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Peligro inminente: así trabajaban los jóvenes desaparecidos en incendio de Las Malvinas

Antes de morir, el propio Jovi Herrera, una de las víctimas del incendio de la
galería Nicolini, confirmó con fotografías la peligrosa y triste realidad en la que
laboraba.
27 junio, 2017
Por: Giancarlo Andía | @giancarlo_andia
Sorteaban una situación infrahumana, que nadie merece y que terminó costándoles la vida. Unos
‘selfies’ muestran su lado más feliz. Siempre sonrientes y con buen ánimo. Sin embargo, también
revelan la ‘bomba de tiempo’ que los rodeaba.
Unas imágenes muestran al joven padre de 21 años (Jovi) durante un día de intenso trabajo entre
cajas de fluorescentes y manipulando una plancha de madera similar a la que se utiliza en los
trabajos de serigrafía.
Otro de los detalles que se aprecian son un conjunto de conectores eléctricos y grandes planchas
de cartón. A simple vista –ahora que se conocen aún más las condiciones en las que trabajaban–
se ve que siempre estuvieron rodeados por la muerte, pues sabían la cantidad de material infla-
mable que existía a su alrededor, pero la necesidad y las ganas de sacar adelante a sus familias
fue siempre más fuerte.
Botella con orina
Una de estas imágenes confirma también la declaración de los adolescentes sobrevivientes al
incendio y compañeros de trabajo de los desaparecidos.
“Por una rendija nos pasaban botellas de plástico para orinar ya que no podíamos salir para nada”,
contaban ellos, y –según las imágenes- parece que era cierto.
Y es que una de las fotografías muestra (a un lado) una botella de litro y medio (de gaseosa), pero
se ve que al interior no contiene precisamente esta bebida sino orina. Es decir que todos los días
Jovi, Jorge y los demás muchachos convivían con este foco infeccioso y todo porque los
empleadores los mantenían encerrados con candados y sin la posibilidad de ir ni siquiera al baño.
Como esclavos
Otra de las instantáneas tomadas por Jovi muestra a Jorge de espaldas, agachado y acomodando
él solo más de diez fluorescentes. Eso quiere decir que el joven también se exponía a cortarse en
cualquier momento con este frágil material, pues a simple vista no llevaba ninguna prenda para
protegerse.
Una foto más muestra las cajas con los fluorescentes que debían limar para borrar el nombre
original y colocar luego otro. Así –según los testigos- estos eran vendidos a mayor precio por
inescrupulosos comerciantes. Las imágenes se habrían tomado en el tercer piso del almacén
Nicolini, días previos al fatídico incendio.
Pruebas contundentes
Para los agentes de Seguridad del Estado, todas estas imágenes son pruebas contundentes, al igual
que para el Ministerio Público, que ha declarado el lugar entero como ‘escena del crimen’.
En el cuarto día de trabajo frente a la emergencia en Las Malvinas, la Policía, representantes de
la Fiscalía y los propios bomberos aún no pueden acceder a la parte alta del edificio ubicado en
la cuadra 2 de la avenida Argentina. “Hasta que no se enfríe por completo el lugar es imposible
se ingrese”, dijo el jefe de la División Territorial Centro 1, coronel Jaime Rivadeneyra.
CITARÁN A PRESUNTOS DUEÑOS
■ La División de Seguridad del Estado citará a los sindicados dueños de los almacenes, los
esposos José Fabián y Rocío Paola de Paz para aclarar su responsabilidad. Por su parte, la Sunarp
revela que en febrero la pareja pagó 70 mil soles a la empresa JPEG S.A.C. para administrar 60
metros cuadrados del quinto piso de la galería Nicolini. Por su parte, la jefa de la Sunafil, Sylvia
Cáceres, condenó hoy las prácticas laborales de algunos malos empresarios y dijo que los jóvenes
almaceneros desaparecidos no figuran en ninguna de las planillas electrónicas de las 43 empresas
formales de la zona, registradas ante el Ministerio de Trabajo.

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