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Desempolvar el corazón

La domesticación que la sociedad ejerce sobre nosotros es tan brutal que, si no tenemos
cuidado, de pronto podemos encontramos funcionando como el 95% de la población,
anestesiados profundamente. Solo el cuestionamiento puede salvarnos, tan solo creer que las
cosas pueden ser distintas, que tu vida puede ser lo que quieras que sea, puede evitar que
caigamos en un sueño profundo de por vida. Cuando dices “Ni modo, así son las cosas, no
hay de otra” te engañas a ti mismo y te niegas la posibilidad de descubrir cosas nuevas en
aquella rutina que llamas vida.

Es indispensable desempolvar el corazón, inventarse otro horizonte prometedor, por mas que
las circunstancias nos obliguen a pensar que todo esta perdido o que no tenemos otra opción.
Es necesario recordar el cobijo que padre universo nos sigue brindando, el impulso de la vida
es nuestro aliado, el cosmos esta al pendiente de nuestro crecimiento, solo hace falta dar el
primer paso. Creer que las cosas pueden ser diferentes es, automaticamente, elaborar un
panorama diferente. Una simple decisión abre un abanico infinito de posibilidades. Que no se
te olvide gozar, brindar, abrazar, reir, llorar… que no se te olvide sentir. No dejes que el trafico y
las aglomeraciones te oxiden, que los políticos corruptos, con sus acciones, te hagan creer
que el mundo es despiadado. No permitas que las atrocidades que generan la guerra te hagan
sentir decepcionado por tu especie, por esta frágil, inocente y maravillosa humanidad. No
atiendas discursos que contradigan tu idea del mundo, no apoyes ideas que debiliten las
creencias positivas que tienes de ti mismo, absolutamente nadie tiene la verdad, ni sobre ti, ni
sobre el mundo que te rodea. No pierdas la esperanza, ten confianza de que siempre esta
pasando lo mejor. Todos los días nuestro entorno nos empuja a hacer, a creer y a pensar cosas
que son parte de una sociedad que ha quedado en el pasado. Estas guerras, estos conflictos
religiosos, esta estúpida corrupción, esta intolerancia, esta política, esta paranoia colectiva,
este sistema que compite, son vestigios de un edificio de creencias que ha quedado en el
pasado y que todavía no se da cuenta del futuro que nos espera una vez que nos hayamos
desprendido de estas inútiles cadenas, le quedan pocos engranes a esta oxidada chatarra.
Este mundo vuelve a despertar cada vez que alguien dice “Estoy hasta la madre de no poder
ser quien realmente soy”, esta vida pulsa mas fuerte que nunca. Te toca despertar, te toca
regalarle esperanza a la humanidad, ha llegado nuestro turno de romper con nuestros
paradigmas y construir una nueva raza.

Sebastián Luna

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