrimidor moribundo, el gru-
1
En el pragmatismo de los hechos se encuentra aún.
un aspecto más. Arria y Paetus, etc.
~.1 ·
En el § 38 del Resumen se han ilustrado las cuatro En. cuanto se tenga en cuenta esta expresión: inter-
formas ·de la interpretación con la imagen del caminar. .~tación de las condiciones según su alcance y su ni-
« Cómo en el caminar se unen a) el mecanismo de los a~z, resultará inmediatamente clar9 cuán amplio es
miembros que avanzan; b) la tensión de los músculos i; terreno que abarca esta interpretación. Mientras más
condicionada por la llaneza o desnivel, la dureza o lo itidamente haya clarificado la interpretación prag-
resbaladizo, etc. rel piso; c) la voluntad que mueve al ·atica un suceso o un contexto, tanto más claramente
cuerpo; d) la finalidad del que quiere, la causa por :'~cibimos cómo él debió ser condicionado y determi.,
la que camina - así, según cuatro puntos de vista se ·:~o por doquier por el aquí y el ahora, por las rea-
realiza la interpretación». ·;'.ades, por los medios. Y en la medida en la que
Así como en el caminar la tensión de los músculos :f.1ºs ~prendido a pensar históricamente, es decir~ en
se dirige hacia el suelo sobre ,el cual se ha de ir, de fmed~da en que nuestro sentido está despierto para
ascender, de subir, de caminar animosa o cuidadosa~ ~:re?hdades y colabora en nuestra investigación, nos
mente, así todo quehacer es un actuar bajo condiciones :i:,PUJaa captar estos muchos momentos aunque las
y en situaciones dadas, inhibidoras o estimulantes, y ·~ntes digan sólo poco o nada de ello. ,
por ellas, según ellas, se determina lo hecho. Están ~ILa expresión utilizada: el aquí y el ahora nos da
pues por doquier en lo hecho. ?las siguientes categorías y condiciones:· las de· es-
Así como hemos recogido en nuestro material todo cio y tiempo.
lo que existe de los hechos pasados como son los restos · !.'Hablemos primero del espacio. Aquí se encuentra
y las tradiciones, y lo hemos purificado y ordenado ,t~ todo el lugar geográfico a cuyo decisivo contexto
críticamente, decimos ahora; las condiciones y situa• 'rtenece un suceso.

196 197
La geografía no es solamente una ciencia histórk~. ~'-
auxiliar. En cuanto tiene como objeto la superficie ;e' lo1:1-uertodescomponiéndose velozmente apestaría
terráquea y su totalidad, ha · reunido en sí una gran ;:~o.s1 no se cu?1pliera con la más alta y rigurosa
cantidad de relaciones cósmicas, físicas, naturales. Per~ 1ez~ --:-ª
'i:.,p partir ~e estas condiciones naturales del
en la vida histórica interviene a cada paso todo lo qu_~ ',s eg1pc10 se explican aquellos poderosos templos
trata esta disciplina. La vida y el ser de .todo Estad9; , damente sombreados, aquellas tumbas metidas has-
de todo pueblo, depende hasta cierto grado de las re~~ ~n las rocas, el embalsamiento hasta de los animali-
lidades geográficas de su territorio. El mariscal pro~ ', etc.
yecta en las grandes situaciones geográficas del teatro ,i~?.será necesario registrar la infinita. variedad de
bé,lico sus operaciones estratégicas, y los movimientos +, ,d1c1onesque pued~n surgir aquí. Se ve ciertamente:
tácticos del día decisivo de la batalla están condicio~ '_,:se trata solamente de la plasticidad topográfica
nadas por las realidades, frecuentemente pequeñas, del >li, color_ lo_c~l, de la individualizadón local de un~
campo de batalla, la quebrada allí, el monte allá, ei- '''\~gen histonca, y cuando las exposiciones históricas
pantano, que configura un «desfile» a la entrada de .uii \decir, retóricas de los siglos xv y XVI a imitación d~
pueblo, etc. El sistema de fortalezas, por ejemplo, d~ ' , ~\Coment~~ios de César, mezclaban muy gustosamen-
Francia, lo mismo que la red de colonias militares deÍ _ ? geogr~f1co, ellas no comprendieron que César no
antiguo Imperio Romano, está condicionado por las, Ia semeJante cos~ pará adornar, sino sencilla y prác.:.
relaciones geográficas. Si la interpretación pragmátic~ ._;m~nte para la mterpretación de los sucesos que
nos ha aclarado el hecho de que Hamburgo y Breme11 ama. ·
eran en la Edad Media tan importantes plazas de co;· f unto a las condiciones espaciales se encuentran las.
mercio, tan profundamente situadas dentro del país; _porales que resultan del ahora, al que pertenece
para acercarse lo más posi~le a la exportación d~ : u~eso histórico dé nuestra tarea, de su presente
las zonas interiores sin alejarse demasiado del mar, e~¡ ::enor. P?r una parte de manera que tal suceso, tal
\'¡',¡{ tonces la geografía informa además que hasta Hami ho, ha mgresado . en un estado devenido, y luego
Ji,!,¡\ 1
'¡¡;¡::¡,¡
(¡,j,1i burgo y Bremen la marea es lo suficientemente imp9:rr · ;_lafo~ma de las simultaneidades que con sü movi.;
H!. 11,'!
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·1·.·.'..' ·1,,
1
tante como para poder llevar los barcos contra la cq1 pto mfluyen desde todos los aspectos de este ·su-
ii'/1'
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rriente; que· las lanchas no pueden atreverse a ir má,~
1/,)i!¡l1
[,¡¡¡1:.1,
Jjill¡ allá en los bajos ríos Elba y Wesser, donde ya oper.~ ,·L,~s~ateriales que tenemos a· la vista para la in-
1'i:,¡/1¡ la matea; que este lugar es la plaza natural de cambiR /g~c1on de este hecho reflejarán más o menos y
'
l¡lr:¡1:
¡,,,¡ de las mercancías del interior y del exterior. _J ~as los estad~s en que el hecho ingresó, y aurique
'i!,''i
,::,/11:,
1;:1:¡1;[
La interpretación de las condiciones geográfic~~ ;d~n demostrac10nes inmediatas del modo, la direc-
!·/.'!',.''
1, abarca también las relaciones climáticas y de la tierr~ ,·,':.l~ ,manera, la energía de lo nuevo ·que emerge,
,,¡
,¡i¡'
en lo que se refiere a la agricultura y a los producto§ ._}i;utiran con,ocer estos momentos que se encuentran
de la tierra: todos esos poderosos factores de lo dadq lmente alh. Poco sabemos sobre la situación de
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,,¡1,¡,,i
naturalmente, que son decisivos para la vida física y }aterr~ durante la conquista normanda, pero sí cuán·
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ir,',''/·.·
espiritual de los pueblos. A partir de aquella naturale~a ~dY sm _f~erza deb~ó haber sido la configuración
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1,,,11.•¡
tiesamente preformada del valle del Nilo, en dond~ ial Y pohtica de la epoca final anglosajona ya que
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¡,,,I no hay bosques, ni lluvia sino este valle largo con- ,,uque de los normandos pudo someter y esclavizar
,;J:¡: sus inundaciones regulares, donde el sol ardiente :el\ _,1un par de aventureros al rico y poblado país y
el cielo sin nubes hace de la sombra un alivio, en don: , , ndo pudo fundar un duradero dominio militar.
:l:i/j:¡'
El hecho que queremos reconstruir con nuestros
1
:1,1,1: 198
,,: ,Ju
199
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··:1,1[1
materiales ved.ficados es en relación con los estados !;,.Naturalmente que, aunque no · haya tales noticias
en los que ingresa, su contraposición, su crítica y sµ probatorias, de lo nuevo se podría sacar la con-
tribunal. Este nuevo hecho se agrega a la serie sumad& 10n de la existencia de tales situaciones condicio-
de lo hasta entonces vivido y configurado -pues esto tes. Poco o nada sabemos sobre las situaciones del
es el estado devenido- para que sometiéndose, inteni aísmo y del helenismo hacia la época del nacimien-
sificando allí, aminorando allá se transforme y trans~ e Cristo; pero las doctrinas, las tendencias del cris-
formado de tal manera se sitúe y se compruebe. En 1~ p.ismo primitivo muestran los momentos en las situa-
nitidez de la modificación, en la tensión de las nueva's· nes existentes gracias a los cuales fueron posibles
formas, en el modo y energía de sus aseguramiento& !1 éxitos rápidos de lo nuevo. La interpretación estará
intentados, resultan los elementos para la interpreta~ ; condiciones de captar los estados morales y reli-
ción de esta serie de condiciones que lo nuevo encontró bsos de la dislocada época.
dado en las situaciones con las que tenía que contaf; •Naturalmente, en el mundo real de entonces exis-
De las medidas que Tiberio y Gayo Graco considerara~ estas_ situaciones y se las había soportado larga-
necesarias .para imponer sus reformas, en las leye~ ,,i,1te.Nmguno de los contemporáneos pudo haber
agrarias, en la transmisión de los tribunales al est~; · ~~toen su amplia e inerte cotidianeidad que eso no
mento caballeresco, etc. se ve la serie entera de las ;:1ía seguir a~í; y siguieron así cuando ya lo nuevo
1

situaciones corruptas y nocivas de la República r97 ·taba en medio de ellos o comenzaba a operar. Tan
mana que quería]J. suprimir, la decadencia del viejq .º co1:1sideradohistóricamente, tan sólo desde el pun-
estamento campesino, los latifundios con su economía 1e vista del nuevo hecho que emergió y comenzó a
de esclavos y sus dehesas, la degeneración de los tribur ·rar, tan sólo aplicados a su interpretación, adquie-
nales en manos de los optimates, etc. El investigado; ··.estos hechos devenidos, estas situaciones, tal con-
no haría bien en querer analizar narrando cada un~ to Y tal significación. Los detalles de tales situado-
de estas relaciones y malas situaciones, pero dilucida11f , . no son en sí las condiciones que tiene y tiene
do con saber cada una de estas medidas según su oca~ e tener como consecuencia la posterior· configura-
sión, su tendencia y su forma, podría, a partir del ma; 1 n, pues entonces se requeriría solamente de estas
terial existente, esbozar de manera completamen~9 ·, ;,hdiciones para producir como efecto la consecuencia;
aceptable, las situaciones que q1:1eríanreformar los Gra.: ~9 lo nuevo es posible cuando se dan tales condicio-
cos. Y para los rasgos fundamentales así encontrado~ ,,~Y lo nuevo devenido ;'Iluestra al contemplador que
se traerían a cuento las diversas noticias sobre la desa, 1
· ;. Ji estaban dadas. Considerado desde este nuevo de- .
parición de las fincas campesinas, el descenso del bie; ~ni.do, estas ~i~uaciones se le aparecen como ~repara-
nestar campesino y de la próducción agraria, el domin~q,. .ones y condic10nes.
exuberante del capital, la explotación arrogante de la.~· ;:{Sólo otra forma del mismo factor son las simultanei-
provincias, la desmoralización y vulgarización de 1~ 'des concomitantes. Ha constituido la suma fama de
masa del pueblo, la clamante contradicción entre los /:astronomía el hecho de que Leverrier reconociera en
derechos liberales y estatales de estos ciudadanos y ~4~ en las perturbaciones de la órbita de Urano, que
su profundo hundimiento y su sed de poder -y tales, ·~bia observado, la existencia y el lugar sidérico de
noticias se podrían enlazar como tantas corp.probacio~
nes, en cierto modo como las etapas de una situación,·
.fi
planeta hipotético, que también había calculado y
· r.e luego, en setiembre de 1846, Galle, de Berlín, en-
que se encontraba supermadura en la época de lo~ pntrara en el lugar calculado. En el mundo histórico
Gracos. /do decurre naturalmente bajo el efecto de las simul~
200
201
taneidades, y los directores de las grandes relacion~s,_., rtologo; todo lo más que se narra es que de vez'.en
:ndo ocurrieron guerras y negociaciones con Holan-
políticas,.
reconocer eclesiásticas,
muy bien en m.suer.c.antile.s
quehacer ypráctico
monetarias
que sahe.·1····i
..···...
y co1;1,j.•.·
éj Francia. Y en general, los ingleses insisten .en esta
cuánta frecuencia hay momentos muy lejanos que ºIl nera insular de concebir su historia.
ran perturbadoramente, y calculan la causa a par1!i ¡
del efecto. Tan pronto como el comercio hindú se re:-..~
;'.A·
estas condiciones espaciales y temporales pode-
11 s' agregar una tercera serie: por así decir, las posi-
tiró del Mediterráneo porque se había abierto el ca;\''
Adades. Son aquéllas que en medida especial sirven
mino hacia India alrededor de Africa, los Fugger se 1
apresuraron .a trasladar sus negocios bancarios -qu~; ra dar plenitud y profundidad, en cierto modo cuer-
estaban basados en el comercio entre Venecia y lk~' , i! la imagen superficial de lá. tradición.
a -
ciudades hanseáticas en los mares del Norte y Báltic '.''. t'..se trata aquí del inconmensurablemente amplio cori-
-de Augsburgo a Brujas, porque el comercio, que s ·~to de los medios, de los materiales y de los mora-
había vuelto oceánico, tuvo que trasladar el mercad \' mediante los cuales fue posible el hecho compro-
monetario y el gran intercambio de mercancías al E ~o.
calda y a las desembocaduras del Rin. No se entend ílt ::Aquí tocamos lo que ya habíamos tenido en cuenta
la política de Federico el Grande, que condujo . ,'M( la interpretación pragmática, partiendo allí del nexo
primera guerra de Silesia, si no se tuviera en cu~ f , · sal de los hechos cuyo decurso queríamos. recons-
que Inglaterra le había declarado la guerra a Esp ir. Aquí, en cambio, .buscamos reconstruir los me-
·F' :1'

en el otoño de , 1739 a causa del comercio inglés y s, partiendo -del hecho que exile, que fueron nece-
contrabando con la América· española, y que Fran ios _ para establecer el neJ\O. A:HíJ-_Cj,cíamos: para
1 1 se disponnía, obligada por el Pacto de familia borb ~ campaña marí~ima hacia $icilia~~a!enie.nses ne-
a entrar al lado de España: esta simultaneidad es p · Jtaban barcos, dmero, tropas, e~;- aqm decimos: el
Federico II significativa en la medida en que empren ,_chode la campaña muestra 1que ellos pudieron faci-
la guerra sólo calculando· el conflicto entre Francia~---,- .. ,ar tantos barcos, dinero, tropfl-S,etc. Las condiciones
1
Inglaterra, y que la determinó paso a paso según ieíl ; ·1esta campaña nos dan una noción de los medios de
decurso de la contraposición de los dos grandes pode]· ¡~ disponía el Estado.
res de Europa. };La interp~etación de los medios es un campo. espe-
Precisamente en estas relaciones, la interposició 1 . ·lmente fructífero, aunque todavía no se lo, toma
se encuentra muy frecuentemente en condiciones de, · mpre en cuenta; aquí se adquieren los resultados
encontrar mucho más de lo que informan las fuente~,. s _ilustrativos. Basta pensar que casi todo lo que
especialmente las medievales· y las de bien entrado el r'. -ma parte de nuestro campo exige material o"-'instru-
siglo XVIII, que por lo general sólo ponen atención a 1 ntos, o las dos cosas, para poder ser realizado; y
lo más pr,áximo y familiar. Y nuestras. historias ale-.·J: fonces se verá cuán grande es la importancia de esta
manas especiales de las regiones continúan con gran : · tte de la interpretación.
pertinacia esta estrechez del horizonte, no sin la creen- :·Creo que fue Lessing quien primeramente entró en
cia de que no se puede encontrar más ·de. lo que está 1 . a vía, cuando en las Cartas Anticuarias investigó con
1
en la fuente. La brillante historia de Inglaterra de .r, n conocimiento cómo los griegos habían podido fa-
Macaulay es pobre precisamente en este ·aspecto: de- ,,.-·car sus piedras cortadás en una finura casi micros-
curre como si Inglaterra hubiera estado absolutamente >,~pica,y qué instrumentos debían tener para grabar
sola en el mundo y como si la historia inglesa fuera un · fos dibujos en la dura piedra preciosa y cómo ·1os
202 203
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endurecieron y de qué manera los usaron para horadar './ritede la guerra. La caballería de la Antigüedad clá-
las líneas y superficies. ,' íea no conocía ni herraduras ni sillas ni estribos. No
Ya se ve de qué cuestiones se trata. Se observa sen~ ~é':.dedónde las sacó la Baja Edad Media, pero la ca-
f1alleríaadquirió toda su significación con las herradu~
cillamente la variedad de las colecciones de las an~ ,r·"r-
tigüedades prehistóricas, pero inténtese la interpreta- } ,,'ásy los estribos.
ción tecnológica de las mismas y se sorprenderá el~t Ji En el ámbito de los medios materiales, cabe todo
los resultados. Si los egipcios pudieron cincelar y pulit }' Jt que sirve a la alimentación. El mínimo de alimen-
la dura sienita -lo que hoy se hace con máq11inas dlJ 'Jáción es, según las relaciones climáticas de los países,
vapor- debieron entonces tener los más duros instru-t { )r. factor bastante constante del que resulta una can-
mentos de acero, debieron tener un esmeril de tal y ti: 1rlad de combinaciones y consecuencias. Si el inmenso
tal especie, que se debía saber manejar para pulverizar. "}ército de Jerjes se pudo alimentar desde su salida
Si supieron arrancar de las rocas los inmensos mono-· ,, /or las Termópilas hasta la batalla de Salamina y luego
litos y construir vehículos para su transporte; ponerl~s" fá,;mitad del ejército en Beocia se pudo mantener hasta
luego en estos vehículos, llevarlos al interior y ponerlos ''Ji..verano siguiente, ello debió ser posible gracias a
en el pedestal, necesitaron para ello conocimientos y i;; _'tan.desabastecimientos_ llevados por mar, de los que
cálculos mecánicos que ya· no se tenían en Roma ha;.1.( · 'b sabemos nada. Otro ejemplo. La historiade la Gue-
cia el 1500. Pues el intento de levantar un obelisco de la l~ t*ª de los Treinta Años ·está bastante clara por lo que
época imperial que se hallaba en el suelo, fracasó y: 1 ··,refiere a su decurso militar y político, pero hay que
el monolito se partió en tres pedazos. Cada uno de erJa en el aspecto de los medíos materiales _que con-
sus colores, cada amuleto y cada vidrio eh pasta, cada: :_mió y corrompió, en el aspecto de los absorbentes
tejido en sus momias es un hecho del que mediante; ·spedajes para comprender cómo la rica Alemania
la interpretación técnica se pueden obtener conoci.;- · ;arruinó completamente y se desoló en amplias zonas
mientos interesantes sobre la cultura de un pueblo.' r esa guerra.
Y si en sus tumbas se encuentra una cantidad de ma;., ; Se comprende cómo la vida constitucional de los
<lera que no es madera de sicomoro -la única que ...tados encontrará su explicación en esos aspectos.
producía Egipto porque los montes no tenían bos-- a extensión y la intransitabilidad del reino de -Carlo-
ques en su derredor, ni la madera de río podía bajar /agno obligó a dar a los funcionarios una independen-
por las cataratas- entonces se tiene en ello una pieza, ia. que sólo la más poderosa naturaleza del dominador
viviente de comercio con Chipre o con los puertos del .:pdía mantener en obediencia. La debilidad de los
Líbano. µ~esores del gran emperador explica la veloz degene~
Otro ejemplo. La conducción de la guerra de los ,,'Ción de este cuerpo de funcionarios, esplritual y
antiguos está condicionada por las armas que tenían.: "<undanamente, en inmunidades y autocracia feudales.
Con el arco se llega solamente a los cien pies, con ~n sólo entonces comenzó a fundarse al lado del
la lanza arrojadiza todo lo más a los 25. Con ello,· \abajo doméstico de los hombres francos en tejidos
la táctica entera está orientada al combate cercano; Ychilados,en herrería y cueros, una especie de actividad
es natural que la línea.no debe extenderse en el frente. Ucrativa de los siervos en los conventos y en los pala-
En las campañas de Alejandro se menciona,n primera- ')iados, de los que surgieron en dos siglos comunidades
mente artillerías de campaña, esto es, balistas y cata- ~~rvas de corporaciones manuales que luego, mediante
pultas que pudieron llegar a los 300 pies. Es evidente, ijl'.-derecho de mercado y de ciudad, obtuvieron la li-
la significación de estas circunstancias para el antiguo 'ertad comunal de la vida urbana, etc.

204 205
Me basta con estas alusiones. Pero se· hará bien en :\#sta, todo el que influye en otros y tiene que contar
toda investigación histórica en percibir vivamente de ~n ellos en su quehacer, mide su plan según la inteli-
manera especial esta cuestión de los medios. Se dejará . ~ncia o la pasión de aquéllos. Está determinado por
de explicar los grandes éxitos políticos y militares de -¡los en la medida en que los quiere determinar, y allí
Federico el Grande en las dos guerras silesianas sólo , wnde nuestro material nos permite conocer o suponer
por su genio. Pero si se estudia la política interior J acción o la participación de los muchos, aUí se en-
de su padre, su economía fiscal, su organización de .,entra también el· momento de esta condicionalidad y
los ejércitos y se compara con ello la situación de otros siguientemente hay que buscarlo mediante la inter-
ejércitos y de otras administraciones en otros Estados . .etación. Si Jacobp II quería que la nación inglesa
se comprenderá la acontecido. Jviera a ser católica, tenía que estar seguro de que
Junto a los medios materiales debemos mencionar contraba en los ánimos la condición para ello; el
los morales. Coinciden en cierto sentido con lo que se .'':Ue procediera sin esta certeza, el que actuara doctri-
ha dicho de los estados y situaciones; pero las situacio- ).triamente, tuvo como consecuencia su caída. Igual-
nes, aplicadas según su contenido moral como medios, (':ente procedi,ó doctrinalrnente Pericles cuando se atre-
y operantes· como condición, reciben otra significa- :ltsa la guerra contra los peloponesos con la convicción
ción, en cierto modo otra denominación diferente de ,'e·que ellos se encontraban en el período de la eco-
la simple situación. El mismo odio del tercer esta;. : Qmía natural, mientras Atenas era con su tesoro co-
do contra los privilegiados en Francia, que por su psal el máximo poder de Grecia; y con la seguridad
comportamiento desconsiderado había crecido corno ~ .~,que se podía arrasar el país llano de Ática si se man-
clase dominante, se convirtió inmediatamente después' ~nfan Atenas y los puertos, y con ello el mar y sus
de la convocatoria de la Asamblea Nacional, en vez de ''.liados. Los destrozos en la tierra llana obligaron a los
la estamental, en un medio para derrumbar a la noble- ~á,:tnpesinosa huir a la ciudad, en donde andaban ocio-
za, a la Iglesia y al trono. ~t).s. y vulgares, y se ve en las comedias de Aristófanes
Pero no sólo ha de hablarse de los talantes; de ;:¡ttela decadencia del viejo estamento campesino, es
las pasiones,· de las ambiciones que crecen en las situa- \~dr, de la fuerza de los hoplitas del país, inició la
ciones condicionantes. La terrible energía, el golpe vio-· fecadencia de Atenas. Considerado desde este punto
· e,;vista, resulta significativo del comportamiento de
lento con que Napoleón sometió en sus batallas al ene-.· 1

migo, muestra, a más de su talento personal, al mismo ~t aristocracia ática de manera diferente· a lo que creía
tiempo la habilidad de sus tropas, pero también la or;. ote, quien en su tiempo perteneció al partido radical
ganización perfectamente firme de su ejército, que con- Inglaterra. . .
virtió a cada cuerpo de sus tropas en un instrumento 'Y, ¿no está igualmente proyectada cada "obra de
dócil de su espíritu y de su mano. En las legiones te, cada Constitución, cada ley penal, a las condicio-
de César se observa un tipo semejante, pero de otro ~ intelectuales y morales que ellas esperan y a la
género: lo moral de su ejército era el orgullo de ser' z.quieren determinar en el talante, el gusto, la inteli-
soldados y su desprecio por los quiritas. , ncia de los muchos? Y, cuando la Iglesia Católica
Un suceso histórico no se aclararía suficientemente. :yoclama nuevos santos, nuevos dogmas, nuevos jubi-
sin una tal profundización de la comprensión en el _:_os,¿no se reconoce allí la medida de la comprensión
ámbito de la voluntad, de la pasión, de la intelección 1
~,su autovaloración con la que. mide a sus feligreses?
de aquellos con quienes hay que actuar, sobre quienes ~:J Aquí se nos presenta un punto que ocasiona difi-
hay que operar. El mariscal, el hombre de Estado, el fJ.tltades. Cµan-clo la Iglesia en tiempo de Gregorio VII

206 207
ordenó el celibato, cuando calculó que sus feligresesH tanto más segura mientras pueda · elaborar más
clero y personas seculares, encontrarían necesaria y; amente estas contradicciones.
propicia a Dios esta regla exorbitante, y cuando nues~i .. Ha no espera otra cosa sino que para cada suceso
tra interpretación, partiendo de esta regla, deduce el; ·/sta un horizonte de diversos talantes, tendencias,
talante y la opinión de la cristiandad de entonces~;···, .§iones que luchan entre sí, que cada hecho o persona
muestran las tradiciones históricas que esta regla tro-t ,'.:~emerge desate un variado pro y contra, y que tan
pezó con extraordinaria resistencia. O cuando de las)< füen esta lucha encuentren su éxito los caracteres y
sencillas imágenes piadosas de Perugino y del joven·· .:'efecto los hechos. Los caracteres, los hechos, tienen
Rafael, de la forma rigurosamente ideal de las óperasr ·;Jcondiciones, su medida, su fuerza y su obstáculo
de Gluck, deducimos el gusto y el talante del públicor .'estas contraposiciones y partidos, están determina-
para el que aquéllos pintaron y éste compuso, llegamosi · s·por ellos para operar determinantemente sobre y
a un resultado notoriamente falso: en la Italia exube-' ellos. Es un permanente ir y venir de causa que
rante y lasciva de la época de Alejandro VI lo que convierte en efecto y de efecto que se convierte
menos dominaba era la humildad piadosa que muestran, :causa. Y del mismo modo según el número: no es
los cuadros de Perugino, y el público de Gluck era la_ engolado y muerto uno y simple lo que colabora
corte depravada de los últimos años de Luis XV y de) talmente de modo condicionante, sino una polícro-
los primeros de Luis XVI: su ópera Ifigenia en Aulide: ,,J y móvil variedad. Y· la interpretación no es proble-
fue silbada. _;táticay digna de rechazo cuando muestra los momen-
¿ Es pues falsa nuestra interpretación? Ciertamente ;~scontradictorios, sino que lo sería si no encontrara
que a Gregario VII se le hizo una poderosa oposición:. I' as que condiciones simples, sólo un talante, una y la
la de los curas por cuya causa había parecido necesa~· tisr.na corriente.
ria esta medida. Ella muestra cuán profundamente de-i
bió haberse hundido el clero en el cuidado de la mujer
y los hijos, en la codicia y el egoísmo, en los intereses La interpretación sicológica
puramente mundanos cuando pareció necesario un me- § 41
dio tan violento para salvar y establecer los deberes
de la función clerical. Era de esperar que los afectados- Ji Según el modo_ como hemos definido el mundo his-
habrían de gritar; pero la Iglesia contaba con el alto·_ ·i§tico corno mundo moral, todo en él lleva el cuño
talante de los conventos reformados, especialmente el /_ela mano y del espíritu humanos. Cierto que en parte
de Cluny, y con la aprobación del mundo secular para i::üy gastado, frecuentemente apenas reconoscible, al
el que desde hacía tiempo era un xscándalo grave la :·)nos ya no reconoscible como la obra y la ttoluntad
degeneración de los curas y de los obispos. Y el que ;}1 individuo y como expresión de su personalidad.
se impusiera la violenta regla es un testimonio de que / Pero cornprensiblemente es esto lo que por doquier
este talante riguroso era más poderoso que la oposi .. ":leresa más, y en tiempos vieios y nuevos se ha pre-
· ción. De modo semejante ocurrió con la música de "'~ntado demasiado el hecho de que los historiadores
Gluck, de quien además sabemos que quería reformar · sean trazar narrativarnente la imagen más viva po-
el arte pervertido. ible de las personalidades actuantes, y tratan de de-
No es la insuficiencia de la interpretación la que ucir de su talento, de su carácter y de su pasión todo
aquí se hace presente, sino que ella nos lleva a direc~ · posible de cuanto aconteció. Eso comienza con Adán,
ciones que compiten entre sí, y nuestra interpretación . ·_oé, Abraham en el Viejo Testamento y continúa hasta

208 209
hoy, sobre todo, allí donde nuestra ciencia se propone i.ra en sus fuentes de contemporáneos, en informes
influir o devenir popularmente; y muchos consideran. ::1plomáticos, características que pueda tomar. Cuando
esto como la verdadera finalidad de los estudios his- i,ücídides habla de Cleonte como lo hace, o cuando
tóricos. 'f erodoto llama vanidoso y ambicioso al segundo fun-
Vale la pena ver claramente esta cuestión porque $ador de la Constitución ática, ésta es su concepción.
metodológicamente es de gran importancia. M'también las descripciones de caracteres en las rela-
Si la interpretación sicológica fuera la tarea esen- ·:fones venecianas o los numerosos retratos de los in-
cial del historiador, entonces Shakespeare sería el má- :':ormes diplomáticos del siglo XVIII, de María Teresa,
ximo historiador. ¿Cómo procede él? Él toma de Plu- ·•é Federico el Grande, etc. Sólo que éstos querían dar
tarco, de Bocaccio, de la crónica inglesa de Holinshed rsus gobernantes para sus fines prácticos una .noción
o de cualquier otra parte, una historia que se le aco- . e las personalidades con las que tenían que contar
moda y la dramatiza. Su .trabajo poético consiste en · su política. Así pues, el historiador no se satisfará
inventar los caracteres de ló que acontece; y es increí- ··· sus investigaciones con tales concepciones de ca-
blemente fino y perspicaz en reconocer qué aspecto: . 'cteres sino que tendrá que formar su propia con-
debe tener la interioridad del hombre que actúa y sufre; ''pción a partir del quehacer y querer de esas perso-
explica el destino de los hombres a partir de su inte- as que se encuentran en el material. Pero eso no
rioridad. Logró lo máximo en la interpretación sicoló- más.
gica; nunca, o muy raramente, inventó la historia Lós aspectos que hacen que el historiador deba
misma. r cuidadoso y que le trazan los límites de la inter-
La poesía tiene el derecho de proceder así. Cual- 'retación sicológica son los siguientes: .
quier novela lo hace así hoy. Y la leyenda de los pue- 1. Cierto es que en este suceso, y en la medida
blos es poética porque procede así, y a los pueblos se que disponemos del material al respecto, el actor y
les convierten en leyenda sus pasados, porque los acon- · · voluntad encuentran una expresión. Pero, ¿se reali:-
tecimientos son comprensibles a todos en la ·medida 16todo lo que él quería, todo su -plan, toda su idea?
en que se explican por el carácter, las pasiones, los ta- ~Noes tal vez mucho y quizá lo mejor lo que no llegó
lentos de los actores, y el mito antropomorfiza a la _)quiera a tener efecto?
divinidad y a los dioses porque así resultan compren~ $ 2. Tenemos a la vista quizá éste, un segundo, un
sibles a los hombres cuando ven en aquéllos su propia }·rcer complejo de acciones del mismo. Pero, ¿se agotó
imagen. ·odo su ser y su querer en estas cosas? ¿ Era tal como
¿ Cómo opera la investigación en estas cosas? ¿ Pue- ;
1
ós_aparece, sólo soldado, sólo político? ¿Pod~mos de-
de el historiador con buena conciencia presentar a las lr que así fue todo su ser, su ser duradero, tan durade-
personas que muestra en su exposición con la misma -~b y tan total que se puede deducir de su carácter lo que
vivacidad con que lo hace el poeta? Con razón dijo ·'conteció y en lo que él surgió tan decisivamente? ¿Fue
Disraeli en el Parlamento de Macaulay que su Historia• <obespierre sólo abstractamente el demagogo revolu-
de Inglaterra era una novela histórica. El aplauso que ·lbnario? Quizá lo fue sólo en ese tiempo y antes fue
encontró en todas partes su historia inglesa parece de- ~:ira persona diferente, su carácter puede haberse mo-
mostrarlo. , íficado con las circunstancias; pero también forma
Los materiales que tiene a la vista el investigador ,irte de su ser la manera como fue antes; sólo en esta
rara vez, o más bien nunca, alcanzan para que él pue- ~poca, bajo estas ·circunstancias, en esta dirección fue
da competir con el poeta, Y ni siquiera cuando encuen• ) el demagogo sangriento, de sangre fría, radical.
210 211
3. El suceso o los sucesos, de los que tenemos ma- ., :··quila de lo premeditado y de la convicción profunda-
teriales, no son empero tan transparentes que podamQs · ;'.;mente fundamentada.
contemplar panorámicamente todos los momentos que •ti. 2. Sabemos muy bien que la voluntad fuerte puede
cooperaron y en cierto modo sustraerlos para decir que ,tservir a fines buenos y malos, al delito tanto como al
lo que queda va a la cuenta de sus motivos, de su ta- :; sumo cumplimiento del deber, de modo que la fuerza
lento, de su carácter o pertenece a la autodetermina- {dela voluntad no es en modo alguno una justificación
ción espontánea. Y hasta los más allegados no lo co- •.;-de lo que se quiere. Pero la fuerza de la voluntad misma
nocen tan exactamente para poder juzgarlo con segu- tes ya un alto bien moral, pues es un bien adquirido,
ridad: hablan sólo a raíz de su observación, quizá según Lno un simple talento. Esto es que este gran momento
las manifestaciones de la persona a quien se juzga. i; se reconocerá en el ser de la personalidad, y la energía
Éstas pueden pertenecer empero a un propósito, a un !; de la voluntad en lo que se ha hecho.
talante, a una excitación, y de ahí forman aquéllos su '· No menos los medios intelectuales con que se ha
opinión. De un ser móvil, vacilante en sus perfiles, tactuado: la intelección, la discreción, la finura y la agu-
lleno de vida en su continuidad, hacen una imagen abs- :fdeza .del juicio de las circunstancias no se sustraerán
tracta, fija, nítidamente perfilada. Lo espiritual no se j:~ la observación. Cierto es que estas propiedades ~e
agota pues con predicados .. ¿Quién podría dibujar un :/obtienen en parte por ejercicio y trabajo; en lo esencial
punto, y además un punto móvil y que siempre se f,.$on según su-fundamento el talento innato del espíritu,
mueve? Y el Yo del hombre es un punto infinitamente ~'.-
la prenda depositada según la cual se puede valorar
movido, incesantemente activo y fosforescente. \el .valor moral de un hombre sólo hasta el punto en
Con una palabra: aunque en nuestros materiales {que éste ha sido laborioso para desarrollar este talento
históricos se nos presente la persona que quiere y su !'°Yno dejarlo caer por inercia y distracción.
voluntad para el contexto del hecho de que dan testi- :; .. Pero muy precisamente se diferencian de estos me-
monio -no es la expresión ni entera ni pura del Yo ~·dios intelectuales suyos lo que busca alcanzar con ellos,
la que allí conocemos. Sólo hasta cierto grado, sólo '.icon qué altura o bajeza concibe sus fines. Como la
en ciertas direcciones puede encontrar la investigación {fuerza de la voluntad, así también es la fuerza inte-
algo seguro sobre esta personalidad. Pero, para la la- );l~ctual solamente un medio con el que ha de realizarse
guna que allí queda surge otra cosa que la compensa. . >¾lp determinante y lo impulsor que hay en lo más pro-
De los dos puntos que entran en consideración quiero ~fündo del alma.
mencionar lo esencial. .,, ¿Podemos captar esto también, conocer allí al hom-
La conducta de la personalidad frente a lo que hace ihre? Si pudiéramos hacerlo como historiadores, debe-
se divide en varios. momentos que, aunque en la persona :1::íaínosentonces ciertamente poder hacerlo t~to más
son uno, emergen en diverso grado para la cognosci- :len la vida diaria, de persona a persona. Ahí estamos
bilidad. {por cierto en condiciones de observar cómo alguien di-
1. Si el actuar es un acto de. la voluntad, entonces f)r.igesu talento hacia éste y aquel fin, cómo lo persigue
lo hecho es primeramente la obra de una voluntad, foon energía e inteligencia, y lo logra; podemos ver
cualquiera que sea la manera en que se la ocasiona; la tcómo se comporta con su familia, en la vida del Estado,
fuerza o la debilidad, la firmeza o la torpeza de la vo- t~n otras relaciones morales, con qué altura o bajeza las
luntad emergerá siempre de manera reconoscible. El }concibe, qué le parece ser lo más importante, a dónde
poder vehemente de la voluntad, que emerge de un ::parece dirigirse ·su quehacer; de tal manera podemos
afecto momentáneo, se diferenciará de la energía tran- Jteconstruir el círculo de sus pensamientos en el que

212 213
se mueve su acción, en cierto sentido la más próxima y \,dad en cuanto tal no tiene su medidor de valor en
más íntima esfera en la que se mueve su Y,o. Pero más ~:,historia, en lo que allí realiza, hace o padece. A la
profundamente no puede penetrar nuestra observación, ~,,~rsonalidadse le ha conservado un círculo íntimamen-
tampoco la del contacto personal. 1 propio en el que, por rico o pobre que sea en es-
Sólo que a eso se agrega otra cosa. No se sabe ")ritu y talentos, por significativo o insignificante que
cómo acontece que precisamente a éste se le quiere ''·~a en_obras y éxitos, comercia sólo consigo mismo y
como amigo, que se adquiere una sensibilidad inmedia- .rt D10s. Ella no es mera molécula del mundo histó-
ta para su alma, que se cree en él. No porque es de co general, sino un mundo en sí, una totalidad de re-
gran talento, tan inteligente, con tan fuerte voluntad· rencias morales de diverso género que se anudan en
bien frecuentemente se da el· caso contrario. Pero s; a, se penetran, se motivan personalmente y, así, es-
percibe su alma, y se sabe qué la mueve, lo que es- : n por encima de su mundo y de su presente. En éste
pera o teme. Y la relación de la amistad, del amor , }ve y actúa ella y realiza su parte de trabajo; no le
consiste en que este inmediato ser uno se repite y s~ :.porta si alguna vez se la investigará, se la juzgará,
renueva. Y esta imagen del amigo que llevo en el alma · fa considerará como un trozo de historia. El indi- ·
es el resumen y la comprensión del ser íntimo. Está "duo tiene su convivencia en el Estado y en el pueblo
firme en mí, aunque él vacile y yerre; actúa mejorán- j.enla Iglesia; tiene su participación en las esperanzas
dolo y ennobleciéndolo; dice: así eres realmente, pues :.preocupaciones del presente, en todo lo que es justo,
así eres en mi amor y en mi fe; así tienes que ser . eno y bello, tiene mujer e hijos, propiedad, trabajo,
siempre, pues así es tu yo mejor, verdadero. En este 1profesión. Podemos decir: participa de alguna manera,
·~frecta o mediatamente, en todas las realizaciones mo;.
aspecto descansa el poder más fuerte del hombre sobre 1
el hombre, descansa el misterio de la educación. tales; es su personalidad la que se determina y matiza
Expongo esto para que se vea con claridad qué es ~~gún los tantos aspectos y relaciones. Con todas estas
;i, s{eras morales forma su mundo, y en él labora y tra-
lo que la interpretación histórica no puede lograr. En
el sancta sanctorum del corazón humano penetra sola- .·ja. Para .él y su conciencia, todo lo que lo ocupa
mente el ojo del que examina minuciosamente, y sólo ..en lo que convive tiene ante todo su contexto per-
hasta cierto grado el del amor y la amistad, pero no nal y el apoyo de él; y medir y fomentar todo este
el del juez, ni el jurídico ni el histórico. Pero en este ;,'ntexto es su derecho y su deber; eso es su libertad.
santuario de su corazón tiene todo hombre el secreto [is• de sumo interés tener presente esto de manera
y la fuente viviente de su querer, el fundamento pro- ~Jara y nítida. Como material solamente histórico o
piamente dicho de la determinación de su acción, aque- ~~t~dístico, como configuraciones solamente fisiológi-
llos momentos que lo justifican o lo condenan ante sí ~s, los hombres serían vulgo y, a causa de stl talento
mismo o ante Dios, aquéllos que solamente deciden so- ·,telectual, peores que animales y pronto sólo ani-
bre su valor moral, es decir, sobre su valor. ;ales;
Así pues, hasta este punto no llega la interpretación Las consecuencias de ello nos llevan a una segunda
histórica, hasta este punto del que brota toda conducta ,,,nsideración. Sabemos que todas las relaciones mora-
moral del hombre y al que vuelve como lo únicamente ;;J~sestán solamente en las personalidades, que en ellas
cierto que todo hombre tiene en sí mismo. Pues sólo 1f,,~men su respectiva realidad, su aquí y ahora, su pre-
su conciencia es para cada uno lo absolutamente cier- ~Jmte. Pero el hecho de que el Estado, el pueblo, la
to; para· él es su verdad y el centro de su mundo. ~Jencia, el comercio, etc., sean como son, no· significa
Es sólo una inversión cuando decimos: la persona- ~,~uehan devenido así tan sólo en el individuo y su per-

214 215
tJ!.

sonalidad. A través de una larga cadena de manos haJ t


\t Para mí, corno individuo, mi verdad es la concien-
llegado a ella y a cada uno, se ha formado así, es así!
en la infinita comunidad del presente; pasará a otras;
~i,.y la historia la deja librada al individuo; con sus
7edios no puede encontrarla y captarla. Ella no con-
1

manos y se se~irá formando, mientras que el indivi- · :\.era al individuo por el que se preocupa según su
duo muere y desaparece. La investigación histórica sabe rdad. Para ella su verdad es el lugar y el deber que
que las personalidades son los medios, pero solamente:
los medios por los que atraviesan estas cosas, que las
11 e eu las grandes comunidades morales y en su pro-
~so. La investigél.ción histórica no está llamada a in-
dotes de los individuos, sus quereres y sus deseos, su ;Stigar .el quehacer y el padecer del _Primero qu~ s~
totalidad más propia sólo son las etapas, las mallas ;;presente; ella elige sólo a los '!-ue tienen una sig1:11-
del incansable devenir de las cosas, que las cosas, se-' cación histórica, es decir, cuya vida y quehacer tuvie-
gún dice nuestra expresión, «siguen su camino pese a :tn un puesto decisivo en el gran contexto de las cosas
la buena o mala voluntad de aquéllos por las que se- tstóricas y, por eso, exige ser investigado en este con-
realizan». Pues estas esferas morales tienen su propio' ·xto.
poder y corriente, operan corno los poderes morales ,Í'.'Se-ve que la interpretación encuentra en el lugar en
que sólo se- realizan por ~l trabajo de los hombres.' \1e no puede seguir adelante- con lo sicológico, un
Y con ello tenernos el segundo punto. Cuando decía- J\1stituto para lo que le es negado aquí. Y ése es la
mos que la interpretación sicológica sólo tiene una cer- : arta serie. ·
teza relativa, ella lo es en la medida en que debernos:
conocer y reconocer que no se puede explicar la mar-
cha de las cosas históricas a partir de los motivos, La interpretación según los poderes morales o ideas
de la buena o inala voluntad de los actores. §§ 42, 43.44
Pues nara ser explicada de esta manera, dicha mar-
cha tendría que estar determinada total y únicamente ' Podernos pasar por alto el hecho de si usamos la
por la voluntad. Y tal no es el caso porque la voluntad' 'alabra idea en el sentido habitual hoy. Por lo menos
más fuerte, dotada con· los medios rn·ás grandes de po~ ristóteles utiliza la palabra lofo. para las distintas con-
der, no actúa solamente, sino que se ve librada a los guraciones y formas (et611)dentro de su totalidad. Lo
que quieren y no quieren, a los que ayudan y obstacu- _ µe querernos decir es lo siguiente.
lizan, a numerosas personalidades, cada una de las ; No hay ninguna relación del ser y del quehacer hu-
cuales tiene, según su parte, voluntad e intelección Y' anos que no sea expresión y forma de aparecer de
conciencia. Ya la avuda, la resistencia de ellas, con- go pensado, que le subyace, en el que la ...,ver,dady
diciona su quehacer, limita su esfera de acción, rompe ser de estos individuos es configuración. Cada matri-
el Poder único de sus infIÚencias. También el más po- onio es la realización más o menos feliz de la idelt
deroso es sólo un momento en la corriente infatigable e matrimonio, y los esposos tienen la conciencia del
de la historia, sólo uno de los medios a través de los eal que ha de realizarse en la conducta del uno frente
cuales se mueven y se realizan las configuraciones del 1 otro: vive eri su conciencia. El trabajo, sea el más
mundo moral: momento que, de todos modos, es en su áifícil y bajo, se ennoblece por el hecho de que el tra,;,
Jugar un medio especialmente eficaz y significativo. En pajador agrega su voluntad y cesa, con ello, de ser au-
cuanto tal y sólo en cuanto tal lo busca la investiga- tomático. No tiene por naturaleza la idea del trabajo;
ción, lo interpreta la interpretación; no a causa de los niños tienen que aprender a trabajar, es decir, a
su personalidad, sino de su significación histórica. adquirir el concepto final para el ejercicio y la aplica-
216 217
ción de sus fuerzas y para servirlo. El trabajo de los ecen y se despliegan tan sólo por los hombres, en
esclavos negros es inmoral y animal porque le falta r'.·historia progresiva. La esencia de la historia y su
e~!e momento humano. El amor de los ·padres a los ás propio contenido ·es el de que ellos progresan y se
hi3os es un amor meramente instintivo y creatural, un tensifican así.
llamado amor-simiesco, sin _la conciencia de la tarea , También en las más bajas configuraciones que la
que tienen en los hijos, sin la idea de los deberes pa- vestigación ha descubierto en tiempos pasados o en
ternales. _·presente en pueblps de grado muy bajo, se encuen-
Y así por doquier. En estas ideas se_complementa ;_anla religión, la familia, el derecho, el sentido de
humanamente la insuficiencia de las realizaciones indi~ prrtunidad en forma aún precaria, de manera tal, por
viduales: reconocernos y sentirnos que la expresión de jernplo, que el Estado aparece como la ampliación de
esta idea en cada fenómeno individual no es adecuada· ·familia, que el derecho está sometido a la religión, etc.
Y conclusa sino que en la continuidad de su esfuerzo an sólo con el desarrollo progresivo se sondean y
de realizarse incesantemente da una expresión total Jtrifican estas esferas, y según la altura alcanzada de
aproximada _dela idea.· O, corno también podernos de: _te desarrollo se expresará especulativamente la auto-
cir: lo más próximo a lo perfecto es la aspiración a lo . ·nciencia de este pueblo en el conocimiento de ella,
perfecto, es el progresar. · · ea en forma religiosa o filosófica.
Y cada uno se construye su mundo, la realización El matrimonio y la familia, el derecho y el Estado
de su : o, en la medida en que tiene su participación en , los otros poderes morales no están normados de una
estas ideas y en la que en su participación colabora ez para siempre por la ética corno ciencia de modo
en la realización de los poderes morales .. Pues ellos vi- . u:e se debiera traer a cuento el sistema de Aristó-
ven y laboran en el querer y quehacer de los hombres, teles o Santo Tomás para regular según ellos el juicio
Y cada yo tiene en ellos su más íntimo contenido de ?_:ila investigación histórica. Aristóteles pudo justifi-
la vida. ar la esclavitud corno un estado necesariamente ético,
· Se ve: por completamente individual que a cada Santo Tomás pudo recomendar como deber la eli-
uno le sea lo más propio, la conciencia -la de los otros inación de quienes no creen en Cristo. El sistema
en el mismo tiempo y en el mismo pueblo- tiene en .ti.co de cualquier época es solamente la versión es-
lo esencial el mismo contenido del mismo modo corno _eculativa y el resumen del conocimiento logrado hasta
se igualan en su lenguaje, en ~us creencias, en sus usos .ntonces de los poderes morales; es sólo un medio,
Y.11?-~nerasde pensar. Por eso precisamente existe la po- _h intento de conocer y expresar lo devenido y lo que
s1b1hd~~ ~e su comunidad vital social, jurídica, política~ s según su contenido ético, esto es, según su unidad
la pos1b1hdad de que se sometan al mismo derecho a :w:·verdad, ciertamente· una verdad relativa segun 1~rne-
fa misma ley 'del Estado, de que ejerzan o reconozc~n; \dida de lo logrado hasta entonces.
al menos corno deber, la fidelidad en el matrimonio, la · Pero esta unidad y verdad no falta a ninguno de
honradez en el comercio. · ~\Josgrados de desarrollo. del género humano, en la rne-
Así pues la concepción de las relaciones morales es idida en que la investigación histórica puede observarlo.
la misma en ellas. En ellas en común se manifiesta en fCada uno de estos grados, cada pueblo y cada época
qué forma, rnej or dicho qué altura ha alcanzado aquí :~esun complejo de realizaciones de los poderes morales.
el desarrollo de los poderes morales. · }Pues sólo por eso son hombres los hombres y no lo
Pues es esencial a la naturaleza humana el que estos lb:son antes. Si lo fueron antes y qué fueron antes, es
poderen morales existan y operen. Pero elfos mismos ·{¡:µnapregunta completamente absurda, pese a que el

218 219
errado orgullo del entendimiento humano se ocupe con ;lo que sostuvo con conciencia fue el primer Estado
su solución. tiano no católico y que con ello fundó al mismo
Más tarde hablaremos de las diversas formas y ca~ po la independencia nacional de Bohemia. Gracias
tegorías en que se nos presentan estos poderes mora~ t la idea del Estado, de la Iglesia, de la nación, ad-
les, y las que tienen que buscarse en su interpretación. , frió una figura completamente nueva, ascendió a un
Pero en este lugar basta poner de relieve dos puntos ~evo grado del desarrollo que luego con Lutero se
generales que son decisivos para esta interpretación; 'tendió por todo e~ mundo occidental. Tan sólo en
Y.a no tenernos que temer la ob,ieción de que con ·'.fecontexto, en esta continuidad, entendernos cornple-
esta interpretación, buscando las ideas morales, bus- :~mente lo que significó históricamente el reinado del
carnos algo que no está -tal corno lo buscamo·s en éste 'y Georg. En estas dos líneas, la de su presente y sus
y aquel tiempo en la conciencia de los -hombres. De - :multaneidades y la de la siguiente configuración de
todos modos no en esta forma abstracta en que lo con- \stado, nación, Iglesia, en el cruce de estas dos líneas
cebirnos, pero sí corno moral, ley, creencias, etc., y por. hcontrarnos el punto histórico de este rey. Cierto que
cierto en la medida en que cada individuo vivía en er 'tJntra eso se dice: eso no se encuentra en las fuentes,
círculo de ideas de su presente, a partir de él medía - '..Mm.opretende ·adjudicársele a Podiebrad tan grandes
y regulaba su pensar y su qúehacer, y tenía en· su con- 'oro.binaciones? :Él sólo quiso defenderse de sus enerni-
ciencia la norma para ello. Si encontrarnos un proce- •tls, · corno lo pedía la ocasión. Pero en cuanto pudo
dimiento para descontar lo especial o lo individual o '';;füzar e invocó el talante nacional, utraquista de los
para proyectarlo hacia lo común y general del tiempo '/·ohernios para defenderse, se muestra que existían y
y del pueblo, tenernos que lograr conocer los grados lifperaban estas ideas, estos talantes; y la significación
de desarrollo de las ideas de Estado, familia, derecho, i:istórica de Podiebrad no descansa en lo que hizo re-
iglesia, etc., tal corno se expresan distintamente en el ·entinamente en sus asuntos, sino en cómo su acción
material. '·tervino en el contexto de aquellos grandes desarro-
A esto se agrega algo más. Lo que el individuo quie- j'ios. No querernos conocerlo personalmente, sino in-
re, hace y labora es su negocio y está dirigido a su :)~stigar y clarificar su significación histórica.
presente, no es historia sino que se convierte en historia ) --Con ello queda claro lo que podernos buscar y encon-
tan sólo por el modo de la consideración bajo la que trar con la interpretación de las ideas. Tenernos en la
lo colocarnos y con la que lo concebirnos. Tan sólo iariedad de las esferas morales en las que radica y
para la historia es su quehacer un momento en la J~mueve la vida humana, la serie de preguntas con las,
continuidad del devenir y de los poderes morales, y "'he .podernos aproximarnos al material existente· de
la investigación históric;a lo capta en este contexto de ,n. pasado, y podernos acercarnos así porque sabemos
la continuidad y del devenir. :·uetodo ser y quehacer humanos son expresi6n y for-
Con ello adquiere ella líneas que se cruzan, puntos ,
1
a de manifestación de estos poderes morales. Del
firmes. Cuando aquel utraquista rey de Bohemia Georg 'isrno modo nos comportarnos sin más y sin mucha
Podiebrad se defendió_ contra Roma, hizo lo que re- .eflexión en la vida diaria. De un episodio singular en-
querían de él su función real y las circunstancias, tal -·.recasados, que vernos, deducirnos .su relación mutua,
corno nos lo ha demostrado la interpretaciin pragmá- ~s decir, el grado alto o bajo en que se encuentra la
tica y la comprensión de sus motivos personales. Pero >aea moral del matrimonio en este hogar. Si además
los mismos sucesos nos muestran que defendió el de- .·bservarnos cómo educa a los hijos, cómo mantiene
recho del Estado frente a las pretensiones c;lela Iglesia, l Ios criados, de qué manera compra, ahorra, desperdi-
220 221

!:
~
r . .
cia; cómo se comporta en cuestion~s políticas, religi91 '''nciende a los espíritus, da a toda la situación su
sas, etc., tenemos entonces una sene de puntos singµJ' sión y su talante, en él se concentra toda esperanza
lares que, unidos en nuestra representación, nos da,l) ensamiento. La idea de la reforma eclesiástica;
una imagen del estado moral en este hogar. Mientras.¿ como la manifestó Lutero, la idea nacional que en
más grande sea el número de estos puntos, tanto má; lépoca de Temísítocles unificó políticamente por pri-
firme y segura será nuestra concepción de este hogai ,.éfavez a los helenos, la id~a del Estado que Richelieu
Y cuando después de una generación vemos cómo la ;~tentó realizar por primera vez en toda su nitidez y
pareja anciana vive en paz o en guerra y qué ocurrió !freza, esos fueron en su tiempo los momentos moto-
con los bienes y el negocio de este hogar y qué llegaron ."s':Lutero dio el paso adelante en la esfera de la vida
a ser los hijos, obtenemos entonces para las líneas an~ ·;tesiástica, Temístocles en la de la vida nacional, Ri-
teriores de la imagen primera las líneas cruzadas de ·.,·elieu en la de la vida del Estado. Todas las otras
las consecu~ncias y así un apoyo tanto más seguro de ,sferas morales no están por eso menos presentes e
nuestra imagen. ',ttervienen; pero esta idea las determina, las conduce
Exactamente así ocurre en nuestra consideración }·según su género, serán también conmovidas· y lleva-
histórica. Se dedica a buscar en qué grado de realiza; ,ás más adelante.
ción, se muestran en este acontecimiento, en este pue~ }',,.Tal pensamiento, el complejo de pensamientos, que
blo, en este tiempo las ideas morales, cuyo devenir y \";pta y persigue la interpretación, es para la conside-
crecimiento es el movimiento y la vida de la historia. ción histórica lo esencial y significativo de cada
Esto podemos hacerlo en dos versiones: 1 nibre, de cada pueblo, de cada época. Ella ve en este
1.0 bien observamos en los materiales que tenemos ',~nsamiento el poder motor de aquel decurso material,
a la vista el estado de las ideas morales tal como sé i verdad histórica del mismo. Este pensamiento justi-
configuraron en aquel presente y hasta llegar a él, y ''.ca el entusiasmo de quienes lo propugnaron, y a
entonces decimos: éstas estaban tan desarolladas· y tos se los ennoblece porque propugnaron este gran
maduras, aquéllas ideas morales estaban aún opacas nsamiento y lo realizaron o ayudaron a realizarlo,
y encubiertas. Con ello adquirimos el horizonte ético 1,.como lo demuestra la investigación, en el decurso
en el que estaba todo lo que había y ocurrió en este :á.terial.
pueblo y en este tiempo, y con ello tenemos la me;.. ; ·•·El decurso material es la realización de este pen-
dida para cada suceso individual en este pueblo y . miento o idea; en este pensamiento comprendemos
en este tiempo. il decurso; y a partir del decurso entendemos el pe:i;i-
2.0 buscamos y captamos en el material sobre la " miento. ....,
situación de entonces los momentos que surgen en él La interpretación sicológica no penetra en la con-
del movimiento progresivo y los ponemos en relación ·encia de los que actúan, como ya lo vimos. Pero la
con aquello a donde ellos han llevado y con aauello guna que queda es sustituida con lo que hemos oh-
qúe ha resultado de ahí. Así sabemos lo que significa~ nido aquí.
ron el movimiento de· aquel tiemno, las aspiraciones La poesía, como vimos, puede ir más adelante; pue-
y luchas de los hombres, sus combates, sus triunfos e·explicar a partir del alma íntima de quien nos pre-
y sus derrotas. enta, su quehacer y padecer. ¿Por qué nuestra ciencia
1
En este movimiento se encuentra adelante ora éste 0 puede hacer lo mismo o intentarlo?
ora aquel poder moral, como si se tratara ante todo , , Como es de tipo empírico, deb~ tratar de ser lo más
de él, como si todo dependiera de él; él domina, mueve ,,meta posible, y exacta lo es en la medida en que para

222 223
la tarea individual, para la pregunta singular que se \r,comprensión de estas cosas de la naturaleza, es-
plantea, debe obtener sus resultados a partir del ma- i~itu sólo tien_e en sí las categorías de nociones y
terial críticamente verificado y en una inferencia lo ,.,peptos, que importan al espacio, a-la masa material
más segura posible. §US reglas y movimiento. La naturaleza es sólo acce~
Y en l9s materiales que investiga, la personalidad, ,:Je y comprensible a sus conceptos de dimensión,
el Yo de aquéllos cuyos efectos y hazañas nos muestra, ··,.ra, número, etc. El· alcance de este método termina
se expone sólo muy parcialmente, en ciertas direccio- ~~'\llde comfenza -el campo de la vida individual, del ser
nes y esferas, su querer y quehacer, nunca la suma · ;[SOnal, del libre arbitrio: todo el mundo moral, es
y la continuidad de su ser. Ellas no se ágotan en nin- tcir, el del progresar y el de la creciente y constante
guna de estas direcciones y esferas; quedan encerradas ::t~nsificación le está cerrado.
en su conciencia aunque como Lutero, Richelieu, César, ('.Este_campo pertenece a la investigación histórica.
sean portadores de la idea progresiva; la colisión de '·;:ro ella tiene un límite de tipo no. menos esencial. No
los deberes, los tormentos de conciencia que le de7 tspone de la ventaja de que lo que quiere resumir
para al afectado es una prueba de que el Yo es un mun:. tmo historia no esté presente y ante sí en toda la
do en sí y que sigue siéndolo. . lnplitud de su existencia. Tiene ciertamente plena
Con eso, hemos concluido la teoría de la interpre- 9mprensión para todo aquello que investiga, porqÚe
1
tación. Hemos visto hasta dónde alcanza y cuáles son • ·,:humana y expresión de la voluntad y del pensamien-
sus límites. Pues ella se nos muestra diversamente li- · ~ humanos. Pero lo que ha de comprenderse es pasado
gada y condicionada y es considerablemente insuficien- 1½ha pasado ~ace tiempo con excepción de los restos y
te para agotar la infinita variedad que ha habido en los ~cuerdos mas o menos precarios que aún alcanzan a
siglos y milenios. ~gar al presente. Y a partir de estos fragmentos, tiene
Para muchos es seguro que el otro gran campo de la 'flt tratar de reconstruir lo que fue y aconteció y ya no
empirie ha sido más afortunado, que su método es de }Ste, y de reconstruirlo en la representación. Y esta
aplicabilidad más ilimitada y que por eso penetra con- presentación que puede obtener, -desarrollar y corre-
quistando tan sorprendentemente. Las dos empiries, .} mediante una serie de combinaciones, correcciones
la de la historia y la de la naturaleza, tienen el límite · ¡conclusiones, muy lejos de ser el pasado mismo, co-
que está dado en la relación del espíritu investigador . ¡esponderá este último sólo en cierto modo, según cier-
con sus campos. •iSpuntos de vista y hasta cierto grado.
Y la consideración nos da el tránsito a nuestro tra- ; :ésta es la insuficiencia de nuestra ciencia que tam-
mo siguiente, el de la sistemática de lo históricamente 19co~s de tipo objetivo como la que vale para la ciencia
explorable.· -) e la naturaleza. La historia no son los pasados, sino
Si quisiéramos establecer la sistemática de lo que (Saber que de ellos tiene el espíritu humano. Y este
es explorable por las ciencias naturales, tendríamos que :.her es la única forma en la que los pasados están
contar en ello· todo lo mesurable, ponderable, calcula- :~_mo si no hubieran pasado, en la que los pasados apa-
ble, todo lo que se puede captar con la mecánica ana- ;cen como algo que tiene contexto y que es significa-
lítica, es decir, con la mecánica de los átomos. Pues ~º en sí, como historia. , .
lo que el espíritu capta como ente según el espacio, f Se ve que la división de las dos grandes esferas de
lo que resume como naturaleza, le ofrece la ventaja de :ihistoria y de la naturaleza no es en modo alguno
estar presente en toda la amplitud de su existencia, y ~. tal especie que lo que queda fuera de los límites
de estar dispuesto a la percepción sensorial. Pero para ~ la una caiga sin más en el campo de la otra. Si la

224 225
mecánica analítica no basta para demostrar cómo surh
ge la vida del animal y de la planta y cómo decur:tá
~ 1
periódicamente en los individuos, nuestra ciencia tanl'.J·
poco .puede servir allí de complemento. Y si la empirie~
11~
histórica tiene tan pocos puntos de apoyo para lds
,1 comienzos de· la ·vida histórica y sus metas, la cierici~
!l!l1
1

de la naturaleza no puede ofrecerle ni informacionek

llt
1¡_,·_Y.1:1¡:

ni certezas sobre lo uno y lo otro ·.que puedan satisfa~


cerla.
Tanto más necesario es para ella ponerse en clard
:h ·
11¡:f

.1
sobre el ámbito para el que es competente y sobre LA SISTEMÁTICA
,,1,
1 i
lo que le es captable en dicho ámbito. De ahí la sistel
mática de lo explorable históricamente.

11

J
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:1,

226
del método histórico
§ 45 (49)

uarido tratamos obtener en la sistemática una


'~h panorámica ordenada del campo de nuestra
cia, surgen una cantidad de malentendidos posibles,
os que tenemos que enfrentarnos de· antemano. La
'uela de. Gotinga, desde Gatterer y Schlozer, se ha
pado mucho con esta cuestión que luego fue con-
da en cierto modo por Rehm y Wachsmuth .
. n su Propedéutica histórica, que fue editada nueva-
. ,te. en 1850 por H. v. Sybel, agregó Rehm a la pri:.
-~a parte metodológica, como una segunda parte, un
e resumen fundamental de la historia general, con-
.rando que un tal resumen, especialmente de la his-
·~ de los Estados y de los pueblos, sería la .visión
:orámica más sencilla del campo de la historia. Es
·': ó si a la pregunta: ¿qué es un pez?· se quisiera res-
.der con fa reproducción de un pez; pero en la re-
:ucción no se puede ver que el pez tiene espinas,
re fría, agallas en vez de pulmones.
n su Esbozo de una teoría de la historia, de 1820,
rolló Wachsmuth la vieja teoría de Gotinga de las
,. cías históricas elementales, de la ciencia histórica
./¡piamente tal, etc., y la constituyó en un sistema de
'¡)piplinas que, como dice su expresión, debe resultar
..rEstado como género al que pertenece el hombre y
;,fas. acciones humanas de la libertad en el Estado:
,~nciona la historia universal y especial, la historia
·,'fahumanidad o historia de la cultura, finalmente la
11
1 !
sofía de la historia y todo lo hace con·.las necesa-
¡¡

229
rías subdivisiones junto a las ciencias auxiliares, etc.
Pero el campo de la investigación histórica y con ello as actividades formales de nuestra ciencia. Allí se
la aplicabilidad de su método no resulta del índice de aba de describir el método y los métodos de los
tales y cuales disciplinas, y las mencionadas no agotan 7(tiene que servirse nuestra investigación, indepen-
;,nternente de las tareas que se le plantean. Y si traji-
ni la cantidad de las posibles o imaginables, ni son de·
naturaleza puramente histórica, pues la cronología per-. .:;'s a cuento diversas cosas materiales, sólo aconteció
tenece en gran parte al ámbito de la astronomía, y para ·ralaejemplificación y para caracterizar la variedad
la geografía son competentes en gran parte las ciencias : /formas y métodos que, según las circunstancias, te-
-;tnos que aplicar.
naturales.
Aún una reserva que hay que mencionar .en este lPero una división tal de lo formal y lo material es
lugar. . ·hecho una división sólo de naturaleza doctrinaria,
Encontrarnos que todo el amplio campo del mundo , un deslinde teórico, tal como lo hace y lo tiene
humano pertenece a nuestra ciencia y que el campo hacer nuestro entendimiento para dominar 1a va-
del método histórico es el cosmos del mundo rnorál~ ad de lo real y lo modificable. En cuanto nos
Pero este mundo moral es en su presente incesan~ ,regarnos al trabajo histórico mismo, se muestra en
ternente móvil un infinito .embrollo de historias, inte,. · a momento que lo material y lo formal se encuen-
reses, situaciones, conflictos, pasiones, etc. Puede séf ;:,.n.en permanente comunidad y reciprocidad, y por
considerado según muchos puntos de vista, técnicos¡ ··.;rtoque en medida eminente. El método histórico
jurídicos, religiosos, económicos, políticos, etc., y ;a üna manera de consideración de las cosas humanas.
partir de ellos pueden desarrollarse diversas ciencias, 1á junto a muchas otras; pero quien quisiera creer
la política, la jurisprudencia, la estadística, etc. Uno se. •;t sólo con el método se llega a la meta, quizá sólo
ha habituado a hablar de las ciencias morales frente /, la crítica o la crítica de fuentes, que eso es todo
a las ciencias naturales; se ha escogido este nombre \~)nstrurnento del historiador, caería fácilmente en
para abarcar también disciplinas tales corno la polífü ,ia.
t ..
situación problemática. ·
ca, la jurisprudencia, la ciencia de las finanzas, etc., dis~ f Si alguien quisiera escribir la historia de la rnate-
ciplinas que, de todas maneras, tienen su tarea en los .;,tica desde Newton y Leibniz, ¡hasta dónde llegaría
mismos campos que reclama la investigación histórico•. p.su crítica e interpretación si no se encontrara en
empírica, si bien tratan su tarea más deductiva y dog- iiplena altura. de los estudios matemáticos actuales
máticamente, en cuanto .muestran cómo la configura•
ción devenida en este campo está en el presente y cómo
ta reconocer hasta qtié altura sorprendente se ha
}'ado esta ciencia! Y quienes quisieran seguir esta
se ha desarrollado en él según toda la riqueza que tiene; 1
!toria hasta sus comienzos en Euclides y Pitágoras
y buscan captarla en su principio y determinar según 'p,ues de la matemática de los caldeos sólo sabemos
él sus reglas y su sistema, en tanto que la investigación '}~ existió- no comprenderían las formas extrañas en
histórica trata de conocer cómo devinieron esta canti- :.~ en parte se revisten sus conocimientos, así por
dad y este desarrollo. En tal sentido, las ciencias bis~ · plo los de Pitágoras con su teoría de los números
tóricas están incluidas bajo el nombre de las rnorafos rquírnedes quien, en su escrito sobre las espirales,
v son una parte de ellas. · ta los esferoides y conoides, no los entenderían si
Aún quiero adelantar aquí otra observación. '.rilsupieran, con pleno conocimiento de los estudios
Lo que tratarnos en nuestra primera parte, el mé~ · ;f!ernáticos actuales, traducirlos a los conceptos y
todo de la investigación histórka, se movía totalmente t·r1esde conceptos en los que adquieren inmediatamen-
230
231
~,:
(
te su ph:ma significación para el desarrollo histórico ~; ~;:~ tambiéri puede desanimar· al más osado -o'· dicho
esta ciencia. -¡
) 's exactamente: tenemos que aprender modestamen~
Y así en todas partes. Si se quiere seguir la his'i ,i-tquerer trabajar como historiadores sólo- en la me-
toria bélica de los griegos y romanos, hay que tene~ . a y en fos campos con los que rios hemos fa.miliari-
un conocimiento suficiente de la guerra y del arte d~ o materialmente de modo completo; debemos apren-
la guerra de nuestro tiempo, no ~ó~? para completar a~~ · . que nuestras actividades metodológícas sólo adquie-
las informaciones sobre la Antiguedad de que ya n~ su contenido y su energía con el conocimiento de
se dispone -por ejemplo, cuánto tiempo necesita una¡ , cosas. Y quienes dicen que estudian historia, de-
columna de 10.000 hombres para pasar un puente o ,.n reflexionar sobre la exigencia que se hacen a sí
cuánta avena, cuánto heno, necesita un caballo par~ ;''istnos. .
poder servir bien-". sino porque el sistema de guerr~
altamente d~sarollado nos facilita los momentos qll~
11históricamente' investigah.Je
importan para la guerra y lo~ ej_ércitos de m_odo 41:1¡~
con nuestros conocimientos tecmcos y materiales po- . §§ 47 (5_2).48(53).49 (54)
demos plantear las preguntas, toda la serie de pre~
guntas de las que resultará el ti:L?odiferente, ~l subd~1- J~os dos grandes ámbitos del mundo empmco, la
sarrollo en cierto punto, etc., y finalmente, con ello, la uraleza y la historia, no se nos presentaron en una
peculiaridad que tenía el viejo sistema de_ la ?11erra~ t~aposición de tipo objetivo y excluyente. También
Como ya se dijo, la caballería ~~balga sin silla, _9 · él mundo de las estrellas, en el de las plan'tas y los
decir sin estribo de modo que el Jinete no puede apo- :irtales, se p~eden descubrir y observar modificado.:
yars¡ para dar el golpe o el t~pe; el c~ba~lo. no terií~ s, que se repiten periódicamente y además modifica-
herraduras, y por lo tanto caminaba ma~ rap1damentr:i ~nés únicas de efec'to duradero, como la· desapari~
y como se monta sólo sobre un mandil, se agacha~~ , h ' de ciertos ·géneros de animales que sólo son re.;
más fácilmente. Además las preguntas por el abaste- ;_,nosciblesen fósiles o como las caída·s de m'eteoritos
cimiento si de depósitos o por requisición; por los ca.; ~:e :con ello cesan de .hacer sus propias vidas en el
rros, po; el ritmo de la mar~ha, por la disciplina, ·l~~ ,)!>aciosideral como los_ más pequeños cuerpos celes.:
comandos etc. Las informac10nes y los restos legados. t 1
Y así se aplicará allí ·también la palabra historia;
sobre el ~ntiguo sistema de la guerra cobran vida, ·'f fSolamente que no en el sentido conciso en que lo
podemos interpretarlos tao" sólo .con e! pleno conoc_1; ~á:tnos con buenos motivos para desarrollar· de ahí
miento material de lo que vemos inmediatamente Y po_ ,_:éstro método, el del comprender que, en contraposi.:.
demos captar exactamente. · id .i6n del método que se remite a la mecánica...,de los
. Aun quienes sostienen, que se trata ante todo de¡.~~ fomds, a los elementos· mesurables, ponderables y
historia .política, no podnan captar y comprender ~1s ~-
.foulables, se refiere a .lo iridividualy cualitativo.·
.

tóricamente lo mejor y lo más importante en la vida ['Para nuestro ·método, en vez de los átomos son los
de los Estados si no conocieran y pudieran valora.V . '.·tos'libres de voluntad, sus efectos, y su comprensión.
como un experto estadista todos los factores que- opeJ ~como dice nu'estra expresión en el § 45 ( 49): ·«el cam-
ran en la vida vital de los Estados y de los pueblosl .:•;::delmétodo histórico es el cosmos del mundo mo-
como la hacienda, la economía, el sistema fiscal, Y · 1
)>>';nuestra tarea es la de explorar este mundo moral
miles de cosas más. ·, _ ''.·(
1
:;,-!'sudevenir y en su crecimiento, en su movimiento.
Éste es el aspecto. probl~mático de nuestro estudio :>1 Después de lo tratado más arríba, ya no nos parece

232 233
ii
1,
un salto pasar de los actos libres de voluntad inmedia- ·~ntad busca y éreá algo que todavía rto existe, va más
tamente al mundo moral. 'llá del momento para realizar algo que sólo está
Pues los · actos de voluntad forman parte precisa,¡, /epresentado, una meta, un ideal y lograr así la bclooo-~~
mente de la voluntad libre y de la decisión de cada :k' de la que se habló más. arriba.
au"'C'ó
hombre individual, y cada individuo es en su ser es- 1. De estos momentos resulta la disposición de nues-
piritual, en su ánimo y su conciencia, un mundo cerra:, ··ra sistemática.
![ do para sí, como se .dice en el§ 47 (52): «por su sem~".'. \ El contenido material de nuestra ciencia es el tra-
janza con Dios» tiene que «ser sujeto infinito en lo fi" · bajo de la humanidad que ha construido el mundo mo-
nito», totalidad en sí, medida y meta de sí mismo; perq· \al. Se trata de considerar este trabajo según sus mo-
no tiene que devenir lo que ha de ser como la divinidad ·1 entos esenciales y de describir los diversos aspee-
misma que es origen de sí misma. Íos del mismo exponiéndolo según toda su extensión.
Tan sólo en las comunidades morales llega a ser ·: Legítimamente podemos establecer como principio
hombre el hombre; los poderes morales lo forman; ellos a··vieja división cuatripartita aristotélica que tiene,
viven en él y él vive en ellos. : por ·lo menos, la ventaja de agotar prácticamente·fos
Nacido en el «mundo moral ya devenido», crecido ;; omentos posibles.
por el cuidado y la educación de sus padres, _para lle- i;. Consideramos pues el trabajo histórico:
gar a ser consciente de sí mismo, responsable, libre, 1. Según las materias con las que se forma.
cada individuo crea «en su parte y en y con las co- 2. Según las formas en las que se .configura.
munidades morales, su pequeño mundo, la célula de 3. Según los trabajadores que lo ejecutan.
su yo». Cierto que sólo por el breve lapso de su vida; y 4. Según los fines que se realizan en su movi;.
pero a él lo sobreviven estas comunidades morales, su bliento.
tarea y sus intensificaciones en las que él ha colabora .. Hablaré sólo sumariamente de los tres primeros, y
do; estas comunidades son las grandes continuidades ~Hcuarto nos facilitará el tránsito a la última parte,
de la vida histórica. -~ de la exposición.
«Cada una condicionada y sostenida por la contigua, k
condicionándola y sosteniéndola; todas juntas son una
construcción que crece incesantemente, sostenida y con;,.
dicionada por el ser de las. partes pequeñas y mínimas.»
De tal ·manera, en sus individuos ·Y por sus actos
de voluntad; «construyendo y formando, deviniendo en
el trabaiar, crea la humanidad el cosmos del mundo
morál». ·Resumimos el devenir y el crecimiento de esta
construcción en el concepto de historia. Investigamos
este devenir y crecimiento en los restos y tradiciones
que nos son accesibles, y con las nociones así adquiri-
das de los pasados, profundizamos y fundamentamos
nuestro ser en el presente, lo conocemos como resul-
tado de todas estas experiencias vitales. Y el conoci-
miento de esta continuidad da por resultado el impulso
que pertenece a la esencia de la voluntad, Pues lavo-

234 235
I. EL TRABAJOHISTÓRICO SEGUN SUS La naturaleza
MATERIAS § 51 (56)

-§ 50 (SS) , . A la primera serie pertenecen no solamente los ·des-


.:,.brimientos en la redondez· del globo terrestre, las
tvestigaciones de su estrato superior con sus piedras,
,/~tales, depósitos de sal y de carbón, con sus edi-
Jdos lacustres y cementerios, etc., sino, al mismo tiem-
•:O, cómo con la difusión de los pueblos, sus emigracio-
'.~s y colonias, sus desmontes y desagües se han modi-
i~ado las tierras en su vegetación, en su mundo ani-
Es ·propio de la naturaleza del hombre· que aparte ,\:al, en su dima. Italia es para nosotros el país de los
de su mundo ·interior, de pensamientos, no crea sino Jnos y de los castaños, de las naranjas, de los higos,
solamente forma. Y requiere del material dado para ,.Mcultivo del maíz y del arroz, del cultivo de la seda.
que con las formas que le da exprese sus pensamientos. )~ nada de eso sabían los romanos de la guerra de Aní-
y sus nociones, su querer ,y· su poder. ;:~I.La Italia romana era un país aún tosco y lleno
Lo dado naturalmente y lo devenido históricamente ·e.:bOsques, la llanura lombarda, en donde después del
es para la humanidad medio y materia a la vez y, •Jscubrimiento de América se extendieron ampliamen-
al mismo tiempo, condición y límite de su trabajo: ~;'campos de arroz, estaba llena de bosques de robles.
Mientras más ascienda su desarrollo, tanto más grande ."r1hayasy montanera; tan sólo bajo los emperadores
a
será la masa de materia que lleva su trabajo, y con -.'.~>llenaronlos jardines de los ricos con naranjas y
la masa de la materia crece la tensión y la fatiga del t;p:iones, higos y duraznos; tan sólo hacia la época de
trabajo. .'i'Reforma se difundió, con el cultivo del gusano de
Lo dado naturalmente ofrece para nuestro fin dos ,~aa, la morera (morus alba, antes morus nigrá), y si
aspectos de la consideración. _'lrcactoy el algave signan el paisaje de Sicilia y Nápoles,
Con su Cosmos, Alejandro de Humboldt no quiso :ijas son plantas americanas que se introdujeron tan
solamente proporcionar una ·enciclopedia de las cien- . ·:lo en el siglo XVI (Víctor Hehn, Kulturpflanzen und
cías naturales tal como eran hacia mediados del siglo, '.·:austiere,ed. III, 1978).
sino intentar exponer el conocimiento y la concepción ;) Y así en todas partes. Lo que la marcha de Alejari-
de la naturaleza en su desarrollo histórico, pero no .Wº a la India trajo en plantas y animales al Occidente
solamente en su forma científica sino también en la· ,>·mostraría, si se pudiera calcularlo exactame"ñ.te, de
percepción de la naturaleza, en la concepción estética ',án sorprendentes efectos como el descubrimiento de
y religiosa de la naturaleza; en suma, quiso exponer · érica, de donde vinieron a Europa las patatas y el
la relación ciel espíritu humano con la naturaleza en baco, por no hablar de otras cosas. Y a su vez la
todas sus formas teóricas. J>lonización europea llevó a América el cacao de la
Pero, para nuestra tarea no se trata simplemente ~dia, el azúcar, la lana, el café de Arabia, que allí
de este aspecto teórico sino, sobre todo, de cómo el '.,1:1eció
más exuberantemente que en su patria.
hombre se comporta prácticamente ante la naturaleza, \ Y cosa semejante ocurre con la domesticación y la
es decir, cómo la modifica, cómo ella lo modifica, lo Qría de animales y su aplicación para la alimentación
ha determinado y lo determina. ..umana y el trabajo. Todavía en la época de Aristó-

236 237
~an~s el gallo y la gallina se conocían en Atenas como :\:p?cerán más bie? que junto a su método y .tipo es-
mmigrantes medos, y las palomas dodoneas no eran' ,.cia~, t~das ellas tienen un aspecto en el que no pueden
en modo alguno las palomas blancas de la Afrodita de ,:t~scmdir de la investigación histórica y de su arte.
Cipris, logradas tras una larga cría. Al asno se lomen-
ciona en la /liada sólo en un lugar sospechoso, pero se,
lo nombra frecuentemente como procedente de Pafla:
El hombre como creatura
gonia. Así pues, en las regiones semitas se conocía y; § 52 (57)
el cruce bastardo de los animales y la producción dé
nuevas razas ·mediante mezcla no natural. · · · ·~;,,, La segunda serie que se nos presenta a la conside-
Esta intervención de la mano del hombre en la vida i.ción histórica en lo dado naturalmente es el genus
de la naturaleza y su transformación es de género pro.., ::f>m~ tal _como_él ,ID:ismo,a través de una infinita expe-
piamente histórico. '. J~ncia vital histonca, ha desarrollado la naturaleza
Basta haber hecho una referencia a esta serie dei ·..mana hasta la altura y la variedad en la que hoy
_1ste.
pensamientos para agregar a ello la consideración so~
bre el alcance inconmensurable que tienen 1a man~ . Las ciencias naturales pueden estar justificadas
y el espíritu del ··hombre para transformar. la naturaJ ando creen que tienen que investigar el comienzo del
leza dada ~on el cr~ciente conocimiento científi~o, y, ;i~;ner?humano~ aquella situación. en la que el hombre
para ver como con siempre nuevos descubrimientos e '$.ª sol? una creatura, un animal y luego, quizá según
invenci?nes se ha convertido en su señor y maestro. ·~teona de Darwin de la selección natural, llegó a
¡Cuantos progresos desde. el misterioso descubri- r hombre. Con su método de explicar lo que es y
miento de hacer fuego -el .fuego de las Vestales en r ciert_o ~e.e_xplicarl_ocomo desarrollo natural, lleian
Roma se conservaba largamente en las ceremonias, lo tales hipotesis que ciertamente en nada coinciden con
que demuestra las grandes dificultad~s de hacer fue~ -,:'... •fama de ser una ciencia exacta. Pues ni la ciencia
go- hasta la fusión de metales, el endurecimiento del 'Jitural ni la historia pueden penetrar empíricamente
barro suave en el fuego! Pero parece que el Viejo Mun-,
1
'.:.astalos comienzos, ni demostrar el protoplasma, ni
do llegó tarde a la intelección de aplicar la fuerza de lá '.,,selecció?-,natural. EID:píricamente sólo sabemos que
caída. del agua para hacer superfluos a los esclavos en ·:0,.do embnon humano tiene ya el tipo específicamente
la tahona. ¡Cuán inconmensurable es entonces desde el· ·..umano, que no se presenta en ningún animal. Pero es
siglo pasado la transformación de la vida del hombre almente cierto que en el hombre, aun en sus más
y de la naturaleza desde que se encontró y desarrolló; ;tos desarrollos culturales, vive el animal: el hombre
el poder expansivo del vapor, la posibilidad de un efec-· un ser sensorial-espiritual, independientemente de
to eléctrico lejano, la descomposición y unión quími.; _án alto o cuán bajo pueda encontrarse en él uno de
cas de la materia, desde que se construyeron gigantes. /tos dos momentos. Cualquiera que sea la mezcla de
de acero, que como máquinas pueden mover y elabo~ ~;stos dos elementos que se dan en él, esta mezcla mis-
rar masas inmensas! :,•a condi.ciona y determina el tipo de desarrollo his-
No necesito enumerar las diversas disciplinas a la~ !?ric~ qu~ ha vivido el género humano, y estas expe-
que en esta rúbrica nos extendemos con nuestra cien-: ~¡~enciasvitales lo desarrollan hacia mezclas siempre di-
c~~'-con nuestro método, naturalmente sin la preten- · (erentes y de especie diversa de estos dos elementos
sion de sustraer algo a cada una de esas otras ciencias. t;le su naturaleza.
La geografía, la zoología, la botánica, la tecnología re- . Aquí se nos presenta toda una serie de disciplinas

238 239
que· se ocupan de la naturaleza y figura corporales del ·'..tománicos con los que se han mezclado, y han creado
hombre y de su variedad: ante todo la fisiología y la 1stilengua.
antropología, además la etnografía, la teoría de las di.; fL Así que -y esto es lo tercero- podremos afirmar
ferencias raciales, la de la distribución del género hu- ijque por profundos y firmes que puedan ser los carac-
mano en la esfera terrestre. De ahí resulta una larga !;'teres de los tipos de pueblos, los pueblos mismos en
serie de grados de capacidades y ·de desarrollos cultu~ ;·cuanto configuraciones individuales son tanto menos
rales que no sólo se presentan cronológicamente de Iduraderos o constantes mientras más alta sea o haya
manera sucesiva sino que espacialmente existen conti- }sido respectivamente su evolución. Pero eso significa:
guamente, y por cierto hasta tribus completamente ve- ':éllos se transforman en la medida en que tienen histo-
nidas a menos y en decadencia. Sí, hasta parece que ':ria, y tienen historia en la medida en que se transfor-
en la medida en que las culturas ascienden más alto,. iman. Quien quisiera captar en este sentido la gran
en los que así progresan, sus estratos bajos se destro.; ::;economía de la vida de los pueblos, llegaría a la pre-
zancada vez más, se convierten en escoria, no para de~ )gunta: ¿ qué pueblos pueden unirse, cruzarse, de qué
jar de existir, sino para entregarse, en descomposición ;~éruzassurgió algo más noble, de qué cruzas surgió algo
a medias, a nuevas amalgamas y mezclas ·y quizá, bajo 1"mulato, despreciable? ¿Qué elemento fue el engendra-
un nuevo nombre y con una nueva lengua, hacen ,\dor, cuál el receptor en la cruza?
surgir la vida modincada de un pueblo. Así, con las \·· Se ve que en tales preguntas, por fuerte que sea
tribus originarias de piel oscura de la India se mez- :i:laayuda que les presten las ciencias naturales, lo que
claron pueblos arios y elaboraron aquella maravillosa ;jmporta esencialmente es la investigación histórica; y
cultura sánscrita, para luego, descompuesta en castas, >lbque importa es la investigación histórica también
sucumbir primero al ataque de los griegos, luego al de J:'alH donde las tradiciones no nos ayudan, donde sólo
los escitas, del Islam, de los mongoles, dé los europeos; }é,éisten restos, quizá sólo restos de las lenguas prove-
en aquellos sorprendentes filosofemas de la desespe- inientes de la prehistoria y que aún existen en las len-
ranza y de la desesperación que se convirtieron ·en la ·;guas vivas. No harían bien las ciencias naturales· en
religión de Buda,· difundieron ellos su descomposición ~querer explicar a su modo el ser devenido de la vario-
interior y su desconsolado quietismo por todo el ám- :Jpinta diversidad de los pueblos de la tierra, que nos lo
bito de la India y de China. ¿Y no les ocurrió algo se- _expone científicamente la fisiología, la anatomía, la
mejante a los helenos después de Alejandro? ¿No es '1eraneología, etc.; pero la investigación histórica tiene
Tácito una imagen poderosa dé la inicial descomposi- '.que demostrar que estas metamorfosis y la forma como
ción de Roma? Allí trajeron los eslavos, aquí los ger- 'se han sucedido, coinciden con las grandes migracio-
manqs, nuevos elementos de vida para las viejas cul- tifos, con las variaciones del clima y de la alim'"entación
turas hechas escorias, y surgieron configuraciones com- :~:con un ascendente desarrollo de la cultura. .
pletamente nuevas. Sería insensato decir que siempre ·\, Pues estos momentos son los que sobre todo ad-
ha sido· el mismo el pueblo de los hindúes, de lo·s grie- Jquieren peso. En la Antigüedad griega, en fa itálica,
gos, de los romanos, si bien en las nuevas configuracio- ·puede demostrarse aún en detalle cómo se ·trarisfor-·
nes se pueden reconocer ciertos rasgos de los nuevos :'m~aronetnográficamente las duras tribus de pastores y
elementos y de los viejos y ancianos materiales básicos. },campesinos de los montes de bosques, cómo con las
Así, la descripción -de los celtas hecha por César con- ,:'plantas y los animales extraños lograron en su propio
cuerda hoy con ciertos rasgos de los franceses, pero tterreno crear un nuevo tipo. Tan sólo en contacto con
también son reconoscibles los elementos germánicos y ,:'.elEgipto superpoblado le llegó al mundo griego la
240 24f
peste, tan sólo con el descubrimiento de Am~rica lle~ó
1 ! a Europa la sífilis. Y tan sólo en nuestro siglo, traJo _ Los fines human<>•S
el comercio anglo-hindú a China el terrible estrago del § 54 (59)
opio.
Esto basta para señalar cómo lo dado naturalmente, L En este contexto se trata no solamente de los me-
{ dios y situaciones externos. Nadie comprendería las
el genus horno, lo mismo que la_n~turaleza. qu~ lo ~o..·
dea se ha modificado en el movimiento de la historia, cruzadas. sin el poderoso movimiento eclesiástico que
est~ es en el trabajo del género humano. s~brecogió al estado secular desde la fundación de la
orden de Cluny y de las grandes reformas de Grega-
rio VII. Y el sorprendente poder que creó Cromwell
c) Las configuraciones humanas se fundamenta en el hecho de que supo comprender
§ 53 (58)
{ el espíritu puritano poderosamente excitado de las ma-
f sas bajas y lo organizó en una constitución democrática
Las otras cosas que le es dado al hombre laborante.' t civil y militar. . . , .
en cada grada de su historia como material para su f Son las grandes pasiones dommantes, el espintu
trabajo son las configuraciones históricas devenidas en (nacional, el fanatismo religioso, la ira desencadenada
las que ha nacido cada uno, las instituciones, las situa- {.de los estamentos bajos contra los privilegios o el
ciones la vida económica y laboral, en suma, toda la f poder del capital, llamas subterráneas 9-ue súbit~me~te
¾.emergen, las que, preparadas y devemdas en sdenc10,
pleriit~d viviente del presente que determina y do1:1ina.
a todos ·y. en .la que cada uno por su parte tratara de \ le aseguran un éxito inconmensurable al que, ~vanz~
trabajar y configurar su trozo de· vida. • i con la palabra justa y el hecho cabal. Un espintu gi-
En nuestro presente sentimos diariamente· y de -la '.;;gantesco como el de Napoleón puede jactarse de hab~:
manera más viva cómo estamos determinados y sus- kdominado la Revolución, y la dominó porque le ofrec10
tentados por miles de realidades, medios y condiciones, \'a los excitados sentimientos democráticos de la masa
!!;de la nación francesa, con el dominio de Europa, gloria,
en cuyo centro nos encontramos, y gracias a la prensa
diaria al mercado del grande y del pequeño comer- i botín y dominio como compensación de la libertad
/1:anárquica, del que la salvó.
cio, a Ía estadística diligente, ·etc., medios más que sufi-
cientes para enterarnos de e~tas cosas y de ~<:u~r~o a
t1 Se ve cómo los momentos citados en el § 54 (59)
eso tomar medidas y prevemr. Pero ya es ·dificil ima- \se pueden mencionar como materia devenida para el
;1:subsiguiente trabajo histórico, y cómo cada nuevo paso
ginarnos cómo fue hace so,·hace 100 años; y, sin em-
} significativo propugna en su continuación la ,fOmpren-
bargo, cada presente anterior hasta las épocas más
tempranas y lejanas, estuvo determinado y sustentado
i sión de los medios y condiciones espirituales por los
lr"que fue posible. Para este género de consideración his-
en forma análoga por lo que entonces existía y valía,
é tórica no tenemos ningún nombre. Ni historia de las
y no haríamos justicia a la lucha de los Staufer, a los
costumbres, ni historia de la cultura, ni la expresión
intentos de reforma de los Gracos, a la Atenas de Pe-
usada por Guizot histoire .de la civilization cubren lo
ricles, si no intentáramos captarlos en toda la condi-
que se quiere decir. Pero cada vez que se intenta investi-
cionalidad de su quehacer, en la situación devenida
gar un suceso histórico como la primera Cruzada o la
que posibilitó y obstaculizó su trabajo histórico.
revolución de los Gracos o Cromwell o Napoleón, se
:· está impulsado a captar estos momentos de las situa-
r dones históricas dadas.

242
243
Eso es ciertamente bastante difícil para los nuevos EL TRABAJO HISTÓRICO SEGúN SUS FORMAS
siglos; para los más lejanos, para la temprana Edad
Media, para gran parte de la historia antigua, es apenas
alcanzable.
En la misma medida sería falso si se quisiera, como
el poeta o el hombre de la calle, imaginar lo lejano y
lo más lejano según la analogía o más bien en la misma
forma y modo como el presente habitual, y sería igual-
mente falso si se quisiera decir que lo que no está en
las fuentes o en los restos no existió. Si, como ya se :Los poderes morales
apuntó, en la tradición de los 50 años después de Ale- ~;r §§ 55 (60). 56 (61)
jandro no se ,informa más que sobre historia de la
guerra, no se querrá creer por eso que no ocurrió y .
i~J,,Podemos partir del hecho de que la investigación
no hubo más que eso; se puede suponer con seguridad·· ~: concepción históricas de las cosas humanas son so-
que toda la gama de la vida privada y del Estado siguió lamente una manera especial junto a otras posibili-
su camino, ··y algunas. inscripciones permiten conocer / ·ades de considerarlas científicamente, que su signifi-
cuán efectivo fue con aquella violenta transformación , ·ción más próxima e inmediata pertenece completa-
de todas las relaciones ese previsor y creador despotis- 'ente al presente, a sus intereses, a sus motivos, que
me éclairé del siglo XVIII. Y si ninguna fuente nos dice· 1 saber propiamente tal de estas cosas, su conocimien-
qué significaron las nuragas en Cerdeña, los edificios o,
y ciencia están determinados precisamente por es-
lacustres en el Po y en Suiza y en otras partes, se verá: os puntos de vista, puesto que estas cosas están ahí
eran moradas de hombres que los protegían del tiempo, _or su contenido material y siguen su camino indepen-
del viento y del enemigo, de hombres que tenían que i ientemente de si se las concibe y explora histórica-
vestirse y alimentarse; y cuán pobres son los restos de 1:nente o no. Pero la investigación histórica está librada
1
materias, de alimentos, de instrumentos, de armas de 1:cada paso a este contenido material. Pues justamente
piedra que ellas contienen: al menos hasta cierto grado ·'\ri contenido de tal tipo como es el que se nos presenta
se puede deducir con cierta seguridad histórica el es~ :.ptualmentes, es el que ella quiere reconocer y de-
tado en que vivían a paryr del hecho de que no se piostrar en los pasados, y por cierto que a partir de
trata en modo alguno de existencias y estudios prehis- l,El.s•tradiciones y restos y huellas que de ellos quedan
tóricos. ;jtün en el presente; y toda su tarea consiste en trans-
~itirnos estas nociones de los pasados en la ...,medida
'. que es posible y, al mismo tiempo, profundizar nues-
~ro conocimiento del presente según su contenido con
;lacomprensión de su ser devenido.
f: No puede hacerlo de otra manera como no sea tra-
ltanto de_observar y captar todas las formas en las que
'el presente del mundo humano se mueve y continua-
J).nente tratando de seguir configurándolo, y cómo ha
'11
1'
·':\qevenido; y presuponiendo lo que es evidente, que
-~;Ios hombres por su naturaleza se han movido en esas
1:i'.
244 245
formas, si. bien de manera diferente y realizadas de {:ción, cerrado en sí y brotando incesantemente, con
div~rsa manera. En estas formas tiene ella toda la , .' pretensión plena de ser vivo y eficaz en cada indivi-
~ene ~e ~reguntas por las que ha de determinar sus ' uo, de determinar y acuñar su ser moral en su parte.
mvest1gac1ones, y completa es esta serie de preguntas · cada uno de estos poderes hace la misma exigencia
porque todas las relaciones morales del presente se todos. Cada uno pertenece a su familia, a su pueblo,
ocupan de ella. , su Estado, a su fe; puede y debe pertenecer a todos
Hemos observado con suficiente frecuencia que los ) mismo tiempo y plenamente. Pues ninguno excluye
elementos con los que se construye este mundo moral tl otro, así como las ondas del sonido y de la luz
son los hombres individuales y sus actos de voluntad /van unas al lado de otras sin perturbarse. El individuo,
pero que estos elementos lejos de ser de tal maner~ ;poes una molécula de humanidad de manera que este
individualistas, absolutos y de autodeterminación abs:. tjtomo, soplado en masa infinita como la arena de una
,,
tracta, como se afirma prácticamente desde Hobbes y 1;duna, constituya la humanidad, sino la humanidad es
J. J. Rousseau hasta el nihilismo actual, reciben más ¡;:~ólola suma y resumen de todos estos poderes y con-
bien su contenido cualitativo en una manera diversa- ffiguraciones morales y cada uno está sólo en la con-
mente condicionante. · ... .;tt_inuidady comunidad de estos poderes morales, sólo
Con profunda intelección desarrolló Aristóteles pri, ;.~tomomiembro vivo en ellos, «así como la mano sepa-
meramente la esencia de las comunidades morales !{:radadel cuerpo ya no es mano».
como xoi.vwvlm,,entre otras partes en el primer capítulo ái Estas comunidades, según la naturaleza sensórea-
de la Política: «pero quien no cultiva la comunidad ,o i;e~piritual del hombre, o bien han surgido del menester
no necesita nada porque se basta a sí mismo (6t 1ideal o natural o se encuentran entre los dos, o surgen
áv>tápxEu·iv),sería un dios o un animal; no sería un fcJe los dos al mismo· tiempo.
hombre». :<;. Las comunidades naturales crecen esencialmente
· El hombre requiere de las comunidades morales \(lel momento de la procreación, es decir, de la reno-
desde el primer momento de su existencia, para pro-· ?vación del género ·en los individuos. Las comunidades
teger la precariedad y el desamparo de su ser natural¡ IJdeales forman lo contrario: tienen que mantener a
para complementarlos y superarlos. Él es lo que ha ~Hos individuos en el género y llenarlos, satisfacerlos,
y debe de ser tan sólo en las comunidaµes morales. Él· fc.on lo común y adquirido que tiene el género (cultura,
es un resultado de estas comui:iJdades cuyos· tipos lle- ':Jormación) .. Entre los dos se encuentran los ámbitos
nan su corazón y su conciencia y lo elevan como po- fde la conservación, es decir, el permanente equilibrio
deres morales por encima de su pobre, atomizado, Yo .. :¡:de las creaciones espirituales y corporales.
Estas comunidades nos dominan como poderes mo- 1.;·· No son los menesteres de la alimentación, 'tle la pro ...
rales, sentimos su poder sobre nosotros, conciliado con ~·creación, de la autoconservación, como también los
nuestra autodeterminación en cuanto los re.conocemos ;/tiene el animal, sino el hecho de que estos menesteres
c?mo deberes morales. Tenemos la cosecha y la ganan- yse transforman inmediatamente en las formas morales
cia de ello al reconocer en ellos y poseerlos como bie- l de la familia, del trabajo, del derecho y del Estado es
nes morales, en los que vemos garantizado lo más noble · !o que constituye las comunidades y las convierte en
que tenemos, la posibilidad de un permanente avanzar poderes morales. No es la necesidad de producir so-
hacia lo más alto. nidos de sensación, la de imaginarse en su impotencia
Cada uno de estos poderes morales se crea su es- una potencia absoluta de la divinidad, etc., lo que cons-
fera según su modo, su propio movimiento y configu- tituye a las lenguas, las religiones, etc., sino que el he-

246 247
;,
l .
cho de que esta necesidad se configura en perceptibili- ;,~Iezahumana de una o de otra manera como una ma-
dad y comunicabilidad sensóreas, en comunidades, es· .:~ria flexible. No se trata de que nuestros estudios em-
lo que constituye los poderes ideales. Los unos son de tt~ndan la tarea de demostrar la no existencia de
1
género sólo relativamente natural; los otros, de género '
1~uella protosabiduría; pero ella le hubiera servido
sólo relativamente ideal; tienen sólo un exceso de los á:los hombres, tal como conocemos a la naturaleza
unos o de los otros, mientras que en el campo de las ~µmana, sólo en la medida en que la hubieran asimi-
comunidades prácticas, como las llamamos, se encuen-· tl~do y reelaborado. Pues no es la sabiduría, sino el
tran los dos factores en un cierto .equilibrio o siempre. ;fr:abajo por la sabiduría, lo que constituye su valor y
tratan de establecerlo. · ,':Y,ocación.
·:<,) Y de manera semejante se manifiesta nuestra cien-
}bia en relación con la segunda frase. No como si no
A. Primera serie: las, comunidades naturales lt~conociera la significación de tales momentos físicos
§ 57 (62) ?y,fisiológicos. Pero sus efectos sólo están presentes
fporque ellos son recibidos, asimilados, apropiados; sólo
Llamamos· comunidades naturales aquéllas que de- J:~onsuscitaciones, estímulos, condiciones en las que el
terminan al hombre de manera natural y, como se ha· {pombre inventivo hace que su espíritu y su cuerpo reac-
dicho certeramente, sustancial. Pues dentro de estas {9ione y se .ejercite: ejercitándose desarrolla los órga-
comunidades recibe él su preformación, el tipo de su hios espirituales y corporales, que necesita especialmen-
corporeidad y el de su espiritualidad. En estas comu-· :;J~en tales circunstancias, como por ejemplo el barque-
nidades, llega a su plenitud en su naturalidad. fr<>que está habituado a ir de una manera, de moverse
Y se diferencian éstas de las posteriores en el sen- t~Aun suelo vacilante, para poder caminar con seguri-
tido de que solamente aquí la personalidad experimen- tc;lad. Y no es el bosque norteamericano el que hizo que
ta un ser determinado que escapa a su responsabilidad' i)# indio fuera cazador, sino que porque prefirió ser ca-
moral. tt~dor no despejó el bosque y no aprendió a sembrar el
La consideracióri racional ha llegado ciertamente al \~ampo. ¿Por qué, si así no fuera, pudo desarrollarse,
supuesto de que hubo protoestadios del hombre, for~ }junto a los indios cazadores, la cultnra de los aztecas
mados de ésta o de aquella manera, de que efectos IJ;.~n México, cuyos grandes restos arquitectónicos provo-
como los que producen el clima, la alimentación, ei }can hoy admiración?
contorno del paisaje, etc., han desarrollado a unos de. t.: Pero a quien pregunta más detalladamente por qué
un modo y a otros de otra manera. Para eliminar la. ¡$e diferencian los indios cazadores de los aztecas, .por
incomprensibilidad del comienzo, la especulación más ,;:qµé los negros de los hombres blancos, pof" qué los
alta ha profundizado la bella narración del Antiguo J;@i,:i;i.tiguos
pueblos culturales de tantos otros que nunca
Testamento en el sentido de que el género ~umano cayó rformaron una cultura, y de otros que comenzaron a
del estado originario de la protosabiduría divina, y ,ffc>rmar una cultura completamente diversa, la investi-:
que su vida histórica consiste en recuperar lo perdido j' gación histórica no puede responder otra cosa sino .que
a partir de sus fragmentos destrozados. Hal es el caso. Otros investigadores podrán intentar ex-
. La investigación histórica renuncia a hablar sobre f plicar esto pero, al mismo tiempo, deberán cuidarse
esta alternativa. No puede ni descubrir una protosa- $Q.eencontrar explicaciones que igualmente explican a
biduría ni reconocer que el clima, la alimentación, el · -}.c:malquier animal o al hombre.
contorno del paisaje, etc., hayan modelado a la natu- Reside en la esencia de aquellas comunidades natu-:

248 249
rales el que los jóvenes o más jóvenes heredan y vuel.;
1
~ Dios, la· naturaleza debe reflejar la imagen del
ven a ejercer lo que los mayores aprendieron, expe~' :Qmbre. ..
rimentaron y ejercieron. Ciertamente que no todos de } Las comunidades naturales son la primera grada
la misma manera; pero hubo entre ellos quienes fueron acia ello. Pues ellas son las comunidades en las que
más atentos_ y más inventivos que otros, que agrega- f'puramente creatural, de fo que depende el hombre
ron algo nuevo a lo viejo y que aprendieron, y que ··r su parte corporal, es elevado a la esfera moral
heredando eso a sus hijos pudieron ver que los más ediante Un querer serio, mediante amor, deber, leal-
inteligentes, los más fuertes y los más osados adelan- d~ Ellas serán convertidas en muchas más formas de
taron más y los superaron. Con pasos infinitain:erite existencia moral.
pequeños se pudo agregar algo nuevo a lo nuevo,· puede
ser que con repetición eónica surgió allí paulatina-·
La familia
m~nte un terr~no fértil en el -qu~ de manera siempre
§ 58 (63)
mas alta crec10 lo humano y creciendo creó un terreno
,}ti
cada vez más fértil. Pues al que tiene se le dará. La:' )
investigación· histórica se dirige allí donde ya se ha · :'./;~Comenzar con la familia, es decir, pretender que se
realizado la división de los pueblos; ya se han delimi- Jla considere como objeto de 1a historia, puede parecer
tado los tipos de su configuración, de su lenguaje, de ;;como algo que se hace. sólo en aras del esquematismo
su fe, de su capacidad de cultura. 1que hemos escogido. Pues, podría decirse, ¿qué tiene
Con ello no explicamos la historia de la humanidad• fque ver la familia con la historia? Y a el hecho de que
pero comprendemos la posibilidad de los fenómeno~ ten la familia se repite por millones de veces lo mismo,
que ella ofrece. No demostramos cómo pudo comenzar :Jimestr'a a qué esfera pertenece.
en general la historia; pero una vez comenzada, tenía Es fácil demostrar que esta consideración es errada.
ya en ella, junto con el impulso, los medios del ade- \La repetición se encuentra en relación con el Estado:
l~nt?. Pues una vez comenzada, tenía en cada presente :no hay convivencia humana sin el Estado; pero, ¿qué
s1gu1ente el pasado heredado y en el lenguaje, en el /puede informarse sobre el Estado de los hotentotes o
recuerdo, los elementos para fundar una existencia {de los esquimales? Además, la configuración moral en
por encima del incesante correr del instante un mun- {,que conocemos a la familia es, tal como la concebimos,
do anímico por encima del cambio del m~ndo exte- (Un resultado de grandes procesos vitales y desarrollos
rior. Por más profundamente envuelta que se encon- {históricos. La idea de la familia tiene su gran historia.
trara ~ún la bendición del talento humano, ya en las r:Ncada familia tiene su historia interna.
comumdades naturales había una forma tal de crear : Cierto es que la familia nace del instinto deJos sexos
y mantener firme una humanidad frente al cambio ¡~ de unirse para procrear. Pero, desde este primer y bajo
de las cosas y a la fuga de los presentes, de crear en '. momento del comienzo, vive · ella una serie de confi-
1~ ~reaci?n. de Dios y desde ella otro' mundo, que los ; guraciones en las que finalmente aparece como la ex-
vieJos m1sticos llamaron el retorno de la creación a i,presión más íntima del ser moral. Pues la medida de
Dios. } la moralidad, es la entrega de la personalidad, el con-
. La antigua frase de que el hombre es el señor de sumirse en la comunidad, de la que se siente y quiere
la creación no significa otra cosa sino que el mundo sentirse miembro. Y1 eso es lo más fuerte y lo inás
m?ral debe penetrar y esclarecer el mundo natural, que simple en la familia. Sus miembros o bien han entre-
as1 como el hombre fue creado a imagen y semejanza gado recíprocamente su personalidad (los padres) o

250 251
·{

bien no la han alcanzado aún y en largo trabajo han 'i,.fniliaes su mundo, y mientras apenas perciben los gran-
de alcanzarla {los hijos) o cuando la han alcanzado .des destinos como algo extraño y lejano, todo es para
y con el recuerdo de ser hijos de estos padres, no se· :\ellos el ser con la mujer, los hijos y los nietos: sólo en
han desprendido en su sentimiento de esta íntima co.. ,>este marco de su familia y en este espejo ven y sien-
munida:d y unidad de la familia. En este círculo, cada ( ten su vida. Esto no significa una disminución de las
miembro tiene. su conciencia de sí mismo en la del· fcómunidades morales más altas. Pues todas descansan
otro y de los otros, cada miembro se tiene a sí mismo ;[en la entrega, la lealtad, la disciplina que se ejercitári
sólo completamente en el otro, y en esta inagotable ~:más fácil y fuertemente en la familia. La familia no
reciprocidad de amor, de confianza, de fe, en esta can~ ~ existe para que el género se continúe -eso podría acon-
tidad de acciones recíprocas y de movimiento anímico, :'tecer de manera meramente animal- sino para que con
descansa la unidad de la familia, se encuentra el espí- ello devenga y crezca una existencia moral. Ella mis-
ritu de familia. Ciertamente que es propio de la na- · ma es producto de la existencia moral progresiva que
turaleza de esta primera comunidad moral el que ella cultiva y eleva. Cuando la familia está sana, están sa-
se continúe constantemente, que los hijos y nietos fun-: nos el Estado y la religión y todo lo humanamente pro-
den familias de igual manera, y que los círculos se va- yechoso.
yan alejando más y más. Pero en cada círculo que se ~- Si la historia desea entender investigando una épo~
funda de nuevo se repite el mismo decurso profunda- ¡;'.ca, un Estado, una comunidad religiosa, debe enton-
mente significativo, cada círculo se enriquece con la Y.ces buscar ante todo cuál es allí el tipo de familia.
1
herencia y la bendición del hogar de los padres, cada : ¿Cómo puede haber en la poligamia fidelidad y res.;;
círculo tiene la misma tarea nueva de fundar un mundo · i.peto de los hijos? ¿ Cómo puede expresarse moralmente
moral cerrado en sí, de entrega, autonegación y lealtad. }toda la. fuerza de la reciprocidad donde el valor de la
Así, la familia es, al mismo tiempo, lo humano más t mujer se ve sólo en el parir hijos como en Israel
simple y lo humano más perfecto; tan perfecto que ;Ldonde la estéril es devuelta al hogar? Mientras más
todo lo demás puede estar encerrado en ella. Cada uno ' alta ·sea la evolución moral, tanto más íntimo será el
vive su pequeño, callado trozo de historia por el hecho }matrimonio monogámico, tanto más cuidadosa la edu-
de que funda su familia. ·Ésa es la decisiva, la propia t cación de los hijos, tanto más libre en la disciplina y
historia durante toda su vida, y así le queda en el re- fel amor la conducta de todos los miembros de la fa-
cuerdo. Miles de veces se repite lo mismo y, -sin em- / ínilia. La antigua virtud romana duró exactamente tan-
bargo, para cada uno ge la manera más propia e indi- { to como duró la familia rigurosa y sencilla. Esta prue-
vidual, y los hombres no se cansan de que· se lés cuente ,l ba tiene valor aún en nuestros días.
en libros siempre nuevos cómo hombres ficticios han ~-,

vivido un tal trozo de historia. En el contexto de nues-


tra consideración tiene importancia el que pongamos Estirpe y tribu
de relieve cómo la comunidad ·natural más simple, la §§ 59 (64). 60 (65)
que parece crecer completamente de la necesidad de
la especie crece y decurre más bien históricamente. Es una idea evidente que la familia en su poste-
Para muchos, para la mayoría de los hombres, toda rior difusión es convierte en estirpe, tribu, pueblo; y no
la vida moral, es decir, histórica, se mueve en el ámbito meramente la consideración racional histórica del si-
de la familia. En la familia tienen su trabajo, su preo- glo pasado ha seguido gustosamente esta idea, · sino
cupación y su alegría, la suma de sus intereses. La fa- que se repite en muchas leyendas de los pueblos.

252 253
I'
Naturalmente, con tales leyendas no se ha demos-
lde tales personificaciones, se transpone a los héroes
trado nada; y si se puede formular la hipótesis de que
;,;_detribus extrañas al odio a los que se ve en su figura.
el género humano proviene de un par, que su des-
cendencia se amplió a través de familias hasta llegar
!''.El
odio de los hijos de· Israel a Canaá se remite a Ham
a estirpes y tribus, el juicio sobre la cuestión va más
}y a su ruin conducta frente al ebrio padre Noé; no
tse niega que se está cercanamente emparentado con
allá, empero, de toda posibilidad de la investigación
qos ismaelitas del desierto, pero se dice que Ismael, el
histórica. ;,,burlador de Abraham, fue engendrado por una· mucha-
Pero, ¿de dónde provienen esas leyendas de los~
/cha egipcia y que fue arrojado con su madre ~agar_ al
hebreos, de los griegos, de los germanos, etc.? .
;,desierto: «se convertirá en un hombre salvaJe», dice
Son ensayos sencillos, si así puedo decirlo, de en-
}:el ángel, «su mano contra todos y la mano de todos
tenderse y de entender el mundo. El hecho devenido :;contra él».
de que la estirpe existe con una cierta comunidad y ho-·
mogen:eidad, de que se diferencia de otras, de que
f Este tema de las tribus y de las estirpes adquiere-
Kespecial interés por el hecho de que ellos aparecen
frente a otras se siente de tipo especial; este hecho:
{como ·una de las primeras protoformas de desarrollos
que se tiene. y se ve, se explica por la analogía con
¡:_estatales y aparecen precisamente en donde emergen
la familia ampliada, por la suposición de que esta es-
tirpe, esta tribu, fue fundada por un jefe de la tribu,
Jios elementos de una más alta cultura histórica. Hablo
i;;de la así llamada constitución de las estirpes (Sybel,
por un héroe de la tribu, en qui~n lue~o se co1:1templa
tEntstehung des deutschen Konigtums, 1844).
y venera el tipo de esta comumdad. El es la idea e_n-.
carnada de esta unidad, y lo que se recuerda de su his-
'l; Conocemos una gran cantidad de ellas. Probable-
':[mente no se podrá verificar en ningún caso una real
toria, y cómo se imagina su quehacer y sus esperan-
}comunidad de parentesco, pero en muchos cas~s. se
zas, se coloca sencillamente en la historia del héroe
de la tribu. Es el nombre general al que se transpone 'tpodrá demostrar que el par~nt~s,co es solamente teti~~'
;_sólo un esquema de orgamzacion. Donde esta surgio,
todo lo que afecta a los que se llaman por su nombre
>se daba el hecho de una gran comunidad de hombres
:'j' o creen llamarse así. Pues el nombre ha sido traspasa-
~-que migrando, conquistando, afincándose, se si_ntieron
do solamente así. Cuando en las migraciones antiguas
helénicas se encuentra una variopinta multitud de pue-
·:yse consideraron como comunidad, y que prec~samen-
'he en esta convivencia desarrollaron una comumdad de
¡I blos y por eso se llaman eolios, pánfilos, es porque el ;:;vida aglutinante. Hay ejemplos de que ni siquiera te-
héroe de la tribu se llama Eolio, etc. Se ve la pecu~
:'nían la misma lengua y el mismo culto, pues entre
liaridad lógica del proceso. Finge el comienzo histó-
11 ·\las doce tribus de Israel se diferenciaban muy precisa-
rico: así como la unidad existe indudablemente como
:,1,1
.. ·~filente los hebreos auténticos de los egipcios""que los
devenida, como resultado, así se la desplaza desde el
1'

11'
!;seguían, o como los dorios que conquistaron el ~elo-
i,,11
!'I final de la serie de desarrollos hacia el comienzo y, al
,; V:poneso y que tenían en su parentela en los herachdes
final, al resultado se lo convierte en meta del comienzo.
(1/ ·I---como se sabía en la época de las guerras persas-
j~ i De tal manera puedo usar la expresión: entenderse
ftina tribu egea, y en los egidas también una tribu
a sí mismos. Para entender ál mundo sirve la misma
.\.beocia, esto es, eólica. Se capta el proceso con todo su
fórmula en la siguiente cuestión." Se está rodeado de
,sumamente vital movimiento en la historia de las tri-
otras tribus enemigas, se ha sometido y esclavizado
tbus alemanas desde César hasta la conclusión de las
quizá a unas, las otras tienen dificultad en mantenerse.
{:,grandes migraciones: la repetida confusión se cris-
Como a lo propio se mira a lo extraño en la figura e
!
taliza siempre de nuevo en las formas del Estado de
·,;
254 255
tribus, hasta que finalmente la monarquía y la Iglesia :,~ticos,atestiguan expresamente que en su Estado de
crearon conjuntamente nuevas formas. "' tirpes habían sido recibidos muchos pueblos extran-
Si en los países alemanes se encuentran topónimos. ros, conocemos varios de ellos, son en parte los más
patronímicos como Reutlingen, Tübingen, Meiningen y fistinguidos. Así pues, en la estirpe y la tribu no se
en Ática tales como Butadai, Lakiadai, Colleidai, se· j~cuentra el momento esencial de la familia amplia-
comprueba entonces una comunidad de estirpe afinca"'. : a. Su comunidad natural ha crecido de la convivencia
da en esos lugares, tal como se ha mantenido de mane"'. ·).de la acción conjunta, ha crecido por vía histórica.
ra semejante hasta en fo época moderna la constitución_ :'.ero se expresa distintamente y se continúa en la for-
de las aldeas. Cuando, en cambio, en Dithmarschen se t. a del parentesco, es decir, que lo histórico se con-
hallaban dispersos los linajes (Slachten) de un escudo ·~Jerte en algo natural, se lo cree y sigue operando
por todos los lugares de la región y toda la constitu-. i~bmo tal. Lo mismo que en la comunidad natural de
ción de la región estaba fundada en los Slachten y en 1
Jafamilia, aquí también el momento propiamente cons-
los Klüfte ello es entonces un ejemplo tardío de los liitutivo es un devenir histórico.
antiquísim'os rasgos gentilicios de una tribu, de la que'. f{· Aquellos a quienes les parece que lo supremamente
1

se puede tener la seguridad de que no creció de una t,m"erfectoes que lo humano decurra de manera natural,
unidad de parentesco, sino de diversos pueblos. Cuando ,ij_µienes colocan lo natural por encima de lo _moral,
los escoceses luchaban hasta 1746 ordenados en clanes, 'tieben reconocer que aquí yerran. Ni siquiera la tribu
ese es el mismo orden que menciona Tácito en la Ger- '~··el linaje, ni siquiera la familia, crecen en el muy
mania, 7, para los germanos (nec fortuita conglobatio ·~labado estado natural: la naturaleza humana orienta-
turnam aut cuneum facit, sed f amiliae et propinquita- . 1daen cada momento hacia lo moral, llega a las comu-
tes), y el mismo orden que César caracteriza en De bello ' jdades naturales sólo por la vía de una historia que,
G, I, 51), con estas palabras: Germani suas copias cas- .,.~-orgrande o pequeña que pueda ser, muestra espiri-
tris eduxerunt generatimque constituerunt, lo cual tra- :úalizado a lo natural de manera inmediata. Sólo la
duce correctamente la transcripción griega con xa.'t'a flegeneración, el último estadio de la descomposición
q>uA<irprecisamente tal como está ordenado el orden de )stórica, produce la mera naturalidad, el puro estado
la batalla en Homero: xa.'t'a q>uM,r xa.t xa.'t'a q>p'Í)'t'pcx.r. · tle naturaleza, los afamados miembros orgánicos y co,-
No analizaré más aquí las formas de este viejo Es- ,/R-ssemejantes: son los últimos síntomas de una se-·
tado de estirpes. Lo que aquí importaba era ejemplifi- 7
')lidad lasciva.
car lo que sJgnifican para la historia el linaje y la f1 .•. Vimos. cómo la familia se funda en el hecho de
tribu, cómo ella tendría que demostrar que en_ esta :'9.11e dos individualidades, insuficientes cada Uija para
segunda figura de las comunidades naturales se con- _¡íen su diferencia sexual, abandonan su independencia,
tiene la mayor parte de lo que se suele llamar Estado ~~u ser especial y se convierten en las dos partes red-
natural, una expresión que fue desarrollada primera- ,rrocamente condicionantes de una· relación moral: tan
mente y de manera plena en el muy rico libro de Stuhr., ·óloen este dominio de la existencia natural egoísta
Der Untergang der Naturstaaten, 1812. 'e cumple la finalidad natural de los sexos, para con-
Aquí debemos dar un paso adelante. Debimos re- .ertirse inmediatamente en la más alta finalidad de 1~
conocer que estos linajes y tribus no estaban unidos limentación y educación de lo procreado. Así devinie-
necesariamente por el parentesco de sangre; frecuente- .on los momentos en los que se desarrolló la unidad
mente son parentescos no q>úcrn sino -OfoE1.. Los que 'e la familia, la comunidad de mentalidad y de cui-
entre los helenos se envanecían de ser autóctonos, los ,: ado. Los penates de la casa son un sagrario seguro
256 257
.crta en la familia y en la comunidad solamente fa-
que une a los pertenecientes a ella. P~ro cuando: fa ,jliar y que por el espíritu de la familia era imposible.
familia ·se amplía con nietos y tatara~1etos y sus f~'- .' podrá decir que lo propiamente dinámico y fértil
milias, aún cuando la autoridad dommante del jefe :,::quese unió lo foráneo, tal como en aquel ser dórico
los uniera , aún cuando los hijos, debieran seguir
. sien:. ,·,/encontraron y juntaron dóricos reales, aqueos, eolios,
do hijos de la casa, comenzana un estan~amiento en /'~n el Estado de estirpes, que los alemanes fundaron
el que morirían las relacione~ morales m1sn:ias.. Pues <.la Britania céltica, sajones, anglios, jutlandeses, fri-
los hijos deben crecer, no tienen que seguir sien~? ·os. Y cosa semejante ocurrió en el movimiento de
hijos, y tienen que se: a su v_ezpadre~ y ~a~r~s. Una •Cmigración de los pueblos, que es la que podemos
situación realmente solo patriarcal sena h1storicamen- fntemplar panorámicamente con más seguridad. Es-
te el de sumo acrecentamiento: en su progreso condu-
ciría solamente a la ampliación de la autoridad pate~-
}kmezclas son lo vivificante y fértil en la historia,
ellas se desarrollan las nuevas formas progresivas.
:'1':'
na tal como la que constituye el despotismo. ! Entonces, la forma de la constitución de estirpes se
'Dijimos que los pueblos más altamente llamad~s p_pera en más altas evoluciones históricas. Las aso-
mostraban,. según parece, ininterrumpidamente_ la ''Flciones tribales se convierten cada vez más en sólo
constitución de estirpes, es decir, ellos no se satisfa~ ~cindarios localizados, llegan a ser comunidades, cu-
cen con vindicar un valor absoluto para la familia;
sino que, superada por los órdenes_ s~~uros d~ estirpe y
bpunto central es el lugar, el pago, el ejido, etc. Pero
igue manteniéndose el gran tipo de las estirpes, y hay
tribu, la familia encuentra la posic10n relativa que le tµchos pueblos de alta cultura que tarde o nunca
corresponde; se convierte en un momen!~ de_la tott . ~brepasaron este tipo de las estirpes, cuya vida his-
lidad que, consistiendo en muchas fam1has .Ju1;tas y •~rica entera se mueve en él. Recuerdo a la antigua
en su relación ordenada duraderamente, expedita en i·recia: allí se extiende la historia viva hasta donde se
su unión pero a la ·vez segura en sus formas, da al l. antiene esta condición de estirpe, y muere en la me-
movimiento moral un espacio más amplio Y otra meta. 'ida en ·que se forma y adquiere figura la idea de la
No son los que naturalmente copertenecen los que así i'nidad nacional, del Estado nacional.
se unen, sino estirpes separadas del mismo modo como ,;,;(.·Unade las tareas más difíciles pero más aleccio-
en la familia en la que se domina y rechaza la dureza :;doras sería la de estudiar la significación histórica
de las individualidades, se juntan para realizar metas
comunes y fijan su orden, frecuentemente después de·
i las estirpes y linajes según los puntos de vista alu-
, j,dos hasta ahora. Creo que sería el camino para com-
una lucha recíproca que entonces incluye ese orden, ,"r,ender históricamente una cantidad de fenómenos
el cual convierte a los así unidos, por la forma, en /Üe Klemm, en su Historia de la cultura (1843:r, ha re-
parientes de sangre. Aquí pues a~arece en vez de la \u,nido bajo el concepto de pueblos pasivos; además se
mera piedad familiar, de la autoridad paternal Y pa-
triarcal, de la dependencia natural y de la falta de vo-
Ji~ podría adjudicar su posición histórica. Precisa-
··..ente la pregunta de si la barbarie de las tribus de
luntad de todos los demás, un momento nuevo,. un ·talla el embotamiento de los Negritos en Australia
derecho entre los iguales que están unidos, una par- '/~tr~s cosas semejantes son un estado de degenera-
ticipación jurídica y legal de las familias en los fines -"ión o un estado natural, se resolvería tal vez en este
e intereses comunes, la posibilidad de diferencias que %_ntexto. Hago esta alusión para que se tenga en
tienen que equilibrarse según el fin m~s ?lto de 1~ co- ;uenta cuán importantes investigaciones y decisiones
munidad. Aquí ya está en pleno movimiento la idea ~:~ encuentran por esta vía.
del derecho que se encontraba completamente encu-
259
258
d) El pueblo .talmente, ingresaron en otros contornos climáticos
§ 61 (66) ;:,de
paisaje yen otras condiciones de la vida natural
,:}histórica, se liberaron de la vieja unidad y comenza-
Ya del contexto de lo dicho resulta claramente que . · Íl' con nuevos comienzos. Y en esta rama así sepa-
la esencia del pueblo no reside en que tal como es haya {áda del tronco común se repitió el mismo proceso.
crecido de la mano de la naturaleza, sino que, en tanto · ientras más movida y movible fue su vida histórica,
familia, estirpe y linaje es un producto de mediaciones ) rito más tuvo que fragmentarse e individualizarse,
históricas; pero es un producto que una vez desarrolla- · :é modo semejante a como en Grecia avanzó esta es-
do abarca y sostiene a los que une con toda la fuerza :'.:isiónde grado máximo hasta-el punto de que los habi-
de· la comunidad natural, de la moralidad sustancial. ~tin:tescasi de cada valle, de cada ladera, se querían
En el pueblo y en las otras formas de las comunida- 'aber diferentes de ·los más próximos vecinos dialéc-
des naturales, la históricamente devenido se convierte ,foamente y en lasformas religiosas, en las costumbres
en la innata· naturaleza de los hombres. ' en la Constitución.
Pero, ¿cómo ocurre eso? ¿Qué es el concepto del ,.}. :¿Qué nos queda del. concepto de pueblo? ¿Han de
pueblo si no es el de un parentesco natural de aqué~ · .lamarse un pueblo los · indogermanos, los grecolati-
llos a quienes abarca el nombre pueblo? ;;os, los griegos, los atenienses? ·
Por cierto que en las formas en las que se mani- ','.'.''Lo que originariamente era un pueblo, no se man-
fiesta la unidád del pueblo, en el lenguaje, el mito, la ,ltiene como tal; se va diferenciando en muchos pue-
forma corporal, reconoceremos un rasgo de la comu~ JMos, si bien con un tipo básico común tal como pro-
nidad que hasta cierto grado es excluyente. Lo llama: 1l~de de los tiempos primitivos.
remos relativamente originario en cuanto ya no po~ /' 'Reconocemos este tipo en las razas, en el paren-
demos demostrar cómo ha crecido a partir de los ele~ 1t'e~code la lengua, en la comunidad de la mitología.
mentos históricamente convivientes. Y si resulta que tero, al mismo tiempo, debemos reconocer que este
una cierta analogía del lenguaje; etc., abarca varios )po aparece solamente como algo natural· y dado, y
pueblos que se han alejado considerablemente los ''·parece solamente por que ninguna investigación pue-
unos de los otros, debieron tener entonces una unidad :,_.e llegar a penetrar en sus mediaciones históricas. Pero
en el estadio de esta comunidad. Lo que es común en j que este tipo mismo es sólo un tipo históricamente
todas las lenguas· indigermánicas, tanto por lo que toca '(Íevenido, podemos deducirlo del hecho de que en el
a las raíces como a las tendencias de flexión, es una \mbito 9-e la historia el tipo mismo pudo ser modifi-
prueba de la comunidad originaria de quienes se ase- {~~do y hasta eliminada su característica religj,osa, de
mejan en ello. ·__" 'odo que sólo queda de él un eco de ligeras vibra-
Pero la variedad surgida en este fundamento co- Jiones. .
mún es igualmente una· prueba que en su vida se se- #u Si ahora nOs preguntamos por lo que constituye
pararon de esta comunidad originaria y se desarrolla- i~sencialmente el concepto de pueblo, tendremos que
ron como formas independientes de pueblos, del mis- ttlecir que ·las dos cosas, esto es, el tipo común y la
mo modo como los hijos de la familia fundaron a su 11éliferenciación,·operan en el mismo, pero que ni las
vez familias en las que aún puede mantenerse el tipo /<Íos juntas ni cada una por sí resuelven la pregunta.
de la familia, pero cruzado con nuevos elementos ex- ':,'. Se ha dicho qué el contexto originario de la ascen-
traños· aportados por los matrimonios. En la medida ,;'.denciacomún no basta en sí para evitar o deterier la
en que los miembros de un pueblo se separaron espe- ·~)~1spersiónvital de quienes estuvieron unidos natural-
i

260 261
t,
mente. y la conjunción en la forma de un parentescq ,htma. Pero él no es originario, sino .que ha devenido
hipotetizado no tiene en sí ni sin más que volver a fistódcamente; no es corno él fue, sino está en el río
unir necesariamente a todos los que se pertenecen na~ , ~'la historia.
turalmente por sangre y lenguaje, como, ?ºr ejemplo, t;<u1frase así expresada parece bastante trivial; pero
ocurre con la constitución hebrea de estirpes que ex- h su aplicación histórica es tan precisa corno fecunda.
cluyó a tantos entre los hijos de Abraham y hasta de ':i: La forma en la que primeramente deviene y se corn-
Eber. Precisamente esta forma puede recoger e~ sí ':rueba la conciencia de la unidad no es, en modo al-
lo extraño del mismo modo como las doce tribus ,",no, la misma en todas partes. La historia de Italia
hebreas recogieron también «mucho populacho»· de uestra cómo el lento crecimiento de una comunidad
Mizraim. Tan sólo por la circuncisión de acuerdo con jrbana bélica terminó fundiendo en .un pueblo a los
la ley del Monte Sinaí llegaron a ser judíos. , ij·tlálicos,griegos y celtas, y luego, por encima del Orbis
E igualmente se muestra el punto qu~, segun me rft:omanus, fundó un pueblo romano. Además: las es-
parece, interesa. Los hijos de Israel se umeron ,en un ,~últuras de Egipto permiten reconocer sin duda al-
pueblo y ·crecieron conjunta~ente e~ la ley Y en la . na que en el valle del Nilo vivían hombres de diverso
certeza de ser el pueblo elegido de D10s. No ~on algo , lor y ráza, ·las momias lo confirman; pero todos ellos
unido naturalmente, sino que tan sólo lo devienen; y erort fundidos eh un pueblo· por 1a disciplina reli-
devienen en la medida en que lo históricamente P:i• iosa y el poder política de los Faraones. Más aún:
mero sólo existió téticamente y en el curso de la his- fitre las primeras tribus de los griegos se desarrolló;
toria se fue convirtiendo en un hábito natural. Lo ~sde los poemas homéricos, una conciencia de la uni-
mismo que aquí, es la conciencia, la voluntad de uni- kd , espiritual, que ascendió finalmente, en él aticis-
dad cualquiera que ·sea su tipo y la forma en que se .' o y en la formación de la época de Demóstenes, a un
ma~ifiesta, lo que constituye la ese_ncia del pueblo. sentimiento nacional fuertemente tenso, sentimiento
Esta conciencia, esta voluntad de umdad es un resul~ }ácional· que gravitó, por lo pronto, en la contraposi-
tado histórico, y, una vez existente como resultado '.'ion al murido bárbaro.
histórico ,aprehende y abarca a todos los copertene- ,:t:.Este fenómeno, a saber, que un pueblo se forma
cientes c~n toda la fuerza de la determinación natural 'n·torno a una idea unificadora, cualquiera que sea su
e innata. Natural, porque cada uno nace dentro .de , :po, permite comprender que ·una cantidad de tribus
este resultado y recibe del mismo su dote sustancial. sadas y valientes -pienso en los germanos de la mi-
Pero dotado de tal manera, es trozo y miembro vivien- , ación de los pueblos- incapaces de doblegarse a la
te; en este cuerpo, y no se puede decir que fuera sola- isciplina de una idea unívoca, se dispersarq_,n vital-
mente materia y siervo. También aquí se da la rela- , ente de modo irresistible. en el movimiento histórico
ción de cuerpo y espíritu: no es el cuerpo el que pro- se desarrollaran en una serie de pueblos, que luego
duce el espíritu, no es el momento natural el que pro- mpoco pudieran mantener la comunidad natural del
duce la idea del pueblo, el espíritu del pueblo. Esta :nguaje. '
idea es un resultado histórico y ella organiza su forma ; Pero la misma circunstancia explica también el
de existencia, construye con los hombres un cuerpo ttó fenómeno de que un pueblo devenido puede ser
nacional, y estos hombres son uno como pueblo sol? estrozado y total o parcialmente arrebatado hacia
en este espíritu, y sin él se privarían de una dete;1?i- ,uevas comunidades por el poder de una nueva idea,
nación esencial de la existencia humana. Este espintu hdependientemente de si esa idea los atrajo o se im-
del pueblo es lo constante, lo unificador, lo que da puso con violencia. Bajo el poder de la idea romana,

262 263
los galos se hicieron romanos; y sometidos por una ,'t,íis categorías, en la lengua, los hábitos, las nece-
multitud de normandos romanizados, perdieron losan- dades, consciente de su comunidad; y que por su
glosajones el centro de gravedad de su ser nacional, irte el Estado, la idea de poder, desea como Un pue-
etc. Y este proceso ocurre incesantemente en la his- Jo ·el grup9 de hombres que le pertenece, es decir,
toria. Sin esta incansable procreación de pueblos, -la lie trata de acuñarlo como una comunidad sustancial.
historia se convertiría en un pantano. El simple mo- !:,. _Pudimos decir que solamente los pueblos altamen-
mento natural de la nacionalidad no cubre ni vale si t desarrollados han encontrado el progreso y. el paso
no tiene su vigor en la fuerza vital de producir nueva- 'itnzando hacia una constitución de estirpes. Su esen-
mente, en cada momento, su propia idea. . consistió en reconocer y asegurar en cierto modo
Pero la nueva idea, preséntese ésta como conquista, 'separaciones existentes; siempre han terminado
conversión o colonización o de otra manera, se apli:. ~, elprógreso de una politie real, de modo que de los
cará inmediatamente a trasponerse en todas las for- 'e con igual derecho fueron separados nació un pue-
mas de la sustancialidad, a convertirse en una condir b~ frecuentemente con organización monárquica, fre-
cionalidad natural de los que han nacido en ella, y a 1entemente de forma tal que una tribu dominó sobre
ligarlos con· toda la fuerza de la naturalidad innata. Si . ~ o_tra, como ocurre frecuentemente en la forma sim-
en la vieja idea del pueblo· hay todavía alguna vida y . :,J~del poder militar. Allí no desaparecieron comple-
fuerza, se defenderá entonces con terrible energía, y ~l:Ilente las diferencias de linaje, pero fueron rebaja-
no siempre penetrará la nueva idea. La del helenismo 'i~s· a aspectos subordinados. ¿Y no es el concepto de
sucumbió ante la terca energía de las viejas nacionalij (heblo quizá del mismo tipo? ¿No está él predestinado
dades del Asia occidental; la lengua y el derecho de ?~-d.evenirsólo un momento de las comunidades más
Roma penetraron en las Galias, pero no pudieron so:- 1ltás? ·
brepasar el Rin y el Danubio, etc. .;::Una de las épocas más memorables de la historia
Se debe captar la historia en sus grandes contex .. {~¡versal ·es aquélla en la que esta idea surgió pri-
tos, para juzgar esta marcha de las cosas. En cada caso ,/eramente y en figuras extrañas. Es aquél ámbito de
singular percibe cada uno que tiene en su tipo de 1fp.istoria en doµde comienza tan sólo nuestro cono-
pueblo lo más santo, su moralidad natural, y tiene el · 1.miento más determinado de ella. Dentro de cinco a
derecho y el deber de mantenerlo y de defenderlo c<;>n - :,·átro · siglos, la misma idea se abre paso en el bu-
toda energía. ,:·~mo, en la cultura helenística, en la esperanza mesiá-
, Esto basta para mostrar los puntos de vista según fa. Es la idea de la humanidad, es decir, el conoci-
los cuales habría de indagarse la historia del pueblo; .ento de que, por encima de las peculiaridades na tu-
quiero decir, de esta idea en sus diversas formas de ma- les, frente a las cuales es diferenciado el muii.do del
nifestación. Sólo que aquí, cada caso singular es infi~ ombre, se encuentra y vale la idea de la unidad de
nitamente más importante que el esquema general. Re- '~:nat?raleza espiritual: esta idea de unidad la trajo
sumida como historia de los pueblos, resultaría algo ':budismo con la negación de toda peculiaridad huma-
completamente diferente a si se hablara de una histo- ·,¡ y natural, y el helenismo con la forma de la inte-
ria de los Estados. Pues las dos coinciden apenas sólo _c_tualidad,y el Cristianismo, con toda la fuerza po-
en los casos más raros, y una parte del movimiento '.;:t1va de la satisfacción de la idea mesiánica en la
vivo en la historia se basa en que esas dos historias /ación de la unidad en el reino que no es de este
anhelan no coincidir y el pueblo también desea adqui~ ·un.do.
rir su Estado, es decir, su manifestación de poder, en La idea humanitaria del budismo llegó a ser la uni-
264 265
ficadora para la mitad más .grande del género humano.;; Segunda serie: Las comunidades ideales
pero ella no hizo adelantar a los pueblos porque fue . § 62 (67)
la negación de uno de los dos factores en los que por;
la naturaleza moral-espiritual del .hombre descansa la /; A las comunidades ideales las diferencias .de las na-
vida moral. De la unificación helenístico-judía surgió tirales ·un fenómeno muy significativo. Las comuni-
la idea positiva y progresiva de la humanidad. ·.·· :')tdes naturales,. orientadas por la corporalidad y li-
De doble manera degeneró esta idea cristiana. Pri- ~itadas por su condicionalidad se disuelven tanto más
mero al adherir a la intelectualidad del helenismo :uanto más quieran abarcar. Su fuerza máxima la
y afi;mar. que el. reino .de Dios .consistía esencialment~ 'lenen en la unión más .corporal, por no decir más
en conceptualizaciones teológicas y entrando así en 1~ ~aja y estrecha, mientras que las comunidades idea-
casuística de difíciles problemas científicos. Se enfi- ''s, ·arraigadas en la infinita actividad del espíritu, se
ligranó, secó al Evangelio de manera tan completa, qu~. acen tanto más ricas y vitales cuanto más crecen, y
a los pueblos les pudo parecer una salvación y un nue~ recen hasta tener lo más alto y finalmente lo supremo,
vo comienzo de ·vida el volver al simple monoteísmo absoluta totalidad, como -réio; de su comunidad.
y teísmo del Islam. . - . __ I
L Podría parecer que yo -para retomar .la última
y; luego, en el Occidente degeneró la idea. cristiana _presión- creo que la Iglesia es la suprema entre fas
del reino que no es de este mundo en el sentido d~ munidades ideales. Esto presupondría que cada una
que se consideró a este mundo realmente como lo nulo, e estas ·comunidades ideales tendría que ser demos-
reprobable, lo malo, del que hay que huir, y que la rada en forma de una institucionalización, para poder
más alta religiosidad consiste, al menos, en separarse ,'er mencionada; que pues sólo habría que hablar de
de él; esto es, se adjudicó este mundo y su reino al :~,scuelas y universidades en relación. con la ciencia,
diablo, en cierto' modo a otra divinidad. Se fundó el ~'de academias y -escuelas de arte · en relación con lo
1
dualismo de la ·Iglesia y la mundanidad y en cuanto ,bello, etc. Este no es el caso: las institucionalizaciones
se arrojó lo más lejos posible toda mediación .interna; _¡:pertenecen·a ·otra serie, cualquiera que ·sea por lo de-
entre los dos, se destruyó toda moralidad. Pues su tmás la relación que tengan con las comunidades idea-
esencia consiste en la penetración de lo espiritual y ~es. Y así como para la familia lo esencial no es el
lo corporal, en la realización de lo ideal y en la espi- i\estado de sús bienes, aunque no debe faltar, así tam-
ritualización de lo real. \poco es fo institucional el fundamento real de las co-
No necesito decir, que desde la Reforma tan sólo t,munidades ideales. En estas se trata solamente de la
se superó o al menos se percibió este desconsolado {~omunidad 'de los espíritus y de su trabajo callado.
dualismo y que con ello se le abrieron nuevas vías a la i::Es.la obra ·común a la que todos se aproximan· para
profunda idea cristiana de la humanidad. \'.:agregar su porción de trabajo; el gozo común al que
Veremos cómo esta idea trabaja progresando en (se allegan todos para que entregándose y olvidándose
los más altos ámbitos morales. No está impuesta por {de sí mismos obtener tanto más profundamente lo me-
su naturaleza la supresión de las diferencias entre los ~ijor y lo más propio de ellos; es la infinitud en lo fini-
pueblos, pero sí .el de r:ecubrirlos mediante mayores J:to, lo inmortal en lo mortal, la finalidad ·eterna, el Myo;,
-formas de la comunidad• de manera ·semejante a como :;el Dios en el hombre, - una creación constante en el
en el pueblo se encuentran incluidas las familias, para · dar y el recibir. Allí, en estas comunidades ideales,
tan sólo en esta su cabal situación poder llegar a su estas comunidades esencialmente espirituales de
pleno derecho. lo bello, lo verdadero, lo santo; en el dar y recibir de

266 267
lo íntimamente más profundo que hay en el alma ·As otras creaturas no hablan porque no tienen nada
humana; allí se libera el hombre de su límite, de su '.gue decir. El lenguaje es la expresión del ser-yo que
debilidad y de su pequeñez, allí alumbran los más ,sólo corresponde a los hombres. Pues el hombre no
profundos rayos en ella.
Se ha dicho con razón que la obra de la Creación
'.~s la totalidad absoluta, sino sólo la relativa que s~
i.f<>mprende como un yo que, comparando y diferen-.
-en la medida en que la vemos en la tierra- se ha !fiand,o, juzgando y concluyendo se mueve en sí, .es
cumplido, que todo lo terrenal tiene ahora su orden Wecir, piensa. El lenguaje no es el pensar sino la ex-
y su ley, que se sigue moviendo según las leyes mecá .. fpresión sensorial del pensamiento, pero es tan nece-
nicas y físicas, que se mantiene por el orden sembrado m1.rio al pensamiento como el cuerpo al espíritu. Pues
creadoramente. Pero el comprender y el pensar . de ~~~J espíritu finito está sólo en su órgano. Así, el len-
esta Creación y sus órdenes y el manifestar y confor- ;\~uaje es esencial y necesario al pensamiento. Es el
mar de este sentir y pensar son otra creación, no de ,'.eyuerpofino autocreado del Yo pensante; sólo en esta
materias pero sí de formaciones, y no enemiga de la })~;xpresiónpensamos.
primera Creación. Pues la Creación de Dios .ha adop- L::. • ¿Cómo crea el espíritu al lenguaje? El alma recjbe
tado allí una figura diferente, más alta. Dios ha creado ·~1del mundo exterior a través de los sentidos sensacio-
al hombre a su. imagen y semejanza para que siga ~:Jiles,.y estas sensaciones las exterioriza de-manera. sen~
creando formas. Y el hombre sigue creando por el Myoc; }:..~prial,para hacerse consciente de ellas~ Según la ·bella
en él, crea el mundo de los pensamientos, el mundo f ima~en platónica, el alma es la que da a luz, y. el ,pen~
moral y su repetición, su nuevo comienzo respectivo !:i~am1entoque había sido recibido por ella, debe salir
en cada personalidad. l¡f:\;la luz, y en cuanto él como palabra se libera.· del
Esta fuerza creadora del hombre está en el Myoc;; ,1,?ientre maternal del alma, ésta alumbra y se li~era
ella ha devenido y devendrá y opera diariamente en las J(4:eldolor del parto. ... .
comunidades ideales y a través de ellas en las otras ~ ,, , Una segunda cuestión es la. pregunta de por qué
esferas: en ellas está la historia de la historia. ;fstos. sonidos designan esta representación. La teo-
A causa de · esta significación ellas tienen que en- t;ría de la mera imitación del sonido no es suficiente.
contrar su lugar en nuestra sistemática después de pe, trata más bien de una µlµ'Y)O"t<;más fina que .emerge
las del mundo práctico, que son su realización. Pero,. ,};tquí, y de la cual lo más esencial es que traduce d~ ·
al mismo tiempo, son su presupuesto y condición. Sin Hfn sentido al otro. La sensación recibida del rayo de
embargo, en general, hay que decir que con su suce- Uuz vuelve a sonar a través del sonido de la boca;· en
sión, nuestra sistemática no quiere designar la su- J:t~l soplo movido de tal manera, el alma repite el mo-
cesión cronológica de las configuraciones que trata, .~'}fimie°:torecibido en la sensación. De modo análogo,
sino .que todas son activas al tiempo y en cada momen- \pada sensación, cada impresión recibida, se traduce
to, y cada una está condicionada simultáneamente por tn un complejo de sonidos, es decir, hace una µlµ'Y}O"t<;,
las otras. que en sí puede ser de género muy subjetivo, tan sub-
j,etivo como cuando la bailarina danzó ante Alejandro
a) El hablar y las lenguas la destrucción de Troya o como cuando la bayadera '.que
§ 63 (68) 1g.anza la primavera cuando sintió la primavera. Ella
~radujo esta sensación en el movimiento corporal, bai-
La más próxima e inmediata entre las comunidades ,.Jóla primavera, y quien sabe y conoce este tipo de
ideales es el lenguaje. Es completamente cierto que · ;lenguaje en la danza entiende muy bien por qué danzó
268 2.69
tjvacidad, y el lenguaje una vez formado es para ª'!-uél
-la prima verá; se deduce de su danza la sensación de ~gµe pertenece a él una barrera que puede ser ammo-
primavera que él mismo debe expresar ~orporalme~- iráda, pero nunca eliminada.
te. Así de mimético es, creo yo, el lenguaje. · ?,;:·Tenemos · que poner atención especial a la forma
Pero el lenguaje no tiene que expresar meramente ·'tomo·-·esto se impone.
·nociones singulares. El hablar es el eco de la sem~a~ :~~::·;
Cuando se trata en el lenguaje de manifestar las
ción bajo la potencia del Yo, es decir, de una fuerza Jiociones y sus relaciones, se encuentra entonces para
·que acoge· lo singular en esta totalidad relativa, lo des- ,:ello una serie de sistemas posibles (Schleicher, Zur
compone y lo combina allí, lo acuña con el sello de esta
totalidad ·relativa. Hablando pues no da el· alma sim-
~y.orphologie der Sprache, 1859). t:Jº quiero enumerar
·la variedad de formas del lenguaje que se han desa-
·plemente el eco de la sensación recibida, sino, al mismo i;pr:ollado así. La investigación histórica no está en con-
tiempo, su captación y tratamiento de esta sensación. \diciones de demostrar cómo ocurrió que a unos pue-
Su hablar consiste en que, con el objeto de la sen- ~blos les tocó· ésta, a .otros aquélla forma. Pero si se
sación, designa al mismo tiempo sus relaciones; con 1
~puede ·llegar a conocer que también las flexiones de
las nociones singulares, al mismo tiempo, ias cate- -~,laslenguas indogermánicas son solamente las mez.;.
gorías del contexto en que el Y o las capta, y de telas configuradas de una aglutinación originaria, de
manera semejantemente mimética encontrará la ex- !imodo que aquí también se hallaron sucesivamente las
presión para estas relaciones y categorías como tam- f,:p.ocionesy las categorías como designaciones indepen-
bién la expresión para los conceptos.
· Por grande que sea la diferencia entre las lenguas
f~:lientes y tan •sólo _paulatinamente crecieron e~ forma
{de flexión plena de vida, se está entonces obligado a
según su movilidad y su desarrollo, cada una de ellas /:suponer que al protolenguaje aún reconocible de estas
está · fundada en este peculiar proceso mimético que, }tribus ·le· antecedió ya -una serie de mediaciones.
si bien es cierto que al comienzo acuñó un complejo - Si es justa esta observación, parece resultar enton-
111uypobre de sonidos también lo es que lo siguió for- ';tes que este círculo de lenguas tuvo primero una evo-
mando con analogías, metáforas, combinaciones, en } lución ascendente, que ascendió desde la aglutinación,
-siempre nuevas circunvoluciones de espíritu. Y en ca- {y quizá tal vez desde el monosilabismo de las raíces
da forma siguiente, siente el alma la expresión del /hasta esta máxima y vivíente penetración y configu-
pensamiento correspondiente. Todo el mundo del pen- / ración, hasta aquélla riquísima cantidad de formas
samiento se expone en el lenguaje. Todo lenguaje, por i;para la combinación de las nociones y sus relaciones,
pobre o rico que sea, es en sí una plena y completa j' que se expone casi completamente en la hija más vieja
visión del mundo. Nadie puede pensar de manera di- '•del protolenguaie, en el sánscrito. Desde entQnces co-
ferente y más allá de lo que su lenguaje le deja pensar, mienza el desgaste y la descomposición. del lenguaje,
y su lenguaje puede decir todo lo que él piensa. La y esta transformación del lenguaie progresa con cada
comunidad del lenguaje es la comunidad del pensar; el nueva y siguiente desviación. Cada grada generacional
lenguaje es el espíritu del pueblo. se ha aleiado cada vez más de la riquísima belleza de
Inmediatamente se nos presenta la preformación esta madre, se ha vuelto más pobre en formas, más
que yace en la naturaleza histórica del lenguaje. superficial, más convencional.
Cierto es que todo lenguaje otorga la posibilidad La comparación de los lenguaies ha conocido las
de la expresión plena del pensamiento para el cual leyes de estas transformaciones. Tiene razón en com-
y por el cual está formado. Pero hay entre ellos una pararse con las ciencias naturales, pues sus observacio-
diferencia inconmensurable de flexibilidad, movilidad,
271
270
, 11
nes se refieren a las modificaciones que pertenecen a '' 'ovimiento del lenguaje. Hace dos siglos no había en
1

la actividad fisiológica de la producción de sonidos. ;Jitestra lengua el concepto de finalidad. El lenguaje


Pero haría mal si quisiera encontrar en motivos fi.. ,·a,busoó en ·formas sintácticas como: para que, para
siológicos el fundamento de la modificación y sus le- .~sb,para que sea etc. Pero empíricamente existía dia-
yes. Ni el progreso desde la aglutinación hasta la fle- ~'iamente, si bien no como concepto general. Hasta
xión, ni el descenso desde la plenitud lograda, de la ·'que Jacob Bohme utilizó la aguja en el centro del dis-
conjugación fuerte a la débil, y hasta la paulatina des.; ~o; como imagen de aquéllo a que se tendía (Zwick ?
composición del lenguaje, el ·retorno a una nueva des- !zweck: finalidad). De modo semejante ocurrió en la
composición de los conceptos y las relaciones, puede .J~ngua griega. Tan sólo Aristóteles desarrolló com-
explicarse por el camino fisiológico. Este descenso del J~letamente el concepto de finalidad y lo diluc~dó como
lenguaje en su aspecto meramente linguístico, es de-- :_~·t).,pr;,
Myor;, -to ou é:ve:xa, etc. Ya emerge en Platón;
cir corporal, es un progreso en otro aspecto: con el }pero cuando lo conoce solamente hay la forma de
progresivo cóntenido del pensamiento, deben retirar- )to xaMv, -to ckyaMv, existe el concepto en· figura de
se la fuerza vital sensórea y la autosignificación d~ ihecho, en una figura que no contiene todavía el mo-
la expresión;· el lenguaje ya no puede seguir pensando i:inento de ser la determinación de un movimiento, es
y poetizando para sí, tiene que ser disciplinado, tiene {decir, el concepto de finalidad no había sido descu ..
que hacerse más preciso, tiene que llegar a ser con- )hierto completamente. Y cuando leyendo a Platón corn:-
vencional. En tal sentido, el lenguaje más perfecto es fpletamos su expresión con el concepto de finalidad
el que habla la matemática; sólo que ella, que se ha fque es habitual para nosotros, agregamos algo que
vuelto completamente arbitraria, muere, por así de- ;;fió existía en su lenguaje y en su pensamiento.
cir, en idealismo. · ·)· Expongo esto para que se reconozca que una histo-
Schleicher afirma que la actividad natural del len- ifia del lenguaje debe concluir con el desarrollo y des-
guaje, es decir, su pleno florecimiento, comienza a mo- ftrucción de las formas y para que se vea cómo ella
rir cuando se ini_cia· la vida histórica, que las dos se tiene que pasar de estas formas a la sintaxis y al desa..;
reiacionan contradictoriamente. Esta frase hay que re- '!ttollo del tesoro lexicográfico, y cómo tan sólo en este
ducirla esencialmente: no ha captado correctamente lp:rogreso se puede conocer cómo la muerte aparente
la contraposición entre naturaleza e historia, pues tam- .:élel lenguaje en el desarrollo de las formas se susti-
bién hasta en su máximo florecimiento, el lenguaje es Huye por una formación más rica de relaciones sintác-
ya de naturaleza histórica. Mientras más rico sea en ,<ticamente acuñadas y de ampliaciones lexicográficas.
expresión del pensamiento, tanto más tiene la nece- ; Pero por este camino llegan las lenguas a· un mo-
sidad de moderar su superabundante riqueza de for- tmento peculiar. Antes fue su expresión totaL un eco
mas, de simplificarse, de hacerse claro. Y como com- ,{vivientemente percibido de una sensación, y las raíces
pensación de lo que pierde en formas, adquiere un {·simples vivamente percibidas desarrollaron, combina-
rico sustituto a través de su· desarrollo y aumento sin- {ron, se enredaron en la medida en que aumentaba y se
táctico, en los que aprende a designar más fina y ló- ( desarrollaba esa cantidad de sensaciones. El lenguaje
gicamente las categorías. Y en este desarrollo progre- ~;se siguió formando orgánicamente, como se dice, mien- ·
sivo gana ámbitos totalmente nuevos que el espíritu ( tras fue percibido de esa manera raigal. Competía con
descubre, y crea expresiones para ello, que se convier- r'.el mundo móvil de las nuevas impresiones en sus
ten en historia viva del lenguaje: en vez de la gramá- { cómbinaciones de raíces siempre nuevas, frecuente-
tica, es el diccionario el que comienza a mostrar el : -lmente astutas y maravillosamente ingenuas; siguió cre-
1
272 273

'¡1
cien?º .en expresiones_ siempre nuevas como una mí- · )

~esis libre de las realidades; las seguía .como por pro .. )lenguaje de precisión perfecta para. un cierto grupo de
pia fuerza vital. Pero precisamente en esta marcha ¡; ·ensamientos? Ciertamente, es un lenguaje que es com-
nuevas formaciones recubrieron paulatinamente la' lPletamente arbitrario y no tiene ya nada en común
. . :ª~ces,
vi~Jas ' y e 1 senti do vivo de la raíz se relajó. Ade-
s ycon la totalitat del Yo; capta de él solamente esta es-
mas, vmieron nuevos trastornos sobre el lenguaje co.. r~ecialidad del pensar matemático, de modo semejante
mo los que dieron su origen a las lenguas románicas ,/a como en la división del trabajo el individuo se con-
?e modo ~ue la expresión transformada hasta parece; ;::~vierteen máquina para su· ocupa~ión especial.
, No habré de continuar con estas consideraciones,
irrecon°.scible se mantuvo sólo externamente como. la
que designa tal y .tal cosa, en cierto modo arbitraria- ~i,puesnuestra tarea no es la de dilucidar la historia del
~ente. E~ nuestra palabra Broche (erial) percibimos ~'.,lenguajey de las lenguas, sino solamente caracterizar
aun que viene de brechen (cascar) y que no significa el {:de·qué manera tienen su historia las comunidades idea-
campo totalmente arado, sino el campo desmontado r-les del hablar~
para la pausa. El francés ya no percibe en su expresión
t~n:e frzche que se trata de un desgaste de terra frac~ Lo bello las artes
ti~za, Y m~nos aún que friche está en relación con fra- § 64 (69)
gile, fractwn, y menos aún que frango, fregi es la mis-
ma palabra; su terra friche está en el mundo sin re- · Ya Aristóteles formula la observación acerca de
lación alguna; podría sonar igualmente abracadabra !::,que la poesía se basa en el concepto de µ.lµ11cr1.i;.
Esto
p~e~ apenas se J?erciben ahí contextos lingüísticos. Le~ [;cabe decir del arte de modo análogo a como se dice del
~ianamente su ¡ournal y sabe que está en relación con· lenguaje.
¡our, pero no sabe que lundi, mardi contiene la misma Pero esto· no debe entenderse como si se afirmara
palabra dies, de donde viene diurnus .. Y1así toda su len- ·que. las columnas griegas son artísticas porque·· so~ la
gua le resulta y es convencional; en gran parte le está de un edificio con vigas, o la catedral gótica
µlµ11cr1.<;
pr~sente co~o en trozos mu~rtos, que ya no producen porque imita un alto hayucal. Esta explicación rio sería
raices y ho3as. Cuando poetiza y piensa, pone los tro- más profunda que la que quisiera reducir el lenguaje
zos sucesivamente a modo de mosaico, todo lo más a lá imitación de los sonidos.
qu~ hace es crear el esmalte del sonido exterior y el "~ Todo arte desea presentar plásticamente un conte-
chi~te del calembourg. La lengua misma ya no poetiza nido ideal percibido de la manera más adecuada po•
Y piensa. Pero no se le haría justicia si se la conside- sible, y su exposición es la µlµ11cr1.<;de lo que quiere
rara por eso como un anciano muerto. Por ese sacri- expresar. Lo ocioso es el contenido del alma, sea sen-
ficio de flexibilidad raiga! y de floreciente belleza ha sación, representación o pensamiento; la mímesis es
cambiado más bien una nitidez, determinación y fi- lo técnico, el cómo de la configuración.
nura sintáctica que la privilegia inconmensurablemen- La catedral gótica es la mímesis, la expresión imi-
te en otras relaciones. Es más aprendible, más obietiva tativa de la finalidad profuridamente sentida que tiene
Y: ante todo, libre de todo ingenio que juega a~bitra- este edificio. El que en este lugar habita lo santo, el
namente, de toda ·significación no querida por el par- que la oración que se hace aquí ascenderá a los· cielos:
lante. todos estos grandes aspectos, sentidos profundamen-
Digo que el lenguaje se acerca a la simple fórmula te, dan el talante del alma que encuentra su expresión
¿No es en última instancia la fórmula matemática un mimética en este solemne y espléndido edificio en el
que todo tiende hacia arriba y cuyas puntas se pier-
274
275
den en las. nubes. Lo material y el material se difum¡ .. 'i.b;.Cualquiera que sea lo que haya excitado al artista:
nan completamente en este movimiento del alma, co- ·~J.1cuanto lo expresa así y lo lleva a la percepción sen-
mo si no tuviera peso y corporeidad. Y cada trozo d~ ';i.ible, excita de igual manera a los oyentes .Y a los es-
música es de igual manera lµµ11crr.~de. lo que mueve al :·f"ectadores, por más lejana que no sea Hécuba. Por
alma: el íntimo movimiento completamente ideal bus-. 'el hecho de que nos es presentada de la manera así
ca alguna forma de la perceptibilidad para exteriori- :~~ntida, se nos aproxima humanamente. No es la pa-
zarse, y la encuentra en la escala tonal variadamente í:,Jabraabstracta, el hecho externo, sino la imagen huma-
movida. Así es la danza, tal como la danzaron los grie .. ''.~amente sentida la que nos conmueve, nos hace tem-
gos: cuando Tais danza la destrucción de Troya, cuan- /ilplar.,Pues así afecta y mueve a nuestra fantasía este
do la b_ay~dera danza la primavera (ver más arriba), ~~~os de idealidad que fermenta en nosotros, y que sólo
1icomo las lavas volcánicas en el interior de la tierra
su mov1m1ento corporal es entonces· la expresión imi-
tativa de lo que el alma siente tan excitadamente. Lo ,;~stá dominado y oculto por la fría corteza de lo habi-
que es la danza en la serie de los movimientos, lo es la };tµal y de lo mental. Pero es esta misma fantasía la
estatua en un momento, etc. 1zj_ue, una vez rozada, desata todas las pasiones en in-
Se ve que el arte es un hablar de los hombres, pero 'Imens~s vibraciones del sentir, intensifica todas las
un hablar no de pensamientos sino de sensaciones, un :Juerzas del alma, le hace todo posible a la fuerza in-
traducir las excitaciones recibidas no para el yo pen- {:f~amada de la- creación.· Desde tal movimiento interno
sante sino para el yo sentiente del otro y de los otros; \@inergió al artista su obra, y él despierta el mismo
un expresar lo que mueve al alma en el que adquiere 1p:iovimiento en los oyentes y espectadores. Cuando
su derecho lo que no puede captarse en las formas. tf,ais danzó bellamente, Alejandro arrebató la antorcha
racio11ales de representaciones intelectuales y catego- f,,9-~laltar y la arrojó contra el artesonado del palacio
rías. El pensamiento artístico no tiene lógica; es to- :LdePersépolis.
talmente sensación, perteneciente a la fantasía. Y cuan- (; , Así, en el ámbito del arte se desarrolla una ..comu-
do el artista toma como material de su mímesis al )pidad semejante a la que tiene un pueblo en su len-
lenguaje mismo, utiliza la palabra y el pensamiento fgu,aje. Los artistas actualizan a su nación su sentir más
como medio de expresar en ellos la sensación que lo {gropio, le dan expresión típica, de modo semejante a
mueve interiormente, de decir lo inefable. De ahí el Jl:;omoHerodóto dijo de Homero y Hesíodo que ellos
que en las obras poéticas no es el pensamiento ni el \les habían hecho sus dioses a los griegos.
contenido mental lo que nos arroba sino el soplo de la }.¡ . El arte tiene que exponer no solamente lo que se
belleza, de la sensación, del alma íntima que rodea al
poema, ese alg9 que sentimos pero que no podemos
~-
~:'siente,sino ante todo cómo se siente. Inmediatamente
f:se
.
desarrolla en el arte la comunidad del ,estilo. El ·
-~: .
~" . '

describir con la palabra. En el H amlet de Shakespeare 1:.estilo es una determinada manera . de. la µ1,µ11Q'1.~,
en
no nos arroba la frase moral que, según la opinión de ·{i~erto modo un modo determinado de pensar artísti-
Gervinus, ha perseguido, sino el que sobre todo este ;:f.amente que luego se difunde por todas las formas
grupo de movidas imágenes de hombres se ha posado l,de la producción artística hasta el artesanado. Este
aquélla melancolía del pensamiento, aquélla profunda :ro.odo artístico de pensar se relaciona con el modo
seriedad, tal como las siente el alma del poeta. Se pue- tpás profundo de sentir de los pueblos, de las épocas,
de decir que ha creado un trozo de historia universal ·es su eco más fino, su expresión ideal. La inmensidad
para expresar lo que lo conmueve. Un dios le dio a 4e las esculturas y edificaciones hindúes se encontrará
decir lo que sentía. 9omo algo completamente correspondiente a la forma-

276 277
c~ón de sus grandes poemas, de los sistemas disgre- los tratamientos especiales de las diversas artes,
sivos y arrebatados de su filosofía. El tipo plástico .. ~o Kugler quien resume la historia de la arquitec-
Su muscu 1aura t .
t1rante, , 'damente trazada vivaz con
mti · '.}a de todos los siglos y naturalmente no encuentra
netra todas ,. las formaciones
_ del espíritu helé~ico. H,apte,·
sa 'ptre las construcciones de los mexicanos y de los
en 1os ~as pequenos ornamentos se repite el estilo d .Jjegos, de los hindúes y de la Edad Media otro mo-
1~ arqmtectura alemana, lo significativamente fantás~ 1
, "ento de unidad como no sea el que dan el desarrollo
tico, lo ascendente en movimiento impaciente etc ~ las formas y configuraciones arquitectónicas. Hubo
Cuando se imponen nuevos modos de estilo, ~cu. ka concepción mucho más p'rofunda, cuando Winckel-
rren los grandes, significativos giros en la visión del /ann resumió todo el arte antiguo bajo el punto de
mundo. Son las grandes revoluciones espirituales las /ista del ideal plástico, y cuando en la suscitación que
que lle~an a un pueblo a un nuevo modo de estilo; p~rtió de él los filólogos, especialmente los alemanes,
revoluciones en las que elementos de vida completa~ jlaboraron y trabajaron la Antigüedad helénica en ge-
me~te nuevos, estratos del pueblo totalmente nuevos ¡eeral y tal vez muy exclusivamente según esta idea
debieron haber ascendido y adquirido validez. Así co~ ,pel ideal plástico; es la dirección que encontró su
mo, por ejemplo, en el impulsivo movimiento de las ~'.~umbreen O. Müller, especialmente en su arqueología.
Cruzadas el estilo germano irrumpió en ·el románico t' La historia del arte se encuentra aún en sus co-
o ;~ la época de la cercana Reforma, el retorno a lo {'.wienzos. Mientras más avance, tanto más desarrollará
clasico, el llamado estilo del Renacimiento puso fin i~uevos impactos, nuevos puntos de vista, y llegará a
al llamado estilo gótico. Cuando eso ocurre, entonces JfI,lO perseguir la idea de lo bello solamente en las tres
ha madurado un contenido nuevo de sensación com~ •1;,~rtes plásticas y en la poesía o en la música, etc., sino
pletamente nueva que~ para exteriorizarse, busca urt ;a teconocer su movimiento simultáneo, y lo reconocerá
nuevo modo del pensamiento artístico, un nuevo mo- 1;~ólo en la medida en que tenga en cuenta y persiga
d~ de µlµ11cri.<;.Así, en la veloz barbarización del Renaci- ::'su contexto con las otras ideas motoras. La idea de
miento, que ya se inicia con Miguel Angel, el contenido thelleza progresará en la misma medida que la recono-
transformado profundamente en la Reforma, ha desa- rcida belleza de las ideas.
rrollado un tipo completamente nuevo, el tipo musi-
cal, que desde entonces no ha dejado de ser el domi-.
nante de la nueva época. Lo verdadero y las ciencias
Así también ha vivido la idea de belleza una canti- § 65 (70)
dad de desarrollos y en ellos ha ascendido más allá
más libremente, más espiritualmente; y nadie negará' º Puede parecer atrevido el querer resumir ...,conuna
pese a toda la admiración por la belleza plástica d~ · designación los campos infinitamente amplios que con
!os griegos, que hay un gran avance desde allí hasta la orgullo designamos como los de la ciencia. Pero esta
mcomparablemente má_s pr?funda de la pintura, y a designación contiene, según creo, el núcleo más pro-
la más profundamente mtenor de la música; un avan- fundo de la vida científica, de la gran comunidad moral
ce que no puede negar ciertamente sus analogías en en la que si bien no todos son ·trabajadores, es una
los campos del arte que tienen como material la pa- bendición para todos por medio de maravillosas me.;
labra y el pensamiento. diaciones.
. No_ deseo seguir aquí con las especialidades de la Una frase profunda de nuestra religión es la de
historia del arte. La historia del arte se detiene aún que Dios es la verdad. El hombre no es la verdad, pero

278 279
es una .imagen de ella; tiene la idea de la verdad, y •i~sperar que a su opm10n de que el espíritu, el pen-
en su búsqueda de la verdad se desarrolla esta idea en. \"samiento, es una secreción del cerebro, se objetara
conocimientos cada vez más amplios y osados. Pero ?que justamente esa opinión también lo era y, por
esta búsqueda le es inmanente y descansa en la esencia :éierto, de un cerebro morboso.
del espíritu que tiene que encerrarse en sí, tiene que t.1 · Ciertamente, no son las cosas como existen fuera
ser Yo, tiene que tenerse como totalidad. ~ cle nosotros la verdad ni tampoco como las percibi-
Frente a todas las realidades, al mundo exterior {~os sensorialmente. Pues las sensaciones sensoriales
a los seres iguales, a su propia existencia en el espaci~. i .se realizan en la parte de nuestra naturaleza que con-
y en el tiempo tiene el Yo tan sólo la tranquilidad del y,·viveen el caos de la asimilación y desasimilación. Tan
estar-en-sí cuando ha captado como periféricos •todos · ·sólo cuando el Yo se libera de estos cambios y vagidos
los fenómenos transformables y oscilantes como refe- . ;rperiféricos y pensando y conociendo se coloca como
ridos a él; como determinados por él, como fenómenos ; un nuevo comienzo, empieza el devenir de la verdad,
de un contenido para él derto y esencial. Y captando l ~s decir, la conciencia de lo que en el cambio de las
así, el Yo finito se eleva por sobre su finitud a la sen-: ·~:cosas es lo permanente, lo determinante, lo no ex-
sación, a la certidumbre de una totalidad que es la / ,terior.
verdad. ' , Expongo esto para mostrar en esta esfera del de-
La historia de la idea de la verdad comienza mu- . ·venir de la idea su aspecto histórico. Al mismo tiempo
cho más allá de todo recuerdo, podría decirse que (sé sabe lo que significa el que aquí exista y permanezca
con la primera palabra hablada. Pues con esta primera ;:,una constante continuidad del trabajo, que cada co-
palabra hablada mostró la naturaleza humana que no . f~ocimiento, una vez que se ha obtenido, deba ser fi-
está apresada, como la del animal, en el grito ciego, ljado y depositado en la conciencia de _la humanidad,
en la interjección, sino que diferencia, conoce y, como ;,-que la comunidad de los que saben y tienden a s~1;>e_r,
está escrito en el Génesis, da nombre a las cosas: «pues tr.en la que cada uno tiene que agregar al gran ed1fic10
deberían llamarse como el hombre ,as nombraría». Dios As al menos un grano de arena, sienta en comunidad, con-
las creó, pero el hombre las nombró. En el lenguaje, ..serve lo adquirido para seguir construyendo sobre ello.
el hombre inició la obra de su creación; con los nom- ;·,.. No sólo a los que saben y tienden a saber une esta
bres, es decir, con los conceptos de las cosas, construyó icomunidad de la verdad. Al mismo tiempo tiene ella
el hombre su creación. · ~ la necesidad de una propaganda permanente y viva,
Volviéndose contra los resultados de la filosofía ; y sin envidia se esfuerza en comunicar y difundir su
especulativa intentó Gruppe (Antaus, 1831) afirmar que '.\pien. Le parece tanto más valioso, mientras más se
ella yerra y tiene que errar porque no tiene en cuenta \ lo difunde. La ciencia, por grande o pequeña "!Ue sea,
que los conceptos, tal como los da el lenguaje, no son t se forma inmediatamente en teoría y en .enseñanza,
idénticos con lo que designan, que, por lo tanto, el sis- ;(en aquellas comunidades e instituciones que, sirvien-
tema desarrollado con palabras y pensamientos no '.do a esta meta ideal, buscan desarrollar desde ésta
coincide con las realidades. Es una opinión que, seme- f su forma y su orden.
jante a la del materialismo, se vuelve contra sí mis- ,,.,·. Y además: no les basta fijar y comunicar sólo lo
ma, pues las palabras y los conceptos de Gruppe tienen :>abstractamente conocido. Al mismo tiempo tienen el
la propiedad de no decir nada y tampoco de corres- f impulso de ponerse en relación con todas. las realida-
ponder a aquello de lo que habla. De modo completa- ! des inmediatas, con todas las relaciones de la exis-
mente igual a como Carl Vogt o Moleschott tenía que tencia humana, aplicar y dirigir a ellas todo el poder

280 281
;;..,

de su influencia ideal, elevarla en lo más posible a la \ición misma es sólo otra forma de solucionar esta
esfera de la verdad conocida. Y mientras más viva ~'regunta y de reconocer su contenido.
sea esta relación, mientras más amplia y profundamen:. t Encontramos cómo la especulación se mueve en
t~ actúe, tanto más plenamente se penetrarán las rea~ ~sta misma esfera de la totalidad absoluta; y que ella,
h~ad~s con la suma de las verdades conocidas, tanto $ea de naturaleza teosófica o filosófica, trata de captar
mas hbre y poderosa será la gran comunidad de'la cul:. y· desarrollar lo absoluto como la verdad, que sólo
tura y la formación. :-etodológicamente hay una diferencia cuando· la teo-
Creo haber aludido a los puntos de vista acerca de 'l!:>gía, partiendo de un punto empírico, niega que es
1
los que hay que hablar en este campo sobre la conside- :s'.olamente teosofía.
ración histórica. Sólo quiero entrar en detallé en un 1}·, San Agustín ha utilizado la imagen del niño que sen-
punto para establecer el tránsito a· 10 que sigue. - ¡}ado en la orilla del mar saca agua del mar con una
Recuerdo lo dilucidado antes(§ 14 del Resumen) so- · .Oncha y la vierte en un hueco que ha hecho. Así como
bre los tres posibles métodos científicos. Podemos J griego no pudo pensar totalmente a la divinidad
aseverar qu_e el método histórico tiene que estar si- ' Jl la figura de la belleza, así tampoco esa divinidad se
tuad~ ,entre el sólo idealista y el sólo material; pero ___gota en la formación de la verdad, por rica que sea.
tamb1en que cada uno de ·estos métodos necesita de f>ios es la verdad, la verdad de todo, pero Dios es in-
los otros, los condiciona y los presupone. :initamente más que sólo la verdad, del mismo modo
Pues el Todo que despierta nuestra sed de verdad ,c.ómoen el alma del hombre vive y opera infinitamente
cuanto más la satisfacemos, este Todo está igualmen- mucho más que sólo la idea de la verdad. El que la
te en lo más externo de las cosas, en la infinitud de }tdea de -lo absoluto sea un postulado de la razón hu-
lo creado y, en las esferas velozmente vibrantes del _;::rnanaes tan cierto como el que ella exige que en este
mundo moral que, por ser corpóreo, pertenece al mis- \absoluto se realice y plenifique todo que se encuentra
mo. t~empo a este ser externo de las cosas, y por ser í.'.en el alma humana sólo como nostalgia y presenti-
esp1ntual, pertenece al mismo tiempo a un contexto ~Dliento. Y por cierto que sea que la existencia moral
tras~endental. Pero de este contexto, del mundo supra- '.,del hombre no puede servir solamente a la verdad sino
sens1ble, no sabemos nada por la experiencia sino que /que, al mismo tiempo, la mueven con igual profundidad
se revela en los ámbitos del mundo moral, es decir - ~:~tras ideas morales, es igualmente cierto que en la Di-
del mundo histórico, que ha sido reconocido y elabo: \vinidad hay infinitamente más que sólo el Myor;, si bien
rado históricamente. i ~l Myor; fue determinado desde el comienzo del tiem-
Y, sin embargo, esta pregunta, la pregunta por lo /po a ser portador de la Revelación y de la Redención.
absoluto y la divinidad, ·es la que ha movido más pro- / Pero por eso, porque no es el conocimiente, no es
funda y permanentemente al género humano. El cuer- ~;Dios como verdad lo que satisface y da plenitud al
po tiene sed y no busca tanto el alimento y la vida : alma humana, porque ella requiere de amor infinito,
como el espíritu la respuesta a esta pregunta que le {de infinita justificación y perdón y también de fe in-
oculta el secreto de sí mismo. Hasta se puede decir ,'.':
finita en lo que no ve, para tener paz en sí misma, por-
que todo el trabajo humano en busca de la verdad por ;, que se tiene que entregar completamente y hundirse,
lejos que parezca llevarlo a la naturaleza o a la his- ' ; dejar de ser totalmente para ser sólo este Yo finito,
t~r~a, siempre_ tiene est~ pensamiento último y profun- porque tan sólo en esta santificación tiene constante
d_1s1?10,aunque se desv1e hacia el fatalismo y el mate- certidumbre de lo que tiene en sí y no tiene por sí
nahsmo, aunque llegue a negar la divinidad; esta ne- -en fin, por ello la religión es cosa diferente de la
282 283
teología y de la especulación. Y sólo en esta esfera ( Vimos que es el lenguaje el que da nombre a las
de lo santo se cu~ple la suma de las ideas ideales. . ."osas. Con estos nombres ellas están en el espíritu,
'.\su ser y su vida afuera decurre en el espíritu cori
d) Lo santo y las religiones :'stos nombres como algo coherente en •sí. ,
§ 66 (71) ·/ Se podría decir que en el lenguaje el espíritu sub-
·etiviza al mundo. Él también necesita una forma para
Si en este contexto de nuestras consideraciones ha- ó,bjetivarse en cierto modo afuera ·hacia el mundo. Es
blo de la ~sfera de la religión como de la esfera de 4:ues comprensible que utilice primeramente los gran-
las comunidades_ morales _más íntimas, lo hago· sola;.; JJes fenómenos que le son perceptibles para expresar-
mente para aludir a los puntos de vista que interesan r¡p, para hacer reflejar ·en ellos lo que llena su alma,
para nuestra tarea. .~ara utilizar en cierto modo al mundo como el len-
Antes pudimos decir que el lenguaje hace hombre :guaje de su sensación religiosa. ·Esta infinitud en él,
al ~~:11br~. Igual~ente típico y esencial para él es 1~ t:n la que se siente como totalidad y en_ la totalidad,
rehg10n, mdepen?iente de la forma bajo la que apa- ;puede aparecerle como el alto, sereno, cielo nocturno
r~zca. El len~aJe tampoco es el pensamiento, sino '.fon sus estrellas, como el lejano mar ondulado, etc.
solo la _expresion sensorial -del pensamiento, pero tan ,pinmediatamente se extiende el juego del pensamien-
necesario P,ª:ªel pensa11:i,ento como lo es el cuerpo i}to: ¡cuán significativamente expresan los sucesos en
para el espintu. En relac10n con la religión encontra.; ;~élcielo estrellado y el mar ondulado,. esto y aquello
remos lo correspondiente. fque ocurre en el alma!
Pues las dos cosas, el lenguaje y la religión o, más q Pero en la medida en la que se desarrolla más pro-
exac_tamente, el pensar y el creer son sólo formas pri- J:fundamente en ideas mayores lo que mueve.a su alma,
man~s en las que el Yo está y existe como Yo. : s_e muestra cuán insuficientes son las· formas en las
Vimos que el lenguaje sólo contiene un aspecto de ·'.:que ha de expresarse esta intimidad. Cada vez m~s
la más íntima vida del alma, el eco de todo lo que pe- :se desembarazan de este contexto de lo exterior, se
netra en el Yo a través de sensaciones, y aunque fue- ;yspiritualizan. Y cada vez más emergerá el mun~o in-
ran aquellas sensaciones que le devienen cuando pien- Jerior del espíritu, el mundo de los pensamientos, en
sa, es decir, cuando en las formas del hablar en voz )lugar de aquellos grandes fenómenos. Allí devendrá
alt~. º. baja se le hace perceptible su propio contenido. '·la expresión para la divinidad, es decir, que Dios es
Alh siempre se tiene el Yo en la contraposición con (espíritu, que el hombre fue creado a su imagen. ~ada
el otro, aunque constantemente se vuelva hacia sí mis- ·.vez más se aprenderá a adorar a Dios en .el espíritu y
mo. Pero del mismo modo como este sentimiento de , en la verdad. Finalmente se encontrará la forma su-
su puntualidad está en el Yo, así también está en este _,,prema de que Dios es personalidad, . de que. Él es la
Y.o la necesidad de saberse y sentirse en su totalidad palabra, de que Él es la suma perfección y· que el
de extenderse en cierto modo por encima de sí mism~ pensamiento hum'ano sólo es un trabajar para enten-
hasta la infinitud, de tener esta infinitud como su ver- · der a Dios.
dad y plenitud, como lo absoluto, de saberlo en sí y Comenzamos nuestra serie de expresiones religio-
de saberse en él. Así siente religiosamente el alma. sas con los grandes fenómenos del mundo de los sen-
Pero, ¿qué expresión tiene para ello? Pues también tidos que sirvieron como expresión ·de la veneración
para ello necesita una expresión si es que quiere tener ' ·a Dios. No todas las religiones tierien para su expre-
esta sensación, es decir, ser consciente de ella. si(m ·tan grandes concepciones. Hay religiones que han
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escogido casualidades, un árbol, un trozo de madera '.Jidad y la arbitrariedad, es decir, en la forma más
una piedra o un hueso, etc. Pero en ellas, como en eÍ 1próxima a lo meramente creatural.
lenguaie. no hav una exnresión, por precaria que sea '..;; Es ya un gran progreso el que un mismo querer
del sentimiento religioso que no fuera precisament~ Jcoherente se exprese corno el atributo supremo del po-
religión, que no expusiera toda la visión de Dios de lder divino, objetivándose en la visión del orden regular
quienes así creen y no diera satisfacción a sus coraza~ Me la naturaleza, eternamente en cambio, tal GOrno lo
nes. Pues ellos sienten religiosamente sólo en esta for- }exponen la luna y el sol y el curso de los planetas. Se
ma, y ella. es toda la expresión de• su sentimiento reli- :;sabe cuán gran significación y difusión tuvo la obser-
gioso. En esta fe se encuentra encerrada toda la sus- tvación de las éstrellas.
tancia religiosa de su ser, lo mismo que en el lenguaje t En dos giros se fue más allá de él. Primeramente de
toda la sustancia intelectual. La fe es solamente el :(manera tal que la obstinación y la astucia del espíritu
otro aspecto del espíritu del pueblo. ,',;humano intentaron tratar corno algo natural al poder
Con estos giros hemos explorado el conocimiento f·de Dios que aparecía corno todo lo demás natural. Ahí
de un campo especialmente importante y difícil; me >se trataba de modificar la voluntad del orden eterno
refiero a la mitología. Sólo que debemos concebir este rpor medio de sacrificios, de pactos, de ruegos; de
concepto de manera diferente y más nítida de lo que ~'.desviarlo y dominarlo por medio de secretas artes má-
ocurre en las nociones provenientes del ser griego. ('gkas. Aumentó hasta llegar a aquellas formas babiló-
Sabemos que la fe es una cierta seguridad de lo que fnicas en las que, calculando todo el orden de las estre-
se espera y no duda de lo que no ve. La certidumbre !/Uas y esquematizándolo en redes artificiales, se creyó
de que no se es meramente este individuo casual, sino (aprender a hacer magia y, al. mismo tiempo, a prever.
que se está en la totalidad y se está seguro en ella, en ··•, El otro giro aparece cuando aquel orden riguroso y
esta suprema certidumbre de sí mismo y en la condi- t severo aparece encadenado a la estrella, a la piedra, al
ción de la misma: eso es fe. Ella expresa cómo me ~punto que entre todos los puntos eligió esta estirpe,
siento en relación con la totalidad y para ella. La ex- f:esta tribu. Todos los demás son enemigos. Así se unió
J: -én torno a la añeja Kaaba en la Meca el servicio de
presión de .esta fe dependerá de la profundidad y del
alcance con que se sienta esta totalidad. Pues esta ( muchas tribus bárbaras. Esta piedra es el signo de ·1a
expresión es la forma de poner en claro esta totalidad. ((unión con lo uno entre muchos, al que ante todo que-
Y así, esta expresión, esta forma de la fe, se relaciona !(rían servir. De tal fo.ente proviene el culto de una de
con la fe como el lengua ie se relaciona con el pensa- f las tribus emparentadas, que luego lo vivió y lo probó
t· en inrnenseas pruebas y salvaciones, esto es, c¡ue ante .
miento: es decir, que la forma no expresa totalmente
la fe y, sin embargo, la fe se mueve s,ólo en esta forma. ~ste poder divino los otros son Elohirn Elilirn, y que
·este ha de nombrarse: soy el que existe (Jehová). Aquí
¡Cuán estrecho y perdido ha de sentirse a sí mismo se reconoció, por primera vez, la divinidad corno algo
el Yo, cuya totalidad encuentra su expresión suficien- firme, pero también corno algo que está por encima
te en la piedra o en el hueso cogidos casualmente! Este de todo movimiento histórico, de toda la naturaleza,
fetiche no es la divinidad, pero la fe lo convierte en como creador del mundo y conductor de todos los des-
sacramento, y sólo en esta forma existe el poder divino tinos. eterno, inmodificado, corno el espíritu.
para la conciencia, y sólo en esta forma se contempla Fue un comienzo completamente diferente el
su efecto, su gracia y su desgracia. La existencia mo- que se hizo cuando el alma experimentó como su tota-
ral se encuentra aquí todavía en la forma de la casua- lidad y su todo la viva movilidad y receptividad en la
286 287
1;
·1
1
que se sintió devenir y crecer. Entonces no contempló 'p la_s religiones que, en cierto modo, son el hablar
en el cielo estrellado la rigurosa igualdad del orden ·~.la fe y que como el lenguaje unen así a los que
sino el movimiento y el cambio; vio en la naturaleza .· esas formas encuentran expresado su sentimiento
la vida siempre nueva y el. transformarse de las cosas. 'bligioso.
Le parecieron vivas, animadas, sintiendo y queriendo l. .Pero lo que importa aquí no es siquiera la comuni-
según el modo humano, .su quehacer y padecer coni- z .ad de estas expresiones de la fe. Por mucho que en
pletamente semejante al del hombre, sólo que más ,l:stasexpresiones aparezca la fe ligada y condicionada
grande, más profundo, divino. En su quehacer y pade~ i:órellas, ellas han de diferenciarse esencialmente de
cer creyó el alma reconocer su propia historia. Tan ~fe, lo mismo que el pensamiento del lenguaje. Ellas
sólo aquí em,erge el mito propiamente tal, la visión ré- ·~n la forma finita de un contenido infinito; son sola-
ligiosa .en forma de historia sagrada. E inmediatamen., '..: ente la búsqueda de una· expresión cabal. La sensa-
te con ello se da el hecho de que este acontecer en for- ;jpn íntima brota más rica y poderosamente de lo que
ma semejante a la humana pierde cada vez más el ho~ ..:.e expresión puede captar. Y mientras más rica y po-
rizonte de la significación de la naturaleza y sólo retie- ·'.,,erosasea la expresión, tanto más rico y poderoso
ne la semejanza con el hombre, el modo ético, en el i,e.ráel contenido del mismo, y la conciencia sobre su
que encuentra la forma de -expresar el contenido pro- }ofundidad crece con la medida para la misma. Lo
gresivo más propio de la vida. \:.ismo que las .lenguas, estas expresiones religiosas tie-
Ésta ·es la marcha que tienen en común las tribus \'.enpor eso su historia, sus transformaciones profun-
indogermánicas y en que los hindúes llegaron a su gran ijamente significativas. Y en la historia de estas expre-
configuración budista, los griegos al conocimiento pro- ','pnes de la fe, ésta se hará más pura, alta y cons-
fundamente humano que culmina en su filosofía; aque~ Qjente; también la fe tiene su· historia.
lla forma que luego se fundió con la idea mesiánica del :~, Pero mientras más íntimo es el creer, tanto más
pueblo hebreo para preparar el campo al Cristianismo. \ esea llegar en la totalidad de los círculos morales a
No es preciso exponer cómo en lugar de lo que 'u ·manifestación. Así como el creer concibe a los círcu-
fue el mito emergió una forma completamente nueva, 'Q~ como atributos de Dios, así también desea intro-
una historia real, el hecho de la vida de Jesús. Con este Ú1cir y hacer vivir en ellos_la idea de la divinidad, san-
hecho comenzó un mundo nuevo. Ha sido revelado y J,ficarlos: «deberéis ser santos, como vuestro Dios es
conocido aquello qu~ es ·necesario, aquello en lo que janto en el cielo». De ahí el que todas las esferas mo-
se mueve o. ha de moverse todo el mundo cristiano del tales conocidas aparezcan concebidas según la medida
pensamiento. Pues el hecho de que en la realidad se ije la fe, fundadas en ella y referidas a ella. En ellas se
inserta siempre de nuevo toda la serie de las gradas ~onoce el tipo de fe; en ellas se conserva, se "tonfir- ·
ya superadas, el servicio fetichista de las reliquias, el '..:.a más clara y efectivamente que en las simples ex-
efecto mágico de la mano consagrada, toda la mitolo- presiones de la fe. Toda la vida moral se arraiga en
gía de la historia de los santos, que hasta se la consi- J,as religiones y aparece junto a la representación r~li-
dera como algo esencial de la Iglesia, es sólo un signo ~iosa como una segunda y certera expresión de la mis-
de la profundidad con la que está arraigaq_a en la na- pi.a. La profunda sensación, que en los mitos, leyendas,
turaleza humana el tipo pagano, y es un signo de cuán t,tc., lo mismo que en la especulación dogmática, no
difícilmente le resultará mantenerse a la altura de su btuvo su derecho, encuentra en la santificación de la
libertad y vocación .. Jda una siempre nueva oportunidad de realizarse.
En tales formas pues se mueve la idea de lo santo Así se forma la comunidad de quienes viven lo que

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creen, de quienes desean reunir todas las referencias evenir en la India. Allí, lo mismo que en Egipto y
morales de la existencia bajo la idea de lo santo; una ·:nBabilonia, la clerecía aparece cerrada en castas. Allí
corporación que está orientada esencialmente a saber >stá dominada la vida y el desarrollo del pueblo por
y conservar como la fuerza y la verdad el 't'é'Ao~,e_lfin :·a alternativa del poder espiritual y mundano; su his-
de su asociación, la cumbre de todos los poderes idea- toria interna se mueve, se desarrolla, en las luchas
les la idea de lo santo, tal como no se expone total- ::'Jltre la Iglesia y el Estado.
m¡nte en ningún individuo. Forman así una comunidad. · Pero ahora se comprende cu4n grande fue· el pro-
Comunidad forman también los unidos en los mis- 1reso que significó el hecho de que en el pueblo helé-
terios eleúsicos, en las fiestas dionisíacas, en los pan- .:pico este paso hacia la fundación de la jerarquía no
a teneos. Pero lo están solamente para la fiesta, para fffee realizara como en la India, de que cada uno pudie-
estos usos, para esta serie de cuestiones religiosas. / ,a ser sacerdote, en su círculo, en sus fiestas, de que
Como comunidad política de Atenas tienen l;:t fiesta de :~quí no tuviera lugar la contraposición entre Estado
Atenea, como familias celebran los apaturios, en cierto ';;,Iglesia, sino que la comunidad existiera sin más den-
modo la óµo'Jtrt.'t'ovpt.ri.;
como viñadores en sus demos ce- .t,ro del Estado y bajo su ley. Por eso Grecia no llegó
lebran los Dionisios locales; como labradores primero Jl una sistemática de su mitología, de su doctrina de
y luego en la idea de lo que ocurrirá después de la muer- :Jos dioses; por eso no terminó con la especulación teo-
te, se reúnen en el templo eleúsico. Es como si los 't!ógica, sino con la filosófica. Y esta especulación no
áticos, con cada uno de sus intereses humanos, morales, fue, como la simultánea en la India, la negación de la
perteneciera a una asociación especial; como si el hom- i!jbertad y de la individualidad, la final negación de
bre entero no se agotara en ninguna de ellas; en su pios y del mundo (Nirvana), sino que fue la transfigu-
libertad e individualidad es el individuo lo más pro- Jración y satisfacción de. lo que la vida religiosa de los
fundo y cierto que ha conocido el espíritu. griegos había portado y trabajado en sL
1
No es en modo alguno una primera y original con- . Así como el pueblo heleno, por una parte, pleni-
figuración, sino el resultado de una manera altamente :{ficóla form8;ción religiosa del mundo antiguo, así lo
desarrollada, de un conocimiento de la naturaleza del fbizo por otra el pueblo hebreo. Allí se había formado
espíritu y de la libertad. Frente a ello hay un~ for1!1a µna comunidad mediante las· grandes instituciones que
que está ligada profundamente y que es obhgatona. llevan el nombre de Mosis, en torno al nombre y al
Pues la idea de la divinidad consiste en que aquello ;~ervicio de Dios que se había mostrado como salva-
en lo que todos creen constitu~e un pode: d~l. que ,qor; allí se lo había conocido como el Uno, todopode-
depende la felicidad y la desgracia de cada _md1v1duo, toso, lo santo; allí se había .comprendido el Estado y
un poder al que hay que someterse y servir par~ no ;~l derecho, todo el orden moral y todo el conocimien-
desmerecer su favor y no atraer su ira. Pero, ¿como Jo como proveniente de Él y referido a :él. Pero cuán
servirle? ¿Quién sabe qué es lo que le gusta? ¿ Quién ; recuentemente se desvió el pueblo de su Dios, cuán
tiene el secreto para moderarlo cuando está irritado, ··recuentemente negó el reinado de que sólo es en :éJ,
para ganarlo cuando se ha distanciado? Los que creen cuando el pueblo, el Estado, el templo, fueron des-
que tienen el secreto adquirirán poder sobre la co- truidos por un poder· extraño, la única esperanza fue
munidad de los creyentes, y organizarán su poder y lo a de que· un ungido por el Señor renovara el reinado
fundarán duraderamente. ,c1esiásticamente nacional.
La idea de lo santo aparece tempranamente en esta Hasta que se conoció que se trataba de la funda-
figura de la jerarquía y de la iglesia. Podemos seguir su ciónde un r~i:qQque :no~s ·de~st~rny.11d9;d~ un reino
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en el que todos los hombres son hijos de Dios, en la ·i ;,;lidad, la que inflama a los corazones y tiene la pre-
que todos los pueblos, toda la humanidad debería ser ;':tensión de ser la medida y la norma de todo. Y luego
una como un pueblo sacerdotal y cada uno en ellos Tes el Estado lo absolutamente moral con la pretensión
como un hombre sacerdotal. \no solamente de vigilar todos los círculos morales,
No tengo que seguir exponiendo cómo en este mun- sino de fundarlos y dotarlos. Igualmente vemos en las
do cristiano se renovó la contraposición entre Estado esferas ideales, por último, la idea de lo santo expo-
e Iglesia. Cómo lucharon por este poder, cómo en esta f niéndose en un poder y una fuerza expansiva que pa-
lucha creció la cantidad infinita de desarrollos que >rece oscurecer a veces y absorber todos los otros pode-
han determinado de manera tan variada la forma de { tes morales que mueven la vida, hasta la idea del poder.
existencia del género humano; cómo la Edad Media ', Quienes no ven más allá del aquí y del ahora tendrán
se corona con el pleno triunfo de la Iglesia sobre el temor de que la rica plenitud de la existencia esté en
Estado, pues en eso se asemeja la Iglesia cristiana al _peligro. de ser absorbida por una parcialidad mortal.
Islam. El comienzo de la Reforma consiste en que en Pero sabemos que todas las esferas morales son inma-
el Occidente cristiano el Estado se liberó de este yugo. nentes a la naturaleza del hombre y que en flexibilidad
Y es significativo que ella coincida con el renacimiento incesante y ordenada infinitamente, luchando y cru-
de los estudios clásicos, que el sacerdocio de todos los zándose entre sí, se critican las unas a las otras; y que
cristianos, es decir, la justificación por la fe solamen- con cada nueva fase de sus movimientos elevan el hori-
te sea su punto central. E inmediatamente se agrega la zonte del mundo moral y aumentan el poder creador
nueva necesidad de avanzar hacia la comunidad sobre de la existencia moral.
la base de este conocimiento, pues esto, más que la doc-
trina diferenciadora de la comunión, es lo que forma la
contraposición entre el luteranismo y la profesión de Tercera serie: Las comunidades pirácticas
fe reformada. §§ 67 (72). 75 (80)_.76 (81). 77 (82)
Lo que me interesaba era mostrar los grandes mo-
tivos, uno por uno, de los que se trata en esta esfera En las dos series que hemos recorrido ·encontrá-
de la idea de lo santo, para demostrar cómo aquí se bamos siempre algo doble. Las afinidades o punto"s
encuentran desarrollos históricos en infinita cantidad; comunes naturales no eran meramente naturales sino
desarrollos, a los que no se les haría justicia si no se ,,que insistían siempre en desarrollarse como formas
quisiera reconocer su continuidad desde la época an- ;:;~istóricas. Y las comunidades espirituales no eran sim-
tigua hasta la éristiana, es decir, la unidad igualmente ,fplemente el resultado más fino de las experietl,fias his- _
religiosa de la historia humana. { tóricas sino que aspiraban también a corporizarse en
Pero aquí debemos estar atentos a otro aspecto. · formas institucionales prácticas.
Vale aquí lo que vale en toda esfera de las ideas: cada ' Desde luego la persona, en tanto individuo, está
una de ellas, según mueva y satisfaga la personalidad, enraizada; por lo pronto, en sus círculos naturales.
tiene la pretensión de valer a su manera como abar- Pues abstractamente la persona no es nadie; ella es en
cadora y determinante de todo, de querer determinar y tanto es hijo de estos padres, en tanto miembro de esta
satisfacer sola el alma humana. ¡A cuántos les parece tribu _Yde este pueblo, con esta formación del cuerpo,
la piedad de la familia como lo absolutamente moral etc.; dicho brevemente es esta persona determinada
que vale por encima de todo deber, en el que _todo naturalmente de ésta y aquella manera y sólo -con esta
está fundado y decidido! Luego es la idea de la naciona- modalidad tiene el concepto de persona en sí. En es-

292 293
tas determinaciones naturales siente su ser más pro- )·.pensadores y hasta a los teólogos, con todo su mejor
pio y cuando por lo demás todo está en orden no se . { parte, es decir, lo que crean, está por encima de todo
le ocurre pensar que podía haber sido determinada de :iesto y con estas .impertinencias pagan tan sólo el tri-
otra manera o que quisiera ser. diferente. Su sentimien- ;\buto de su pobre finitud. Lo esencial aquí es la siempre
to de sí misma y su orgullo consisten precisamente en Jfina movilidad de lo espiritual, el placer del perma-
tener esos padres, en pertenecer a ese pueblo, etc. En· nente aspirar, la felicidad del siempre formular nue-
estas comunidades siente ella su totalidad, ahí tiene, vas preguntas, tareas y metas. El tipo es aquí un siem-
como Aristóteles la llama, su a.ü-rcí.pxEta.. pre hacia adelante.
En la serie ideal, la medida y el objetivo es algo También desde estos elementos es sumamente cu-
diferente. Tampoco allí el individuo en tanto tal tiene riosa la posición central de aquel mundo práctico. Pues
su a.v-rcí.pxELa..
Pero la busca y la encuentra colaborando . aquí se da la permanente lucha entre el libre movi-
en la gran obra silenciosa de los espíritus. Allí no lo miento de las personalidades y la fuerza determinante
domina el mundo exterior sino que está libre de él · de aquello qu~ ya ha llegado a ser, lo que constituye
en la medida en que su alma, elevada y aspirando a.' para ellos un límite fijo, una permanencia sustancial.
elevarse aún inás, s,ólo toca apenas con las puntas de ,En todas las esferas de las que aquí se trata, Estado,
los pies las finitudes; como una aureola flota por en- 'derecho, etc., hay un incesante afán de competencia,
cima de las cosas para vivir en aquel mundo de los es decir, de transformarse en formas lo más firme
pensamientos en el que se siente que está consigo ,posibles, obligatorias; de darles dentro de lo posible,
mismo. 1a forma de la eticidad natural, sustancial. A ello se
Entre ambas series se encuentran las realidades agrega la comunidad del trabajo en la que están enrai-
prácticas, la palestra propiamente dicha de la lucha zados los estamentos, el concebir lo noble y lo no
histórica en donde, en todo momento, caben toda la noble como diferencias -raciales, de manera tal que
dureza del egoísmo, de las pasiones y de los intereses. entre ello~ no pueda tener lugar ni siquiera un con-
No es que en aauellos ámbitos naturales exista una nubio; la comunidad del Estado s·e preocupa de inme~
permanente y pacífica tranquilidad. Pero los a menudo ·diato por formar, a partir del concepto de Estado, una
violentos movimientos que allí se producen son más nacionalidad, por naturalizarse de esta manera, etc.
bien sólo acontecer que transcurre; y cuando irrumpe 'Pero cada una de las esferas aquí, así como alcanza
algo perturbador, peligroso, uno se defiende contra él una verdadera competencia, habrá de pasar a un estan-
sin más y con el sentimiento de que ello se realiza de ·camiento. Pues la verdad no es el- reposo de la per-
acuerdo con un derecho absoluto. Pero lo esencial ahí .manencia sino la permanencia del movimiento, no el
es la permanencia,el reposo, la certeza sustancial, la permanente desarrollo de una ley natural que "se trans-
confianza de estar de una manera así para siempre y forma , al conservarse, sino la dialéctica de algo .en sí
de estarlo así correctamente. La comnetencia es aquí mismo contradictorio, que·s-e conserva al transformarse
el tipo. De manera similar sucede en los círculos idea- sin descanso, es decir, siente en sí misma la contradic-
les: también allí hav siempre movimiento y competen- ·ción, la reconcilia y en .la reconciliación la renueva
cia. pero no la del odio y la del ponerse recíproca- para luego equilibrarla nuevamente.
mente en neJigro; compitiendo en lo bueno, lo bello Pues -y éste es el otro lado- tan poderoso como
v lo verd~dero, tiene uno conciencia de perseguir los la tendencia a la competencia es el otro aspecto, la
mismos fines y aun cuando demasiado a menudo la tendencia a la serie ideal. En todo momento son las
envidia y la arrogancia divida a los artistas, a los ideas de lo verdadero, de lo bueno, de lo belld, las que

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formulan la pretensión de ser el contenido correcto '.tía naturalmente la más plena autodeterminación del
de este mundo realista, de ser realizadas y reconocidas. ~ espíritu. En los solemnes momentos en los que vivía
en él. Y en la medida en que se desarrolla el rasgo ,.!totalmente estas ideas de lo verdadero, de ló sagrado,
de la competencia, estos factores ideales se liberan, j'.se sentía infinitamente libre en sí mismo. Pero la esen-
se enfrentan a lo que ha sido, advirtiendo, exigiendo, .:da de la libertad exigía algo más que la belleza de
inquietando; no descansan hasta que logran entrar nue- sensaciones infinitas y de la silenciosa presión de la
vamente, hasta que han penetrado y transformado las mano de tales encantos. Y así como en estas esferas
situaciones. ideales se avanza para la creación de obras, para ins-
Es una tarea difícil pero infinita el que en estos titucionalizaciones, etc., se muestra también que el
ámbitos de los que hablamos, lo saludable no permita i examen y el mantenimiento de la libertad sólo co-
un ,exceso ni de lo uno ni de lo otro, sino que lo ideal. 1·mienza con los límites.
se justifica en el ser real, la realidad sólo en el con- Estos se presentan en los ámbitos realistas a cada
tenido ideal. Así como para el individuo la tarea ética paso. Están inmediatamente dados en la libertad de
no consiste ni en la emancipación de la carne ni en er los demás que uno tiene que reconocer, en la comuni-
ascetismo de· la automortificación, sino en que en el dad de todos a los que uno tiene que someterse, lo
cuerpo y el alma esté fresco, sano y fuerte y .armado quiera Ci no. A diferencia de lo que sucede en los ám-
para todo lo bueno. Quien se sigue quejando de las, bitos naturales, aquí no es el amor y la misma sen-
desde luego a menudo duras, fricciones de las realida- sación del todo; ni como en los ámbitos ideales, el
des, quien no comprenda cuán infinitamente más rico placer del mismo afán, el aumento y fortalecimiento
en contenido y refrescante puede ser esta lucha y rui- en la competencia de entusiastas iguales, sino por lo
do del mundo real que una situacionalidad silenciosa pronto una inhibición, una dolorosa necesidad: lo que
o el aburrido juego de sombras de los ideales, es o bien le es otorgado al uno, se le priva al otro; lo que el uno
demasiado joven o bien demasiado viejo para las cosas se afana por consegui:t: despierta de inmediato la en-·
históricas. vidia del otro. Aquí es donde amenaza el peligro per-
Sólo una observación más· tengo aquí que adelan- manente de que el poder, el interés, el derecho formal,·
tar. Hasta ahora he utilizado poco o nada, con toda ponga en peligro la verdadera libertad, es decir, los
intención, la palabra libertad. Y ello no porque no derechos de las otras esferas éticas; y, sin embargo, el
sepa o reconozca que la libertad es como la semilla hombre no tiene que ser obligado a seguir y servir· al
para el fruto de la eticidad, de la historia. Pero sólo otro. Aquí es donde se daría un bellum omnium contra
aquí puede llegar a su plena energía. omnes si no hubiera un límite obligatorio en el poder
Pues libertad es que el espíritu se determine en sí ético de las comunidades. Y en este sometimiento a lo
mismo, que queriendo desarrolle su esencia. En el ám- que es común adquiere la autodeterminación· aquello
bito de las primeras esferas, la libertad estaba aún que distingue a la libertad de la arbitrariedad, la vo-
atada, ocultada por la naturaleza sustancial de las re- luntad libre, reconociendo en la barrera externa al
laciones éticas que allí se formaban. En aquellas co- mismo tiempo su medida y su esencia, se convierte en
munidades naturales, el individuo era sólo como su voluntad racional, racional en la medida en que reco-
miembro, como la mano, el pie, que sólo en este cuerpo noce como tales las· normas de la idea ética a las cua-
son mano y pie. Pero el todo era la unidad inmanente les se somete y no porque sea ley externa sino porque
a todos los individuos: el espíritu de la familia, del las ha reconocido como buenas y justas, y las hace
pueblo, etc. Y nuevamente en los ámbitos ideales exis- valer.

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Así, en la atracción del mundo real, la libertad ad- ·importante. El objetivo de Alejandro cuando conquis•
quiere su plena fuerza ética. En ella crece aquí la de- .. tó Asia no era la helenización de Asia; quizás necesitaba
terminación concreta de la autodeterminación, es de- hacerlo para sus audaces y ambiciosos planes de domi-
cir, la personalidad, el carácter. , nación mundial. La historia dice sonriendo: lo que
Si para comentar estos ámbitos seguimos avanzando era el objetivo de su ambición, fue para mí un medio
en detalles tenemos que recordar que tan sólo los he- para la helenización ·de ·Asia. Cuando Mr. Pereite in-
mos considerado desde el punto -de vista histórico. Es ventó el crédit mobilier y todos los ricos le confiaron
decir, éstos, como todos los círculos éticos, tienen en su giro, lo único que deseaban era enriquecerse, intro-
todo momento ·de su realización al menos la medida duciendo una enorme transformación del sistema mo-
de su relación histórica. Más bien tienen, como lo he- netario, y ocasionalmente destruir la supremacía finan-
mos dicho, su tarea técnica y es sólo una forma espe-. ciera de los Rothschilds. La consideración histórica
cial de consideración, el concebirlos de acuerdo con se ocupa poco de los propósitos codiciosos de estos
el contexto de su devenir, desde el punto de vista de banqueros. Ella reconoce ·cómo se preparó un gran
lo devenido. No hay ninguna relación jurídica, nin-• cambio en el tráfico monetario v cómo la codicia de
guna fabricación, ningún Estado, etc. que no. tenga algunos inteligentes financistas provocó la catástrofe.
como nota esencial el haber ·sido devenido. Pero. la re- Y así en todo.
lación jurídica particular afecta técnicamente sólo a
este determinado sujeto y objeto. La fabricación de
esta determinada herramienta es la situación de alimen- a) La esfera de la sociedad
tación de tantos obreros y de un empresario. El Estado b) La esfera del bienestar
tiene tales y cuales actividades permanentes, ingresos, §§ 68 (73)~ 69 (74)
organizaciones para sus negocios. Dicho brevemente, ~

los elementos individuales en los cuales las comuni- Desde el punto de vista del bienestar se nos pre-
dades éticas aparecen y se realizan son negocios, así sentan comunidades infinitamente variadas, cuyo ras-
como en la primera grada eran situaciones y en la otra go esencial es siempre, en última instancia, el mismo.
tareas. Que estos negocios son pulsaciones de la his- Pues en la esencia ,de la personalidad reside el querer
toria, y en verdad tanto· los más pequeños como los referir todo a sí mismo. La. primera expresión de la
más grandes, es algo que por lo general no lo notan libertad es el egoísmo, el afán de poseer y gozar. Y al
quienes. los hacen. Pues ellos no los realizan en aras repetirse en cada cual el mismo afán, con la misma
de la historia sino en virtud del interés del momento, justificación, y al estar cada cual limitado en la ple-
de acuerdo con las determinaciones y motivos que son nitud de su egoísmo por los medios, al estaT encade-
en ese momento determinantes. En el acontecer inme- nado por el espacio y el tiempo, al depender cada cual
diato son resumidos baio puntos de vista totalmente en todo momento precisamente en su necesidad de po-
distintos a los de la historia. seer y de gozar, con respecto a toda la infinitud del ser-
La consideración histórica se presenta con puntos fuera-de-él, se desarrolla la oposición, la competencia,
de vista de un tipo totalmente distinto. Aquello en aras el aumento infinito del trabajo, para gozar y del pri-
de lo cual algo se hizo, cuyo obietivo tuvo en miras el varse a fin de poseer.
actor, ya no se presenta ante la historia como fin sino Pero, ¿ está este poseer y gozar limitado tan sólo a
como medio, como condición, etc. a través de lo cual lo material, no es. igualmente ·el arte, el saber, la· me-
en el contexto del devenir se produjo este momento ditación, una especie de gozo?

298
Por lo pronto necesitamos constatar la oposición -~;xpansión de la libertad, que necesita para su comple-
en la que la esfera del bienestar y de las necesidades . entación de otras, que por ello· entra con ellas en la
se diferencia de la de los ámbitos ideales. Pues tam- tomunidad del trabajo, .del transporte, de la vida de
bién en estos últimos se expresan necesidades, el bie- ,os pienes, en una contraposición en la cual las per-
nestar y el goce. ·.sonalidades se afianzan, pero su esfera de voluntad,
Ambas no se distinguen a través de una determinada :J~scosas, son utilizadas para equilibrar el recíproco de-
línea fronteriza entre sus respectivos ámbitos, y a me- 1,ierminar y el ser determinado. Pero el objetivo de esta
nudo tampoco en la forma de su ap,arición. :comunidad es el bienestar, es decir, el sentimiento siem-
Van aumentando en el desarrollo progresivo de las ,pre renovado y producido de la personalidad cierta y
en un primer momento necesidades sólo corporales, fsatisfecha en su esfera de voluntad.
hasta los más finos estímulos espirituales y se hunden (: Como se ve, los momentos que aquí interesan son
también las espirituales hasta en los últimos extremos >él trabajo -pues él crea aquellas esferas de la vo-
de seres totalmente terrenos;· relación que uno tiene {)untad, sea que las adquiera, las produzca, las conserve,
que observar y valorar a fin de no equivocarse en las {~ea que sean corporales o espirituales o ambas cosas-
apariciones en bienes vitales, por una parte, y por f;yla reciprocidad del equilibrio, que luego transcurre
otra, en la vida del espíritu _y religiosa y poder inter- /en formas infinitamente variadas. ,
pretar unos y otros en sus últimas manifestaciones. , , Cada esfera ética puede ser concebida desde el
La única distinción segura es la que proporciona {~specto de la actividad subjetiva, es decir, aquí, tra-
su punto de partida. Éste es naturalmente de un tipo '.)bajo y equilibrio, o como un organismo objetivo. de
totalmente opuesto. Pues en una serie, el rasgo del t1a idea que allí se forma. El organismo objetivo de la
goce es y sigue siendo la nota determinante, es decir, ;;;idea del bienestar es la sociedad burguesa. ·Se entiende
la de sentirse bien, la del eudemonismo. En la otra, la {~quetiene más de un aspecto con el qua..está conectado
idea básica sigue siendo la espiritualización y el idea- tcon el Estado. Pero no es a través del Estado, no se
lismo, que desea penetrar en todo, aun lo más bajo, \.limita a él, sus comunidades van mucho más allá de él
conociéndolo, animándolo, formándolo. 1+ycuanto más desarrollada está la vida de los bienes,
De esta oposición se ve claramente por qué pode- .1;tanto más; como dice la conocida expresión, el comer-
mos resumir uno de estos dos lados en la idea del cio es cosmoplita, el dinero no tiene patria, etc. Esto
bienestar. Desde luego el punto de partida es, por lo bastaría para indicar los puntos de vista dentro de
pronto, la necesidad del individuo, el poderoso ins- los cuales nuestra ciencia tiene que moverse en este
tinto del egoísmo, el impulso a poseer y gozar. El mo- .ámbito. Y aquí tiene que solucionar tareas que sólo
mento ético ·es aquí, por una parte, el que la perso- .la tenaz ofuscación con la que el Estado mane_w.la his-
nalidad, para poder satisfacerlos, tiene que crear y ,toria, ha podido no tener en cuenta y descuidar. Al me-
poseer una esfera de su voluntad en la que pueda nos sumariamente tengo que caracterizarlas.
conectar de inmediato, que pueda tratar como una 1. Por lo pronto el trabajo. Uno de sus lados es
cosa. Pues sin esta esfera de su voluntad dejaría ella la utilización de fuerzas humanas; el otro, en qué son
de determinar y sólo sería entonces determinada, es .utilizadas. ·
decir, se convertiría ella misma en una cosa. Y así, El trabajo es algo tan especialmente humano como
en virtud de la limitación de .la personalidad indivi- el pensamiento y la fe. El animal por cierto que tam-
dual, esta .esfera de la voluntad es una esfera limitada, bién se esfuerza para satisfacer las necesidades de
unilateral, que no corresponde a la ilimitada fuerza de sus instintos. Pero el esfuerzo termina con la satisfac-

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ción, no tiene ninguna- finalidad que estuviera por Cr en en la medida en que son libres y habrán de
encima de la satisfacción, ningún progresar hacia esta 'ser tanto más libres cuanto más se divida el trabajo,
finalidad, ninguna historia. Para el hombre el trabajo ·~s ecir, cuanto más estrecha sea la comunidad de las
se transforma tanto más en un goce cuanto más de. rtec ,,sidades. Sólo a través de esta vía surge el denso
sarrolla su libertad, su autodeterminación ética, el goce encadenamiento de la sociedad en el cual cada uno
de ser amo de-1 arbitrio de sus movimientos, tanto ::esn~cesario para el otro, cada uno determina al otro
espirituales como físicos, y determinarlos de acuerdo ;yes ..determinado por él. Surge aquel tranquilo nivel
con los fines. Se puede decir que la historia del tra. ':4e la producción y del consumo, de la oferta y la
bajo es la historia· de la libertad y su progreso. Abar. "demanda, que sólo permite que se produzcan pequeñas
ca todos los estadios entre la infinita división del i'oscilaciones de valor en donde era inevitable de otra
trabajo en la civilización y la casi animal autosatisfac. i;'manera la penuria del hambre o el súbito erilpobreci-
ción de la inercia y embotamiento, tal como puede verse ¿miento. Y cuanto más libre sea el trabajo y la divi-
aún en los pueblos más primitivos. Muestra el progreso ;¡sión del trabajo, tanto má~ seguramente está garanti~
infinito desde el privilegio estúpido del no trabajar izado el bienestar externo de la especie.
en el Mundo Antiguo al reconocimiento ético del tra. :; .· Como se ha dicho, el otro costado era en qué ha-
bajo en el Cristianismo. Y. también allí ha sido nece. ·fbrán de ser utilizadas las fuerzas. La infinita serie
saria una profunda reforma a fin de que se honre al \ de necesidades, desde las materiales más inferiores
trabajo, de que se logre su emancipación. El trabajo {hasta las más altas y espirituales, tienen que ser sa-
libre es el brillante resultado del gran movimiento de \ tisfechas por el trabajo. Y en la satisfacción misma
la Ilustración en el siglo XVIII. -:crece el número y aumenta la calidad de las necesi-
En la historia del trabajo reside la esencia de los }dades y aumenta al mismo tiempo la intensidad y el
estamentos. Pues ellos surgen de acuerdo con la opos1• !valor ético del trabajo; Aquella vieja maldición: «ga•
ción entre el trabajo y el no trabajo, de acuerdo con' f narás el pan con el sudor de tu frente» se ha trans-
las distinciones del trabajo espiritual y físico, del pú- ''formado en bendición para la humanidad. Todo niño
blico y del privado, según su afinidad. La esencia es- sabe ahora que la altura del trabajo es tan sólo otra
tamental está tan poco determinada por el Estado, que expresión de la altura de la cultura.
más bien precisamente en esta forma, la sociedad jue-. Aquí no habrá de tratarse del trabajo intelectual:·
ga una determinada parte en la formación y transfor- aquí tenemos en mira la cantidad de trabajos que se
mación del Estado. Así como en la Antigüedad se con- dirigen a la naturaleza, en parte para extraer de ella
sideraba que los bárbaros habían nacido para ser es- el material para la satisfacción de las necesidades hu-
clavos, así también el afán estamental insiste en fijar manas, en parte para elaborar la materia .que nos
en forma de castas las diferencias del trabajo, en con- ofrece de acuerdo con sus fines. Se trata de las dos
siderarlas como destino natural. Se sabe cuán amplia- · grandes ramas de la producción y de la fabricación:
mente tal era el caso en el antiguo Egipto, en la India la creación y obtención de las materias primas y su
y la pretensión de la sangre noble en nuestros días, elaboración.
en principio, no es nada mejor y más profundo que No entro a considerar los aspectos de la economía
aquellas antiguas estupideces, tanto más en el espíritu nacional, de la agricultura, de la ganaderfa, de la sil-
del Cristianismo. vicultura, etc., sus condiciones técnicas, la forma de
Otro punto de vista con respecto a las fuerzas de su explotación a través de trabajo libre o no libre,
trabajo es el hasta qué punto son libres o están sujetas. etc. Todas estas cosas hasta ahora han sido conside-
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I
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1

radas casi únicamente desde el punto de vista llel a vapor que ahora trabajan en los países civilizados
patrimonio nacional o del perfeccionamiento técnico., ;,del mundo son una pauta para medir el gran movimien-
No ha de estar ya lejano el ·tiempo en que uno hé:l'brá ~ to histórico en estos ámbitos, la potenciación del do-
de verse impulsado a considerar estas cosas desde el '1,minio humano de la naturaleza.
punto de vista histórico a fin de poder dominar de esta i No son sólo triunfos de la ciencia natural; son al
manera todo su contenido. ·Se comprenderá entonces· fmismo tiempo una gran cantidad de otros factores
lo que significó el hecho de que Italia, desde las Gue- ;concomitantes, el orden estatal, la unión de fuerzas
rras Púnicas, pasara de la agricultura a la ganadería, ; para el fin adecuado, la consideración esclarecida del
de la granja campesina al latifundio. Entonces se .com- ~ mundo, los que han derribado' las rocas de la estupi-
prenderá el desarrollo de Francia en la época. de la { dez y la inercia, del prejuicio y de la costumbre. Y
Revolución, la destrucción de lo agrario, de la comu- cuanto mayor es la fuerza de las causas que así inter-
nidad de aldeas en Rusia, desde Pedro el Grande. · vienen, tanto mayores los efectos que de inmediato se
Paso ahora a la fabricación. Ella crea, a partir de transforman a su vez en causas, al igual que el que
las materias primas, o bien medios para la alimenta-: actúa éticamente en alguna dirección al mismo tiem-
ción y conservación o herramientas para complemen- , po actúa en todas direcciones liberante y potenciada-
tar y aumentar la fuerza humana, continuación-y am- · mente. En este sentido el System der Volkswirtschaft
pliación de los órganos humanos. Cuanto más· avanza >(1857) de Roscher es sumamente instructivo y rico
la cultura, tanto más reducida es la parte de la fabri- > en material histórico.
cación que es utilizada para la preparación de mate- , 2. La equiparación. Lo que produce y fabrica el
rias primas a fin de conservar físicamente al hombre. trabajo, los bienes económicos, son movibles e inter-
En todas las épocas se ha sabido perfectamente que cambiables a través de la reciprocidad ele las nece-
los órganos humanos tienen que ser complementados sidades; de esta manera, obtienen un nuevo valor: •el
y ampliados a través de herramientas con. las cuales .- valor de cambio.
en parte se puede multiplicar su fuerza, en parte refi- A partir de este momento, el comercio se desarro-
nar su utilización. El golpe de la maza es tanto más lla eri su imprevisible pluralidad, se desarrolla el con-
fuerte en la medida en que el diámetro de su osci- cepto de dinero como el concepto más accesible de
lación sea mayor ,que la distancia entre el puño y los valor de cambio que, precisamente por ello, puede
hombres; y el filo del cuchillo otorga a la r;nano una intervenir como elemento general de equilibrio y me-
posibilidad de corte -que penetra más profundamente dida de precio. De esta manera, el comercio aumenta
que un clavo. En la medida en que el trabajo estuvo más allá del intercambio directo; como valor de cam ..
ligado a la fuerza y a los órganos del hombre, su ren- bio aparece también el crédito, la certeza de la futura
dimiento fue .muy limitado. Con cada herramienta, con contraprestación; sigue toda una serie de nuevas com.:.
cada máquina, se ahorran fuerzas humanas que pue- binaciones y formaciones que se basan en el crédito:
den ser destinadas para fines mejores, y el espíritu hu- bancos, papeles oficiales, sociedades anónimas, etc.
mano, avanzando en inmensas progresiones, ha apren- Otro aspecto de estas formaciones son las comuni-
dido a construirse, en lugar del trabajo esclavo de los dades económicas. Ya la familia lo es y lo es de una
viejos tiempos, gigantes de madera y metal para tra- manera natural. El desarrollo ulterior conduce a co-
bajar con ellos y que pueden ser puestos en movimiento . munidades rurales y urbanas; luego a coincidencias
por el viento, la fuerza hidráulica o el fuego. Los mi- de los mismos intereses y a gremios, ligas de ciudades,
les de millones de caballos de fuerza de las máquinas sociedades anónimas, etc. Ya en la serie de estas rela-

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ciones se ve que cuanto más avanza, tanto más pura- munismo, tal como lo desarrollara primeramente el in-
mente se pone de manifiesto el carácter económico. glés Owen y en Francia condujera a la formación de
Por más atractivo que pueda ser, no habré de en~ un gran partido político~
trar ·a analizar· en detalles estos amplios círculos de la Tiene enorme importancia el que finalmente la Es-
economía política y de la vida de los bienes, y desa- cuela alemana se haya opuesto a este disparate, por lo
rrollar la sistemática que resulta de nuestro punto pronto G. Hansen, quien partiera de la consideración
de vista. Pero deseo agregar un par de observaciones humana, no de la ·industria sino de la agricultura, y
que son relevantes para el tratamiento de estas cosas. · 1uego, después de él, Rosoher y Knies. Había que con-
Por lo pronto, es evidente que todas aquellas for- vencerse de que en estos ámbitos se trata de fenómenos
maciones en la vida de los bienes tienen su historia completamente éticos, es decir, históricos; que es pu-
y que están perfectamente condicionadas por su curso ramente ilusorio el que la estadística se presente aquí
histórico y sus resultados. En este ámbito, los capi- con números y relaciones de magnitudes; que las lla-
tales en sus resultados son pasados presentes, no sólo madas leyes aquí son sólo analogías observadas y for-
capitales en dinero sino también en herramientas, ma~ muladas y no consecuencias que siguen de conceptos
teriales, experiencias, vinculaciones, etc. Pero creo que matemáticos. Es evidente que aquí, en donde uno tie-
para estas cosas hay aún q~e utilizar el predicado his- ne que vérselas continuamente con materialidades, es
tórico en una extensión más amplia. Como se sabe, decir, que tienen que ser tratadas de acuerdo con pun-
existe una muy fuerte tendencia a trasladar estas co- tos de vista mecánicos, químicos y físicos, precisa-
sas al ámbito de cálculo de los métodos físico-matemá- mente estas disciplinas juegan el papel más impor- ·
ticos y celebrar en ello una seguridad muy especial de . iante y es precisamente su coparticipación la que ha
los resultados. Aún hoy los belgas, los ingleses y los proporcionado tan grandes ·resultados ~ la fabrica-
franceses se encuentran plenamente en esta dirección: ción y en el movimiento de los bienes. Pero, esto perte-
mantienen una verdadera rivalidad en encontrar leyes nece a lo que hemos llamado el lado técnico de estas
estadísticas, en presentar fórmulas matemáticas para actividades. Igualmente se entiende que, como todos
todas las combinaciones posibles; esperan de esta ma- los fenómenos económicos se mueven en bienes, valo-
nera llegar a que finalmente el momento de la libertad res, condiciones reales, etc., se los puede designar y
ética se presente como algo que desaparece y que sólo calcular como magnitudes. Pero lo determinante aquí,
quede el cálculo. La próxima consecuencia de esta for- · por más oculto que ello pueda estar, son los factores
ma de consideración es el que se aísle las relaciones intelectuales y morales, que son los que mueven y
económicas de todas las otras referencias éticas, de califican estas materias, y los números y las fórmulas
que se simule tener ante sí sólo bienes y valores, mien- pueden sólo servir para simplificar y presentar más
tras que estos valores mismos sólo tienen valor a tra- claramente las combinaciones. Desde luego, aquí se,
vés de su vinculación con la personalidad, los bienes sigue calculando más y más, pero siempre con cifras
son sólo bienes para el hombre. El otro efecto de designadas, con datos individuales. Me remito aquí a
considerar así lo económico es que actúa de una ma- Knies, Die politische Oeconomie vom Standpunkt der
nera desetitizante en la medida en que es introducido geschichtlichen Methode, 1853.
prácticamente '-desetitizante porque niega la natura- Un segundo punto de vista al que quisiera refe-
leza ética del hombre y ella es sólo tratada como medio rirme aquí está vinculado con un error no menos difun-
económico. Es perfectamente coherente que en el con- dido. Se está habituado a anexar todas estas cuestio-
texto de estas disciplinas se haya llegado hasta el co- nes económicas de la política y a considerarlas como

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dependientes del Estado y del ámbito estatal; se habla : anente tendencia de mantenerse a nivel, así también
de economía política y de economía nacional como si bs cheques y papeles de valor, como forma más supe-
la determinación limitante Estado, pueblo, no hubiera for de expresión de valores que como un fluido aéreo
sido llevada a las relaciones económicas, de manera ::odea la esfera terrestre, infinitamente movible, infini-
puramente externa y casual. Es correcto que un pue- \amente fluido atravesando todo y condicionándolo, en
blo o nación tiene la tendencia a unirse política y eco- ,'.utotal vida atmosférica.
nómicamente, pero sólo se trata aquí de una tendencia; {:· Éstas son las formas en las cuales la vida de los
pues sería tanto más pobre cuant9 más se acercara al bienes se extiende mucho más allá del ámbito del Es-
bastarse-a-sí-mismo, a la aó--ccx.pxei.a.
El movimiento de t~do y del pueblo particular y con las cuales cristianos y
bienes es tanto más imperfecto cuanto más atado esté: paganos, pueblos salvajes y civilizados, son acercados
tiene la irresistible tendencia a devenir cosmopolita. 'ontinuamente y remitidos los unos a los otros.
Para la fabricación y el movimiento de bienes rigen·
otros límites completamente distintos a los naciona-
< Concebido desde tan grandes puntos de vista, natu-
ralmente, el sistema de la vida económica aparece de
les y políticos. Una de las tareas más interesantes, na- -ima manera totalmente distinta a cuando se conside-
turalmente aún no realizada, es la de clasificar las· /an las cantidades de la producción de bienes. Se mues-
partes del mundo y sus mares tomando en cuenta sus ·'tra todo como lo que es, como uno de los grandes fac-
regiones económicas, cómo ·empresas audaces y acti- lores en el todo del plan ético del mundo. Es una gran-
vas logran superar las fronteras y límites naturales, : e y sublime conciencia para cada cual, el que lo que
cómo la indolencia· y la falta de habilidad pierden el 'él también crea y goza, posee o ahorra, tiene su lugar,
territorio comercial natural, etc. Hasta fines del siglo 1por más modesto que sea, en la gran economía del
XVI, Colonia poseía un poderoso territorio comercial, 1
µiundo y lo que él en un primer momento :k:acesiguien-
luego fue disminuyendo hasta quedar convertida casi ;do la necesidad física y egoísta, al mismo tiempo sig-
sólo a una plaza de mercado para la zona circundante; inifica y debe significar infinitamente más que lo que
desde 1815 ha vuelto a las antiguas vías y se ha trans- !parecía prometer, que lo que dio motivo para ello;
formado en un emporio del tráfico entre Renania y tque de manera similar a lo que sucede en el matrimo-
Oberland y casi ha eliminado a Hamburgo del comer- 1nio, el momento meramente creatural y sensible, se
cio con Suiza y la Alemania Occidental, etc. Í~nnoblece y espiritualiza a través del contexto de las
El punto de vista correspondiente es el seguir a los iiesferas éticamente florecientes. La queja sobre el ma-
bienes en su movimiento, el analizar las corrientes de ;i:erialismo afecta no sólo .la vida de los bienes y su
este movimiento y observar su peculiar influencia exi- ,creciente multiplicación, sino que en su importancia
tante y vivificante que, así como del frotamiento surge {ética es reconocido por aquellos que lo viven. El esta-
electricidad, así también permanentemente estimula y ,';mento del comerciante, del fabricante, del agricultor,
aumenta la civilización. Obsérvese una vez más el paso tno es trivial a causa de su actividad sino que lo es
del siglo xv al XVI: cómo la hasta entonces báltica- tdebido a la convicción de aquellos que no aprecian la
mediterránea corriente del comercio se volvió oceánica; tnobleza de su tarea, humillan su profesión, al mal-
obsérvese la corriente totalmente nueva que, desde 'jnterpretarla.
mediados del siglo XVIII, cuando el algodón comen- ¿, Y, finalmente, lo siguiente. Para todo este círculo
zó a desplazar a la lana y al lienzo, se produjo entre la ):de relaciones hemos exigido el método histórico, na-
India y Europa. Y si los productos y fabricados, al _\turalmente con inclusión de la exposición. No hu-
igual que el agua fluyen de uno a otro lado con la per- j'-biéramos podido hablar así si compartiéramos la opi-
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nión tradicional de que la única forma de la exposición i 1 Estado, el derecho, la economía, etc., son sólo fun-
histórica es la narrativa~ Naturalmente, ésta encuentra '.'iones del mundo ético que, llevado de una manera
raras veces aplicación; cuanto más frecuente es la in- ielativamente cerrada en la naturaleza ética del hom-
vestigación, tanto más lo es la discusión. Así, uno po- ;re, es un gran organismo macrocó~mico.
dría inferir, todo este círculo de disciplinas pertenece :; El momento ético en las comumdades, que cons-
única y exclusivamente a la historia. Tal es y no es iituye la idea del derecho, es el que la infinita fuerza
el caso. Hemos dicho ya a menudo que la considera- ixpansiva de la personalidad, cuya expresión es s~ e~-
ción histórica se diferencia de la -consideración téc- fera de voluntad, siente y reconoce a su lado sus hm1-
nica y de la práctico-social. Tampoco el artesano ne- ·taciones en. las mismas personalidades y esfera~ de
cesita pensar en todo momento en qué contextos mecá- \voluntad y en este reGonocimiento se asegura al mismo
nico-matemáticos y físicos se basa su forma de trabajar Itiempo a sí misma. En las comunidades naturales, era
y algunas buenas mejoras las logra a través de la vía •1fa unidad sustancial del amor, del parentesco, de lo
del probar. Pero primero aquellas disciplinas enseñan ;popular, en la que los indivi_duos se _sentían unidos. E,n
el contexto de los medios técnicos y las fuerzas. Así Ja vida de los bienes, se sienten vmculados a traves
también la consideración histórica. La ocupación prác- ',:de la reciprocidad de la reserva y del interés personal;
tica suele prescindir de ella sin saber desde luego, de '.'.enla vida del derecho, a través de la comunidad de los
qué prescinde. La formación del técnico, hasta el cono- tfirmes límites. -Y en esta limitación _quedan libres de-
cirnien to del contexto matemático y físico, apunta a \:bido a que no toleran estos límites como h~1p1:estos
hacerlo tanto más inteligente en sus asuntos prác- , externamente sino que los llevan o toman en s1 mismos
ticos. El que en ellos uno habrá de ser tanto mejor · como su propia determinación de voluntad. Quien no
cuanto más uno conozca el contexto ético, es decir, his- quisiera reconocer y honra; est~s l}D;itaciones s,e co-
tórico, es algo que pocos sospechan. locaría fuera de la comumdad .1und1ca y cesana de
estar garantizado en su esfera de voluntad ven su mis-
e) La esfera del derecho ma personalidad; el derecho perturbado ll~marí~ ~1
§ 70 (75) poder nara obligarlo a adecuarse a la comumdad 1un-
dica. El derecho no es en virtud del contrato; pero la ex-
Aquí vale el prejuicio de que el derecho, al igual presión del derecho en el _caso_s_ingular,.toda relación
que en las esferas afines de la vida de los bienes, etc., , jurídica es un contrato (imvlicite) y viceversa: toda
es a través del Estado, que una situación jurídica re- i relación que se ha vuelto efectiva entre personas en
sulta sólo a partir del Estado ya devenido o -lo que ·' la vida de los bienes, en la vida del Estado, etc., es
es lo mismo- que el Estado es el fruto más altamente preparada mediante el ingreso en el derecho ""formal,
desarrollado de la idea del derecho, de la filosofía del es reconocida como real. Y esto tanto que hasta el
derecho, de manera tal que el Estado resume en sí mismo Estado en su relación con aquellos a los que
mismo corno elementos todas las formas de la con- abarca toma la forma del derecho ( derecho estatal),
formación del derecho. Esta es una concepción que es decir, renuncia a veces a ser sólo poder y acenta los
prácticamente conduce a enormes anomalías y que límites del derecho a fin de, a través del derecho, ser
teóricamente se equivoca al querer fijar corno princi- un poder tanto más seguro. Lo mismo en el matrimo-
pio exclusivo un factor interveniente, al igual que si nio, en la familia, la forma jurídica en el Estado, no
la fisiología quisiera, por ejemplo, reducir todos los abarca o reemplaza la profundidad de los elementos
fenómenos fisiológicos a la circulación de la sangre. éticos.
310 311
En el derecho se trata de dos momentos de la pe'r- :al igual que también lo son la familia, la comunidad,
sonalidad y de su esfera de voluntad sobre los cuales ·'e.te.,y hasta la persona individual.
interviene libremente, sea que en estas esferas de vo- .., Se ve así qué puede significar cuando se habla del
luntad se trate de la propiedad, la riqueza, el país y (:lerecho eterno, del derecho natural. Se trata aquí de
su gente, etc. o sólo de la fuerza de trabajo del propio !expresiones que carecen totalmente de pensamiento.
cuerpo. Parece claro sin más que la personalidad sólo 1
J'ues reside en la naturaleza del hombre el que tenga
puede disponer acerca de sus esferas de vo1untad pero derechos o, más exactamente, el que tenga su lugar
,en la esfera ética del derecho; pero cuál sea este lugar
no sobre aquello con lo cual cesaría su capacidad de
;.es algo que no resulta abstractamente de la naturaleza
disposición, es decir, sobre su personalidad. Pero en
:~delhombre sino de una serie de elementos especiales
todo tiempo ha habido esclavitud; el mismo Aristóte-
~;que precisamente tiene este hombre. Y los derechos
les cree poder justificarla partiendo del concepto no
r,eternos carecen de sentido ya que todo derecho, al igual
del derecho del más fuerte sino del derecho del mejor:
-'.que toda esfera ética, se encuentra en permanente mo-
los bárbaros le parecen haber nacido para ser escfa.
wimiento, tiene una naturaleza totalmente histórica.
vos. Igualmente, la comunidad matrimonial al comien~ ,;;Pero sí hay que. decir que la vida histórica de este
zo fue consíderada como sometimiento de la mujer; ;,,,.pueblo,de _esta época, crean también una convicción
sólo lentamente se fue imponiendo la idea del contrato~ {.común de aquello que es derecho que luego es preci-
de la consagración sacramental. Se ve cómo el concep- ·:,samente la de este pueblo y este tiempo; de la suma
to de la libertad, de la personalidad. y con ello la base '.de las conformaciones éticas resulta una norma con
de todo derecho; es un resultado cada vez más eleva- ;;respecto a los límites y al orden que tiene que exi~tir.
do de la cultura, de la historia. }.La expresión de ello la busca el derecho positivo, dicta
Constituye una ampliación del concepto fundamen~ }Ja Ley, sanciona el poder, a la vez que al mismo tiempo
tal cuando también las asociaciones de personas son L~stablece su protección. Pero la sustancia de la vida
concebidas como sujeto jurídico, es decir, como per- )jurídica y de las _situaciones jurídicas no lo es por el
sona jurídica. No es una ficción que sólo fuera hecha Estado, así como tampoco lo es la vida de los bienes,
para traspasar un concepto de derecho a relaciones de : .sino que lo es a través de la historia y su progreso.
este tipo, sino que en la naturaleza más propia de las · Pero esto ya basta para una orientación general.
comunidades humanas reside el que en su idea o en •·_¡Seve que en todas partes es aquí normativa la con-
su concepto de finalidad tengan una analogía con aque- L,sideración histórica. Cuando Montesquieu en su Esprit
llo que constituye la personalidad. Pues quienes se ·..des lois investiga no sólo la esencia de las leyes sino
encuentran en la comunidad, en la medida en que · _el contexto de las leyes, las situaciones jurídi"eas con ,
se encuentran en ella, son sólo partes o miembros de , todas las otras relaciones éticas de un pueblo o de la
este todo que está organizado para este fin o a partir ,,.vida estatal, la importancia de su trabajo reside en
de esta idea. Están asociados por el hecho de que . el hecho de que por primera vez la historia fue tratada
ad hoc han dado su voluntad, o bien expresamente bajo ·· no simplemente como la colección erudita de noticias·
la forma de un contrato o tácitamente, así como por sino como la maestra a la que había que aprender a
ejemplo, el hijo nace en la esfera jurídica de los padres. .escuchar y comprender. De esta manera, se abrió la
También el Estado es en este sentido un sujeto jurídi- vía de la gran consideración histórica de las esferas
co con todas las consecuencias que de aquí se infieren; .jurídicas. Cuando Gans en su derecho sucesorio a tra-
pero naturalmente es además algo totalmente distinto, . vés del desarrollo de la historia universal, hizo el in-

312 313
tento de estudiar una esfera especial de la vida del de-. ,jurisprudencia (Savigny). Fue más bien el estudio de
recho en -todas sus formaciones históricas, partió de :,Ja germanística lo que proporcionó aquel profundo
la idea históricamente correcta de que la idea del de- :~onocimiento histórico y, con esto, terminó por abrir
recho tiene un gran desarrollo coherente en el cual ;para el derecho romano una comprensión algo más que
cada paso abre un conocimiento; cometió tan sólo el ilogmática.
peculiar error de considerar que la tarea así presen-
tada era jusfilosófica mientras que sólo era histórico-
jurídica, histórica en el sentido más pleno. Cuando La esfera del poder
Ihering, en su famoso escrito sobre el espíritu del· de- § 71 (76)
recho romano, intenta entender la vida del derecho
péculiarmente desarrollada a partir del genio indivi- Conocida es la expresión de Aristóteles en el sen-
dual de un pueblo, tiene que presentar el pensamiento ··tido de que el hombre es un s&ov.1toA1,'t'1,xóv,
un animal
históricamente correcto en todo el sistema del desa- fpolítico. Con esto designaba el elemento que se en-
rrollo romano del derecho, la periferia cuyo punto cen- :.cuentra íncito en la naturaleza humana, en el sentido
tral ,es precisamente este espíritu del pueblo. Se opone :;de vivir en la comunidad estatal. Esto es tan necesa-
de esta manera al tipo usual de los estudios .romanís- :¡.io para el hombre como el hablar y el pensar.
ticos según el cual el derecho romano tiene que ser · Ya hemos analizado que, desde el comienzo, esta
aceptado y utilizado como algo ejemplar y terminado, ·necesidad inmanente de la vida política distó mucho
simplemente como dogma. Señala más bien a partir de haber logrado su expresión adecuada o,· dicho másr
de qué fundamentos en el derecho romano se obtuvo correctamente: que la forma relativamente adecuada
por lo pronto el conocimiento profundo de ciertas de- era la niás inferior, de la misma manera que el lenguaje
terminaciones fundamentales en el derecho y se lo subdesarrollado basta relativamente. Pues también el
obtuvo para siempre, así como en Grecia se obtuvo por Estado sólo a través de desarrollos progresivos ha
primera vez y para siempre los conocimientos decisivos llegado a organizaciones_ superiores, al desenvolvi-
acerca del arte. miento independiente de los momentos que en él se
No he de entrar a analizar los ámbitos individuales , encuentran, a su concepto, a un concepto en el que
de la esfera del derecho. Aquí es todavía más claro ahora creemos haberlo reconocido.
que en el ámbito de la vida de los bienes el que, al igual Con merecida fama se alaba la República de Pla-
que las situaciones y formas jurídicas, todo negocio , tón, la Política de Aristóteles. Pero en ambas obras, el
jurídico, toda polémica jurídica, es de naturaleza histó- concepto de Estado no llega más allá de la 1tÓA1,r,de
rica y, con ello, objeto de la investigación histórica. la comunidad urbana. En ellas lo estatal y lo cbmunal ·
Y quizás el aporte más importante de la ciencia del están todavía totalmente entremezclados y a partir
derecho de los últimos cincuenta años es el haber visto de su concepción es prácticamente imposible formarse
que la formación del derecho es algo cotidiano y pro- la idea de un Estado helénico, de un Estado nacional
gresivo; tiene precisamente una naturaleza histórica. en el cual se reunía el poder de este pueblo defensiva
Ésta es una concepción que no ha sido presentada por y ofensivamente. Para ello conocen sólo la fórmula
la llamada Escuela histórica. Pues esta escuela era es- de la acpµµrt.,el acuerdo de muchas soberanías comuna-
trictamente romanística y hasta dogmática; negaba que les y locales. ¡Cuán diferentemente tuvo que confor-
hubiera otro derecho formado como no fuera el ro- marse la concepción del. Estado cuando se avanzó- de
mano y negaba a nuestro tiempo la vocación por la la ~611,ral reino y luego hacia el imperio!
314 315
1

1 No he de seguir aquí la secuencia de las distintas En la medida en que el concepto de poder sea menos
,¡I
formaciones por las que fue avanzando la idea del bajo, basto, inmoral, encuentra su alimento y su con-
j Estado. Una tal historia de la idea del Estado sería dición en todas las funciones verdaderamente éticas.
li! una investigación gratificante y debería constituir la Pues, en última instancia, cada cual está protegido
I: introducción de toda política, es decir, de aquella cien- sólo por el poder y cada cual según su tipo contiene
il
cia en la que se trata de las formas, órganos y funcio- elementos del poder, que se unen en la mano del Es-
nes del Estado. Pues la política es aquella .disciplina tado saludable y no peligrosamente.
que tiene que investigar desde su aspecto técnica las Concebida y desarrollada desde este punto de vista,
cuestiones que hay que considerar en este parágrafo. la idea del Estado habrá de poseer la energía que debe
Aquí tan sólo deseo insinuar los rasgos fundamen- tener para poder cumplir su tarea y, al mismo ttempo,
tales ,que resultan de la consideración histórica y que· encontrar los límites que ha de tener con respecto a
naturalmente, divergen considerablemente de la es~ las otras esferas éticas y a través de los cuales sólo
peculación corriente. pueden salvarse sus relativos derecho y libertad.
Esencial .al Estado es la idea del poder. El Estadó
Esta tarea, que está dada ya en el concepto de Es-
es el poder público defensivo y ofensivo. Cualquiera
que sea la comunidad en la que vivan los hombres, tado, es doble y apunta tanto hacia el interior como
para que puedan vivir seguros, necesitan un acuerdo hacia el exterior. El desarrollo de la idea del Estado
acerca del poder. Se puede hasta decir que esta pro- consiste precisamente en que en ella se reúnen todas
tección es el prius para todas las otras comunidades. las funciones del poder y en ella se organizan. Pues
De su existencia penden todas las otras existencias. Por si estas funciones no se encontraran en manos del Es-
ello le están obligadas. Dispone de ellas en la medida tado y bajo su control, se convertirían en .otros tantos
en que éstas lo necesitan para su conservación. Pues . medios de fa usurpación y constituirían un peligro
el interés común ·supremo de todos es que el Estado para el todo.
se mantenga y se mantenga fuerte para la función Por cierto, no desde el comienzo, no en todos los
ofensiva-defensiva. Y es tanto más fuerte cuanto más tiempos, la idea del Estado ha existido con esta ener-
firme sea este sentimiento de su necesidad entre aque- gía, con esta organización, y cada una de las esferas
llos a los que abarca. El Estado, cualquiera que sea éticas, aspiran a hacer valer los elementos de poder
su forma, cualesquiera que sean las mános en las que que en ellas residen. Ahí está el poder de la Iglesia,
está, domina porque tiene poder. Es señor para tener. •.que ha arrebatado una parte del poder público, que
el poder. :É'.staes la suma de toda política. pretende dominar totalmente los espíritus; ahí están el
¿ Se proclama con esto el domino la pura violencia? arte y la ciencia, el poder de las ideas, la ·iniciativa de
Desde luego; en los estadios más bajos de su desarro- la vida espiritual; la vida de los bienes crea las gran-
llo, el Estado tiene poco o nada fuera del atributo de des diferencias de la sociedad, la diferencia estamental.
la violencia y de la arbitrariedad. Pero su progreso Dicho brevemente, la vida interna del Estado es mo-
consiste en que aprende a hacer la esencia del poder vida permanente y continuamente por todos aquellos
más profunda, más verdadera, más moral, en que fi- poderes éticos a los que nos hemos ya referido y que •
nalmente reconoce el verdadero poder en la libre vo- pueden someter con mano violenta transitoriamente
luntad de los hombres, en su libertad, en su entrega y al Estado, aunque no de manera permanente. Por cier-
entusiasmo, en el desarrollo supremo de todo lo bue- to el poder puede influir hasta un determinado gra-
no, lo noble y lo espiritual y aprende a organizarlo. do en todas las otras esferas éticas, pero sólo hasta

316 317
un determinado grado; más allá de él no podría avan- libertad es tanto peor cuanto mayor sea la organiza-
zar impunemente. ción del poder. No fueron las organizaciones de Carlo-
Pero es fácil comprender de qué se trata aquí. Es : magno las que pusieron fin a la libertad comunal ale-
una concepción totalmente errónea sostener que el mana sino el hecho de que la idea del Estado se para-
Estado da ad libitum esta ley sobre aplicación del de- lizara y que los empleados al servicio de la Iglesia, el
recho o aquella otra disposición impositiva, etc. Re- ejército y el Estado, al paralizarse el control estatal,
side en la esencia del poder el que pueda disponer abusaron de sus cargos y posiciones en 'beneficio pri-
autocráticamente. Pero el Estado tiene que ser muy vado. En contra de tales degeneraciones, como las que
primitivo, es decir, muy débil, para poder disponer de muestran el sistema estamental alemán del siglo XVII,
esta manera. Cuanto más libre y vitalmente está desa- la nobleza inglesa del siglo xv, la jerarquía, la autono-
rrollada la idea del Estado, tanto más claramente se. mía urbana de la Edad Media, no hay otra salvación
ve que el Estado es el que establece el equilibrio ge- como no sea la de que la idea del Estado saque fuer-
neral entre aquellos círculos éticos y permanentemente zas de su flaqueza, se forme nuevamente y se impon-
parlamenta entre ellos y se ve confrontado con ellos: ga. Cuando esto no se logra, como en la nación polaca,
y entre ellos~ Para esto sólo es adecuada y capaz la en la nación alemana, se pierde lo único que no de-
idea del poder. Pues sólo ella tiene en todas Jas res- ' hería perderse, es decir, la existencia nacional. La
tantes esferas el mismo interés formal en un contexto fórmula puede expresarse también así: el Estado, en
firme, permanente y asegurado y sólo ella es por su tanto poder público es el seguro de todas las esferas
propia esencia indiferente frente a lo material de cada éticas dentro del Estado y todas ellas sacrifican fanto
círculo especial, en la medida en que aquí no se ponga de su autonomía y autodeterminación como es nece-
en tela de juicio el poder. Sólo el Estado puede ser sario para que el poder esté ahí para asegurarlas y
tolerante en cuestiones de religión, puede ser justo representarlas. E igualmente el poder se encuentra en
en los tribunales, puede permanecer caJmo en la com- su posición suprema cuanto mayor sea la salud, liber-
petencia de la vida de los bienes, etc. tad y movimiento de todas las esferas éticas.
Creo que con esta concepción se ha encontrado El otro lado del poder, el de la protección hacia
aquí la fórmula, el verdadero nervio vital, de la vida afuera, es el más simple, el más tempranamente desa-
constitucional. Lo esencial no es que los estamentos rrollado; podría decirse que, por lo general, es el pri-
convocados tengan el derecho de hacer oír su voz. Por mario. Es la soberanía, la independencia y la autode-
el contrario éste es, sea de tipo estamental o repre- terminación del Estado, es decir, su libre personalidad
sentativo, extraordinariamente menos significativo de al lado de otros Estados y pueblos, la que debe ser
lo que se cree. La esencia de la Constitución reside más asegurada. Por más grande que pueda ser la diferencia
bien en la medida en que el Estado adquiere concien- cuantitativa del poder, cualitativamente, en virtud de
cia de que aumenta su poder cuando no procede auto- su propia esencia, cada Estado es poder y soberano en
cráticamente sino de acuerdo con los grandes intereses el mismo sentido ilimitado que cualquier otro.
reales, sea que estos grandes intereses se hagan valer Es obvio que esta relación de igualdad de los Es-
por la vía de la discusión pública o de la representa- tados puede ser de inmediato afectada por las necesi-
ción o de una administración protectora. dades de la vecindad, de la comunicación, etc.; que
También menciono la administración. Una de las surge la necesidad de, a través de los tratados, crear
más infortunadas concepciones, que por cierto es muy •un derecho común al cual por lo tanto el poder se su-
frecuente~ es la que ~o~tien.~ qu~ h~ $ltuadó.n d.e,la . bordina ad hoc; que todo esto ha de conducir a encon-

318 319
trar también la forma para solucionar, de acuerdo con •.1 · Desde luego, de esta Inanera np llegamos. en ningún
este derecho, los conflictos que puedan surgir entre. ;ca,so al;¡conceptq exaltado· del Estado tal·· como.-lo han
poder. y poder y cuando esto no pueda lograrse a tra- ]formulado .las doctrinas •de las .últimas cuatro genera-
vés del derecho, sí al menos a través de la negociación ¡•~iones y tal. como ·en nuestro~ días .la hacen valer ·1a
y la comprensión mutua. Es un estadio posterior que, qoctrina de. Stahl y la praxis de Louis . Napoleón.¡ Si
cuando se produce, testimonia un desarrollo cultural· ;el movimiento .de 1848 ha contenido alguna doctrina y
más alto. El concepto de Estado tiene que aparecer ;la ha .traído al mundo, ella es que el concepto de Es-
ya concebido y formado a fin de que el del· derecho i.tado debe ser .considerado de una manen1 más aguda
internacional pueda presentarse a su lado suavizán- que lo que hasta .ahora ha sucedido. Las terribles con-.
dolo. ~ecuencias :que Francia ha sacadq del concepto ciego
No he de entrar a analizar las innúmeras formado-. :y-absoluto del Estado muestran un abismo: de peligro
nes que ha encontrado el derecho internacional para \.para los bienes éticos más nobles. Constituye una pro-
reforzar las estructuras internacionales. Más impor- ¡ funda y seria tarea avanzar más profundamente en
tante es observar cómo en todas partes, en la medida. ::ella. Pues nat1.;1.ralmentelo .que- importa no es la mera
en que se desarrolla el lado del poder que apunta hacia ::~egación, .tal como fa que hacen valer. la Iglesia y los
adentro, cede el abrupto hermetismo hacia afuera, la ; viejos estamentos. Lo que importa es .encontrar y
soberanía. Se puede decir que el derecho internacio- desarrollar. la forma .en la. cual el Estado no -es·.nada
nal tiene la tendencia a convertirse cada vez más y *'wás y nada menos que poder en el sentido verdadero
finalmente en derecho estatal, exacto, permanente. ··de 1a palabra. - ·'
Estrechamente vinculada con el progresivo desa- · La tar~a .eleuna lección up,jversitaria sobre política,
rrollo del derecho internacional está la idea de que los 'y más exactamente sobre arte estatal, tiene ·qqe ser el
Estados, bajo determinados puntos de vista, tales co- Idesarrollar las organizaciones estatales en lo interior
mo el del comercio, la educación, el derecho, etc., for- \y en ,lo ·exterior a partir del concepto ,de·•poder. Con
man una gran comunidad en la cual, si bien es cierto testo no quiero decir que .uno habría de. llegar. a, una
que la aguda distinción creada por el concepto de po- fórmula acerca de cómo debería'. ser.organizado:el.me-
der no desaparece totalmente, no es aplicable para :Jor Estado; .sino que habría que desarrollar la .serie de
las relaciones más importantes y para la marcha re- das funciones esenciales •a partir de la tarea, a partir
glada de las cosas. Esta es la idea que, desde la época : qe la naturaleza · ética del Estado, y luego •ver con
del imperio de los imperatores, bajo formas siempre ';c,uáles órganos, en cada caso. dado, estas funciones son
distintas, fuera intentada y que finalmente se impu- :realizadas, cuáles medios están dados para ello, de
siera en la forma del sistema de Estados. No ha sido , acu.erdo con qué condicionamientos actúan. ""
la catolicidad de la Iglesia la que ha logrado traer esta Esto basta ya para indicar, al menos, la ubicación
bendición sobre el género humano, tampoco la polí- ..~.istemática de esta qisciplina ..
tica de alianzas de gabinetes y de contrepoids, tal co- , A este análisis. general. del Estado y .sus fondones
mo se desarrollara en la Guerra de los Treinta Años, ;.se .agrega el otro, es decir, que cada :Estado, al menos
sinó la intelección obtenida con el progresivo movimien- tpdo Estado altamente desarrollado;: tiene su tipo y
to de las ideas, en el sentido de que las grandes co- 9rganizadón .especi.ales,· su historia. especia.!, su ...po.;
munidades éticas en las que vive el hombre, han cre- l,ítica. Además, se trata; al mismo tiempo de la serie
cido en relación con el Estado, cuya protección y honor de referencias externa.s ,de cada Esta.do particular, gue.:·
defienden, pero ·no sólo para él y a través de él. rras, negociaciones, tratados, etc. La· bibliografí_a his~

320 321
11
tórica propiamente dicha está constituida primordial- :,cons!derado históric~mente. No necesitamos ya actuar
mente por este tipo de obras de las cuales cada país pon m~~1;1uafalta de reflexión como si l~.pequeño y lo
y pueblo puede mostrar :una serie inmensa. 1p~que:~usimq que sucede sea igualmente objeto de la
Con esta visión general del Estado hemos concluido fhistona, al igual que lo grande y lo muy grande: en
la parte de las comunidades éticas. Cada una ele ellas, ";lahistoria especial, lo pequeño y lo pequeñísimo tienen
lo hemos visto, tenía su historia que va mucho más Js1:1lug~r y su _dere~h_o.Puede ocurrírseme investigar la
allá de los eones. Y en 1a médida en que esta i:nisma fostona de mi familia que a pocos fuera de mí mismo
serie sé conserva hasta el aquí y ahora, en la medida ,;habrá_de interesar; pero, en sí, tiene la misma natura-
en que 1a conformación del presente incluye eh sí mis- ,'.lezahistórica y ha de ser tratada con los mismos méto-
ma también. los anillos de los años ·ya vividos ·en las ;:dos que la historia de la casa de los Habsburgos o de
conformaciones anteriores, estamos en condiciones de. }os,Howard. ¿ Quién habrá de negar que el pequeño
comprender, en la plenitud de este presente, lo ya vi- :pais de Vaduz .o el Estado de San Marino tienen tam.,;
vido; ::l?ié1:su historia? Lo único que sucede es que no habrá
Pero, ¡cuán infinito ·es el número de las conformado; \:ge mteresar a otros como no sean los inmediatamente
nes en cada· una de estas séries ! Hemos hablado del ,,::afe~tado~por ella: no tiene un interés mayor, no tiene
espíritu de los pueblos. Cada pueblo que existe y exis- :1:lnmteres generat • .
tió tiene su peculiaridad, su historia; lo mismo sucede :,i: H~bremos de considerar ahora de qué tipo es este
con cada Estado, con cáda derecho. No podemos ne- ?nteres g:~eral s~perior o, ta! Cf>mohabr~rr¡os •de usar
gar que toda formación en estas esferas es· de natura,¡ 1}~ exp:esion, que es lo que dlstmgue la historia de las
leza histórica y con ello, también adecuada para la 1:l:ustonas.
investigación histórica.
¿Puede nuestra ciencia tener la tarea de referirse
a cada matrimonio, a cada tribu africana? ¿Dónde en.:
con tramos una. medida y una fórmula para poder de-
cidir' adecuadamente al respecto?
La respuesta a esta cuestión. será proporcionada· e:ri
la segunda parte de la sistemática. Se ve perfectamente .
cómo esta primera parte, que trata de las formaciones
de las fuerzas éticas, ofre'ce los esquemas completos de
las historias especiales, no la his,toria especial de las
personas cuya ubicación metódica habrá de resultar
en otra parte.
Considero que las carácterizaciones aquí hechas
son resultados especialmente importantes de nuestra
consideración. En esta distinción entre historia ge-
neral· y especial reside la posibilidad d~ safir de la in,;
finita confusión acerca de aquello que· debe abarcar la
historia. Podemos ahora decir con seguridad: todo
hacer y ser ético de los hombres es de naturaleza his-
t6rica y· le está indicado un lugar en donde puede ser

322
III. EL TRABAJO HISTóRICO iviente en movimiento, es estimulado y determinadó a'
SEGúN SUS TRABAJADORES ·través ·de nuevas impresiones, condiciones, estímulos
. §§ 72 (77). ·73 (78). 74 (79). 78 (83). 79 (84) con los que nos encontramos y cuanto más activa es la
\ vida que le es otorgada, tanto menos puede calcularse
: ó .presuponerse cómo habrá de modificarse.
Para nuestros intereses prácticos en el presente,
para nuestro querer y hacer, tiene la mayor importan-
::cia el poseer una imagen lo más segura y clara posible
'.de .las personas con quienes tenemos que habérnosla.
Pues nuestro hacer tiene .que estar determinado por
Hemos ya indicado anteriormente que la interpre- · •·ello en una buena medida. Con las personas de tiempos
tación ·histórica no es suficiente para reconstruir total pasados no tenemos que actuar de e.sta manera. ·Cuan-
y plen:amente los pasados, que siempre queda un resto do las queremos investigar históricamente tienen para
en el ·que se ·esconde lo más auténtico e íntimo de la: nosotros sólo el interés cie ver qué parte ha jugado
persona, su valor personal. . . sti carácter en aquello ,que ha ·sucedido: ello se ex-
Y sin embargo, cuando decimos que todas las for- • plica parcialmente a partir de su. personalidad, de la ·
maciones y cambios en el mundo ético se realizan. a manera cómo en su presente sus adversarios y ami-
través de acto.s de voluntad, nos. parece que precisa- gos,_ sus colaboradores, sus rivales, sus émulos, lo de-
mente lo más personal y auténtico del hombre tiene terminaron en su actuar y en sus planes, cómo, correcta
que ser considerado como lo más esencial para la con- . o falsamente, entendieron a esta personalidad.
sideración histórica. . Desde luego, estas opiniones y Juicios de contem-
¿ Debemos decir aquí, tal como tuvimos que decir , poráneos tienen para nuestra investigación un gran va-
en el caso de las comunidades éticas: el conocimiento •,lor ya que influyeron decididamente en el curso de las
concreto de lo que es en el presente tiene aquí que cosas. Pero para la personalidad juzgada no son nin-
prestar su ayuda, el mayor y más íntimo conocimiento ;•guna norma de nuestro juicio. .
de personas y caracteres tiene, por así decirlo, que pro- Para nosotros aparecen en primer plano otros dos
porcionarnos la serie de cuestiones en la cual debe- puntos de· vista: .
mos buscar, investigar la esencia de las personas de 1. · Cuando cada cual convive y coparticipa él mis-
tiempos pasados? , mo et1 mayor o menor medida en todas las comuni-
No era solamente la insuficiencia de los materiales dades _éticas sobre las cuales hemos hablado, en.ton-
históricos lo que nos imposibilitaba este conocimiento ées · se. encuentra por más individual y libre que pueda
pleno de los caracteres, ni tampoco la deficiencia de ser su yo, en cada una de estás esferas y se comporta
los métodos históricos. Sino que también aquéllos con ~onsecuentemente. Cuando vive en este pueblo, en este
los cuales vivimos y tenemos contacto podemos com- · Estado, comparte también su derecho, su idioma, los
prenderlos en la más íntima esencia de su yo sólo , prejuicios de su nacion.alidad, el patriotismo de este
de manera incompleta, sólo hasta cierto grado, en un Estado; como funcionario actúa de acuerdo con su de.:
momento muy determinado. Y ni siquiera compren- her en cuanto tal, a menudo torpe e hirientemente,
derlos con la seguridad tal que pudiéramos decir: así aun cuando de acuerdo con su personalidad quisiera
será también el mañana, así habrá de querer y actuar
mañana. Pues mi yo, al igual que tu yo, es algo vi- t ser suave y mesurado; co~o soldado hiere y mata,
asola, incendia, cuando así se le ordena. No actúa como
324 i ~
individuo y de acuerdo con su opinión individual, sino totalmente a segundo plano parct la. consideración his-
de acuerdo con una de las muchas relaciones que con~ }órica, otra consideración diferente, nos conduce a· un
juntamente llenan su yo y se enredan e~ su c~mciencia. iresultado ·también distinto.
Al mismo tiempo actúa desde.un yo más alt? !ªl co~o ' Naturalmente que cada individuo que podemos re-
tiene su forma en este ejército, en esta admm1strac1on iconocer nuevamente en nuestro material histórico, tie-
pública, en esta comunidad religiosa, en este Estado '.'ne para nosotros un interés que es tanto más grande
o pueblo y en el que mil~s y mill~ne~ ~e saben for- ;cuanto más sea lo que de él conocemos ·o mayor haya
mando una unidad. Por mas que al md1v1duo a menu- '_sido la importancia de su actividad, en cualquier ·di-
do le pueda ser duro, o tener dudas en cas.o de c?~li-, :rección que ella se haya movido.
ción de deberes acerca de lo que debe hacer u omitir: · Aumenta así hasta lograr el mayor interés en aque-
en su conciencia está ,totalmente seguro cuando se. 11las personalidades que, avanzando cada una en su
adecúa a un deber superior; se siente elevado sobre ·:.esfera respectiva, aparecieron en forma creadora, de
su pequeño yo individual y como enno?l.ecido con '?n /cuyo .hacer nos quedan aún reconocibles los actos de
derecho superior cuando actúa al serv1c10 de ~ste_~n.. voluntad con los cuales dieron ellos los nuevos im-
terés general superior con plena fuerza y ded1cac1on. Jpulsos.
A nuestro investigar histórico se les escapan a su J. Si hubiera que encontrar una definición del con-
investigación e interés los millones de individuos. Ellos /cepto de magnitud histórica, éste sería precisamente
están allí sólo como coactores en estas comunidades, ·;el lugar para hacerlo. Tendría que ser el concebir,
en estas esferas éticas, y en su movimiento histórico; :expresar o realizar los nuevos pensamientos, o como
son sól~ el pueblo de este Estado, los soldados de este iSchiller dice: «Dar nombres del tiempo que rueda»,
ejército los creyentes de esta iglesia, etc. :'en el movimiento del mundo ético.
y m.'ás aún: este Estado, este pueblo, esta iglesia, , Estas personas no nos interesan por su amplia y
es en la serie de los tiempos algo sólo transitorio. Los idemasiado a menudo inagotable cotidianidad e insu-
Estados, los pueblos, las religiones de todos los tiem- ~ficiencia, sino porque para nosotros son representantes
pos son la hasta ahora plena conformación a!~anzada .,de los grandes intereses y conformaciones en las que
de las esferas éticas, de las que fueran expres1on Y es- ~tuvieron una posición tan excelente. Y para la his-
tadios. Y todos estos poderes éticos en su confor~a- . l 'toria, en la historia, sólo queda de ellas lo que signifi-
ción temporal forman el contenido concr~to de la his- •caron en esta serie de formas y efectos.
toria el contenido de vida -de la humamdad. .· Pues la consideración histórica concibe el pasado
·E~ este sentido, en el § 74 (79) se dijo: «La forma :como el incesante movimiento, que llega hasta ~l pre-
cómo este matrimonio, ·esta ·obra de arte, este Estado. ;Sente, que a menudo se acrecienta en espirales, como
se comporta con respecto a la idea .de la familia, de ·movimiento continuado en todas las esferas de los
lo bello y del poder, así lo hace el empírico, efímero :poderes éticos, como un gran trabajo que tiene como
yo ·con respecto al yo en el ·qu_epi~nsa e~ filós?fo, el profesión que hacer avanzar el presente y transmitir
artista crea, el juez ,iuzga, el historiador mvest1ga. El el futuro.
vo universal, el yo de la humanidad ,es el suieto d~ '· Este movimiento se realiza siempre en la misma
ia historia. La historia es el yvwOt. O"(X.U'tov
de la humam- Jórmula: desde las competencias en las que han llegado
dad, su autoconciencia, su conciencia.» a ser, se desarrolla con la sensación de sus deficien-
2. Si en esta forma de consideración el ser per- pias y de su presión, desarrolla la concepción de que
sonal de los innúmeros individuos del pasado pasa allí hay mucho que no debería ser, que otras cosas

326 327
IV. EL TRABAJO HISTÓRICO SEGúN SUS 'FINES
tendrían que ser mejor, es decir, la contraimagen ideal,l §§ 80 (85). 81 (86). 82 (87). 83 {88). 84 (89).
la idea· que debe ser realizada, de acuerdo con la cuah 85 (90). -86 (91)
lo que es tiene que ser reformado, tiene que crearse
algo mejor. Y esto nuevo deseado mueve e impulsa
los corazones, aumenta la impaciencia de verlo logra~;
do, hasta que los geniales caracteres activos, imbuidos•
de estos pensamientos, se presentan para realizarlo. :
El mismo esquema, tomado por lo pronto de las~
esferas prácticas, se repite mutatis mutandis en los::
otros ámbitos, tal como es fácil de comprender.
«Los pensamientos son la crítica de aquello que es, Si para nosotros la historia es el incesante y pro-
y no es como debería ser» se dice en el§ 78 (83). En fa; gresivo movimiento de la humanidad, el avance ~ las
medida en que se realizan ·se extienden en .nuevas si~1 fuerzas morales, la próxima pregunta es: ¿hacia qué
tuaciones, se convierten en hábitos, se condensan en metas y hacia cuál meta final se mueve? Y la pregunta
inercia y anquilosamiento y con ello vuelven c1desafiar: siguiente: ¿nos proporciona nuestra ciencia a partir
a la crítica y así se repite el proceso hasta el infinito. . del movimiento observado hasta el aquí y ahora una
· información sobre esta meta, un conocimiento del fin
en aras del cual se afana ·la humanidad? ¿Es la tarea
de nuestra ciencia dar respuesta a esta pregunta?
Por más profunda que pueda ser la necesidad del
espíritu humano de aclarar cómo fueron los comien-
zos y cuáles son las metas de la humanidad y por más
·. incesantemente que la especulación teológica y filo-
: sófica, argumentando desde la autocerteza del espíritu
finito, haya trabajado en ·esta dirección, en la natura-
.. leza de las ciencias empíricas, que sólo poseen el aquí
··.y ahora, no está dada ninguna posibilidad de avan-
zar hacia el comienzo y el final definitivo. Cuando las
ciencias naturales, como consecuencia de su método,
llegan a la conclusión de que el mundo es un pe1'petuum
mobile, que se mueve a sí mismo, conceden a su método
un alcance que va más. allá de lo justificable. Las últi-
mas causas a las que así llegan tal como, por ejemplo, el
movimiento del eter, no son menos hipotéticas que
ló que a sus ojos es la omnipotencia de una divinidad
que haya creado el univ~rso. Sólo que esta tiene la
autocerteza del ser-yo como su fundamento y aquélla,
según ellos creen, la certeza objetiva de las percepcio-
nes empíricas de los sentidos.

329
328
La investigación histórica se conforma con abar- :•cepto abarca un grupo de cosas que son, que la igual-
car sólo una pequeñísima parte· de los ilimitados tiem- .dad de ciertos momentos se muestran como constan-
pos que precedieron nuestro presente y con respecto ' ,tes, así también la ley es la expresión de la -misma -co-
al futuro no sabe si habrá de terminar mañana o des- ·::munidad y constancia de las cosas que suceden. ·· •
pués de eones. Por cierto que a partir de los aproxima- • Pero el mismo Newton consideró que su ley de la
damente tres mil años de historia que conocemos po- ,' gravitación era un problema (Optice III quest. 21 ).
demos formarnos una idea acerca de la dirección en Tenía perfecta conciencia que no se trataba de algo
que presumiblemente habrá de moverse el futuro. Y absoluto sino de un resumen de los hechos hasta ahora
cuando suponemos que este movimiento del mundo · ·observados, sólo una teoría o hipótesis a partir de la
ético conduce a siempre nuevos perfeccionamientos, lo 'cual estos hechos -pueden explicarse de la manera más
hacemos en virtud del convencimiento que se desa- ; simple y exhaustiva, es decir, los cuerpos celestes son
rrolla en nos_otros -a partir de nuestra autoconciencia ·considerados sólo desde el punto de vista de su mo-
y de la naturaleza de las potencias éticas que de allí : vimiento mecánico y sólo bajo el presupuesto d~ que, ~
resulta. Si con todo, a las demostraciones de la exis~ por ejemplo, los cientos de asteroides no _son solo _un
tencia de Dios, queremos agregar la que resulta del planeta que hubiera estallado y que tuviera ~u curso
conocimiento histórico, ésta no es diferentes a las entre Marte y Júpiter, o -que Saturno o Mercurio hayan
demás, es decir, no es una demostración a partir del · de tener el mismo destino.
conocimiento de la esencia conocida de aquello que De manera análoga podría decirse -que -la ética_ es
debe ser conocido, sino que surge de la autocerteza la ley de la historia, el orden ético_ del mundo, el do-
de nuestro pensamiento y conocimiento y de su ne- minio y la conformación de las-potencias éticas. Pero
1

cesidad. · esto puede ser dicho· sólo eón la 'misma limitaciQn de


Así pues, nuestra ciencia no llega ni a los últimos que el mundo humano, concebido bajo -este punto de
fines ni puede remontarse a los primeros comienzos. vista así se presenta, y con la limitación de que el
Y si nuestra: investigación conoce o concibe al mundá acontecimiento por nosotros concebido desde este pun-
ético como una incesante continuidad en la que se to de vista, en la medida en que nos es conocido por
alinea una infinita cadena de anillos de fines de fines, la investigación, es ·explicado de la manera más· simple
por la vía de nuestro conocimiento empírico no es y exhaustiva, una teoría que nos resulta de una in-
posible alcanzar el último fin que' mueve a todos los ducción incompleta y, con ello; ·queda un. problema
demás, que los abarca ·y los impulsa, el fin supremo, que no es .solucionable por la vía y en el ámbito
incondicionado condicionante, el fin de los fines: de nuestra ·ciencia empírica.
'Podemos expresar esta consideración también eón Recordemos lo que hemos expuesto en nuestra pri.:
otra fórmula. Reiteradamente se plantea la cuestión mera y segunda parte: allí el método de la investiga:.
acerca de la ley de lá historia·. Con esto se quiere hacer ción histórica, aquí el ámbito de lo históricamente
referen~ia a una determinación que sea la constante y investigable. En la parte metódica resultó la - forma
la decisiva: en la historia, que desde el comienzo la haya cómo debemos proceder con los materiales históri-
determinado necesariamente y que habrá de determi- cos que tenemos ante nosotros a fin de investigar co-
narla hasta el fin de los tiempos, tal como la ciencia sas que son pasadas en el -·más plenp sentido de la
natural encontrará para el movimiento sideral una de- palabra, -que sólo surgen, hasta un cierto grado, en
terminante de este tipo en la ley de la gravedad de nuestra representación y que actualmente pueden ser
Newton. O como se ha solido decir: así como el con .. conservadas. En la parte sistemática obtuvimos la vi-

330'
sión de la~ cosas desde la cual en 1;mestra ciencia pocos miles de años con respecto a los cuales existen .
procuramos obtener estas concepciones y, en la me- materiales.
dida en que existen todavía materiales para la inves~ Por último: en su exposición habrá de poder con-
tigación, también pueden ser obtenidas. Pero, en el formarse con. tan sólo ordenar, la una detrás de la
mejor· de los casos, estos materiales son incompletos. otra, las concepciones obtenidas. Pues ya con haber ob-
Y así como es cierto que estas cosas. pertenecen todas tenido a través de la investigación muchos e innume-
al pasado, yS decir, a la nada, y en su presente de otro~ r~les datos, ellos se complementarán recíprocamente,
ra tenían toda la plenitud y variedad de un ser real . se equilibrarán y se iluminarán de la más variada ma-
infinitamente complicado, igualmente cierto es .que in~ nera y aún en el caso en que sólo se coloque la una
vestigando, de· ellas podemos elaborar sólo en. cierto tras la otra·, tiene que haber una serie y una secuencia
modo, sólo bajo ciertos puntos de vista y sólo par- y con ello un punto de vista para su ordenación, en
cialmente, algunas concepciones de su ser de otrora.· la que cada una de estas concepciones encuentre su
Todavía p.o nos hemos a~larado como debemos :ex- lugar y así un plus con respecto a aquello que cada una •
presar estas concepciones y así volverlas ulteriormente hubiera obtenido por sí .misma.
utilizables. Pero, cualquiera que sea. la forma como Esto basta para caracterizar la diferencia especí-
ello pueda llevarse a cabo, dos cosas. son claras: fica de nuestras tres partes.
l. ·que las concepciones· obtenidas a través de la
inve~tigación distan mucho de coincidir ~on la ple-
nitud concreta de contenido que las cpséls tuvieron
~uando eran.presente, y .. .
2 .. que. habremos ele.expcmer las concepciones ob-
tenidas a través de Ja investigación, pero esta.s pr,e7
sentaciones siempre se llevan a .cabo sólo de acuerdo
ce>ndertos puntos de vista; en cierto modo, según .pau-
tas de nuestra investigación, habrán de poder corres-
po:nder al ser de las cosas, tal como fue en su pre-
sente o como a partir de éste se fue .formando hacia
un presente posterior. . ·
En el ámbito de estas expos1c10nes es donde me-
nos puede tratarse de desarrollar a partir de la ley
de la vida históriccl: la secuencia de sus procesos y
demostrar la historia como un sistema de· farmacia~
nes y acontecimientos que resultan de su ley. El pe~
queño fragmento de ~quello que ha podido ser 111ás.o
menos aclarado no le permite proclamar una ley que
pudiera dominar y normar aquellos tiempos que. aún
habrán de venir. Su exposición tiene q1,1elimitarse a.
aquello que ha investigado y sólo ha podido elaborar·
fragmentariamente concepciones más o menos claras
a partir. de los acontecimientos y situaciones de los

333
LA TÓPICA
§§ 87 (44). 88. ·89

Nada podría estar más lejos de nuestra concepción


que ofrecer en la Histórica, tal como lo ha hecho Ger~
.vinus; una teoría del manejo .artístico de la historia,
una··investigación sobre .el carácter. artístico :de la his- ~
tóriografía. Ello sería más o menos como si la lógica
quisiera proporcionar una teoría acerca del arte de
, escribir libros filosóficos. Y nada ha sido más fatal
para nuestra ciencia que el haberse acostumbrado a
ver en ella una parte de las bellas letras y a considerar
que la pauta de su valor es el aplauso que recibe del
llamado público culto. Y las siempre reiteradas frases
de la óbjetividad' de la presentación y de que se deje
hablar a los hechos mismos, de que hay que procurar
alcanzar la mayor claridad y vivacidad· posible en la
exposición, nos han llevado tan lejos que el público
ya no' queda satisfecho si no lee un libro de historia
como si fo.era una novela.
Creo que es una mera rutina el entender la exposi-
ción histórica como sólo una narración. Muchos acon-·
tecimientos de la investigación histórica no son ade-
cuados en absoluto para ser presentados en esta forma
popular. Un sabio alejandrino, cuando el rey Tolomeo
VII quiso participar en el curso de matemática, le hizo
notar que no había ningún camino real que condujera
a 'las· ciencias. Pero tampoco hay un camino popular
hacia las ciencias, una amplia avenida para cada cual
del pueblo. Cada ciencia es, por su propia· naturaleza,
esotérica y tiene que seguir siéndolo. La mejor parte
de todo conocimiento científico es el trabajo del co-
nocer.

337
En virtud de la propia naturaleza de las cosas, hay la investigación, tenga algo limitante, micrológico, algo
más de una forma de exponer lo obtenido a través que se deriva del gran contexto de las cosas, que sub-
de la investigación histórica. Ellas resultan de la si- raya más una concepción de nuestro trabajo con las
guiente consideración. cosas que las cosas mismas. Lo que se necesita es una
Como lo hemos visto, el resultado de nuestra in- forma en la cual, al revés, nuestro trabajo pase a se-
vestigación histórica no es la creación del pasado, sino ,gundo plano lo más posible y las cosas, por así decir-
algo cuyos element9s, por más latentes y ocultos que lo, puedan satisfacer sus derechos. Ella es la• forma
puedan ystar, se encuentran en nuestro presente. Al di- 'narrativa.
lucidar y explicar a través de la investigación, estas Ella es, al mismo tiempo, el reflejo de la forma in-
ciertas cosas en nuestro presente, desarrollamos rique- vestigante. No presenta lo que ha encontrado la inves-
zas latentes de nuestro presente y mostramos cuanto tigación bajo la forma del buscar y el encontrar sino
más está contenido en ellas que lo que se ve en la · com.o un curso cuyos momentos se han determinado
superficie: La· ocupación con estas cosas es, como lo a sí ·mismos a través de su tipo y naturaleza. Y así ,,.
hemos visto, de tipo•investigadór. Por lo tanto, estas in-. como a nosotros se nos aparece, de acuerdo con la
vestigaciones .son siempre ambas cosas a la vez: enri .. forma de consideración humana, la pluralidad de las
quecimiento del presente y dilucidación y explicación cosas que suceden bajo la forma del devenir, así ali-
de los pasados. nea las concepciones obtenidas en la investigación, la
La presentación de lo obtenido en la investigación una detrás de la otra, de la misma manera como los
puede adoptar uno u otro punto de vista, o bien que correspondientes momentos en el transcurso real, cuan-
ella haga aparecer en el espíritu, en la imaginación, do se lo concibe como un devenir, han seguido el uno
nuevamente las cosas que una vez fueron pero que son ·al otro o se han condicionado. Al narrarlos de esta ma-
pasadas, o bien que desarrolle y fundamente más pro- nera, muestra cómo se llevó a cabo este proceso, paso
fundamente el presente y la conciencia sobre él y su a paso, y cómo siguió avanzando. Por lo tanto, da tam-
contenido. Así nos resultan diferentes formas de la bién una mímesis del devenir.
exposición. Puede ser que en esta forma de exposición actúen
Lo que parece más obvio es afirmar que ella ex- también pensamientos secundarios, alguna tendencia,
pone la forma como excavando cada vez más profun- ; etc., pero no lo admite sino que pretende reproducir
damente se encuentra esto y aquello de las riquezas el curso de las cosas tal como fue en realidad y re-
latentes. Es la exposición de la investigación como si producirlo en aras del asunto mismo, en aras de la
la cuestión principal no fuera lo encontrado sino el verdad.
buscar. El interés de la exposición está dirigido en- Pero estos fines secundarios no son en sí "illismos
tonces a aquello especial que investigando he buscado reprochables; lo son únicamente cuando son negados.
y encontrado. Lo que importa aquí es hacer la exposi- Más bien tiene enorme interés que el asunto sea cono-
ción de una manera tal o más bien presentar la inves- cido, que se sepa la verdad, que aquello que en prolija
tigación realizada de forma tal que dé como resultado investigación es conocido como la verdad también lo
justamente lo especial, la respuesta a esta cuestión, la sea reconocido como tal y se convierta en convicción
causa de estos efectos, la finalidad de esta acción, etc. general. Lo que fue no nos interesa porque fue sino
Por lo tanto, esta exposición es una mímesis de nues~ porque, en cierto sentido, continúa siendo al seguir
tro buscar y encontrar. influyendo, porque se encuentra en todo el contexto de
Es comprensible que esta forma, que ahora presenta las cosas que llamamos el mundo histórico, es decir,
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ético, el cosmos ético. Constituye nuestra vida espiri- -partiendo del aquí y ahora y de los materiales allí
tual, nuestra cultura,. el que conozcamos este gran contenidos para adquirir· mayor claridad sobre_ el pa-
contexto y nos sepamos en él; y sólo podemos saberlo y , sado y volverlo a iluminar, junta a~ora estas apa-
tenernos en él presentes en el epítome de los pensa- -riencias· y dilucidaciones para ver o mostrar lo -actual
mientos que son su contenido y su verdad. ; bajo una iluminación más aguda y peµ.etrante, para
Así obtenemos la tercera forma de la presentación, explicar el ente en cuestión mediante su devenir y
que ·llamamos· la instructiva, la didáctica. . presentarlo en su plena significación. Podemos llamar
Como se ve, el punto de vista decisivo es aquí• ~,1 a. esta forma de exposición discusiva.
utilizar toda la plenitud _del pasado para Husiración de Habrá de reconocerse sin dificultad que en estas
nuestro presente y para una coII1prensión más profun,- cuatro formas· se agota el círculo de las posibles ex;-
da del: mismo. Queremos presentarnos este presynte d~ posiciones y que también se han dado con esto las
acuerdo con su contenido de pensamiento, su verq.él.d·; · formas nece.sarias para las diferentes tareas de la in-
y la forma adecuada pqra ello es mostrar el devenir; de vestigación histórica. No puede, decirse que ésta o
este presente y su contenido de pensamie11to. . . .. aquélla sea la mejor sino que, de acu~rdo con la tarea
Pero, en la plenitud de lo devenido y. de. lo quy y la finalidad, la una o la otra habrá de resultar ser
ahora es hay l;[n moviµiientp permanente, s.e encuen,- la más adecuada y hasta. requerida. No siempre la for-
tran siempre alternativas aquí y allí. La ..historia ha ma elegida bastará plenamente; a menudo la falta de
trabajado no sólo ayer y anteayer sino que sigue t;ra- claridad y de buen gusto traerá consigo combinaciones
bajando hoy en todos los desordenados:i;mpulsos y lu- inadecuadas y con ello formas bastardas; sobre esto
chas de miles de intereses y pasiones. Pero la, historia, más adelante.
nos da la certeza de que aquello que trabaja y deter-
mina y domina el trabajo del hombre son i<;leas, las
mismas grandes ideas del mundo .ético de hoy ._ com_o a) ··La exposición investigante
siempre, todas actuando al mismo tiempo y. en: perma- § 90 (45)
nente condicionamiento recíproco.
Quien desde el aquí y ahora quiera juzgar las cor No es habitual incluir la forma de la investiga~
sas y concebir sus decisiones habrá pronto de compren- ción en el .·ámbito de las exposiciones históricas, por-
der cuán superficialmente él juzga y cómo siguiendo que con la palabra exposición se tiene de inmediato
los impulsos momentáneos adopta sus decisiones sin la idea momentánea de arte y de reglas artísticas ..
tomar en cuenta contextos profundos. Quien piens~ No quiero decir •que de la exposición .investigan te ·
más profundamente habrá de sentir la necesidad de del arte y de las reglas artísticas no .puede hablarse
tener conciencia no sólo en general sino en. cada punto ' en· absoluto, cuando éstas no son precisament~ del tipo
esencial del contexto y de la continuidad de las co- habitual sino que exigen un sentido más fino para ser
sas. Utilizará el pasado para explicarse en este punto apreciadas. Leer una investigación de Lessing es un
el presente y su condicionalidad que tiene en lo pre~ placer para quien sabe gozar de la lógica y del estilo.
cedente, para decidirse en estas alternativas que. s~ Este tipo de investigaciones fueron realizadas pri-
le presentan, para decidirse. con fundamento y con- meramente en la época literariamente muy desarrolla-
fianza. da de la educación clásica, es decir, .desde Aristóteles,
Con esta aplicación al caso dado .de. lo investigado y se conservan bajo la forma de las &rco-p'Í)µcx"t'rt,
de las
históricamen,te se invierte también la exposición. Pues quaestiones hasta la época del Imperio, aun cuando

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fueron degenerando cada vez más en juegos filológicos, , presentar de una forma meramente narrativa la Cons-
como cuando, según Suetonio, el emperador Tiberio titución presolónica de Atenas, la época de los reyes de
encargó a sus eruditos que investigaran cuál era el .. Roma, la Constitución del Imperio Franco: carecemos
0

nombre que había tenido Aquiles entre las muchachas de la evidencia y de la continuidad en el escaso y con-
de Esquiros y qué canción le habían hecho escuchar trovertido material que poseemos sobre estas cosas,
las sirenas a Odisea. Luego, durante un milenio, la· para poder simplemente narrarlas. Pero una exposi-
capacidad de la investigación histórica se detuvo. Sólo ción investigante aclarando los detalles transmitidos y,
en las grandes discusiones religiosas del siglo xv se en la medida que ello sea posible, interpretándolos, ela-
aprendió nuevamente a investigar, sólo con la crítica borando la evidencia de los distintos momentos casual-
pudo volver a aparecer la exposición investigante; me mente demostrables, en la medida en que alcance esto
refiero a la investigación histórica, pues la investiga- despertará la concepción y los pensamientos, al expli-
ción dogmático-teoló~ica, al igual que la jurídica y la· carse y justificarse estos detalles como contextuales.
publicística, hacía ya tiempo que existía. Con la época Dirigiéndose aparentemente sólo a lo correcto, la ex-..
de la Reforma, y en rápido crecimiento, se encuentra. posición investigante habrá de dejar que se forme en
la investigación histórica en el siglo XVIII en pleno vi- el espíritu del lector la verdad de este desarrollo. Cuan-
gor y actúa con cada vez mayor audacia; basta recor- do J. Grimm .trató la historia del idioma alemán, con
dar los nombres de Bentley, Lessing y F. A. Wolf. toda razón no .recurrió al absurdo intento de narrar,
La forma investigante de la exposición habrá en- pero su investigación es de un tipo tal, que el lector
tonces de imponérsenos cuando la insuficiencia o la comprensivo tiene clara y ciertamente ante sus ojos
oscuridad del material histórico con el que nos enfren- ,el contenido de pensamiento de su resultado, la con-
tamos, no nos permita, en una simple aliniación de . tinuidad histórica de este .desarrollo lingüístico.
los detalles investigados, destacar el contexto y la im- El tipo de la exposición investigante resulta de
portancia de aquello que queremos investigar, y las lo dicho.
representaciones y los pensamientos con los que tenía- Por lo pronto, no hay que creer que esta investiga-
mos que trabajar, no puedan ser ·justificados a través ción es mucho más sencilla, fácil y cómoda que, por
de la simple evidencia. ejemplo, la narrativa. Exige, por el contrario, una·
Pues a fin de que esta concepción, este pensamiento, ; mucho mayor concentración y agudeza en los pensa-
quede justificado a través de la simple evidencia, son ,. mientas. Pues no desea ser como la narrativa tan
necesarias la continuidad y claridad del material que sólo clara, sino que aspira a ser convincente; no se
da testimonio de ellas, que es lo que permite presentar dirige a la fantasía, sino que tiene que satisfacer al
los pensamientos a través de la serie de momentos de entendimiento. Y se equivocan mucho quien·es con-
desarrollo en los que encontró su expresión, en estas sideran que en la exposición investigante uno se puede
expresiones y formas de aparición. dejar ir corno desee, que aquí se tiene la ventaja de
En cambio, cuando el material es escaso, no confia- una cierta falta de devoción. Por el contrario, su ven-
ble, confuso, lo que sobre todo interesa es crear la evi- taja, su propiedad propiamente dicha, es el ser ele-
dencia del material. Y reside en la naturaleza de esta gante. Esto no significa que tiene que ser adornada,
evidencia el que en ella, en la medida en que es esta- sino que, tal como los matemáticos utilizan esta ex-
blecida, inmediatamente surge la importancia y la con- presión, de lo que se trata es de la precisión, de la
tinuidad del pensamiento en ella contenido. mesura y de la coherencia de la demostración.
A ningún ser racional habrá de ocurrírsele querer De la propia naturaleza de esta forma de exposición
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resulta que esto es lo que importa en la exposición. der del dilema que uno desea resolver, o bien partien-
investigan te. do de los datos de cuya crítica y análisis resultan luego
Pues -y esto es lo esencial- la exposición inves- los resultados 'como si· uno no los hubi~ra buscado.'
tigante no es la investigación misma. Más bien ella Son las dos formas que se repiten en todo proceso
procede como si lo que realmente se ha encontrado penal. El juez instructor, cuando se t,rata de u~ homi-
en la investigación real tuviera todavía que ser bus- cidio encuentra estos datos ante s1: el cadaver, la
cado o encontrado. En la medida en que el lector par- huell~ de sangre que conduce al pueblo, al sendero
ticipa en este buscar y encontrar, se lo convence. donde fue arrojada el hacha ensangrentada con las
Pues no hay ninguna razón para exponer también marcas en el mango, etc. Estos datos, este estado de
las equivocaciones, los fracasos y los engaños que. acom- cosas, son aprehendidos por el juez ins!ructor, _los
pañaron a la investigación real. Sólo se . recoge aque- . interpreta: así pues, desde este lado ataco el ase~mo
llo que en la investigación resultó ser algo que conducía a la víctima y luego huyó al pueblo. Cuando sigue •
o permitía avanzar hacia el objetivo. Como se tiene investigando, encuentra en el pueblo, en la casa, nue-
ya el resultado de la investigación antes de comenzar: vos indicios: allí falta un hacha, el hombre estuvo fuera
su exposición, es posible ordenar la ·secuencia de las , en la noche del crimen, volvió excitado, etc. Lentamen-
combinaciones y· claves de martera·tal que surjan _ante ;, te se le va presentando a quien investiga un sistema
los ojos del lector los resultados, de la manera más de conexiones que da una determinada y~ co~pleta
segura. La elegancia de la investigación consiste en 1 respuesta a la pregunta con la que comenzo la _1~~es-
descargar a la exposición de todo aquello que no con- tigación. A partir del llamado estado de cosas obJet1vo,
duce por la vía que lleva al resultado, y en seguir ella es decir de los restos que· quedan del proceso y de la
misma, cautelosa y· estrictamente, este camino hacia primera~ denuncia, o sea, partiendo de primera, se-
la meta. gunda o tercera mano, obtiene y construye el llam~do
Por lo tanto, en este tipo de exposición hay dos estado de cosas subjetivo, es decir, lo que el asesmo
cosás que son normativas: la meta y el camino hacia había hecho y querido. Cuando el juez i~structor hac~
la meta. Y de aquí resultan, según pienso, las formas la· exposición final para el tribunal, partiendo ~el pn,-
posibles. mer indicio y de lo que primeramente encontro, hara
En los casos menos frecuentes, mientras se realizaba avanzar su exposición de manera tal que el escucha o
la investigación real, uno tenía que haber sabido de el lector finalmente tenga ante sí el resultado como
antemano exactamente el resultado al que tenía que lle .. algo absolutamente seguro. Es decir, aquí se partió del
gar. Si uno más o menos creía conocer la meta, la in- hecho, de los indicios, del cadáver encontrado que per-
vestigación mostró bien pronto que no se la había cono- mite inferir un homicidio; luego se buscó el resto,
cido en todo su significado e importancia. Creció y cómo se realizó el hecho, quién lo hizo.
se desarroU.ó sólo a través de la crítica y de la· inter- ' De un tipo totalmente distinto será la exposición
pretación del investigar real. Sólo cuando se ha lle- del mismo hecho realizada por ·el fiscal acusador Y
gado a la meta y uno tiene ante sí todo el resultado, el abogado defensor. Aquí ya no se tr~ta de recons~ruir
se puede pasar a exponerlo bajo la forma de una in- en la ·exposición lo sucedido ·a partir de la totalidad
vestigación. · de los hechos sino de la cuestión de si el acusado de
Aquí se puede proceder o bien haciendo que uno este crimen ~s el culpable, es decir, ¿es posible de-
parezca buscar o que uno parezca encontrar, es decir,
o bien partiendo de la pregunta que uno desea respon-
·~
1 mostrar el estado de cosas subjetivo, tal como lo pre-
senta la acusación, a partir del estado de cosas obje-
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tivo? Partiendo de esta pregunta, se analizan sus ele- la posición sin precedente de Austria en el Imperio Y
mentos, se presentan los indicios, las declaraciones de . con respecto a él. Por primera vez en 1785 se enco-
los testigos en los pasajes correspondientes, se avan- mendó en la Federación de príncipesJ alemanes inves-
za paso a paso hasta que finalmente puede inferirse tigar la autenticidad de estos privilegios; pero la tarea
la conclusión: el acusado es el actor. Aquí no ~e en- no fue llevada a cabo. Esta fue la obra que emprendió
cuentra sino que se. busca; aquí no se parte del ca- · Wattenbach y en sus investigaciones encontr~ la in-
dáver y de las huellas de sangre, de los hechos hacia discutible inautenticidad del majus. Cuando qmso. pre-
la periferia de sus averiguaciones y motivos, sino de sentar al público erudito este resultado de una manera
los hechos hacia el punto central, para llegar al autor convincente, eligió la forma de un fiscal, de un acu-
del homicidio y su imputación. sador, demostrando, al mismo tiempo, el estado de •
Éstos son los dos esquemas en los cuales se mueve · cosas subietivo de la falsificación: el emperador Fe-
nuestra ciencia en su exposición investigante. De am- derico Barbarroja no podía haber otorgado un privi-
bos deseo dar un ejemplo. legio de este tip~; en aquella época el Archiducado de
Cuando trabajaba en la -segunda edición de su obra • A~stria no existía en la amplitud e importancia que
sobre el presupuesto estatal, Boeckh, al investigar más este documento requería. Pero, en cambio, el duq~e
exactamente el dinero ático y el tipo monetario ático, Leopoldo, en época del emperador Carlos IV, habria
en· estudios sumamente amplios llegó al resultado de ., tenido éstos y· aquellos motivos para fabular un docu-
que no sólo el tipo monetario sino la medida y el peso, mento de este tipo; también los había falsificado, etc.
no únicamente de los atenienses sino de todos los y como se había demostrado el tiempo, el autor, la
griegos y además de los romanos y de toda la Antigüe- finalidad el tino de esta falsificación, este documento
dad,. procedía de Babilonia. Para presentar este resul- cesaba d~ ser aquello por lo que se lo había tenido
tado eligió la exposición investigante en su primer
esquema: encontró éste y aquellos hechos, éstas y aque- durante tanto tiempo.
llas analogías y diferencias entre los tipos monetarios Se ve así como se comportan estas dos formas con
áticos, egéicos, etc.; siguió buscando otros indicios,· respecto a la exposición investigan.te. Cada una tiene
otras analogías y diferencias; el círculo de sus mate- sus ventaias y reglas especiales y, según las c~rcuns-
riales se volvió cada vez más amplio; finalmente,· se tancias, es la una o la otra la adecuada. La segunda
obtuvo como resultado que todas estas determinacio- forma, es decir, aquella que demuestra el estado de
nes sobre peso y medida eran sólo aplicaciones y di- cosas subietivo, da la impresión de ser más lógica,
ferenciaciones del sistema sexagesimal babilónico. Y más estricta, más obligatoria en su resultado. Pero
con ello quedaron explicados y se comprendieron todos sólo aparentemente la otra forma, que parte-, de los
los fenómenos, en parte muy notorios, del sistema me- mismos indicios casuales a fin de reconstruir un es-
trológico de la Antigüedad. tado de cosas, avanza de una manera más laxa e inde-
En su investigación sobre los llamados privilegios pendiente: también esta exposición tiene que tene:
austríacos, Wattenbach siguió el camino opuesto; se su meta claramente en mira a fin de no apartarse m
• trataba del privilegium minl,f,s y majus, · según los cua- hacia la derecha ni hacia la izquierda. Pero, como esta •
les el Archiducado de Austria había recibido del em- forma presenta las cosas como si las encontrara_, como
perador Federico Barbarroja las libertades y exencio- si cada nuevo indicio surgiera de manera ocasional Y
nes del poder imperial. Durante siglos habían tenido casual, ello tiene algo de tenso que atrae a la fantasía.
validez práctica y servido de fundamento jurídico a Al presentar aparentemente la historia del encontrar

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en la imaginación del lector se pinta la historia en-" en su Histórica han reunido una gran cantidad de ob-
contrada. servaciones útiles y finas qué, en las inagotables érí-
Para ambas formas vale la regla metódica es'encial ticas y folletines sobre obras históricas- son aumenta-
de que uno no presenta una ponencia o un protocolo de das diariamente con nuevas indicaciones y conside-
la investigación realizada sino que sólo se aplica mi- raciones.
méticamente la forma de la investigación para fun- Omito entrar a analizar estas cosas y ello lo hago
damentar un resultado encontrado. En ambas formas con tarita mayor predilección cuanto que mi opinión
pueden ocasionalmente ser aplicados todos los medios sobre estas cuestiones se soluciona tanto más fácil-
metódicos de nuestra disciplina, tanto los' de la inter- , mente en la medida en, que se las tome 'por el lado
pretación como los de la crítica, los de la hipótesis correcto.
como los de la analogía, etc. De, lo que se trata es de . Sólo una cosa tengo que señalar de antemano. Al
cómo la cuestión que, cual astuto Proteo parece, es- ámbito de esta forma narrativa pertenecen también
capársenos siempre de las manos, finalmente, con ma- naturalmente aquellas producciones sencillísimas ta-
yor astucia y con incansable esfuerzo, puede ser apre- les como crónicas, sagas y otras cosas de tipo primi-
sada y llevada' a la 1tpoqrf)"t'EÚ Et.V; Y, esta forma de la ex- tivo. Desde luego no se obraría con justicia si se qui-
posición tiene una atracción , tan grande que es per- siera definir el carácter de la,' forma de exposición de
fectamente concebible que quien alguna vez la ha, pro- acuerdo con ella. El encanto que tienen para estadios
bado la prefiera a todas las demás. Es un signo de culturales superiores no debe ser buscado' en sus ven-
sana y robusta cientificidad el que esta forma se en- t.ajas absolutas sino en las relativas; por ejemplo, en
cuentre en permanente ejercicio y reconocimiento. la· inteligente ingenuidad de Herodoto,. que natural-
Naturalmente, no tiene la atracción, de la populari- mente surge de la falt~ de agudeza y de intelec_ción
dad. Para poder dar satisfacción a esta última se ha pragmática de Felipe Comines, consecuencia de su es-
encontrado la forma del ensayo en el cual, para suavi- trecha perspectiva. Y cuando Johanne_s vori Müller; en
zar la estrictez lógica qe la investigación, se añade el , su H istoriá de Suiza, imita el tono de Tschudi o de
encanto de las descripciones y del aper9us inteligente, Konrad Justinger, cuando Ranke en su primera qbra,
de las alusiones. Los franceses y los ingleses hace tiem~ Geschichte der romanischen und· germanischen Volker
po que ya se han decidido por esta forma y también von 1494 bis 1535 (1824), inventa un e~tilo_y una forma
en Alemania adquiere cada vez mayor consideración. de·. expresión especialmente anticuada a fin de, como
Y ello con razón, si es que el ·trabajo científico ha de él pensab~, dar con el tono de aquella •época, ambos
tener rriás en, mira el público culto que el asunto misrrio. recurren a una forma siempre atractiva pero artificial.
Será mejor intentar desarrollar la forma n1lrrativa
a partir de su propia naturaleza. .
b) La exposición narrativa La esencia de la narración es presentar el devenir
§ 91 (46) y el transcurso de aquello que debe ser narrado. Por_
lo tanto, comenzando con el principio de un Estadó,
Tanto en la época -antigua como en la moderna se con la juventud de un hombre, con el estallido de tina
ha pensado sólo en esta forma de exposición cuando guerra, sigue la marcha del devenir y de su ulterior
se habla del estilo histórico, del arte histórico. Dioniso formación. Alineando hecho tras hecho, hace que este
de Halicarnaso y Luciano con sus escritos 1twr oE! devenir transcurra ante los ojos del lector. Y el na-
tcnoplrlv crvyypriqmv,al igual que Wachsmuth y Gervintis rrador puede hacer esto en la medida en que ha inves-
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tigado con seguridad el hacer y el querer del actor, la personas actuantes, las simultaneidades, según la
la inhibitorio y lo que promueve este devenir, su co- . forma cómo intervinieron en este contexto; la for-
nexión con lo anterior y con lo contemporáneo, su im- mación de tantas y cuáles tropas, los costos de guerras,
portancia para lo que sigue. , tantas armas, etc., que han causado tanta preocupación
Pero, ¿qué es aquello cuyo devenir, cuyo desarrollo y penuria a los combatientes; todo esto lo concibe y
nos desea presentar? El narrador no ha de querer lo menciona sólo en relación con aquella idea; los
comunicamos todas y cada una de las cosas que este i hechos, las batallas, los sitios, las negociaciones entre
hombre hizo día tras día, al desayunarse y al salir las potencias, tienen valor para él sólo en la medida
de paseo con su esposa e hijos, etc., no todo lo que ha en que pertenecen a este contexto de pensa:p:iiento.
sucedido en este Estado, en todos sus ministerios, auto- Lo que ha preparado de antemano investigando crí-
ridades, comunidades, círculos de vida privada; si na- .' ticamente a fin de constatar por doquier lo correcto;
rra una guerra, no puede querer informar acerca de , todo esto que es correcto tiene su verdad sólo en esta
cada puesto de avanzada o cada movimiento de abas- idea que él, narrando, expone. Y nuevamente la verdad
tecimiento. En la realidad, tal como lo sabemos, todo histórica es la idea en la que se muestran los hechos
se mueve, hasta en lo más pequeño, en permanente co- , como resumidos acertadamente, las personalidades de-
nexión e influencia recíproca .. De la infinita cantidad terminadas de esta manera y así determinando, al
de hechos se puede sólo seleccionar aquellos datos mismo tiempo; se justifican.
que parecen adecuados para obtener un todo rela- Pero, se dirá, si la presentación narrativa presenta
tivamente homogéneo. Cuando se investiga aquello que los pensamientos en la forma descrita, ella es entonces
se selecciona para la narración, siempre se trata aquí de tipo artístico y la historiografía es un arte.
de algo singular por más esencial que pueda parecer. Aquí hay una diferencia muy esencial. La idea ar-
¿De acuerdo con qué criterio se elige? ¿Desde qué tística es algo muy distinto a la histórica que en la
puntos de vista relativos se presentan las cosas como investigación se nos ha presentado como punto de
un todo homogéneo? No puede aquí hablarse para vista desde el cual ha de ser entendida y resumida una
nada de completitud objetiva y no hay una medida serie de acontecimientos y de hechos. En el arte, los
para. lo importante y lo significativo en las cosas mis- ' medios, sea que se traten de colores, formas corpo-
mas, un criterio objetivo. rales, sonidos, personas, del hacer o del padecer huma-
La cuestión se decide si uno está en claro acerca nos, no tienen ningún otro significado y valor que la
de lo que el narrador quiere presentar. Pero no es este idea artística de expresar lo inspirado por las musas.
Estado, esta guerra, esta revolución en toda su am- Pertenece a la esencia del arte el que en sus produc-
plitud de su otrora real sentido y transcurso.· Quien ciones haga olvidar las deficiencias que están' condi-
desee narrar la historia de Roma recurrirá a la idea cionadas por sus medios, y esto puede hacerlo en la
del Estado, que se ha formado de tal y cual manera, medida en ,que la idea que ,quiere expresar en estas
que incorporó a tantos y cuáles países y pueblos y los formas, en estos materiales, los anima e ilumina y, al
formó a través de su tipo. De acuerdo con esta idea, mismo tiempo, elimina su deficiencia, su materialidad,
el narrador lleva a cabo su selección de hechos y con- transformándolas en cuerpo etéreo de esta idea. Lo
textos que luego alinea narrativamente~ Quien desee así creado es una totalidad, algo en sí perfecto. Lo ins-
narrar la Guerra de los Siete Años, habrá de seguir los pirado por las musas tiene el poder de hacer percibir
conflictos militares y políticos de estos siete años, de plenamente, en esta expresión, a los espectadores y a
esta poderosa crisis del sistema europeo de poder; ve los escuchas lo que el genio artístico ha querido ex-
350 1 E
presar. De manera diferente lo hace nuestra ciencia ,· -de ofrecer, narrativamente, una µlµ11crtr del' ,devenir.
y nuestra forma de exposición. Ella tiene su material. . Naturalmente· con esto la' narración trae éonsigo ,ún
que le ha sido dado y que es más o menos insuficiente ' 'desasosiego, una. inquietud en las cosas· ,que era lo .que
al que no puede modificar, al que tiene que evalua; menos .·existía en la percepción de quienes, constituían
tal como es. Su pensamiento no es de naturaleza ge- el pueblo respetable en la época por ejemplo de Ser-
nial; no es una expresión del espíritu que se mueve vius 'Tulius, de Brutus o de Collatinus. . .·
en sí mismo, sino la comprensión obtenida en el· es- De estas consideraciones resultan, :según· creó, los
tudio de los materiales, con respecto a estos hechos, ·puntos esenciales para la exposición narrativa.
procesos, caracteres, etc., en la medida en que ellos Sobre toc:lo: no tiene su medida· y su norma :en el
alcanzan a tal efecto. Y muy a menudo, la exposición antiguo sentido y en e] transcurso. real de aquellq que
tiene que confesar que allí o aquí quedan lagunas. ·expone, en la plenitud y amplitud del· presente, de
No sería científico querer ocultar estas lag1mas o pre- :otrora y su contenido, aun cuando la :investigación
tender llenarlas con la fantasía; con ello la historia .procura asegurar para sí· lo más •posible··de· .ello. Sino
perdería el valor y la pretensión de ser una ciencia . que de lo investigado da aquello que -para su fin es
empírica, se convertiría en novela. necesario y este fin es el presentar .el pensamiento
Pero, en cierto modo, esta exposición narrativa tie- que ·de ella ha resultado cual si estuviera en clevertir.
ne el carácter de una µlµ11cr1.ral igual que también la Con esto la exposición narrativa tiene un·a medida
tiene la exposición investigante. Si ésta es una µlµ11cr1.r ,para su selección y, al mismo tiempo, urt punto fijo
de la investigación realizada, la narración es una desde el cual hace aparecer y alinea las .cosas .que ella
µlµ11cr1.rdel devenir. No sólo del devenir tal como trans- ofrece. Naturalmente, con. la conciencia plena de que
curriera externamente en el pasado y en toda su am- con este punto de vista· está .dada y es inevitable una
plitud. Ciertamente, si queremos presentar la historia cierta unilateralidad,· de· que desde aquí no· puede verse
de la República romana podremos transformar en idea todo, de que hay que dejar mucho .. fuera del ángulo
rectora el poder y el dominio mundial de Roma. Pero de la visión desde el·· que hace la exposición. ·•
éste no se mostró en su eficacia ya con Rómulo y Si quien realiza la exposición .toma éomo su tarea
Remo o con los primeros cónsules. Lo hemos obtenido , este. Estado, este pueblo, .este hombre, este ejercicio
sólo con la investigación de ·toda la historia romana, del arte, habrá entonces de narrar aquello que hace
cuando Sulla y. César aparecen plenamente en primera aparecer este Estado en súConstitución, en su ampli-
línea y se afianzan. Pero hasta los precarios comien- tud, en su poder político, etc., dejará de lado innumera-
zos de la ciudad y de la República se nos presentan en ·bles detalles que no influyen en este devenir. Si quiere
relación con este desarrollo que de allí habría de sur- narrar una gran revolución, una guerra transforma~
gir y sólo en esta idea reciben toda su luz histórica,
:.•
:..
.•.
·...
·.
.\ 'dora, tendrá entonces que seguir en -el drama de las

I
una idea que sólo más tarde los romanos, desde la fuerzas e intereses que luchan entre sí, los pensarnien-
época de las guerras de Aníbal comenzaron a entrever. tos que combaten entre sí, el pensamiento supremo
Así pues, la exposición narrativa no desea dar. una que es el resultado final de la lucha, a fin de ·que esta
imagen de aquello que algµna vez fue ni mucho menos .. narración
1.· ·pueda ser posible. Entonces el interés: del
ser un receptáculo de todos los detalles y noticias i lector se encuentra totalmente en este pensamiento su-
transmitidas, sino presentar nuestra concepción de los
ri premo cuyo devenir en esta lucha es Ja verdad de
acontecimientos importantes, desde este punto de vis- f. este pensamiento.
ta. Pues sólo así, siguiendo una idea, está en condiciones r: Por doquier la exposición narrativa y, con ella~ ~I
~
1
f 353
352
'; 12
.interés del lector se plantean una tarea totalmente dis- ,, la .verdad relativa a mi punto de vista, comó me, lo'.
tinta que la de reconstruir lo. que otrora, ~uando aque-. ha permitido alcanzar mi patria~ mi convicción :políiÓJ
Has cosas eran realidad y presente, mov1a y ocupaba tica~ religiosa, -mi estudio serio. Esto di~ta: mucho ·de
a ·la gente que actuaba. En la época de Rómulo o de ser una obra para la eternidad, sino que está.limitada
los primeros cónsules, los romanos no estaban en y es unilateral en todó sentido. Pero hay que tener el
modo alguno ocupados con la idea de fundar una coraje de confesar esta limitación y: consolarse con .el
dominación mundial y aun en las guerras Saminitas y hecho de que lo· limitado y lo especial es algo más
Pírricas ningún romano pensaba· en otra cosa como no rico y algo más que lo genetal·y lo sumamente generat
fuera el afianzarse frente a su vecino guerrero o al Con esto queda. para nosotros solucionada la cues-
conquistador extraño y asegurar así la existencia de tión de la objetividad, .de la imparcialidad, .del· tantas
la ciudad y su territorio .. Pero, desde 1a Segunda Gue-. veces alabado punto de vista fuera y por 'encima de
rra Púnica, se comenzó a comprender que Roma, para las cosas. Naturalmente, no habré de qtieter solucio-
poder afianzarse no sólo t,eilía que dominar a toda nar las grandes tareas de la exposición· histórica con
Italia, sino que tenía además que someter a Cartago. mi arbitrariedad subjetiva, con mi pequeña y redu-
y a todo el mundo helénico. Los ·contemporáneos de cida personalidad.. Al considerar el pasado desde el
César y Augusto concibieron.el resultado alcanzado en .·. punto de vista de los pensamientos de mi pueblo y
la historia romana como su tarea desde el comienzo, , · de mi Estado,. _de mi religión, me .sitúo por encima
y el que Livio, Virgilio y otros expresaran esto y lo de mi propio yó. Pienso desde un yo más elevado en
expusieran dio al pueblo romano la conciencia de una el cual. se han fundido la escoria de mi propia pequeña
continuidad que otorgó importancia y comprensión persona.
también a los más oscuros orígenes. Otras funciones acerca de la. comprensibilidad· de
Se ve así como en este contexto entre la investi- la descripción~ de la caracterización de las personas,
gación histórica y la exposición narrativa surge una de las referencias ingeniosas o de la solemnidad ' sen-
gran tarea y deber. Se trata de presentar claramente , tenciosa, se soluciónan por sí solas . .t,Jaturalmente, mu-
en la investigación y comprensión al pueblo y al Es- chos historiadores se complacen eh hacer brillar ert
tado, aquello que ha signado su ·ser más íntimo, sus · su presentación a su espíritu, su arte ·e:stilístico, su
pensamientos, proporcionándoles igualmente una ima- maestría en la descripción de personas, paisaJes,. ves-
gen de ellos mismos. Un deber y una tarea que son tidos, etc. Como si ·1a historia estuviera allí para •.dar-
tanto más grandes• y fecundas ·cuanto menos formada les···la oportunidad de bellas éxposiciones ·y no ·tanto
y cuanto más lánguida sea todavía la conciencia esta- para mostrar las cosas cuanto su virtuosismo. Estos
tal y nacionaL · ' · · . señores harían mejor en ahorrarse el esfuerzo""de los
Pero, ¿no se cesa en este momento de ser objetivo? estudios históricos; por lo menos deberían tener ·el
Wachsmuth llega a expresar: «liberado de todos los orgullo de no ser arrogantes y de querer brillar~
lazos de la nacionalidad, de todas las atracciones y Paso ahora a 'otro punto que me parece importante.
concepciones del partido, del estamento, de toda inhi- Cuando se escucha el juicio habitual del público Y. de
bición de 1a fe, libre de prejuicios y de afectos como los críticos, se podría llegar a creer qué existe· sólo ·una
no sea en aras de la verdad y la virtud, sine ira et norma, •una 'óptima forma de la narración histórica,
studio, crea una obra para la eternidad». por ejemplo, la de Thiers, la de Macaulay ó la de
Agradezco este tipo de objetividad de eunuco. No Livio. Pero Tucídides encontraría eritonces poca· con-
quiero tener para brillar riada más y nada menos que sideración por parte del juicio actual: ·es demasiado
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355
áspero. Mucho más gustaría Tácito, porque coloca las Guerras afortunadas de grandes· guereros pueden ser.·
cósas bajo una luz más pálida y es pesimista. Mentes narradas plenamente de manera pragmática; es decir,
más finas hacen valer, en todo caso, que la narración la ·superioridad de la voluntad y del pe:psarniento rec-
en las meinorias puede ser distinguida de aquellas que tores sobre los otros elementos que aquí intervienen
se realizan en un alto estilo histórico. Pero_ cómo y es tan fuerte que no es necesario mencionar estos úl-
por qué, uno no llega a saberlo. Cada historiador si- timos y toda la atención se concentra· en el transcurso
gue su propio sendero y cada crítico juzga luego según efectivo del plan que hay •que realizar. Naturalmente,
la forma corno a él le hubiera gustado escribir. los otros aspectos no dejan por ello de estar en acti-
Tratemos de percibir esta cuestión, más profun- vidad y de intervenir pero, para este punto de vista
damente. Por la propia· naturaleza "de las cosas, pa- de la consideración, para esta narración pragmática,
rece que tiene que haber formas totalmente distintas pasan a segundo plano. De manera· realmente ejemplar
de la'exposición narrativa. Pues corno la narración de- ha presentado de esta manera Clausewitz ·1as primeras
sea considerar y mostrar . los acontecimientos desde guerras de Bon.aparte: . cada cosa aparece corno un
una determinada perspectiva, todo depende de la pers-. cálculo en el que el primer pensamiento, el plan estra-
peétiva que se elija, del punto de vista desde el cual tégico de la campaña, surge al final corno un resultado
se desea comprender y seguir el devenir de las cosas. propuesto y realizado. ·
Los posibles puntos de vista resultan entonces de · Corno una ·determinada voluntad genial, corno un
los aspectos que pueden ser distinguidos ·en el ·deve- plan bien pensado y realizado con felicidad, de la
nir de las cosas y qúe se desta'can con respecto a los misma manera puede presentarse de forma pragmática
demás o que son destacados por el narrador; puede un conocimiento científico elaborado en sistemática
tratarse de la finalidad que impulsa el:rnovirniento o continuidad, o un desarrollo de una cultura así obte-
de la persorialidad a través de la cual se realiza el nido. -Así, ·la· historia de la física porque en su desa-
movimiento, o del tipo, del pragmatismo del movimien- rrollo paso a paso y en la rriedida en que sólo ínteresa
to; o de aquello hacia· donde se realiza el movimiento. lo. que permite avanzar, ha obtenido este orgulloso
Yasí iesúltan cuatro categorías, cada uha de las cua"'. · edificio de conocimientos, un resúltado que, subsu-
les está justificada en su género. · miendo todo 1o anterior permite al mismo tiempo re-
·1. La narración pragmática.· Llamarnos así a aque- cónocer a cada estadio individual corno conduciendo
lla forma que tiene en mira esenciálmente el decurso a este resultado.
de:las cosas, el pragmatismo del inóvin'liento. En esta · Así también en la vida económica, por ejemplo, el
forma se desea presentar cómo un restiltado, que de desarrollo del ·sistema, de crédito/desde el simple prés-
antemano ha sido considerado coino el correcto, se tamo· con ·prenda hasta las formas que sur~eran a
presenta como· el resultado logrado. ·Aquí el punto partir de 1855 cori el Crédit mobilier. Una exposición
de vistá es: que las cosas tenían que suceder tal corno de este tipo de la historia del crédito tendría que pre-
se había -intencionado y calculado. Es la· explicación sentar la secuencia de desarrollos ·de la vida de los
de lo devenido a través de la continuidad y del 'trans- bienes, la abundancia de masas de metales preciosos
curso Objetivo de su devenir. a partir del· 1500, el rápido aumento del comercio y de
Es:obvfo•q_ue esta forma del riarrar habrá de poder la ·industria en él :siglo xvrn, la creciente necesidad
ser aplicada con confianza cada vez que un · querer de los Estados, etc., sólo corno mórnentos secundarios,
grande y bien calculado, un objetivo ·que se presenta a fin, de mostrar cómo la ahora alcanzada potenciación
claramente, dirige y domina la marcha d~ las cosas, del crédito estaba ya contenida en su núcleo en aque-

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Has primeras formas ,que luego se ha jdo desarrollando tonces en fatalismo, ·o sea, en el presupuesto· de que
consecuentemente. un destino propio da fa idea de la vida histórica, que
Pero, como se ve, en esta forma de la concepción uno puede calcular pero no comprender, es decir, que
reside una seducción, al menos una barrera, de la que no puede ·concebirse su conexión. En un fatalismo de
hay que tener, pol:' lo ,menos, conciencia. Ciertamente esté tipo cae Tácito. Es la duda en la naturaleza ética
es posible concebir las guerras de Alejandro a partir del hombre, en el derecho y en la fuerza de la libertad.
de Granikus, a partir de la campaña al Danubio, y Entonces tmo encuentra una dolorosa pero pesimista
presentarlas pragmáticamente como la realización con- satisfacción en demostrar cómo el ciego pragmatismo
secuente de la idea que para.él resultaba de la misión de todo querer y poder humanos no permite nada.
de lo griego, del plan de. dominar a los persas. Natural- .2. Como segunda forma de exposición narrativa
mente, esto lo logró plenamente. Pero la idea que él podemos mencionar aquella cuya expresión más pre-
había concebido también a su vez se había apoderado cisa es la biografía. Ella toma el punto de vista no del ..
de él en no menor medida y lo arrastró y obligó siem- movimiento y sus estadios, sino de la fuerza volente y
pre a ir más allá de lo -que al comienzo había querido. de ·la pasión en. virtud de las cuales se· realiza el movi-
Tenía que hacerlo; la. coherencia de su propia idea lo miento. Él pensamiento histórico rto puede ni siquiera
empujaba y arrastraba más allá de toda medida. Ya su llegar a, la realidad sin la fuerza que mueve, y reúne la
marcha de retirada de .la India le mostró que su cenit materia y la forma. Al querer presentar los pensamien-
había pasado; en Opis se produjo laindignación de sus tos históricos en su devenir, elegimos esta forma a fin
macedonios; sólo su prematura muerte le ahorró un de seguirlo en el ·suj.eto actuante. ·
destino similar al que Napoleón experimentara tras Uno no escribe la biografía de Mozart o dei Goethe
sus gloriosas campañas,. a partir de Moscú. La mera para demostrar cómo una· persona tenía que realizar
narración pragmática de las, guerras de Alejandro, de cosas memorables. Pues el que fueran realizadas re'-
Napoleón, no agota por· lejos· su historia; · quiere todavía otras• premisas de desarrollos anterio-
Y así sucede por doquier. Por supuesto que se pue- res, formas preparadas de .antemano,· etc. En cambio,
de narrar· pragmáticamente la historia de Roma ·como la biografía habrá de mostrar que Moza•rt o Goethe
un desarrollo a.cuyo final la figura de César .muestra podían ·realizar esas cosas. Como se ve, la causalidad
lo ,que ·es-el contenido propiamente dicho· de:esta his- conduce en ·esta relación a un don, es decir, a tma in..
toria de la República. Pero igualmente claro es tam- calculabilidad que precisamente debe ser tomada como
bién que de esta manera en ningún casó ·se hace jus- un hecho y no puede ser constatada como un efecto de
ticia a la historia romana: se presenta entonces como circunstancias demostrables. ·Tanto ·más atractivo ·es
si incesantemente · se precipitara hacia este final, sin demostrar entonces cómo la naturaleza así dotada y
épocas de descanso y de competencia, sin la amplitud dispuesta se presenta a sí misma en cada modificación
y la permanencia que cada' presente tenía. y actividad y, presentándose a sí misma, tanto más
Como· se ve, sólo eri cierta medida, para determina- conciencia adquiere de su propia especie y talento.
das tareas, el pragmatismo es adecuado. Se vuelve La biografía no puede hacer otra cosa que procu-
poco veraz cuando se amplía <+ámbito' que le· corres- rar introducirse en la personalidad que presenta, a
ponde. Se vuelve insoportable ·cúando :pretende valer fin de obtener la forma de su sensibilidad, su 'círculo
corno ley general de la historia, cuando quiere imponer de pensamientos, su horizonte, y al presentarlo en
todo en .forma de discurso pragmático necesario, es cierto modo hablar desde sí misma. El lector tiene
decir, que se -determina á· sí mismo, Se convierte en- el placer de comprender todo hacer y creación del héroe

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a partir de su personalidad, de f~miliarizarse con los
procesos de su vida interna al dar testimonio de la indicado es adecuada esta forma de exposición~ Exis-
misma cada palabra y·obra. ten también otros fenómenos históricos en los cuales
Precisamente lo que· confiere el mayor atractivo a la peculiaridad es tan firme y extraordinaria, el tipo
esta forrna de exposición encierra un peligro en si mis- impulsivo de su ser y hacer es tan marcado y decisivo,
mo que es necesario conocer para evitarlo. Este pe- que para su presentación ninguna otra forma es más
ligro consiste en atribuir .al genio demasiado y admi- adecuaqa que aquélla que demuestra y presenta en
rar todo lo que de él se lee, lo que él hace y lo que no toda la secuencia de su hacer histórico, en cada acti-
hace, de que, a través del culto del genio, tal como por vidad de su ser, la expresión del mismo tipo y talento
ejemplo se practica plenamente en época reciente, se individuales, de su genio. La historia de una formación
dejen en la sombra los otros grandes factores del mun- tan agudamente preformada como la vieja ciudad de
do ético. · Lübeck tiene en ·sus relaciones políticas y comerciales.
Otra posición equivocada es creer que es posible O como la Orden Jesu, con respecto a la cual el general
escribir una biografía de cualquier persona. Cierta- de la Orden Lorenzo Ricci en 1764, cuando había que
mente se puede, tal como era habitual en lo~ siglos salvar a la Orden a través de ciertas modificaciones
XVII y XVIII, reunir en los .dis_cursos necrológicos una dé sus reglas, utilizó la expresión: sint ut sunt aut non
serie de fechas y circunstancias de la vida del fallecido sint; este tipo de tareas son también solucionables bio-
y enumerar sus propiedades, sus cargos, sus obras. gráficamente.
Pero a una biografía pertenece algo más que una serie Bien extraordinario es que Dicaiarco haya escrito
de trivialidades de este tipo. Y una vez más hay que una ~tor'SAA&o~,tal como se ve en fos fragmentos, una
decirlo: en modo alguno es toda persona históricamente presentación de la configuración peculiar de la vida
importante adecuada para ser presentada biográfica- del pueblo griego prescindiendo de la historia política:
mentt. No sólo porque lo más. importante .supera la Se podría llegar a pensar en escribir sobre la base de
medida de la biografía; sería precisamente una locura la Germania de Tácito la biografía del pueblo alemán;
querer escribir una biografía. de Federico· el Grande sobre la base de los datos de César, la del pueblo celta,
o de César. Pues el hecho de que Federico supiera in- y quizás por esta vía podría irse más lejos que con la
terpretar la flauta o el que César escribiera algunos actualmente predilecta sicología de los pueblos.
escritos sobre gramática es por cierto muy ·interesan- Pero precisamente en esta posibilidad se reconoce
te, pero totalmente indiferente para la gran actividad en donde están la debilidad o, mejor dicho las limita-
histórica de ambos. Tampoco se debería .escribir una ciones de la forma biográfica. Al igual que cualquiera
biografía de Scharnhorst: la organización militar de otra, esta forma es sólo refativamente buena; s(>lobajo
Prusia desde 1796 hasta 1813 es su monum.ento biográ~ ciertas circunstancias, es la que mejor se adecúa. Al
fico. En cambio, Alcibíades, César Borgia, Mirabeau son igual que cualquier otra, precisamente porque presen- ·
figuras totalmente biográficas. La genial arbitrariedad ta las cosas que fueron, desde nuestra concepción de
que caracteriza su actividad histórica y el observar el las realidades, desde el pensamiento de nuestra con-
carácter de cometa de su esencia más personah que cepción, tiene que dejar de lado aspectos de la reali-
perturba toda órbita y esfera reglada, transforma a dad de otrora, tiene que ser unilateral.
su biografía en la única clave para comprender la 3. La tercera forma de la narración, a la que ahora
importancia que tuvieron en su época. nos volvemos, es justamente una inversión de lo biográ-
No sólo para personas importantes del tipo aquí fico; es su opuesto. No parte del genio como aquello
que está dado y se forma libremente sino que capta las
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condiciones, los medios. y los datos, las circunstancias dón en devenir a través· de sus metamorfosis .histó-
siempre. nuevas, a fin de mostrar cómo lentamente de ricas.
ellos ha surgido, crecido y desarrollado la esencia y Se ve· así la importante diferencia entre esta expo-
lo peculiar, el pensamiento, cómo se. ha profundizado sición y la biográfica. En esta última, el momento esen-
y agudizado hasta aparecer p-iaduro y terminado en el. cial que el narrador capta reside en que aquí hay, en
presente o en un momento -final en el pasado. _ la base, un talento especial; •él existe efectivamente.
Esta forma de expresión resultará aplicable ··para Es algo cuyo por qué no puede· ser explicado;· en cam-
lo que podría llamar desarrollo espontáneo de las co- bio, en -la exposición monográfica; las circunstancias
munidades éticas, de un Estado, de. una Iglesia, de y condiciones externas son de un tipo tal que uno tiene
una comunidad ciudadana, de un surgimiento económi- que renunciar a querer mostrar su por qué: estas cir-
co, del derecho y la Constitución; etc. El Estado romano cunstancias y cambios son efectivamente así. Uno se
comienza de u11a forma tan pequeña en relación con equivocaría si quisiera ver la documentación de la
la magnitud que luego habría de alcanzar que uno antigua Roma como si estuviera ya preformada la po-
podría decir que casi no ve el arbolito que luego habría derosa marcha de la historia romana. Este momento
de transformarse en una poderosa ·encina .. ¡Y cuán in- natural es sólo una de las condiciones que han inter-
menso es el camino recorrido por el arte de las -cons- venido en el devenir de Roma y, al igual que todas las
trucciones navales desde el tronco ahuecado de· los demás, obtiene su energía y explicación en el devenir
conquistadores daneses que desembarcaron en Ingla- avanzante de esta formación. Precisamente a la inversa
terra alrededor. del 850 y los colosales vapores de acero de lo que sucede en la exposición biográfica, en la que
de nuestros días! Una técnica así comenzada logra su el talento originario se confirma· nuevamente. y de ma-
forma superior sólo en el desarrollo múltiple de los nera cada vez más rica, ante cada nueva oportunidad y
medios materiales, de los inventos, de la observación estímulo.
y del cálculo de las estrellas. Un· sistema ·estatal· así -Puede verse también qu~ la exposición monográfica,
comenzado desarrolla sus elementos en el devenir y al igual que cualquier otra, tiene su unilateraHdad y
los presenta en siempre nuevas tareas y hechos, ele- limitaciones ya que ve la pluralidad del presente de
mentos que, según•· nos parece, constituyen su pecu- otrora sólo desde· un determinado ángulo y sólo desde
liar esencia. La idea del Estado romano llega a ser él desea verla. Y, por cierto, la idea desde la· cual- la
sólo el crecimiento concluido de todos sus elementos· ,. concibe, es de un tipo tal que tiene ·que renunciar a
muestra efectivamente que en este estadio inicial no es- muchas cosas que son adecuadas en otras formas de
taban preformados. · la narración; como tiene la difícil tarea de encontrar
Por lo tanto, la exposición no habrá de buscar el un tono tal de la expresión que permita· captar tanto
encanto en mostrar en la pluralidad de los hechos con lo primero aún no desarrollado como lo que ya ·ple-
los que se enfrenta la misma capacidad y preformación namente devenido. Cuán penoso sería, por ejemplo,
típica, sino que buscará el. encanto de ·ver devenir una querer presentar la historia de Inglaterra, empezando
idea y de observar cómo surge de manera cada vez más con César y exponiendo cada· vez los trajes de la época,
rica y múltiple, cómo se va construyendo en aquellos el cambiante tipo del paisaje, la forma cómo las per-
hechos, con ellos y a pesar de ellos, ·en su forma y en sonas comían y se vestían.
sus cuerpos. Esto es lo que las ciencias naturales, de Me parece que por lo que respecta a la forma, Li-
una manera no muy feliz; llaman historia del desarro- vius es ejemplar, aun cuando su investigación no con-
llo, La narración sigue monográfica.ment<:esta forma.. duzca. muy lejos y no pocas veces sea víctima de su

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propia retórica.· Entre los modernos, Hume, con ·su egoísmo para re.encontrarsemás enriquecido y mejor~
Historia de Inglaterra, es quien se encuentra en posi- La esencia de esta forma de presentación se .·vuelve
ción más alta. Bajo esta forma, las literaturas que más clara de inmediato. Es la lucha de figuras relativam~nte
aportarán serán aquellas en donde una sensibilidad rta, parejas, de ideas relativamente verdade'ras; una lucha
cional muy marcada se dedique a la historia local 1• sobre cuyo decurso oscila, aún oculto y como algo que
Y viceversa: cuando de la que se trata es de despertar habrá de llegar a ser sólo en la. lucha el pensamiento
la sensibilidad y la certeza nacionales, ésta es la forma superior, con respecto al cual los principios en lucha
en la que, tal como ya dijimos, debe ofrecerse .al Es- demuestran ser sus· costados y modalidades y: en; el que
tado, al pueblo, al ejército, etc., la imagen de ellos finalmente ·se encuentran. para poder lograr; .la paz.·
mismos. Pues sólo así, en tales ideas y pensamientos, .Se ve de inmediato ·que la disposición y la marcha
el sentido oscilante que se .encuentra en medio del .de la.·narración tienen .que ser aquí ·totalmente) distin';'
presente bajo miles de presiones e· influencias, puede tas a las de las formas ·monográficas :y biográficas y
lograr una presentación firme y clara de su esencia y que, enTe~.lidad, es el anverso.·de la·forma .pragmática.
de su tarea. Naturalmente, todas las ventajas de esta Pues en ésta una idea, un querer, domina la .sucesión
forma aparecen bien claramente, pero también en su de todos los momentos' 'y el ·resultado. confirma la .có:-
unilateralidad, allí donde históricamente aparece ·por rrección. del cálculo: ,j>'recedente, de· la. energía volente:.
primera vez: en la exposición de la historia contenida Por .el contrario, en la exposición catastrófica; todos
en el Viejo Testamento; los intereses,,. todos 1os momentos y tendencias, deben
4. De un tipo muy diferente es la cuarta forma de valer por iguala· fin de que,. luchando entre :sf,,produz-
1
la exposición narrativa. También aquí tenemos un cier- can el resultado. que precisamente expres~ la idea su-
to embarazo en nombrarla; el subdesarrollo,de nuestra perior. Aquí lo· que importa· es .mostrar los ,momentos
disciplina se muestra claramente en el he~ho de que · a partir de los cuales podía,y •tenía que desarrollarse
ella ni -siquiera ha reconocido y designado. los profun- la lucha, poner· de tnanifiesto el. relativo derecho •de
damente distintos géneros de• la ·exposición en tanto cada uno de ellos, lo misn;io que su unilateralidad y,
tales: todo es llamado simplemente historia. con ello, su injusticia; seguir la lucha misma hasta
Para •esta cuarta forma, lo esencial parece ser que que finalmente esté ahí el mundo transformado eh el
presenta algún proceso catastrófico o, dicho más exac- que llega a existir lo superior así preparado. Lo qué
tamente, los procesos de los que.ella trata, los concibe aquí importa mostrar es cómo, a partir de Ja ·luch~
desde el punto de vista de su decurso catastrófico, sea dé titanes, surgen un nuevo .·mundo· y ·nuevos· dioses'-
que se trate de una gran guerra, de una revolución, de Precisamente de la misma. manera· que en Ja. tragedia~
una lucha parlamentaria o diplomática o de otros acon- pues asf concluye Esquilo .su· Orestíada, :su· Prometeo
tecimientos menos notables; siempre que existe compe- al· igual que Shakespeare su Macbeth, su·.Hamlet.,
tencia de intereses, de fines, pasiones, .energías, este Para esta forma de exposición resultará siempré
punto de vista catastrófico resulta ser aplicable. Toda natural el mismo esquema. ' .
historia de amor tiene su carácter catastrófico, tam- Las circunstancias dadas·· s.erárt' vívidas y presionari-
bién en el hecho de que las dos personas que son sus tementé sentidas como momentos· insuficientes. o co~
protagonistas muy pronto aprenden que, cuando se rrompidos. Frente a ellas surgen cada vez más con-
unen, todo lo demás se vuelve muy diferente a lo que cepciones acerca de cómo deberían ser para .ser· büe-
era antes: un nuevo pensamiento se apodera de ambos; nas. Estas distintas concepciones se encuentran entre
en el que cada .cual renuncia a su peculiaridad y a. su sí, se combinan~ se transforman, en un sistema que es

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sentido como mejor frente al existente, ideales que.pre• catástrofe apenas se nota y sólo se vuelve más ~lara
tenden valer en lugar de· 1o malo existente ..Esté mundo en los últimos libros.
de pensa:mientos crece, va subiendo y estimulándose Inmenso es el progreso realizado por T,ucídides en
hasta que finalmente adquiere forma en caracteres con relación con Herodoto. Con la mayor estrictez y •agu-
respecto a los cµales será ·su contenido vital, su pathos deza, en una plena oposición y crítica contr~. Herodoto,
personaL Con esto irrumpe la lucha abierta. Pero; bajo aun cuando no lo nombra, concibe su tarea, pero no
el enorme poder·· de lo nuevo; despierta la resistencia · la concibe en una idea tan confusa y nebulosa como la
entre aquellos que están beneficiados por las circuns- lucha de los griegos contra los bárbaros. Señala que
tancias amenazadas; se muestra entonces que también también .entre los griegos hay muchos ·qµe han sido y
allí hay un gran· interés, una. justificación relativa, el son bárbaros. Toma la: gran realidad de la lucha de las
derecho a ser. La lucha oscHa de aquí para allí, ad- dos potencias principales de Grecia. Desarrolla los ele-
quiere cada ve:z más amplitud" se produce una tensión mentos del poder, de una y de otra parte. Muestra que
cada vez mayor deJas fuerzas. Tanto lo viejo como lo ambas, que. desde hacía tiempo rivalizaban, tenían que
nuevo se transforman en este fecundo proceso; se
I llegar a un grande y decisivo conflicto, y al comienzo
disgregan los partidos, los situaciones, las ideas; se de esta lucha reconoció ya su importancia y por ello
produce una especie· de intercambio y transformación; con gran proligidad han investigado y reunió todo. lo
el 'creciente· agotamierito muestra ,que el nivel comien- que ocurriera en el transcurso de la guerra. Aun cuan-
za. a equilibrarse, que un mundo nuevo, se ha ido ela- do su obra no está concluida y lo .que se encuentra en
borando; finalmente está. ya allí y. en algún momento los ocho libros dista mucho de estar lfsto y terminado,
se hace la paz: . · ·· lo que en ellos· se presenta es, por la altura y energía
Realmente paradigmáticos de esta forma de. narra- de la concepción, por la reflexión de la investigación
ción son los 'dos historiadores griegos más. antiguos y, sobre todo, por la estructura del desarrollo ,catas-
que conocemos·. Herodoto indagó e investigó mucho trófico, realmente ejemplar.
y encontró.una idea en la que le parecía podían reunir- · Por lo que sabemos, la historiografía romana no
se todas las cosas extraordinarias y atractivas: la idea llegó a una exposición de este tipo. Hasta el mismo
de· la lucha entre los griegos y los persas~· Pero no tuvo Polibio, que parece moverse en ·esta dirección, no ·con-
la agudeza de ,juicio y la fortaleza de carácter ,conio serva firmemente esta idea; ni siquiera en las guerras
para penetrar estas ideas y captar sus momentos esen- de Aníbal en donde, por así decirlo, resultaba casi evi-
ciales. Los tomó dé una manera totalmente superficial dente. La historia que él escribe es, podría decirse, un
y externa~ Ni siquiera supo claramente qué eran los monólogo de Roma. Más bien podrían incluirse en esta
griegos y qué erari los. bárbaros o si hubo una forma en línea algunos italianos como Villani, Guiccardi.ni, Ma-
la que· fo mil veces autónomo griego actuó o pudiera quiavelo; pero tampoco plenamente. Sin embargo, tengo
haber actuado como.· unidad. Siempre aparecen en él que nombrar a Ranke: •quizás ·lo más grande que ha
nuevas cosas extrañas, descripciones de países, pue- aportado es el haber sabido presentar de una :manera
blos y costumbres, disgresiones que conducen a nuevos tan enérgica y· audaz, de forma catastrófica, la histo-
apartamientos y desvíos; su total falta de crítica, su ria de la época de la Reforma. ·
creencia de que tiene ,que narrar todo lo que ha expe- Pero precisamente en esta admirable exposición de
rimentado aun cuando le parezca que ello no es nece- las ideas que combatieron entre sí durante aquellos
sario, convierten a sus nueve libros en una obra de tra- cien años y cuya conclusión fuera la paz religiosa, pone
bajosa estructura en la que la cohesión de la idea de de manifiestolas limitaciones o debilidades que tiene
366 367
esta exposición. El drama puede producirse detrás de Ya la cuarta forma de la narración, la catastrófica,
Haml~t_, <;leF_ortinbras y del tiempo mejor que sigue a apunta en cierto m_odo más allá: de ella misma; ·P,ues
esta lucha salvaje. En la historia reál,· las cosas no allí, por encima de los intereses, partidos y personas en·
concluyen así y lo devenido lleva en sí 'mismo todos lucha~ por encima de las ideas contrapuestas, hay una
los elementos de tina nueva .intranquilidad. A fin de idea superior en· la que finalmente habrá de reconci-
poder óbtener d correspondiente final de sus pensa- liarse la lucha. Y podemos decir que en la misma forma
mientos, Ranke tiene que otorgar· a la paz religiosa un catastrófica' transcurre o puede ser considerado casi
significado, una bendición, una:,,fuerza benéfica que todo· lo que los hombres hacen y viven: entre sí. ·
en·. realidad no tuvo nunca. Y puéde decirse que aun La forma catastrófica, al igual que las otras formas
cuando Tucídides hubiera continuado su obra hasta de la ·narración condicionan el hecho de que cada vez
la lamentáble decadencia del poder ático, hubiera te~ sólo uno de estos decursos catastróficos o pragmáticos,
nido dificultades en presentar la efect:iva conclusión sólo una de estas formas biográficas o monográficas
de la terrible lucha como su resultado justificante y pueda ser presentada: hasta en los menores detalles.
justificado. ¿Ha de tenernos que· ser presentada la historia siempre
La historía · real no ·transcurre precisamente en es~ en paradigmas· individuales, tiene que ser vista y per~
tadios y etapas que dan paz y tranquilidad, sino como cibida por nosotros sólo en estas consideraciones ejem-
una incesante continuidad de luchas siempre nuevas, de plares?· ¿Quedan satisfechas bajo una forma tal todas
catástrofes siempre nuevas~ · .· · . las exigencias que han de plantearse a _la historia?
· Estas cuatro formas son, según' pienso las únicas Y si, como hemos visto, ser culto significa haber tenido
posibles de acuerdo· con la naturaleza de la narración; la'vivencia o haberla revivido, de la suma de las expe.;.
posibles en el sentido de· que áquí se-· riertcias vitales en la que el aquí y el ahora ha devenido,
1
trata de· ima
serie ·de· formas de· narración, sólo que no •designan ¿basta entonces el haber adoptado aquí y allí un pa-
formas esenciales. ' · radigma catastrófico, biográfico, etc?
Las crónicas, los ariales o las memorias no habrán Como se ve, necesitamos una forma de exposición
de ser consideradas . como tales; pues no se querrá que nos dé algo más o diferente de lo que la narración
considerar como muy ·profundo cuando Pedro Martir quiere o puede darnos. Esto lo encontramos en la ex-
utilizó· la fotma ·epistolar para escribir la historia de posici<Jn didáctica.
su tiempo, o cuando Lamartine presenta bajo la forma
de· una novela sensacionalista la historia ·de los giron- e) La exposición didáctica
dinos, o como quieran llamarse las formás de erudición § 92 (47)
más o menos madura.si. .
Si aquellas cuatro formas son también las básica- Hemos considerado a Tucídides como uno de los
mente posibles de la exposición riarrativ.a, se ve·tam- modelos de la exposición narrativa. Él mismo se había
bién claramente que ninguna ·de ellas '.carece de· limi- impuesto otro objetivo diferente a la exposición de
taciones; en· ningún caso se llegaría, por otra parte, una mera narración. En· I, 22 dice que a diferencia de
a una forma perfecta de· la exposición si se fas mezcla- Herodoto y otros, que sólo querían dar un &ywvtoµo: Ér
ra eritre sí. Es decir,· de· esta ·manera ·no se ·lograría (bcúvhv: «a mí habrá de bastarme el que
"t'o "t'tXpixI:•oi¡µo
obtener aquello que uno echa de menos en cada ·una considere mi obra como útil aquel que desee saber algo
de ,estas cUatro formas. Esto ·nos lleva a una tercera confiable y seguro sobre el pasado y, al mismo tiempo,
forma de la exposición histórica: acerca de lo que, de acuerdo con el curso de las cosas

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humanas, alguna vez nuevamente y de la misma manera cionar modelos para su imitaci6rt hi ofrecer reglas
o de una forma sirnilar habrá- de suceder». Y en· este para su aplicación en el futuro. Es bien sorprendente
sentido, llama a su obra X't"i'íva Ele;áe:l. y significativa la forma como al respecto se expresa
Pero, si es importante el recibir enseñanzas sobre Federico II en la introducción a su Histoire de mon ·
el pasado, ¿cómo puede ello ser útil para casos fu- temps y en la Histoire de la guerre de sept ans. Él es'.'
turos? cribe, por lo pronto, para su sucesor en el gobierno de
En nuestra ciencia ·se han dado suficientes•respues-. Prusia. ·Detalla todas las dificultades bajo las cuale,s
tas a esta cuestión. Pues el que así es es algo que siem- condujo la guerra, los errores que cometió. Dice: «les
pre fue percibido. pero sobre lo que han existido opi- faits passés sont bons pour nourrir l'imagination et
niones muy diferentes acerca del por qué ·y del .cómo. meubler la mémoire; c'est un répertoire d'idées qui
La llamada historia pragmática del siglo XVIII con- fournit de ·1a matiere que le jugement doit passer au
sideraba que de la historia se debía aprender cómo ten- creuset pour l'épurer». También la histo1:ia ofrece una
dría uno que comportarse en casos similares. En este gran cantidad de ideas y éstas son para quien debe
sentido, Peter Eschenloer (Die Geschichte der Stadt manejarlas un material que tiene que colocar en el
Breslau 1437 bis 1471) quería indicar cómo la ciudad crisol de su capacidad de juicio a fin de clarificarlo. El
de Breslau había recibido a príncipes y enviados ex- oficial experto no habrá dejado de leer sin temor es~
tranjeros a fin de que en futuros casos similares pu- tas consideraciones del rey. Al seguir en ellas las posi-
diera seguirse este modelo; el Duc de Lynes, como: bilidades del momento en el que actuara el rey, los
maestro de la corte de Luis XIV, anota exactamente medios de la lucha y de la victoria, etc., se siente a
los hechos ·de la etiqueta y de las ceremonias a fin de sí mismo, en espíritu en medio de· los grandes proce.;
que· su ·sucesor o él mismo pudieran actuar en conse- sos; su ganancia es la comprensión de lo vivido .en su
cuencia y no dar motivo de escándalo. Pero, preqisa- espíritu, una serie de ideas y de concepciones qu~ se
mente las cosas grandes e importantes que los his- encontrarán ante su ánimo en el momento en que ten-
toriadores prefieren tratar no se repiten, sino que esto ga que solucionar tareas similares; no como directivas
sucede sólo con las cosas banales y superficiales. Por que. tenga que imitar sino como una reserva de ideas;
más que alguien haya leído la descripción de innúme- concepciones, también de formas de pensar de las que
ras batallas, cada nueva batalla es diferente y sería una surge lo. adecuado para este caso.
locura, especialmente para quien la libra, el reflexio- Este ejercicio realizado intelectualmente es forma-
nar en el momento decisivo sobre ejemplos anteriores ción militar jurídica, diplomática, cuando está orien-
y pretender aplicarlos a su caso. tada a estos determinados objetivos; es formación ge-
O también suele decirse que la historia presenta neral cuando la finalidad que se persigue no es· de tipo
grandes modelos de naturaleza humana, de caracteres, especial sino el practicar y desarrollar en nosotros lo
de hechos, y que estos paradigmas deb~rían ser imi- humanamente general, que abarca todas las :esferas
tados. Pero si se sostiene esto, entonces Alejandro· de la existencia ética, tal como se resumen y vinculan
debería haber elegido como modelo al Alquiles· de Ho- en cada· yo. ·Y también, ·en la medida de· lo posible, el
mero y no a Milcíades o Agesilaos. Pues la poesía, dice más insignificante y pobre debe ser incluido en est~
su maestro Aristóteles, es más filosófica e ideal que la contexto .a fin de que sea elevado y ennoblecido. El
historia. Y, ¿ todo chico de escuela ha· de tener que hecho de que tenga su conciencia, de que crezca en lás
imitar a César o a Carlomagno? comunidades naturales, en el grupo de sus hermanos,
El objetivo de la historia no puede ser ni el propor• en el cuidado de sus padres, en su religión, en su comu-

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nidad, en su pueblo, le proporciona las. mediaciones ·a tesis? ¿No tiene como base presupuestos que, si piep.
tal efecto. , es cierto· que podrían ser enseñados: por. la religión,_ la
Lo general-humano no ha de ser compartido ciega filosofía los ha ·negado a menudo? ¿ Y qué nos .obliga
y pasivamente en las diferentes esferas del mundo ético a aceptar estas hipótesis? ¿No demuestra.n las ciencias.
tal como se ha ido form;mdo .aquí y ahora. Sólo par.ti~ naturales que todo también en el mundo humano y en
cipa de ello en medida· plena quien tiene conciencia de la vida humana es sólo de naturaleza material y está
que ellas, tal como son, han llegado a ser y que en su determinado por la ·mecánica de los átomos?
representación tiene que determinarlas para el futuro. Cuando el pensamiento científico~natural logra des-
Los estadios históricamente vividos, así como el pre.:. plazar la vida anímica y espiritual al ámbito de la
sente los abarca resumidamente y en él tienen que mecánica de los átomos, lo que hace es descubrir e in-
resumirse, habrá• de ,querer tenerlos y. gozarlos no co.:. vestigar este ámbito en el sentido de que ciertas cate~
mo un mero resultado ya muerto, sino que: gorías de nuestro pensamiento que se dirigen ~ lo
mensurable, pesable, calculable, se presentan también
«Lo que has heredado ·de.tus padres, en la naturaleza; mejor dicho, la naturaleza puede
lo heredas para poseerlo»:.-.· sólo aprehenderlas y comprenderlas de acuerdo con es-
tas categorías.
Él mismo tiene que aparecer en la serie;· seguirla El· cogito ergo sum es el heoho cuya certeza es la
reaHzando y promoviendo; teniendo la vivencia ..inter.;. esencia• de nuestro ser humano; nuestro ser espiritual
na de ella y elaborándola aún más, ..purificando~ po'.'. y ético nos lo confirma en todo momento. A.partir de
niendo en tensión, superando y dando alas· a su espíritu él se· desarrolla en, nosotros la concepción. ~le;la 11,atu-
con el inmenso afán del progresar que llena la. hi,sto-: raleza y de la historia, ambas así representadas sólo;en
ria y que debe llenarlo a .él también, a fin de elevar y nuestro espíritu. ·
ennoblecer su yo precario, egoista, y efímero. ··. La misma capacidad que posibilita a nuestro espí-
No. son los modelos individuales sino todo el rasgo ritu comprender la naturaleza de acuerdo con ,estas
superior, ético, de la historia :lo· que debe llenarnos; categorías, otorga al. espíritu p~ra· otras conformado~
este tipo de lo esencial, de lo poderoso, de lo. sublime, nes congeniales otra comprensión interna y con. esta
este poder de los grandes puntos de vista, de los gran- comprensión, aquella comunidad del pensamiento y
des motivos y fuerzas, del espíritu de grand,eza. · del hablar; del querer y del crear que se forma en to.do
Esto es lo que la ·historia ofrece y proporciona· al círculo de existencia humana, por más alta o baja qµe
espíritu· humano. Con ello éste se ·eleva de su .pequeña pueda ser ·su .versión, y en cada espíritu indivldual,
y perdida •peculiaridad hacia. la gran continuidad •en en su conciencia. Así como nos es cierto que ~a natu-
la que sólo es un punto, pero en donde debe ser. un raleza.· está dominada por la ley .de la gravedad por
punto activo, participante, que. debe seguir elaborán~ leyes químicas físicas, matemáticas -pues así expre-
dola. Aprende así a percibir en· grande, aprende a samos nuestra comprensión de las cosas de la natti,
percibir lo ·que crece y se agita eil.'su conciencia, como raleza--,-, con igual certidumbre dominan -en el· alma
su mejor tesóro~ como su participa.,ción en los poderes y en ·-el mundo humanos las potencias éticas, por más
éticos y aprende a pensar y a actuar teniendo ,concien- alta o baja que pueda ser su versión; y con tanta rn,ás
cia de su contexto. · certeza cuanto que son expresión de la libertad con las
Pero, podría objetarse. ¿No es problemática esta que a menudo el yo individual se defiende y· resiste.
concepción de la historia, no es una· ilusión, una hipó~ «Llevan a cabo el todo, a pesar de la buena o de la
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mala voluntad de aquellos a través de los cuales se rea- dicho esta representación y concepción del ser del
lizan»; triunfan siempre y aun cuando aquí y allí, en mundo humano? ¿ Con qué derecho decimos que'. sólo
corruptos individuos, Estados, religiones, pueblos, pa- entre los pueblos que tíenen esta concepción:· hay· cul-.
rezcan morir, en otros lugares, en nuevas y más altas tura y que la cultura es el resultado del trabajo his-
formaciones, aparecen nuevamente y proporcionan nue- tórico?
vas personas, pueblos, estados, nuevos portadores, para ~a más arriba se ha dado respuesta a e~ta .última
su trabajo en la historia. preg~nta. Y lo que allí se dijo excluye la. op~nión de
Naturalmente requiere un inmensa cantidad de es- que un pueblo puede llamarse culto porque tiene una
fuerzo y de trabajo el investigar todo esto, un trabajo gran variedad de habilidades, necesidades altamente
que es tan incalculablemente inmenso como fa inves- desarrolladas, una plenitud de vida en bienestar y dé
tigación de la naturaleza, como el mundo de las estre- goce. . .. .
llas. También este mundo sería para nosotros una es- Muy ricos en estas cosas eran en la Antiguedad los
teril confusión si no lo concibiéramos bajo la ley de babilonios, los fenicios, los egipcios, los helenos; -en
su movimiento. También los pasados del ser humano la Edad Media, el mundo del Islam aventajaba a Ia·
serían para nosotros una confusa y muerta nada si cristiandad occidental. Tenía una rica cultura. Pero
no viéramos en ellos la continuidad y la expresión de era pobre en educación, es decir, el gran capital ético
las mismas potencias que Uenan nuestra más íntima de los pasados vividos valían poco para él; no llenaba·
vida y ser, nuestra conciencia y en los cuales cada día y dominaba los tipos firmes de las esferas ·éticas vi-
de nuevo, nos parece condicionado nuestro ser huma- vidas.
no. ¿Qué sucedería con el recién nacido sin el cuidado La esencia de la formación no se agota tampoco
y la pronta enseñanza de la madre, sin la educación con los meros resultados intelectuales, que hacen a
y el modelo del padre, sin el aprendizaje del trabajo los · hombres más inteligentes pero no mejores. Los
y la comunidad de los hermanos? Y así sucede en cada babilónicos estaban familiarizados· en gran medida con
nuevo estadio, en el contacto con otros niños, en el el cielo estrellado y con los procesos siderales y su
crecer en la comunidad de los adultos, en sus deberes, maestría en todo lo medible, pesabl~ y calculable mues-
en sus actividades, en sus recuerdos. tra cuán grande era la agudeza de sentido y de obsei;-
También en las tribus y pueblos en el más bajo vación que habían desarrollado. Algo similar vale: para
nivel de cultura, se encuentran (aún cuando en las los egipcios. Pero su religión, sus mitos y leyendas
. formas más simples) las potencias éticas y, por lo ge- testimonian cuán baja y egoísta era su vida anímica .
naral, con una energía tanto más fuerte cuanto más Y al menos hasta ahora, no se ha encontrado que en la
pequeño ·y cerrado es el círculo de la· comunidad, que m'isma pudiera reconocerse un desarrollo, un ...,É1Ct6M.1.r
·así se siente unido y mantenido. Por más alto que se Ek ot1to,
hayan elevado las formaciones de la Antigüedad, no Por cierto que los griegos en sus representaciones .
superaron el egoísmo y el exclusivismo de la comuni- históricas con Homero a la cabeza, obtuvieron la rica
dad de cada pueblo; se movían en la oposición entre plenitud del arte de las musas y con ellas toda una serie
griegos y bárbaros, entre judíos y paganos, romanos de grandes tipos éticos. Pero valen para ellos como
y súbditos. No llegaron hasta la concepción de lo huma- resultados de su vida histórica, como su ventaja frente
no común a todos ellos, de la humanitas. a los bárbaros. Y retroceden con escándalo frente a la
¿ Cuál es ptfes la esencia de esta humanitas? ¿ Cómo idea de que, tal como decía la expresión de Alejandro-,
se ha obtenido y fundamentado este concepto, mejor los bárbaros no fueran sólo lo malo y los helenos sólo
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todos los hombres, judíos y paganos, pobres y ricos,
lo bu.eno. No llegaron a considerar la historia que le· libres y esclavos, a todos los que padecen, a cada. uno
había ofrecido o traído este ·resultado' desde· el •punto de ellos personalmente, se revela y se vuelve compren-
d~ ·vista' de que la tarea y objetivo de su vida histórica sible la ,verdadera y plena esencia del hom·~xe, _que
era y había sido elaborar estos ideales éticos; ·y ·pr.ogre-
1
viviendo en la tit~rra posee el cielo y que en Dios tiene
sivamente la formación de la vida ética. Su peculiar
1tcx.todasurgió en ellos de la historia, pero no ·reconocie-
su paz en si mismo; Se trata ?e _u~a liberació~ Y. ~e
una justificación internas; la mfmita p_rofundi~aci_o?
ron que el pulso que ·los movía y el poder de su his- de la personalidad en la filiación ge D10s, la Justifi-
la educación. ·
toria era la 1tcx.todcx., · . · cación y la salvación en la fe en EL
Una primera marcha en ese sentido hizo él pueblo Ahora se siente y se reconoce que todos los errores
de. Israel. Él· desarrolló tina gfan historiografía. Todo y equivocaciones· habían estado dirigida a la búsqu~~a
su pensamiento y su poesía estaban plenos de la .¡<lea de Dios a esta revelación y salvación, que toda la. his-
del Dios que castigaba o recompensaba a su: pueblo o toria vi~ida de ·los pueblos había sido una educación
lo protegía ·para enseñarle, para penitencia. y mejora. para Cristo, que Él vino cuando los ~iempos ~estaban ya
Pero en el rígido y abstracto ·dualismo de Dios· y mun- maduros, que toda historia rem,ota tiene en El su.punto
do, en el temor ·de Dios y en el espíritu servil de·este• de partida. . . .· · ·
temor, el pueblo ·elegido rio llegó a desarrollar la .vida Esta idea de la educación del género humano ha
humana hasta alcanzar un mundd ético libre, que se sido, a partir de entonces, más o meno_s cor,nprendi~a
mueve ·y justifica en sí mismo. Siempre endurecieron · y ha conservado su eficacia en la Iglesia ,Y en la Cris-
su corazón y con este corazón endurecido, en renova- tiandad. En De civ.itate Dei de San Agustm, ()btuvo su,
das caídas, siguió insistiendo en ser el pueblo elegido, forma más profunda, que permanece a t?_do lo lar~o
como si la educación de Dios valiera sólo· para ét aún de la Edad Media en, la grandiosa concepc10n de 1~~1s-
cuando no fuera capaz de mejorar. · toria del obispo Otto von .. Fresing, pues_. su ·Cronica
Luego.·el Cristianismo. Él· se preparó ·en· la épocá en o más aún, su libro De duabus civitatibus, como él
que Grecia había dominado al Oriente~ se había fun- 1~llama, sigue totalmente el pensamiento d~ San ~gus-
dido con las culturas del Oriente y, escindida yconfun;, tín. Y cuando el mundo cristiano, en el anqmlosamiento
dida en sí misma, fue sometida al poder de Roma~ Apa- de la jerarquía y de fa qreación de la concepción pa-
rece tan pronto como en este imperio mundial de los gana del mundo de la Antigüedad dásica estaba a pun!~
Césares coincide la mezcla dé todos los dioses, la inte- de sucumbir, el espíritu alemán de la Reforma recurno
ligend.a, la degeneración de los tiempos vividos. ¿No nuevamente. a.las formas fundamentale~ y a l~s teorías
es su resultado otra cosa que esta degeneración y de- básicas del Cristianismo, al sacerdocio de tod.os los
cadencia y desesperanza? ¿No existe ninguna salvacióJ?- hombres cristianos o, como dice Lutero: «nada puede
ante esta terrible agonía anímica? ayudarte lo que los profetas. y los apóstoles prediquen,
Con el Evangelio. llegá para la humanidad consuelo tu mismo debes decidir». Con esto se ha salvado y es•;
y esperanza, y una nueva fuerza. s.on los elementos tablecido ·el valor infinito y la pr()fundidad infinita de
más· profundos de la esencia judía y· griega que allí la libertad de la personalidad. Y al lado de él Sebastián
se reconcilian y se funden para un nuevo comienzo. Frank, como histodador, pronunció ,la fras~ p~ofunda
No más ya el rígido Dios extra.terreno: de' los judíos, según la cual«también la ~istoria es 1;1na~1bha» Y en
ya no más la infinita pluralidad del antropomorfismo este espíritu enseñó a considerar la historia.
griego. Realmente ·en este espíritu d~ la Reforma se basa
Con el alegre mensaje del Mesías que se dirige a
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la progresiva formación que desde hace casi cuatro si-- mejor medio para promover la muerte y el estanca-
glos, como en ninguna otra época anterior, mueve y miento espirituales que cuando se determina de esta.
soporta al mundo cristiano y también rebasa sus fron;. manera el conocimiento histórica y, con ello, la educa-
teras y lleva nuevos impulsos a los pueblos que que- ción. Pues la educación, es decir, el poder didáctico
daran rezagados o que retrocedieran. de la historia, carece de sentido sin una permanente
Sólo en esta gran consideración sintetizante, en el elaboración y desarrollo de su conocimiento.
pensamiento histórico universal de la educación del Pero, ¿dónde está la forma de este tipo de concep-
género humano, se reconoce, según mi opinión, la esen- ción histórica? No he de considerar aquí hasta qué
cia de la importancia didáctica de nuestra ciencia., En punto hasta ahora se han logrado o no concepciones
ella obtienen su puesto e importancia los estadios vi- histórico-universales de la historia. Pero, ¿tienen que
vidos de la humanidad, en ella se realiza la pretensión darse bajo la forma de obras impresas? ¿Habrá de
del presente de reconocer lo devenido, a fin de llevar quererse medir el valor de los sermones en nuestras
a cabo la conducción consciente hacia adelante· de iglesias evangélicas de acuerdo con ·los sermones im-
lo ya devenido. presos? ¿Habrá de promoverse o tan sólo desearse que
Y viceversa:. a partir de la necesidad didáctica se exista finalmente un canon de sermones, con el cual
justifica la concepción histórico-universal del pasado pudiera hacerse superfluo el deber desde el púlpito?
y la consideración histórica se eleva en el intento de No, cada sermón debe dar un nuevo testimonio del
captar el todo, hasta su más plena cumbre. espíritu viviente evangélico de nuestra Iglesia y en
Pero uno no puede dejar de preguntarse: ¿es posi- la medida en que la comunidad se edifique así, ello
ble una tal presentación didáctica de la historia? también es un testimonio. ·
Lo esencial para ella tendría que ser no captar de- Es indiferente el que Herder o Johannes von Mü-
talles sino el todo y este todo, desde el punto de vista ller, Leo o Ranke, hayan proporcionado modelos de
de la educación del género humano. exposiciones de la historia universal. Lo esencial es
En este punto de vista reside el que no deje olvi- que siempre nuevamente en estas ideas de unidad his-
dar el presente, tal como lo hace la expresión narrativa, tórico-universal y •en este espíritu del orden ético uni-
a fin de mostrar ésto o aquéllo del pasado, sino que versal ,que trabaja sin cesar, sean considerados los pa-
concibe lo esencial y la suma del pasado desde el punto sados y en. esta consideración sea aclarado el presente
de vista alcanzado aquí y ahora y explique y profun- y las futuras generaciones sean elevadas al nivel de
dice lo ahora alcanzado como el resultado de los pa- la educación y profundamente elaborada, en la que
sados vividos y lo que es y ha sido adquirido en el ingresan. · · . ·
presente, a través de su devenir. Con esto se ha insinuado la forma que buscamos.
No es que con ello considere que se ha alcanzado Para Sócrates y su. Escuela, el cp1,)..oa'ocpe:!v
era algo más
el objetivo del desarrollo; no es que pudiera pensar que· un dogmatismo cerrado del saber especial; ellos.
que es concebible una forma que pudiera aprender no -se llamában ·a sí •mismos sabios (sofistas) sino filó-·
plenamente estos resultados obtenidos, que los expre- sofos y ,cada diálogo platónico es un testimonio de que
sara y fijara de una vez para siempre. Allí donde se han para ellos el trabajo por la sabiduría era la verdadera
presentado tales concepciones, donde se ha intentado sabiduría.
darles validez, sea por consideraciones políticas o· por La forma correcta de la exposición didáctica, me
pretensión eclesiástica, ello es un ·signo seguro de la parece que es la enseñanza histórica de la juventud
muerte de la educación. Y, al mismo tiempo, no hay y por cierto a través de. un maestro que se mueva li-
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bremente y con plena intelección de los ámbitos histó- miento el que le interesaba o más bien el que le servía:
ricos que domina y, enseñando en nuevas version.es como medio y soporte de su .presentación. En la ex:.
y giros dé testimonio de su importancia histórico-urti;; , posición didáctica tenemos un objetivo totalmente dis-
versal. Pues por el árido esquema de nombres y fechas, tinto: el de la educación, el de la vivencia espiritual
que muy equivocadamente se considera en los exá,.': pósterior -de los estadios· de desarrollo que ha realizado
-menes como la suma del conocimiento y de la educación el género. humano; todo según la medida de la educa-
históri~a, 1:1ºvale la pena que la juventud se ocupe ción que debe ser lograda, en mayor o menor medida.
tanto _tiempo de ella y menos aún por la serie casual Ya la escuela primaria juega aquí un papel im-
de datos políticos externos, cuyo saber documenta la portante: al menos los grandes tipos esenciales puede
educ~ción histórica. Una parte mucho más grande y · y tiene que darlos en la enseñanza. La lectura de la
esencial de la enseñanza de tipo histórko es aquélla Biblio y, con ello, la historia judía y el comienzo de
que. considera la vieja literatura, y también la que se la cristiana; ·ofrece uno de estos tipos esenciales. En
ocupa de la religión y hasta de la gramática y de las· la Biblia misma se habla suficientemente de los grie-
discipl~nas matemáticas. O, dicho más correctamente: gos y romanos · como para poder comunicar lo más
hemos hablado de los tres grandes círculos científicos: esencial acerca de ellos. Y si a los niños de las alde~\s,
del especulativo, del físico-matemático y del histórico. tal conio sucede con razón, se les cuenta algo de Ho-
Toda buena enseñanza, al igual que una buena comida, mero y de las. guerras persas, algunas historias de la
se basa en el hecho de que todos o muchos elementos antigua época romana, ellos entonces no sólo habrán
nutritivos estén mezclados, y así la escuela cultiva de conocer· algo de estos grandes tipos, sino• que para
estas tres corrientes, cualquiera que sea la proporción ellos habrá de resultar una especie de representación
en la que estén mezclados, sea que la gramátka y la sincronística de la época anterior· a Cristo. y una per-
matemática den preferencia al elemento lógico, y en la cepción del espacio histórico y de los estadios tempo-
ense~~nza de las cien,.cias naturales y de la física,' a lo rales. El que se les diga también lo más importante
empinco-observable: tampoco en ella falta el elemento ·- de la historia patria:, de Carlomagno, de fas Cruzadas,
histórico y quizás precisamente estas cosas -son coin~ de la Reforma, de la historia del nuevo Estado ale-
prensibles para la juventud, por lo pronto, sólo· des- mán desde los grandes príncipes electores: todo esto
de_ su costado histórico. El captarlas como ciencias les proporciona una experiencia y percepción internas
se~aradas ~ independientes pe~tenece a una edad pds- adecuada para sus condiciones simples.
tenor y mas madura y nada más absurdo que querer· No he de exponer aquí cómo en la escuela media,
exigir de los jóvenes es:pír~tus esfuerzos y pretender·· en el bachillerato, esta enseñanza se amplía y profun-
darles pla~e~es que reqtiiere11 como condición la pu- diza y cómo se completa en la universidad . ..Pues es
bertad espiritual de la que· carecen. ·' ---_.· un gran error creer que con la escuela está terminada
Tengo que detenerme un momento én esta difícil e la formación histórica y que en la universidad la his-
importante cuestión de la exposición didáctica. Es ob- toria tiene validez sólo como estudio especializado. '
vio que está inuy alejada ·de la forma:· narrativa.· y Una gran cantidad de cosas importantes, que son in-
cuando cada una de las cuatro formas de la exposición - dispensables para· 1a fomación general superior: cono-
narrativa narraba el devenir de una conformación 'a· cimiento de administración, de economía y ·vid-a cóns-
fin de presentarla, para poder llevar a cabo fa sel~c- tituciorial, de las luchas entré Iglesia y Estado, del
ción de lo investigado,· captaba sus pensamientos y - desarrollo científico y artístico, no lo son en absoluto
los tomaba como norma; pero siempre era un pensa .. para la ·madurezespiritual, tampoco para la clase su-
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perior de la escuela, y ·su enseñanza allí acarrea para aquellas otras tres; no es, de ninguna manera, una
el que aprende, la desgracia de creer que tiene tras sí mera utilización aplicada de los estudios históricos, tál
cosas que todavía no puede comprender, como place- como por ejemplo, la agrimensura y el cálculo mér;,
res de una anticipada madurez. cantil son aplicaciones de la matemática para fines
Esto habrá de bastar para presentar claramente mi prácticos. La matemática se mantiene en su dignidad,
concepción sobre estas cosas. se lleve_n a .cabo o no estas aplicaciones útiles. La in-
Aquí hemos llegado al punto en donde podemos ob- vestigación histórica perdería una de las palancas más
tener el paso a nuestra cuarta forma de presentación. eficaces de su ·energía, prescindiría de uno de sus más
Si la esencia de la formación es encontrarse con fecundos campos de aplicación, si quisiera renunciar
conciencia y comprensión en los grandes intereses del a aquello que sólo puede presentar bajo la forma de
presente, esta comprensión de quien se ha formado la discusión.
será tanto más básica y segura cuanto más .profunda- Espero que podamos comprender la cuestión que
mente reconozca lo devenido, en el presente. Habrá aquí ·está en juego.
de comprenderlo de manera tanto más grande y vi- Desde luego, todo actuar humano ·se mueve sólo
viente en la medida en que no sólo conozca y compren- en el· presente y tanto el pasado como el futuro existe
da ésta o aquella esfera de la vida ética sino a todas sólo en el pensamiento. Pero, al someter a prueba a
en su contexto, en su progresar recíprocamente condi- los mismos pensamientos, mirando hacia atrás y ha;,
cionado. da delante, colocando 1a palanca en el presente pleno,
Desde luego avanza sin pausa. Y si la vida teórica se ·amplía el significado de este momento actual y dé
puede conformarse con observar y constatar este pro- la decisión que tiene que ser tomada aquí y. ahora, en
gresar, en la vida práctica todo está orientado para in- la medida en que uno experimenta de inmediato cuán;,
tervenir y colaborar actuando ,en este movimiento y,· to pesa en la balanza el momento, con lo que aporta o
par~ poder hacerlo correctamente, hay que reconocer, no aporta, lo que él capta o deja de captar: El mo-
prever, calcular y utilizar este movimiento.La aquí ex- mento puede haber entendido mal, aplicado mal la
puesta naturaleza de la educación nos da la posibili- gran cantidad de preparativos que contuvieron los tiem-
dad de medir de qué manera, en qué dirección, hay pos y las actividades de antes, poner de manifiesto las
que seguir avanzando, cómo hay que elegir y decidir mentiras; con una· decisión falsa, puede paralizar un
en los casos de duda. Así resulta para nosotros la cuar- futuro que ya estaba en devenir, matarlo en el momento
ta forma: la expdsición discusiva. de nacer.
Desde luego, uno tiene la confortante seguridad de
que, a pesar de ello, la historia sigue su camino, habrá
d) Laexposición discusiva de encontrar su camino. Pero este consuelo general no
§ 93 (48) libera a quien tiene la responsabilidad de la decisión
correcta, del hecho decisivo. Y así como es cierto que
. También para ella el fundamento es la investiga- las grándes esferas éticas no habrán de derrumbarse
ción del material histórico perteneciente a la corres- por el hecho de •que en todo momento cada cual no
pondiente tarea y la preparación del mismo hasta su haga lo que debería, también lo es que cientos y miles
presentación no és metódicamente de un tipo diferen:. viven sin tener la menor idea de que también con
te alde las otras tres formas: investigación, narración, respecto a su querer, a sus deberes, tareas, están vincu-
enseñanza; y no es una forma 'menos esencial que ladas responsabilidades por el todo, y viven tranquilos

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cuando pueden gozar el lapso de vida que a ellos les de la decisión? Pero, no siempre se encuentra en el
es otorgado; igualmente cierto es que aquellas fuerzas lugar debido una genialidad tal. También na~ural~~as
éticas tienen su realización sólo. a través del individuo medianamente dotadas llegan a estar en esta s1tuac10n.
y sólo a través de su acto de voluntad puedenUegar a ¿Deberán entonces encontrarse desorif:ntadas? ¿O de
manifestarse y a obtener una conformación más alta. qué manera habrán de encontrar conseJo?
Ahora bien, uno podría decir que cada cual tiene Hay dos vías de reflexión a través de las cuales pu~-
que decidir de acuerdo con su conciencia, que lleva en den encontrar o, al menos, buscar lo correcto: la via
sí mismo de manera inmediata la ley ética. No se.trata teórica y la histórica. . ·
de ninguna manera sólo de cosas ,que se encuentran Sobre la vía teórica, a partir de la esencia y del
dentro de la esfera •de la conciencia y acerca de las concepto de aquello de que se trata, a. partir del ~o-
cuales da información la ley ética. Al rey, al estadista, nocimiento científico del mismo, a partir de los prin-
al general en campaña, al director de una gran casa cipios encontrados y válidos, habrá de decidirse la cues-
de comercio o de una gran empresa industrial, su. con- tión dudosa ,que se presenta, y consecuentemen1:e. se
ciencia no le dice lo que tiene que hacer en las · cir- hará valer lo real y lo imperfecto frente a lo basico
cunstancias dadas sino sólo que su decisión será de:- e ideal. Así, se dice, el Estado, el derecho, la vida eco-
cisiva para muchos otros, para el destino del ejército, nómica, tienen que estar organizados de tal y cual
del Estado, del pueblo, que tendrá que decidir fam;. forma, de acuerdo con· lo que resulta de sus respec-
bién por ellos, es decir, que tendrá que concebir su tivos conceptos. La forma que puedan tener los datos,
decisión bajo estos presupuestos, que tiene que saber lo tradicional, el poder de los intereses participantes,
pensar y actuar desde un punto de vista superior o no es decisiva, no corresponde a ella la decisión; sólo
general, libre de veleidades, tendencias y pasiones per- lo justificado ante la razón, lo que a· ella c?rresponde,
sonales, determinado sólo por ésta su al ta profesión, sólo la verdad reconocida tiene que servirnos como
por los grandes intereses que le están confiados, a tra- hilo conductor; las realidades tienen que someterse
vés de los medios de que dispone. . a ella.
Pero, ¿cómo habrá de encontrar allí a su juicio y Esto sería correcto si las cosas se dieran tan sim-
su opinión, este yo más grande y general, . que en él plemente y estuvieran funda~entadas tan seg:1ram~n-
se representa, para conocerlo y decidir consecuente- te. Pero, sea dicho una vez mas: en tales cuestiones m-
mente, con todas las premisas que influyen en el mo- tervienen a menudo o siempre esferas de un tipo muy
mento, con previsión de todas las consecuencias que diferente, que quizás en sus teorías se obstaculizan
habrán de resultar? y hasta se excluyen recíproca1:1ente. Cuando los c~-
Ciertamente, la genialidad del estadista, del gene- tólicos piden en un Estado la libertad y la auronomia
ral en campaña, del regente, etc., habrá de encontrar en los asuntos eclesiásticos, que a su vez por parte de
simple y seguramente lo correcta y habrá también de la Iglesia han sido reconocidos como su esencia y con:-
hacerlo. Pero, ¿cuál es el contenido de esta genialidad? cepto y transformados en dogma, así t~mb~én .p~rte-
¿ Por qué aparece en él 1o correcto por intuición, cómo nece a la esencia del Estado el que en su ambito y para
ha llegado a ser sin argumentación? ¿No es acaso por- sus miembros, no exista ni valga ninguna autoridad
que tuvo una visión general realista, en la presencia superior a la del Estado mismo; y éste tiem; que man-
inmediata, sin mayor reflexión y cálculo, tanto de tenerse tanto más firme en este punto cuanto que la
las premisas como de las consecuencias, la suma de gllesia no tolera en absoluto a quienes sustentan otra
las· condiciones surgidas del pasado y de los efectos fe y, por lo tanto, si el Estado cediera, las Iglesias evan-

384 385
13
gélicas de inmediato se encontrarían en enorme peli- que la ha precedido. Y así como es cierto que la vo-
gro. Cuando en el pueblo que abarca el Estado se en- luntad es un novum, que tiene que llegar a ser, un
cuentran los intereses económicos de más diverso tipo, pensamiento que tiene que desarrollarse y con ello me-
en los cuales algunos exigen para su fabricación un jorar, corregiry llevar adelante lo que hasta ahora era;
comercio lo más libre posible, otros consideran· qu~ lleva adelante sólo lo que se liga a los datos, que en
no pueden existir sin protección frente a otras indus- lo que ha madurado aprehende y realiza. Un paso de
trias extranjeras, quizás más baratas, otros se agitan este tipo es siempre una cosa de cuidado, un peligro,
debido a la explotación de los trabajadores por parte una operación que, sin diagnóstico exacto del punto
de_ los capitalistas y de los señores de las fábricas y donde hay que operar, sin el conocimiento más comple-
exigen una transformación socialista de la vida eco- to de las arterias, nervios y músculos de todo el cuerpo,
nómica, se ve perfectamente que cada una de estas co- puede ser fatal. La decisión correcta habrá de poder
rrientes puede ser teóricamente muy bien fundamenta- ' tomarla quien tiene que tomarla sólo con el conoci-
da pero todas ellas hablan y plantean sus exigencias miento exacto de todos los elementos condicionantes y
como si el Estado existiera sólo para ellas, como si de- afectados, sólo en la comprensión segura de aquello
biera orientarse sólo por ellas, mientras qué cada una que en lo hasta ahora devenido es sano y puede con-
sólo puede tener su protección y vida en el derecho ducir hacia adelante, en la plena comprensión de lo
y poder del Estado, es decir, que en primer lug~r de- devenido que debe conducir al próximo paso.
berían trabajar por su conservación, tendrían que pres- Así hemos encontrado la mediación para nuestra
tarle su contribución. Y así sucede por doquier. disciplina. Como lo sabemos, nuestras investigaciones
Pero además: lo ideal y lo básico, tal como lo con- históricas trabajan desde el presente, con los. materia-
cebimos humanamente, no es lo verdadero en sí sino les históricos que en él se encuentran y que en él pue-
la verdad tal como la hemos reconocido hasta ahora y den encontrarse. Aquí se nos ofrece la oportunidad de
justamente en este «hasta ahora» recae todo el acento. aplicar al presente mismo lo obtenido en la investiga-
La esencia de la teoría es que proporciona el resultado ción. Así como se capta la foz en un espejo convexo
de las experiencias sumadas y realizadas hasta ahora que uno luego dirige a un punto, a su foco, para ha-
y a los conocimientos desarrollados a partir de las cer que ilumine tanto más claramente y permita co-
experiencias destacadas con más vigor y a menudo .exa- nocer tanto más exactamente, así también los conoci-
geradamente las alternativas de las últimas injusticias mientos obtenidos en la investigación histórica, cuan-
Y, pe~juicios. Cuanto menos este postulado recoja en do concentramos su luz, los hacemos recaer en un pun-
s1 mismo todos los elementos, también los más si- to, en la cuestión de la que se trata. Esto significa pre-
lenciosos y encubiertos, tanto más doctrinario será y cisamente que determinamos la conciencia '1.el con-
tanto más peligrosa habrá de ser la cuestión que se texto histórico de esta cuestión, su posición en la con-
quiere solucionar desde la teoría. tinuidad del devenir.
Con esto ya se ha insinuado la otra vía segura. Ésta De aquí resulta la esencia de esta forma de ex-
es la vía histórica, que determina· el paso siguiente a posición. En ella, lo investigado. históricamente debe
partir de lo que hasta ahora ha devenido y del con- ser aplicado de manera tal que la cúestión que hay
texto del devenir. Pues por más aparentemente libre que responder, la alternativa que hay que elegir, pre-
que sea la voluntad que tiene que decidir en el mo- senta la incógnita, la X que debe ser respondida o
mento en el que lo que cuenta es la decisión y la acción, aclarada a partir de lo que históricamente es sabido
ella está ligada y condicionada por la suma de aquello y está dado. Es decir, una forma que es externamente

386 387
análoga a la exposición investigante, sólo que aquí dida. Es decir, para utilizar el ejemplo mencionado:
hay que reconstruir y determinar, a partir de los ·ma- la conducción del Estado tenía que evaluar si con aque-
teriales aún existentes en el presente, un pasado y llas anexiones habrían de aumentar tales y cuales ani-
algo efectivo -que es poco claro, en cambio en la pre- mosidades y resistencias, si el equilibrio del poder en
sentación discusiva, lo hasta ahora devenido y suce- Europa, con la eliminación de una Constitución federal
dido tiene que motivarnos la decisión de lo que ha que ya no funcionaba, .con la exclusión de Austria y
de suceder en adelante. Aquí es lo nuevo, lo que pro- el aumento de la. extensión de Prusia habría de sufrir
mueve el presente, problemáticamente; allí está en una transformación extraordinaria; tener en cuenta que
cuestión un pasado y algo sucedido. Francia, desde 1648, había fondado todo su poder euro-
Los momentos que en la discusión aparecen para peo en la impotencia· del centro de Europa y que no
su aplicación se encuentran en parte en el sujeto que habría de contempar impasiblemente este aumento del
tiene que actuar, en parte en el objeto del actuar. poder de Alemania bajo la dirección de Prusia, etc. Con
1. En el sujeto. Es decir, esta nación, este Estado, teorías tales como la del Estado nacional, de la Cons-
esta Iglesia, etc., está así condicionado y determinado titución parlamentaria, de la voluntad soberana del
por sus antecedentes históricos, tiene tales tareas, ta- pueblo, del derecho de legitimidad, etc., no hubiera po-
les limitaciones, tales medios, etc. Este estado de co- dido llegarse aquí a una conclusión. Se trataba, bien
sas subjetivo comprende uno de los lados de los ele- realistamente, de la situación histórica devenida; has-
mentos decisivos. Así cuando en 1866 de lo que se ta qué punto debía ser respetada y reconocida, cómo
trataba para Prusia, después de la exitosa finalización y en qué medida se la podía reformar. .
de la guerra contra Austria y sus aliados, era de fundar, Si la esencia de la exposición discusiva es tal que
en lugar de la antigua federación de Estados alema- a partir del pleno conocimiento de lo devenido tiene
nes y su Constitución federal, un Estado federal sin que crear su juicio acerca de su conducción ulterior y,
Austria, que tenía que incorporar a los más hostiles de esta manera, acompaña el movimiento impulsante
y peligrosos Estados del centro, Hannover, Hesse, Nas- del trabajo histórico, se ve perfectamente que su com-
sau, una parte de la respuesta debía resultar de la de- petencia no se agota en el ámbito de los asuntos po-
terminación del estado de cosas subjetivo: si ello res- líticos. No sólo estará en su lugar cuando de lege fe-
pondía al carácter y a la tarea del Estado prusiano, renda se trate de decidir acerca de cuestiones econó-
si él podía o no sacrificar tanto de su acción libre, si micas, sociales, eclesiásticas; sino que también perte-
tenía o podía obtener los medios materiales y morales nece aquí en cierto sentido, el trabajo de nuevos apor-
para cumplir con las obligaciones de defensa, etc., tes científicos, históricos y técnicos, a pesar de que
que surgirían con el Estado federal. La conducción pru- naturalmente allí la consideración teórica tiene su jus-
siana del Estado tenía, en efecto, que tomar en cuenta tificado · lugar al lado de la consideración histórica.
y evaluar si compensaba el aumento de territorio y de Pues una conformación nuevamente trabajada, como
poder lo que en ello se invertía, si de acuerdo con por ejemplo, la música por parte de Ricardo Wagner,
su naturaleza y sus medios, después de esta importan- habrá igualmente de ser juzgada tomando en cuenta
te modificación, habría de sobrevivir su individua- el que responda o no a la esencia •y la tarea del arte
lidad, etc. musical y en qué dirección conduce el desarrollo hasta
2. El segundo elemento se encuentra en las rela- ahora producido en la música.
ciones objetivas, que deben ser tomadas en cuenta Pero siempre el ámbito principal de la exposición
como condicionantes y determinantes en la misma me- discursiva habrán de ser las esferas que hemos llamado

388 389
las comunidades prácticas,- los intereses conflictivos y 1NDICE
en conflicto, el Estado, las esferas económica, social y
jurídica.
\.
(Los apuntes tomados por Friedrich Meinecke en
el semestre de invierno de 1882/83 contienen las si-
guiente palabras finales ·que fueron pronunciadas
por Droysen sin atenerse al texto siguiente):
Hasta este punto había que llevar la exposición;
ahora puede comprenderse mejor la división .en metó-
dica, sistemática y tóptica. Dos cosas debían surgir aquí INTRODUCCióN . 5
con especial claridad. Por una parte que, a diferencia
I. LA HISTORIA 7
de las ciencias naturales, no tenemos los medios del 7 -..
experimento; que tan sólo podemos investigar. Luego, El punto de partida
Historia y naturaleza . 14
que también la investigación más profunda sólo puede
contener una apariencia fragmentaria del pasado, que II. EL MÉTODO HISTóRICO . 23
la historia y nuestro conocimientp de ella son inmensa- l. El material de la empirie histórica . 25
mente diferentes. Y aquí no ·ayudan los artificios' de
la fantasía. Los griegos se habían pintado una imagen
maravillosa y armónica de su pasado :que concuerda LA METóDICA 41
bien poco con lo que realmente sucedió. Esto nos des-
consolaría si no hubiera una cosa: Auri cuando no se La pregunta histórica . 43
posea material completo, podemos seguir el desarrollo 51
de los pensamientos en la historia. Así obtenemos, no I. LA HEURíSTICA .
El material histórico . 51
una imagen· de la acontecido, sino nuestra concepción 52
Los restos .
y la elaboración espiritual de él. Ésta es nuestra com- Los monumentos . 67
pensación. Las fuentes 77
Obtener esto no es fácil y el estudio de la historia El hallazgo del material . 103
no es tan alegre como parece a primera vista.
II. LA CRíTICA. 114
a) La .crítica de la autenticidad 123
b) La crítica de lo anterior y lo posterior ..., 139
e) La crítica de lo correcto 148
d) La ordenación crítica del material . 173

III. LA INTERPRETACióN 179


La indagación de los comienzos . 179
Las f armas de la interpretación . 183

LA SISTEMATICA 227
El campo del método histórico ·. 229
Lo históricamente investigable 233

390
L
I · EL TRABAJO HISTóRiCO
:,JP ·rcc

SEGúN SUS MATERIAS . 236


a) La naturaleza 237
b) El hombre como creatura . 239
e) Las configuraciones humanas . 242
d) Los fines humanos . 243

II. EL TRABAJO HISTóRICO


SEGúN SUS FORMAS . 245
Los poderes morales . 245
A. Primera serie: Las comunidades naturales . 248
B. Segunda serie: Las comunidades· ideales 267
C. Tercera serie: Las comunidades prácticas 293

III. EL TRABAJO HISTóRICO


SEGúN SUS TRÁBAJADORES . 324

IV. EL TRABAJO HISTóRICO


SEGúN SUS FINES 329
~
0017733 000 003 7
~~- 901
LA TóPICA 335
í' ¡1 ~ D792h.E Droysen, Johann
a) La exposición investigante 341 -~ 1983 Qustav
348
1 l :.~r
b) La exposición narrativa 1'
e) La exposición didáctica •. 369 e Histo-r.ica
d) La exposición discusiva . 382 1
~- ·55502

En Bcal
Central,
-~'


0017733 000 003 7
~

ltlfH -fll
1

Historica
Droysen, Johann Gustav

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