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El ser humano en sus primeros meses de vida tiene contacto con juguetes que sirven como
estimulación para un correcto desarrollo. Se encuentran pues juguetes de diferentes tipos;
sonajeros de colores llamativos (naranja, amarillo, rojo) libros de baño sobre animales y
mantas de actividades. Se observa en este punto colores rosados utilizados para la decoración
del cuarto de una niña y colores azules para los niños, en cuanto a colores como el verde o el
rojo no se encuentra diferenciación de género. A partir de los 3 años, se empiezan a encontrar
diferencias notables, a los niños se les relaciona propiamente con colores como azul, naranja,
los juguetes con los cuales comienzan una interacción son muñecos como súper héroes,
carros, con características muy amplias y de gran variedad, en el caso de las niñas ya
comienzan relacionarles con los colores rosados, que se ven en su vestuario y sus juguetes
(Barbie, muñecas, ollas planchas).
Faltan las citas y la referencia, yo las hago lau y ahora te las mando.
Los juguetes han evolucionado en cuanto a su forma, color y temática, esto ha causado en su
consumo una diferencia de género, condicionando estereotipos de juguete sobre roles en la
sociedad. Ejemplo de esto es la diferencia entre juguetes en donde los diseñados para niñas,
son de colores pasteles, reflejando con esto actividades que han sido asignadas socialmente a
la mujeres, como roles de ama de casa. En cambio los colores utilizados en la creación de
juguetes para niños son más dinámicos, utilizando formas geométricas, y que sirven como
juegos de acción, en donde la habilidad de extremidades y la interpretación que se dé a esta es
importante lograr el objetivo del juego, como ganar (Luevano y Zarza, s.f).