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Gustavo Bueno / El animal divino / Pentalfa Ediciones, Oviedo 1985, 1996

Gustavo Bueno
El animal divino
Ensayo de una filosofía materialista de la religión
(2� edición, corregida y aumentada con catorce escolios)
Pentalfa Ediciones, Oviedo 1996
145×230 mm, 438 páginas, ISBN 84-7848-490-6
Primera edición: Pentalfa Ediciones, Oviedo 1985
(150×215 mm, 309 páginas, ISBN 84-85422-56-2)
 
La religión es algo común en la vida ordinaria, acerca de la cual
todo el mundo, creyentes o no creyentes, tiene alguna opinión.
En nuestra sociedad actual, educada en el cristianismo (pero lo
mismo se podría decir en sociedades educadas en el islamismo,
judaísmo o budismo, es decir, en las llamadas religiones
superiores), podría afirmarse que la mayor parte de sus
miembros «saben» perfectamente en qué lugar hay que situar la
religión: las religiones tienen que ver con Dios, con las relaciones
entre el hombre y Dios. Cuando los hombres son creyentes (sea
practicando una confesión determinada o, sin practicar ninguna
religión positiva, manteniendo la fe en un ser superior) dirán que la religión es verdadera o que las
religiones tienen algún tipo de verdad. Cuando los hombres no creen en la existencia de algún Dios
dirán simplemente que las religiones son falsas (acaso las justificarán o explicarán por motivos
psicológicos –la esperanza que la religión ofrece– o sociológicos –el «opio del pueblo», engaños de la
casta sacerdotal para defender su estatus de poder...–). Pero, sin embargo, seguirán sabiendo lo que
es la religión, como algo que, en todo caso, tiene que ver con Dios (sea éste real o imaginario).
En todas estos casos se sobreentiende que la religión es algo que tiene que ser definido en relación
con Dios, de forma que el concepto que en los países avanzados se tiene de religión gira en torno a
conceptos teológicos, y que hablar de religión es algo que queda reservado a los teólogos o, si se
quiere, a los especialistas religiosos. Situados en esta perspectiva, toda otra manifestación que de
algún modo suele llamarse religiosa, por ejemplo, el animismo, el politeísmo, el chamanismo, el vudú,
candomblé o incluso el espiritismo, suele sistemáticamente considerarse como cosa de pueblos
primitivos, salvajes o incultos.
Entre los que no creen en Dios lo más frecuente es, sin embargo, pensar que Dios (o los dioses) no
son otra cosa sino proyección de la propia naturaleza humana, y desde este humanismo llega a
justificarse la religión como una exaltación del hombre en tanto que éste llega a elevarse a sí mismo a
la condición de Dios. Según como sean los dioses, así los hombres que los han ideado. «El hombre
hizo a los dioses a su imagen y semejanza.»
Como vemos, la opinión generalizada en nuestra sociedad es que, en todos las casos, la religión tiene
que ver con los dioses.
En este sentido, en El animal divino, el filósofo Gustavo Bueno ofrece una revolucionaria interpretación
de lo que sean las religiones, tratando de descubrir cuál pueda ser el fondo de verdad que las anima,
considerando, desde luego, a las religiones como un fenómeno social y cultural incontestable, cuya
importancia nadie puede subestimar. La tesis fundamental de este libro tiende a desvincular el lazo
que las religiones superiores establecen entre Dios y la religión, para tratar de demostrar que la fuente
de la religión no hay que ponerla en Dios o en los dioses, ni tampoco, por supuesto, en los hombres.
El libro ofrece una interpretación histórica de la religión: no tiene sentido decir qué es la religión, como
si fuera algo permanente, sino cómo se desarrolla. La nueva teoría que se ofrece en este libro
consiste, en efecto, en establecer tres fases históricas del desarrollo de la religión, fases que son
sucesivas, sin que ello quiera decir que las anteriores queden borradas por las posteriores, puesto que
una fase determinada puede reaparecer, o subsistir con otras. La idea principal es que la vida religiosa
del hombre comenzó precisamente a raíz del trato con los animales –con cierto tipo de animales, en el
paleolítico–. Estos animales representaron para el hombre paleolítico, y lo encarnaban realmente, el
papel de númenes, es decir, de entidades que, sin ser humanas, eran sin embargo centros de
voluntad y de entendimiento, entidades a las que había que engañar, rogar, obedecer o matar. Estos
númenes corresponden a las figuras representadas en las cuevas prehistóricas. Esta fase primaria de
la religión se acaba con la domesticación de los animales. Las figuras animales representadas en la
bóveda de las cavernas se proyectan ahora en la bóveda celeste: es la fase de la religión secundaria,
religión de los dioses, religión mitológica. «El hombre –se dice en el libro– hizo a sus dioses a imagen
y semejanza de los animales» –no a imagen y semejanza del hombre, como decía Feuerbach. La fase
de la religión mitológica es una fase de transición esencialmente falsa, un delirio de la imaginación,
que se irá descomponiendo lentamente ante la crítica racional de las llamadas «religiones superiores»

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Gustavo Bueno / El animal divino / Pentalfa Ediciones, Oviedo 1985, 1996

–la fase terciaria, las religiones filosóficas–, en donde los dioses animales son sustituidos por dioses
antropomorfos y, eminentemente, por un Dios único e incorpóreo. Pero justamente en la fase terciaria,
la fuente de la religiosidad ya se ha extinguido: ese Dios incorpóreo, el «dios de los filósofos», es un
ser al que no se puede rezar, ni puede hablarnos; es decir, la religión terciaria, por paradójico que
parezca, es la antesala del ateísmo.
Particular interés ofrecen las referencias que en el libro se documentan sobre la pervivencia en
nuestra sociedad de las fases primaria y secundaria, y los indicios de un renacimiento, que se abre
camino al mismo tiempo que retrocede la religión terciaria, de las fases anteriores, en la forma de los
sentimientos de interés por los animales (la Etología es presentada como la Teología de nuestros
días) que se manifiesta, por ejemplo, desde el hecho de la constitución de frentes de liberación animal,
sociedades protectoras de animales, buena parte de movimientos ecologistas, hasta la visión
demoniaca de los animales en la literatura o el cine («Los pájaros», «V»). Se interpreta el creciente
interés por los extraterrestres, ovnis... como un renacimiento de la religión secundaria, pues los
extraterrestres tienen los mismos caracteres que los démones del helenismo.
El libro contiene una serie de ilustraciones que van exponiendo, de un modo relativamente autónomo,
las tesis principales del libro y dan pie para comentarios puntuales. En su segunda edición se ha
enriquecido con catorce escolios.

Noticias, reseñas, críticas y comentarios sobre este libro


 
• Hacia una teoría materialista de la religión / Argumentos / septiembre 1981
• Debate sobre la verdad de las religiones / El Catoblepas
• Debate sobre la verdad de las religiones / Foros de Nódulo

Otros textos de Gustavo Bueno relacionados


 
• Cuestiones cuodlibetales sobre Dios y la religión / 1989
• ¿Qué significa «cine religioso»? / 1993
• Los valores de lo sagrado: númenes, fetiches y santos / 2000
• Sobre la verdad de las religiones y asuntos involucrados / 2005
• La fe del ateo / 2007

Índice del libro

Prólogo a la segunda edición


A manera de Prólogo
Introducción
Parte I. Proyecto de una filosofía de la religión en su fase gnoseológica
Capítulo 1. El concepto de una «verdadera filosofía»
Capítulo 2. La teoría de la religión corno filosofía

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Gustavo Bueno / El animal divino / Pentalfa Ediciones, Oviedo 1985, 1996

Capítulo 3. Filosofía de la religión y ciencias de la religión


Capítulo 4. Sobre la necesidad de una perspectiva gnoseológica y crítica en filosofía de la
religión .
Capítulo 5. La fase ontológica: teoría de la esencia
Capítulo 6. Una ilustración histórica: la filosofía de la religión de Espinosa
Parte II. Proyecto de una filosofía de la religión en su fase ontológica
Capítulo 1. La perspectiva ontológica
Capítulo 2. La pregunta por el núcleo
Capítulo 3. El númen, núcleo de la religión
Capítulo 4. Premisas antropológicas
Capítulo 5. El curso de la religión y sus tres fases esenciales
Capítulo 6. El cuerpo de la religión
Conclusión
Escolio 1. Nematología, ciencia y filosofía de la religión
Escolio 2. El evemerismo como nematología, como ciencia y como filosofía de la religión
Escolio 3. Sobre la naturaleza filosófica de la concepción zoomórfica de la religión
Escolio 4. La filosofía de la religión como disciplina insertable en el marco de una antropología
filosófica
Escolio 5. Religión y religación
Escolio 6. Religión y espiritismo
Escolio 7. Sobre las ideas de existencia, posibilidad y necesidad
Escolio 8. Precisiones relativas al proceso de transformación de las religiones primarias en
secundarias
Escolio 9. Sobre el cuerpo de las religiones
Escolio 10. ¿Una vía judía al monoteísmo creacionista?
Escolio 11. Reconstrucciones positivas del argumento ontológico
Escolio 12. Las líneas maestras de la teología de la liberación
Escolio 13. Atributos diaméricos de las religiones: dogmatismo y represión
Escolio 14. Religiones y animismo. Respuesta a Gonzalo Puente Ojea
Apéndice. Alfonso Tresguerres. El animal divino y Los dioses olvidados
Indice onomástico

Fundación Gustavo Bueno
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