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¿Cuánta gratitud le deben los españoles al señor “Colón”?

A propósito del día de las “américas”


No les fue fácil a los conquistadores penetrar en el nuevo mundo. Las grandes culturas
aborígenes y las naciones que ocupaban el continente estaban gobernados por caciques
(que los españoles llamaron emperadores y reyes), quienes lucharon con extraordinario
denuedo para mantener la libertad de sus pueblos.
Cada cultura muestra con orgullo exaltado las figuras legendarias de estos nobles
señores de la tierra que, con sus estrategias, armas de madera y obsidiana salieron a
cerrar el paso a los perversos conquistadores armados(CATAFORA) con espadas de
acero, arcabuces y cañones, cuyo propósito fue arrancar de las manos, de los templos y
de la tierra: el oro.
¿Cómo un elemento cultural funciona de modo tan diverso y con resultados opuestos?
Mientras el hombre del Perú extrajo el oro y la plata de las minas del estado y los
transformó, bajo sus hábiles manos artesanas, en vasos, ornamentos y objetos
ceremoniales, que sólo usaron Incas y sacerdotes, sin ninguna codicia para nadie; puesto
que carecía de todo valor de cambio; el hombre de España se lanzó a lo desconocido,
sufrió las mayores penalidades: el hambre , la enfermedad y la muerte, por acercarse a
este País del Oro: ya estando en él,(ANAFORA) arriesgó su vida, se esforzó titánicamente
para dominar a este pueblo que tanto oro poseía (y posee) y que no lo defendía (igual
seguimos), puesto que el inca (rey) prisionero ordenó la entrega de grandes cantidades
(CATAFORA)de vasos y cántaros, de láminas y adornos, de esculturas y figurillas
múltiples arrancadas de templos y palacios. No les bastó a pizarro (no debería llevar
mayúscula) y a los suyos el fabuloso rescate que puso en manos de cada soldado: tantos
objetos y láminas de ambos metales, como nunca lo habían soñado. Más oro aún.
¿Precisa matar al Inca que cumplió su palabra? Pues mató al Inca. Se torturó a los indios
para que confiesen el secreto de los tesoros ocultos. Se sedujo a las mujeres, para que,
en el amoroso cortejo, revelen sobre otras y otras cantidades de oro. Por fin, todo el oro a
la vista fue requisado: el disco de sol, los símbolos del templo, las orejeras y los
pectorales de los sacerdotes. Todo fue fundido, no importó la belleza de cada artefacto;
no interesó conservarla, sino unas cuantas estatuillas reservadas para el Rey de España.
El oro detentado, robado así, con sangre y crímenes, pasó de unas manos a otras, en
transacciones ilícitas, en apuestas y juegos, poseídos todos de la fiebre de la ganancia.
Aquella vez los dados decidieron quién fue el más rico, quién el más pobre. El azar
decidió bajo la algarabía de las blasfemias de estos retorcidos e inicuos soldados de la
avaricia, que la religión cristiana de aquél entonces fue su socio y cómplice. ¿Cuántos
conservaron su parte en la distribución del tesoro de Atahuallpa?, pizarro mismo,
asesinado, tuvo que ser cubierto en sus carnes miserables con tela de esclavo.
Aquí los nombres de los grandes caciques:
En México se recuerda a CUAUHTEMOC,(CATAFORA) él último cacique Azteca que
enfrentó a “cortéz”. Guatemala destaca a TECUM-UMAN,(C) señor de los Quichés, caído
bajo la espada de “pedro de Alvarado”. El Salvador rememora a ATLACATL,(C) último
señor de Cuzcatlán, muerto en 1525. Honduras, al bravo LEMPIRA,( C) a quien solo
abatieron con el engaño y la mentira. Nicaragua festeja al sabio NICARAO(C) que
sorprendió a los foráneos con sus conocimientos. Panamá conserva la memoria de
URRACA(C), indómito guerrero Cuna, que defendió valerosamente durante nueve años
su tierra. Colombia no olvida a TISQUESUSA(C), el Zipa (señor) invencible del valle de
Bacatá (Bogotá). Venezuela al bravo GUAICAPURO,(C) señor del valle de los Caracas.
Ecuador a RUMIÑAHUI,(C) último cacique de los Shiry de Quitu. Perú, a
ATAHUALLPA(C), el Inca vencido por “pizarro” con el engaño y la traición. Chile posee a
CAUPOLICÁN, el Toqui Araucano imbatible. Argentina a JUAN DE CALCHAQUÍ,
caudillo combativo de las serranías Salteñas. Uruguay, a ZAPICÁN, cacique Charrúa
que luchó contra “juan de garay”. Cuba tiene en su historia a HATUEY, de origen Taíno,
muerto en la hoguera. Brasil recuerda a TIBIRICA, cacique Tupí de la meseta de San
Pablo. Y en Paraguay es GUAIRACA, el que simboliza el legendario coraje de los
Guaraníes.
Aquí la pregunta de rigor: ¿cuánta gratitud le deben los españoles al señor “colón

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