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Desarrollo Rural, Política Pública

y Agricultura Familiar.
Reflexiones en torno a experiencias
de la Agricultura Familiar
en Santiago del Estero
Agradecimientos
Este libro es el producto de dos años de trabajo articulado entre téc-
nica/os extensionistas e investigadora/es.
Es por ello que en nombre de toda/os los coautora/es queremos agra-
decer, en primer lugar, a las instituciones a las cuales pertenecemos, la Se-
cretaría de Agricultura Familiar (Delegación Santiago del Estero) y al
Instituto de Estudios para el Desarrollo Social (INDES) de la Facultad de
Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud (Universidad Nacional de
Santiago del Estero), quienes han facilitado diversos recursos para poder
acceder a las experiencias.
A los productora/es y a sus organizaciones, quienes nos han abierto las
puertas de sus casas para relatarnos sus experiencias, sus vivencias, sus
sentimientos y para permitirnos reflexionar juntos y plasmarlas en este tra-
bajo.
Agradecemos también a todas las instituciones que han hecho posible
estas sistematizaciones brindándonos información y permitiendo entrevis-
tarlos, a los gobiernos locales, (gobierno de la provincia y sus reparticio-
nes, municipios, comisiones municipales) a instituciones estatales (INTA,
INTI, SENASA, etc.).
Finalmente queremos hacer un agradecimiento especial a la Facultad
de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud de la UNSE, la Munici-
palidad de Ojo de Agua, La Municipalidad de la Ciudad de la Banda y la Mu-
nicipalidad de Forres que han hecho posible, mediante su colaboración,
que este libro esté disponible para todas y todos.

Muchas Gracias.
Desarrollo rural, política pública y agricultura familiar : reflexio-
nes en torno a experiencias de la agricultura familiar en Santiago
del Estero / Leopoldo Angel Camaño ... [et al.]. - 1a ed adaptada.
- San Miguel de Tucumán : Magna Publicaciones, 2016.
220 p. + CD-DVD ; 21 x 15 cm.

ISBN 978-987-1726-23-3

1. Agricultura Familiar. I. Camaño, Leopoldo Angel


CDD 630

Fotografías: María Eva Salazar


Diseño de tapa: Estudio Domo Sgo.
Diseño de Interior: Maximiliano Talquenca
Impresión: Magna Publicaciones
e-mail: editmagna@hotmail.com

Tucumán -Argentina
Año 2016

Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o


transmitida de ninguna forma ni por ningún medio, sea eléctrico, mecá-
nico, electrónico, informático, por grabación, fotocopia o cualquier otro, sin
los permisos previos correspondientes por escrito, de lOS Autores
Palabras preliminares (I)
Mg. María Mercedes Arce de Vera
Decana de la Facultad de Humanidades, Cs. Sociales y de la Salud de
la Universidad Nacional de Santiago del Estero

Lic. Hugo Marcelino Ledesma


Vice decano Facultad de Humanidades Cs Sociales y de la Salud de la
Universidad Nacional de Santiago del Estero

En primer lugar debemos resaltar la importancia sustantiva que reviste


este tipo de línea de trabajo, capaz de mancomunar el esfuerzo y al mismo
tiempo el compromiso de los equipos técnicos de la SAF- Delegación
Santiago del Estero y los diferentes grupos de estudios rurales, de la
Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud de la
Universidad Nacional de Santiago del Estero. Esta conjunción de saberes y
técnicas provocan instancias cualitativas en el orden del desarrollo rural en
torno a las experiencias de la agricultura familiar.
Los espacios que aquí señalamos abren posibilidades dialógicas entre el
campo académico y el campo técnico. O, en otros términos podemos decir,
entre las prácticas y las teorías muchas veces discutidas porque,
justamente, estos campos binarios aparecen disociados, distanciados,
contrapuestos. Es menester señalar que en esta oportunidad las
experiencias de la Agricultura Familiar, dieron muestras acabadas de que
estos dos procesos abrazaron resultados altamente ponderables. Y esto se
pudo lograr dentro de un proceso de plena participación de actores
involucrados con el saber y el “hacer”.
Como bien señala el prólogo del libro editado: “esta propuesta surgió de
la necesidad de dar visibilidad a diferentes experiencias de la Agricultura
Familiar en Santiago del Estero”; experiencias que en otras épocas habrían
sido imposibles llevarlas a cabo, puesto que la economía sólo atendía
cuestiones de índole macro.
Hacemos referencia a la Década de los años ´90, donde no sólo hubo
una imperancia del individualismo liberal, sino un gobierno del modelo
económico cuyos ejes nunca versaron sobre la relevancia de lo colectivo
como formas creativas de producción. Lo colectivo en esos difíciles años se
presentaba como prácticas de resistencia a una economía que nunca reparó
en los regionalismos, dejando a la deriva los pequeños mercados, en donde
se le imprime identidad a la producción.
Para que estas instancias aciagas de la economía nacional pudieran ser
superadas, a partir del 2003 a esta parte, se recuperó la noción no sólo
ideológica del Estado, sino su importancia en los procesos productivos
macro y micro. La recuperación y capacidad del Estado Nacional provocó el
fortalecimiento de múltiples y diversas políticas públicas que en el campo
económico impactaron con resultados inclusivos, empáticos y altamente
positivos incorporando a sectores de la economía social antes excluidos de
cualquier tipo de mercado.
La despersonalización de la producción fue moneda corriente de otra
época. Justamente, el sector de la agricultura familiar está integrado por
actores visibles, que revisten el estatus de productores y productoras y
cuyas prácticas cotidianas les permiten consolidar una organización que a
esta altura representa un modelo a seguir no sólo en el territorio nacional,
sino también en relación con la Región.
Un claro ejemplo lo son –como bien señala el libro- las experiencias
encontradas en ferias, en los circuitos cortos de comercialización promovida
por el Estado que de esta manera impulsan la comercialización conjunta,
la venta local y regional, y la articulación como estrategia para la
comercialización.
Por último quisiéramos resaltar que en toda esta trama social de
producción anidan lazos de solidaridad que humanizan los fríos lugares de
la economía. Estos espacios suponen también intentos de repensar las
relaciones económicas desde parámetros diferentes, no siempre asociados
a la promoción y consolidación del Capital. Por el contrario, persiguen
construir relaciones de producción, distribución, consumo y financiación
basadas en la justicia, cooperación, la reciprocidad, y la ayuda mutua.
En consecuencia, y a diferencia de las lógicas capitalistas, estas formas
de producción ponen a las personas y su trabajo en el centro del sistema
económico, visibilizando sus prácticas colectivas, antes negadas por las
lógicas del impiadoso mercado.
Palabras preliminares (II)
Dr. Alejandro Rofman
Investigador Principal del CEUR/CONICET

Este texto es, además de muy provocativo, altamente novedoso


En primer lugar no parte de un enfoque teórico extensamente desarro-
llado, como suele ser habitual, sobre el significado preciso de qué es “Agri-
cultura Familiar”. Por el contrario, sin desdeñar en varios de los aportes la
necesidad de definir con precisión el sujeto político y social que es el agri-
cultor familiar, se dedica básicamente a precisar su desempeño en la rea-
lidad agraria de Santiago del Estero, recogiendo las experiencias diversas en
un haz de visiones actuales sobre el desempeño de el modelo de Agricul-
tura con Agricultores.
En ese recorrido muy variado y de especial riqueza descriptiva el lector
va tomando cuenta de los avances, dificultades y propósitos de aquellos
enrolados en el proceso de construcción de nuevos escenarios para los pe-
queños agricultores que luchan por su subsistencia y aspiran a consolidar
su presencia en las geografía rural argentina. De este modo, cada relato de
un técnico nos ilustra mejor que cualquier análisis meramente conceptual
acerca de las actuales vicisitudes del pequeño agricultor que trabaja en su
predio con su familiar. De ahí que lo llamamos “provocativo” porque se
nutre de la exposición de los esfuerzos encarados por este mayoritario sec-
tor de productores agrarios en el campo santiagueño y da cuenta de los re-
corridos recientes de muchos de ellos y del apoyo recibido desde el Estado
para transitar desde una etapa de subsistencia económica mínima a otra
de creciente satisfacción de sus necesidades básicas y las de su familia.
Pero lo indudablemente novedoso del texto es que el mismo en su muy
interesante desarrollo se alimenta con las citas textuales de los dichos de
los citados agricultores en cada circunstancia en que el técnico describe el
perfil de sus actividades, sus conflictos, su lucha cotidiana para la sobre-
vivencia, su relación con la tierra y su afán de escalar en su capacidad de
ingreso y de obtención de recursos para el sostenimiento de la unidad fa-
miliar. Se pone en práctica, así, un material por demás novedoso, como de-
cíamos al principio, en donde surge un texto interactivo- entre el o los
profesionales responsables de cada estudio de caso- y sus auténticos pro-
tagonistas: los agricultores familiares.
Como síntesis de la atenta lectura de los trabajos aquí incluidos cita-
mos algunas conclusiones que resultan centrales para la adecuada com-
prensión de los mismos:
El estado de avance de las iniciativas que incorporan a los profesiona-
les de la Secretaría de Agricultura Familiar de la Nación es disímil pero aún
en aquellas iniciativas que son pruebas piloto se advierten e mejoras rea-
les y potenciales en cuanto a la dinámica de crecimiento de los sujetos so-
ciales que justifican avanzar y profundizar los procesos de cambio
expuestos.
En las diversas experiencias detalladas es dable advertir un franco pro-
ceso de revalorización del grupo familiar responsable de las unidades eco-
nómicas, que se reconocen como protagonistas de nuevos caminos a em-
prender para afirmar su identidad y fortalecer su capacidad de gestión y de
asociativismo.
Corresponde destacar el creciente valor de la presencia de la mujer, in-
tegrada al núcleo familiar responsable del manejo de la unidad productiva,
que logra crecer en poder dentro de dicha unidad y en su capacidad de con-
ducción compartida de los emprendimientos. Advertimos así un proceso de
redescubrimiento de ellas mismas como mujeres independientes y su au-
toreconocimiento como trabajadoras activas en el seno del grupo, lo que
incluye también acceso a ingresos propios, con capacidad para su utiliza-
ción en forma independiente por afuera de los ingresos familiares
Finalmente, es de destacar el hecho de que en el proceso de interacción
entre productores y técnicos surgen evidencias claras de que el esfuerzo
para agregar nuevas tecnologías para incrementar productividad y buen
manejo no es un fenómeno unidireccional- desde el saber técnico al agri-
cultor- sino de ida y vuelta. Ello implica la plena aceptación en la genera-
ción de innovaciones del principio de que los agricultores no son receptores
pasivos del saber técnico sino protagonistas esenciales que insertan su co-
nocimiento histórico para reforzar el citado proceso innovativo.
Es, entonces, por demás valioso acceder a la lectura de este texto, que
se puede transformar en una herramienta muy valiosa para el futuro des-
empeño de los numerosos actores del espacio público responsables de apo-
yar y cooperar en el mejoramiento de las condiciones operativas y de la
calidad de vida de la gran masa de productores agrarios familiares exten-
didos por todo el país.
Palabras preliminares (III)
Miguel Fernández
Presidente de la Federación de Organizaciones Nucleadas
de la Agricultura Familiar

Los miles de pequeños y medianos productores, campesinos, colonos,


chacareros, pueblos originarios, cooperativistas que integramos el FORO
NACIONAL DE LA AGRICULTURA FAMILIAR y la Federación de Organiza-
ciones nucleadas de la Agricultura Familiar (FONAF), hemos recibido con
agrado la publicación de las experiencias de trabajo en desarrollo rural de
nuestros hermanos santiagueños, conociendo además que es una tarea en
conjunto de los técnicos del Estado Nacional y los productores organizados
de la agricultura familiar.
La FONAF sostiene que la continuidad y profundización del Proyecto Na-
cional para el Agro Argentino demanda un nuevo rol para el Estado Nacio-
nal. Son necesarias nuevas transformaciones que permitan pasar de una
producción y comercialización agroalimentaria concentrada, deslocalizada
y con fuerte presencia del capital extranjero; a una nacional, inclusiva y
más radicada en el interior del país.
Como dice la Presidente Cristina Fernandez de Kirchner, esto no se hace
con magia. Se necesita decisión política, pero también nuevas y modernas
visiones de los enfoques en desarrollo rural; reconociendo los cambios de
época, el avance tecnológico, el conocimiento de los mercados, las deman-
das de la población, las necesidades de los agricultores familiares; en fin,
una visión integral que debe construir el conjunto de los actores sociales
que forman “nuestro campo”.
La sistematización de estas experiencias y su publicación sin duda con-
tribuirán a dar visibilidad a ese camino, que es el que proponen las orga-
nizaciones de pequeños productores como la FONAF.
La construcción de una “Nueva Ruralidad” es una labor creativa, es el
resultado de conocer primero lo que se desea transformar, para luego pro-
mover los cambios que permitan cumplir con el objetivo deseado. Es el ali-
mento indispensable para la definición de las políticas públicas que se
deseen aplicar al sector.
Bienvenidos todos los trabajos de investigación que nos acerquen a co-
nocer mejor la producción, las luchas y la vida de los agricultores familiares
en nuestros territorios provinciales, en sus pueblos rurales; en reconocer la
labor de los técnicos comprometidos con un país distinto, mejor; que per-
mita acercar la realidad de la agricultura familiar al público lector.
SOBRE LOS AUTORES
CAMAÑO, LEOPOLDO ÁNGEL
Médico Veterinario de Universidad Nacional de Río Cuarto. Docente de la
Cátedra Morfofisiología Animal en la Carrera de Biología dependiente del Ins-
tituto de Formación Docente Nº10, Ojo de Agua. Referente Técnico de la Se-
cretaría de Agricultura Familiar - Ministerio de Agricultura, Ganadería y
Pesca de la Nación, Delegación Sgo. Del Estero. Línea de investigación: Des-
arrollo Rural y Políticas públicas para el sector de la Agricultura Familiar.
Correo electrónico: etzoda@hotmail.com

CARABAJAL, PATRICIA BIYINA


Lic. En administración de la Universidad Nac. De Sgo. Del Estero. Téc-
nico de Terreno de la Secretaria de Agricultura Familiar - Ministerio de Agri-
cultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Delegación Santiago del Estero.
Línea de Investigación: Comercialización Conjunta de Cabritos (1996); El
Proceso Comercial del Cabrito. Estudio de Oferta y Demanda. Cambio Rural
(1996) Estudio de Oferta y Demanda de Fardos de Alfalfa (1997/2004) Es-
tudio de Mercado de Cucurbitáceas.
Correo electrónico: patrycareze@yahoo.com.ar

CONCHA MERLO, PABLO


Licenciado en Filosofía, maestrando en Antropología Social por la Uni-
versidad Nacional de Buenos Aires. Becario Interno Doctoral del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Integrante
del Equipo de Cultura y Poder, colaborador en el Equipo de Sociología
Rural, ambos del Instituto de Estudios para el Desarrollo Social (INDES)
de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud de la Uni-
versidad Nacional de Santiago del Estero. Realiza sus investigaciones en
torno a saberes prácticos vinculados a la producción campesina.
Correo electrónico: pacm85@hotmail.com

CORONEL, KARINA YACKELINE


Técnico Medio en Producción Agropecuaria, Modalidad Producción de
Bienes y Servicios con Orientación Agropecuaria. Técnica de Terreno de la
Secretaria de Agricultura Familiar - Ministerio de Agricultura, Ganadería y
Pesca de la Nación, Delegación Santiago del Estero.
Correo electrónico: karicoronnel@gmail.com

CORVALAN, NOEMI SUSANA


Ingeniera Forestal de la Universidad Nacional de Santiago del Estero.
Responsable del equipo técnico de la zona Banda Centro dentro de la Re-
gión de Riego del Río Dulce, de la Secretaria de Agricultura Familiar, Mi-
nisterio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Delegación San-
tiago del Estero.
Correo electrónico: susycorv@yahoo.com.ar

DIAZ HABRA, MARÍA DEL HUERTO


Becaria Doctoral del CONICET en INDES/UNSE. Licenciada en Rela-
ciones Internacionales (UCSE). Maestranda de Desarrollo Rural de la UBA
y Doctoranda en Ciencias Agropecuarias de la UBA. Línea de investigación
es Políticas Públicas de Tierras y Desarrollo Territorial Rural.
Correo electrónico: huertitod@hotmail.com

DÍAZ, JUAN PABLO


Ingeniero agrónomo (UNT). Magister en Desarrollo de Zonas Áridas y Se-
miáridas (UNSE). Técnico de terreno PROINDER (2003-2006), técnico de
equipo territorial ONG Be. Pe. (2005-2011). Docente de la cátedra de Ex-
tensión y Desarrollo Rural de la FAyA-UNSE (2008 a la fecha). Línea de in-
vestigación: diversas temáticas de la agricultura familiar relacionadas
principalmente al tema tecnológico.
Correo electrónico: jpdiazart@yahoo.com

FERREYRA, RAMÓN ALFONSO


Analista en Gestión Educativa (Universidad Nacional de Santiago del Es-
tero). Maestro rural en la Escuela Primaria Nº 608 “El Pirucho” en el departa-
mento Figueroa. Coordinador Regional de la Secretaría de Agricultura Familiar,
Delegación Santiago del Estero. Promotor del proceso de movilización campe-
sina en el departamento Figueroa y Moreno, que dio origen a organizaciones
como DUFINOC, PROCAFI, Mesa de Tierras, Asociación El Hoyo.
Correo electrónico: tumbitaferreyra@hotmail.com

FRANZZINI, MÓNICA SUSANA


Lic. en Sociología de la Univ. Nacional de Sgo. Del Estero. Tesista en la
Maestría de Psicología Social de la Escuela de Pichón Riviere Univ. Nacional
de Tucuman sobre la temática Tierra y vida cotidiana. Ha colaborado junto
a Favio Pirone en Unidad para el Cambio Rural (UCAR - Ministerio de Agri-
cultura, Ganadería y Pesca, 2012) en la Propuesta para la elaboración de
una Política de y para la Juventud Rural en “Con nuestras voces, con nues-
tras manos”. Técnica de Terreno de la Secretaria de Agricultura Familiar - Mi-
nisterio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Delegación Santiago
del Estero. En su equipo es la referente en Tierra y Derechos.
Correo electrónico: monifranzzini@hotmail.com
GIL VILLANUEVA, LUCRECIA
Estudió comunicación social en la Universidad de Buenos Aires. Técnica
de la Secretaria de Agricultura Familiar - Ministerio de Agricultura, Gana-
dería y Pesca de la Nación, Delegación Sgo. del Estero. Entre1997 y 2011 se
ha desempeñado en Santiago del Estero en la coordinación de programas y
proyectos de desarrollo rural, en organizaciones de la sociedad civil como RC
Riccerca y Cooperzione, PRODEMUR –Promoción de la Mujer Rural-, Poder
Ciudadano, y El Ceibal Asociación Civil. Desde el 2011 produce el programa
de radio “Unidos & Organizados” para los departamentos Pellegrini y Copo.
Correo electrónico: lulugvs@yahoo.com.ar

GÓMEZ HERRERA, ANDREA GEANINA


Licenciada en Sociología, Maestrando en Desarrollo Rural por la Uni-
versidad de Buenos Aires. Becaria Interna Doctoral del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), integrante del Equipo de
Sociología Rural de Instituto de Estudios para el Desarrollo Social (INDES)
de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud de la Uni-
versidad Nacional de Santiago del Estero. Realiza investigaciones en torno
a  políticas públicas de Desarrollo Rural y comunalismo agrario.
Correo electrónico de contacto: andreagomexxxi@hotmail.com

GOMEZ, VERONICA ELIZABETH


Licenciada en Trabajo Social (UNSE).Post Grado en Políticas Públicas Uni-
versidad Católica de Córdoba. Acompañante Terapéutico para Adictos. Traba-
jadora Social en el Poder Judicial de la Provincia. Técnica de Terreno en SAF.
Líneas de investigación: Ferias Francas una alternativa de comercialización.
Correo electrónico: veroegomez@hotmail.com

GONZÁLEZ, VIVIANA GRACIELA


Licenciada en Sociología (UNSE), Especialista en Abordaje Integral de
Problemáticas Sociales en el Ámbito Comunitario (UNLa). Técnica de la Se-
cretaría de Agricultura Familiar del Ministerio de Agricultura, Ganadería y
Pesca de la Nación. Docente del Seminario de Planificación Estratégica para
el Desarrollo Local en la Realidad Rural de la Carrera de Trabajo Social del
Instituto de Estudios Superiores San Martín de Porres. Línea de investiga-
ción actual: desarrollo rural, agricultura familiar y economía social. Políti-
cas públicas y agricultura familiar
Correo electrónico: viviana_g04@yahoo.com.ar

GUTIÉRREZ, MARTA ELENA


Licenciada en Socióloga (UNSE). Magíster en Desarrollo Local y Des-
arrollo Económico Local (Universidad Nacional de General San Martín y
Universidad Autónoma de Madrid). Responsable del Área de Planificación
de la Secretaría de Agricultura Familiar - Ministerio de Agricultura Gana-
dería y Pesca de la Nación, Delegación Santiago del Estero. Secretaria Eje-
cutiva del CEPAFNOA (Centro de Formación para la Agricultura Familiar
del NOA). Desarrolla trabajos de extensión e investigación vinculados al
movimiento social campesino y las políticas públicas orientadas a la agri-
cultura familiar, el desarrollo rural y local. Actualmente cursando Docto-
rado en Humanidades en la Universidad Nacional de Tucumán
Correo electrónico: martaegutierrez@hotmail.com

JARA, CRISTIAN EMANUEL


Doctor en Humanidades y Magister en Estudios Sociales para América
Latina. Además, es Investigador Asistente del CONICET (Consejo Nacional
de Investigaciones Científicas y Técnicas) en el INDES (Instituto de Estudios
para el Desarrollo Social) de la Universidad Nacional de Santiago del Estero
(UNSE). Su línea de investigación consiste en los movimientos sociales agra-
rios y los conflictos por los recursos naturales. Asimismo, se desempeña
como docente de la cátedra de Historia del Pensamiento Político en la Uni-
versidad Católica de Santiago del Estero (UCSE).
Correo electrónico:cristianjara_cl@hotmail.com

LEGUIZAMÓN, MARÍA ALEJANDRA


Licenciada en sociología. Línea de investigación: economía social y des-
arrollo local. Técnica de Terreno (socio-organizativo) de la Secretaria de
Agricultura Familiar - Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la
Nación, Delegación Santiago del Estero
Correo electrónico: alejandralegar@yahoo.com

LÓPEZ, HORTENSIA IMELDA


Ingeniera Agrónomo de la Universidad Nacional de Sgo. Del Estero, Post-
Grado en Desarrollo Rural, Post Grado en Economía Social, Post Grado en
Temática Género, Post Grado en Formación Política. Referente Técnico de
Secretaria de Agricultura Familiar - Ministerio de Agricultura, Ganadería y
Pesca de la Nación, Delegación Santiago del Estero. Sistematizaciones pre-
sentadas en diversas temáticas de la agricultura familiar.
Correo electrónico: lopezimelda_05@yahoo.com.ar

MERINO, ANA CLARA


Ingeniera Agrónoma (UNT). Técnica Productiva del equipo zonal Banda
Sur -Colonia Simbolar, perteneciente a la región centro de la Secretaria de
Agricultura Familiar delegación Santiago. Ámbito de trabajo actual: cintu-
rón Frutihorticola del departamento Banda. Grupos focales feriantes de Fe-
risaf Banda sur -cooperativa de Productos Naturales –Asociación Por
Nuestro Pueblo de Cuatro Horcones
Correo electrónico: anacme25@yahoo.com.ar
MERLO, MARIANELA ANAHI
Técnico en Información Económica-Social. Tesista de la Licenciatura de
Sociología de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE). Con
especialización en Sociología Rural. Integrante del equipo de Sociología
Rural del INDES (Instituto de Estudios para el Desarrollo Social) de la
UNSE. Su línea de investigación: Economía Social, Agricultura Familiar,
Desarrollo Rural.
Correo Electrónico: marianellamerlo@gmail.com

MOYANO, LUIS ANGEL


Licenciado en. Sociología, Magister en Gerencia Social. Profesor Adjunto,
en la Facultad de Humanidades Cs. Sociales y de la Salud de la Universi-
dad Nacional de Santiago del Estero; es Integrante del Proyecto de Investi-
gación PICTO “Estructura agraria, áreas de concentración de la agricultura
familiar y procesos de expansión de la frontera agropecuaria en Santiago del
Estero: aportes para el ordenamiento territorial”. Responsable del Área de
Capacitación a Productores de la Secretaría de Agricultura Familiar - Mi-
nisterio de Agricultura Ganadería y Pesca de la Nación, Delegación San-
tiago del Estero,
Correo electrónico: moyanol4200@yahoo.com.ar

NAZAR, PAOLA MARCELA


Estudiante avanzada de la Licenciatura en Sociología de la Universidad Na-
cional de Santiago del Estero. Técnica de Terreno en lo Socio-Organizativo de
la Secretaria de Agricultura Familiar - Ministerio de Agricultura, Ganadería y
Pesca de la Nación, Delegación Santiago del Estero. Participación en los espa-
cios de Género, Ferias Locales, Comunicación y Foro de Universidades.
Correo electrónico: paonaz23@hotmail.com

PALOMO GARZÓN, MARÍA VIRGINIA


Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Católica de
Santiago del Estero. Actualmente, forma parte del equipo de investigación
de Sociología Rural del INDES-UNSE (Instituto de Estudios Sociales para el
Desarrollo Social). Su línea de investigación está orientada hacia la insti-
tucionalidad y gestión del desarrollo, especialmente respecto del desarrollo
territorial rural. Doctoranda en Ciencias Sociales con orientación en geo-
grafía. Universidad nacional de Tucumán. 
Correo electrónico: virgi1405@hotmail.com

RODRÍGUEZ SPERAT, RAMIRO


Contador Público Nacional, Master en Dirección e Internacionalización
de la Empresa Familiar y Doctor en Estudios Sociales Agrarios. Actual-
mente se desempeña como Investigador del Consejo Nacional de Investiga-
ciones Científicas y Técnicas (CONICET), como así también de Instituto del
Estudios para el Desarrollo Social (INDES) de la Universidad Nacional de
Santiago del Estero. Su línea de investigación se relaciona con estudios que
abarcan distintos aspectos vinculados con la economía campesina, con-
tando en la actualidad con varias publicaciones en revistas científicas tanto
nacionales como internacionales referidas a la temática.
Correo electrónico: ramirorodriguezsperat@hotmail.com

SALAZAR, MARIA EVA


Técnica fotógrafa y de medios audiovisuales. Egresada del Instituto de
Artes visuales y comunicación de Avellaneda. Realiza especialidad en co-
municación organizacional. Técnica de Terreno de la Secretaria de Agricul-
tura Familiar - Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación,
Delegación Santiago del Estero - Departamento Ojo de Agua y Quebrachos.
Correo electrónico. maria_eva_salazar@yahoo.com.ar

SALVATIERRA, RITA GABRIELA


Lic. en Sociología; especialización Sociología Rural. Becaria del CONICET.
Actualmente se desempeña en Centro de Estudios de Demografía y Pobla-
ción (CEDEP), de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de Salud
de la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Integrante de equipo de
investigación del proyecto “Cambios en la estructura económica, generación
de la renta y desarrollo productivo en Santiago del Estero, 1994 -2007” (Có-
digo del Proyecto: 23/D167- UNSE). Línea de investigación: estructura agrí-
cola productiva de Santiago del Estero. Dinámica y crecimiento de la
heterogeneidad estructural en el sector agrícola (periodos de 1994 a 2012).
Correo electrónico: rita.salvatierra@hotmail.com

SARMIENTO, ROSA GRACIELA


Perito agrónomo con Orientación en Ciencias Naturales con énfasis en
Ambiente, egresada de la Escuela de la Familia Agrícola de Forres, Dpto. Ro-
bles. Técnica de terreno de la zona Banda Centro, dentro del Area de Riego
del Río Dulce, de la Secretaria de Agricultura Familiar, Ministerio de Agri-
cultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Delegación Santiago del Estero.
Correo electrónico: rosisarmiento@yahoo.com.ar

SUÁREZ, MARÍA VICTORIA


Becaria Doctoral del CONICET. Licenciada en Sociología (UNSE). Doc-
toranda en Ciencias Sociales con orientación en Geografía (UNT). Línea de
investigación actual: estilos de producción, gestión comunal de los recur-
sos, agricultura familiar.  Integrante del equipo de sociología rural.
(INDES/UNSE)
Correo electrónico: victoriasuarez_4@hotmail.com
TORT, JACQUELINE GISELE
Licenciada en sociología. Becaria doctoral del CONICET. Doctoranda en
Ciencias Sociales en la Universidad Nacional de Tucumán..
Correo Electronico: jacqueline.tort@gmail.com

VILLALBA, ANA ELIZA


Licenciada en Sociología (UNSE). Becaria Interna Doctoral del CONICET.
Integrante del Equipo de Sociología Rural del INDES (UNSE). Maestranda
en Desarrollo Rural (UBA) y Doctoranda en Ciencias Agropecuarias (UBA).
Líneas de investigación actual: Sistemas productivos comunales. Estrate-
gias productivas campesinas alternativas a la lógica capitalista. Gestión co-
munal de los recursos. Agricultura familiar.
Correo electrónico: ani_vill@hotmail.com
INDICE
Presentación del libro ...................................................................01

Capitulo 1: Marco referencial y aspectos metodológicos.................03


Ciencias sociales y nuevos modos de conocer.......................................04
La visibilización de la agricultura familiar en la Argentina....................06
Tejiendo redes......................................................................................09
Al andar se hace camino. La construcción metodológica.......................10

Capitulo 2: Desarrollo rural y Agricultura Familiar.........................15


Desarrollo rural y participación campesina en el proceso socio
organizativo de Ojo de Agua. La experiencia de la Mesa de Desarrollo.
1.Introducción.........................................................................................17
2.Caracterización del territorio..............................................................18
3.La Mesa de Desarrollo........................................................................20
3.1Sus orígenes y evolución..................................................................20
2.2 Situación actual.................................................................24
4.Algunos elementos para pensar la experiencia....................................25
4.1Desarrollo: un eje transversal a las discusiones regionales...25
4.2La Participación como herramienta de cambio y como
necesidad humana...................................................................26
5.Reflexiones en torno a la experiencia: perspectivas y desafíos.............27
Bibliografía...........................................................................................30

Capitulo 3: Acerca de la configuración de los territorios. Las luchas


por la tierra....................................................................................31
1. Resistiendo en la frontera. La Agricultura familiar y las luchas territoriales
en el Salado Norte (Santiago del Estero) en el período 1999 – 2014
1. Introducción........................................................................................33
2. Marco referencial: la pluralidad de territorios y territorialidades en disputa 35
3. Condiciones agroecológicas y productivas en el Salado Norte................36
4. La ocupación del espacio en el Salado Norte.........................................37
5. Las luchas defensivas: conflicto por el Lote El Ceibal............................39
6. Las luchas proactivas y sus tres momentos...........................................41
7. Consideraciones finales........................................................................47
Bibliografía...........................................................................................49

2. Políticas Públicas Fiscales: La Reforma del Código Procesal Penal en


Frías. Diferentes Estrategias de Intervención en el Territorio.....51
1. Introducción.....................................................................................51
2. Contexto histórico.............................................................................53
3. Marco Referencial..............................................................................55
4. Caracterización y Descripción de la experiencia. La Reforma del Código
Procesal Penal en Frías.........................................................................56
5. La importancia del trabajo interinstitucional y la participación de las
comunidades campesinas.....................................................................57
6. Reforma del código de procedimiento penal.......................................59
7. Reflexiones Finales............................................................................62
Bibliografía...........................................................................................65

Capitulo 4: Procesos productivos e innovación en la Agricultura


Familiar...............................................................................................67
1. Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas
en el manejo del monte y el ganado. Experiencias de Encierros
Comunitarios Ganaderos en el Noreste de Santiago del Estero
1. Introducción.....................................................................................69
2. Presentación del escenario: una panorámica del territorio...............70
3. Génesis de las experiencias: el conflicto y la defensa por la tierra....71
4. Desarrollo de las experiencias .............................................................72
4.1 El caso de la comunidad de Santa Catalina........................72
4.2 El caso de la comunidad de El Hoyo.......................................74
4.3 El caso de la comunidad de El Puesto....................................75
5. La dialéctica entre “saberes campesinos y saberes técnicos”...............76
5.2. La dialéctica entre “lo individual y lo comunitario”................79
6. A modo de cierre: aprendizajes, desafíos y reflexiones.....................83
Referencias bibliográficas....................................................................87

2. Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía. El caso de


reconversión organizativa y productiva en un agricultor familiar de
Santiago del Estero........................................................................89
1. Introducción.....................................................................................89
2. El escenario donde se desarrolla la experiencia.................................90
2.1 Contextualización geográfica...............................................90
2.2 Contextualización político-institucional...............................91
3.Justificación de la experiencia que se aborda.....................................93
4. Marco conceptual para el análisis de la experiencia...........................93
5. Descripción del NAF y transformaciones en sus formas de trabajo y
organización.........................................................................................97
5.1 La situación inicial en los ‘90..............................................97
5.2 Cambios en la dimensión productiva..................................97
5.3 Cambios en la mano de obra..............................................100
5.4 Construcción de redes institucionales sociotécnicas
y financieras ............................................................................101
5.5 Construcción de redes de abastecimiento para la
producción...............................................................................103
5.5.1 Redes para ubicar la producción..........................104
6. Estrategias para mantener la autonomía..........................................106
6.1Situación actual de la explotación.......................................106
6.2 Estrategias de no mercantilización para mantener la
autonomía del mercado...........................................................107
7.Reflexiones finales...........................................................................110
Bibliografía............................................................................112
3. De productores familiares a emprendedores rurales: un estudio de
caso sobre producción de harina de algarroba en el departamento
Loreto, Santiago del Estero...........................................................115
1.Introducción.......................................................................................115
2.Las políticas públicas y la agricultura familiar.....................................116
3.Localización e inicio de la experiencia...............................................119
3.1 Breve aproximación a los actores......................................119
3.2 Relatando el comienzo. Las vainas de algarroba................121
3.3 Comenzando a producir valor agregado con
las vainas de algarroba...........................................................122
3.3.1 El proyecto de Harina de Algarroba....................122
3.3.2 Agricultores rurales con rasgos
de emprendedores......................................................123
3.3.3 Proceso productivo............................................126
3.3.4 La comercialización..............................................129
4.Perspectivas de crecimiento en la producción de harina de
algarroba............................................................................................129
5.Reflexión Final: Lecciones aprendidas..............................................130
Bibliografía.........................................................................................132

Capitulo 5: Las Ferias de la Agricultura Familiar como dispositivos


de desarrollo local........................................................................133
Las ferias como mercados alternativos para la agricultura familiar. El
caso de la Región Banda-Jiménez en Santiago del Estero.
1.Introducción....................................................................................135
2.Marco Referencial............................................................................137
2.1 Circuitos cortos de comercialización..................................137
2.2 Las ferias de la agricultura familiar...................................138
2.3 Nuevos acuerdos institucionales.......................................139
3. Introducción al caso: reconstrucción de la trayectoria del grupo Pre
Cooperativo “Progreso Familiar............................................................139
4. Construyendo espacios de comercialización: estrategias, alianzas y
valores en la comercialización.............................................................142
5. La multifuncionalidad de la feria: una mirada desde los propios agentes
involucrados..........................................................................144
6. Las instituciones públicas como actores fundamentales para la
construcción de nuevos acuerdos institucionales................................146
7. Conclusiones..................................................................................147
Bibliografía.........................................................................................149

Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar:


FERISAF.......................................................................................151
1. Introducción......................................................................................151
2. Aproximaciones al Territorio..........................................................152
3. La FERISAF. Reconstrucción de su historia....................................155
3.1 Primeras experiencias de comercialización en feria.
Los antecedentes de la FERISAF.............................................155
3.2 Nacimiento de la FERISAF...............................................156
3.3 Se concreta el Trabajo en Red: Participación organizada
de múltiples actores...............................................................158
4. La FERISAF como espacio complejo. Su impacto en la vida cotidiana de
los feriantes........................................................................................160
4.1 Los Feriantes. Valoraciones y significados del espacio
de la feria...............................................................................161
4.2 Acerca del sentimiento de pertenencia.............................162
4.3 Nueva dinámica familiar y social.......................................162
4.4 Nuevo rol de la mujer.......................................................163
4.5 Intensificación y Diversificación Productiva.......................164
5. Representación económica en el ingreso familiar.............................166
5.1 Promedio de FERISAF.......................................................167
5.2 Comparación entre ingresos por FERISAF e ingreso por
beneficio social mensualmente...............................................169
6. Aprendizajes y primeras conclusiones sobre la Experiencia FERISAF 169
Referencias bibliográficas...................................................................172

Hacia un empoderamiento económico y social. La experiencia de las


mujeres en la feria de Rio Hondo.................................................175
1.Introducción......................................................................................175
2.La significancia del genero en la división del trabajo.........................175
3.Mujeres rurales y políticas públicas en Argentina............................176
4.Los comienzos de la Feria y su evolución hasta la actualidad...........178
5.El papel de la mujer en la feria.........................................................179
5.1 El trabajo en el ámbito domestico y público de
las mujeres.............................................................................179
5.2 El rol de la mujer en la feria..............................................182
6.Políticas públicas insertas en la feria................................................184
6.1La importancia de las políticas sociales universales...........186
7.Reflexiones finales............................................................................187
Referencias bibliográficas....................................................................188

Capitulo 6: Reflexiones finales....................................................191


Desarrollo Rural, Política Pública y Agricultura Familiar.
Reflexiones en torno a experiencias de la Agricultura Familiar
en Santiago del Estero
Presentación
Este libro surge de la necesidad de dar visibilidad a diferentes experiencias
de la Agricultura Familiar (AF) en Santiago del Estero.
Estas experiencias son el producto del trabajo de más de dos décadas con las
organizaciones de productores y equipos técnicos que inicialmente pertenecían
al Programa Social Agropecuario (PSA) y hoy son parte de la Secretaría de
Agricultura Familiar (SAF) del Ministerio de Agricultura de la Nación.
El primer punto a resaltar, a modo de contextualizar los trabajos que
aquí se presentan, es el cambio en el modelo de Estado y por lo tanto de
política pública por el que se ha transitado desde las década de los ’90 a la
actualidad. Hoy nos encontramos con un Estado más fortalecido que
favorece la política pública inclusiva e integral hacia los diferentes sectores
de la sociedad, y en particular con el sector de la Agricultura Familiar.
En segundo lugar resulta pertinente destacar la importancia de la
metodología con las cuales se reconstruyeron y analizaron estas experiencias.
Las mismas fueron sistematizadas por los equipos técnicos de la SAF-
Santiago del Estero en vinculación con el Grupo de Estudios Rurales de la
Universidad Nacional de la provincia, de manera de aportar al dialogo entre
“lo académico” y “lo técnico”, entre la “praxis y la teoría”, dimensiones que
siempre aparecen como disociadas, polarizadas o contrapuestas. Aquí se
plantea la vinculación entre estas dimensiones de manera tal de aportar a la
reflexión y al aprendizaje que surgen de las mismas.
Una tercera cuestión, tan importante como los anteriores, es quienes
son los protagonistas de estos trabajos; se trata de los propios productores
y productoras que mediante sus relatos cuentan las propias experiencias de
desarrollo rural y las de sus organizaciones y comunidades.
Cabe resaltar que la selección de las experiencias estuvo fundada en la
elección que los propios equipos realizaron. A partir de allí, se trabajó en
diversas instancias con talleres metodológicos de formación y
acompañamiento para la sistematización de las mismas.
Como resultado de todo este proceso, esta publicación se estructura en
secciones que agrupan los trabajos abordados en diferentes temáticas. Las
mismas reflejan la complejidad y diversidad de temas que hacen a la
cotidianeidad del trabajo en vínculo con el sector de la Agricultura Familiar.
En la primera sección se presenta un trabajo que aborda la temática del
desarrollo rural como campo de análisis de los modelos en disputa y en los
que la participación de las organizaciones de la Agricultura Familiar
encuentra una vía de articulación y empoderamiento intra e intersectorial.
La experiencia se denomina: “Desarrollo rural y participación campesina
en el proceso socio organizativo de Ojo de Agua. La experiencia de la
Mesa de Desarrollo”.

1
El siguiente bloque temático está vinculado a la configuración de los
territorios y las luchas por la tierra que los campesinos tuvieron y tienen
que afrontar y sus estrategias para llevar adelante las mismas para la
defensa y promoción del territorio, particularmente aquellas que surgen
frente a la presión generada por el avance de la frontera agropecuaria.
Además del papel que los campesinos asumen en las políticas públicas que
se generan a partir de la problemática de tierras en el territorio. Las
sistematizaciones presentadas aquí son: ”. “Resistiendo en la frontera. La
Agricultura familiar y las luchas territoriales en el Salado Norte
(Santiago del Estero) en el período 1999 – 2014” y “Políticas Públicas
Fiscales: La Reforma del Código Procesal Penal en Frías. Diferentes
Estrategias de Intervención en el Territorio”.
Otro grupo de trabajos se enmarca en la temática de los procesos
productivos y la innovación en la Agricultura Familiar. Aquí se describen los
modos en que dichos procesos se van configurando y reconfigurando a
partir de la búsqueda de adaptación a los contextos meso y macro que
rodean las propias experiencias. Se reflexiona sobre la reconversión de los
productores acompañado por la intervención del Estado con políticas
públicas específicas teniendo en cuenta las dimensiones productivas y de
mercantilización pero sin descuidar la importancia que juegan las redes
sociales y la familia. Las sistematizaciones presentadas en torno a este eje
son “De productores familiares a emprendedores rurales: un estudio de
caso sobre producción de harina de algarroba en el departamento
Loreto, Santiago del Estero”; “Procesos de producción y apropiación de
novedades socio-productivas en el manejo del monte y el ganado.
Experiencias de Encierros Comunitarios Ganaderos en el Noreste de
Santiago del Estero”; “Abriendo la finca al mercado sin perder la
autonomía. El caso de reconversión organizativa y productiva en un
agricultor familiar de Santiago del Estero”.
Finalmente, en la última sección se presentan experiencias referidas a
las ferias de la Agricultura Familiar, analizando la modalidad de circuitos
cortos de comercialización promovida por el Estado y la articulación como
estrategia para llevarlas adelante. Integran este primer tema: “Las ferias
como mercados alternativos para la agricultura familiar. El caso de la
Región Banda-Jiménez en Santiago del Estero”; “Nuevas Estrategias
de Comercialización de la Agricultura Familiar: La FERISAF” y “Hacia
el empoderamiento económico y social. La experiencia de las mujeres
en la feria de Rio Hondo”.

2
Marco referencial y aspectos metodológicos
CRISTIAN JARA, MARTA GUTIÉRREZ Y VIVIANA GONZÁLEZ

Tal como se mencionara en la presentación esta obra, es el producto de


la sistematización de experiencias de desarrollo rural de la agricultura fa-
miliar realizada en base a la articulación entre el Instituto para el Desarrollo
Económico y Social (INDES) de la Universidad Nacional de Santiago del Es-
tero (Argentina) y el Centro de Formación para la Agricultura Familiar del
Noroeste Argentino (CEPAFNOA) de la Secretaría de Agricultura Fami-
liar(SAF) –Ministerio de Agricultura de la Nación.
Dicha articulación tiene como objetivo una forma alternativa de pro-
ducción de conocimientos. Con esta finalidad se llevan adelante investiga-
ciones relacionadas a lo rural con foco en pequeños productores familiares.
A partir de estas actividades se busca enriquecer un proceso dialógico entre
la teoría y la praxis; y concomitante a ello, formar investigadores y técnicos
con una mirada integral. Otro propósito siempre presente es el de exami-
nar el accionar del Estado en relación con el sector en la búsqueda de un
conocimiento crítico que incida en la formulación de las políticas públicas.
Así, desde hace varios años, se viene efectuando un trabajo conjunto
entre el INDES y el CEPAFNOA- SAF de manera tal de potenciar la sinergia
entre los productores, los dirigentes, los extensionistas y los académicos
en la producción y circulación del conocimiento científico sobre la agricul-
tura familiar. Este se expresa en publicaciones periódicas en revistas es-
pecializadas, la organización de jornadas para la discusión de resultados de
investigación y devoluciones hacia los sujetos involucrados mediante el di-
seño de dispositivos comunicacionales específicos.
En este marco, y más precisamente durante el proceso de sistematización
de las experiencias aquí presentadas, se realizaron encuentros de trabajo e in-
tercambio con los equipos sistematizadores con el fin de identificar y analizar
los logros, las dificultades y los desafíos de dicho proceso. De este modo, se
generaron espacios que promovieron la reflexión crítica sobre las estrategias
emergentes entre los actores intervinientes en este proyecto colectivo.
No podemos dejar de señalar que esta propuesta de trabajo interinsti-
tucional, interdisciplinario e intersectorial se enmarca en un contexto en el
cual las ciencias sociales son interpeladas por procesos internacionales que
desdibujan algunas antinomias recurrentes de la modernidad, como ser lo
rural versus lo urbano, lo local versus lo global, lo teórico versus lo prác-

3
Marco referencial y aspectos metodológicos

tico y lo moderno versus lo tradicional. Por consiguiente, están surgiendo


corrientes epistemológicas tendientes a desnaturalizar los modos eurocén-
tricos del saber científico, en tanto conocimiento que pretende ser el único
universalmente válido (Santos 2006, Navarrete 2008, Wallerstein 1998,
Quijano 1990).
A continuación presentamos algunas reflexiones que permiten contex-
tualizar las experiencias de investigación sobre agricultura familiar en San-
tiago del Estero (Argentina) que conforman esta publicación.

Ciencias Sociales y nuevos modos de conocer


En las últimas décadas, diversas corrientes epistemológicasvienen de-
nunciado los límites de la hegemonía positivista que ha imperado en la te-
oría social. Immanuel Wallerstein (1998) reconoció esas grandes
limitaciones e invitó a impensarlas ciencias sociales. Esta propuesta con-
sistiría en reconciliar lo estático y lo dinámico, lo sincrónico y lo diacrónico,
analizando la complejidad de los procesos que se desarrollan en el sistema-
mundo desde una mirada transdiciplinaria, superadora de la tensión entre
los métodos ideográficoy nomotético.Pues, el conocimiento social no puede
ser una mera descripción de hechos puntuales ni tampoco la búsqueda de
regularidades ahistóricas(López Segrera, 2011).
Anteriormente, el sociólogo alemán Niklas Luhmann había planteado
una idea similar señalando que el fin del conocimiento social es “hacer com-
prensible la acción como posibilidad”, y no el establecimiento de la acción
según regularidades inalterables y deterministas (1973:40). Por tanto, se
trataría del estudio de la sociedad con el propósito de dar cuenta de las po-
sibilidades creativas y no de leyes universales e inmutables.
Ocurre que, dadas las actuales condiciones del capitalismo globalizado,
muchas categorías constituyen barreras en la construcción del conoci-
miento, obturando la posibilidad de análisis de la actual realidad social.En
efecto, se vienen postulando nuevos paradigmas para dar cuenta de la com-
plejidad en aras de comprender las variadas relaciones entre sujeto y so-
ciedad desde una lógica dialéctica, donde todo está relacionado con todo
(Navarrete, 2008).Cabe aclarar que los estudios de la complejidad, de nin-
gún modo rechazan la rigurosidad del conocimiento científico.
Del mismo modo, Boaventura de Sousa Santos (2006) señala que la ob-
jetividad puede ser construida mediante metodologías que sean rigurosas
y que nos defiendan de los dogmatismos; aunque la neutralidad sea impo-
sible porque vivimos en sociedades muy injustas ante las cuales no pode-
mos ser indiferentes.
Por consiguiente, una de las propuestas de Santos (2006) es la necesi-
dad de buscar una ruptura epistemológica que, apoyándose en la firmeza
científica, procure un reencuentro de las ciencias sociales con otras formas
de conocimiento (ecología de saberes). De esta forma, el conocimiento aca-
démico, entendido no como superior sino como diferente, busca incorporar
experiencias y conocimientos silenciados, marginados y desacreditados.
Durante los últimos tiempos, en América Latinase ha cuestionado el
universalismo que dejan de lado las riquezas y particularidades de la región
(Castro-Gómez 2001). Una de las formas en que se manifiesta ese colonia-

4
Marco referencial y aspectos metodológicos

lismo del saber (Quijano 1990) consiste en ciertas pretensiones de explicar


la realidad del continente a partir de teorías producidas para otros contex-
tos. El propósito de esta crítica no es afirmar que“lo propio” o “lo autóc-
tono” es per seintrínsecamente mejor, sino desnaturalizar ciertos esquemas
de la dependencia entre centros exportadores de teoría y periferias impor-
tadoras de teoría, sin posibilidad de pensarse a sí mismas.
Por su parte, Aníbal Quijano (1990) subraya que la reactivación de los
movimientos sociales desde fines de la década de 1990, entre ellos el sec-
tor campesino indígena, revela no sólo un conjunto de protestas contra la
globalización y el neoliberalismo, sino que también expresa el conocimien-
tos y las esperanzas de un imaginario social distinto en los que la razón
eurocéntrica es cuestionada. Por ende, las luchas populares también son lu-
chas epistémicas.
Este escenario, atravesado por una diversidad de disputas, reclama una
constante reflexión ética del rol del investigador en la sociedad. De allí que
resulta pertinente la pregunta de Svampa respecto a:
“¿Cómo pensar la posibilidad de un modelo académico alternativo, que
no remita a la figura del intelectual orgánico de antaño, que no alimente es-
quizofrenias, y que al mismo tiempo deje atrás las limitaciones del intelec-
tual intérprete y las veleidades narcisistas del intelectual ironista, o la falsa
conciencia del asesor experto?” (2009: 30).
Para evitar esos peligros, la autora propone el modelo del investigador an-
fibio, una figura capaz de habitar y recorrer varios mundos, desarrollando
una mayor reflexividad. Lo específico de esta actitud es la posibilidad de ge-
nerar solidaridades múltiples y poner en discusión los propios saberes, pero
reafirmando el lugar en tanto investigador. Para ello, es necesario el recono-
cimiento de las tensiones de la doble pertenencia: el investigador es también
ciudadano. En consecuencia, debe ser consciente de sus condicionamientos
y las responsabilidades de su producción (Svampa 2009).
Como se puede ver, las apuestas por generar nuevas formas de hacer
Ciencias Sociales conllevan una actitud más modesta que la pretensión de
conquistar verdades acabadas. Se trata de lograr una práctica basada en
el intercambio constante con la comunidad y no en el distanciamiento.
Como lo expresa la frase zapatista, preguntando caminamos y“preguntar en
movimiento supone también respuestas en movimiento” (Zibechi 2007: 62).
El principio de solidaridad en la investigación implica que la relación entre
sujeto cognoscente y sujeto conocido debe pensarse desde la reciprocidad
antes que de una lógica utilitaria. De lo contrario, como sostiene Silvia Rivera
Cusicanqui, ese “conocimiento fetichizado y convertido en instrumento de
prestigio y poder, puede volcarse en contra de las necesidades e intereses de
la colectividad estudiada” (citada en Zibechi, 2007: 60).
Tal como señaláramos al inicio, los párrafos anteriores son reflexiones-
que contribuyen a fundamentarla articulación del CEPAF con el INDES en
la construcción de una relación dialógica que promueva nuevas formas de
conocer y revalorice los diferentes saberes y el contexto del que provienen.
En este proceso de producción de conocimiento incipiente, en marcha y
basado en la inducción el análisis iniciaen lo local, identificando y visibili-
zando los vínculos entre sujetos y estructuras sociales, pero sin perder de

5
Marco referencial y aspectos metodológicos

vista las escalas de los procesos.Es decir, las tensiones que atraviesan el
Estado Nacionaly los condicionantes de la Nueva Cuestión Agraria, carac-
terizado por la crisis (económica, energética, alimentaria y ecológica) mun-
dial (Akram- Lodhi y Kay 2009).
Por lo tanto, antes de entrar en los casos y discutir las potencialidades
de las sistematizaciones como experiencias rurales, enmarcadas en dicho
procesoes necesario examinar brevemente el posicionamiento que ha te-
nido recientemente la agricultura familiar en la agenda pública nacional en
el marco de un país atravesado por la pugna entre las lógicas extractiva y
redistributiva1.

La visibilizacion de la agricultura familiar en Argentina


Con el golpe de Estado de 19762, comienza a gestarse un nuevo modelo
económico que terminará por erosionar las conquistas del Estado de Bien-
estar. El advenimiento del neoliberalismo instaló una política económica
de ajuste estructural que implicó el aumento de las desigualdades socioe-
conómicas mediante el repliegue del Estado en sus funciones redistributi-
vas y de garante de la igualdad de oportunidades en materia de educación,
salud y vivienda.
Esta orientación económica fue profundizada por los dos gobiernos de
Carlos Menem (1989-1995 y 1995-1999). Asimismo se delegó en las ONG´s
-Organizaciones No Gubernamentales- una parte de la ejecución de la po-
lítica. En ese marco, se insertan los programas dirigidos a los pobres rura-
les como el PNEA (Programa de Pequeños Productores del Noreste
Argentino), PSA (Programa Social Agropecuarios) y PROINDER (Programa de
Iniciativas de Desarrollo Rural), pretendiendo implementar una propuesta
de mejoramiento de los pequeños productores agropecuarios: “Estrategias
que, a escala nacional, se contradicen, pues forman parte de procesos ma-
croeconómicos caracterizados por la marginación o exclusión del sector
rural. (Manzanal, 2000, p. 6).
Una de las exigencias de los programas de alivio a la pobreza rural, pro-
movidos por los organismos internacionales de financiamiento, fue la foca-
lización de los potenciales beneficiarios de los programas vinculados con la
pobreza. Esto significaba definir la población, su importancia y su locali-
zación, tomando como parámetro ciertos indicadores sociales como el de
Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI).Lo cual resultaba complejo, dada

(1)
Por lógica extractiva se entiende a una forma de apropiación de la naturaleza, que
alimenta un entramado productivo escasamente diversificado y muy dependiente de
una inserción internacional como proveedores de materias primas, que genera am-
plias ganancias a corto plazo para el sector exportador pero con impactos socia-
les y ambientales negativos a largo plazo (Gudynas, 2009 ).Por su parte, la lógica
distributiva, tiene que ver con las luchas al interior del Estado por establecer polí-
ticas de justicia social, que permita redistribuir parte de la renta generada por ese
esquema agroexportador.
(2)
La irrupción del orden constitucional se produjo contra María Estela Martínez de
Perón. El golpe estuvo comandado por el General Rafael Videla y esta dictadura cí-
vico-militar duró hasta 1983.

6
Marco referencial y aspectos metodológicos

la gran diversidad de realidades que componen el universo de la producción


familiar agropecuaria.
Este tipo de programas, implementados en la década de 1990, al calor de
las contrarreformas neoliberales del Estado (Borón, 2003)3 , fueron limitados
ya que se centraban en mejoras de carácter productivo y social en el ámbito
de cada familia individual, persiguiendo como objetivo aumentar los ingresos
familiares y mejorar la calidad de vida de los pobres del campo, pero sin abor-
dar cuestiones de tipo estructural, por ejemplo la existencia de un mercado
concentrado. Asimismo, estos programas carecieron de diagnósticos regio-
nales que indiquen las acciones específicas y prioritarias a realizar en cada
zona, llevando de este modo a la ejecución de proyectos individuales desar-
ticulados entre sí. Sumado a esto, los montos de crédito o subsidio que plan-
teaban eran insuficientes para salir de la situación de pobreza.
Con la asunción presidencial de Néstor Kirchner (2003-2007) y su retórica
crítica hacia las políticas neoliberales de la década anterior, desde las esferas
gubernamentales nacionales se observó una renovada atención en torno a la
Agricultura Familiar. En este marco, el interés por la Agricultura Familiar, al
menos en lo que respecta a la instancia político-institucional, comienza a
tener un viso de reconocimiento a partir de las acciones (no exentas de con-
tradicciones o tensiones) entre la Federación Agraria Argentina, la Secretaría
de Agricultura, los distintos movimientos campesinos y algunos programas
nacionales orientados al apoyo de la pequeña producción (Márquez, 2007).
Por su parte, en el ámbito del MERCOSUR comienzan a funcionar las
Reuniones Especializadas de Agricultura Familiar (REAF) con presencia de
autoridades de los ministerios de agricultura de Brasil, Paraguay, Uruguay
y Argentina, las cuales le dan una impronta al tema en los diferentes paí-
ses, creándose equipos técnicos específicos que siguieran la temática.
A nivel nacional, la conformación del Foro Nacional de la Agricultura Fa-
miliar, en agosto del 2006, con participaron de representantes de numerosas
organizaciones del campo, ha hecho posible la generación de lineamientos
sobre políticas públicas orientadas al diseño de un plan estratégico para la
Agricultura Familiar. Esto fue promovido por Foros Provinciales que fomen-
tan instancias de diálogo con el Estado a distintos niveles. Cabe aclarar que
en el caso de provincias, como Santiago del Estero, se recuperaron la me-
moria y el aprendizaje de la resistencias de muchos campesinos adheridos en
el MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Estero).
En el Primer Plenario del FONAF, realizado en Mendoza en el año 2006,
los participantes elaboraron un documento en el que definieron a la agri-
cultura familiar en base a criterios cualitativos, más allá de indicadores-
productivos:

(3)
Atilio Borón sostiene que “se ha convertido en un lugar común hablar de ‘refor-
mas’ para referirse a aquello que, en la tradición del pensamiento político occiden-
tal, responde mejor a la expresión ‘contra-reforma’” (2003, p. 16). Esas políticas
neoliberales no tuvieron nada que ver con los cambios graduales hacia un mayor
bienestar, sino que vinieron a suprimir derechos y consolidar una sociedad mucho
más injusta y desigual.

7
Marco referencial y aspectos metodológicos

[…] una forma de vida y una cuestión cultural, que tiene como prin-
cipal objetivo la reproducción social de la familia en condiciones dig-
nas, donde la gestión de la unidad productiva y las inversiones en ella
realizadas es hecha por individuos que mantienen entre sí lazos de fa-
milia, la mayor parte del trabajo es aportada por los miembros de la
familia, la propiedad de los medios de producción (aunque no siempre
la tierra) pertenece a la familia, y es en su interior que se realiza la
transmisión de valores, prácticas y experiencias (FONAF, 2006, p. 4).
Bajo aquella denominación de Agricultura Familiar se encuadran dis-
tintos actores sociales agrarios que fueron conceptualizados en momentos
diferentes y en contextos regionales heterogéneos. Así, convergen en ese
término figuras como el pequeño productor, el minifundista, el campesino,
el chacarero, el colono, el productor rural sin tierra y las comunidades de
pueblos originarios (FONAF, 2006).
En el marco de este proceso de visibilización, surge la propuesta de cre-
ación de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar que se
concretó en el año 2009, otorgándosele un lugar de mayor preponderancia
en la estructura institucional en el Ministerio de Agricultura de la Nación.
Asimismo, cabe mencionar que en el seno del INTA (Instituto Nacional
de Tecnología Agropecuaria), se puso en funcionamiento el Centro de In-
vestigación para la Pequeña Agricultura Familiar, el cual se creó el 26 de
agosto de 2005 con el objetivo de generar, adaptar y validar tecnologías
apropiadas para el desarrollo sostenible del sector4. En esta dirección, se
desplegaron distintas sedes del Instituto de Investigación y Desarrollo Tec-
nológico para la Pequeña Agricultura Familiar (IPAF).
Toda esta revalorización de la Agricultura Familiar se relaciona con los
efectos negativos del modelo de producción empresarial que se pone de ma-
nifiesto en el deterioro ambiental, el excesivo consumo de energía no reno-
vable, la forma de apropiación y redistribución de los beneficios, la
incapacidad de generar fuentes de trabajo y un despoblamiento acentuado
en el campo (agricultura sin agricultores). Lo cual hace pensar en la necesi-
dad de búsquedas de prácticas de desarrollo alternativas y sostenibles, más
cuidadosas del ambiente, de la producción de valor y de su redistribución.
Por consiguiente, la Agricultura Familiar como sector está comenzando
a ser materia de discusiones y políticas públicas en Argentina. Según las es-
timaciones del FONAF, en su seno existen 180.000 familias asociadas en
más de 900 organizaciones5.
En cuanto a sus demandas al Estado, el FONAF reclama un mayor pro-
tagonismo en la definición de las soluciones a reclamos históricos, como
ser la solución de los conflictos por la tierra, una mejor distribución del
agua y acceso a financiamiento para fortalecer las actividades productivas.

(4)
La estrategia del Centro está basada en cuatro ejes: conformación de una red de
investigación y desarrollo tecnológico, capacitar y formar sistemáticamente en re-
lación a la cuestión tecnológica, facilitar la articulación de los actores con deciso-
res de política (nacional, provincial o municipal) y diseñar una estrategia de
comunicación y difusión.
(5)
Fuente: www.fonaf.com.ar

8
Marco referencial y aspectos metodológicos

En suma, la Agricultura Familiar pudo ser instalada en la agenda polí-


tica en los últimos tiempos, haciendo visible sus demandas. Esto quedó de
manifiesto en la sanción de la ley de protección de los bosques nativos (Ley
26.331), la ley que pone límites a la compra de tierra por extranjeros (Ley
26737) y la denominada “Ley de Reparación Histórica de la Agricultura Fa-
miliar para la construcción de una nueva ruralidad” (Ley 27118)6.
Por consiguiente, el desafío actual es el de avanzar en la inclusión de la
Agricultura Familiar dentro de un proyecto productivo estratégico de al-
cance nacional. Para eso, consideramos importante rescatar, desde una so-
ciología de la emergencia, ciertas experiencias en marcha que, con sus
logros y fracasos, pueden aportar al aprendizaje de un modelo de desarro-
llo rural alternativo. Esta perspectiva resulta útil para ver las posibilidades
que existen en el presente. Esto no implica caer en el romanticismo, sino
mostrar la emergencia de nuevos lazos sociales que desafían las lógicas de
reproducción de la dominación imperantes(Santos, 2006).

Tejiendo redes
La articulación entre el Instituto para el Desarrollo Económico y Social
(INDES) y el Centro de Formación para la Agricultura Familiar del NOA-
SAF (CEPAFNOA) encuentra su origen en el año 2010 a partir de la firma
de un convenio de cooperación.De este modo, se constituyó un equipo in-
terinstitucional con el objetivo de llevar adelante diversas actividades vin-
culadas a la agricultura familiar. Entre ellas, tal como lo mencionáramos al
inicio de este capítulo introductorio, se destacan varios proyectos de siste-
matización de experiencias. Es decir, un tipo de investigación que consiste
básicamente en la reconstrucción ordenada de los procesos y en su inter-
pretación crítica (sobre este tema se volverá más adelante).
El equipo que llevó a cabo las sistematizaciones estuvo integrado por
investigadores del INDESy técnicos extensionistas de la SAF formados en
diferentes disciplinas (sociólogos, ingenieros agrónomos, politólogos y eco-
nomistas).De este modo, las dos instituciones asumieron compromisos mu-
tuos. Por un lado,los técnicos serían los encargados de “abrir la puerta”
hacia la experiencia para facilitar ciertas cuestiones operativas del trabajo
de campo, como la llegada al territorio y el contacto de los investigadores
con los actores involucrados. Y por otro lado, los investigadores de la uni-
versidad asumían como función aportar un cuestionamiento teórico de los
casos, asistiendo en la redacción y la discusión de las propias produccio-
nes en reuniones académicas.

(6)
Esta ley Nacional, sancionada el 29 de diciembre de 2014, crea un régimen para
regular este sector con una asignación presupuestaria específica.La normativa prevé
la promoción de las ferias, contempla políticas de infraestructura rural y prevé me-
didas tendientes a garantizar el acceso a la educación, la salud y los servicios públi-
cos esenciales en las comunidades. Además, prioriza la investigación productiva. Su
organismo de aplicación será el Ministerio de Agricultura, con participación del
Consejo de la Agricultura familiar, Campesino e Indígena. Los principales conteni-
dos del proyecto de ley fueron elaborados por las organizaciones nucleadas en la
Agricultura Familiar (FONAF) y otros movimientos sociales, luego de un extenso
debate.

9
Marco referencial y aspectos metodológicos

Los equipos técnicos de la SAF fueron quienes seleccionaron algunas


de las experiencias con las que vienen trabajando (ya sean exitosas o no) a
fin de reconstruirlas y analizarlas en conjunto con los investigadores.Estos
últimos son quienes contribuyeron al estudio de los casos de manera sis-
temática, objetivando las preguntas de conocimiento y diseñando las es-
trategias metodológicas para la construcción de los datos.
De este modo, se plantea la discusión de temáticas relacionadas a la
Agricultura Familiar y el Desarrollo Rural desde las particularidades empí-
ricas de cada territorio.
La sistematización de estas experiencias involucró tanto trabajo de
campo como de gabinete. Durante ese proceso se llevaron a cabo varios ta-
lleres para la evaluación participativa de los avances, el ajuste de la meto-
dología, la revisión de los conceptos a utilizar y solucionar inconvenientes
operativos.
En los talleres se emplearon técnicas que permitieran hacer visibles las
ventajas y potencialidades del trabajo en equipo, tarea que no resulto sen-
cilla dado que tanto los técnicos extensionistas como los investigadores sue-
len traer consigo un bagaje de prejuicios que se traducen en la noción
dilemática entre ciencia y praxis.
Cabe señalar que la propuesta metodológica para estas sistematizacio-
nes de experiencias tuvo en todo momento el objetivo de propiciar la cons-
trucción de conocimiento partiendo de la realidad cotidiana y las
preocupaciones de los equipos técnicos. A partir de allí, una vez identifica-
das las experiencias, problematizadas y focalizadas las dimensiones a abor-
dar en las mismas, se indagó en cuestiones más conceptuales que
permitieran analizar las prácticas de los actores involucrados de una ma-
nera más reflexiva.
Como resultado, este proceso implicó un importante avance en cuanto
a cuestiones metodológicas a la hora de generar conocimiento reflexivo, va-
lorado tanto por los técnicos como por los investigadores.

Al andar se hace camino, la construcción metodológica


En términos generales, una sistematización incluye la descripción de la
situación inicial, su problematización y la identificación de las dimensiones
de análisis. En base a ello, se realiza la reconstrucción del proceso que mo-
deló la experiencia hasta llegar a los resultados.
Corresponde señalar que esa experiencia, identificada a partir de una si-
tuación inicial, está cruzada por algunas variables estructurales o del con-
texto más amplio que operan como oportunidades o amenazas para su
despliegue. Este escenario de tipo macro también debe ser explicitado al
momento de describir la experiencia y es necesario que algunos de sus com-
ponentes sean retomados para el análisis.
En los trabajos, se trató de indagar los intereses y motivaciones que se
expresan en las estrategias puestas en juego por los diferentes actores que
intervienen en cada experiencia, así como la perspectiva que los mismos
tienen acerca de lo acontecido.
La identificación de estos elementos (situación inicial, contexto macro,
actores involucrados en la experiencia y su perspectiva) actuó como mate-

10
Marco referencial y aspectos metodológicos

ria prima para la reflexión. Esta última focalizó algunos aspectos mediante
el planteo de interrogantes u objetivos (consensuados por la totalidad del
equipo sistematizador) que demanda la búsqueda de herramientas con-
ceptuales que interpelen a la empiria.
No queremos dejar de señalar nuevamente que, uno de los objetivos
prioritarios de las sistematizaciones es el de visibilizar a la agricultura fa-
miliar en Argentina mediante estas experiencias y examinar cómo la im-
plementación de las políticas públicas pueden contribuir o no a la mejora
de la calidad de vida del sector.
Además, se acordó la necesidad de llevar a cabo un proceso reflexivo
sobre la praxis para poder mirar críticamente la propia intervención de los
técnicos como agentes de desarrollo pero también con el fin de profundizar
vínculos de confianza y cooperación entre las agencias de desarrollo y la
universidad.
En este sentido, para los equipos técnicos de la SAF, esta iniciativa per-
mitió poner en paréntesis su práctica cotidiana e interpelarla a la luz de
ciertas herramientas teóricas Esto favoreció el poner en revisión su propia
intervención como agentes estatales y los proveyó de herramientas de aná-
lisis para repensar las potencialidades de estas experiencias en cuanto a su
fortalecimiento y posibilidades de replicabilidad
Con respecto al equipo de la universidad, sumergirse en la complejidad
de cada experiencia llevó a desentramar un proceso de múltiple hermenéu-
tica, en la medida en que las propias atribuciones de sentido que hace el in-
vestigador deben reparar en el hecho de que las acciones ya han sido
interpretadas (tanto por parte de quienes realizan la acción como por otros
observadores). Esta posición se articula con la concepción de que la reali-
dad social es un plexo de significados (Retamozo, 2006).
Las técnicas empleadas para la sistematización fueron, principalmente,
las entrevistas a productores e informantes claves conocedores de la expe-
riencia (como técnicos de agencias de desarrollo o dirigentes políticos), así
como la observación participante de algunas actividades vinculadas a la
experiencia en análisis (ferias, reuniones de dirigentes, etcétera). En algu-
nos casos, también se recuperaron y confrontaron los documentos y las
memorias escritas de las organizaciones (principalmente las actas de reu-
nión de las organizaciones).
Durante ese proceso de construcción compartida de conocimiento se
plantearon varias dificultades.Algunos equipos mostraron ciertas resisten-
cias dado que los investigadores de la universidad consideraron necesario
entrevistar, en algunas ocasiones, sin la presencia de los técnicos, de ma-
nera de no incidir en los entrevistados y controlar la reactividad, es decir la
posible alteración de los discursos o comportamientos habituales atribui-
ble a que el sujeto estudiado sabe que está siendo observado.
Dado que en los territorios de la agricultura familiar, los lazos de con-
fianza y las relaciones personalizadas juegan un papel central fue necesa-
rio evaluar, en cada situación específica, qué tipo de vínculos (afectivo o de
interés) mantenía el posible informante clave con los técnicos, pues éstos
no siempre pueden resultar un facilitador en la obtención del dato. Por
tanto, otro sesgo que los investigadores de la universidad tuvieron que con-

11
Marco referencial y aspectos metodológicos

trolar es la diversificación de los informantes para poder confrontar dife-


rentes apreciaciones sobre un mismo proceso.
Igualmente, la falta de práctica en sistematizar por parte de algunos
miembros del equipo fue un factor a tener en cuenta, ya que muchos de
ellos son jóvenes en formación. Esto demandó asistencia técnica por parte
de los supervisores, quienes fueron los encargados de proveer de herra-
mientas metodológicas más específicas a cada experiencia y bibliografía es-
pecializada. De esta forma, se van perfilando otros beneficios potenciales del
proceso de sistematización como ser la formación de recursos humanos,
en la medida que la tarea de investigar favorece al desarrollo de profesio-
nales en estudios rurales.
A medida que avanzaba el trabajo de campo y la redacción conjunta, en
ocasiones se observó una tensión entre las predisposiciones de los técnicos
a privilegiar cuestiones operativas de su labor cotidiana y las predisposi-
ciones de los investigadores a enfatizar cuestiones teóricas. Por lo tanto, el
desafío de la construcción con el otro radicó en no quedar presos ni de cues-
tiones anecdóticas de la experiencia ni en la tendencia a encasillar forzo-
samente el caso a la teoría.
Por consiguiente, a lo largo de este proceso fue necesario aunar criterios
entre las diferentes formas de trabajo y miradas que llevaron a comprender
el valor de los vínculos transdisciplinarios e interinstitucionales para re-
pensar en modelos de desarrollo rural desde lo vivencial, es decir desde el
modo de vida de los productores.
Consideramos que sistematizar las experiencias es una oportunidad
para conocer las luchas cotidianas del sector, contadas desde los propios
actores, pensando y repensando las estrategias empleadas en sus acciones
diarias como agricultores familiares con el fin de sortear los obstáculos que
se les presentan.
Además estos trabajos aportan a visibilizar la presencia del Estado en
los territorios y sus formas de intervenir en las realidades locales, promo-
viendo procesos, impulsando políticas, pero también operando en una re-
alidad social que tiene vida propia y que muchas veces se ve modificada
por la propia intervención del Estado.
Intentamos sumado a esto, mostrar el potencial que tiene la agricultura
familiar como un actor socioeconómico capaz de aportar al desarrollo re-
gional y nacional.
Finalmente este proceso intenta contribuir a la construcción de una
ciencia social situada, mostrando experiencias genuinas, con sus obstácu-
los y sus virtudes, de manera tal de que estas reflexiones ayuden a inter-
pretar e interpelar nuestras realidades rurales. En este sentido la
articulación intersectorial y la modalidad de trabajo asumida en el marco
de esta propuesta intenta ser una contribución a la generación y multipli-
cación de Nuevos Acuerdos Institucionales (NAI), modo en que Van der
Ploeg (2008) denomina a la forma en que se promueven conexiones efi-
cientes en y entre diferentes niveles del Estado con la finalidad de potenciar
un desarrollo rural más equitativo y sustentable. Características, estas úl-
timas, solo posibles si se generan formas novedosas de relacionamiento
entre las instituciones, teniendo como eje la búsqueda de democratización

12
Marco referencial y aspectos metodológicos

y promoción de los diferentes ámbitos de participación, entre los cuales


destacamos el de planeamiento y toma de decisiones, facilitando el trabajo
en red, la provisión de servicios y el acceso a la información. Para ello los
NAI deben tener, como atributos intrínsecos, transparencia, apertura, ac-
cesibilidad y los instrumentos por ellos puestos en juego deben estimular
acciones reales.

13
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14
CAPÍTULO II:
Desarrollo Rural y Agricultura Familiar.
Desarrollo rural y participación campesina en el
proceso socio organizativo de Ojo de Agua.
La experiencia de la mesa de desarrollo.
M. VIRGINIA PALOMO GARZÓN, M. EVA SALAZAR Y LEOPOLDO
CAMAÑO.
1. Introducción
Las concepciones que ligan el desarrollo con el territorio destacan el rol de
los actores involucrados, entre quienes se entretejen tramas de conflictividad
y cooperación, intentando establecer lazos que fortalezcan la gobernabilidad
local. En este sentido, las mesas de desarrollo resultan ser un campo propicio
de análisis, donde el territorio se constituye como un espacio donde se gene-
ran disputas por los modelos de desarrollo, particularmente en el despliegue
de políticas públicas y/o privadas. Una experiencia de este tipo se puso en
marcha en el 2010 en la localidad de Ojo de Agua (Santiago del Estero).La
misma se constituye como un espacio de encuentro entre las distintas visio-
nes y lógicas de los actores involucrados en función de las concepciones que
construyen acerca del desarrollo rural a partir de sus prácticas. Detectamos
aquí la importancia otorgada a la participación de las organizaciones de pe-
queños productores así como la intervención de los agentes del Estado y de
otras instituciones en la articulación y fortalecimiento de los territorios.
Así, el territorio pasa a ser una unidad de actuación y de gestión para la
planificación estatal donde se torna de fundamental importancia compren-
der el dinamismo entre las regiones así como con los actores y las institu-
ciones “El enfoque territorial se presenta como una noción que nos permitiría
explicar el papel de los entornos en que están insertas las comunidades y de
espacio social como factor de desarrollo” Schneider y Tartaruga (2006:1).
A nivel nacional, el enfoque territorial definido por el Programa Social
Agropecuario (PSA)1 desde el año 2007, reconoce unidades territoriales de

(1)
El Programa Social Agropecuario fue un programa que nació en 1993 desde de
la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos como herramienta de
apoyo para mejorar las condiciones de vida y mitigar la pobreza de los pequeños
productores y sus familias en torno al medio rural.

17
Desarrollo rural y participación campesina en el proceso socio organizativo...

intervención en el marco de la dimensión local. Esta perspectiva destaca el


territorio como una construcción social donde convergen actores sociales con
proyectos, significaciones e intereses diferenciados. Se introduce de este
modo la conceptualización de socioterritorio entendiendo al territorio como
producto de la conflictualidad social, en tanto disputa política que implica
concepciones en pugna, subordinaciones y articulaciones (PSA, 2006). Esta
aclaración es necesaria ya que la cuestión central de este enfoque es la pro-
moción de la organización social de las comunidades rurales, lo cual refuerza
el análisis del caso en cuestión. Esta forma de ver al territorio fue adoptada
para dividir la región de Ojo de Agua en socio-territorios.
Por consiguiente, nuestro objetivo es hacer un análisis del proceso or-
ganizativo de los pequeños productores de Ojo de Agua entre 2010, año en
que se proponen participar del espacio de articulación entre las organiza-
ciones, y 2014 cuando se inicia otra etapa de la vida de las organizaciones,
ya que algunas de ellas se han formalizado obteniendo el reconocimiento
legal de la Dirección de Personas Jurídicas. En esta dirección, se busca re-
construir los orígenes, la evolución del proceso de la Mesa, las fortalezas,
las debilidades, los logros obtenidos y las dificultades enfrentadas. Nuestra
intención es recuperar aprendizajes de esta experiencia, entendiéndola
como un proceso no acabado que invita a reflexionar críticamente el des-
arrollo rural.
La metodología seleccionada y utilizada para recolectar la información
requerida para sistematizar la experiencia fueron entrevistas individuales
y grupales a informantes claves, talleres participativos con delegados de las
organizaciones e instituciones que integran la Mesa de Desarrollo y parti-
cipación en el espacio mensual de la Mesa, así como el insumo de reunio-
nes de trabajo con el equipo técnico de la Secretaria de Agricultura Familiar
de la Nación, que viene trabajando en el territorio desde el año 1992.

2. Caracterización del territorio


Ojo de Agua es una localidad del sur de la provincia de Santiago del Es-
tero, ubicada en el departamento de nombre homónimo en el límite con la
provincia de Córdoba. Atravesado por la Ruta Nacional Nº 9, el paisaje de
esta región, rodeado por las Sierras de Ambargasta y Sumampa, combina
suaves lomadas y arroyos serranos. La topografía del lugar, ha condicio-
nado el subdesarrollo productivo. Las “Sierras de Ambargasta”, explotadas
durante décadas para la extracción de manganeso, dejaron muy poca su-
perficie para el laboreo de la tierra; es por ello que, en la zona rural, la prin-
cipal actividad productiva es la ganadería mixta (ganado caprino y bovino).
La economía de Ojo de Agua vivió, al igual que toda la provincia de San-
tiago del Estero desde fines del siglo pasado, un proceso de estancamiento
primero, y lenta recuperación después. En el año 1993 cuando nació el Pro-
grama Social Agropecuario (PSA), en épocas de gobierno menemista y mo-
delos neoliberales, el Estado Nacional se achicaba y las políticas públicas
de inclusión, de promoción de la producción y el trabajo, de desarrollo rural
e industrial, dejaron de existir. Esta realidad afectó aún más a las familias
de parajes rurales de Santiago del Estero, excluidos y aislados histórica-
mente del acceso a servicios básicos y políticas de salud, educación, vi-
vienda, justicia, etc., impactando directamente en el deterioro de su calidad

18
Desarrollo rural y participación campesina en el proceso socio organizativo...

de vida. En ese contexto político, el PSA inició un trabajo de asistencia y


contención a los pequeños productores de Ojo de Agua. Pero a diferencia de
otras regiones donde los productores y campesinos se organizaron para re-
clamar por sus derechos, en Ojo de Agua las familias de la zona rural, fue-
ron migrando a zonas urbanas impulsadas por los municipios locales. El
proceso de gradual de desaparición de los campesinos en Ojo de Agua, fue
promovido también por los gobiernos municipales de la Villa Ojo de Agua,
que priorizaron el crecimiento poblacional en el casco urbano y el incre-
mento del padrón electoral del circuito de esta ciudad, promoviendo los
cambios de domicilio para que las familias accedan a planes de contención
con el fin de paliar la pobreza rural.
En la actualidad la población rural del Departamento de Ojo de Agua
está conformada principalmente por pequeños productores agropecuarios
y asalariados rurales. Hasta el año 2012 se habían relevado unas 567 fa-
milias (de pequeños productores), que representan aproximadamente el 55
% de las unidades productivas. La mayoría de éstas se encuentran delimi-
tadas, pero en el 90% de los casos no poseen títulos perfectos.
Las actividades productivas y el uso de la tierra se realizan de manera
familiar/individual. La escasa actividad agrícola está orientada a la pro-
ducción de cucurbitáceas destinada casi exclusivamente al autoconsumo,
al igual que la cría de ovinos, porcinos y aves de corral. La mayoría de los
pequeños productores no poseen las infraestructuras adecuadas, esto con-
lleva a un manejo deficiente de la producción, sumado a ello, la disminu-
ción del régimen de lluvias de los últimos años redujo los caudales de agua
de los pozos y afectó el crecimiento de pasturas naturales.
Los productores de esta región, siempre mantuvieron una vinculación
comercial con la ciudad de Ojo de Agua con viajantes de Córdoba y otras
provincias de la región central. Sin embargo, esa vinculación, caracterizada
generalmente por la provisión de materias primas (maderas, cueros, carnes,
etc.), ha sido generalmente desventajosa para los productores locales. Las
limitaciones para ingresar en el mercado formal, la falta de planificación de
la producción, la baja productividad, la falta de acceso a créditos adecua-
dos, la pequeña escala de su producción y las relaciones comerciales des-
favorables generan que las familias desarrollen otras estrategias de
supervivencia.
Durante los meses de diciembre, enero y febrero, en las familias se vive
la migración de los hombres de la casa e hijos mayores que buscan una al-
ternativa de trabajo extra predial, siendo las mujeres y niños de los hoga-
res los que quedan a cargo de la producción local. Sumada a la migración,
el acceso a políticas universales de inclusión (asignación universal por hijo,
pensiones, jubilaciones, etc.) permite aumentar el ingreso de la unidad do-
méstico-productiva. La articulación con la Subsecretaria de Agricultura Fa-
miliar de la Nación y otros programas nacionales y provinciales, brinda a los
productores la posibilidad de acceder a créditos y subsidios para realizar
mejoras prediales.
La creación de la Subsecretaría de Agricultura Familiar, dependiente de
la Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar del Ministerio de
Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, en el año 2008 fue un hito en
la historia de la institucionalidad de la política pública de atención a los

19
Desarrollo rural y participación campesina en el proceso socio organizativo...

pequeños productores y se constituye como una oportunidad para generar


y transformar los programas de asistencia en una política integral con el
protagonismo de los agricultores familiares de todo el país.
En este contexto, los pequeños productores, campesinos y agricultores
familiares de Ojo de Agua, articulando con el equipo técnico de la Subse-
cretaría de Agricultura Familiar, inician un camino de constitución de gru-
pos y organizaciones con el objetivo de encontrar respuestas a los
problemas que debían enfrentar en el territorio. El equipo técnico de la
SsAF, si bien se amplía, es el mismo recurso humano que venía trabajando
en el PSA (Programa Social Agropecuario). Esto es importante de destacar
ya que si bien cambia el modelo de políticas públicas, existe una continui-
dad en la vinculación de los técnicos con el territorio en cuestión.

3. La Mesa de Desarrollo: desarrollo de la experiencia


3.1. Sus orígenes y evolución
A partir del año 2009, desde la SsAF y en el marco de una nueva insti-
tucionalidad donde el Estado reconoce el papel del territorio y de los movi-
mientos sociales, el equipo técnico de la SsAF del departamento Ojo de
Agua, acompañados por el área de fortalecimiento a nivel provincial, pro-
mueven la constitución de un espacio de encuentro e interacción entre las
cuatro organizaciones de pequeños productores del departamento que ya se
encontraban articulando con dicha institución y se suma en esta instancia
la organización Mesa de Tierras2.
En el año 2010, avanzando en la experiencia de articulación entre el Es-
tado Nacional y la sociedad Civil, surge la Mesa de Desarrollo de Ojo de
Agua, constituida por organizaciones de la Agricultura Familiar y la Sub-
secretaría de Agricultura Familiar (SsAF), con el objetivo de fortalecer los
vínculos de confianza, la cooperación entre los propios productores y la eje-
cución de fondos públicos (líneas de proyectos de la SsAF) para dar solu-
ción a sus problemas.
Desde sus orígenes fue un espacio para el intercambio de información
y de coordinación para la implementación de las políticas públicas así como
ámbito de formación para los delegados y representantes de cada organi-
zación. La Mesa de Desarrollo de Ojo de Agua se constituye en ese año con
4 organizaciones de pequeños productores de la Agricultura Familiar (APO-
DAE-Asociación de Pequeños Productores Ojo de Agua Este; APPSO-Aso-
ciación de Pequeños Productores Serranos del Oeste; Asociación de
Pequeños Productores Virgen de la Merced; APPO Asociación de pequeños
productores de Lomitas Blancas) y la SsAF, delegación Santiago del Estero.
En el año 2010, el primer desafío que llevaron adelante los integrantes
de este espacio, (APPODAE, APPSO, APPO, Mesa de Tierras, Asociación de
Pequeños Productores Virgen de la Merced y SsAF) consistió en la imple-
mentación de propuestas de descentralización de la política pública y visi-
bilización del sector. Delegar en las organizaciones locales la administración
de fondos para la realización de cavado de represas fue una oportunidad

(2)
Asociación Civil de Ojo de Agua. Integrada por familias de zonas rurales que tie-
nen situaciones irregulares con los títulos de propiedad de la tierra que trabajan.

20
Desarrollo rural y participación campesina en el proceso socio organizativo...

para conocer la capacidad y fortaleza de las organizaciones locales para la


administración de recursos (financieros, humanos, etc.). De las cinco or-
ganizaciones, solo tres (APPSO, Virgen de la Merced y APPO) estuvieron en
condiciones de participar activamente en el diseño, ejecución y supervisión
del proyecto y cumplir con los objetivos propuestos.
La organización Mesa de Tierras se retira del espacio ese mismo año per-
diendo los fondos asignados para el cavado de represas por no haber for-
mulado el proyecto en tiempo y forma. Esta organización fue nucleando a
grupos de productores que tenían irregularidad en sus títulos de tierra,
pero no demandaron al equipo técnico de la SsAF, ni al espacio de la Mesa,
el abordaje de estas problemáticas.
Los aprendizajes de estos primeros años de trabajo permitieron a las or-
ganizaciones que continuaron en el espacio diseñar una ampliación del pro-
yecto para las represas, realizando cerramientos y mejoras. En esta etapa
cuatro organizaciones (se suma APPODAE) ejecutan inversiones por el
monto de 65.000 pesos en los predios de 75 familias.
Coordinando con el área de fortalecimiento institucional de la SsAF, en el
año 2011, se instituye un espacio de capacitación que permitió a los delega-
dos reflexionar sobre el funcionamiento de las organizaciones los liderazgos,
las políticas públicas, el rol del Estado y la sociedad civil, y también la im-
portancia de la política como instrumento de cambio y empoderamiento.
En este sentido, de los debates surge la perspectiva de que el modo
clientelar del ejercicio de la política local instaló una determinada manera
de ver y vivir la política. Esta situación generó fuertes contradicciones con
el nuevo modelo de construcción de ciudadanía que se promueve desde la
SsAF en el espacio de la Mesa de Desarrollo. La reflexión en estos espacios
compartidos y el trabajo de fortalecimiento de los procesos socio organiza-
tivos en los diferentes territorios también conllevaron cambios en las orga-
nizaciones. Con el objetivo de generar más participación de las familias de
productores, los socios de APPODAE deciden reagruparse conformando la
organización Santa Rita, al igual que algunos socios de Lomitas Blancas,
deciden constituir Santa Rosa de Lima por cuestiones de proximidad y agi-
lidad para la circulación de información.
En buena medida, los procesos organizativos vividos en cada uno de los
socio-territorios se ven reflejados en la Mesa cuando se incorporan nuevas
organizaciones de productores al espacio colectivo o se producen cambios
en la vida institucional de cada organización. En el transcurso del año
2011, se suman a participar formalmente APPGRAN-Asociación de Peque-
ños Productores de Pozo Grande, la Asociación Santa Rosa de Lima, Aso-
ciación Nueva Esperanza, Asociación de pequeños productores Santa Rita.
Igualmente, se formaliza la incorporación de la Agencia de Desarrollo del
Ministerio de la Producción de la Provincia.
En el año 2012 las organizaciones deciden asumir colectivamente la res-
ponsabilidad de dar el aval a los proyectos que serán presentados ante los
distintos organismos, aceptando, cuestionando y/o -en algunas ocasiones-
rechazando a algunos de los integrantes del grupo destinatario. Comien-
zan así a ejercer un control social entre los mismos beneficiarios acerca de
la utilización de los recursos del Estado destinados al sector.
Desde la conformación de la Mesa, las organizaciones e instituciones han

21
Desarrollo rural y participación campesina en el proceso socio organizativo...

avalado la presentación de proyectos y la realización de inversiones indivi-


duales y comunitarias por 1.480.000 pesos. Además se gestionó, ante dife-
rentes instituciones, el acceso a recursos para la realización de capacitaciones,
promoción de derechos, campañas sanitarias, subsidios de salud, etc.
El ámbito de la Mesa, permitió durante el año 2013 tener espacios de ca-
pacitaciones permanentes con acompañamiento del equipo provincial, com-
partir aprendizajes y experiencias, avalar la presentación de proyectos de las
organizaciones, diseñar estrategias colectivas de gestión de recursos y he-
rramientas para sobrellevar la emergencia agropecuaria. Los pequeños pro-
ductores de la región, sufrieron las mayores pérdidas de los últimos años,
como consecuencia de la sequía y falta de alimento para sus animales. Mu-
chas familias vendieron y perdieron todo su ganado, caprino y bovino, te-
niendo que empezar de cero nuevamente. Aquellas familias que han logrado
salvar algunos de sus animales, lo hicieron a costo de altísimas inversiones
para la compra de alimento. Esta crisis agropecuaria provocó en los peque-
ños productores la necesidad urgente de iniciar el proceso de formalización
de sus organizaciones para generar articulaciones con el Estado de manera
directa y autónoma.
Desde el espacio de la Mesa, las organizaciones han coordinado la rea-
lización de compras colectivas de forraje (maíz) para los animales, en can-
tidad y a precios más económicos que en el mercado local. No obstante, los
actores son conscientes de la debilidad e informalidad de sus organizacio-
nes y las insuficientes políticas públicas de promoción y asistencia para el
sector. Por lo tanto, consideran valioso avanzar en los aspectos socio-orga-
nizativos.

“Si no nos acompañamos y apoyamos ahora que estamos pasando


por una época muy mala ¿para qué están las organizaciones?” (Diri-
gente de APPGRAN).

Pero las grandes pérdidas de las familias y la falta de respuesta ante la


emergencia agropecuaria provocaron en los pequeños productores la nece-
sidad urgente de iniciar el proceso de formalización de sus organizaciones
para generar articulaciones con el Estado. De este modo, las mismas prio-
rizan la necesidad de tener el reconocimiento de la Dirección de Personas
Jurídicas3 para poder contar con el marco legal que les permita formalizar
acuerdos con el Estado y otras instituciones. Esta es una herramienta clave
para el empoderamiento, lo cual se visualiza a través de su proceso de ma-
duración institucional y en su fortalecimiento a nivel participativo.
En agosto de 2013 comienza a asistir al espacio de la Mesa, la UNICAM-

(3)
Dirección General de Personas Jurídicas, organismo que reconoce legalmente la
asociación de personas, constituidas en Asociaciones Civiles sin fines de lucro. Estas
instituciones pueden realizar actos jurídicos propios según como esté regulado en
sus normas internas, tener un patrimonio propio, diferente del de sus asociados,
ser un órgano que pueda representar jurídicamente frente al Estado y al sector pri-
vado a un grupo humano determinado.

22
Desarrollo rural y participación campesina en el proceso socio organizativo...

Universidad Campesina4. Con una larga trayectoria en gestión de fondos y


ningún antecedente de articulación –hasta el momento- con las organiza-
ciones de los productores locales integrantes de la Mesa. Comparten expe-
riencias de trabajo, formas organizativas y algunos vínculos institucionales.
La articulación con esta institución fue clave, para la gestión y adminis-
tración de un subsidio de emergencia agropecuaria otorgado por Jefatura
de Gabinete a las organizaciones de pequeños productores de Ojo de Agua
para la compra de maíz. Las organizaciones de pequeños productores de
hecho –hasta ese momento- es decir sin reconocimiento de la Dirección de
Personas Jurídicas, canalizaron el pedido a través de la personería jurídica
de una comunidad integrante del Movimiento Campesino de Santiago del
Estero -Vía Campesina (MOCASE -VC)5.
La tarea de articulación con otras instituciones y representantes de or-
ganismos provinciales y nacionales ha sido una de las características del
trabajo de la Mesa de Desarrollo durante el año 2014. En consenso con los
productores, se trabajó con la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia
de la provincia para la planificación y ejecución de actividades de promo-
ción de derechos en escuelas rurales. Por otra parte, ante la Dirección de
Rumiantes Menores de la Provincia, se gestionan medicamentos para la re-
alización de campañas sanitarias. También se realizaron actividades de di-
fusión de las necesidades del sector y articulaciones para adquisición de
depósitos para el almacenamiento de agua ante representantes del Poder
Legislativo y Ejecutivo Provincial.
En conclusión, van emergiendo lógicas diferentes en el modo de articular
con los distintos actores que integran la Mesa. Desde la SAF, se promueve la
participación de los productores en las diferentes instancias de formulación
y ejecución de los proyectos, así como en la distribución de los recursos. Este
modo de llevar adelante una visión del desarrollo no siempre es compartida
con otras instituciones que operan en el terreno (UNICAM, Municipalidad,
Agencia de Desarrollo). En este sentido, una pregunta que nos surge es
¿cómo ven los pequeños productores de la Mesa la participación de estos ac-
tores? Hasta el momento, podemos decir que comienza siendo expectante y
hasta los propios representantes de las organizaciones comienzan a estable-
cer sus reglas dependiendo del nivel de participación de cada actor.
¿Es posible lograr la articulación de diferentes lógicas de actores que
confluyen (a priori) en un mismo objetivo? Nos referimos a la consecución
de un desarrollo rural integral. Este interrogante nos invita a pensar y con-
tinuar analizando la experiencia para detectar las distintas estrategias que
sus integrantes despliegan.
(4)
La nueva Universidad Campesina es impulsada por el Movimiento Nacional Cam-
pesino Indígena con el objetivo de promover espacios de formación para los jóve-
nes de comunidades rurales y, en función de taller y cursos, construir un proyecto
cultural y educativo diferente orientado al desarrollo rural, la agroecología, derechos
humanos, entre otros.
(5)
El Movimiento Campesino de Santiago del Estero es un movimiento social, nacido
formalmente en 1990, que constituye una de las más importantes expresiones de
organización y lucha por la tierra en Santiago del Estero (Jara, 2014).

23
Desarrollo rural y participación campesina en el proceso socio organizativo...

3.2 Situación actual


El año 2014 se caracteriza por el fortalecimiento que viven las organizacio-
nes. Dicho proceso encuentra una de sus expresiones en el objetivo de lograr
la formalización y la obtención de su personería jurídica. En general, la reali-
zación de asambleas para discusión de sus estatutos, definición de objetivos y
elección de autoridades genera la participación activa de los socios. Así como
también al presente, las organizaciones e instituciones se reúnen en el espacio
de la Mesa de Desarrollo de Ojo de Agua el segundo miércoles de cada mes.
Por otro lado, la circulación de información es uno de los temas que se
trabaja hacia el interior de cada organización y en el espacio de articulación
de la Mesa de Desarrollo. Sin información, los socios de las organizaciones
no pueden tomar decisiones y dar mandato a los delegados y representan-
tes. La “información es poder”, sin embargo, todavía cuesta que los delega-
dos circulen la información hacia el interior de sus organizaciones. Los
socios integrantes de las organizaciones viven a varios kilómetros de los
centros de reunión, esto resulta ser un impedimento para la participación
contínua en sus reuniones mensuales, aunque en otros casos no se di-
mensiona la importancia de asistir a estos espacios.
La participación permanente de la representante de las organizaciones
de Ojo de Agua en el Foro Provincial de Agricultura Familiar (FOPAF)6, per-
mite dinamizar el vínculo entre las organizaciones locales y los espacios
provinciales. Por otro lado, la incorporación formal al espacio de la Mesa de
la SUBNAF7 y el INTA8 Ojo de Agua, pone en valor y visibiliza otras capaci-
dades existentes en el territorio, haciendo posible un mejor aprovecha-
miento de los recursos y la superación de la fragmentación que proponían
antiguas políticas focalizadas de corte neoliberal.
En diciembre del 2014, asumen nuevas autoridades en el gobierno mu-
nicipal de la Ciudad Villa Ojo de Agua y se crea en el organigrama institu-
cional la Secretaria de Desarrollo Regional- Secretaria del interior. Esta
decisión política genera una fuerte expectativa entre las organizaciones de
productores y e instituciones que integran la Mesa, ya que se visualiza la
posibilidad de articular con el municipio local, situación que no fue posible
con las gestiones anteriores. A partir de los meses siguientes, el intendente
participa como invitado al espacio de la Mesa y se proponen estrategias de
trabajo articulado para abordar problemáticas que interesan a las familias
y productores de la zona rural: educación secundaria, estado de las postas
sanitarias, infraestructura rural y apoyo a la producción local.
La puesta en común de los recursos de los que dispone cada una de las
instituciones que integran la Mesa de Desarrollo permite debatir sobre los

(6)
El Foro Provincial de Agricultura Familiar surge en el año 2005 como un espacio
para visibilizar a los pequeños productores del ámbito rural, asumiendo la repre-
sentación tanto de los campesinos como de pueblos originarios y en intercambio
con el Estado, orientando las acciones al sector de la agricultura familiar (De Dios
y Gutiérrez, 2014)
(7)
Subsecretaria de Niñez, Adolescencia y Familia de la Provincia.
(8)
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.

24
Desarrollo rural y participación campesina en el proceso socio organizativo...

intereses comunes de los pequeños productores, generar demandas y pro-


puestas colectivas. Este accionar no solo versa sobre temas agropecuarios,
sino que incluye la totalidad de problemáticas que interesan a los agricul-
tores familiares (vivienda, salud, educación, comunicaciones, etc.)

“La unidad de una organización y el hecho de poder cooperar un vecino


con otro, es impagable. No todo es capital económico” (representante de INTA)
Para los integrantes de las organizaciones y delegados, participar de dis-
cusiones donde se deben establecer y consensuar criterios para la distribu-
ción de los recursos, los involucra ya no solo en la etapa de ejecución y
aplicación de las políticas públicas, sino también en asegurar mayor trans-
parencia en la asignación y llegada de esos recursos. Esta práctica iniciada
en el espacio de articulación y hacia el interior de cada organización entra en
constante tensión y contraposición a las intermediaciones y al manejo clien-
telar vigente desde hace décadas en este territorio. Profundizar este ejercicio,
es una de las demandas de todos los integrantes de la Mesa y a su vez es
fuente de ideas para la constitución de otros espacios que desean nutrirse de
la participación de actores locales, como por ejemplo la Mesa de Niñez9.
Durante el 2015, la articulación con la Municipalidad de Villa Ojo de
Agua y a través de ella con el Ministerio de la Producción, ha permitido que
se gestionen y ejecuten proyectos para la construcción de cisternas, dise-
ñen planes de cavado y mantenimiento de represas, se busquen alternati-
vas de solución para que los niños y niñas de la zona rural, puedan finalizar
su ciclo escolar secundario y se realicen actividades de apoyo y fortaleci-
miento a las organizaciones.

4. Algunos elementos para pensar la experiencia


4.1. Desarrollo: un eje transversal a las discusiones regionales
El tema del desarrollo es una constante en los debates a nivel interna-
cional, nacional y local. Y si nos preguntamos ¿cuál es el modelo de des-
arrollo al que aspiramos? nos introducimos en una discusión compleja, en
la cual hay una constante lucha por definir cuál es el sentido que se le
quiere dar al desarrollo (Coraggio, 2006). Esto se puede observar en la
Mesa de desarrollo de Ojo de Agua, el cual es un espacio donde se da la
oportunidad de debatir el desarrollo de la zona, reflexionando sobre el pre-
sente y proyectando que es lo que se quiere lograr a futuro, y por ende,
otorgándole una impronta al significado de la palabra desarrollo.
El desarrollo no me parecía revolucionario (…) en cambio hoy
viendo los pasos que cuestan y viendo lo que cada cosa requiere, como
un juego de la oca (avanzar, retroceder, volver a avanzar) pienso que
el desarrollo también es revolucionario; que todo lleva un crecimiento.
(Integrante de DINAF).
(9)
La Mesa de Niñez es un espacio donde participan algunas de las organizaciones
integrantes de la Mesa de Desarrollo con el objetivo de trabajar a través de talle-
res y charlas acerca de algunas problemáticas puntuales de los niños y adolescen-
tes de la región de Ojo de Agua, por ejemplo, en cuanto al acceso a la educación
básica y obligatoria.

25
Desarrollo rural y participación campesina en el proceso socio organizativo...

Teniendo en cuenta que el sentido del desarrollo es una construcción co-


lectiva (Coraggio, 2007), vale destacar que en la esfera pública existe una
disputa por definir el sentido que se le va a otorgar al desarrollo basado en
un proceso de discusión de la comunidad, aceptando el hecho de que ello
implica un esfuerzo compartido y de toma de decisiones, en base a la idea
de desarrollo local como el marco conceptual que concibe al desarrollo como
un proceso de abajo hacia arriba, atribuyéndole un papel fundamental a la
participación y el empoderamiento (Valenzuela, 2006). Esta dimensión es
transversal a la Mesa ya que la idea de construcción compartida, en co-
munidad, sigue presente y es el motivo que aglutina a las organizaciones y
motiva su continuidad en el espacio.
Por otra parte, en la Mesa se van tejiendo redes de capital social, cuya
comprensión resulta interesante para entender la configuración de las rela-
ciones sociales que favorecen la construcción y/o fortalecimiento de víncu-
los entre individuos, o bien, contribuyen negativamente a la conformación
de esquemas clientelares en la medida que se acentúe el poder de ciertos ac-
tores (Van der Ploeg, 2008). En la Mesa de Desarrollo esta dimensión es cen-
tral, teniendo en cuenta la diversidad de actores que la conforman y la
conformación de un determinado sentido de pertenencia, es decir, se va mol-
deando una identidad como impronta de la Mesa.
También, otro aspecto lo constituyen los acuerdos que se suscriben en
la Mesa, los cuales se tornan significativos en tanto que permiten articula-
ciones con otros actores institucionales como los que se han mencionado
anteriormente, no solo para darle visibilidad al espacio sino para multipli-
car los lazos de cooperación entre los actores participantes. Es por ello que
resultan importantes los arreglos institucionales, ya que implican promover
conexiones eficientes en los diferentes niveles del Estado, propiciando ins-
tancias de participación en el planeamiento y toma de decisiones (Van der
Ploeg, 2008).

4.2. La Participación como herramienta de cambio y como necesi-


dad humana
Las prácticas de los actores de la Mesa de Desarrollo implican la cons-
trucción y valorización de un “nosotros” que requiere ser promovido por la
constante participación de sus miembros para influir el curso de las polí-
ticas públicas orientadas al sector (Oszlak, 2009). En efecto, la participa-
ción está estrechamente vinculada con el fortalecimiento de la democracia
a nivel local: “La participación social es una relación y una práctica política
que se produce en un espacio de encuentro e intercambio entre actores en
la esfera pública y ejerce algún tipo de incidencia en el contexto y en los su-
jetos” (Rosenfeld, 2005:11).
Los intereses y expectativas forman parte de los procesos participativos,
corriendo el riesgo de que dichas expectativas no siempre sean cumplidas
en el tiempo y la forma esperados. Un ejemplo de ello, lo constituyen los pla-
zos que establecen los proyectos de desarrollo vinculados al sector produc-
tivo ya que generan entusiasmo en los productores pero exigen
determinados requisitos burocráticos que no siempre pueden cumplir.
Ahora bien, la figura de los técnicos de la Secretaría ha sido fundamen-
tal, en tanto que ha acompañado el crecimiento del espacio, con el propó-

26
Desarrollo rural y participación campesina en el proceso socio organizativo...

sito de que los integrantes de los proyectos (en este caso, los productores y
sus familias) superen la posición de subordinación económica y social en
la que se encuentran y mejoren sus condiciones (Cowan Ros, 2013). Esto
ha permitido que lo que comenzara siendo casi una obligación, una condi-
ción para articular con el Estado (conformar formalmente una organiza-
ción), se haya convertido en una necesidad.

5. Reflexiones en torno a la experiencia: perspectivas y desafíos


La Mesa de Ojo de Agua está realizando, actualmente, diferentes tareas.
Una de ellas es la formulación colectiva de un proyecto para la realización
de obras de agua e infraestructura por un monto de 2.000.000 de pesos
que beneficiaría a 320 familias integrantes de las siete organizaciones de
pequeños productores. Paralelamente, se trabaja en el proceso de fortale-
cimiento y autonomía de cada una de las organizaciones. También se mues-
tra promisorio el camino hacia la participación de los representantes locales
en la constitución de la Mesa de Niñez del departamento, así como también
en los espacios provinciales de la Agricultura Familiar.
Al presente, resulta de suma importancia generar espacios de articula-
ción con otras instituciones para la realización de gestiones y abordaje de
problemáticas priorizadas en el territorio. De ello se deriva la iniciativa de
emprender proyectos que generen nuevas oportunidades para los jóvenes
rurales, por ejemplo, en torno al aprendizaje de nuevas tecnologías desde
las escuelas y de disponer espacios de capacitación para promotores de de-
recho, principalmente de educación sexual en el seno de las organizaciones.
Asimismo, se considera fundamental pensar planes productivos individua-
les y asociativos que les permita a los productores visualizar un proceso a
largo plazo en tanto que el fin último es promover el desarrollo local en los
distintos socio-territorios.
En base a conversaciones con las organizaciones, delegados e integran-
tes de las instituciones participantes, rescatamos algunas conclusiones
preliminares del espacio que decidimos dividir en debilidades y fortalezas.
Por un lado, como debilidades se detecta que la Mesa se encuentra atrave-
sada por los distintos momentos y necesidades de las organizaciones. Esto
genera insatisfacción por parte de algunas de las ellas, principalmente por
la disparidad en los procesos que está viviendo cada una, lo cual implica
que aun resta continuar la labor de fortalecimiento y articulación en el seno
de la Mesa, especialmente profundizando el ejercicio de establecer los cri-
terios para la toma de decisiones en la distribución de recursos, ya que esto
continúa siendo tema de discusión.
Con respecto de las fortalezas, resulta importante destacar la visibilidad
de la Mesa a través de su participación en espacios provinciales. Por un lado,
se considera que la organización es una herramienta de cambio que se nutre
de múltiples espacios como la articulación de tareas tanto con las familias de
Ojo de Agua, cuanto con representantes y delegados, y por el otro, la cons-
ciencia de que la misma permite defender los intereses que nuclea el sector
de la Agricultura Familiar. Cada vez se va arraigando más entre los actores
participantes la idea de que la reflexión y el debate en conjunto son clave
para pensar a qué modelo de desarrollo rural aspirar para la región.

27
Desarrollo rural y participación campesina en el proceso socio organizativo...

La articulación entre las organizaciones de productores y el municipio


de Ojo de Agua, marca una nueva etapa en el espacio de la Mesa de Des-
arrollo. La participación de las organizaciones en reuniones de trabajo para
establecer y consensuar criterios para la distribución de los recursos asig-
nados por el Ministerio de la Producción para los pequeños productores y
administrados por la Municipalidad, no tiene precedentes en la región.
Como lo manifestamos anteriormente, esta práctica iniciada en el espacio
de articulación de la Mesa de Desarrollo, hacia el interior de cada organi-
zación y ahora junto al municipio, entra en tensión y contraposición a las
intermediaciones y al manejo clientelar que desde hace décadas existió en
este territorio. Profundizar este ejercicio, es uno de los desafíos de todos los
integrantes de la Mesa.
En resumen, valoramos la existencia de esta Mesa de Desarrollo como un
espacio donde confluyen diversos factores que, analizados en clave de refle-
xión, enriquecen la experiencia y nos permiten incorporar nuevos aprendi-
zajes. La Mesa como un espacio abierto y plural no está exenta de generar
roces y diferencias entre los actores participantes a la hora de consensuar cri-
terios para el manejo de fondos o cuestiones relacionadas con los temas a de-
batir mensualmente. Por ello los momentos de debate son centrales en tanto
que permiten, principalmente a los representantes de las organizaciones ex-
presarse libremente, siendo conscientes de la importancia de sus aportes
para discutir un tema que atraviesa las propuestas, problemas y proyectos:
el desarrollo en la construcción de redes de poder local.
Uno de los factores transversales es la participación. Las organizaciones
de pequeños productores han incorporado la necesidad de participar en la
Mesa, no solo asistiendo a las reuniones mensuales sino también asu-
miendo un rol activo en la toma de decisiones, a tal punto que se ha vuelto
un parámetro para inferir lo que cada organización puede aportar para el
crecimiento de este espacio:

“Si bien aún median algunos sesgos individualistas, existe una


fuerte impronta de solidaridad y compañerismo, lo cual contribuye a
fortalecer el espacio” (Representante de organización)

Ahora bien, ¿cuáles son las razones que motivan a las organizaciones a
continuar participando de la Mesa de Desarrollo? Del análisis de las entre-
vistas se desprende la necesidad de mejorar la calidad de vida y la produc-
ción; el hecho de compartir y de sentir la necesidad de capacitarse, de
gestionar y administrar recursos. Asimismo, los actores destacan la idea
de que la organización es la unión de fuerzas que tracciona en un mismo
sentido y que el aprendizaje que se adquiere en la Mesa es invaluable para
mejorar las prácticas de buena vecindad, solidaridad, capacidad de gestión
y de colaboración. Por estos motivos, la Mesa de Desarrollo es considerada
como una oportunidad para crecer y para aprender entre ensayo y error.
Por otra parte detectamos que el fortalecimiento, entendiéndolo como el
resultado de un proceso de trabajo conjunto, contribuye a reforzar, afian-
zar y consolidar vínculos entre los actores, y constituye un factor central
que incide en el papel que cumplen las organizaciones y sus delegados en

28
Desarrollo rural y participación campesina en el proceso socio organizativo...

este espacio. Evidenciamos ese fortalecimiento en la participación activa y


aportes de los delegados en los temas que se debaten, en la adquisición de
conocimiento y capacidad de gestión de los delegados para la obtención de
la personería jurídica y articulación con diferentes instituciones, en la pre-
disposición para participar activamente de las reuniones mensuales y pro-
mover la participación de los socios en la toma de decisiones, en los
acuerdos que se realizan en el espacio de la Mesa entre las diferentes or-
ganizaciones y las diferentes instituciones que son convocadas a participar
para abordar temas de interés de los productores.
Empero, no hay que descartar que aun existan ciertas debilidades rela-
cionadas con la participación desigual de algunas y de falta de coordinación
al interior de la organización. Esto se debe a que si bien todos se identifi-
can con un mismo objetivo, hay organizaciones que están transitando mo-
mentos distintos, es decir, algunas aun no cuentan con el reconocimiento
legal de la personería de Dirección jurídica y se encuentran rezagados en
cuanto a la asistencia a las reuniones de la Mesa.
Otro elemento interesante es el diálogo. Cabe aclarar que no siempre el
debate confluye en un acuerdo final y las reuniones se tornan extensas
cuando hay un tema que genera disenso. Usualmente, un punto en común
es la realidad de los territorios y sus problemáticas centrales (agua y cami-
nos). Sin embargo, los proyectos productivos son los que mayor atención
captan, ya que cuando se trata de la potencial ejecución y distribución de
recursos económicos lo primero que se tiene en cuenta es la necesidad del
momento que, en el fondo, está relacionada con la supervivencia de las fa-
milias que nuclea cada organización.
Finalmente, como dijimos al iniciar el análisis de esta experiencia, la
Mesa es un espacio abierto que se encuentra en constante dinamismo.
Todos los actores aportan desde sus lugares de pertenencia para su cons-
trucción, es por ello que el trabajo en conjunto y el ejercicio de la toma de
decisiones colectivas son características que hacen de la Mesa de Desarro-
llo de Ojo de Agua un espacio enriquecedor; una plataforma desde donde
se puede reflexionar y accionar el desarrollo local.

29
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VALENZUELA, Cristina. (2006). “Transformaciones agrarias y desarrollo re-
gional en el nordeste argentino” Buenos Aires: La Colmena.

30
CAPÍTULO III:
Acerca de la configuración de los territorios
y las luchas por la tierra
Resistiendo en la frontera. La Agricultura Familiar y
las luchas territoriales en el Salado Norte
(Santiago del Estero) en el período 1999 – 2014.
CRISTIAN JARA, LUCRECIA GIL VILLANUEVA Y LUIS MOYANO

1. Introducción1
El objetivo de este trabajo es analizar las estrategias de defensa y pro-
moción del territorio que han desarrollado las organizaciones de la agricul-
tura familiar en el Salado Norte (provincia de Santiago del Estero), frente a
la presión generada por el avance de la frontera agropecuaria. En este es-
cenario, distinguimos dos dimensiones de la conflictividad: las luchas de-
fensivas (contra los desalojos y a favor de un ordenamiento territorial que
regularice la tenencia de la tierra) y las luchas proactivas, en aras de con-
solidar y promover el territorio campesino como un espacio diferenciado
por su modo de vivir y producir.
Como primer paso, se identificaron tres momentos del proceso organi-
zativo durante quince años. El criterio seleccionado para la delimitación de
las mismas fue el de las transformaciones operadas en las lógicas de inter-
vención de los actores. En especial, la forma en que se hace presente el Es-
tado (nacional, provincial y local). Es decir, se procede a una reconstrucción
sobre ¿quiénes convocan a una reflexión sobre el territorio? ¿Cuál es la
agenda de cada momento? ¿Cómo se territorializan y disputan territorios?
¿Cómo definen su territorio o establecen límites? ¿Qué territorialidades con-
fluyen reforzando antagonismos, pero también convergencias?
El primer período, entre 1999-2003, se caracterizó por las consecuen-
cias devastadoras del neoliberalismo a nivel país, con el repliegue de las
funciones redistributivas del Estado y la agudización de las desigualdades.
En el territorio local surgió el Programa de Desarrollo del Salado Norte, con
un fuerte Liderazgo de la OCCAP (Organización Campesina de Copo, Al-

(1)
Esta investigación no hubiera sido posible sin el generoso aporte de las or-
ganizaciones campesinas del Salado Norte, del Mg Rubén de Dios, del Dr. Raúl Paz,
de la Mg. Marta Gutiérrez y la Lic. Viviana González. Ellas y ellos aportaron infor-
mación e hicieron importantes devoluciones. Los autores agradecen la colaboración
de este grupo humano.

33
Resistiendo en la frontera...

berdi y Pellegrini), donde también participaron otros actores como la Igle-


sia Católica y algunas organizaciones no gubernamentales. Por aquellos
años, todavía no había un conflicto manifiesto de tierra y las demandas
principales eran la escasez de agua (tanto para consumo humano como
animal) y la creación de un colegio secundario. Respecto del problema de
inseguridad jurídica sobre la tierra, el trabajo era más bien preventivo y de
sensibilización. Tarea sumamente difícil en un contexto local signado por
el autoritarismo del régimen jurista, donde la protesta campesina era fuer-
temente criminalizada. Pese a ello, en 2002 se conformó la Mesa de Des-
arrollo de Salado Norte como un espacio de reflexión y de articulación entre
distintos actores de la comunidad.
El segundo período, entre 2003-2010, se destaca por el fortalecimiento
de las organizaciones de la agricultura familiar. Con la llegada a la presi-
dencia de Néstor Kirchner en 2003 y la intervención federal de la provincia
en 2004, se produjo una transición hacia la construcción de espacios de
diálogo con los diferentes sectores de la sociedad santiagueña, aunque se-
guían pendientes políticas públicas que permitan garantizar los derechos
básicos del sector campesino. Durante este período, las demandas centra-
les rondaron en las urgencias que planteaban los conflictos de tierra en su
fase defensiva, por ejemplo el intento de remate del lote El Ceibal. El freno
al desalojo masivo de comunidades que han vivido ancestralmente en esas
tierras fue posible gracias a la acción colectiva y al rol activo en la solución
del conflicto asumido por el Estado provincial, lo que representó una ex-
cepción en relación a otros casos de la geografía provincial. En esta etapa
también surgió la Secretaría de Agricultura Familiar y Desarrollo Rural de
la Nación, que va a profundizar el acompañamiento técnico y financiero a
los productores locales que venía desplegando el PSA (Programa Social
Agropecuario)2.
Finalmente, el tercer período, entre 2010-2014, fue el momento en que
surgió la Mesa de Gestión Local, integrada por tres organizaciones campe-
sinas (OCAPP, UPSSAN, y MOCASE Vía Campesina) y el colegio segunda-
rio. Esta etapa se caracterizó por la necesidad de transformación de la lucha
defensiva en una lucha proactiva para consolidar y promover el derecho a
la tierra, ya no solo desde la autodefensa y las batallas judiciales para re-
gularizar la propiedad, sino también desde un enfoque integral del territo-

(2)
En 1993, desde la SAGPyA (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Ali-
mentación de la Nación) se creó una línea de acción para el sector pobre rural de-
nominando Programa Social Agropecuario (PSA), de alcance nacional. Este tipo de
programas, implementados en la década de 1990 durante las reformas neoliberales,
fueron limitados por centrarse en mejoras de carácter productivo en el ámbito de
cada familia individual, pero sin superar las restricciones que opone un mercado
concentrado. Por otra parte, los montos de crédito o subsidio eran insuficientes
para salir de una situación de pobreza estructural. Posteriormente, este programa
se va a reconvertir en la Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar a me-
diados del año 2009, otorgándosele un lugar de mayor preponderancia en la es-
tructura institucional.

34
Resistiendo en la frontera...

rio. Lo cual implicó una mayor complejidad de la agenda frente a las ten-
siones de un Estado que impulsa un modelo de desarrollo agroexportador
basado en el aumento de los rendimientos y en la expansión de la frontera
agropecuaria, y que a la vez, intenta promover una mayor equidad social a
través de diversos mecanismos de redistribución de la riqueza.
En cuanto a la metodología, se utilizó un diseño cualitativo, por tanto se
realizaron entrevistas en profundidad a dirigentes del Salado Norte para re-
construir los tres períodos e indagar, desde la perspectiva de los actores, la
valoración de sus acciones pasadas y actuales. También se utilizaron do-
cumentos oficiales, artículos periodísticos e informes técnicos como fuen-
tes de datos. Un aspecto importante de la metodología, propuesta por una
dirigente campesina, fue la discusión de un primer borrador con los suje-
tos estudiados. De este modo, los protagonistas de la experiencia relevada
destacaron la utilidad de la sistematización “para que en otros lugares
sepan que pasa en el monte” y “para hacer un balance de lo que se hizo
como organización”.
En este marco, el Salado Norte, con sus reductos de bosques y campe-
sinos resistiendo, al estar en la frontera del agronegocio ofrece un caso tes-
tigo de esa conflictividad y de un proceso organizativo muy rico por sus
conquistas, su interpelación al Estado y por una agricultura familiar que re-
existe.

2. Marco referencial: la pluralidad de territorios y territorialidades


en disputa
Esta sistematización utilizó una noción amplia de territorio. Dicha op-
ción teórica, lejos de ser neutra, concibió al territorio como una fragmen-
tación del espacio3, donde se expresan los conflictos y relaciones de poder
entre diferentes sujetos (Fernández, 2013, 2009 y 2005; Haesbaert, 2013).
Generalmente, en los abordajes territoriales de los órganos guberna-
mentales y las agencias internacionales predominan una acepción de te-
rritorio como unidad geográfica determinada o como un espacio de
gobernancia, donde no se consideran “las conflictividades de los diferentes
tipos de territorio contenidos en el territorio” (Fernández 2013: 119). En
efecto, cuando el territorio es concebido como uno solo, sostiene este geó-
grafo brasilero, se tiene una concepción reduccionista, que sirve más como
instrumento de dominación que como herramienta de análisis de la com-
plejidad.
En este trabajo, nos proponemos dar cuenta de las diversas formas en
que los actores (el Estado, la Iglesia Católica, las organizaciones de la agri-
cultura familiar y los empresarios) construyen, transforman, pierden y re-
cuperan el control de sus territorios.
Los procesos de territorialización, al estar ligados a relaciones de poder,
comprenden sistemas de dominación y movimientos de resistencia que po-
seen dimensiones materiales y simbólicas. Por consiguiente, la idea de te-

(3)
Milton Santos (1996) lo define como un conjunto de sistemas de objetos (ele-
mentos naturales) y sistemas de acciones (elementos sociales), que lo forman de
modo inseparable, solidario y contradictorio.

35
Resistiendo en la frontera...

rritorio no se agota en su materialidad, puesto que engloba además aspec-


tos subjetivos y culturales. Sin embargo, la distinción es solo analítica ya
que ambas dimensiones son inseparables, el territorio material está unido
a la territorialidad, o sea a una subjetividad que porta consigo determinada
forma de percibir y valorar al territorio (Porto-Gonçalves, 2009).
Por su parte, Haesbaert sostiene que en un mismo territorio puede
emerger una multiterritorialidad, es decir “la posibilidad de tener la expe-
riencia simultánea y/o sucesiva de diferentes territorios” (Haesbaert,
2013:34), lo cual conlleva superposiciones e imbricaciones.
Quien se territorializa define la forma de organización de ese territorio
(Fernández, 2013). Pero no solo el Estado (nacional, provincial o municipal)
define fronteras, también lo hacen otros sujetos (capitalistas y no capita-
listas) que pugnan por modelos de desarrollo alternativos. En un sentido
amplio, la idea de soberanía alude aquí a una apropiación relacionada con
la autonomía para tomar decisiones respecto al desarrollo de sus territo-
rios. De este modo, los territorios se diferencian por las relaciones sociales
que se producen a su interior y por las dimensiones ambientales, cultura-
les y económicas que le son propias (Fernandes, 2013).
En este marco, se intentará analizar las distintas luchas de las organi-
zaciones campesinas y de la agricultura familiar del Salado Norte frente a
la amenaza de desalojo o desterritorialización en “las fronteras” de la ex-
pansión agropecuaria, entendida no solo como destrucción de un territorio,
sino también como precarización territorial de los grupos subalternos
(Haesbaert, 2013).
Finalmente, la desterritorialización también puede tener connotaciones
potencialmente positivas cuando implica una reconstrucción territorial
(una reterritorialización). Esta última acepción se relaciona con la luchas
proactivas que tuvieron lugar en el Salado Norte en las últimas dos déca-
das, las cuales son reconstruidas, más adelante, a partir del relato de los
actores.

3. Condiciones agroecológicas y productivas en el Salado Norte


El Salado Norte es un territorio que se encuentra sobre la Ruta Provin-
cial Nº 2, a 300 Km al norte de la ciudad de Santiago del Estero, sobre
ambas márgenes del Río Salado, abarcando parte de los departamentos
Copo, Alberdi y Pellegrini. Su epicentro es la localidad de San José del Bo-
querón. Allí viven aproximadamente 1200 familias.
El clima corresponde al subtropical con estación seco. Las lluvias apor-
tan suficiente agua para las siembras de maíz y cucurbitáceas. Por su parte,
la vegetación natural corresponde a la región del Bosque Chaqueño Seco,
con ejemplares de quebracho colorado, quebracho blanco, algarrobo blanco,
algarrobo negro, vinal, brea, tusca y pasturas naturales de buena calidad.
Los campesinos o agricultores familiares, en su mayoría combinan activi-
dades que se orientan hacia la producción agrícola (maíz y zapallo principal-
mente) y hacia la cría de ganado caprino y bovino en pequeña escala a campo
abierto, sin controles reproductivos. También se dedican a la fabricación arte-
sanal de postes o a la producción de leña y carbón, aunque la tala indiscrimi-
nada ha tenido impactos ambientales negativos en los últimos años.

36
Resistiendo en la frontera...

Usualmente, el ingreso anual de las familias generado por este conjunto


de actividades productivas no alcanza para la reproducción. Por lo tanto, al-
gunos de sus integrantes deben emigrar en busca de trabajo asalariado es-
tacional o “trabajo golondrina” hacia diversas partes del país (por ejemplo
la cosecha de limón en Tucumán). También se ha producido migración de-
finitiva de campesinos hacia ciudades intermedias y grandes, aunque no
hay estudios confiables que den cuenta de la magnitud de este proceso mi-
gratorio.
El ingreso familiar se completa con la recepción de una diversidad de
prestaciones sociales, entre las cuales se destacan en los últimos años, la
posibilidad de acceso a jubilaciones, pensiones contributivas y no contri-
butivas, así como a la Asignación Universal por Hijo (AUH) (Paz, De Dios y
Gutiérrez, 2014).
En cuanto a la oferta educativa y de salud, el territorio del Salado Norte
cuenta con varias escuelas (primarias y secundarias) y un hospital de trán-
sito, que no son suficientes para cubrir la demanda existente. Actualmente,
funciona una planta potabilizadora de agua en el casco de la comuna de
San José del Boquerón para las familias ubicadas en un radio de 5 kiló-
metros. El resto de la población utiliza agua de riego que recolecta en los
meses de verano o que acarrea del río Salado.
La ciudad más importante y accesible es Nueva Esperanza, a la cual se
llega por una ruta provincial pavimentada y con servicios de colectivos dia-
rios. La zona no cuenta con acceso a telefonía celular particular, salvo el
servicio de determinadas oficinas o locales comerciales que tienen antenas
especiales para alcanzar la señal.
En suma, los factores estructurales y agroecológicos evidencian que se
trata de un territorio históricamente marginado, donde la presencia del Es-
tado como garante de los derechos básicos de las poblaciones locales ha
sido insuficiente. El siguiente apartado da cuenta de los intentos que han
tenido lugar con el objeto de paliar el aislamiento y la pobreza.

4. La ocupación del espacio en el Salado Norte


San José fue una reducción jesuítica creada en el siglo XVIII. En 1735,
un grupo de miembros de la Compañía de Jesús que bajaban del Perú le-
vantaron en estas tierras una iglesia y un pozo de agua, bautizando al lugar
“San José de las Petacas”. Allí trabajaron hasta que fueron expulsados en
1767 por orden del Rey Carlos III (Cappiello, Hernán en Diario La Nación,
19 de junio de 2005).
Hace casi 40 años volvió un jesuita, el padre Juan Carlos Constable,
párroco de la nueva Iglesia. En 1975, al radicarse en el lugar, se empieza a
construir la parroquia. Desde aquel entonces se fueron sumando otros ac-
tores al accionar de la Iglesia Católica en el lugar, bajo la dirección de la
Diócesis de Añatuya.
Hacia 1982 se comienza a trabajar en un proyecto de promoción hu-
mana, denominado Proyecto del Salado, el cual se ejecuta en cinco parajes
de la diócesis (uno de ellos es San José de Boquerón). Sus objetivos explí-
citos eran la conformación de organizaciones comunitarias y la capacitación
de dirigentes y animadores para evitar el éxodo de mano de obra hacia otras

37
Resistiendo en la frontera...

provincias. Los grupos campesinos se articularon primero en cada parro-


quia y luego, en 1989, se dieron una estructura de federación regional de-
nominada UPPSAN (Unión de Pequeños Productores del Salado Norte)4.
Durante los años noventa, el Proyecto del Salado fue desactivado por el
mismo Obispado, ya que vio amenazada su acción tutelar frente al proceso
de mayor autonomía de las organizaciones campesinas (de Dios, 2010). De
alguna manera, la presencia de la Iglesia Católica venía a reemplazar la re-
lativa ausencia histórica del Estado provincial en esta región tan apartada
de la Ciudad Capital.
Recién en el año 2006 se creó la Comisión Municipal en San José de
Boquerón, ocupada primero por un comisionado elegido por el Goberna-
dor, y luego elegido por votación popular. Este desarrollo institucional local
facilitó la llegada de obras públicas, como por ejemplo la construcción de
pequeños aljibes y represas, la ampliación y refacción de las escuelas de la
zona y las mejoras en las viviendas. También ha facilitado el acceso a una
mayor cobertura social con pensiones asistenciales y jubilaciones.
Por su parte, el Estado Nacional había marcado presencia en el territo-
rio desde los años 90, a partir del despliegue de un conjunto de Planes y
Programas, entre los cuales se destaca la acción del PSA (Programa Social
Agropecuario). Este Programa empezó a ejecutarse en el Salado Norte en el
año 1995, y sus objetivos iníciales fueron la conformación de grupos de seis
o más familias campesinas para proporcionarles capacitación, asistencia
técnica, créditos y subsidios orientados a mejorar la producción para au-
toconsumo y fortalecimiento del mercado local. Se financiaron principal-
mente proyectos productivos destinados a la compra de animales,
construcción de alambrados, adquisición de herramientas y semillas.
En la etapa del juarismo, el PSA desplegó su propia política indepen-
dientemente del gobierno provincial. Recién con la llegada de la nueva ges-
tión del gobernador Zamora, en el año 2007 se suscribió un primer convenio
(luego renovado) con la Jefatura de Gabinete de la Provincia, que impulsó el
financiamiento de obras para la captación y almacenaje de agua (aljibes in-
dividuales, aljibes comunitarios, represas, molinos, perforaciones, etcétera).
Por su parte, la presencia del INTA (Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria) se concretó a través de la ejecución del PROHUERTA, el cual
tiene como propósito la promoción de huertas familiares y comunitarias
mediante la provisión de insumos y la capacitación.
Sin embargo, el Salado Norte no ha podido superar la situación de mar-
ginalidad en la que se encuentran los agricultores familiares. Más aun, la
conflictividad se ha visto agudizada en los últimos años. Lo que fue histó-
ricamente una región inviable para las fuerzas del desarrollo capitalista, se
ha vuelvo en los últimos años muy atractiva para los empresarios que cuen-
tan con el capital y la tecnología suficiente para extraer altos rendimientos
de estas tierras. En efecto, esto genera antagonismos entre diversas lógicas
de territorialización que se han ido forjando a lo largo de siglos.

(4)
Hacia 1991 la UPPSAN, representaba a unos 50 grupos con una cantidad de
500 familias asociadas (de Dios, 2010).

38
Resistiendo en la frontera...

5. Las luchas defensivas: conflicto por el Lote El Ceibal


Los problemas de tenencia de la tierra en el Salado Norte son de antigua
data, ya que los campesinos han sido los pobladores ancestrales, pero en su
mayoría, no han podido acceder a los títulos de dominio o escrituras sobre
las tierras fiscales o privadas donde aparecen distintos propietarios. El ejer-
cicio de la posesión efectiva, pacífica e ininterrumpida por veinte años o más
les daría, en teoría, el derecho a iniciar juicios de usucapión. No obstante, en
la práctica resultaron generalmente inaccesibles, por su elevado costo o por
la falta de información sobre el derecho de posesión mencionado.
Los conflictos de tierra se vieron agravados en los últimos años debido
a la llegada de empresarios extralocales dedicados a la actividad ganadera
bovina o al cultivo de soja en grandes extensiones, ya sea comprando tie-
rras o arrendándolas. En la mayoría de los casos, su racionalidad produc-
tiva los impulsa al logro de la mayor rentabilidad posible, aún a costa de la
sustentabilidad de los recursos de tierra y la pérdida del bosque. La con-
secuencia de dicho proceso es la creciente amenaza de expulsión de la po-
blación campesina que no cuenta con los títulos de propiedad de la tierra
que trabajan por generaciones.
Una práctica usual por parte de las empresas es entrar en los lotes y co-
menzar a marcar posesión haciendo mejoras y después continuar con ac-
ciones legales tendientes a calificar de usurpadores a los campesinos
poseedores. En algunos casos, frente a la carencia de una defensa jurídica,
los pobladores rurales son expulsados de sus tierras mediante una sen-
tencia firme de desalojo en su contra. Otra estrategia de los empresarios
consiste en la acción directa de avance sobre las posesiones campesinas,
construyendo alambrados para delimitar sus supuestas propiedades e im-
pedir el paso de los pobladores y de sus animales.
Por mucho tiempo, esta situación de inseguridad jurídica se mantuvo la-
tente, hasta que empezaron a hacerse evidentes las acciones de autode-
fensa ejercida por las familias amenazadas, en el marco de contención que
les daban las organizaciones campesinas presentes en el territorio.
Quizás el caso más notorio se desató a partir de un edicto publicado el
6 de junio del 2005 en el diario La Nación de Buenos Aires, informando del
remate del campo El Ceibal, ubicado en los departamentos de Copo y Pe-
llegrini. La orden judicial, emitida por un juez de la ciudad de La Plata, in-
cluía unas 11.300 hectáreas donde viven 2.400 personas distribuidas en
distintos parajes (Potrero Bajada, El Ceibal, Boquerón, Tres Varones, Nuevo
Yuchán, Nueva Gloria, Casa Verde, Lagunita, Santa Luisa, Nuevo Simbo-
lar). La subasta estaba prevista para el 30 de junio de 2005 (Bordón,
Daniela en diario Página 12, 17 de junio de 2005).
La historia del campo El Ceibal se remonta a 1777, cuando fue conce-
dido a un sargento mayor. Sus descendientes lo transfirieron hasta llegar
a manos de Victorio Curi, un fuerte empresario local dedicado a la cons-
trucción y amigo del ex gobernador Carlos Arturo Juárez. Curi cedió su tí-
tulo de propiedad al Banco Platense (del que era uno de sus principales
accionistas) en el año 1961 (Cappiello, Hernán en Diario La Nación, 19 de
junio de 2005).

39
Resistiendo en la frontera...

Tras producirse la quiebra de esa entidad, los ahorristas damnificados


iniciaron acciones legales para cobrar sus acreencias, lo cual trajo apare-
jado la decisión de subastar el campo.
El caso de El Ceibal es un claro ejemplo de la escisión de los dos ele-
mentos constitutivos del derecho de propiedad (según el Código Civil Ar-
gentino) que profundizó la conflictividad de la estructura agraria de
Santiago del Estero: por un lado, está quien detenta el título (en este caso
el Banco Platense); y por otro lado, quien detenta la posesión de la cosa (en
este caso las comunidades campesinas que viven allí).
En la disputa por el campo El Ceibal, la vía del arreglo judicial fue la
forma en que se encauzó la solución del conflicto. A fines de junio de 2005,
la justicia comercial de la ciudad de La Plata suspendió el remate ordenado
por el juez Gerardo Echeverría, quien hizo lugar a la presentación del De-
fensor del Pueblo de Santiago del Estero, Darío Alarcón. El expediente fue
acompañado con documentos que probaban que los pobladores de ese
campo no sólo eran ocupantes, sino que podían esgrimir derechos de po-
sesión veinteañal (Cappiello, Hernán, en diario La Nación, 28 de junio de
2005). De este modo, las familias firmaron un acuerdo por el reconoci-
miento de 8.700 hectáreas (es decir el 85 % de los terrenos litigados) y el
resto fue concedido a los acreedores.
Esta batalla judicial fue acompañado por la Mesa de Tierras5, la ONG
Asociación Civil El Ceibal y el MOCASE (Movimiento Campesino de San-
tiago del Estero), entre otros. Asimismo, el gobierno provincial de Gerardo
Zamora, que recién iniciaba su primer mandato, a través del ministerio de
Justicia, apoyó el accionar del Defensor del Pueblo:

“El conflicto tuvo la particularidad de no haber configurado situaciones


de violencia o delitos que caracterizan a otro tipo de conflictividades en
nuestra provincia. En gran parte, esto se debió al papel asumido por
el Estado provincial: la defensa y representación legal de las familias”
(entrevista a una técnica de la Secretaría de Agricultura Familiar)

Por su parte, la población local tuvo un rol activo durante el litigio, in-
volucrándose en la organización de las reuniones en los diferentes parajes
que integran el campo para recabar información de los actos posesorios y
“bajar” información de las acciones legales y políticas emprendidas en la
ciudad de Santiago del Estero y Buenos Aires (por ejemplo buscando apoyo
en los medios de comunicación con el propósito de dar visibilidad a la
lucha).
Tres organizaciones locales pertenecientes al MOCASE, a saber: UPP-
SAN de Boquerón, APPA (Asociación de Pequeños Productores de Alberdi)
y OCCAP ejercieron la autodefensa de su territorio acompañados por abo-
gados, el comisionado municipal, una diputada provincial campesina, el

(5)
La Mesa Provincial de Tierras surgió en el año 2.000, integrada por el MOCASE,
El PSA y la Pastoral Social de la Iglesia Católica, y diversas ONGs (INCUPO, Be Pe,
SEPYT) para diseñar propuestas de política pública con el propósito de solucionar
los problemas de la tenencia de la tierra.

40
Resistiendo en la frontera...

equipo técnico de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar


y el FOPAF (Foro Provincial de Agricultura Familiar) .
Asimismo, como iniciativa de los residentes santiagueños en Buenos
Aires, se creó una organización en 2005, denominada Nuestras Raíces, con
el propósito de desarrollar gestiones en la Capital Federal y cooperar en la
resolución del conflicto.
En la actualidad, aún se espera por la escrituración a nombre de las co-
munidades campesinas. Mientras tanto, los pobladores y el equipo técnico
que los asesora, siguen reclamando una solución integral al problema de
tierra, lo cual exige mucho más que la regularización de la propiedad. Este
último aspecto se relaciona con la faz proactiva de las luchas territoriales.

6. Las luchas proactivas y sus tres momentos


Si bien la lucha por la tierra, en su faz defensiva, es transversal al pe-
riodo 1999-2014, consideramos necesario distinguir, analíticamente, tres
momentos de las luchas proactivas en el Salado Norte. Es decir aquellas ac-
ciones orientas a impulsar un modelo de desarrollo que reconozca y que
valorice el potencial de la Agricultura familiar mediante la búsqueda de es-
trategias organizativas y productivas alternativas.
El primer período, entre 1999-2003, se caracterizó por un fuerte lide-
razgo de la OCCAP (Organización Campesina de Copo, Alberdi, Pellegrini),
de base territorial y con alrededor de 400 familias asociadas. Esta organi-
zación se originó en 1998, planteándose desde sus comienzos el propósito
de representar al sector campesino, ya sea para la defensa de sus tierras
ante eventuales intentos de desalojo, como para lograr mejores condiciones
productivas y de vida para sus asociados. Actualmente cuenta con una sede
propia, incluyendo un galpón de acopio y una estación de radio FM. A su
vez, la OCCAP está asociada al MOCASE (Movimiento Campesino de San-
tiago del Estero):

“comenzamos a organizarnos sin tener nada, bajo un árbol y después


empezamos crecer; en esa época era difícil, estábamos bajo el gobierno
de Juárez. Después, se construye la sede de la OCCAP con recursos
aportados por los propios socios y haciendo beneficios. Teníamos que
viajar a Santiago para ver qué proyectos había. Siempre tuvimos el
apoyo del Programa Social Agropecuario” (dirigente de la OCCAP).

En esta etapa se produjo un importante antagonismo entre la Iglesia


Católica y las organizaciones campesinas que reivindicaban su autonomía
de la esfera eclesial. La jerarquía católica no estaba dispuesta a ceder fá-
cilmente su influencia sobre la organización campesina, al punto de que el
Obispo de Añatuya declaró que “el que no está con la Iglesia no participa-
ría de los proyectos”. Aquella intransigencia fue rechazada por los dirigen-
tes campesinos que decidieron organizarse de forma autónoma, aun a
sabiendas de que iban a perder el apoyo y la influencia de la Iglesia, en
tanto mediadora de recursos materiales y simbólicos frente al Estado pro-
vincial y las agencias de cooperación internacional.
Las organizaciones campesinas también debieron reafirmar su autono-
mía frente a las prácticas autoritarias del aparato estatal de la provincia:

41
Resistiendo en la frontera...

“En tiempos de Juárez, los supervisores del sistema educativo, la policía,


todo era obstáculo.” (directora de la escuela)

Una de demandas principales en el territorio era la falta de acceso a la


educación secundaria. En aquel entonces, la institución concentradora fue
la escuela América González de Rizzo Patrón, con fuerte apoyo de institu-
ciones externas, como la Fundación Ricerca e Cooperazione (de origen ita-
liano) y la organización no gubernamental Poder Ciudadano.

“comienzo a participar desde el inicio del Bachillerato Libre para Adul-


tos en 1998, había preocupación por la cantidad de jóvenes que no
podían terminar sus estudios secundarios, y al ver esta necesidad co-
menzamos a reunirnos junto con otros docentes, padres y otras insti-
tuciones no gubernamentales.” (directora de escuela)

También en este período se llevó a cabo un proceso consultivo, denomi-


nado las “Jornadas multisectoriales de agua para consumo humano y pro-
ducción”. En esas jornadas se reunieron 30 organizaciones locales y se
sentaron las bases para gestionar la perforación de 20 pozos surgentes en
diferentes parajes. Además se creó el “Foro Del Salado Norte”, que se cons-
tituyó en un espacio informal de reflexión y de articulación entre distintos
actores de la comunidad (docentes, alumnos, padres de alumnos, técnicos
y organizaciones campesinas).
Posteriormente, en el año 2002, se conformó la Mesa de Desarrollo del
Salado Norte, que fue concebida como un instrumento de construcción con-
junta de la política pública mediante la articulación entre el Estado y las or-
ganizaciones locales (Gutiérrez y González, 2011). Dicho proceso fue
acompañado por un conjunto de técnicos pertenecientes a la Asociación Civil
El Ceibal, surgida en ese mismo año. Uno de esos técnicos así lo expresa:

“Mi participación en ese momento, más allá de un trabajo en concreto


como la asistencia técnica para determinados proyectos, consistió en
poder vincularme nuevamente a la zona desde donde provengo. Había
una motivación principal: hacer algo por el lugar donde uno nació. Des-
pués de formarme en una visión más amplia de lo que es el desarro-
llo, quería ofrecer mis aportes para contribuir al bienestar de las
comunidades.” (técnico de la SAF)

Sin embargo, la Mesa de Desarrollo sufrió un prolongado paréntesis


hasta el año 2008, cuando se vuelven a convocar las reuniones. Este es-
pacio pudo avanzar con algunas acciones concretas, como por ejemplo la
solución a la falta de personal en el hospital zonal, la demanda de un cole-
gio secundario y el planteo de coordinación de acciones con el defensor del
pueblo en el conflicto por el Lote el Ceibal.
Paulatinamente, los participantes tomaron conciencia que los problemas
en torno a la tierra no eran casos aislados, sino compartidos. Y que el freno
a los desalojos solo era posible mediante una acción colectiva organizada:

42
Resistiendo en la frontera...

“más que todo nos juntábamos para hacer valer nuestros derechos
junto con otras organizaciones, sobre todo en el tema de la tierra por-
que había muchas amenazas que estaban latentes.” (dirigente cam-
pesina de OCCAP)

Sin embargo, el funcionamiento de la Mesa no estuvo exento de dispu-


tas y conflictos entre las organizaciones campesinas locales, por ejemplo
frente a la participación de algunos dirigentes en cargos electivos o en la ad-
ministración pública provincial. También incidió la división del MOCASE
(Gutiérrez y Gonzales, 2011)6.
El segundo período, entre 2003 al 2010, se caracterizó por la llegada de
Néstor Kirchner a la presidencia en 2003 y la intervención federal de la pro-
vincia en 2004, con lo cual se dio una transición hacia un nuevo contexto
nacional y provincial, en general, más favorable para las organizaciones
campesinas y de la agricultura familiar de Santiago del Estero. La etapa
política post-juarista representó una apertura al diálogo con los movi-
mientos sociales rurales.
En el Salado Norte es un momento de fortalecimiento de los actores lo-
cales. La UPPSAN logra su personería propia (separada de la Iglesia), com-
partiendo el liderazgo con la OCCAP.
Las demandas centrales de estos años rondaron en las urgencias que
planteaban los conflictos de tierra, en especial el remate del lote El Ceibal,
que ya fue mencionado antes. Paralelamente, las organizaciones sociales
del Salado Norte profundizaron la discusión sobre necesidad de mejorar el
modo de producción campesino, promoviendo una mayor diversificación,
tal como lo expresa un productor del territorio:

“Durante este tiempo hemos conseguido algún financiamiento del Es-


tado, por ejemplo, la línea de cumplidores para mejorar ganado mayor
o implantar pasturas. Se consiguieron además subsidios PROINDER
para comprar maquinarias de uso colectivo, un tractor para toda la or-
ganización y para la construcción de la FM. De a poco aprendimos que
había posibilidades de hablar con el gobernador, con la Secretaría de
agua o con el Consejo de Bosque.” (productor del Salado Norte)

Por su parte, el Gobierno de Gerardo Zamora mantuvo ciertos espacios


de diálogo con los diferentes sectores sociales, incluyendo al sector campe-
sino. A pesar de ello, no se logró garantizar el acceso a la tierra y a otros de-
rechos básicos. Un claro ejemplo es la persistencia de los conflictos de
tierras que en algunos casos derivaron en desalojos violentos con la inter-
vención de la policía protegiendo a los empresarios.

(6)
Desde 2001, el MOCASE está dividido dos organizaciones “Vía Campesina” y
MOCASE. Mientras que el primero trabaja de forma cercana al Movimiento Na-
cional Campesino Indígena (MNCI), a la Coordinadora Latinoamericana del Orga-
nizaciones del Campo (CLOC) y a Vía Campesina Internacional, el otro MOCASE
ha funcionado originalmente con el apoyo del Programa Social Agropecuario y luego
con el de la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación

43
Resistiendo en la frontera...

Asimismo, las organizaciones denunciaron los desmontes sin control,


pese a que en 2007 se sancionó la Ley Provincial Nº 6.841 de Conservación
y Usos Múltiples de las Áreas Forestales de la Provincia de Santiago del Es-
tero por la que queda prohibido el desmonte total o parcial cuando se afec-
ten a los territorios de pueblos originarios o se lesionen derechos de
poseedores. Esta ley fue el fruto de la participación y presión de las orga-
nizaciones sociales vinculadas a la ruralidad (tales como el MOCASE, Gre-
enpeace y la Pastoral Social).
Por otro lado, tampoco resultó satisfactoria la categorización de los bos-
ques nativos de la geografía provincial según los valores de conservación en
tres colores de la Ley Nacional 26.331: el rojo para las regiones de alto valor
de conservación, el amarillo para las de mediano valor de conservación
(aprovechamiento sostenible) y el verde de bajo valor de conservación,
transformable total o parcialmente.

“El pintado del mapa ha favorecido a los grandes productores y no a


nuestro sector. Veíamos que teníamos poco tiempo y nos invitaron,
dicen, para que haya participación. Pero no era de la forma que nece-
sitábamos nosotros y en donde hemos dicho que debía ser rojo no se
ha respetado (…) se sigue desmontando, no con topadora sino con mo-
tosierra. Esto no está prohibido pero se continua destruyendo el monte
y se sigue generando violencia.” (dirigente del MOCASE)

Otro aspecto importante a destacar en este periodo es la activa partici-


pación de las organizaciones y de algunos los dirigentes campesinos en la
arena política partidaria y electoral. Así fue que se obtuvieron algunos car-
gos electivos como es el caso del Comisionado de San José de Boquerón:

“el Comisionado sale de la organización campesina. De esta forma po-


demos trabajar mejor, le tenemos confianza y podemos contar con su
apoyo, por ejemplo, si necesitamos un camión con arena o necesitamos
gestionar una reunión en Santiago.” (dirigente de la OCCAP)

Del mismo modo, una dirigente campesina de la OCCAP se presentó en


la contienda electoral del 2008 y obtuvo una banca en la legislatura pro-
vincial. La misma se presentó por el “Frente Compromiso Social” (colectora
del Gobernador Zamora). Así expresa su experiencia:

“Yo de lo político no sabía nada porque nunca me había interesado.


Pero las organizaciones del Salado Norte han comprendido que es im-
portante tener participación también en el ambiente político. Por eso
me presenté y salí electa… yo les dije que si no tenía el acompaña-
miento y el apoyo de mis pares no iba aceptar”. (Diputada provincial
campesina)

Esta dirigente ha presentado varios proyectos destacándose su interés


especial por la situación de las comunidades campesinas. Por ejemplo, en
el año 2009 solicitó que se declare la emergencia territorial para prohibir los

44
Resistiendo en la frontera...

desalojos en el área rural por el término de cuatro años. Este tipo de lide-
razgos emergentes se presentan como mediadores de las demandas cam-
pesinas hacia el sistema político:

“Me siento como una llave para que el sector conozca lo que es el am-
biente de los Ministerios, la Legislatura, la Casa de Gobierno, porque
al ser una funcionaria me tienen que recibir. Pero yo nunca voy sola,
siempre voy acompañada con alguien representativo de las organiza-
ciones (…) Cuando vamos acompañar a las familias en momentos de
conflictos no dicen que vamos a incitar a la violencia, pero el conflicto
ya está presente. Nosotros llegamos para poder hablar con el juez y
para hacer que la policía tome la denuncia. A mí no me van a detener
(…) cada vez que me hacen denuncias, eso me da más fuerzas para
seguir.” (Diputada provincial campesina)

Durante el segundo periodo de las luchas proactivas en el Salado Norte


fue elaborado un nuevo Plan de Desarrollo Rural, en el marco de las rela-
ciones estratégicas de las siguientes instituciones: la OCCAP, la asociación
Civil El Ceibal, la Secretaría de Agricultura Familiar y la Comisión Munici-
pal de San José del Boquerón. Para tal fin, se realizaron distintos talleres
de desarrollo local, uno específicamente sobre la problemática de tierras
donde se llegaron a consensuar los aspectos más importantes: regulariza-
ción dominial, producción e infraestructura rural.
En cuanto a la regularización dominial, la estrategia de intervención fue
planteada en tres etapas: extra-judicial, pre-judicial y judicial. La primera
incluía talleres con el objetivo de concientizar a los pobladores de las co-
munidades para que se asuman como sujetos de derecho. La segunda alu-
día a los trámites tendientes a obtener el título de dominio, principalmente
con la confección del Plano de Levantamiento Territorial para Prescripción
Adquisitiva Veinteañal, que necesariamente debe ser hecho por un inge-
niero agrimensor). Finalmente, la etapa judicial, se basaba en un trabajo ar-
ticulado entre la comunidad y los representantes legales en el juicio de
usucapión pertinente.
Con respecto a la segunda problemática identificada, es decir la cuestión
productiva, se plantearon como objetivos específicos contribuir a que los
pequeños productores de la región incorporen la producción ganadera va-
cuna de cría como una alternativa para mejorar sus niveles de ingreso pre-
dial y optimizar las instalaciones de la sede de la OCCAP para que se
conviertan efectivamente en un lugar de concentración y venta de ganado.
En cuanto al tercer eje de mejoramiento de la infraestructura rural, se
estableció como objetivo aumentar las posibilidades de acceso al agua de
las 1.000 familias del Salado Norte.
Finalmente, hay que hacer referencia al tercer período de las luchas te-
rritoriales que se identificó en este trabajo, es decir entre 2010- 2014. Este
momento se caracterizó por la mayor diversificación de la agenda del des-
arrollo y sus tensiones. En este marco, se hace presente una pluralidad de
demandas por parte de las organizaciones de la agricultura familiar que
dan cuenta de la complejidad de consolidar el acceso a la tierra y mejorar
las condiciones de vida rural.

45
Resistiendo en la frontera...

Es el momento en que surge la Mesa de Gestión Local, en la cual parti-


cipan tres organizaciones campesinas (OCAPP, UPSSAN, y MOCASE VC) y
el colegio segundario. Esta etapa se caracteriza por consolidar el derecho a
la tierra mediante un enfoque integral del territorio que interpela al Estado
y busca una correlación de fuerzas que permita orientar favorablemente las
políticas públicas hacia las demandas del sector de la agricultura familiar.

“Para mí lo principal es mantenernos movilizados para ir consiguiendo


estas cosas, porque sin el reclamo es muy difícil. Para nosotros es im-
portante seguir teniendo un contacto con el gobierno, tanto el provin-
cial como el nacional, para ir buscando soluciones de fondo. El
problema de la tierra es lo principal para nosotros. Pero también a la
par van los otros problemas como salud, educación, caminos, produc-
ción. Este es un arrastre histórico.” (Diputada provincial campesina)

En esta dirección, lo que se está poniendo en discusión es la concepción


de desarrollo agrario basado en el aporte al crecimiento económico que pu-
dieran hacer únicamente las empresas capitalistas, tal como lo expresa un
extensionistas que trabajan en la zona:

“Para hablar de desarrollo del territorio me parece que tendríamos que


tener resuelto en primer lugar las condiciones básicas para una vida
digna (agua, vivienda, escuelas, caminos en buen estado, trabajo
digno, etcétera). Pero lamentablemente, nuestra visión de desarrollo
no es la misma que tienen los gobernantes. Para ellos, hacer obras im-
portantes solo tiene sentido si hay inversiones externas, como es el
caso de las rutas o tendido de la red eléctrica que llegan solo si se ra-
dican empresas importantes.” (técnico de la SAF).

En el marco de la sistematización de esta experiencia, los sujetos en-


trevistados fueron interpelados también acerca de su concepción de la
forma adecuada para promover el desarrollo. En líneas generales, los in-
formantes concluyeron que la solución no sería aquella que venga impuesta
desde afuera como un modelo predeterminado; sino que emergería de las
propias capacidades locales y de la ampliación de la participación política:

“Hay que sumar a mas dirigentes jóvenes en las organizaciones y a la


vez incidir en la elecciones de los cargos públicos, como comisiones
municipales y bancas de diputados.” (dirigente campesino).

En suma, las organizaciones y sus aliados destacan la importancia de


los aprendizajes acumulados tras largas luchas, pero mirando a futuro para
percibir las oportunidades que puedan contribuir a mejorar la vida de los
agricultores familiares.

46
Resistiendo en la frontera...

7. Consideraciones finales
El trabajo permitió analizar la multiterritorialidad del Salado Norte, en el
sentido de que un mismo espacio geográfico es definido de distintas mane-
ras por parte de los actores. Dichas territorialidades han existido de ma-
neras superpuestas, eslabonadas o contrapuestas.
En primer lugar, tenemos el territorio definido por la Parroquia de San
José de las Petacas y las ONGs de inspiración cristiana, donde la acción de
la Iglesia Católica en materia de promoción del desarrollo ha cumplido un
papel destacado durante la década de 1990, momento de ausencia de la fun-
ción redistributiva del Estado. Esta actividad encontró un límite en el propio
crecimiento y consolidación de las organizaciones campesinas que deman-
daban mayor autonomía, ante lo cual, la jerarquía eclesial retiró su apoyo.
En segundo lugar, se puede identificar un territorio definido en térmi-
nos políticos como circuito electoral que en los hechos es mucho más am-
plio que el ejido urbano correspondiente a la Comisión de San José de
Boquerón. Allí se da la actuación de las diferentes fracciones que apoyan al
gobierno de Zamora en el nivel provincial y sus vinculaciones con las orga-
nizaciones de la agricultura familiar.
En tercer lugar está la construcción de un territorio indígena por parte del
MOCASE Vía Campesina y del INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indíge-
nas). Esta definición da fundamento a la estrategia de lucha por la tierra que
la concibe como propiedad comunal basada en el auto-reconocimiento como
pueblos originarios por parte de los pobladores locales. Cabe aclarar que esta
estrategia de lucha por la tierra es discutida y no es compartida por otras or-
ganizaciones, como la OCCAP (cuya base social se define como campesina y
no como indígena).
En cuarto lugar, está la valoración del territorio por parte de las empre-
sas capitalistas de origen extra local y de aquellos jueces que perciben al
sector campesino como carente de una cultura de trabajo. Por cierto, este
criterio implica la falta de reconocimiento o la descalificación hacia otros
modos de producir, otras formas de relacionarse con los recursos natura-
les o de organizar tareas de aprovechamiento de los frutos del monte. En
otras palabras, el punto de vista liberal-burgués posee una noción de pro-
piedad y de unidad económica que se identifica con el de la pampa húmeda,
desconociendo otras formas posibles de apropiación del espacio y de los
bienes naturales.
La reconstrucción de los tres periodos de las acciones llevadas a cabo
por las organizaciones de la agricultura familiar en el Salado Norte ha per-
mitido dar cuenta de una estructura agraria donde se disputan territorio y,
por ende, modelos de desarrollo rural que han tensionado al Estado (Na-
cional, provincial y local).
Desde esta óptica, la lucha por la tierra en el Salado Norte no se reduce
solo a contener los desmontes y desalojos mediante la regularización do-
minial (dimensión defensiva de las disputas territoriales), sino también in-
cluye planteos sobre la forma de producción y reproducción en el territorio
de la agricultura familiar, como un espacio diferente por las relaciones de
cooperación, autonomía y de respeto al medio ambiente que allí se pro-
mueven (dimensión proactiva).

47
Resistiendo en la frontera.

A lo largo del trabajo, se intentó explicar cómo, paulatinamente, las or-


ganizaciones de la agricultura familiar han ido articulando ambas lucha,
pues la resistencia para permanecer en sus predios y sostener el uso com-
partido de espacios comunales tradicionales (como ser los lugares de pas-
toreo) no impidió problematizar cuestiones relacionadas a la distribución
del agua, al manejo de los bosques con criterios de sustentabilidad, al me-
joramiento de caminos y la búsqueda de alternativas productivas que fa-
vorezcan el arraigo en el territorio. En este sentido, las reconfiguraciones en
las políticas públicas impulsadas por el Estado en el periodo analizado fue
clave para avanzar en las conquistas y las materias pendientes de los úl-
timos años.

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Políticas Publicas Fiscales: La Reforma del Código
Procesal Penal en Frías.
Diferentes Estrategias de Intervención en el Territorio
M. DEL HUERTO DÍAZ HABRA Y MÓNICA FRANZZINI
1. Introducción
El presente trabajo se enmarca en el proceso de cambio del sistema de
modelo penal inquisitivo al sistema de modelo penal acusatorio que se dio
en algunas provincias de la República Argentina y en Santiago del Estero,
a partir de Febrero del 2011.
La implementación de la reforma del Código Procesal Penal en Santiago del
Estero en la Circunscripción Judicial de Frías, que abarca los Departamen-
tos de Choya y Guasayán, posee elementos significativos para su análisis. Es
en este escenario de cambio y de modificaciones jurídicas y legales donde in-
teresa circunscribir el objeto de la sistematización de esta experiencia.
El territorio geográfico que alcanza la Jurisdicción Judicial de Frías, es
amplio con numerosos parajes y algunos pueblos y ciudades cabeceras.
Este trabajo está focalizado en observar la aplicación de la reforma en el
ámbito rural, específicamente en la población que caracteriza a la agri-
cultura familiar. Teniendo en cuenta esta premisa, se intentará visualizar
la percepción, que los diferentes actores que intervienen en el territorio, tie-
nen de dicha reforma.
En el país, y haciendo énfasis en Santiago del Estero, la problemática de
tierras ha sido alarmante en las dos últimas décadas. La expansión de la
frontera agropecuaria y la búsqueda del capitalismo por ampliar sus ám-
bitos de acción han generado contradicciones frente a la presencia de cam-
pesinos que resisten las prácticas de un modelo extractivista defendiendo
la tierra como un modo de vida que le permita habitar, vivir y trabajar (Do-
minguez, 2009; Fernandes 2004).
Uno de los aspectos críticos de muchos agricultores familiares1 de las re-
giones extrapampeanas es su dificultad para el acceso a la tierra y la ame-
(1)
La agricultura familiar ha sido conceptualizada en este trabajo a partir de la defini-
ción dada por el Foro Nacional de la Agricultura Familiar (FoNAF): “La agricultura fami-
liar es una ‘forma de vida’ y ‘una cuestión cultural’, que tiene como principal objetivo la
‘reproducción social de la familia en condiciones dignas’. Incluimos en esta definición ge-
nérica y heterogénea distintos conceptos que se han usado o se usan en diferentes mo-
mentos, como son: Pequeño Productor, Minifundista, Campesino, Chacarero, Colono,
Mediero, Productor Familiar y, en nuestro caso también los campesinos (FoNAF, 2006:4)

51
Políticas Publicas Fiscales...

naza de desalojo de los territorios que habitaron ancestralmente. Desde el


punto de vista jurídico, el sector campesino está amparado por el derecho
a la posesión, por el Código Civil y Comercial de la Nación2. Un porcentaje
alto del campesinado no tiene la titularidad del dominio. El Censo Nacional
Agropecuario 2002 indica que en el país existen aproximadamente 7.700.00
has en manos de ocupantes, con permiso, y de hecho pero sin escritura
que acredite su titularidad (Paz, 2006).
Se observa así, que uno de los principales problemas de los campesinos en
las provincias del norte argentino, y en particular en Santiago del Estero, es
la falta de seguridad y justicia respecto de la tierra que ocupan y trabajan por
generaciones. Los conflictos con respecto a la tenencia de la tierra por parte
los campesinos y otros, han generado luchas en defensa del territorio que,
por lo general, derivan en litigios judiciales. Ocurrieron también en este es-
cenario episodios trágicos, como lo fueron los casos de Sandra Eli Juárez, en
marzo de 2010, Cristian Ferreyra, en noviembre de 2011 y Miguel Galvan en
octubre de 2012 (Jara y Paz, 2013)3.
El Código Civil y Comercial de la Nación en sus artículos 2.321, 3.948
y 4.015, reconoce el derecho de los pobladores a la propiedad de la tierra
cuando han ejercido una posesión pacífica, continua e ininterrumpida por
más de veinte años, trabajando sobre ella para lograr su sustento, haciendo
inversiones y mejoras. Es decir, que allí donde han actuado “con ánimo de
dueño”, sin reconocer la existencia de otro dueño distinto de ellos mismos,
pueden hacer valer su derecho posesorio. No obstante, y a pesar de que el
derecho los asiste, una serie de factores concomitantes ha impedido en la
mayoría de los casos, que ese derecho se haga efectivo.
A esta inseguridad jurídica, agravada por las diversas situaciones de vio-
lencia a las que podía llevar el conflicto entre las partes, se observaba en la
práctica procesal del viejo sistema (en relación al campesinado y al territorio
donde se llevó a cabo la sistematización) lo que a continuación se describe:
-Dificultad en relación a la recepción de la denuncia.
-Poca transparencia en el sistema judicial.
-Sistema apoyado y sostenido en el expediente más que en la resolución
de la causa.
-Ausencia de dinámica en las causas.
(2)
Los artículos del Código Civil y Comercial de la Nación 1987, 1909 y 1928 reconoce
el derecho de los pobladores a la propiedad de la tierra cuando han ejercido una posesión
pacífica, continua e ininterrumpida por más de veinte años, trabajando y haciendo mejoras,
delimitando sus cercos, construyendo represas, etcétera. Esta posesión con “ánimo de dueño”
es una figura distinta de la titulación y la tenencia. El acto posesorio implica no reconocer la
existencia de otro propietario y para que la propiedad sea plena requiere del título.
“Eli Juárez era una campesina de San Nicolás (Departamento Banda). En dicha co-
munidad se había frenado el avance de los desmontes mediante la autodefensa; frente
a las topadoras, la mujer sufrió una descompensación y murió. En el otro caso, sucedido
en el Departamento Copo, el joven falleció desangrado tras recibir un escopetazo por
uno de los guardias privados de los sojeros de la zona. Cristian Ferreyra estaba en su
casa del paraje San Antonio esperando la reunión en la que la comunidad debía debatir
cómo defenderse de los empresarios y parapoliciales” (Jara y Paz, 2013:188).
3
Uno de los principales acontecimientos es reconocer la personería jurídica de
uno de los MOCASEs.

52
Políticas Publicas Fiscales...

Como consecuencia, esta situación conduce a problemas de diversa gravedad.


A partir de la intervención federal de 2004, el Estado provincial de San-
tiago del Estero ha incorporado en su agenda la problemática de tierra mo-
tivado principalmente por el trabajo y la demanda de sus derechos, de los
movimientos y las organizaciones campesinas3. De ese modo se crearon di-
ferentes organismos que abordan este problema, a saber: Registro de Po-
seedores, Comité de Crisis, Mesas de Dialogo (conformada por agencias
estatales, organizaciones campesinas y organizaciones no gubernamenta-
les). Sin embargo, las mismas fueron aun insuficientes para dar una solu-
ción de fondo al problema.
También así, el Gobierno Nacional y diferentes organismos como lo es la
Secretaría de Agricultura Familiar definen en su organigrama interno áreas
de trabajo específico sobre la problemática.
De esta manera, dicha problemática es observada y canalizada a través
de distintos actores presentes en el territorio geográfico, es decir, no sólo
por sus habitantes sino también por asociaciones civiles, organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales que participan en el terreno a tra-
vés de sus prácticas.
En este marco, la Secretaría de Agricultura Familiar ha intervenido a
través de distintas capacitaciones, acompañamiento y/o asistencia técnica.
En una de las actividades planteadas, surgió de los presentes el nuevo sis-
tema, (vigente en Frías desde diciembre del 2011), planteado como un pro-
blema, sumándole a ello la falta de información sobre él.
Es en este contexto, a través del cual se abordó el problema de estudio,
los enunciados jurídicos y su aplicación (enunciados que en las prácticas
son políticas públicas fiscales), las percepciones que los diferentes actores
intervinientes tienen sobre la problemáticas y las políticas públicas fiscales.
Las articulaciones y complementaciones en el abordaje de una política pú-
blica y las posibilidades de ello. Cabe destacar que se tomó como caso tes-
tigo a la comunidad de Cañada Verde, Dpto. Guasayan, porque posibilitaba
una observación y acercamiento al problema y al logro de los objetivos.
El mapa de actores puede describir la multiplicidad de los mismos, pú-
blicos y privados que transitan y habitan el territorio. A fines de los objeti-
vos de este trabajo se mencionaran los siguientes: Organismos Públicos y
Privados: Fiscalía de Frias, Mesa de Tierra de Villa la Punta conformada
por organizaciones, grupos, campesinos, organismos estatales y religiosos
y ONGs, Asociación Civil BePe (Bienaventurados los Pobres), Asesores le-
gales, Comité de Crisis, Observatorio Campesino y Secretaría de Agricultura
Familiar.

2. Contexto Histórico
En las últimas décadas los derechos de los campesinos en relación a su
forma de habitar la tierra fueron vulnerados a través de juicios y desalojos,
obligándolos a abandonar sus tierras o a tomar parte en juicios de prescrip-
ción y/o penales que cuestionaban su derecho posesorio (De Dios, 2010).
Con la expansión de la frontera agropecuaria, el desalojo o el intento de
desalojo de campesinos de sus tierras se han vuelto algo recurrente. Esta
situación generó diversas consecuencias en los diferentes escenarios rura-

53
Políticas Publicas Fiscales...

les. En algunos casos los campesinos, ante el “dueño” que mostraba los tí-
tulos y boletos de compra venta y ante la desinformación, y la promesa de
estos señores de un “progreso” para la zona, negociaban y aceptaban pe-
queñas parcelas dentro del monte que habitaban. En otros casos, los cam-
pesinos iniciaban juicios civiles y penales ante la amenaza de desalojado.
Numerosas comunidades de campesinos debieron resistir con el cuerpo a
las armas de fuego y topadoras que portaban quienes se sentían con ma-
yores derechos sobre sus tierras (ya que contaban con “títulos” y dinero).

“Viví toda la vida ahí. Por eso es que nosotros luchamos tanto por la tie-
rra. Vienen estos empresarios de afuera, nos meten topadoras, con alam-
bres y a veces nosotros en el campo no tenemos para los alambres.
Siempre los mantuvimos con rama y ellos vienen, te pasan las topadoras
sobre las ramas, queda todo en el suelo y ahí es donde aparecen ellos y
aprovechan y ponen los postes y el alambre. La plata es el poder de ellos”
(Entrevista a un campesino con conflictos de tierra).

Lo expuesto se vio agravado debido a la complicidad de autoridades po-


liciales quienes se negaban a recibir denuncias vinculadas a esta temática,
obstaculizando de esta manera el accionar de la justicia, desde la cual tam-
poco se colaboraba demasiado.

“(…) ellos me lo habían cerrado, pero yo abrí la puerta, hice un cerco


y un rancho. Ahí, he vuelvo a tomar la posesión porque ellos me habían
cerrado.
Hasta ese momento nunca llegamos a tener un enfrentamiento, hasta
que ese día estaba yo adentro, lo llamaron al empresario que se vino
desde Córdoba, han ido a Frías, buscaron un policía y el policía venía
‘a pasar vista nada más’. Me han cortado una puerta, nos han ame-
nazado a mí y a mi hermano diciendo que tenían orden de meternos
bala y a la tarde se nos han presentado el empresario con el hijo y
empezaron a hacer tiros” (Entrevista a un campesino con conflictos
de tierra).

El jurista Federico Díaz Lannes (2003) reconoce que existe un alto por-
centaje de familias rurales en Santiago del Estero que no son propietarias
de la tierra que habitan, transformándose así en un problema grave para
la Provincia. Para el autor, la falta de titularidad por parte de los campesi-
nos tiene diferentes causas tales como la inscripción de sus predios a favor
de otro particular en el registro de la propiedad o la pertenencia a algún
ascendiente ocupante del predio. Esta última situación, generalmente, se
transforma en un problema cuando no se hace el juicio sucesorio y pasa a
ser un mancomún de los herederos. Además, un alto porcentaje de familias
campesinas son poseedoras, en un porcentaje de tierra inferior al concen-
trado en pocas familias que tienen título de dominio o son propietarias.
Pero luego de la Intervención Federal del 2004, y con la asunción como
gobernador de Gerardo Zamora en 2005, el problema de tierras empieza a
ocupar espacio en la agenda política. Se destaca así también, que el movi-

54
Políticas Publicas Fiscales...

miento social campesino, en sus distintas organizaciones, ha sido un fac-


tor decisivo para que la problemática sea parte de dicha agenda.
Desde el 2006 hasta el presente es posible observar algunos avances lo-
grados por la implementación de esta iniciativa en orden a la resolución de
la problemática de tierras, ya sea desde la percepción o valoración que
hacen los organismos estatales involucrados, como de los propios sujetos
destinatarios de estas políticas, tanto a nivel de los dirigentes de las orga-
nizaciones representativas, como de los beneficiarios directos.
La creación de diversos organismos como el Registro de Aspirantes, Re-
gistro de Poseedores, el Comité de Emergencia, la Mesa de Tierra Provincial
y Mesas de Tierras Locales, permitió visibilizar los conflictos de tierras en
la región.

“Empezamos a participar en las reuniones a través de la radio que


avisaban que la reunión eran en Villa La Punta. Los técnicos de -la
Subsecretaría- Agricultura Familiar me ayudaron mucho y ahí incluso,
me pude contactar con una abogada” (Entrevista a un campesino con
conflictos de tierra).

En el contexto de una sociedad civil más activa y un Estado con políti-


cas publicas más alentadoras destinadas a resolver los conflictos de tie-
rras, se inició en el 2011, la reforma del código de procedimiento dentro del
sistema penal. Esto no abarcó toda la provincia, sino que inicialmente se
instrumentó en la jurisdicción de Frías, con miras a ser extendidas pro-
gresivamente al resto de las jurisdicciones de la Provincia de Santiago del
Estero.

3. Marco Referencial
La Reforma implica el cambio de un modelo inquisitivo hacia uno acu-
satoriomixto. Uno de los pilares básicos de éste último, es el principio de
inocencia. Es decir, para llegar a la detención de una persona, es necesa-
ria la existencia previa de una investigación a partir de la cual se hayan
reunido elementos probatorios suficientes para dudar de su inocencia. Esto
no ocurría con el sistema inquisitivo, el cual permitía la detención de una
persona mientras se llevaba adelante la investigación, vulnerando el prin-
cipio antes mencionado. Esto genera una racionalización del uso de la pri-
sión preventiva, ampliamente usada en los sistemas inquisitivos. Por otra
parte, otra de las características del sistema acusatorio es que todo el pro-
ceso, como también las audiencias ante el juez, se rigen por los principios
de oralidad, inmediación y contradicción, a diferencia de lo que ocurría con
el sistema de escritos del sistema inquisitivo, el cual, al no permitir la am-
plia participación de las partes en el proceso, facilitaba la vulneración del
derecho de defensa, garantía básica de cualquier ciudadano. Otro de los
beneficios que trae aparejado el cambio de sistema es la clara separación
de funciones entre el Juez de Control o Garantías (quien se encarga de su-
pervisar el cumplimiento de reglas elementales del proceso durante la in-
vestigación) y los Jueces que presiden las audiencias. Éstos últimos, sólo
presiden las audiencias y dirigen la etapa de juicio oral, sin tener conoci-

55
Políticas Publicas Fiscales...

miento previo de la investigación, para de esta manera evitar el pre-juzga-


miento y garantizar el principio de imparcialidad. Todo lo contrario a lo que
sucedía con el sistema inquisitivo, en el cual ambas funciones, estaban reu-
nidas en un solo juez.
Otra diferencia importante entre el sistema acusatorio y el inquisitivo
es que en el primero, la confesión de un imputado solo tendrá validez, en
el caso en que haya sido hecha ante un juez; mientras que en el sistema in-
quisitivo bastaba que la imputación se realice ante los agentes del Minis-
terio Público. Finalmente, uno de los mayores beneficios del sistema
acusatorio, a diferencia del inquisitivo, es la resolución de casos de manera
más expeditiva, gracias a los sistemas de oralidad, los cuales acotan las ex-
tensas duraciones de los procesos, llevados adelante bajo el sistema inqui-
sitivo.

4. Caracterización y Descripción de la experiencia. La Reforma del


Código Procesal Penal en Frías.
Como se expuso anteriormente, la inseguridad jurídica para el campe-
sinado ha generado grandes dificultades en los últimos años a la hora de
solucionar los conflictos por la tierra. Entre el 2012 y 2013, bajo el marco
de unas jornadas denominadas “Visualización de la Problemática de Tierras
en los Territorios de Choya y Guasayán”, convocadas y organizadas por la
Secretaría de Agricultura Familiar (Equipo Choya-Guasayán y Área de Tie-
rra y Derechos).
Conjuntamente con la participación del Comité de Crisis, el Observato-
rio Campesino, el Registro de Poseedores, la Mesa de Tierra Provincial y la
Mesa de Tierra de Villa La Punta, la Secretaría de Agricultura Familiar de
Santiago del Estero y otras organizaciones campesinas de la zona pusie-
ron de relieve los inconvenientes jurídicos que tenían los habitantes zona-
les al momento de enfrentarse a un conflicto de tierras.
Los objetivos que se habían planteado en dichas jornadas buscaban pro-
curar un empoderamiento efectivo de los campesinos y pequeños produc-
tores respecto de la tierra que habitan y trabajan, a través de la información
y el conocimiento de sus derechos. Asimismo, intentaban establecer un es-
quema analítico en el cual se identifiquen las situaciones conflictivas y pro-
blemáticas más destacadas referidas a cuestiones de territorio. Por último,
el propósito era generar un espacio de debate que posibilite el intercambio
entre campesinos, pequeños productores y el resto de los organismos pre-
sentes con el fin de proyectar soluciones a los problemas de tierra obser-
vados en el territorio.
En aquella oportunidad, los pobladores señalaron que algunos habi-
tantes no podían formular sus denuncias. La policía no las recibía y no “ex-
pedía de manera escrita las denuncias” realizadas por los campesinos y
pequeños productores. Esta situación era justificada por la policía adu-
ciendo que el Fiscal no los autorizaba a recibir las denuncias. Igualmente,
algunas familias denunciaron que las autoridades públicas, como jueces y
policías, amparaban a los empresarios, vulnerando la imparcialidad a la
hora de resolver casos. Por último, se planteó la falta de celeridad en la
Justicia, la cual imposibilita esclarecer de forma rápida y expedita los con-
flictos de tierra.

56
Políticas Publicas Fiscales...

La reunión también permitió poner de manifiesto el desconocimiento


existente respecto de los Derechos Posesorios de los cuales son titulares
los habitantes locales. A esto se le sumaba la presencia de conflictos inter-
nos entre los pobladores por la falta de acuerdos comunales que permitan
la delimitación perimetral de las tierras y la insuficiencia de recursos eco-
nómicos que impide a los campesinos confeccionar un Plano de Releva-
miento Territorial de sus posesiones individuales o comunitarias.
Se acordó en aquella reunión, de articular y complementar acciones con
el objetivo de, en principio conocer la reforma que tantos problemas y con-
fusiones estaban trayendo a las familias campesinas y a posterior elaborar
estrategias conjuntas.
Se describe a continuación el relato de la planificación de los acuerdos
y su desarrollo consecuente, el que consistió en un proceso de cooperación
entre diferentes instituciones y una activa participación de los propios agri-
cultores familiares en la defensa de sus derechos a la tierra y al territorio.

5. La importancia del trabajo interinstitucional y la participación de


las comunidades campesinas
El 10 de septiembre del 2012 se llevó a cabo una reunión de los distin-
tos actores involucrados en la lucha por los derechos de los campesinos en
la oficina de la SAF de Santa Catalina, con el objetivo de planificar y acor-
dar acciones para el desarrollo de la de la Audiencia con el Supremo Tri-
bunal de Justicia.
Estaban presentes en dicha reunión el equipo técnico de la SAF de
Choya-Guasayan, Área de Tierra de la SAF, el Observatorio Campesino, Co-
mité de Emergencia, Registro de Poseedores, la organización no guberna-
mental BePe (Bienaventurados los Pobres), la Mesa de Tierra de Villa La
Punta, la abogada de numerosas causas en el territorio, la abogada Elba
Sorribas y referentes de varias comunidades con problemas judicializados
(Villa Guasayán, Las Talitas, Las Juntas, Pozo del Campo, Cañada Verde,
Maquijata, Laprida, El Rodeo y Sol de Mayo).
Luego de la presentación y de dialogar sobre los problemas particulares
de tierra de las comunidades presentes, la abogada relató cuáles eran los
problemas administrativos (y otros), que la reforma del Código Penal y su
implementación a través del Plan Piloto en los departamentos Choya y
Guasayan estaba ocasionando en esta transición. Se señalaron cuatro bá-
sicamente: en primer lugar, la oralidad de las notificaciones, la cual provo-
caba confusiones entre las partes; la falta de celeridad, que imposibilitaba
llevar los casos de maneras más dinámicas. El Criterio de la medida de no
innovar y la ausencia de verificación del delito en terreno de partes por los
fiscales fueron otras de las problemáticas planteadas. La explicación de
estos problemas estaba respaldada por la práctica y la teoría jurídica.
De ese modo, se acordó la necesidad de programar una audiencia con
el Supremo Tribunal de Justicia., la cual se llevó a cabo el día 12 de sep-
tiembre del 2012. En esa ocasión los actores presentes plantearon los pro-
blemas que la Reforma del Código Penal estaba ocasionando y la necesidad
de buscar alternativas de resolución. En aquella oportunidad, estuvieron
presentes el Presidente del Superior Tribunal de Justicia, el Dr. Eduardo

57
Políticas Publicas Fiscales...

Llugdar, el director de la Oficina de Audiencia y el Secretario del Superior


Tribunal de Justicia; junto a los organismos y referentes de las comuni-
dades ya mencionados en párrafos anteriores.
Luego de plantear el problema, el Dr. Llugdar, manifestó dos aspectos a
tener en cuenta. Por un lado, el carácter transitivo del Plan Piloto era una
forma ya de ejecución de la reforma en la Provincia. Habló también de lo po-
sitivo de este cambio en el Código de Procedimiento Penal y de la necesidad
de ir construyendo acuerdos para la implementación del mismo. Por otra
parte, el magistrado, planteó la necesidad de una audiencia con los acto-
res involucrados directamente con el problema: la fiscalía de Frías. De ese
modo se acordó una audiencia con esta oficina, solicitada y facilitada por
el mismo Superior Tribunal de Justicia.
Dicha audiencia se realizó el día 20 de septiembre del 2012. El objetivo
era Conocer los cambios en el código Penal y su implementación y realizar
propuestas para una implementación que no perjudique a los pequeños
productores y campesinos.
La audiencia se efectuó en un clima de cordialidad en la cual los fisca-
les y el Director de la Oficina de Audiencia explicaron las reformas del Có-
digo de Procedimiento Penal comparándolo a su vez con el anterior. Luego,
los referentes de las comunidades y los organismos presentes señalaron los
inconvenientes en relación a él.
En esta ocasión fue de suma importancia el testimonio y las pruebas de
un integrante del caso Testigo de Cañada Verde, quien había tenido un pro-
blema de tierras, con un supuesto “propietario”. A través de este caso, se
pudo visibilizar la implementación de la reforma, sus errores y la posibi-
lidad de enmendar sobre ello.
Este caso mostró en aquella primera reunión con la fiscalía de Frias los
problemas que podía ocasionar la oralidad en la notificación. El poseedor
mostró como prueba los mensajes de texto que recibía con citaciones de un
supuesto fiscal (que incluía amenazas) y se pudo constatar que el número del
mensaje correspondía a personal del empresario que le disputaba la tierra.
Estos inconvenientes en una práctica ponían de manifiesto, la necesidad
de nuevos acuerdos interinstitucionales. Por cada aspecto señalado se re-
alizó una propuesta de operacionalización positiva tendiente a una mayor
efectividad del cambio en relación al sector de la agricultura familiar. En
efecto se acordó y consensuó lo siguiente:
Que el sector de los campesinos y la Agricultura Familiar dispusiera del
número telefónico de la oficina de los fiscales y ante cualquier duda llama-
ran. También se dio a conocer los nombres y apellidos de todos los opera-
dores jurídicos de esta oficina.
En caso de ser notificados con un tiempo escaso para poder asistir, no ha-
bría problema en modificar la fecha, sin perjuicio para la persona notificada.
La posibilidad de que el Comité de Emergencia trabaje de manera más
cercana y en complementación con la oficina de fiscales.
Una capacitación en Mediación y en la Reforma del Código de Procedi-
miento Penal, destinada a público en general, auspiciada por la mesa de
Tierra de Villa La Punta y realizada por la Oficina de Fiscales de Frías (Ofi-
cina de Salidas Alternativas).

58
Políticas Publicas Fiscales...

Además de ello, se realizaron acuerdos internos para trasparentar las


notificaciones orales (dar el segundo nombre de los fiscales al notificar fue
uno de los acuerdos).
Los acuerdos y las explicaciones sobre el nuevo contexto jurídico fueron
precisos y aclaratorios. Pero lo mas importante, a modo de reflexión de
aquella jornada, fue, la de-construcción de una “justicia” abstracta y le-
jana, ausente en términos simbólicos y de la realidad concreta de las fami-
lias campesinas. La sensación era la de tener una “justicia que caminaba
descalza y a la par”, junto a los mas vulnerables.

6. Reforma del código de procedimiento penal


Los problemas anteriormente planteados por los pobladores, daban
cuenta de la necesidad de un cambio en la Justicia. Hasta el 2011, los jui-
cios en los cuales debían resolver este tipo de conflictos eran escritos y al-
tamente burocratizados.

“La provincia tenía un sistema penal obsoleto y vetusto que responde


a un modelo inquisitivo en el que la mayoría del proceso es escrito, so-
lamente cuando vas a juicio es oral” (Entrevista a abogada defensora
de campesinos con conflictos de Tierras).

A las dificultades de recepción de las denuncias y los trámites burocrá-


ticos, se le sumaban los problemas espaciales que tenían los campesinos
para acercarse de manera regular al Tribunal de Frías. Cabe destacar que
dicho juzgado abarca los Departamentos de Choya y Guasayán, regiones en
las que los medios de transporte públicos son escasos y los vehículos en los
que se movilizan los habitantes de la región son precarios, sumando a ello
la intransitabilidad de los caminos, lo que genera un alto costo en los ve-
hículos de alquiler.
Los abogados de los campesinos afectados en conflictos de tierra seña-
laron dos causas a la falta de vinculación de los fiscales con la problemá-
tica. La primera, la ausencia de verificación de los delitos en el terreno por
la fiscalía; y la segunda, que el Juez era quien tenía la potestad de investi-
gar el caso, involucrándose con las partes y no obstaculizando la impar-
cialidad al momento de solucionar el conflicto.
Si bien los debates, por parte de juristas y magistrados, en relación a la
necesidad de un cambio en el procedimiento del sistema penal surgieron en
el año 2003, fue recién a partir de la sanción de la ley 6.941 en octubre de
2010, que se comenzó a dar respuesta a esa necesidad, ya que en virtud de
la ley mencionada, desde diciembre del mismo año comenzaría a regir un
nuevo Código Procesal Penal. Este código tuvo como circunscripción inicial
a Frías para ser implementado progresivamente en las demás jurisdiccio-
nes, debiendo concluir en la capital provincial.
La aplicación inicial a un solo distrito se basaba en la necesidad de
poder cubrir satisfactoriamente los requerimientos indispensables de una
manera eficaz. Esto incluía recursos humanos, capacitación y aspectos ma-
teriales (como espacios físicos y tecnológicos).

59
Políticas Publicas Fiscales...

El objetivo de evitar de manera inicial, el conglomerado provincial era


disminuir el grado de conflictividad administrativa. Este tipo de prácticas,
dieron resultado positivo en varias experiencias de reforma procesal (por
ejemplo en Chile o Perú y en provincias como, Chubut y Entre Ríos), per-
mitiendo efectuar ajustes frente a los problemas que se generan en el pri-
mer distrito para impedir que se replique en el futuro. Además, la cobertura
de nuevos cargos, los costos de capacitación, la adaptación edilicia, la in-
corporación de tecnología , implican una inversión económica no compa-
rable si se hubiera implementado de modo general (Podestá, 2012).

“Los cambios han sido notables, o lo van siendo toda vez que la reforma
se va realizando paulatinamente en las distintas jurisdicciones. Desde
lo estructural, lo administrativo, lo presupuestario, etc. ha implicado el
reordenamiento de todo el sistema penal, la creación de institutos como
el Ministerio Público Fiscal, con funciones totalmente distintas a las que
regían en el sistema inquisitivo que imprime una dinámica también dis-
tinta y novedosa en la Provincia”(Entrevista a abogada).

Asimismo en el nuevo sistema, la investigación penal preparatoria está


a cargo de la Fiscalía, limitando a los jueces a velar por el efectivo ejercicio
de los derechos de las partes en el proceso. El papel del Juez está centrado
en la conducción del debate entre las partes y la decisión de la cuestión so-
metida a su conocimiento. Este magistrado deberá dar a conocer su fallo a
través de un lenguaje sencillo y no técnico, de tal manera que facilite la
comprensión de las partes (Podestá, 2012: 7-8).

“El Código de Procedimiento Criminal y Correccional de Santiago del


Estero fue desplazado en algunas jurisdicciones por el Código Proce-
sal Penal. En Santiago del Estero rige el ‘Código de Procedimiento Cri-
minal y Correccional de Santiago del Estero’, mientras que en Frías el
12 de diciembre del 2011 fue pionera en establecer el ‘Código Proce-
sal Penal’, que tiene una diferencia sustancial puesto que el primero le
otorga al Juez toda la potestad investigativa y de conclusión del pro-
cedimiento, mientras que el nuevo sistema pone en la Fiscalía la po-
testad de investigar para que el juzgador tercero e imparcial, que es el
Juez, que no está involucrado con la investigación objetiva y razona-
blemente decida” (Entrevista a Fiscal de la Jurisdicción de Frías).

En otras palabras, el sistema adoptado por la ciudad de Frías consiste


en que la instrucción de la investigación le corresponde exclusivamente a
la Fiscalía, mientras que el Juez tiene a su cargo solo la función de garan-
tizar el cumplimiento del debido proceso lega, de los plazos de legalidad y
velar por las garantías constitucionales que exige el proceso penal, asegu-
rando de esta manera mayor objetividad e imparcialidad por parte de este
último, el cual queda excluido de la etapa investigativa.
En este sentido, el nuevo sistema procura dar respuesta en un tiempo
razonable a los conflictos penales, facilitar el acceso de la víctima al pro-
ceso, y lograr mayor transparencia en la administración de justicia con el

60
Políticas Publicas Fiscales...

uso de la oralidad como metodología. Esto permite a su vez, la inmediatez,


la publicidad en la discusión y toma de decisiones en todas las etapas del
proceso.

“(…) yo llamé al Fiscal, porque ya había tenido una audiencia con la


jueza y los fiscales que me dieron un número de teléfono para comu-
nicarme con ellos directamente porque había muchas mentiras, había
mensajes y llamadas que me decían que eran fiscales y no eran.
A las 3 de la tarde vino el policía junto con el Fiscal a ‘pasar vista’ y
ahí vio el Fiscal que la cosa no era como ellos -los empresarios y el po-
licía- decían” (Entrevista a un campesino con conflictos de tierras).

Lejos de que la entrada en vigencia del nuevo sistema concluyera con su


sanción, el Poder Judicial dictaminó la implementación de cursos y capaci-
taciones que permitan acompañar los desafíos de este nuevo sistema. Para
ello se creó un Centro de Capacitaciones convocando a funcionarios, magis-
trados, docentes, policías, entre otros actores que continúa en vigencia.

“Para la implementación del nuevo Código se realizaron distintas ca-


pacitaciones por parte de organismos del Estado provincial y local des-
tinadas a todas aquellas personas que intervenían en la reforma,
incluyendo a los pobladores. Estos encuentros permitieron dar a co-
nocer los impactos del Plan Piloto de la reforma en Frías y a su vez de-
batir los puntos débiles del nuevo sistema” (Entrevista a técnica de
Secretaría de Agricultura Familiar).

Además de las capacitaciones, el Poder Judicial elaboró protocolos de


actuación que permitan el análisis interpretativo del Código Procesal Penal
y diseñaron la estructura orgánica de la institución, explicando las res-
ponsabilidades de cada área, el accionar en las escenas, manejo de carpe-
tas, entre otras.
La nueva organización judicial ha transformado la función de algunos
funcionarios, tal es el caso de la figura del Secretario que se ha convertido
y dividido en Secretarios Fiscales, Defensores auxiliares y un Director de
la Oficina de Gestión de Audiencia.
En cuanto a la figura del Fiscal, cabe destacar que la nueva estructu-
ración del trabajo permite a las Unidades Fiscales tomar un rol más activo
en sus funciones. El nuevo Ministerio Fiscal es dirigido por un Fiscal Co-
ordinador que tiene a cargo diferentes oficinas: Asistencia técnica; Control
de efectos; Administrativa; de Información y Prensa. Además se crearon
distintas unidades dentro de las fiscalías compuestas por la Atención Tem-
prana, Investigación y Litigación, Respuestas Rápidas y Casos de Autor
Desconocido.
Por último, en lo que respecta a la duración de los procesos, el nuevo re-
glamento ha optado por optimizar las garantías de los involucrados en el
conflicto. Previo a oír a las partes, el Juez de Garantías de Frías debe re-
solver en audiencia todas aquellas cuestiones que se susciten durante la in-
vestigación penal preparatoria (formulación de cargos, control de la

61
Políticas Publicas Fiscales...

detención, presentación de los hechos a imputar y calificación legal, solici-


tud de medida cautelar, solicitud de medidas alternativas de resolución del
conflicto y juicio abreviado, etc.), y en la etapa intermedia (control de la
acusación, resolver la admisibilidad de la prueba a introducir en el debate),
garantizando los principios de oralidad, inmediación, contradicción, publi-
cidad y defensa en juicio en todas las etapas del proceso (Podestá, 2012: 7).

“La inmediación es un pilar en el Código es inmediatamente interesados


en terceros va a decidir la suerte en virtud de los elementos que se hayan
aportado desde la Fiscalía. Desde la oralidad y la publicidad” (Entrevista a
abogada).

7. Reflexiones Finales
El trabajo permitió visibilizar a través de un caso testigo, la implemen-
tación de un nuevo sistema de acceso y administración de justicia en casos
concernientes a conflictos de tierra, con sus errores y las posibilidades de
trabajar sobre ello cuando se realizan acuerdos. Además, se pudo analizar
el rol del Estado y la acción ciudadana, en la implementación de reformas
en los procedimientos judiciales involucrados en una autocrítica reflexiva
y constructiva de un ir-haciendo.

“Era necesario pensar al campesino como sujeto de derecho, como


actor del sistema de administración de justicia, que ab initio ya con-
curre al mismo en situaciones desventajosas, en condiciones de in-
equidad, asimétricamente.”(Entrevista a abogada de campesinos en
conflicto de tierras).

Al momento de analizar la Reforma del Código Procesal Penal es posi-


ble entrever un diseño que permite agilizar la resolución de conflictos de
manera general. Sin embargo, es necesario destacar que debido a las ca-
racterísticas que asume el nuevo sistema, el mismo no contempla las dife-
rencias entre los conflictos rurales de los urbanos.

“No es posible desde Laprida por ejemplo concurrir en dos horas, in-
cluso en 24 horas, a la ciudad de frías para ratificar una denuncia o
designar en ese plazo un defensor.
La magnitud del territorio que se pone en puja en los conflictos de tierra,
30 familias y 3.500 has en un conflicto con la ley penal, no pueden en-
contrar una respuesta que se precie de justa en un plazo de 48 hs y de-
trás de un escritorio. La realidad es ardua y se complejiza aún mas día
a día” (Entrevista a abogada de campesinos en conflicto de tierras).

Si bien la participación de los campesinos estuvo presente al momento


de la implementación del Plan Piloto, ni la ruralidad ni los pobladores lo-
cales fueron tomados en cuenta en los momentos gestacionales de la re-
forma, interviniendo solamente en el debate juristas y funcionarios del
aparato estatal. Esta disyuntiva recae actualmente en los campesinos pre-
sentándose como una situación desventajosa, inequitativa y asimétrica.

62
Políticas Publicas Fiscales...

“En lo particular, y en cuestiones atinentes a los conflictos de tierras,


que por cuestiones históricas siempre tuvieron el foco y la mirada en
los fallos, jueces, etc. de la jurisdicción capital, desviar la mirada a la
jurisdicción Frías también ha generado la necesidad de aportar nue-
vas miradas jurídicas específicamente frente a nuevos desafíos.”(En-
trevista a abogada de campesinos en conflicto de tierras).

Los avances logrados hasta el momento respecto de cuestiones como la


celeridad, la oralidad, el aumento participativo de la fiscalía en los casos,
etc. presentan un progreso para el campesinado. Sin embargo, es necesa-
rio pensar en los pobladores como actores centrales de un sistema jurídico
que no advierte las diferencias locales sino que homogeniza y generaliza su
accionar para la sociedad en conjunto.

“Las acciones desarrolladas para zanjar los conflictos advertidos son


de gran relevancia. Para el sistema de justicia porque corre el velo de
la homogeneización del justiciable, advirtiendo que cierto sector de jus-
ticiables accede inequitativamente a la justicia. Para las organizacio-
nes, los técnicos y los abogados del campesinado para unificar
criterios, discutir, problematizar y elaborar estrategias superadoras
de la desventaja. Y para el campesinado desde el empoderamiento,
desde la aproximación a un sistema que en cuanto ciudadano le es
propio, pero que desde el avasallamiento histórico sus derechos y el
despojo de sus tierras era visto como totalmente monstruoso, inacce-
sible, lejano y contrario a sus luchas.”(Entrevista a abogada de cam-
pesinos en conflicto de tierras).

La articulación pareciera depender de las voluntades individuales más


que el efecto de una complementación y resultado de una política pública.
Las distintas formas de “habitar el espacio” en el sentido del abordaje de
una práctica de los distintos actores que transitan el territorio no ha sido
coincidente para realizar acuerdos continuos y formales de trabajo.
En relación a la Reforma se plantean diversas percepciones positivas, en
el sentido de la posibilidad de construir a partir de ellas. Sin embargo, es
importante de-construir quizás la manera de habitar los espacios en miras
de posibilitar una articulación que fortalezca un proceso tan complejo como
lo es la reforma y para una temática de tanta profundidad y significación
como lo es el de la tierra.

“La articulación es una herramienta necesaria e inescindible de la de-


fensa de la tierra, no se puede pensar jurídicamente el recupero o la
salvaguarda de tierras, sin procesos productivos, sin procesos de or-
ganización, sin agua, sin medios de comunicación, etc.”(Entrevista a
abogada de campesinos en conflicto de tierras).

Por último, los avances logrados hasta el momento respecto de cuestio-


nes como la celeridad, la oralidad y el aumento participativo de la fiscalía
en los casos presentan un progreso para el campesinado. Sin embargo, es

63
Políticas Publicas Fiscales...

necesario pensar en los pobladores como actores centrales de un sistema


jurídico que no advierte las diferencias locales sino que homogeniza y ge-
neraliza su accionar para la sociedad en conjunto.

“En si la reforma no puede clasificarse o ponderarse como buena o


mala. El cambio de sistema era necesario, pero es necesario repensar
el acceso a la justicia, el debido proceso con todas y cada una de sus
garantías, la gratuidad, la eficacia, la celeridad sea cual sea el sis-
tema que se diseñe o desarrolle” (Entrevista a abogada de campesi-
nos en conflicto de tierras).

64
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65
CAPÍTULO IV:
Procesos productivos e innovación
en la Agricultura Familiar
Procesos de producción y apropiación de novedades
socio-productivas en el manejo del monte
y el ganado.
Experiencias de Encierros Comunitarios Ganaderos
en el Noreste de Santiago del Estero
ANA VILLALBA, ANDREA GÓMEZ HERRERA, PABLO CONCHA
MERLO Y RAMÓN FERREYRA

1. Introducción
Si bien en la provincia de Santiago del Estero los conflictos por la te-
nencia de la tierra son de larga data y se extienden por todo el territorio
provincial, los mismos han adquirido notable visibilidad a inicios de la dé-
cada pasada. En esta atmósfera de creciente tensión y conflictividad mu-
chas familias campesinas se esfuerzan por defender las tierras en que viven
y trabajan hace años ante la amenaza continua y latente de ser desaloja-
das. Como estrategia para afianzar la condición de poseedores algunas co-
munidades campesinas vinculadas con técnicos de terreno del ex Programa
Social Agropecuario (PSA) - hoy Secretaría de Agricultura Familiar de la Na-
ción (SAF) - pusieron en marcha emprendimientos ganaderos de manejo
comunitario.
Las primeras experiencias de encierros comunitarios se remiten al año
2006 en las comunidades campesinas El Hoyo, Santa Catalina y El Pirucho
emplazadas en los departamentos Figueroa y Moreno (en el Noreste del te-
rritorio provincial). Se trató de los primeros emprendimientos que resulta-
ron de la puesta en marcha de proyectos de cercamiento de tierras
comunales, experimentación adaptativa para la implantación de pasturas
y adquisición de instalaciones ganaderas, que fueron financiados por dis-
tintos programas de desarrollo rural de alcance nacional. En la actualidad
existen diecinueve encierros comunitarios en las jurisdicciones señaladas
aunque en distintos estados de avance.
Empeñados en describir los procesos de co-producción y apropiación de
novedades socio-técnicas en comunidades campesinas, nos interesa de ma-
nera particular en este trabajo analizar las relaciones que estas entablan

69
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

con agentes estatales promotores de desarrollo en lo que respecta al manejo


de recursos pecuarios y del monte. Partiendo del hecho que los encierros
comunitarios ganaderos son una iniciativa que nace del vínculo campesi-
nos-técnicos entendemos que se trata de un proceso de generación de no-
vedades en territorios rurales en el sentido que lo concibe Van der Ploeg
(2008). Este autor las define como nuevas formas de hacer y pensar sobre
la base del aprovechamiento de recursos endógenos y la movilización de re-
laciones sociales con otros actores. (Van der Ploeg, 2008 en Paz y de Dios,
2011).
Para este estudio, hemos optado por un abordaje metodológico cualita-
tivo, ya que nos interpela la necesidad de reconstruir la experiencia de tres
comunidades campesinas - El Hoyo, Santa Catalina y El Puesto – desde la
perspectiva de los actores sociales involucrados. En efecto, empleamos la
técnica de entrevistas en profundidad y registro de observaciones para la re-
colección de información. Asimismo, para la selección de los casos se tu-
vieron en cuenta los siguientes criterios: condiciones que dieron origen a la
experiencia; formas asociativas que se dieron los grupos campesinos que
participan del emprendimiento; fuentes de financiamiento para ejecutar el
cercamiento y la realización de mejoras; disponibilidad de ganado y tamaño
de rodeo – bovino y caprino – entre los miembros de las comunidades. Para
la definición de estos criterios partimos del supuesto que las diferencias en
cada comunidad en relación a estos aspectos tienen alguna injerencia en la
apropiación de nuevas formas de manejo de recursos pecuarios y del
monte. Por lo tanto, nos permitirían destacar diferenciales en lo que res-
pecta a los estados actuales y potencial devenir de las experiencias en los
encierros comunitarios.
A lo largo de este trabajo, nos ocupamos de caracterizar el escenario en
el que surgen los encierros comunitarios, cómo las comunidades campesi-
nas producen y se apropian de novedades socio-técnicas en el manejo de re-
cursos pecuarios y del monte en vinculación con los técnicos de terreno.
También pretendemos condensar los aprendizajes que derivan de la expe-
riencia de tres casos seleccionados. Dirigimos el foco del análisis en dos as-
pectos: por un lado, la relación campesinos-técnicos que expresa una
interesante dialéctica entre saberes locales-saberes técnicos y por otro, en
los vínculos al interior de las comunidades en las que subyace una dialéc-
tica entre las lógicas de “lo individual y lo comunitario”. A posteriori, en las
últimas páginas enunciamos algunas reflexiones sobre los logros identifi-
cados por los actores a partir de la conformación de los encierros ganade-
ros, como así también los desafíos identificados en el desarrollo de los
emprendimientos comunitarios.

2. Presentación del escenario: una panorámica del territorio


La provincia de Santiago del Estero es un escenario privilegiado para
observar la aplicación de diferentes iniciativas de políticas públicas orien-
tadas al sector de la agricultura familiar. Algunas estuvieron orientadas a
la atención de la problemática de la tenencia precaria de la tierra y a po-
tenciar el aprovechamiento de los recursos disponibles por las comunida-
des campesinas.

70
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

En este marco, surge en el año 2006 la propuesta de los encierros co-


munitarios como una estrategia de trabajo articulado entre las comunida-
des campesinas de los departamentos Figueroa y Moreno (localizados al
Noroeste del territorio provincial), y los técnicos del ese entonces llamado
Programa Social Agropecuario (PSA), hoy reconvertido en Secretaría de Agri-
cultura Familiar. Los primeros encierros se concretan en contextos de con-
flictividad, dado el avance de empresarios que procuraban desplazar a las
comunidades campesinas aduciendo la compra de las tierras que se en-
contraban en posesión de estas comunidades.
En las comunidades de El Hoyo y Santa Catalina , se pusieron en marcha
dos emprendimientos, con el apoyo económico de los denominados “proyectos
de experimentación adaptativa”, financiados por el Programa de Desarrollo de
Pequeños Productores Agropecuarios (PROINDER) y ejecutados con el aseso-
ramiento técnico de la Secretaría de Agricultura Familiar (SAF).
La conformación de encierros en sus inicios implicó el cercamiento de
superficies de monte de uso común campesino con alambrado perimetral,
la dotación y optimización de infraestructura para la provisión de agua e
instalaciones para el manejo del rodeo bovino. En el marco de estos pro-
yectos del PROINDER, particularmente en la comunidad de El Hoyo se lle-
varon a cabo acciones orientadas a mejorar la calidad del rodeo a través de
la introducción de nuevas prácticas de manejo forrajero con la implantación
de pasturas y el mejoramiento genético a partir de la compra de reproduc-
tores.
Las localidades de El Hoyo y El Puesto pertenecen al Departamento Mo-
reno en la provincia de Santiago del Estero, y la localidad de Santa Cata-
lina pertenece al departamento Figueroa, formando parte de la región del
chaco semi-arido. En El Hoyo habitan 65 familias emplazadas en aproxi-
madamente 10.000 has de extensión. En El Puesto viven 30 familias em-
plazadas en 5.500 has aproximadamente. En Santa Catalina son 24
familias asentadas en 4.535 has.
En estas comunidades las familias campesinas se dedicaban tradicio-
nalmente a la cría de ganado bovino y caprino, a la actividad extractiva fo-
restal y la siembra en pequeñas superficies.
La región donde se encuentran las comunidades abordadas por esta sis-
tematización, presenta las características de altas temperaturas, un régi-
men de precipitaciones marcadamente estacional con lluvias concentradas
en la época estival, y una elevada evapotranspiración potencial anual que
definen un marcado déficit hídrico. Por ende, las alternativas productivas
se ven limitadas y condicionadas por la disponibilidad y el acceso al agua,
tanto para consumo humano, como para agrícola-ganadero (Aristide, 2010).

3. Génesis de las experiencias: el conflicto y la defensa por la tierra


Como ya hemos anticipado, la emergencia de los encierros comunita-
rios estuvo asociada a la defensa de la tierra ante violentos intentos de des-
alojo por parte de empresarios extra-provinciales y de otros propietarios
individuales que avanzaron realizando desmontes y deslindando las su-
perficies ocupadas por familias campesinas tras varias generaciones. Su-
cesos como estos son sólo algunas de las manifestaciones de la

71
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

problemática estructural de tenencia precaria de la tierra que afecta prin-


cipalmente a campesinos, agricultores familiares o comunidades de pue-
blos originarios que carecen del título de dominio de las superficies que
ocupan. En general, se trata de poseedores con ánimo de dueño, una cate-
goría que designa a quienes trabajan la tierra que ocupan ancestralmente
de manera pacífica e ininterrumpida, introduciendo mejoras sin reconocer
a otro propietario y que reivindican los derechos de propiedad sobre esa
posesión en un proceso de prescripción adquisitiva veinteñal.
A pesar de que existe un marco jurídico-legal que reconoce los derechos
posesorios, de Dios y Ferreyra (2011) enuncian una serie dificultades de
distinta índole que impiden su efectividad, entre ellas: las restricciones en
el acceso a la justicia debido a los complejos y prolongados procesos judi-
ciales y administrativos, los altos costos que supone el inicio de los juicios
de usurpación, la escasa e insuficiente información acerca de los derechos
posesorios mencionados. A esto se suman la ineficacia de las políticas es-
tatales tanto en el ámbito nacional como provincial, dirigidas a abordar la
problemática y la relativamente reciente historia de luchas colectivas en de-
fensa de la tierra.

4. Desarrollo de las experiencias.


4.1 El caso de la comunidad de Santa Catalina
En los primeros años de la década del 2000 los focos de conflicto por la
tierra se multiplicaban por todo el territorio del departamento Figueroa, de-
bido al violento avance de empresarios de origen extra-provincial y otros
propietarios individuales sobre las posesiones de comunidades campesinas
allí emplazadas. A demás de las restricciones previamente señaladas, la es-
casa receptividad de las reivindicaciones de los campesinos en defensa de
la tierra y la incapacidad de intervención en la esfera de la justicia confi-
guraron un contexto de incertidumbre y conflicto perenne.
En este escenario, en el año 2003 la posesión de la comunidad de Santa
Catalina fue irrumpida por el avance de dos supuestos propietarios, que
fueron frenados en un ejercicio de autodefensa, por los campesinos de
dicha comunidad. También ese mismo año, sus miembros habían partici-
pado de acciones colectivas de protesta junto con otras comunidades, orien-
tadas a poner sobre el tapete la problemática por la tierra entre las que se
destaca el corte de la intersección de las rutas provinciales N° 2 y N° 5, de-
nominado “El Cruce”. Cabe destacar que estos hechos movilizaron a múl-
tiples actores, tales como la Mesa de Tierras de Figueroa, organizaciones no
gubernamentales vinculadas a la pastoral católica y otras organizaciones de
base campesina como la DUFINOC (Delegados Unidos de Figueroa Norte
Once Comunidades), siendo algunos de los líderes de esta última, miembros
de la comunidad de Santa Catalina. (de Dios y Ferreyra, 2011.pp.74-75)
A pesar de la efectividad de las acciones de resistencia colectiva para re-
cuperar y preservar las tierras en disputa, no se logró una solución definitiva
que diera suficientes garantías para evitar en el futuro potenciales usurpa-
ciones y desalojos. Este factor podría explicar en parte, la buena receptividad
por parte de los campesinos de la propuesta de los técnicos del entonces Pro-
grama Social Agropecuario consistente en delimitar con alambrado perime-
tral la superficie de 4.535 hectáreas en la se encontraban asentadas las 24

72
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

familias de Santa Catalina. Uno de los campesinos y principales referentes


de la comunidad, se retrotrae al inicio de la conformación del encierro y ex-
pone las razones por las cuales tomaron esta determinación:

“porque como hacen los tordos a los bichitos cuando otros bichitos
le quieren quitar el nido… bueno nosotros así reaccionamos cuando
nos han querido quitar nuestro nido… entre 2004 y 2005 mi señora no
se quiere ni acordar porque como yo soy empleado público, he andado
tras de las cabras haciendo la asistencia sanitaria… y cuando vengo
despoblado completamente… y digo la pucha quien nos habrá robado
ahora… de tantos que éramos voy a buscar al otro y nadie no había…
y había sido que habían ido los empresarios a esperarlos ahí para sa-
carlos…han empezado a amenazarlos… amenazarlos con hacerles
pasar la camioneta por encima (…) y eso es lo que nos ha hecho reac-
cionar para sacar un crédito de la Subsecretaria que antes era PSA,
sacar 35.000 y comprar alambre con todo y ahí urgente hemos ce-
rrado” (Campesino de la comunidad de Santa Catalina).

Si bien el cercamiento en esta comunidad se realizó con fondos de un


crédito otorgado por la SAF, la obra se concretó con el aporte de trabajo de
todos los miembros que realizaron actividades de deslinde, limpieza y em-
postado. El cerramiento de la superficie finalizó a las tres meses de recibido
el crédito. Sin embargo, este proceso no estuvo exento de tensiones, por el
contrario alertó a los empresarios que se encontraban en disputa con la co-
munidad por las tierras. Así relata este episodio uno de sus miembros:

“hemos conseguido un camión para llevar los rollos y como de siem-


pre el que está a cargo de la radio …hace macanas por la FM, ha sacado
por la FM dice que la comunidad de Santa Catalina llamaba a todos los
beneficiarios de la comunidad que se presenten en el salón comunitario
a bajar el alambre…ahí han venido las denuncias …tres denuncias (…)
hasta que bueno me he cansao y me hecho el corajudo le hemos puesto
una denuncia… y ahí nomas hemos entrado en juicio… bueno de dos ya
estoy libre, uno me falta todavía… me queda uno… ahí donde está el
molino (señalando a Santa Rita) ese está todavía en conflicto…en con-
flicto digo pero ellos no se presentan… al parecer está más cerca de
salir el fallo… no nos han vuelto a molestar y por eso ahí vamos” (Cam-
pesino de la Comunidad de Santa Catalina).

Hasta el día de hoy, la cuestión de fondo sobre la titularidad de domi-


nio de las tierras no se ha resuelto, ya que el juicio continúa. Tampoco se
tiene certeza de que la sentencia declarativa de dominio sea a favor de los
campesinos que reivindican su posesión. No obstante, los miembros de la
comunidad avanzan realizando actos posesorios. El primero y más impor-
tante, fue la mensura de la posesión por un ingeniero agrimensor y la con-
fección del Plano de Levantamiento Territorial para la Prescripción
Adquisitiva Veinteñal de todo el predio ocupado, con el apoyo de un subsi-

73
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

dio otorgado por el Registro de Poseedores(1) de la provincia. Con la obten-


ción de dicho plano, los miembros del condominio tramitaron la inscrip-
ción en Catastro y desde entonces pagan el impuesto inmobiliario. Tanto en
el relato de los miembros de la comunidad como de los propios técnicos,
estas acciones como las marcas de propiedad y las mejoras introducidas en
el encierro, en vistas a mejorar la producción ganadera y el aprovecha-
miento del monte, estuvieron dirigidos a resguardar la posesión de las ame-
nazas de desalojo.
En los últimos años, las disputas por la tierra con empresarios han ce-
sado. Sin embargo, la gestión y administración de la posesión y de los re-
cursos allí localizados (principalmente ganado y monte) han generado
tensiones al interior de la comunidad. En otras palabras, el eje del conflicto
en torno a la tierra se ha trasladado a la disputa por el aprovechamiento
equitativo de los recursos que son comunitarios dentro de la posesión com-
partida. Desde nuestra perspectiva, las fricciones engendradas entre los
miembros de la comunidad estarían asociadas a visiones diferentes y an-
tagónicas sobre el uso de los recursos del monte al interior de los encie-
rros. La disputa se cristaliza entre quienes hacen uso del monte para
pastoreo de ganado y quienes están ligados a la extracción de madera para
labrar postes, y que poseen rodeos de menor tamaño.

4.2 El caso de la comunidad de El Hoyo


El otro caso que nos proponemos analizar se sitúa en la comunidad de
El Hoyo en el departamento Moreno. Allí residen unas 65 familias campe-
sinas poseedoras distribuidas de manera dispersa en unas aproximada-
mente 10.000 hectáreas. A diferencia de Santa Catalina, los encierros
ganaderos de manejo comunitario en El Hoyo no comprenden la totalidad
de la superficie ocupada por las familias que la integran como tampoco
todas ellas se encuentran involucradas en estos emprendimientos.
En el año 2004, dicha comunidad se vio conmocionada por la irrupción
en su posesión de un empresario de origen santafesino, quien avanzó alam-
brando las tierras en las que pastoreaba el ganado de estas familias argu-
mentando ser el titular de dominio. En primera instancia, los miembros de
la comunidad se movilizaron realizando campamentos levantados por los
hombres de cada familia en los lugares de conflicto; mientras que las mu-
jeres constituían barreras para impedir el avance de máquinas topadoras.
A raíz de la inexistencia de conflictos por la tierra precedentes en esta
comunidad; y la velocidad y violencia con la que avanzaba este empresario,
los campesinos afectados tomaron contacto con la Mesa de Tierras de Fi-
gueroa y los técnicos del ex Programa Social Agropecuario. De la interacción

(1)
En el año 2006, en la provincia de Santiago del Estero se crea el Registro a As-
pirantes de la Regularización de Tenencia de la Tierra por decreto del Ejecutivo Pro-
vincial 215 a modo de efectivizar uno de los acuerdos realizados en el marco de
la Mesa de Diálogo y de Trabajo por la Tierra y la Producción. Este organismo pro-
cede a inscribir a las familias en tanto poseedoras con ánimo de dueño par luego
otorgarles un subsidio para la confección de un Plano de Levantamiento Territo-
rial y otro para el inicio de la defensa legal para la prescripción veinteañal.

74
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

con estos actores surgió la iniciativa de organizar grupos de productores


con el fin de construir “potreros”, es decir cercamientos de tamaño varia-
ble dentro de la posesión para la cría de ganado bovino, puesto que era un
modo “estratégico” de impedir el progresivo acaparamiento de la tierra por
parte del empresario y afianzar la posesión ante un posible litigio. Incluso,
algunos de los campesinos miembros de la comunidad sostienen que la
elección de la ubicación del primer potrero (del cual son “socios” actual-
mente) no fue aleatoria, sino que estaba fundada en la necesidad de inte-
rrumpir el avance empresario en el sector sur de la posesión, identificado
como el foco de conflicto. Así lo recuerdan:

“los potreros se han elegido así vamos a hacerlos aquí para de-
fender la tierra”
(Campesina de El Hoyo).

“se venían los empresarios de allá (del sur) entonces nosotros ya


veíamos que no íbamos a tener tierra y que es lo que hemos hecho nos-
otros…vamos a agarrar esta parte...hemos agarrado dos kilómetros
así y tres kilómetros para allá…después hemos hecho otro potrero más
de un kilometro y medio más para allá…claro como para hacer pose-
sión hemos hecho los potreros nosotros…y bueno después tenemos
otro campo para acá que es monte…solamente un cerramiento…hay
vacas adentro pero no hay pasturas”(Campesino de El Hoyo).

Por su parte, otros campesinos reflexionan que los episodios de conflicto


contribuyeron a que muchos de ellos reconozcan la importancia que tiene
la tierra:

“si no hay tierra la gente no tiene donde trabajar…de donde sacar


carbón… de donde criar a los animales”. (Campesino de El Hoyo)

Por consiguiente podríamos argumentar que la organización colectiva


en pos de la defensa de su posesión los condujo a emprender el trabajo pro-
ductivo en potreros para la cría de bovinos bajo modalidades asociativas, en
articulación con la asistencia técnica y financiera del ex Programa Social
Agropecuario.

4.3 El caso de la comunidad de El Puesto


También en el departamento Moreno está situada la comunidad de El
Puesto, donde se registra una de las experiencias más recientes en la con-
formación de encierros comunitarios. La emergencia de esta iniciativa no
estuvo vinculada a conflictos de tierra manifiestos como en los casos pre-
viamente descriptos. El contacto con comunidades vecinas y la valoración
de los resultados obtenidos por ellas en términos de mejoras en la produc-
ción ganadera a partir de los encierros, los impulsó a comenzar el cerca-
miento de una superficie de 5.500 has en las que residen 30 familias. De
este modo relata la experiencia uno de los campesinos implicados:

75
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

“Y ha sido más de lo que hemos visto de El Hoyo... lo que ellos han


hecho… ellos nos han motivado (…) tomamos contacto por intermedio
de ellos (señalando a los técnicos)… después que hemos visto lo que
ellos han hecho nos hemos empezado a juntar aquí nosotros, después
ha llegado el delegado provincial de la subsecretaría y nos ha prome-
tido alambre en determinada fecha y ha estado el alambre así que ahí
nomas hemos empezado a trabajar en lo nuestro”. (Campesino de El
Puesto).

Esto coincidió con la reactivación del funcionamiento de una coopera-


tiva que los nucleaba, FIGMOR (Cooperativa Agrícola, Ganadera, Apícola y
Forestal de Figueroa-Moreno), y que habían constituido en el año 1998, in-
centivados por un viajante de origen bonaerense que ya trabajaba en una
cooperativa algodonera. Uno de sus integrantes narra este proceso y las ra-
zones que los impulsaron a constituirse en cooperativa:

“Y la primera vez ha venido un señor (…) , que hoy está viviendo en


España… estaba viviendo en aquél tiempo en Buenos Aires y después
en Santiago… ha venido a tener contacto con nosotros, después nos ha
empezado a hablar, y a hablar de las cooperativas… él venía como
viajante con el socio, trabajaba creo en una cooperativa algodo-
nera…tenía un camión y bueno el ahí nos ha dado su idea… hasta
que bueno al último él se ha terminado yendo (…) la cooperativa ha
empezado desde el 98 pero el venia hablándonos desde el 95… tenía
un conocimiento de cooperativas porque estaba una señora en la co-
operativa que ese tiempo estaba viviendo aquí y por intermedio de ella
ha empezado a explicarnos y darnos la idea que si se podía”. (Cam-
pesino de El Puesto).

En el inicio, integraban la organización miembros de cinco parajes ve-


cinos, incluso del departamento Figueroa. Luego se mantuvo inactiva por
un período de siete años consecutivos debido a desacuerdos entre los miem-
bros en torno a la venta de la producción apícola. Con posterioridad, los
miembros de la comunidad de El Puesto tomaron la determinación de poner
en funcionamiento nuevamente la cooperativa, pero sin integrar a otros pa-
rajes. Consideraban necesario trabajar en comunidad para resolver pro-
blemas que los actores definen como la falta de “apoyo político” y las
limitaciones que impone su situación de aislamiento geográfico.

5. La dialéctica entre “saberes campesinos y saberes técnicos”


Antes de tratar “saberes campesinos” como objeto es necesario primero
construirlo como concepto para elucidar qué aspectos intentamos captar y
valorar en nuestra descripción, y de qué posibles concepciones intentamos
distanciarnos.
Existe una tendencia a concebir los saberes como si se trataran de con-
tenidos plasmados en textos, orales u escritos, que se transmiten y apropian
de modo consciente en el contexto de instituciones educativas formales o le-
gitimas. Esta concepción hegemónica invisibiliza los conocimientos locales,
particularmente los campesinos, dado que se trata de un “saber hacer” que

76
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

es preeminentemente práctico y no se encuentra verbalizado. Muchas veces


lo discursivo nos desvía de la práctica, en otros casos el “saber hacer” no en-
cuentra una explicación consciente y explicitada verbalmente; y cuando esto
sucede generalmente se trata de costumbres tan arraigadas que no están
tan abiertas a la negociación. Pero un saber inconsciente no implica necesa-
riamente que sea desplegado automáticamente sin alguna lectura del en-
torno, al contrario, va acompañado de expectativas sobre lo que puede
suceder y posibles modos de actuar en determinadas coyunturas. Este fe-
nómeno, el saber hacer, permite tener una lectura inconsciente del entorno
en el que uno se mueve desde la infancia y realizar tareas sin necesariamente
pensar cómo realizarlas. Esta capacidad humana es la que Bourdieu deno-
mina conocimiento por cuerpo: se aprende haciendo, imitando a los mayores
que a lo sumo dan algunas indicaciones verbales, y se naturaliza lo suficiente
como para imponerse masivamente en la práctica. Casos paradigmáticos de
ésta forma de saber bien podría ser manejar una bicicleta, un automóvil, un
hacha; tejer; administrar los tiempos del ganado en las aguadas, el monte o
el corral; vender o no los animales en determinado momento teniendo en
cuenta las necesidades familiares y no la escasez de los recursos hídricos y
forrajeros.
Debemos suponer que para estar tan arraigados en las prácticas coti-
dianas estos saberes deben haber permitido la auto-subsistencia en otro
momento histórico, antes de que la expansión de la frontera agraria alcan-
zara el actual grado de desarrollo. Y aunque ésta crisis afecta la vida coti-
diana de los pobladores, el “saber hacer” que los constituye como
campesinos no está preparado para las condiciones actuales de un monte
que comienza a contraerse, no presiente el “fin del monte”. Esta es una
epistemología que nace históricamente en el contexto de un monte inago-
table y ese es su principio básico. Desde nuestro punto de vista, la histó-
rica indivisión del monte no es una falta de significado, un estado salvaje
opuesto al civilizado que disciplina el territorio en parcelas, al contrario, se
trata de un símbolo de lo interminable temporal y espacialmente, aquello
que como el aire (al menos por ahora) no hace falta reclamar como propio.
Ante la crisis de los últimos treinta años, algunos son capaces de refle-
xionar sobre la necesidad de administrar comunitariamente los recursos, lo
que implica un severo trabajo de auto- disciplinamiento orientado a cam-
biar las prácticas y serias tensiones intracomunitarias, como es el caso de
Santa Catalina. Otras comunidades, El Hoyo por ejemplo, conciben el pro-
blema de los recursos escasos porque los técnicos se lo señalan, pero no lo
perciben como una urgencia cotidiana corporalmente apreciada y por eso
siguen llevando a cabo prácticas que presuponen un monte inagotable. Más
allá de ser una estrategia de defensa de la tierra, los encierros ganaderos
parten de la experiencias de sobrepastoreo en la zona y la consiguiente dis-
minución cualitativa-cuantitativa de la producción ganadera. En el caso de
El Hoyo, se proveyeron nuevos recursos tecnológicos y pecuarios, y se pro-
pusieron transformaciones en la organización y las prácticas de manejo. El
problema reside en que las nuevas pautas de administración del rodeo pro-
puestas por los técnicos no fueron apropiadas integralmente, generando
sobre-pastoreo en la zona de pasturas implantadas. Es evidente que, más

77
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

allá de los conflictos intracomunitarios, hubo un traslado por parte de los


campesinos de la lógica de uso extensivo del monte a las pasturas. Esto
abre un interrogante: ¿por qué no pudieron o no quisieron seguir las reglas
propuestas y terminó por prevalecer el saber hacer local tradicional?
Reconstruyamos la situación particular. Los técnicos recomendaban que
se vendieran los terneros en el destete, previendo que a largo plazo el au-
mento no controlado de cabezas traería como consecuencias el agotamiento
de las pasturas implantadas. En la práctica concreta, la mayoría de las fa-
milias implicadas tendieron a aumentar su rodeo según sus posibilidades,
al punto tal que las pasturas fueron agotadas en el curso de dos años. Ac-
tualmente los animales deben alimentarse del monte y esta situación no
sólo no parece preocupar (teniendo en cuenta el desgaste del monte que
implica), sino que además es valorada positivamente porque significa un
aumento en las reservas ganaderas de cada familia.
La gran mayoría de los campesinos aparentemente entienden el dilema
de los recursos escasos porque los técnicos se lo han señalado repetidas
veces, pero no lo estiman como una urgencia cotidiana corporalmente per-
cibida, como una señal de peligro que insta a actuar. Por eso siguen lle-
vando a cabo prácticas que presuponen un monte inagotable, lo que implica
actuar con una lógica opuesta a la del recurso escaso que mueve la racio-
nalidad utilitaria, en la que se encuadran las propuestas de los técnicos.
Vender un lote de animales en el destete evitará que en el largo plazo,
cuando crezcan, deban alimentarse a un ritmo tal que no va a permitir la
regeneración del forraje.
Los que perciben al monte como una fuente inagotable, no necesitan
calcular y prever cómo administrar los recursos a lo largo del tiempo. Por
el contrario, el ciclo de ventas o ahorro de animales sigue la lógica de las ne-
cesidades familiares, donde se comercializa animales en la medida que se
necesita el dinero para cubrir algún gasto extraordinario.
El caso de Santa Catalina representa una trayectoria distinta. Mientras
que en El Hoyo primero se instaló el encierro con todos los elementos ne-
cesarios para el funcionamiento y luego se dieron indicaciones sobre el co-
rrecto uso, en éste paraje la comunidad comenzó a discutir el modo de
producir y manejar los recursos al mismo tiempo que emprendía el largo
proceso (casi 11 años) de concreción de los encierros ganaderos.
En el año 2005 se concluyó el alambrado de las 4.500 has., que a dife-
rencia de El Hoyo, rodea todo el territorio, incluidas las viviendas. Poste-
riormente se adquirieron los tanques y se construyeron las aguadas, y
finalmente se compraron los animales de modo comunitario. No obstante,
las pasturas fueron objeto de tensiones, dado que algunos productores se
negaban a alimentar el ganado de manera “no natural”. También comenzó
a debatirse en la comunidad la necesidad de regular la extracción forestal
para la producción de postes. Esto marca una gran diferencia con respecto
a El Hoyo, dado que son los mismos actores, en la coyuntura de la creación
de los encierros, los que comienzan a percibir los recursos como escasos y
a pensar en cambiar los modos de apropiarse del medio natural. No obs-
tante, esto acarrea una nueva tensión, dado que en la comunidad existe
un subgrupo de familias dedicadas exclusivamente a la producción de pos-

78
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

tes, que carecen de animales y de saberes ganaderos. En un primer mo-


mento, el modo comunitario de trabajo que proponía el encierro parecía
poder incluir a los hacheros, pero posteriormente la relación se fue des-
gastando (presumiblemente por la baja rentabilidad) volviendo este pequeño
conjunto a la actividad extractiva.
En la actualidad, la comunidad aceptó la recomendación técnica de im-
plantar pasturas mega-térmicas a fin de mejorar la calidad de los anima-
les, de hecho han adquirido las semillas y en la brevedad estarían
sembrándolas. Sin embargo, al igual que en El Hoyo, la mayor dificultad
sigue siendo la cuestión de que la comunidad mantiene la práctica arrai-
gada de no comercializar y retener el ganado vacuno a modo de ahorro,
saber local que a la larga puede conducir al sobrepastoreo de las pasturas
y al desgaste del monte.
Por último, el caso de El Puesto todavía se encuentra en la primera etapa
de cercamiento perimetral del encierro. Por tal motivo, sería apresurado
juzgar la experiencia desde el punto de vista de la dialéctica entre el saber
local y el técnico.

5.2 La dialéctica entre “lo individual y lo comunitario”


El compartir la tierra y los emprendimientos productivos implica dis-
tribuciones y asignaciones diferenciales al interior de cada encierro. Así, la
forma en la que se apropian de los recursos comunitarios y de las pro-
puestas técnicas, difiere en relación al peso que tengan los objetivos indi-
viduales por sobre los comunitarios.
En este apartado abordaremos tres cuestiones principales en lo que
atañe al trabajo en comunidad y la persecución de mejoras productivas de
forma comunal en los casos seleccionados para este estudio. La primera
cuestión son los recursos que poseen, reconocidos por los actores como
propiedad de la comunidad. La segunda, son las discrepancias internas
que se generan por el uso y formas de apropiación de dichos recursos co-
munes. La última cuestión se refiere a las proyecciones en cuanto a la con-
tinuidad del trabajo en comunidad.
Santa Catalina es una de las comunidades que mayor avance tuvo en
cuanto al cerramiento de la explotación y la incorporación de distintos em-
prendimientos productivos en el predio. Esto puede estar relacionado con
múltiples factores, una de las principales causas a la que aluden tanto los
técnicos como los productores involucrados, es la “capacidad de gestión”,
relacionada con la “capacidad de hacer escuchar sus necesidades y de lle-
gar a los lugares correctos”. Dicho aspecto es considerado por la misma co-
munidad como una de sus virtudes en relación a los objetivos alcanzados.
Sobre los recursos comunitarios con los que cuenta el encierro, y la manera
de gestionarlos, un productor y dirigente de la comunidad nos describe lo
siguiente:

“tenemos las mangas, los corrales, una balanza, los bebederos, el


tanque australiano, las represas… todo hemos conseguido con distin-
tos subsidios... el primer subsidio para el alambre de la subsecretaria,
después la primera represa era por la Dirección de Bosques y un tan-

79
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

que… después Registro de Poseedores el plano, Recursos Hídricos el


desmonte… y el canalito con los de la comisión municipal y después
el resto pulmón nuestro… 17000 hemos gastado en combustible nos-
otros (…)”. (Dirigente campesino de Santa Catalina).

Del relato se desprende que los pedidos de subsidios a distintas oficinas


estatales se realizaron llevando propuestas concretas a ser materializadas
en su territorio. A su vez, la distribución del trabajo o los roles que desem-
peña cada integrante se encuentran bien delimitados. Por un lado están
los “viejos” (tal como ellos se autorreferencian) , que son quienes diseñan,
gestionan y dirigen al resto de la comunidad; y por otro lado “los jóvenes”,
que son los que llevan a cabo los trabajos manuales tanto para el manejo
del ganado como la vacunación y limpieza de corrales.
De esta manera, podemos conjeturar que la apropiación de novedades
en Santa Catalina se da en la medida en que diseñan, gestionan, adminis-
tran y ponen en marcha nuevos emprendimientos productivos, los cuales
buscan ser respetuosos con las condiciones agroecológicas de la zona. En
este proceso de generación de novedades se ponen en juego otras dimen-
siones tales como el capital social, ya que desde Santa Catalina se tejen
redes de relaciones de conocimiento mutuo con distintas instituciones del
Estado.
El último aspecto a tomar en cuenta son los conflictos internos que re-
percuten en las posibles proyecciones del encierro. Al respecto, un inte-
grante de la comunidad comenta que en la actualidad un sector de
aproximadamente cinco familias, no desea continuar formando parte del
encierro. Según nuestra opinión, se priorizan lo intereses individuales por
sobre los colectivos, y el conflicto se expresa en torno a tres grandes ejes:
uno es el pago del impuesto inmobiliario de la posesión; el segundo es la
disponibilidad del recurso pecuario y el tercero la distribución de los re-
sultados económicos obtenidos por las ventas comunitarias realizadas.
En la trayectoria del encierro desde su puesta en marcha, los objetivos co-
lectivos fueron cambiando en relación al contexto. En un primer momento el
principal objetivo fue asegurar la posesión para luego realizar mejoras pro-
ductivas en el monte. En la actualidad, el título de propiedad sigue siendo el
principal objetivo comunitario, sin embargo las visiones individuales sobre el
trabajo comunitario y el posible uso o aprovechamiento del monte son dife-
rentes, y por lo tanto también son distintas las proyecciones. Algunas fami-
lias quieren retomar sus prácticas de extracción forestal dentro del encierro,
y además quieren hacerlo en forma individual, desmarcándose de los objeti-
vos comunitarios. El siguiente testimonio da cuenta de lo dicho:

“Últimamente con la bendita experiencia que estoy teniendo, no me


gustaría volver a hacer alguna compra o venta de animales de todos
en conjunto… si volvemos a comprar vamos a dividir entre cada uno
lo que le corresponde… pero continuar societariamente como grupo
no…porque yo ya me doy cuenta que no somos para eso… estamos
conversando de ser cooperativa… pero no sé hasta qué punto tam-
bién… yo no le encuentro el propósito… no podemos trabajar juntos

80
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

porque no somos responsables, digo porque cuando uno se compro-


mete tiene que cumplir sino para eso no me comprometo (…) entonces
eso es lo que a mí no me gusta porque empezamos a destartalarlo… a
no entendernos (…)”. (Dirigente campesino de Santa Catalina).

En la comunidad de El Hoyo, el potencial ganadero que presentaban los


productores , constituyó el eje sobre el cual se materializaron las fuentes de
financiamiento de los programas nacionales. Esta fue la única comunidad
donde se ejecutó un proyecto llamado “experimentación adaptativa”. Por lo
que los recursos comunitarios llegaron al encierro antes de que los pro-
ductores se organicen para trabajar comunitariamente.
En el año 2006, fueron 13 las familias que optaron por participar en el
emprendimiento, construyendo el primer potrero con una extensión de 750
has en el sector sur de la posesión. En dicho cercamiento, se implantaron
pasturas megatérmicas con el propósito de desarrollar un sistema silvo-
pastoril para la cría del ganado vacuno. Se procuró organizar la produc-
ción de forma comunitaria, aportando cada familia la misma cantidad de
animales vacunos.
Posteriormente, se construyeron dos potreros más en distintas zonas de
la posesión, para ser administrados por otras 22 familias. En la actuali-
dad, hay 35 familias que administran y dirigen los potreros que cuentan
con pasturas implantadas para alimentación del rodeo. Los potreros fueron
construidos y puestos en marcha con subsidios de distintos proyectos, con-
tando con el asesoramiento técnico de un especialista en producción ga-
nadera proveniente de la Secretaría de Agricultura Familiar.
Los recursos comunitarios son las instalaciones ganaderas construidas
en el primer potrero: corrales cercados con alambrado perimetral que cum-
plen funciones de “encierre” y de “aparte”, bebederos, manga y un cargador
que es utilizado solo para vacunar a los animales cuando los visita el vete-
rinario o bien para marcarlos cuando ingresan al potrero. También dispo-
nen de una represa y una vivienda para el encargado de cuidar a los
animales, que percibe un ingreso proporcionado por la totalidad de familias
que integran el encierro.
Cuando el extensionista de la Secretaría de Agricultura Familiar se re-
tiró de brindar asistencia técnica , los productores desatendieron las pau-
tas establecidas en el comienzo para realizar un uso sostenible del encierro.
Una de las principales condiciones para el mantenimiento del encierro, era
la venta de terneros y la utilización del dinero para introducir mejoras en
la producción. Al permanecer los animales en los potreros más allá de lo
aconsejado, se produjo un sobrepastoreo, agotando las pasturas implanta-
das inicialmente.
Vinculado a los recursos comunitarios y su utilización con fines colec-
tivos, resultó interesante el siguiente fragmento de una de las experiencias
de ventas comunitarias realizadas:

“se hemos organizado pa’ vender y hemos vendido bien por un


lado…bien digo en el sentido que todos juntos lo hemos vendido y una
sola vez… pero cada uno se ha hecho cargo de la cantidad de anima-

81
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

les que ha vendió y la idea era que al siguiente año íbamos a vender
todos lo mismo digamos de esa forma…pero…entonces hemos aga-
rrao… uno a vendió para allá, otro para allá y ahí se ha descompagi-
nao todo el tema del…negocio que se estaba armando…dos veces
hemos vendio pero cada uno ha hecho lo que ha querido con su plata
digamos lo ha invertido para él…cada dueño digamos (…)”. (Dirigente
campesino de El Hoyo).

Las entrevistas realizadas nos permitieron detectar algunos des-


acuerdos internos en relación al uso de los recursos comunitarios. Uno de
estos desacuerdos se refería a la cantidad de cabezas de ganado que cada
familia ingresaba en el encierro. El pacto inicial de igual cantidad de cabe-
zas para cada familia se fue trasgrediendo en forma creciente y sistemá-
tica, dando lugar a cierta actitud calificada por algunos como “ventajista”.
Es decir que si bien la organización de la producción y la dotación de re-
cursos eran comunitarios, la persecución de resultados en la producción
empezó a responder prioritariamente a objetivos individuales y no a los co-
lectivos previamente pactados.
En la comunidad de El Hoyo se produjeron sucesos opuestos a los de-
tallados en Santa Catalina. Las propuestas productivas no fueron diseña-
das por los campesinos, sino que provinieron de los técnicos. El devenir de
la experiencia fue diferente a Santa Catalina, porque a pesar de ser la pri-
mera experiencia, todavía no han cercado completamente la posesión de
10.000 has. La visión de lo comunitario en El Hoyo, podría sintetizarse
como: “la unión para la petición de recursos que reporten resultados indi-
viduales”, contraria a otra visión alternativa de largo plazo, donde las acti-
vidades productivas pudieran reportar beneficios para la comunidad en su
totalidad.
La comunidad de El Puesto se encuentra todavía con un incipiente
avance del emprendimiento del encierro comunitario. Actualmente está
dando los primeros pasos en el proceso colectivo, tratando de tener pre-
sente las experiencias por las que ya atravesaron otras comunidades como
El Hoyo y Santa Catalina.
La cooperativa FigMor inició la experiencia de los encierros, al observar
su desarrollo en las comunidades vecinas. Asimismo, los recursos de uso
común son escasos, y los objetivos comunitarios están puestos en la ac-
tualidad en el cerramiento completo de la posesión y en la mejora de la ca-
lidad de vida en general, tal como lo expresa uno de los entrevistados de
mayor edad:

“ahí estamos trabajando ahora y hasta aquí estamos todos los que
hemos iniciado…estamos todos... quiere decir que mas allá de las ne-
cesidades y diferencias hay un anhelo… y en esta zona inhóspita que
vivimos… las necesidades surgen, de tener buena calidad de salud y
no tenemos ninguna obra social, no tenemos nada de eso para poder
salir del paso y eso nos lleva mucho costo y por eso estamos en co-
munidad (…)”. (Campesino de El Puesto).

82
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

En cuanto a las proyecciones como comunidad, un campesino del sec-


tor de los más jóvenes nos comenta:

“Y bueno el primer objetivo y por el que más trabajamos es cerrar


la posesión… y trabajar dentro mejorando la producción, hacer potre-
ros… tener como en El Hoyo, hacer mejoramiento de raza.. .para tener
mejor calidad de animales…ahora tenemos todos individualmente,
pero queremos tener de la comunidad…ya teniendo potreros chicos
podemos sembrar y poner instalaciones porque no tenemos nada
ahora de eso… agua tenemos gracias a Dios… así que eso es una ven-
taja”. (Campesino joven de El Puesto).

A diferencia de Santa Catalina y El Hoyo, en El Puesto aún no emergie-


ron conflictos en torno a los recursos pecuarios o comunitarios, debido al
proceso incipiente de formación y consolidación del grupo. Sin embargo,
los campesinos expresan que es necesario elaborar “acuerdos” en vistas de
lo que está sucediendo en las comunidades cercanas. Así lo expresa otro
joven entrevistado:

“y bueno el día que tengamos animales habrá que acordar con los
que no tienen muchos animales…y una idea es que a uno de los que
más tenga se tiene que anotar y darle a medias a ese que no tiene…
porque hay gente que tiene animales aquí y son de Buenos Aires no
viven aquí.. entonces ese le pase los animales al que no tiene y si está
trabajando en el potrero pero que los tengan a medias a los anima-
les…ese es uno de los planteos… sino otra opción que veíamos sería
conseguir un animal para cada socio que no tiene animales... com-
prándolo como cooperativa…pero ahora lo importante es cerrar… des-
pués se verá eso pero ya lo venimos hablando”. (campesino joven de
El Puesto).

A raíz de las diferentes experiencias advertidas en las comunidades, es


posible señalar que los procesos de apropiación de novedades socio-técni-
cas, se encuentran estrechamente vinculadas con los procesos de organi-
zación de los productores, afianzando vínculos entre los objetivos colectivos
que reporten beneficios para toda la comunidad, junto con aquellos indivi-
duales por los que transiten los actores.
Tras exponer en los párrafos las relaciones que entablan los campesinos
tanto con los agentes estatales, como al interior de cada comunidad, es pre-
ciso exponer algunos de los resultados y aprendizajes emergentes producto de
la conformación de los encierros; Por lo que a continuación en las reflexiones
finales se describen tales aspectos señalados.

6. A modo de cierre: aprendizajes, desafíos y reflexiones


En este último apartado nos proponemos ofrecer una síntesis de los des-
afíos como aprendizajes recogidos de las experiencias de encierros comu-
nitarios y explicitar algunas reflexiones que emergieron repensando los
procesos de desarrollo rural. En efecto, asumimos una postura que en-

83
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

tiende las intervenciones en territorios rurales como procesos mediados por


intereses diferentes y en conflicto de actores locales y externos que inter-
actúan, por lo tanto devienen en una construcción y negociación perma-
nente. (Long, 2007)
Al comienzo de este trabajo, hemos advertido que interpretamos la consti-
tución de encierros comunitarios ganaderos como un proceso de producción
de novedades. Van der Ploeg, identifica la generación de novedades como una
de las dimensiones del desarrollo rural puesto que supone “una nueva moda-
lidad que lleva el potencial de hacer las cosas mejor, superior a las rutinas
existentes”, que surgen de un saber local acumulado y adecuadas a las ca-
racterísticas del contexto (Van der Ploeg, 2008 citado en Paz y de Dios, 2011).
Los encierros comunitarios constituyen una novedad en el sentido que se
asienta sobre prácticas de pastoreo del ganado en campos comuneros que tra-
dicionalmente realizan las comunidades campesinas, pero que también im-
plicó la adopción de prácticas de manejo bovino fundadas en conocimientos
técnicos sobre mejoramiento genético, forraje, sanidad e instalaciones a par-
tir del vínculo con el equipo técnico que las asesoraba. Por ende, advertimos
que se trata de un proceso donde la producción y la apropiación de “lo nuevo”
en el territorio se expresan en la dialéctica entre el conocimiento local y el co-
nocimiento técnico, como así también entre las lógicas de producción comu-
nitaria e individual.
Asimismo consideramos que estas experiencias se llevaron a cabo a partir
de la movilización de recursos endógenos, más precisamente recursos pro-
ductivos – monte y ganado bovino – y saberes locales asociados a la produc-
ción ganadera, al mismo tiempo que implicó el despliegue de una amplia red
de relaciones sociales entre personas e instituciones en el territorio. La com-
binación con aportes externos de las políticas públicas, específicamente de
asistencia técnica y financiera hacen que los encierros ganaderos comunita-
rios constituyan un producto sui-géneris, que surge de la mixtura de recursos
endógenos y exógenos. Las tensiones detectadas entre los casos analizados y
los aspectos que estas dimensiones denotan han sido el eje de nuestro análi-
sis, por eso a continuación enunciamos las principales conclusiones.
En primer lugar, una de las principales tensiones que hemos advertido
refiere a la apropiación de las comunidades campesinas de los recursos ex-
ternos recibidos para la puesta en marcha de los emprendimientos comu-
nitarios ganaderos. Una de nuestras inquietudes centrales fue analizar si
los flujos de recursos tangibles e intangibles favorecieron al desarrollo de
nuevas riquezas y capacidades en estas comunidades, o en otras palabras
si contribuyeron a potenciar la endogeneidad.
Al respecto, hemos detectado que aquellas comunidades en las que tanto
el cercamiento de las posesiones como las mejoras introducidas se han efec-
tuado en gran medida con recursos propios, han podido desarrollar capa-
cidades de gestión y administración comunitaria, fijando metas colectivas y
desplegando estrategias para concretarlas, de tal manera que las condicio-
nes adversas del contexto no las afectaran tanto, como por ejemplo la dis-
minución del apoyo económico brindado por las políticas públicas.
Se puede observar esta situación en Santa Catalina, donde se tomó la
determinación de adquirir un rodeo bovino en forma comunitaria, en tanto

84
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

que los ingresos que resultaron de la venta de los animales se destinaron


al pago del impuesto inmobiliario del condominio o bien a la compra de in-
sumos. En cambio, en la comunidad de El Hoyo, la producción bovina en
los encierros está estancada, ya que aun no se han desplegado estrategias
colectivas para afrontar dificultades como por ejemplo el actual recorte de
los subsidios con los que venían financiando la compra de semillas para la
implantación de pasturas.
En segundo lugar, precisamos señalar de qué modo el desarrollo de los
encierros comunitarios ha sido condicionado por las relaciones que han es-
tablecido las comunidades campesinas con otros actores sociales (locales y
externos). Cabe destacar que la trama de relaciones sociales desplegada en
torno a estas experiencias es densa, pero a pesar de que hemos enfatizado el
análisis en los vínculos campesinos-técnicos también vemos un importante
rol atribuido a otros agentes sociales de la localidad, organizaciones de base
campesina como la DUFINOC y espacios de concertación como la Mesa de
Tierras de Figueroa. Entre estos agentes tuvieron lugar intercambios mate-
riales y simbólicos que se intensificaron en situaciones críticas tales como los
conflictos manifiestos de tierra. También brindaron apoyo financiero a las
comunidades para finalizar los cercamientos de posesiones y servicios de
maquinaria agrícola ante la escasez de financiamiento externo.
Por otra parte, el vínculo campesinos-técnicos varía no sólo en cada co-
munidad sino a través del tiempo. En El Hoyo, la figura del técnico atraviesa
toda la experiencia. Incluso muchos de sus miembros acuerdan que las
dificultades en la producción bovina en los potreros comunitarios se mul-
tiplicaron y agravaron con la ausencia del técnico zootecnista. Ello pone en
evidencia un vínculo de dependencia externa que iría en dirección contra-
ria al desarrollo de capacidades de autogestión a las que en teoría se aspira
con la promoción del desarrollo rural.
Una mirada holística de las experiencias consideradas en este trabajo
nos conduce a señalar también los principales aprendizajes recogidos por
los actores involucrados y también los desafíos que se vislumbran a partir
de ahora. En cuanto a los primeros, tanto los campesinos como los técni-
cos coinciden en que no sólo se ha avanzado en afianzar la posesión de la
tierra, sino también en resolver otros problemas como el robo de ganado,
dado que con los cercamientos de las superficies de monte facilitan un con-
trol más efectivo del rodeo. También al interior de las comunidades se ha
planteado la necesidad de ordenar el uso del espacio y regular el aprove-
chamiento mancomún del monte en vistas a preservar el recurso. Asi-
mismo, en los departamentos Figueroa y Moreno se han multiplicado el
número de encierros comunitarios, lo que podría dar cuenta de que han
sido incorporados como parte de una estrategia que tiende a afianzar los de-
rechos posesorios de las comunidades campesinas.
En contrapartida a estos logros, hemos identificados algunos aspectos
críticos que pueden plantearse como desafíos vinculados a la organización
y autogestión comunitaria para la producción y la comercialización. Uno
de esos aspectos es la importante dependencia de algunas comunidades
respecto del flujo de recursos externos tanto materiales como inmateriales.
Otro aspecto son las asimetrías existentes al interior de las comunidades en

85
Procesos de producción y apropiación de novedades socio-productivas...

la dotación de recursos pecuarios y el manejo diferencial del monte (expre-


sada en la disputa entre hacheros y productores ganaderos). El desafío en-
tonces sería atenuar esas asimetrías, ya sea con la adopción de reglamentos
de uso y aprovechamiento de los recursos que sean consensuados y con-
trolados en su aplicación por las propias comunidades, y con la asistencia
de los extensionistas pertenecientes a ONGs y organismos del Estado.

86
Referencias bibliográficas
Aristide, P. (2010). Procesos históricos de cambio en la apropiación del terri-
torio en Figueroa (Santiago del Estero, Argentina, Chaco semiárido). Tesis
de Maestría en Agroecología: un enfoque sustentable de la agricultura
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Paz, R. y De Dios, R. (2011) (Comp.) Actores sociales y espacios prote-
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Van der Ploeg, J. and T. Marsden (2008) Unfolding Webs. The Dynamics of Re-
gional Rural Development, Assen (The Netherlands), Royal van Gorcum.

87
ABRIENDO LA FINCA AL MERCADO SIN PERDER LA
AUTONOMÍA. El caso de reconversión organizativa y
productiva en un Núcleo de Agricultura Familiar de
Santiago del Estero.
RAMIRO RODRÍGUEZ SPERAT, JUAN P. DÍAZ, IMELDA LÓPEZ Y
PATRICIA CARABAJAL

1. Introducción
El caso que se abordará en el presente trabajo de sistematización es el
de un Núcleo de Agricultura Familiar (NAF) situado en el departamento Ro-
bles, en la zona de riego del Río Dulce, Santiago del Estero. Su estudio nos
resulta de especial interés puesto que ha experimentado un importante pro-
ceso de reconversión productiva, desde un sistema mayormente de subsis-
tencia orientado al cultivo de algodón hacia otro esquema diversificado y
orientado al mercado. En él se identifican como actividades principales el
engorde de pollos parrilleros, la cría y engorde de porcinos, la producción
de alfalfa y maíz, la elaboración de dulces y escabeches caseros, entre otros.
En este proceso ha recibido asistencia técnica y financiamiento por parte de
diversos organismos del Estado. El trabajo será expuesto en tres secciones.
Primero se describe el escenario donde se desarrolla la experiencia, te-
niendo en cuenta el contexto geográfico, socioeconómico, político e institu-
cional. Posteriormente, se plantean los objetivos de trabajo y se realiza un
apartado con los principales marcos conceptuales que serán utilizados du-
rante el abordaje.
En un segundo momento se efectúa un análisis sobre el proceso de re-
conversión productiva por el que ha transitado el NAF (delimitando el perí-
odo temporal al plazo transcurrido entre los años 1994 al 2014). Este punto
será analizado tomando como ejes las dimensiones productivas, las redes
sociales y la mano de obra (prestando especial atención al rol de las mujeres),
y se considera específicamente el papel desempeñado por la Secretaría de
Agricultura Familiar de la Nación (SAF, inicialmente PSA) en ese proceso.

89
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

Finalmente, se describe la situación actual del NAF tratando de indagar


sobre el grado de mercantilización del mismo, con el objeto de determinar
si su mayor o menor vinculación con los mercados ha tenido implicancias
sobre la explotación, sobre todo en términos de posibles cambios o trans-
formaciones en su nivel de autonomía.
La recolección de información en el estudio de caso abordado se realizó
mediante entrevistas en profundidad a los integrantes de la familia del NAF
y a técnicos de terreno del PSA y SAF. A la vez se recolectaron diferentes do-
cumentos (fotografías, proyectos institucionales, facturas de compras, re-
cibos, etc.) que junto al conocimiento histórico del NAF y sus miembros por
parte del equipo sistematizador desde el inicio del período de análisis, con-
tribuyeron en la reconstrucción del proceso.

2. El escenario donde se desarrolla la experiencia


2.1 Contextualización geográfica
El Departamento Robles está ubicado en la zona centro de la provincia, y
forma parte del área de riego del Río Dulce junto con los departamentos Banda,
Figueroa, Capital, Silípica, San Martín, Loreto, Avellaneda, Sarmiento.
De acuerdo a los datos del Censo Nacional Agropecuario 2002, en la zona
existían 952 explotaciones agropecuarias (EAPs), de las cuales 303 eran ex-
plotaciones campesinas, de pequeños productores o de agricultores familiares
(CNA, 2002). Se trata en general de unidades domésticas de producción y con-
sumo que poseen determinadas características que las diferencian de otros
tipos sociales agrarios. Una de estas es el trabajo familiar que es de vital im-
portancia para su economía. Los adultos y en muchos casos los niños, apor-
tan trabajo realizando diversas actividades como ser: cuidado de los animales
en el monte, pastoreo, recolección de leña, acarreo de agua, cosecha, etc.
Tradicionalmente, los sistemas de cultivo predominantes en la zona fue-
ron el algodón, el maíz, las cucurbitáceas y la alfalfa (en ese orden de prio-
ridades); en relación a lo pecuario se destacan los animales de granja, la
producción porcina y la producción caprina. Estas actividades se comple-
mentaban además con la venta de fuerza de trabajo en forma estacional en
diferentes circuitos migratorios en todo el país.
El Núcleo de la Agricultura Familiar (NAF) estudiado se encuentra ubicado
en esta región, más precisamente en el Paraje Los Pereyra, distante a 40 km
de la ciudad capital, después de Villa Robles por la Ruta provincial Nº 1.
La finca poseía a principios de los ’90 una extensión de trabajo de apro-
ximadamente 10 has, orientada en su mayoría a la producción de algodón
y a otras actividades secundarias como el maíz consociado con cucurbitá-
ceas, una huerta familiar y algunos animales de ganado menor. El sistema
estaba basado en el uso intensivo de la mano de obra familiar y gran parte
de las actividades estaban orientadas al autoconsumo.
En ese entonces la familia estaba integrada por “Don Carlos” 1, su es-
posa Cora, sus 9 hijos y “Nina”, quien desde muy pequeña se suma a la fa-
milia debido a que su madre no pudo hacerse cargo de ella.

(1)
A los fines de proteger la identidad de la familia estudiada, los nombres reales han
sido sustituidos por nombres de fantasía.

90
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

2.2 Contextualización político-institucional


La década de los 90, estuvo marcada por un contexto muy particular
en la República Argentina, caracterizado por la profundización de políticas
neoliberales que tuvieron importantes consecuencias negativas en las pe-
queñas explotaciones agrarias (Jara et al., 2014). Sin embargo en ese
mismo momento también coexistieron algunos programas estatales orien-
tados hacia el sector de los pequeños productores, que tenían por principal
objetivo mejorar los niveles de seguridad social, generar asistencia técnica,
capacitación y apoyo financiero, buscando aliviar la pobreza.
Uno de los programas de intervención fue la Ley 23.107, más conocida
como Ley de Promoción Algodonera. La misma, fue sancionada en el año
1984 durante la presidencia de Raúl Alfonsín, y abría las puertas a los pe-
queños productores algodoneros para empadronarse como tales en CAS-
FEC (actualmente ANSeS), permitiéndoles percibir asignaciones familiares,
realizar aportes jubilatorios y acceder a una obra social. Desde lo opera-
tivo, la ley estaba muy ligada a la actividad productiva, ya que el empadro-
namiento exigía un mínimo de producción de algodón, y funcionaba como
un mecanismo de retención en el campo.
En Santiago del Estero su aplicación fue muy importante, al punto que
para muchas familias campesinas resultaba mayor que el ingreso neto
anual derivado de la producción de algodón, lo que explicaba su perma-
nencia en la producción (de Dios, 1998). A su vez, las asignaciones fami-
liares representaban un ingreso monetario regular, que se percibía mes a
mes a lo largo de todo el año, que ayudaba a las familias en la época de pos-
cosecha, donde existía una mayor restricción monetaria como consecuen-
cia de la marcada estacionalidad de la producción.
La Ley de Promoción Algodonera fue finalmente derogada en abril de
1995, durante la presidencia de Carlos Menem, y este hecho, sumado a la
caída de los precios internacionales del algodón, puso a una gran cantidad
de pequeños productores en la necesidad de reconvertirse productivamente
para evitar desaparecer.
Si bien el peso relativo del agricultor familiar en el plano de las políticas
sectoriales agropecuarias siguió siendo reducido, a principios de la década de
los 90, más precisamente en el año 1993, surgió el Programa Social Agrope-
cuario (PSA), dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca
y Alimentación de la Nación que representó en su momento uno de los es-
fuerzos más importantes para tratar de mejorar el ingreso y las condiciones
de vida de los productores familiares, a través de la asistencia financiera (bajo
la forma de créditos blandos), asistencia técnica y capacitación.
Dentro de las estrategias del PSA, además, se incorporaron conceptos y
formas de trabajo innovadoras para las políticas públicas de la época, como
el asociativismo y la participación activa de los beneficiarios en el proceso
de elaboración y ejecución de las propuestas.
El PSA puso en práctica tres principios a partir de los cuales se esperaba
hacer realidad el objetivo de la participación: flexibilidad, descentralización
operativa y presencia de los pequeños productores en las instancias de con-
ducción del Programa. La flexibilidad permitía replanificar, modificar ope-
ratorias e incorporar nuevas acciones. La descentralización permitía

91
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

adecuar a cada realidad las decisiones operativas, garantizando una mayor


agilidad y pertenencia de las acciones a implementar. La participación se
instrumentó mediante mecanismos concretos, como fueron: la Comisión
Coordinadora Nacional y las Unidades Provinciales, donde estaban repre-
sentados los pequeños productores, además de las instituciones afines.
Otra iniciativa de política pública a destacar es el Proyecto de Desarro-
llo de Pequeños Productores Agropecuarios (PROINDER), que también fue
ejecutado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación
a través de sus delegaciones provinciales. También tenía una cobertura na-
cional, y actuaba de manera descentralizada en las 23 provincias. Comenzó
sus acciones en mayo de 1998 y al igual que el PSA tuvo como objetivo “me-
jorar las condiciones de vida de pequeños productores agropecuarios a tra-
vés de la mejora de sus ingresos en forma sostenible y el incremento de su
grado de organización y participación”. Sus acciones se orientaban a fi-
nanciar inversiones de pequeña escala destinadas a proyectos productivos
prediales y pequeñas obras comunitarias de infraestructura. El financia-
miento era de carácter no reembolsable, y cada proyecto era apoyado
por asistencia técnica y capacitación. También se propuso:

“...fortalecer la capacidad institucional nacional, provincial y local para


generar políticas de desarrollo rural. Con este objeto el Proyecto pro-
movía la realización de estudios y brindaba apoyo técnico a los go-
biernos provinciales. Asimismo realizaba actividades de capacitación
destinadas a técnicos y productores, y desarrollaba y difundía tecno-
logías adecuadas para las comunidades rurales de bajos recursos,” 2

Desde el año 2007 el PSA comenzó a trabajar enmarcado en la pers-


pectiva del “enfoque socioterritorial”, como una estrategia de política pú-
blica que tenía como eje principal la organización social de los territorios
rurales como presupuesto para el desarrollo rural integral y sustentable.
Desde dicha perspectiva3 se entiende que el territorio es una construcción
social y por lo tanto histórica, no algo dado. Esto implica que es el resultado
de las relaciones entre actores sociales con distintas intencionalidades (pro-
yectos, significaciones sociales e intereses diferenciados). En este sentido, la
propuesta del enfoque socio territorial busca detectar y actuar sobre puntos
críticos en los territorios, situaciones en las cuales se instituyen las asime-
trías y se despliegan los conflictos. Elementos, estos últimos, que al ser pro-
pios de las relaciones sociales forman parte del territorio. En consecuencia,
ignorarlos, eludirlos, o minimizarlos sería negar un aspecto de la realidad
partiendo de un diagnóstico erróneo sobre el territorio. Por esta razón, y de
acuerdo a lo propuesto por esta perspectiva, resulta conveniente interpre-
tarlos y dirimirlos, teniendo como eje del desarrollo rural el avance en la jus-
ticia, equidad y democratización.
(2)
Manual operativo de Proinder, MAGYP
(3)
Esta perspectiva de Desarrollo Rural Territorial se basa en los desarrollos de
RIMISP y FIDA principalmente del material presentado en el Seminario RIMISP
FIDA de Desarrollo Rural Territorial, Octubre 2004

92
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

Este enfoque supone una definida intención de promover los derechos


de los campesinos, y de impulsar su participación organizada en las deci-
siones de política pública. Además, propuso una metodología que privilegia
el diagnóstico y la formulación participativa de los proyectos de intervención
en forma conjunta entre los pequeños productores y los técnicos.

3. Justificación de la experiencia que se aborda


El caso que estudiaremos nos resulta de especial interés puesto que ha
experimentado un importante proceso de reconversión productiva, desde
un sistema mayormente de subsistencia orientado al cultivo de algodón4
hacia otro esquema diversificado y orientado al mercado, cuyas activida-
des principales son el engorde de pollos parrilleros, la cría y engorde de
porcinos, la producción de alfalfa y maíz, la elaboración de dulces y esca-
beches caseros, entre otros.
En este proceso ha intervenido fuertemente la Secretaría de Agricultura
Familiar de la Nación (SAF) mediante asesoramiento técnico y provisión de
fuentes de financiamiento. Sin embargo, se vuelve necesario prestar aten-
ción a si esta intervención, que facilitó el proceso de reconversión produc-
tiva, ha impulsado indirectamente al NAF hacia un esquema de mayor
mercantilización de su producción, y si con esto se ha puesto en riesgo la
capacidad de autonomía del mismo.
En consecuencia el caso estudiado tiene por objetivos describir el pro-
ceso de reconversión, tomando como ejes de análisis los cambios produci-
dos dentro de las dimensiones productivas, sociales y en la mano de obra,
y esto será analizado contemplando el rol de los programas a lo largo de
dicha etapa, específicamente centrando la mirada sobre el rol que ha des-
empeñado la SAF en todo el proceso. Finalmente, se buscará indagar sobre
el grado de mercantilización del NAF y evaluar sobre si la mayor mercanti-
lización ha tenido efectos concretos sobre la autonomía del mismo. Para
ello se describirá la situación actual del predio, poniendo énfasis en su
grado de mercantilización y su vinculación con la capacidad de autonomía
del NAF.

4. Marco conceptual para el análisis de la experiencia


Uno de los grandes interrogantes que existe en la literatura sobre la con-
veniencia de orientar la pequeña producción familiar hacia el mercado, ra-
dica en si este proceso puede traer aparejado la destrucción de la
autonomía de la explotación, en el sentido de que el capital y las institu-
ciones externas empiezan a penetrar en la granja y, gradualmente, van to-
mando el control sobre el proceso productivo y las decisiones (Paz et al.,
2011). Esta discusión, enmarcada dentro de una temática más amplia
como el avance del capitalismo en la sociedad, es conocida como “el debate
sobre la mercantilización” (Long, 1986) y tiene como punto débil la falta de
(4)
Incluso si se analiza más profundamente el mecanismo de la Ley Algodonera, hasta
se podría cuestionar la finalidad del cultivo del algodón como producto orientado
al mercado, siendo el NAF estudiado en ese caso una explotación mayormente do-
méstica, con el autoabastecimiento como objetivo principal.

93
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

atención hacia el rol activo que han desempeñado los productores dentro
del mismo proceso de mercantilización, y consecuentemente los ha some-
tido desde una perspectiva histórica al rol que esta teoría les ha asignado:
ser totalmente controlados por “formas definidas y precisas de regulación
capitalista, las cuales actúan como los límites absolutos de su actividad”
(Gibbon y Neocosmos, 1985: 165).
De hecho, muchas explotaciones familiares han logrado desplegar es-
trategias que dan cuenta del rol activo de los productores, permitiendo que
el mercado y otras fuerzas “externas” ingresen al mundo de la explotación
familiar, e integrándolos dentro de sus propias estrategias agrícolas, pero
al mismo tiempo manteniendo un grado relativo de autonomía en materia
de toma de decisiones. Dichas estrategias hablan de un saber hacer y de un
conocimiento que se va (re) construyendo a partir de las interrelaciones que
tienen lugar en el interior de los sistemas de producción y su relación con
el contexto (Paz, 2008).
Algunos autores consideran que lograr esta “autonomía relativa” es po-
sible, gracias al despliegue de estrategias productivas y comerciales que
permiten a los productores continuar controlando la organización de su
propio trabajo y, consecuentemente demostrarían que la actual fortaleza y
viabilidad de la producción familiar no descansa en un menor grado de
orientación al mercado, sino en la forma en la que el productor logra ir en-
contrando esquemas productivos adecuados y circuitos comerciales apro-
piados para no comprometer la autonomía en su producción (Rodríguez
Sperat et al., 2014)
En esta misma línea, Van der Ploeg comenta que las diferencias básicas
entre los diferentes estilos de producción son simples de detectar, y que
ellas residen en las diferentes interrelaciones entre agricultura y mercado,
y en su forma de ordenamiento asociada al proceso de trabajo agrícola (Van
der Ploeg, 2007).
Como se expone en la Tabla Nº 1, los elementos que constituyen el pro-
ceso de trabajo pueden entrar en él como mercaderías (+) o como no merca-
derías (-). Eso depende de las relaciones establecidas entre las unidades de
producción agrícola y los diferentes mercados: ¿Los elementos de trabajo y
otros recursos son movilizados a través de los respectivos mercados o pro-
ducidos, reproducidos o intercambiados a través de circuitos no mercantiles?

Tabla Nº I: Diferentes formas de producción mercantil


Formas de produc- Doméstica Pequeña Simple Capitalista
ción de mercadería (PD) (PPM) (PSM) (PCM)
Resultados de la
- + + +
producción
Otros recursos - - + +
Fuerza de trabajo - - - +
Objetivos Autoabastecimiento Supervivencia Renta Plusvalía

(+) Mercantiliza (-) No mercantiliza


Fuente: Van der Ploeg (2007).

94
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

La tabla indica que en la pequeña producción mercantil (PPM) el resul-


tado de la producción es (al menos en parte) comercializado y, consecuen-
temente, visto como un conjunto de mercaderías. En este estilo de
producción es esencial que la fuerza de trabajo y otros recursos cruciales
(tierra, agua, semillas, animales, conocimiento, redes de trabajo, etc.) no
entren en el proceso de trabajo como mercaderías. Estos son valores de uso
con diferentes biografías (Appadurai, 1986).
En la producción mercantil simple (PMS), hay una variación importante
en relación a la pequeña producción mercantil (PPM)5: con excepción del
trabajo, todos los recursos materiales y sociales entran en el proceso de
trabajo como mercaderías. Por lo tanto, no solo introducen las relaciones
mercantiles reinantes en la explotación – con todos sus efectos inmediatos
– sino también la “lógica de mercado” (Friedmann, 1980) en el proceso de
trabajo.
La producción mercantil capitalista (PMC) representa una mercantiliza-
ción completa: la fuerza de trabajo y los demás recursos entran en el pro-
ceso como mercaderías, y todos los productos obtenidos circulan también
como tales.
Con este abordaje, y siguiendo la línea de Ellis (1988) y Bernstein (1979),
se define a la agricultura familiar como aquella parcialmente integrada a los
mercados imperfectos (categorías analíticas PPM y PMS). Siguiendo en esta
línea de razonamiento, se define a la producción agropecuaria empresarial
como aquella construida sobre una elevada mercantilización (correspon-
diente a la categoría analítica PMC) o, como argumenta Ellis, “completa-
mente integrada a los mercados”.
Esta categorización es similar a lo propuesto en el Documento del Foro
Nacional de Agricultura Familiar, el cual fue elaborado por productores re-
presentantes de las Organizaciones Representativas del Sector Productor
Agropecuario Familiar, durante el 1° Plenario del Foro Nacional de la Agri-
cultura Familiar, realizado en Mendoza, año 2006. Por ende, este será el cri-
terio que utilizaremos para evaluar las diferentes actividades de la
explotación, con el objetivo de indagar sobre el grado de mercantilización
del NAF.
También en el marco de las estrategias productivas, nos encontraremos
con distintas tecnologías que han sido aplicadas en el predio a lo largo de
todo el proceso de reconversión. La tecnología se entiende como los dife-
rentes medios materiales (insumos, aparatos, instrumentos, herramientas,
maquinarias, etc.) y/o conceptuales (técnicas, conocimientos, fundamen-
tos, formas de utilización y diferentes relaciones entre artefacto y trabajo
humano), que actúan sobre la naturaleza con un fin determinado. Las pri-
meras suelen denominarse como “hardware o tecnologías de insumo” y las
segundas como “software o tecnologías de proceso” (Berdegué y Larraín,
1987; Viglizzo, 1994; Soto, 1996).

(5)
PPM y PSM son muchas veces definidas e interrelacionadas con formas que di-
fieren de las que aquí se presentan, incluso llegando a ser presentadas algunas veces
como si estas fueran idénticas (Bernstein, 1986).

95
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

El concepto de adopción tecnológica, hace referencia a aquellas tecno-


logías de origen exógeno (exotecnologías) que los productores incorporan a
sus sistemas productivos. En otras palabras, las tecnologías adoptadas por
los productores corresponden a aquellas tecnologías provenientes del exte-
rior de sus unidades de producción y en consecuencia, constituyen sólo un
subconjunto de la totalidad de innovaciones tecnológicas introducidas por
los productores en sus explotaciones (Cáceres et al., 1997).
También existe otra forma de generar tecnología, y este proceso es más co-
nocido como innovación por generación de endotecnologías: dícese de las tec-
nologías que son generadas por los propios productores en el interior de sus
predios como consecuencia de procesos de experimentación o adaptación
tecnológica (Cáceres et al, 1997). Esta categoría conceptual puede ser utili-
zada como sinónimo de las “novelties campesinas” mencionadas por Van der
Ploeg (2010), y por lo general se vincula con la generación de estrategias de
no mercantilización y bajos niveles de externalización en el predio.
En relación a este último concepto, Lacroix (1981) y Van der Ploeg (1985)
han demostrado que muchos productores comerciales delegan gran parte
del proceso reproductivo (por ejemplo alimentación, selección de animales
y mejora del suelo) y productivo a instituciones externas a la explotación.
Este proceso es conocido en la literatura como externalización de la pro-
ducción, y se sostiene que guarda una relación directa con la pérdida de la
capacidad de autonomía de la misma (Long, 1986).
Finalmente se destaca la importancia de las redes sociales en la agri-
cultura familiar, que es claramente palpable en la notable capacidad que
tienen los productores familiares para construir y utilizar sus relaciones
sociales para la colocación de sus productos en el mercado informal, u ob-
tener insumos, conseguir financiamiento, obtener información y asesora-
miento tecnológico, entre otros beneficios que aportan a sus estrategias de
sobrevivencia (Neiman et al, 2005).
Las redes son los lazos sociales más o menos inmediatos que pueden
desplegar diferentes sujetos –incluyendo individuos, familias, organizacio-
nes- frente a condiciones de pobreza, donde se ponen en juego roles y re-
cursos para solucionar los problemas que los afectan (Murmis, 2003). Estas
redes, si bien permanecen a menudo “escondidas” a la mirada moderni-
zante en el desarrollo agrario, constituyen una manera efectiva en que las
comunidades “pobres”6 históricamente han logrado, por ejemplo, hacer es-
tudiar a sus hijos, comercializar productos tradicionales, abrir mercados
nuevos, obtener asistencia técnica y servicios profesionales, acceder al mer-
cado de trabajo estacional, etc., utilizando redes de parentesco, compa-
drazgo, paisanaje, amistades y complicidades varias de una infinita
diversidad (Zutter, 2005).
En ese mismo sentido, Gavin Smith comenta que este tipo de explota-
ciones obtiene “…buena parte de su ventaja competitiva por el uso que hace
de las relaciones sociales en las que se halla inmersa” (Smith, 1985: 99).

(6)
El autor propone una reconceptualización del término pobreza para las comuni-
dades andinas y una nueva mirada de la misma en función de abundancia de rela-
ciones sociales y no de recursos materiales y capital.

96
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

Rodríguez Sperat, Paz, Suarez y Díaz han encontrado fuertes evidencias de


su importancia en la agricultura familiar de la zona donde se encuentra el
caso estudiado (Rodríguez Sperat et al., 2015)

5. Descripción del NAF y transformaciones en sus formas de trabajo


y organización
5.1 La situación inicial en los ‘90
Al comenzar con la experiencia, el sistema productivo del NAF estaba
compuesto por 4 hectáreas de algodón, 2 hectáreas de maíz consociadas7
con cucurbitáceas y una huerta familiar de 10 m2. Salvo el algodón, el resto
de los cultivos se destinaba totalmente al autoconsumo. En cuanto a la ac-
tividad pecuaria, en ese entonces la familia poseía aves (gallinas, pavos y
patos), algunas cabras y un par de porcinos para la producción de lecho-
nes, que también estaban destinados al consumo familiar o se utilizaban
para realizar intercambios con otros actores de la zona, ya sea con fines
comunitarios (donación para rifas de vecinos o instituciones escolares) o
personales (pago de favores, intercambios, etc.).
El parque de maquinaria era de tracción a sangre en su totalidad, com-
puesto por arado de rejas, arado de disco, rastra, sembradora para grano
grueso, rolos, escardillos, carpidores y herramientas menores para la
huerta familiar.
Es sobre esta estructura inicial que los técnicos del PSA comienzan a
trabajar con el NAF. Como se observa, el esquema productivo en sus inicios
estaba fuertemente orientado al autoconsumo y sobre todo a la subsisten-
cia, ya que como se expresó, todas las actividades –salvo el algodón- tenían
por objetivo la reproducción del núcleo familiar.
De la mano de los programas vigentes en el momento y, sobre todo, del
apoyo de los técnicos, se empiezan a realizar cambios que pueden ser ob-
servados en distintas dimensiones.

5.2 Cambios en la dimensión productiva


A partir de 1994, a través de la vinculación del NAF con los programas
e instituciones provinciales y nacionales que trabajan en la zona y sumado
a la derogación de la Ley de Promoción Algodonera (que se efectivizó en
1995), gradualmente se inicia un proceso de reorientación de las activida-
des prediales hacia la diversificación de la producción, destinando una
mayor cantidad de superficie de siembra a la producción de alfalfa para la
producción de fardos, maíz, guinea y cucurbitáceas, destinados al mer-
cado local y nacional.
Este proceso de diversificación fue fortalecido desde el plano tecnológico
por la incorporación al sistema de un tractor usado de buenas condiciones
técnicas (marca Fiat 450 modelo 1965), el cual fue adquirido con recursos
(7)
La consociación de cultivos o policultivos, constituye una práctica ancestral que
consiste en la siembra de diferentes cultivos en la misma superficie de terreno, ha-
ciendo un múltiple aprovechamiento de los diferentes recursos involucrados (por
ej. tierra y trabajo), disminuyendo el nivel de insumos externos utilizados y alentando
otras interacciones favorables con respecto a su cultivo por separado.

97
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

financieros derivados de la venta de las producciones primarias y aportes


de los hijos provenientes de sus labores extra prediales.
También en esta línea se suma la asistencia técnica y la capacitación en
los ejes temáticos de organización y manejo de la producción por parte de
técnicos del PSA.
Se observa que si bien se incorporaron tecnologías derivadas de recur-
sos públicos (créditos/subsidios), el sistema no es íntegramente depen-
diente de este tipo de financiamiento externo; sino que una parte
importante de los recursos (genuinos) fueron originados del resultado de
los actividades comerciales que el productor realizó en ese momento.
El jefe de la familia (Don Carlos) se caracterizaba por tener una impor-
tante apertura a la incorporación de tecnologías provenientes de la asis-
tencia técnica brindada, como por ejemplo: el uso de semillas de alfalfa y
maíz certificadas, manejo adecuado de los cultivos, monitoreo de plagas,
fertilización, manejo adecuado de agroquímicos, rotación de cultivos, di-
versificación de la producción, entre otros. La incorporación de las tecno-
logías mencionadas tenía como objetivo obtener rindes superiores al
promedio de la zona para eficientizar la superficie agrícola disponible.
Con el apoyo creditico del PSA se ayudó a completar y acondicionar el
capital de explotación existente, principalmente herramientas en desuso,
para el aumento gradual del cultivo de alfalfa, que en simultáneo coincidió
con el retracción paulatina de la actividad algodonera, que se mantuvo por
cuestiones culturales. De esta manera, el cultivo de la alfalfa fue ganando
un lugar principal dentro de las actividades de la explotación.
También se incursionó en cultivos no tradicionales, entre las cuales se
pueden mencionar la producción de tomate (campañas 1994/1995), o la
producción de zapallo sipinqui8 (año 2002); que no tuvieron continuidad
debido a las dificultades para encontrar los canales adecuados de comer-
cialización, que garantizaran una colocación del producto y un precio es-
table al momento de la cosecha.
Otra cuestión a destacar es que con el pasar de los años también se fue-
ron incorporando paulatinamente algunas plantas frutales (higo, membri-
llo, durazno, damasco, manzana, cítricos). Estas variedades se destinaron
en un primer momento al consumo familiar o regalos.
En el año 2009 el jefe de familia fallece y el manejo del predio se trans-
firió al hijo mayor (Luis), quien dejó de realizar trabajos extraprediales para
dedicarse completamente a la explotación familiar. Sin embargo la toma de
decisiones se continuó realizando de manera conjunta con la madre, tanto
en lo referido al funcionamiento productivo del predio (manejo, inversiones,
nuevas diversificaciones, etc.), como en lo relativo a la gestión y actividades
de comercialización del NAF.
Es a partir de este momento que se comienzan a proyectar actividades
como el engorde de pollos, la producción de dulces, mermeladas y escabe-
ches artesanales y la cría y engorde de cerdos, con un objetivo de ir obte-
niendo gradualmente una renta.
(8)
s. Bot. Zapallo de tronco, dicho impropiamente, por transliteración del quichua
“siquinpi”. Su nombre significa en su base, en su asiento, refiriéndose a la ubica-
ción del fruto con respecto a la planta.

98
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

Como se expresó, los cambios en la organización productiva se dieron


gradualmente.
Por ejemplo, sobre la incorporación de nuevos frutales mencionada, la
diversa base productiva fue luego aprovechada para la elaboración de dul-
ces y mermeladas artesanales, producidas para el mercado.

“…hacemos dulces y mermeladas con la fruta de nuestras plantas, re-


galábamos a nuestros vecinos y como empezamos a ser menos en la
casa comenzamos a hacer dulces para mandarle a la familia que fue
a vivir a Buenos Aires…y de poco empezamos a vender, compramos
frascos, tapas y con las capacitaciones que nos dio una ingeniera fui-
mos animándonos a ir a ferias […]. Hoy vemos que la venta de los dul-
ces son un ingreso más para nuestra casa” (relato de la Sra. Nina,
entrevista facilitada por el equipo técnico SAF).

Otra innovación importante fue la de engorde de pollos parrilleros, que


surgió hacia fines del año 2011, con el apoyo de un proyecto de capacita-
ción y financiamiento impulsado desde la SAF. La idea original y diseño
posterior del proyecto surgieron de un técnico de dicha institución, y no
era una práctica habitual de la zona ni tampoco de la familia, en lo que po-
dría caracterizarse como un típico proceso de transferencia y adopción de
exotecnologías (Cáceres et al., 1997). A partir del inicio de esta actividad, se
observa un claro proceso de experimentación y adaptación tecnológica por
parte del productor, de menor o mayor intensidad de acuerdo a los resul-
tados que iba obteniendo, con una notable capacidad de innovación para
adaptar y aprovechar los recursos disponibles y bajos niveles de externali-
zación. Así, mediante el reciclaje de sus propios recursos, el productor co-
mienza a ajustar sus prácticas productivas, desarrollando endotecnologías
en ese proceso. Ejemplos de esto lo constituyen el corral de pollos cons-
truido por el mismo productor utilizando la caja vieja de una camioneta
para la construcción de un nuevo corral, hecho que le permitió disminuir
el tiempo entre campañas, respetando los 14 días de descanso que tiene
que dar a los corrales previamente a ingresar nuevas camadas de pollitos
bebé, la construcción de bebederos artesanales elaborados con caños de
PVC y sifones de soda para su desagote, una fumigadora desarrollada por
el mismo productor con un viejo armazón, un tanque de agua, una bomba
y mangueras, la construcción de un patio para “sacar a pasear” a los polli-
tos, entre otros.
También se profundiza y amplía la escala de la actividad porcina, que
inicialmente estaba orientada a la producción de lechones para la venta,
mantenimiento de redes sociales y autoconsumo, hacia una producción de
lechones y capones con el objetivo de introducirlos en el mercado local. En
esta actividad se trabajó en términos de mejoramiento genético, alimenta-
ción, sanidad y manejo de la piara, mediante asistencia técnica específica
(médico veterinario) y el financiamiento de programas nacionales.
En resumidas cuentas, el proceso de reconversión productiva llevado
adelante por el NAF tuvo como resultados principales:

99
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

- El fortalecimiento de la diversificación como elemento clave de la es-


trategia productiva: además de las actividades tradicionales que ya
desempeñaba la explotación (cultivo de alfalfa, maíz y cucurbitáceas),
se incorporaron de manera sustentable al sistema: la producción de
pollos (infraestructura servicios, alimentación y genético), produc-
ción de cerdos (mejoramiento genético, alimentación y sanidad, ma-
nejo de la piara), y la producción de dulces y escabeches artesanales.
- Agregado de valor a productos primarios: esto se observa sobre todo
en los productos provenientes de la huerta y los animales de granja
(conejo, pavos y pollos criollos).
- Subsistencia de la unidad productiva: A pesar de la situación de cri-
sis familiar (fallecimiento del jefe de hogar y de un hijo en el lapso
menor de un año), el sistema pudo continuar con las actividades tra-
dicionales e incluso se fortaleció a partir de nuevos emprendimien-
tos, con una visión positiva que apuesta al desarrollo y
sustentabilidad de la agricultura familiar.

5.3 Cambios en la mano de obra


En sus inicios, la estructura familiar del NAF estaba integrada por el
jefe de familia Don Carlos, su esposa y 9 hijos, además de la participación
de Nina, que desde muy pequeña se integró a la familia debido a que su
madre biológica no podía hacerse cargo de su crianza.
Es importante resaltar que en ese entonces 7 hijos percibían el salario
familiar derivado de la Ley Algodonera, mientras que los 2 hijos restantes
-ya mayores- migraban estacionalmente 9 meses al año para la siembra y
cosecha de la papa.
Durante gran parte del periodo estudiado (1994 al 2009) la toma de de-
cisiones técnicas y productivas, las actividades de representación del NAF
en términos de vinculación con los distintos organismos estatales y comu-
nales (APPAR, consorcio de regantes, INTA, PSA, Gobiernos Locales) y las
actividades de comercialización estuvieron a cargo de Don Carlos, mientras
que lo relacionado a las labores culturales (raleo, carpida, azadeo, riego,
corte y cosecha), y los quehaceres domésticos (cocina, lavado, huerta y
granja), eran realizadas por el resto de la familia (esposa/hijos).
Es de destacar la participación de las mujeres en las actividades tanto
productivas (cuidado de animales de granja, labores culturales livianas, co-
secha), como domésticas y reproductivas; además de su participación en ta-
lleres y capacitaciones.
Este último hecho guarda relación con la imagen de las mujeres cam-
pesinas como responsables de la reproducción, tanto biológica como de la
fuerza de trabajo dentro del ámbito doméstico. En ese marco, se les brin-
daba educación con el objetivo de mejorar el estado nutricional, la higiene,
la salud y la educación de los/las niños/as y de la familia en general (Biaggi
et al., 2007)

“Todo el trabajo que se hacía en la casa lo hacíamos entre todos, mi


marido hacía la arada que era lo más pesado junto con Luis o Joshe
si es que estaban, porque van pa´ la papa a trabajar. La Nina era la

100
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

que rastraba porque ella era más liviana y no hacia hundir los disco,
y bueno después que calzaba la planta mi marido con todos los chicos
que estaban en la casa íbamos a azadear y todas las tareas que ha-
cían falta. Pa´ la cosecha todos de la casa cosechaban…”. (Relato de
Cora, esposa de Don Carlos, entrevista facilitada por el equipo técnico
SAF).

Con el pasar de los años se fue modificando la estructura familiar, de-


bido a que algunos integrantes emigraron a otros parajes/provincias a for-
mar sus propios grupos familiares, lo cual produjo una reducción de la
mano de obra familiar disponible. Como consecuencia de esta situación, se
produjo un incremento en la contratación de mano de obra extrapredial,
sobre todo para la realización de labores culturales y además se redujo el
trabajo de las mujeres en el cerco, quienes se empezaron a ocupar más de
las tareas domésticas, el cuidado de la huerta, la elaboración de dulces y
escabeches caseros y la participación en otros espacios de intercambio de
saberes culturales con sus pares y/o instituciones. Sin embargo las muje-
res siguieron jugando un rol muy importante en la gestión de la explotación,
compartiendo con Luis la toma de decisiones e incluso proporcionando su
mano de obra en determinadas procesos donde se necesitaba de una mayor
artesanalidad (como la faena, limpieza y embolsado de los pollos, la lim-
pieza de los corrales, etc.)

“… Ahora no trabajamos tanto en el cerco, después que murió mi hijo


en el año 2010, me aferre a criar una nieta y ahora Nina con su beba
nos dedicamos más a las tareas de casa, hacer los dulces y escabe-
ches y ayudamos a Rica en lo de los pollos...” (Relato de Cora, esposa
de Don Carlos, durante entrevista facilitada por el equipo técnico SAF).

5.4 Construcción de redes institucionales sociotécnicas y finan-


cieras
En los comienzos de la experiencia, una articulación institucional que
resultaba vital para la explotación debido a su orientación algodonera, fue
la relación con la Cooperativa Algodonera de La Banda (CAALBA) para la
provisión de insumos (semillas certificadas, agroquímicos) y para la venta
de la cosecha (entre 1994/1999, aunque la vinculación era preexistente). El
vínculo se fue reduciendo progresivamente debido a las modificaciones en
el cultivo de algodón destinado al mercado. Esta red no sólo cumplía el rol
de una red sociotécnica sino que también era aprovechada para vincula-
ciones productivas y comerciales, dado que permitía el acceso a recursos
productivos y la colocación de la producción.
Otra institución que en su momento aportó en la gestión predial del co-
nocimiento fue el Servicio Coordinado de Extensión Rural (conformado por
la Dirección de Agricultura de la Provincia, INTA y UNSE). En ese marco, el
NAF recibió capacitaciones técnicas específicas, orientadas al cultivo de al-
godón y alfalfa, ensayos con variedades de algodón (1995/97), incorpora-
ción de tecnologías para pequeños productores, créditos de campañas
agrícolas provinciales, etc.

101
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

En 1994, Don Carlos se vinculó por primera vez con el lineamiento del
PSA, a través de un grupo integrado por 8 productores de la zona, en el
marco de la formulación de un proyecto de crédito de apoyo a la producción
agrícola. El monto original de este crédito era de $1.200 a ser devuelto en
3 años a un tasa del 6% de interés (ver tabla N° 2). A partir de esa expe-
riencia, comenzó una relación con la institución y sus técnicos de apoyo
técnico y financiero.

Tabla N° 2: Tipos de financiamiento recibido y su destino en el NAF

Año Tipo de financiam. Monto total Destino

Apoyo a la producción agrícola. Cons-


trucción de un galpón de acopio en el
1995 crédito PSA $ 1200 predio (6x5mts) y algunas herramien-
tas para la producción de fardos
(rastrillo).

subsidio Adquisición de implementos agrícolas


2000 $ 1500
PROINDER para el tractor

Apoyo a la comercialización para


2003 crédito PSA $ 480
retención de fardos

2005 crédito PSA $ 1000 Apoyo a la producción de fardos

2007 crédito PSA $ 410 Crédito Agrícola

2007 crédito PSA $ 800 Retención de fardos

Subsidio Línea
2007 $ 9398 Extensión de la red de agua potable.
Convenio

Elaborado por el equipo técnico SAF

Como se observa, el apoyo institucional estuvo fuertemente direccio-


nado a la mejora del sistema agrícola y especialmente al cultivo de alfalfa,
lo que implicaba además del aporte monetario, el aporte del conocimiento
necesario para encarar el proceso productivo.
En el año 2007, a partir de la conformación de la SAF, que adopta el en-
foque socioterritorial en su metodología de extensión, el agricultor familiar co-
mienza a ser concebido como integrante de un socio-territorio más amplio,
recibiendo capacitaciones de técnicos especializados en temáticas específi-
cas. También se produjo un cambio en la visión de las necesidades tanto de
la comunidad como de su propio sistema de producción, resultando en una
mayor participación en otros espacios de debate institucional (consorcios de
riego, socio de APPAR, consorcio de maquinaria agrícola comunitaria). En el
año 2009 se conformó la Mesa de Desarrollo (FUDeC), donde Luis comenzó
a participar como representante de grupos independientes.

102
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

También Don Carlos y Luis han acordado con ingenieros de otras insti-
tuciones para recibir asesoramiento específico en los temas que les resul-
taban útiles, como por ejemplo en horticultura9.
Pero además del plano político e institucional, el NAF se ha vinculado
siempre con otros productores locales. En efecto, no sólo la relación del
NAF con instituciones del medio han sido fuente de recursos y conocimiento
tecnológico, sino que han existido siempre otras fuentes de información en
el territorio que se encuentran en la experiencia de los propios productores
vecinos, a las que tanto Don Carlos como Luis han valorado y recurrido de
manera estratégica. Así por ejemplo, históricamente en ocasión de ciertos
problemas, como por ejemplo ante enfermedades o epidemias en el ganado,
intercambian información:

“El anteaño malparió una de mis vacas y los estancieros (de la zona)
me dijeron que era porque yo no vacunaba, pero es sabido que cuando
está preñada no se pone antiparasitario; otros me dijeron que había
‘valda’ en el alfa…” (Luis, entrevista del 14/05/14, facilitada por el
equipo INDES)

Otro espacio de intercambio de información entre productores, auspi-


ciado por el PSA, fueron los “Encuentros anuales de productores (1994-
2009)”, que luego se convirtieron en “Encuentros regionales” y que
convocaban a productores de toda la provincia.
Además, Luis continuó con el legado de su padre al seguir fomentando
un proceso de asociativismo en la zona. De este modo, se formalizó la con-
formación de la “Asociación Nueva Esperanza Los Pereyra” en el año 2012,
obteniendo la personería jurídica en el año 2014. Actualmente Luis es pre-
sidente de dicha organización, que fue promovida desde el grupo de pro-
ductores conformado por su padre. Esta asociación fue creada en la
búsqueda de encontrar soluciones a los problemas productivos, infraes-
tructura, salud, educación, hábitat rural que existen en la comunidad.

5.5 Construcción de redes de abastecimiento para la producción


Por otro lado, se han establecido vínculos con otros actores sociales
para la captación directa de recursos productivos. Así por ejemplo, Luis se
vinculó con un productor de cerdos que tiene carnicería en una ciudad cer-
cana, un viejo amigo de su padre para quien solía trabajar como peón rural.
De esta manera se abastece de alimento para cerdos y maíz a menor pre-
cio que recurriendo directamente al mercado, debido al bajo volumen que
requiere y a las facilidades de pago que le otorga.
En relación a los pollos, anteriormente se abastecía de un técnico co-
nocido que tenía un negocio de venta de alimentos. En la actualidad man-
tiene una buena relación con una vecina, que es presidenta de una
asociación campesina local productora de alimento balanceado.

(9)
Una actividad innovadora que se realizó en el año 1994/1995, fue la siembra de
tomate con destino industrial, esta fue una actividad puntal que se desarrolló du-
rante ese periodo.

103
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

El sostenimiento de estas redes implica la puesta en práctica de accio-


nes de reciprocidad, regalos y favores, como por ejemplo la recarga gratuita
de la batería, o el regalo de lonas o hilos para atar fardos, y otras.
También mediante el nexo de la asistencia técnica del PSA, Don Carlos ac-
cedió a innovar en 2002 con el zapallito sipinqui, red que le valió la provisión
de la semilla y con la que luego logró comercializar dicha producción.
Además posee estrechos vínculos de favores con vecinos de la zona, con
quienes mantiene relaciones de intercambio de bienes de producción. Por
ejemplo, este año cambió un torito de raza lechera por un torito de raza
carnicera puro, con lo que espera aumentar el potencial carnicero de su
ganado bovino.
Incluso el recurso tierra, fundamental como soporte de la producción, es
gerenciado dentro de redes familiares (Neiman et al, 2005). Parte de la in-
fraestructura para la producción de cerdos está asentada en las tierras en po-
sesión del hermano de Cora. Al respecto, Luis manifiesta que no se requieren
permisos o contratos firmados, debido al vínculo de sangre con su madre, y
también porque en reciprocidad mantiene limpio el predio en cuestión.
Por último, en cuanto al uso de insumos sanitarios, recurre a veterina-
rios que le indican qué productos comprar y cómo aplicarlos. Sin embargo,
algunos de los recursos sanitarios necesarios para la producción no siem-
pre derivan del mercado formal de insumos ni de los circuitos habituales de
provisión de tecnología moderna, sino que provienen de prácticas ances-
trales. Aunque no nos lo comenta en las primeros sondeos, al profundizar
nuestra relación con Luis, se anima a contarnos que para el control de pla-
gas en maíz (y antes en algodón) ha recurrido habitualmente a la “cura de
palabra”, mediante comunicaciones telefónicas con un curandero de la ciu-
dad “…que ya ha andado en mi campo y sabe dónde quedan los lotes de
maíz que le indico que necesitan curarse” (entrevista del 20/03/2014, ce-
dida por el equipo INDES). Esta vinculación no es mercantil, sino que es de
reciprocidad dado que cuando el curandero visita el campo recibe a cam-
bio lechones, pollos, huevos, etc.

5.5.1 Redes para ubicar la producción


Diferenciamos las redes mercantiles (comerciales) y las no mercantiles (no
comerciales), en función de la presencia o no de dinero en los intercambios.
Se destaca que al inicio del año 1994 el NAF se caracterizaba princi-
palmente por comercializar a través de la Cooperativa algodonera de la
Banda, donde el productor entregaba su cosecha a un precio diferencial, y
la Cooperativa realizaba las deducciones correspondientes al sistema pre-
visional (jubilación/obra social). A ello se suman otros ingresos derivados
de la venta de los excedentes provenientes de otras actividades agrícolas
(alfalfa, maíz y guinea), pecuarios (lechones, aves de corral, y conejos).
Estas operaciones se llevaban a cabo mediante la venta directa a campo o
a intermediarios en el mercado local, lo que permitió al productor ser reco-
nocido por la calidad y diversidad de su producción.
A partir de la intervención de la SAF en 2007, se produjo una diversifi-
cación en la estrategia comercial, con la participación en ferias locales y
nacionales, la venta a consumidor final de pollos y cerdos, dulces, merme-

104
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

ladas y escabeches artesanales, la venta de la producción primaria (alfalfa)


y la venta de maíz fraccionado en bolsas de 30 kg al mercado local. El éxito
comercial de esta estrategia de apertura consistió en que no se accedió a un
sistema de mercado formal, sino que consistió en el diseño de nuevas redes
comerciales sin intermediarios, o “circuitos cortos”10 (Van der Ploeg, 2001),
y al uso de recursos tecnológicos como Facebook y Whatsapp.
Los primeros clientes donde la familia colocó su producción fueron los
vecinos y conocidos de la zona, los compañeros de trabajo de una de sus
hermanas que trabajaba en un sanatorio de la ciudad, la gente que llegaba
al predio por otros asuntos y finalmente los antiguos clientes que tenía la
explotación.
Por otra parte, los técnicos de la SAF también se convirtieron en una fuente
importante de nuevos clientes, ayudando a promocionar el producto no solo
entre otros técnicos de la institución, sino también entre sus allegados.
Entre las redes no mercantiles, se destacan las de tipo familiar (Neiman
et al, 2005), que se basan en relaciones de reciprocidad, consistentes en
regalar productos11 a los parientes que han emigrado a Buenos Aires o a
otras provincias y que están de visita, a cambio de los favores recibidos
cuando alguno de los integrantes de grupo familiar local tuvo que viajar a
su vez a Buenos Aires o a otras provincias.
Otra red no mercantil familiar se establece cuando las mujeres van al
mercado central de la capital santiagueña para observar el precio al que se
venden los pollos en un puesto del mercado, conocido por venderlos a mejor
precio y calidad que el resto de sus competidores. Con esta información,
Luis determina el precio de sus pollos
Un tercer circuito se establece cuando la despensa ubicada a la vera de
la ruta N°1 le manda a Luis los clientes que preguntan por vendedores de
lechones. Estas redes funcionan “boca en boca” dentro de la comunidad,
mediante complejos y poco visibles esquemas de reciprocidad. Se basa en
el conocimiento local acerca de lo que produce cada vecino en cada mo-
mento del año, y permite derivar clientes cuando no pueden ser satisfechos
por algún productor en particular.
Para terminar este apartado, existen muchas otras redes para gestio-
nar otro tipo de recursos, como por ejemplo en el plano del mercado de tra-
bajo, los trueques de planchado de ropa a cambio de leche recién ordeñada
o la reciprocidad entre Don Carlos o Luis con sus visitantes de la capital,
que posteriormente puede servir, por ejemplo, para conseguir trabajo para
sus hijos en la ciudad. Y estas redes, como se mencionó en el marco con-
ceptual, funcionan de manera ancestral y no son creaciones recientes. Sir-
ven a estrategias de sobrevivencia, de probada eficiencia, y que
históricamente se han puesto en juego ante determinados contextos mate-
riales y sociales adversos.
(10)
Los circuitos cortos no son una novedad sino que han sido estrategias históri-
cas a las que han recurrido los productores de la agricultura familiar. Se hace más
bien referencia a los nuevos canales de comercialización en circuitos cortos que
fueron promovidos y/o alentados desde el programa.
(11)
Quesos, dulces, escabeches, lechones, etc.

105
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

6. Estrategias para mantener la autonomía


6.1 Situación actual de la explotación
En la actualidad, de la extensión total, se cultivan aproximadamente
7,5 hectáreas (4 de alfalfa, 1,5 de maíz, 1 de cebada, y 1 de cucurbitáceas),
y el resto se ocupa para la vivienda familiar, un galpón y la cría de anima-
les. La estructura familiar está compuesta por Luis (49 años), quien es el
jefe de la explotación desde el 2008 -año en el que se hizo cargo del predio
por la enfermedad de su padre-, su pareja Nina (42 años), su hija Luciana
(de solo algunos meses de edad), Doña Cora (57 años) y Johana (5 años).
Luis interviene directamente tanto en el proceso productivo como en el
de gestión de la explotación. Como se mencionó previamente, hasta princi-
pios del 2013 Nina y en menor medida Doña Cora lo ayudaban en todas las
tareas productivas del campo, y además se encargaban del manejo de la
casa y de administrar el dinero que ingresaba en la explotación (hasta en-
tonces la mano de obra era casi 100% familiar). Pero a partir del embarazo
de Nina empezaron a delegar algunas labores productivas, ocupándose más
de las tareas domésticas, el cuidado de la huerta familiar y la elaboración
de dulces y escabeches caseros12.
A partir de ese momento se aumentó la contratación a peones de la zona
para que ayuden en tareas específicas en las diferentes producciones (siem-
bra, cosecha, enfardado, pariciones, faenas y tareas de mantenimiento en
general), pero siempre manteniendo una participación activa y sin delegar
las tareas de gestión. No se trata de empleados fijos sino que los contrata
para estas tareas específicas, pagándoles por hora y/o día trabajado.
En relación a la dimensión productiva, la explotación presenta una gran
diversidad de actividades. Las actividades principales de la explotación son
el engorde de aves de corral, la venta de fardos de alfalfa y la cría y engorde
de porcinos (producciones que se realizan durante todo el año).
En el engorde de pollos se percibe una fuerte lógica de mercado: casi la
totalidad de la producción es vendida y la mayoría de los elementos de tra-
bajo y los otros recursos productivos (salvo la mano de obra y parte del
maíz que utiliza como suplemento en la alimentación) son movilizados a
través de los respectivos mercados de insumos (Van der Ploeg, 2007). Por
año se engordan aproximadamente 800 pollitos, que llegan a su peso óp-
timo en 3,4 kg. (2,6 kg. limpios y faenados) entre los 45 y 60 días de ali-
mentación. La producción es continua durante todo el año, utilizando dos
corrales para las diferentes tandas de pollitos que va introduciendo en in-
tervalos de 40 días aproximadamente.
La actividad de cría y engorde de porcinos también se realiza con el ob-
jetivo de producción hacia el mercado, pero en esta actividad -salvo en la
alimentación de los lechones- no se observa una gran externalización de
los recursos productivos que se utilizan: los corrales y las parideras se re-
(12)
Sin embargo las mujeres siguen jugando un rol muy importante en la gestión de
la explotación, compartiendo la toma de decisiones e incluso proporcionando su
mano de obra en determinadas procesos donde se necesita de una mayor artesa-
nalidad (como la faena, limpieza y embolsado de los pollos, la limpieza de los co-
rrales, etc.)

106
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

alizan en forma artesanal, con restos de madera y tarimas que hay en el


campo. Las madres pastorean en un lote de alfalfa, y la sanidad y las pari-
ciones las maneja el mismo productor. Se trata de un sistema semi-inten-
sivo de cría y engorde de cerdos, pero que es complementado con el
pastoreo y encierro en corrales y parideras.
Es especialmente en estas dos actividades donde la familia busca obte-
ner un mayor valor agregado en su producción, apuntando a conseguir me-
jores precios en base a una diferenciación en la calidad de sus productos
(sobre todo en el engorde de pollos de campo).
La producción de alfalfa es la actividad que ocupa más superficie de la
explotación. Está orientada principalmente al mercado (el 70% de los far-
dos se venden), pero también cumple otro rol muy importante ya que es
utilizada para la alimentación de los animales del predio, función a la que
se destinan no solo el 30% restante de los fardos, sino también la alfalfa de
menor calidad, que no llega a ser enfardada y es almacenada en parvas a
la intemperie y cubierta con plástico para su conservación hasta su poste-
rior utilización.
Estas actividades se complementan con: la siembra de maíz, que es im-
portante para el NAF, aunque en los últimos dos años (campañas
2012/2013 y 2013/2014) no ha tenido el rinde habitual como consecuen-
cia de las sequias que afectaron la zona; la producción de pasturas (cebada)
como forraje para los animales; la cosecha de frutales para la elaboración
de dulces caseros, una pequeña huerta y algunos animales de corral (galli-
nas, pavos, conejos), que mayormente son para el autoconsumo, pero ex-
cepcionalmente también se utilizan en la elaboración de escabeches, como
actividades secundarias que generan otros ingresos prediales.

6.2 Estrategias de no mercantilización para mantener la autonomía


del mercado
Como se comentó anteriormente, Van der Ploeg sostiene que las dife-
rencias básicas entre los diferentes estilos de producción son simples de
detectar desde un punto de vista analítico. Ellas residen en las diferentes
interrelaciones entre agricultura y mercado, y en su forma de ordenamiento
asociada al proceso de trabajo agrícola (Van der Ploeg, 2007). En ese sen-
tido, los elementos que constituyen el proceso de trabajo pueden entrar en
él como mercaderías o como no mercaderías, dependiendo de las relaciones
establecidas entre las unidades de producción agrícola y los diferentes mer-
cados: ¿Los elementos de trabajo y otros recursos son movilizados a través
de los respectivos mercados o producidos, reproducidos o intercambiados
a través de circuitos no mercantiles?
El estilo productivo del NAF en principio aparenta estar fuertemente
orientado al mercado, donde todos los recursos materiales y sociales, ex-
cepto -en parte- la mano de obra, ingresan en el proceso de trabajo como
mercaderías, y no solo introducen las relaciones mercantiles en la explota-
ción – con todos sus efectos inmediatos – sino también terminan dotando
al proceso de trabajo de una “lógica de mercado” (Friedmann, 1980).
Sin embargo, al analizar el caso con un poco más en detalle se comienza
a percibir que detrás de la fuerte diversificación del predio se “esconden”

107
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

ciertas actividades menos mercantilizadas, que sirven de soporte al resto.


Estas actividades a simple vista no aparentan ser de gran importancia re-
lativa, pero en el funcionamiento general le proporcionan al sistema pro-
ductivo una gran versatilidad, permitiéndole competir y ampliar su
producción en las épocas de bonanza, o contraerse y lograr una autono-
mía del mercado en los momentos donde esto resulte necesario13.
Así por ejemplo se observa que la cría de pollos, los lechones y la alfalfa
son las principales actividades de la explotación. Los resultados de estas ac-
tividades están fuertemente orientadas al mercado, los recursos que utili-
zan para producir son en su mayoría también comprados en los respectivos
mercados (tanto alimentos, elementos de sanidad, semillas, etc.), se con-
trata mano de obra para determinados momentos del proceso productivo
(faena, capado, preparado de la tierra, siembra, cosecha, etc.), y hasta se
observa la presencia de algunos negocios “financieros” mediante la activi-
dad de compraventa de fardos de alfalfa14.
La alfalfa también cumple un rol de autoabastecimiento en el predio, ya
que un importante porcentaje de la producción es utilizada para alimentar
a los animales, utilizando para ello sobre todo las pasturas en peor estado
que el productor considera que no son buenas para la venta, y destina al
armado de parvas o fardos de segunda calidad.
La siembra de maíz en cambio es una especie de inversión, ya que se
trata de una actividad de un alto grado de mercantilización en relación a los
recursos productivos y la mano de obra, pero esta producción no tiene por
objetivo principal el ser comercializada en el mercado, sino que lo producido
es almacenado para ser utilizado luego como alimento de los animales de
la granja.
Algo similar sucede con la cebada, que es utilizada para reemplazar la
alfalfa -liberando una mayor cantidad de fardos para la venta- y alimentar
a sus animales en épocas de invierno (época donde la alfalfa tiene una
mayor demanda y puede obtener mejores precios de venta).
La producción de dulces y escabeches también está completamente des-
tinada al mercado, pero tanto los insumos que se utilizan como la mano de
obra son provistos por el propio predio (excepto los frascos que se utilizan
para envasar el producto). La elaboración de dulces y escabeches es un tí-
pico proceso de agregado de valor sobre productos que originalmente no
poseen un alto valor de venta (como los higos, membrillos zapallos, etc.),
son de uso doméstico (pavos, conejos) o poseen alguna característica que
no los hace propicios para la venta (pollos golpeados durante la faena o sin
el color amarillento característico del maíz).
El resto de las actividades (vacas, conejos, huerta y aves de corral) se
destinan al autoconsumo, sin embargo también es un capital al cual en de-
(13)
En este tipo de explotación las situaciones económicas adversas no derivan en
una bancarrota, sino en “ajustar el cinturón” y en una mayor “auto-explotación” de
la familia (Chayanov, 1974).
(14)
Luis todos los años compra fardos a vecinos en el verano, cuando los precios son
convenientes, y luego los vende en el invierno, obteniendo una ganancia por la in-
termediación.

108
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

terminadas circunstancias la familia puede echar mano para obtener in-


gresos extra15.
Otra cuestión que llama la atención son los altos niveles de innovación
en las diferentes actividades de la finca. En casi todas ellas se pueden apre-
ciar distintos detalles que dan cuenta de esto, como por ejemplo: un corral
de pollos construido por el mismo productor utilizando la caja vieja de una
camioneta, bebederos artesanales para los pollos elaborados con caños de
PVC y sifones de soda para su desagote, una fumigadora que fue desarro-
llada con un viejo armazón, un tanque de agua, una bomba y mangueras,
un tractor del año 65 modificado con un motor Perkins, sistema de corra-
les y parideras para los cerdos construidos con pallets y maderas de des-
carte, la caja nueva de la camioneta diseñada y construida por el mismo
productor, entre otros.
Esta notable capacidad de innovación se complementa con la habilidad
de adaptar y aprovechar los recursos disponibles, llevando a la explotación
hacia bajos niveles de externalización. Este proceso es más conocido en la
literatura como la producción de novelties y es característico en la agricul-
tura familiar (Van der Ploeg, 2010). Esta estrategia le permite conservar un
grado importante de autonomía con respecto al mercado, a pesar de que
gran parte de su producción está fuertemente orientada al mismo.
Por último, es de destacar la capacidad del NAF (tanto en su primera
etapa como en la actual) para el uso y construcción de redes locales, tanto
para la provisión de recursos a menor precio, la colocación de sus produc-
tos de manera tanto mercantil (venta en finca o en la ciudad, gestión de in-
formación de precios por parte de las mujeres) como no mercantil (por redes
de reciprocidad, dones, trueques), para la gestión del conocimiento (SAF,
UNSE, INTA, productores locales, etc.), para acceder los mercados de tra-
bajos, etc. Estas redes construidas brindan posibilidades permanentes de
obtener recursos y beneficios de manera dinámica mediante distintas com-
binaciones de estrategias mercantiles y no mercantiles.
De esta forma, la flexibilidad de las estrategias prediales permite captar
recursos en todo momento, y aseguran su funcionamiento doméstico y pro-
ductivo. Al estar diversificadas y mercantilizadas en diferente medida (ver
Tabla N°1) (Van der Ploeg, 2007), unas actividades actúan de soporte para
la continuidad de las otras, ya sea proveyendo directamente los insumos,
o proveyendo los recursos monetarios para la compra de los insumos o
bienes de capital necesarios para el resto de las actividades.
Tanto la mencionada diversificación productiva como la gestión de redes
socio-tecnológicas, las redes de intercambio comercial y de vinculación pro-
ductiva, y la alta capacidad de innovación entre otras estrategias, actúan
como recursos que garantizan la autonomía predial y su funcionamiento
ante diferentes contextos.

(15)
Ejemplos de esto en el último año lo constituyen la venta de una vaca ($5.500)
o un pavo ($450), los conejos, los pavos y las frutas que son utilizados como insu-
mos para escabeches y dulces, el intercambio de un torito por otro para mejorar
la genética de las vacas, etc.

109
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

Así, y retomando el debate planteado en el marco conceptual, este caso


demuestra que lejos de tratarse de sujetos pasivos que solo resisten y se
adaptan a un medio capitalista que lo agrede y busca subsumirlo (Bartra,
2008), los agricultores familiares van generando respuestas activas a la cre-
ciente mercantilización, permitiendo que el mercado y otras fuerzas “exter-
nas” ingresen al mundo de la explotación familiar, integrándolo dentro de
sus propias estrategias agrícolas, pero al mismo tiempo cuidando de man-
tener un grado relativo de autonomía en materia de toma de decisiones.
Sin embargo, no hay que perder de vista que una parte importante de
este sector se ubica en una situación de dependencia, marginación y pri-
vación, y justamente es en este contexto donde despliega su capacidad de
actuar y resulta clave el modo que tiene para relacionarse con el mercado
(Long, 1986). El objetivo es lograr un esquema productivo y comercial que
le permita una máxima flexibilidad, movilidad y libertad, creando un espa-
cio de maniobra que le facilite su contracción o su expansión en el mo-
mento oportuno (Paz, 2008).
El caso estudiado demuestra que lograr esta “autonomía relativa” es po-
sible, ya que mediante decisiones productivas y comerciales concretas, el
productor continúa controlando la organización de su propio trabajo. De
esta forma, se podría sostener que la actual fortaleza y viabilidad de la pro-
ducción familiar no descansa en su grado de orientación al mercado, sino
en la forma en la que el productor logra ir encontrando un esquema pro-
ductivo y circuitos comerciales apropiados para no comprometer su auto-
nomía.

7. Reflexiones finales
La experiencia de reconversión productiva que ha vivido el NAF fue un
proceso gradual, que se fue dando “paso a paso” (Van der Pleog, 2010), por
prueba y error, y no de manera abrupta ni por sustitución completa de cul-
tivos por otros o del sistema productivo, y justamente en ello radica gran
parte de su éxito en términos de apropiación.
En dicho proceso, organismos públicos como el PSA primero y luego la
SAF han jugado un rol muy importante como fuente de conocimiento tec-
nológico y socio-organizativo y como aporte financiero, y pese a que han fa-
cilitado la reconversión y mercantilización del NAF en ciertas actividades,
han sido a nuestro entender lo suficientemente flexibles en su intervención
como para permitirle desplegar en simultaneo sus estrategias de produc-
ción autónomas. Por ende, desde nuestro punto de vista los resultados ob-
servados exceden a la mera intervención institucional, ya que no pueden
explicarse sin la concurrencia de otros factores, entre los cuales queremos
destacar las capacidades particulares de la familia y sus estrategias pro-
ductivas y reproductivas, que no son exclusivas de este caso sino que for-
man parte del repertorio tradicional de la agricultura familiar.
Así por ejemplo, el análisis sobre el grado de mercantilización del NAF
ha dejado en evidencia que una explotación que aparentemente se en-
cuentra completamente orientada al mercado, puede “esconder” en su in-
terior determinadas actividades menos mercantilizadas, que sirven de
soporte al resto y son manejadas estratégicamente confiriendo al sistema
elasticidad y capacidad de reacomodamiento ante diferentes contextos.

110
Abriendo la finca al mercado sin perder la autonomía...

Sin embargo, para lograr esta flexibilidad no sólo se requiere la gestión


de estrategias de no mercantilización sino también de diversificación. En
efecto, se ha podido observar como algunas actividades productivas del NAF
que experimentan circunstanciales restricciones en recursos pueden ser
subsidiadas por otras actividades, ya sea mediante el autoconsumo directo
o mediante la venta del excedente que genere un ingreso destinado a paliar
la circunstancial carencia. Este sistema de interacciones flexibles, permite
realizar aportes o “auxilios cruzados” entre las diferentes actividades en
respuesta a un contexto ambiental y de mercado que también se muestra
cambiante.
En síntesis, el NAF estudiado ha logrado desarrollar ventajas competi-
tivas y adaptativas a través de la diversificación de su producción, bajos
niveles de externalización, endogeneidad, control sobre los recursos y el
despliegue de estrategias de no mercantilización (Van der Ploeg, 2010), lo
que está estrechamente vinculado con la capacidad de autonomía de la
misma, y da respuesta al cuestionamiento de si la orientación del NAF hacia
los mercados necesariamente va a traer aparejada una restricción de su
autonomía predial. Además, la estrategia de no mercantilización de deter-
minados factores de la producción actúa como un poderoso correctivo de la
relación insumo-producto, otorgándole al NAF no solamente una ventaja
tangible en términos competitivos (basada en la reducción de costos mo-
netarios), sino que también le permiten el aprovechamiento de los recursos
naturales que tiene a su disposición.
Cabe resaltar que estas estrategias no hubieran podido gestarse sin la
presencia de otros dos pilares, como son la organización y transformación
de la mano de obra y la utilización estratégica de las redes sociales.
Así, otra de las características importantes que se ha visualizado a nivel
predial son las transformaciones que se dieron en cuanto a “quienes” apor-
tan la fuerza de trabajo, y los roles que los diferentes miembros han des-
empeñado en dicho proceso. Por ello, dentro de un marco de
funcionamiento que es propio de la agricultura familiar, no puede dejar de
mencionarse la pérdida de capacidad de trabajo familiar, coincidente con la
migración de los hijos, y su exitosa sustitución parcial por el trabajo asa-
lariado. No obstante, el resto de la familia sigue aportando no solamente su
trabajo al predio sino, sobre todo, su capacidad de gestión, especialmente
en el caso de las mujeres.
Y finalmente, hay que resaltar que gran parte del capital de esta explo-
tación radica en su notable capacidad de construcción de redes, las cuales
sirven de sustento en las distintas dimensiones de la producción, tanto en
la obtención de insumos como en el destino de la producción y en las acti-
vidades de gestión del conocimiento y obtención de financiamiento. Por otro
lado, la forma particular en la que se utilizan estas redes ha servido a la fa-
milia para afianzar o reafirmar su posición simbólica como referentes co-
munitarios.

111
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113
De productores familiares a emprendedores rurales:
un estudio de caso sobre producción de
harina de algarroba en el departamento Loreto,
Santiago del Estero.
RITA SALVATIERRA, M. ALEJANDRA LEGUIZAMÓN Y KARINA CO-
RONEL

1. Introducción
Durante la década de los 90, las políticas públicas orientadas al sector
de los pequeños productores agropecuarios, se caracterizaban por ser fo-
calizadas y compensatorias tendientes a reducir la pobreza. Luego de la cri-
sis del 2001, los cambios económicos y políticos trajeron consigo una nueva
mirada sobre el sector; mirada que propició el diseño y ejecución de polí-
ticas orientadas a la visibilización y revalorización de las actividades pro-
ductivas de los pequeños productores rurales, reconociéndolos como
actores relevantes para el proceso de desarrollo territorial rural. Actual-
mente las políticas traducidas en proyectos destinados a los pequeños y
medianos productores rurales, han permitido que estos mediante la imple-
mentación de diversas estrategias productivas y socio-organizativas, pue-
dan integrarse y constituirse en un eslabón del circuito de producción y
comercialización del mercado interno y nacional. La integración a este cir-
cuito a reconfigurado la economía doméstica y familiar, habilitando para-
lelamente a estos productores al traspaso paulatino de productores
familiares a emprendedores rurales.
En el presente trabajo se analiza el pasaje de productores rurales fami-
liares a emprendedores rurales, proceso que se está dando en la Asocia-
ción de Pequeños Productores Unidos de Loreto Sur de la localidad de San
Jerónimo-Departamento Loreto- Santiago del Estero; a partir de la imple-
mentación de mejoras y/o cambios en las formas de producción, distintas
a las tradicionales, ubicadas en diferentes fases del proceso productivo de

115
De productores familiares a emprendedores rurales...

agregar valor a las vainas de algarroba a través de la producción – princi-


palmente- de harina de algarroba. Para ello, se realiza una breve caracteri-
zación de las familias que han intervenido en la experiencia, identificando
el contexto en el cual se dio y los factores tecnológicos-productivos y socio-
organizativos que facilitaron u obstaculizaron la misma. Más allá de este
objetivo propuesto, este trabajo pretende ser un antecedente de como la in-
serción de las políticas públicas traducidas en proyecto posibilitan que las
familias rurales comiencen a proyectarse como potenciales productores
dentro de los circuitos de comercialización.
Para esta sistematización se tomó contacto con los actores que partici-
paron del proyecto de agregado de valor a las vainas de algarroba, a los que
se les hizo entrevistas en profundidad. De igual, manera se tuvo acceso a
información secundaria generada en el proyecto como informes de avance,
informes institucionales, evaluaciones realizadas, los cuales fueron insu-
mos importantes para este trabajo.

2. Las políticas públicas y la agricultura familiar


Las políticas públicas (PP) son instrumentos que permiten la compleja
articulación entre el Estado y la sociedad civil. Estas herramientas diseña-
das por el Estado, tienen como objetivo primordial impactar positiva y be-
neficiosamente en cada uno de los sectores de la sociedad. Vilas (2013),
señala que las PP contemplan diseños estratégicos que orientan al poder
político en ejercicio. La aplicación de estos, traducidos en programas y pro-
yectos, no solo configura un modelo de acción y gestión de gobierno, sino
que actualmente son delineadas por diversos actores sectoriales que ante-
riormente no se encontraban íntegramente representados, así por ejemplo,
en el sector agrícola rural el Foro Nacional de Agricultura Familiar (FONAF),
no solo contribuye en las puntualizaciones de lineamientos de las urgencias
de este sector, sino que ha permitido que los agricultores familiares dejen
de ser percibidos como simples beneficiarios y pasen a ser identificados
como sujetos de derechos y obligaciones.
Las PP, a mediados de la última década, han dedicado vastos esfuerzos
en el fortalecimiento de las capacidades y cualidades endógenas de los mi-
cros espacios y los actores más vulnerables que componen el sector agrí-
cola. Respecto a esto Nogueira (2013), manifiesta que las PP argentinas
orientadas al medio rural comprenden al agricultor familiar como un sujeto
que interviene y ejecuta las políticas. Así mismo, esta autora indica que
este sujeto, en la construcción de la política actual, representa un portador
de acciones diferenciales en el marco de un proceso de construcción insti-

(1)
Entenderemos por políticas públicas un instrumento de trabajo mediante el
cual se pretende alcanzar desde el Estado, en forma sistemática y coherente,
ciertos objetivos de interés para el bienestar de toda la sociedad civil. Dicho de
otra manera, cuando desde el Estado se plantean propuestas de mediano y largo
plazo hacia la sociedad civil, existe la necesidad de diseñar y ejecutar programas
y proyectos para cumplir los objetivos de interés social, y en ese nivel las políti-
cas públicas desempeñan un rol fundamental (Podesta Arzubiaga, 2001).

116
De productores familiares a emprendedores rurales...

tucional iniciado durante el año 2009 con la creación del Ministerio de Agri-
cultura, Ganadería y Pesca, la Secretaria de Desarrollo Rural y en años más
recientes la Subsecretaria de Agricultura Familiar. Por otra parte, Nogueira
y Urcula (2012), advierten que las políticas destinadas a la agricultura fa-
miliar contemplan tres dimensiones:
• Dimensión Institucional: centrada en el fortalecimientos de las
decisiones políticas del sector, donde surge un proceso de consoli-
dación institucional regional, que tiene como objetivo contribuir a la
representatividad de los pequeños agricultores. En esta dimensión
las organizaciones representativas, por ejemplo el FONAF, son es-
cuchadas y tenidas en cuenta a la hora de proyectar estrategias y
tomar decisiones sobre el sector.
• Dimensión espacio-territorial: donde se contemplan las particu-
laridades de las regiones y los actores. En tal sentido las políticas
han revalorizado el espacio de lo rural-local, apostando a la existen-
cia del desarrollo del “interior” rural.
• Dimensión productivo-tecnológico: reconoce a la agricultura fa-
miliar en términos de soberanía y seguridad alimentaria, donde tam-
bién se tiene en cuenta la necesidad que poseen los agricultores
respecto a tecnologías apropiadas para distintos tipos de actividades
y servicios, enmarcados en una nueva lógica de agricultura familiar
que intenta dar agregado de valor a la producción.
Con respecto a la dimensión institucional, cabe mencionar que en la
provincia de Santiago del Estero las familias que subsistían de la agricul-
tura, ya habían logrado conformar organizaciones o grupos de trabajo con
el objetivo de mejorar sus condiciones de vida mediante el trabajo manco-
munado y organizado. Desde esta perspectiva, el Estado como interventor
de las políticas destinadas al sector agropecuario, ha logrado consolidar la
representatividad de la agricultura familiar a través del fortalecimiento del
regionalismo de estos sujetos. Tal es la importancia que han adquirido estos
actores dentro de las PP, que la creación del Ministerio de Agricultura, Ga-
nadería y Pesca (MAGyP) ha constituido en un indicador institucional de la
continuidad y permanencia de los problemas vinculados al medio rural en
la agenda de gobierno. Por otra parte, estas políticas no abarcan lo estric-
tamente productivo, competitivo y puramente sectorial, sino que permite
la visibilidad de algunos sujetos sociales, tales como los productores fami-
liares, donde la noción de desarrollo rural (DR) se gestiona de un modo di-
ferenciado, pero a la vez, integrado a la política sectorial.
En referencia a las dimensiones espacio-territorio y productivo tecnoló-
gico, ambas se encuentran contenidas en las diversas estrategias que se
aplican en torno al desarrollo endógeno del sector rural. Así las PP, consi-
deran que el DR debe girar sobre el eje de una visión integral, que posee es-
trategias vinculadas a las problemáticas que deben enfrentar los
agricultores familiares. Estas estrategias, fortalecen a las organizaciones
existentes y permiten a su vez el nacimiento de muchas otras, brindado un
espacio democrático y de participación, que tiene como objetivo mejorar las
actividades agropecuarias y los territorios rurales en general (Subsecreta-
ria de Agricultura Familiar,2014).

117
De productores familiares a emprendedores rurales...

Las PP en torno a lo rural, abarcan la diversidad social y sectorial que


compone la realidad agrícola y rural. Esta diversidad permite el esfuerzo
de comprender que la agricultura familiar posee particularidades locales,
provinciales y regionales que caracterizan los espacios-territorios. Así, el
Plan Estratégico Agroindustrial y Agroalimentario Participativo y Federal
2010-2020 del MAGyP de la Nación, declara que el contexto dinámico de
trasformación que atraviesa el sector agrícola, se hace necesario instru-
mentar proyectos y diseños estratégicos vinculados a las regiones y terri-
torios. Desde este documento, surgen políticas que se han instrumentado
a través de planes estratégicos de desarrollo regional, programas que tienen
como finalidad:
• Democratizar el acceso de los pequeños productores a las PP, a
través de cooperativas y otras organizaciones locales.
• Impulsar el agregado de valor en las producciones alternativas,
fundamentalmente en manos de los productores.
• Promover la distribución de la renta a lo largo de la cadena de
valor.
• Generar nuevas cadenas de comercialización y/o apoyar las ferias
donde los productores venden directamente al consumidor final.
• Construcción de infraestructuras productivas y/o equipamientos
que viabilicen la producción a menor escala.
Ryan y Bergamín (2011), indican que las PP, llevadas a cabo hasta el
momento en el sector de la agricultura familiar se han caracterizado por: i).
la implementación de programas de apoyo técnico y financiero, cuyos ob-
jetivos apuntan a que las poblaciones rurales superen restricciones econó-
micas productivas, mediante el fortalecimiento asociativo de los
productores y el trabajo en conjunto con instituciones y organismos nacio-
nales e internacionales abocados a este sector. Este apoyo, junto al trabajo
en equipo con organismos e instituciones permite mejorar los ingresos de
los productores y promover su participación en las decisiones políticas. ii).
La utilización de estrategias con la finalidad de que el sector campesino e
indígena tengan un proyecto político, cultural, económico; y que logren la
dignidad, la soberanía alimentaria, accedan y ejerzan el control sobre sus
territorios.
Domínguez Pachón (2009), advierte que en América Latina, los progra-
mas aplicados a los sectores más vulnerables, cuentan con el financia-
miento de organismos internacionales. Para el autor, este apoyo financiero
en conjunto con el accionar de los organismos nacionales (instituciones na-
cionales, gobiernos provinciales, municipales y comunales, etc.), permiten
crear un escenario donde, en este caso los agricultores familiares, partici-
pan en la construcción y fortalecimiento de sistemas productivos alterna-
tivos, a través de los recursos disponibles y potencialidades sobre el trabajo
y manejo de la tierra y animales. Estos sistemas de producción alternativa
de baja escala, permiten que estos sujetos a través de la vinculación y or-
ganización de sus actividades de subsistencia y actividades productivas con
valor agregado destinados a la comercialización, se conviertan en dinami-
zadores de la economía interna, local y regional.

118
De productores familiares a emprendedores rurales...

3. Localización e inicio de la experiencia


En la provincia de Santiago del Estero, en el departamento Lotero, más
específicamente en la localidad de San Jerónimo, las PP se han traducido
en el proyecto de elaboración y venta de harina de algarroba. La imple-
mentación de este proyecto se ha llevado a cabo en la Asociación de Pe-
queños Productores Unidos de Lotero Sur (APPLS). La aplicación del
proyecto de harina de algarroba ha implicado que las familias comprome-
tidas en dicha actividad modifiquen sus formas de producción y la pro-
ducción en sí misma; cambios orientados a superar la economía de
subsistencia a través de la especialización de determinas producciones al-
ternativas (harina de algarroba y derivados de vainas de algarroba) que
serán insertadas en los mercados.
Ingresar a los mercados o circuitos de comercialización ha implicado
que estas familias desarrollen la capacidad de articular sus actividades co-
tidianas (destinadas a la subsistencia) con producciones que conllevan un
agregado de valor. Realizar producciones con valor agregado ha requerido
que estas familias respondan planteos vinculados a: que producir, como
producir, y para quien producir; a su vez estos se han constituido en indi-
cadores de la reconfiguración de la economía doméstica familiar, permi-
tiendo la visibilización de rasgos que caracterizaran el traspaso paulatino
de productores familiares a emprendedores rurales. Este traspaso, implica
que los pequeños agricultores de forma sustentable, comiencen a ser acto-
res capaces de ofrecer al mercado calidad y cantidad de un producto de-
terminado, realizando continuas mejoras tecnológicas- productivas y
socio-organizativas, con el fin de delinear una lógica de producción que se
inicia en la compra de la materia prima y culmina en la venta del producto.

3.1. Breve aproximación a los actores


Los agricultores familiares de la localidad de San Jerónimo se caracte-
rizan por realizar producciones para el autoconsumo, utilizando mano de
obra familiar. Las mujeres realizan artesanías en tejido en telar que son
vendidas en ferias locales y provinciales o en puestos sobre la ruta Nacio-
nal N°9, dedicándose también a atender la unidad doméstica. Los ingresos
de estos agricultores familiares están formados por: los que genera el pre-
dio para el autoconsumo, la venta de excedentes, trabajo extra predial y de
los Planes Sociales (Asignaciones familiares, pensiones, jubilaciones no
contributivas, etc.)
La principal actividad productiva es la cría de ganado caprino cuyo ex-
cedente es vendido en el mercado local. En cuanto a la agricultura, esta se
vincula con la siembra de cucurbitáceas y maíz para consumo familiar, en
menor medida siembran alfalfa en pequeñas parcelas para alimentar a los
animales. Estas actividades agrícolas se realizan con aplicación de escasa
tecnología y depende de la lluvia, ya que estas familias se encuentran en
área de secano.
En el caso de los hombres y más precisamente los jóvenes, migran tem-
poralmente en los meses de septiembre-octubre hasta los meses de marzo-
abril a diferentes provincias (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, etc.) a
realizar trabajos en diferentes tipos de producciones agrícolas (maíz, arán-

119
De productores familiares a emprendedores rurales...

danos, girasol, etc.). En este período las mujeres quedan a cargo tanto de
los quehaceres domésticos como de los prediales. El ingreso generado por
el trabajo golondrina es destinado por las familias para la compra de motos,
heladeras, muebles; en épocas de sequía el dinero es utilizado para la com-
pra de forraje.
La Asociación Civil de Fomento Comunal de Pequeños Productores Uni-
dos de Loreto Sur surgió a mediados del año 2000, con la intención de dar
respuesta a las diferentes necesidades que tenía la comunidad de San Je-
rónimo y comunidades vecinas. En la actualidad cuentan con 250 socios,
aunque en sus comienzos llegaron a tener más de 400, esta “pérdida de so-
cios”, se fundamenta en que esta asociación al ser una de las primeras en
la zona, realiza trabajo de fomento organizacional en otras áreas zonales,
con el objetivo de dar nacimiento a nuevas organizaciones de zonas vecinas.
La Asociación de Pequeños Productores Unidos de Loreto Sur (APPULS)
forma parte activamente del Foro de la Agricultura Familiar lo que poten-
cio su capacidad de gestión. Esta asociación tiene una larga trayectoria de
trabajo, gestión y articulación con organismos estatales tanto provinciales
como nacionales. A lo largo de su vida institucional fue ejecutora de dife-
rentes proyectos de gran impactó en el territorio: construcción de una
planta potabilizadora de agua, adquisición de un tractor y rastra en como-
dato con la provincia, capacitaciones diversas, gestión de fondos de emer-
gencia por sequias, proyectos para mejora de la producción en ganadería
menor y mayor, proyectos para jóvenes, etc.
De esta experiencia, objeto de esta sistematización, participan otros ac-
tores que no son locales pero que resultan ser importantes para su origen
y desarrollo: técnicos de UCAR (Unidad para el Cambio Rural), técnicos de
la SsAF (Subsecretaría de Agricultura Familiar) actualmente SAF (Secreta-
ría de Agricultura Familiar) y la Facultad de Agronomía y Agroindustrias
(FAyA) de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE) a través
del proyecto el ITI (Iniciativas de Transferencias de Innovación).
La Unidad para el Cambio Rural (UCAR) gestiona la cartera de Progra-
mas y Proyectos con financiamiento internacional del Ministerio de Agri-
cultura, Ganadería y Pesca de la Nación, cuya finalidad es promover el
desarrollo con equidad en áreas rurales. Los técnicos de UCAR participan
de este proyecto desde sus orígenes, realizando asesoramiento técnico, se-
guimiento y monitoreo. Se vinculan directamente con los técnicos de la
SAF, la organización y la FAyA a través del ITI.
Los técnicos de terreno de la SAF realizan el acompañamiento perma-
nente a la asociación tanto en lo sociorganizativo como en lo productivo, en
este proyecto como en anteriores. Se caracterizan por ser la cara visible del
Estado en los territorios, con un trabajo interdisciplinario (equipo confor-
mado por profesionales de diferentes disciplinas) y con apertura hacia la ar-
ticulación con los diferentes actores sociales del territorio o fuera del
mismo.
Desde un primer momento tanto los técnicos de UCAR como los técni-
cos de la SAF trabajaron conjuntamente en esta experiencia, en tanto que
la los profesionales de la UNSE, más precisamente la Facultad de Agrono-
mía y Agroindustrias (FAyA) a través del proyecto ITI financiado desde el

120
De productores familiares a emprendedores rurales...

PROSAP (Programa de Servicios Agrícolas Provinciales), aparecen cuando ya


estaba en marcha la experiencia como una necesidad de sumar capacida-
des a las asociaciones para la producción de harinas de algarroba y de fru-
tos del monte (chañar, mistol y vinal). Los profesionales de la FAyA realizan
la experiencia a escala piloto, donde capacitan y transfieren tecnologías in-
novadoras a la asociación, buscando desarrollar protocolos para estanda-
rizar la producción de harinas, la aplicación de buenas prácticas de
manufactura (BPM) y la realización del análisis de las mismas.

3.2. Relatando el comienzo. Las vainas de algarroba


A fines del año 2011, los técnicos de terreno de la Secretaria de Agri-
cultura Familiar, proponen a la asociación de pequeños productores tra-
bajar en un proyecto vinculado a la recolección y venta de vainas de
algarroba. Luego de varias reuniones y ante la necesidad que tenía el grupo
por aplicar un proyecto productivo que contribuya a las economías fami-
liares de la organización, a principios del 2012 decidieron aceptar el desafío
de introducirse en la actividad no maderera del algarrobo. Si bien, estas
actividades se encontraban bajo líneas y sub-líneas de trabajo que propo-
nía el PRODEAR , destinadas a la recolección de vainas de algarroba (para
reventa), y a la producción de harinas (agregado de valor), la decisión de tra-
bajar con alguna o ambas líneas surgió de las sugerencias que venían desde
los técnicos de UCAR . Estas últimas tenían como base una consultoría en-
cargada por este organismo, cuyo objetivo era determinar la viabilidad eco-
nómica de estas líneas para cada organización que se encontrara
trabajando con la recolección de vainas de algarroba. De acuerdo a la con-
sultoría a San Jerónimo, por sus características, le era conveniente reali-
zar actividades vinculadas a la recolección de vainas para la reventa
quedando la producción de harinas en un segundo plano.
Esta elección estuvo fundamentada en i)- San Jerónimo, es una zona
donde existe un monte nativo donde predominan los algarrobos blancos y
negros; siendo así una importante zona proveedora de vainas. ii)- Las fa-
milias poseían conocimiento sobre la higiene básica de las vainas y su uti-
(2)
PRODEAR, es el Programa de Desarrollo Áreas Rurales, es de alcance nacio-
nal y depende del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. La
finalidad del programa es contribuir a la cohesión e inclusión social y productiva
de los habitantes del sector rural, promoviendo la creación de condiciones para
un desarrollo sostenible de las áreas rurales en el marco de las economías re-
gionales. Este programa se ejecuta a través de la UCAR del Ministerio de Agri-
cultura. La organización institucional de la UCAR, se basa en la Coordinación
General y responsabilidades técnicas por Área de servicios de apoyo y asesora-
miento para cada Programa o Proyecto, las cuales complementan las actividades
de las unidades provinciales de ejecución.
(3)
UCAR, es la Unidad para el Cambio Rural. Esta gestiona la carta de Progra-
mas y Proyectos del Ministerio de Agricultura de la Nación con financiamiento
externo. A su vez contribuye al desarrollo con igualdad de oportunidades por
medio del impulso a la competitividad sistemática en los actores rurales.

121
De productores familiares a emprendedores rurales...

lización, ya que estas solían recolectar vainas para realizar productos (pa-
nificados y dulces) de consumo humano; y iii)- Desde UCAR se habían de-
tectado dos potenciales compradores de vainas, ACEBAN y la Escuela
Técnica de Añatuya.
Para dar comienzo al proyecto de “recolección de vainas”, la UCAR des-
tinó un monto de diez mil pesos en concepto de inversión inicial, que luego
debería ser devuelto por la organización. Este monto tenía como objetivo
constituir un fondo rotatorio que la organización debía administrar y des-
tinar parte del monto a la compra de vainas de algarroba y un equipo bá-
sico de trabajo (pilones, carretillas, tachos, un molino a martillo). Así
durante los meses septiembre-octubre (comienzos de la primera campaña
2012-2013), la asociación se había organizado para comunicar a las fami-
lias de la zona que el kilo de vainas (recolectadas a mano y sin lavar) seria
comprada a $3,50, precio sugerido por el consultor de la UCAR. En la pri-
mera campaña (2012-2013) de compra, la APPULS, había logrado adquirir
800 kilos de vainas (entre blancas y negras) a las familias de zona y de aso-
ciación, las cuales habían guardado en bolsas de arpillera y contabilizando
un costo de $2.800 que la organización destino a la compra de vainas.
De los 800 kilos, comprados por la organización, solamente lograron
vender 100 kilos a consumidores directos minoristas, que utilizaban las
vainas para hacer productos panificados para el hogar. Los kilos restan-
tes, no pudieron ser vendidos, ya que con ACEBAN, el principal comprador
de la asociación, no se logró cerrar una negociación que le brindara ga-
nancias a la organización dado que el comprador había indicado que com-
praría el kilo de vainas sin lavar a $3,50 y lavadas a $4,00. Ante esta
situación tan desventajosa para la asociación, UCAR les propone realizar la
molienda de las vainas almacenadas como para amortiguar las perdidas.
Disponían para realizar esta actividad, no priorizada en un primer mo-
mento, de una habitación de pequeñas dimensiones donde tenían lugar
las reuniones ordinarias, es decir que las condiciones de procesamiento no
serían las mejores. Este hecho constituyó un quiebre o momento bisagra
para la asociación, ya que producir harina para consumo humano requiere
de la apropiación de nuevas formas de producción por la cantidad y la ca-
lidad del producto a obtener.

3.3. Comenzando a producir valor agregado con las vainas de algarroba


3.3.1. El proyecto de Harina de Algarroba
El traspaso de compradores de vainas a productores de harina de alga-
rroba, significó para la organización sumergirse en una nueva forma de pro-
ducción, que requería y requiere: adaptación a tecnologías apropiadas para
la realización de harina, inversiones a través de financiamientos, asistencia
técnica y capacitación. En vinculación a estos factores necesarios para pro-
ducir harina, la organización junto a los técnicos de terreno de la SAF dise-
ñaron un proyecto de plan de crédito, que tenía la finalidad de facilitar a los
asociados de la Asociación Civil de Fomento Comunal de Pequeños Produc-
tores Unidos de Loreto Sur (APPULS) el acceso a un microcrédito, para des-

4
Asociación de Celiacos Bandeños.

122
De productores familiares a emprendedores rurales...

arrollar y adelantar oportunamente actividades productivas agropecuarias


como alternativa de desarrollo y en respuesta a necesidades que aseguren el
crecimiento y mejora de la calidad de vida de estos productores. Así el micro
crédito se constituyó en un mecanismo de apoyo para la obtención de re-
cursos a corto plazo, destinados a la producción, trasformación y comercia-
lización de productos derivados de las vainas de algarrobo. Este proyecto ha
sido definido por los técnicos de UCAR como una “prueba piloto” donde las
vainas de algarrobo son un recurso vinculante para la producción con valor
agregado, y que de ellas se puede extraer harina, artesanías y suplemento ali-
mentario para animales en épocas de escases de pasturas.
La aprobación y ejecución del proyecto requería de una serie de capaci-
taciones, asociadas a la incorporación de protocolos de buenas prácticas vin-
culadas a la identificación de árboles, acondicionamiento y limpieza de los
suelos donde caen las vainas, recolección y acopio, métodos de lavado, se-
cado y almacenamiento, molienda, conservación, uso apropiado de herra-
mientas de trabajo, materias y maquinaria, marketing y comercialización del
producto. La realización de estas actividades, contribuyeron a que las fami-
lias comiencen a introducir labores eficientes y eficaces, proceso que pro-
movió la aparición o emergencia de características vinculadas al perfil de
emprendedores.

3.3.2. Agricultores rurales con rasgos de emprendedores


Para Ortiz Seguel (2009), no existe una definición sobre el emprendi-
miento, ya que su definición y medición depende de la perspectiva de estu-
dio que se utilice. Desde el campo de la economía existen tres escuelas que
definen al emprendedor como un innovador, que genera dinamismo en el
mercado introduciendo nuevos productos o formas de producir, como al-
guien que está dispuesto a aceptar la incertidumbre asociada al emprendi-
miento y como una persona con la habilidad de detectar oportunidades
para iniciar nuevos negocios. Por ejemplo, desde esta área, Wennekers y
Thurink (1999) definen al emprendimiento como una habilidad manifiesta

La escuela Alemana, describe al emprendedor como un innovador, que intro-


(5)

duce innovaciones la mercado que obliga a los demás competidores a reformu-


lar los procesos productivos, incorporando nuevas tecnologías, nuevas
combinaciones de factores productivos que destruyen formas establecidas de
producción. este emprendedor es el responsable de generar desequilibrios eco-
nómicos y dinamizar la economía, generando mayor crecimiento. La escuela de
Chicago, aborda el emprendimiento desde la teoría económica neoclásica, donde
se tiene en cuenta la competencia perfecta, la información perfecta y el com-
portamiento racional. Para esta escuela el emprendedor posee el atributo de la
capacidad intuitiva o un conocimiento no universal que le permite el éxito y una
capacidad superior de manejar la incertidumbre donde la intuición escapa del cál-
culo racional que plantea la teoría. La escuela Austriaca indica que este sujeto
económico tiene la capacidad de percibir oportunidades de lucro o ganancia y
aprovecharla. Estas oportunidades provendrían de una situación de desequilibrio
en el mercado, la cual el emprendedor lo detecta y sabe aprovecharlo.

123
De productores familiares a emprendedores rurales...

y voluntad de los individuos, por si mismos o en equipo con organizaciones


externas existentes, de detectar y crear nuevas oportunidades económicas
y de introducir sus ideas en el mercado, enfrentando la incertidumbre y
otros obstáculos, tomando decisiones sobre ubicación, forma y uso de los
recursos e instituciones.
La concepción económica de emprendimiento y emprendedor, nos per-
mite advertir y localizar a la APPULS en esta categoría. Esta ubicación se
fundamenta en que las familias que pertenecen a la organización en con-
junto con los agentes ejecutores del Estado (técnicos de terreno) ante la
caída de la negociación con ACEBAN (el principal comprador), han tenido
la capacidad de detectar y asumir una nueva oportunidad económica, vin-
culada a la producción de harina de algarroba. Asumir esta oportunidad
implica superar día a día obstáculos propios de la eficiencia en la combi-
nación de técnicas de producción y la eficacia en la inserción de este pro-
ducto poco conocido al mercado formal de comercialización. Este nuevo
negocio, de forma indirecta, genera un dinamismo económico en la zona, a
través de la compra de vainas, e introduce al mercado una nueva produc-
ción, que trabajada eficiente y eficazmente, posee una potencialidad de cre-
cimiento, ya que esta harina es utilizada por empresas que producen
alimentos libre de gluten.
Para Bravo Reyes y Gámes Gutiérrez (2010), quienes elaboran una ti-
pología de emprendedores de acuerdo a ciertas características, los em-
prendedores pueden clasificarse en:
a)- emprendedores por vocación, que son individuos que poseen
el impulso de crear una empresa, ingresar al sector formal y contar
con capital de inversión.
b)- emprendedores por necesidad, son quienes fundan sus ne-
gocios para mejorar su situación o son impulsados por circunstan-
cias. Estos se caracterizan por tener como limitante los recursos
financieros y el conocimiento, lo cual les impide el rápido acceso al
mercado formal.
c)- el emprendedor público, que emerge del sector estatal como
agente de cambio e innovador institucional, tiene bajos niveles de
restricción normativa, funcionan con esquemas descentralizados y
buscan la asociación de lo público con la sociedad civil para cubrir
necesidades insatisfechas de la población.
Desde la tipología de emprendedores, podemos señalar que la organiza-
ción de San Jerónimo se encuentra en el tipo de emprendedores por nece-
sidad. Ya que si se tiene cuenta que desde el año 2010 no se había
presentado la oportunidad de acceder desde la organización a ningún tipo
de proyecto financiado desde algún organismo público o privado, la pro-
puesta de la UCAR, vino a generar una oportunidad a los socios, los cua-
les se hicieron responsables del proyecto de la recolección de vainas.
Proyecto que luego muta para terminar procesándolas y convertirlas en un
producto con agregado de valor, permitiéndoles avizorar la inserción al mer-
cado. Así podríamos conjeturar que la toma de decisión de emprender este
tipo de actividad fue un efecto de las circunstancias económicas, políticas
y contextuales que se daban en el sector agrícola en ese momento.

124
De productores familiares a emprendedores rurales...

Kantis (2004) expone que la configuración del emprendedor se da


cuando el individuo o grupo de individuos comienzan a transitar etapas del
proceso de emprendimiento. El cumplimiento de estas etapas determina
una visión emprendedora de cualquier proyecto y permite comenzar a ha-
blar de emprendimiento.
Etapas del proceso de emprendimiento
Gestación del proyecto Puesta en marcha Desarrollo inicial
- Decisión de inicio de la actividad. - Introducción al mercado.
- Motivación y competencias.
- Acceso a los recursos para - Gestión durante los primeros años.
- Identificación de la oportunidad.
comenzar. - Revisión del funcionamiento
- Elaboración del Proyecto.
- Fases de la producción. del emprendimiento.
Fuente: Kantis (2004)
A continuación se identificara brevemente en un cuadro la primera etapa
(gestión del proyecto) y parte de la segunda etapa (puesta en marcha) del
proyecto de harina de algarroba, para luego describir y comprender como se
ha dado el proceso de producción y la etapa de desarrollo inicial.
Etapas atravesadas por la APPULS en la producción de harina de algarroba
Primera etapa: Gestación del proyecto
El motivo fundamental que llevo a los socios de la APPULS a producir ha-
rina de agarraba fueron cuatro: el 1º la no concreción de negociación con
Motivación y ACEBAN, 2º la utilización de los 700 kilos de vainas, 3º la necesidad de re-
competencias cuperar el dinero destinado a las compras de vainas, 4º la experiencias y
conocimiento de las mujeres de la asociación que ya sabían trabajar con la
producción de harina y panificados.
Si bien, la propuesta de la realización de harina provino de UCAR, las fami-
lias tuvieron la capacidad de identificar tres oportunidades: 1º del procesa-
miento de la vaina extraerían los siguiente productos con agregado de
Identificación de valor: harina, forraje, artesanías con las semillas y panificados; 2º la harina
oportunidad de algarroba es un producto libre de gluten, potenciado su inserción al
mercado de consumo de las personas celiacas, 3º las mujeres decidieron
elaborar panificados para vender en ferias y escuelas zonales (para el des-
ayuno o merienda de los alumnos).
Las familias elaboraron el proyecto en conjunto con los técnicos de terreno.
El mismo plantea ser un plan piloto, bajo la justificación que las familias recién
Elaboración de darían inicio a esta actividad productiva que requiere de capacitaciones de
Proyecto profesionales de buenas prácticas contenidas en protocolos. En dicho pro-
yecto se pide un microcrédito de $60.000 que les permitiría comprar las he-
rramientas necesarias, pagar costos y destinar el resto al fondo rotatorio.
Puesta en marcha
Decisión de inicio Hasta mediados del año 2013, las familias comenzaron la actividad moliendo los
de la actividad 700 kilos que tenían e intentando ubicarlas en el mercado.
Suarez (1972, citando en Sánchez 2010) sostiene que una de las ventajas que
posee el emprendedor agrícola, gira en torno a los derechos de uso y explo-
Acceso a los recur- tación de tierras u otros elementos asociados para llevar a cabo actividades
sos para comenzar agropecuarias, forestales o mixtas a su nombre. En ese sentido la APPULS,
contaba con los siguientes recursos: materia prima de producción local; he-
rramientas e insumos; infraestructura; energía eléctrica.

Fuente: elaboración propia a partir del análisis de las entrevistas.


125
De productores familiares a emprendedores rurales...

3.3.3. Proceso productivo


Antes de comenzar a desarrollar las fases de la producción de harina de
algarroba, se hace necesario indicar que sobre esta producción existe es-
caza información, tampoco existen protocolos y/o manuales de procedi-
mientos respecto a las técnicas y tecnologías adecuadas para lograr una
producción con la mayor eficiencia posible por lo que toda información dis-
ponible para la organización está acotada a experiencias realizadas en el
inicio del proyecto. Para suplir esta falencia la UCAR propuso que dentro
del proyecto de microcrédito se debían contemplar capacitaciones destina-
das a las buenas prácticas que serían dictadas por técnicos y especialistas
provenientes de las Iniciativas de Trasferencia de Innovación (ITI), quienes
junto a profesionales de la Universidad Nacional de Santiago del
Estero(UNSE) se encargaron de capacitar a las familias en:
• • Técnicas de manejo y limpieza de los suelos donde caen las vai-
nas maduras.
• • Técnicas de recolección, selección, lavado y secado de las vainas.
• • Técnicas de formas de procesamiento y producción para ali-
mentos de consumo humano y verificación de la calidad del producto
(cumpliendo con las normas del Código Alimentario Argentino y SE-
NASA)
• • Técnicas de presentación del producto y su marketing.
A continuación se desarrollaran las fases de producción con el objetivo
de indicar cuáles fueron los factores tecnológico–productivos y socio-orga-
nizativos que dificultaron o facilitaron la experiencia, y como fue evolucio-
nando la misma hacia una producción eficiente.

1º Fase: compra de la materia prima


En dicha fase ya se advierten ciertas características vinculadas al em-
prendedor en el pensamiento de las familias. La primera compra de vainas
se realizó, producto de la inexperiencia, por el pago de un precio elevado del
kilo de vainas y por la no realización de controles de calidad de estas. La
campaña siguiente 2013-2014, la organización compro 3.000 kilos de vai-
nas, pero para ello se organizaron de tal forma que realizaron un crono-
grama de actividades que contenía a)- días en los cuales las familias
pertenecientes a la organización junto a los técnicos de terreno, realizarían
una capacitación de recolección de vainas, destinada a aquellas familias
que desearan vender, b)- se fijó el precio de kilo de vainas que rondaba
entre los $2,50 a $3,00, según la calidad de vaina, y c)- luego de cada ca-
pacitación se recordaba fechas, horarios y lugar donde se daría la compra
de vainas. Esta última actividad requirió de una organización interna: 2
personas recibían las vainas para vender, 3 personas revisaban la calidad,
1 persona pesaba y pagaba, y 2 personas acopiaban las vainas en bolsas de
arpillera discriminando la calidad, ubicándolas debajo de un tinglado con
dos paredes.

2º Fase: preparando la materia prima (el secado)


El proceso de secado requirió de la utilización de la técnica de secado al
sol. Para ello las familias invirtieron en la compra de plásticos negros y bol-

126
De productores familiares a emprendedores rurales...

sas de arpillera para acopio. El método de secado consistió en la extensión


del plástico en el suelo, previa limpieza del mismo, y esparcimiento de las
vainas sobre el plástico. El secado iniciaba a las 8 a.m. y culminaba a las
17 p.m. donde cada hora los encargados del secado revolvían las vainas
para un secado parejo. En esta actividad participaban 5 miembros de la
organización, con turnos rotatorios, durante 3 días. Finalmente una vez se-
cadas las vainas, son ubicadas en bolsas de arpillera y almacenadas en
una pequeña habitación donde las familias realizaban las reuniones de la
asociación.
En el proceso de secado la organización debe tener en cuenta el factor
climático. En los días de humedad, el trabajo de secado es suspendido,
mientras que los días que superan la temperatura de 40º las vainas pue-
den secarse en menos de tres días. Por otra parte, la intención de secar rá-
pido las vainas, está vinculada con detener el avance de los broquideos:
una plaga que ataca en el momento en que las vainas maduran y caen al
suelo, quitándole propiedad a la materia prima.

3º Fase: el procesamiento de las vainas (la molienda)


Moler la vaina de algarrobo, significo una experiencia de aprendizaje
vinculado a la eficiencia de la producción de harina y valor agregado de la
misma. En un primer momento las familias pasaban 60 kg. de vainas tres
veces por una molienda eléctrica a martillo de pequeñas dimensiones, con
la intención de obtener una harina mucho más fina. Pero realizar este pro-
ceso tres veces en la materia prima, según profesionales de la UNSE, hacía
que la harina semi-fina perdiera calidad. Frente a esto, las familias deci-
dieron usar parte de los fondos para que un técnico en terreno de la SAF,
que brinda asistencia técnica en cuestiones vinculadas a la parte mecánica
de los equipos, construya un tamiz eléctrico que agiliza el proceso de tami-
zado y reduce el esfuerzo humano. Este tamiz también permite obtener una
harina fina y de calidad, mientras que el resto es utilizado como forraje y
para la elaboración de artesanías. De esta manera se da un agregado de
valor a la totalidad de la materia prima.
Así el 2º momento, no solo comprende un aprendizaje donde se puede
advertir claramente la eficiencia, sino que también se advierte la capacidad
de las familias para la diversificación de la producción. Así, la materia
prima, que pasa por primera vez en la molienda es tamizada, permitiendo
discriminar harina fina de harina gruesa (materia prima que necesita ser
nuevamente procesada). La segunda vez que la materia prima pasa por la
molienda es tamizada pero a diferencia del paso anterior, lo que queda en
el tamiz se destina a forraje en la época invernal y las semillas para el ar-
mado de artesanías. Toda la harina era guardada en bolsa de consorcio ne-
gras que luego son ubicadas dentro de un tanque de agua de más de 50
litros, permitiendo brindar oscuridad a la producción de harina e impi-
diendo que surjan los broquideos. El forraje se almacena en bolsas de ar-
pilleras que son ubicadas dentro de la habitación donde se realiza la
molienda, anteriormente sala de reunión de la asociación.
A continuación se señalan los factores obstaculizadores y facilitadores
en el proceso de producción:

127
De productores familiares a emprendedores rurales...

Factores intervinientes en las etapas de producción

Facilitadores Obstaculizadores
1º Etapa (compra)
*Organización de la asociación
para agrupar las familias de la
Socio-organizati- zona y brindarles capacitación
vos sobre recolección de vainas.
*Fijación de precio y actividades a
desarrollar
Tecnológico- *Poseer balanza y conocimiento
productivo sobre la materia prima de calidad
2º Etapa (secado)
*Organización de los integrantes
de la asociación en la distribución
Socio-organizati-
de días y responsabilidades (ex-
vos
tendido y guardado de plásticos y
vainas).
*No poseer otra técnica de se-
cado que no sea al sol, por
ejemplo cámaras de secado a
*Puesta en práctica de consejos y
Tecnológico- través de viento caliente.
formas de realizar la actividad im-
productivo *No poseer un lugar apropiado
partida por los capacitadores.
para guardar las vainas secas.
*El avance de los broquideos
sobre las vainas.
3º Etapa (molienda)
Socio-organizativo *Organización de los asociados
*No poseer una molienda de
mayor capacidad para agilizar el
trabajo.
*Tener una molienda a martillo *No tener la infraestructura
electrónica. adecuada para la realización de
Tecnológico- *Poder utilizar los fondos rotato- la molienda, ya que el espacio
productivo rios para la realización de un donde trabajan es demasiado
tamiz eléctrico. pequeño para realizar una pro-
ducción a escala.
*No contar con protocolos de
buenas prácticas de la produc-
ción de harina.

Fuente: Elaboración propia a través de entrevistas realizadas.

128
De productores familiares a emprendedores rurales...

Más allá de los factores obstaculizadores y facilitadores en las etapas de


producción, se hace importante resaltar que el proceso desde su inicio
hasta su finalización, requiere de tiempo de dedicación. El destinar el
tiempo hacia una producción, donde las ganancias recién pueden verse una
vez vendido el producto, hecho que no es inmediato, ha producido que de
las 30 familias que integran la asociación, solo 8 estén trabajando activa-
mente en la actualidad. Las demás familias, han argumentado que no in-
tervienen en este proceso, ya que no cuentan con el tiempo necesario para
vincular sus actividades de subsistencia realizadas en su predio con acti-
vidades productivas que implican muchas veces riesgos en las ganancias.
A pesar de estos, este proceso ha implicado no solo una eficiencia en la pro-
ducción, sino también en la forma de llevar registro sobre la misma. Ac-
tualmente la organización cuenta con dos jóvenes, pertenecientes a la
organización, que son los encargados de llevar los libros de costos, ventas,
producción y supervisar los fondos rotatorios.

3.3.4. La comercialización
El proyecto de micro crédito indica que la potencialidad de producir ha-
rina de algarroba radica en la venta de la misma, a pesar de ello, los socios
activos en este proyecto, han indicado que la comercialización es el paso
más complicado de realizar, ya que esta harina no es muy utilizada en la
cotidianidad de la gastronomía familiar. A pesar de ello, las familias han lo-
grado realizar conexiones comerciales locales y nacionales. Por otra parte
es importante indicar que existen esta etapa de comercialización toda una
lógica que inicia en el empaquetado de la harina y finaliza en el pago del
producto, donde participan no solo las familias sino también los técnicos de
la Secretaria y los técnicos del ITI a través de la capacitación en comercia-
lización.
La primera experiencia de venta se realizó en la campaña 2013-2014, en
donde el comprador era una empresa de la provincia de Buenos Aires, quien
se hizo cargo del pago del traslado. Esta empresa compró a la asociación
100 kg. de harina a $30 el kg. Esta experiencia, permitió a la asociación
darse cuenta que debían perfeccionar detalles de envasado, ya que estos
100 kg. fueron enviados desde la localidad de San Jerónimo en dos bolsas
de consocio de 50kg. cada una, haciendo dificultoso su traslado, desta-
cando que los técnicos en terreno de la SAF contribuyeron a trasladar en
camioneta el producto desde la localidad hasta la terminal de la capital.
Actualmente (campaña 2014-2015), esta organización comenzó a tejer
redes de comercialización, con la finalidad de proveer de harina a una Co-
operativa de Buenos Aires. Para ello, comenzaron a empaquetar la harina
en bolsas de 5kg. cada una, facilitando el traslado.

4. Perspectivas de crecimiento en la producción de harina de algarroba


Comenzar una nueva forma de producción destinada a los mercados de
comercialización formales, ha causado que las familias deseen dar inicio a
un producción mucho más eficiente. Para ello la APPULS y otras organiza-
ciones que también trabajan sobre la producción de agrega de valor a los
fruto del monte no madereros han realizado juntos a sus técnicos de te-

129
De productores familiares a emprendedores rurales...

rreno una ampliación de financiamiento del Proyecto ITI-UNSE-PROSAP.


“Desarrollo tecnológico del tratamiento post recolección y la producción de
harina de frutos provenientes del Monte Nativo de Santiago del Estero (a es-
cala piloto), que tiene como objetivo:
• • Que un consultor identifique las potencialidades del mercado
de los frutos del monte procesados (harina de algarroba), donde se
capacitará a 3 personas por asociación para el uso de herramientas,
estrategias de comercialización y marketing, el armado de una car-
tera de clientes, condiciones de envasado y etiquetado.
• • La innovación de la organización, que promueve cambios en las
prácticas y procedimientos, modificando los lugares de procesa-
miento, incorporación de pautas de trabajo estandarizadas, cambios
en las relaciones con los mercados, aplicación de las decisiones es-
tratégicas con el propósito de mejorar los resultados aumentando la
productividad y calidad de lo producido.
• • Financiar una molienda de mayor capacidad (para 200 kg. de
vainas, las existente solo muele 60kg), equipo de secado adecuado y
silos de almacenaje, envasadora y etiquetadora. Contar con estos ele-
mentos de trabajo no solo demarcará una eficiencia en la produc-
ción, si no que permite trabajar de forma cómoda y acorde a un tipo
de producción que posee la potencialidad de escalar.
• • Actualizar los precios de los bienes y servicios presupuestados
oportunamente debido al aumento de los mismos por efecto del pro-
ceso devaluatorio.
• • APULS, no solo basa su venta en harina de algarroba –por más
que esta sea su principal producción- sino que agrega valor a toda la
vaina de algarroba que va hasta la utilización de los deshechos.
• • La diversificación de la producción permite aumentar y asegu-
rar ingresos estables a la Asociación.
• • Sobre la base de conocimientos ancestrales, la APULS, fue me-
jorando su forma de producción por medio de las capacitaciones y la
utilización de tecnologías apropiadas.

5. Reflexión Final: Lecciones aprendidas.


Las políticas públicas actuales para el sector buscan superar el asis-
tencialismo, a través del agregado de valor a las producciones tradiciona-
les, antes destinadas únicamente para el consumo familiar o ventas
mínimas. Dar valor agregado a un producto, significa avanzar sobre la can-
tidad y la calidad del producto, es este el caso de las vainas de algarroba y
su transformación en harina de algarroba. Teniendo en cuenta que esta úl-
tima es un producto alimenticio para consumo humano necesariamente
debido a la escala y al mercado en que se comercializa implica condiciones
de producción diferentes a las que estos productores tradicionalmente po-
nían en práctica, implicando en muchos casos que algunas familias no
hayan podido organizar su trabajo predial de subsistencia con un trabajo
que requiere de tiempo y compromiso y donde los resultados, medidos en
ingresos para las familias son advertidos luego del proceso de comerciali-
zación. En este sentido no todos los agricultores familiares están dispues-

130
De productores familiares a emprendedores rurales...

tos a asumir el desafío de participar en un emprendimiento comunitario,


evidencia de ello es que inicialmente este proyecto involucraba directamente
a un grupo de 15 personas pero actualmente es un grupo de 8 personas el
que lo lleva adelante. Otra de las razones a destacar por la cual el grupo ini-
cial se vio reducido en integrantes fue que los objetivos del proyecto inicial
lentamente se fueron modificando a causa de los imprevistos surgidos en
la ejecución del mismo. Esto último generó incertidumbres y la necesidad
de asunción de responsabilidad en la toma de decisiones y de compromi-
sos diferentes a los estipulados en un principio, que algunos productores
no estuvieron dispuestos a acompañar. Incertidumbre en cuanto a la re-
distribución que obtendrán, ya que las ganancias recién pueden verse una
vez vendido el producto, lo cual demanda un importante proceso temporal,
resultando riesgoso sustituir el tiempo dedicado a las actividades de sub-
sistencia por actividades destinadas a producir agregado de valor.
Cuando se aplica una política pública como esta, se deben tener en
cuenta todos los aspectos que implica el proceso productivo desde el co-
mienzo de la iniciativa hasta la finalización. En esta experiencia, la articu-
lación con organismos competentes y adecuados a través proyectos que
involucraron al ITI con la Universidad Nacional de Santiago del Estero dio
lugar a capacitaciones de transferencias tecnologías, permitiendo que los
productores trabajen con protocolos de producción entre otros temas. Tam-
bién contar con el acompañamiento permanente con técnicos de la Secre-
taría de Agricultura Familiar y de la UCAR fortalece el proceso.
Así, el proceso de trasformación de vainas a harina de algarroba requi-
rió en cada uno de sus pasos de capacitación, de idas y vueltas, de apren-
der de los errores tanto de parte de los técnicos como productores, de que
surgieran articulaciones que no estaban previstas, de repensar el proyecto
en las diferentes etapas. Hoy este grupo de productores familiares están
superando los problemas, asumiendo el desafío de los cambios, ya que no
es lo mismo ser un agricultor familiar que ser un emprendedor rural o co-
munal, aunque muchas veces la palabra cambio asusta, y cuando una po-
lítica pública avanza en el agregado de valor necesariamente o
inevitablemente apunta a cambios en la vida del agricultor familiar, al
menos de los que tienen características similares a los de San Jerónimo.
Finalmente se debe destacar que esta experiencia, que si bien ha co-
menzado con la compra de vainas y actualmente por problemas en su eje-
cución ha derivado en un proyecto de agregado de valor se trata de una
experiencia exitosa, ya que los agricultores han tenido la capacidad de en-
frentar obstáculos de producción y comercialización. Este proceso transi-
tado con sus aprendizajes los potencia a continuar trabajando para realizar
una producción a escala y buscar nichos de comercialización y de de-
manda.

131
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132
CAPÍTULO V:
Las Ferias de la Agricultura Familiar como
dispositivos de desarrollo local.
Las ferias como circuitos cortos de comercialización
en la agricultura familiar. El caso del grupo pre-
cooperativo Progreso Familiar de la Región Banda-
Jiménez en Santiago del Estero.
M. VICTORIA SUAREZ, ROSA G. SARMIENTO Y SUSANA CORVALÁN.

1. Introducción
El proceso de modernización agraria estuvo asociada a la expansión de
la lógica del mercado capitalista, caracterizado por la maximización de las
ganancias, la ampliación de escala, la intensificación de capital y una visión
de tipo impersonal. Asimismo, se fue profundizando cada vez el grado de de-
pendencia de los agricultores familiares en tanto se impusieron fuertes pre-
siones de adaptación y reglas de higiene, calidad, estandarización y
homologación (Paz, Jara y Nazar, 2013). Esta situación agravó la posición
de subalternidad del sector de la agricultura familiar en las últimas déca-
das (Berstein 2004; Gigena 2010; Mançano Fernández, 2014).
Desde ese modelo, el rol a cumplir por el sector agropecuario en el des-
arrollo rural estuvo orientado a la producción de grandes volúmenes de pro-
ductos primarios para el mercado externo y el interno, la generación de divisas
transferibles al sector industrial, la proporción de mano de obra barata, la in-
troducción de tecnología y la ampliación de escala (Paz, 2006; Paz 2011).
De esta forma, se instaló “una manera de ver al mundo rural donde la
modernización fue concebida como un proceso necesario e inevitable” que
generó gravísimas consecuencias. Estas se hicieron evidentes en procesos
como el “éxodo rural, una agricultura sin agricultores, la caída de las fuen-
tes de trabajo en el sector agropecuario y el deterioro del medio ambiente”
(Casenave, 2013: 21).
En este contexto, las formas de producción y comercialización de la agri-
cultura familiar fueron vistas como actividades que no aportaban a la eco-
nomía y en consecuencia no podían ser percibidas como un componente
para el desarrollo.

135
Las ferias como circuitos cortos de comercialización...

Sin embargo, a principios de la década de 1990, con el surgimiento del


paradigma neoestructuralista de la Comisión Económica para América La-
tina y el Caribe (CEPAL), emergieron nuevas miradas acerca del desarrollo
rural, el papel de la agricultura y del pequeño productor. Desde esta nueva
perspectiva se sostuvo que la política agraria debía reconocer la heteroge-
neidad entre los productores y diseñar políticas públicas diferenciadas (Kay,
2001). Para esto, era necesario promover no sólo las innovaciones tecnoló-
gicas sino también crear las condiciones necesarias para hacer más com-
petitivos los mercados de la agricultura familiar (Jara, Rodríguez Sperat y
Manrique, 2014).
Con este propósito, los gobiernos de distintos países orientaron sus ac-
ciones hacia la creación de programas de fomento para la agricultura fa-
miliar que en muchos casos se complementaron con la creación de alguna
institucionalidad específica. Para el caso de Argentina se destacó la creación
de la Secretaria de Agricultura Familiar, la creación de nuevos espacios
dentro de antiguas instituciones, como lo es el caso del CIPAF (Centro de
Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar) dentro
del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria); y la emergencia de
nuevos ámbitos como el FONAF (Foro Nacional de Agricultura Familiar)
(Jara, Rodríguez Sperat y Manrique, 2014).
Estas instituciones orientaron sus esfuerzos a potenciar la esfera pro-
ductiva del sector e identificar las dificultades que les imponían los circui-
tos de comercialización convencionales (Salete Calvacanti, 2004) a partir
de trabajos con los propios productores. Emergieron así, las ferias de la
agricultura familiar como modelos alternativos de comercialización. Dos
Anjos (2005) sostiene que estos espacios no representan solamente un seg-
mento de ventas al por menor tendiente a mejorar la posición de negocia-
ción de los productores, sino que también representan un espacio público
que tiene un importante papel en relación a la visibilidad del sector.
Entonces, partiendo de estas consideraciones, nuestra investigación
analiza la experiencia del grupo Pre-Cooperativo “Progreso Familiar” de la
región Banda-Jiménez de la provincia de Santiago del Estero. Sus miem-
bros organizaron una feria que funciona actualmente en la Universidad Na-
cional de Santiago del Estero. La importancia de este proceso se debe a que
convergen en él una lógica de producción-circulación que evidencia el po-
tencial de los agricultores familiares y un acompañamiento técnico por
parte de la Secretaría de Agricultura Familiar (SAF) de Santiago del Estero
para el fortalecimiento de estos espacios.
Se propone analizar los factores que hicieron posible la emergencia de
la feria y su posterior constitución como grupo pre-cooperativo identifi-
cando allí las instituciones y actores que participan del espacio. Asimismo,
se identificarán las estrategias de comercialización desplegadas por los fe-
riantes y se analizará la multifuncionalidad de la feria a partir de las valo-
raciones que realizan los propios actores.
En cuanto a lo metodológico se trabajó con entrevistas a los feriantes
(con el objetivo de indagar en las valoraciones y las estrategias de comer-
cialización) y a los técnicos de terreno de la Secretaría de Agricultura Fa-
miliar. Además, se consultaron documentos disponibles en esta institución
para conocer las políticas en que se enmarca la experiencia.

136
Las ferias como circuitos cortos de comercialización...

2. Marco Referencial
En esta ocasión se analizará el caso de estudio a partir de un marco re-
ferencial que pone en contacto una mirada de las ferias como circuitos cor-
tos de comercialización, la multifuncionalidad de las mismas y los nuevos
acuerdos institucionales sobre los cuales se asientan. Esta mirada apunta
a reflexionar en la importancia de mirar las ferias como espacios que deben
ser protegidos a partir de la ampliación de las políticas públicas y la cons-
trucción de redes entre los organismos e instituciones estatales y las orga-
nizaciones de pequeños productores.

2.1. Circuitos cortos de comercialización


El término circuito corto suele utilizarse para hablar de una forma de co-
mercio basado en la venta directa de productos frescos o de temporada sin
intermediarios, o reduciendo al mínimos la intermediación, entre produc-
tores y consumidores (Sotomayor, 2014). Los circuitos de proximidad o cir-
cuitos cortos son espacios comerciales en los que el productor mantiene
un alto poder de decisión en cuanto a qué y cómo se produce y en cuanto
a la definición del valor de lo que produce (Paz, Jara y Nazar, 2013). Ade-
más, la importancia de estos circuitos radica en la posibilidad de acceder
a productos que son obtenidos a partir de prácticas ecológicas que hacen
de éstos, productos saludables, auténticos y de temporada.
La crisis agroalimentaria actual (que se apoya en un sistema mundial de
producción, circulación y comercialización donde productores y consumi-
dores aparecen desdibujados y a largas distancias entre el monocultivo, la
intermediación y las grandes cadenas de supermercados) ha creado las con-
diciones de posibilidad para la emergencia de otros espacios de comercia-
lización diferentes al mercado convencional. Dichos espacios, permiten a
los productores capturar mayor valor de su producción, ahorrar en trans-
porte y crear valor a partir de activos inmateriales tales como anclaje terri-
torial, autenticidad y lazo social. Por lo tanto, los circuitos cortos de
comercialización fomentan la equidad en los intercambios comerciales, fa-
vorecen la participación social y aseguran mayor autonomía, sostenibili-
dad e integración social (Sotomayor, 2014).
Además, los circuitos cortos de comercialización constituyen una forma
de conexión entre la ciudad y el medio rural circundante (López García,
2011). Este punto, sumado a la construcción de una base territorial común
entre producción (campo) y consumo (ciudad), coloca en una relación di-
recta ambos extremos de la cadena agroalimentaria, permitiendo hablar
también en términos de mercados locales.
Algunos estudios de la CEPAL y otros organismos internacionales, como
el CRDD (Centre Ressource du Développment Durable), agrupan las expe-
riencias de circuitos cortos de comercialización que se vienen manifestando
en distintos países del mundo en tres grandes grupos: canales cortos que
llegan al consumidor final de forma individual tales como las tiendas de pro-
ximidad, la venta por internet a través de algún intermediario, la venta a
restaurantes u hosterías; canales cortos que llegan al consumidor final de
forma colectiva, como las cooperativas de consumo con tienda y el Consumo
Social; y finalmente, la venta directa donde se incluyen los mercados de

137
Las ferias como circuitos cortos de comercialización...

productores, las ferias, los sistemas de suscripción por medio de cestas


fijas o la venta en finca. Estas experiencias surgieron en un primer mo-
mento a partir de las iniciativas y acciones de los propios productores ante
la necesidad de vender los excedentes que se generaban en sus explotacio-
nes y mejorar, a partir de ese ingreso, su calidad de vida.
En los últimos años, los organismos públicos están apoyando la con-
formación y el fortalecimientos de estos eventos como una forma de activar
al sector de la pequeña producción al mismo tiempo que revitaliza turística
y comercialmente los espacios urbanos (y rurales) en que tienen lugar (Mau-
león, 2010).
Otro elemento que caracteriza a las diversas modalidades de circuitos
cortos de comercialización es la construcción de relaciones de confianza
cara a cara basadas en la “observación personal y las redes sociales en la
vecindad directa” (López García, 2011:6), en contraposición a una des-
confianza generalizada a la globalización agroalimentaria. Estas redes so-
ciales de confianza se traducen en formas de funcionamiento que
conectan positivamente al productor y consumidor a partir de una esta-
bilidad, negociación de precios, cooperación entre producción y consumo,
preferencia y valoración por las producciones agrarias más cercanas y
ecológicas y de quien lo produce.
Por último, agregamos que estos circuitos permiten al productor des-
arrollar una gran diversificación en puntos y formatos de venta, diversifi-
cación del catálogo de productos, reducción en infraestructuras, costes
fijos, implicación de los propios productores en las labores comerciales y
logísticas y flexibilidad en las producciones y formas de distribución.

2.2. Las Ferias de la Agricultura Familiar


Para Colman (2009), la Feria de la Agricultura Familiar constituye una
forma de comercialización organizada de los productos excedentes del au-
toconsumo, la cual genera un impacto socioeconómico y cultural al interior
de las unidades domésticas de producción del feriante y en las localidades
donde se realizan.
Las ferias de la agricultura familiar se basan en los principios y meca-
nismos fundamentales de ética, reciprocidad, solidaridad, intercambio y
respecto a la naturaleza (Murillo y Lacroix, 2014). En este sentido, el tra-
bajo de Paz, Jara y Nazar (2013) señalan que si bien estas prácticas son
pre-existentes a los programas de desarrollo pueden ser potencializadas y
supone trabajar, entre otras cosas, en la identificación de problemas com-
partidos y en la cooperación para enfrentar necesidades comunes.
Las ferias deben encarar varios desafíos entre los que se cuentan: rea-
lizar una planificación productiva de los predios de los productores ferian-
tes, obtener un protocolo de producción hecho en forma participativa que
permita vender productos elaborados, tener mejores condiciones de logís-
tica y transporte de productos, generar una mayor interacción con los con-
sumidores organizados y contribuir a la apropiación, autonomía y
construcción de poder por parte de los productores involucrados a través
de su organización.

138
Las ferias como circuitos cortos de comercialización...

Por otra parte, las ferias de la agricultura familiar constituyen formas de


resistencia contra un modelo de desarrollo capitalista que se organiza al-
rededor de prácticas y valores tales como la mercantilización, el individua-
lismo, la producción a gran escala.

2.3. Nuevos acuerdos Institucionales


El concepto de nuevos acuerdos institucionales hace referencia a la ge-
neración de formas novedosas de relacionamiento entre las instituciones
del Estado que apuntan a lograr una mayor equidad y sustentabilidad
(Ploeg y colaboradores, 2008). Estas nuevas formas de relacionamiento se
caracterizan por la búsqueda continua de acciones consensuadas en espa-
cios de participación democráticas entre diferentes actores. Para esto, es
necesario que los nuevos acuerdos institucionales contribuyan a fortalecer
la participación en el planeamiento y toma de decisiones, facilitar el tra-
bajo en red y garantizar la provisión de servicios y el acceso a la informa-
ción. Como sostienen Paz y de Dios (2011), el desafío de los nuevos
acuerdos institucionales es lograr “un cambio en las responsabilidades
entre el Gobierno, los ciudadanos, las ONG y las empresas, favoreciendo y
favorecidos por el empoderamiento de los ciudadanos y organizaciones”.
Esto implica la construcción de un régimen que se adecúe a los cambios y
condiciones de cada región para de esa forma generar un marco de con-
fianza que facilite la acción colectiva.
Por otra parte, Manzanal (2003) propone mirar las ferias como “mode-
los institucionales alternativos” donde los miembros de las organizaciones
que la conforman participan activamente en la toma de decisiones, en el
control de los espacios y en la construcción de un proyecto común que se
apoya en la esperanza de una sociedad más justa, integral y respetuosa del
medio ambiente en que uno vive y trabaja.
Este punto resulta fundamental teniendo en cuenta que durante mucho
tiempo los organismos estatales se dedicaron a implementar numerosos
programas y proyectos diseñados por organismos internacionales bajo la
mirada asistencialista y sin ningún tipo de participación del sector asis-
tido. Los fracasos en que incurrieron dichas políticas sumado a las con-
quistas de los movimientos sociales en materia de toma de decisiones
respecto a las actividades que los afectan está creando las condiciones que
permiten pensar en la posibilidad de construcción de los nuevos acuerdos
institucionales o marcos institucionales alternativos.

3. Introducción al caso: reconstrucción de la trayectoria del grupo


Pre Cooperativo “Progreso Familiar”
El surgimiento del grupo Pre-Cooperativo “Progreso Familiar” se re-
monta a la década de 1990 cuando se puso en funcionamientos el Pro-
grama Social Agropecuario (PSA) con el objetivo de retener a los pequeños
productores brindando créditos de asistencia técnica y capacitación. Los
créditos eran agrícolas y se destinaban, en el caso de los productores de la
zona Banda-Jiménez, a la producción de algodón y siembra de alfalfa.
Esta modalidad de asistencia se mantuvo hasta el año 2007 cuando se

139
Las ferias como circuitos cortos de comercialización...

creó la Subsecretaría de Agricultura Familiar1 (hoy Secretaria de Agricul-


tura Familiar) que absorbió los recursos humanos del PSA y se crearon las
delegaciones provinciales (Ryan y Bergamín, 2011). La creación de dicha
secretaria en la provincia de Santiago del Estero implicó un reordenamiento
de la estructura institucional de la delegación, creándose equipos técnicos
que se distribuyeron por zonas territoriales y trabajaron junto a las orga-
nizaciones de pequeños productores y/o asociaciones de fomento comunal.
Las principales demandas que los productores manifestaron a los téc-
nicos destacaban la dificultad para la venta de sus productos. Pues si bien
en los años que funcionó el PSA habrían recibido créditos para cultivos,
estos no garantizaron la obtención de ingresos que fueran suficientes para
satisfacer las necesidades de la familia, reinvertir en el predio y mucho
menos devolver el crédito. La dificultad estaba en el momento de acordar los
precios con los compradores llegando, la mayoría de las veces, a acuerdos
en desventaja del productor debiendo aceptar precios muy bajos antes que
guardarse las cosechas. Por lo tanto, los principales problemas que en-
frentaba el sector tenían que ver con que los precios de las materias primas
eran muy bajos y fluctuantes sumado a la escasez de puntos de venta.
Ante esta situación, los técnicos, con el acuerdo de las organizaciones,
pusieron en marcha un proyecto para la creación de ferias de productores
familiares. Si bien la propuesta fue ampliamente aceptada, muchas in-
quietudes emergieron de parte de los agricultores dado que ninguno de ellos
tenía experiencia en la venta a un público amplio y diverso, significando
un desafío al que sólo un grupo reducido de mujeres se atrevió.
Fue así que la primera experiencia tuvo lugar en el año 2011 en el Par-
que Aguirre de la ciudad Capital de Santiago del Estero. Dicha participación
fue posible a partir del trabajo llevado a cabo por la Secretaria de Agricul-
tura Familiar de la provincia que gestionó ante las autoridades a cargo de
la organización de la Gran Feria de Artesanos2 la instalación de una carpa
(1)
La Subsecretaría de Agricultura Familiar dependió desde su creación y hasta el año
2009 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPAYA), año
en que dicho departamento fue elevado al rango de Ministerio. Actualmente el Mi-
nisterio de Agricultura Ganadería y Pesca (MAGyP) cuenta con la Secretaría de
Desarrollo Rural y Agricultura Familiar de la cual depende la Subsecretaría de Agri-
cultura Familiar:“Su creación implica la institucionalización en el Estado Nacional del
sector de la Agricultura Familiar. Y su finalidad es reconocer y formalizar -por pri-
mera vez en la Historia Argentina la importancia económica, social y política de los
agricultores familiares permitiendo, con la participación directa de los actores, abor-
dar las problemáticas del sector y definir políticas públicas tendientes a la inclusión,
el desarrollo y mejora de la calidad de vida de los A. F.” (Prado, 2010)
(2)
Todos los años, en el mes de julio se lleva a cabo en la provincia de Santiago del
Estero la Gran Feria de Artesanos en conmemoración del aniversario de su funda-
ción por iniciativa de la Municipalidad de la Ciudad Capital en una zona específica
del histórico Parque Aguirre. En los últimos años se dio lugar a la colocación de
carpas temáticas donde distintas instituciones públicas (tales como el INTA, el Mi-
nisterio de Producción, el Ministerio de Salud y Desarrollo Rural, la Secretaria de
Agricultura Familiar, entre otros) exponen al público las políticas públicas y los tra-
bajos que vienen desarrollando junto a distintos sectores de la población.

140
Las ferias como circuitos cortos de comercialización...

donde pudieran ser expuestos los productos generados por el sector. Dicho
financiamiento se enmarcó dentro de acciones estratégicas derivadas de
programas nacionales que buscan por ejemplo “consolidar el sector de la
Agricultura Familiar como actor relevante tanto a nivel de mercado, como
en su rol de agente de desarrollo socio económico local” y “mejorar el acceso
de los agricultores familiares a los diferentes mercados de la Agricultura
Familiar a través de la conformación de alianzas comerciales” (Subsecreta-
ria de ejecución de programas para la Agricultura Familiar, Ministerio de
Agricultura, Ganadería y Pesca).
El éxito de esta experiencia, motivó a los productores familiares a con-
solidar un grupo de feriantes que los identificara y al mismo tiempo los di-
ferencie de otros productores que no se involucraron en la actividad
comercial. Con este motivo, se constituyeron en un grupo pre-cooperativo
como un camino previo a recorrer para años posteriores llegar a constituir
una cooperativa bajo cuya modalidad se fortalezcan principios como la so-
lidaridad, reciprocidad, decisiones democráticas, trabajo colectivo y acuer-
dos transparentes con otras instituciones.
A partir de esa iniciativa, gestionaron ante las autoridades del munici-
pio de la ciudad de Clodomira la posibilidad de contar con un espacio fijo
para la venta de sus productos, resultando ser efectiva durante el año 2012
instalándose cada viernes en una de las principales plazas de dicha locali-
dad llamada San Martin.
En este mismo año, el grupo de feriantes se organizó para participar
nuevamente en el espacio del Parque Aguirre. Lo particular en esta ocasión
fue la visita de la autoridad máxima de la Universidad Nacional de San-
tiago del Estero (UNSE), quien sugirió a los feriantes la posibilidad de co-
mercializar sus productos en las instalaciones de dicha Universidad. Esta
iniciativa dio lugar a la puesta en marcha de un Convenio Marco entre
ambos organismos estatales: la Subsecretaría de Agricultura Familiar y la
Universidad Nacional. En efecto, a partir del mes de agosto de 2013 se ins-
taló la feria en el patio principal de la UNSE.
A estas experiencias se sumaron lazos comerciales con otras institucio-
nes orientadas a la promoción de la actividad comercial en el sector de la
agricultura familiar. Tal fue el caso por ejemplo de CECOPAF (Centro de
Comercialización de Productos de la Agricultura Familiar), el Mercado de
Economía Solidaria Bonpland3 y la Expoferia Nacional de la Sustentabilidad
(los tres ubicados en la provincia de Buenos Aires).
Finalmente, a partir de mediados del año 2014, los feriantes fueron in-
vitados a colocar un nuevo stand en las instalaciones de la Facultad de Hu-
manidades Ciencias Sociales y de la Salud perteneciente a la Universidad
Nacional de Santiago del Estero, la cual permanece hasta la actualidad.

(3)
El Mercado Solidario de Bonpland está integrado actualmente por 9 organiza-
ciones y 10 productores y artesanos individuales. Los productores directos rela-
cionados con las organizaciones son 25. Dos de las entidades comercializan
productos de diferentes productores familiares. Se establecen alianzas con restau-
rantes de la zona que demandan productos frescos de la huerta, granja, conservas
y alimentos regionales (Alcoba y Dumarauf, 2011).

141
Las ferias como circuitos cortos de comercialización...

4. Construyendo espacios de comercialización: estrategias, alian-


zas y valores en la comercialización
Las ferias constituyen un modelo alternativo y novedoso de organiza-
ción comercial. Su multiplicación resulta de gran importancia en tanto ge-
nera impactos tanto a nivel de las localidades como a nivel de las familias
involucradas mejorando sus ingresos y calidad de vida. Además, las ferias
constituyen espacios efectivos donde los productores familiares pueden
vender sus productos ejerciendo un control colectivo sobre lo que se pro-
duce, cómo se vende, dónde se vende y a cuánto se vende. De esta forma
se establece una relación dialéctica, un ida y vuelta entre el feriante y la
feria en su conjunto, (re) creando a partir de esta interacción una identidad
social y económica que revaloriza el rol de la agricultura familiar como
agente del desarrollo rural.
A continuación se realiza una breve presentación y análisis de las es-
trategias, alianzas y valores que están presentes en el caso de feria estu-
diada a partir de su mirada como circuito corto de comercialización.
Una de las características del grupo de feriantes es la estrategia de co-
mercialización conjunta o colectiva. Los propios agentes lo definen como
una forma de venta organizada de los productos de cada uno de los pro-
ductores de la zona que participan de la actividad pero que no siempre
están presentes en el lugar de la venta. Esto último tiene que ver con dos
cuestiones: en primer lugar con que no todos los productores se atreven a
relacionarse directamente con los consumidores en los lugares de venta
(sobre todo los hombres, la mayoría de los cuales prefieren trabajar en los
predios) y en segundo lugar con que no todos los feriantes pueden asistir
al espacio por cuestiones económicas de traslado, debiendo organizarse en
pequeños grupos rotativos.
Los ingresos en dinero obtenidos por las ventas quedan a cargo de un
responsable que los registra en un cuaderno de entradas y salidas, para
luego realizar un balance y finalmente hacer entrega del dinero correspon-
diente a cada uno de los feriantes. Por lo tanto, se exponen los productos
primarios y elaborados de cada integrante, los cuales deben contener ne-
cesariamente la etiqueta con nombre y teléfono del productor o productora.
Además de fortalecer este trabajo colectivo, el grupo pre-cooperativo busca
la unificación de las prácticas productivas, la unificación de los precios y la
unificación de la calidad de los productos.
El catálogo de productos ofrecidos incluye: dulces y conservas; dulce de
leche; arropes; escabeches; panificados; hierbas medicinales; jabones me-
dicinales; quesos; plantines de aromáticas y jardín; miel; verduras y hor-
talizas en general; cueros curtidos, entre otros. Es así que los productos
que se exponen presentan una gran variabilidad y en el caso de las verdu-
ras depende de la estacionalidad de cada una de ellas. En este sentido, al-
canzar cierto grado de diversificación productiva fue clave para responder
a las demandas de los consumidores, quienes fueron en cierta medida los
que marcaron el desarrollo de las actividades al interior de los predios.
En este punto es interesante destacar la importancia de las relaciones
y los roles que se van construyendo entre los consumidores y los feriantes
en el espacio de la venta comercial y entre las mujeres feriantes y los hom-

142
Las ferias como circuitos cortos de comercialización...

bres productores. En la primera relación, los consumidores cumplirían el


papel de informantes de las necesidades que buscan satisfacer cuando se
acercan a las ferias (tales como frutas y verduras específicas, calidad del
producto que responda a parámetros básicamente de elaboración artesanal
y orgánica, y precios que sean justos para ambas partes de la cadena). Aquí
los feriantes (en su mayoría mujeres) asumen el rol de receptoras del men-
saje y garante de las mediaciones entre las demandas del consumidor y su
respectiva satisfacción, asumiendo luego el papel de decodificadora del
mensaje ante su esposo (el productor) que se encarga de poner en marcha
los planes productivos de acuerdo a la información recibida.
Sin embargo, el trabajo de los técnicos en terreno también resultó clave,
sobre todo en la primera etapa de la experiencia, para poner en marcha la
diversificación y el agregado de valor buscando respetar los saberes locales
de los productores familiares. Dicha iniciativa respondía a dos de las líneas
temáticas estratégicas definidas por la Secretaria de Agricultura Familiar de
la Nación: “agregado de valor en origen (producción agroindustrial local a
escala de la Agricultura Familiar), orientado a valorizar la producción y am-
pliar la oferta de puestos de trabajo” y “ampliación de la oferta de alimen-
tos a los mercados locales/regionales por parte de la agricultura familiar
para contribuir a la seguridad y soberanía alimentaria de nuestro pueblo”4.
A medida que los feriantes van adquiriendo experiencia en el rubro, lle-
gan a ser cada vez más activos individual y colectivamente desplegando es-
trategias que les permiten construir redes sociales de intercambio
comercial. En este sentido, se puede argumentar, que el espacio de feria es
un ámbito donde el intercambio cara a cara y la posibilidad de entablar un
diálogo con el consumidor acerca de los productos que se exponen, mu-
chas veces abre la posibilidad de crear alianzas comerciales paralelas a la
feria. En el caso de estudio, el estar en la Universidad les permitió a algu-
nos de los feriantes establecer vínculos con personas de otras provincias a
quienes envían, cada mes, determinados productos (quesos y conservas);
mientras que colectivamente pudieron consolidar en primer lugar, su pre-
sencia en espacios de comercialización organizados para el fortalecimiento
de la agricultura familiar que tienen lugar principalmente en la ciudad de
Buenos Aires, tales como BONPLAND, a cuyo espacio envían periódica-
mente productos; y en segundo lugar la participación en eventos que com-
binan en un mismo lugar las discusiones académicas sobre Agricultura
Familiar (de las cuales participan también los productores) con la venta al
público de artesanías, conservas y muchas otras producciones. Son el caso
por ejemplo del Foro Nacional de Agricultura Familiar y los Congresos del
Foro de Universidades Nacionales para la Agricultura Familiar.
Estos espacios de visibilizacion son de gran importancia en tanto forta-
lecen la autovaloración que los productores familiares van construyendo

4
A estas líneas se suman otras dos que en el trabajo con las organizaciones y pro-
ductores buscan lo siguiente: “defensa de los recursos naturales.Tierra, agua y bos-
que nativo” y “fortalecimiento institucional de las organizaciones de pequeños
productores”.

143
Las ferias como circuitos cortos de comercialización...

sobre si mismos a partir de su interrelación con la gente de la ciudad, eli-


minando la desconfianza. Estas valoraciones pueden identificarse en los si-
guientes discursos:

“Este espacio de la feria nos permite que nos visibilicen más, por-
que nadie te conocía, nadie sabía que existías” (feriante).
“un espacio también te dignifica como persona” (feriante).
“creo que uno se tiene que mostrar como es, que nos conozcan a
todos como somos y que sepan de dónde venimos” (feriante).
“la mayoría de la gente te felicita, te dice que está muy bueno o sea
te animan a que sigas así” (feriante).

Estas voces no sólo manifiestan lo importante que es para los produc-


tores familiares ser reconocidos por su trabajo, por su esfuerzo y por su
lucha constante contra un sistema que los invisibiliza, sino también el com-
promiso que como ciudadanos, como productores y como habitantes de un
mismo territorio asumen para brindar al consumidor alimentos que son
saludables y están cargados de una identidad social.

5. La multifuncionalidad de la feria: una mirada desde los propios


agentes involucrados.
En relación al punto anterior en este apartado se trata de profundizar,
a partir de las voces de los propios agentes, en el carácter multifuncional
de las ferias destacándose la adquisición de aprendizajes, valores y la cons-
trucción de una identidad que va más allá de lo productivo y que implica
un saber hacer en el ámbito de la comercialización. A continuación se rea-
liza una breve presentación y análisis de las mismas.
Aprendiendo a comercializar nuestros productos. Los feriantes que inte-
gran el grupo Pre-Cooperativo “Progreso Familiar” se iniciaron en la activi-
dad a partir de la necesidad de vender los productos que se generaban en
sus predios para poder subsistir ante las crisis recurrentes que impactaban
negativamente en sus vidas y las de sus familias. Sumado al hecho de que
gran parte de los productores contaban entre sus principales actividades
agrícolas la producción de algodón y alfalfa. Ambos cultivos responden a la
lógica de producción capitalista, es decir que tanto su producción, como la
cosecha y la comercialización dependen de la disponibilidad por parte del
productor de insumos provenientes del mercado (semillas, fertilizantes para
el control de las malezas, maquinaria adecuada para la cosecha y enfar-
dado) y de los precios fijados por la oferta y la demanda para hacer efectiva
la venta de la producción total. Y en muchos casos, los volúmenes de pro-
ducción obtenidos se vendían a precios muy bajos. Estas características
colocan al productor en una situación de vulnerabilidad y dependencia de
factores externos. Recién en el año 2011 es cuando los productores se ini-
cian en la actividad de ferias como un medio para generar un ingreso al-
ternativo y satisfacer las necesidades de la familia que no podían atenderse
sólo con los créditos agrícolas.
Ahora bien, ante este nuevo escenario, los productores debían aprender
a comercializar, es decir mejorar la interacción con el cliente, la presenta-

144
Las ferias como circuitos cortos de comercialización...

ción del producto, aprender a consensuar un precio justo y mantener fir-


meza a la hora de defender su trabajo y el de su familia. Animarse a dialo-
gar con la gente de la ciudad formaba parte de ese aprendizaje que hoy es
valorado por los feriantes:

…“vos vas conociendo no sólo personas, sino formas de cómo co-


mercializar, sacar tu producto, dar a conocer tu producto…” (feriante)
… “muchas veces uno tenía las cosas pero no sabías donde colo-
carlas…” (feriante)
“Todos pueden ser productores, pero no todos quieren ser ferian-
tes, tienes que tener esa vocación de ir a ofertar tu producto. No pasa
solamente por la comercialización, tienes que charlar con la gente. Uno
tiene que ser muy especial con el cliente, y tratar de que todos los pro-
ductos estén bien presentados, cada cosa que hagamos, que la haga-
mos con amor…” (feriante)

Reconocerse como feriante constituye un paso muy importante para el


fortalecimiento de estos espacios.

Aprendiendo a compartir e intercambiar conocimientos. Los ferian-


tes destacan además la importancia que tiene la feria en cuanto a la
posibilidad de intercambiar ideas y aprendizajes con el consumidor:
“intercambiamos también con la gente porque nadie es dueño del
saber, todos tenemos algo que aprender” (feriante)
“es muy bueno compartir los conocimientos” (feriante)

Esto sólo es posible a partir de ese vínculo cara a cara, entre productor
y consumidor, que es propio de las ferias. Este tipo de prácticas se dife-
rencia de las formas de funcionamiento del mercado capitalista global ge-
nerando cierta satisfacción en los feriantes en tanto llegan a conocer a las
personas que se alimentan con su cosecha y que son consumidos en el pro-
pio territorio que comparten (López García, 2008). Los feriantes agregan,
en este sentido, que las ferias son espacios que avivan recuerdos, es decir
que detrás de cada producto existe una historia social sobre la vida en el
campo santiagueño que es compartida por el vendedor y el comprador. Por
ejemplo, el relato de una feriante ilustra esta argumentación:

“cuando vendemos maíz tostado te dicen: uuuu me acuerdo cuando


mi mamá me preparaba maíz tostado en el campo… me acuerdo
cuando mi abuela nos hacía harinita con azúcar y nos decía no tienen
que hablar. Todas esas cosas son muy lindas porque nos acordamos
de nuestra infancia…” (feriante)

Este pequeño relato pone en escena un territorio, una cultura y una his-
toria que une al campo y la ciudad.
Aprendiendo a construir Otra Economía. La importancia que tienen las fe-
rias de la agricultura familiar en las luchas por construir un proyecto polí-
tico y económico que reconozca la “ecología de saberes” (Santos, 2006)

145
Las ferias como circuitos cortos de comercialización...

productivos, comerciales, culturales, sociales están también presentes en


los discursos de los feriantes. Éstos están convencidos que las ferias cons-
tituyen un puente para llegar a esa economía:

“mucha gente cree que no se puede crear otra economía, que sola-
mente se basa en el capitalismo y no es así” (feriante)
“nosotros si podemos cambiar nuestra calidad de vida” (feriante)
“aportamos a una mejor calidad de alimentación” (feriante)

Como muestran los fragmentos citados, la lucha por otra economía es la


lucha por una mejor calidad en la alimentación y, en efecto, por la calidad
de vida de todas las personas. Esta lucha se enmarca en los movimientos
que han surgido en los últimos años por la soberanía alimentaria, enten-
diéndola como el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y cultural-
mente adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica,
y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo (McMi-
chael, 2005). En este sentido, los feriantes tienen una conciencia clara de
su rol en dicha construcción. Ofrecer productos ecológicos es importante
para ellos, cuidando las buenas prácticas en el interior de las explotaciones
así como en el interior de la feria.

6. Las instituciones públicas como actores fundamentales para la


construcción de nuevos acuerdos institucionales
La feria posibilita un desarrollo más equitativo en cuanto a la redistri-
bución de los recursos económicos y sociales, fortalecidos a su vez por lazos
de confianza, participación democrática y solidaridad. Recordemos que el
modelo de feria organizado por los feriantes y el equipo técnico responde a
una modalidad de comercialización conjunta que responsabiliza a peque-
ños grupos rotativos responsables de la venta de los productos de todos los
miembros, asegurando a fines de mes que cada una de las familias cuente
con un ingreso seguro que puede ascender hasta los $4000 por familia.
Esto fue posible por tres cuestiones: la promoción y seguimiento que el
equipo técnico asumió como acciones fundamentales para el fortalecimiento
de las organizaciones primero y la colocación de la feria después. El avance
en la toma de decisiones por parte de los propios feriantes y finalmente, la
iniciativa de las autoridades de la Universidad Nacional de Santiago del Es-
tero en su posición de hacer visible al sector brindando un espacio para que
los feriantes de la agricultura familiar pudieran mostrar su trabajo.
El funcionamiento de la feria, es decir todo lo vinculado al espacio físico
ferial y al espacio de almacenamiento, a los productos y los feriantes, está
establecido en un reglamento discutido y formulado por los feriantes en co-
laboración con el equipo técnico. Cada feriante es responsable de cumplir
y hacer cumplir dicho reglamento. El último miércoles de cada mes esta-
blecieron como fecha de reuniones fijas donde todos los participantes de la
feria se reúnen para discutir precios, estrategias de producción, modos de
elaboración de productos y comportamientos de los feriantes a lo largo del
mes. Es el espacio de seguimiento y evaluación de las actividades.
Los técnicos de terreno, en representación del Estado (a través de la Se-
cretaria de Agricultura Familiar) les brindan las herramientas y recursos ne-

146
Las ferias como circuitos cortos de comercialización...

cesarios sobre todo en materia de conocimiento de políticas públicas orien-


tadas al sector y capacitación permanente. En los comienzos de la experien-
cia de feria, los técnicos tuvieron una amplia participación en la toma de
decisiones y en la administración de los recursos. Tal es así que la caja con
el dinero en el puesto de la feria era manejada por uno de ellos. Poco a poco
esta modalidad fue cambiando a medida que los propios feriantes se sintie-
ron capaces de manejar el dinero y el cuaderno de entradas y salidas. En la
actualidad la presencia de los feriantes en el espacio se ha hecho más visi-
ble mientras que los técnicos acompañan al inicio de la jornada con la pre-
paración del puesto, y al final cuando el transporte pasa a recogerlos. De
esta forma el grupo fue construyendo cierta autonomía adquiriendo habili-
dades de autosostenimiento, autogestión y de toma de decisiones colectivas.
La Universidad Nacional de Santiago del Estero cumple también un im-
portante rol no sólo al comprometerse con la visibilización del sector, sino
también al conectar el campo con la ciudad. De este modo, se expresa el
compromiso de la Universidad con el desarrollo rural de la provincia. Estos
intereses fueron plasmados en un Convenio Marco entre la Secretaría de
Agricultura Familiar de la Nación (Delegación Santiago del Estero) y la Uni-
versidad. Entre las cláusulas que figuran en dicho documento se pueden
destacar los siguientes objetivos: 1) identificación de necesidades concretas
vinculadas al desarrollo de la agricultura familiar; 2) formación y capacita-
ción de recursos humanos; la generación de conocimientos a partir de la
formulación y ejecución de proyectos de investigación relacionados con el
desarrollo rural y la agricultura; 3) sistematización y publicación de expe-
riencias vinculadas con el desarrollo rural y la agricultura familiar; 4) for-
mulación y capacitación de recursos humanos cuyos destinatarios serán
los distintos actores sociales (productores, técnicos, docentes universita-
rios, investigadores, alumnos universitarios) que participan en acciones
vinculadas con el desarrollo rural y la agricultura familiar.
Entonces, esta conjunción de actores, intereses y acciones contribuye-
ron a la “autovaloración de la gente de campo” a partir de su interrelación
con los consumidores urbanos, especialmente los estudiantes quiénes
aprenden a “reconocer los valores de la vida rural” (Manzanal, 2003). Se
construye así un espacio de relaciones sociales entre los pequeños pro-
ductores y la población universitaria antes borrosa y llena de preconceptos
y desconfianza. Se creó además un espacio democrático donde los ferian-
tes tienen una participación activa en las decisiones que se deben tomar
cuando de sus actividades se trata, constituyendo esto una modalidad de
organización que debe ser potencializada desde las instituciones del Es-
tado.

7. Conclusiones
Las diversas formas de producción y comercialización de la Agricultura
Familiar constituyen actividades de gran importancia para el sector en
cuanto a las posibilidades para obtener ingresos, intensificando la mano
de obra familiar. Este sector de la agricultura ha venido creando y recre-
ando estrategias que le permitieron generar diversos espacios donde se
hacen evidentes, entre otras, la diversificación productiva como una mo-

147
Las ferias como circuitos cortos de comercialización...

dalidad fundamental para el sostenimiento de los sistemas de producción,


la capacitación que reciben de diversas instituciones públicas y privadas en
actividades vinculadas fundamentalmente al agregado de valor y la incor-
poración de tecnología adecuada. En este sentido, los feriantes han podido
desplegar estrategias dentro y fuera de sus predios diversificando la pro-
ducción, generando valor agregado, intensificando la mano de obra familiar
y construyendo nuevos tipos de intercambio más justos, equitativos, sus-
tentables y donde sus formas de producir adquieren significado.
Las ferias de la Agricultura Familiar son ejemplos claros donde conver-
gen formas y estrategias de producción-comercialización que se funden en
un discurso ecológico, de desarrollo alternativo, de participación democrá-
tica, de tomas de decisiones consensuadas. Las acciones y discursos se
institucionalizan progresivamente en organizaciones específicas. En este
caso se constituyeron en un grupo pre-cooperativo. De esta forma, las fe-
rias permiten que los productores sean vistos como verdaderos actores del
desarrollo local aportando con su producción diversificada. Potencializar
dichas actividades, resulta fundamental para avanzar en la conquista de
mayores políticas públicas.
Para esto es importante el compromiso que asumen las instituciones
públicas que apuestan a un desarrollo rural y a la construcción de nuevos
acuerdos institucionales a partir del fortalecimiento de las organizaciones
de pequeños productores y la capacitación como herramienta para alcan-
zar formas transparentes de participación, decisión y control institucional.
Cumplen este rol la Secretaría de Agricultura Familiar de la provincia de
Santiago del Estero y la Universidad Nacional de Santiago del Estero.
En síntesis, afianzar la presencia del Estado con la continuación y pro-
fundización de las políticas de apoyo al sector y consolidar los espacios de
cooperación hacia el interior de las ferias y su valorización como circuitos
cortos de comercialización resulta fundamental para promover lo que Van
der Ploeg, Jingzhong y Schneider (2010) denominan “mercados anidados”.
Es decir lugares específicos donde se llevan a cabo transacciones entre pro-
veedores específicos y consumidores específicos vinculados a través de
redes particulares y marcos de referencia común.

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150
Nuevas Estrategias de Comercialización de la
Agricultura Familiar: FERISAF
MARIANELA MERLO, VERÓNICA GÓMEZ Y ANA MERINO

1. Introducción
Dentro de las estrategias de venta y comercialización actuales que no se
encuadran en la ortodoxia del mercado formal, están las modalidades al-
ternativas como son la venta callejera, manteros, y el caso que nos ocupa
en esta sistematización, las FERIAS FRANCAS, que llevan consigo otros va-
lores y normas de funcionamiento. Desde este trabajo proponemos que esta
alternativa sea considerada un punto de partida sistemático hacia esa otra
economía propiciando la innovación e implementando estrategias de tra-
bajo, entre otras cosas, donde lo fundamental es captar la participación de
los productores de la Agricultura Familiar y que la misma genere transfor-
maciones positivas para el sector.
Niremberg (2004), interpreta a las FERIAS FRANCAS como agrupaciones
de pequeños productores que insertan sus excedentes de producción, origi-
nando particulares formas de comercialización que construyen vínculos con
el mercado. La peculiaridad de la misma es que conforman un trabajo en
red, en palabras de la autora “concepto de redes como el de gestión asociada
hacen referencia a modos de trabajo intersectoriales, multiactoriales, articula-
dos, basados en discusiones, acuerdos y alianzas” (Niremberg 2004 pág.: 4)
Desde esta mirada rica en su perspectiva por ser acorde con la realidad
de la que somos participes, donde debemos concebir lo transdiciplinario, lo
colectivo y heterogéneo para comprender toda estructura social, el trabajo
en red permite una mayor lógica en el trabajo diario, en una reconstrucción
de vínculos entre los productores, instituciones, representantes y demás
actores sociales. Es en este marco que ubicamos a las ferias francas como
nuevos actores y agentes sociales dentro del sector rural, precisamente en
el territorio de Santiago del Estero desde el INTA se esbozo que los merca-

151
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF.

dos populares, las redes de comercio justo, las ferias campesinas y las de
agricultores urbanos generan alternativas de producción y comercializa-
ción equitativas y sustentables (INTA, 2009).
La presente sistematización nos ubica en nuestro escenario local, la Pro-
vincia de Santiago del Estero y más precisamente en la Feria Santiagueña
de la Agricultura Familiar (FERISAF),la cual es una de las pioneras de esta
estrategia de venta en la provincia. Integrada la misma por feriantes pro-
ductores de la Zona Banda Sur. Abordaremos su construcción y confor-
mación, las relaciones con las instituciones que estimularon su desarrollo
y actual funcionamiento, describiremos el nivel de ingreso mensual el cual
estimamos es un reflejo de la importancia del espacio construido. A partir
de lo antedicho esperamos aportar con este trabajo visibilizar la importan-
cia no solo económica que subyace a FERISAF, sino también su integrali-
dad y complejidad como instrumento de Desarrollo Local.
Para esto último partimos de las conceptualizaciones de Arroyo(2008 )
en torno al Desarrollo local el cual es definido por este autor como un pro-
ceso que debe ser debatido y construido “desde abajo”. En el que se prio-
riza no solo mantener un ingreso mensual, si no se busca resolver otras
necesidades no individuales sino colectivas que lleven a un mayor resultado
a nivel de calidad de vida no solo económico sino también donde prevalece
la obtención de un enriquecimiento a nivel de valores y fortalecimiento de
un espacio propio.
En síntesis, esta aproximación a la FERISAF, nos permitirá desentrañar
la historia de su organización como espacio visibilizador de los Pequeños
Productores y la Agricultura Familiar en Santiago del Estero. Pero lo que
más empuja a revalorizar su historia, es la construcción de un conoci-
miento que unifique experiencia y realidad humana. Se apunta a superar
prejuicios a cerca de la vulnerabilidad del sector y por ello el análisis de los
ingresos que obtienen por días de ferias, lo que permite posicionarlos como
sector pujante que contribuye económicamente generando recursos genui-
nos, contribuyendo a activar la circulación de dinero a nivel local y apor-
tando a la seguridad alimentaria de la población urbana.

2. Aproximaciones al Territorio
El escenario geográfico al cual pertenecen los productores que confor-
man FERISAF, se ubica en el Cinturón Frutihorticola del departamento
Banda, de la provincia de Santiago del Estero, comprendido por las comu-
nidades de San José, El Polear, Cuatro Horcones, Colonia Argentina y
Tramo 18 ubicados al suroeste del territorio provincial ( Ver Mapa N°1). El
departamento Banda se ubica al centro-oeste de la provincia. El mismo li-
mita al norte con el departamento Jiménez, al sur con el departamento Ro-
bles y la capital provincial, y al Este con el departamento Figueroa
respectivamente. Cubre alrededor de 3.597 km.

152
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF.

Mapa N°1:

La principal vía de acceso a las localidades mencionadas es la ruta Na-


cional N°34 . Si bien se encuentran caminos barriales para su circulación
interior, esta ruta es paso obligatorio para el acceso y comunicación con la
ciudad de la Banda y se puede identificar a este sector como el cordón pe-
riurbano de la ciudad bandeña. Los pobladores de esta zona tienen una co-
municación muy cercana y cotidiana con la ciudad ya sea a través de la
concurrencia a los servicios de salud, como son el Hospital, las UPAS (Uni-
dades de Atención Primaria de la Salud), el traslado de los pobladores a los
centros comerciales, los niños y jóvenes que concurren a estudiar (a ciclos
que no hay en la zona), a la ciudad construyen una relación diaria con la
localidad vecina.
El territorio al que nos estamos refiriendo pertenece a una zona de riego,
por su cercanía al rio, del cual se accede al agua a través de canales y ace-
quias que circulan dentro del sector donde se asientan los predios Sin em-
bargo, para acceder de manera regular al servicio de riego los productores
deben esperar su turno, o deben realizar perforaciones, además de contar
con una bomba para la extracción de agua para consumo humano (no po-
table en muchos casos) Otro medio por el cual recolectan el agua son alji-
bes, depósitos y tachos para el consumo diario, es con las lluvias, las cuales
tiene un promedio de 575 mm anuales.

153
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF.

A continuación realizamos una descripción no exhaustiva pero si precisa


sobre el perfil de los productores que participan de la experiencia de la feria
la cual consideramos necesaria para situar al lector. La misma fue realizada
en base al trabajo de caracterización hecho por el equipo técnico de terreno
de la SAF a lo largo de su trayectoria de trabajo con el territorio. Se trata de
Grupos familiares conformados entre 4 a 7 integrantes cuyos sistemas
de producción hortícola se llevan a cabo en lotes, de 2 a 10 has en las que
producen principalmente productos estacionales como acelga, achicoria,
rúcula, remolacha, perejil, batata, zapallo coreanito, cebolla cabeza, cebo-
lla de verdeo , entre otros.
La Mano de obra familiar es el sustento de la producción, ya que no con-
tratan mano de obra externa, o se producen contrataciones excepcionales
(Épocas de cosecha)
Además poseen animales para su autoconsumo o venta de excedentes,
( gallinas, cerdos)
Trabajan con el sistema de tracción a sangre o contratación de mecani-
zada estatal, y trasladan su mercadería en vehículos propios (carros, motos,
bicicletas) en el menor de los casos o contratando vehículos particulares.
Es de destacar que el sector al que pertenecen estos productores tiene
una gran trayectoria y es altamente productivo. Los antecedentes de pro-
ducción, conocimientos y saberes internalizados, se manifiestan en su tra-
yectoria familiar de producción; son “Productores Históricos” así definidos
por ellos mismos. Esta afirmación y auto reconocimiento de los propios pro-
ductores nos remite a Barril y Almada (2007) quienes afirman que a lo largo
de la historia y con las nuevas configuraciones a lo largo y ancho del
mundo, la unidad económica familiar será objeto de análisis y reconoci-
miento donde subyace que poseen características sociales y económicas
propias, que la diferencian de otras formas de producción e inserción en los
mercados
Las características antes mencionadas dan cuenta de la presencia de
un sector definido como productores de la Agricultura Familiar. En rela-
ción a la importancia numérica que tienen estos productores aportamos
los siguientes datos: tanto en América Latina como el Mercosur la produc-
ción agropecuaria sostiene a cinco millones de actores y más de 15 millo-
nes en toda la región. En la Argentina, más del 65% de los productores
agrícolas son pequeños productores y, en regiones como el NOA (se localiza
Santiago del Estero), y el NEA, superan el 80%.
En los últimos años se ha generado un interés muy particular por defi-
nir, caracterizar y explorar lo que fue, es y será la Agricultura Familiar en
nuestro país principalmente por los aportes que se visualizan en la pro-
ducción de alimentos, en la generación de un empleo, en la utilización de
los recursos naturales de manera sostenible la conciencia de que la natu-
raleza es un actor más, y un efecto de trascendencia mundial como son sus
vínculos con la seguridad alimentaria (Salcedo, De La O, Guzmán 2014)
A estos tipos agrarios las nuevas teorías y organismos mundiales como
la FAO, INTA, UNESCO entre otros, los identifican como agricultores dina-
mizadores, que permiten trascender su potencial en la diversificación pro-
ductiva, evidenciando su historia cultural y promoviendo una trasformación

154
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF.

que deviene con el correr de las generaciones. Ejemplo de esta perspectiva


sobre la agricultura familiar, su situación actual y sus potencialidades es
la FERISAF.

3. La FERISAF. Reconstrucción de su historia.


3.1. Primeras experiencias de comercialización en feria. Los ante-
cedentes de la FERISAF
En la década del 90, con el modelo neoliberal y su ejecución de políti-
cas focalizadas importadas y recomendadas desde agencias y organizamos
extranjeros y dependencia constante, se implementa el Programa Social
Agropecuario (PSA) , el cual estaba destinado a los pequeños productores
teniendo como objetivo el alivio de la pobreza rural mediante la promoción
de la participación organizada de los mismos en las decisiones de políticas,
programas y proyectos.
En el marco de un nuevo modelo de Estado Nacional y con un diseño de
políticas de perspectiva integral y territorial el PSA se institucionalizó en la
conformación de la Subsecretaria de Agricultura Familiar años después hoy
Secretaria de Agricultura Familiar, dependiente del Ministerio de Agricul-
tura Ganadería y Pesca de la Nación. Es bajo estas instituciones y sus lí-
neas de acción que se implementaron en la provincia modalidades de
trabajo destinadas al sector de la Agricultura Familiar con un fuerte énfa-
sis en un trabajo de planificación, dando prioridad a problemáticas que los
mismos productores identifican, a partir de la puesta en práctica de diag-
nósticos participativos por parte de los técnicos del programa. A partir de
allí se definieron líneas de acción, como metodología general de trabajo, en
la Subsecretaría, y temas focales de atención como son el asociativismo,
con otros actores sociales e instituciones pero también con sus pares y ve-
cinos. Temas coyunturales como sus sistemas de producción y de comer-
cialización cuya resolución constituye una demanda persistente por parte
del sector.
En julio del año 2006, con motivo de los festejos por el cumpleaños de
la capital de Santiago del Estero se llevo adelante una Feria de Artesanías.
En el Parque Oeste de dicha ciudad. Este evento posibilitó la incorporación
de los pequeños productores vinculados al PSA como feriantes, pudiendo
los mismos vivir su primera experiencia de venta directa al consumidor.
Hasta ese momento, la única modalidad de comercialización que habían
tenido era la venta mayorista, en predio y en verdulerías, sin un precio
justo, ya que tenían un bajo poder de negociación. Este modo de comer-
cialización era realizada en general, por los hombres de la familia. Solo en
unas pocas familias que realizaban ventas minoristas eran realizadas por
las mujeres de la casa, sin embargo a modalidad tampoco lograba una tras-
cendencia importante en cuanto a sus ingresos y donde las limitaciones de
logísticas que se presentaban como son las pesadas cargas, la movilidad y
traslado de la mercadería; acordar horarios con toda la familia; era una di-
ficultad que obligatoriamente debían asumir y resolver a diario para conti-
nuar con la venta.
Esta iniciativa y participación en la Feria del Parque Oeste, impulso una
nueva estrategia de venta, para dar respuesta a los problemas que venían

155
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF.

preocupando históricamente a los técnicos del PSA y a los Productores: la


comercialización. La venta directa sin intermediarios, era necesaria para ge-
nerar un impacto económico mucho mayor, y más sólido, en los pequeños
productores, un impacto social concibiendo nuevas perspectivas, reno-
vando el interés de seguir produciendo, proponiendo nuevos desafíos, como
son el incremento de sus ingresos, el trabajo genuino y la diversificación
productiva, resguardando los saberes populares, promoviendo el arraigo a
la tierra, ocupando el territorio que en la actualidad es muy cotizado, por
las grandes ventajas económicas que posee la zona.
En este sentido, la importancia que se le otorga a esta modalidad de co-
mercialización a través de ferias es destacada por el Foro Nacional de Agri-
cultura Familiar, en su documento fundacional “Lineamientos Estratégicos
para el Sector” (FONAF 2007), afirma que la comercialización de los pro-
ductos de la agricultura familiar, y la incorporación de valor agregado en las
experiencias de las ferias, resultan de vital importancia en términos eco-
nómicos, organizativos y culturales para el sostenimiento del sector.
Desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO, 2014) ; esbozan que los pequeños agricultores son alia-
dos de la seguridad alimentaria y actores protagónicos en el esfuerzo de los
países por lograr un futuro sin hambre. En nuestra región (América La-
tina), el 80% de las explotaciones pertenecen a la agricultura familiar, in-
cluyendo a más de 60 millones de personas, convirtiéndose en la principal
fuente de empleo Agrícola y rural.

3.2. Nacimiento de la FERISAF


Estas experiencias motivaron a los técnicos de la SAF a pensar en las fe-
rias como alternativa de comercialización. Se comenzaron así a realizar ta-
reas de logísticas con respecto al espacio físico, a convocar a reuniones con
los productores para llegar a una solución inmediata de esta necesidad de
mejorar la comercialización. Luego de un mes de preparación y concienti-
zación con lo que tiene que ver con la coordinación y toma de responsabi-
lidades de las tareas necesarias se formalizo el nacimiento de la Feria
Santiagueña de la Agricultura Familiar “FERISAF”.
Las FERIAS FRANCAS se consideran como un modelo alternativo para
la familia, a fin de introducir sus productos, desarrollar una modalidad de
trabajo familiar que lleva aparejada la construcción de nuevas relaciones
sociales y un fortalecimiento en la relación con la naturaleza (INTA, 2010);
generando nuevos tipos de intercambio donde las redes de comercio justo
y la de agricultores urbanos resultan alternativas de producción y una co-
mercialización más equitativa y sustentable.
En el 1º Encuentro Nacional de Ferias Francas, llevado a cabo en la ciudad
de Posadas en junio de 2011, el Ministerio de Agricultura reafirma el valor de
estos circuitos de comercialización en tanto son concebidos como: “espacios de
encuentro, de festejo y reflexión para todos los participantes.”. Los organizado-
res del evento expresaron que la finalidad era “poder visualizar un modelo de
economía social que posibilita a cientos de miles de personas tener una alter-
nativa productiva y comercial con características diferenciadas.” (Ministerio
de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, 2011).

156
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF.

Enmarcada en esta perspectiva es que el día 12 de mayo de 2011 co-


mienza a funcionar FERISAF. Para ello se generan vínculos con la Munici-
palidad de la ciudad de la Banda, mediante la firma de un convenio de
trabajo manifestando la idea de coordinar esfuerzos para beneficiar a la po-
blación, atendiendo a la problemática del desarrollo local apoyando la pro-
ducción local y su comercialización. El lugar físico de la Feria, se localizó en
la Avenida Besares, esquina Belgrano; Plaza Mauricio Rojas núcleo céntrico
de la ciudad de la Banda, lugar dónde hoy continúa funcionando.
Desde el equipo técnico de la SAF responsable del territorio y el aseso-
ramiento a los productores, con el apoyo de la gestión de la Secretaria en
ese momento se propusieron como metas específicas:

• Mejorar la comercialización de sus productos, lo cual se verá re-


flejado en un mayor ingreso, al obtener un mayor pago por sus pro-
ductos.
• Que los consumidores puedan adquirir productos frescos a me-
nores precios que en el comercio tradicional.
• Que a través de la comercialización en ferias se traccione el au-
mento de la producción hortícola local.

FERISAF comenzó a funcionar de manera ininterrumpida hasta la fecha


con una frecuencia semanal, los días sábados desde las 7 de la mañana
hasta las 13 hs en la avenida Besares. Esto propició que con el transcurrir
del tiempo se fuera identificando entre los vecinos de la ciudad de la Banda
como un espacio de venta directa de productos frescos de la agricultura fa-
miliar y del sector rural de las zonas aledañas. Allí las familias de la ciu-
dad pueden adquirir: verduras y frutas, productos panificados, conservas,
huevos, pollos caseros. Se financió desde la SAF, la compra de estantería,
balanzas, manteles y delantales para unificar su imagen ante los consu-
midores; promoviendo también un sentido de pertenencia para ellos mis-
mos y los consumidores.
Cada puesto representa una familia; FERISAF está compuesta por 25 fe-
riantes activos, las jornadas de feria en la ciudad de la Banda se turnan
para vender los días sábados por sector, ya que todos producen y comer-
cializan casi los mismos productos; para que funcione de una manera más
equitativa se dividen los espacios para poner sus puestos. FERISAF se ca-
racteriza porque casi en su totalidad son mujeres acompañadas por uno
de sus hijos/as, y que también cumplen el doble rol de ayudar, en lo que
se requiera como así también aprender del oficio de vendedor y tener una
relación con los clientes. Una nota de color con respecto a este tema es la
fluidez con la que se comunican las niñas con los clientes tanto en su sim-
patía, la cordialidad que domina toda la jornada por parte de los feriantes
ganando la confianza y atención de los clientes. Los productos que se ofre-
cen son frutas y verduras como achicoria, acelga, rúcula, cebolla, zanaho-
ria, papa, perejil, repollo, apio, ajo, cebollita de verdeo, sandía, melón, limón
, batata, zapallos una variedad muy importante todos de producción pro-
pia; los productos de los cuales se abastecen de otro mercado son las fru-
tas como la manzana, banana, uvas, y demás que por las condiciones

157
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF.

climáticas y demás condiciones no se pueden producir en el territorio; pero


que si está presente y persistente en la demanda por parte de los consu-
midores.
En este marco se hace necesario visibilizar el trabajo de los técnicos del
equipo territorial de la SAF que participaron desde la primera idea, que vi-
sualizaron la necesidad que debía ser resuelta y generaron un acompaña-
miento diario, constante fortaleciendo lazos entre ellos y los pobladores.
Estos últimos abocaron toda su confianza en el trabajo de los mismos, y se
fortaleció, en ese proceso, un auto reconocimiento de poder realizar un tra-
bajo con buenos frutos. Nos dirá Manzanal (1993) las instituciones son efi-
cientes si permiten generar condiciones para que los individuos realicen
elecciones estables y propicien la coordinación de decisiones colectivas;
pero esas elecciones o las instituciones no funcionan individualmente,
existe un trabajo que se choca con realidad de los productores todos los
días y ese es el Rol del Extensionista tema que no nos reúne en este texto,
pero que debe ser siempre recordado.

3.3 Se concreta el Trabajo en Red: Participación organizada de


múltiples actores
La experiencia que se reconstruye y sobre la que se reflexiona, intenta
poner a la luz una realidad de Santiago del Estero, como parte de un con-
glomerado de cambios que se están sucediendo a nivel mundial. Una de
esas modificaciones y que se vincula directamente a esta temática de la
feria de la AF son las nuevas configuraciones entorno a la concepción de
que es lo “Rural”, y el rol de la Agricultura; una de las posturas que se nos
presenta es la de Paz (2014) quien visualiza desde hace muchos años estos
cambios. En sus palabras, “Además de exigir a la agricultura la producción
de alimentos, en la actualidad comienza a requerirse otros aspectos como la
incorporación de la sustentabilidad en las actividades económico-producti-
vas, la generación de fuentes de trabajo, la necesidad de elevar los ingresos
de la mano de obra y mantenerla en el campo, el respeto al medio ambiente
y su biodiversidad, la seguridad en la producción de alimentos”(Paz 2014).
Uno de los caminos que posibilita responder a estas nuevas exigencias
es la de promover un Desarrollo Local que sea un medio para alcanzar la
efectiva movilización de recursos locales al alentar las inversiones, a la vez
que se contribuye a un abastecimiento autónomo de productos frescos, pro-
moviendo un consumo diferente dentro de la ciudad con productos locales.
Coraggio (2004) nos dirá que el desarrollo local no se agota en sí mismo, ni
por los componentes internos que posee, pero tampoco debe ser llevado
adelante con un antifaz ajeno al exterior, el proceso debe contemplar tanto
lo que está sucediendo a nivel local, regional y más aun a nivel mundial.
Uno de los puntos a responder en la presente sistematización es pre-
sentar los vínculos que se construyeron entre los diferentes actores e ins-
tituciones que permitieron la conformación de FERISAF no solo como sitio
de venta y espacio de visibilización de la Agricultura Familiar sino como di-
namizador del desarrollo local. Las relaciones entre actores públicos y pri-
vados, sin fines de lucro se convierten cruciales para la sostenibilidad del
proceso al permitir la convergencia de intereses y expectativas durante la

158
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF.

programación de inversiones entre los diferentes actores. Esto es posible


dado que los mismos no solo poseen un conocimiento superior de sus ne-
cesidades y recursos sino que su proximidad geográfica y cultural facilita
la interacción frecuente de tipo social, económico y político; construyendo
condiciones para un permanente crecimiento y la consolidación de una co-
hesión social fortaleciendo la confianza del sector.
De esta manera, una ardua pero reconfortante tarea de los técnicos fue
lograr vinculaciones directas con las diferentes instituciones y organismos,
que posibilitaron el financiamiento para FERISAF. Así, se concretó la par-
ticipación del estado nacional, provincial y municipal favoreciendo el espa-
cio construido de venta además de contar con recursos económicos y
técnicos. Este proceso se identifica claramente con la denominación de “Es-
pacios Protegidos” (Van der Ploeg, 2001), los cuales son espacios locales
que permiten la construcción de los medios y herramientas que promueven
la confianza entre los miembros activos participantes y “la construcción de
redes interinstitucionales, fomentando el diseño de estructuras activas ca-
paces de instrumentar proyectos propios que estimulen acciones tendientes
al desarrollo de los pequeños productores” (Maillat, 1995 citado en Paz y
Jara 2011). Es en este proceso y espacio construido de FERISAF que se
efectivizaron los siguientes acuerdos:
En relación al Espacio de feria, lugar físico y formas de difusión: La
Municipalidad de la Ciudad de la Banda y ciudad Capital de Santiago Del
Estero; son quienes han suscriptos convenios que han permito la localiza-
ción de los espacio de feria. Cuidad de la Banda (Plaza Mauricio Rojas) Cui-
dad Capital (Parque Oeste, Parque Norte, Plaza Canal Feijo). También, la
Secretaria de Ciencia y Tecnología y gestión Pública colabora en la difusión
a partir de financiamiento de cartelería y la realización de un video promo-
cional de la FERISAF.
Con respecto a los Proyectos productivos: la Secretaria de Ciencia y
Tecnología y Gestión Publica financió un módulo para la realización de una
hectárea productiva bajo el sistema de Fertirriego, para un productor- fe-
riante de la localidad de El Polear a modo de muestra y también como he-
rramienta de difusión y promoción del sistema de Fertirriego. A nivel
ministerial se hizo presente la colaboración del Ministerio de Producción, Fo-
restación y Tierras de la Provincia de Santiago del Estero específicamente la
Dirección de Agricultura que posibilitó la incorporación de una innovación
tecnológica a partir del financiamiento y el apoyo técnico en la implemen-
tación de sombraculos para la siembra de verano que permiten ampliar la
oferta productiva Proyecto PRODEAR, (Programa de Desarrollo de Aéreas
Rurales-Pcial) ejecutado a través de la Dirección de Agricultura financiado
a comienzos del 2013, a través del cual se financio cinco tanques austra-
lianos y cabezal, cañerías, accesorios y cintas de goteo respectivamente,
para cinco de módulos de Fertirriego, los cuales tienen una ubicación en la
localidad de San José, Banda Sur. Otra de las instituciones que significó de
gran apoyo a FERISAF fue la Secretaria del Agua a través de una perfora-
ción profunda con una bomba y red de distribución de agua para riego por
goteo, esto último en vías de ejecución, para las comunidades de San José
y Cuatro Horcones.

159
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF.

En conexión directa con la estrategia de venta se promovió un Apoyo a


la Comercialización: Por medio de un subsidio de la SAF (Secretaria del
Agricultura Familiar Delegación Santiago del Estero), el cual fue destinado
para la compra de un vehículo utilitario. En la actualidad FERISAF cuenta
con una camioneta Ford-F100 modelo 1973 la misma es destinada para la
movilidad de la producción, traslado de los productores a sus puntos de
venta. Con otra parte del subsidio recibido entre los productores y la Co-
misión de Feriantes acordaron conformar un Fondo Rotatorio para los fe-
riantes, quienes pueden acceder a créditos sin ningún tipo de interés. Dicho
fondo es administrado por dicha comisión., Los microcréditos son reinte-
grados abonando una cuota mensual para la renovación del fondo y así po-
sibilitar el acceso al financiamiento a los que necesiten de alguna ayuda
económica inmediata. Desde la SAF se priorizo el acompañamiento y la ges-
tión de la matricula nacional que se debe a la creación de la cooperativa de
Feriantes “Productos Naturales”, constituida por una demanda sentida por
parte de los productores activos en la feria.
Tanto el proceso como la multiplicidad de actores que participaron en la
configuración de FERISAF lograron un trabajo en red de base como fue el
de poder ampliar la “comprensión de una estrategia de articulación e inter-
cambio entre organizaciones, programas, proyectos y/o personas, que deci-
den asociar sus esfuerzos, experiencias y conocimientos para el logro de fines
comunes” (Nirenberg 2004, pág. 4). Lo que subyace al trabajo en conjunto
fue poder promover el intercambio de ideas, visiones, en el acervo de expe-
riencias y destrezas con la que cuentan las instituciones que fueron acom-
pañando el proceso de consolidación de FERISAF. La clave final de un
verdadero desarrollo local al cual lo identificamos en FERISAF son los ac-
tores locales, los que viven en el lugar; los que pueden logar un proceso
verdadero de desarrollo local. Reafirmamos esta postura según Arroyo
(2010) quien nos dirá que “Las fortalezas del desarrollo local tienen que ver
con que los que lo hacen saben de qué se trata porque viven en el lugar. Pue-
den manejar los recursos, algunas ideas; pueden definir en algún sentido el
rumbo hacia dónde van. Esa es la diferencia fundamental: la potencialidad”
(Arroyo 2010, pág. 3). Son precisamente esas fortalezas inquebrantables
que presentan los productores lo que posibilito la evolución de FERISAF y
su consolidación como espacio de venta, la reconstrucción de una identi-
dad desgastada con el tiempo de un trabajo digno.

4. La FERISAF como espacio complejo. Su impacto en la vida coti-


diana de los feriantes
Al iniciar este camino se tuvo también la idea de fortalecer el trabajo co-
tidiano y transformarlo en una herramienta genuina de mayor inclusión;
superar de a poco los estándares de vida que se prescribían para el sector
rural marginal. Páez en un análisis del discurso de Gabriel Salazar soció-
logo y filósofo del a Universidad de Chile nos trasmite que los productores
que representan las ferias francas “Al buscar por sí mismos y entre sí mis-
mos la supervivencia, reconquistan a su manera una parte significativa de su
pérdida de dimensión social” (Páez, 2004. Pág. 4)
Es en este espacio que se quiere colocar a FERISAF como lugar de in-

160
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF.

tercambios socio-culturales y económicos en el cual subyace una superpo-


sición de características particulares que no se deben ignorar. La comuni-
cación y comercialización cara a cara que llevan adelante los feriantes, el
precio justo y equitativo para ambas partes, el empoderamiento que se
construye entre todos tanto productores como consumidores y también
participantes activos los técnicos de terreno posibilitan ir dimensionando
hacia un Desarrollo Local, el cual se caracteriza por que las fortalezas tie-
nen que ver con que “los que lo hacen saben de qué se trata porque viven en
el lugar y tienen más idea de las condiciones”(Arroyo 2010). El camino hacia
ese desarrollo nos dice Arroyo (2010) hay que pensarlo, analizarlo y luego
introducir los instrumentos de planificación como un proceso; contem-
plando actores que hay en el territorio y por otro lado, las políticas de asis-
tencia y promoción. No se debe y no se puede, siguiendo a Arroyo (2010),
quedar solo a un nivel de planificación o en el diseño de las ideas. Se debe
traspasar ese puente de solo meditar o pensar, se debe comenzar a pensar
accionando mucho más. Nuestro productores nuestra agricultura familiar
posee muchas riquezas es en ese camino de potenciarlos que FERISAF se
está dirigiendo.
En este apartado se destacaran y analizaran una serie de elementos que
contribuyen a dar visibilidad y explicar la riqueza de la experiencia de esta
feria.

4.1. Los Feriantes. Valoraciones y significados del espacio de la feria.


A lo largo del tiempo y su permanencia en FERISAF, los productores
han comprobado las ventajas de funcionar en conjunto, han incorporado
una nueva mirada en su rol de productores y feriantes. Poseen un conoci-
miento superior de sus necesidades, pero también de sus recursos y sus po-
sibilidades. Su posición frente a los conglomerados urbanos, los motoriza
a la innovación productiva considerándose ellos mismos agentes activos
posibles de cambios.
A fin de conocer más de cerca la realidad de los productores, y la signi-
ficación de FERISAF en sus vidas, el impacto económico y las considera-
ciones personales hacia la experiencia, se realizaron entrevistas semi
estructuradas, las que se analizaron mediante una matriz de datos. Cabe
aclarar que del universo de 25 feriantes se tomaron como muestra 12 ale-
atoriamente, para realizar el análisis de la experiencia.
De los discursos registrados develamos una relación entre los concep-
tos, donde la repetición de cada frase da cuenta de un sentimiento colec-
tivo que subyace y hace a su decir cotidiano en la FERISAF; también fue
posible reconstruir su trayectoria en la misma para aproximarnos a lo que
representa este escenario y su trascendencia en otras facetas de la vida de
sus integrantes.
Así, como común a las entrevistas se evidencia que;

• Los feriantes han revalorizado su trabajo como agricultores fami-


liares al sentir que el fruto de su esfuerzo, que es la producción tiene
valor.
• Han percibido que esta forma de comercialización mejora su in-
greso y a la vez es permanente en el tiempo.

161
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF.

• El contacto directo productor-consumidor les ha permitido tener


la posibilidad de tomar sus propias decisiones en cuanto a la fija-
ción de precios de su productos
• Han redescubierto o reafirmado, la importancia de la cohesión fa-
miliar para todo el proceso de producción –comercialización.
• Este continuo contacto directo, productor-consumidor, les ha exi-
gido y les exige la predisposición de aprender.

4.2. Acerca del sentimiento de pertenencia


Se pudo apreciar que la incorporación a FERISAF, generó entre los fe-
riantes un sentimiento de pertenencia a algo nuevo, que no conocían muy
bien cómo funcionaba pero que los empujaba a descubrirlo porque sentían
que era algo positivo para su vida. La actividad comercial cara a cara, un
contacto directo con el consumidor los llevo a construir una actitud más ac-
tiva, con una visión no de la mayor ganancia posible, si no poder dar un
mayor valor a su trabajo, revalorizar la mano de obra empleado, el trabajo
de su vida volvía a tener sentido en palabras de ellos:

“Con la Feria quiero seguir trabajando, me gusta ver de nuevo


gente produciendo en la zona”.( Tomasa Godoy, 38 años)
“No hay duda la feria nos hizo ver que podemos vivir de nuestras
producciones, nos hizo crecer en nuestra tierra, que antes no veíamos
posible”. ( Gladis Barrionuevo, 56 años)
“Con la ayuda de tanta gente, de los técnicos, mis hijos ven que ser
productores no es ser pobres, es un trabajo muy bueno… a demás
somos independientes”. ”.( Mary Paz.42 años)

Si bien el discurso es individual, se refleja que el sentimiento positivo es


colectivo. FERISAF como lugar estratégico de venta despertó un nuevo in-
terés por trabajar la tierra, motorizo el querer seguir produciendo permi-
tiendo a los productores generar una mayor confianza en ellos mismos, en
su labor cotidiano que era desvalorizado, y donde el trabajo diario no era
bien retribuido. A demás descubrieron un trabajo genuino, reflejándose en
una inclusión social, a partir de un ingreso permanente y sostenido.

4.3. Nueva dinámica familiar y social


Como resultado a un nivel más estructural que se observa a partir de la
participación de las familias en FERISAF fue la revalorización de la vida fa-
miliar. La participación en el ámbito de la feria produjo una restructuración
de roles dentro de la dinámica familiar, incorporándola en su cotidianei-
dad como espacio de pertenencia. Se internalizó que la diversificación de ta-
reas, control de horarios, actividades fijas para cada integrante del hogar,
un trabajo en conjunto será un mayor beneficio para toda la familia, obte-
niendo como resultado una conciencia de proyección a largo plazo, una pla-
nificación organizada develando mayores reconocimientos para todo el
conjunto.
Estas motivaciones nos permiten dar cuenta que los valores que son ca-
racterísticos de esta “Otra Economía”, si son factibles en este ámbito como

162
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF.

son la reciprocidad por el otro, el intercambio genuino. No se trata de un


ámbito de trabajo claramente separado de la vida familiar, la historia per-
sonal, sino por el contrario, estas se articulan en las ferias, haciendo de la
actividad ferial un estilo de vida personal, familiar y colectivo (Busso, 2010).
Ya en la dimensión de tipo más organizacional o comunitaria, con la re-
ciente formalización de los feriantes en cooperativa, la cual está integrada
por 25 socios, se dio un marco de institucionalización a la FERISAF. Los
productores dan cuenta de este cambio en sus relatos:

“Con la cooperativa tenemos un respaldo legal, para poder seguir


creciendo, a mí me da más seguridad de seguir produciendo…” (Gla-
dis Arancibio, 56 años)
“Hace mucho que queríamos la cooperativa, entre nosotros (los fe-
riantes), creo que nos va ayudar a resolver más rápido los proble-
mas…”(Gladis Barrionuevo, 56 años)
“No creo que se vean los cambios rápido en la feria con la coope-
rativa, pero en nosotros seguro, de mi parte hay más compro-
miso…”(Angélica Gomez, 35 años)

Estos primeros acercamientos y análisis de los datos obtenidos, nos re-


flejan que la formalización en cooperativa, se logró con el consenso entre
todos los productores que siguen apostando al desarrollo de FERISAF, com-
prendiendo y manifestando un mayor compromiso por parte de todos los in-
tegrantes de la familia. Si bien las metas a corto plazo no son realizar
cambios trascendentales a nivel de estructura económica o solo de contri-
buir a una mejoría en términos de ingresos económicos. Se puede observar
que FERISAF está transformando los modos de organización tradicional,
sus modos de distribución, sus formas de propiedad llevando también cam-
bios en su comercialización y en su difusión del consumo al resto de la so-
ciedad cambio no menor que significa una proyección a futuro para las
nuevas generaciones venideras pero también con una ambición de dejar un
mensaje sobre el sector al cual representan.
Según Coraggio (2014) lograr una relocalización de la producción y una
reeducación del consumo nos otorgara una nueva apertura a estas nuevas
configuraciones de venta, la que también reincide en la modificación de há-
bitos de consumo urbano permitiendo que el sector rural esté presente en
las mesas de las familias santiagueñas se fortalezcan y siga creciendo en su
oferta y demanda.

4. 4 Nuevo rol de la mujer


A lo largo de los años a raíz del modelo económico que nos domina, se na-
turalizó todo lo que se refiere a la mercantilización de la vida, la cual deriva
en que sin ingresos o rentas una persona no puede sentirse incluida en la es-
tructura social a la que dice pertenecer, sumado a esto Quiroga Díaz (2014)
señala que debe ser primordial el cuidado de las tareas de reproducción co-
tidianas las cuales llevan adelante en su totalidad las mujeres.
Es en este apartado nos resulta importante visibilizar un factor más que
FERISAF modificó a raíz de su consolidación. El rol de las mujeres en la

163
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF.

conformación del espacio de venta, su reconocimiento individual como


agentes activas dentro del proceso; permitió un redescubrimiento de ellas
mismas como mujeres independientes, descubriendo sus fortalezas.
El papel que se adjudicó a las mujeres dentro de FERISAF marca una
coyuntura de trasformación positiva no solo a nivel económico o vinculado
solo a su rol de comerciante, el protagonismo que se ganaron permitió una
nueva visibilizacion dentro del hogar, generó un nuevo sentimiento de con-
fianza en ellas mismas posibilitando un rehacer en sus vidas atadas solo a
las labores diarias, hogareñas o su papel de madres 24 horas por siete días
a la semana. Ellas nos lo demostraron:

“Cuando comenzó la feria, en la casa ya sabíamos que la mujer


era la que íbamos a vender, y cuando desde la subse nos dieron los
delantales, yo sentí que era parte de algo bueno“(Gladis Juarez, 57
años)
“Que todos tengamos una misma presentación, como un uniforme
fue muy lindo. Comenzamos a conocernos más, a ser más indepen-
dientes del hombre en la casa”(Gladis Arancibio, 56 años)
“Todos habíamos vendido siempre (al por mayor) pero la feria era
algo nuevo, había que aprender a trabajar con los horarios, con las
verduras, a perder el miedo en la venta”(Lucía Araujo, 32 años)
“Puedo decidir cuándo ayudar y comprar cosas a mis hijos”(Gladis
Barrionuevo, 56 años)

Las prácticas referidas al trabajo doméstico tienen la particularidad de


estar en constante relación con el trabajo en el predio de explotación, y por
esta razón, la distribución y adjudicación de las diferentes tareas que con-
tribuyen a la organización familiar resulta fundamental un esfuerzo con-
junto para el logro del ciclo productivo del cultivo, al que adaptan sus
prácticas domesticas y sus estrategias (Quiroga Díaz 2010). Lo que nos de-
vela que las actividades diarias conforman el quehacer en la rutina coti-
diana, el poder de decisión adjudicado a FERISAF, el empoderamiento del
trabajo no como algo obligatorio sino la posibilidad de remodelar esas prác-
ticas para descubrir el abanico de oportunidades y posibilidades que les
brinda su vida normal. Es de mencionar que este proceso se generó simul-
táneamente con la preparación de la estrategia de venta de feria, pero es en
esta particularidad que se demostró el rol de la mujer como un factor para
seguir trabajando y continuar con la explotación de su potencial.

4. 5 Intensificación y Diversificación Productiva


A demás de diferencias sentidas con respecto a lo personal y subjetivo
de cada uno de los productores de FERISAF, también se debe reconocer las
trasformaciones y diferencias que surgieron a nivel predial a partir del tra-
bajo de venta directa en la Plaza Mauricio Rojas de la Banda. La pertenen-
cia a la feria generó en los pequeños productores una intensificación en su
producción, aspirar a poder producir mejor, a concretar las prácticas como

164
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF.

la diversificación de la producción, el acceso a nuevas variedades de semi-


llas y el uso de nuevas tecnologías que los técnicos lograron trasmitir a los
productores se volcaron en sus sistemas productivos.
La producción que realizan los feriantes en sus predios se identifica por
trabajarlo con el menor impacto ambiental posible, no se utilizan agroquí-
micos para las siembras; no se explota de manera innecesaria el agua ya
que es un bien limitado en la zona por lo que su utilización es muy a con-
ciencia y con los cuidados necesarios. Aumentar la diversificación de su
producción como lo fue sembrar otros tipos de zapallos, incluir en su pre-
dio la siembra de otros tipos de verduras de hojas como remolacha, achi-
coria, rúcula fue producto de un proceso que se generó a partir de las
propias demandas de sus clientes, . Si bien esto supuso un cambio el
mismo fue posible dado que los productores sentían seguridad en podrian
concretar las ventas de estos nuevos productos.

“Nos gusta ofrecer de todo, para que la señora de la casa pueda lle-
var todo lo que necesite, a nadie le gusta andar caminando por todos
lados buscando una cosa acá otra en otro lado”
“(…) Ahora comenzamos a sembrar otro tipo de zapallos, que antes
no podíamos porque no teníamos las semillas, eran difíciles de conse-
guir, no nos alcanzaba”(Mercedes Godoy, 39 años)
“Comenzamos a producir verduras de hojas, acelga, rúcula, pere-
jil, con mi marido escuchamos un curso y aprendimos, es la verdura
que más busca la gente”.(Beatriz Saavedra, 53 años)
“Tuvimos que empezar a producir más para que nos alcance, si
sembramos más cosechamos más”(Mary Paz, 42 años)

Esta experiencia de feria franca ha posibilitado abrir el camino a la Agri-


cultura Familiar, a los pequeños productores concebir el trabajo en un
tiempo a largo plazo, reconstruir la importancia y la riqueza de la tierra que
poseen. Permitiendo el acceso a alimentos más baratos para los consumi-
dores con un nivel de calidad superior a cualquier competencia, y obtenido
a un precio justo ya que se elimino del circuito comercial la cadena de in-
termediación. El proceso y camino transitado constituye un modelo econó-
mico viable para el desarrollo local, al reactivar la actividad comercial y de
servicios en una localidad y sus alrededores (Caracciolo Basco, M. y Foti La-
xalde, 2003).
El compromiso asumido por parte de los productores y la identificación
de la feria como un espacio propio también se refleja en aprendizajes. En
una constante retroalimentación de sus propias virtudes, donde a raíz de
un apoyo institucional y una confianza ganada por su labor permiten abrir
caminos, apostando a un mercado sin intermediarios con características
de reciprocidad, redistribución , de solidaridad con su par, y de beneficios
para el consumidor; es una ecuación que si se visualiza no solo observando
si no intentando proyectar las fronteras a las cuales se puede llegar es un
gran horizonte para todos los actores y agentes participantes del mismo.
Toda esta articulación de actores, el contexto social, económico y político
que se vive permite que, dentro de la red y de la experiencia de las ferias

165
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF

francas como un todo, se geste una nueva idea sobre el mundo rural que
supera la tradicional vinculación de lo rural con lo agrícola exclusivamente.

5 . Representación económica en el ingreso familiar


Es en este apartado de la sistematización y luego de un análisis más
descriptivo de FERISAF, procedemos a abordar uno de los objetivos princi-
pales que fue descubrir y detallar la representación económica que tiene
FERISAF, en el Ingreso Mensual es así que a partir de entrevistas a dife-
rentes feriantes- productores se pudo obtener la siguiente Información

Cuadro N° 1: Ingresos Mensuales Totales según Familias

Fuente: Elaboración Propia. Julio 2013-Agosto 2014.

Las variables que se presentan en el Cuadro N° l son (de izquierda a


derecha):
Venta Mayorista Predial: la presente hace referencia a las ventas al
por mayor que realizan las familias a compradores que ya cuentan con años
de ser sus clientes mensuales como son Ruta N°51 y una empresa llamada
Naturaleza (No se logró precisar de donde provienen)
Venta por Menor Predial: La primera variable mencionada en el cua-
dro son las ventas a intermediarios, a verdulerías de la ciudad de la Banda,
a sus vecinos revendedores, a vecinos para su propio consumo, también a
intermediarios ocasionales que se acercan a su finca para la compra de
productos.
Venta COMECO: venta que realizan las familias al Mercado Concentrador
Frutihorticola de Santiago del Ester; el cual funciona hace dos años aproxi-
madamente. El acceso al mismo es muy limitado por no responder a las nor-
mas establecidas que se requiere para vender sus productos una de ellas
coyuntural es el traslado de la mercadería (Falta de un vehículo “Nuevo”)
Venta Supermercados v Fábricas: Ventas mayoristas que realizan a
los supermercados de las ciudad de la Banda, y a las diferentes fábricas de

166
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF

la ciudad, específicamente fábricas de Pastas frescas, como son “Tío Nico”,


“Doña Fina” y “Don Luis” respectivamente.
Venta FERISAF: Es la venta que realizan en la Feria Santiagueña de la
Agricultura Familiar (FERISAF) mensualmente, con 4 jornadas mínimas de
venta.
Beneficio Social, Programas sociales, Jubilación, Pensión: Hace re-
ferencia al Ingreso Mensual que perciben las familias sumando el de todos
los integrantes de la misma, Asignación Universal por Hijo, Jubilaciones
por Moratoria, y Pensiones no contributivas: por Incapacidad, Madres de 7
hijos o más; Vejez.
Otros: La presente variable hace referencia al ingreso mensual que per-
ciben por arrenda miento de tierras, trabajos extra prediales (albañilería,
empleadas domésticas); ayudas económicas de familiares directos radica-
dos en otras provincias (Hijos, ahijados, tíos), y demás trabajos o “Changas”
que realizan otros integrantes del grupo familiar.
El Cuadro N° 1 está compuesto por la composición total de los ingresos
que perciben las familias durante todo el mes; en el mismo subyace que el
ingreso obtenido en la venta de FERISAF, tiene un nivel de gran importan-
cia en el ingreso total, la curva que refleja la venta en feria demuestra un
constante aumento en todas las familias ya sea menor o mayor su venta en
todas las unidades productivas se genera un significativo ingreso mensual.
Es de remarcar que las diferentes estrategias de venta que llevan ade-
lante las familias cuentan con marcadas diferencias entre sus pares. Las
ventas mayoristas son realizadas por solo tres familias, las ventas a los su-
permercados y fabricas es llevada adelante por cuatro familias quienes han
fortalecido un lazo con sus cliente por años, trasmitiendo calidad y precio
que al fin de cuentas es lo importante para las grandes empresas. Todos los
puntos de ventas no son explotados por todas las familias por diferentes
motivos tanto de logística, de producción, de comunicación, es aquí donde
se aspira a potenciar las riquezas que se tienen cerca. En Ingresos Otros
son un total de seis familias quienes obtienen una entrada de dinero dife-
rente a la productiva o predial.
Si bien no es nuestra intención generalizar en términos de Karl Polanyi
(1976) creemos que estos espacios de venta construidos desde la necesi-
dad pero fortalecidos por la independencia con la que se cuenta permite
marcar pasos, direccionando una recuperación simultánea de los mercados
en Plural como espacios de construcción social al servicio de la comunidad
logrando una trascendencia no solo económica o en una reproducción sis-
temática de la vida se permite poder visualizar una trasformación mucho
mas colectiva para la sociedad.

5.1. Promedio de FERISAF


Para trasmitir al lector una visión más gráfica de lo que representa el in-
greso de FERISAF en las familias, lo exponemos de manera descriptiva en
porcentajes en el siguiente cuadro:

167
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF

Cuadro N° 2: Porcentaje del Ingreso de feria, según el ingreso mensual


en las familias

Fuente: Elaboración Propia. Julio 2013- Agosto 2014

Los datos presentados en el Cuadro N° 2 describen el promedio que sig-


nifica el ingreso de FERISAF, en el ingreso mensual de cada una de las fa-
milias. Si bien anteriormente (Cuadro Nº1) se presento la heterogeneidad de
origen de las entradas económicas que se contabiliza en el total del ingreso
familiar, pero en esa diversificación prevalece el ingreso por un trabajo au-
tónomo e independiente.
El ingreso de Feria representa en solo una familia un 28%; en tres fa-
milias incorpora un 30% al ingreso total, exacerbando que la venta de feria
se potencia como una alternativa estratégica de comercialización. Y en un
total de siete unidades productivas el ingreso de venta en FERISAF equivale
a más de un 40% en el ingreso total.
Una de las unidades productivas, la número 9, demuestra que la venta
en feria es el único ingreso mensual con el que cuenta el hogar, si bien es
solo un caso nos permite inducir y resaltar que la comercialización que re-
aliza la familia no significa solo una alternativa. La venta en feria para esta
familia es de gran significancia tanto a valor económico para el sostén dia-
rio del hogar como una consolidación de formación de trabajo, al que adop-
tan un esfuerzo conjunto para el logro del ciclo productivo del cultivo, donde
fusionan sus prácticas domésticas y sus estrategias para el mantenimiento
y futuro desarrollo del espacio de venta construido. Mariana Busso (2011)
nos dirá que la construcción de estos espacios deviene en un lugar de tra-
bajo que no está específicamente separado de la vida familiar o de la histo-
ria individual o personal de cada uno de los miembros del hogar, por el
contrario estas se articulan con las ferias, logrando que la actividad ferial
se convierta en una forma de vida familiar, colectiva y naturalizando la feria
como algo imprescindible en la cotidianeidad.

168
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF

5.2 Comparación entre ingresos por FERISAF e ingreso por benefi-


cio social mensualmente.
En el anterior apartado se abordó la diversificación de ingresos que las
familias contabilizan, a continuación en el Cuadro Nº 3 se presenta una
comparación entre los ingresos que las mismas perciben a través de la
venta en las jornadas de FERISAF, y los ingresos que reciben por parte del
Estado a través de diferentes Beneficios Sociales como lo son la Asignación
Universal por Hijo (AUH), Jubilaciones, Pensiones no contributivas (madres
de siete hijos, por discapacidad)

Cuadro N° 3: Ingreso por Beneficio Social e Ingreso por Feria según Fa-
milias

Fuente: Fuente: Elaboración Propia. Julio 2013- Agosto 2014

El universo de familias de FERISAF, y todo el territorio de Banda Sur,


como otros lugares, también son sujetos destinatarios de diferentes pro-
gramas y asignaciones sociales, solo tres familias pertenecientes a Ferisaf
no perciben ninguna ayuda económica; ellas son promotoras de su propio
trabajo para su independencia económica. Sin embargo la percepción de
los beneficios sociales no atenta contra la búsqueda de un mayor bienes-
tar y mayores ingresos del resto de las familias dado que no obstante la
percepción de estas erogaciones las mismas desarrollan activamente sus
actividades de producción y comercialización. Esta última reflexión invita
a desnaturalizar la mirada simplificada y connotada de prejuicios negativos
que se tiene acerca de la AUH y otras herramientas del Estado como aso-
ciadas netamente a lo asistencial y es una invitación a evaluarlas, anali-
zarlas como insertas en un entramados de estrategias que aportan a
modelar y fortalecer acciones en el mediano y corto plazo vinculadas al des-
arrollo local.

6. Aprendizajes y primeras conclusiones sobre la Experiencia FERISAF


En estas última sección se reflexionará de una manera crítica recono-
ciendo a la experiencia misma como un proceso de aprendizaje, donde a
partir de todo el camino transitado se recolectaron aprendizajes, mensajes
y se abrieron nuevas aristas para seguir descubriendo y profundizando.
Gandulfo(2010) nos dirá que uno de los objetivos primordiales por parte

169
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF

de las políticas públicas debe ser profundizar “los procesos organizativos


en la sociedad civil, como la vía que garantice el desarrollo productivo con
equidad social y sostenibilidad ambiental”. Es en esos procesos organizati-
vos que se debe recolectar la información para que se pueda socializar todos
los conocimientos permitir su trascendencia en otros ámbitos y espacios
de saberes, conocerlos e identificarlos son de una ayuda coyuntural para
continuar con las prácticas de intervención su mejoramiento y aprendizaje
de las realidades de las cuales nadie queda exento.
Esta primera aproximación a la experiencia de FERISAF nos generó nue-
vos interrogantes por responder, y una asignatura pendiente con temáticas
que necesitan de una mayor profundización, a continuación explicitamos
algunas conclusiones propuestas para continuar su desarrollo:
Desde el funcionamiento de FERISAF y su desarrollo rescatamos que
los pobladores urbanos se ven beneficiados con una oferta de productos ali-
menticios de calidad, producidos localmente, emancipando al sector rural
del a ciudad, muchas veces mal categorizado. El fin último es que los com-
pradores lo obtengan a un buen precio, el acceso a este tipo de producción
traccionó un mayor consumo saludable por su accesibilidad y bajo costo.
Esta alternativa de comercialización contribuye a fortalecer la seguridad ali-
mentaria de toda la población que accede a ella. Las aproximaciones entre los
sectores URBANO Y RURAL, otorga una canal de acercamiento y conoci-
miento de uno con el otro, eliminando sesgos o etiquetas con malas consi-
deraciones. FERISAF favoreció una integración social de la población.
El espacio construido FERISAF; representa una importante fuente
de empleo, el cual es calificado como genuino y autónomo por los mismos
protagonistas, permitiendo una mayor seguridad económica en el grupo fa-
miliar. En este sentido los feriantes han sido inscriptos en el monotributo
de la Agricultura Familiar permitiendo contar con obra social, aportes ju-
bilatorios, y asignaciones familiares. Esta herramienta también fue una
conquista por parte del sector que se la debe recordar por los múltiples be-
neficios que llega a todo el país. Un aprendizaje no menos importante fue
rescatar los saberes históricos y heredados que los productores poseen en
el camino generacional van trasmitiendo a las nuevas generaciones.
Desde lo productivo FERISAF motivo que muchos productores reto-
men la actividad después de haberla dejado por otras más redituables en
algún momento. La incorporación de nuevas tecnologías, como Fertirriego,
y sombraculos; demostró la necesidad de su aplicación en toda la zona. Re-
clama mayor inversión estatal en el rubro. Como cuestiones a resolver y
seguir profundizando acciones concretas que conlleven a un mayor forta-
lecimiento de FERISAF, creemos pertinente lograr que los feriantes, gene-
ren una mayor diversificación de su producción, que se verá reflejada en
una mayor oferta propia de sus productos, que a su vez tendrá efectos in-
mediato en las ganancias que se puedan obtener en las jornadas de feria.
También como un aporte crítico para continuar trabajando es lograr que los
feriantes continúen trabajando hacia el largo plazo, que consoliden la pla-
nificación y gestión para su mejoramiento.
Como tarea establecemos “Potenciar” el espacio construido a lo
largo de estos 3tres años, apostando a una mayor articulación con demás

170
Nuevas Estrategias de Comercialización de la Agricultura Familiar: FERISAF

organismos e instituciones que permitan generar ese desarrollo local, el


cual no es solo una meta abstracta, sino que es entendido como un proceso
que hay que acompañarlo desde ABAJO. Siguiendo al autor Arroyo (2008)
al abordar el desarrollo local; no se debe solo abordar la realidad por las ex-
ternalidades positivas que se obtenga del proceso; lo que si se debe propi-
ciar es una continuidad son los resultados obtenidos. Es en este momento
que creemos pertinente señalar que si bien artículo destaca lo positivo no
se deja de reconocer que hay mucho trabajo por hacer, faltan prácticas que
llevar acabo y aprender de errores cometidos.
Proponemos desde esta perspectiva y luego de este análisis, forta-
lecer la promoción del modelo de feria en toda la provincia, que se vi-
sibilice en toda la provincia, que su resultado es un modelo alternativo de
comercialización para incorporar a los pequeños productores; que es facti-
ble siempre que se resguarde el sentido identitario de cada territorio, pro-
tegiendo las riquezas y particularidades de cada región. FERISAF tiene
una real significancia en el ingreso total familiar, que en el menor de los
casos es de 28%, llegando en algunos casos al 100%. Según un trabajo del
IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura), existen
alrededor de 800 cooperativas rurales funcionando de manera regular, nu-
clean a alrededor de 100 mil asociados y de ellos el 79% por ciento perte-
necen a explotaciones agropecuarias familiares. Es aquí donde FERISAF y
su Cooperativa se irán ubicando como formadora del trabajo genuino La
realidad es que se logró una continuidad por obtener beneficios económi-
cos favorables, pero su internalización como proceso independiente y auto
gestionado se fue descubriendo al pasar el tiempo.
Una importante tarea a resolver es la capacitación tanto para pro-
ductores como para técnicos, desde SAF en lo que concierne a temas es-
pecíficos, como son logística, funcionamiento y la promoción del
empoderamiento por parte de los productores para que logren su autoges-
tión y organización sin demasiada dependencia de terceros.
Por último queremos transmitir que esta experiencia nos permitió visuali-
zar ese desarrollo local anhelado, el cual necesita indefectiblemente de las vin-
culaciones con los diferentes organismos e instituciones. Y en ese escenario el
papel de lo transdiciplinario en este momento de trasformaciones a nivel mun-
dial de crisis y de renacimientos; es necesario para cualquier modificación o lle-
var adelante procesos de cambios. El rol del estado si es fundamental para el
reconocimiento y fortalecimiento de cualquier estructura social.
Las instituciones que participaron en estas sistematizaciones como son
la Secretaria de Agricultura Familiar y la Universidad Nacional de Santiago
del Estero, precisamente el equipo de Sociología rural, intentaron llevar
adelante un proceso de democratización del espacio permitiendo sacar a la
luz las voces de los propios protagonistas. El trabajo de ambos equipos no
solo fue un proceso de escuchar y escribir, también trascendieron apren-
dizajes, vivencias que serán recordadas por años; pero marcando un ca-
mino que si bien arduo de transitar pero con motivaciones para continuar
aprendiendo y llevando adelante el estandarte de este sector dinamizador
y representativo de la constante lucha de los pequeños productores la “Agri-
cultura Familiar”

171
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173
Hacia un empoderamiento económico y social. La
experiencia de las mujeres en la feria de Rio
Hondo.
JACQUELINE TORT Y PAOLA NAZAR

1. Introducción
El presente trabajo pretende indagar acerca de como la participación de
las mujeres campesinas en una feria local contribuye a su empoderamiento
económico y social. Para ello se abordará la experiencia del espacio de feria
de Villa Río Hondo, ubicada en el Departamento de Río Hondo de la pro-
vincia de Santiago del Estero. La sistematización fue realizada desde una
perspectiva de género. Por lo que se centra especialmente en conocer el rol
de las mujeres en la feria, indagando cuestiones relacionadas con la divi-
sión tradicional del trabajo y la generación de cambios en la subjetividad de
las mujeres mediante su ingreso a la feria.
Se trabajó entorno a dos objetivos. El primero consiste en analizar el
trabajo en el ámbito doméstico y público de las feriantes, e indagar si la
participación en el ámbito público de la feria influye en el trabajo en el
hogar, es decir, en la división sexual del trabajo.
El segundo objetivo es rastrear el origen de las experiencias en los empren-
dimientos que las mujeres llevan a cabo, las políticas públicas a las que tienen
acceso y el énfasis puesto en temas productivos, económicos, y de género.
Durante el trabajo de campo se utilizó la entrevista en profundidad y los
grupos focales.Ademas, en la selección de las entrevistadas, se tuvo en
cuenta la trayectoria de las mujeres en la feria.

2. La significancia del genero en la división del trabajo


En este estudio se hace necesario hacer referencia a qué se entiende por gé-
nero y cómo influye éste en el trabajo de las mujeres. Para ello, hay que reali-
zar una distinción entre el concepto de sexo y género. Generalmente, el primero
se refiere a un conjunto de características físicas que “impregna todos los as-
pectos de la vida tanto individual como sociocultural. El concepto de sexo es
usado para hacer referencia a las características biológicas -universales y con-
génitas- que establecen diferencias entre mujeres y varones.” (Aguirre,
1998:19). En cambio, el género consiste en las conductas consideradas feme-

175
Hacia un empoderamiento económico y social...

ninas o masculinas, se trata de una construcción social de identidad. Para Te-


resita de Barbieri, el género se refiere a “los conjuntos de prácticas, símbolos,
representaciones, normas y valores sociales que las sociedades elaboran a par-
tir de la diferencia sexual anátomo-fisiológica y que dan sentido a la satisfac-
ción de los impulsos sexuales, a la reproducción de las especie humana y en
general al relacionamiento entre las personas” (1993: 5).
En otras palabras, el género es una construcción social que permite
analizar papeles, responsabilidades, limitaciones y oportunidades diferen-
tes de hombres y mujeres en diversos ámbitos (familiar, escuela, comuni-
dad, país, cultura, entre otras esferas).
Hay que destacar que la significancia del género para el análisis del tra-
bajo de las mujeres rurales se debe a que el mismo opera no solo a nivel in-
dividual sino en las estructuras sociales, influyendo en las percepciones,
apreciaciones y acciones de los sujetos. “El concepto de género resulta esen-
cial en el análisis de la organización del trabajo ya que alrededor de él es po-
sible repensar la organización de las empresas, las tecnologías, las
calificaciones, los salarios, pero también las organizaciones sindicales, los
estereotipos culturales de empresarios y líderes sindicales, el papel del Es-
tado a través de la legislación, las instituciones, la justicia, las representa-
ciones y las ideas” (Lobato, 2008 citado en Ullivari, 2013:2)
Es así que los roles de género tienen consecuencias en la estructura so-
cial y en la división del trabajo. Mientras las mujeres se encuentran limi-
tadas al ámbito doméstico, los hombres se desenvuelven en lo público,
desde donde se ejerce poder, se definen las normas y los límites sociales, y
se toman las decisiones (Flores y Corona, 2006).
De esta manera, se genera desigualdad y subordinación de las mujeres,
lo que explica la separación entre el mundo público y privado. De ahí que
la caracterización del público como espacio de lo masculino y del privado
como el femenino.
Sin embargo, las mujeres rurales que viven con cierto nivel de aisla-
miento y que generalmente se limitan al hogar como el espacio predilecto
de su participación, han empezado a organizarse y salir al ámbito público.
Como lo expresan Biaggi, Canevari y Tasso (2007) los movimientos socia-
les, junto a las instituciones públicas y privadas (de orden nacional, regio-
nal o internacional) buscan a través de diferentes estrategias promover,
acompañar o fortalecer procesos encaminados hacia la equidad de género.
De este modo, las mujeres que participan en un ámbito público tienen más
oportunidades y desafíos, ya que pueden “empoderarse”, para convertirse
en sujetos de derechos, para tener su voz y su palabra, para intervenir y de-
cidir en espacios públicos, para disponer sobre su vida, para ser respetada.

3. Mujeres rurales y políticas públicas en Argentina


En este apartado se analizará la inserción de las mujeres rurales en las
políticas públicas. Sin embargo, primero debemos plantearnos qué se en-
tiende por política pública.
Ozlack y O‘ Donnel (1984) definen a las políticas estatales como el con-
junto de acciones u omisiones que manifiestan una determinada modalidad
de intervención del Estado en relación a una cuestión, que concita el inte-
rés, la atención y movilización de otros actores del tejido social. Por su

176
Hacia un empoderamiento económico y social...

parte, Muller (citado en Cowan, 2011) sostiene que políticas públicas pue-
den ser concebidas como un conjunto de acciones tendientes a cambiar
una realidad por otra, representada por un ideal de “bienestar”, siempre
desde el punto de vista de quien la formula y/o reivindica. De esta manera,
se entiende por política pública al conjunto de acciones por parte del Estado
para cambiar la realidad.
Respecto a las mujeres rurales y las políticas públicas en Argentina, Cowan
(2011) distingue una serie de periodos. Una primera etapa, donde el INTA, a
los pocos años de su creación en 1956, incorporara a la agenda del desarrollo
rural, problemáticas relacionadas a las mujeres. El INTA (Instituto Nacional
de Tecnología Agropecuaria) creó los “clubes hogar rural”, que tenían como re-
ceptoras a las mujeres para capacitarlas en el mejoramiento de las tareas del
hogar, fomentar la vida en el campo, solucionar problemas de la comunidad,
entre otros aspectos. Este enfoque es considerado maternalista, ya que estaba
encaminado a fortalecer los papeles tradicionales adjudicados a la mujer,
“madre” y “esposa”. Esta perspectiva continuaba reforzando la posición sub-
ordinada de la mujer ante el varón.
Siguiendo al autor, en la década de 1970, hay una redefinición de la pro-
blemática de género, en gran medida por los cuestionamientos levantados
por la segunda ola feminista1. La invisibilidad de la mujer como productora,
en las políticas de desarrollo rural es puesta en cuestionamiento y con ello
surge el enfoque Mujer en el Desarrollo (MED). Este enfoque parte de la idea
de que es necesario incorporar a las mujeres en las actividades productivas
generadoras de ingresos, ya que esto provocaría un impacto en la economía
familiar y sería el motor necesario para el desarrollo de los más pobres.
En la década de 1980, comenzó a debatirse la perspectiva de mujer en el
desarrollo ya que no problematizaba las relaciones de poder a las cuales es-
taban subordinadas las mujeres, tanto en el ámbito privado como en los pú-
blicos. Es así como surge el enfoque Género en el Desarrollo (GED), que trata

(1)
El feminismo de la segunda ola es un período de actividad feminista que comenzó
en la década de 1960 en los Estados Unidos, y con el tiempo se propagó por todo
el mundo occidental. Considerando que el feminismo de la primera ola se centró
principalmente en el sufragio y en los obstáculos legales para la igualdad jurídica de
género, el feminismo de la segunda ola amplió el debate a una amplia gama de temas:
la sexualidad, la familia, el lugar de trabajo, los derechos reproductivos, las desigual-
dades de facto, y las desigualdades jurídicas oficiales.
(2)
El término empoderamiento no tiene una acepción única, es un concepto bastante am-
plio y complicado de delimitar. Fue acuñado por primera vez en la conferencia mundial de
Beijing para hacer alusión a la creciente participación de las mujeres en la toma de decisio-
nes y acceso al poder. Actualmente, este término sirve para hacer referencia a la concien-
cia de poder que tienen las mujeres. Según Iturralde (2005) el empoderamiento es el proceso
de construirse como sujeto individual y/o colectivo (…) con el propósito de conducir a la
sociedad en función de sus propios intereses. El empoderamiento se relaciona con el con-
cepto de poder, que representa una realidad propia del ámbito de las relaciones humanas que
(…) siempre son sociales y políticas, (…). El poder se expresa en el control de ciertos re-
cursos fundamentales: económicos, organismos estatales, violencia, autoridad ética, informa-
ción y comunicación, conocimiento, organización y movilización. El poder también se expresa
en la fuerza (capacidades) y solidez (unidad alrededor de un proyecto, estrategia y organiza-
ción) de un sujeto colectivo.

177
Hacia un empoderamiento económico y social...

cambiar las inequidades de género, a partir de procesos de empoderamiento2


de las mujeres para cambiar las relaciones de subordinación que se eviden-
cian en la división sexual del trabajo. Esta perspectiva intenta mejorar la au-
toestima femenina y trabaja sobre la conciencia de ciudadanía. Además, trata
de aumentar las oportunidades que posibiliten el acceso y control sobre re-
cursos y beneficios en el marco de un desarrollo sustentable Este enfoque,
comúnmente enunciado a través de la idea de “equidad de género” o “equi-
dad entre varones y mujeres” es el que prevalece en la actualidad.
En la década del 90 se desarrollaron diversas políticas públicas tendientes
a mejorar las condiciones de la vida de la mujer rural. Se puede nombrar al
Proyecto Mujer Rural de la Dirección de Desarrollo Agropecuario de la Secre-
taría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA). Este programa
se proponía “visibilizar el trabajo de las mujeres rurales y su reconocimiento
como productoras, mejorando sus condiciones de trabajo. A su vez busca lo-
grar que las mismas accedan a los beneficios de los programas de desarrollo
rural, a través del fortalecimiento de la participación y la promoción de la or-
ganización de las mujeres” (Biaggi; Canevari y Tasso, 2007:111).
También se puede nombrar al Programa de Desarrollo de Pequeños Pro-
ductores Agropecuarios (PROINDER), el cual implementó los proyectos “F”
a mediados del año 2005. Estos estuvieron destinados a brindar financia-
miento y asistencia técnica a mujeres rurales para la incorporación de tec-
nologías sustentables para actividades domésticas. Sus destinatarias eran
mujeres rurales, independientemente de si ellas o algún integrante de su fa-
milia hubieran recibido financiamiento anteriormente. Los objetivos de esta
línea de proyectos eran la mejora de las condiciones de trabajo de las mu-
jeres y el logro de una mayor eficiencia en el aprovechamiento de los re-
cursos naturales y energéticos (Biaggi; Canevari y Tasso, 2007).
Los programas implementados como parte de las políticas públicas ba-
sadas en el nuevo enfoque de género han tenido éxito dentro de las muje-
res que resultaron alcanzadas por los mismos. Sin embargo, resultan
insuficientes en cuanto a su extensión para lograr un impacto significativo
en la población sobre la que se enfoca. Aún persisten barreras culturales y
socio-económicas que requieren una perspectiva no tan atómica para la
elaboración de políticas públicas.

4. Los comienzos de la Feria y su evolución hasta la actualidad


La Feria en Villa Río Hondo se constituyó en el año 2005 y ocupó origi-
nariamente el edificio de la Comuna Municipal. En el año 2011 se traslada
a la plaza principal, y en actualidad funcionando en el Centro Cívico de
Villa Río Hondo. La misma se realiza una vez al mes, los días sábado de
9:00 horas hasta las 16:00 horas, y cuenta con la participación de aproxi-
madamente 25 feriantes.
En sus orígenes, la feria fue apoyada por la Secretaría de Agricultura
Familiar y por productores que venían trabajando con Pro-huerta del Ins-
tituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y con el Programa Social
Agropecuario (PSA). Los primeros feriantes eran pequeños productores que
vivían en las inmediaciones de la Villa y pertenecían a organizaciones cam-
pesinas como Luna Creciente (de la localidad de Abritas y parajes aledaños),

178
Hacia un empoderamiento económico y social...

la Organización de Pequeños Productores de Río Hondo y la Organización


de Rodeo Soria (de las localidades de Rodeo Soria y Sol de Mayo).
Los productos que se ofrecían eran dulces, tunas, huevos caseros, ces-
tería, miel de abeja, artesanías en madera, panificados, quesos, arropes y
conservas. Con los años creció el número de feriantes (originalmente eran
12) y se empezaron a incorporar nuevos productos de la zona como tejidos,
trabajos en cuero, arcilla y bijouterie artesanal.
Posteriormente, el INTA, la Secretaría de Agricultura Familiar y algunas
ONGs realizaron capacitaciones sobre la elaboración de licores caseros, ela-
boración de alimento balanceado, tejidos en telar, teñido con tintes natu-
rales, marroquinería, alfarería, y buenas prácticas en elaboración de quesos
de cabra la cual estuvo a cargo de un técnico del Instituto Nacional de Tec-
nología Industrial (INTI). También se capacitó en mejoramiento de produc-
tos para la participación en ferias.
En el año 2009, los integrantes de la feria elaboraron y pusieron en prác-
tica un reglamento de trabajo interno, el cual describe tres puntos impor-
tantes: las características del espacio físico, las condiciones de los productos
para feriar y los derechos y deberes de los feriantes. En relación al espacio
físico, se establecieron pautas como contar con espacios limpios y ordenados.
En cuanto al modo de presentación de los productos, el reglamento habla
sobre los cuidados de los productos y cómo establecer los precios. Respecto
a los feriantes, se establece reglas sobre quiénes pueden participar en la feria,
junto con los horarios de apertura y cierre de la misma.
Respecto a la participación de las mujeres en la feria, es preciso desta-
car que de un total de 25 feriantes, unas 23 son mujeres, lo que representa
un 92%. Respecto a las edades, podemos decir que la mayoría de las mu-
jeres se ubican en la franja etaria que va desde los 30 a los 50 años. Para
estas mujeres, la actividad de la feria les permite mantener un ingreso para
solventar ciertos gastos, ya que a esta edad les es difícil ingresar al mercado
laboral.
Esto demuestra que el potencial para producir un cambio en el modelo
de desarrollo rural desde una perspectiva de género existe. La participa-
ción de las mujeres como feriantes las ayuda a insertarse en nuevos espa-
cios que tradicionalmente estaban restringidos a los hombres. Resulta
entonces un caso de empoderamiento exitoso, interesante para su descrip-
ción y análisis.

5. El papel de la mujer en la feria


5.1. El trabajo en el ámbito domestico y público de las mujeres
Campaña (1992) indica que tradicionalmente la división genérica del
trabajo rural otorga a hombres y mujeres campesinas formas diferentes de
inserción, existiendo una identificación cultural entre actividades y roles
con cada uno de los sexos. Es así como la mujer ha sido entendida como la
responsable de la reproducción social del grupo familiar (bienes y servicios
de consumo familiar) y el hombre ha sido concebido como el encargado de
la producción, que comúnmente transcurre fuera del hogar.
Sin embargo, en las áreas rurales, las mujeres tienen también una im-
portante participación en la producción agropecuaria. Las campesinas

179
Hacia un empoderamiento económico y social...

cumplen una doble función: por un lado asumen el trabajo reproductivo,


pero además deben acompañar el sistema agrícola o pecuario de la finca,
por ejemplo, el cuidado de las cabras o la participación en épocas de cose-
cha. Esta doble responsabilidad lleva a invisibilizar el rol productivo de las
mujeres, ya que en lo rural las fronteras entre trabajo productivo y repro-
ductivo, entre trabajo domestico y predial, son difusas. (Campaña, 1992).
Esa opacidad de fronteras entre trabajo doméstico y predial se ve tam-
bién entre las mujeres que integran la feria de Río Hondo. Dichas feriantes
se desempeñan en numerosas actividades económicas. Son agricultoras,
artesanas, vendedoras dependientes, sin dejar de ser las principales res-
ponsables de las tareas domésticas.

“La mujer es la primera en levantarse y la última en irse a dormir.


La mujer tiene que ir al corral de las cabras, ordeñar la leche, elabo-
rar los quesos, faenar los cabritos, ir a ayudar en la cosecha del maíz.
Todas las actividades principales las hacemos nosotras” (Mujer fe-
riante, 2014).

Como se vio, el trabajo doméstico de la mujer campesina es muy sacri-


ficado, superando en ocasiones al hombre. Además este trabajo no sólo im-
plica carga física, sino psicológica y moral (el cuidado de niños, mayores y
enfermos) generalmente sin vacaciones (Álvarez, 2003).
Sin embargo, cabe destacar que aunque las mujeres colaboren y apor-
ten en la economía del hogar, “lo significativo es que son las mismas muje-
res [las] que muchas veces no ven su propio aporte, es tan invisible para
ellas como para su entorno mediato e inmediato. Lo consideran una ayuda,
o un aporte, o un trabajo limitado a lo doméstico, desde una connotación
subsidiaria.” (Kremer, 2010:2).
El testimonio de una técnica explica que los espacios formativos que se
desarrollan en el contexto de las ferias de Villa Rio Hondo han permitido
problematizar y desnaturalizar esta situación y que las mujeres se autoa-
suman, paulatinamente, como sujetos de derecho.

“Las actividades que hacen las mujeres dentro del predio como
sembrar u ordeñar las vacas no son reconocidas como trabajo por
parte de ellas. Cuando se inició la feria, las mujeres tampoco se reco-
nocían como trabajadoras, pero a medida que fue pasando el tiempo,
con la ayuda de las capacitaciones de género, las mujeres se fueron
reconociendo como trabajadoras” (Técnica de la Secretaría de Agri-
cultura Familiar, 2014).

Cabe resaltar que la participación de las mujeres campesinas en la feria


a veces se encuentra limitada por el trabajo del hogar, que muchas veces
recae casi únicamente en las mujeres.

“Hay veces en que las mujeres no participan en la feria por cumplir


con sus tareas domésticas. Por ejemplo, si llegan albañiles, deben que-
darse a preparar la comida y no dejar sola la casa, porque la mujer es

180
Hacia un empoderamiento económico y social...

la responsable de atender a la persona que viene a desempeñar al-


guna tarea. Lo mismo ocurre cuando llega una visita, ya que social-
mente ésta es la encargada de atender a las visitas. También sucede
cuando uno de los hijos se encuentra enfermo, ya que está internali-
zado socialmente que una madre es la única que debe cumplir con el
rol del cuidado del niño. Otro caso se da cuando el esposo o los hijos
realizan trabajos afuera del predio y la mujer debe permanecer en el
hogar y esperarlos para el almuerzo” (Técnica de la Secretaría de Agri-
cultura Familiar, 2014).

En algunos discursos de las entrevistadas se puede observar la persis-


tencia de ciertas prácticas que reproducen el machismo, pese al trabajo de
concientización de la SAF.

“Mi marido me da permiso para que pase el día en la feria, yo el día


anterior me encargo de hacer la comida para que coman ese día”
(Mujer feriante, 2014).

Según Valdes (1998), la expresión “me da permiso”, solicitado por las mu-
jeres a los hombres para salir a trabajar, aparece como ritual de manteni-
miento y afirmación de la autoridad masculina. El permiso es una manera de
resolver simbólicamente el mantenimiento de la autoridad masculina en un
contexto en que ya los hombres no son los sostenedores exclusivos del hogar.
Es por este motivo que, por el hecho de agregar un nuevo salario a la re-
producción familiar, aparece paralelamente un malestar por parte de la pa-
reja por el hecho de que las mujeres dejen la casa. “Este movimiento de la
casa hacia los lugares de trabajo no implica sólo dejar un lugar vacío en la
casa sino también estar en otro espacio. Este malestar cultural reside en
parte en la organización de la vida cotidiana, en cuanto la ausencia feme-
nina implica no estar servido, implica desorden, implica resituarse ante la
ausencia de las mujeres y tareas hechas por ellas que no son realizadas en
tanto las mujeres se hallan trabajando. Pero también el malestar cultural
se vincula a que las mujeres están en otra parte. Pueblan otros espacios, y
desarrollan una mayor sociabilidad” (Valdés, 1997: 8).

“El día anterior a la feria yo tengo que dejar todo ordenado y la co-
mida hecha. (…) A veces mi marido no quiere que vaya para que tome
mate con él” (Mujer feriante, 2014).

Empero, a pesar de la resistencia masculina a que la mujer “salga de la


casa”, en tanto evidencia de la persistencia de relaciones patriarcales en el
campo, también hay experiencias de unidades familiares donde la actividad
de feriar comprende una estrategia de cooperación y cohesión de los vín-
culos domésticos.
Generalmente, las mujeres solicitan ayuda a otros miembros de la fa-
milia en la elaboración de los productos, debido a que estos se producen en
el ámbito doméstico, aprovechando así las habilidades de distintos miem-
bros del grupo familiar. De esta manera, se puede señalar que la asunción

181
Hacia un empoderamiento económico y social...

de este rol de feriante por parte de las mujeres impacta en una modificación
de la dinámica familiar. Ejemplo de ello son la elaboración de queso casero,
dulces, cestería, etc.

“Yo le pido a mi hija que me junte el algarrobo para hacer arrope,


porque ella es más joven” (Mujer feriante, 2014).

También hay familiares que no solo se involucran en la producción, sino


también en la comercialización de estos productos, sumando a la feria a
otros participantes de la familia, como una actividad grupal.

“Yo le pido a mi hija que me junte y me limpie las tunas para hacer
el dulce de tuna, ella se encarga de venderlos en la feria” (Mujer fe-
riante, 2014).

Asimismo, para que la mujer salga de su casa y se inserte en la feria, es


muy importante el apoyo de su grupo familiar, y en especial de su pareja,
porque de no recibir ayuda, el trabajo de la mujer sería muy difícil, es así
como las parejas ayudan a las feriantes a comprar la materia prima para
sus trabajos o al acercarlas hasta la feria.

5.2. El rol de la mujer en la feria


En la feria es significativo ver la presentación de la mercadería que le
otorgan las mujeres a los productos para hacerlos más atractivos para su
venta.
“Yo me encargo de ponerle telas y cinta bebé a los dulces que hago,
así se vean más vistosos” (Mujer feriante, 2014).

“Ahora hacemos los jabones medicinales en moldes, así sean más


atractivos para la gente” (Mujer feriante, 2014).

“Todos los productos deben tener las etiquetas con el logo de la or-
ganización. Todos los dulces y arropes deben estar en envases de vi-
drio, porque así se mantienen en mejores condiciones, así los
compradores les tienen más confianza” (Mujer feriante, 2014).

Asimismo, es muy importante la transmisión de saberes que se man-


tiene en el ámbito de lo rural, el cual se traspasa de generación en genera-
ción.

“Mi abuela me ha enseñado a trabajar con el mimbre” (Mujer fe-


riante, 2014).

Es importante recalcar que estas mujeres tienen una significativa valo-


ración del pasado, ya que aprenden de sus antepasados, es por ello signifi-
cativo la transmisión de saberes que se realizan de generación en generación,
ejemplo de ello son los tejidos en telar, el uso de tintes naturales, el trabajo
de la cestería, entre otros.

182
Hacia un empoderamiento económico y social...

Del mismo modo, la feria no solo representa para las mujeres un espa-
cio de comercialización sino más bien es un lugar donde se fortalecen lazos,
vínculos, se promueven valores de solidaridad y compañerismo. Es por esto
que no solo cumple una función económica, sino también social. Este paso
está marcado por: la sociabilidad, salir de la rutina doméstica, conocer
otras cosas, personas y lugares. (Valdés, 1997). En suma, la feria no solo
es un espacio de reencuentro en un lugar público donde se comparte una
comida o una charla amena, es también el marco en el que se van defi-
niendo algunas líneas de trabajo y estrategias de fortalecimiento del sector
(Paz, Jara, Nazar; 2012). De esta manera describen este proceso las fe-
riantes:

“En la feria me he hecho de muchas amigas. Después de vender


nuestros productos en la feria nos juntamos a jugar al bingo”(Mujer fe-
riante, 2014).

“La feria es el momento en que la mujer sale de su actividad en la


que se levanta a la mañana hasta la noche. Es un momento de entre-
tenimiento, de charla, es como salir a una fiesta y encontrarse con
todos” (Mujer feriante, 2014).

Además, la incursión en la vida laboral fuera de los hogares que les ha


permitido el ingreso en la feria, ha generado un aumento en la autoestima
de las mujeres, que se sienten capaces de contribuir en la economía del
hogar. Por consiguiente, el dinero adquiere un significado diferente: otorga
autonomía y poder de decisión (Valdes 1997:10).

“Las mujeres, con los ingresos obtenidos durante una jornada de


feria, pueden disponer del destino de sus compras (productos de be-
lleza, indumentaria tanto para los hijos como para ellas, etc.) sin de-
pender del dinero de sus esposos” (Técnica de la Secretaría de
Agricultura Familiar, 2014).

Esto les posibilita incrementar su estatus dentro del hogar, en tanto mo-
difican la distribución del trabajo reproductivo y logran mayor control de la
economía del hogar. De este modo, la concentración de poder del jefe del
hogar (hombre) se ve más equilibrada ya que la mujer, ejerce un nuevo rol
que le permite empoderarse social y económicamente.

“Yo con el dinero que gano en la feria compro lo que quiera, ya no


tengo que pedirle a mi marido, él no me va a estar preguntando para
que lo necesito. Si mi marido necesita plata se la presto y él me de-
vuelve” (Mujer feriante, 2014).

“Con el dinero de la feria las mujeres no van a sobrevivir, pero ellas


ya hacen su propia economía, ya tienen dinero con lo que venden o
tienen para comprar mas cositas para la feria. La plata que gana ya
es de ella” (Mujer feriante, 2014).

183
Hacia un empoderamiento económico y social...

Finalmente, cabe recalcar que en las mujeres rurales, por lo general, se


invisibiliza el trabajo productivo que realizan en el hogar. Sin embargo, la
participación de las mujeres en el espacio de la feria es muy valorado por
ellas porque les ha permitido la visibilización del trabajo productivo. Ade-
más, esto lleva a un incremento en cuanto a la igualdad de género dentro
del hogar, ya que el contar con dinero les permite tomar decisiones que
antes estaban supeditadas solo al hombre.

6. Políticas públicas insertas en la feria


La implementación de ciertas políticas públicas orientadas al sector rural
ha significado una gran ayuda para la feria de Villa Río Hondo. De este modo,
se realizaron una pluralidad de acciones tendiente a fortalecer a los ferian-
tes. Por ejemplo, el INTA acompañó a la feria desde sus comienzos mediante
capacitaciones en la producción de nuevos productos para el mercado.
Otro programa presente es el Banquito de la Buena Fe3, una política pú-
blica dependiente de la Comisión Nacional de Microcréditos (CONAMI) del
Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Con esta herramienta las mu-
jeres pueden comprar insumos para realizar sus productos o hacer inver-
siones prediales a través de la obtención de un crédito.

“Yo soy promotora de los banquitos de la buena fe, participo de


cuatro reuniones al mes. Son préstamos por seis meses. Quienes lle-
van más tiempo en la feria se le presta más cantidad de dinero. Pri-
mero son seis meses y después se puede sacar por un año. El dinero
es para cosas rurales (alambrados, todas esas cosas)” (Mujer feriante,
2014).

Asimismo, el ingreso en la feria de Villa Río Hondo les ha permitido a las


mujeres vincularse con otras políticas públicas como el Pro-Huerta. Este
programa del INTA les proporciona semillas en forma gratuita en las dos es-
taciones del año, con el compromiso de que armen su huerta familiar; tam-
bién les entregan conejos y pollos para el consumo familiar. Otra institución
que apoya es la municipalidad de la ciudad de las Termas de Rio Hondo,
que colabora con los feriantes con el sonido para animar la jornada de la
feria.
Es fundamental destacar el apoyo de la Secretaría de Agricultura Fami-
liar, antes Programa Social Agropecuario (PSA), que ha promovido y acom-
pañado a la feria, como un espacio alternativo de comercialización.
En efecto, estas mujeres vendedoras han logrado mantenerse en la feria,
en buena medida por el apoyo de estos organismos a través de capacita-
ciones (productivas y organizativas) y pequeños apoyos económicos.
(3)
Para poder acceder a este beneficio, los prestatarios acceden al crédito en gru-
pos de cinco integrantes, comprometiéndose a ser garantes unos de otros. Son las
personas que conforman cada grupo y su relación, las que constituyen la garantía.
Por lo tanto, es la palabra empeñada lo que constituye el sistema de garantía que
les permite entrar al banco y acceder a los créditos. Además, el grupo cuenta con
el acompañamiento de los promotores seleccionados por las organizaciones, quie-
nes son capacitados para tal fin.

184
Hacia un empoderamiento económico y social...

“Yo he avanzado muchísimo con los créditos y subsidios de la Se-


cretaría de Agricultura Familiar, me sirvió para comprar alambres para
el tema caprino” (Mujer feriante, 2014).

A los fines de este trabajo, resulta sumamente significativo el papel que


han tenido las capacitaciones de género dictadas desde el 2009. Estas se
generaron a partir de la iniciativa del equipo técnico de la zona de Río
Hondo de la Secretaría de Agricultura Familiar de Santiago del Estero. Las
mismas se iniciaron con jornadas de reflexión sobre la temática, en las cua-
les se hacía hincapié sobre la importancia de sus derechos, con miradas re-
trospectivas a través de distintas técnicas de animación. En este espacio las
mujeres debaten sobre las problemáticas que atraviesan, los roles que des-
empeñan dentro de la familia y en sus comunidades. Actualmente, los en-
cuentros se hacen el día Internacional de la mujer (8 de marzo) y el día de
la mujer rural (15 de octubre).

“En las jornadas las mujeres trabajaron lo interior, sus sentimien-


tos. Todas hicieron una mirada hacia cada una. Hubo un momento
para crear una pequeña obra de teatro que plasme el lugar de donde
vinimos con los materiales del lugar. El otro momento fuerte fue el es-
pacio del Fogón, donde tenían que arrojar una leña con algo que les ge-
neraba malestar en su vida. Es increíble cómo pudieron abrirse para
contar y compartir sus penas, sus dolores del alma” (Técnica de la Se-
cretaría de Agricultura Familiar, 2014).

“Los cursos de género nos han servido. Han dado charlas sobre
género, vino el INADI. Las mujeres cada vez están participando más”
(Mujer feriante, 2014).

“Antes la mujer se quedaba en su casa, ahora la mujer va a las


reuniones, se charla de esto, de aquello, la mujer ya sale con una mi-
rada distinta” (Mujer feriante, 2014).

“A partir de esos espacios construidos colectivamente las mujeres


pudieron ir ganando espacios de participación que hasta ese momento
eran negados. Por ejemplo, era impensado que las mujeres salgan a
vender en la feria o que estas ocupen cargos relevantes como la di-
rección y la tesorería de la feria” (Técnica de la Secretaria de Agricul-
tura Familiar, 2014).

En suma, las diversas formas en que se hace presente el Estado mues-


tran que el hecho de estar participando en la feria les facilita a las mujeres
poder acceder a las políticas públicas y gozar desus beneficios, ya que estas
cuentan con un mayor capital social. Es decir, conocen sobre todos los be-
neficios a los que pueden acceder.

185
Hacia un empoderamiento económico y social...

6.1. La importancia de las políticas sociales universales


Además de los ingresos que le genera la feria, la implementación de po-
líticas públicas universales, como es el caso de la Asignación Universal Por
Hijo, las pensiones y jubilaciones han generado un empoderamiento social
y económico de las familias rurales. Esto repercute de manera positiva par-
ticularmente, en la mujer rural ya que han contribuido a mejorar los in-
gresos familiares, el cual se destina principalmente al hogar, como
alimentación, vestimenta y electrodomésticos que contribuyen a mejorar la
calidad de vida de la familia4 .
A su vez, se puede señalar que aquellas políticas refuerzan además el
funcionamiento de la feria, debido a que las mujeres destinan parte de esos
ingresos para comprar materia prima para realizar sus productos que luego
son colocados en la feria, y no se recurre, como ocurría tradicionalmente al
hombre para pedirle dinero para el hogar, esto genera mayor autoestima y
confianza en las mujeres.

“Hemos progresado a través de la pensión por madre de siete hijos.


Con ese dinero pude comprar la moto. A través de estos ingresos
puedo aportar para la casa. Con mi esposo compartimos los gastos, él
compra la nafta para usar la moto. Cada uno maneja su plata, ahora
puedo ayudar a mis hijos, sin que él sepa. Cada uno maneja su bille-
tera, ahora él me trae en moto para la feria .Ya puedo volver mas rá-
pido a casa, antes usaba la bicicleta” (Mujer feriante, 2014).

“El ingreso por la asignación familiar por mis tres hijas la dedico a
comprar mercadería, la uso para comprar ropa para mis hijas, y algo
para mí cuando me alcanza. Lo primero son las chicas, y trato de in-
vertir para seguir produciendo para la feria” (Mujer feriante, 2014).

Finalmente, hay que resaltar que la participación de las mujeres en el


espacio de la feria ha permitido que ellas no se desempeñen exclusivamente
en el ámbito privado del hogar sino también en otros espacios públicos, asi
lo expresa una feriante:.

“Yo soy promotora del banquito de la buena fe, del Pro-Huerta, par-
ticipo en el foro de agricultura familiar, hemos presentado un docu-
mento con el tema de tierras para ver si el gobierno nos da más a los
pequeños productores” (Mujer feriante, 2014).

Esta participación, en espacios regionales u organizaciones sociales de


segundo grado, como ser el Foro Provincial de la Agricultura Familiar o el
Movimiento Campesino de Santiago del Estero ha permitido a las feriantes
desenvolverse en ámbitos mayores ampliando la capacidad de influencia, ya
que se vinculan con otros programas u organismos estatales y de este modo
pueden acceder a nuevos beneficios que brindan estas instituciones.

(4)
Esto se puede ver en varias investigaciones como Roca , E (2011) y Kukurutz,A;
Ruiz, D. (2011).

186
Hacia un empoderamiento económico y social...

7. Reflexiones finales
En esta sistematización nos propusimos abordar el trabajo de la mujer
feriante, tanto en los ámbitos públicos como privados, y cómo éste incide
en el proceso emancipador de la mujer. Además, analizamos la influencia
que ejercen las políticas públicas tanto en temas productivos, sociales, eco-
nómicos como de género en este sentido.
Como ya se mencionó más arriba, el trabajo de la mujer en los diversos
ámbitos es muy sacrificado y poco reconocido. Sin embargo, la participación
de las mujeres en la feria les permite potenciar su rol productivo y social.
La transmisión de saberes entre pares o las intervenciones de instituciones
públicas como la Secretaría de Agricultura Familiar o el INTA contribuye a
que la mujer desempeñe otro rol y de este modo juegue otro papel dentro
del propio hogar y fuera de este. El dinero que las mismas llevan al hogar
les ha permitido contar con mayor poder de decisión, esto propicia una
mayor independencia de la mujer. Lo que provoca grados de avance en una
mayor equidad de género.
Otro punto de interés en la presente investigación es que el ingreso de
las mujeres en la feria les ha posibilitado el acceso a determinadas políti-
cas públicas, ya que el estar insertas en el espacio de la feria propició el for-
talecimiento y generación de un mayor capital social. La Secretaría de
Agricultura Familiar ha contribuido enormemente con las capacitaciones de
género, lo que ha desembocado en nuevas visiones en relación a los roles
de género. Igualmente, las políticas estatales, aunque no hayan partido
desde un enfoque de género, han propiciado un mayor empoderamiento
para la mujer.
Finalmente, se puede decir que el trabajo en la feria les abrió nuevos ho-
rizontes a las mujeres, puesto que al visibilizar el trabajo que realizan en el
ámbito doméstico, se da valor a su rol como productoras. Ahora, estas mu-
jeres pueden mostrar y vender lo que hacen en el hogar como dulces o te-
jidos, esto es importante de destacar ya que como se mencionó en el ámbito
rural generalmente no existen divisiones entre el trabajo productivo y re-
productivo. Además, la incorporación de la mujer a este espacio provocó
nuevas visiones al interior de la familia y en la sociedad. En parte, gracias
a los talleres de género se favoreció la construcción de “nuevos” modelos fa-
miliares, ya que la mujer se reconoce como trabajadora y tiene una mayor
libertad personal (ya que no tiene que pedirle dinero al esposo para sus
gastos). Por otro parte, la pertenencia a la feria ha generado nuevas redes
de relaciones sociales entre pares y con los agentes de políticas públicas.
Todo esto hace que las mujeres feriantes hayan logrado un mayor empo-
deramiento económico y social.

187
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188
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189
CAPITULO VI
Reflexiones Finales
JARA, CRISTIAN; RODRÍGUEZ SPERAT, RAMIRO; GONZÁLEZ, VIVIANA; GUTIÉRREZ,
MARTA.
Las reflexiones que a continuación presentamos surgen a partir del in-
tercambio surgido en torno a las jornadas de presentación y debate de las ex-
periencias sistematizadas. Las mismas no pretenden ser conclusiones ni
pensamientos cerrados en torno al desarrollo rural, al contrario su objetivo
es el de contribuir a enriquecer el debate y, en ese camino siempre inacabado
y dinámico, la producción de conocimiento como herramienta para la acción.
A lo largo de este libro, se observa explícitamente la necesidad de visi-
bilizar a la agricultura familiar. Pero ¿en qué consiste concretamente la idea
de visibilización del sector? Desde nuestra perspectiva, consideramos que
esto comprende, una interpelación en dos aspectos; por un lado epistemo-
lógica; y por el otro a las políticas públicas. En cuanto a este último as-
pecto consistiría en el fortalecimiento de, al menos, cuatro potencialidades
del sector, las cuales desarrollaremos más abajo.
En relación a lo epistemológico, las sistematizaciones rescatan una ima-
gen del agricultor familiar no solo como receptor de políticas públicas, sino
como productor de saberes, con capacidad para adaptar, innovar y dialo-
gar con el conocimiento producido en la universidad y las propuestas téc-
nicas de las agencias gubernamentales.
En lo relativo a las políticas públicas, es necesario destacar que se
puede apreciar de la lectura de las mismas, que estas pretenden ir más allá
de la descripción y la denuncia de los problemas estructurales que afectan
al sector (precariedad en la posesión de la tierra, falta de agua, caminos…).
Además del diagnóstico de cada territorio, hay una dimensión propositiva
destinada al fortalecimientode las potencialidades de la experiencia con-
creta pero también que la trascienden.
En este sentido, los distintos trabajos que se han presentado en este
libro en principio aparentan ser muy heterogéneos, dando cuenta de la di-
versidad y la complejidad que caracteriza al sector de la pequeña produc-
ción. Sin embargo, existen elementos o dimensiones que resultan
transversales a todos ellos, y que disparan ciertas reflexiones.
La primera de ellas se vincula con los modelos desarrollo agrario, la mi-
rada negativa que ha existido durante mucho tiempo sobre la Agricultura
Familiar1 y la relación de todo esto con el sistema científico de producción
de conocimiento.Sobre este punto, se reconocen al menos dos narrativas

(1)
Durante mucho tiempo, los agricultores familiares fueron concebidos como re-
ductos del pasado, ligados a costumbres ancestrales y sin ánimos de progreso
(Schultz, 1964), y como un estadio intermedio hacia una agricultura desarrollada y
moderna, cuyas únicas opciones se reducían a adaptarse o a desaparecer (Paz, 2008).

191
básicas, que por lo general son utilizadas para explicar las interrelaciones
entre las ciencias agrarias y el desarrollo agrario (Van der Ploeg, 2013).La
primera, se relaciona con un argumento hegemónico que sostiene que las
dinámicas de la agricultura esencialmente derivan de un flujo constante de
innovaciones,que son creadas por la ciencia, y terminan luego siendo in-
troducidas en las prácticas agrícolas. Esta postura atenúa fuertemente el
rol que han tenido los agricultores familiares en el desarrollo agrario, por
no decir que ignora por completo el papel que ellos hubieran podido jugar
en dicho proceso.
En relación a la primera narrativa Mazoyer y Roudart (2006) comentan
que se trata de un sistema que opera en un contexto de espléndido aisla-
miento, que no toma en cuenta el papel de los agricultores familiares como
productores de novedades y que no tiene en cuenta sus experiencias, mi-
radas, intereses y expectativas, derivando de ese modo en una importante
cantidad experiencias negativas o innovaciones que resultan en fracasos, al
tiempo que descartan numerosas alternativas que pueden llegar a resultar
promisorias (Van der Ploeg, 2013). A pesar de eso, este sistema ocupa en
la actualidad una posición central en el discurso hegemónico.
El grado de penetración e incrustación institucional que tiene este sis-
tema de investigación y construcción de conocimiento agrícola demuestra
que cada vez más se va volviendo parte constitutiva de una “ciencia impe-
rial” (Scott, 1998). Ciencia que reclama ser decisiva, pero se vuelve impe-
rial cuando reduce la agricultura simplemente a la pura aplicación de leyes
científicas y busca estandarizar, predecir, cuantificar, planear y controlar
a las prácticas agrícolas. Al hacer eso, facilita el camino para que la agri-
cultura quede sujeta a controles y prescripciones externos, para que los
grandes capitales alimentarios subordinen a la agricultura (Vanloqueren y
Baret, 2009).
La segunda narrativa, que resulta diametralmente opuesta a la pri-
mera,se presenta mediante un discurso menos desarrollado y más embrio-
nario. Esta segunda narrativa básicamente argumenta que la mayoría de
las innovaciones que se realizan en la agricultura derivan de las propias
prácticas agrícolas. Desde esta perspectiva, en lugar de que los agriculto-
res sean el destino final de las innovaciones, son considerados como la prin-
cipal fuente de su origen: ellos, con su trabajo diario,van generando
constantemente pistas sobre nuevas prácticas, artefactos y técnicas, los
cuales son tomados luego por instituciones de investigación, que finalmente
los desarrollan y los diseminan. Van der Ploeg(2013) indica que este proceso
puede ser realizado “amistosamente”, captando a las novedades de forma
tal de que ellas puedan ser circuladas o diseminadas a una mayor escala,
o bien de forma “hostil”, seleccionando y apropiándose solamente de aque-
llas pocas que pueden ser reconstruidas y patentadas,de forma tal de que
sirvan a intereses de ciertos actores, diferentes a los que le dieron origen,
y minimizan o ignoran otras novedades que no pueden ser apropiadas.
Existen numerosos trabajos que apoyan esta línea de pensamiento
donde los agricultores familiares son los principales productores de nove-
dades (Engel, 1997; Vijverberg, 1996), y de hecho la historia sugiere que
un trabajo conjunto,voluntario y bien financiado de búsqueda de noveda-

192
des entreagricultores e investigadores tiene un gran potencial para consti-
tuirse en un poderoso conductor de crecimiento y desarrollo agrario (Cha-
yanov, 1924; Altieriet al. 2011). Las sistematizaciones presentadas en este
libro, son un claro ejemplo de que este tipo de construcción del conoci-
miento participativa e intersectorial es posible.
Las diferencias entre estas dos narrativas o formas de entender la pro-
ducción de conocimiento no han sido aún muy estudiadas, pero sus efectos
sobre el desarrollo agrario han sido y continúan siendo muy importantes.Las
mismas tienen un importante correlato en la forma en la que son concebidas
y aplicadas las políticas públicas agrarias, y consecuentemente impactan en
la vida diaria de los agricultores. Por ejemplo, una característica típica de la
ciencia imperial es que ella busca incrementar la productividad agrícola me-
diante la construcción de nuevos artefactos, que toman la forma de recursos
externos que se adicionan o reemplazan a los recursos que los productores
tienen actualmente a su disposición. En contraste, las ciencias agrarias de-
berían orientar sus esfuerzos a mejorary potenciar los recursos internos que
de por sí tiene la propia granja.
Las ciencias “imperiales” promueven procesos de mercantilización y cons-
truyen instrumentos que permiten el control externo. Consecuentemente,
existe un paralelismo estructural entre el crecimiento y la influencia de las
ciencias imperiales, con el crecimiento e influencia de los imperios alimenta-
rios, ya que se reafirman y se reproducen constantemente entre ellos: allí
donde las ciencias imperiales se vuelven dominantes., su contribución al des-
arrollo de las fuerzas productivas se vuelve secundaria. En su lugar, su prin-
cipal objetivo es contribuir a introducir, extender y consolidar el control.
En resumen, existen diferentes miradas sobre la agronomía (Sumberg y
Thompson, 2012), y las ciencias agrarias y las políticas públicas no pueden
declararse estar libres de estas controversias (Sumberget al., 2013).
Otro de los aspectos trasversales de las sistematizaciones es que si bien
dan cuenta de los problemas estructurales, se lo intenta rescatar como un
actor activo, resistiendo, construyendo un modelo de desarrollo alternativo
desde sus luchas cotidianas: ya sea en la finca como en las conquistas de
espacios políticos. Siguiendo con esta linea, se destacan cuatro potencia-
lidades de la agricultura familiarlas cuales presentamos a continuación.
En primer lugar, su potencialidad en defensa y promoción del te-
rritorio. Se observa que las luchas de los agricultores familiares no se re-
duce solo a contener los desmontes y desalojos mediante la regularización
dominial (dimensión defensiva de las disputas territoriales), sino también
incluye planteos sobre la forma de producción y reproducción en el territo-
rio de la agricultura familiar, como un espacio diferente por las relaciones
de cooperación, autonomía y de respeto al medio ambiente que allí se pro-
mueven (dimensión proactiva). Esto evidencia una perspectiva más holís-
tica de territorio (no circunscripta a aspectos geofísicos). En este sentido,
fue central abordar la noción de territorio en relación a las ideas de poder,
conflicto e identidades. Citando a Jara, Gil y Moyano, autores de uno de los
trabajos “Una estructura agraria donde se disputan territorio y, por ende,
modelos de desarrollo rural, las organizaciones de la agricultura familiar han
ido articulando ambas luchas” (Jara, Gil, Moyano). En segundo lugar, su po-

193
tencialidad productiva. Algunas sistematizaciones pusieron el énfasis en
el rol de la endotecnología o los novelties, en otras palabras, en los proce-
sos de producción y apropiación de novedades socioproductivas. Asimismo,
se evaluó el impacto que tuvieron el diseño de políticas públicas orientada
al sector y la readaptación que se hace de los recursos externos, vincula-
dos a planes o programas estatales. Para ello, se tuvo en cuenta la hetero-
geneidad de los productores, de las condiciones agroecológicas e históricas
de cada región. En esta dirección, se observa la emergencia de estrategias
interesante fruto de este proceso de hibridación entre saberes locales y sa-
beres técnicos. Lo cual plantea la necesidad de nuevos marcos concep-
tuales que reconozcan y conozcan estos procesos y del cual se deriven
acciones en su fortalecimiento. En este sentido las sistematizaciones in-
tentan mostrar un proceso donde la producción y la apropiación de “lo
nuevo” en el territorio se expresan en la dialéctica entre el conocimiento
local y el conocimiento técnico, como así también entre las lógicas de pro-
ducción comunitaria e individual. (Gómez, Villalba, Merlo, Ferreira2)
En tercer lugar, su potencialidad en la construcción de mercados al-
ternativos. Cada espacio de las ferias de la agricultura familiar que se exa-
mina en este libro tiene una lógica propia y una modalidad de organización
del trabajo que la diferencia de otras. Un elemento transversal a todas re-
presenta el empoderamiento de las mujeres, la construcción del rol de fe-
riantes, y como este empoderamiento repercute en la dinámica familiar.
Otro elemento que surge del análisis de estos circuitos cortos de comercia-
lización es la visibilización que estas le otorgan al sector y la construcción
de vínculos con lo urbano donde se produce no solo una transferencia de
tipo económico sino que circulan cuestiones vinculadas a lo cultural que re-
fuerzan y dotan de una valoración positiva y reconocimiento del saber hacer
de los productores En palabras de Merlo, Merino y Gomez3 “Las ferias fran-
cas generan aproximaciones entre los sectores urbano y rural, están juegan
un papel en cuanto a que otorgan una canal de acercamiento y conocimiento
de uno con el otro”.
Como desafío a todas las ferias, son recurrentes los planteos por parte
de sus integrantes acerca de la necesidad de avanzar en protocolos vincu-
lados a bromatología de manera de posicionarse mejor, diversificar y au-
mentar las ventas. Finalmente, los productores destacan el rol de los
gobiernos locales, la SAF, el INTA para el impulso inicial y el acompaña-
miento y legitimación de estos espacios.
En cuarto lugar, su potencialidad organizativa. En tanto sujeto po-
lítico (no solo económico), estas sistematizaciones demuestran la capaci-
dad de las agricultores familiares para autoorganizarse, participar en la
formulación de políticas públicas y disputar el estado. Lo cual está atrave-
sado por diferentes tensiones y diferentes niveles de compromisos. La ca-

(2)
Procesos de producción y apropiación de novedades socio productivasen el
manejo del monte y el ganado.Experiencias de encierros comunitarios ganaderos
en el Noreste de Santiago del Estero. Publicado en este libro.
(3)
Nuevas estrategias de comercilizacion de la Agricultura Familiar. FERISAF. Publi-
cado en este libro.

194
pacitación en la gestión de recursos comunes es central en esta dinámica.
El aprendizaje que se adquiere en el proceso organizativo es invaluable para
mejorar las prácticas de buena vecindad, solidaridad e incidencia frente a
las instituciones de gobierno. Por estos motivos, estos espacios son consi-
derados como una oportunidad para crecer y para aprender entre el en-
sayo y el error.La organización es una herramienta de cambio que se nutre
de diferentes espacios, tener consciencia de la misma, permite defender los
intereses del sector de la Agricultura Familiar. (Palomo, Salazar, Camaño)4.
De la totalidad de las experiencias estudiadas, se extrae la necesidad de
superar el asistencialismo y promover el emprendimiento comunitario con
políticas públicas que refuercen los saberes de los productores y promue-
van sus potencialidades de manera de visibilizar el sector de la agricultura
familiar como un actor activo y capaz de aportar al desarrollo de las regio-
nes.
En nuestra opinión y como resultado de los trabajos presentados, la
Agricultura Familiar tiene grandes potencialidades que necesitan ser pues-
tas en valor a la hora de planificar y ejecutar las políticas públicas, de modo
tal de reforzar procesos vinculados a la economía social, la producción de
innovaciones, la organización social; herramientas claves para un desarro-
llo rural que reivindique y reconozca la centralidad de este sector para po-
sibilitar mayores niveles de equidad y sustentabilidad.
Por ultimo no queremos dejar de señalar que al referirnos a la planifi-
cación y ejecución de políticas públicas partimos de las nociones de com-
plejidad e integralidad. Esto requiere de la necesidad de profundización de
procesos de construcción dialógica , donde los saberes técnicos, científicos
y populares trasciendan sus prejuicios en la búsqueda de la generación de
un conocimiento superador, capaz de interpelar la inequidad actual y ope-
rar en la realidad con el fin de contribuir a la reproducción ampliada de la
vida de todos.
Este libro, en síntesis, se constituye en una humilde pero sincera invi-
tación a transitar ese camino.

4
Desarrollo rural y participación campesina en el proceso sociorganizativo de
Ojo de Agua. La experiencia de la Mesa de Desarrollo. Publicado en este libro.

195

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