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José Sergio Sánchez Almendras

Sociología - UMSS

El mapa de Identidades
El presente trabajo tiene como objetivo realizar un análisis desde el enfoque de la
Sociología de la Imagen, las formas de disciplinamiento pedagógico que despliega el
Estado Plurinacional de Bolivia como mecanismo de adoctrinamiento ideológico desde el
Estado hacia la sociedad civil.
Los elementos visuales que nos permitirán identificar los dispositivos de disciplinamiento
pedagógico por parte del Estado son las imágenes de la tapa y las láminas ilustrativas de
un cuaderno común de 50 hojas de distribución masiva y gratuita por parte de la
Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia.

El mapa de identidades
La Constitución Política del Estado nos dice en sus artículos:

Artículo 3. La nación boliviana está conformada por la totalidad de las bolivianas y


los bolivianos, las naciones y pueblos indígena originario campesinos, y las
comunidades interculturales y afrobolivianas que en conjunto constituyen el
pueblo boliviano.

Artículo 5. I. Son idiomas oficiales del Estado el castellano y todos los idiomas de
las naciones y pueblos indígena originario campesinos, que son el aymara, araona,
baure, bésiro, canichana, cavineño, cayubaba, chácobo, chimán, ese ejja, guaraní,
guarasu’we, guarayu, itonama, leco, machajuyai-kallawaya, machineri, maropa,
mojeño-trinitario, mojeño-ignaciano, moré, mosetén, movima, pacawara, puquina,
quechua, sirionó, tacana, tapiete, toromona, uru-chipaya, weenhayek, yaminawa,
yuki, yuracaré y zamuco.

Artículo 8. I. El Estado asume y promueve como principios ético-morales de la


sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso
ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi
(vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble). 1

La imagen del mapa de identidades nos remite por medio de la interpelación subjetiva del
imaginario del Estado Plurinacional a los tres artículos citados anteriormente, esto puede
ser identificable desde la perspectiva del análisis de imaginarios sociales. Siguiendo a
Cornelius Castoriadis (2008) una institución es la unidad de un conjunto de significaciones
imaginarias las cuales son creadas y recreadas por la sociedad para su autorregulación, es
en este sentido que la sociedad le confiere a la institución la capacidad de regular la vida
social y mantener el orden establecido, es para este propósito que necesita objetivar ese

1
CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA. PP. 13-14
conjunto de significaciones imaginarias que le dan legitimidad de ejercer el poder. (C.
Castoriadis 2008)
La institucionalización de las normas y reglas en el funcionamiento de la institución de la
sociedad tiene dos niveles, un nivel objetivo, por ejemplo la constitución política, la
burocracia, el ejército, la infraestructura, el territorio, etc. y un nivel subjetivo (psique) o
de imaginación re-creativa constante de significaciones relacionados a las formas objetivas
ya sea para legitimarlas o para cuestionarlas, esta relación es la que conforma a la
sociedad.
La Constitución Política es una forma de objetivación textual de la institución imaginaria,
es decir de las normas y reglas que legitiman el orden establecido, su forma instituida y al
mismo tiempo por su capacidad instituyente el imaginario del Estado Plurinacional de
Bolivia ejerce coerción e identificación sobre la sociedad. Los mecanismos de
institucionalización de las normas y reglas sobre el cuerpo de los sujetos que componen la
sociedad boliviana podría ser explicada mediante lo que Michel Foucault denomina
tecnologías políticas que se desenvuelven en dos direcciones “Por un lado, existe esa
tecnología que llamaría "disciplina”. La disciplina es, en el fondo, el mecanismo de poder
por el cual llegamos a controlar en el cuerpo social hasta los elementos más tenues, y por
éstos alcanzamos los átomos sociales mismos, es decir, los individuos.” (M. Foucault 1999:
243) Se refiere a las técnicas y dispositivos de individualización del poder como por
ejemplo la vigilancia, el control de la conducta o el comportamiento con el afán de
“intensificar su rendimiento, cómo multiplicar sus capacidades, cómo situaría en el lugar
en que sea más útil.” (M. Foucault 1999: 243) por otra parte se podría observar la
aparición de tecnologías de disciplinamiento en la educación “Primero en los colegios y
después en las escuelas primarias observamos la irrupción de esos métodos disciplinarios
en los que los individuos son individualizados en la multiplicidad.” Es en este sentido que
el cuaderno en sí mismo y las imágenes discursivas que evoca, en referencia a lo
establecido en la Constitución Política, funcionan como tecnologías políticas como un
dispositivo de disciplinamiento pedagógico, ya que su finalidad última es la de transmitir a
la sociedad, de manera individualizada por medio de las imágenes en un cuaderno,
discursos de orientación identitaria de reconocimiento y de regulación del
comportamiento subjetivo, además que cumple con la función de transmisión de un
discurso oficial de reconocimiento institucional de discursos de identidades
territorializadas dentro el mapa que se considera la representación de la nación boliviana
y su característica pluri.

Las identidades que Importan

Esta parte del trabajo se propone explicar la manera en la que el discurso oficial de la
identidad nacional cae en una ambigüedad representativa al determinar arbitrariamente
los tipos de identidades oficiales del ser o no ser indígena. Más adelante dijimos que hay
una correspondencia creativa entre la institución y el sujeto, esta correspondencia hace
que la sociedad mantenga una relación coherente y armónica con su institución, esta al
mismo tiempo creara individuos acordes a una sociedad autónomamente instituida, es
decir habrá una correspondencia abierta y creativa (por eso es imaginaria). La
heteronomía es lo contrario a este proceso de correspondencia coherente y creativa, en
la que una forma de poder dominante ha sustituido la auto-institución de la sociedad y la
somete a un estado de clausura, es decir no existe correspondencia creativa y la
institución se convierte en la fuente de reproducción del orden social, alienando a la
sociedad, negando su capacidad auto-reguladora y creadora de significados, es en este
momento en el que la institución se convierte en la fuente de su propia significación y de
las verdades oficiales, ejemplos de estas formas de institución podrían ser dios, las leyes,
el Estado, la nación, pero también las concepciones subjetivas y materiales (biológicas) de
hombre, mujer, niño, niña, anciana, etc.
Entonces, la institución imaginaria Estado Plurinacional de Bolivia como una institución
que encuentra su auto – significación en ella misma debe crear sujetos acorde al
funcionamiento de sus significaciones oficiales, esto le permite al sujeto ser o no ser,
reconocerse o no reconocerse, identificarse o no con el Estado Plurinacional, según Álvaro
García Linera:
“…la formación de la actual identidad boliviana como una identidad nacional compuesta
entre la identidad nacional estatal (la nación boliviana a la que pertenecemos todos los
nacidos en este territorio) y las identidades nacionales culturales (las naciones indígenas
originarias con la que se identifican histórico-culturalmente cerca de la mitad de los
bolivianos)… La nación boliviana se consolida como una nación estatal que abarca y une a
los más de 10 millones de bolivianos que nacimos en esta patria. Y dentro de ella están las
naciones culturales indígena originarias –poseedoras de una identidad pre-existente a la
Republica e incluso a la Colonia… Una parte muy importante de los bolivianos son
indígenas, es decir, son bolivianos que poseen una identidad nacional compuesta:
pertenecen a naciones culturales indígenas-originaras como la aymara, quechua, guaraní,
moxeño, uru, yuracaré, etc.” (A. García 2014: 47-48)
Más adelante.
“Las sub-identidades regional-geográficas son un componente constitutivo de la identidad
nacional estatal, y también de las identidades nacionales culturales. Chaqueño, cruceño,
paceño, beniano, potosino, etc. son identidades a las que las personas recurren
cotidianamente para relacionarse con el resto de los bolivianos.” (A. García 2014: 48)
El autor trata de hacer una caracterización esforzadamente completa de las identidades
que conforman la nación boliviana, este discurso incompleto, siempre va a ser incompleto
y ambiguo porque no podría describir de manera real, ni en discurso ni en imagen, la
identidad real de los 10 millones de bolivianos a los que el mismo se refiere de manera
determinista y arbitraria tanto desde el discurso como desde la imagen como en el
ejemplo del mapa de identidades. Siguiendo a Weber, lo que A. García propone son tipos
ideales performativos a los que arbitrariamente la sociedad boliviana en su diversidad
debe adscribirse, en palabras de Silvia Rivera: “La conclusión de este “argumento por
falacia territorial” no es sino dar por sentada sin debate previo la arbitrariedad cultural que
constituye la Nación” 2
El dispositivo discursivo de la concepción identitaria de lo plurinacional desde los agentes
del Estado, como el autor del opúsculo vicepresidencial, no pueden más que girar en

2
RIVERA Silvia. ¿Qué hacer con la Nación de Álvaro García Linera?: Indianizar al Mestizaje y Descolonizar al Gobierno en
Nueva Crónica y Buen Gobierno. 15 de marzo de 2014 – numero 140.
torno al discurso oficial, legal y legítimo que la propia institución social ha constituido
como una verdadera comunidad imaginada3. Volviendo al mapa de identidades y su
fidelidad al discurso oficial tanto de los agentes estatales como de sus dispositivos , este
aparece caracterizando el mapa del territorio de Bolivia y sus identidades plurales, nueve
caracteres performativos4, representando a los nueve departamentos de Bolivia,
afirmando la división territorial de lo que otrora fue la República de Bolivia y su división
política, asumiendo arbitrariamente que los nueve caracteres identitarios de los nueve
departamentos son los principales negando en primera instancia otras identidades que
como vimos A. García se refiere a las identidades nacionales compuestas como
secundarias, por debajo del imaginario nacional en una relación jerárquica en importancia
con relación a “la Nación boliviana, una entidad estatal que nos uniría a todos (nos
nombra en masculino, p. 47) y en la que no podrán más que subsumirse e incorporarse las
naciones en minúscula, esas entidades territoriales de base ancestral y cultural que él
asocia con lo indígena.”5 Siguiendo la crítica, el contenido enunciativo del mapa de
identidades de la Vicepresidencia es un dispositivo de disciplinamiento discursivo y
pedagógico que encubre la tendencia centralista y la minimización y secundarización de
facto de las identidades étnicas por debajo de las identidades republicanas como una
forma de legitimación de una idea imaginada de nación construida bajo el amparo de
identidades imaginadas que deben representar la “nación indígena” en contraposición a la
“nación mestiza” que era una categoría conceptual construida como un proyecto de
homogenización social de las elites nacionalistas con la intención de borrar “…esas huellas

3 Benedict Anderson plantea en su libro: Comunidades Imaginarias. Reflexiones sobre el origen y la difusión del
Nacionalismo. Fondo de Cultura económica. México. 1993. Que una comunidad es imaginada “…porque aun los
miembros de la nación más pequeña no conocerá jamás a la mayoría de sus compatriotas, no los verán ni oirán siquiera
hablar de ellos, pero en la mente de cada uno vive la imagen de su comunión.”Pp.23
“Se imagina como comunidad porque independientemente de la desigualdad y la explotación que en efecto puede
prevalecer en cada caso, la nación se concibe siempre como un compañerismo profundo. Horizontal. En última instancia,
esa esta fraternidad la que ha permitido, durante los últimos dos siglos, que tantos millones de personas maten y, sobre
todo, este dispuestas a morir por imaginaciones tan limitadas.” Pp. 25
4 Judith Butler en su libro Cuerpos que Importan: sobre los límites materiales y discursivos del “sexo”. 1ra edición.

Paidos. Buenos Aires. 2002. Se refiere a que la performatividad “…no es pues un "acto” singular, porque siempre es la
reiteración de una norma o un conjunto de normas y, en la medida en que adquiera la condición de acto en el presente,
oculta o disimula las convenciones de las que es una repetición. Además, este acto no es primariamente teatral; en
realidad, su aparente teatralidad se produce en la medida en que permanezca disimulada su historicidad (e,
inversamente su teatralidad adquiere cierto carácter inevitable por la imposibilidad de revelar plenamente su
historicidad).”Pp. 34
5
Ob. Cit. RIVERA Silvia (2004) ¿Qué hacer con la Nación…
molestas del pasado y terminar la tarea de ciudadanización mestiza que el liberalismo
había comenzado. Tan imprescindible resultaba esta tarea, que ideólogos nacionalistas no
vacilaron en reinventar el pasado para expurgar de él toda huella de vitalidad propia de la
causa anticolonial indígena, y para injertarle un imaginario territorial mestizo y
nacionalista con el cual harían coincidir hasta el imperio Tiwanaku. (S. Rivera 2010: 92). El
discurso esencialista, maniqueo y performativo del indigenismo ha calado en el proceso
Constituyente y por ende en su producto final, la actual Constitución Política, el
esencialismo es producto de intelectuales que se apoyan en los datos del censo del 2001
en el que supuestamente la sociedad boliviana estaría compuesta por un 62% de
ciudadanos/as que se identifican con alguna identidad étnica indígena yendo a contrapelo
de lo que hasta antes del censo había significado ese dispositivo de homogeneización
cultural desde 1952, como fue el mestizaje, ese término medio en el que las
contradicciones coloniales y de casta se disolvían, no hay que olvidar que el CENSO es
también un dispositivo de disciplinamiento pedagógico el cual es valorado por su
capacidad de arrojar datos artificiales como mecanismo de legitimación social e
institucional, al respecto Alison Spedding nos dice “esta artificialidad es evidentemente el
caso del censo del 2001 que dio el resultado de 62% de población “indígena u originaria”
en Bolivia… donde uno tenía que escoger entre ser “indígena u originaria” o no ser nada
en absoluto…la pregunta del Censo de 2001, que es pedagógica en tanto que enseña a la
población censada que debe identificarse –o no- como un miembro de un pueblo
“originario o indígena”, aunque jamás haya considerado tal afiliación antes” (Spedding s/f:
2). Este desplazamiento discursivo en la realidad ha provocado un encubrimiento de las
acciones por medio de la palabra, si bien intento borrar físicamente al mestizo, la
subjetividad cultural o la pervivencia en la memoria de los dispositivos de disciplinamiento
que van a ser efectivos a la hora de ejercer el poder de nombrar, clasificar, jerarquizar la
identidades oficiales y también de poder negar o anular de manera retorica el proyecto de
nación mestiza de manera estratégica como medida o de negar también identidades
nacionales que no son parte del mapa de identidades más que de una manera imaginada,
como por ejemplo el hecho de que no haya ningún caracter identitario nacional de piel
blanca, de pelo rubio u ojos claros, pese a que todos sabemos que los campesinos del valle
alto de Cochabamba son conocidos por su color de piel blanca, rojiza y sus ojos claros
producto de los diferenciados procesos de mestizaje racial, esta forma de encubrimiento
de identidades se repite en el Censo del 2012, con la misma modalidad de desplazamiento
del mestizaje por la pregunta de la identificación étnica, pero esta vez la identificación
étnica es mucho más específica de acuerdo a las naciones y pueblos originarios
oficializados por la Constitución Política, este Censo va a arrojar el dato del 46% con
identidad indígena, pero un ejemplo de la utilización maniquea y performativo del
discurso indígena se lo puede encontrar claramente representado en el mapa de
identidades de la Vicepresidencia ya que de entre los nueve caracteres performativos e
identitarios ninguno es de piel blanca, pero cuando abrimos la lámina central del cuaderno
nos encontramos con estos dos imágenes:
Los caudillos indígenas en dibujo, entre ellos el Cacique Pedro Ignacio Muiba (líder de
rebeliones indígenas en la época de Tupak Katari), Bartolina Sisa (“heroína indigena
aymara, virreyna y comandante junto a su esposo, el caudillo y virrey aymara Tupak
Katari”), Apiaguaiqui Tumba (“fue uno de los más importantes tuvichá (jefe) Avá Guarani
(chiriguano) de finas del siglo XIX en la república de Bolivia”), Moto Méndez (“líder
guerrillero de la republiqueta de Tarija y caudillo de las provincias unidas del rio de la
plata”) y en el centro se encuentra Evo Morales (“Nació el 26 de octubre de 1959 en el
departamento de Oruro, en el seno de una familia campesina aymara. Cuando fue electo
presidente de Bolivia despertó interés en el mundo por ser el primer mandatario de
origen indígena en la historia de su país y por sus propuestas de realizar cambios radicales
en las estructuras de variados ámbitos nacionales…”).
Por su parte la imagen de la galería vicepresidencial contiene otro modelo de significación,
mientras las pinturas de retratos de los “líderes y caudillos” indígenas se encuentran
pintados como retratos ficticios de museos, incluso el actual presidente Evo Morales el
cual aparece al lado de los retratos de los líderes indígenas de épocas pasadas y Evo
mismo como evocando un pasado de verdades montadas para escena, incluso en la
leyenda de su descripción biográfica se puede observar la generalidad de su descripción
biográfica. La galería vicepresidencial podría ser nombrada sarcásticamente como la
galería de la negación y de la auto negación, negación primeramente porque se observa
claramente la dicotomía claro obscuro, es decir bueno – malo o pasado-presente, todas
los retratos de los ex vicepresidentes antes de Álvaro García Linera en blanco y negro,
como evocando simbólicamente a un pasado gris, por el contrario la foto del actual
vicepresidente se encuentra agrandada y a full color, a manera de hipótesis final acerca
del análisis del cuaderno vicepresidencial, el hecho de la utilización del gris y del color en
los retratos es una autonegación identitaria encubridora, ya que lo único que diferencia al
actual vicepresidente de los antiguos vicepresidente es su foto a colores, porque en
primer lugar ninguno de ellos a excepción de uno, Víctor Hugo Cárdenas presenta rasgos
fenotípicos de procedencia indígena y esa es una primer diferencia de autonegación en la
aparición de su blanquitud en el mapa de identidades, en el mapa de identidades no hay
ningún carácter performativo que represente o que identifique la piel blanca y la
vestimenta de etiqueta de cualquiera de los ex vicepresidentes incluyendo el actual, es
decir que ni el Álvaro García mismo cabe en su propia concepción territorializada de la
identidad boliviana, representada en el mapa de identidades, pese a que todos sabemos
que Álvaro García es boliviano al igual que Aniceto Arce Ruiz (1880-11881) o Severo
Fernández Alonzo (1892-1896) o Juan Lechín Oquendo (1960-1964) o Jorge Tuto Quiroga
(1997-2001), al parecer el imaginario de nación indigenista que el mismo Álvaro García
propone no es parte ni siquiera de su propia identificación, porque ni siquiera el mismo se
representa como parte de ella, más que por la investidura vicepresidencial y su biografía,
pese a que incluso que su biografía contiene características coloniales como la
demostración de títulos y legados de su trayectoria académica, es decir datos específicos y
revisados a diferencia de la leyenda generalizada de los líderes indígenas.
En lo que sí existe homologación identitaria claramente definida es entre los caracteres
performativos del mapa de identidades y los retratos de los líderes indígenas, todos son
indígenas y siguiendo el orden del discurso por analogía todos pertenecen al Estado
Plurinacional de Bolivia y además que todos (los indígenas) corresponden con los valores y
principios éticos ancestrales Ama Llulla, Ama Sua, Ama Quella y que son claramente
identificables dentro el discurso oficial, a través del esencialismo encubridor de la
identidad indígena. “El nuevo estereotipo de lo indígena conjuga la idea de una
continuidad de ocupación territorial –invariablemente rural– con una gama de rasgos
étnicos y culturales que van encasillando las conductas y construyendo escenarios para un
despliegue casi teatral de la alteridad.”(Rivera 2010: 59)
Los no indígenas siguen perteneciendo como a otra Bolivia, no se puede saber por quien
fue diseñada las imágenes del cuaderno vicepresidencial, pero su cualidad de producto de
difusión oficial del Estado, lo reviste de legitimidad discursiva oficial. Desde esta
observación descriptiva nos da la impresión de que inconscientemente los agentes del
estado reproducen su colonialismo interno en este tipo de tecnologías de disciplinamiento
pedagógico, al imponer su modelo de control y de dominación tanto en el plano subjetivo
como en el plano corporal de las identidades, imponiendo una lectura de las identidades
nacionales de esquemas externos y arbitrarios producto de las elucubraciones iluministas
de las clases medias, mestizas-criollas-señoriales, todavía enclavadas en las instituciones
del Estado desde las cuales continúan con su pretensión paternal y autoritaria de conducir
a la sociedad como un mandato cultural que trascendente en la historia nacional. “Hay en
García Linera una concepción autoritaria e idealista de la Nación, a la que muestra como
entelequia, premisa de ser del Estado boliviano, preexistente aunque construida (no se
sabe por quién ni cómo) y que sin embargo estaría ahora en vías de consolidarse como
una identidad primordial y de “adhesión fuerte”. El razonamiento simplificador y simplista
se recubre de una narrativa implacable que soslaya u oblitera los hechos irresueltos y las
demandas vividas de los/as protagonistas diversos del conjunto de la modernidad
boliviana en el horizonte populista post 52 y aun en el propio “proceso de cambio” .6

Bibliografía

ANDERSON Benedict. Comunidades Imaginarias. Reflexiones sobre el origen y la difusión


del Nacionalismo. Fondo de Cultura económica. México. 1993.

BUTLER Judith. Cuerpos que Importan: sobre los límites materiales y discursivos del
“sexo”. 1ra edición. Paidos. Buenos Aires. 2002.

CASTORIADIS C. El Pensamiento de Cornelius Castoriadis. Ediciones Proyecto


Revolucionario. 2008.

CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA

FOUCAULT M. Etica, Estetica y Hermeutica. Paidos. España. 2009.

GARCIA A. Identidad Boliviana. Nación, mestizaje y plurinacionalidad. Vicepresidencia del


Esatado Plurinacional, Presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional. La Paz –
Bolivia. 2014.

6
RIVERA Silvia. ¿Qué hacer con la Nación de Álvaro García Linera?: Indianizar al Mestizaje y Descolonizar al
Gobierno en Nueva Crónica y Buen Gobierno. 15 de marzo de 2014 – numero 140.
RIVERA Silvia. Violencias (re)- encubiertas en Bolivia. La Mirada Salvaje. Editorial Piedra
Rota. 2010
RIVERA Silvia. Ch’ixinakax utxiwa Una reflexión sobre prácticas y discursos
descolonizadores. Tinta Limón ediciones. Retazos. 2010

RIVERA Silvia. ¿Qué hacer con la Nación de Álvaro García Linera?: Indianizar al Mestizaje y
Descolonizar al Gobierno en Nueva Crónica y Buen Gobierno. 15 de marzo de 2014 –
numero 140

SPEDDING A. “Han tomado mucho mate de wipala”: Reflexiones sobre el indigenismo


contemporáneo. S/F. inédito
Esencialismo ¿estratégico para quienes? Sobre el ocaso del discurso del mestizaje. S/F.
Inédito.

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