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Acción de libertad
Expediente: 17203-2016-35-AL
Por memorial de 28 de octubre de 2016, cursante de fs. 11 a 13 vta., el accionante expresó los
siguientes argumentos de hecho y derecho:
En el ejercicio libre de su profesión como abogado, fue contratado por Alonza Surita vda. de
Galviz, para regularizar el derecho propietario sobre el predio “la peña” (sic), en cuya tarea visitó
el predio en varias oportunidades, hasta que el 27 de septiembre de 2016, se le comunicó que
personas ajenas habían ingresado al referido lote; por lo que, se dirigió al inmueble y se
entrevistó con las mismas sin que se hubieran identificado, quienes amenazándolo procedieron
a tomar fotografías y filmar para posteriormente retirarse.
Como consecuencia de tales hechos y a fin de apartarlo del caso, fue sorprendido el 21 de
octubre del citado año, con una citación para prestar su declaración informativa en calidad de
denunciado por los delitos de asociación delictuosa, allanamiento de domicilio y avasallamiento,
a instancias de Hernán Víctor Ruiz Cárdenas; cuando se apersonaba a ingresar al Tribunal
Departamental de Justicia de Santa Cruz, el funcionario policial Juan Manuel Pereira le entregó
dicho actuado procesal en tono de amenaza; siendo la referida citación defectuosa firmada por
Karla Barrón Hidalgo Fiscal de Materia; asimismo, una vez que compareció a su audiencia de
declaración éste efectivo policial, atribuyéndose funciones que le corresponden a la autoridad
fiscal, señaló nueva audiencia para el día siguiente, hechos descritos que vulneraron su derecho
al trabajo, desprestigiándolo ante el foro de abogados ya que pretenden amedrentarlo,
obligándolo a abandonar el caso para el que fue contratado.
I.1.3. Petitorio
Solicitó se conceda la tutela invocada y ordene el cese de la ilegal persecución y el indebido
procesamiento; más la reparación de daños y perjuicios.
Celebrada la audiencia pública el 29 de octubre de 2016, según consta en el acta cursante a fs.
20, se produjeron los siguientes actuados:
Karla Barron Hidalgo, Fiscal de Materia, Juan Manuel Pereira, funcionario policial de la FELCC y
Hernán Víctor Ruiz Cárdenas, no se hicieron presentes en audiencia ni presentaron informe
alguno, a pesar de sus legales citaciones cursantes de fs. 16 a 19.
I.2.3. Resolución
El Juez de Sentencia Penal Cuarto del departamento de Santa Cruz, en suplencia legal de su
similar Tercero, constituido en Juez de garantías, mediante Resolución 13/2016 de 29 de
octubre, cursante de fs. 21 a 22, denegó la tutela solicitada; bajo los siguientes argumentos: a)
No se hicieron presentes en audiencia pública el accionante a efectos de demostrar con pruebas
lo denunciado, ni los demandados, llevándose a cabo la misma en virtud a lo dispuesto por
el art. 126.II de la CPE y 36.2 del Código Procesal Constitucional (CPCo); b) El
accionante tiene la obligación de presentar las pruebas necesarias que acrediten su pretensión,
conforme la jurisprudencia constitucional sentada en la SC 0066/2010-R de 3 de
mayo, referida al informalismo y la falta de presentación de prueba; y, c) La falta de prueba se
constituye en causal de improcedencia, correspondiendo denegar la tutela solicitada, ante la
incertidumbre de la lesión al derecho vulnerado.
II. CONCLUSIONES
II.1. Por formulario de denuncia de 4 de octubre de 2016 y denuncia formal de 30 de igual mes
y año, presentada por Hernán Víctor Ruiz Cárdenas, contra los autores, coautores, cómplices y
encubridores, por la comisión de los delitos de asociación delictuosa, allanamiento de domicilio
y sus dependencias, atentados contra la libertad de trabajo, despojo, avasallamiento y
perturbación de posesión; señalando que el 27 de septiembre del referido año, encontrándose
el “casero” en compañía del ingeniero y otros trabajadores realizando el mantenimiento de su
propiedad y linderos, fueron sorprendidos por seis a siete personas que de manera violenta
ingresaron al predio arguyendo ser abogados de Alonza Surita vda. de Galviz, identificándose
uno de ellos como el “Dr. Edwin Villazón” (sic); mereciendo la misma, decreto de 3 de octubre
del referido año, pronunciado por Karla Barron Hidalgo, Fiscal de Materia, requiriendo al
Director de la FELCC, la asignación de investigador y la correspondiente notificación a los
denunciados y otros (fs. 6 a 10 vta.).
II.2. Consta citación de 18 de octubre de 2016, a Edwin Villazón Escobar, para que se presente
el 25 del mismo mes y año a horas 09:30, ante la Fiscal de Materia asignada al caso dentro la
denuncia por la supuesta comisión de los delitos de asociación delictuosa, allanamiento y
avasallamiento, signado como caso 988/16 (fs. 5).
II.3. Mediante acta de comparecencia de 25 de octubre de 2016, dentro del caso 998/16, se
evidenció nuevo señalamiento de audiencia para la declaración informativa de Edwin Villazón
Escobar, para el 26 de igual mes y año, por la inasistencia de la Fiscal de Materia asignada al
caso, al encontrarse en audiencia de juicio oral, suscrita por los funcionarios policiales, Juan
Manuel Pereira, investigador y Fernando Lardizábal Vacaflor, Director ambos de la FELCC (fs. 4).
El accionante alega la lesión de sus derechos al debido proceso, a la salud y al trabajo, y el estar
indebidamente perseguido; toda vez que, con el fin de apartarlo como abogado del patrocinio a
Alonza Surita vda. de Galviz, se interpuso denuncia en su contra, hallándose indebidamente
perseguido y procesado, existiendo citación defectuosa para prestar su declaración informativa
y atribuyéndose el funcionario policial a cargo de la investigación las funciones que le
corresponden al Fiscal de Materia.
Corresponde analizar en revisión si los argumentos vertidos son evidentes, con la finalidad de
conceder o denegar la tutela solicitada.
III.1. Sobre los principios ético morales de la sociedad plural y los valores que sustenta el
Estado boliviano
En primer lugar cabe mencionar que la Constitución Política del Estado promulgada el 7 de
febrero de 2009, señala el horizonte en el que habrá de erigirse el nuevo Estado Unitario Social
de Derecho Plurinacional Comunitario, fundado en la pluralidad y pluralismo político,
económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país. En ese
contexto esta dicho que la nueva institucionalidad del Estado Plurinacional debe superar con
creces la estructura colonial y debe, sobre la base del esfuerzo individual y colectivo, en cada
estructura organizacional y en todos los órganos e instituciones del poder público, concretar un
Estado como el proclamado, principalmente en el Órgano Judicial que a través de sus
jurisdicciones y en la función judicial ejercida por sus autoridades en las naciones y pueblos
indígena originario campesinos (NPIOC), en la que los valores que sustenta el Estado como
unidad, igualdad, inclusión, dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto,
complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad
social y de género en la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social,
distribución y redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien, que señala el art.
8.II de la CPE.
Resulta necesario señalar que la Constitución Política del Estado, por otra parte, refiriéndose a
la nueva institucionalidad del Estado Plurinacional, augura superar con creces la estructura
colonial estableciendo que, de acuerdo con lo previsto en el art. 8.I de la CPE, los principios ético
morales de la sociedad plural que el Estado asume y promueve son: suma qamaña (vivir bien),
ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan
(camino o vida noble), así como ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas
mentiroso ni seas ladrón), estos últimos, mandatos de restricción que pudiendo ser de orden
imperativo para cada individuo, en cada hogar de las bolivianas y bolivianos, es también esencia
de un pensamiento colectivo enraizado en las NPIOC que; sin embargo, de manera permanente
se confronta con ciertos males como la corrupción que lastiman nuestras instituciones y
sociedad, razón por la que el Estado encuentra como un elemento transformador de la sociedad
la lucha contra la corrupción. Una inequívoca señal de esta voluntad está en la previsión del art.
123 de la CPE, que establece e instituye el principio de irretroactividad de la ley excepto en
materia de corrupción, para investigar, procesar y sancionar los delitos cometidos por servidores
públicos contra los intereses del Estado; y en el resto de los casos señalados por la Norma
Suprema.
El art. 125 de la CPE, dispone que: “Toda persona que considere que su vida está en peligro, que
es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad personal,
podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o por cualquiera a
su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o tribunal competente en
materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la persecución indebida, se
restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a la libertad”.
En ese contexto normativo, la SCP 1352/2014 de 7 de julio, ha establecido que: “La acción de
libertad, es un mecanismo de defensa constitucional extraordinario de carácter preventivo,
correctivo y reparador, instituido para la protección inmediata y efectiva de los derechos
fundamentales a la libertad física como de locomoción en casos de detenciones, persecuciones,
apresamientos o procesamientos ilegales o indebidos por parte de servidores públicos o de
personas particulares; así como a la vida, cuando ésta se encuentra afectada o amenazada
por la restricción o supresión de la libertad.
(…)
Norma constitucional concordante con el art. 46 del Código Procesal Constitucional (CPCo), el
cual establece que el objeto de esta acción extraordinaria es la garantía, protección o tutela
de los derechos a la vida, a la libertad física y a la locomoción, para el restablecimiento
inmediato y efectivo de estos derechos, en los casos en que sean restringidos, suprimidos o
amenazados de restricción o supresión” (el resaltado nos corresponde).
(…)
Es así que la SCP 0923/2016-S2 de 26 de septiembre, citando lo expresado por la SCP 0243/2016-
S2 de 21 de marzo, señaló que: “Respecto a la procedencia de la acción de libertad en relación
al debido proceso, la jurisprudencia constitucional, a partir de las SSCC 1865/2004-R, 0619/2005-
R, 0062/2010-R, 0080/2010-R, entre otras, estableció que el debido proceso era tutelable
mediante la acción de libertad, siempre que concurran los siguientes presupuestos: 1) Que el
acto ilegal esté vinculado de forma directa con la amenaza, restricción o supresión de la
libertad física o de locomoción; y, 2) Exista absoluto estado de indefensión, salvo en las
medidas cautelares de carácter personal.
Más adelante, dicho entendimiento mereció un cambio de línea a partir de la SCP 0217/2014 de
5 de febrero, al determinar que: ‘…la garantía del debido proceso en materia penal es tutelable
por la acción de libertad, aun no exista una vinculación directa con el derecho a la libertad física
o personal, siendo suficiente la existencia de una relación indirecta con dicho derecho ante la
amenaza de privación de libertad que el proceso penal supone. Dicho razonamiento se refuerza
con lo previsto en el art. 125 de la CPE, que determina que la acción debe ser presentada ante el
juez o tribunal competente en materia penal, de donde se puede extraer que tanto la finalidad
de dicha previsión como la intensión del constituyente es que sean los jueces especializados en
materia penal los que puedan analizar los supuestos de procedencia que se encuentran dentro
del ámbito de la acción de libertad- que en su mayoría emergen de procesos penales- entre ellos
el procesamiento indebido, pues, conforme al principio de especialidad, no resultaría congruente
que las lesiones al debido proceso sean conocidas y resueltas a través de una acción de amparo
constitucional.
(…)
…en resumen el derecho al debido proceso, se determina que, únicamente cuando se trata de
materia penal, la acción de libertad es el medio idóneo, eficaz y eficiente para restablecer el
debido proceso, en todos sus elementos’.
Este entendimiento, emerge precisamente de la interpretación literal y teleológica del art. 125
CPE, que establece la procedencia de la acción de libertad, cuando se produzca una restricción o
amenaza de restricción ilegal o indebida a los derechos fundamentales a la vida y a la libertad
física a raíz de una persecución ilegal o un indebido procesamiento; en consecuencia, tratándose
de la procedencia de la acción de libertad en relación al debido proceso, debe entenderse que
la inobservancia a éste -debido proceso-, ha sido la causal principal para la afectación del bien
jurídico libertad; pues, de lo contrario, si los actos emergentes del procesamiento no ponen en
riesgo la libertad y no ocasionan su restricción, no podrán ser evaluados y considerados a
través de la acción de libertad, correspondiendo su tratamiento, una vez agotados todos los
medios intra procesales, a la acción de amparo constitucional, como medio de defensa idóneo
en el jurisdicción constitucional para reparar y subsanar los defectos procesales en que
pudieran haber incurrido tanto servidores públicos como personas particulares.
En este sentido, se entiende que la persecución indebida debe verse materializada en actos o
acciones que determinen una amenaza a este derecho, o se disponga la privación de libertad
personal o de locomoción del accionante, no pudiendo ser solamente una suposición del
recurrente, debe existir una acción clara y concreta por parte de la autoridad o persona particular
que cumpla los requisitos para la procedencia, la demostración de la existencia positiva y
material de la amenaza o restricción a la libertad” (las negrillas son nuestras).
El accionante alega que, a fin de apartarlo como abogado contratado por Alonza Surita vda. de
Galviz, para la titulación de un predio, se interpuso denuncia en su contra, por la supuesta
comisión de los delitos de asociación delictuosa, allanamiento y otros, hallándose
indebidamente perseguido y procesado, al existir una citación defectuosa y atribuirse el
funcionario policial a cargo de la investigación funciones que le corresponden al Fiscal de
Materia; hallándose vulnerados sus derechos al debido proceso, a la salud y al trabajo; y, el estar
indebidamente perseguido.
De los antecedentes remitidos a este Tribunal, lo descrito en la Conclusión II.1 del presente
fallo, se tiene que, existe una denuncia presentada por Hernán Víctor Ruiz Cárdenas ante la
Fiscalía y posterior requerimiento a la FELCC para la asignación de investigador y notificación a
los denunciados; razón por la que el accionante fue citado para prestar su declaración
informativa, actuado de comunicación procesal que consideró defectuoso; siendo dicha
declaración suspendida por el funcionario policial demandado, al encontrarse la Fiscal de
Materia asignada al caso en audiencia de juicio oral; señalando el investigador asignado nueva
audiencia; actuaciones que el impetrante de tutela estima como lesiva a su derecho al debido
proceso.
En ese contexto, respecto a la vulneración al debido proceso, corresponde señalar que conforme
al Fundamento Jurídico III.3 de esta Sentencia Constitucional Plurinacional, se establece que la
consideración de la tutela del debido proceso a través de la acción de libertad, solo es posible
previo cumplimiento de dos presupuestos; el primero referido a que los actos considerados
vulneratorios de derechos estén directamente relacionados con la restricción de la libertad del
accionante, en el presente caso, el accionante considera lesivos una supuesta citación
defectuosa para declarar como denunciado y el señalamiento de audiencia realizado por el
investigador que a su entender se atribuye funciones correspondientes a la Fiscal de Materia;
sin embargo, realizado el análisis del caso de autos, se evidencia que dichas actuaciones
procesales son de carácter investigativo, llevadas a cabo por el investigador asignado al caso, sin
que constituyan de manera directa, restricción o amenaza de restringir el derecho a la libertad
de locomoción de la parte accionante; toda vez que, su libertad no depende de la citación a
declarar ni del señalamiento de audiencia cuestionados; sin que se encuentre detenido o
privado de su libertad, ni exista mandamiento de aprehensión emitido en su contra ni mucho
menos ejecutado; asimismo, respecto al segundo presupuesto, relacionado a la existencia de
absoluto estado de indefensión del accionante, no se advierte en la presente acción tutelar
dicho extremo; ya que, de los antecedentes se tiene que una vez citado, para prestar declaración
informativa, Edwin Villazón Escobar, asistió a la audiencia conforme se advierte en el acta de
comparecencia; por lo que, se encuentra en pleno conocimiento de las actuaciones procesales
de investigación del caso denunciado en su contra; de igual manera, de la mencionada acta de
comparecencia, se tiene que el referido cuenta con patrocinio legal de un abogado, no pudiendo
aducirse estado de indefensión. Consiguientemente al no haberse materializado los
presupuestos desarrollados por la jurisprudencia para el conocimiento del debido proceso a
través de la acción de libertad, corresponde la denegatoria, sin ingresar al fondo de la
problemática.
Asimismo, respecto al reclamo de persecución indebida, se debe considerar que la libertad solo
podrá ser restringida para asegurar el descubrimiento de la verdad histórica en la actuación de
las instancias jurisdiccionales, en este caso, no se advierte que el accionante se halle
indebidamente perseguido; toda vez que, la citación para comparecer a su declaración
informativa, deviene de la existencia de una denuncia penal en su contra, y el correspondiente
requerimiento de la Fiscal de Materia asignada al caso, para la coordinación y colaboración en
las actuaciones de investigación, sin que conste que este siendo buscado, perseguido, y mucho
menos hostigado por los demandados, ni la existencia de una orden de captura, detención o
aprehensión en su contra, indebidamente expedidas; no habiéndose cumplido los requisitos
descritos por el Fundamento Jurídico III.4 del presente fallo, que permitan alegar persecución
ilegal en contra del accionante, y menos establecido cual la amenaza a su derecho a la libertad
personal o de locomoción, sin que la simple suposición de vulneración de la misma, permita
otorgar la tutela solicitada.
POR TANTO
MAGISTRADO
Tata Efren Choque Capuma
MAGISTRAD