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Isaiah Berlin - Dos conceptos de libertad

para la causa de la justicia y de la igualdad huma- lidades que parece que haya pocas interpretacio- uno conseguir un fin2. La mera incapacidad de
na en todas partes. nes que no le convengan. No pretendo comentar conseguir un fin no es falta de libertad política3.
la historia ni los muchísimos sentidos que de esta Esto se ha hecho ver por el uso de expresiones
Es de él, por lo menos tanto como de sus es-
DOS CONCEPTOS critos, de quien muchos miembros de mi genera-
palabra han sido consignados por los historiado-
res de las ideas. Propongo examinar nada más
modernas, tales como «libertad económica» y su
contrapartida «opresión económica». Se dice, muy
ción de Oxford hemos aprendido que la teoría que dos de los sentidos que tiene esta palabra, plausiblemente, que si un hombre es tan pobre
DE LIBERTAD1 política es una rama de la filosofía moral, que co-
mienza con el descubrimiento de las ideas mora-
sentidos que son, sin embargo, fundamentales; que no puede permitirse algo, respecto a lo cual
que tienen a sus espaldas una gran parte de la no hay ningún impedimento legal —una barra de
les en el ámbito de las relaciones políticas y con la historia de la humanidad y, me atrevería a decir, pan, un viaje alrededor del mundo, o el recurso a
aplicación de aquéllas a éstas. No quiero decir, que la van a seguir teniendo. El primero de estos los tribunales, él tiene tan poca libertad para obte-
como creo que han pensado algunos filósofos sentidos que tienen en política las palabras free- nerlo como si la ley se lo impidiera. Si mi pobreza
idealistas, que todos los movimientos o conflictos dom o liberty (libertad) —que emplearé con el fuera un tipo de enfermedad que me impidiese
Isaiah Berlin históricos que se hayan producido entre los seres mismo significado— y que, siguiendo muchos pre- comprar pan, pagar el viaje alrededor del mundo o
humanos sean reductibles a movimientos o con- cedentes, llamaré su sentido «negativo», es el que recurrir a los tribunales, de la misma manera que
flictos de ideas o fuerzas espirituales, ni siquiera está implicado en la respuesta que contesta a la la cojera me impide correr, naturalmente no se di-
que sean efectos (o aspectos) de ellas. Quiero pregunta «cuál es el ámbito en que al sujeto — ría que esta incapacidad es falta de libertad, y
decir (y no creo que el profesor Cole estuviera en una persona o un grupo de personas— se le deja mucho menos falta de libertad política. Sólo por-
Esta verdad no se les ha escapado a todos desacuerdo con ello) que entender tales movi- o se le debe dejar hacer o ser lo que es capaz de que creo que mi incapacidad de conseguir una de-
los profesores de Oxford, incluso en nuestra épo- mientos o conflictos es, ante todo, entender las hacer o ser, sin que en ello interfieran otras per- terminada cosa se debe al hecho de que otros se-
ca. Porque ha comprendido la importancia que ideas o actitudes sobre la vida que van implicados sonas». El segundo sentido, que llamaré «positi- res humanos han actuado de tal manera que a mí,
tienen las ideas políticas en la teoría y en la en ellos, las cuales son las únicas que hacen que vo», es el que está implicado en la respuesta que a diferencia de lo que pasa con otros, se me impi-
práctica, y ha dedicado su vida a su análisis y tales movimientos sean parte de la historia huma- contesta a la pregunta de «qué o quién es la cau- de tener suficiente dinero para poder pagarla, es
propagación, es por lo que el primer titular de esta na y no meros acontecimientos que ocurren en la sa de control o interferencia que puede determinar por lo que me considero víctima de coacción u
cátedra ha producido tanto impacto en el mundo naturaleza. Las palabras, las ideas y los actos que alguien haga o sea una cosa u otra». Estas opresión. En otras palabras, este uso del término
en que ha vivido. El nombre de Douglas Cole es políticos no son inteligibles sino en el contexto de dos cuestiones son claramente diferentes, incluso depende de una especial teoría social y eco-
conocido dondequiera que haya hombres que las cuestiones que dividen a los hombres, a los aunque las soluciones que se den a ellas puedan nómica acerca de las causas de mi pobreza o de-
tengan en su alma problemas políticos o sociales. que pertenecen dichas palabras, ideas y actos. mezclarse mutuamente. bilidad. Si mi falta de medios materiales se debe a
Su fama se extiende mucho más allá de los límites Por consiguiente, es muy probable que nuestras mi falta de capacidad mental o física, diré que me
de esta universidad y de este país. Pensador polí- propias actitudes y actividades queden oscuras han quitado la libertad (y no hablaré meramente
tico de total independencia, honradez y valor, es- para nosotros, a no ser que entendamos las cues-
I de pobreza) sólo en el caso de que acepte esta
critor y orador de extraordinaria lucidez y elocuen- tiones dominantes de nuestro propio mundo. La teoría4. Si además creo que no me satisfacen mis
cia, poeta y novelista, profesor dotado como mayor de éstas es la guerra declarada que se está
ningún otro, y animateur des idées, es, por encima llevando a cabo entre dos sistemas de ideas que
La idea de libertad «negativa» necesidades como consecuencia de determinadas
situaciones que yo considero injustas e ilegítimas,
de todo, un hombre que ha dado su vida por el dan respuestas diferentes y antagónicas a lo que hablaré de opresión o represión económica.
mantenimiento valiente de principios que no siem- ha sido desde hace mucho tiempo el problema
Normalmente se dice que yo soy libre en la Rousseau dijo: «La naturaleza de las cosas no
pre eran populares, y por la firme y apasionada central de la política: el problema de la obediencia
medida en que ningún hombre ni ningún grupo de nos enoja; lo que nos enoja es la mala voluntad».
defensa de la justicia y la verdad, frecuentemente y de la coacción. «¿Por qué debo yo (o cualquie-
hombres interfieren en mi actividad. En este senti- El criterio de opresión es el papel que yo creo que
en circunstancias de gran facilidad y desaliento. ra) obedecer a otra persona?» «¿Por qué no vivir
do, la libertad política es, simplemente, el ámbito representan otros hombres en la frustración de
Estas son las cualidades por las que principalmen- como quiera?» «¿Tengo que obedecer?» «Si no
en el que un hombre puede actuar sin ser obsta- mis deseos, lo hagan directa o indirectamente, y
te es hoy día conocido en el mundo este generoso obedezco, ¿puedo ser coaccionado? ¿Por quién,
culizado por otros. Yo no soy libre en la medida en con intención de hacerlo o sin ella. Ser libre en es-
e imaginativo socialista inglés. El hecho no menos hasta qué punto, en nombre de qué y con motivo
que otros me impiden hacer lo que yo podría te sentido quiere decir para mí que otros no se in-
notable y quizá más característico acerca de él es de qué?»
hacer si no me lo impidieran; y si, a consecuencia terpongan en mi actividad. Cuanto más extenso
que ha conseguido este puesto en la considera-
Hoy día se sostienen en el mundo ideas de lo que me hagan otros hombres, este ámbito sea el ámbito de esta ausencia de interposición,
ción social sin sacrificar su natural humanidad, su
opuestas acerca de las respuestas que se dan a de mi actividad se contrae hasta un cierto límite más amplia es mi libertad.
espontaneidad de sentimientos, su inacabable
bondad personal y, sobre todo, su profunda y es- la pregunta de cuáles sean los límites que pueden mínimo, puede decirse que estoy coaccionado o, Esto es lo que querían decir los filósofos polí-
crupulosa dedicación a su vocación de profesor de permitirse a la coacción, pretendiendo contar cada quizá, oprimido. Sin embargo, el término coacción ticos ingleses clásicos cuando usaban esta pala-
cualquiera que quisiese aprender; dedicación que una de estas respuestas con la lealtad de un gran no se aplica a toda forma de incapacidad. Si yo
estaba reforzada por muchos conocimientos poli- número de hombres. Por tanto, me parece que digo que no puedo saltar más de diez metros, o 2
merece la pena examinar todos los aspectos de que no puedo leer porque estoy ciego, o que no Por supuesto, no quiero implicar con esto que sea verdad
facéticos y una fabulosa memoria. Es para mí mo- lo contrario.
tivo de profundo placer y orgullo intentar hacer esta cuestión. puedo entender las páginas más oscuras de 3
Helvetius hizo observar esto de manera muy clara: «El
constar lo que yo y muchos otros sentimos acerca Hegel, sería una excentricidad decir que, en estos hombre libre es el hombre que no está encadenado, ni en-
Coaccionar a un hombre es privarle de la li-
de esta gran figura de Oxford, cuyo carácter moral sentidos, estoy oprimido o coaccionado. La coac- cerrado en una cárcel, ni tampoco aterrorizado como un
bertad: libertad, ¿de qué? Casi todos los moralis-
e intelectual es un preciado valor para su país y ción implica la intervención deliberada de otros se- esclavo por el miedo al castigo; no es falta de libertad no
tas que ha habido en la historia de la humanidad
res humanos dentro del ámbito en que yo podría volar como un águila, ni no nadar como una ballena».
han ensalzado la libertad. Igual que la felicidad y 4
La concepción que tiene el marxismo de las leyes socia-
actuar si no intervinieran. Sólo se carece de liber-
1
Esta conferencia de comienzo de curso fue pronunciada la bondad, y que la naturaleza y la realidad, el sig- les es, por supuesto, la versión más conocida de esta teor-
tad política si algunos seres humanos le impiden a
en la Universidad de Oxford el 31 de octubre de 1958, y nificado de este término se presta a tantas posibi- ía, pero es también una parte importante de algunas doc-
publicada ese mismo año por Clarendon Press. trinas cristianas y utilitaristas, y de todas las socialistas.

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bra5. No estaban de acuerdo sobre cuál podía o la frase misma sigue siendo una engañifa política. de la justicia, la igualdad o el amor a mis semejan- jamín Constant, el más elocuente de todos los de-
debía ser la extensión del ámbito de esa libertad. Es verdad que ofrecer derechos políticos y salva- tes. Debo sentirme culpable, y con razón, si en de- fensores de la libertad y la intimidad, que no había
Suponían que, tal como eran las cosas, no podía guardias contra la intervención del Estado a hom- terminadas circunstancias no estoy dispuesto a olvidado la dictadura jacobina, declaraba que por
ser ilimitada porque si lo fuera, ello llevaría consi- bres que están medio desnudos, mal alimentados, hacer este sacrificio. Pero un sacrificio no es lo menos la libertad de religión, de opinión, de ex-
go una situación en la que todos los hombres enfermos y que son analfabetos, es reírse de su ningún aumento de aquello que se sacrifica (es presión y de propiedad debían estar garantizadas
podrían interferirse mutuamente de manera ilimi- condición; necesitan ayuda médica y educación decir, la libertad), por muy grande que sea su ne- frente a cualquier ataque arbitrario. Jefferson,
tada, y una clase tal de libertad «natural» condu- antes de que puedan entender qué significa un cesidad moral o su compensación. Cada cosa es Burke, Paine y Mill recopilaron diferentes catálo-
ciría al caos social en el que las mínimas necesi- aumento de su libertad o que puedan hacer uso lo que es: la libertad es libertad, y no igualdad, gos de las libertades individuales, pero el argu-
dades de los hombres no estarían satisfechas, o si de ella. ¿Qué es la libertad para aquellos que no honradez, justicia, cultura, felicidad humana o mento que empleaban para tener a raya a la auto-
no, las libertades de los débiles serían suprimidas pueden usarla? Sin las condiciones adecuadas conciencia tranquila. Si mi libertad, o la de mi cla- ridad era siempre sustancialmente el mismo. Te-
por los fuertes. Como veían que los fines y activi- para el uso de la libertad, ¿cuál es el valor de se o nación, depende de la miseria de un gran nemos que preservar un ámbito mínimo de liber-
dades de los hombres no se armonizan mutua- ésta? Lo primero es lo primero. Como dijo un es- número de otros seres humanos, el sistema que tad personal, si no hemos de «degradar o negar
mente de manera automática, y como (cualesquie- critor radical ruso del siglo XIX, hay situaciones en promueve esto es injusto e inmoral. Pero si yo re- nuestra naturaleza». No podemos ser absoluta-
ra que fuesen sus doctrinas oficiales) valoraban las que las botas son superiores a las obras de duzco o pierdo mi libertad con el fin de aminorar la mente libres y debemos ceder algo de nuestra li-
mucho otros fines como la justicia, la felicidad, la Shakespeare; la libertad individual no es la prime- vergüenza de tal desigualdad, y con ello no au- bertad para preservar el resto de ella. Pero ceder-
cultura, la seguridad o la igualdad en diferentes ra necesidad de todo el mundo. Pues la libertad mento materialmente la libertad individual de la toda es destruirnos a nosotros mismos. ¿Cuál
grados, estaban dispuestos a reducir la libertad en no es la mera ausencia de frustración de cualquier otros, se produce de manera absoluta una pérdida debe ser, pues, este mínimo? El que un hombre
aras de otros valores y, por supuesto, en aras de clase; esto hincharía la significación de esta pala- de libertad. Puede que ésta se compense con que no puede ceder sin ofender a la esencia de su na-
la libertad misma. Pues sin esto era imposible bra hasta querer decir demasiado o querer decir se gane justicia, felicidad o paz, pero esa pérdida turaleza humana. ¿Y cuál es esta esencia? ¿Cuá-
crear el tipo de asociación que ellos creían que muy poco. El campesino egipcio necesita ropa y queda, y es una confusión de valores decir que, les son las normas que ella implica? Esto ha sido,
era deseable. Por consiguiente, estos pensadores medicinas antes que libertad personal, y más que aunque vaya por la borda mi libertad individual «li- y quizá será siempre, tema de discusiones intermi-
presuponían que el ámbito de las acciones libres libertad personal, pero la mínima libertad que él beral», aumenta otra clase de libertad: la libertad nables. Pero, sea cual sea el principio con arreglo
de los hombres debe ser limitado por la ley. Pero necesita hoy y la mayor cantidad de la misma que «social» o «económica». Sin embargo, sigue al cual haya que determinar la extensión de la no-
igualmente presuponían, especialmente libertarios puede que necesite mañana no es ninguna clase siendo verdad que a veces hay que reducir la li- interferencia en nuestra actividad, sea éste el
tales como Locke y Mill, en Inglaterra, y Constant de libertad que le sea peculiar a él, sino que es bertad de algunos para asegurar la libertad de principio de la ley natural o de los derechos natu-
y Tocqueville, en Francia, que debía existir un idéntica a la de los profesores, artistas y millona- otros. rales, el principio de sutilidad o los pronunciamien-
cierto ámbito mínimo de libertad personal que no rios. tos de un imperativo categórico, la santidad del
podía ser violado bajo ningún concepto, pues si tal ¿En base a qué principio debe hacerse esto? contrato social, o cualquier otro concepto con el
ámbito se traspasaba, el individuo mismo se en- A mí me parece que lo que preocupa a la Si la libertad es un valor sagrado e intocable, no que los hombres han intentado poner en claro y
contraría en una situación demasiado restringida, conciencia de los liberales occidentales no es que puede haber tal principio. Una u otra de estas justificar sus convicciones, libertad en este sentido
incluso para ese mínimo desarrollo de sus faculta- crean que la libertad que buscan los hombres sea normas —o principios— conflictivas entre sí tiene significa estar libre de: que no interfieran en mi ac-
des naturales, que es lo único que hace posible diferente en función de las condiciones sociales y que ceder, por lo menos en la práctica; no siempre tividad más allá de un límite, que es cambiable,
perseguir, e incluso concebir, los diversos fines económicas que éstos tengan, sino que la minoría por razones que puedan manifestarse claramente pero siempre reconocible. «La única libertad que
que los hombres consideran buenos, justos o sa- que la tiene la haya conseguido explotando a la o generalizarse en normas o máximas universales. merece este nombre es la de realizar nuestro pro-
grados. De aquí se sigue que hay que trazar una gran mayoría que no la tiene o, por lo menos, Sin embargo, hay que encontrar un compromiso pio bien a nuestra manera», dijo el más celebrado
frontera entre el ámbito de la vida privada y el de despreocupándose de ella. Creen, con razón, que práctico. de sus campeones. Y si esto es así, ¿puede justi-
la autoridad pública. Dónde haya que trazarla es si la libertad individual es un último fin del ser ficarse jamás la compulsión? Mill no tuvo ninguna
humano, nadie puede privar a nadie de ella, y mu- Los filósofos que tenían una idea optimista de
una cuestión a discutir y, desde luego, a regatear. la naturaleza humana y que creían en la posibili- duda de que sí se podía. Puesto que la justicia
Los hombres dependen en gran medida los unos cho menos aún deben disfrutarla a expensas de exige que cada individuo tenga derecho a un
otros. Igualdad de libertad, no tratar a los demás dad de armonizar los intereses humanos, filósofos
de los otros, y ninguna actividad humana es tan tales como Locke o Adam Smith y, en algunos as- mínimo de libertad, sería necesario reprimir a to-
completamente privada como para no obstaculizar como yo no quisiera que ellos me trataran a mí, das las demás, en caso necesario por la fuerza,
resarcimiento de mi deuda a los únicos que han pectos, Mill, creían que la armonía social y el pro-
nunca en ningún sentido la vida de los demás. «La greso eran compatibles con la reserva de un ámbi- para impedir que privaran a alguno de su libertad.
libertad del pez grande es la muerte del pez chi- hecho posible mi libertad, mi prosperidad y mi cul- En efecto, la única función de la ley era prevenir
tura; justicia en su sentido más simple y más uni- to amplio de vida privada, al que no había que
co»; la libertad de algunos tiene que depender de permitir que lo violase ni el Estado ni ninguna otra estos conflictos, y el Estado se reducía a ejercitar
las restricciones de otros. Y se sabe que otros han versal: éstos son los fundamentos de la moral libe- las funciones de un sereno o de un guardia de
ral. La libertad no es el único fin del hombre. Igual autoridad. Hobbes y los que comulgaban con él,
añadido: «La libertad de un profesor de Oxford es especialmente los pensadores conservadores y tráfico, como desdeñosamente las describía Lasa-
una cosa muy diferente de la libertad de un cam- que el crítico ruso Belinsky, yo puedo decir que si lle.
otros han de estar privados de ella —si mis her- reaccionarios, defendían que si había que evitar
pesino egipcio». que los hombres se destruyesen los unos a los
manos han de seguir en la pobreza, en la miseria Según Mill, ¿qué es lo que hacía que fuese
Esta proposición cobra su fuerza en algo que y en la esclavitud—, entonces no la quiero para otros e hicieran de la vida social una jungla o una tan sagrada la protección de la libertad individual?
es al mismo tiempo verdadero e importante, pero mí, la rechazo con las dos manos, y prefiero infini- selva, había que instituir mayores salvaguardias En su famoso ensayo Sobre la libertad nos dice
tamente compartir su destino. Pero con una con- para mantenerlos en su sitio y, por tanto, desea- que, a menos que se deje a los hombres vivir co-
5
«Un hombre libre —dijo Hobbes— es aquel que no tiene fusión de términos no se gana nada. Yo estoy dis- ban aumentar el ámbito del poder central y dismi- mo quieran, «de manera que su vida sólo concier-
ningún impedimento para hacer lo que quiere hacer.» La puesto a sacrificar parte de mi libertad, o toda ella, nuir el del poder del individuo. Pero ambos grupos na a ellos mismos», la civilización no podrá avan-
ley es siempre una «cadena», incluso aunque proteja de
para evitar que brille la desigualdad o que se ex- estaban de acuerdo en que una cierta parte de la zar, la verdad no podrá salir a la luz por faltar una
estar atado por cadenas que sean más pesadas que las vida humana debía quedar independiente de la
de la ley, como, por ejemplo, una ley o costumbre que sea tienda la miseria. Yo puedo hacer esto de buena comunicación libre de ideas, y no habrá ninguna
gana y libremente, pero téngase en cuenta que al esfera del control social. Invadir este vedado, por oportunidad para la espontaneidad, la originalidad,
más represiva, el despotismo arbitrario, o el caos. Bent- muy pequeño que fuese, sería despotismo. Ben-
ham dijo algo muy parecido. hacerlo es libertad lo que estoy cediendo, en aras el genio, la energía mental y el valor moral. Todo

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lo que es sustancioso y diverso será aplastado por porciona la historia tienden a mostrar (como, en por derecho propio, se deriva de una concep- bertad sale a relucir, no si intentamos responder
el peso de la costumbre y de la constante tenden- efecto, sostuvo James Stephen en el formidable ción de la libertad que, a pesar de sus orígenes a la pregunta «qué soy libre de hacer o de ser»,
cia que tienen los hombres hacia la conformidad, ataque que hizo a Mill en su libro Libertad, religiosos, en su estado desarrollado apenas es sino si intentamos responder a «por quién estoy
que sólo da pábulo a «capacidades marchitas» y a igualdad, fraternidad) que la integridad, el amor más antigua que el Renacimiento o la Reforma8. gobernado» o «quién tiene que decir lo que yo
seres humanos «limitados y dogmáticos» y «res- a la verdad y el ardiente individualismo se des- Sin embargo, su decadencia marcaría la muerte tengo y lo que no tengo que ser o hacer». La
tringidos y pervertidos». «La autoafirmación paga- arrollan por lo menos con la misma frecuencia de una civilización y de toda una concepción conexión que hay entre la democracia y la liber-
na tiene tanto valor como la autonegación cristia- en comunidades que están regidas por una se- moral. tad individual es mucho más débil que lo que les
na.» «Todos los errores que probablemente puede vera disciplina, como, por ejemplo, los calvinis- parece a muchos defensores de ambas. El de-
cometer un hombre contra los buenos consejos y tas puritanos de Escocia o de Nueva Inglaterra, 3. La tercera característica de esta idea de libertad seo de ser gobernado por mí mismo o, en todo
advertencias están sobrepasados, con mucho, por o que están bajo la disciplina militar, que en so- tiene mayor importancia. Consiste en que la li- caso, de participar en el proceso por el que ha
el mal que representa permitir a otros que le re- ciedades que son más tolerantes o indiferentes; bertad, considerada en este sentido, no es in- de ser controlada mi vida, puede ser tan profun-
duzcan a lo que ellos creen que es lo bueno.» La y si esto es así, el argumento de Mill en favor de compatible con ciertos tipos de autocracia o, en do como el deseo de un ámbito libre de acción
defensa de la libertad consiste en el fin «negativo» la libertad como condición necesaria para el de- todo caso, con que la gente no se gobierne a si y, quizá, históricamente, más antiguo. Pero no
de prevenir la interferencia de los demás. Amena- sarrollo del genio humano cae por su base. Si misma. La libertad, tomada en este sentido, se es el deseo de la misma cosa. En efecto, es tan
zar a un hombre con perseguirle, a menos que se sus dos metas resultasen ser incompatibles, Mill refiere al ámbito que haya de tener el control, y diferente que ha llevado en último término al
someta a una vida en la que él no elige sus fines, se encontraría frente a un cruel dilema, además no a su origen. De la misma manera que una gran conflicto ideológico que domina nuestro
y cerrarle todas las puertas menos una —y no im- de las otras dificultades originadas por la in- democracia puede, de hecho, privar al ciudada-
porta lo noble que sea el futuro que ésta va a consecuencia que guardan sus doctrinas con el no individual de muchas libertades que pudiera
tener en otro tipo de sociedad, igualmente se que depende simplemente del poder que se tenga para elegir, en
hacer posible, ni lo buenos que sean los motivos utilitarismo estricto, incluso en la propia versión todo caso, entre dos posibilidades. Sin embargo, no todas las de-
que rigen a los que dirigen esto—, es pecar contra humanista que tiene de él6. puede concebir perfectamente que un déspota
cisiones son igualmente libres, ni siquiera libres. Si en un estado
la verdad de que él es un hombre y un ser que liberal permita a sus súbditos una gran medida totalitario yo traiciono a un amigo mío bajo la amenaza de tortu-
tiene una vida que ha de vivir por su cuenta. Esta 2. En segundo lugar, la doctrina de Mill es relati- de libertad personal. El déspota que deja a sus ra, e incluso, quizá, si obro por miedo a perder mi empleo, puedo
es la libertad tal como ha sido concebida por los li- vamente moderna. Parece que en el mundo an- súbditos un amplio margen de libertad puede decir con razón que no obré libremente. Por supuesto, en ese ca-
berales del mundo moderno, desde la época de tiguo casi no hay ninguna discusión sobre la li- ser injusto, dar pábulo a las desigualdades más so yo tomé una decisión, y, por lo menos en teoría, podía haber
Erasmo (algunos dirían desde la época de Oc- bertad como ideal político consciente (a diferen- salvajes o interesarse muy poco por el orden, la elegido que me mataran, me torturaran o me metieran en la
cia del mundo actual en que sí la hay). Ya había virtud o el conocimiento; pero, supuesto que no cárcel. La mera existencia de dos posibilidades no es, por tanto,
cam) hasta la nuestra. Toda defensa de las liber- suficiente para hacer que mi acción sea libre (aunque puede que
tades civiles y de los derechos individuales, y toda hecho notar Condorcet que la idea de los dere- disminuya la libertad de dichos súbditos o que,
chos individuales estaba ausente de las ideas por lo menos, la disminuya menos que otros sea voluntaria) en el sentido normal que tiene esta palabra. La
protesta contra la explotación y la humillación, amplitud de mi libertad parece depender de lo siguiente: a) de
contra el abuso de la autoridad pública, la hipnoti- jurídicas de los griegos y romanos, y esto pare- muchos regímenes, concuerda con la idea de li-
cuántas posibilidades tenga (aunque el método que haya para
zación masiva de las costumbres, o la propaganda ce ser igualmente válido para los judíos, los chi- bertad que ha especificado Mill9. La libertad, contarlas no pueda ser nunca más que un método basado en im-
organizada, surge de esta concepción indi- nos y otras civilizaciones antiguas que han sali- considerada en este sentido, no tiene conexión, presiones. Las posibilidades de acción no son entidades separa-
vidualizada del hombre, que es muy discutida. do a la luz desde entonces7. La dominación de por lo menos lógicamente, con la democracia o das como manzanas, que se puedan enumerar de una manera ex-
este ideal ha sido más bien la excepción que la el autogobierno. Éste, en general, puede dar haustiva), b) de qué facilidad o dificultad haya para realizar estas
Sobre esta posición pueden destacarse tres regla, incluso en la reciente historia de Occiden- una mayor garantía de la conservación de las li- posibilidades; c) de qué importancia tengan éstas, comparadas
hechos. te. Tampoco la libertad considerada en este bertades civiles de la que dan otros regímenes, unas con otras, en el plan que tenga de mi vida, dados mi carácter
sentido ha constituido con frecuencia el gran gri- y como tal ha sido defendido por quienes creen y circunstancias; d) de hasta qué punto estén abiertas o cerradas
1. En primer lugar, Mill confunde dos ideas distin- to de las manifestaciones de las grandes masas en el libre albedrío. Pero no hay una necesaria por los actos deliberados que ejecutan los hombres; e) de qué va-
tas. Una es que toda coacción, en tanto que de la humanidad. El deseo de que no se metan conexión entre la libertad individual y el gobierno
lor atribuyan a estas varias posibilidades no sólo el que va a
frustra los deseos humanos, es mala en cuanto obrar, sino también el sentir general de la sociedad en que éste
con uno y le dejen en paz ha sido el distintivo de democrático. La respuesta a la pregunta «quién vive. Todas estas magnitudes tienen que «integrarse», y de este
tal, aunque puede que tenga que ser aplicada una elevada civilización, tanto por parte de los me gobierna» es lógicamente diferente de la proceso hay que sacar una conclusión, que no es nunca necesa-
para prevenir otros males mayores; mientras individuos como por parte de las comunidades. pregunta «en qué medida interviene en mí el riamente precisa ni indiscutible. Bien puede suceder que haya
que la no-interferencia, que es lo opuesto a la El sentido de la intimidad misma, del ámbito de Gobierno». En esta diferencia es en lo que con- muchos tipos y grados inconmensurables de libertad y que éstos
coacción, es buena en cuanto tal, aunque no es las relaciones personales como algo sagrado siste en último término el gran contraste que hay no se puedan determinar en una sola escala de magnitud. Más
lo único que es bueno. Esta es la concepción entre los dos conceptos de libertad negativa y aún, en lo que se refiere a las sociedades nos enfrentamos con
«negativa» de la libertad en su forma clásica. La 6
libertad positiva10. El sentido «positivo» de la li- cuestiones (absurdas lógicamente) como esta: ¿aumentaría la si-
Esto no es más que otro ejemplo de la tendencia que tie-
otra idea es que los hombres deben intentar nen no pocos pensadores a creer que todas las cosas que
tuación X la libertad del señor A más que la que tienen entre sí
descubrir la verdad y desarrollar un cierto tipo ellos consideran buenas tienen que estar íntimamente re- 8
los señores B, C y D sumados todos juntos? Estas mismas difi-
La creencia cristiana (judía y musulmana) en la autoridad cultades surgen aplicando criterios utilitarios. Sin embargo, su-
de carácter que Mill aprobaba —crítico, original, lacionadas o, por lo menos, ser compatibles entre sí. La absoluta de las leyes naturales y divinas, y en la igualdad
imaginativo, independiente, no conformista has- historia del pensamiento, igual que la historia de las nacio- poniendo que no pidamos una medida precisa, podemos dar ra-
de todos los hombres a los ojos de Dios, es muy diferente zones válidas para decir que el término medio de los súbditos del
ta el extremo de la excentricidad, etc., que la nes, está sembrada de ejemplos de elementos incon- de la creencia en la libertad de vivir como se prefiera.
secuentes, o por lo menos dispares, unidos artificialmente 9
rey de Suecia son hoy día, en general, mucho más libres que el
verdad puede encontrarse, y que este carácter En efecto, es discutible que en la Prusia de Federico el término medio de los ciudadanos de España o de Albania. Los
en un sistema despótico, 0 reunidos por el miedo al peligro Grande o en la Austria de José II los hombres con imagi-
sólo puede desarrollarse en condiciones de li- de un enemigo común. A su debido tiempo pasa este peli- modelos totales de vida hay que compararlos directamente en
bertad. Estas dos ideas son ideas liberales, pero nación, originalidad y genio creador, 0, por supuesto, las conjunto, aunque sea difícil o imposible demostrar el método con
gro, y entonces surgen los conflictos entre los otrora alia- minorías de todo tipo, fuesen menos perseguidos y sintie-
no son idénticas, y la conexión que existe entre dos, lo cual destroza frecuentemente dicho Sistema, a ve- el que hacemos esta comparación y la verdad de las conclusiones
sen menos la represión de las instituciones y costumbres
ellas es, en el mejor de los casos, empírica. Na- ces en beneficio de la humanidad. que en otras muchas democracias anteriores o posterio-
que sacamos. Pero la vaguedad de los conceptos y la multiplici-
7
die defendería que la verdad, la libertad y la ex- Véase el valioso examen que se hace de esto en el libro dad de los criterios que van implicados en el objeto que tratamos,
res.
presión puedan florecer donde el dogma aplaste Lefons dhistoire de la pbilosophie du droit, de Michel Villey, son atributos de este mismo objeto, y no de nuestros métodos de
10
que lleva hasta Occam el origen de la idea de los derechos La «libertad negativa» es algo cuya amplitud es difícil de medir o de nuestra incapacidad de pensar con precisión.
todo el pensamiento. Pero las pruebas que pro-
subjetivos. estimar en un caso determinado. A primera vista puede parecer

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mundo. Pues esta concepción «positiva» de la comienzos fue, quizá, inofensiva. «Yo soy mi pro- aun mucho más que esto. Puedo decir que en rea- libre) incluso cuando mi pobre cuerpo terrenal y mi
libertad —no el estar libre de algo, sino el ser li- pio dueño»; «no soy esclavo de ningún hombre»; lidad tienden a lo que conscientemente se oponen pobre estúpida inteligencia lo rechazan encarniza-
bre para algo, para llevar una determinada for- pero, ¿no pudiera ser (como tienden a decir los en su estado de ignorancia porque existe en ellos damente y luchan con la máxima desesperación
ma prescrita de vida—, es la que los defensores platónicos o los hegelianos) que fuese esclavo de una entidad oculta —su voluntad racional latente, contra aquellos que, por muy benévolamente que
de la idea de libertad «negativa» consideran la naturaleza, o de mis propias «desenfrenadas» o su fin «verdadero»—, que esta entidad, aunque sea, tratan de imponerlo.
como algo que, a veces, no es mejor que el dis- pasiones? ¿No son éstas especies del mismo falsamente representada por lo que manifiesta-
fraz engañoso en pro de una brutal tiranía. género «esclavo», unas políticas o legales y otras mente sienten, hacen y dicen, es su «verdadero» Esta transformación mágica o juego de manos
morales o espirituales? ¿No han tenido los hom- yo, del que el pobre yo empírico que está en el (por el que con tanta razón se rió William James
bres la experiencia de liberarse de la esclavitud espacio y en el tiempo puede que no sepa nada o de los hegelianos) sin duda alguna puede también
del espíritu o de la naturaleza y no se dan cuenta que sepa muy poco, y que este espíritu interior es perpetrarse tan fácilmente con el concepto «nega-
II tivo» de libertad en el que el yo, que no debiera
en el transcurso de esta liberación de un yo que el único yo que merece que se tengan en cuenta
sus deseos11. En el momento en que adopto esta ser violentado, ya no es el individuo con sus de-
La idea de libertad «positiva» domina, por una parte, y por otra, de algo de ellos
seos y necesidades reales tal como se conciben
que es sometido? Este yo dominador se identifica manera de pensar, ya puedo ignorar los deseos
entonces de diversas maneras con la razón, con reales de los hombres y de las sociedades, intimi- normalmente, sino el «verdadero» hombre por de-
mi «naturaleza superior», con el yo que calcula y darlos, oprimirlos y torturarlos en nombre y en vir- ntro, identificado con la persecución de algún fin
El sentido «positivo» de la palabra «libertad» ideal, no soñado por su yo empírico. Al igual que
se deriva del deseo por parte del individuo de ser se dirige a lo que satisfará a largo plazo, con mi yo tud de sus «verdaderos» yos, con la conciencia
«verdadero», «ideal» o «autónomo», o con mi yo cierta de que cualquiera que sea el verdadero fin en el caso del yo «positivamente» libre, esta enti-
su propio dueño. Quiero que mi vida y mis deci- dad puede ser hinchada hasta convertirla en algu-
siones dependan de mí mismo, y no de fuerzas «mejor», que se contrapone por tanto al impulso del hombre (la felicidad, el ejercicio del deber, la
racional, a los deseos no controlados, a mi natura- sabiduría, una sociedad justa, la autorrealización) na entidad superpersonal —un Estado, una clase,
exteriores, sean éstas del tipo que sean. Quiero una nación o la marcha misma de la historia, con-
ser el instrumento de mi mismo y no de los actos leza «inferior», a la consecución de los placeres dicho fin tiene que identificarse con su libertad, la
inmediatos, a mi yo «empírico» o «heterónomo», libre decisión de su «verdadero» yo, aunque fre- siderada como sujeto de atributos más «verdade-
de voluntad de otros hombres. Quiero ser sujeto y ros» que el yo empírico. Pero la concepción «posi-
no objeto, ser movido por razones y por propósitos arrastrado por todos los arrebatos de los deseos y cuentemente esté oculto y desarticulado.
las pasiones, que tiene que ser castigado rígida- tiva» de la libertad como autodominio, con la su-
conscientes que son míos, y no por causas que Esta paradoja se ha desenmascarado fre- gerencia que lleva consigo de un hombre dividido
me afectan, por así decirlo, desde fuera. Quiero mente si alguna vez surge en toda su «verdadera»
naturaleza. Posteriormente estos dos yos pueden cuentemente. Una cosa es decir que yo sé lo que que lucha contra sí mismo, se ha prestado de
ser alguien, no nadie; quiero actuar, decidir, no es bueno para X, mientras que él mismo no lo sa- hecho, en la historia, en la teoría y en la práctica,
que decidan por mí; dirigirme a mí mismo y no ser estar representados como separados por una dis-
tancia aún mayor: puede concebirse al verdadero be, e incluso ignorar sus deseos por el bien mismo a esta división de la personalidad en dos: el que
movido por la naturaleza exterior o por otros hom- y por su bien, y otra cosa muy diferente es decir tiene el control, dominante y trascendente, y el
bres como si fuera una cosa, un animal o un es- yo como algo que es más que el individuo (tal co-
mo se entiende este término normalmente), como que eo ipso lo ha elegido, por supuesto no cons- manojo empírico de deseos y pasiones que han
clavo incapaz de representar un papel humano; es cientemente, no como parece en la vida ordinaria, de ser castigados y reducidos. Este hecho históri-
decir, concebir fines y medios propios y realizar- un «todo» social del que el individuo es un ele-
mento o aspecto: una tribu, una raza, una iglesia, sino en su papel de yo racional que puede que no co es el que ha tenido influencia. Esto demuestra
los. Esto es, por lo menos, parte de lo que quiero conozca su yo empírico, el «verdadero» yo, que (si es que se necesita demostración para una ver-
decir cuando digo que soy racional y que mi razón un Estado, o la gran sociedad de los vivos, de los
muertos y de los que todavía no han nacido. Esta discierne lo bueno y no puede por menos de ele- dad tan evidente) que las concepciones que se
es lo que me distingue como ser humano del resto girlo una vez que se ha revelado. Esta monstruosa tengan de la libertad se derivan directamente de
del mundo. Sobre todo, quiero ser consciente de entidad se identifica entonces como el «verdade-
ro» yo, que imponiendo su única voluntad colecti- personificación que consiste en equiparar lo que X las ideas que se tengan sobre lo que constituye el
mí mismo como ser activo que piensa y que quie- decidiría si fuese algo que no es, o por lo menos yo, la persona, el hombre. Se pueden hacer sufi-
re, que tiene responsabilidad de sus propias de- va u «orgánica» a sus recalcitrantes «miembros»
logra la suya propia y, por tanto, una libertad «su- no es aún, con lo que realmente quiere y decide, cientes manipulaciones con las definiciones de
cisiones y que es capaz de explicarías en función está en el centro mismo de todas las teorías políti- hombre y de libertad para que signifiquen todo lo
de sus propias ideas y propósitos. Yo me siento li- perior» para estos miembros. Frecuentemente se
han señalado los peligros que lleva consigo usar cas de la autorrealización. Una cosa es decir que que quiera el manipulador. La historia reciente ha
bre en la medida en que creo que esto es verdad yo pueda ser coaccionado por mi propio bien, que puesto muy en claro que esta cuestión no es me-
y me siento esclavizado en la medida en que me metáforas orgánicas para justificar la coacción
ejercida por algunos hombres sobre otros con el estoy demasiado ciego para verlo; en algunas ramente académica.
hacen darme cuenta de que no lo es. ocasiones puede que esto sea para mi propio be-
fin de elevarlos a un nivel «superior» de libertad. Las consecuencias que lleva consigo distin-
La libertad que consiste en ser dueño de sí Pero lo que le da la plausibilidad que tiene a este neficio y desde luego puede que aumente el ámbi-
to de mi libertad. Pero otra cosa es decir que, si es guir dos yos se harán incluso más claras si se
mismo y la libertad que consiste en que otros tipo de lenguaje, es que reconozcamos que es consideran las dos formas más importantes que
hombres no me impidan decidir como quiera, pue- posible, y a veces justificable, coaccionar a los mi bien, yo no soy coaccionado, porque lo he que-
rido, lo sepa o no, y soy libre (o «verdaderamente» históricamente ha tomado el deseo de autodirigir-
den parecer a primera vista conceptos que lógi- hombres en nombre de algún fin (digamos p. ej. la se —dirigirse por el «verdadero» yo de uno mis-
camente no distan mucho uno del otro y que no justicia o la salud pública) que ellos mismos per- mo—: la primera, la de la autoabnegación con el
son más que las formas negativa y positiva de de- seguirían, si fueran más cultos, pero que no persi- 11
«El ideal de la verdadera libertad consiste en que todos fin de conseguir la independencia; la segunda, la
cir la misma cosa. Sin embargo, las ideas «positi- guen porque son ciegos, ignorantes o están co- los que forman parte de la sociedad humana tengan, por de la autorrealización o total autoidentificación con
va» y «negativa» de libertad se desarrollaron rrompidos. Esto facilita que yo conciba coaccionar igual, el máximo poder para hacer de ellos lo mejor», dijo un principio o ideal específico, con el fin de con-
históricamente en direcciones divergentes, no a otros por su propio bien, por su propio interés, y T. H. Green en 188 1. Además de confundir la libertad con
la igualdad, esto implica que si un hombre eligiese un pla-
seguir el propio fin.
siempre por pasos lógicamente aceptables, hasta no por el mío. Entonces pretendo que yo sé lo que
cer inmediato que no le permitiese (¿según quién?) hacer
que al final entraron en conflicto directo la una con ellos verdaderamente necesitan mejor que ellos de él (¿qué es él?) lo mejor, lo que ejercitaba en ese caso
la otra. mismos. Lo que esto lleva consigo es que ellos no no era la «verdadera» libertad, y que si se le privaba de
se me opondrían si fueran racionales, tan sabios ella, no perdía nada que importase. Green era un auténtico
Una manera de aclarar esto es hacer referen-
como yo, y comprendiesen sus propios intereses liberal, pero muchos tiranos podrían haber utilizado esta
cia al carácter de independencia que adquirió la misma fórmula para justificar sus peores actos de repre-
como yo los comprendo. Pero puedo pretender
metáfora del ser dueño de uno mismo, que en sus sión.

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Isaiah Berlin - Dos conceptos de libertad

III lacionismo político, toda autarquía económica y viesen determinados por sí mismos. «Nadie puede pensamiento y todo condicionamiento14 son, por
toda forma de autonomía tienen algún elemento obligarme a ser feliz a su manera» decía Kant. «El tanto, una negación de lo que constituye a los
La retirada a la ciudadela interna de esta actitud. Elimino los obstáculos que hay en paternalismo es el mayor despotismo imaginable.» hombres como tales y a sus valores como esen-
mi camino dejando el camino. Me retiro a mi pro- Esto es así porque es tratar a los hombres como ciales.
pia secta, a mi propia economía planificada o a mi si no fuesen libres, sino material humano para que
propio territorio deliberadamente aislado, donde yo, benevolente reformador, los moldee con arre- El individuo libre que proponía Kant es un ser
Yo tengo razón y voluntad; concibo fines y de-
no se necesita oír ninguna voz del exterior ni pue- glo a los fines que yo he adoptado libremente, y trascendente que está más allá del ámbito de la
seo perseguirlos; pero si me impiden conseguirlos,
de tener efecto ninguna fuerza externa. Esto es no con arreglo a los suyos. Precisamente esta es, causalidad natural. Pero en su forma empírica —
ya no me siento dueño de la situación. Puede que
una forma de la búsqueda de la seguridad, pero por supuesto, la política que recomendaron los en que la idea del hombre es la que se tiene en la
me lo impidan las leyes de la naturaleza, o deter-
también se le ha llamado búsqueda de la libertad primeros utilitaristas. Helvetius (y Bentham) creían vida corriente— esta doctrina fue el núcleo central
minados accidentes, o las actividades de los hom-
o independencia personal o nacional. que no se debía contradecir, sino utilizar, la ten- del humanismo liberal, tanto moral como político,
bres, o el efecto, frecuentemente no intencionado,
dencia que tienen los hombres a ser esclavos de que estuvo profundamente influido tanto por Kant
que traen consigo las instituciones humanas.
En lo que se refiere a los individuos, esta doc- sus pasiones, y querían ofrecerles premios y cas- como por Rousseau en el siglo XVIII. En su ver-
Puede que estas fuerzas sean demasiado para
trina no dista mucho de las concepciones de tigos —la forma más aguda posible de heteronom- sión a priori es una forma del individualismo pro-
mí. ¿Qué he de hacer para evitar que me destru-
aquellos que, como Kant, identifican la libertad no ía— si mediante éstos se podía hacer más felices testante secularizado en el que el puesto de Dios
yan? Tengo que liberarme de los deseos que sé
con la eliminación de los deseos, sino con resistir- a los «esclavos»13. Pero manipular a los hombres está ocupado por la idea de la vida racional y el
que no puedo realizar. Quiero ser dueño de mi re-
se a ellos y controlarlos. Yo me identifico con el y lanzarles hacia fines que el reformador social ve, puesto del alma individual que tiende a la unión
ino, pero mis fronteras son largas e inseguras; por
que controla y me libro de la esclavitud de lo que pero que puede que ellos no vean, es negar su con Él está sustituido por la idea del individuo, do-
tanto, las reduzco con el fin de disminuir o eliminar
es controlado. Soy libre porque soy autónomo y en esencia humana, tratarlos como objetos sin volun- tado de razón, que tiende a ser gobernado por la
el área que es vulnerable. Empiezo por desear la
la medida que lo soy. Obedezco leyes, pero las he tad propia y, por tanto, degradarlos. Por esto es razón y sólo por la razón y a no depender de nada
felicidad, el poder, la sabiduría o la consecución
impuesto yo a mi propio yo no coaccionado, o las por lo que mentir a los hombres o engañarles, es que pueda desviarle o engañarle comprometiendo
de algún objeto específico; pero no puedo domi-
he encontrado en él. La libertad es obediencia, pe- decir, usarlos como medios para los fines que yo a su naturaleza irracional. Autonomía, no hete-
narlos. Elijo evitar la derrota y el desgaste y, por
ro «obediencia a una ley que nos damos a noso- he concebido independientemente, y no para los ronomía: actuar yo y no que actúen sobre mí. La
tanto, decido no luchar por nada que no pueda es-
tros mismos» y ningún hombre puede esclavizarse suyos propios, incluso aunque esto sea para su idea de la esclavitud de las pasiones es más que
tar seguro de obtener. Me determino a no desear
a sí mismo. La heteronomía es depender de facto- propio beneficio, es, en efecto, tratarles como una metáfora para los que piensan de esta mane-
lo que es inalcanzable. El tirano me amenaza con
res externos, prestarse a ser un juguete del mun- subhumanos y actuar corno si sus fines fuesen ra. Liberarme del miedo, del amor o del deseo de
la destrucción de mis propiedades, con la prisión,
do exterior que yo no puedo controlar por comple- menos últimos y sagrados que los míos. ¿En conformidad es liberarme del despotismo de algo
con el exilio o con la muerte de aquellos a quienes
to y que por tanto me controla y me «esclaviza». nombre de qué puede estar justificado forzar a los que yo no puedo controlar. Sófocles, del que
quiero. Pero si ya no me siento ligado a ninguna
Soy libre solamente en la medida en que mi per- hombres a hacer lo que no han querido o aquello Platón nos dice que afirmaba que solamente la ve-
propiedad ni me importa estar o no en la cárcel, y
sona no está «encadenada» por nada que obe- a lo que no han consentido? Solamente en nom- jez le liberó de la pasión del amor —yugo de un
si he matado en mí mismo mis afectos naturales,
dezca a fuerzas sobre las que yo no tenga ningún bre de algún valor que sea superior a ellos mis- amo cruel—, nos dice que esta experiencia es tan
ya no puede dominarme, pues todo lo que ha
control; yo no puedo controlar las leyes de la natu- mos. Pero si, como sostenía Kant, todos los valo- auténtica como la de la liberación de un tirano o
quedado de mí ya no es sujeto de miedos o dese-
raleza; por tanto, ex hypothesi, mi actividad libre res se constituyen como tales en virtud de los ac- de un propietario de esclavos. A esta manera de
os empíricos. Es como si hubiera efectuado una
tiene que ser puesta por encima del mundo empí- tos libres de los hombres y sólo se llaman valores pensar y de hablar corresponde la experiencia
retirada estratégica a una ciudadela interior —mi
rico de la causalidad. No es este el lugar de discu- en cuanto que son así, no hay ningún valor supe- psicológica de observarme a mí mismo rindiéndo-
razón, mi alma, mi yo «nouménico»— que no
tir la validez de esta antigua y famosa doctrina; rior al individuo. Por tanto, hacer esto es coaccio- me a algún impulso «inferior», obrando por un mo-
pueden tocar, hagan lo que hagan, ni las ciegas
sólo quiero hacer notar que la relación que guar- nar a los hombres en nombre de algo que es me- tivo que me desagrada, o haciendo algo que de-
fuerzas exteriores ni la malicia humana. Me he re-
dan las ideas de libertad como resistencia a los nos último que ellos mismos, someterles a mi vo- teste en el mismo momento de hacerlo, observan-
tirado a mí mismo; ahí y sólo ahí, estoy seguro. Es
deseos irrealizables (o liberación de ellos) y como luntad o al deseo particular de otro (u otros) para do después que «no era yo mismo» o que «no te-
como si dijera: «tengo una herida en la pierna; hay
independencia de la esfera de la causalidad, ha su felicidad, ventaja personal, seguridad o conve- nía control de mí mismo» cuando lo hacía. Me
dos maneras de librarme del dolor: una es curar la
tenido un papel muy importante no menos en la niencia. Tiendo hacia algo deseado (por cualquier identifico con mis momentos críticos y racionales.
herida, pero si la cura es demasiado difícil o incier-
Política que en la Etica. motivo, no importa lo noble que sea) por mí o por No pueden importar las consecuencias de mis ac-
ta hay también otra manera: puedo librarme de la
mi grupo y para ello utilizo a otros hombres como tos puesto que yo no tengo control de ellos; sólo lo
herida cortándome la pierna; si me acostumbro a Si la esencia de los hombres consiste en que
medios. Pero esto está en contradicción con lo tengo de mis motivos. Tal es el credo del pensa-
no querer nada para lo que sea indispensable te- son seres autónomos —autores de valores y de
que yo sé que son los hombres; a saber, fines en dor solitario que ha desafiado al mundo y se ha
ner la pierna, no sentiré su falta». Esta es la tradi- fines en sí mismos, cuya autoridad consiste preci-
sí mismos. Todas las formas de forzar a los seres emancipado de las cadenas de los hombres y de
cional autoemancipación de los ascetas y quietis- samente en el hecho de que están dotados de una
humanos, de intimidarles, de conformarles contra las cosas. Esta doctrina, en esta forma, puede pa-
tas, de los estoicos o de los sabios budistas, de voluntad libre—, nada hay peor que tratarles como
su voluntad con la propia norma, todo control de recer primariamente una doctrina ética y apenas
los hombres de diversas religiones, o de ninguna, si no lo fueran, como si fueran objetos naturales política; sin embargo, sus implicaciones políticas
que han huido del mundo y se han librado del yu- manipulados por influencias causales, y criaturas son claras y está dentro de la tradición del indivi-
go de la sociedad o de la opinión pública mediante que están a merced de estímulos externos, cuyas
un proceso de autotransformación deliberada que decisiones pueden ser manejadas por sus gober- 13 14
«La coacción proletaria en todas sus formas, desde las La psicología kantiana, así como la de los estoicos y
les permite dejar de preocuparse de todos sus va- nantes por medio de amenazas de fuerza o de ejecuciones a los trabajos forzados, es, aunque esto pue- cristianos, suponía que había un elemento en el hombre —
lores y quedar al margen, aislados e independien- ofrecimientos de recompensas. Tratar a los hom- da sonar paradójico, el método de moldear la sociedad la «interna firmeza de su mente»— que podía asegurarle
tes, y no vulnerables ya a sus armas12. Todo ais- bres de esta manera es tratarlos como si no estu- comunista a partir del material humano del período capita- contra el condicionamiento. El desarrollo de la técnica de
lista.» Estas frases, escritas por el líder bolchevique Ni- la hipnosis, de los «lavados de cerebro», de las sugestio-
colás Bujarin en una obra que apareció en 1920, y espe- nes subliminales y de otras cosas parecidas ha hecho que
12
«Un hombre sabio, aunque sea un esclavo, está en li- estúpida, está en la esclavitud», dijo san Ambrosio. Igual- cialmente el término «material humano», expresan viva- sea menos plausible esta suposición a priori, por lo menos
bertad, y de esto se deduce que, aunque sea una regla mente lo podía haber dicho Epicteto o Kant. mente esta actitud. como hipótesis empírica.

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Isaiah Berlin - Dos conceptos de libertad

dualismo político, por lo menos de una manera tan ción, liberarlos. Sin duda alguna les habrá hecho poder y libertad de acción, rechazan el concepto también tiene que valer para todos los demás
profunda como el concepto «negativo» de libertad. sentirse libres —de la misma manera que Epicteto «negativo» de ésta en favor de su contraparte obstáculos que se presentan como bloques del
se siente más libre que su amo (y que, según se «positiva». Sus ideas gobiernan la mitad de nues- material externo que impide el propio desarrollo li-
Quizá merezca la pena observar que, en su dice, el proverbial hombre bueno se siente feliz en tro mundo; veamos en qué fundamentos metafísi- bre. Este es el programa del racionalismo ilustrado
forma individualista, el concepto del sabio racional la miseria)—, pero lo que ha creado es la antítesis cos se apoyan. desde Spinoza hasta los últimos (a veces incons-
que ha huido a la fortaleza interna de su verdade- misma de la libertad política. cientes) discípulos de Hegel. Sapere aude (Atré-
ro yo parece surgir cuando el mundo exterior ha vete a saber). En tanto que eres racional, no pue-
resultado ser excepcionalmente árido, cruel o in- La autonegación ascética puede ser una fuen- des querer que sea de otra manera lo que co-
justo. «Es verdaderamente libre —decía Rousse- te de integridad, serenidad o fuerza espiritual, pe- noces, aquello cuya necesidad —necesidad racio-
au— quien desea lo que puede hacer y hace lo ro es difícil ver cómo se la puede llamar aumento IV nal— entiendes. Pues querer que algo sea dife-
que desea.» En un mundo en el que puede hacer de libertad. Si me libro de mi adversario retirán- rente a lo que tiene que ser es, dadas las premi-
muy poco un hombre que busca la felicidad, la jus- dome puertas adentro y cerrando todas las entra- La autorrealización sas —las necesidades que rigen el mundo—, ser
ticia o la libertad (en el sentido que sea) porque das y salidas, puede que sea más libre que si por tanto o bien ignorante o irracional. Las pasio-
encuentra obstaculizadas demasiadas posibilida- hubiese sido capturado por él; pero, ¿soy más li- nes, los prejuicios, los miedos y las neurosis sur-
des de actuación, puede hacerse irresistible la bre que si yo le hubiese vencido o capturado a él? Se nos dice que el único método para conse- gen de la ignorancia y toman la forma de mitos e
tentación de retirarse a sí mismo. Pudo haber su- Si voy en esto demasiado lejos y me retraigo a un guir la libertad es usar la razón crítica y la com- ilusiones. Estar regido por mitos, surjan éstos de
cedido así en Grecia, donde el ideal estoico no ámbito demasiado pequeño, me ahogaré y moriré. prensión de lo que es necesario y lo que es con- las vívidas imaginaciones de charlatanes sin
debe desconectarse por completo del hundimiento La culminación lógica del proceso de destrucción tingente. Si soy un chiquillo que va a la escuela, escrúpulos que nos engañan para explotarnos, o
de las democracias independientes ante la auto- de todo aquello que puede hacerme daño es el las verdades más simples de las matemáticas se de causas psicológicas o sociológicas, es una
cracia macedónica centralizada. También fue así suicidio. En tanto exista en el mundo natural, nun- imponen como obstáculo al libre funcionamiento forma de heteronomía, una forma de estar domi-
en Roma, por razones parecidas, después de la ca puedo estar seguro por completo. En este sen- de mi inteligencia, como teorema cuya necesidad nado por factores exteriores en una dirección que
República15. Surgió en Alemania en el siglo xvii en tido, la liberación total (como muy bien se dio yo no entiendo; son enunciadas como verdaderas no es necesariamente querida por el que obra.
el período de la más profunda degradación nacio- cuenta Schopenhauer) sólo puede conferirla la por una autoridad externa y se me presentan co- Los deterministas científicos del siglo XVIII supu-
nal de los estados alemanes que siguió a la Gue- muerte16. mo cuerpos extraños que yo debo absorber sieron que el estudio de las ciencias de la na-
rra de los Treinta Años, en el momento en que el mecánicamente en mi sistema. Pero cuando en- turaleza y la creación de las ciencias sociales, ba-
carácter que cobró la vida pública, especialmente Estoy en un mundo en el que me encuentro
con obstáculos a mi voluntad. A los que están vin- tiendo las funciones que tienen los símbolos, los sadas sobre el mismo modelo, pondrían muy en
en los pequeños principados, forzó a una especie axiomas, las leyes de formación y transformación claro las operaciones de tales causas, capacitan-
de emigración interna —no por primera ni ultima culados al concepto «negativo» de libertad quizá
se le puede perdonar si creen que la autoabnega- —la lógica mediante la cual se obtienen las con- do así a los individuos para reconocer el propio
vez— a los que estimaban la dignidad de la vida clusiones—, y comprendo que todas estas cosas papel que representan en el funcionamiento de un
humana. La doctrina que sostiene que tengo que ción no es el único método para superar obstácu-
los y que también es posible quitarlos: en el caso no pueden ser de otra manera porque parecen mundo racional, que sólo es decepcionante cuan-
enseñarme a mí mismo a no desear lo que no seguirse de las leyes que rigen los procesos de mi do no se le entiende bien. Como ya enseñó Epicu-
de objetos no humanos, por la fuerza; y en el caso
puedo tener y que un deseo eliminado o refrenado
de resistencia humana, mediante la fuerza y la propia razón17, entonces las verdades matemáti- ro hace tiempo, el conocimiento libera eliminando
con éxito es tan bueno como un deseo satisfecho, cas ya no se imponen como entidades externas automáticamente los miedos y deseos irra-
es una doctrina sublime; pero a mí me parece, sin persuasión, como cuando yo induzco a alguien a
que me haga sitio para mi coche o conquisto un que me han metido en la cabeza y que tengo que cionales.
temor a errar, que es una forma de la doctrina que aceptar quiera o no quiera, sino como algo a lo
enseña la fábula de la zorra y las uvas: no puedo país que amenaza los intereses del mío. Puede Herder, Hegel y Marx: sustituyeron los viejos
que tales actos sean injustos e impliquen violen- que yo ahora me adhiero libremente en el curso
querer verdaderamente aquello de lo que no pue- del funcionamiento natural de mi propia actividad modelos mecanicistas por sus propios modelos vi-
do estar seguro. cia, crueldad y esclavitud de otros, pero difícilmen- talistas de la vida social, pero, no menos que sus
te se puede negar que, con ellos, el que los ejecu- racional. Para el matemático, la prueba de estos
teoremas pertenece al libre ejercicio de su capaci- adversarios, creían que entender el mundo es li-
Esto pone en claro por qué no vale la defini- ta tiene la posibilidad, en el sentido más literal de berarse. Sólo diferían de ellos en que subrayaban
ción de libertad negativa como posibilidad de la palabra, de aumentar su propia libertad. Es una dad natural de razonar. Para el músico, una vez
que ha asimilado la estructura de la partitura del el papel que tienen el cambio y el desarrollo en lo
hacer lo que uno quiera —la cual es, en efecto, la ironía de la historia que esta verdad sea repudiada que hace humanos a los hombres. La vida social
definición que adoptó Mill—. Si veo que puedo por algunos de los que la practican con más inten- compositor y ha hecho suyos los propósitos de
éste, la interpretación de la música no constituye no podía entenderse por analogía con las ma-
hacer muy poco o no puedo hacer nada de lo que sidad, hombres que, incluso cuando conquistan temáticas o la física. También hay que entender la
quiero, lo único que necesito es limitar o extinguir ninguna obediencia a leyes externas, ninguna
obligación ni ninguna limitación a su libertad, sino historia; es decir, las leyes peculiares del desarro-
mis deseos y con ello me hago libre. Si el tirano (o 16
Es importante observar que en Francia, durante este llo continuo (prodúzcase éste por conflicto «dialéc-
«el que persuade de manera disimulada») consi- un ejercicio libre carente de impedimentos. El
período de quietismo alemán, no cayeron en esta actitud intérprete no está vinculado a la partitura como un tico» o de otra manera) que rige a los individuos y
gue condicionar a sus súbditos (o clientes) para los que pidieron la libertad del individuo y de la nación (y a los grupos en la actividad recíproca que éstos
que dejen de tener su deseos originales y adopten lucharon por ella). ¿No podría ser esto precisamente por- buey al arado o como el trabajador de una fábrica
que, a pesar del despotismo de la monarquía francesa y a la máquina. Ha absorbido la partitura en su pro- llevan a cabo entre ellos mismos y con la natura-
(«internalicen») la forma de vida que ha inventado leza. Según estos pensadores, no entender esto
para ellos, habrá conseguido, según esta defini- de la arrogancia y comportamiento arbitrario de los grupos pio sistema; al entenderla, la ha identificado con-
privilegiados que había en el Estado francés, Francia era sigo mismo y de ser un impedimento para su ac- es caer en un tipo especial de error; a saber, creer
una nación orgullosa y poderosa en la que la realidad del tividad libre la ha transformado en un elemento de que la naturaleza humana es estática, que sus
15
Quizá no sea demasiado rebuscado suponer que el poder político no estaba más allá del alcance de los hom- esta actividad misma. Se nos dice que lo que vale propiedades esenciales son las mismas en todo
quietismo de los sabios orientales era igualmente una re- bres de talento, de tal manera que no era la única salida tiempo y lugar, y que tal naturaleza está regido por
para la música o para las matemáticas en principio
acción frente al despotismo de las grandes autocracias, y retirarse del combate y meterse en un paraíso tranquilo,
leyes naturales invariables, sean éstas concebidas
que floreció en los períodos en que los individuos se pres- desde donde la batalla podía ser observada sin pasión por
taban a que fuesen humillados, ignorados o, en todo caso, el filósofo autosuficiente? Lo mismo es válido para Inglate- 17
0, como sostienen algunos teóricos modernos, porque en términos teológicos o materialistas, lo cual lleva
manipulados despiadadamente por los que tenían los ins- rra en el siglo XIX, y mucho después, para Estados Uni- me las he inventado yo mismo (o podría habérmelas inven- consigo el corolario falaz de que un sabio legisla-
trumentos de la coacción física. dos. tado), ya que las normas las hacen los hombres. dor puede, en principio, crear en cualquier mo-

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mento una sociedad perfectamente armoniosa con dola entendido, fuese inventada por mí o por V para todos los posibles problemas que surjan en
la apropiada educación y legislación, ya que los otros, suponiendo que sea racional; es decir, que él. A veces se imaginó que esta situación ideal y
hombres racionales tienen que pedir en todas las se conforme a la necesidad de las cosas. Enten- El templo de Sarastro armoniosa había sido el paraíso terrenal antes de
épocas y países las mismas satisfacciones inva- der por qué las cosas tienen que ser como tienen la caída del hombre, del que fuimos expulsados,
riables de las mismas necesidades básicas tam- que ser es querer que sean así. El conocimiento pero que todavía anhelamos, o como una edad de
bién invariables. Hegel creía que sus contemporá- libera, no sólo dándonos más posibilidades entre Los que creían en la libertad como autodirec- oro que todavía no ha llegado, en la que los hom-
neos (y. por supuesto, todos sus predecesores) las cuales podamos elegir, sino preservándonos ción se vieron obligados, tarde o temprano, a con- bres, habiéndose hecho racionales, ya no serán
entendieron mal la naturaleza de las instituciones de la frustración de intentar lo imposible. Querer siderar cómo había que aplicar esto, no sólo a la «dirigidos unos por otros» ni se «alienarán» ni
porque no entendieron las leyes —leyes inteligi- que las leyes necesarias sean diferentes de lo que vida interior del hombre, sino también a sus rela- frustrarán entre sí. En las sociedades actuales la
bles racionalmente ya que surgen de la actividad son es ser presa de un deseo irracional: el deseo ciones con otros miembros de su sociedad. Inclu- justicia y la igualdad son ideales que todavía exi-
de la razón— que crean y cambian las institucio- de lo que tiene que ser X también debe ser no X. so los más individualistas —y desde luego Rous- gen cierta medida de coacción porque la prematu-
nes y transforman la actividad y el carácter huma- Ir más lejos y creer que estas leyes son diferentes seau, Kant y Fichte empezaron siendo individualis- ra supresión de los controles sociales conduciría a
nos. Marx y sus discípulos sostenían que la tra- de lo que necesariamente son es estar loco. Este tas— llegaron a preguntarse si era posible una vi- la opresión del más débil y más tonto por el más
yectoria de los seres humanos estaba obstruida es el núcleo metafísico del racionalismo. La idea da racional no sólo para el individuo, sino también fuerte, más capaz o más enérgico y carente de
no sólo por las fuerzas naturales o por las imper- de libertad que contiene no es la concepción «ne- para la sociedad, y si lo era, cómo es posible con- escrúpulos. Pero (de acuerdo con esta doctrina)
fecciones de su propio carácter, sino, aún más, gativa» de un ámbito que (Idealmente) no tiene seguirla. Quiero ser libre para vivir como me man- sólo la irracionalidad de los hombres es la que les
por el funcionamiento de sus propias instituciones obstáculos, un vacío en el que nada me estorba, da mi voluntad racional (mi «verdadero yo»), pero lleva a querer oprimirse, explotarse o humillarse
sociales que originariamente habían creado (no sino la idea de la autodirección o autocontrol. igualmente lo tienen que ser otros. ¿Cómo he de unos a otros. Los hombres racionales respetarán,
siempre de manera consciente) para ciertos fines, Puedo hacer lo que quiera conmigo mismo. Soy evitar conflictos con sus voluntades? ¿Dónde se en relación con el otro, el principio de la razón y
pero cuyo funcionamiento llegaron sis- un ser racional, y al serlo no puedo querer apartar encuentra la frontera que está entre mis derechos les faltará todo deseo de luchar o dominarse entre
temáticamente a concebir equivocadamente18, por de mi camino todo lo que pueda demostrarme a (determinados racionalmente) y los idénticos de- sí. Este deseo mismo de dominar es un síntoma
lo que se convirtieron en obstáculos en el progre- mí mismo como necesario, como incapaz de ser rechos de los demás? Ya que si soy racional, no de irracionalidad y puede ser explicado y curado
so de sus creadores. Presentó hipótesis sociales y de otra manera en una sociedad racional —es de- puedo negar que lo que está bien para mí tiene por métodos racionales. Spinoza expone un tipo
económicas para argumentar la inevitabilidad de cir, en una sociedad dirigida por mentes raciona- que estar bien por la misma razón para los demás, de explicación y remedio, Hegel otro, y Marx un
tal equívoco, y en particular de la ilusión de que les hacia fines tales como los que tendría un ser que son racionales como yo. Un Estado racional tercero. Quizá algunas de estas teorías se com-
tales arreglos hechos por el hombre fuesen fuer- racional—. Yo lo asimilo en mi sustancia, como (o libre) sería un Estado gobernado por leyes que plementen entre sí, hasta cierto punto; otras no se
zas independientes tan necesarias como las leyes asimilo las leyes de la lógica, de las matemáticas, fuesen aceptadas por todos los hombres raciona- pueden combinar. Pero todas ellas presuponen
de la oferta y la demanda, de la institución de la de la física, las reglas del arte y los principios que les; es decir, por leyes que ellos mismos hubieran que en una sociedad de seres perfectamente ra-
propiedad, o de la eterna división de la sociedad rigen todo aquello cuyo fin racional entiendo y, por promulgado si les hubiesen preguntado qué quer- cionales el deseo de dominar a los hombres esta-
en ricos y pobres, o propietarios y trabajadores, tanto, quiero, y por lo cual no puedo ser nunca ían como seres racionales; así, las fronteras que rá ausente o será ineficaz. La existencia de la
como tantas categorías humanas inalterables. frustrado, ya que no puedo querer que sea dife- separarían los derechos serían las que todos los opresión, o el anhelo de ella, será el primer sínto-
Hasta que no hubiésemos alcanzado una etapa rente a como es. hombres racionales considerarían justas para los ma de que no se ha conseguido la verdadera so-
en la que se pudiesen eliminar los hechizos de es- seres racionales. Pero, de hecho, ¿quién había de lución al problema de la vida social.
tas creencias ilusorias; es decir, hasta que sufi- Esta es la doctrina positiva de la liberación por
determinar cuáles eran estas fronteras? Los pen-
cientes hombres alcanzasen una situación social la razón. Sus formas socializadas, aunque sean Esta cuestión también puede expresarse de
sadores de este tipo defendían que si los proble-
que, sólo ella, les permitiese entender que estas muy dispares y opuestas, están en el corazón otra manera. La libertad es autodominio, la elimi-
mas morales y políticos eran auténticos —y desde
leyes e instituciones eran obra de las inteligencias mismo de los credos nacionalistas, comunistas, nación de los obstáculos que se oponen a mi vo-
luego lo eran—, tienen que ser, en principio, solu-
y de las manos humanas, necesarias histórica- autoritarios y totalitarios de nuestros días. Puede luntad, cualesquiera que sean estos obstáculos: la
bles; es decir, tiene que haber una única solución
mente en su día y posteriormente mal entendidas que en el curso de su evolución se hayan aparta- resistencia de la naturaleza, de mis pasiones no
verdadera para todo problema. En principio, todas
como fuerzas inexorables y objetivas, no podría do mucho de su entronque racionalista. Sin em- dominadas, de las instituciones irracionales, o de
las verdades podían ser descubiertas por cual-
destruirse el viejo mundo ni ser sustituido por una bargo, ésta es la libertad que se defiende en de- las opuestas voluntades o conductas de los de-
quier pensador racional y podían ser demostradas
maquinaria social más adecuada y liberadora. mocracias y dictaduras, y por la que se lucha hoy más. A la naturaleza, por lo menos en principio,
tan claramente que todos los demás hombres ra-
día en muchos lugares de la tierra. Sin intentar siempre la puedo moldear mediante la técnica y
cionales no podían más que aceptarlas, y, en
Estamos esclavizados por déspotas — trazar la evolución histórica de esta idea, quiero configurarla con arreglo a mi voluntad. Pero,
efecto, en gran medida este ya era el caso de las
instituciones, creencias o neurosis— que sólo comentar algunas de sus vicisitudes. ¿cómo he de tratar a los recalcitrantes seres
nuevas ciencias naturales. Con este supuesto, el
pueden ser eliminados analizándolos y enten- humanos? También, si puedo, tengo que imponer-
problema de la libertad política era soluble esta-
diéndolos. Estamos aprisionados por malos espíri- les mi voluntad, «moldearlos» con arreglo a mis
bleciendo un orden justo que diese a cada hombre
tus que hemos creado nosotros mismos, aunque normas, repartirles los papeles que tienen que re-
toda la libertad a que tiene derecho un ser racio-
no conscientemente, y sólo podemos exorcizarlos presentar en mi juego. Pero, ¿no significará esto
nal. Mi pretensión de libertad sin cortapisas pue-
haciéndonos conscientes y actuando de manera que yo soy el único que es libre, mientras que los
de, a primera vista, no estar reconciliada a veces
apropiada; en efecto, para Marx entender es una demás son esclavos? Y lo serán si mi plan no tie-
con tu pretensión que tampoco tiene limitaciones,
acción apropiada. Soy libre solamente si planeo ne nada que ver con sus deseos o valores, sino
pero la solución racional de un problema no puede
mi vida de acuerdo con mi propia voluntad; los solamente con los míos. Pero si mi plan es com-
entrar en conflicto con la solución igualmente ver-
planes implican reglas, y una regla no me oprime pletamente racional, permitirá el completo desa-
dadera de otro, pues dos verdades no pueden ser
o me esclaviza, si me la impongo a mí mismo rrollo de sus «verdaderas» naturalezas y la reali-
incompatibles lógicamente; por lo tanto, en princi-
conscientemente o la acepto libremente, habién- zación de su capacidad de tomar decisiones ra-
pio tiene que poder descubrirse un orden justo,
cionales «para hacer lo mejor de sí mismos», co-
cuyas reglas hagan posibles soluciones correctas
18
En la práctica incluso más que en teoría. mo parte de la realización de mi propio yo «verda-

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dero». Todas las soluciones verdaderas a todos puesto orden de las cosas». La presuposición era, quizá se seguiría todo esto que se acaba de deseo. «El obligar está justificado por la educación
los auténticos problemas tienen que ser compati- común a estos pensadores (y a otros muchos decir. En el caso ideal, la libertad coincide con la para la futura comprensión.» La razón que hay en
bles; más aún, tienen que encajar en una única to- pensadores anteriores, así como a los jacobinos y ley: la autonomía con la autoridad. Una ley que me mí, si ha de triunfar, tiene que eliminar y suprimir
talidad, pues esto es lo que quiere decirse cuando comunistas, posteriores a ellos) es que los fines prohibe hacer lo que YO, como ser sensato, no mis «bajos» instintos, mis pasiones y deseos, que
se las denomina a todas racionales y se dice que racionales de nuestras «verdaderas» naturalezas puedo querer hacer, no es una restricción de mi li- me hacen esclavo; de igual manera (este paso fa-
el universo es armónico. Cada hombre tiene su tienen que coincidir, o hay que hacerles coincidir, bertad. En la sociedad ideal, compuesta por seres tal de los conceptos que se refieren al individuo a
carácter, sus habilidades, sus aspiraciones y sus por muy violentamente que griten en contra de es- totalmente responsables, las leyes irían desapare- los que se refieren a la sociedad es casi impercep-
fines específicos. Si yo comprendo tanto lo que te proceso nuestros pobres yos, empíricos, igno- ciendo poco a poco porque yo apenas sería cons- tible) los elementos superiores de la sociedad —
son estos fines cuanto lo que son estas naturale- rantes, apasionados y guiados por los deseos. La ciente de ellas. Tan sólo un movimiento social fue los que están educados mejor, los que son más
zas y cómo se relacionan unos con otros, puedo, libertad no es libertad para hacer lo que es irracio- lo suficientemente audaz para hacer explícita esta racionales, los que «poseen la más elevada com-
por lo menos en principio, y si tengo co- nal, estúpido o erróneo. Forzar a los yos empíricos suposición y aceptar sus consecuencias: el movi- prensión de su época y de su gente pueden ejer-
nocimientos y fuerzas para ello, satisfacerles a to- a acomodarse a la norma correcta no es tiranía, miento de los anarquistas. Pero todas las formas cer la coacción para racionalizar a la parte irracio-
dos, siempre que la naturaleza y los fines en cues- sino liberación19. Rousseau me dice que si yo en- del liberalismo fundamentadas en una metafísica nal de la sociedad. Pues —así nos lo han asegu-
tión sean racionales. Racionalidad es conocer las trego libremente todas las partes de mi vida a la racionalista son versiones más o menos difu- rado frecuentemente Hegel, Bradley y Bosan-
cosas y a la gente tal como son: yo no debo utili- sociedad, creo una entidad que, puesto que ha si- minadas de este credo. quet— al obedecer al hombre racional nos obede-
zar piedras para hacer violines ni debo intentar do construida por la igualdad de sacrificios de to- cemos a nosotros mismos, desde luego no tal co-
que toquen la flauta los que han nacido para tocar dos sus miembros, no puede desear hacer daño a Los pensadores que pusieron sus energías en mo somos, sumidos en la ignorancia y las pasio-
el violín. Si el universo está regido por la razón, no ninguno de ellos; en sociedad —se nos dice— no resolver el problema de esta manera, llegaron a nes, débiles criaturas afligidas por enfermedades
habrá necesidad de coacción; una vida correcta- puede haber ningún interés de nadie que dañe al enfrentarse a su debido tiempo con la cuestión de que necesitan alguien que las cure, pupilos que
mente planeada para todos coincidirá con la liber- de cualquier otro. «Al darme a todos, no me doy a cómo había que hacer racionales a los hombres requieren un tutor, sino como podríamos ser si
tad completa la libertad de la autodirección racio- ninguno», y recobro tanto como pierdo, con la su- en este sentido. Por supuesto, tienen que ser fuésemos racionales; como podríamos ser incluso
nal para todos. Esto será así solamente si este ficiente nueva fuerza para preservar lo que he ga- educados, pues los que no lo están son irraciona- ahora, si al menos oyésemos el elemento racional
plan es el verdadero: la única norma que satisface nado recientemente. Kant nos dice que cuando les, heterónomos y necesitan ser coaccionados, al que ex hyphotesi está en todo ser humano que
las pretensiones de la razón. Sus leyes serán las «el individuo ha abandonado por completo su li- menos para hacer tolerable la vida a los raciona- merece tal nombre.
que prescribe la razón; éstas sólo serán molestas bertad salvaje e ilegal, para encontrarla de nuevo, les, si han de vivir en la misma sociedad y no van
para aquellos cuya razón está dormida, para no deteriorada, en un estado de dependencia de a ser obligados a retirarse a un desierto o a algún Los filósofos de la «razón objetiva», desde el
aquellos que no entienden las verdaderas «ne- acuerdo con la ley», solamente entonces tiene monte olímpico. Pero no se puede esperar que el duro y rígidamente centralizado estado «orgánico»
cesidades» de sus propios yos «verdaderos». En verdadera libertad, «pues esta dependencia es que no está educado entienda los propósitos de de Fichte hasta el suave y humano liberalismo de
tanto que cada actor reconoce e interpreta el pa- obra de mi propia libertad, que actúa como legis- sus educadores o coopere con ellos. La educación T. H. Green, han supuesto indudablemente que
pel que le ha asignado la razón —la facultad que lador. La libertad, lejos de ser incompatible con la —dice Fichte— debe actuar inevitablemente de tal ellos cumplían, sin resistirse, las exigencias de la
entiende su verdadera naturaleza y discierne sus autoridad, se convierte virtualmente en idéntica a manera que «reconozcas después las razones de razón que, por muy incipientes que fuesen, tenían
verdaderos fines—, no puede haber ningún con- ella. Estos son el pensamiento y el lenguaje de to- lo que estoy haciendo ahora». No se puede espe- que encontrarse en el corazón de todo ser cons-
flicto. Cada hombre será un actor liberado y auto- das las declaraciones de derechos humanos del rar que los niños entiendan por qué se les obliga a ciente. Pero puedo rechazar tal optimismo de-
dirigido en el drama cósmico. Así Spinoza nos di- siglo XVIII y de todos aquellos que consideran a la ir a la escuela, ni que los ignorantes —es decir, mocrático y, apartándome del determinismo tele-
ce que «los niños, aunque son coaccionados, no sociedad como un modelo construido según las por el momento, la mayoría de la humanidad com- ológico de los hegelianos para ir hacia una filosof-
son esclavos» porque «obedecen leyes que han leyes racionales del sabio legislador, o de la natu- prendan por qué se les hace obedecer las leyes ía más voluntarista, concebir la idea de imponer a
sido dadas para sus propios intereses», y que «el raleza, o de la Historia, o del Ser Supremo. Prác- que después les harán racionales. «El obligar es mi sociedad —para su propio mejoramiento— un
sujeto de una verdadera comunidad no es escla- ticamente solo, Bentham seguía repitiendo tenaz- también un tipo de educación.» Se aprende la plan mío que he elaborado con mi sabiduría racio-
vo, porque los intereses comunes tienen que in- mente que no era de la incumbencia de las leyes gran virtud de la obediencia a las personas supe- nal, y que, a no ser que actúe por mi cuenta, quizá
cluir el suyo propio». Igualmente Locke dice: liberar sino restringir: «Toda ley es una infracción riores. Si no puedes entender tus propios inter- en contra de los deseos permanentes de la gran
«Donde no hay ley no hay libertad», porque las le- de la libertad», incluso si tal «infracción» lleva a un eses como ser racional, no se puede esperar de mayoría de mis conciudadanos, no se logre nunca
yes racionales son direcciones que se dan para aumento del total de libertad. mí que te consulte o me atenga a tus deseos en el en absoluto. 0 bien, abandonando por completo el
los «intereses apropiados» de un hombre o «bien proceso de hacerte racional. En último término, concepto de razón, puedo concebirme a mí mismo
general»; añade que puesto que tales leyes son lo Si estos presupuestos fundamentales hubie- tengo que forzarte a que te protejas de las virue- como un inspirado artista que moldea a los hom-
que «nos preserva de los pantanos y precipicios, sen sido correctos, si el método de resolver los las, incluso aunque no quieras. Incluso Mill está bres con arreglo a determinadas estructuras a la
difícilmente merecen el nombre de confinamien- problemas sociales se pareciera a la manera co- dispuesto a decir que yo puedo, por la fuerza, im- luz de su visión única, de la misma manera que
tos», y dice que los deseos de librarse de tales le- mo están fundamentadas las soluciones a los pro- pedir a un hombre que cruce un puente, si no hay los pintores combinan colores o los compositores
yes son deseos «brutos» y formas irracionales de blemas de las ciencias de la naturaleza, y si la tiempo para avisarle de que éste está a punto de combinan sonidos; la unidad es la materia prima
«licencia». Montesquieu, olvidando sus momentos razón fuese lo que los racionalistas dijeron que caerse, ya que yo sé, o estoy justificado a supo- sobre la que yo impongo mi voluntad creadora; in-
liberales, dice que la libertad política no es dar ner, que él no puede querer caerse al agua. Fichte cluso aunque los hombres sufran y mueran en es-
permiso para hacer lo que queramos, ni incluso
19
A mí me parece que sobre esto Bentham dijo la última sabe lo que quieren ser o hacer los alemanes de te proceso, mediante él son elevados a una altura
para hacer lo que permita la ley, sino sólo «el po- palabra: «¿No es libertad la libertad de hacer el mal? Si su época que no están educados, mejor que lo a la que nunca hubieran podido ascender sin mi
no, ¿qué es? ¿No decimos que es necesario quitarles la li- pueden saber ellos mismos. El sabio te conoce violación coactiva —pero creadora de sus vidas.
der de hacer lo que deberíamos querer», lo cual bertad a los idiotas y a los malos porque abusan de ella?»
repite virtualmente Kant. Burke proclama el «dere- mejor de lo que te conoces a ti mismo, pues tú Este es el argumento que emplean todos los dic-
Compárese esto con la típica afirmación de un club jacobi-
cho» del individuo a restringirse en su propio in- eres la víctima de tus pasiones, un esclavo que vi- tadores, inquisidores y matones que pretenden al-
no de la misma época: «Ningún hombre es libre para
terés, porque «el supuesto consentimiento de toda hacer el mal. Impedírselo es hacerle libre». Los idealistas ve una vida heterónoma, un miope, incapaz de en- guna justificación moral, o incluso ascética, de su
criatura racional está al unísono con el predis- británicos repitieron esto, casi con las mismas palabras, a tender tus verdaderos fines. Quieres ser un ser conducta. Tengo que hacer por los hombres (o
finales del siglo siguiente. humano. El propósito del Estado es satisfacer tu con ellos) lo que ellos no pueden hacer por sí

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mismos, y no les puedo pedir su permiso o con- Nos hemos apartado, por supuesto, de nues- por la razón, no puede importar si por la suya o Si esto lleva al despotismo, aunque sea por el
sentimiento, porque no están en condiciones de tros comienzos liberales. Este argumento, em- por la mía, pues los pronunciamientos de la razón mejor de los más sabios —al templo de Sarastro
saber qué es lo mejor para ellos; en efecto, lo que pleado por Fichte en su última fase, y después de tienen que ser los mismos en todas las mentes. de la Flauta mágica—, pero a fin de cuentas, des-
ellos permitirán y aceptarán puede significar una él por otros defensores de la autoridad, desde los Yo doy mis órdenes, y si te resistes a ellas me en- potismo que resulta ser idéntico a la libertad, ¿no
vida de mediocridad despreciable, o incluso su maestros de escuela de la época victoriana y los cargo de reprimir el elemento irracional que hay puede ser que haya algo erróneo en las premisas
ruina y su suicidio. Permítaseme citar al verdadero administradores de las colonias hasta los últimos en ti, que se opone a la razón. Mi tarea sería más de este argumento, que los propios supuestos
creador de esta heroica doctrina, Fichte una vez dictadores nacionalistas o comunistas, es preci- fácil si tú lo reprimieras en ti mismo; intento edu- básicos sean defectuosos en alguna parte?
más: «Nadie tiene... derechos contra la razón». samente aquello contra lo cual más amargamente carte para que lo hagas; pero soy responsable del Permítaseme enunciarlos una vez más: primero,
«El hombre tiene miedo de subordinar su subjeti- protesta la moralidad kantiana y estoica en nom- bienestar público y no puedo esperar hasta que que todos los hombres tienen un fin verdadero, y
vidad a las leyes de la razón. Prefiere la tradición bre de la razón del individuo libre que sigue su todos los hombres sean completamente raciona- sólo uno: el de dirigirse a sí mismos racionalmen-
o la arbitrariedad.» Sin embargo, tiene que estar propia luz interior. De este modo, el argumento ra- les. Kant puede que proteste de esto diciendo que te; segundo, que los fines de todos los seres ra-
subordinado20. Fichte defiende los derechos de lo cionalista, con su supuesto de la única solución la esencia de la libertad del sujeto consiste en que cionales tienen que encajar por necesidad en una
que él llamó la razón; Napoleón, Cadyle o los au- verdadera, ha ido a parar (por pasos que, si no éste, y sólo éste, es el que se ha dado a sí mismo sola ley universal armónica, que algunos hombres
toritarios románticos pueden rendir culto a otros son válidos lógicamente, son inteligibles histórica la orden de obedecer. Pero esto es un consejo de pueden ser capaces de discernir más claramente
valores y ver en su establecimiento por la fuerza el y psicológicamente) desde una doctrina ética de la perfección. Si dejas de disciplinarte a ti mismo, yo que otros; tercero, que todos los conflictos y, por
único camino para la «verdadera» libertad. responsabilidad y autoperfección individual a un tengo que hacerlo por ti, y no puedes quejarte de tanto, todas las tragedias, se deben solamente al
estado autoritario, obediente a las directrices de falta de libertad, pues el hecho de que el juez ra- choque de la razón con lo irracional o lo insuficien-
Esta misma actitud fue expresada de manera una élite de guardianes platónicos. cional que proponía Kant te haya llevado a la temente racional —los elementos de la vida que
aguda por Auguste Comte cuando preguntaba: cárcel es prueba de que no has escuchado a tu son inmaduros o que no están desarrollados—,
«Si no permitimos la libertad de pensamiento en la ¿Qué puede haber llevado a tan extraña in- propia razón interior y de que, al igual que un niño, sean éstos individuales o comunales, y que tales
Química o en la Biología, ¿por qué habríamos de versión: a la transformación del severo individua- un salvaje o un idiota, no estás maduro para diri- choques son, en principio, evitables, e imposibles
hacerlo en la Moral o en la Política?» En efecto, lismo de Kant en algo cercano a una pura doctrina girte a ti mismo, o de que eres permanentemente para los seres totalmente racionales, y finalmente,
¿por qué? Si tiene sentido hablar de verdades totalitaria, defendida por pensadores, algunos de incapaz de ello21. que cuando se haya hecho a todos los hombres
políticas, todos los hombres, puesto que son los cuales pretendían ser sus discípulos? Esta racionales, éstos obedecerán las leyes racionales
hombres, tienen que estar de acuerdo en que lo cuestión no es sólo de interés histórico, ya que no de su propia naturaleza, que es una sola y la
21
son tales las afirmaciones que se hagan sobre los pocos liberales contemporáneos han pasado por Kant casi llegó a afirmar el ideal «negativo» de libertad
cuando declaró (en uno de sus tratados políticos) que «el mayor misma en todos ellos, y serán así sujetos de la ley
fines de la sociedad, una vez que son descubier- esta misma peculiar evolución. Es verdad que por completo, y al mismo tiempo, totalmente libres.
tos, y si, como Comte creía' el método científico Kant, siguiendo a Rousseau, insistió en que la ca- problema de la raza humana, a cuya solución está obligada por
naturaleza, es el establecimiento de una sociedad civil que admi- ¿No será que Sócrates, y los creadores de lo fun-
los revelará a su debido tiempo, entonces ¿qué pacidad para dirigirse a sí mismos pertenecía a nistre universalmente bien, con arreglo a la ley. Solamente en damental de la tradición occidental en Ética y Polí-
sentido tiene en estos asuntos la libertad de opi- todos los hombres, que no podía haber expertos una sociedad que tenga la máxima libertad... —junto con... la de- tica que le siguieron, hayan estado equivocados
nión o de acción, al menos como fin en sí mismo, en cuestiones morales, ya que la moralidad no era terminación más exacta y la garantía de los límites de [la] liber- durante más de dos milenios, y que la virtud no
y no sólo como clima intelectual estimulante para cuestión de ningún conocimiento especializado tad [de cada individuo] para que pueda coexistir con la libertad sea conocimiento, ni la libertad idéntica a la una ni
individuos o para grupos? ¿Por qué debe ser tole- (como habían sostenido los utilitaristas y philo- de los demás— es donde puede conseguirse la suprema finalidad
al otro? ¿No será que, a pesar del hecho de que
rada una conducta que no está autorizada por los sophes), sino del uso correcto de una facultad de la naturaleza en el caso de la humanidad, que es el desarrollo
actualmente dirijan las vidas de más hombres que
expertos adecuados? Comte expresó de manera humana universal, y que, por tanto, lo que hacía de todas sus capacidades». Aparte de las implicaciones teleológi-
cas que lleva consigo, esta formulación no parece diferir mucho en cualquier otro momento de su larga historia, no
directa lo que había estado implícito en la teoría libres a los hombres no era obrar de cierta manera sea demostrable, ni, quizá siquiera verdadero,
del liberalismo ortodoxo a primera vista. Sin embargo, el punto
política racionalista desde sus antiguos orígenes que les mejorase, a lo cual podían estar coaccio- ninguno de los supuestos básicos de esta famosa
fundamental es cómo determinar el criterio para «la determina-
griegos. En principio, sólo puede haber una única nados, sino saber por qué debían obrar así, lo ción exacta y la garantía de los límites» de la libertad individual. doctrina?
manera correcta de vivir; los sabios la llevan es- cual nadie podía hacer por nadie ni en nombre de La mayoría de los liberales modernos, en su postura más conse-
pontáneamente; por eso se les llama sabios. Los nadie. Pero incluso Kant, cuando llegó a tratar de cuente, quieren una situación en la que el mayor número posible
que no lo son tienen que ser empujados hacia ella temas políticos, concedió que ninguna ley (supo- de individuos pueda llevar a cabo el mayor número posible de
por todos los medios sociales que están en poder niendo que ésta fuese una ley tal que yo aprobase sus fines, sin fijar el valor que tengan éstos como tales fines, ex-
de los que son sabios; pues, ¿por qué ha de so- como ser racional, si me lo consultaran) podía pri- cepto en cuanto que frustren los propósitos de otros individuos.
portarse que sobreviva y crezca el error que pue- varme de ninguna parte de mi libertad racional. Quieren que la delimitación de fronteras entre los individuos o
de ser demostrado como tal? A los inmaduros y Con esto quedaba la puerta abierta de par en par entre los grupos humanos se establezca solamente con vistas a
impedir que haya conflictos entre los propósitos que tengan los
faltos de tutela hay que hacerles decirse a sí mis- para el papel de los expertos. Yo no puedo con- hombres, todos los cuales tienen que ser considerados en sí mis-
mos: «Sólo la verdad libera, y la única manera de sultar en todo momento a todos los hombres so- mos fines igualmente últimos y no criticables. Kant y los raciona-
que yo pueda aprender la verdad es haciendo hoy bre todas las leyes. El Gobierno no puede ser un listas de su estilo no consideran que todos los fines tengan igual
ciegamente lo que tú, que la conoces, me mandes continuo plebiscito. Más aún, algunos hombres no valor. Para ellos, los límites de la libertad se determinan aplican-
ésta impone a los hombres se identifica con la libertad individual,
hacer o me coacciones a que haga, con la certeza tienen el oído tan fino como otros para la voz de do las normas de la «razón»1 la cual es mucho más que la mera
sobre la base de que los fines racionales son los únicos que pue-
de que solamente así llegaré a tu clara visión y su propia razón; algunos parecen especialmente generalidad de normas en cuanto tales, por cuanto que es una fa-
den ser objetos «verdaderos» de la «auténtica» naturaleza «libre»
seré libre como tú». sordos. Si soy legislador o gobernante, tengo que cultad que crea o revela una finalidad que es idéntica en todos los
del hombre.
suponer que si la ley que impongo es racional (y hombres y para todos ellos. En nombre de la razón se puede con-
denar todo lo que no sea racional, de modo que, por lo menos en Tengo que confesar que nunca he entendido qué significa la
20
sólo puedo consultar a mi propia razón), será au-
«Obligar a los hombres a que adopten la forma de go- teoría, para dar cabida a las exigencias de la razón pueden supri- palabra «razón» en este contexto; solamente quiero señalar aquí
tomáticamente aprobada por todos los miembros mirse despiadadamente los diversos fines personales que la ima- que los presupuestos a priori de esta psicología filosófica no son
bierno que es buena e imponerles el derecho por la fuerza,
no sólo es el derecho, sino también el sagrado deber de de mi sociedad en tanto que son seres racionales; ginación e idiosincrasia individual de los hombres conduce a per- compatibles con la actitud empírica: es decir, con cualquier doc-
todo hombre que tenga tanto la inteligencia cuanto el po- ya que si no la aprueban, tienen que ser pro tanto seguir; por ejemplo, los fines estéticos y otros tipo no nacionales trina que se base en el conocimiento que se deriva de la expe-
der de hacerlo.» irracionales, entonces necesitarán ser reprimidos de autorrealización. La autoridad de la razón y de los deberes que riencia de lo que son los hombres y de lo que quieren.

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VI un sabio sin pasiones. Puede que lo que quiera cientes de las necesidades y fines que tienen co- que piden su reconocimiento, y en nuestros días,
evitar es simplemente que me ignoren, que sean mo miembros de tales grupos. Por regla general, en el que lanzan las clases sociales, las profesio-
La búsqueda del status paternalistas conmigo, que me desprecien, o que lo que piden las clases o las nacionalidades opri- nes, las naciones y las razas. Aunque quizá no me
me consideren muy poca cosa; en pocas pala- midas no es simplemente libertad de acción no den libertad «negativa» los que pertenecen a mi
bras, que no me traten como individuo, que tenga coartada para sus miembros, ni, sobre todo, igual- propia sociedad, ellos son, sin embargo, miem-
Aún hay otro enfoque, históricamente impor- mi singularidad insuficientemente reconocida y dad de oportunidades sociales o económicas, ni bros de mi propio grupo, me entienden, como yo
tante, de este tema; el cual, confundiendo la liber- que sea clasificado como miembro de una amal- menos aún el que se les asigne un lugar en un es- les entiendo a ellos, y este entendimiento crea en
tad con sus hermanas la igualdad y la fraternidad, gama sin caracteres, como una unidad estadística tado orgánico y carente de fricciones, ideado por mí la sensación de ser alguien en el mundo. Este
lleva a conclusiones que tampoco son liberales. sin cualidades identificables, especialmente un legislador racional. Lo que quieren, por regla deseo de reconocimiento recíproco es el que lleva
Desde que se sacó a relucir esta cuestión a fina- humanas y sin propósitos propios. Esta es la de- general, es simplemente que se les reconozca (su a que, los que están bajo las más autoritarias de-
les del siglo XVIII se ha estado haciendo persis- gradación contra la que lucho; no lucho por la clase, nación, color, raza) como fuente indepen- mocracias, a veces las prefieran conscientemente
tentemente, y cada vez con mayores consecuen- igualdad de derechos que otorga la ley, ni por la diente de actividad humana, como entidad con vo- a las más ilustradas oligarquías; y algunas veces
cias, la pregunta de qué quiere decir «un indivi- libertad de hacer lo que desee (aunque puede que luntad propia que intenta obrar de acuerdo con es la causa de que alguien que pertenece a algún
duo». En tanto yo vivo en sociedad, todo lo que también quiera estas cosas), sino por una condi- ella (sea o buena o legítima), y no ser goberna- estado asiático o africano recientemente liberado
hago inevitablemente afecta a lo que hacen otros, ción en la que pueda sentirme que soy, porque se dos, educados o guiados, como si no fueran com- se queja menos hoy día que es tratado con rudeza
y es, a su vez, afectado por esto. Incluso los ar- me considera que lo soy, un agente responsable, pletamente humanos y, por tanto, totalmente li- por miembros de su propia raza o nación que
duos esfuerzos que hizo Mill para señalar la dis- cuya voluntad se toma en consideración porque bres. Esto da un sentido mucho más amplio que el cuando era gobernado por algún administrador de
tinción que hay entre la esfera de la vida privada y tengo derecho a ello, incluso si se me ataca y se de un puro racionalismo a la idea kantiana de que fuera, cauteloso, justo, suave y bienintencionado.
la de la vida social se desvanecen cuando se la me persigue por ser lo que soy o por decidir lo que «el paternalismo es el mayor despotismo imagina- A no ser que se comprenda este fenómeno, se
examina de cerca. Virtualmente, todos los críticos decido. Esto es desear status y reconocimiento. ble». El paternalismo es despótico, no porque sea convierten en una ininteligible paradoja los ideales
de Mill han señalado que todo lo que yo haga «El más pobre de Inglaterra tiene una vida que vi- más opresivo que la tiranía brutal, descarada e in- y la conducta de pueblos enteros que, en el senti-
puede tener resultados que perjudiquen a otros vir tanto como el más grande.» Quiero que me en- culta, ni sólo porque ignore la razón trascendental do que daba Mill a esta palabra, sufren la priva-
seres humanos. Más aún, yo soy un ser social en tiendan y me reconozcan, aunque esto signifique que está encarnada en mi cuerpo, sino porque es ción de los derechos humanos elementales y, con
un sentido más probando que el que significa la que no me quieran y que no le guste a la gente. un insulto a la concepción que tengo de mí mismo toda apariencia de sinceridad, dicen que gozan de
interacción con los demás. Pues, ¿en cierta medi- Las únicas personas que pueden reconocerme en como ser humano, determinado a realizar mi pro- más libertad que cuando tenían estos derechos en
da, no soy yo lo que soy en virtud de lo que los este sentido y, por tanto, darme la sensación de pia vida de acuerdo con mis propios fines (no ne- más amplia medida.
demás piensan y creen que soy? Cuando me pre- ser alguien, son los miembros de la sociedad a la cesariamente racionales o benéficos) y, sobre to-
que siento que pertenezco histórica, moral, do, con derecho a ser reconocido como tal por los Sin embargo, no es con la libertad individual,
gunto qué soy y respondo que un inglés, un chino,
económica y, quizá étnicamente22. Mi yo individual demás. Pues si no soy reconocido como tal, pue- tanto en el sentido «negativo» de esta palabra
un comerciante, un hombre de importancia, un mi-
no es algo que se pueda desligar de mi relación de que deje de reconocer mi propia pretensión de como en el «positivo», con la que puede identifi-
llonario o un convicto, si analizo la respuesta veo
con los demás, o de aquellos atributos míos que ser un ser humano completamente independiente, carse fácilmente este deseo de status y reconoci-
que poseer estos atributos lleva consigo ser reco-
consisten en la actitud que tienen los otros hacia o que dude de ella; ya que lo que yo soy está de- miento. Es con algo que los seres humanos nece-
nocido por otras personas de mi sociedad como
mí. Por tanto, cuando pido que se me libere, por terminado en gran parte por lo que creo y pienso, sitan no menos profundamente y por lo que luchan
perteneciente a un determinado grupo o clase, y
ejemplo, del status de dependencia social o políti- y esto a su vez está determinado, por las creen- de manera apasionada, algo emparentado con la
que este reconocimiento es parte del significado
ca, lo que pido es un cambio de actitud respecto a cias e ideas que prevalecen en la sociedad a la libertad, pero no la libertad misma; aunque lleva
de la mayoría de los términos que denotan algu-
mí por parte de aquellos cuyas opiniones y con- que pertenezco; de la que, en el sentido que decía consigo la libertad negativa de todo el grupo, está
nas de mis características más personales y per-
ducta contribuyen a determinar mi propia imagen Burke, yo no constituyo un átomo que se pueda relacionado más estrechamente con la solidari-
manentes. Yo no soy una razón despersonifi-
de mí mismo. Y lo que es verdad para el individuo aislar, sino un ingrediente de una estructura social dad, la fraternidad, el mutuo entendimiento, la ne-
cacada. Tampoco soy Robinson Crusoe, solo en
lo es para los grupos sociales, políticos, económi- (para usar una metáfora peligrosa, pero indispen- cesidad de asociación en igualdad de condiciones,
su isla. No se trata solamente de que mi vida ma-
cos o religiosos, es decir, para los hombres cons- sable). Puede que no me sienta libre en el sentido todo lo que se llama a veces —pero de manera
terial dependa de la interacción con otros hom-
de no ser reconocido como un ser humano indivi- engañosa— libertad social. Los términos sociales
bres, ni de que sea lo que soy como resultado de
22
dual que se gobierna a sí mismo; pero puede que y políticos son necesariamente vagos. El intento
las fuerzas sociales, sino de que algunas de mis Esto tiene una evidente afinidad con la doctrina kantiana
de la libertad humana; pero es una versión empírica y so- tampoco me sienta libre en cuanto que sea miem- de hacer demasiado preciso el vocabulario político
ideas sobre mí mismo, quizá todas, y en particular
cializada de ella y, por tanto, es casi su contraria. El hom- bro de un grupo no reconocido o no respetado su- puede hacerlo inútil. Pero no es ningún tributo a la
la concepción que tengo de mi propia identidad
bre libre de que habla Kant no necesita para su libertad in- ficientemente; entonces es cuando quiero la verdad debilitar el uso de las palabras más de lo
moral y social, son sólo inteligibles en los términos terna que se la reconozca públicamente. Si se le trata co-
emancipación de toda mi clase, comunidad, na- necesario. La esencia de la idea de libertad, tanto
de la red social a la que pertenezco (la metáfora mo medio para un fin externo, esto constituye un acto malo
ción, raza o profesión. Y puedo desearla tanto en su sentido «positivo» como «negativo», es el
no debe llevarse demasiado lejos). La falta de li- por parte de los que le explotan, Pero su status «nouméni-
que, en mi gran anhelo de status, quizá prefiera frenar algo o a alguien, a otros que se meten en
bertad de la que muchos hombres y grupos se co» permanece intacto y sigue siendo completamente libre
y completamente hombre, se le trate como se le trate. La ser atropellado y mal gobernado por alguien que mi terreno o afirman su autoridad sobre mí, frenar
quejan, la mayoría de las veces no es más que
necesidad de que aquí se habla está totalmente ligada a la pertenezca a mi propia raza o a mi propia clase obsesiones, miedos, neurosis o fuerzas irraciona-
falta de reconocimiento adecuado. Puede que no
relación que yo tenga con los demás; yo no soy nada si no social, por el que, sin embargo, soy reconocido les: intrusos y déspotas de un tipo u otro. El deseo
busque lo que Mill quisiera que buscase; a saber,
me reconocen. No puedo ignorar con desdén byroniano la
como hombre y como rivales decir, como un igual, de ser reconocido es un deseo de algo diferente:
seguridad contra la coacción, contra el arresto ar- actitud de los demás, totalmente consciente de mi propia
a ser tratado bien y de manera tolerante por al- de unión, de entendimiento más íntimo, de inte-
bitrario, contra la tiranía, contra la privación de vocación y valor intrínseco, y huir a mi vida interior; pues
guien de algún grupo más elevado y remoto, que gración de intereses, una vida de dependencia y
ciertas oportunidades de acción, o un espacio en yo soy para mí mismo tal como me ven los demás. Yo me
no me reconoce lo que yo quiero sentir que soy. sacrificio comunes. Y es sólo el confundir el deseo
el que no sea responsable de ninguno de mis mo- identifico con el punto de vista de mi medio ambiente; me
siento alguien, o no me siento nadie, según la posición y Esto es lo que hay de fundamental en el gran rito de libertad con este profundo y universal anhelo
vimientos. Igualmente, puede que no quiera un
función que tenga en el conjunto de la sociedad; esta es la que lanzan tanto los individuos como los grupos de status y comprensión (confundido aún más
plan racional de vida social o la autoperfección de
condición más «heterónoma» que se pueda imaginar. cuando se identifica con la idea de autodirección

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Isaiah Berlin - Dos conceptos de libertad

social, en la que el yo que ha de ser liberado ya pensar que lleva consigo una estructura autoritaria notación del sentido «positivo» de la palabra liber- que parecen ser incompatibles por completo, o en
no es el individuo, sino el «todo social») lo que o totalitaria. Sin duda alguna, tales entregas de la tad (que es difícil de especificar con más preci- parte, con el logro del máximo de libertad indivi-
hace posible que los hombres digan que en cierto libertad individual pueden ocurrir, y, por supuesto, sión); en todo caso, puedo definirlo como un ideal dual, y que desde luego no necesitan ésta como
sentido esto les libera, aunque se sometan a la han ocurrido frecuentemente. Pero es entender que hoy día es más prominente que cualquier otro condición previa a su propia realización. No ha si-
autoridad de oligarcas o de dictadores. profundamente mal el temperamento de nuestro en el mundo, pero al que no parece convenir con do la exigencia de Lebensraum (espacio vital) pa-
tiempo suponer que esto es lo que hace que sean precisión ningún término de los que existen. Los ra cada individuo lo que ha estimulado las relacio-
Mucho se ha escrito sobre la falacia de consi- atractivos el nacionalismo o el marxismo para na- que compran al precio de su libertad «negativa», nes y las guerras de liberación por las que los
derar a los grupos sociales como personas o yos ciones que han sido gobernadas por dirigentes ex- que es la que Mill defendía, pretenden, desde lue- hombres estuvieron dispuestos a morir en el pa-
—en el sentido literal de la palabra, el control y tranjeros, o para clases sociales, cuyas vidas fue- go, que se «liberan» por estos medios, en este sado, o, desde luego, lo están en el presente. Los
disciplina de cuyos miembros no es más que au- ron dirigidas por otras clases en un régimen feudal sentido confuso que tiene esta palabra, pero que hombres que han luchado por la libertad han lu-
todisciplina y autocontrol voluntario que deja libre o en algún otro régimen organizado jerárquica- es vivido con pasión. De este modo la expresión chado generalmente por el derecho a ser gober-
al agente individual. Pero incluso en la concepción mente. Lo que quieren estas naciones y clases es «estar al servicio de Dios es la perfecta libertad» nados por ellos mismos o por sus representantes;
«orgánica» de la sociedad, ¿sería natural o de- más afín a lo que Mill llamó «la autoafirmación pa- puede ser secularizada, y el Estado, la nación, la gobernados severamente, si era necesario, como
seable llamar a la exigencia de reconocimiento y gana», pero de una forma colectiva y socializada. raza, una asamblea, un dictador, mi familia, mi los espartanos, con poca libertad individual, pero
de status exigencia de libertad en un tercer senti- En efecto, mucho de lo que él dice sobre sus pro- medio ambiente, o yo mismo, podemos sustituir a de una manera que les permitiese participar, o en
do? Es verdad que el grupo por el que el individuo pias razones para desear la libertad —el valor que la Divinidad, sin que por ello deje de tener sentido todo caso, creer que participaban, en la legislación
pide ser reconocido tiene que tener un grado sufi- atribuye a la audacia y al no conformismo, a la por completo la palabra «libertad»23. y administración de sus vidas colectivas. Y los
ciente de libertad «negativa» —estar libre del con- afirmación de los propios valores del individuo hombres que han hecho las revoluciones han en-
trol de cualquier autoridad exterior—, ya que, si frente a la opinión que prevalece, y a las fuertes Es indudable que toda interpretación de la pa- tendido por libertad algo que no era más que la
no, el reconocimiento por parte del grupo no dará personalidades que dependen de sí mismas y labra libertad, por rara que sea, tiene que incluir conquista del poder por parte de alguna determi-
al que lo pretende el status que éste pide. Pero, están libres de las directrices de los legisladores un mínimo de lo que yo he llamado libertad «nega- nada secta de creyentes en alguna doctrina, o de
¿puede llamarse lucha por la libertad a la lucha oficiales y de los instructores de la sociedad— tie- tiva». Tiene que haber un ámbito en el que no sea una clase, o de algún otro grupo social, antiguo o
por un status más elevado y el deseo de salir de ne bastante poco que ver con su concepción de la frustrado. Ninguna sociedad suprime literalmente moderno. Sus victorias frustraron desde luego a
una posición inferior? ¿Es mera pedantería limitar libertad como no-interferencia, y mucho que ver todas las libertades de sus miembros; un ser al los que eliminaron, y a veces reprimieron, esclavi-
el sentido de la palabra libertad a los principales con el deseo que tienen los hombres de que no que los demás no le dejan hacer absolutamente zaron o exterminaron a un gran número de seres
sentidos que se han estudiado anteriormente, 0, pongan su personalidad a un nivel demasiado ba- nada por su cuenta, no es un agente moral en ab- humanos. Sin embargo, tales revolucionarios ge-
como sospecho, estamos en peligro de llamar jo y de que no se les suponga capaces de una soluto, y no se le puede considerar moral ni le- neralmente han considerado que era necesario
aumento de libertad a cualquier mejora de la si- conducta autónoma, original y «auténtica», aun- galmente un ser humano, aunque un fisiólogo, o defender que, a pesar de esto, ellos representa-
tuación social que quiere un ser humano, lo cual que tal conducta haya de enfrentarse con el opro- un biólogo, o incluso un psicólogo se inclinase a ban al partido de la libertad, de la «verdadera» li-
hace a este término tan vago y extenso que le bio, con las restricciones que imponga la socie- clasificarle como hombre. Pero los padres del libe- bertad, proclamando universalmente su ideal y
convierte virtualmente en un término inútil? Y sin dad, o con una legislación que les inhiba. Este de- ralismo, Mill y Constant, quieren más que este alegando que también lo querían los «verdaderos
embargo, no podemos simplemente dar de lado a seo de afirmar la «personalidad» de mi clase, de mínimo; piden un grado máximo de no interferen- yos» de aquellos mismos que se les oponían,
esta cuestión como si fuera una mera confusión mi grupo, o de mi nación, tiene relación tanto con cia, compatible con el mínimo de exigencias de vi- aunque considerando que estos últimos habían
de la idea de libertad con la idea de status solida- la contestación que responde a la pregunta sobre da social. No parece probable que esta extrema perdido el camino que les conducía a este fin, o
ridad, fraternidad, igualdad o alguna combinación cuál ha de ser el ámbito de la autoridad (pues el exigencia de libertad haya sido nunca hecha más que se habían equivocado en el fin mismo a causa
de éstas. Pues el anhelo de status está muy cer- grupo no debe ser mediatizado por dirigentes de que por una pequeña minoría de seres humanos, de alguna ceguera moral o espiritual. Todo esto
ca, en ciertos aspectos, del deseo de ser alguien fuera) cuanto —e incluso más estrechamente— muy civilizados y conscientes de sí mismos. La tiene muy poco que ver con la idea que tiene Mill
que obra independientemente. con la que responde a la de quién ha de gober- mayoría de la humanidad ha estado casi siempre de la libertad, solamente limitada por el peligro de
narnos; gobernarnos bien o mal, con liberalidad o dispuesta a sacrificar esto a otros fines: la seguri- hacer daño a los demás. No haber reconocido es-
Podemos negarle a esta meta el título de li- dad, el status, la prosperidad, el poder, la virtud,
bertad, pero esto sería una idea superficial que con opresión, pero, sobre todo, «¿quién?» Res- te hecho psicológico y político (que está oculto
puestas tales como «representantes elegidos por las recompensas en el otro mundo, o la justicia, la tras la aparente ambigüedad del término «liber-
supondría que las analogías entre los individuos y igualdad, la fraternidad y muchos otros valores
los grupos, las metáforas orgánicas, o los diversos mí y por otros, elegidos sin ninguna traba», «todos tad») es lo que quizá ha cegado a algunos libera-
sentidos de la palabra libertad, son meras falacias, nosotros reunidos en asambleas regulares», «los 23
les contemporáneos respecto al mundo en que vi-
que se deben, 0 bien a una confusión semántica, mejores», «los más sabios», «la nación en cuanto Hay que distinguir esta manera de pensar de la actitud ven. Lo que éstos piden es claro y su causa es
que está encarnada en estas o en aquellas perso- tradicional que tienen algunos de los discípulos de Burke o justa. Pero no tienen en cuenta la variedad de las
o bien a que se dice que son iguales unas entida- de Hegel, que dicen que, puesto que yo soy lo que me han
des en aspectos en que no lo son. Lo que quieren nas o instituciones», o «el líder divino», son res- hecho la sociedad y la historia, es imposible huir de éstas
necesidades humanas básicas, ni el ingenio con
aquellos que están dispuestos a cambiar su propia puestas que son independientes lógicamente, y a y es irracional intentarlo. Sin duda alguna, yo no puedo sa- que los hombres pueden probar, para su propia
libertad de acción individual, y la de otros, por el veces también política y socialmente, del grado de lirme de mi piel ni inspirar fuera de mi propio elemento; es satisfacción, que el camino que conduce a un ide-
status de su grupo y su propio status dentro de libertad «negativa» que yo pida para mis propias una mera tautología decir que yo soy lo que soy y que no al también conduce a su contrario.
ese grupo, no es simplemente una entrega de su actividades o para las de mi grupo. En el caso de puedo querer liberarme de mis características esenciales,
que la respuesta a la pregunta sobre quién me va algunas de las cuales son sociales. Pero de aquí no se si-
libertad en aras de la seguridad y de un puesto gue que todos mis atributos sean intrínsecos e inalienables
asegurado en una jerarquía armónica en la que a gobernar sea alguien o algo que yo pueda re-
y que no pueda querer cambiar mi status dentro de la
todos los hombres y todas las clases saben el presentar como «mío», como algo que me perte- «trama social» o de la «estructura cósmica» que determi-
puesto que les corresponde; tales personas están nece, o alguien a quien pertenezco, puedo definir nan mi naturaleza; si así fuera, no se podría dar ningún
dispuestas a cambiar el penoso privilegio de deci- a este algo o alguien como una forma híbrida de significado a palabras tales como «elección», «decisión» o
dir _«el peso de la libertad»— por la paz, la co- libertad, usando palabras que llevan la idea de fra- «actividad». Si éstas han de significar algo, no se pueden
modidad y la relativa innecesariedad de tener que ternidad y solidaridad, así como, en parte, la con- excluir protegerme de la autoridad, o incluso para huir de
mi «situación y de los deberes que ésta lleva consigo».

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Isaiah Berlin - Dos conceptos de libertad

VII tal que tienen los que quieren libertad individual Durante todo el siglo XIX los pensadores libe- cipios que guardan relación entre sí: primero, que
«negativa» no es el de quién ejerce la autoridad, rales sostuvieron que si la libertad implicaba un solamente los derechos, y no el poder, pueden ser
Libertad y soberanía sino el de cuánta autoridad debe ponerse en unas límite en los poderes de cualquier hombre para considerados como absolutos, de manera que to-
manos. Pues él creía que una autoridad en manos forzarme a hacer lo que no quería o quisiera dos los hombres, cualquiera que sea el poder que
de cualquiera, tarde o temprano tenía que destruir hacer, si yo era coaccionado, cualquiera que fue- les gobierne, tienen el derecho absoluto de negar-
La Revolución francesa, como todas las gran- a alguien. Sostenía que generalmente los hom- se el ideal en nombre del cual se hiciese, yo no se a comportarse de una manera que no es hu-
des revoluciones, fue, por lo menos en su forma bres protestaban contra cualquier grupo determi- era libre, y que la doctrina de la soberanía absolu- mana y segundo, que hay fronteras, trazadas no
jacobina, precisamente una tal erupción del deseo nado de gobernantes porque los consideraban ta era tiránica en sí misma. Si quiero preservar mi artificialmente, dentro de las cuales los hombres
de libertad «positiva» de autodirección colectiva opresivos, cuando la verdadera causa de la opre- libertad, no es bastante decir que no debe ser vio- deben ser inviolables, siendo definidas estas fron-
por parte de un gran número de franceses que se sión está en el mero hecho de la acumulación lada a no ser que su violación sea autorizada por teras en función de normas aceptadas por tantos
sentían liberados como nación, aunque, para mu- misma de poder, esté donde esté, ya que la liber- alguien: por el gobernante absoluto, la asamblea hombres y por tanto tiempo que su observancia ha
chos de ellos, el resultado fue una fuerte restric- tad se pone en peligro por la mera existencia de la popular, el rey en el parlamento, los jueces, una entrado a formar parte de la concepción misma de
ción de las libertades individuales. Rousseau hab- autoridad absoluta como tal. «No es el brazo el combinación de autoridades, o las leyes mismas lo que es un ser humano normal y, por tanto, de lo
ía dicho con regocijo que las leyes de la libertad que es injusto —escribió—, sino el arma la que es —pues las leyes pueden ser opresivas—. Tengo que es obrar de manera inhumana o insensata;
pueden resultar más austeras que el yugo de la ti- demasiado pesada; algunos pesos son demasiado que establecer una sociedad en la que tiene que normas de las que sería absurdo decir, por ejem-
ranía. La tiranía es servir a amos humanos. La ley pesados para la mano humana.» haber unas fronteras de libertad que nadie esté plo, que podrían ser derogadas por algún proce-
no puede ser un tirano. Rousseau no entiende por autorizado a cruzar. Se pueden dar nombres o na- dimiento formal por parte de algún tribunal o de
La democracia puede desarmar a una deter- turalezas a las normas que determinen estas fron- alguna entidad soberana. Cuando digo de un
libertad la libertad «negativa» del individuo para minada oligarquía o a un determinado individuo o
que no se metan con él dentro de un determinado teras; pueden llamarse derechos naturales, la Pa- hombre que es normal, parte de lo que quiero de-
grupo de individuos, pero también puede oprimir a labra divina, la Ley natural, las exigencias que lle- cir es que no puede violar fácilmente estas nor-
ámbito, sino el que todos los miembros idóneos de las personas de manera tan implacable como las
una sociedad, y no solamente unos cuan tos, ten- va consigo la utilidad, o las que llevan consigo mas sin una desagradable sensación de revulsión.
oprimían los gobernantes anteriores. En un trabajo «los intereses permanentes del hombre»; puedo Tales normas son las que se violan cuando a un
gan participación en el poder público, el cual tiene en que compara la libertad de los modernos con la
derecho a interferirse en todos los aspectos de to- creer que son válidas a priori, o afirmar que son mi hombre se le declara culpable sin juicio o se le
de los antiguos dice que el tener igual derecho a propio fin último, o el fin de mi sociedad o de mi castiga con arreglo a una ley retroactiva; cuando
das las vidas de los ciudadanos. Los liberales de oprimir, o a interferirse en los demás, no es equi-
la primera mitad del siglo XIX previeron correcta- cultura. Lo que estas normas o mandamientos se les ordena a los niños denunciar a sus padres,
valente a la libertad. Tampoco el consentimiento tendrán en común es que son aceptados por tanta a los amigos, traicionarse uno al otro, o a los sol-
mente que la libertad entendida en este sentido universal a la pérdida de la libertad preserva ésta
«positivo» podía destruir fácilmente demasiadas gente y están fundados tan profundamente en la dados, utilizar métodos bárbaros; cuando los
de manera un tanto milagrosa porque aquél sea naturaleza real de los hombres tal y como se han hombres son torturados o asesinados, o cuando
libertades «negativas», que ellos consideraban universal o sea consentimiento. Si consiento que
sagradas. Señalaron que la soberanía del pueblo desarrollado a través de la historia que, por ahora, se hace una matanza con las minorías porque irri-
me opriman, o acepto mi condición con una acti- son parte esencial de lo que entendemos por un tan a una mayoría o a un tirano. Tales actos, aun-
podía destruir fácilmente la de los individuos. Mill tud distante o irónica, ¿estoy por ello menos opri-
explicó paciente e incontestablemente que, bajo ser humano normal. La creencia auténtica en la que sean legalizados por el soberano, causan
mido? Si me Yendo como esclavo, ¿soy por eso inviolabilidad de un mínimo de libertad individual horror incluso en estos días, y esto proviene del
su punto de vista, el gobierno del pueblo no impli- menos esclavo? Si me suicido, ¿estoy menos
caba necesariamente la libertad. Pues los que go- implica una postura absoluta de este tipo. Está reconocimiento de la validez moral —
muerto porque me haya quitado la vida libremen- claro que la libertad tiene poco que esperar del prescindiendo de las leyes— de unas barreras ab-
biernan no son necesariamente el mismo «pue- te? «El gobierno popular es una tiranía espasmó-
blo» que los que son gobernados, y el autogobier- gobierno de las mayorías; la democracia como tal solutas a la imposición de la voluntad de un hom-
dica, la monarquía, un despotismo más eficaz- no está, lógicamente, comprometida con ella, e bre o de otro24. La libertad de una sociedad, de
no democrático no es gobernarse «cada uno a sí mente centralizado.» Constant vio en Rousseau al
mismo», sino, en el mejor de los casos, que «a históricamente a veces ha dejado de protegerla, una clase social o de un grupo, en este sentido de
más peligroso enemigo de la libertad individual permaneciendo fiel a sus propios principios. Se ha la palabra libertad, se mide por la fuerza que ten-
cada uno le gobierne el resto». Mill y sus discípu- porque éste había dicho que «al darme a todos,
los habla ron de la tiranía de la mayoría y de «las observado que pocos gobiernos han encontrado gan estas barreras y por el número e importancia
no me doy a ninguno». Constant no podía com- mucha dificultad en hacer que sus súbditos quisie- de las posibilidades que ofrezcan a sus miembros;
ideas y opiniones que prevalecen», no viendo prender por qué, aunque el soberano sea «todo el
gran diferencia entre este tipo de tiranía y otro ran lo que quería el gobierno. «El triunfo del des- si no a todos, por lo menos a un gran número de
mundo», no debía oprimir a ninguno de los potismo es forzar a los esclavos a declararse li- ellos25.
cualquiera que invada las actividades humanas «miembros» de su yo invisible, si así lo decidía.
más allá de las fronteras sagradas de la vida pri- bres.» Puede que no sea necesaria la fuerza,
Por supuesto, yo puedo preferir ser privado de mis puede que los esclavos proclamen su libertad sin- Esto es casi el polo opuesto de los propósitos
vada. libertades por una asamblea, por una familia, o que tienen los que creen en la libertad en su sen-
ceramente; pero por eso no son menos esclavos.
Nadie vio mejor —o lo expresó con más clari- por una clase social, en las que soy minoría. Pue- Quizá para los liberales el valor principal de los tido «positivo»: el sentido que lleva la idea de au-
dad— el conflicto que hay entre estos dos tipos de de que ello me dé algún día la oportunidad de derechos políticos —«positivos»—, de participar todirección' Los primeros quieren disminuir la au-
libertad que Benjamin Constant. Él señaló que la convencer a los demás para que hagan por mí en el gobierno, es el de ser medios para proteger toridad como tal. Los segundos quieren ponerla en
transferencia de libertad de unas manos a otras, aquello a lo cual yo creo que tengo derecho. Pero lo que ellos consideraron que era un valor último:
mediante el aumento de la autoridad ilimitada, co- estar privado de mi libertad en manos de mi fami- la libertad individual «negativa».
24
Pero véase Introducción, pp. 10- 11 (anterior ed.).
múnmente llamada soberanía, no aumenta la li- lia, amigos o conciudadanos, es estar privado de 25
En Gran Bretaña, por supuesto, este poder legal está in-
bertad, sino simplemente desplaza el peso de la ella de una manera igualmente efectiva. En todo Pero si las democracias, sin dejar de serlo, vestido constitucionalmente en el soberano absoluto, que
caso Hobbes fue más ingenuo: no pretendía que pueden suprimir la libertad, al menos en el sentido es el Rey en el Parlamento. Lo que hace que este país sea
esclavitud. Con mucha razón preguntaba por qué
el soberano no esclavizase, justificó su esclavitud; en el que los liberales usaron esta palabra, ¿qué comparativamente libre es, por tanto, el hecho de que esta
un hombre debe preocuparse profundamente de si entidad teóricamente omnipotente esté restringida, por la
es oprimido por un gobierno popular, por un mo- pero por lo menos no tuvo la desfachatez de lla- es lo que haría verdaderamente libre a una socie-
costumbre o la opinión pública, para actuar como tal. Está
narca, o incluso por un conjunto de leyes represi- marla libertad. dad? Para Constant, Mill, Tocqueville y la tradición dato que lo que importa no es la forma que adopten estas
vas. Se dio cuenta de que el problema fundamen- liberal a la que ellos pertenecen, una sociedad no restricciones impuestas al poder —sean legales, morales o
es libre a no ser que esté gobernada por dos prin- constitucionales—, sino la efectividad que tengan.

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sus propias manos. Esto es una cuestión funda- que ni la igualdad política, ni la organización eficaz, y con ello la importancia fundamental que tiene la li- leza. En otras palabras, nuestra solución a tales
mental. No constituyen dos interpretaciones dife- ni la justicia social son compatibles con más de una bertad de decisión. Entonces parecería completa- problemas está basada en la visión que tengamos
rentes de un mismo concepto, sino dos actitudes pequeña cantidad de libertad individual —y desde mente justificado todo método que acercase más de lo que constituye la realización de una vida
propiamente divergentes e irreconciliables respec- luego no lo son con un laíssez-faire ilimitado—, y este estado final, sin que importase mucho cuánta humana —visión que nos guía consciente o in-
to a la finalidad de la vida. Hay que reconocer que que la justicia y la generosidad, las lealtades públi- libertad se sacrificaba para estimular su avance. No conscientemente—, puesta en contraste con las
es así, aunque, a veces, en la práctica sea nece- cas y privadas, las exigencias del genio y las pre- tengo ninguna duda de que esta certeza dogmática naturalezas «restringidas y pervertidas», «limita-
sario hacer un compromiso entre ellas. Pues cada tensiones de la sociedad pueden entrar en conflicto es la que ha sido responsable de la convicción pro- das y fanáticas» de que habla Mill. Protestar con-
una tiene pretensiones absolutas. Ambas preten- violento unas con otras. Y no difiere mucho de esto funda, serena e inamovible, existente en la mente tra las leyes que dirigen la censura o la moral per-
siones no pueden ser satisfechas por completo. la idea general de que todas las cosas buenas no de algunos de los más implacables tiranos y perse- sonal diciendo que son infracciones intolerables
Pero es una profunda falta de comprensión social son compatibles, y menos aún todos los ideales de guidores de la historia, de que lo que hacían estaba de la libertad personal, presupone la creencia de
y moral no reconocer que la satisfacción que cada la humanidad. Pero se nos dirá que en alguna parte totalmente justificado por su propósito. No digo que que las actividades que tales leyes prohíben son
una de ellas busca es un valor último que, tanto y de alguna manera tiene que ser posible que co- el ideal de autoperfección —sea de los individuos, necesidades fundamentales de los hombres en
histórica como moralmente, tiene igual derecho a existan juntos todos estos valores, pues, de no ser de las naciones, de las iglesias o de las clases so- cuanto que son hombres, en una sociedad que
ser clasificado entre los intereses más profundos así, el universo no es un cosmos, una armonía, y ciales— haya de ser condenado en sí mismo, ni que sea buena (y, por supuesto, en cualquier socie-
de la humanidad. cabe la posibilidad de que los conflictos de valores el lenguaje que se utilizó en su defensa fuese en to- dad). Defender tales leyes es defender que estas
sean un elemento intrínseco e inamovible de la vida dos los casos resultado de un uso confuso o fraudu- necesidades no son esenciales, o que no pueden
humana. Admitir que la realización de algunos de lento de las palabras, o de una perversión moral o ser satisfechas sin sacrificar otros valores que son
VIII nuestros ideales pueda hacer imposible la realiza- intelectual. En efecto, yo he intentado hacer ver que superiores a la libertad individual y que satisfacen
ción de otros es decir que la realización total huma- la idea de libertad en su sentido «positivo» es la que necesidades más profundas que ésta, estando de-
Lo uno y lo múltiple na es una contradicción formal y una quimera me- está en el fondo mismo de las exigencias de autodi- terminados dichos valores por alguna norma que
tafísica. Para todo metafísico racionalista, desde rección nacional o, social que animan a los más po- no es meramente subjetiva, y de la cual se dice
Platón a los últimos discípulos de Hegel o de Marx, derosos movimientos públicos, moralmente justos, que tiene un status objetivo, empírico o a priori.
Una creencia, más que ninguna otra, es res- este abandono de la idea de una armonía final en la de nuestra época, y que no reconocer esto es en-
que se resuelven todos los problemas y se reconci- tender mal los hechos y las ideas más vitales de El grado de libertad que goce un hombre, o un
ponsable del holocausto de los individuos en los al- pueblo, para elegir vivir como quiera tiene que es-
tares de los grandes ideales históricos: la justicia, el lian todas las contradicciones es un crudo empiris- nuestros días. Pero igualmente me parece que pue-
mo, una abdicación ante los hechos brutos, una in- de demostrarse que es falsa la creencia de que en tar medido por contraste con lo que pretendan
progreso, la felicidad de las futuras generaciones, la significar otros valores, de los cuales quizá sean
sagrada misión o emancipación de una nación, raza tolerable bancarrota de la razón ante las cosas tal principio pueda encontrarse una única fórmula con
como son, y un fracaso en explicar, justificar y redu- la que puedan realizarse de manera armónica todos los ejemplos más evidentes la igualdad, la justicia,
o clase, o incluso la libertad misma, que exige el sa- la felicidad, la seguridad o el orden público. Por
crificio de los individuos para la libertad de la socie- cir todas las cosas a un sistema, lo cual lo rechaza los diversos propósitos de los hombres. Si, como yo
la razón con indignación. Pero si no estamos arma- creo, éstos son múltiples y todos ellos no son en esta razón la libertad no puede ser ilimitada. R. H.
dad. Esta creencia es la de que en alguna parte, en Tawney nos recuerda acertadamente que hay que
el pasado o en el futuro, en la revelación divina o en dos con una garantía a priori para la proposición de principio compatibles entre sí, la posibilidad de con-
que en alguna parte ha de encontrarse una total flicto y tragedia no puede ser nunca eliminada por restringir la libertad del fuerte, sea su fuerza física
la mente de algún pensador individual, en los pro- o económica. Esta máxima pide respeto no como
nunciamientos de la historia o de la ciencia, o en el armonía de los verdaderos valores —quizá en algún completo de la vida humana, personal o social. La
ámbito ideal, cuyas características no podemos más necesidad de elegir entre diferentes pretensiones consecuencia de alguna norma a priori por la que
simple corazón de algún hombre bueno no corrom- el respeto por la libertad de un hombre implique
pido, hay una solución final. Esta vieja fe se basa que concebir en nuestra condición de finitud—, te- absolutas es, pues, una característica de la vida
nemos que volver a los resortes ordinarios de la ob- humana que no puede eludir. Esto da valor a la li- lógicamente el respeto de la libertad de otros que
en la convicción de que todos los valores positivos son como él, sino simplemente porque el respeto
en los que han creído los hombres tienen que ser servación empírica y del conocimiento ordinario bertad tal como la concibió Acton: como un fin en sí
humano. Y éstos, desde luego, no nos dan ninguna misma, y no como una necesidad temporal que sur- por los principios de la justicia, o la deshonra que
compatibles en último término, e incluso quizá tie- lleva consigo tratar a la gente de manera muy des-
nen que implicarse unos a otros. «La naturaleza une garantía para suponer que todas las cosas buenas ge de nuestras confusas ideas y de nuestras vidas
—o, en este aspecto, también todas las malas— irracionales y desordenadas, ni como un trance apu- igual, son tan básicos en los hombres como el de-
a la verdad, a la felicidad y a la virtud como por un seo de libertad. Que todo no lo podemos tener es
indiscutible lazo», dijo uno de los mejores hombres son reconciliables entre sí, ni siquiera para entender rado que un día pueda resolver una panacea.
qué quiere decirse cuando se dice esto. El mundo una verdad necesaria, y no contingente. Lo que
que hayan vivido nunca, y que habló en términos No quiero decir que la libertad individual sea, Burke pedía: la necesidad constante de compen-
semejantes de la libertad, de la igualdad y de la jus- con el que nos encontramos en nuestra experiencia
incluso en las sociedades más liberales, el único sar, reconciliar y equilibrar; lo que pedía Mill: nue-
ticia26. Pero, ¿es esto verdad? Es un lugar común ordinaria es un mundo en el que nos enfrentamos
criterio, ni siquiera el dominante, para obrar so- vos «experimentos de vida» con su permanente
con que tenemos que elegir entre fines igualmente
últimos y pretensiones igualmente absolutas, la rea- cialmente. Obligamos a los niños a que se edu- posibilidad de error, y la conciencia de que no sólo
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Condorcet, de cuyo Esquisse se citan estas palabras, dice lización de algunos de los cuales tiene que implicar quen y prohibimos las ejecuciones públicas. Esto en la práctica, sino también en principio, es impo-
que la tarea que tiene la ciencia de la sociedad es mostrar «con inevitablemente el sacrificio de otros. En efecto, es, desde luego, disminución de la libertad, y lo sible lograr respuestas tajantes y ciertas, incluso
qué lazos la naturaleza ha unido el progreso de la cultura con el porque su situación es ésta es por lo que los hom- justificamos basándonos en que la ignorancia, la en un mundo ideal de hombres totalmente buenos
de la libertad, la virtud y el respeto a los derechos naturales del
bres dan un valor tan inmenso a la libertad de deci- educación bárbara o los placeres y excitaciones y racionales y de ideas completamente claras,
hombre, y cómo estos ideales, que, solos, son verdaderamente
dir, pues si tuvieran la seguridad de que en un esta- crueles son peores para nosotros que la cantidad puede que enoje a los que buscan soluciones fina-
buenos, pero que están con tanta frecuencia separados entre sí de restricciones que se necesitan para reprimirlos. les y sistemas únicos omnicomprensivos, garanti-
que incluso se cree que son incompatibles, deberían, por el con- do perfecto, realizable en la tierra, no entrasen nun-
ca en conflicto ninguno de los fines que persiguen, A su vez, este juicio depende de cómo determi- zados como eternos. Sin embargo, esto es una
trario, hacerse inseparables en cuanto la cultura haya alcanzado
desaparecerían la necesidad y la agonía de decidir, nemos lo que es bueno y lo que es malo; es decir, conclusión que no pueden eludir aquellos que han
simultáneamente un cierto nivel entre un gran número de nacio-
nes». Y sigue diciendo que «los hombres conservan todavía los de nuestros valores morales, religiosos, intelectua- aprendido con Kant la verdad de que del fuste tor-
errores de su niñez, de su país y de su época, mucho después de les, económicos y estéticos, que, a su vez, están cido de la humanidad nunca se hizo nada dere-
haber reconocido todas las verdades que son necesarias para des- crea en la necesidad y posibilidad de unir todas las cosas buenas vinculados a la concepción que tengamos del cho.
truirlos». Irónicamente, bien puede suceder que el que Condorcet sea precisamente el tipo de error que él mismo describe tan bien. hombre y de las exigencias básicas de su natura-

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Isaiah Berlin - Dos conceptos de libertad

No es muy necesario recalcar el hecho de que de manera imprevisible27. En último término, los
el monismo y la fe en un solo criterio único han re- hombres eligen entre diferentes valores últimos, y
sultado ser siempre una fuente de profunda satis- eligen de esa manera porque su vida y su pensa-
facción tanto para el entendimiento como para las miento están determinados por categorías y con-
emociones. Bien se derive este criterio de la visión ceptos morales fundamentales que, por los menos
de una perfección futura, como se derivaba en las en grandes unidades de espacio y tiempo, son
mentes de los philosophes del siglo XVIII y se de- parte de su ser, de su pensamiento, y del sentido
riva en la de sus sucesores tecnócratas de nues- que tienen de su propia identidad; parte de lo cual
tros días, o se base en el pasado —la terre et les les hace humanos.
morts—, como sostenían los historicistas alema-
nes, los teócratas franceses o los neoconservado- Puede ser que el ideal de libertad para elegir
res de los países de habla inglesa, dicho criterio, fines sin pretender que éstos tengan validez eter-
si es suficientemente inflexible, tiene forzosamen- na, y el pluralismo de valores que está relacionado
te que encontrarse con algún tipo imprevisto e im- con esto, sea el último fruto de nuestra decadente
previsible del desarrollo humano en el que no en- civilización capitalista; ideal que no han reconoci-
cajará, y entonces será utilizado para justificar las do épocas remotas ni sociedades primitivas, y que
barbaridades a priori de Procusto: la vivisección la posteridad mirará con curiosidad, incluso con
de las sociedades humanas existentes en algún simpatía, pero con poca comprensión. Esto no
esquema fijo, dictado por nuestra falible compren- puede ser así, pero a mí me parece que de esto
sión de un pasado en gran medida imaginario, o no se sigue ninguna conclusión escéptica. Los
de un futuro imaginario por completo. Preservar principios no son menos sagrados porque no se
nuestras categorías o ideales absolutos a expen- pueda garantizar su duración. En efecto, el deseo
sas de las vidas humanas ofende igualmente a los mismo de tener garantía de que nuestros valores
principios de la ciencia y de la historia; es una acti- son eternos y están seguros en un cielo objetivo
tud que se encuentra, en la misma medida, en las quizá no sea más que el deseo de certeza que
derechas y en las izquierdas de nuestros días, y teníamos en nuestra infancia o los valores absolu-
no es reconciliable con los principios que aceptan tos de nuestro pasado primitivo. «Darse cuenta de
los que respetan los hechos. la validez relativa de las convicciones de uno —ha
dicho un admirable escritor de nuestro tiempo—,
El pluralismo, con el grado de libertad «nega- y, sin embargo, defenderlas sin titubeo, es lo que
tiva» que lleva consigo, me parece un ideal más distingue a un hombre civilizado de un bárbaro.»
verdadero y más humano que los fines de aque- Pedir más es quizá una necesidad metafísica pro-
llos que buscan en las grandes estructuras au- funda e incurable, pero permitir que ella determine
toritarias y disciplinadas el ideal del autodominio nuestras actividades es un síntoma de una inma-
«positivo» de las clases sociales, de los pueblos o durez política y moral, igualmente profunda y más
de toda la humanidad. Es más verdadero porque, peligrosa.
por lo menos, reconoce el hecho de que los fines
humanos son múltiples, no todos ellos conmensu-
rables, y están en perpetua rivalidad unos con
otros. Suponer que todos los valores pueden po-
nerse en los diferentes grados de una sola escala,
de manera que no haga falta más que mirar a ésta
para determinar cuál es el superior, me parece
que es falsificar el conocimiento que tenemos de
que los hombres son agentes libres, y representar
las decisiones morales como operaciones que, en
principio, pudieran realizar las reglas de cálculo.
Decir que en una última síntesis que todo lo re-
concilia, pero que es realizable, el deber es in- 27
A mí me parece que también sobre esto Bentham dijo lo
terés, o que la libertad individual es democracia que había que decir: <Los intereses individuales son los
pura o un estado totalitario, es echar una manta únicos intereses reales.... ¿puede concebirse que haya
metafísica bien sobre el autoengaño o sobre una hombres tan absurdos que... prefieran al hombre que no
hipocresía deliberada. Es más humano porque no existe al que existe, y que atormenten a los vivos preten-
priva a los hombres (en nombre de algún ideal diendo promover la felicidad de los que no han nacido y
puede que no nazcan nunca?» Esta es una de las pocas
remoto o incoherente —como les privan los que
ocasiones en que Burke está de acuerdo con Bentham,
construyen sistemas—) de mucho de lo que han pues este pasaje está en el fondo mismo de la concepción
visto que les es indispensable para su vida como empírica de la política, por contraposición a la concepción
seres humanos que se transforman a sí mismos metafísica de la misma.

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