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PIN-ARBOLEDAS
CARACTERÍSTICAS ESPECÍFICAS DEL SUEÑO social indiscriminada en la que el niño responde a casi todos
DURANTE LA INFANCIA los estímulos sociales y no a una persona en particular.
Para comprender la evolución del sueño a lo largo de la infancia, – Segunda fase (2-3 meses a 7 meses). El lactante muestra ya
es fundamental conocer, además de la fisiología del sueño, ciertas predilección por una determinada persona o grupo de personas.
características específicas del desarrollo infantil, entre ellas, el – Tercera fase (de 7 meses a 3 años). En ella se inician los
desarrollo del llamado ‘attachment’ o ‘acoplamiento’. comportamientos de búsqueda o acercamiento activo y puede
Podríamos definir al ‘attachment’ o ‘acoplamiento’ como el decirse que el niño está ‘acoplado’.
resultado de la evolución del ser humano en relación con el siste-
ma de cuidado del niño; así, se desarrolla un acoplamiento o de- En función de este ‘acoplamiento’ y el estado madurativo neuro-
pendencia con su madre o cuidador, que se revela de forma dra- fisiológico, cada edad presenta unas características determinadas
mática cuando el niño es separado de ella. No sería el resultado de del sueño.
un proceso de aprendizaje, sino más bien la consecuencia directa
de un deseo biológico de proximidad y contacto con los adultos, Fase de recién nacido a 12 meses
que proviene de la selección natural: no de la necesidad de ser En los recién nacidos a término pueden identificarse tres estadios
alimentado sino ‘de ser defendido’ de los depredadores, sin lo cual diferentes de sueño:
la alimentación no sería necesaria [1]. – Sueño activo (equivalente al sueño REM)
Este acoplamiento en el ser humano se desarrolla en cuatro – Sueño tranquilo (equivalente al sueño no-REM)
fases (tres de ellas tienen lugar durante la infancia): – Sueño indeterminado (definido por ser un estadio en el cual no
– Primera fase (desde el nacimiento a los 2-3 meses). Respuesta se identifican los criterios de clasificación de sueño REM ni
de sueño no-REM).
el sueño son muy frecuentes los despertares breves en los dos forma significativa mayor incidencia de somnolencia diurna, sín-
primeros meses de vida. drome de hiperactividad y sueño de peor calidad.
Durante los primeros tres meses el adormecimiento nocturno Resumiendo, a lo largo de la infancia van disminuyendo las
se produce generalmente con facilidad, pero a partir de esta edad horas dedicadas al sueño y, progresivamente, unifican en único
se observa cierta dificultad en alcanzarlo, quizás, relacionado con episodio nocturno.
el deseo de relación con el entorno. Hacia los 3 meses de edad, la
maduración de los sistemas de control produce una distribución Adolescentes
casi estable de los períodos de sueño y vigilia diurnos, de tal forma Las necesidades de sueño permanecen constantes. El déficit de
que los patrones diurnos están relativamente bien establecidos sueño aumenta a pesar de mantener la misma cantidad de sueño
hacia las 12-16 semanas de vida. total. Las necesidades de sueño no disminuyen durante la ado-
En el recién nacido la duración total del sueño suele ser de 16 lescencia; los adolescentes son más vulnerables al déficit de
a 17 horas al día. Las horas totales de sueño disminuyen progre- sueño.
sivamente, de manera que a las 16 semanas de vida el niño duerme El sueño REM permanece constante. Hay una correlación
de 14 a 15 horas y hacia los 6-8 meses, de 13 a 14 horas. A partir positiva entre la hora de inicio de la secreción de melatonina y el
de los 8-10 meses, la organización y los ciclos del sueño comien- estadio Tanner.
zan a ser muy parecidos a los del adulto.
De 2 a 5 años de edad DEFINICIÓN DE TRASTORNO DEL SUEÑO
En contraste con los rápidos cambios que se producen durante el EN LA INFANCIA
primer año de la vida, las transformaciones en este período son La definición de los trastornos del sueño en la infancia es sorpren-
más graduales. El sueño empieza a consolidarse en un largo dentemente difícil por varias razones, entre ellas destacamos:
período nocturno de aproximadamente 10 horas. Durante los 2-3 1. A menudo existen problemas del sueño en lugar de verdaderos
primeros años el sueño diurno continua con siestas diurnas cor- trastornos del sueño.
tas y entre los 3-5 años de edad se consolida en un único período 2. Frecuentemente el problema es para los padres y no para el
nocturno. niño. De igual forma, situaciones que para unas familias son
A los 2-3 años de edad los niños todavía tienen unos ciclos de problemáticas no lo son para otras del mismo entorno.
sueño de aproximadamente 60 minutos, con el primer período de 3. Las diferencias entre lo normal y lo anormal muchas veces
sueño REM hacia la hora de inicio del sueño (a diferencia de los se define según la edad y no según el patrón de sueño. Los
adultos). Es a partir de los 4-5 años de edad cuando los ciclos se mismos síntomas pueden tener significados muy diferentes
van alargando progresivamente hasta los 90 minutos típicos del según la edad del niño, por ejemplo, es de poco valor saber
adulto. que un paciente moja la cama, si desconocemos la edad del
La distribución del sueño REM/no-REM también varía; el mismo, pues es una situación normal a los 2 años y patoló-
sueño REM desciende progresivamente desde el 30% del tiem- gica a los 9.
po total de sueño al nivel normal de adulto del 20-25%. En los
primeros seis meses de vida, la ritmicidad REM/no-REM es más Por otro lado, su importancia en la infancia se ve incrementada por
predecible en los períodos de sueño que siguen a la alimenta- tres razones fundamentales:
ción, que en los espacios de sueño contiguos a vigilias en las que 1. El sueño es para el niño la actividad en la que más horas
el niño no ha sido alimentado; ello sugiere que la alimentación invierte.
sirve como dispositivo regulador de los ciclos del sueño. Estos 2. Hay una estrecha relación entre los problemas nocturnos y las
cambios también se relacionan estrechamente con el incremento alteraciones diurnas de comportamiento.
de los períodos de vigilia diurna. La disminución del período 3. Las alteraciones de los patrones del sueño del niño producen
REM es continua hasta los 3 o 4-6 años en los que desaparece la estrés familiar y disfunciones escolares.
siesta diurna.
Típicamente a esta edad los niños suelen tener siete ciclos de Los problemas del sueño pueden definirse como patrones de sue-
sueño durante cada período de sueño nocturno. La transición entre ño insatisfactorios para los padres, el niño o el entorno (pediatra,
los diferentes ciclos a esta edad es regular y tranquila, mientras maestro, etc.); pueden estar relacionados con el bienestar del niño
que los adultos se mueven bruscamente en el paso de un ciclo a o con el de la familia, y no todos los problemas del sueño son
otro. Los niños realizan 4,4 cambios de posición por hora. anormalidades ni todos precisan tratamiento.
El trastorno se definirá como ‘una alteración real –no una varia-
Etapa de 5 a 10 años ción– de una función fisiológica que controla el sueño y opera
Los patrones del sueño muestran ya cierta estabilidad y se parecen durante el mismo’. Así pues, el trastorno representa una función
a los del adulto. El tiempo total de sueño suele ser dos horas y anormal mientras que el ‘problema’ puede representarla o no.
media más largo que el del adulto. A esta edad la presencia cons-
tante de siestas diurnas debe alertarnos sobre la existencia de Problema = Insatisfacción
algún proceso patológico. Trastorno = Función anormal
La duración media de la latencia del sueño suele ser de alre-
dedor de 15 minutos, lo que demuestra un estado importante de En ocasiones, el tratamiento va a ser semejante bien se trate de un
alerta y vigilancia. trastorno o de un problema del sueño, debido a que las alteraciones
Hasta un 27% de los niños mayores de 10 años son roncadores de los patrones específicos del sueño infantil pueden causar serios
habituales, cifra que se eleva al 47% en presencia de infección problemas, incluso cuando únicamente sean variaciones de la nor-
respiratoria superior (IRS). Estos roncadores habituales tienen de malidad.
PRINCIPALES TRASTORNOS DEL SUEÑO tructura normal de sueño. Carkskadon et al [2] encontraron
EN LA INFANCIA que la tendencia del adolescente a retrasar la fase de sueño
Algunas alteraciones (enuresis) son más frecuentes en los niños, puede tener soporte biológico y no únicamente social; en ado-
otras se observan en todas las edades, pero durante la infancia lescentes, su frecuencia es del 7% aproximadamente. La mi-
tienen una presentación, causa, significado o tratamiento dife- tad de los adultos que padecen este síndrome lo comenzaron
rente. en la infancia o adolescencia, de ahí la importancia de su
Las alteraciones del ciclo vigilia-sueño más frecuentes en la reconocimiento y tratamiento en la edad pediátrica. Entre
infancia son las disomnias y la dificultad para mantenerse dormi- los niños que lo padecen son más habituales –o diagnostica-
do. En el primer grupo hallamos el insomnio infantil (hipersom- dos con más frecuencia– los trastornos de la personalidad y las
nia), así como los trastornos del ritmo vigilia-sueño (narcolepsia); alteraciones escolares por el absentismo que provocan, los
en el segundo grupo encontramos conductas anómalas como las retrasos y la somnolencia diurna.
alteraciones respiratorias durante el sueño.
Por sus características diferenciales en la edad pediátrica, Dificultad para mantenerse dormido
trataremos únicamente las disomnias del insomnio infantil y los Conductas anómalas durante el sueño
trastornos del ritmo vigilia-sueño, así como las dificultades para Las parasomnias se consideraban meras curiosidades, pero desde
mantenerse dormido y las conductas anómalas, con una referencia el incremento de la utilización de la polisomnografía se reconoce
sucinta a las alteraciones respiratorias. que representan una variedad de alteraciones del desarrollo espe-
cíficas, diagnosticables y tratables. Debe distinguirse entre para-
Disomnias somnias primarias y parasomnias secundarias asociadas a morbi-
Problemas en el momento de acostarse lidad orgánica. En este grupo de conductas patológicas durante el
y para mantener el sueño sueño se incluyen:
La presencia o ausencia de la figura del cuidador/a a la que ‘aco- a) Angustias nocturnas. Éstas comprenden tres tipos de trastor-
plarse’ va a desempeñar un papel importante en la activación de nos: 1. El terror nocturno, caracterizado por ser típico a los
los sistemas de miedo y exploración del niño. El buen desarrollo 2-4 años, aunque a veces se reproduce a los 5-6 años; la exis-
de este acoplamiento hace al niño menos susceptible al miedo y tencia de algún antecedente familiar en un gran porcentaje de
a la angustia de separación y abandono. pacientes, y su localización en la fase más profunda del sueño,
Los problemas en el momento de acostarse son muy frecuen- al inicio de la noche. 2. El sueño de angustia (pesadillas)
tes entre los 2 y los 5-6 años –su paradigma en el insomnio por presente hasta en un 30% de los niños desde los 2 años; se trata
hábitos incorrectos–, y están condicionados por tres facto- de un trastorno poco importante, transitorio y de fácil control,
res: 1. Condiciones exteriores defectuosas (ritual, ruido, luz, co- y que aparece en el último tercio de la noche, y 3. El despertar
habitación, etc.); 2. Una presión externa inadecuada (rigidez ex- ansioso, un cuadro intermedio entre los dos anteriores.
cesiva, oposición, etc.), y 3. El estado de ansiedad. b) Sonambulismo. Suelen ser varones de entre 7 y 12 años, con
Las manifestaciones clínicas son diversas: oposición a acos- antecedentes familiares en el 80% de los casos; cuando uno de
tarse (el niño grita, se levanta, etc.), rituales al acostarse (frecuen- los progenitores es sonámbulo, la probabilidad de padecer
tes entre 4-6 años), fobia a acostarse (aparece hacia los 2-3 años, sonambulismo es seis veces mayor. Al día siguiente, el pa-
el niño exige la luz encendida, la mano, etc.), insomnio auténtico ciente no recuerdan nada. Suele presentarse en la fase más
(típico en el preadolescente-adolescente). profunda, en la primera mitad de la noche. En las adolescentes
se ha descrito una parasomnia relacionada con el período
Alteraciones del ritmo circadiano menstrual; así, padecen terrores nocturnos y sonambulismo
El control del ritmo vigilia-sueño por el reloj biológico debe es- agitado las cuatro noches que preceden a la menstruación.
tablecerse entre las 6 semanas y los 3 meses de vida. Después, el c) Ritmias del sueño. Presentes en el 4% de los niños, las ritmias
desarrollo de un ciclo estable dependerá de la interacción bioló- del sueño ocurren en mitad de la noche y se repiten 3-4 veces
gica del niño con el medio ambiente. Las alteraciones del ritmo en la misma noche. Tienen un ritmo regular de alrededor de un
circadiano son trastornos debidos a un defecto de sincronización golpe por segundo: se gira la cabeza, se balancea una pierna
del ritmo. En ellos, el período largo de sueño se localiza mal dentro e incluso quienes las padecen pueden llegar a mover la cama
del ciclo circadiano. o la cuna. En muchas ocasiones la consulta se produce por el
– Patrones irregulares de vigilia-sueño. Son comportamientos ruido que generan. Desaparecen generalmente de forma es-
de vigilia-sueño desorganizados y variables. Los períodos de pontánea a partir de los 3-4 años, y aquellas que persisten más
sueño no tienen un volumen adecuado, el sueño es interrum- allá de los 6 años deben ser estudiadas, pues pueden asociarse
pido frecuentemente, no existe un ritmo claro vigilia-sueño y, a alguna enfermedad física y/o psíquica.
sin embargo, el sueño total es el adecuado para su edad. Son d) Enuresis nocturna. La enuresis primaria es una parasomnia
frecuentes los problemas de comportamiento. ocasionada por la incapacidad de respuesta ante la profundi-
– Síndrome de adelanto de fase. El ritmo circadiano está avan- dad de la fase III y IV del sueño. Su estudio exigiría una única
zado con respecto al horario habitual y puede considerarse conferencia.
como el tipo matutino al extremo; se encuentra avanzada la e) Epilepsia nocturna. Es necesario realizar un diagnóstico dife-
totalidad de la estructura del día y no únicamente el sueño. En rencial entre ella y las ritmias del sueño, pues, en muchas
niños es extremadamente raro. ocasiones, presentan una clínica similar. Su estudio sobrepasa
– Síndrome de retraso de fase. Sería el caso contrario: el niño los límites de esta exposición.
vespertino llevado al extremo. Se produce por la falta de ca- f) Fenómenos estáticos. La presencia de posiciones peculiares
pacidad para avanzar el sistema circadiano en respuesta a los durante el sueño es frecuente en el niño y forma parte del
sincronizadores externos. La polisomnografía revela una es- desarrollo normal. Sin embargo, determinadas posiciones, la
Meses N.º niños % con despertares Años N.º niños % con despertares
9 33 51,5 4 93 36,56
imposibilidad de cambiar pasivamente estas posiciones o su las dificultades matrimoniales. Asimismo, puede reflejar in-
persistencia más allá de una determinada edad, pueden ser los seguridad o psicopatología parental, interferir en la progresiva
síntomas iniciales de futuros problemas. Estas posiciones varían independencia del niño, establecer un hábito difícil de romper
con la maduración del niño y, en algunas ocasiones, pasan de y relacionarse con dificultades del sueño. En los lactantes que
una posición a la opuesta. Entre las posturas que podrían pre- duermen con sus padres se aprecia una reducción de las fases
decir futuros problemas destacamos: III y IV del sueño y un incremento de las fases I y II. Sin
– Posición hipertónica o ‘de preparado’. El niño, en posi- embargo, sobre estos datos influyen las costumbres cultura-
ción prona, presiona su cabeza y sus brazos contra la cabe- les; mientras en las sociedades occidentales el compartir la
cera de su cama con un aumento del tono muscular. Esta cama con los padres se asocia a rechazo a la hora de acostarse
posición se asocia con la fase II de los primeros dos ciclos. y mayor número de despertares nocturnos, ello no ocurre en
Algunos de estos niños desarrollan posteriormente arran- una sociedad oriental como la japonesa donde hasta un 59%
camiento compulsivo del cabello y deben ser estudiados de niños menores de 48 meses realizan esta práctica de forma
psicológicamente. habitual (frente a un 15% en Estados Unidos) [3]. Estos niños
– Cabeza colgando. El niño mantiene su cabeza fuera de la estadísticamente se muestran más cansados, se despiertan más
cama colgando y, si se les coloca la cabeza dentro de la veces durante la noche y tienen más problemas a la hora de ir
cama, rápidamente reasumen su posición. Presentan tam- a la cama. En un seguimiento realizado durante un año en
bién un aumento del tono muscular y, posteriormente, niños que compartían la cama con sus padres de forma habi-
suelen presentar alteraciones rítmicas. En estos niños es tual, se demostró un incremento durante ese año de los proble-
conveniente estudiar los antecedentes de traumatismos mas del sueño al mismo tiempo que no solucionaba el proble-
craneales. ma que lo ocasionó.
– Posición arqueada. Parecida a la posición de opistótonos.
Este tipo de posición se observa en niños que desarrollan Alteraciones respiratorias durante el sueño
posteriormente ataques de asma nocturna. Se da en la fase Un 0,7% de los niños de 4-5 años presentan alteraciones respi-
II del sueño. ratorias significativas durante el sueño. Estos trastornos son
– Posición de muerto. Es la contraria a la anterior: todos los semejantes a los de los adultos, pero con algunas diferen-
músculos del cuerpo están relajados e incluso los movi- cias: 1. La etiología no está marcada por la obesidad y sí por las
mientos respiratorios son difíciles de observar. General- alteraciones otorrinolaringológicas, y 2. La mayoría de los su-
mente, se produce en la fase II del sueño y se observa en cesos respiratorios (apneas) en lactantes y niños no terminan en
niños que posteriormente desarrollan enuresis, movimien- despertares (sólo lo hacen en un 39% en lactantes y en un 8%
tos rítmicos de la cabeza o crisis de apneas del sueño. en niños) y son todavía menos frecuentes estos despertares en
– Brazos estirados. El niño extiende los brazos hacia arriba las apneas centrales.
mientras duerme en decúbito supino. Aparece en la fase III En los niños con asma, la función pulmonar y el sueño están
del sueño. Estos niños posteriormente suelen desarrollar íntimamente relacionados; un índice alto de gravedad asmática se
sonambulismo o somniloquia. asocia a una pobre calidad del sueño. Estos niños tienen mayor
– Dormir con los ojos abiertos. Es muy frecuente. Aparece actividad durante el sueño y un porcentaje menor de sueño tran-
en las fases II y III del sueño, pero no se observa en las quilo, así como mayor sensación de cansancio al levantarse (in-
siestas ni en el sueño REM. Puede ser uno de los síntomas cluso en niños bien controlados clínicamente). Existe una relación
precoces de alteraciones neurológicas, aunque en la mayo- significativa entre los parámetros de sueño medidos por actigrafía
ría de los casos su pronóstico es favorable. y el peak flow matutino y vespertino: a menor peak flow, menor
g) Dormir en la cama paterna. Su hallazgo se relaciona signifi- calidad de sueño.
cativamente con problemas del sueño en un 24% de los niños
de 2-4 años, que duermen, al menos una vez por semana, en la
cama paterna. Puede asociarse a alteraciones familiares tales FRECUENCIA DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
como depresión materna, ambivalencia materna respecto al EN LA INFANCIA
niño, enfermedad o accidente en la familia o excesiva ausen- Mediante la utilización de la escala de Eyberg, García-Tonel [4]
cia materna durante el día, amén de exacerbar la psicopatolo- encontraron que las dificultades para acostarse representaban un
gía del niño, favorecer el abuso sexual y contribuir a perpetuar problema para el 14,2% de los padres de niños españoles entre los
Tremulaciones/convulsiones
Estridor
Bradicardia inexplicada
Hipoxemia inexplicada
Hipotonía
del peor momento del proceso ayuda en el diagnóstico y en el a) Seguros. Poco estresados por la separación materna, reciben
tratamiento: no nos importa saber lo mal que puede dormir el niño a la madre tras la separación con sonrisas y alegrías. Represen-
en una noche, si en las 364 noches restantes el problema consiste tan el 66% de los niños y tendrán una respuesta rápida al
en tres despertares de 20 minutos. A menudo, la única diferencia tratamiento del insomnio por medios conductuales. Estos ni-
entre un niño que duerme toda la noche y otro que parece que se ños deberían ser tratados por el pediatra de cabecera.
despierta de forma frecuente no es el número de despertares, sino b) Inseguros y evitadores. Suelen extrañar poco la ausencia
la habilidad del primero en volverse a dormir por sí mismo sin de la madre, pero a su regreso evitan su contacto e incluso
necesidad de intervenciones. la ignoran. Representan el 20% de los niños. El tratamiento
El primer paso es, pues, obtener una historia adecuada. Para conductual del insomnio por malos hábitos suele ser difi-
ello, nos interesa mucho conocer en qué situación se encuentra el cultoso.
proceso de ‘acoplamiento’ del niño. El insomnio o los despertares c) Inseguros-ambivalentes (resistente). Son niños que difícil-
frecuentes durante los tres primeros años de la vida están íntima- mente consienten en separarse de la madre, se estresan
mente imbricados con ese proceso. Según el estado de ‘acopla- extremadamente con su ausencia y la reunión es muy difi-
miento’ los niños pueden clasificarse (Fig. 1): cultosa. Representan el 14% de los niños. Su tratamiento
quizás requiera el concurso del experto en medicina del lleno en el marco de la Asistencia Primaria. Sólo en el caso de
sueño. Se ha observado que estos últimos son más frecuen- fracaso terapéutico o reincidencia marcada deberían remitirse al
tes en los kibutz de Israel, donde los niños duermen juntos, especialista en enfermedades del sueño infantil.
pero separados de sus padres, y donde los llantos nocturnos Al enfocar el tratamiento, es importante saber que los niños
son repetidamente ignorados, la respuesta es más tardía y con falta de sueño se recuperan más rápidamente si dicha recupe-
por personas diferentes. ración tiene lugar en el horario de sueño normal, mientras que ésta
es peor si se realiza en horario habitual de vigilia y sólo será
Así pues, al evaluar al niño no debemos limitarnos a la descripción completa en el siguiente ciclo de sueño normal.
de la noche, debemos incluir un diario de las 24 horas y los patro- Por último, en algunas ocasiones, la medicina del sueño puede
nes de interrelación con los padres en el inicio del sueño y durante ayudar, o ser la clave, en el diagnóstico de diferentes situaciones
los despertares nocturnos. Se debe conocer, igualmente, la histo- patológicas a lo largo de la edad pediátrica, sometida a variados
ria médica y psicosocial, además de otros elementos como el ta- cambios en el desarrollo neurológico y psicomotor.
maño de la casa, la situación de los dormitorios, la utilización de A lo largo de la infancia las indicaciones de estudio por una
luces nocturnas, objetos transicionales, etc. Unidad del Sueño Infantil serían las reflejadas en la tabla IV.
La historia específica del sueño debe ser lo más concreta po- En definitiva, y a modo de conclusión, es importante recor-
sible, términos como ‘mucho’, ‘siempre’ o ‘nunca’ no deben ad- dar que:
mitirse y debe concretarse el número de episodios de insomnio por 1. La presencia de ciertos problemas del sueño (despertares, re-
noche o por semana, así como su duración. sistencia a acostarse, parasomnias o somnolencia excesiva) es
Las causas principales de insomnio en la infancia son: altera- un fenómeno normal que ocurre en una minoría importante de
ción del proceso de ‘acoplamiento’ (los miedos), malos hábitos y personas en un momento determinado de sus vidas.
asociaciones, alimentaciones nocturnas excesivas e innecesarias, 2. El inicio de problemas del sueño a una edad diferente a la edad
ausencia de un ritual del presueño claro, alteraciones del compor- de pico normal, después de que haya tenido lugar la reorgani-
tamiento, alteraciones neurológicas y alteraciones médicas (entre zación fisiológica en la vasta mayoría de los individuos, gene-
ellas, el dolor). ralmente se asocia a otros problemas psicológicos o psiquiá-
El algoritmo para la evaluación del insomnio o despertares tricos o síntomas orgánicos. De igual forma, la persistencia
nocturnos la podría ser el que se representa en la figura 2. de determinados fenómenos más allá del período habitual de
Debemos tener presente que, en la última fase de la infancia presentación sugiere la existencia de problemas psiquiátricos,
y en la adolescencia, el insomnio puede manifestarse por síntomas familiares, pobre higiene del sueño o alteraciones orgánicas o
no relacionados, en principio, con el ciclo vigilia-sueño, como se relacionadas con sustancias.
observa en la tabla III [9]. 3. En edades de desarrollo rápido y cambios madurativos, debe
considerarse las diferencias interindividuales en la velocidad
de la reorganización interna y en las demandas externas.
DIFICULTAD EN MANTENERSE DORMIDO:
CONDUCTAS ANÓMALAS A estas edades es difícil a veces decidir cuándo un problema
Su algoritmo diagnóstico podría ser el que ilustra la figura 3. Éstos representa un retraso, adaptación o deterioro, o un trastorno clíni-
son los dos problemas más habituales, tanto la dificultad para camente significativo. En estos casos, es importante examinar los
iniciar el sueño como la dificultad para mantenerlo durante la cambios paralelos en otras funciones biológicas como, por ejem-
noche, y su prevención, como su tratamiento inicial, entran de plo, la alimentación.
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ductas anómalas durante el mismo, entre las que destacan las te a mesma, entre as que destacam-se as angústias noturnas, as
angustias nocturnas, las ritmias nocturnas, los fenómenos estáti- ritmias noturnas, os fenômenos estáticos e as alterações respira-
cos y las alteraciones respiratorias durante el sueño. Se valoran tórias durante o sono. Valorizam-se diferentes estudos que de-
diferentes estudios que demuestran la alta incidencia de estos tras- monstram a alta incidência destes transtornos na infância e intro-
tornos en la infancia y se introduce una metodología de estudio duzem-se uma metodologia de estudo desde a Assistência Primária
desde la asistencia primaria basada fundamentalmente en la anam- embasada principalmente na anamnese e no estudo do ritmo circa-
nesis y en el estudio del ritmo circadiano del binomio niño-familia, diano do binômio criança-família, propondo os algoritmos diag-
proponiendo dos algoritmos diagnósticos clínicos y las indicacio- nósticos clínicos e as indicações de encaminhamento a uma Uni-
nes de remisión a una Unidad de Sueño Pediátrica. Conclusión. La dade de Sono Pediátrica. Conclusão. A presença de certos problemas
presencia de ciertos problemas con el sueño es un fenómeno nor- relacionados ao sono é um fenômeno normal em um determinado
mal en un determinado momento de la vida; es importante asociar momento da vida; é importante associar os diferentes problemas à
los diferentes problemas a las edades tipo de presentación, y valo- idade padrão de apresentação e valorizar as épocas de trocas
rar las épocas de cambios rápidos madurativos al estudiar un niño rápidas maturativas no momento de se estudar uma criança com
con problemas del sueño. [REV NEUROL 2000; 30: 178-86] [http:/ problemas do sono. [REV NEUROL 2000; 30: 178-86] [http://
/www.revneurol.com/3002/i020178.pdf] www.revneurol.com/3002/i020178.pdf]
Palabras clave. Algoritmo. Apego. Asistencia Primaria. Insomnio. Pe- Palavras chave. Algoritmo. Apego. Assistência Primária. Insônia.
diátrico. REM. Ritmia nocturna. Ritmo circadiano. Sueño. Terrores. Pediátrico. REM. Ritmo circadiano. Ritmia noturna. Sono. Terrores.