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Universidad ORT Uruguay

Facultad de Administración y Ciencias


Sociales

Análisis de la Coyuntura
Internacional
Trabajo Final: ¿Cuál ha sido el proceso de
incorporación de los temas de género en la agenda
internacional del desarrollo desde la década del ´50 hasta
la actualidad?

Natalia Olivencia 195419

Profesora María Marta Bianchi


2017

  1  
ÍNDICE  
 

1. INTRODUCCIÓN   3  
 

2. ¿QUÉ ES EL DESARROLLO?   4  
 

3. LOS MODELOS Y ENFOQUES DE DESARROLLO   5  


3.1. MODELO DE CRECIMIENTO ECONÓMICO   5  
3.2. MODELO DE NECESIDADES BÁSICAS   6  
3. 3. MODELO DEL DESARROLLO HUMANO   7  

4. EL MARCO JURÍDICO INTERNACIONAL   8  


4.1. CONFERENCIA DE MÉXICO   8  
4.2. LA CEDAW   9  
4.3. CONFERENCIA DE COPENHAGUE   10  
4.4. CONFERENCIA DE NAIROBI   10  
4.5. CONFERENCIA DE BEIJING   11  
4.6. OBJETIVOS DEL MILENIO   11  

6. CONCLUSIÓN   12  

7. BIBLIOGRAFÍA   13  

  2  
1. Introducción
De acuerdo a los datos del Banco Mundial, para el año 2016, las mujeres representaban
el 49,5% de la población mundial1, lo que signfica también que representaban casi la
mitad de su potencial. Aún así, a pesar de los esfuerzos realizados durante más de medio
siglo por las distintas organizaciones civiles y gobiernos alrededor del mundo, con el fin
de erradicar la desigualdad de género, ésta persiste hasta nuestros días.

En palabras de la Unesco, la igualdad de género se define como “la existencia de una


igualdad de oportunidades y de derechos entre las mujeres y los hombres en las esferas
privada y pública que les brinde y garantice la posibilidad de realizar la vida que
deseen”2. Basta sólo con analizar las condiciones internas del país en el que cada uno
de nosotros vive, para dar cuenta que la igualdad efectiva entre hombres y mujeres
continúa siendo un objetivo en vez de una realidad en todo el mundo. La desigualdad
que las mujeres sufren a raíz de relaciones asimétricas de poder se cristalizan en todas
las dimensiones posibles, ya sea económica, política, social, cultural o incluso ética.

La desigualdad entre hombres y mujeres ha formado parte de la Agenda Internacional


de Desarrollo desde los años setenta, año declarado como la Primera Década de las
Naciones Unidas para la Mujer. A pesar de la continuada situación de vulnerabilidad de
las mujeres, si se revisa el proceso histórico de incorporación de los aspectos de género
en la Agenda de Desarrollo, podemos constatar un importante progreso, que ha
permitido considerar la igualdad entre hombres y mujeres como un objetivo y estrategia
de desarrollo, así como parte integral de los derechos humanos fundamentales.

En este contexto es que en el siguiente ensayo se evaluará el proceso de inclusión de


estos temas en la Agenda de Desarrollo, mediante el estudio de los distintos enfoques y
modelos que se han utilizado desde la década del cincuenta, y los diferentes
instrumentos jurídicos que ratifican estos cambios a nivel internacional.

                                                                                                                       
1
Banco Mundial. [Consultado el 25 de julio de 2017]. Disponible en
http://data.worldbank.org/indicator/SP.POP.TOTL.FE.ZS
2
UNESCO. “Indicadores UNESCO de Cultura para el Desarrollo: Manual Metodológico”.2014.
[Consultado el 25 de julio de 2017]. Disponible en
http://es.unesco.org/creativity/sites/creativity/files/digital-library/cdis/Iguldad%20de%20genero.pdf    

  3  
2. ¿Qué es el Desarrollo?
Lo primero a considerar antes de estudiar los distintos modelos de desarrollo y el papel
de las mujeres en cada uno de ellos, es el concepto en sí mismo de desarrollo. Definirlo
no es una tarea sencilla, dado que es un concepto polisémico y polémico, que varía
dependiendo del contexto en el que se utilice. Sin embargo, es sabido que la palabra
desarrollo tiene una connotación positiva que implica “progresar, crecer, avanzar o
mejorar”3. De este modo, puede decirse que el desarrollo es el proceso mediante el cual
una comunidad progresa y crece en todos los aspectos societarios, ya sea; económicos,
culturales, sociales o políticos.

Son varios académicos e investigadores los que ubican al surgimiento del concepto de
desarrollo como tal, en el período inmediato a la finalización de la Segunda Guerra
Mundial. Sin duda, no fue en este momento que se inventó a la palabra, sino que como
expresa Carrizosa “El auge y uso masivo de la palabra desarrollo es relativamente
reciente; antes de la Segunda Guerra Mundial se la utilizaba con un sentido muy
distinto”4. En este contexto es que se considera al discurso inaugural del Presidente
Harry Truman pronunciado el 20 de enero de 1949, como el hito fundacional de este
nuevo concepto. En estos tiempos, como se verá a continuación, el desarrollo estaba
enmarcado dentro de las teorías de la modernización.

En base a esto y a lo que se verá a lo largo de este trabajo es que entendemos al


desarrollo como lo opuesto a un concepto cerrado y único, sino que justamente se trata
de un proceso de cambio, impulsado por las condiciones económicas, políticas y
sociales del momento, y por las diferentes voces presentes en cada contexto, que a su
vez, tiene como objetivo lograr el disfrute de los derechos humanos fundamentales y
debe de estar orientado hacia la defensa del bien común. En esta línea es que el
desarrollo es un proceso de construcción social y colaborativa, con miras a mejorar la
calidad de vida de todos los hombres y mujeres, y del planeta en si mismo.

                                                                                                                       
3
Definición de desarrollo, desarrollar y progreso . Diccionario de la Real Academia Española.
Consultado el 20 de mayo de 2017. Disponible en http://dle.rae.es/?id=DgIqVCc
4
MASULLO, Juan. “El desarrollo como discurso y el crecimiento como mito”. En Pontificia
Universidad Javeriana, 2010. [Consultado el 25 de julio de 2017]. Disponible en
http://www.javeriana.edu.co/biblos/tesis/csociales/tesis152.pdf    

  4  
3. Los modelos y enfoques de desarrollo
En este apartado se recorrera el camino histórico de los distintos modelos de desarrollo,
comenzando desde la década del cincuenta, cuando surge el concepto, hasta la adopción
del enfoque “Género en el Desarrollo” en la década del noventa. Esta breve exposición
histórica tiene como objetivo, no solamente explicar a que nos referimos cuando usamos
la palabra desarrollo, sino que también nos muestra como ha habido un creciente
reconocimiento de que la mujer es una pieza clave para alcanzar el desarrollo de los
estados.

3.1. Modelo de crecimiento económico


Como se dijo anteriormente, las primeras teorías de desarrollo surgen tras la Segunda
Guerra Mundial, y lo que es común a todas ellas, es que priorizan a la dimensión
económica por encima de cualquier otra. Desde este punto de vista, el desarrollo se
concebía como el equivalente al crecimiento económico, tanto de los países como de las
personas, y era medible a través del Producto Bruto Interno de cada estado. De este
modo, “el crecimiento económico se convertía no solo en el medio para alcanzar el
desarrollo, sino en el fin del desarrollo mismo”5.

Este modelo se fundamentaba sobre la premisa de que una mayor producción


conllevaba a un incremento del Producto Bruto Interno del país, y por tanto eso
significaría un aumento de la renta que sería distribuida por el propio mercado a través
de un sistema de filtración por goteo, esto es, primero cubriendo a los estratos
superiores y luego a los inferiores, y el resultado de todo esto era un mayor bienestar
económico para toda la población.

Por añadidura, este modelo de desarrollo surge y se moldea a partir de los procesos de
modernización occidentales, específicamente anglosajones. Como consecuencia, la idea
de desarrollo suponía que los estados no desarrollados o en vías de, debían transitar el
camino ya recorrido por los países desarrollados. De este modo, se establecía una
concepción lineal de la historia, puesto que veían al desarrollo como una sucesión de
etapas; el subdesarrollo de los estados era vista como la etapa anterior al desarrollo.

                                                                                                                       
5
PÉREZ VENTURA, Juan. “Introducción al concepto de desarrollo”. En El Orden Mundial, 2015.
[Consultado el 25 de julio de 2017]. Disponible en http://elordenmundial.com/2015/01/09/introduccion-
al-concepto-de-desarrollo/

  5  
En lo que refiere al papel de las mujeres, este primer modelo intensifica la división
sexual del trabajo, en tanto se reafirman los papeles que cada uno de los sexos debía
cumplir en la sociedad. En el caso del hombre, éste asumía un rol productivo mientras
que la mujer exclusivamente asumía el rol reproductivo y de cuidados de su núcleo
familiar. Consecuentemente, las mujeres eran vistas como “beneficiarias pasivas del
desarrollo”6, dado que no participaban activamente de los procesos de modernización.

3.2. Modelo de Necesidades Básicas


Al inicio de la década del 70 nos encontrábamos con un modelo muy distinto, que se
origina como consecuencia del fracaso del modelo anterior. A grandes rasgos, se
destacan dos críticas sustanciales que se le realizaban al modelo de desarrollo pasado;
por un lado se lo criticaba no sólo por no lograr el crecimiento económico sostenido que
se esperaba de los países del Tercer Mundo, pero por agravar la situación de los
mismos, en palabras de Ana Inés López Acotto “las llamadas vías de desarrollo
comenzaban a mostrarse ... como vías hacia un subdesarrollo mayor”7. Por el otro lado,
se descubrió que este modelo de desarrollo estaba incidiendo negativamente sobre las
mujeres del Tercer Mundo, puesto que estaba incrementando la brecha de participación
en el mercado laboral entre hombres y mujeres. Esto se debía a que las mujeres cada vez
tenían menos oportunidades de acceder a una educación adecuada, por tanto sus
posibilidades de conseguir un trabajo remunerado disminuían.

Es en este contexto es que surge el modelo de las necesidades básicas, con el objetivo
de superar los problemas que los otros modelos no habían logrado resolver. Este modelo
se focalizaba en cuestiones como el desempleo, la pobreza o la desnutrición, las que
hasta entonces habían sido desatendidas, bajo el fundamento de que se superarían como
consecuencia del crecimiento económico. Para superar estos problemas, se requería que
el Estado garantizara la satisfacción de un stock de necesidades consideradas como
básicas para la subsistencia del ser humano, como lo son la salud, la educación, el
empleo, la vivienda, el medio ambiente y la alimentación.

Bajo este modelo, es que se comienza a visualizar el papel clave que las mujeres
cumplían en el desarrollo. Se reconoció que éstas habían sido, hasta ahora, excluidas del
                                                                                                                       
6
LÓPEZ ACCOTTO, Ana Inés. Género y Desarrollo: el círculo vicioso de la interdependencia desigual.
En Biblioteca de Ciudades para un Futuro más Sostenible. Boletín CF+S 7. Madrid, 1997. Consultado el
20 de mayo de 2017. Disponible en http://habitat.aq.upm.es/boletin/n7/aalop.html
7
Ibídem  

  6  
mismo, y que éste solamente podría ser exitoso y sostenible a largo plazo si se
consideraba el trabajo realizado por ellas. Como consecuencia, surge el enfoque Mujer
en el Desarrollo (MED), que coloca a las mujeres como el centro del problema, y busca
incorporarlas, de forma funcional, a una estrategia de desarrollo ya establecida. Este
enfoque emerge oficialmente a inicios de la década del 70 tras la publicación de la obra
pionera en este tema; “El Rol de la Mujeres en el Desarrollo Económico”, escrita por de
Esther Bosserup. La importancia de este libro radicaba en que por primera vez se
remarcaba la división sexual del trabajo, aplicado al caso de la agricultura, y a su vez, se
analizaba el impacto que tenía la modernización sobre hombres y mujeres por desigual.

La propuesta MED respetaba el statu quo, esto es, no cuestionaba el proceso de


desarrollo en marcha ni la relación existente entre hombres y mujeres, sino que
sencillamente buscaba integrar a la mujer desde una mejor posición a este proceso a
través de soluciones parciales y concretas, como por ejemplo, a través del
establecimiento de proyectos específicos para mujeres o de proyectos integrados. Este
modelo fracasó dado que terminó por agudizar la desigualdad de género, puesto que, al
no tratar las causas de dicha desigualdad entre hombres y mujeres, se las terminaba
incorporando a un modelo de desarrollo sin consultarlas, que estaba diseñado para los
hombres, y que las terminaba desfavoreciendo al aumentarles la carga de trabajo sin una
mayor remuneración.

3. 3. Modelo del Desarrollo Humano


Por último, se destaca el modelo propugnado por las Naciones Unidas en la década de
los noventa, conocido por el nombre de desarrollo humano. En palabras de Amartya Sen
“El desarrollo humano, como enfoque, se ocupa de lo que yo considero la idea básica
de desarrollo: concretamente, el aumento de la riqueza de la vida humana en lugar de
la riqueza de la economía en la que los seres humanos viven...”8. Con esta frase,
podemos ver que el foco de esta perspectiva se encontraba, específicamente en las
personas.

El desarrollo humano es un modelo sumamente comprehensivo, dado que conlleva por


un lado la ampliación de las capacidades humanas, esto implica suministrar una mejor
                                                                                                                       
8
SEN, Amartya. Sobre el desarrollo humano. En UNDP. Consultado el 20 de mayo de 2017. Disponible
en http://hdr.undp.org/es/content/sobre-el-desarrollo-humano

  7  
educación, atención médica, empleo e ingreso a todas las personas, pero por el otro
lado, también incluye la creación de buenas condiciones para gozar de esas capacidades,
por ende se concentra en la protección del planeta, la igualdad de género y el respeto de
los derechos y libertades de los seres humanos. Tal como en el primer modelo se
utilizaba el PBI para medir el desarrollo, en este caso se creo el Índice de Desarrollo
Humano, un indicador que estudia tres dimensiones de la vida humana; la salud, la
educación y los ingresos.

Es en esta misma época que surge el paradigma de Género en el Desarrollo como una
alternativa al enfoque MED. A diferencia del otro enfoque, éste no solamente se centra
en el colectivo de mujeres de forma aislada, sino que se focaliza en analizar y
transformar todas aquellas relaciones desiguales de poder que existen entre hombres y
mujeres, y que operan como verdaderos obstáculos para el desarrollo igualitario y la
plena incorporación de las mujeres al mismo. La solución que este enfoque propone
lleva el nombre de Empoderamiento. El mismo se define como un proceso por el que
las mujeres adquieren las habilidades, la actitud y el conocimiento para analizar de
forma crítica sus propias situaciones y llevar adelante las medidas adecuadas y
necesarias para mejorarlas. En otras palabras, es el proceso a través del cual las mujeres
dejan de ser beneficiarias pasivas para asumir el control de sus vidas y participar en
todos los ámbitos de la sociedad sin exclusión. De este modo, el GED se focaliza en
mejorar la posición de las mujeres en relación a los hombres, de forma tal que
contribuya al beneficio de la sociedad en general.

4. El Marco Jurídico Internacional


Hasta ahora, ya se ha realizado una breve recorrida por los principales modelos y
enfoques de desarrollo aplicados desde la mitad del siglo XX, y se ha analizado la
participación de las mujeres en cada uno de ellos. Consecuentemente, en este apartado
nos focalizamos en el marco juridico internacional que incorporó el tema de los
derechos humanos de las mujeres a la Agenda Internacional de Desarrollo y logró, a su
vez, que fuera un eje prioritario para los estados.

4.1. Conferencia de México


Es en el seno de la Organización de las Naciones Unidas que se han celebrado cuatro
Conferencias Mundiales sobre la Mujer. Es de mucha importancia que el tema de

  8  
género haya sido incorporado a la agenda de las Naciones Unidas, dado que por su
condición de universalidad, dicha organización permite promulgar y defender a escala
global cuestiones que son representativas de las demandas de todas las mujeres
alrededor del mundo.

La Primera Conferencia Mundial de la Mujer se celebró en México en el año 1975,


coincidiendo con el Año Internacional de la Mujer. Durante esta primera reunión se
aprobó un plan de acción que recogía una serie de directrices para guiar a los gobiernos
y a la comunidad internacional, con el objetivo de eliminar toda discriminación hacia la
mujer y promover su avance social. Dicho plan contenía un conjunto de metas a
cumplirse en 10 años que buscaban garantizarle a las mujeres el pleno acceso, en pie de
igualdad con los hombres, a la educación, el trabajo, la salud, la participación política,
la vivienda, la planificación familiar y la alimentación.

De este modo, podría decirse que el año 1975 es un punto de inflexión, dado que las
mujeres dejan de ser simples receptoras de las diversas acciones políticas en el plano
internacional, para comenzar a ser incluidas de forma plena y en pie de igualdad con los
hombres, en los distintos procesos de toma de decisiones. Este cambio en el rol de las
mujeres se ve reflejado en la propia Conferencia de 1975, puesto que, fueron muchas las
mujeres que participaron en los debates realizados en el seno de la misma; “de las 133
delegaciones de los Estados, 113 estaban encabezadas por mujeres”9.

4.2. La CEDAW
En el año 1979 se dio un hito en la historia cuando, justo antes de la celebración de la
Conferencia intermedia en Copenhague, se firmase la CEDAW (Convención sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer), que es justamente
el instrumento jurídico internacional más importante en materia de los derechos de la
mujer. Esta Convención, que entró en vigor en 1981 y que está actualmente ratificada
por 186 países, fue el fruto de más de 30 años de esfuerzo y trabajo realizado por la
Comisión Jurídica y Social de la Mujer, un órgano especializado creado por las
Naciones Unidas en 1946, con el objetivo de monitorear la situación de la mujer a nivel
mundial y trabajar para promover su igualdad y sus derechos.
                                                                                                                       
9
Universidad Veracruzana. “Las cuatro Conferencias Mundiales; desarrollo y objetivos”. [Consultado el
27 de julio de 2017]. Disponible en https://www.uv.mx/uge/files/2014/05/Las-Cuatro-Conferencias-
Mundiales-sobre-la-Mujer-Mexico-Copenhague-Nairobi-y-Beijin.pdf

  9  
Se destaca a esta Convención por encima de otras porque es la más completa y sólida de
todas, dado que agrupa todas la normativa precedente que consagra los derechos de la
mujer en todos los ámbitos, y que a su vez, por primera vez, reconoce y condena a nivel
internacional, a toda discriminación ejercida contra la mujer como una violación a los
derechos humanos. Por añadidura, la CEDAW no sólo declara cuáles son los derechos
de la mujer, sino que propone un programa de acción para que cada Estado que la
ratifique lo siga y así garantice el goce de esos derechos.

4.3. Conferencia de Copenhague


En 1980 se celebró en Copenhague la Segunda Conferencia Mundial de las Mujeres con
el objetivo de evaluar los avances realizados en los últimos años para el cumplimientos
de las metas establecidas en la primera conferencia mundial. Se le prestó particular
atención a aquellos objetivos relacionados con la educación, la salud y el empleo. Lo
más importante de esta conferencia fue que se comenzó a reflexionar sobre la diferencia
que existía entre la igualdad de género desde la perspectiva jurídica, esto es lo que era
legalmente reconocido, y por otro lado la consecución en la vida real de esos derechos
legales. Se buscaba que lo que se lograba a nivel jurídico se reflejara efectivamente en
la realidad, y que no sólo fuesen palabras.

La conferencia finalizó con la aprobación de un programa de acción que denunció


ciertas situaciones, como la falta de voluntad política por parte de los gobiernos, la falta
de participación de los hombres en el proceso de igualdad de género, la falta de mujeres
en los puestos de toma de decisiones e incluso la falta de reconocimiento de la
contribución de las mujeres a las sociedades, y a su vez, se impulsaba la adopción de
medidas nacionales más firmes para garantizar el derecho de las mujeres a la propiedad,
al control de los bienes y de los hijos.

4.4. Conferencia de Nairobi


La tercera Conferencia se llevó adelante en Nairobi en el año 1985. La misma se
celebró para realizar una evaluación de todos los logros alcanzados en la materia
durante el pasado decenio, desde 1975 a 1985. Esta Conferencia marcó un punto de
inflexión en el paradigma que se venía aplicando desde la primera conferencia, puesto
que la inclusión de las mujeres en todos los planos de la vida en pie de igualdad con los
hombres dejó de ser visto como un derecho legítimo del sexo femenino, sino que pasó a

  10  
considerarse como una necesidad que tenían las propias sociedades, dado que éstas
necesitaban de las contribuciones que las muejeres realizan todos los días.

En base a esta nueva perspectiva es que los gobiernos reunidos adoptaron las Estrategias
de Nairobi, que contenían las medidas que cada Estado debía adoptar a nivel nacional
para alcanzar la igualdad de género en todas las esferas de la vida, y a su vez, promover
la inclusión de las mismas en los distintos procesos de paz y desarrollo.
4.5. Conferencia de Beijing
Finalmente, la cuarta y última Conferencia fue la de 1995 en Beijing. Esta Conferencia
abrió un nuevo capitulo en la lucha por la igualdad entre el hombre y la mujer por dos
razones principales. En primer lugar, fue de mucha importancia desde el punto de vista
de participacion dado que, contó con la representacion de 189 gobiernos, y con una
participación record hasta el momento de la sociedad civil representada en el Foro
paralelo de las Organizaciones No Gubernamentales. Por otro lado, se destaca el cambio
de enfoque, ya que, el foco de atención se traslada desde la consideración de las mujeres
de forma aislada al problema del concepto de género.

La Conferencia cluasura con la aprobación, por unanimidad, de una Declaración y


Plataforma de Acción. La misma determina un conjunto de objetivos estratégicos y de
medidas para lograr la igualdad de género en doce esferas diferentes que incluyen
algunas novedades como; el medio ambiente y los medios de comunicación y difusión.
Asimismo, desde el punto de vista práctico, para asegurar la consecución de estas metas
en la realidad, se consensuaron dos estrategias claves de intervención en materia de
igualdad; mainstreaming y empoderamiento.

4.6. Objetivos del Milenio


En el año 2000, los 189 estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron los
Objetivos de Desarrollo del Milenio, que tal como lo dice su nombre, eran ocho metas
para el desarrollo humano que aspiraban a ser logradas para el año 2015. A los efectos
de este trabajo, los objetivos que nos interesan son el número 3 que establece “promover
la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer”10 y también el objetivo
número 5 que busca “mejorar la salud materna”11.

                                                                                                                       
10
Naciones Unidas. “Millenium Goals”. [Consultado el 27 de julio de 2017]. Disponible en
http://www.un.org/es/millenniumgoals/
11
Ibídem

  11  
Con respecto al objetivo 5 si bien se ha avanzado en la materia, aún se está muy lejos de
alcanzar las metas establecidas. A modo de ejemplo, la meta 5A era reducir la
mortalidad maternal en tres cuartas partes, para el año 2000 la tasa de moratlidad
maternal llegaba a los 330.000 mujeres por año, mientras que para el 2013 esa cifra se
había reducido a 210.000, por lo que no se había logrado ni reducir la cifra a la mitad.
En cuanto al objetivo 3, los indicadores tenidos en cuenta eran; proporción de niñas y
niños en cada nivel de educación, proporción de mujeres con trabajos remunerados en el
sector agrícola y la proporción de escaños ocupados por mujeres en los parlamentos. En
base a esto, diremos que con respecto al ítem número uno se ha avanzado mucho en lo
que sería la educación primaria y secudaria, pero las diferencias se mantienen,
especialmente en el nivel terciario. En relación al mercado de trabajo, el avance ha sido
lento pero seguro, siendo en Africa Subshariana donde se dio el mayor incremento del
10%. Por último, si bien aún queda mucho por lograr en el ámbito político respecto a
las mujeres, se han cultivado varias victorias. Es verdad que muchas de ellas responden
a las cuotas establecidas por los propios partidos políticos o por un imperativo legal,
pero aún asi, la realidad es que para el año 2013 sólo 5 cámaras en todo el mundo no
tenían mujeres ocupando cargos parlamentarios12.

6. Conclusión
A modo de conclusión sólo queda mirar hacia el futuro. En base a todo lo expuesto en
este trabajo es acertado afirmar que mucho se ha logrado en los últimos 60 años, pero
aún queda mucho por hacer, las mujeres continúan sufriendo discriminación respecto a
los hombres en diversos planos societarios. Como consecuencia, la Agenda de
Desarrollo posterior al 2015, que esta marcada por los Objetivos de Desarrollo
Sostenible, es la nueva oportunidad que tenemos para reafirmar el compromiso que se
tiene con la igualdad de género, y seguir luchando por un mundo más justo para todos.

   

                                                                                                                       
12
 DOMÍNGUEZ SERRANO, Mónica; ESPINOSA FAJARDO, Julia. “La igualdad de género en la
agenda internacional de desarrollo”. En Gender Observatory, 2015. [Consultado el 27 de julio de 2017].
Disponible en http://genderobservatory.com/wp-
content/uploads/2015/06/G%C3%A9nero_y_Agenda_Post2015_InformeGEPDO_CORR.pdf    

  12  
7. Bibliografía
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