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CONCEPTO
La Constitución de la Nación Argentina en vigencia esta compuesta por una parte dogmática
y una parte orgánica.
La parte orgánica se refiere a ala estructuración y competencia de los órganos que ejercen el
poder.
La parte dogmática responde a la orientación del constitucionalismo liberal que sostenía la
necesidad de consignar los derechos y libertades del hombre en forma expresa, para divulgar su
conocimiento, dar seguridad al individuo y respetarlos, omitiendo por lo tanto afectarlos. Esta parte,
la primera de la Constitución, contiene ahora el Capítulo Primero, titulado “Declaraciones,
Derechos y Garantías” habiéndose agregado en la reforma de 1994 un Capítulo Segundo
denominado “Nuevos Derechos y Garantías”.
La parte dogmática intento tratar a la persona de acuerdo con la dignidad, la libertad, y sus
derechos. Así la constitución pone en intersección a la defensa y promoción de sus derechos y
libertades con la limitación del estado y del poder para seguridad de las personas. En este sentido la
parte dogmática no se incomunica con la parte orgánica sino todo lo contrario, guarda con ella una
relación inescindible.
Declaraciones: son afirmaciones expresas incluidas en la constitución, que implican la adopción
de determinada postura en relación a cuestiones políticas fundamentales. Ejemplo de ellas son:
la forma de estado (art. 1); la situación del culto católico (art.2); las disposiciones respecto a la
seguridad social; el principio de legalidad; etc. O sea que determinan los lineamientos básicos y
generales que perfilan las características de la organización nacional.
Derechos: son facultades o prerrogativas que la constitución reconoce a sus titulares, ya sean
éstos individuos o grupos sociales. Tales facultades, al recibir la investidura jurídica que implica
su reconocimiento constitucional, otorgan al sujeto activo la posibilidad de exigir coactivamente
su cumplimiento, ya sea frente a los demás individuos o a grupos, ya sea frente al propio estado.
B. Campos dice que los derechos se reconocen u otorgan. Los reconocidos abarcan los derechos
naturales, es decir, inherentes a la dignidad de la persona humana y que por lo tanto, son
anteriores al estado. La Constitución solo los normativiza: el derecho a la vida, el derecho a la
libertad, el derecho a la propiedad. Y entre los otorgados se encuentran los derechos políticos,
que son realmente “otorgados” por la Constitución.
Garantías: son aquellos mecanismos o instrumentos especiales, que la constitución crea para
amparar y asegurar el ejercicio de ciertos derechos fundamentales al titular de éstos. Así
podemos señalar como garantías explícitas las contenidas en el art. 18 y en el segundo y tercer
párrafo del art. 23. Las garantías implícitas surgen del art. 33 y son, entre otras, el habeas corpus,
el amparo de la libertad y el habeas data.
NUEVAS CONCEPCIONES
Originariamente, los derechos del hombre se han denominado derechos Individuales.
Actualmente, conviene aludir a la persona humana y no al individuo fundamentalmente por razones
iusfilosoficas, por lo que ha cobrado uso la expresión “Derechos Humanos” como propia del sistema
democrático.
Los derechos humanos imponen la exigencia de su plasmación y vigencia sociológica en el
derecho constitucional, en el que una vez positivizado, parte de la doctrina los apoda “Derechos
Fundamentales”.
El plexo de derechos humanos se descompone en tres categorías, según el orden cronológico
en el que aparecieron históricamente. Se habla así de tres generaciones de derecho por la época en
que se engendró cada uno:
Derechos de Primera Generación: fueron los clásicos derechos civiles y políticos
reconocidos por el constitucionalismo liberal quien les dio naturaleza de derechos
Públicos Subjetivos del hombre “frente” o “contra” del estado. El sujeto pasivo era el
estado, y la obligación fundamental que había de cumplir para satisfacer aquellos
derechos era la omisión: no debía violarlos, ni impedir su goce, ni interferir en su
ejercicio.
Derechos de Segunda Generación. Ejercen como derechos sociales, económicos y
culturales con el constitucionalismo social del siglo XX en virtud del cual, se pasa a
considerar que los particulares son sujetos pasivos junto con el estado, obligados a
respetar los derechos del hombre. Además se añade a la obligación de omitir violaciones,
las obligaciones de dar o de hacer algo a favor del titular de los derechos.
Derechos de Tercera Generación. Son los que han surgido recientemente bajo el titulo
de intereses difusos o colectivos debiéndose entender por tales, al de cualquier persona
integrante de la sociedad que copartícipe de los demás integrantes que tiene interés por
ejemplo en que no se afecte el medio ambiente, en que se respete e derecho a una mejor
calidad de vida, el derecho de los pueblos al desarrollo, al progreso, a la explotación de
los propios recursos, a la paz, a la cultura, a la comunicación, a la información, etc. Este
grupo de derechos responde a que se esta poniendo cada vez más acento en el ajusticia
en la solidaridad antes que en el frío egoísmo de los intereses de cada uno.
Bidart Campos distingue los derechos enumerados, o sea, expresamente reconocidos -por ej.:
los del art. 14-, y derechos no enumerados o implícitos -por ej. los aludidos en el art. 33-. Todo
derecho fundamental o primario del hombre puede y debe considerarse incluido en la constitución,
esté o no reconocido expresamente.
Con respecto a los derechos implícitos el art. 33 de la Constitución dice: "Las declaraciones,
derechos y garantías que enumera la constitución, no serán entendidos como negación de otros
derechos y garantías no enumerados, pero que nacen del principio de la soberanía del pueblo y de la
forma republicana de gobierno".
Entre los derechos implícitos se encuentra el derecho personal a la dignidad. Parte de la
doctrina considera la dignidad como fuente de la cual derivan todos los derechos personales. La
dignidad no se halla mencionada en nuestra constitución pero cuenta con base normativa en los
tratados de derechos humanos con jerarquía constitucional. El derecho a la vida es otro derecho
implícito en nuestra constitución, pero aparece expresamente reconocido en el pacto de San José de
Costa Rica cuando dice: "toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará
protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. No obstante ser implícitos
nadie duda que están incluidos en el art. 33. Los derechos implícitos pesen a no formar parte del
orden normativo de la constitución formal, deben reputarse incluidos en ella por las siguientes
razones:
La que proporciona el deber ser ideal del valor justicia o del derecho natural.
La que proporciona la ideología de la constitución que organiza la forma democrática de nuestro
estado respetando la dignidad de la persona, su libertad y sus derechos fundamentales.
La que proporciona el art. 33.
La que proporciona los tratados internacionales sobre los derechos humanos.
La que proporcionan las valoraciones sociales progresivas.
Señala Bidart Campos que tanto los derechos enumerados como los implícitos son derechos
"del hombre" en cuanto persona, y por eso pertenecen tanto a nacionales o ciudadanos cuanto a
extranjeros. Ello se debe a que la constitución los reconoce a los "habitantes", es decir, sin acepción
de nacionalidad o ciudadanía; además la constitución los extiende expresamente a los extranjeros en
el art. 20 (los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles del
ciudadano...); y por último los tratados internacionales prohiben discriminar.
Además esos derechos, reconocidos a todos los habitantes, obligan como sujeto pasivo tanto
al estado federal como a las provincias.
Llegamos a esta afirmación por lo siguiente:
El art. 5 prescribe que las constituciones provinciales deben estar de acuerdo con los principios,
declaraciones y garantías de la constitución federal, o sea, que además de dar recepción a la
declaración de derechos, las provincias no pueden violarla o desconocerla;
La misma titularización de los derechos en "todos los habitantes" muestra que involucra a todos
los hombres que son habitantes del estado federal, incluyendo a quienes habitan en las
provincias;
El artículo 8 extiende a los ciudadanos de cada provincia los derechos, privilegios e inmunidades
inherentes al título de ciudadano de las demás;
Los tratados internacionales de derechos humanos, tengan o no una "cláusula federal" expresa,
obligan y responsabilizan sin distinguir si es federal o unitario.
De modo que ni el estado federal ni las provincias pueden violar o desconocer la declaración
de derechos contenida en la constitución federal y en los tratados internacionales; y por eso esta
declaración rige territorialmente en todo el país -también en las provincias- y personalmente para
todos los habitantes.
Este autor agrega además que los derechos que la constitución reconoce no son absolutos
sino relativos. Ello quiere decir que son susceptibles de reglamentación y de limitación, sea para
coordinar el derecho de uno con el derecho de otro, sea para que cumplan su funcionalidad social en
orden al bien común, sea para tutelar el orden y la moral públicos, sea por razón del llamado poder
de policía, etc.
La relatividad de los derechos surge de:
El art. 14, que se refiere al goce de los mismos "conforme a las leyes que reglamenten su
ejercicio";
Al principio incito en la constitución de que la determinación de sus normas habilita la
reglamentación por parte de los órganos del poder (arts. 14 bis, 18, etc., en cuanto prevén leyes
que reglamenten derechos);
El art. 28, que consigna la reglamentación razonable;
El derecho judicial, en cuanto la jurisprudencia de la Corte Suprema tiene establecido de modo
tradicional y uniforme que no hay derechos absolutos. La relatividad tiene, no obstante, y a su
vez, su propio límite: toda reglamentación que limite a los derechos debe ser razonable,
conforme al art. 28;
Los tratados internacionales de derechos humanos también aluden a limitaciones y a deberes.
La relatividad de los derechos presta base constitucional a la teoría del abuso del derecho,
desde que dicha teoría presupone admitir que los derechos tienen o deben cumplir una función
social, lo cual no es más que reconocer que todo derecho subjetivo se ejerce en el marco de una
convivencia social donde la solidaridad impide frustrar la naturaleza social del derecho.
DERECHOS SOCIALES
DERECHOS POLITICOS
EL DERECHO ELECTORAL
Está establecido en el art. 37 de la C.N. cuando dice: "Esta Constitución garantiza el pleno
ejercicio de los derechos políticos, con arreglo al principio de la soberanía popular y de las leyes
que se dicten en consecuencia. El sufragio es universal, igual, secreto y obligatorio.
La igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres para el acceso a cargos electivos y
partidarios se garantizará por acciones positivas, en la regulación de los partidos políticos y en el
régimen electoral".
Se trata de una norma nueva, porque el texto de 1853 no contenía dispositivos explícitos
sobre los derechos políticos, más allá de los mínimos referentes al sistema electoral en las partes
destinadas a la designación de funcionarios.
Con fórmula operativa, el art. 37 garantiza directamente el ejercicio pleno de los derechos
políticos, que ya no se circunscriben al sufragio para elegir gobernantes, sino que se explayan hacia
otros aspectos en el derecho de iniciativa legislativa y en la consulta popular (artículos 39 y 40).
En cuanto al "derecho electoral", también aludido en esta norma, podemos decir que puede
ser entendido en dos sentidos:
1) Objetivamente. Es el que regula la actividad electoral en cuanto a:
El electorado (cuerpo electoral, electorado activo y electorado pasivo)
El objeto (designación de gobernantes, decisiones políticas, etc.
Los sistemas (forma de votar, Computo y control de votos, asignación de cargos, resultados,
etc.)
2) Subjetivamente: Designa la potencia de determinados sujetos para votar (derecho electoral
activo) o para ser elegidos (derecho electoral pasivo)
El electorado activo se compone por el conjunto de personas que disfrutan del derecho de
sufragio. Para ello es necesario contar con una condición jurídica indispensable que es la ciudadanía,
la que puede ser natural o adquirida por naturalización. En virtud de esta última es que los
extranjeros pueden también gozar de los derechos políticos.
El electorado pasivo se compone por los individuos que tienen capacidad política para ser
designados. En este punto nuestra constitución no contiene una norma uniforme, porque para los
distintos órganos de poder establece condiciones de elegibilidad que no pueden ser ampliadas ni
disminuidas por ninguna otra norma. En general la única condición que nuestra constitución impone
para el acceso a los empleos, es el requisito de idoneidad (art. 16) que también alcanza a los cargos
públicos electivos. Con respecto a esa idoneidad, es a los partidos a quienes les incumbe el deber y
la responsabilidad de seleccionar a los candidatos con arreglo del mismo en un doble sentido:
técnico y ético.
El art. 37 por encontrarse en la parte dogmática de la constitución, obliga también a las
provincias. Por lo que debe hacerse aplicable esa norma para el acceso a cargos electivos y
partidarios de índole local.
Este art. define a los partidos políticos como "instituciones fundamentales del sistema
democrático", con lo que esclarece dos cosas: la fundamentalidad del sistema partidario, y su
integración en y para la democracia.
B. Campos señala, en cuanto a su naturaleza jurídica, que el partido político es:
a) Políticamente, un auxiliar del estado (pues forman los órganos del poder del estado y ejercen su
poder)
b) Jurídicamente, una persona jurídica de derecho público no estatal.
Cuando el art. 38 dice la constitución "garantiza su organización y funcionamiento", esta
imputando al estado el deber de proveer las garantías consiguientes, pero lo garantizado implica,
para los partidos, el deber de dar recepción a todas las pautas cubiertas por las garantías.
En cuanto a la "representación de las minorías", hay aquí una directiva obligatoria para el
régimen electoral, que debe establecer un sistema que asegure el acceso pluralista de los partidos a
los cargos. Se trata de excluir cualquier sistema que, como el de lista completa, adjudica todos los
cargos al de un solo partido, porque en ese supuesto no se deja sitio a las representaciones
minoritarias.
Cuando se dice "Competencia para la postulación de candidatos", la palabra competencia
debe ser entendida en sus dos sentidos:
a) Hacer competencia: Ello equivale a competir tanto internamente (para la selección de
candidaturas) como externamente (entre los partidos).
b) Tener competencia: ello equivale a ser competente, o sea que los partidos tengan facultad o
habilitación para proponer al electorado sus candidatos.
En cuanto a la garantía, "al acceso y a la difusión de las ideas", es notable que ella implica la
aplicación de la libertad de expresión y de información a favor de los partidos, lo cual es necesario
para que puedan formar y divulgar opiniones públicas.
Por fin el "sostenimiento económico de sus actividades y de la capacitación de sus
dirigentes" por parte del estado, implica un señalamiento y una cobertura amplia del destino de los
recursos estatales para las organizaciones partidarias. Pero además los partidos políticos cuentan con
recursos no estatales, que con el objetivo de "controlarlos" el mismo art. obliga a dichos partidos a
hacer público el origen y el uso de sus fondos y de su patrimonio.
INICIATIVA POPULAR
El art. 39 dice: "Los ciudadanos tienen el derecho de iniciativa para presentar proyectos de
ley en la Cámara de Diputados. El Congreso deberá darles expreso tratamiento dentro del término
de doce meses.
El Congreso, con el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada
Cámara, sancionará una ley reglamentaria que no podrá exigir más del tres por ciento del padrón
electoral nacional, dentro del cual deberá contemplar una adecuada distribución territorial para
suscribir la iniciativa.
No serán objeto de iniciativa popular los proyectos referidos a reforma constitucional,
tratados internacionales, tributos, presupuestos y materia penal".
El art. 39 reconoce el derecho de iniciativa legislativa a los ciudadanos con el objeto de que
presenten el "proyecto de ley" en la Cámara de Diputados que viene a ser Cámara de Origen.
Además se procura evitar que el derecho de iniciativa quede en una mera propuesta, por eso
obliga al congreso a conferirle tratamiento dentro del termino de doce meses.
El mismo art. establece que los proyectos de ley presentados en ejercicio de la iniciativa
popular no pueden versar sobre: reformas de la constitución, tratados internacionales, tributos,
presupuesto ni legislación penal.
Por último este art. establece que el congreso tiene la obligación de dictar la ley
reglamentaria para el ejercicio de ese derecho y prescribe algunas pautas: esa ley requiere el voto de
la mayoría absoluta sobre el total de los miembros de cada cámara y no puede exigir más del tres
porciento del padrón electoral.
CONSULTA ELECTORAL
Art. 40 El Congreso, a iniciativa de la Cámara de Diputados, podrá someter a consulta
popular un proyecto de ley. La ley de convocatoria no podrá ser vetada. El voto afirmativo del
proyecto por el pueblo de la Nación lo convertirá en ley y su promulgación será automática.
El Congreso o el presidente de la Nación, dentro de sus respectivas competencias, podrán
convocar a consulta popular no vinculante. En este caso el voto no será obligatorio.
El Congreso, con el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada
cámara, reglamentará las materias, procedimientos y oportunidad de la consulta popular.
La norma establece dos clases de consulta:
1) Vinculante (voto obligatorio): pertenece a la Cámara de Diputados y tiene como objeto
presentar un proyecto de ley al veredicto del pueblo, entendiendo que se trata de quienes tienen
el derecho de sufragio.
Es aquí donde la constitución otorga un papel preponderante a la decisión de la Cámara de
Diputados: ella sola puede impulsar la ley de convocatoria para disponer la consulta, esa ley de
convocatoria produce efectos automáticamente por si misma, porque esta prohibido el veto del
poder ejecutivo. Y a ello se suma que el voto afirmativo del pueblo convierte en ley al proyecto
sometido a consulta y la promulgación de tal proyecto también es automática. De modo que se libera
de toda intervención objetora del poder ejecutivo, haciendo excepción a la regla de que su
participación es necesaria para componer el acto complejo de la ley.
2) No vinculante (voto voluntario): la decisión convocatoria es del congreso y también del
presidente pero dentro de la competencia de cada uno. Ello significa que el congreso o el
presidente convocará a consulta cuando se trate de una materia que es de su competencia.
Cuando esa materia es de competencia de ambos a la vez, cualquiera de los dos órganos puede
impulsar la convocatoria.
Por último si bien la norma no lo alude, la doctrina entiende que las materias sustraídas para la
iniciativa legislativa (art.39) rigen también para la consulta popular. O sea que reforma
constitucional, tratados internacionales, tributos, presupuesto y materia penal no pueden ser
objeto de consulta popular.
OTROS DERECHOS
Derechos Civiles
Son los que actualmente se denominan derechos de Primera Generación, porque son los que
aparecieron en la etapa del constitucionalismo moderno a fines del siglo XVIII. Cabe aclarar que los
derechos civiles que la const. reconoce a los ciudadanos argentinos también son reconocidos para
los extranjeros. Ello por disposición del art. 20 de la C.N. cuando dice: " Los extranjeros gozan en
el territorio de la Nación Argentina de todos los derechos civiles del ciudadano;..."
Entre los derechos civiles que nuestra constitución reconoce podemos mencionar a los establecidos
en el artículo 14 de la misma, entre ellos encontramos:
Libertad de Asociación.
Según Linares Quintana es el derecho del individuo a unirse con otros individuos para la
realización común de un fin de índole político, económico, científico, religioso, benéfico, etc.
Principios doctrinarios:
1) El objeto de la asociación puede ser múltiple, pero debe tender siempre al bien común.
2) El derecho de asociación está restringido por la libertad del individuo.
3) Debe ejercerse dentro de los propósitos de la constitución de lo contrario sería inconstitucional e
ilegal.
Las asociaciones sindicales o profesionales tienen notable influencia y un creciente
desarrollo dentro de la vida político-constitucional del país, y muchas veces son verdaderos grupos
de presión.
Los gremios son asociaciones de hecho, al cual se ingresa por el solo hecho de elegir un
trabajo y se distinguen de los sindicatos en razón de que para sindicalizarse, los trabajadores deben
elegir el grupo político-gremial que los representará en defensa de sus derechos sociales.
Derecho de comerciar
Es la facultad de intercambiar o traficar mercaderías en forma onerosa, es decir, con el fin de
obtener ganancias. Un aspecto de la libertad de comercio es la libertad de circulación de mercaderías
en todo el territorio nacional: no se les puede aplicar ningún impuesto por el hecho de transitar de
una provincia a otra (art. 11). Pero una vez que los paquetes que contienen la mercadería son
abiertos en una provincia, ésta puede cobrar impuesto sobre las operaciones internas que se realicen
en su territorio. La libertad de comercio puede ser sometida a múltiples restricciones, por razones de
seguridad (sistema de pesas y medidas o identificación de mercaderías). Conviene recordar aquí que
la reforma constitucional de 1994 incluye expresamente los derechos de los usuarios y/o
consumidores, los cuales constituyen un valioso acotamiento a la actividad de comerciantes e
industriales.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Esta no se agota en la prensa y en los medios distintos de ella abarcando otros aspectos
fundamentales:
a) La libertad de información que importa el acceso libre a las fuentes de información, la posibilidad
de recoger noticias, trasmitirlas y difundirlas, y de resguardo razonablemente en el secreto la fuente
donde esas noticias se han obtenido. Esta libertad obliga a puntualizar que:
* El estado no puede cohibir ni monopolizar las fuentes de información.
* El periodismo no debe soportar restricciones en el acceso a dicha fuente.
* El público en general tiene derecho a que las mismas fuentes sean abiertas, públicas,
veraces y accesibles.
c) El derecho al Silencio o a no Expresarse se vincula con el secreto profesional (del sacerdote, del
medico y del abogado).
e) La expresión por radio y televisión tiene la misma prohibición de censura previa que la prensa
escrita, aunque así no lo sostenga el derecho judicial (para la corte las expresiones por radio y T.V.
tiene una protección más débil y atenuada que la libertad de prensa.
f) Los contenidos humorísticos, cómicos y de entretenimiento, etc. hacen parte de la libertad de
expresión, pero sea que se viertan a través de la prensa escrita, como de programes radiales o
televisivos.
h) El derecho de replica, también denominado en el pacto de San José de Costa Rica como de
rectificación y respuestas, protege a las personas frente a informes inexactos o agraviantes que se
difunden públicamente a través de los medios de comunicación masiva.
i) La Expresión simbólica suele reconocerse como una forma más de expresión. Se trata de
situaciones en que una persona expresa algo mediante una actitud externa, o una conducta, un
símbolo, por ej. desplegar o quemar una bandera; romper la cédula de convocatoria militar; ponerse
de pie o quedarse sentado cuando se toca el himno nacional; escupir una imagen o efigie. Falta todo
elemento verbal o escrito, pero no la conducta expresiva.
Otro art. de la constitución que se refiere a la libertad de prensa es el 32. Según dicha norma,
"el Congreso federal no puede dictar leyes que restrinjan la libertad de imprenta y que establezcan
sobre ella la jurisdicción federal".
Interpretando la primera parte del precedente art. "el Congreso no puede dictar leyes que
restrinjan la libertad de imprenta..", se observa que lo que se prohibe es restringir y lo que protege es
la libertad de imprenta.
Siguiendo a Bidart Campos y a la corriente que interpreta que lo prohibido es la restricción
pero no la regulación razonable, y que por ello el congreso puede legislar sobre prensa a condición
de que lo haga en función de la regla de razonabilidad, sin incurrir en restricciones arbitrarias.
La segunda parte del art. 32 estipula que tampoco el congreso establecerá sobre la libertad de
imprenta la jurisdicción federal. Con ello establece que la legislación sobre imprenta no será
aplicada por tribunales federales.
a) Hasta 1932 la corte inhibía la jurisdicción de los tribunales federales en causas por delitos de
prensa. Durante toda esa etapa, la incompetencia de la justicia federal se consideró absoluta y total,
cualquiera fuera la índole del delito cometido por medio de la prensa o la investidura de la víctima
por él afectada.
b) En 1932 la jurisprudencia sufre un cambio importante, y acepta la jurisdicción de los tribunales
federales con carácter de excepción cuando se trata de delitos comunes cometidos por medio de la
prensa que afectan al estado federal, al gobierno federal, etc. O sea que siempre que está en juego un
"bien jurídico de naturaleza federal", el juzgamiento del delito que lo ofende incumbe a los
tribunales federales.
c) En 1970 la Corte falla el caso "Batalla Eduardo J." e imprime un giro total a su derecho judicial.
DERECHO DE REPLICA
Concepto
El derecho de réplica es la facultad que tiene toda persona de contestar por el mismo medio,
una referencia o información relativa a un hecho suyo, injusta, ofensiva o errónea y susceptible de
afectar su reputación personal o alguna de sus creencias fundamentales, efectuada por medio de la
prensa.
La procedencia del derecho de réplica, puede examinare desde las siguientes reflexiones:
a) La respuesta o rectificación a que da lugar, exterioriza un modo de ejercicio de la misma libertad
de prensa y se entiende que es independiente del ejercicio de las acciones civiles o penales que
podría utilizar el afectado;
b) El tipo de información, sobre cuya base se fundamenta el derecho de réplica, debe referirse
directamente al presunto afectado o aludirlo de tal modo, que resulte fácil su individualización.
c) El derecho de réplica no comprende la posibilidad de abrir un debate en el que por extensión,
cada habitante de la Nación podría rebatir las ideas que se expongan en un determinado medio de
difusión.
d) Para dar lugar al ejercicio del derecho de réplica, el hecho sobre el que se produce la información
debe ser injusto, objetivamente ofensivo o erróneo, inexacto y desnaturalizado, sea desde el punto de
vista formal o desde el punto de vista intelectual.
El derecho de réplica fue elaborado en Francia durante la última década del siglo XVIII, hasta
que en 1822 fue sancionada una ley que imponía a los propietarios de los periódicos la obligación de
insertar dentro de los tres días de su recepción, la respuesta de toda persona que hubiera sido
nombrada en un impreso, bajo apercibimiento de la aplicación de una multa.
En nuestro país, se registran numerosos proyectos de leyes. En el orden local, las provincias
que contienen el derecho de réplica incorporado a sus propias constituciones son las de: Catamarca,
Jujuy, La Pampa, Neuquén, Salta, San Juan y Santiago del Estero, mientras que en la provincia de
Tucumán, la constitución reformada en 1990 establece en su artículo 29 que no se podrá imponer a
los medios de publicidad, el deber de recepción de réplicas de personas que se sientan afectadas por
ellos.
El art. 75 inc. 22 de la C.N. vigente por obra de la reforma de 1994, enumera once
instrumentos internacionales a los que otorga la misma jerarquía que la de la constitución y entre
ellos menciona, la "Convención Americana sobre Derechos Humanos" (Pacto de San José de Costa
Rica), que consagra en su artículo 14 el derecho de rectificación o respuesta, estableciendo en su
primer párrafo: "Toda persona afectada por afirmaciones inexactas o agraviantes emitidas en su
perjuicio, a través de medios de difusión legalmente reglamentados y que se dirijan al público en
general, tiene derecho a efectuar por el mismo órgano de difusión su rectificación o respuesta en las
condiciones que establezca la ley". Y en el inciso 2°, se aclara que la rectificación o respuesta no
exime de otras responsabilidades
legales .
La doctrina nacional está dividida con respecto a la vigencia efectiva de este derecho.
Superando tal controversia la Corte Suprema, falló en el caso "Ekmekdjián Miguel A. vs Sofovich
Gerardo y otros" en el que aplicó como derecho vigente la norma del Pacto de San José de Costa
Rica.
LIBERTAD DE CULTOS
Ese derecho es relativo como todos y por lo tanto es susceptible de reglamentación. Sus
límites son los que derivan del artículo 19 de la C.N.:
a) el status preferente de la Iglesia Católica que deriva del art. 2;
b) la moral pública: o sea la moral media. Así por ej. no sería admisible un culto que implique
exteriorización de actos obscenos;
c) el orden público; o sea el conjunto de condiciones fundamentales de vida social instituidas en
una comunidad jurídica, las cuales, por afectar centralmente a la organización de ésta, no
pueden ser alteradas por la voluntad de los individuos ni, en su caso, por la aplicación de
normas extranjeras. Si un culto altera el orden público el estado tendrá que intervenir;
d) los derechos de terceros: pues el culto tiene que respetar igualmente los derechos de los demás.
Por ej. tampoco es admisible un culto que implique manipulación de imágenes de otros cultos.
El ejercicio interior e individual del culto, está sólo reservado a Dios y excento de la autoridad
de los magistrados, si ese culto se exterioriza, ya tiene derecho a intervenir el Estado Argentino para
que no altere el Orden ni la Moral Públicos, ni tampoco Derechos de terceros. El Estado tiene
derecho a reprimir cuando se viola la ley. Por Ej: los Testigos de Jehová no saludan símbolos patrios
en virtud de sus principios religiosos, la República Argentina los acepta y ampara en su Constitución
y cuando no muestra respeto por los símbolos patrios (en los casos exigibles) los sanciona. La
sanción no es por pertenecer a esa religión sino por viola un deber impuesto a todo habitante de la
República, sea Católico, protestante, etc.
No hay que interpretar que en virtud del art. 2 la Iglesia Católica sea una iglesia oficial, ni
que sea una religión de estado. Si debemos aceptar la "preeminencia" de al Iglesia Católica, lo que
significa que la relación de la República Argentina con ella es diferente a la que mantiene con los
demás cultos e iglesias, porque cuenta con un reconocimiento especial.
El art. 2° tampoco quiere establecer como una obligación del gobierno federal la de
subsidiar económicamente al culto católico, como lo interpretó parte de la doctrina. Pues, en primer
lugar, "sostener" no significa "contribuir" o "pagar". En segundo término, estaría muy mal ordenado
metodológicamente dicho artículo, pues en tal caso debería estar ubicado después del art. 4° que se
refiere a la formación del tesoro nacional. "Sostener", en cambio, quiere decir dos cosas:
a) la unión moral del estado con la Iglesia: lo que significa que entre la Iglesia Católica y el estado
debe existir una relación de cooperación, con autonomía de una y otro en el ámbito de las
competencias respectivas, y con reconocimiento estatal de la órbita del poder espiritual propio de la
Iglesia; y
b) el reconocimiento de ésta como persona jurídica de derecho público (no estatal) de acuerdo al
art. 33 del Cod. Civ. Como tal la Iglesia Católica está exenta de impuestos respecto de los bienes
destinados al culto (no así los propios, con los que puede lucrar).
El sostenimiento del culto católico mas que económico es espiritual (lo que implica recocer a
éste como el culto predominante). Por su parte, la contribución económica del estado a la Iglesia,
que no es obligación impuesta por la constitución, tuvo una razón histórica muy distinta: compensar
precariamente a la Iglesia de la expoliación de bienes que sufrió con la reforma de Rivadavia.
Por último, cuando el art. 2 dice que "el gobierno federal sostiene...'' hemos de interpretar
que el sostenimiento está a cargo del "estado" federal, y que la ha de cumplir el "gobierno" que
ejerce su poder y que lo representa. Es útil hacer esta aclaración porque hay quienes entienden que
estando asignado "únicamente" al gobierno federal el deber de sostenimiento, la cláusula no obliga a
las provincias ni a los gobiernos provinciales. A la inversa, si sostenemos que el art.. 2" impone una
obligación al "estado" federal, ésta se traslada a las provincias por imperio de los arts. 5 y 31, y
descartan e invalidan la fórmula de "laicidad" en las constituciones provinciales. Por lo que las
normas provinciales que no se ajustan a la confesionalidad de la constitución federal son
inconstitucionales.
ESTADO DE SITIO
CONCEPTO. DOCTRINA.
La vida del Estado, como la del individuo, está sometida a vicisitudes, haciéndose necesario
que, ante determinadas circunstancias, las autoridades puedan ampliar la órbita de sus facultades,
aún a costa del "descaecimiento" de las garantías de la libertad individual.
Cuando la paz y la tranquilidad social puedan encontrarse perturbadas por conmociones
internas o por graves conflictos internacionales, surge la necesidad imperiosa de salvar el orden
constitucional y la existencia nacional. Se trata, entonces, de adoptar las medidas adecuadas al logro
de esos fines, cuya legitimidad no puede ser controvertida. El remedio previsto por la Constitución
para cuando una conmoción interior o un ataque exterior, pongan en peligro su ejercicio o la
estabilidad de las autoridades, se llama "estado de sitio".
El ESTADO DE SITIO es un instituto de emergencia previsto por la constitución que amplia
la órbita de facultades de la autoridad y suspende la vigencia de las ciertas garantías
constitucionales en razón de una conmoción interior o ataque exterior que ponga en peligro su
ejercicio o estabilidad de las autoridades.
Es una institución extraordinaria jurídica- política.
Extraordinaria: porque corresponde a casos excepcionales (conmoción interior - ataque
extranjero)
Jurídica: porque tiene que ejercerse dentro del derecho.
Político: porque tiene contenido político por lo que no es judiciable.
Emergencias son situaciones anormales o casos críticos que, previsibles o no, resultan
extraordinarios y excepcionales.
Toda la doctrina está de acuerdo en la necesidad de que ese instituto no tenga efectos tan
amplios que desnaturalice o suspenda la vigencia de la Constitución, ni tan reducidos que pierda la
eficacia que la emergencia reclama.
Bidart Campos señala que el Estado de Sitio como instituto de emergencia responde a los
siguientes principios:
- No suspende la vigencia de la Constitución
- Tampoco destruye ni debilita la división de poderes, cuyos órganos y funciones subsisten
plenamente.
- Se pone en vigor para defender la Constitución y las autoridades creadas por ellas.
Análisis:
La causa determinante de la declaración del estado de sitio puede ser una conmoción
interior o un ataque exterior. Pero como lo señala Bidart Campos, ninguna de ambas emergencias
configura por sí sola causa suficiente si faltan los recaudos que tipifican la norma. Así, para que el
ataque exterior y la conmoción interna permitan declarar el Estado de Sitio es menester que:
a) Cada una de ellas ponga en peligro el ejercicio de la constitución y de las autoridades
creadas por ella (cuando decimos autoridades nos referimos tanto a las nacionales como a
las provinciales ya que también son creadas por la Constitución).
b) Produzca perturbación al orden.
En cuanto al lugar donde puede ponerse en vigor el Estado de Sitio es en todo el territorio o
en parte de el; así lo da a entender el art. 23 cuando dice: "se declarará en estado de sitio la
provincia o territorio donde exista la perturbación del orden.
La declaración del estado de sitio es competencia privativa y exclusiva del gobierno federal
(las provincias no pueden declararlo en sus jurisdicciones locales).
Cuando la causa radica en el ataque exterior el Estado de Sitio debe ser declarado por el
poder ejecutivo con acuerdo del senado (art. 99 inc.16). El acuerdo debe darlo el senado porque le
atañe todo lo que se refiere a relaciones exteriores, es función especifica del senado por eso es que
actúa como consejero de estado, prestando su acuerdo. En caso de receso del congreso se convoca a
sesiones extraordinarias (art. 99 inc.9).
Cuando la causa radica en la conmoción interior, el Estado de Sitio debe ser declarado por el
congreso (art.99 inc.16), si el congreso esta en receso, el poder ejecutivo, correspondiendo al
congreso aprobarlo o rechazarlo (art. 75 inc. 29).
El acto declarativo del Estado de Sitio es de naturaleza política, ya sea el Congreso o el P.
Ejecutivo quien lo realice. Para Bidart Campos su naturaleza política no implica su no
judiciabilidad. Sin embargo la Corte ha sentado que ni el acto declarativo ni la duración o
subsistencia del Estado de Sitio son revisables judicialmente pero sí las medidas concretas que se
adoptan, controlándose su razonabilidad.
En lo que se refiere a los efectos podemos que el estado de sitio provoca la "suspensión de
las garantías", sobre lo cual se han elaborado distintas teorías:
a) Suspensión amplia de todas las garantías, incluyendo en el vocablo "garantías" a los derechos en
su totalidad. Según esta teoría se suspenderían todas sin excepción, porque no habría fundamento
para excluir algunas de ellas según los términos del art. Se trata de una interpretación gramatical.
A esta teoría se le ha replicado que, de ser constitucionalmente exacta, permitiría durante el estado
de sitio confiscar la propiedad, expropiar sin indemnizar, tramitar procesos judiciales sin respetar el
debido proceso y la defensa en juicio, obligar a declarar contra sí mismo, etc.
b) Suspensión amplia de todas las garantías, pero sometiendo las medidas restrictivas a control
judicial de razonabilidad cuando quien soporta una limitación la impugna judicialmente, con una
única retracción: no son judiciables las medidas que recaen sobre la libertad corporal (o sea, el
arresto y el traslado de personas), salvo que con ellas se aplicara una pena o se negara el derecho de
opción para salir del país.
c) Suspensión restringida y única de la libertad corporal, que puede afectarse por arresto o traslado
de las personas; todos los otros derechos escapan a cualquier medida restrictiva. De modo que solo
suspendería la garantía de la libertad física, lo cual tampoco es exacto por que no se trata de que el
Habeas Corpus se suspenda ya que el presidente cuando ordena el arresto, lo hace también en
calidad de autoridad competente (art. 18 de la C.N.). Pero, claro que, si se ejerciera la facultad sin
causa constitucional si procedería el Habeas Corpus.
d) Suspensión limitada de las garantías, para afectar solamente el ejercicio de aquellos derechos que
resulte incompatible con los fines del estado de sitio, más el control judicial de razonabilidad cuando
se impugna una medida determinada, a efectos de verificar si se ha cumplido o no la regla antes
señalada. Esta es la tesís que se llama teoría de la finalidad y es la más razonable.
En cuanto a las posibles medidas restrictivas que sobre los derechos y garantías se aplican
en virtud del Estado de Sitio son reputados por la doctrina como medidas de seguridad, puesto que
expresamente el art. 23 prohibe al presidente condenar por sí o aplicar pena.
Por último, en lo que se refiere a la duración temporal de dichas medidas, resulta evidente
la transitoriedad excepcional del instituto por lo que su duración ha de ser breve. En el caso de las
privaciones de libertad corporal que se prolongan durante mucho tiempo, se convierten en penas y
por ende son inconstitucionales. La corte ha sentado el principio de que la duración de estas medidas
pueden ser sometidas a control judicial de razonabilidad (caso Granada 3 de Dic. de 1985).
LEY MARCIAL
Es la que por implantación del Estado de sitio, transfiere a la autoridad militar funciones de
competencia de la autoridad civil, generalmente para hacer frente a situaciones de desorden
público.
González Calderón señala que el fundamento de la Ley Marcial es la "necesidad de obrar expedita y
eficazmente en defensa del honor o la integridad de la patria, obteniendo la más plena realización de
los fines de la guerra". En su opinión, la Constitución autoriza la ley marcial y señala las siguientes
razones:
a) La ley marcial entra dentro de los poderes de guerra del gobierno federal. La Constitución prevé
el estado de guerra en que puede encontrarse la Nación por agresión y la necesidad de mantener
el honor del país.
b) El Presidente de la República "es comandante en Jefe de las fuerzas de mar y tierra" y en tal
carácter, "dispone de las fuerzas militares, marítimas y terrestres y corre con su organización y
distribución según las necesidades de la Nación". Si se le ha acordado la facultad de hacer la
guerra, también implícitamente tiene todos los medios de llevarla a cabo.
c) En cuanto a la aplicación de la ley marcial, debe hacerse una distinción para las especies de
guerra que puede haber: guerra internacional, guerra civil y guerra civil internacional.
d) Cuando se trata de una simple guerra civil no puede aplicarse dicha ley porque nuestra
Constitución en caso de conmoción interior ha previsto el estada de sitio.
e) En cambio si es el caso de una guerra internacional o de una guerra civil internacional, se
justifica el imperio de la 1ey marcial.