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Para que la predicción del comportamiento de una máquina de tamaño natural (prototipo) a partir
de los ensayos realizados con un modelo sea válida, exige en general 3 condiciones:
Ø Semejanza Geométrica
Ø Semejanza Cinemática
Ø Semejanza Dinámica
La Semejanza geométrica en una turbomáquina hidráulica (TMH) exige que toda la parte de la
maquina ocupada por el flujo se realice a escala en el modelo: Cámara espiral, pre-distribuidor,
distribuidor, rotor etc., es decir, no solo entre los, pasajes fluidos sino también entre los
escurrimientos respectivos dentro de dichos pasajes.
La Semejanza cinemática en una TMH se reduce a que en todos los puntos, y en particular en la
entrada y salida del rodete los triángulos de velocidad sean semejantes. Las velocidades fluidas
deberán tener la misma dirección en puntos homólogos, lo que significa que no solo las
velocidades totales deberán totales deberán cambiar proporcionalmente sino también sus
componentes (Fig. 1).
Figura 1
Cuando los contornos no presentan movimientos relativos entre sí, el caso anterior no ofrece
dificultades. Por esta razón, las consideraciones de similitud en fluidomecánica general se refieren
a la existencia de diferentes tipos de fuerzas que conducen a diferentes condiciones de similitud,
por ejemplo, fuerzas de inercia, de viscosidad, de elasticidad, etc.
En turbomáquinas, en cambio, existen siempre movimientos relativos entre los contornos, esto
es, entre el rotor y las partes estacionarias. Esto afecta la geometría del sistema e introduce por ello
un factor que hace preferible partir de las más simples premisas posibles, una de ellas será la de
que solo actúan fuerzas de inercia. Además, se considerará al fluido como incompresible y, en
general, incapaz de cambios-de estado durante su pasaje a través de la máquina. Estas son las
condiciones fundamentales de similitud y a ellas podrán agregarse ulteriormente los efectos de la
intervención de la viscosidad, de la compresibilidad y de la cavitación.
En las TMH de reacción donde no intervienen superficies libres en contacto con la atmósfera y por
lo tanto la fuerza de la viscosidad es preponderante, se verificara la semejanza dinámica haciendo
igual el numero de Reynolds en el modelo y en el prototipo; en cambio en las turbinas de acción
donde hay superficie libre y la fuerza de la gravedad es preponderante, se hace igual el numero de
Froude.
Recordar que:
Como se deduce de lo expuesto hasta aquí, en general en los ensayos de TMH la ley de
conservación del Re es la más importante. Sin embargo consideremos el siguiente ejemplo:
Hp Fluido = agua
Datos = Hp =100m
L 1
e l = M =
v p = 2 gHp L p 10
v M = 2 gH M
En turbomáquinas, en cambio, existen siempre movimientos relativos entre los contornos, esto es,
entre el rotor y las partes estacionarias. Esto afecta la geometría del sistema e introduce por ello un
factor que hace preferible partir de las más simples premisas posibles, una de ellas será la de que
sólo actúan fuerzas de inercia. Además, se considerará al fluido como incompresible e incapaz de
cambios de estado durante su pasaje a través de la máquina.
Estas son las "condiciones fundamentales de similitud" y a ellas podrán agregarse ulteriormente
los efectos de la intervención de la viscosidad, de la compresibilidad y de la cavitación.
A causa del movimiento del rotor con respecto a las partes fijas de la máquina, es preciso
considerar siempre dos tipos de velocidades fluidas: absolutas, es decir referentes a las partes
estacionarias y relativas, esto es, referidas a las partes rotantes de la máquina (figura 2).
Figura 2
C
= cte . (condición cinemática) (1)
U
Para bombas y turbinas, en las que el caudal Q es una característica funcional importante, esta
ecuación toma la forma:
Q 1 Q
. = = cte .
π. R
2
ω. R π.ω. R 3
2 πn D
si ω = y R=
60 2
240 Q K ϕ .Q
. = cte . ⇒ ϕ = Coeficiente de Caudal (2)
π
2 3 3
n. D n. D
Esta condición se satisface, por ejemplo, si la velocidad y el gasto de una bomba o turbina
cambian proporcionalmente.
Podemos ahora deducir las relaciones dinámicas, bajo el supuesto ya establecido de considerar
solamente las fuerzas de inercia. Como todas las velocidades cambian proporcionalmente a la
velocidad C, podemos establecer las relaciones entre esas fuerzas y esta velocidad. Partiremos
para ello de la ecuación de la cantidad de movimiento:
r r m
F .∆t = m .∆C si = ρ.Q
∆t
v r
F = ρQ∆C y si Q = Cn . S con S = Área y Cn = velocidad normal.
v r
F = ρ.C n . S .∆C
Como, para condiciones similares de escurrimiento, DC es proporcional a Cn, resulta que todas las
fuerzas de inercia en un fluido son proporcionales al cuadrado de las velocidades fluidas. Esto es
cierto
v también para las presiones, como resulta de dividir la ecuación anterior por el área S.
F
= cte .ρ
ρ.C 2
S
y si expresamos las presiones en términos de alturas piezométricas, tendremos:
2
p C
= h = cte . (3)
ρg 2g
Hemos introducido aquí el coeficiente 2 para expresar que C2/2g es una altura correspondiente a la
energía cinética de una corriente líquida de velocidad C.
C2 U2
H = cte . (4) H = cte . (5)
2g 2g
2 gH 2 gH
Kc = 2
(6) Ku = 2
(7)
C U
Las relaciones establecidas por las ecuaciones (4 y 5) y (6 y 7), junto con la relación cinemática
derivada de la ecuación (1), son la base de toda la teoría fundamental de similitud de escurrimiento
en las turbomáquinas.
Podemos establecer ahora los efectos de los cambios de tamaño y de velocidad de una
turbomáquina sobre sus características de funcionamiento, teniendo en cuenta que éstas son
expresadas en relación a los valores de w, H, y Q, y dado que:
Q πn
2π
Cα 2
y u = ω.r = R
R 60
de (7)
2 gH 2 gH 7200. g . H
= cte . ⇒ = cte . \ = cte .
4.π .n . R π .n . D
2 2 2 2 2 2 2
2.π.n
R
60 3600
o sea,
g.H
ψ = Kψ 2 2
Coeficiente de Energía (8)
n .D
Puesto que las relaciones de similitud arriba obtenidas se basan en una serie de supuestos
simplificativos, parece conveniente verificar experimentalmente la validez de estas relaciones. La
comprobación más exacta que se podrá obtener, será la que resulte del ensayo de una misma
-2 -2
K .g.H.D .n
n1
n2
n3
-3 -1
K .Q.D .n
Figura 3
Podemos establecer ahora los efectos de los cambios de tamaño y de velocidad de una
turbomáquina sobre sus características de funcionamiento, teniendo en cuenta que éstas son
expresadas en relación a los valores de w, H y Q. Podemos considerar que estas tres variables,
junto con el rendimiento h, al que excluimos de estas consideraciones, describen completamente el
funcionamiento de una turbomáquina.
Suponemos aquí que la relación entre las pérdidas hidráulicas es igual a la relación entre los saltos
o entre las respectivas transformaciones de la energía total y, por lo tanto, el rendimiento es
constante; no se incluyen, en cambio, las pérdidas mecánicas. Con esta suposición las potencias
mecánicas guardarán la misma proporción entre sí.
2 2
H Hp n p .D p
De la ecuación (8) 2 2
= cte . es decir = 2 2
(I)
n .D Hm n m . Dm
3
Q Qp n p .D p
De la ecuación (2) 3
= cte . es decir = 3
(II)
n. D Qm nm . Dm
Si la potencia es P = η. g .Q . H
Pp η p . g .Q p . H p
= y reemplazando en esta expresión las expresiones (I) y (II) se obtiene
Pm η m . g .Q m . H m
3 5
Pp n p .D p
= 3 5
(III)
Pm nm . Dm
2 5
Mp n p .D p
= (IV)
Mm nm2 . Dm5
Estas expresiones se usan generalmente en bombas. Las expresiones utilizadas para turbinas se
pueden hallar de la misma manera. En la siguiente tabla se enumeran éstas.
1/ 2 2
np Hp .D p
= 1/ 2 2
(I)
nm Hm . Dm
2
Qp H p .D p
= ( II )
Qm H m . Dm2
3/ 2 2
Pp n p .D p
= ( III )
Pm nm3 / 2 . Dm2
2 3
Mp H p .D p
= 2 3
( IV )
Mm H m . Dm
Todas las TMH geométricamente semejantes constituyen una serie y dentro de ella cada TMH se
caracteriza por su tamaño, convencionalmente por un diámetro característico, el cual (figura 4):
Ø En la turbina Francis el diámetro máximo de entrada, que puede ser menor para turbinas
Francis rápidas o mayor que el de salida en turbinas Francis rápidas o normales.
Las leyes de semejanza nos permiten reducir los valores obtenidos experimentalmente en un
ensayo de un modelo de una turbomáquina hidráulica de cualquier tamaño y ensayada a cualquier
salto, a los correspondientes a una turbomáquina unitaria geométricamente semejante a 1 metro de
diámetro y funcionando bajo un salto de 1 metro. Estos valores que designaremos con el subíndice
11 ( uno uno) se denominan valores unitarios o reducidos. Estos valores son muy convenientes a la
hora de graficar los denominados diagramas colinares (figura 5). Las siguientes expresiones son
las de las magnitudes reducidas:
n. D
n11 = , Numero de revoluciones unitario o reducido.
H
Q
Q11 = , Caudal unitario o reducido.
D2 H
P
P11 = , Potencia Unitaria o reducida.
D H 3/ 2
2
P
M11 = , Momento Unitario o reducido.
n D3 H
Figura 5 – ref.[3]
De las consideraciones anteriores resulta claro que un diseño geométrico dado puede emplearse
para cubrir una amplia gama de condiciones funcionales, mediante el simple cambio de la
velocidad de rotación, o del tamaño de la turbomáquina o de ambos parámetros. Por otra parte, la
existencia de una gran variedad de formas de rotores demuestra que una sola forma no basta para
satisfacer todas las posibles condiciones de funcionamiento. Esto lleva a la pregunta: ¿Qué campo
de condiciones de funcionamiento puede ser cubierto por máquinas hidrodinámicas de un diseño
geométrico dado?
Con respecto a las curvas características de las máquinas hidrodinámicas, la pregunta queda
contestada por la representación adimensional de resultados de ensayos de la figura 3, puesto que
sus coordenadas j y y contienen las variables funcionales Q, n, y H, y la dimensión característica
D. Pero con respecto a valores particulares de Q, n, y H, debe resolverse el problema deduciendo,
de las relaciones de similitud anteriores, una nueva relación entre las variables funcionales que sea
independiente del tamaño de la turbomáquina y no contenga, por lo tanto, su dimensión
representativa D. Esto puede obtenerse fácilmente porque las relaciones de similitud aparecen
siempre bajo la forma de dos ecuaciones independientes que expresan respectivamente la
condición cinemática y la condición dinámica de similitud.
2. g . H ψ 2. g . H
ψ= o bien = y ordenando los exponentes:
ϕ
2/3 2/3 2/3
Q 4/3 Q
ω 2 . ω .
πωϕ π
ψ3/ 4
=
(2. g . H )
3/ 4
ϕ
1/ 2 1/ 2
Q
ω.
π
1/ 2
Q
ω.
π ω.Q
1/ 2
ν = 3/ 4 o también ω s = (9)
(2. g .H ) (2. g . H )3 / 4
Relación adimensional que se denomina "número específico". La hemos obtenido mediante un
análisis basado en el sistema MLT de magnitudes fundamentales, en concordancia con el Sistema
Internacional de Unidades. La cantidad denominada habitualmente "número específico"
n.Q 1 / 2
ns q = (10)
(H )3 / 4
no es adimensional, por lo que su valor numérico depende del sistema de unidades que se utilice,
lo que crea inconvenientes inútiles de transformación. Su deducción se hace en forma análoga a la
del número específico adimensional, pero partiendo de la energía por unidad de peso (H) en lugar
de la energía por unidad de masa gH y tomando la velocidad angular en vueltas por minuto, con lo
que la expresión (9) no es tampoco homogénea. Sin embargo, su uso está muy extendido aunque
existe actualmente una fuerte tendencia al uso universal del Sistema Internacional
La forma como se ha deducido, muestra que un valor fijo del número específico describe todas las
condiciones de funcionamiento (n,Q y H) que pueden ser satisfechas por condiciones similares de
escurrimiento en máquinas hídrodinánicas geométricamente semejantes. Este significado físico de
la ecuación (2.4.11) es, al mismo tiempo, la definición más útil del número específico.
Si se hubiese elegido para la deducción del número específico característica funcionales diferentes
de w, Q y gH, se habría llegado naturalmente a expresiones diferentes sin cambiar
fundamentalmente su significado físico. Usando por ejemplo la potencia en el eje, P, en lugar del
caudal, práctica aún común entre los fabricantes de turbinas, se tiene que partir de las ecuación (8)
y de ley de semejanza de la potencia , de donde, eliminando el diámetro entre ellas se llega a:
1/ 2
P
ω.
ρ
ωs P = 5 / 4 (11)
(g.H )
n.(P )
1/ 2
ns P = (12)
(H )5 / 4
que no es adimensional.
En este caso se puede definir al número específico en función de la potencia como el numero de
revoluciones a que debería girar una TMH para suministrar al eje (TH) o al fluido (B) una
potencia de 1 kW, en un salto de 1 m en optimo rendimiento.
La anarquía que ha existido hasta ahora en el uso de las diferentes unidades para la expresión del
número específico, puede evidenciarse por las siguientes consideraciones: en los países que
utilizan el sistema métrico, el caudal se ha expresado en metros cúbicos por segundo, el salto en
metros y la potencia en CV o en kilowatt. En Inglaterra y en los Estados Unidos, se ha utilizado y
aún se utiliza para turbinas el número específico en función de la potencia con ésta expresada en
HP, el salto en pies y el caudal en pies cúbicos por segundo; para bombas se usa el número
específico en función del caudal, con el salto en pies y el gasto en pies cúbicos por segundo o en
galones por minuto (!). En todos los casos enumerados, la velocidad angular aparece en vueltas
por minuto.
3) Una TMH no tiene sólo un punto sino un campo de funcionamiento. es decir, puede funcionar a
diversos números de revoluciones, suministrar (absorber) más o menos potencia etc... Pues bien
a) a cada punto de funcionamiento corresponde., según la Ec. (10). un ns distinto:
4) Entre todas las TMH de una serie caracterizada por la misma geometría puede concebirse una
TH que diese una potencia de 1 KW bajo un salto de 1 m o respectivamente una B que diese una
Potencia útil de 1 KW impulsando a una altura efectiva de 1 m, según la Ec. (10) en este caso ns
=n
5) Las TMH se clasifican en lentas, normales y rápidas, según sea ns, elevado, medio o bajo, no
según la velocidad real de giro. Por tanto, si comparamos, por ejemplo, varias TH de diferentes
tipos (TP., TF, etc ... ), la Ec (12) nos dice que:
a) si todas las TH tienen igual potencia e igual salto, la TH más rápida (la de mayor ns) girará más
aprisa;
b) si todas las T giran a igual velocidad., a igualdad de salto la T más rápida (la de mayor ns)
absorberá mayor caudal;
e) si todas las T giran a igual velocidad y absorben el mismo caudal, la T más rápida (la de mayor
ns), estará instalada en un salto menor.
6) Todas las TMH geométricamente semejantes tienen el mismo ns, luego asignando a cada serie
de máquinas de idéntica geometría, pero de diferente tamaño un número, el ns las TMH quedan
clasificadas según este número que es el número específico de revoluciones. La forma del rodete
va cambiando poco a poco a medida que aumenta el ns como muestra la Fig. 6.
Figura 6 – ref.[5]
Sobre la base de la ecuación (9), estudiaremos ahora la relación entre el número específico a
máximo rendimiento y el diseño hidráulico del rotor. Evidentemente, un diseño geométrico dado
satisface, no a un número específico dado, sino a un margen de valores del número específico.
Esto queda demostrado por la curva altura gasto a velocidad constante de una bomba que se
muestra en la figura 3. Esta curva muestra que la altura de elevación de una bomba decrece
cuando el gasto aumenta. Comparando este hecho con la ecuación (9), se ve que el número
especifico de una bomba cambia rápidamente como función del gasto a velocidad de rotación
constante, pues, de acuerdo a dicha figura, el numerador y el denominador del número específico
cambian en direcciones opuestas.
En menor grado, ocurre lo mismo con el número especifico de una turbina cuando se lo expresa
por la ecuación (11). Como la potencia entregada por una turbina a velocidad constante aumentará
normalmente con un aumento del salto, los cambios en el número específico debidos a cambios en
el salto y en la potencia a velocidad constante, son relativamente lentos; por otra parte, los valores
del salto y la potencia guardan en general una relación diferente que la que se requeriría para
mantener constante el número específico.
Una máquina hidrodinámica puede, pues, ser usada dentro de un margen de valores del número
específico establecido por la porción de las curvas características para la cual el rendimiento y
otras características funcionales son aceptables.
Aún cuando es imposible relacionar en forma definida el número específico con el diseño
hidráulico de las turbomáquinas, esta correlación puede establecerse considerando solamente las
condiciones de funcionamiento a las cuales la máquina traba ja con su mejor rendimiento. Este
requerimiento es satisfecho, en general, por una sola combinación de altura y gasto o de salto y
potencia a una velocidad de rotación determinada. Sí definimos entonces el “número específico"
de una máquina hidrodinámica como el correspondiente a su funcionamiento a máximo
rendimiento, se hace posible caracterizar el diseño hidráulico de una turbomáquina por este valor
de su numero específico. De acuerdo a esta nueva definición, máquinas del mismo número
especifico pueden ser geométricamente similares, pero no necesariamente similares, porque las
mismas condiciones de funcionamiento pueden ser satisfechas por diferentes formas de diseño.
Por otra parte, dos máquinas hidrodinámicas de números específicos diferentes no pueden ser
geométricamente similares entre sí, vale decir que los cambios en el "número específico" de la
máquina, implican necesariamente cambios en su diseño hidráulico.
Estudiaremos ahora, sobre la base de la ecuación (9), la relación entre el número específico a
máximo rendimiento y el diseño hidráulico del rotor. La ecuación mencionada indica que, para
velocidad constante de rotación, el número específico aumenta con un aumento del caudal y
decrece con un aumento del salto. Además puede verse en la ecuación (8), que el salto aumenta
con la velocidad periférica del rotor y, por lo tanto, también con el radio, a la misma velocidad
angular de rotación.
relativamente estrechos hasta las ruedas de diámetro más pequeño y pasajes fluidos más anchos
para números específicos mayores. El extremo en este sentido está representado por el rotor axial,
que posee las secciones de escurrimiento más grandes posibles para un dado diámetro exterior.
Los varios rotores de bomba que se muestran en la figura 7, están dimensionados de tal manera
que elevarían el mismo gasto a la misma altura si la velocidad de rotación se cambiara
proporcionalmente al número específico. La característica más importante de esta comparación es
la gran reducción de tamaño resultante de un aumento de la velocidad de rotación o del número
específico para condiciones de funcionamiento que, por lo demás, son las mismas. Como esta
reducción de tamaño conduce a una correspondiente reducción de costos, resulta claro que, por
razones económicas, debería siempre elegirse el mayor número especifico posible. Esto introduce
el problema de los valores límites del número específico para condiciones dadas de
funcionamiento.
Hasta cierto punto, el número específico está determinado por las características hidráulicas del
rotor, que son diferentes para diferentes números específicos. La elección de la velocidad de
rotación está influida también por las características mecánicas de la forma resultante de rotor y
por las características de la máquina acoplada al rotor (motor o generador en los casos corrientes).
Sin embargo, para máquinas hidrodinámicas que trabajan con líquidos, la limitación más
importante resulta, por mucho, del problema de la cavitación, que se estudiará más adelante en su
relación con las turbomáquinas.
En la tabla 2 se muestran una serie de turbinas con sus dimensiones y características principales en
cada una de ellas.
Tabla 2
Bibliografía
[1] Rodríguez C., “Máquinas Hidráulicas”, tomo I, CEILP, (La Plata, 1986).
[2] Wislicenus, G. F.: "Fluid Mechanics of Turbomachinery" (Dover, N. York, 1967).
[3] Vivier L., “Turbines Hydrauliques et leurrégulation, Ed. Albin Michel, (París, 1966).
[4] Raabe J., “Hydro Power”, VDI-Verlag GmbH, (Dusseldorf,1985).
[5] Mattaix C., “Turbomáquinas Hidráulicas”, Ed. ICAI, (Madrid, 1975).
[6] “Aprovechamiento de la fuerza motriz del agua con máquinas hidráulicas”, Höller H. et al.,
Boletín s/20.12.30.60-ZD84-20, (Sulzer Escher Wyss, Zurich, 1984)