Carmen Baños Pino

La,tNrnoporocÍa socIAL Dp E. E. EvtNs-Pnrrc¡rnn»

DESDE uN pRrsMA rrr,osórrco

Prólogo de Gustavo Bueno

Pnlr,qrpe EDICIoNES

CARMEN BAÑOS PrNO (Gijón, 1959).
Doctora en Filosofía por la Universidad de
Oviedo con una tesis sobre Evans-Pritchard,
dirigida por Gustavo Bueno, que obtuvo
el Premio Extraordinario de Doctorado
1993-94. Es profesora de Filosofía en el
IES de Roces de Gijón. Ha publicado en El
Basilisco y en El Catoblepas y participado
enla Escuela de Filosofía de Oviedo.
Prólogo
Antrop ología científica y colonialismo
1. Carmen Baños, empeñada en penetrar en la "catpintería interna"
del proyecto de la Antropología científica -en los años en los cuales
la intensidad de los debates en torno a la estructLra o solidez de tal
carpinteria habían alcanzado su clímax-, tuvo la intuición certera de la
vía más accesible que podía conducirle hasta las claves de la armadura de
la "nueva ciencia": el análisis del itinerario que Evans-Pritchard (1902-
1973) habia seguido para llegar a estas claves clue, en gran medida, él
mismo había conformado.
En efecto, Pritchard, que había comenzado su caflera de antropólogo
con Bronislaw Malinowski (quien, a raiz sobre todo de su libro Zos
argonautas del Pacffico, publicado en 1922, brillaba como astro central
en la vanguardia de la antropología mundial), pronto se separó de é1,
precisamente por motivos gnoseológicos ("metodológicos", decían ohos).
Pritchard, y con él Radcliffe-Brown, veían los trabajos de Malinowski
como demasiado próximos al género literario de las "humanidades",
y muy lejanos a 1o que podría ofrecer una supuesta verdadera ciencia
antropológica. Y por "verdadera ciencia" entendían a la ciencia natural,
tal como la concebía el "racionalismo positivtsta"'. hechos e inducción de
leyes, es decir, ciencia nomotética sobre base empírica.
Este modelo de racionalidad científica positivista quería tener una
aplicación universal a cualquier campo de estudio; tendría aplicación
incluso en los campos considerados como irracionales o prelógicos. Eran
los años en los que crecía el prestigio de la teoría de Léqr-Bruhl sobre
la "mentalidad primitiva", cuya aplicación principal se encontraba en los
tomenos dc la Etnografia y de la Antropología. Pues bastaría que el rito o
cl mito más inacional y supcrsticioso, descrito en una sociedad como un
"llcclro" (etic, emic), sc cncontrasc también, cs dccir, sc repiticra cn otras
sc¡ciedadcs primitivas o incluso contcmporánc¿rs, para quc sLr racionalidad
ss marrilbst¿rsc 0rl ¡ir.r oxprosión dc "lcy urlivcrsal".
 6 Cunnen lJoños
Era el método dc la llamada "Escuela de Vicna", encabczada por el
padre Wilhclm Schmidt, qr-re había propuesto dcmostrar quc la idea dc
Dios monoteísta (por irracional que parecicse a los ilustrados cn la ciencia
positivista), era universal a todos los "contemporáneos primitivos"
(andamaneses, papúas, pigrncos...) Si la idea de Dios monoteísta se
encontraba en todos los pucblos primitivos, habría qlle reconocer que
algr-rna razón debia haber de csta universatidad. Lo que quedaba abierta
era la cuestión accrca de si la universalidad, supucstamcntc establecida
"empíricamente", era indicio de una racionalidad, o si sólo dcsdc el
análisis de esta racionaliclad podría explicarse tal supuesta universalidad.
Para poner rm ejcrnplo matemático: ¿hay algo más irracional que
Ia igualclad a0:l (siendo a un nírmero natural cualqr-ricra)? Concedido
c¡uc at=a'a'a; quc ar:a'a y que ar:a, ¿cómo mantencr a0:1? ¿Acaso es
cl rcsultaclo clc rrna rncra convcnción, como algunos pensaron? Esta
convcncitin scría glatuita, pllro azar irracional (¿por qué no adoptar, por
con vcrnc irin. r¡uc iro = I 7'l). En cualquier caso, la relación a0- l, considerada
cn sí nrisnrir, cs lllr) lbsLrlrla como pudiera serlo el cspcctáculo dcl mago
(luc. cr) cl csccrurrio, ct,lrsiguc sacar un conejo dc una chistera. El
crilcrio ¡rosilivisla (cntlr'í¿r ur¡uí una aplicación clara: a0:1 se rnantiene
l)()r'(luc llunbi['n [r" l . c" l. y irsí h.tsta el infinito. Pcro cs claro que esta
i lllcirlrlr l itlirtl no tlcslr¡rrrecc p()r'(lLlc succsivamente veamos a difcrentes
r)rillt()s sitcilt'cn l0s crsccnul'i0s concjos de sus chisteras. No podrcmos sacar
ll rlciorr¿rlitlirrl positivistrr rlc una proposición fundada en la universalidad
crnpírica clc sLl vcrclacl a¡rarcntc, y no al rcvés.
Sin cnrbargo, y cn cualquier caso, la racionalidad funcionalista
atribLrida a un orclcn soclal clcfinido por consenso democrático sólo de un
modo merarncnte cxtemo podría atribuirse a una racionalidad dcsconocida
cn las ciencias antropológicas o etnológicas. El asesinato producido por un
rapto de cólera (irracional) no se hace racional porqllc miles de asesinatos
sean producidos por raptos irracionales de cólcra. La racionalidad de un
proceso operatorio qLre irnplica más de una sola operación, es dccir, un
sistema de operaciones- debc ser inmanente a ese sistcma. Pero esto es
lo que ocllrre cn la relación a0:1. La operación a0:1 cs "lógica y natural"
no por consenso fllndado en su universalidad, sino por su inserción en
un sistcma de opcraciones dadas. Presuponiendo la relación aklak-l y la
relación aklak:ak-k, así como la rclación ak-k-ao, entonces tcndremos quc
rcconoccr la necesidad intcrna de la relación a0:1, qlle se nos ntostrará
coll-ro "racional" o lógica, no ya "cn sí misma", sino cn cl sistcnta cntcro
dc opcracioncs aritlnó1ic¿rs cstablcciclas por Ias t-rpc:raciolrcs ilrrlic¿rtlirs.
E
La unfropologío sot:iol de E.E. Llvun,s-Prittlrurd tlasde un ¡trisnta.f ilosóftco 7
La rcpctición de un "hccho cultural", como pueda scrlo el hecho dc
que en los más diversos cscenarios teatralcs aparezcan chisteras vacías
de las cuales salen concjos, es un indicio dc que tal repctición nomotótica
no es efecto dcl azar, sino que tiene una razón suficientc (cn este caso,
el truco del prestidigitador) y esta razón suficiente será Ia causa de la
universalidad nornotética obseryada.
Considcraciones semejantes pudo hacer Evans-Pritchard o, al menos,
podemos atribuírselas para entenderlo, cuando comcnzó a estudiar la
obra dc Lóvy-Bruhl, estudio que le llevó a escribir su libro de 1934, Lct
teoría de lq mentttlidad primitiva de Lévy-Bruhl.Y, dicho de pasada, cabe
recordar que el propio Léry-Bruhl rectificó años despuós su propia teoría.
La "mcntalidad dc los primitivos" dcbe tencr leycs muy similares a
las dc la mentalidad cicntífica racional (acaso la ley dc causalidad cn la
quc ya se basó cl padre Schmidt). Porque, al contrario, sería imposible
analizar cicntíficamente los hechos, y habría que contetltarse con
exposiciones iiterarias emic,propias de los infbrmes humanísticos de los
cscritores, viajcros y novelistas cuyas mentalidadcs rnitopoióticas fuesen
tan prelógicas como las de los andamaneses, los papúas o los pigmcos
que aparecían en sus novelas o en sus lectores.
2. Estcprocedimiento de racionalización de un sistema por
"envolvimicnto" en un sistema de relaciones más complejo que
considcramos "lógica y natural", puedc aplicatse a la Antropología
precisamcnte en cuanto disciplina desarrollada en el ámbito dcl
colonialismo victorioso, considerado, por ello, como una plataforma
racional.
De hecho Caruen Baños, en su libro, señala las múltiples ocasiones
cn las cualcs Evans-Pritchard procedía. cn sus iltvcsligacioltes
antropológicas, corno un funcionario al servicio dc Estados colonialistas,
y valora positivarnente esta circunstancia contra aque 11os que devalúan el
trabajo dc los antropólogos colonialistas, cuando estudian las sociedadcs
primitivas, cquipados de idcas teóricas preconcebidas c intcresadas quc
distorsionan sus observaciones sobrc la vida de los salvajes.
Cannen Baños sostiene que las famosas monografias de Pritchard
sobrc los ttzoncle o sobre los nuer, estuvicrot.t, en efecto, no sólo
patrocinaclas ("¡rcnsiouaclas", a título dc ayttclas a la invcstigaoitin
cicntíllc:¿r y gcncnrl)sirro srrgcridas por los Cobicrnos coloniitlcs, cn [rttsc¿t
clc inliu.lllcirirr sigrrif it:l(ivlr ¡lirrir nllrrtlcllcl cl .:lttltt¿l//(/ l)()lítie() coll los
¡rrrcblos sontelitlos rtI
"rlolriet'tro irrtlir.cclo".
l!!qF
I0 Carmen Baño.s
estaban sujetos a las mismas "leycs antropológicas". Más aÍtn, nuestros
primeros padres fucron crcados cn un Paraíso del cual tuvieron que salir
aruíz dc un pecado original.
Por consiguiente, esta perspectiva daba pic para aproxirnarse al mito
antiguo del Paraíso original y el mito degcnerativo de la Edad dc oro de
Hesiodo o de tantos pr"reblos anteriores o posteriores (de Don euijote, sin
ir más lejos: "Dichosa la edad..."). Pero el catolicismo había añadido, al
esquema degenerativo, Lln esquema soteriológico progresista, el esqucma
de la salvación por cristo a través de los apóstoles ("Id y preclicad a todas
las gentes"); un esqucma que influyó decisivamcnte en el marxismo y
en la propia Ilustración (como ya vio Gilson en Lq Metamorfbsis de ra
cittdad de Dios), y muy particularmente en el evolucionismo progresista
de Spencer-Darwin (fr-re Spencer quien más eficazmente defendió la
conexión entre la Idea de Evoh-rción y la Idea de Progreso).
Ahora bien, el evolucionismo dar:winista planteó a la Antropología la
necesidad de decidir cntre el monogenismo o el poligenismo, si bien es
ciefio que una gran corriente que aceptaba las tesis darwinistas clefendía,
sin embargo, cl monogenismo propio de un Reino horninol, frente a la
concepción de Linneo, qtre había comenzado clasificando a Genus homo
dcntro del Reino animal, uno dc los tres reinos que constituían el Imperio
de la Naturaleza crcada por Dios.
En realidad, ñre Linnco -con su distinción entre géncro y especie-
el que abrió la cucstión dc la distinción del monogenismo a escala de
género y dcl poligcnismo a cscala de especie. Linneo definió a la especia
Homo como Hc¡mo ,sopien,s; pero esta definición no había que entenderla
como una mera modulación de la definición escolástica del hombre como
"animal racional". Pues la especie humana (cl animal racional) era para
Linneo una especie más del Genus homo, entre otras, lo qr-re significaba,
por tanto, reconocer a los hombres presapiens (Linneo había hablado de
Homo.ferus, y puso como cjemplo a los hotentotes). Linneo, en realidad,
no se plantcó la cucstión darwiniana del origen de las especies, puesto
que para é1 las cspecics sc constituían por generación unívoca rccnmente,
es deci¡ eran eternas (como ya había enseñado Aristóteles). En cambio
Linnco postuló la posibilidad de que especies de un mismo gónero pudiesen
hibridar; lo que significaba de hecho, para laAntropología, reconocer que
no sólo el hombre presapien,s, sino también el Homo sapiens, pudiesen
dar lugar a otras espccies o variedades de hombre sopien.s (por cjemplo, a
lo cltrc hoy llaman comúrnrnentc los palcontólogos Homo su¡tiL,n,s sdpiensi,
o bicn hontbrc moclcrno cn cuantc¡ contraclistinto al h«lnthl.c llclrico).
La ttnfropología social de E.E. Evans-Prifchartl desdc un prisntu.t'ilosóJico I I
Lo que no está deflnido claramente son los parámetros. La distinción
hoy corricnte entre el "hombre arcaico" (el neandertal) y el "hombre
moderno" (el cromañón) no está aceptada universalmcnte. E,ste lnismo
año de 2014 se ha descubiedo un abrigo neandertal en la cucva de
Gorham, en Gibralta¡ con inscripciones geomótricas simbólicas propias
de un hombre moderno. La prensa diaria de primeros de septicmbre
de estc año informa así sobre las "rectas simbólicas" grabadas por un
hombre neandertal dc hace 40.000 años: "El hombrc de neandertal tenía
1as mismas capacidades cognitivas que los humanos modernos". Pero
csto cquivale a reconocer, de hecho (sin que los psicólogos cognitivos se
dieran cuenta), que este hombre "cae en la jurisdiccióu" de la Dcclaración
Universal de los Dcrcchos Humanos.
Pero a esta misma conclusión llegaron los antropólogos
cstructuralistas quc se resistían a reconocer a un hombre presapiett,s,
salvaje o bárbaro. Lévi-Strauss hablará de un "pensamiento salvaje" tan
racional como pudieran serlo los hombres con "mentalidad prelógica" de
l-évy-Bruhl. Estos hombres primitivos quc han ido descubriéndose "al
lrirso del avance del imperialismo", sobre todo a raíz dcl dcscubrimiento
dc América, ya no scrían supervivientes dc hombrcs primitivos, sitro
Ilombres "cognitivamente iguales a nosotros" (y esto es un triunfo
tlc la perspcctiva psicologista, frente a la pcrspectiva antropotógica).
('on la ventaja de ser hombres prístinos, "buenos salvajes", todavía no
r:ontaminados por la "civilización", tal como fue entendiéndosc desde
llousseau. Estos hombres prirnitivos ya no scrán hombres degenerados tras
cl lrccado original, hombrcs presapiens supervivicntes ("contemporáneos
¡rrimitivos"). Son indígcnas, auténticos hombres habitantes del Paraíso
¡rcldido, que deben ser preservados en su condición de tales (por tanto,
.: n slrs hábitats propios), no sólo por los antropólogos (que verán en ellos
Ios últimos testimonios de la humanidad genuina) sirro por los políticos,
irrspirados cn la "buena praxis" ética de los Dcrcchos humanos.
Ill clcscubrimicnto dc América y de África, y cl contacto con grupos
lrrrnl¿u.rcls o considcraclos tales, abrió en cfccto la cuestión de la rclaciór-r
t'rrlr.c cstos grlrpos con los hombres. ¿Proccdían dcl tnismo tronco, dc
,,\tllirr y llva'/ ¿,1,a ll¿unacla "llva mitocondrial" cs tur rrcro conccplo
r':,lrrrlístico'/ I}r cualt¡tricr crrsi(), ¿,ora un cloclo tlc tlcgrittlacitll clol honr[¡r'c
¡rr irrritivo (¡lrnr r¡rricrrcs str¡'lonían t¡Lrc Acliitt ct'lr bliurco), o bir:tt cr'¿trl lits
r r' I rt¡rrils tlcl lrorlt»c ¡rli rrri t i vo gr:rtttitto'1
Muclros e s¡lrrrolcs. t orrto Vilot iir o Sc¡lítlvt'tllt. t olrsitlt'r'lttort lrlirlrlttos
:r lrrs rnrltos I-r't irl¡l rlt'scttllit't.los. l)r't() rrllry ¡ltttttlo. y r'1)tr lttril r tolt ttt tlt
 l,' ( \tttttt,tt llt¡lilt.¡
¡t!tltltrllrtlt\i¡rt,¡t¡thtl th'1,,'.1, 1'.'r,ttt,¡ l'tit, lt,n,ltl,¡,1' trtt ¡tti.rnntltltxr)ft'o l.l
silllllal'¿t l¿t tlcl l)il(lrc [,¿ts ('¿rsits o lir dc Mon{csirros.
¿r li¡r.r.n (,()nsi(lcr..(los ¡lllnlr.'nc.nros scni ir costl rlc urt¿r interveneir'ltr "irrr¡rcriitlista" irtcvita[rlc,
c0lllo holnbrcs golltlill()s, clL¡c había cluc corrsirlc¡¿rr.r,orrro
llu.r.rnuuos, (lltL'no srilo sc nllrrrilicsta cn la tala dc bosclucs, sino también en latutela
con todo lo quc esto irnpricaba en rclació, c,lr
cr cscl¿rvis,l'. La rrr{rlic¿r (rlc la "rnccliciua occidclttal") y cn la tutcla de la escuelareglada,
autodenominada (propagancrísticam ente) Ilus trac
ió n hcrcdó cl csquema
cristiano: los indios eran hombres plenos, buenos v, f)ol' sullucsto, clc la cvangclización y de Ia colonización.
salvajes, y había que
tratarles como tales. A partir de r 7 89 habria que .lruur Zcrzan, cl1 su llbro Malestar en el tiempo (Ikusager, Vitoria
convertirlo s en ciudadano s
franceses, capaces de entrar en ra Asamblea ,1(X)l), asurniir ingcnuarncnte estas nuevas ideas, y propuso la necesidad
como diputados (ros ingreses,
en cambio, más cautos, mantuvieron la estrategia rlt: rcgrcsar', clcsdc nuestra civilización corrompida, ala etapa del hombre
der gobierno indirecto). plinrorclial, quc ó[ idcntificaba con el hombre recolector y precazador, que
El
esquema del agustinismo (principalmente español
y fiancés),
asumido por los nllevos antropólogos, se orienta lotlirvía no ha caído en el pecado original delacaza, y en su secuela, la
hacia ia ,"gáio, de los rrgricrrllura (rcnritimos a nuestro antílogo, a esa edición de Zetzan, <<La
estadios de la barbarie y del salvajismo estabrecidos
por los Intropólogos rrostalgia dc la barbarie como antiglobalización»).
anglosajones (Morgan, Tyror). pero no se trató
la cuestión de si el l)oro más ingenuos qre Zerzan (o más hipócritas) nos parecen esos
pensamiento salvaje.(o ra mentalidad prelógica)
utirizabaya er principio jcsLritas del Estado de Chiapas que propugnan hoy, por respecto a los
de causalidad; cuestión que skinner había embrollado
con su concepto
de.o'conducta supersticiosa" de ra paroma que irrclígcnas, la necesidad de mantenerlos en sus dominios, dando a entender
roza con su arara jaura,
al ir a presionar la paranca dispensadora de arimento (ra (lr.rc sLr rnisión evangelizadora no puede confundirse con la interwención
cond,cta sería c:olonizadora que hace posible el contacto con los "no contactados".
supersticiosa, segirn Skinner, porqlle ra paroma presionaba
como si el roce
de su ala en la ja,la hubiera influido en la palanca, ¿Cómo poner en duda, por tanto, el reconocimiento de que, en la
pero esto equivaría a
atribuir a la paloma un supuesto esquema causal qué procedía situación actual, el debate sobre ese "fantasma gnoseológico" que es
der propio
Skinner). Ia cicncia antropológicay la política de los gobiernos que asumen esa
cicncia, nos lleva a considerar el libro de Carmen Baños como poseedor
-losEnindios
resolución, para ros antropólogos de vanguardia "más
ilustrados,,,
descubieÍos ya no serían contemporáneos primitivos tlc una actualidad plena, y no sólo relevante, sino decisiva? Siempre
(degenerados) sino hombres genuinos, indígenas cluc los "antropólogos de butaca" se molesten en leerlo, y los ideólogos
aún no cántactados
que hay que respetar precisamente en los momentos ¡rolíticos indigenistas, también.
en ros cuales el
contacto es Lrn contacto depredador propio de empresas
capitalistas ¿O es que no adviefte la vanguardia antropológica que el concepto
madereras o petroleras. con esto se sobreentiend" tlc "indigenismo" -dejando de lado los 'oencuentros de 1a tercera fase"-
de la
"r ".q.r.-a
colonización cristiana agustiniana (misionera o ilustrada),
frrndamento
cs sólo una refracción del mito hesiódico de la Edad de Oro o del mito
de la Antropología y parlidaria del mensaje soteriorógico mosaico del Paraíso perdido? Con la diferencia de que el indigenismo no
áe la salvación
de quienes se mantienen en er pecado. Los indígenas clrenta hoy sólo con la autoridad de la Iglesia (en la línea de Las Casas o de
son ahora los
contemporáneos primitivos del paraíso, no los primates Montesinos), sino también, y sobre, todo, con la autoridad de los E,stados
bárbaros o
salvajes. En su consecuenci a, hay que descubrir clue han incorporado a sus derechos fundamentales constitucionales los
en ellos ras .,semillas
del Verbo" (como decía Leonardo Boff, y antes aún principios de la Declaración {Jniversal de los Derechos Humanos.
Fray Servando de
Mier Noriega, c,ando reivindicó la condición indígena
dL la virgen de
Guadalupe, que habría ilegado aAmérica aravezqie ra virgen del pilar
llegó a Zaragoza).
Ahora bien, al devolver a ros indígenas a su paraíso, pero Gustavo Bueno
en serio, es
decir, al cortar las relaciones con e[ós, dejándoles Niembro, 19 de octubre de2014
en ta tiberta¿ de sus
selvas, de sus dioses, de sus medicinas y de sus propias
renguas indígenas,
estaríamos coúando de nuevo nuestras relacionás
!llo.. y si las
"o,