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Acción de libertad
Expediente: 17176-2016-35-AL
Departamento: Cochabamba
I.1.3. Petitorio
I.2.3. Resolución
II. CONCLUSIONES
II.2. Acta de aprehensión de igual data, emitida por el Ministerio Público contra los
accionantes dentro del caso “582/16” [no hace referencia al delito] (fs. 35 a
45).
III.1. Sobre los principios ético-morales de la sociedad plural y los valores que
sustentan el Estado boliviano
En primer lugar cabe mencionar que la Constitución Política del Estado promulgada el 7
de febrero de 2009, señala el horizonte en el que habrá de erigirse el nuevo Estado
Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, fundado en la pluralidad y
pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso
integrador del país. En ese contexto está dicho que la nueva institucionalidad del Estado
Plurinacional debe superar con creces la estructura colonial y debe, sobre la base del
esfuerzo individual y colectivo, en cada estructura organizacional y en todos los órganos
e instituciones del poder público, concretar un Estado como el proclamado,
principalmente en el Órgano Judicial a través de sus jurisdicciones y en la función judicial
ejercida por sus autoridades, en las naciones y pueblos indígena originario campesinos
(NPIOC), en la que los valores que sustenta el Estado son la unidad, igualdad, inclusión,
dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía,
transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la
participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social, distribución y
redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien, que señala el art. 8.II de
la CPE.
Resulta necesario señalar que la Constitución Política del Estado, por otra parte,
refiriéndose a la nueva institucionalidad del Estado Plurinacional, augura superar con
creces la estructura colonial estableciendo que, de acuerdo con lo previsto en el art. 8.I de
la CPE, los principios ético-morales de la sociedad plural que el Estado asume y
promueve son: suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida
buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble), así como ama
qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), estos
últimos, constituyen mandatos de restricción de orden imperativo para cada individuo en
cada hogar de las bolivianas y bolivianos, son también esencia de un pensamiento
colectivo enraizado en las NPIOC que; sin embargo, de manera permanente se confrontan
con ciertos males como la corrupción que lastima nuestras instituciones y sociedad, razón
por la que el Estado encuentra como un elemento transformador de la sociedad, la lucha
contra la corrupción. Una inequívoca señal de esta voluntad está en la previsión del art.
123 de la CPE, que establece e instituye el principio de irretroactividad de la ley excepto
en materia de corrupción, para investigar, procesar y sancionar los delitos cometidos por
servidores públicos contra los intereses del Estado; y en el resto de los casos señalados
por la Norma Suprema.
El art. 125 de la CPE, indica: “Toda persona que considere que su vida está en peligro,
que es ilegalmente perseguida, o que es indebidamente procesada o privada de libertad
personal, podrá interponer Acción de Libertad y acudir, de manera oral o escrita, por sí o
por cualquiera a su nombre y sin ninguna formalidad procesal, ante cualquier juez o
tribunal competente en materia penal, y solicitará que se guarde tutela a su vida, cese la
persecución indebida, se restablezcan las formalidades legales o se restituya su derecho a
la libertad”.
Con referencia a la tutela del derecho al debido proceso por medio de una acción
de libertad la SCP 1609/2014 de 19 de agosto precisó: “La SCP 0217/2014 de 5 de
febrero, efectuando una compilación jurisprudencial de entendimientos previos que
determinaban que, la tutela del debido proceso mediante la acción de libertad era
únicamente posible cuando las lesiones denunciadas se encuentran directamente
vinculadas al derecho a la libertad o que dicho acto sea la causa directa de la privación
o restricción a la libertad física, que se hayan agotado los mecanismos intra procesales;
y, que exista indefensión absoluta y manifiesta, exceptuando los casos en los que se trata
de medidas cautelares en los que, no es posible exigir la concurrencia de absoluto estado
de indefensión habida cuenta que, el actor debe agotar los mecanismos de impugnación
intra procesales previo a la activación de la acción de libertad, y partiendo de la
interpretación sistemática y teleológica de los arts. 115.II, 125, 178.I y 180.I de la CPE,
con relación al art. 46 del CPP, efectuó un cambio de línea jurisprudencial respecto a la
tutela del debido proceso mediante la acción de libertad, razonamiento que emergió del
contenido mismo del art. 125 de la CPE que determina que la acción de libertad podrá
ser formulada por todo aquel que se considere que su vida está en peligro, que es
ilegalmente perseguida, o indebidamente procesada o privada de libertad, previsión
normativa de la que se desprenden los siguientes supuestos: 1) La existencia de peligro
de la vida; 2) Persecución ilegal; 3) Procesamiento indebido; y, 4) Amenaza o privación
efectiva de la libertad; casos en los que, de acuerdo a este nuevo entendimiento, podrá
acudirse a la acción constitucional a efectos de que los derechos vulnerados sean
protegidos o restituidos, no siendo imprescindible la concurrencia simultánea de dos o
más de estos presupuestos para activar la presente acción tutelar y tampoco que se
encuentren vinculados directamente con el derecho a la libertad o se desprendan de ella,
pues conforme determina el artículo analizado, cuando se hace referencia al indebido
procesamiento, en ningún momento se condiciona la procedencia de la acción tutelar a
la vinculación directa con el derecho a la libertad física o personal.
Es así que, la referida SCP 0217/2014, estableció que 'el debido proceso penal, es una
garantía procesal establecida por la Constitución Política del Estado, que tiene como
objetivo proteger los derechos constitucionales que de él emergen y en ese proceso
controlar la capacidad punitiva del Estado que, en su momento puede afectar la libertad
personal y la presunción de inocencia de aquellos que se encuentran involucrados en una
contienda judicial penal.
En este contexto y estando establecido que toda persona sometida a un proceso penal, se
halla constitucionalmente imbuido del derecho a la defensa, a la asistencia de un
abogado para su asesoramiento en las diferentes etapas del proceso, a un debido proceso
sin dilaciones injustificadas, a la posibilidad de presentar pruebas y controvertir las que
se alleguen en su contra, a impugnar la sentencia condenatoria y a no ser juzgado dos
veces por el mismo hecho, en resumen del derecho a un debido proceso, se determina
que, únicamente cuando se trata de materia penal, la acción de libertad es el medio
idóneo, eficaz y eficiente para restablecer el debido proceso, en todos sus elementos.
POR TANTO
MAGISTRADO
MAGISTRADA