Noto que escribiste muy poco explicando el significado original de los eventos principales y

como estos apuntan a Cristo (tal como lo pide el trabajo). Veo que en vez trataste de dar
una especie de resumen de los libros (algo que no se te ha pedido). Si bien es cierto que
las instrucciones piden una síntesis, esta ha de estar gobernada por este enfoque. Te
animo a que, tanto al estudiar los libros como al escribir tu ensayo, tengas en mente el
significado original de los eventos principales y como estos apuntan a Cristo y los temas
que has de tratar según los libros que estas estudiando. De esta manera, a la hora de
escribir tu ensayo, ya tienes identificada la información y los textos para escribir el mismo.

Veo que hacia el final, por fin atiendes de manera mas directa el propósito del trabajo, Bien
hecho, Pero como ya te he comentado, este enfoque debió haber gobernado todo tu
ensayo. Te comparto las siguientes notas, esperando que te sean de ayuda: La profunda
degradación moral de Israel, después de la muerte de Josué, se resume en Jueces 17:6 y
21:25 – “En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacia lo que bien le parecía”.
No obstante, las palabras de Juicio y/o disciplina a lo largo del libro de Jueces, Dios sigue
mostrando su bondad, misericordia y amor a su pueblo escogido. Son pocos los lugares en
el Antiguo Testamente en los cuales la compasión de Dios brilla con mayor fulgor que en el
libro de Jueces. Capitulo tras capitulo Israel insistiendo en rebelarse en contra de Dios y Él
no los borra del mapa. Sin embargo, en medio del caos, Dios tiene control; todavía hay
orden detrás de todo el desorden porque de la semilla de Abraham saldrán los reyes. La
historia del libro de Rut muestra la soberanía de Dios al preparar incluso en el pecado de
su pueblo y a una pagana, el terreno para establecer a aquel rey, del cual descendería el
Mesías, que reinará eternamente. Rut ilustra maravillosamente el hecho de que Dios
orquesta todas las acciones y pensamientos de los hombres para finalmente cumplir su
voluntad; no hay una molécula de la cual Dios no tenga el control. Si hay algo que no debe
perderse en Rut es el hecho de que la providencia de Dios está obrando en la
preservación de la línea real de Israel durante los días oscuros de los Jueces (1: 1). El
Señor guía a Rut hacia el campo de Booz (2: 3) y orquesta las cosas para que Rut conciba
(4:13). Y al mismo tiempo él está proporcionando la línea para la dinastía de David. Rut no
solo muestra que Dios ordena los fines, sino que también ordena los medios por los cuales
las cosas suceden; por lo tanto, el Señor lleva a cabo Sus propósitos a través de personas
comunes. Gracias a la providencia de Dios, Noemi que una vez estuvo vacía (1:21) ahora
está llena; Rut que una vez fue viuda (1: 5) ahora está casada. Sin embargo, aún más
importante es la belleza de cómo Dios ha preparado la línea de la cual Cristo descendería;
cumpliendo fielmente el linaje mesiánico apropiado, a través de Booz y Obed, de vuelta a
Judá (Génesis 49:10). 1 Samuel muestra que debido a que el pueblo de Dios había estado
en inmerso en un sinfín de desviaciones ante Dios (pecados, idolatría, rebeldía) era
necesario que Dios interviniera para el bienestar del pueblo con una monarquía fallida de
Saul, quien rechazo el mandato de Dios (1 Samuel 13:13), y luego con un reino unido bajo
el rey elegido de Dios, David, “un hombre conforme al corazón de Dios” (1Samuel 13:14),
lo cual prefigura el rey que vendrá. 2 Samuel narra el reinado de David, desde los
aspectos mas destacados de su ascensión a la realeza, sus triunfos sobre los enemigos
de Israel y el establecimiento del pacto Davídico por parte del Señor, has sus fracasos
como rey y sus dolorosas consecuencias, lo que destaca la necesidad de un mejor Rey
por venir. En ambos libros de Samuel, el pacto de David es un tema teológico
predominante. La oración de Hannah hace referencia al rey “ungido” en 1Sam 2:10 y la
canción de David también lo hace en 2Sam 22:51. La alusión mas directa al pacto en
discusión se encuentra en 2Sam 7:12-16; aquí la promesa de Dios es que un Mesías
triunfante vendrá a través de la línea de David y establecerá un trono par siempre. La
necesidad del pacto Davídico es debido a que el reino de Salomón no duró para siempre
ya que fue devorado por el pecado y poco a poco su gran y glorioso reino dividido. Así que
en 2 Samuel 7:14 se refiere a Salomón como uno que será un hijo, pero si comete
iniquidad será corregido; pero en v.16 se refiere al Mesías que ciertamente establecerá el
Reino de David para siempre con un trono establecido para siempre. La ultima Semilla de
David no será un pecador como David y sus descendientes fueron, como se registra en
Samuel y Reyes. ***Y en cuanto a aquello que apunta a Cristo, te comparto lo siguiente:
Dios le muestra a David que extenderá su reino a través de su hijo Salomón e incluso más
allá de eso. El Hijo mayor, Jesucristo establecerá su nombre y su reino para siempre; el
gran Hijo de David, no Salomón sino el Mesías. Lucas 1:32, 33 muestra cómo estos
aspectos eternos del Pacto se cumplen en Jesús. Este es el Pacto Davídico; eterno e
irrevocable. Los eventos concernientes a la vida de David que se registran en Samuel
apuntan hacia el hijo mayor de David (es decir, Cristo) en el futuro. Esta Promesa Davidica
asegura que vendrá un gran Rey que establecerá un Reino para siempre; el resultado está
garantizado, Aunque el Mesías podría ser el Hijo de David, sin embargo, David no es el
último Mesías. La oración de David de acción de gracias en 2Sam. 7: 18-29 muestra que
estaba maravillado y abrumado por Dios al otorgarle tal bendición en su simiente y nación;
el hecho de que un reino eterno esté a la vista por el cual todo el mundo será bendecido es
algo que dejó a David sin palabras. En el versículo 12, se promete el establecimiento de
una semilla; refiriéndose a la línea real de David y finalmente a Jesucristo. Aquí Yahweh
está garantizando que alguien de la línea de David siempre estará disponible para
sentarse en el trono Debe mencionarse también que la promesa dada a David por el Señor
en 1Sam7, se conoce como un pacto en el capítulo 23. A pesar de sus fracasos, David
creyó que el Señor no fallaría, sino que sería fiel a su promesa de esperanza para el futuro
en la semilla de David, el Rey Eterno, el ungido, quien establecería un reino de justicia y
paz para siempre. Un abrazo, Jose Soria