indumentariescánica
por una hoja de metal colocada de canto y cortada en puncha.
E I. GALOS
> Traje masculino
Túnica con mangas largas cortada y cosida. Los calzones son largos,
cortados por delante y provistos, en la cintura, de seis ojales por los que
se pasa una correa. En los bajos de las perneras se cosían dos polainas
de tejido, cubriendo la parte superior del piel-J. El sayo, echado sobre
los hombros, era rectangular y atado con una fíbula. Los zapatos, cuyo
empeine parece haber sido cortado en correas, llevaban espesas suelas,
a veces claveteadas de plata.
Los largos cabellos se teñían de rojo ardiente con ceniza de encina
y grasa de cabra; la barba se cortaba en «puncha», pero los nobles sólo
llevaban un largo bigote.
> Traje militar
El escudo de mimbre o de planchas ligeras, recubierto de cuero, estaba
consolidado por una banda metálica en toda su altura. Delgadas placas
de metal estampado cosidas sobre la túnica constituían un cinturón
muy ancho y una especie de alzacuello; una cinta de tela o un círculo
de bronce sostenían la larga cabellera ; los más ricos llevaban cascos de
bronce muy ligero, sin visera ni cogotera, y la cimera estaba constituida
ESCUELA SUPERIOR DE ARTE DRAMÁTICO DE MURCIA • CURSO 2007/2093
U111,11UPRENES
>Traje femenino
La gala del célebre grupo de la villa Ludovisi121 lleva, por encima de su
falda, una corta túnica sin mangas ceñida en el talle con un cinturón y
un sayo cuyas dimensiones no superan las de una pañoleta.
>Las joyas
El oro se encuentra labrado en brazaletes, ajorcas, collares y
cinturones, así como también en las fíbulas y chucherías diversas,
anillos y pendientes. El collar de los jefes, la «torques», era un botín de
guerra apreciado por los romanos.
Los collares están compuestos de granos de tierra cocida y esmaltada,
alternando con granos de ámbar y de pasta de vidrio, o también
monedas romanas agujereadas y colgadas a unos corchetes.
II II. MEROVINGIOS
La mayoría de los individuos que poblaban las tierras merovingias
eran galorromanos. Los hombres conservaron las vestiduras cortas
con la decoración de segmentos y calículos; llevaban el sayo y la túnica
con mangas; las piernas y los muslos estaban cubiertos, ya no por
calzones galos, sino por el pantalón corto de los romanos, al que se
adaptaban, con cordones atados sobre las rodillas, bien unas polainas
que llegaban hasta los tobillos, bien unas medias de tela, las calzas,
tejidas en círculo.
El Musée des Antiquités Nationales (Francia) conserva dos zapatos
merovingios descubiertos en un sarcófago de Saint-Leu (Dise); son
unas babuchas de cuero blando sujetadas con correas arrollándose
 HISTOR3A DE LA INDUMENTARIA DESDE LA PREHISTORIA HASTA EL SIGLO XX: EVOLUCIÓN ESTILÍSTICA Y TERMINOLOGÍA TÉCNICA
alrededor de la pierna.
El traje clerical existió desde el siglo iv. El traje sacerdotal fue
constituido bajo los primeros merovingios. Se componía de una túnica
de lino, el «alba», con mangas estrechas y largas; la de los sacerdotes y
obispos llegaba hasta los pies y estaba adornada con claves de púrpura;
la de las órdenes menores, más corta se llamaba «camisia». El alba se
ciñe en el talle con un cinturón liso por el que se pasaba un trozo de
lino, el «orado». La «penula», puesta por encima del alba, llevaba los
nombres de «cagula» o «planeta» y, a veces, estaba provista de una
capucha y decorada con claves.
El vestido atribuido a los diáconos era la «dalmática» o el «colobe»;
después, a partir del pontificado de Gregorio el Grande (590-604)
sólo la dalmática. Las mangas, muy anchas, casi se arrastraban por
el suelo; fueron subidas a dimensiones más justas en el siglo VIII. Se
encuentra ya, en el traje de ciertos obispos, la dalmática llevada entre el
alba y la casulla. Todos los eclesiásticos merovingios llevan una ancha
«tonsura», dejando subsistir únicamente la corona; a este respecto no
había diferencia entre los miembros del clero secular y los monjes.
El III. CAROLINGIOS (687 HASTA EL SIGLO x)
Los tejidos
Tejidos de lana. Los paños de Frisia, blancos o azul zafiro, son
particularmente apreciados. También tejidos de lino: la tela fina ❑
«cainsil». Sirve para hacer camisas, calzas, etcétera. Todas las telas
de seda, hasta el siglo XII, son importadas de Oriente o de Sicilia,
donde los árabes habían creado fábricas de tejidos que continuaron
siendo prósperas bajo la dominación normanda. Estos tejidos son de
fabricación persa, bizantina, hispano-morisca o árabe-siciliana; están
ESCUELA SUPERIOR DE ARTE DRAMÁTICO DE MURCIA • CURSD 2007/20e5
-.1361-•
bordados con varios colores, repitiendo regularmente los mismos
motivos de follajes, palmitas, animales y personajes, excepto el
«cendal», que se parece al actual tafetán y está adornado por un grupo
de tres «guisantes» dispuestos en triángulo.
El bordado juega un gran papel en la decoración de las vestiduras.
Se distinguen el bordado de corte, que consiste en recortar un
motivo de un tejido y aplicarlo sobre una tela lisa; y el bordado de
producción, que fija, sobre un fondo, trozos de tela ya bordados. Los
galones también bordados, se adaptan al corte de las vestiduras y son
de origen bizantino; son en negro y oro, de un centímetro de ancho,
o todo en oro formados en varios cordones colocados unos al lado de
los otros para las túnicas comunes; las vestiduras de ceremonia llevan
anchas bandas adornadas con topacio, berilo o jaspe, pedrerías que,
generalmente, son ovales.
Las joyas están casi totalmente eliminadas por las pedrerías y los
oropeles de los galones.
>Traje masculino
Se superponen dos túnicas: una de hilo, directamente sobre la piel;
la segunda, de lana y mas larga, va adornada con galones y se coloca
encima del cinturón de cuero en el mordente de metal cincelado,
que disimula completamente; las mangas son ajustadas. Calzones de
tela, generalmente rojos muy a menudo se esconden debajo de cintas,
también teñidas de rojo y arrolladas alrededor de la pierna. La capa,
doblada en dos y sujetada en el hombro derecho con una fíbula, se
parece a la clámide; frecuentemente es gris o azul. Los guantes son
de uso general: de hilo en verano, se sustituyen, en invierno, por
mitones de pie113).
indurnentariaoschica
>Los peinados
Los cabellos están cortados a la romana; incluso los príncipes han
renunciado a la larga cabellera, pero la nobleza ha conservado el
bigote. Los cortesanos casi siempre están representados por una cinta
formando diadema; la gente del pueblo lleva sombrero de fieltro de
forma puntiaguda o se cubre la cabeza con la esclavina de capucha
llamada «cuculla de bardo». Carlomagno, emperador, llevaba solamente
una simple diadema adornada de pedrería.
> Los zapatos
A veces están compuestos de dos trozos de cuero rojo o dorado fijados
en unas suelas de madera —«gálicas» o «gagochas»—, otras veces
están hechos con un sólo trozo de cuero, con la costura colocada en
el centro de la suela y dos largas correas entrecruzadas en las piernas,
por encima de las cintas.
>Traje militar
Se superpone al traje civil. Dos túnicas, una «loriga», peto compuesto
de escamas de cuero o de metal fijadas sobre una gruesa tela. Los más
ricos llevan una camiseta de mallas rellena con hombreras de hierro.
Las piernas están protegidas por «bambergues» de cuero; el antebrazo
derecho se cubre con un puño de la misma materia. El casco, de forma
aplanada, lleva una cimera y una cogotera; el broquel de madera es
redondo, recubierto de cuero y reforzado con bandas de hierro y el
centro puntiagudo. La pesada espada de dos filos alterna con el sable
curvo; bajo el hierro de la lanza se colocan dos corchetes de hierro o un
pequeño travesaño de metal destinados a romper y agrandar la herida;
el arco es de pequeñas dimensiones; los caballos no van protegidos.
El uniforme de la guardia imperial está inspirado en la guardia
pretorianami.
CARIIMORENES
> Traje eclesiástico
Vestiduras largas a todos los miembros del clero. El de monje
comprende: una camisa, una cuculla, una capa, ancha esclavina
sujetada con una hebilla, calzones, zapatillas, una pelliza, largo
vestido forrado, un «roquete», atuendo de coro adornado con un ancho
clave, cintas para envolver las piernas, guantes para el verano, mitones
para el invierno, zapatos, suelas con cordones para levantarse por la
noche en verano y zuecos con suelas de madera para el mismo uso en
invierno.
Nada designa al clero secular, únicamente el vestido largo, la tonsura
y un matiz de austeridad en el atuendo, Se prohíbe a los clérigos los
colores vivos, principalmente el rojo y el verde, y las piezas cortadas.
El traje litúrgico151 es de tonos brillantes : rojo, púrpura, azul, verde,
de tela fina. El alba, es de todos los colores y no siempre de lino; el
«amito», de lino o de cáñamo, es, en sus orígenes, una pieza cuadrada
u oblonga que cubre la nuca y los hombros y sobre la cual sólo aparecen
los adornos de oro a partir del siglo x; la «casulla» es una gran pieza de
tela circular con un escote en el centro para pasar la cabeza; el pequeño
capucha se convierte en una esclavina sostenida por un forro tieso
que la aguanta contra la nuca. En el siglo ix, se encuentran casullas
escotadas en los lados para facilitar el movimiento de los brazos. La
estola, estrecha y larga, tiene los extremos adornados con franjas, a
veces incluso con campanillas. El «manípulo» es una banda de tejido
sostenida en la mano. La «dalmática» insignia de los diáconos, es una
túnica decorada con claves a los que se añade una ornamentación de
borlas ❑ de flecos y, a partir del siglo ix, un adorno bordado. El «tau»,
es un largo bastón con un pequeño travesaño en «T», insignia de los
obispos y abades, mientras que la mitra no es aún el atributo indispensable
del episcopado. Los arzobispos reciben del Papa la insignia de sus
poderes, el «palio», larga banda de lana blanca, marcada con cruces
negras, que
ESCUELA SUPERIOR DE ARTE DRAMÁTICO DE MURCIA • CURSO 2007/2003

...137 H

HISTORIA DE LA INDUMENTARIA DESDE LA PREHISTORIA HASTA EL SIGLO XX: EVOLUCIÓN ESTILÍSTICA Y TERMINOLOGÍA TÉCNICA
se lleva sobre la casulla y se sujeta en los hombros con alfileres.
> El traje femenino
Se compone de dos túnicas y un mantón colocado sobre la cabeza
como si fuera un velo[61. La camisia (túnica interior) tiene mangas
estrechas y largas, formando una serie de pequeños pliegues en el
antebrazo; se distinguen de las mangas merovingias, que terminaban
en un alto puño engalonado. La estola a veces es mas corta, sus mangas
son anchas y llegan hasta el codo; se adorna con galones en el escote,
en el bajo de las mangas y, por delante, en la mitad. A menudo se sujeta
con un rico cinturón colocado un poco más arriba del talle. El manto
más extendido es un gran rectángulo de tejido, derivado del palio,
colocado sobre los cabellos para obedecer la prescripción religiosa, que
prohíbe a la mujer penetrar en la iglesia con la cabeza descubierta,
pero se lleva también capa —gran esclavina sobre el pecho—, la
casulla —parecida a la vestidura litúrgica, pero provista de una
capucham y la clámide, abrochada en el hombro. Es conveniente
cubrirse la cabeza con un velo, que llega hasta los tobillos a principios
del siglo ix y que se irá acortando progresivamente.
> Los peinados
Bajo el velo los cabellos separados en dos por una crencha en medio,
se juntan a continuación en la nuca o se arrollan alrededor de la cabeza
en una trenza/mezclada con cintas y sujetada con largos alfileres con
la cabeza adoínadá.
> Las joyas
Los galones enriquecidos con pedrerías y oropeles hacen desaparecer
las joyas; sin embargo, se encuentran algunas fíbulas y aros de
orfebrería para sujetar el velo.
ESCUELA SUPERIOR DE ARTE DRAMÁTICO DE MURCIA • CURSO 2007/20C3
38 J-•
(
■ IV. PRIMEROS TIEMPOS FEUDALES (SIGLOS X Y XI)
> Traje masculino
Sufre pocos cambios desde el reinado de Carlomagno; continúa
corto y compuesto por piezas de corte parecido, aunque con nombre
diferente. La túnica de debajo, el «brial», es muy corta y lleva un bolsillo
fijado en el escote. Constanza de Arles, esposa de Roberto el Piadoso,
lanza la moda de un brial cortado por delante y por detrás al mismo
tiempo que por las caderas. En los bajos se añaden, a veces, pequeños
«arambeles» de oro, a los que llaman «marbetes». Los calzones se
colocan debajo de la camisola, camisa de lino de mangas estrechas y
largas, y se atan con un cinturón, el «talabarte» del que cuelgan la
bolsa y las llaves. Las calzas son de lino, seda o paño., lisos o rayados,
con bandas horizontales de diversos matices. El manto sigue
derivando de la clámide. Hacia el año 1060 ya no se ata con una
fíbula, sino con dos pequeños tirantes adornados con franjas y atados
en el hombro derecho.
y.
> Los peinados
Los cabellos continúan siendo cortos, excepto durante algunos años
del reinado de Roberto el Piadoso, en que, en la parte delantera del
cráneo afeitado se desprende un largo mechón. En el transcurso del
siglo xi aparecen los gorros propiamente dichos: son tocados de lana
con fieltro y tienen el aspecto de una boina o de un solideo.
> El traje militar
Se superpone siempre al traje civilt81; comprende la coraza, o la loriga,
toda en metal, hecha de mallas con corchetes o pequeños anillos
metidos unos dentro de otros. La cabeza se protege con un casco cónico,
el «yelmo», provisto de un nasal reforzado con bandas longitudinales
indurnentariaascéniu
y terminado por una bola de metal o de vidrio coloreado; la nuca se
preserva con un trozo de cuero: el «alerón». Para el combate, el guerrero
coloca sobre su cabeza la cofia de la loriga y ata su yelmo por encima, de
manera que sólo queden al descubierto los ojos y la boca. Las piernas
se protegen con cintas ❑ ligeras fundas de cuero, las «polainas», que se
llevan sobre las calzas de tela. A partir del año 1100 aparecen las calzas
de hierro y el «espía», que se lanza como una jabalina; por el mismo
tiempo el escudo —«broquel»— se vuelve oblongo. Los hombre de a
pie, andando detrás de los soldados de caballería, no tienen derecho a
llevar la loriga, la coraza ni el escudo. Adoptan una cota rellena o, a
falta de ello, una pechera de cuello debajo del brial. Su broquel,
redondo u oval, se llama «tarja». Como armas ofensivas llevan la pica,
el hacha, el arco y la honda; su espada es más larga y más estrecha
que la de los soldados de caballería. La soldadesca de los tiempos de
Roberto el Piadoso, lleva gorros de piel de osezno.
Traje femenino
Los dos vestidos que lo componen llevan también el nombre de
camisola y brial; este último entallado de modo que se ajuste al vientre
y a los riñones, mientras que en las caderas forma grandes pliegues; es
un corte que persiste a lo largo de los siglos x y xi. A partir de 1050,
las mangas del brial se ensanchan hacia las muñecas, en un vasto
embudo que deja apercibir el bajo de las mangas de la camisola. El
manto en forma de capa se ata generalmente en medio del pecho
con un grueso broche; la casulla se transforma en un sobretodo de
hermosos pliegues, muy acortado por delante. La cabeza todavía se
cubre, pero con un trozo de lienzo con el que se envuelven, además, el
cuello y el alto de los hombros.
Los guantes los llevan los dos sexos y se consideran como un
símbolo: el vasallo ofrece uno a su señor en signo de homenaje; las
ESCUELA SUPERIOR DE ARTE DRAMÁTICO DE MURCIA • CURSO 2907/2003
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CARKELAORENIS
damas tienden sus guantes al caballero vencedor de un torneo; cuando
se echa un guante, es un desafío.
V. EL SIGLO XII (1090 A 1190)
Los tejidos
La fabricación de paño es una industria cuyos principales centros
están en Flandes, Picardía, Champaña y Lenguadoc. Cada provincia
tiene su sistema particular, que se reconoce por el tejido y el color
del tinte; escarlata, azul rojo, granza y castaño; el negro y el verde
están extendidos por doquier. Se emplean también el estambre,
sargas tiritañas y droguetes. A veces los tejidos de lana están rayados
horizontalmente de diversos colores, que sólo se repiten a largos
intervalos.
La extensión del comercio con Oriente explica el prodigioso
crecimiento del consumo de sederías. Se encuentra el «cendal» especie
de tafetán empleado ya en el siglo vil; el palio alejandrino, paño de seda
recamado cuyo almacén es Alejandría; el «osterin», teñido de púrpura;
el «ciclatón», brocado fabricado primero en la Cíclades y después en
todo Oriente; el «jamete», paño de seda sagrado.
El tejido de algodón, del que Oriente tenía el monopolio, se aclimata
en Italia a principios del siglo xii. En la época de Luis xii de Francia
(11374180), la espesa tela de medio hilo y medio algodón, llamada
fustán, es común en Francia, al igual que el «mollequin» (tela
acharolada), muselina para tocas de señora.
Pieles
La toma de contacto directo con Asia, a raíz de las dos primeras
Cruzadas, hace afluir las pieles preciosas, que se ponen de moda. Las
pieles de Armenia o de Siberia (oso, cibelina, marta) son muy caras; a
 HISTORIA DE LA INDUMENTARIA DESDE LA PREHISTORIA HASTA EL SIGLO XX: EVOLUCIÓN ESTILÍSTICA Y TERMINOLOGÍA TÉCNICA

menudo se reemplazan por el zorro, cordero, liebre, gato o perro; ya no
se emplean sólo para las pellizas, sino que se forman los mantos y se
bordean los bajos de las mangas y el escote de las túnicas. Las pieles
de pelo blanco se tiñen, especialmente de rojo, y se motea el armiño
disponiendo simétricamente sobre la piel la borla de pelos negros que
se encuentra en el extremo de la cola.
fabrica un tejido blando y caliente especialmente para la confección
de calzas, que, aunque quedan escondidas, sin embargo son lujosas. El
traje de ceremonia de los grandes señores y de los prelados comporta
unas calzas de seda adamasquinada y bordada. Están compuestas de
tres piezas: pierna, cuello del pie y extremidades, y se sujetan mediante
unas ligas de seda con correderas.

'Las joyas
El procedimiento del esmalte, olvidado durante la Alta Edad Media,
se emplea de nuevo en orfebrería; se utiliza para hebillas (broches de
grandes dimensiones para los mantos), pendientes, anillos, láminas de
cinturón, puños de espada, adornos de fundas e, incluso, para realzar
los arneses de los caballos.

> Traje masculino

Traje corto más o menos inspirado en el traje romanoc"i, suceden
vestiduras largas, que la Iglesia reprueba como signo de relajamiento
de las costumbres: su origen es oriental; por otra parte, la nueva moda
se llama «bárbara». Se había adoptado en la España cristiana ya antes
del año 1100, extendiéndose luego su uso a Gascuña y al norte de
Francia,

La camisola es estrecha, plisada o estampada, y está casi enteramente

cubierta por el brial, dejándose ver sólo en los puños y en los pies. Para
montar a caballo se corta por delante y por detrás.

El brial es más amplio que el del siglo xí y se sujeta con un cinturón,

sobre el que cae y disimula completamente. Las mangas se abocardan
primero como embudos; después, hacia los años 1080-90, al contrario,
se estrechan en las muñecas y son muy anchas en la sisa.

Los calzones de tela no han sufrido ninguna modificación. Brujas

 Laicos, sacerdotes y monjes usan capas, unas abiertas a todo lo largo
y otras cerradas en el escote; éstas llevan mangas y aquéllas simples
cortes para pasar los brazos. Hechas con un tejido vasto, impermeables
al agua, son los paraguas de la época; pero confeccionadas en tejidos
caros se introducen en el atuendo habitual de hombres y mujeres. La
preferencia por las capas limita el uso de la clámide semicircular.
> Calzado
Se ven alternar los zapatos" descubiertos con una lengüeta en el
cuello del pie, los borceguíes de caña corta partida y las altas botas.
Hacia 1160-70 aparece la moda de las puntas terminales, que se
abandonará algunos años más tarde, pero entonces se dará a la parte
lateral una gran altura y, forrándolo con cuero de distinto color, se
ESCUELA SUPERIOR DE ARTE DRAMÁTICO DE MURCIA • CURSO 2007/2003
hará caer por detrás del talón. Para la casa se prefieren los zapatos
enteramente descubiertos, los «escarpines».
> Los peinados
Los cabellos son más largos por detrás que por delante y rizados
con tenacillas. La barba se divide en un buen número de pequeños
mechones, alrededor de los que se arrolla un fino galón de oro. Para
sujetar los cabellos se ata en la nuca una diadema, cinta simple o
enriquecida con perlas y orfebrería. Se encuentran también solideos
cónicos o semiesféricos, acabados en un grueso botón, una especie
de gorro frigio, sombreros de fieltro de ala corta, remangada o muy
ancha y lisa, que aparecen hacia 1140 y que pronto son seguidos por la
índllmentariaeseánin
caperuza (hacia 1180).
> El traje militar
Sufre un alargamiento generar"'. El tejido de malla es ligero y
suave : la loriga llega más abajo de las rodillas y se adorna con dibujos
obtenidos con alambre de latón mezclados con alambre de hierro.
El casco es cónico y el broquel oblongo. La coraza, abandonada por
los soldados de caballería, se reserva para la infantería que a veces
prefiere la simple pechera de cuero o la cota rellena, y cuya cabeza está
sólo protegida por un solideo de lana,
>Traje eclesiástico
a. Traje monástico
El siglo xit ve la creación de un gran número de órdenes reli -
giosas; existen monjes que viven del producto de su trabajo. Los
benedictinos", los «monjes negros», se revisten con una larga túnica
de mangas estrechas que se lleva sobre la piel en verano pero que en
invierno, se superpone a una pelliza sin mangas: el escapulario; un
ancho vestido abierto por los lados; y la capa. El lego lleva, generalmen-
te, un escapulario más ancho que el del profeso. Se añadirán la ropa
interior, calzones, fundas para las piernas, botas ❑ zapatillas y, en
fin, el sombrero y los guantes.
La austeridad cisterciense proscribe capa, pelliza, calzones, botas y
sombrero; un vestido blanco con anchas mangas y capucha, la cogulla,
reemplaza el vestido abierto y el escapulario; este último, sin embargo,
se lleva para los trabajos manuales.
b. Traje litúrgico
El alba se preserva del contacto directo de la piel con una túnica
interior, blanca, generalmente de seda recamada y con un adorno
ESCUELA SUPERIOR DE ARTE DRAMÁTICO DE MURCIA • CURSO 2C07/2003
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CARIARAPREHES
de color. El amito es de tela blanca, subido con un pequeño cuello
rígido. Sobre la estola y el manípulo aparecen las ensambladuras de
los extremos. La casulla, muy a menudo confeccionada en un tejido
oriental adornado con animales fantásticos se decora con un clave
delante y detrás, que no debe confundirse con el palio de los arzobispos,
que se coloca por encima de la casulla e independientemente de esta
vestidura. Hacia el año 1100 llega para los obispos la orden de llevar
la dalmática de los diáconos, adornada con dos claves debajo de la
casulla; el «superhumeral», ancha esclavina de brocado, figuraba en
el espíritu de los litúrgicos: el «efod», del gran sacerdote judío, se
convierte en una insignia de la dignidad episcopal. La mitra es, con
el «báculo» una de las piezas indispensables del traje de los obispos
durante la segunda mitad del siglo xII; se añaden, ademas, los guantes
de seda tricotados, decorados con una cruz en un «nimbo» dorado. El
traje de las religiosas se componía generalmente de dos largas túnicas,
una capa y un velo. Los cabellos debían disimularse por completo; son
los cistercienses quienes sugieren el sacrificio de las cabelleras, que se
convirtió rápidamente en un artículo importante de la profesión en
todas las órdenes.
>Traje femenino
La camisola está enteramente cubierta por el brial"; sólo aparecen
las mangas y un bordado con el que se decoraba el escote; puede ser de
lana fina o de crespón de seda. O también de hilo. El brial es mucho más
largo que el de los hombres, pues se arrastra por el suelo; las mangas son
muy anchas y adornadas con orifrés o con bollos. El corpiño del brial
modela el torso, comprendiendo las caderas y el vientre; se abrocha al
lado y, a menudo, está estampado, bien al hierro caliente, por presión
entre dos moldes de boj, o por un trabajo de aguja parecido a los «nidos
de abeja». Entre la camisola y el, brial podía colocarse un «doble» de
tela, especie de corpiño corto con o sin mangas, o una pelliza de piel
 HISTORIA DE LA INDUMENTARIA DESDE LA PREHISTORIA HASTA EL SIGLO XX: EVOLUCIÓN ESTILÍSTICA Y TERMINOLOGÍA TÉCNICA
Bajo la loriga —que también se llama cota de mallas— el soldado de
caballería lleva un jubón con mangas, picado y relleno con tres libras
de algodón, el justillo o cota de arquero; a veces, entre este jubón y la
loriga se lleva una pechera de cuero. Sobre la loriga se extiende la «cota
de armas», sobrevesta sin mangas, ceñida en el talle con un cinturón
sobre el que los escudos heráldicos del caballero, bordados o
aplicados, a veces toman la forma de un sembrado de blasones todos
parecidosí231. Una capucha de mallas, la cofia, independiente de la
loriga, envuelve el cuello y puede caer sobre los hombros; bajo el
faldón de la cofia el cuello está protegido por una gorguera, corbata de
cuero o de placas de hierro montadas sobre un tejido rígido. Para impedir
que los cabellos se enreden con los anillos de acero, se cubren con un
casquete y después con un solideo de hierro: la «cervillera». El
«yelnrio»1241, es un amplio cilindro que cubre la cabeza, la cara y la nuca
y cuya visera es móvil. Para el torneo se adorna con una voluminosa
cimera. A menudo se prefiere el «almete», que comprende una
cogotera y una viseral"1, o el «bacinete» 1261, que no lleva nasal y se
adapta mejor a la forma de la cabeza; se ven aparecer también las
«aletas» o «cantones», dos placas de acero enganchadas a los hombros;
es una defensa exterior del cuello, complemento de la del escudo, cuyas
dimensiones son reducidas. Bajo las calzas de malla, que se atan en el
forro de lo loriga, las piernas se protegen con fundas de cuero
curtido: en las rodillas, unas cajas de metal: las polainas. A
partir de 1300 aparecen en las piernas y después en los brazos,
unas placas de acero fijadas por correas, los quijotes o canilleras, y
luego los codales y brazales.
En el arnés de los caballos se introduce una testera de acero, unas
pecheras de cuero, una gualdrapa de fieltro, una grupera y un petral
de tejido de mallas.
Los mercenarios que componen la caballería pesada, copian el
uniforme de sus amos y se atribullen poco a poco la armadura de malla.
ESCUELA SUPERIOR DE ARTE DRAMÁTICO DE MURGA • CURSO 2007/2003
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Sobre la cota llevan los escudos heráldicos de aquel que los mantiene a
su sueldo. No llevan espuelas doradas, gallardete en su lanza, yelmo ni
escudo. Como tocado un sombrero de hierro, de forma redonda y sin
gola. Su broquel, la «tarja», es oval, bombeada y con una punta saliente
en el centro.
La caballería ligera y los infantes reemplazan la loriga por el lorigón,
cota de mallas ligera y de mangas cortas. Siendo esta pieza muy costosa,
muchos se contentan con una cota de placas, un justillo de cuero o una
cota de arquero. La cabeza se preserva con un sombrero de hierro o con
una simple cervillera.
>Armas
La lanza caballeresca, de hierro y de madera, es más larga que la de
los mercenarios. A la de los barones estaba unida, con el nombre de
«estandarte», una pequeña bandera cuadrada y blasonada; la lanza del
simple caballero se distingue por un pendón triangular.
La espada es más larga y más estrecha que la del siglo XII; un pesado
pomo sobrepasa la empuñadura. Los sargentos emplean una todavía
más larga y puntiaguda, con la que se puede herir de filo y de contrafilo.
Algunos infantes reemplazan la espada por la «dalla», ancha cimitarra
que sólo corta por un lado.
Los mercenarios, han introducido nuevas armas: la guisarma, una
alabarda de mango muy corto; el hacha danesa cuyo cortante convexo
lleva una punta en talón; el «dardo» venablo ligero (cada hombre
lleva cuatro); el cuchillo de brecha, grande, de dos filos y que cuelga
del cinturón; el mazo, una bola de hierro con bordes salientes; la pica
flamenca o godendart, bastón grande guarnecido de hierro y armado
con una punta.
Las armas arrojadizas comprenden la honda, el arco y la ballesta.
indurnenlarlasscénica
El arco, lleva ramas de cuerno reunidas por un resorte de acero. La
ballesta está provista de un anillo de hierro, o estribos, en el que se
coloca el pie para tensarla.
> Traje eclesiástico
Debe subrayarse el empleo de las sederías para los ornamentos de
iglesia y las vestiduras litúrgicas. Los motivos adornados reproducen
temas religiosos, ángeles arrodillados, cálices, etcétera, o las armas del
donante.
La dalmática de fines del siglo xr II tiene mangas cortas y está abierta
por los lados, desde abajo hasta la altura de las caderas; además, está
decorada con claves y con una franja de seda. La de Luis de Anjou,
obispo de Toulouse en 1296-97, se conserva en la iglesia de Brignolles.
Está confeccionada en un tafetán con trama azul y urdimbre roja.
Las mitras tienen dos faldones rectilíneos y triangulares colocados
delante y detrás; son muy suntuosas y están cubiertas de bordados
realzados con perlas y piedras preciosas. La capa se ata con un grueso
broche, el bocado de capa, y está provisto de una vasta capucha. La
«muceta» es el atributo de los canónigos, quienes la llevan sobre la
cabeza o doblada sobre el brazo derecho, la piel por fuera; el fondo,
puntiagudo en el siglo xii, ahora es plano. El sobrepelliz es una túnica
de lino, flotante, que debe su nombre a que ordinariamente cubría la
pelliza; en el siglo mi llevaba largas mangas y una capuchita que hoy
ha desaparecido. El roque es un alba corta, sin cinturón, del que deriva
el roquete.
Aparecen nuevas órdenes monásticas: los dominicos, cuya capa
cerrada (especie de campana estrecha abierta por delante) es negra y
cubre dos vestidos de lana blanca; los franciscanos, cuyo vestido con
capucha, gris o rojiza, se ciñe en el talle con una cuerda y cuya regla
proscribe el calzado; los carmelitas, traídos de Tierra Santa, rehusan
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COMILEIRIES
someterse a la ordenanza de 1286 por la que el Papa Honorio les ordena
reemplazar la vestidura rayada con bandas blancas y castaño, por un
hábito gris y una capa blanca.
El traje de las religiosas se fija; todas llevan la cabeza rapada y la toca
debajo del velo. La mayoría adoptan el escapulario, que las mujeres no
habían llevado nunca. Se empieza a dar el báculo a las abadesas.
>Traje femenino
El traje intenta hacer resaltar la silueta femenina: talle delgado, pie
pequeño, porte ondulante y pecho firme, sujetado con una banda de
tela.
La ropa blanca se pasa por azafrán, lo que le da un tinte crema y un
perfume penetrante. La camisa, mucho más larga que la de los hombres
y ricamente bordada, va muy ajustada y tiene aberturas lazadas en los
lados; el escote va provisto de un corte. El «doble» es parecido al de los
hombres, pero se insiste en la elegancia de la pelliza, que se deja ver
en la intimidad y se prefiere de piel blanca: cordero, yero ❑ armiño. La
cota", muy larga, lleva un escote bastante suelto, abierto en un corte
lazado, abotonado o cerrado con una hebilla. El busto, la falda y el alto
de las mangas son anchos; el brial, de origen meridional, se distingue
de la cota por un busto ajustado. En ambos vestidos, las mangas
son muy estrechas en el antebrazo y, por consiguiente, abotonadas,
lazadas o, incluso, cosidas. Una cota comprende varios pares de
mangas, de colores distintos que, a menudo, no se sujetan más que
por simples alfileres a la sisa. El sobreveste es del mismo corte que la
cota que cubre; puede ir sin mangas", pero durante el último cuarto
del siglo mil y la primera mitad del >uy, sus mangas están cortadas
a la altura del codo y caen por detrás del brazo. El guardacuerpo es
un sucedáneo del sobreveste, abierto generalmente por la izquierda
y con anchas mangas. Hasta finales del siglo XIII el cinturón se lleva
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encima del sobreveste: es una correa estrecha pasada por un aro y
sosteniendo la bolsa limosnera; después se pone de moda el sobreveste
suelto, llamado cotardia, y el cinturón se coloca sobre la cota, bajo,
el sobreveste, prolongado por una cola que hay que levantar para
andar. El mante1129), colocado directamente sobre la cota o cubriendo el
sobreveste, se sujeta con una cuerda y determina el gesto de la mano
izquierda colocada sobre el pecho para impedir que el peso del manto
lleve la cuerda al cuello. La capa es un vestido de viaje, totalmente
cerrada; a veces está provista de una capucha.
El calzado es parecido al de los hombres.
Los peinados
Las muchachas dejan sus cabellos sueltos sobre los hombros; las
mujeres casadas dividen los suyos, con una crencha en medio, en dos
bandas onduladas, y reúnen sus trenzas sobre la nuca. Unos pocos
monumentos muestran mujeres tocadas únicamente con un velo, el
«cubre cabeza», de una tela de hilo extremadamente fino. A menudo
este velo pasa por debajo de la barbilla y se sujeta con alfileres en
lo alto del cráneo, mientras que el rodete, banda de tela blanca, de
8 a 10 centímetros de ancho, forrada con una banda tiesa, se sujeta
en la cofia con alfileres debajo de la oreja130I. A veces los cabellos se
mantienen con una redecilla. A partir de 1280-85 las trenzas se pasan
por encima de las orejas y forman dos salientes de donde se escapan
dos pequeños rizos. El conjunto se envuelve en una cofia cubierta con
un velo mantenido por un aro de cabeza. A finales del siglo xiii una
pieza de lencería, colocada en el escote de la toca, se pinza a los tapones
laterales de la cofia: es la toalla; la toca, más austera, acompañada
siempre de un velo que cae sobre los hombros, se reserva a las viudas
y a las beguinas. Para guardarse de la lluvia, las mujeres colocan sobre
los tocados precitados, una caperuza, primero redonda y puntiaguda
a finales de siglo. Esta punta, que cae sobre la nuca, se llama corneta,
y el escote golerón.
III VII. DE 1340 A 1380
Los tejidos
Primacía de la seda sobre el paño.
'Traje masculino
Los calzones acortados todo lo posible toman el nombre de calzas
altas; al contrario, las calzas se alargan para reunirse, pasando debajo
de las calzas altas, con el justillo. La «blanqueta», variedad del «doble»,
es una camisola blanca más o menos larga y formada con una piel
blanca. Sobre la blanqueta se coloca un justillo o un jubón, rellenos;
el primero se cierra por delante con un gran número de botones y el
segundo se laza en los lados. Estas dos prendas van perfectamente
ajustadas; el estómago está relleno de guata para poder tesar mejor la
«chaqueta», estrecha camisola que apenas llega hasta las rodillas, cuyas
mangas con coderas están provistas de correas de tela que, saliendo
del codo, caen hasta las ligas y dejan ver las mangas del justillo o del
jubón, que cubren la mano con un ensanchet311. El cinturón, colocado
en lo alto de los muslos, a veces está compuesto de placas de orfebrería
y se sostiene por dos pasantes; se le ata una ancha bolsa en forma
de talego y un puñal. Dos mucetas se disputan la preferencia de los
elegantes : la gran capa abierta por la derecha y cortada por la izquierda
para dejar pasar el brazot" y la campanat331, abierta por delante. Hacia
1370 aparece la «hopalanda»[341, ancho vestido análogo a la funda, pero
abierto por delante de arriba a abajo, cortado lateralmente hasta las
caderas y provisto de una esclavina.
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•••[ 461.••
indumentariauschin
> Los peinados
351
La caperuzat , frecuentemente forrada de piel, a veces comprende
una corta esclavina con bordes festoneados y acuchillados; su «corneta»
se alarga y cae hasta las ligas, ❑ se arrolla alrededor del cuello. Puede
llevarse también como un casco con la «corneta» arrollada alrededor
del cráneo y la pata pintada debajo de la oreja derecha para formar
una cresta. Caperuza y sombreros se adornan con costosos penachos
de plumas de avestruz.
> Los zapatos
Son de punta levantada1361. Unas ballenas sostienen los extremos
desmesurados, que algunas veces están subidos y sujetados a la rodilla
con unas cuerdecillas. Las ordenanzas del rey Carlos V de Francia y
del Papa de Aviñón, Urbano V, fueron impotentes para hacer cesar esta
> Gente de vestido largo
Las vestiduras acortadas se adoptaron para los donceles y los pajes,
moda.
_•---- _ _
pero n. pma los reyes y el clero. No se trata del traje real de ceremonia
compuesto por la dalmática yTa clámide, sino de vestiduras del siglo >ni'
para el uso corriente mantenidas en su corte de antaño, componiendo
un atuendo de apariencia severa, calificado de real y pontifical.
Este atuendo se convirtió en el uniforme de hombres de ley y de
hombres de iglesia; de ahí la distinción entre «gente de vestido corto»
y «gente de vestido largo». Cota y sobreveste pueden ser vestiduras
de gala infinitamente suntuosas, cuyos bordes acuchillados, casi
despedazados, se conocen bajo el expresivo nombre de «tripas».
CARMELAORENES
El traje popu la r e s ig ualme nte larg o. E l ca mp esino, que
voluntariamente prescinde de los zapatos para llevar sólo zapatillas,
anuda plata en los faldones de su camisa, abierta por delante. La
cota, sin mangas, es suficientemente ancha para poder entrar en ella
«llanamente» y no lleva botonadura ni lazado; está cubierta por un
sobreveste de harpillera, cerrado con cuatro botones y ceñido al talle
con una cuerda. También se menciona el «coterón», especie de blusa
corta y sin mangas llevado debajo de la cota, y el «colobian», más ancho
que la cota e igualmente sin mangas. En el traje femenino se observa
la aparición del delantal llamado «guarda-vestido».
>Traje militar
Placas de hierro batido colocadas sobre charnelas o atadas por correas
encierran la totalidad de los miembros : «hombreras» que reemplazan
las aletas, «brazales», «codales» y «avambrazos»; quijotes, rodilleras,
espinilleras y escarpes, a los que se adaptan polainas de hierro; las
espuelas, enormes, son de rodajas. Coderas y rodilleras están provistas
de «guarniciones», especie de pequeños broqueles, a falta de armadura,
bajo los que se disponen, además, unas faltriqueras de mallas. Sobre el
torso se coloca la loriga de mallas forrada por el sobreveste y cubierta
con la cota de armas. A partir de 1350, más o menos, apareció la «cota
de escamas». Es una vuelta a la coraza, pero con un perfeccionamiento
ingenioso: la cubierta de escamas se hace de abajo hacia arriba y se
presenta, pues, en sentido inverso a los golpes de lanza o espada.
El interior está relleno con un fieltro, y las láminas de acero están
estañadas, cabreadas, plateadas o doradas, para que no se oxiden con el
contacto del sudor; la tela que cubre exteriormente las escamas (fustán,
terciopelo, damasco o satén), según se trate de simples soldados o de
nobles señores, deja aparecer la cabeza de los remaches que fijan las
escamas y forman un sembrado regular de bolitas de metal. La cota de
escamas se prolonga con una pequeña «falda» de escamas que protege
la parte superior de los muslos. Se observan también tímidos ensayos
en hierro liso. En el torso: el peto, colocado sobre los «pectorales», y el «espaldarón», otra pieza rígida aplicada a la espalda. Las manoplas son

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de cinco dedos, cubiertos con placas curvas que corresponden a las
falanges, fijadas sobre la plancha y a veces cubiertas de terciopelo.
El yelmo sólo se lleva para las paradas o el torneo ; se prefieren los
cascos más ligeros, especialmente el almete que, comprendiendo un
solideo, una cubrenuca y una visera, se ajusta en la nuca demasiado
estrechamente para que se pueda pasar por la abertura, por lo que las
piezas de la parte inferior están unidas por charneles. El «bacinete»,
cónico, se inclina hacia atrás para ofrecer menos blanco a los golpes;
además, posee una visera móvil. Bajo el yelmo y el gran bacinete se
coloca la «cervillera», que se ata a la «muceta», es decir, a la antigua
cofia, de la que sólo se deja subsistir la parte que envuelve el cuello. El
escudo es más pequeño que el del siglo xiii; la «tarja» es un pequeño
broquel ligero de forma triangular, de corazón o circular (rodela). Entre
la gente de armas se distinguen los «empavesados», así bautizados por
su gran escudo, el pavés, armados con un dardo, una hacha y tocados
con un sombrero de hierro'371; los materos que deben, con la ayuda de
un mazo de hierro o del rompecabezas, romper la armadura del
soldado caído para dejar paso a la daga del costillero; los arqueros y
los ballesteros que sólo lleVan, de la armadura de hierro batido, las
pequeñas piezas para la defensa de los hombros, de los codos y de las
rodillas y cuyo cuerpo se protege con un sobreveste de búfalo.
Cada compañía arrastra tras de sí a individuos dudosos: golfos,
charlatanes, rameras y, finalmente, vivanderas, cuyos corpiños abiertos
por el lado serán la pieza más característica del traje femenino.
Traje femenino
Sobre la camisa de manga larga se arrolla la banda destinada a
mantener el pecho, después se coloca el fustán o la blanqueta y,
finalmente, la cota, cortada en la espalda desde el cuello hasta los
riñones y muy estrechamente ajustada; o bien el corpiño cortado, que
se ata por delante. El sobreveste que se lleva por encima del conjunto
está, primero, cortado por unas aberturas por las que se pueden pasar
las manos para calentarlas entre la cota y el sobreveste1381; estas
aberturas se suprimen cuando, hacia 1355-60, dos aberturas laterales,
considerablemente engrandecidas, las habrán hecho inútilest391. Esta
moda, sacada de las vivanderas que seguían al ejército, reduce el
corpiño del sobreveste a ser sólo una especie de peto unido a una vasta
falda, que muestra un cinturón de orfebrería colocado sobre la cota
y, además, el talle combado y las caderas anchas que corresponden
al ideal femenino de la época. El escote de la camisa, de la cota y del
sobreveste es redondo, rectangular o, también, de ángulos obtusos.
Esta vestidura, que perdurará durante casi dos siglos como traje de
la corte, sólo fue de uso común durante unos treinta años y no por
esto hizo abandonar la moda de los sobrevestes cerrados, que fueron
ajustados al busto y provistos de largas mangas que se arrastraban por
el suelo, pero a menudo abiertas para permitir la libertad de los brazos.
La «cotardia» se abotonó de arriba a abajo por delante y, a veces, por los
lados; es un vestido de cámara o un traje de montar. La «hopalanda»
aparece hacia 1375 y se diferencia de la de los hombres, está cortada
lateralmente y lleva un alto cuello abotonado ; el cinturón, atado a la
espalda, se coloca bajo los senos.
Los peinados
Los cabellos se dividen en dos por una crencha en medio que va
desde la frente hasta la nuca y se reúnen en trenzas sobre las sienes.
Una tercera trenza da la vuelta a la cabeza; sobre el conjunto se coloca
un velillo tieso que cae alrededor de la cara[40I; en invierno se sustituye
por la caperuza. Siguen usándose las cofias de franjas, adornadas con
diademas de perlas o aros de orfebrería: «los frontales»; hacia 1380 la
cofia se realza con rodetes, que toman diversas formas.
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imiumentariaescénica
VIII. DE 1380 A 1420
> Traje masculino
El gusto general por el disfraz y la mascarada colocan en el traje
habitual la máscara y la caperuza que cubre enteramente el rostro, y
que se prohibirá por un edicto, pero que, sin embargo, se adoptará más
tarde como señal de luto.
Unas cotas a las que se adaptaban unas «falsas caras», es decir,
máscaras con cabelleras de seda, ya habían hecho su aparición en la
corte francesa de Felipe de Valois; el pueblo se disfraza a buen precio
vistiéndose con sacos, cosiendo sobre sus vestiduras vueltas al revés,
trapos y cascabeles; el bajo clero, vestido ridículamente, se entrega
a diversiones de gusto dudoso el día de los Inocentes; los burgueses
crean cuadros vivientes sacados de las novelas satíricas o de la historia
sagrada, que se convierten más tarde en representaciones teatrales.
La chaqueta tiene mangas muy anchas que, después, se estrechan
en las muñecas a partir de 1400; un cuello estrecho sube hasta las
orejas. Hay una casaca corta sin mangas y sin cinturón, abierta por
delante de arriba a abajo. La hopalanda se ajusta con un cinturón más
arriba del talle; demasiado larga para las recepciones y los paseos,
puede levantarse hasta media piernal"ly, para ir al baile, cubre apenas
el nacimiento de los muslos. En la parte superior de las chaquetas,
hopalandas y vestidos, se atan cortas esclavinas sobre las que se
ostenta la «argolla» de orfebrería, común a hombres y mujeres.
> Los peinados
Los cabellos son cortos, tallados como un solideo perfectamente
circular, o largos para formar un rollo rizado alrededor de la cabeza.
Muy a menudo la caperuza se lleva como un casco, alternando con el
birrete, copiado de la gente de iglesia, y el sombrero.
CARIAR ORENES
> Traje militar
Se diferencia por una pieza esencial: la «coraza». En 1382 es una
placa que cubre solamente la mitad del pecho, debajo del lorigón; diez
años más tarde, el pecho de acero se pone en evidencia y se une a
unas láminas articuladas que protegen el busto, a partir del hueco del
estómago. Por fin se ve aparecer la verdadera coraza compuesta de dos
mitades, una para la espalda y otra para el pecho, en el borde inferior
de las cuales se ata un refajo de mallas cubierto por láminas de acero:
la «falda». La muceta se empieza a sustituir por una mentonera y un
gorjal de hierro batido adaptados al bacinete, a menudo con penacho.
El escudo, inútil, desaparece; las manoplas con garranchos pueden
servir de mazo de armas. Sobre la coraza se lleva el «tabardo» con
anchos puños. La gente de a pie no lleva coraza; una «chaqueta» con
larga falda rellena o un justillo de búfalo cubren el lorigón.
Traje eclesiástico
El alba ya no lleva banda de color y el amito ya no es una esclavina
bordada: uno y otro se confeccionan de un ligero tejido de lino. El
manto de los cardenales es una campana roja provista de una vasta
capucha forrada, que reemplaza la antigua capa cerrada. Los cordones
del sombrero son verdes, atados sobre el pecho y cayendo luego hasta
los pies. La muceta es una especie de esclavina para uso de los acólitos;
está cortada por los dos lados, en los hombros. En las casullas se ven
anchos galones adornados con temas sacados de las leyendas de los
santos, o emblemas heráldicos; la banda dorsal representa una cruz.
>Traje femenino
La vestidura que se lleva más a menudo es la hopalandat42}, cerrada
por delante y cuyo cinturón, muy ancho y colocado alto, está hecho
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 HISTORIA DE LA INDUMENTARIA DESDE LA PREHISTORIA HASTA EL SIGLO XX: EVOLUCIÓN ESTILÍSTICA Y TERMINOLOGÍA TÉCNICA
de seda adamascada o de una red de hilos de plata; pero también se
lleva la cota y el sobreveste, que sólo se diferencian de los de la época
precedente por sus anchas mangas, primero extremadamente anchas
y, después, estrechas y colgantes a partir del codo, como las mangas
de las vestiduras masculinas. El manto es una capa cerrada de mucha
anchura.
> Los peinados
Unos gruesos saquitos sujetados a la altura de las sienes por una
cofia, a menudo sirven de soporte a los atavíos cada vez más
voluminosos que componen los «peinados en cuernos».
IX. DE 1420 A 1480
> Los tejidos
Las telas de lujo se eligen preferentemente en los tonos oscuros del
verde, castaño, negro, gris, rojo y púrpura. La piel sólo se emplea para
las vestiduras de lujo; los forros comunes son la sarga, la franela o la
seda".
> Traje masculino
Pocos cambios se manifiestan en la línea general del traje masculino:
el bajo de las mangas del justillo se acorta, de modo que forme un
revés o un adorno mostrando el forro. La «chaqueta» se compone
de dos piezas, corpiño y falda, cortadas separadamente y unidas en
el talle con una costura; la falda forma grandes pliegues curvos; de
1460 a 1480 las mangas en pernil se cortan desde el hombro hasta
el codo 1441 y se sujetan con unas hombreras rellenas. Se ve aparecer la
«zamarra»t451, ancha y larga casaca, abierta y forrada. El vestido largo
está tan extendido como el traje corto y a menudo se adopta como
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vestidura de invierno, de modo que el manto se lleva poco[461. '
Los peinados
Las sienes afeitadas liberan completamente la oreja y, más arriba, los
cabellos empiezan a ahuecarse en una especie de rodete muyprominente
que tiene su máxima anchura por encima de la nuca. Después, hacia
1430, los cabellos son más largos. Se colocan sombreros de plumas de
pavo real directamente sobre la cabellera o bien sobre la cofia que se
lleva debajo de altos bonetes sostenidos por una tela tiesa, debajo de la
toca, debajo del sombrero o, incluso, debajo del gorro de noche.
' Calzado
Calzas con suelas, polainas de cuero y zapatos continúan siendo con
las puntas levantadas, hasta 1480 aproximadamente, fecha en que
aparecen los zapatos con punta redondeada primero y, después, en
«pico de pato». En invierno se intercala un botín de color vivo entre las
calzas y los zapatos.
> Traje militar
Faldones de hierro cortado, el «faldas», se añaden en los bajos de
las faldas para proteger los muslos y, después de 1430, la coraza se
articula en cuatro piezas. El «manguito», primera forma de la manopla
de mallas, reaparece; diversas partes de la armadura se adornan con
estrías dispuestas en abanico dan, mayor resistencia: es lo que se
llamó «armadura maximiliana». Aparte del yelmo, del almete o del
bacinete, se adoptan don nuevos cascos: la «celada», con visera fija o
de vista cortada, sujeta a la barbilla con una gorguera, y el «capacete»
cuyo casquete es agudo. El tabardo, útil para esconder las junturas de
la armadura , es de seda —este tejido ofrecía una gran resistencia a los
golpes de espada— muy acortado, partido como la dalmática de los
diáconos y con anchas y cortas mangas.
 indunientariaescénica
> Traje eclesiástico
Las religiosas adoptan vestiduras especiales y los faldones de las
mitras de los obispos están curvados.
>Traje femenino
Es uno de los más típicos de la Edad Media". La hopalanda y la
cotardía se abren en puncha con el reverso de terciopelo o de piel; el
pecho se cubre con un trozo de paño triangular y una ligera pañoleta
de gasa: la gorguera. El ancho cinturón se coloca muy alto y se abrocha
en la espalda. La falda, relativamente ajustada por delante, se embrida
en el vientre; está adornada con una banda de terciopelo o de piel
blanca, que indica con su anchura, junto con la longitud de la cola, la
calidad de la persona que la lleva. Hacia 1470 el escote triangular se
repite en la espalda. Se generaliza la moda de casarse de rojo.
>Los peinados
La frente se depila y el tocado es cada vez más alto1491. Primero se
encuentra un gorro cónico sobre el que hay dos rodetes cubiertos y
prolongados por un velo de rico tejido; después el «capirote», muy agudo,
realzado con dos pisos de muselina tiesa; hacia 1460 se hará pesado
en la base con una especie de chal de terciopelo o una lencería plegada,
mientras que de la punta colgará una gasa ligera: el «estandarte».
> El luto
El gran manto rematado con la caperuza ensartada se reviste siempre
para los funerales ; a continuación se llevan los trajes a la moda, pero
sin joyas ni guantes. El heredero de la corona viste de negro hasta el
primer oficio para el reposo del alma del rey difunto; después deja el
negro por el rojo, que será su color de luto, mientras que la reina, viuda,
1
tomará el blanco y lo conservará toda la vida. Las mujeres añadían
)
al manto y a la caperuza la toca compuesta de dos piezas: la que
frente y los cabellos.
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CARNEULDRINES
envuelve el cuello y cubre la barbilla y el sombrero que esconde la
■ X. GENTE DE VESTIDO LARGO
La gente de vestido largo la constituyen los jueces, los abogados, los
fiscales, los universitarios y los oficiales de la administración.
El traje del canciller, cabeza de la justicia y del Parlamento, deriva
del atuendo real (vestido rojo y manto escarlata. La dalmática y el
manto azules con flores de lis, se exhibían para las coronaciones y en
los tronos de justicia); se compone: del vestido; del manto, cortado en
el lado derecho y atado en el hombro con dos o tres botones de oro; y
de la caperuza; las tres prendas son escarlata y forradas con yero. El
vestido largo va completamente cerrado, sus mangas son estrechas,
medio anchas, en embudo o, también, con coderas, dejando aparecer,
entonces, las mangas de la cota abotonadas hasta el codo. El birrete,
tocado generalmente llevado por el rey, es un sombrero redondo de
terciopelo negro y bordado en oro, reservado para los presidentes a
partir del siglo xvi, pero que parece haber sido llevado en los siglos my
y xv por los simples consejeros. Para el escribano civil del siglo xv: la
muceta, vestido largo, rojo y de mangas estrechas y cuello derecho que,
ceñido en el talle con un delgado cinturón, dibuja gruesos pliegues; la
caperuza con rodete, doblado sobre el hombro con una larga «corneta»
que cuelga por delante. Abogados y fiscales del Parlamento francés
deben presentarse en palacio, en los siglos xiv y xv, con vestido largo
y caperuza forrada, pero no se les prescribe ningún traje preciso y los
colores se dejan a su elección.
Los universitarios adquieren, desde el siglo mi', un traje distintivo.
El uniforme solemne comporta la capa, la caperuza, el gorro y el
anillo doctoral; es el traje de los doctores que tienen a su cargo la
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enseñanza «ordinaria» o magistral. La cappa (capa) es una especie Los vestidos de las mujeres parece que sólo fueron de paño, de sarga
de campana ancha, totalmente cerrada y que llega hasta los pies. Los o de fustán, lisos. Siguen la moda, pero con cierto retraso; nunca
brazos pasan por unos cortes laterales o por una abertura romboidal llevan cola. Las muchachas van con la cabeza desnuda y los cabellos
situada en la parte delantera. El «capucium» (caperuza) es, en el siglo caen sobre la espalda, atados con una simple cinta. Los tocados de las
mi', una capucha puntiaguda que lleva un ligero cuello vuelto que, mujeres casadas difieren según el país; sin embargo, las caperuzas con
ensanchándose hacia el año 1340, se convierte en una esclavina que cuernos laterales y larga cola resisten las nuevas modas del siglo xv.
cubre los hombros. El «birretum» (birrete doctoral) es cilíndrico en el
siglo x111, en forma de solideo circular en el siglo xtv y parecido a e e e e e
un gorro turco en el siglo xv. Generalmente se llama gorro redondo,
incluso cuando, en el siglo xvi, se convierte en cuadrado.
Con bastante frecuencia se encuentra en la Edad Media la capa
listada con diversos colores. Ciertas Universidades del siglo xv tienen
como insignia doctoral, junto al birrete, el cinturón dorado.

■ XI. LOS CAMPESINOS

Los aldeanos del siglo xli han conservado el traje corto del siglo
precedente; en los días de fiesta, se visten con trajes parecidos a los que
se usan en los palacios.

Algunas vestiduras parecen haber sido de uso exclusivo de la

población rural en los siglos xiv y xv: una casaca estrecha, común a
los dos sexos: un ancho vestido largo de tela usado por los pastores por
encima de los vestidos; un cobertor, bien echado sobre los hombros
o bien arrollado alrededor de los riñones; un saco de tela blanca para
poner el pan, que se llevaba en bandolera; finalmente, unas fundas
para las piernas, de cuero, de fieltro o de tela.

Tanto en el campo como en la ciudad se encuentran sombreros de

fieltro, gorros y caperuzas; estas últimas, en forma de capucho, las
llevaron constantemente los campesinos desde la época romana.

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