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Física I
ÁREA
INGENIERÍA INDUSTRIAL
DOCENTE
Amparo Rossana Gámez Espindola
TRABAJO
REPORTE DE INVESTIGACIÓN
ESTUDIANTES:
GRADO Y GRUPO
4° “A”
Reporte De Investigación
Resumen:
Ya vimos que el concepto luz tiene absoluta relación con quien la percibe, y que es a
través de ella que el hombre se conecta visualmente con el mundo que lo rodea.
La energía radiante fluye en forma de ondas en cualquier medio con una dirección
determinada (propagación rectilínea), y sólo es perceptible cuando interactúa con la
materia, que permite su absorción o su reflejo. Hay entonces un cuerpo emisor de la
energía radiante y otro que la recibe. Esta interacción o transferencia de energía de
un cuerpo a otro se denomina radiación.
Cuando un haz de luz incide sobre un medio puede ser transmitido (refractado),
reflejado, difundido (sobre una superficie rugosa o por pequeñas partículas),
absorbido o puede provocar la emisión de luz (normalmente en una frecuencia
distinta). El color y el brillo son algunas de las sensaciones que resultan de estos
fenómenos en el rango de frecuencias del espectro visible, pero existe
instrumentación para estudiarlos en un amplio margen del espectro electromagnético.
INTRODUCCIÓN
Científicos han logrado hacer materia a partir de luz pura, comprobando una teoría
que fue descrita hace 80 años y, en cierta forma, llevando a cabo un principio universal
de transformación. La idea de hacer materia con luz primero fue descrita por Gregory
Breit y John Wheeler y en ese entonces se creía que era imposible de realizar en el
laboratorio, aunque evidentemente la famosa fórmula de Einstein E=mc2 indica que la
materia y la energía son convertibles. Y ahora también, de manera empírica, la luz y
la materia son intercambiables.
Para poder realizar esta asombrosa comprobación, físicos del Imperial Collage of
London usaron láseres de alta energía y otros aparatos que existen por lo menos en
tres laboratorios en el mundo. Para materializar la luz, primero se disparan electrones
a un bloque de oro, lo que produce un haz de fotones de alta energía. Luego se
dispara un láser de alta energía a una cápsula llamada holhraum ("cuarto vacío", en
alemán). Esto produce una luz tan brillante como la de las estrellas. En la etapa final,
se dirige el primer haz de fotones al holhraum, donde los flujos de fotones chocan:
esto crea partículas subatómicas con masa. Suena como una especie de moderna
receta de la piedra filosofal o un arma demiúrgica (aunque los científicos advierten
que esto no permitirá materializar objetos de la nada y menos, espadas de luz).
Un estado óptico observado por vez primera podría facilitar muchísimo la computación
cuántica con fotones.
Pero ¿qué ocurriría si se pudiera hacer que las partículas lumínicas interactuara n,
atrayéndose y repeliéndose entre sí como átomos en la materia ordinaria? La ciencia-
ficción nos ha mostrado algunos ejemplos de cosas que podrían lograrse en tal caso.
Una de las más populares es el sable de luz (espada láser) de la saga de La guerra
de las galaxias. En un escenario más probable, se podría conseguir que dos rayos de
luz se unieran y mezclaran en un solo chorro luminoso.
Podría parecer que tal comportamiento óptico requiere estirar las leyes de la física
más allá de lo creíble, pero en realidad unos científicos han demostrado ahora que se
puede efectivamente hacer que los fotones interactúen, un logro que en un futuro
cercano podría abrir una vía hacia el uso práctico y eficaz de fotón es en la
computación cuántica. Para los sables de luz, si es que algún día se decide intentar
fabricarlos, habrá que esperar mucho más tiempo.
El equipo de Vladan Vuletic, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) e n
Cambridge, y Mikhail Lukin de la Universidad Harvard, ambas instituciones en Estados
Unidos, ha observado grupos de tres fotones interactuando, y hasta jun tándose para
acabar formando una clase completamente nueva de materia fotón ica.
En unos experimentos controlados, los investigadores hallaron que cuando hacía n
pasar un rayo láser muy débil a través de una nube densa de átomos ultra fríos de
rubidio, en vez de salir de dicha nube como fotones individuales, distribuidos de forma
aleatoria, estos se unían entre sí en parejas o tríos, lo que sugiere que estaba
produciéndose algún tipo de interacción (en este caso, atracción) entre ellos.
Cuando dos coches se cruzan en la carretera de noche, los haces de sus fa ros no
chocan entre sí ni rebotan; sencillamente siguen su camino. Los fotones de estas
ondas electromagnéticas no interaccionan entre sí, y por eso los sables láser de Star
Wars son un imposible: la luz no choca contra la luz ni atravies a un malvado soldado
imperial.
Vladan Vuletic, Lester Wolfe y Mikhail Lukin han observado tripletes de fotones unidos
por una rara interacción. Para lograr este «extraño abrazo» entre partículas, diseñaron
una serie de complejos experimentos, en los que hicieron pasar u n rayo láser muy
débil por una nube de átomos de rubidio en estado de súper enfriamiento (solo un
poco por encima del cero absoluto, la temperatura mínima posible). No es
precisamente algo que se pueda practicar en casa.
Lo que ocurrió cuando este láser atravesó la nube, es que los fotones se unieron n en
parejas o tripletes, como si algún
tipo de atracción los hubiera
atrapado. ¡Pero eso no es todo! Si
los átomos «normales» circulan a
casi 300.000 kilómetros por
segundo, la velocidad de la luz, y
no tienen masa, los fotones que
salieron de la nube tenían «una
crisis de identidad»: viajaban
100.000 veces más de espacio
que los fotones que no
interaccionaron y tenían una masa
similar a una fracción de la masa
de un electrón.
Memoria
Todo este proceso ocurre en una millonésima de segundo y, curiosamente, se e
extiende tiempo después de que los fotones dejen atrás la nube de átomos de rubidio
súper enfriados. «Es como si los fotones “recordaran”», dice Sergio Cantu, otro de los
coautores.
Tanto es así que los fotones que interaccionan con otros, a través de esa atracción
dependiente de los átomos, se comportan como si estuvieran correlacionados, o
entrelazados: y resulta que esta propiedad es clave para construir ordenador es
cuánticos.
Con este avance científico, los ficticios sables de luz estarían mucho más cerca de
materializarse.
Con este avance científico, los ficticios sables de luz estarían mucho más cerca de
materializarse.
Ahora, los científicos tratarán de seguir explorando estos extraños y desconcertantes
fenómenos. Entre otras cosas, tratarán de averiguar si es posible hacer que los
fotones se repelan. De momento, dicen no tener ni idea de lo que encontrarán: «Con
la repulsión de átomos, ¿se puede hacer que formen patrones regulares, como un
cristal de luz?», se pregunta Vuletic. « ¿Pasará cualquier otra cosa? Todo esto es un
territorio realmente inexplorado»
La luz a veces se comporta como si estuviera formada por corpúsculos (como cuando
se genera la sombra de un objeto que está al Sol, o cuando rebota en u n espejo), y
a veces como ondas (como cuando hay interferencias en un experimento de
difracción). Como corpúsculo, la luz se comporta como si estuviera formada por
partículas, mientras que como onda, la luz es un campo eléctrico que varía en el
tiempo; cuando el campo eléctrico varía, se genera un campo magnético, y cuando
éste varía se genera uno eléctrico, etc. ¿Y a qué velocidad se propagan estos cambios
de campo eléctrico-magnético-eléctrico, etc.? pues a la velocidad de la luz.
Esto, en física se traduciría a que los fotones no se relacionan entre sí como la materia
ordinaria, es decir no se atraen no se repelen etc…
Sin embargo dos grupos de investigadores uno en el Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT) y y otro en la Universidad de Harvard, han realizado una serie
de experimentos en los cuales los fotones parecen interactuar y producir parejas y
tríos de fotones creando una nueva materia fotónica con masa y una velocidad unas
100.000 veces más lenta que los fotones.
Es por ello que tras 80 años de ensayos, en equipos de físicos del imperial collage
London (Reino Unido) han descubierto la forma de crear materia a partir de la luz.
Varios físicos sugirieron que debería ser posible convertir la luz en materia mediante
la destrucción simultanea de dos partículas de luz (fotones) para crear un electrón y
un positrón, lo que suponía desde entonces el método más simple de convertir la luz
en materia.