La II República Española se proclamó tras las elecciones
municipales de Abril de 1931. Éstas se enfocaron como un plebiscito entre los partidos firmantes del Pacto de San Sebastián (republicanos) y los monárquicos. Estas elecciones demostraron el aplastante apoyo popular a los republicanos en las principales ciudades españolas.
El gobierno de la II República de 1931 debe ser considerado
de centro-izquierda, moderado, demócrata y reformista. Sin embargo, por diversas causas, a lo largo de la República se fue produciendo una polarización de las posturas políticas hacia la izquierda y la derecha radicales que acabó en una guerra civil.
A la proclamación de la II República el 14 de Abril de 1931
siguió la formación de un Gobierno Provisional, formado fundamentalmente por los firmantes del Pacto de San Sebastián y presidido por Niceto Alcalá Zamora (republicano conservador y católico). El Gobierno Provisional preparó las elecciones a Cortes Constituyentes (28 de Junio de 1931).
Las elecciones a Cortes Constituyentes fueron auténticamente
democráticas (sufragio universal masculino) y en ellas obtuvo la mayoría la izquierda (especialmente el PSOE), seguida del centro (especialmente el Partido Radical de Lerroux)
La Constitución de 1931 (aprobada en diciembre de 1931): esta
composición de las cortes constituyentes explica el carácter democrático y avanzado de esta constitución. Características: • España se define como una “república democrática y de trabajadores....” Amplia declaración de derechos • Estado unitario pero con posibilidad de establecer autonomías • Economía capitalista de mercado pero con carácter socializante y de planificación económica por parte del estado. • Cortes unicamerales con amplias competencias de las que depende el gobierno que es responsable ante éstas. • Sufragio Universal y directo (masculino y femenino) • Estado laico, libertad religiosa y prohibición de los colegios religiosos. • Educación laica, pública, obligatoria y gratuita. Durante el Bienio Reformista, España estuvo gobernada por una coalición de republicanos de izquierdas (Manuel Azaña, ministro de la Guerra y presidente del gobierno) y socialistas (Largo Caballero, ministro de Trabajo). Las principales medidas, tanto del Gobierno Provisional como de este gobierno se propusieron una profunda transformación de la realidad española. El problema religioso y la política religiosa: con antecedentes en la rebelión popular desde la Semana Trágica (1909) iban acompañadas de violencia anticlerical (quema de conventos). Esta violencia siguió produciéndose durante la República y encubría el enfrentamiento frontal entre la Iglesia española (personificada en el Cardenal Segura) y los políticos de izquierdas de la República.
Consiguientemente, la República llevó a cabo una política
religiosa destinada a reducir la influencia de la Iglesia en un país aún mayoritariamente católico: la eliminación del presupuesto de “culto y clero”, la expulsión de los jesuitas, la prohibición de los colegios católicos, el reconocimiento del matrimonio civil y del divorcio.
La política educativa y cultural se concibió como uno de los
instrumentos de regeneración cultural y social más importante de la República. El objetivo de la política cultural y educativa era la extensión por toda España de una educación laica, obligatoria y gratuita. El problema fue que, a pesar de todas las escuelas construidas, no fueron suficientes para sustituir a los colegios religiosos.
La política autonómica, el estatuto de Cataluña. El 14 de
Abril de 1931, F. Maçiá, líder de Ezquerra Republicana de Catalunya (ERC) proclamó la República Independiente de Cataluña. Esto podía haber provocado un conflicto con la República Española, pero finalmente se llegó a un arreglo en el que ERC aceptó conformarse con la autonomía. La autonomía de Cataluña reconocía la existencia de un gobierno catalán (Generalitat, dirigida por Maçiá) y un parlamento catalán (dirigido por Companys). El País Vasco no obtuvo la autonomía en este momento pues el PNV no estuvo en el Pacto de San Sebastián, además era un partido conservador y católico cuyas ideas tenían poco que ver con una república de izquierdas. La Reforma del Ejército, llevada a cabo por Manuel Azaña (ministro de la Guerra y Presidente del Gobierno) consistió en reducir el número de oficiales (muy alto). Para ello exigió a todos los oficiales que juraran la bandera tricolor republicana. Todos los que no quisieran jurar pasaban a la reserva con el sueldo íntegro. Con ello consiguió mejorar la efectividad del ejército y que los oficiales en activo fueran fieles a la República.
La Reforma Agraria era una medida económica urgente en un
país mayoritariamente agrario y con una mala distribución de la propiedad de la tierra (especialmente en el sur de España). El gobierno tomó inmediatamente medidas para proteger a los arrendatarios y jornaleros, sin embargo, la medida más importante era la expropiación de tierras de los grandes latifundistas. Para ello se dictó la Ley de Reforma Agraria (1932) y el Instituto de Reforma Agraria (IRA). Esta reforma fue la que más se retrasó y apenas se aplicó en el Bienio Reformista por los desacuerdos que se produjeron en las cortes sobre la misma y por la falta de fondos del estado para pagar las indemnizaciones. Otra implantación importante fueron las reformas sociales de Largo Caballero: -Reducción de la jornada laboral en el campo y extensión de los seguros sociales. -Establecimiento de las 40 horas semanales. -Ley de Términos Municipales (los patronos deberían contratar a trabajadores de la localidad, para evitar que recurrieran a esquiroles o a obreros de otros pueblos a los que pagaran menos). -Ley de Jurados Mixtos (herederos de los Comités Paritarios de la Dictadura, estaban formados por patronos y obreros - de UGT- para imponer acuerdos y evitar conflictos y huelgas).
En lo que se refiere a la oposición, en agosto de 1932
estalla la Sanjurjada, revuelta del General Sanjurjo mediante pronunciamiento con el apoyo de los monárquicos y de la Grandeza. En el campo la FAI creyó que había llegado el momento de la revolución ante las demandas de colectivización insatisfechas por la reforma agraria, los conflictos se concentran en Andalucía, la represión por parte de las fuerzas gubernamentales fue muy dura, en 1933 tuvo lugar el problema de las Casas Viejas en Cádiz, las tropas cansadas y dirigidas por un oficial indeseable se tomaron la justicia por la mano contra Seisdedos, tras este hecho los anarquistas solicitaron la abstención en las elecciones de 1933 realizando una campaña contra Azaña.
Las elecciones de 1933 fueron inevitables ante el
desprestigio y cansancio del gobierno, dieron la victoria a la derecha que se presentó unida con la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas, esencialmente católicos) de Gil Robles y al Partido Radical de Lerroux que se presentó como partido de centro, Azaña sólo obtuvo 5 diputados. Fue el Partido Radical el que formará en principio gobierno con Lerroux porque Gil Robles parecía poco democrático ante la opinión pública, Lerroux intentó firmar un Concordato con la Santa Sede que no prosperó, este acercamiento a la derecha llevó a Martínez Barrio a romper con Lerroux y organizar el Partido Radical Demócrata lo que provoca la caída de Lerroux del poder. Samper, un radical de segunda fila, formó gobierno con mayor participación cedista, es cuando sobreviene la revolución de octubre.
La Revolución de octubre fue promovida por el PSOE de
Indalencio Prieto y Largo Caballero por el temor al peligro fascista europeo en el que Gil Robles se perfila, sin embargo, su falta de tradición revolucionaria explica el fracaso de la misma. En Madrid sólo hubo un tiroteo. En Barcelona se conjuga la revolución de la Generalitat y la socialista, y es producto del enfrentamiento entre el gobierno de derechas de la CEDA y el de izquierdas de Companys. En el País Vasco, se une el PNV con las alianzas obreras y es que el temor al clericalismo, había hecho que las Cortes Reformistas fuesen tan mezquinas con el Estatuto Vasco como generosas con el catalán y por eso el PNV fue un partido de oposición con Azaña, pero ahora la derecha, hostil a la autonomía, amenaza igualmente a los nacionalistas vascos, así comenzó la extraña alianza entre católicos vascos y socialistas anticlericales que les llevaría a luchar juntos en la Guerra Civil. En Asturias sí hubo una auténtica revolución, con huelga general e insurrección armada, la Alianza Obrera incluye a la CNT, UGT y al PC, el ejército al mando de Franco acudió con 18.000 hombres para controlar la situación, hubo cuatro mil muertos y enormes destrozos, la CEDA iniciará una terrible represión contra los sublevados abriendo una brecha entre las dos españas.
Desde entonces se sucedieron distintos gobiernos radicales
cedistas, Alcalá Zamora impedía que Gil Robles alcanzase la presidencia, las diferencias entre unos y otros eran cada vez mayores hasta hacerlos estériles. El primero fue de Lerroux con mayor participación cedista, le sucede el de Cahapaprieta que cayó por el asunto del estraperlo y el último el de Portela Valladares que disolvió el Parlamento y proclamó nuevas elecciones.
La oposición. Estuvo dirigida por el PSOE dividido entre los
partidarios de Besteiro como sólido marxista, de Largo Caballero que pasa de la colaboración a la revolución y de Indalencio Prieto siempre revolucionario busca unir a toda la izquierda. Se crearon las JONS por Ledesma Ramos y Falange Española por J.A. Primo de Rivera hijo del dictador en 1933, realmente contradictoria la Falange se decía revolucionaria pero al mismo tiempo tenía conexiones con el Gran Capital que la financiaba como brazo armado violento. Cuando tienen lugar las elecciones de febrero de 1936, el Frente Popular (creado por Azaña e Indalencio Prieto), resultado de la unión de todos los partidos de izquierda menos los anarquistas, obtiene un sonado triunfo, la derecha se presentó dividida y obtuvo menos escaños, la CEDA buscó conexiones con los moderados pero no con la extrema derecha como se presuponía, los radicales sufrieron un descalabro semejante al de Azaña en las anteriores elecciones.
Azaña pasó a ser el presidente de la República y Casares
Quiroga el presidente del gobierno, el entendimiento fue imposible, la tensión fue en aumento con la destitución ilegal de Alcalá Zamora como Presidente de la República y la oposición a los candidatos falangistas en las elecciones, los conflictos salpicaban las calles, la violencia se desata contra las iglesias por parte de los anarquistas mientras falangistas asaltan los locales de sindicatos y partidos. Casares Quiroga no hizo nada por remediar la situación, la Guerra Civil pudo haber sido evitada de ser otra la actitud de Quiroga o de haber sido sustituido antes por Martínez Barrio.
Los asesinatos de Calvo Sotelo y del Teniente Castillo
precipitaron la situación y el 17 de julio de 1936 en Melilla se inicia el pronunciamiento militar. Fueron los jefes militares los protagonistas del Alzamiento, no contaban con una base social que les apoyase salvo la oligarquía monárquica y católica, Falange Española y los requetés, los jefes militares que se adscribieron a la Instrucción redactada por Mola (era una sublevación contra el Frente Popular pero no contra la República), eran algunos monárquicos como Orgaz, Fanjul y Sanjurjo, y otros oportunistas como Queipo de Llano y Cabanellas. La verdadera causa de la Guerra Civil es que una España se sintió amenazada por la otra, y por falta de templanza se alzó contra ella.