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Resumen “El vendedor más grande del mundo”

Hafid tardo frente al espejo, al darse vuelta dijo “solo los ojos conservan su juventud”, camino por
un pasillo de mármol pasando entre columnas de ónix y enormes palmeras que crecían
plácidamente en vasijas de bronce. Paso por un jardín cercado y entro a su almacén en donde lo
esperaba su tenedor de libros, Erasmo, quien lo saludo un tanto inseguro.

Hafid continuo caminado con Erasmo que estaba un tanto preocupado por la solicitud de su amo de
reunirse en ese lugar, más adelante Hafid se detiene contemplando las mercancías que eran sacadas
de los vagones de carga y contadas en puestos separados; había lana, lino fino, pergaminos,
alfombras, piedras preciosas, basalto de Egipto, pinturas de Roma y estatuas de Grecia.

Después de unos instantes Hafid pregunta a Erasmo “¿Cuánta riqueza hay ahora acumulada en
nuestro tesoro?” a lo cual Erasmo respondió que no estaba seguro, pero que aproximadamente
siete millones de talentos de oro, a parte alrededor de tres millones de talentos de oro si se
consideraba todos los almacenes.

Asintiendo con la cabeza, Hafid dio la orden de no comprar más mercancía e iniciar el proceso para
convertir todo lo que era suyo en oro dejando al tenedor de libros impactado y sin poder decir una
sola palabra, cuando recobro el habla cuestiono que no entendía el porqué de esta orden si el año
había sido el más productivo y que cada uno de los emporios reportaba aumentos en las ventas en
comparación al año anterior.

Hafid tomando la mano de Erasmo le dice “¿Es tu memoria lo suficientemente vivida para recordar
la primera orden que recibiste de mi cuando comenzaste a trabajar para mi hace ya muchos años?”
Frunciendo un poco el ceño e iluminándose su rostro respondió –Me encargó que sacara todos los
años la mitad de las ganancias de nuestro tesoro y las repartiera entre los pobres. ¿Y no me
consideraste en aquella época un hambre de negocio necio? –Abrigue grandes recelos señor.
Extendiendo sus manos hacia las plataformas de carga Hafid dijo ¿Estás dispuesto a admitir que tu
preocupación carecía de fundamentos?

Pidiendo a Erasmo que tuviera fe en sus planes hasta que le explicara. Diciendo que era viejo y sus
necesidades sencillas y habiendo se quedado sin su esposa Lisha, era su deseo distribuir su riqueza
entre la gente de la ciudad, guardando solamente lo suficiente para una vida sin preocupaciones.
Además de repartir el inventario pidió a Erasmo preparar los documentos de propiedad de los
emporios ya que la sedería a los actuales administradores y además de esto dijo que diera a estos
gerentes 5.000 talentos de oro por sus años de servicio.

Erasmo quería hablar pero las manos en alto de Hafid se lo impidieron, a lo que Hafid dijo ¿Te parece
desagradable esta tares?

Erasmo respondió que no, únicamente que aún no comprendía la razón y que sus palabras eran de
una persona a la cual le quedaban los días contados. Hafid sabía que Erasmo no pensaba el sí mismo
aun cuando el impero estaba por ser disuelto ya que habían sido amigos por mucho años. Abrazando
a su amigo le dijo que quería que inmediatamente transfiriera 50.000 talentos de oro a su nombre
y que le daría el almacén y el palacio, solo le pedía que se quedara con el hasta que cumpliera un
promesa que había hecho hace muchos años ya que después de eso estaría listo para reunirse con
su amada Lisha.

Erasmo pensaba que no merecía todo lo que le estaba dando, Hafid le dice que su amistad es su
mayor bien que ha aprendido a el arte de vivir, no solo por el sino por los demás también, haciendo
lo el hombre entre los hombre, le dice que se apresure a cumplir sus órdenes ya que el reloj de
arena de su vida está casi lleno. Estando inquieto por la procesa que su amo tiene por cumplir,
Erasmo le dice que no porque no le cuenta sobre ella, Hafid asiente y dice que cuando vuelva de
cumplir las órdenes que recibió le enseñara algo que solo compartió con su esposa en más de 30
años.

En una caravana fuertemente resguardada partió poco tiempo después llevando certificados de
propiedad y oro para los administradores, los cuales recibieron con asombro y en silencio la noticia
de la jubilación de Hafid y de sus regalos. Habiendo echo la última parada Erasmo con gran tristeza
envía la noticia de que el imperio más poderoso de su época había quedado disuelto, que el almacén
estaba vacío y que los emporios no ondeaban más la banderas de Hafid.

El mensajero regreso con la orden de que Erasmo se reuniera con su señor de inmediato, al verlo
Hafid cuestiono si la tarea se había realizado a lo cual le dijo que si, le dijo que lo siguiera por las
escaleras de mármol, en donde se dio cuenta de que el guarda que siempre estaba en ese lugar no
se encontraba ahí, ascendieron hasta una puerta de roble que Hafid abrió con una llave que saco de
su cinto, al entran Erasmo no puede ver bien ya que la luz es demasiado baja solo entra un pequeño
rayo de luz que se reposa en un cofre pequeño.

Hafid le pregunta a su amigo si se encuentra decepcionado al ver lo que hay en esa habitación ya
que a lo largo de tres décadas han surgido miles de rumores, algunos como que hay barriles llenos
de diamantes, lingotes de oro o animales salvajes y aves raras e incluso un comerciante de alfombras
llego a insinuar que tenía unas colección de concubinas.

Luego de unos instantes ambos frente al cofre se sientan, Hafid desata correas de cuero y procede
a abrir el cofre, Erasmo mira sobre el hombro de su amigo quedando asombrado al solo encontrar
pergaminos, los cuales explica Hafid tienen el en si el secreto para acumular una fortuna aún más
inmensa que la de él, diciendo que cada todos con excepción de uno tiene una ley o una verdad
fundamental a fin de dominar el arte de las ventas. Y que el primer pergamino enseña la mejor
manera de aprender lo que hay en los otros.

Era invierno en el monte de los olivos, descansaba la enorme caravana de Pathros y dentro de su
tienda se le observaba dando vueltas, hasta que le hace señas a Hafid, su camellero, para que se
acerque pidiendo que explique su petición y los motivos que tiene para hacerla, pero Hafid solo le
pide ser un vendedor ya que en continuas oportunidades a escuchado que no hay ningún negocio o
profesión que ofrezca oportunidades de alcanzar riqueza como la de un vendedor. Se sentía capaz
ya que había escuchado a Pathros decir a Caleb que era considerado un tonto, que podría vender
cualquier cosa si aprendía los principios y las leyes del arte de vender. Así que Hafid cuestionaba a
su señor ¿no puedo yo también adquirir estos conocimientos?

Pathros sospecha que es solo ambición por tener riquezas lo que mueve la petición de Hafid, e
insiste en preguntarle a por que es que desea convertirse en un vendedor, él insiste en palabras del
propio Pathros al decirle que lo ha oído decir que hay que proveer a la familia, pero sigue
cuestionado hasta que el joven Hafid sonrojado confiesa que conoció a la hija de Calneh.

“Ah sí, ahora sí que surge la verdad. El amor, y no los nobles ideales, ha cambiado a mi camellero en
un poderoso soldado dispuesto a combatir al mundo. Calneh es un hombre muy rico. ¿Su hija y el
camellero? ¡Nunca! ¿Pero su hija y un mercader rico, joven y bien parecido…? Ah, eso sí que es otro
asunto. Muy bien, mi joven soldado, te ayudaré para que comiences tu carrera de vendedor”. Sin
más el joven Hafid se arrodilla a los pies de Pathros y lo sujeta del mando queriendo agradecer la
acción de su señor.

Pathros da los primero consejos y advertencias a su camellero, en principio debe demostrar a él y a


si mismo que puede con la labor de vendedor ya que no es un trabajo fácil pasara días y noche
alejado de familia y amigo, los obstáculos son necesarios para el éxito explica Pathros ya que para
alcanzar el éxito hay que pasar por muchas batallas y derrotas.

Se le encomienda a Hafid la venta de un manto muy valioso a lo cual se encamina a la ciudad de


Belén para comenzar su vida como vendedor. Pathros le dice:

“No pondré a nadie para que ocupe tu cargo hasta que regreses. Si descubres que no tienes
estómago para esta profesión, lo comprenderé y no debes pensar que te ha ocurrido una desgracia.
Nunca te avergüences de emprender algo aunque fracases, porque aquel que no ha fracasado
nunca, no ha intentado tampoco nada. A tu regreso te interrogaré largamente respecto de tus
experiencias. Luego entonces decidiré de qué manera continuaré ayudándote para que tus sueños
estrafalarios se cumplan”.

“El fracaso no te sobrecogerá nunca si tu determinación para alcanzar el éxito es lo suficientemente


poderosa”.

Habían pasado ya cuatro días de que Hafid se encontraba en Belén y aun no podía vender el manto
que se le había entregado, con un pan a medio comer pensaba en por qué no le compraban el manto
si era verdad que no se podría vender nada ahí, luego vino a su mente Lisha la hija de Calneh,
entonces su animó se levantó y se propuso al día siguiente vender el manto.

Mientras caminaba hacia la cueva donde se encontraba su animal vio que una luz tenue salía de ella,
pensando que sería algún ladrón se apresuró a llegar, pero encontró a una pareja cuidando de un
pequeño bebe recién nacido, al ver que los mantos con lo que cubrían al bebe eran demasiado viejo,
sus pirando envolvió al pequeño con el manto que el llevaba para su venta, la madre le dio un beso
en la mejilla, al salir de la cueva observando la estrella más resplandeciente que había visto y se
encamino hacia donde la caravana con los ojos llenos de lágrimas.

Al llegar a la caravana Hafid no se había dado cuenta de que la luz de la estrella aun brillaba sobre
él, miro a Pathros a fuera de su tienda mirando al cielo observando la estrella, Pathros le pregunta
si le ha sucedido algo inusual durante la noche pero Hafid niega que algo pasara, lo invita a entrar a
la tienda para que le narre lo que había pasado durante su estancia en Belén, con detalles Hafid
cuenta su historia al gran vendedor.
Cuenta todo lo que le paso por la mente al no poder vender el manto, el anciano le pregunta ¿Qué
fue lo que lo hizo desistir de sus pensamientos de fracaso? Hafid responde que pensar en la hija de
Calneh, en que no podría darle la cara si fracasaba.

Entre sollozos también relata la historia que vivió con la pequeña familia, lo que hizo por el pequeño
bebe. Quería salir corriendo de la tienda del anciano pero este no se lo permitió, le dijo que al
atardecer del día siguiente todos los vendedores regresarían a la caravana que si estaba dispuesto
a tomar su viejo trabajo, que en cuanto llegaran a Palmira le explicaría mejor lo que estaba pasando.

Hafid pidiendo disculpas e inclinándose se disponía a prepararse para la llegada de los vendedores.
Al salir de la tienda quedo segado por unos segundos por la brillante luz de la estrella, escucho que
Pathros lo llamaba diciendo “duerme en paz porque no has fracasado”.

Pasaron dos semana de la llegada de la caravana a Palmira, Hafid dormía en el establo, cuando
recibió la orden de presentarse ante su señor, al entrar a la habitación de Pathros no podía creer q
ese hombre fuera el mismo con el que había hablado hace solo doce días, ya que se veía muy
demacrado.

Pathros narra la historia de cómo al rescatar a un vendedor de oriente lo llevo a su casa y lo


aceptaron como uno de ellos, luego de algún tiempo le entrego una carta, una bolsa con 50 monedas
de oro y el cofre que contenía los pergaminos. La carta decía que el contenido de los pergaminos no
lo podría compartir con nadie, solo con la persona que fuera la indicada, que siempre tendría que
dar la mitad de sus ganancia a la gente menos afortunada, ahora es tiempo de Hafid de continuar
con este trabajo y ahora a él se le entregaban los pergaminos y 100 talentos de oro para comenzar
indicándole que tendría que aprender lo escrito en los pergaminos y aplicarlo como ley de vida,
también le dice que el siguiente en recibir los pergaminos no tendrá que cumplir con todas estas
reglas ya que podrá dar a conocer esto a todo el mundo si es que así lo desea, con ojos lloros Hafid
se despide de Pathros a quien no volverá a ver nunca.

Llegando a la ciudad de Damasco, Hafid se sentía muy inseguro al ver a miles de vendedores mejor
preparados que él, pensaba en lo necio que había sido al querer convertirse en un vendedor, llego
a descansar a una posada en la cual pago un mes de alquiler por adelantado, entre sus pensamientos
y sollozos se quedó dormido. A la mañana siguiente se dio cuenta de que un ave estaba en la
habitación posada sobre el cofre, la alimento con migajas de pan y queso luego tomo el uno de los
pergaminos que era el más gastado, lo desenrollo y comenzó a leer.

“El pergamino número uno”. Hoy comienzo una nueva vida. Este pergamino indica el inicio de una
nueva vida, ya que para convertirse en el vendedor más grande del mundo debe deshacerse de los
hábitos negativos y hacerse de hábitos mucho más productivos, exigiendo que se debe de leer
durante 30 días casa pergamino para guardas las lecturas claves en la mente exigiendo que se haga
el compromiso bajo juramento de no perder ni un día de lectura, estudio y crecimiento personal.

“Pergamino número dos”. Saludare este día con amor en mi corazón. Dice que debe amar a todos y
todo que del amor hará su arma más poderosa t su escudo que lo protegerá de todo que debe amar
a sus enemigos para hacerlos sus amigos y a sus amigos para hacerlos sus hermanos, cuidara
celosamente los que entra en su cuerpo, en su mente y en su corazón, no permitiendo que sean
atraídos por el mal y la desesperación. Dice “Saludare este día con amor, y tendré éxito”
“Pergamino número tres” Persistiré hasta alcanzar el éxito, de aquí en adelante se reconocerá que
todos los días de la vida con una nueva prueba, en este mundo no vino en derrota, ni el fracaso
corría por sus venas. Dice “Soy un león y me niego a dormir con la ovejas”, no escuchara a los que
se quejan porque la enfermedad se contagia, considera el que el esfuerzo será como un golpe de un
hacha al poderoso roble. Jamás aceptara derrotas y borrara de su vocabulario palabras o frases
como abandonar, no puedo, imposible, porque son palabras de necios. “Persistiré, persistiré y
persistiré de nuevo”. Mientras haya en mi hábito, persistiré porque ahora sabe que uno de los
principios del éxito.

“Pergamino número cuatro” Soy el milagro más grande de la naturaleza, ya que a pesar de ser
hermano de todos los hombres, es diferente de ellos, dentro de mi arde una llama que ha pasado a
través de innumerables generaciones y su calor construye un incentivo para su espíritu y es ser
mejor de lo que es y será. Aprovechará esta diferencia ya que es un factor que debe promover, pero
si deja que su mente su corazón y su cuerpo se corrompan esta habilidad se ira si no le da uso.
Concentrará todos sus esfuerzos para exigir a su potencial hasta el limité. Tendrá que aumentar sus
conocimientos de la humanidad, de sí mismo y de sus mercancías para así poder incrementar sus
ventas. “Venceré, y me convertiré en un gran vendedor, puesto que soy único y singular.

“Pergamino número cinco” Viviré este día como si fuera el ultimo día de mi existencia. No perderé
ni un momento si quiera en lamentarme por la desgracias de ayer, no, el ayer a quedado sepultado
para siempre y no pensare más en él, al igual que el mañana. Este día es todo lo que tengo y estas
horas son mi eternidad. Tengo tan solo una vida y la vida no es nada más que una medida de tiempo.
Eludiré a todos aquellos que matan el tiempo, a la indecisión destruiré con acción, sepultare las
dudas bajo mi fe y el temor destruiré con confianza. Los deberes de hoy cumpliré hoy, abrazare a
mis hijos por que mañana se habrán ido, besare a mi mujer dulcemente ya que mañana ya no estará
ni yo tampoco. Aprovechare las horas y los minutos canjeare solo por algo de valor. Hare más visitas
que nunca, venderé más mercancías que nunca y ganare más oro que nunca, mi último día debe de
ser el mejor día. Y si no lo es caeré de rodillas y daré gracias.

“Pergamino número seis” Hoy seré dueño de mis emociones. Todo en la naturaleza es un ciclo de
estados de ánimo y yo soy parte de la naturaleza, si la marea baja, mi estado de ánimo bajara, pero
si la marea sube mi estado de ánimo subirá. Así como el gozo de hoy se convertirá en la tristeza de
mañana, la tristeza de hoy se convertirá en el gozo de mañana. Los árboles y las plantas dependen
del tiempo pero yo el tiempo lo llevo conmigo, si ofrezco a mis clientes lluvia y tinieblas, no me
compraran nada, pero si les ofrezco entusiasmo y calidez, el tiempo me producirá una cosecha de
ventas y un gran granero de oro. Antes de ser capturado por las fuerzas de la tristeza seguiré este
plan de batalla.

Si me siento deprimido cantare, si me siento triste reiré, si me siento incompetente recordare éxitos,
si me siento insignificante recordare mis metas.

Aunque la tristeza y el desánimo son fáciles de reconocer, hay otras que se nos aproximan con
sonrisas y un amistoso apretón de manos y aun así pueden destruirnos. Contra ellos también debes
estar siempre alerta.
Si se apodera de mi la confianza excesiva, recordare mis fracasos, si disfruto momentos de grandeza,
recordare mis momentos de vergüenza, si pienso que mi habilidad no tiene igual, mirare las
estrellas.

Con este conocimiento nuevo comprenderé y reconoceré los estados de ánimo de aquel a quien
visite, el conocimiento que tengo será la llave para abrir las puertas de la riqueza. Dominare mis
estados de ánimo, cualquier personalidad que se me presente con acciones positivas. Hoy controlo
mi destino y mi destino es convertirme en el vendedor más grande del mundo. Seré dueño de mí
mismo. Seré grande.

“Pergamino número siete” Me reiré del mundo. Ningún ser viviente puede reírse a excepción del
hombre, sonreiré y mi digestión mejorara y mis cargas será aliviadas, me reiré y mi vida será
alargadas ya que este es el secreto de una larga vida. Especialmente me reiré de mí mismo porque
el hombre es lo más cómico cuando se toma demasiado enserio. ¿Y como me reiré cuando me
confronta un hombreo acciones que me ofenden y que provocan mis lágrimas y maldiciones? Tres
palabras aprenderé a repetir hasta que se me hagan un hábito tan fuerte que aparezcan en mi
mente siempre que el buen humor amenace con irse de mi lado. Esas palabras son “Esto pasara
también”. Cuando me sienta oprimido por la tristeza me diré que esto pasara también; cuando este
agobiado en riquezas recordare que esto pasara también. Nunca trabajare para ser feliz, más bien
trabajare con ahínco para no estar tristes. Y con mi risa todas las cosas quedaran reducidas a su justa
medida. Me reiré de la bondad y esta prosperara y abundara, de aquí en adelante derramare
solamente lágrimas de sudor por que las lágrimas que nacen de la tristeza no tienen valor, mientras
que cada sonrisa puede ser cambiada por oro y cada palabra bondadosa y hablada desde el corazón
puede edificar un castillo. Y mientras pueda reír no seré jamás pobre, para disfrutar del éxito debo
tener felicidad y la risa será la doncella que me sirve. Seré feliz; tendré éxito; seré el más grande
vendedor que el mundo a conocido.

“Pergamino número ocho” Hoy multiplicare mi valor en un ciento por ciento. Una hoja de morera
tocada por un genio se convierte en seda, un ciprés tocado por un genio se convierte en un santuario
y si esto puede aumentar su valor en un ciento por cierto ¿no puedo hacerlo con la arcilla que lleva
mi nombre? Soy un grano de trigo a quien le confrontan tres futuros, ser puesto en costales para el
alimento de los puercos, ser molido para convertirse en harina y pan o puede sembrarse en la tierra
para que crezca y se multiplique.

Para que crezca y se multiplique es necesario sembrar el grano en la oscuridad de la tierra y mi


fracaso, mi desesperación, mi ignorancia y mi falta de habilidades son la oscuridad en la que he sido
sembrado para madurar. ¿Y cómo lograre esto? Primero fijare metas para el día, luego para la
semana, el mes y el año. La magnitud de mis metas no me asombrara aunque tropiece para
alcanzarlas. Que otros construyan cuevas con su arcilla, que yo construiré un castillo con la mía. No
cometeré el terrible error de apuntar demasiado bajo, siempre extenderé mi brazo más allá de lo
que alcance, procurare siempre que la próxima hora sea mejor que esta. Un grano de trigo
multiplicado en ciento por ciento produce cien tallos, multiplique esto en ciento por ciento diez
veces y alimentara a todas las ciudades del mundo. Y cuando haya realizado esto, lo repetiré de
nuevo, y de nuevo, y producirá asombro la maravilla de mi grandeza, en circunstancias que las
palabras de estos pergaminos se cumplan.
“Pergamino número nueve” Mis sueños carecen de valor, mis planes son como polvo, mis metas
son imposibles. Todo ello carece de valor a menos que sea seguido por la acción. Jamás ha existido
un pergamino aun como el que yo sostengo ahora, que haya ganado un centavo o producido una
palabra de aclamación. Solo la acción es la chispa que enciende al pergamino, mis planes, mis metas
hasta convertirlos en una fuerza viviente. Y ahora qué sé que la acción reduce al león del temor y a
la hormiga de ecuanimidad, seré como una luciérnaga y mi luz iluminara el mundo.

Déjenme proceder ahora aun que mis acciones no traigan felicidad o éxito, porque es mejor
proceder y fracasar que quedarse inactivo. Procederé ahora mismo, de aquí en adelante, repetiré
estas palabras constantemente, cada hora, cada día, todos los días, hasta que se conviertan en un
hábito como respira. Las pronunciare cuando despierte al saltar de mi cama, mientras el fracaso
duerme una hora más. El éxito no esperara. Si demoro, será como una novia que se casara con otro
y la perderé para siempre. Ahora es el momento oportuno, este es el lugar, yo soy el hombre.
Procederé ahora mismo.

“Pergamino número diez” ¿Qué hombre tiene tan poca fe que en momentos de gran desastre y
angustia no ha invocado a dios? Agite la mano rápidamente ante los ojos de alguno y sus parpados
pestañearán. Dale a otro un golpecillo en la rodilla y la pierna dará un salto. Cuéntale a otro una
historia de horror y sus labios dirán “dios mío” como un impulso. ¿No sería incomprensible en un
mundo gobernado por las leyes de la naturaleza, otorgar a un cordero a pajarillo o al hombre el
instinto de clamar pidiendo ayuda, si alguna mente superior no hubiera determinado que el clamor
seria por un poder superior con la habilidad de escuchar uy responder?

Nunca orare pidiendo cosas materiales de este mundo, solo orare por orientaciones que me señalen
el camino para adquirir estas cosas. Y mi oración será contestada siempre. Orare como un vendedor
de esta manera.

"Oh creador de todas las cosas, ayúdame. Porque hoy me interno en el mundo desnudo y solo, y sin
tu mano que me guíe me extraviaré del camino que conduce al éxito y a la felicidad. No pido ni oro
ni ropas ni aún las oportunidades en consonancia con mi habilidad; en cambio guíame para que
adquiera habilidad para aprovechar mis oportunidades. Tú les has enseñado al león y al águila
cómo cazar y prosperar con sus dientes y sus garras.

Enséñame a cazar con palabras y a prosperar con amor para que sea un león entre los hombres y
águila en el mercado. Ayúdame a permanecer humilde en los obstáculos, y fracasos; sin embargo,
no ocultes de mi vista el premio que acompañará a la victoria.

Asígname tareas en cuyo desempeño otros hayan fracasado; sin embargo guíame para que pueda
arrancar las semillas del éxito de entre sus fracasos.

Confróntame con temores que me templen el espíritu; sin embargo, concédeme el valor para
reírme de mis dudas.

Dame un número suficiente de días para alcanzar mis metas; y sin embargo ayúdame para vivir
hoy como si fuera mi último día.
Guíame en mis palabras para que produzcan frutos. Sin embargo sella mis labios para que no diga
chismes y nadie sea calumniado.

Disciplíname para que adquiera el hábito de no cejar nunca; sin embargo señálame la forma de
usar la ley de los promedios.

Hazme alerta a fin de reconocer la oportunidad; y sin embargo otórgame paciencia que
concentrará mis fuerzas.

Báñame en buenos hábitos para que los malos se ahoguen; sin embargo concédeme compasión
para las debilidades de los hombres.

Déjame saber que todo pasará; sin embargo ayúdame a contar mis bendiciones de hoy.

Exponme ante el odio para que no me sea extraño; sin embargo llena mi copa de amor para que
pueda convertir a los extraños en amigos.

Pero que todas estas cosas sean así si es tu voluntad. Soy tan sólo un pequeño y solitario grano de
uva que se aferra a la viña, y sin embargo me has hecho distinto de todos los demás. En realidad
debe existir un lugar especial para mí.

Guíame. Ayúdame. Señálame el camino. Déjame que llegue a ser todo lo que tienes planeado para
mí cuando mi semilla fue plantada y seleccionada por ti para germinar en la viña del mundo.

Ayuda a este humilde vendedor. Guíame, Dios.

Hafid espero la venida del que recibiría lo pergaminos por casi tres años después de la disolución
de su imperio y haber dispuesto de sus riquezas, con la enfermedades propias de la vejez solo le
queda esperar en el jardín. Un día un hombre de estatura baja procedente del desierto oriental llego
a la ciudad de Damasco y se dirigió inmediatamente al palacio de Hafid, donde al llegar se encontró
con Erasmo al cual le dijo “quisiera hablar con tu señor”. La apariencia de aquel hombre no le
inspiraba confianza ya que tenía las sandalias rotas y remendadas las piernas bronceadas y con
heridas, le cuestiono que es lo que quería de su señor, este solo hizo un gesto de súplica y rogo
hablar con Hafid.

Erasmo lo condujo hasta donde estaba Hafid recostado, el visitante se presentó ante el anciano el
cal le pregunto ¿Qué buscas de mí? Me llamo Saulo vengo de regreso a mi ciudad natal Tarso, desde
Jerusalén, algunos me llaman Pablo, He venido a pedirle ayuda y directivas, ¿podría contarle mi
historia?

Sentándose a los pies de Hafid el joven Pablo comenzó a relatar su historia, la cual hacía ya cuatro
años había empezado en Jerusalén donde él era soldado de Roma, donde había participado en la
muerte de Esteba que había sido condenado por blasfemias contra dios. Hafid no entendía que tenía
que ver todo esto con él.
Pablo explicaba que Esteban era seguidor de un hombre llamado Jesús que había sido crucificado
por los romanos por estar en contra del estado. Así que lo mandaron a Damasco a realizar una
pesquisa de los seguidores de Jesús. Hafid miraba con atención al hombre cuando narraba la
historia, después de no recordar ser golpeado Pablo se encontraba en el suelo y escuchaba una voz
que le decía “Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues? A lo que respondía ¿Quién eres tú? Y la voz le
decía. Soy Jesús, tú me persigues. Levántate entra en la cuidad y se te dirá lo que debes hacer”

Después de esto fue llevado a la sinagoga, donde su presencia infundio temor en todos los discípulos
y predico aunque sus palabras crearon confusión porque ahora hablaba del hijo de dios y que este
era un realidad. Al regresar a Jerusalén se repitieron estas acciones pero a pesar de ello siguió
predicando en el nombre de Jesús. Volvió a escuchar la voz que esta vez le dijo “Tú has tenido la
Palabra durante casi cuatro años pero le has comunicado a muy pocos la luz. Hasta la Palabra de
Dios debe venderse a la gente o de lo contrario no la oirán. ¿No hablé en parábolas para que todos
entendiesen? Pocas moscas podrás cazar con el vinagre. Retorna a Damasco y busca a aquel que es
aclamado como el más grande vendedor del mundo. Si vas a esparcir mi Palabra por el mundo, que
él te enseñe el camino”

Hafid pidió a Pablo le hablara de Jesús, este le narro como había sido su vida, los milagros que habían
realizado su crucifixión, muerte, sepultura y resurrección. También pidió que le hablara del su
nacimiento, si sabía algo de ello, Pablo le entrego a Hafid un manto rojo lleno de sangre y
desgastado, diciendo que estas eras la únicas pertenencias de Jesús en la tierra.

Hafid impresionado dio muchas vueltas al manto hasta que en el encontró la masca de Tola y la de
Pathros que eran las mismas del manto que había regalado en aquel entonces, pregunto que si por
el nacimiento de Jesús se había visto la estrella más luminosa que jamás había visto el hombre. Pablo
incrédulo se quedó con la boca abierta y se estrecharon en un fuerte abrazo. Finalmente Hafid se
puso de pie y dijo a su viejo amigo y tenedor de libros. “Fiel amigo, ve a la torre y vuelve con el cofre.
Por fin hemos encontrado a nuestro vendedor”

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