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PSICOLOGÍA DE LA FILOSOFÍA

CHRISTIAN GABRIEL MANGONES ZAPA

PROFESOR:

CÉSAR CARABALLO

GRADO: 11°

COLEGIO LICEO UNIVERSITARIO DEL SINÚ “JUAN MANUEL MÉNDEZ


BECHARA”

MONTERÍA – CORDOBA

2017

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TABLA DE CONTENIDOS

1 Introducción ...................................................................................................................... 3

2 El problema del objeto de estudio .................................................................................... 5

3 El problema de la fragmentación ...................................................................................... 6

4 Las opciones epistemológicas en psicología .................................................................... 6

5. Algunas funciones epistemológicas en la psicología. ..................................................... 8

5.1Misión. .................................................................................................................... 9

5.2Objetividad vs. subjetividad. .................................................................................. 9

5.3Saber y hacer. ....................................................................................................... 12

5.4Eventos y constructos. .......................................................................................... 13

6. Bibliografía .................................................................................................................... 15

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1. INTRODUCCIÓN

La Filosofía de la Psicología se ha consolidado en la actualidad como una disciplina

autónoma, cuya pretensión es el estudio de la condición científica de la psicología y el

análisis de las cuestiones teóricas más relevantes que se suscitan desde el propio campo

psicológico. Se trata, por tanto, de brindar al alumno la oportunidad de llevar a cabo la

necesaria tarea de reflexionar críticamente sobre el carácter y los límites de los

conocimientos psicológicos.

Este ejercicio de reflexión se orientará a una revisión epistemológica de la psicología en

cuanto saber, su peculiar estatuto y sus relaciones con otras ciencias, los problemas teóricos

de su objeto y su método, completándose con un análisis de las cuestiones filosóficas que

con ellos se relacionan.

La epistemología de la psicología asume de modo preferente la problemática de las

relaciones psicofísicas. En este sentido, el examen de la situación actual del problema

mente-cuerpo se impone por resultar un ámbito de máxima importancia en el pensamiento

contemporáneo y por afectar, de forma directa, a la configuración conceptual de la ciencia

psicológica.

De igual modo, dado que la especificidad epistemológica de la psicología se origina en

gran medida a partir del hecho de que ésta aborde el estudio del individuo, resulta necesario

incluir un apartado dedicado a la reflexión sobre el problema de la identidad personal, en

sus niveles conceptual y sociocultural.

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FILOSOFÍA DE LA PSICOLOGÍA

La filosofía es la madre de todas las ciencias, siendo la psicología parte de ella hasta su

independencia alrededor de 1950 con el nacimiento de la psicofísica.1 Su significado literal

es psyché-logos ("estudio del alma"). Una rama de la filosofía es la filosofía de la ciencia,

que, desde la división hecha por Ferrier en el siglo XIX entre ontología y epistemología, se

encarga del análisis del conocimiento científicamente obtenido. Cada ciencia genera su

propia epistemología o filosofía especial, con base en las características de su que hacer

intrínseco. Otras de las ramas de la filosofía que se relacionan con la psicología y la

epistemología es la Filosofía de la mente

En el caso de la psicología, según Jacob Robert Kantor, ha habido tres etapas de desarrollo

de sus contenidos epistemológicos: una primera ocupándose de entidades espaciales, como

el alma; una segunda en términos de orden organocéntrico-mecanicista, como las variantes

estímulo-respuesta y de procesamiento de información; y una tercera, en que se abordan las

interacciones complejas entre el individuo y su ambiente. Se ha llegado, pues,

aparentemente, a un estudio sistémico del objeto de conocimiento. No obstante, no todas las

corrientes de la psicología en vigencia practican ese enfoque sistémico de manera uniforme,

debido a que parten de diferentes opciones epistemológicas en pleno debate.

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2. EL PROBLEMA DEL OBJETO DE ESTUDIO

Tal y como Mario Bunge indica, se aprecia - como en otras disciplinas- una falta de

consenso acerca del verdadero objeto de la psicología. De esta forma, se puede definir

como el estudio de la conciencia, o el estudio de la conducta manifiesta. La mayor

importancia de la cuestión del objeto en comparación con otras ciencias radica en el

carácter transitorio de estadio protocientífico a científico.

Los objetos de su campo de estudio son "todos los animales que en circunstancias

normales, son capaces de percibir y aprender, y sólo ellos". Por lo que se deja fuera del

ámbito de estudio a los animales que normalmente son incapaces de aprender (aquellos sin

sistema nervioso, o con uno que no permita el aprendizaje) y se calificaría como objetos de

estudios a todos los vertebrados superiores (mamíferos y aves, sobre todo).1 Los artefactos,

incluso los dotados de inteligencia artificial, son excluidos por no tratarse de animales.

En cuanto a la atención de las sociedades, Bunge considera que es legítimo estudiar la

psicología de los individuos pertenecientes a diferentes sociedades, o los efectos de los

grupos de pares y la presión de la masa sobre el individuo; más pretender que las

totalidades sociales tienen una mente propia, es "pura fantasía holística".

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3. EL PROBLEMA DE LA FRAGMENTACIÓN

Las diversas escuelas y sistemas de psicología son enfoques de los problemas psicológicos

que a menudo se basan en filosofías diversas de la mente.nota 1 Estos enfoques son más a

menudo mutuamente incompatibles que complementarios. Además de esta fragmentación

en escuelas se presenta una división en diferentes campos o sistemas de problemas ante la

imposibilidad de trazar una clara demarcación entre los distintos fenómenos psicológicos.

nota 2 Bunge afirma que solo la integración sobre la base de la neurofisiología puede

arrojar un cuadro razonablemente completo y una explicación viable en términos de

mecanismos.

4. LAS OPCIONES EPISTEMOLÓGICAS EN PSICOLOGÍA

Una cuestión importante en el problema de la controversia preparadigmática de la

psicología es la falta de un marco epistemológico compartido. Según Guba,2 existen al

menos cuatro grandes propuestas:

El positivismo clásico, bajo supuestos de la existencia de una realidad tangible y objetiva,

con causalidad lineal, que se puede fraccionar en partes sin perder sustancia

(reduccionismo). Sólo sería válido el método de investigación empírico-experimental,

donde las instancias del observador y lo observado son independientes. Esta epistemología

es típica de los primeros conductismos basados en el modelo estímulo-respuesta, a veces

incorrectamente identificados con el conductismo de Burrhus Frederic Skinner.

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El postpositivismo actual —heredero de la tradición positivista pero sin las mismas

insuficiencias que su antecesora— revalúa los conceptos de realismo, objetividad e

investigación, flexibilizándolos. La realidad no es absoluta sino socialmente construida, el

logro de la objetividad es progresivo a través de sucesivos contactos con los hechos

estudiados, y existen modos de conocimiento no estrictamente experimentales. Aquí se

ubican los conductismos modernos, como el interconductismo, el conductismo psicológico

y la teoría de marcos relacionales.

El realismo crítico, basado en supuestos ideológicos y axiológicos. La ideología y los

valores subjetivos del observador influyen decisivamente en la descripción y comprensión

de la realidad. El logro del conocimiento es progresivo, mediante procedimientos de

aclaración sucesiva («concientización»). La psicología dialéctica y la psicología social de la

liberación adoptan esta postura.

El constructivismo, para el cual no hay una realidad única sino múltiple. En este sentido es

una construcción mental de cada individuo, surgida de su hermenéutica personal acerca de

aquello que le ocurre (subjetivismo). El sujeto y su objeto de conocimiento constituyen una

unidad, así que la búsqueda de la verdad surge de un proceso de contrastación de las

diversas construcciones. Los enfoques cognitivos de tipo radical o moderado, y en menor

medida también las psicologías dinámica y humanista, caen bajo esta epistemología.

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5. ALGUNAS FUNCIONES EPISTEMOLÓGICAS EN LA PSICOLOGÍA

5.1 MISIÓN

J. Smart apunta que el trabajo epistémico se sirve de:

A. Un discurso analítico y metodológico acerca de la ciencia; y

B. la utilización de la ciencia para resolver problemas considerados generalmente

filosóficos. En tal sentido, constituye en primer lugar una «práctica de vigilancia de las

operaciones conceptuales y metodológicas de una práctica científica».Así, puede decirse

que el quehacer epistemológico no consiste de algo abstracto e indeterminado. Hay que

tener claro que, como advierte Wolman: «Los filósofos de la ciencia no son filósofos en el

sentido tradicional y tienen muy poco en común con los sistemas metafísicos totalizadores

del mundo. Los modernos filósofos de la ciencia... no pretenden saber más que los

científicos cuya obra estudian».

Lo que la epistemología busca fundamentalmente es el análisis formal del trabajo útil para

la adquisición y consolidación de conocimientos, sea a través de las relaciones entre las

proposiciones y los datos; sea a través de la correspondencia entre aquellas proposiciones,

su ordenamiento lógico y su significado; o la estructuración teórica y el proceso empírico

del investigar. Por ello, no todos los temas abordados por la filosofía tradicional pueden ni

deben ser materia de revisión a la luz de la ciencia, pues muchos podrían no ser sino

embrollos verbales. En este caso, la misión de la epistemología es disolver dichos

problemas mediante el análisis lingüístico de las expresiones, tal como lo intentan, por

ejemplo, Gilbert Ryle y Ludwig Wittgenstein. Se trata, en esos casos, de eliminar errores

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categoriales (aplicar indebidamente conceptos que provienen de un contexto a otro distinto)

y aclarar la significación funcional del lenguaje ordinario en situaciones específicas.

La epistemología tiene, pues, una misión precisa. No se puede llamar epistemología a

cualquier concepción o tradición filosófica desarrollada independientemente del

conocimiento científico. Así pues, en principio la fenomenología y el existencialismo

deberían quedar fuera de esta denominación. Sólo la tradición de descuido epistemológico

en psicología justifica la actual permisividad hacia semejantes enfoques. No todos los

científicos tienen la suficiente capacidad para ser, a su vez, filósofos de su propia ciencia,

pero si pueden «estar al día» con las concepciones desarrolladas por especialistas y tener un

mínimo de motivación y preparación para poder discriminar entre buenas y malas

filosofías. Como señala Mario Bunge: «la concepción del mundo del hombre

contemporáneo se funda [...] sobre los resultados de la ciencia: el dato reemplaza al mito, la

teoría a la fantasía, la predicción a la profecía [...] Hace un siglo, quien ignoraba La Iliada

era tildado de ignorante. Hoy lo es, con igual justicia, quien ignora los rudimentos de la

[ciencia]»

5.2 OBJETIVIDAD VS. SUBJETIVIDAD

No puede haber una epistemología de la subjetividad. Al ser definida como filosofía de la

ciencia ya está implicando el análisis de un conocimiento objetivo, vale decir de los

productos que sobre la propia actividad del sujeto se han elaborado en el transcurso de su

interacción con el objeto. Esos productos son cosas, relaciones y propiedades existentes

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fuera de la representación subjetiva que se haga de ellos. Cuando se dice que el sujeto

(epistémico) es quien configura al objeto (Piaget, 1970 - 1981) se comete un error de tipo

trascendentalista, pues el sujeto está sometido a las mismas leyes que el objeto. Esto quiere

decir que lo que uno, como observador, percibe acerca de la realidad interna o externa al

cuerpo está predeterminado por el influjo del objeto sobre los sentidos. En otras palabras,

para simplificar el asunto, «lo material determina lo ideal».

La cuestión de la objetividad del conocimiento está relacionada con la posibilidad de

obtener un conocimiento verdadero del objeto. Esto es puesto en duda por los filósofos

metafísicos y los psicólogos dualistas, para quienes lo objetivo no pasa de ser más que una

«invención útil» para organizar la experiencia. El significado de las cosas sería, según esto,

dependiente de la manera en que el científico filtre la información a ciertos sistemas de

procesamiento subjetivo. Lo que se obvia en este tipo de análisis es que se puede conocer el

objeto actuando sobre él. Cuando se interactúa con un fenómeno se aprehenden: (a) las

relaciones de interdependencia que lo ligan a otros fenómenos, y (b) las regularidades de su

ocurrencia en función a la totalidad estructural que las define. Una vez penetrado el sentido

de estas realidades se puede intervenir sobre ellas, transformándolas. Asimismo, se puede

describir el proceso de confirmación de tal veracidad enumerando las operaciones

empíricas y racionales que se llevan a cabo, pudiendo replicarlas en cuanto sea necesario e

incluso confrontarlas con otras observaciones.

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La obra de Thomas Kuhn (1962 - 1982) sobre el carácter no acumulativo del progreso

científico y la inconmensurabilidad de las teorías también introduce una nota de

subjetividad e irracionalidad a la epistemología: el tránsito de un paradigma a otro se

produciría como corolario de una revolución conceptual que sustituye un viejo consenso

acerca de ciertas «verdades» científicas por otro nuevo e incomparable con el anterior. Por

consiguiente, no funcionaría el recurso de la «falsabilidad» propuesto por Karl Popper para

distinguir las buenas de las malas teorías, ni tampoco sería útil la discusión entre los

defensores del viejo y del nuevo paradigma, pues ambos hablarían de cosas diferentes. Para

Kuhn la refutabilidad de una teoría sólo se conoce cuando ésta ya fue refutada. El progreso

en la ciencia se da únicamente bajo la suposición de una mayor explicabilidad de los

fenómenos a cargo del nuevo paradigma, pero sin llegar a tener necesariamente una mejor

correspondencia con la realidad que pretende explicar.

Al margen de su gran impacto epistemológico, la perspectiva kuhniana subvierte las ideas

de verdad objetiva y de progreso del conocimiento, a la vez que descarta criterios de

evaluación objetiva de las teorías, haciendo difuso el límite entre ciencia y pseudociencia

(Bunge, 1983). La ciencia no pasaría de ser una práctica tan intrascendente para la

transformación de la realidad como la magia y la mitología.

Antes que Kuhn, Gaston Bachelard (1971 - 1974) había anticipado la noción de «corte

epistemológico» para designar entre otras cosas la revisión y reformulación de los axiomas

fundamentales de una ciencia ya constituida. Esta recurrencia parece hacer plausible la

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explicación del porqué a veces una concepción generalizada pierde terreno frente a otra. En

psicología se ha querido ver la contraposición entre conductismo y cognitivismo como la

plasmación de las tesis del corte y de la revolución científica (como cambio de paradigma),

más la situación actual no muestra un predominio aplastante ni mucho menos a favor de

«un nuevo paradigma», pues la coexistencia de varios enfoques sigue siendo evidente.

5.3 SABER Y HACER

La definición más ostensiva de la teoría es la de un «saber organizado» que se abastece de

la práctica, es decir del «hacer empírico», mientras que éste también se guía en parte por el

saber previo. Los avatares histórico-sociales, y con ellos la división del trabajo y la

influencia de la teología, sembraron la discordia entre saber y hacer, legando a la posteridad

un problema que se manifiesta hoy agudamente. El pensador chino Mao Zedong (1937 -

1981) se ocupa suficientemente de cómo la teoría se abastece de la práctica y cómo la

práctica retroalimenta la teoría, eliminando ideas metafísicas acerca de que una puede vivir

sin la otra, o de que ambos quehaceres son incompatibles.

Eso no quiere decir que no sea posible una práctica científica progresista independiente de

la teoría o de la especulación filosófica explícita. De hecho, la mayoría de avances

empíricos y tecnológicos en todas las disciplinas humanas parecen haberse dado en

condiciones de ignorancia o confusión conceptual acerca de los presupuestos

epistemológicos que directa o indirectamente propiciaron la solución a muchas demandas

sociales (Tomasini, 1994). Sin embargo, la pregunta es: ¿cuánto más podría haberse

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avanzado de haber tenido en cuenta esos presupuestos? ¿Cuánto tiempo y cuánta teoría y

práctica inútiles podrían haberse ahorrado aclarando problemas conceptuales antes de

aplicar? Por esta razón es importante para los científicos contemporáneos poner por delante

el desarrollo de sólidas concepciones epistémicas en sus respectivas disciplinas haciéndolas

más efectivas en la lucha contra el atraso y el prejuicio, tal como en el relato de Homero,

Minerva iba precediendo a Diómedes en su acometida victoriosa contra Venus y Marte.

5.4 EVENTOS Y CONSTRUCTOS

El desarrollo de la ciencia es calibrado por Kantor (1963 - 1991) como una progresión de

tres etapas:

A. la de la propiedad-sustancia

B. la de la correlación-estadística, y

C. la del campo integrado. En psicología, la primera etapa incluye entidades

transespaciales, la segunda fórmulas estadísticas que pretenden indicar la relación entre lo

físico y lo mental, y la tercera «la interacción de un individuo con objetos estimulantes, en

condiciones inmediatas precisas y sobre la base de contactos previos del organismo y los

objetos estimulantes». Este enfoque filosófico de la tercera etapa supera el holismo y el

atomismo de las explicaciones anteriores para servir a una visión estructural donde el todo

es producto de interacciones formadoras, pero éstas a su vez tienen significación sólo en

tanto se conceptualicen en función global (Montgomery, 2000). Para llegar a esta última

etapa fue necesario mucho esclarecimiento epistémico en cuanto al problema de la

confusión entre eventos y constructos.

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Gran parte de los errores científicos se originan en dicha confusión. De manera muy

simplificada, los eventos son lo que sucede, mientras que los constructos son las

interpretaciones de lo que sucede, sean elaboradas o espontáneas. En cualquier caso, todo

conocimiento e interpretación es, en principio, inseparable del sistema productivo al cual

pertenece, y todo sistema productivo está ligado a un medio ideológico.

Una adecuada epistemología permite distinguir entre eventos y constructos, con el fin de

disminuir el papel ideológico de éstos últimos. Para ello el citado Kantor exige un

cuidadoso análisis de las construcciones manipulativa (formulación del problema y plan

para atacarlo), descriptiva (síntesis de las características investigadas y clasificación en una

escala de validez y utilidad científica), y explicativa (construcción sistemática para

interrelacionar eventos). En ningún caso puede haber constructos válidos que se refieran a

nociones sin contacto con (o derivación de) los eventos que se refieren, describen y

explican.

Por fortuna el uso de definiciones técnicas, diagramas, coordenadas, tablas de constantes y

la continua interacción concreta con los eventos estudiados propias del «teórico-práctico»

facilitan dicha labor. Las influencias ideológicas y los valores no son factores omnipotentes

de los cuales no se puede escapar. Esas condiciones pueden ser manejadas, cuando el

psicólogo científico está preparado epistemológicamente para asumir la tarea de distinguir

los eventos de los constructos.

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6. BIBLIOGRAFÍA

 Bachelard, G. (1971 - 1974). Epistemología (Textos escogidos). Barcelona: Anagrama.

 Bunge, M. (1982). Epistemología. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.

 Kantor, J.R. (1963 - 1991). La evolución científica de la psicología. México: Trillas.

 Kuhn, T. (1962-1982). La estructura de las revoluciones científicas. México: Fondo de

cultura Económica.

 Montgomery, W. (2000). La explicación molar y molecular en la teoría de la conducta.

En W. Montgomery, W. Capa y H. Montes de Oca (Eds.). Análisis de la conducta: Nuevos

enfoques, aplicaciones e investigaciones (pp. 53-68). Lima: Asociación Peruana de

Psicología Interconductual.

 Piaget, J. (1970 - 1981). Psicología y epistemología. Barcelona: Ariel.

 Ryle, G. (1949 - 1967). El concepto de lo mental. Buenos Aires: Paidós.

 Smart, J. (1967 - 1975). Entre ciencia y filosofía. Madrid: Técnos.

 Tomasini, A. (1994). Ensayos de filosofía de la psicología. Guadalajara: Universidad de

Guadalajara.

 Mao Zedong (1937 - 1981). Sobre la práctica. En Cinco tesis filosóficas. (pp. 1-23).

Beijing: Ediciones en lenguas extranjeras.

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