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Fermin del Pino-Diaz, Pascal Riviale y Juan J. R. Villarias-Robles (editores) ENTRE TEXTOS E IMAGENES Representaciones antropoldgicas de la América indigena cnrs 0 664 Contre EREA de [UMR 7188 BP 8-7 rue Guy Moguet 94861 VILLEJUIF Cedex Dee TPehanuens CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS Madrid, 2009 16. PRIMEROS CLICHES. LAS TRIBULACIONES DEL DOCTOR CREVAUX EN LA AMAZONIA* Jean-Pierre Chaumeil”* \ 1 rol dela imagen (dibujo, grabado, litograll, fo- Aografia) en la construceién de los hechos ha que- -L4 dado muy bien documentado por la antropologla y la historia forogeéfica, en cuanto que ha llegado a consti- tuir prucba irrefutable de una realidad que la escritura—por definicién— no es capaz siquiera de dar cuenta. Tomando como referencia la segunda mitad del siglo xix, con la apa- ricién de la fotografia, nos interesaremos en la produecién y en las alteraciones que han sufrido a lo largo del tiempo ciertas imagenes que se volvieron caracteristicas de una regi6n del rmundo (la Amazonia). El objetivo general nues- tro es sacar a la Iuz algunos de los mecanismos que contti- bayeron 2 forjar este campo de investigacidn, asf como ver en particular los procesos que permitieron constituir 0 transformar ciertas imagenes en documentos cientfficos. En principio, se supone que cualquier imagen leva incorporado un testimonio de autenticidad, u ofiece por lo ‘menos pruebas de una realidad dada. Sin embargo, sabemos que no es asf; que el contenido informative de una ita gen (y especialmente de la fotografia) es més bien un abjeto construido, una realidad recreads, hasta e-inventada (sien- do para ello numerosas ls técnicas). En este sentido, la ima- {gen se acerca mas bien a un proceso de construccién de los hhechos (Kossoy, 20023; 2002b) y no funciona simplemente como prueba de realidad o como fil expejo de los hechos (lo que con toda evidencia no es). * Quins experi agadecimieno al CELIA (Centre Bees des Law ues Indigtnes Amérique, CNRS-IRD- eis 7) por haberme permit onsltar el Fondo Create deposiado one bility = Renmin del Pin, Pascal Rey Jan Vilar Robles por geen y levis dl te, " CNRS-EREA-Nunete Pais X, Vili Franca Gps _—————— Este proceso ya conocido se aceeré con la aparicién de 4a fotografia (dentro de la cual la imagen etnogrifica se desa- svolla a partir de 1860-1870). Se observé desde entonces tuna mayor difusién, uso y posesisn de las imigenes por el hecho de sus posibilidades de reproducién casi al infinito 4 partir del mismo negativo, lo que Deboreh Poole ha lla- mado una weconomia visual» y el inicio del coleccionismo (Poole, 2000). 1, La weirugia de las i genes» Las imigenes etnograficas han sido, en efecto, muy répi- damente objeto de diversas manipulaciones,transfocmacio: nes, alteracioneso falsficaciones en funcién de su utilizacién (como tema de propaganda, o de denuncia, o como simple documento etnogrifica,u otros usos): procedimientos a los ue se recurtié sisteméticamente como tentativa cientifica desde los inicios de la antropologia, teniendo en eucnta por otro lado que pocos forégrafos firmaban sus fotos antes de 1870 (McElroy, 1985: 34). Su significacién podta ser alte- rada por las leyendas, siendo freeuente la reutilizacién de tuna misma foto para servie de prueba a una situacidn dife- rente modificando simplemente la leyenda o el titulo. Con Ja fotografia la imagen ha adquitido wna existencia macerial auténoma —por decitlo ast— del objeco que representa, permitiendo la transferenciz de sus contenidos a contextos totalmente distintos (Poole, 2000: 161). La primera ilus- tracién que presentamos aqu‘ es un buen ejemplo de una transferencia as: el de las mdscaras rituales de los Ticuna de |h Amazonia brasilera, dibujadas por los naturalistas J. B. Spixy C. von Martius en 1823 (Ilustraciéa 16.1), que sir 213 — 16, Jean-Pite Chau» PRIMEROS CLICHE LAS TRIBULACIONES DEL DOCTOR CREVAUX EN LA AMAZONIA Hustraci6n 16.1. Miscars rituals: a) ene los Ticuna, segin Spix y Marcus (1823-1831): (b) en las Marquess, segin Lafond (1844) vieron para representar a los indigenas de la isla de Noula- Hiva en el Pacffico (islas Marquesas), como aparece en una de las liminas del Voyuge autour de monde del capicin G. Lafond publicado en 1844 (Ilusteacién 16.16). Las téenicas de alteracién se multiplicaron con simples retoques, supresin o agregacién de detalles, el uso de colo- Fes, etcs aunque también se produj luego lo que se llamé Ia acicugla de las i motivos originales y su anuevo montaje» sobre otro fondo, esr, que consistia en el recorte de dando una nueva composicién. 2. De la foto al dibujo wsegiin fotografias» cn la literatura cientifica y de viaje Sin embargo, la fotografia no reemplazé cealmente al grabado sino hasta principios del siglo 0, por zones téc- nicas: el material de impn va reproduce fotograias. Estas tenian que ser dibujadas de suevo con la mencién expresa wsegdn forograflas, por ob de famosos ilustradores. Los mis renombrados por aquella época, en Francia, eran los de la revista popular Le Tour die Monde: en particular del ilustrador Edouard Riou, alum- no de Gustave Dore. Fundada en 1860 con el apoyo de la casa Hachette, esta revista —que se publicé hasta 1914— se Jmpuso como la ms prestigiosa en su género. Sin duda, su éxito se debié al respaldo cientifico que siempre le manifes- tara la Sociedad de Geogralla de Paris, pero cambign a su peculiar politica de dar absoluta prioridad a las ilustraciones ‘que viniesen con la mencién dibujadas segiin fotografiasy, 6 wsegsin un eroquis del autor». Con estas indi buscaba insular I idea de «prueba» y de autenticidad sobre [a reincerpretaci6n de las Fotografias. En realidad, como bien se sabe, los ilustradores utiizaban de un modo ms que libre Jos documentos originales proporcionades por los vijeros, dando tienda suelta a su imaginacién en funcién de los gus- tos de! publico y de Ia época, Las imagenes dejaron enton- ces de ser afocograftas» para volverse ilustraciones artistas, aunque siempre guardandl su credibilidad cuasi documen- tal, ya que estaban adibujadas segin fotografia. No se conoce muy bien, para la época, as condiciones reales de colaboracin impuestas por los editores y dibujan- tesa los autores, pero en algunos casos se puede reconstruir las diferentes etapas de realizacién de la iconografia desde el documento original hasta la prueba final, que era la iustra- cidn grabada inserta en el texto. La confrontacién de estos diversos documentos permite seguir las verdaderas transformaciones realizadas y el pro: ceso de construccién de una realidad, en gran parte imagi naria, pero que ha cenido importantes repercusiones sobre [a conformacién del discurso cientffico, como bien se sabe ahora. 3. Las tribulaciones del doctor Crevaux Quisieramos ilustrar este proceso @ partir de un caso simple pero significativo de una tendencia general. Escogi- mos para tal propésito focalizar nuestra atencién sobre las andanzas amazénicas de un viajero francés, el doctor Jules "Crevaux (1847-1882, véase Iustracién 16.2). Vatias razones motivaron esta eleccién, En primer lugar, porque sus relatos se volvieron un « sico» en la literatura de exploracién, y sus observaciones que le valieron la primera medalla de oro de la Société de Géographie en Francia— merecieron ser reunidas por la editora Hachette en un lujoso volumen ilustrado con més de 250 grabados, Vayages dans L’Amérigue dt Sud (18830) compafiado de un atlas ce mapas publicado bajo los auspi- cios de la misma Sociedad de Geografia (1883). ~214- Hastracién 16.2. Retsato de Jules Crevaur, Su muerte trigiea e inesperada —a los ureinta y cinco afios— ocurrida en 1882 en el Gran Chaco boliviano tuvo ‘mucha resonancia en el mundo cientifico de aquel entonces, contribuyendo sin duda a la mitificacién del personaje, y tando luego una serie de expediciones lanzadas en su buisqueda cuyas miss en scene idan a revelarse edificantes para nuestro propésio. Por iiltimo, ha sido posible identificar para uno de los viajes de Crevaux, los documentos originales que sirvieron pata la ilustracién de su relaco de 1881, publicado en Le Tour drs Monde y reproducido més tarde (1883a) en su obra péistuma, Jules Crevaur realiz6 en total cuatro viajes en América dll Sur (Strens, 2000; Franck, s/f) Para las necesidadles de la demostraci6n, nos limitaremos solamente aqui a su segun- do viaje de Cayena a los Andes— sobre los efos Japur y Putumayo en 1879 (es decir, a la frontera actual entre Brasil, Colombia y Peri), as{ como a su tltima expedicién en Boli- via (1882), en lt cual perdé la vida. Con respecto ala publi- cacién en 1881 del relato de su segundo viaje, precisamos «que Crevaux se encontraba en Francia desde finales de 1879 hnasta agosto de 1880. Se puede entonces pensar que apro- ved esa ocasién para colaborar con Ia redaccién del Tour du Monde en la seleccién y elaboracién de las ilustraciones Feral del Pin-Dian, sal Rive y Juan J Vilar Rais * ENTIRE TEXTOS E IMAGENES (véase correspondencia en ef «Fondo Crevaux» depositado cen la Biblioteca del CELIA, Centro de Estudios de las Len- ‘guas Indigenas de América, CNRS, en Villejuif 4, El viaje sobre los rios Putumayo y Japuré Empezatemos por ese vise sobre el Putumayo. Después dde muchas peripecias, nos enteramos de que nuestro explo- rador se habia embarcado en un vapor, a punto de salir para ef Pucumayo en busea de un cargamento de qui enconttaba sfo arsiba. Crevaux recoge en el viaje un que se animero de objetos etnogréficos, ast como cinco crineos de indigenas (los cuales serfan depositados mis tarde en el Museo de Historia Nacural de Pars), que sirvieron para gree bado va a lamar nuestra atencién: la representacién de una vivienda indigena atribui véase Iustracién 16.3). Alora bien, para entender esta ilus- complecar unas ilustaciones que veremos. Un pr Ina los «Orejones» (alias Huitoto; tracién —y has siguientes (pues se sabe que Crevaux tom6 ‘muy pocas Forografias churante su viaje) es necesario egar hhasta el edocumento-fuentes. La fuente escondida: el. dlbum fotegnifico de A. Frisch (1869) En el curso de nuestra investigacién, hemos podido cstablecer vinculos entre los grabados de Crevaux y las fotos anteriores de un viajero alemin hasta entonces poco conocido por nosotros: Albert Frisch, Nos ha sido posible consulear en la British Library de Londres el dlbum de este forsgrafo que haba sido hacia 1865 el primero, sin duda, cen realizar in situ (no en estudio) retratos de indigenas (en particular, de’Ticuna y Carijona) en la zona del Alto Ama- 2onas, la misma donde se detuvo precisamente Crevaux para estudiar, entre otras cosas, la elaboracién del curare por los “Ticuna del rio Yavari (Crevaus, 1882: 688). Frisch realiz6 sus tomas por cuenta de la casa Leuzinger de Rio, verosimil- mente segin las recomendaciones de Louis Agassiz, quien viajé por la zona en la misma época y vi el interés de reunir forografias exsticas a la hora del desarrollo de la navegacién a vapor sobre el Amazonas, lo cual se supont la euriosidad de los viajeros extranjeros. Se sabe también que varios clichés de Frisch fueron expuestos en la Exposicidn Universal de Parks de 1867, con- tribuyendo mucho el hecho 2 consteuir el mito de la Ama- zonia en el imaginario mundial. Es sin duda con motivo de esta exposi iba a agudizar in que Crevaux y los ediores del Tour da =215- nil» PRIMEROS CLICHES, LAS TRIBULACIONES DEL DOCTOR CREVAUX EN LA AMAZONIA Meare de Dt Cs en Guyane (@) segin Crevanx, 1883b; (0) sein Czevaux 18832; (6 sein Fist, 1865, ‘Monde descubrieron los fotos de Frisch, y decidieron utili- ‘atlas para ilustrar el Vigj, Frisch habia imaginado, quizés entre los primeros, una estrategia ingeniosa para realizar sus retratos combinando varios negativos (véase, por ejemplo, las Fotos-montajes de los Carijona, lustracién 16.7). Se ve cords de seguir la huella de estas imagenes para captar las alteraciones que sufvirfan después, y los significa entonces e1 dos nuevos que adoprarian, Esto dicho, volvamos a la ilustracién de la vivienda indt- {gena shuitoto», donde se ve muy claramente el trabajo :zado sobre la imagen primera. Tenemas aqut la combinaci do eres elementos: el croquis arealizado in sit» (Ihusteacién 16.3b), supuestamente obra de Crev el Atlas de mapas, 1883b) que autenci por asf cecirlo, a ilustracién (Ilustracién 16.3a) publicada ‘como resultado de su Viaje (1883a), cuando se sabe alora ‘que en realidad dlicha ilustracién habia sido realizada a par- racidn 16.3c), levando la leyen- da umaloca ticuna - igarape Calderon, Notese el agregado, cen el croquis y la mina, de los erdneos humanos colgando de los Arboles (los mismos que Crevaus llevé al museo de (y reproducida en 2 udoblementer, tiedel cliché de Frisch (It sa en la foto original de Frisch lapra ce, si se puede decir ast, es que un colega antropélogo —especialista en los Huitoto— uiliz6 este gra da Ticuna, segtin el cliché original de Frisch) como prueba de la presencia ¢ identitad Huiroa en la zona (Gasché, 1983), Se ve, pues, el tipo de texto para verificarlo, no al revés badlo (que representa una vi ién (Ticuna y Huicoto son dos geupos distintos, cul- tural y lingisticamente hablando) al cual puede conducie tuna lectura demasiado «fiely de los grabados, sin un trabajo previo de desconstruccién de las imagenes. ‘Teansformacin de la imagen en documento etnogréfco Llogado alas fuentes del Japur, Crevauxinicia la bajada ia de una brijjula. Consigue primero dos _guias «Carijona» (de lengua earibe) cuya lémina correspon- dente ([lustracién 16.4a) se realiaé a partir de una foto del mismo Frisch de nativos Miranha, con la cual precisamente de este rio con se iba a construir la «imagen etnograficas de los Miranha (ustracién 16.4b), tal y como aparece en el libro de Santa- Anna Néty (1885). ‘Como ¢jemplo, todavia mds ineeresance, de la transfor mmacién de una imagen en documento etnogréfio, tenemos cl caso de otra fotografia de Frisch mostrando una pareja de arawal) (llustracién 16.5b): el hombre wodo de corona, un panero o cesterta Caixana (de feng lleva en Ia cabeza, a que servia en esta cultura probablemente de instrumen- to para filtrar el veneno para la caza, Se puede pensar que Trisch, en plan de buen fotdgrafo, imaginé esta escena un tanto grotesea para dar un toque mas exético a su modelo Encontramos, sin embargo, est representacién tal cual en el libro de Lima Figueicedo (Figueiredo, 1949) como imagen cexnogrifica de los Caixana (Ilustracién 16.5a), que se repro- dujo después en varios libros. Siguiendo su viaje rfo abajo, Crevaux encuentra un hombte viejo y enfermo, de nombre «Fortunaton, mestizo ~216- ES Iustacién 16.4. Gulas nativos (a) Gul segiin l de ablanco, negro e indio», quien lo acompanié por ‘un momento en su viaje. La Kimina correspondiente a este episodio en el libro de Crevaux permite ver cémo se cons- ‘ruyé la imagen retocada de «Fortunato (Ilustracién 16.66) a partir de la foro original de Frisch (Ilustracién 16.6a). En este caso, la pareja Caixana se vuelve amestizan. Prosiguiendo el viaje, Crevauxe coma contacto con los Carijona (de lengua earibe) que aparecen en varias iminas del Viaje. Como en el caso de la vivienda chuitoto», ain dis- ponemos aqu{ de los tres elementos del proceso: el borrador {llustracién 16.72) a partir del cual supuestamente se reais Ja Kamina (Iastracién 16.70), cuando se sabe que se hizo a partir de una foro-montaje (en este caso, de dos negativos superpuestos) de Frisch (Ilustracién 16.7e). Aqut la funcién del boceto es Ia de legitimar la obra del vigero, ocultando la verdadera fuente iconogrifica. El grabado siguiente, intiulado «Manera de tomar rapé entre los O4 agen compuesta como cos (Ilustracién 16.86), es particularmen- Carona, sein Crevaux, 18834; (b) Miranha,segin Santa-Anna Néry, 1885. te interesante debido al hecho de que se tata de una de las pocas representaciones compuestas a partir de las foto- grafias del propio viajero (Crevaux, 1883a: 376). Las fotos originales de Crevaux (Ilustracién 16.84) que se utilizaron como modelos se referen aqui @ un Miranha visto de fren- te y de perfil (tipo retrato antropométrico). Ambas fotos serfan reproducidas en Ia obra de Joseph Deniker (1900: 638-639). Como se puede apreciar, se trata de un amontaje completo» doblado de una pequefiainvencién cecnolégica, ya que los inhialadores de polvo alucindgeno compuestos de dlos tubos eruzados jno existen en la tegién! (véase al respecto elestudio de Wassén, 1965: 87-91, quien ha sido el primero —que sepamos— en llamar la atencién sobre el caso) By asunco se vuelve todavia mas enigas bado, muy parecido (Ilustracién 16.8e), depositado (segtin ‘Wassén, 1965: 88) en el Museo Pigorini de Roma, que muestra a un inhalador que corresponde, esta ver, a las imuestras etnogrificas (dos tubos paralelos, y no cruzados). -217- 16, Jean-Pee Chau» PRIMA 69. — Ayes castvana Huscracién 16.5. Caixanas: (a) sein Figuciredo, 1949; (6) segin Prisch, 1865, Sexta sumamente interesante conocer el recortido preciso de Inilustraci6n de Crevaux muchas veces eproducida y difan- dda como eartefacto ctnogrifico auténtico», cuando se sabe hoy que nunca existi, bajo esta forma por lo menos (véase Mustracién 16,84). En un eorteo dirigido al profesor Ber- nnard Pottir (Fechado el 15 de septiembre de 1964, y depo- sitado en el fondo CELIA), Wassén plantes la posibilidad de «que Crevaur utilizara a dos dibujances para su libro, y que l texto inal se construyera sobre la base de uno de fos dibujos (€ldelos tubos cruzados). Otra posibilidad, que no contem- pla Wassén, es que Crevannx quiza munca viera el atefacto en cuestién, ni su uilizacién concreta entre los Huicoto. Durante su coreaestadia entre los Huitoto, Crevaux rlata la secuencia del wataque macutino» de los incligenas, resul- tado de que estos ihtimos querfan supuestamente robacles sus oquipajes. La veracidad del propésico parece sospechosa, sobre todo si se considera la versién del colombiano Rafael Reyes, segtin la cual los compafieros de Crevaux habfan pro- vocado alos Huitoro al querer apoderarse por la fuerza de sus adoenos, hamacasy otros objetas personales (en Reyes Nito, 1986: 164), Sea como fuere, la escena del eataque ma es otro buen ejemplo de mise en sme segion el testo, a par tuna foro de Frisch mostrando a una familla"Tieunas grabado dde Crevaux (llustracién 16,98) —se supone que a partir del bosquejo (llustracién 16.98)— foro de Frisch 1865 (lustra- id 16.96) y grabado de Reclus 1894 (llustracién 16.94). La mise en scene en el texto esta aqui confirmada por el arabado esegiin fotografiay y el wcroquis, el cual valida a su de -218— Femi delBn- Di, Pal Rv y Ja J RV fae Robles * ENTRE TEXTOS E IMAGENES ie Kil 3 i" Tustacién 16.6, (a) Paeja Caixana,sogin Pisce, 1865; (b) «Fortunato y su funian,segin Crevaus, 1883 ver la efoto» como si fuera de la autorla de Crevaux (y no de Frisch), 5. La matanza de la Misién Crevaux (1882) Nos interesaremos ahora en el iltimo viaje de Crevaux, donde encontraron la muerte él y la mayorfa de los miem- bros de su expedicin. Se supone que fueron ejecurados por {os Toba (de lengua guaycuru) en represalia por varias expe- diciones lanzadas contra ellos por el Gobierno boliviano con motivo de epacificar Ia zona. El anuncio de la muerte de Crevau tuvo una gran resonancia y hemos dicho, varias expedici tanto por los Gobiernos boli los restos de fa expedicién; situacién que se presté a muchas manipulaciones, como se puede wcitd, como ya nes posteriores organizadas wo y argentino como por el franeés para recuper imaginas. Esasf como en 1883 el explorador francés Arthur Thowar pretendié haber encontrado las huellas de Crevaur, trayen- do incluso como prueba un erineo que se suponts habla sido el del explorados, pero que se revelaelafinalmente haber pertenecido a un indigena. A falta de mayores «prucbase, istrador Riou realia6, segiin elos dacos de Thouar, un grabado conocido como ale matanza de la misiin Crewause (llustracién 16.10), publicado por primera ver en la revista Le Tour dis Monde (Thouat, 1884) y luego en formato libro (Thouas, 1891). Este grabado, que fue utilizado activamente en la cons- truccién del emito Crevauxs, se hizo muy famoso, siendo reproducido muchas veces bajo formas diversas (véase, por cjemplo, Bresson, 1886, y el Journal des Voyages de Thouas, 1906 —Ilustracidn 16.11—) como ainica prueba» (a fal- ta de forogeallas 0 testimonios concordantes) de la muerte del explorador, agregando solider a la dramatizacién del Como siempre en semejante casos, las verdaderas victi- ‘mas en el asunto fueron los propios ‘Toba, tuna fama de ferocidad tal que serfan sisternéticamente acu ido a todos los exploradores que Inego desaparecieron en la regién, como por ejemplo Enrique de Ibarreta (Dizz, 2004). Asistimos de esta manera al naci- rmiento del mito de los salvajes Toba (paralelamente al «mito Crevausw), hecho injustificado que les Fue de lo més Funesto ya que, como es sabido, los Toba serfan duramente reprini- 1es ganaron. sadas de haber ma dos por los militares en los afios si = 219— 16. Je Chan PRIMEROS CLICHES. LAS YAPURA au zzbooo? PY 2a 6. Ultima mise en seéne: los supucstos hallazgos de Courteville Se hnubi a podido pensar el asunto coneluido, pero no five asi, Una iltima mise ev scéne sobre la muerte de Crevaux, —0 mejor dicho esta vez, una fianca estala— ocurtié cerca de sesenta alos ms tarde, cuando otto viajero francés —de rnombte Roger Courteville— crus la regin Iacia 1940 y declaré haber descubierto la aprucba irrefutable» que acla- taba la muerte del explorador: un rollo de fotografas que IBULAGIONES DEL DOCTOR CREVAUX EN LA AMAZONIA 1835; (2) segin Frisch, 1865, Crevausx en persona habria tomade jsesenta afios antes! (Courtevlle, 1952; Broc, 1999: 104). Courteville, seer de una presunta Mision ethnognaphi- cerca fama en 1926-1927 por haber efectuado con gran ruido lx primera travesta de ‘América del Sur en aucomévil (Courceville, 1930). En 1938 publicd una obra sobre cl Matto Grosso con un prefacio del profesor Georges Pertier (miembro de la Academia de las Ciencias y presidente de la Sociedad de Geografia de Paris) y después anocarla sus hallazgos sobre Crevauix en un pési- que sud-anérieaine, conoci —220~ iar, Pocl Rive y Jun J.B. Villa Robles Hsteacin 16.8, Modo de comar rapt entre los Huitoto (a) segua Deniker, 1900; (b) sein Crevau, 18835 6) spin Wasén, 1965; (@) sein Was, 1965, smo libro de vulgarizacin titulado Avec ls indiens inconnus de VAmazonie (Courteville, 1951). En ese libro pretendis en efecto haber hallado, en un rinedn de fa casa de un vie- + ENTRETEXTOS E IMAGENES jo brujo Toba, escondido en un jarrén, un rollo de papel conteniendo una serie de fotos antiguas. En una de elas, aparecta, sep eueenta Courteville, un personaje con bar- ba que se parecfa mucho a Crevaus, ;Y con raz, pues se «a iba en realidad de una fotografia (tomada en estudio) del mismo Crevaue, pero traicada y emontadae sobre otro fonclo, como revela la secuencia siguiente: la foto en estu- dio (Ilustracién 16.122), la kimina de Riou sobre otto fon do (llusta (llustracién 16,12c) con varios indigenas a modo de fon 1 16.12b) y la recomposicién de Courteville do (personajes tomados de otra Foto que no hemos podido identifica) para ororgar més credibilidad a la imagen como 4a lima del explorador vivo. Sobre otra foto de la serie, Courteville dijo reconocer al brujo ‘Toba con sus dos esposas, a pesar de los muchos afios cranscurtidos desde la muerte de Crevatix, autor pre sunto del cliché segin la versién de Courtevile. En realidad, se tataba de una foto jque representa a indigenas Ticuna comada en 1865 por Frisch! (Ilustracién 16.13). De hecho, Courteville compré verosimilmente una serie de Fotografias de Frisch que cireulaban, canto en Bra sil como en Francia, después de la Exposicién Universal de Paris (en 1867), Sobre la imagen 16.13 se puede observar el cerco blanco que subraya el contorno de cada personajes lo que era cfectivamente earactertstico de las fotos-montaje de Ia epoca. En todo caso, Courteville utilizé esta foto como sprucbar de la muerte de Crevaux, con la explicacién de que cl sbrajo» Toba le haba matado por ereerse vietima de una brujerfa (el brujo pensé que, tomando la foto, ;Crevaux le hhabfa robado su alma!). En el Dictionnaire des Explorations publicado por Larousse (1966: 89), se puede lee lo siguien- te: «Poco antes de la Segunda Guerra Mundial, un viajero francés, Roger Courteville[...] descubre en Ia casa de un brujo Toba ‘Crevau, y donde se reconoce al explorador fotografiando el n tollo de focograffas, las dlkimas que tomé ‘easerfo donde tenia su campamento». ‘Uno encuentra todavia estas mismas informaciones en cl prefacio de la reedicién de los Viajes de Crevaux en 1987, asl como en cl Dictionnaire illstré des Explonateurs de Numa Broc (1999: 104). Se sabe que los mitos tienen larga vida, pero el mito de Crevaux parece tener una capacidad especial para perdurar hasta hoy. Lo interesance del asunto, porast decirlo y para coneluis, ‘es que una misma fuente documental —el Album de foto- grill de A. Frisch tomadas en 1865— sirvié, sin que nadie se diera cuenta y durante casi un siglo, de teldn de fondo yy de uprucbas» para varias de las escenas y de los discursos que fueron producidos sobre la vida y los descubsimientos de Jules Crevaux, y probablemente de otros muchos viaje- = 221 16, Jom-tete Chau » PRIMEROS CLICHES, LAS TRIBULACIONES DEL DOCTOR CREVAUX EN LA AMAZONIA Nustacién 16.9. (4) Supuesto bosquejo de la escena, sein Crevauy, 188: (6) Familia Tieuna, fo Calderso, sein Frisch (©) Grabado del sataque matutinon, por Crevaus, 1883s: s (d) Grabado de Reclis, 1894 -222- ros. Tendefamos: coustruccién de los hechos a partir de una serie de monts- jes y de manipulaciones de imégenes, haciendo eco a otros trabajos reciente opt (2002; vase también Riviale, 2003) sobre las précticas de viajeros en Bolivia, En nuestro caso, fue el desconoci came los de Gunther de los documentos originales lo que permit y la alteracién de imagenes, que se podian aplicar de esta realidacles muy diferentes y distances en el espacio yencl tiempo. Manan 16.12. Crea: foo en eto: () sin Coase, 1883s; () segdn Courtevile, 195L = 223 - 16, Js Pte Chau» PRIMEROS CLICHES, LAS TRIBUL Puoro pu soncinn ons Touas un mx sks DRX POSES hist PAR CREVADN AVANT 808 MASSACRE. Iyscacidn 1613. ndigenas Tuna en Fisch (1865), teproducides por Cousteille como we brujo Toba con sus dos spose (195). Bibliografia citada Bresson, André: Bolivia, Sept années d'explonasions, de voya~ ‘ger et de sfjours dans UAmérique australe, Pasi, Challa- mel, 1886. 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