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El derecho de posesión
La Posesión según el art. 430 del Código Civil es: “La tenencia de una cosa o el disfrute de un
derecho por una persona. Posesión civil es esa misma tenencia o disfrute unidos a la intención de
haber la cosa o derechos como suyos.”
La posesión se ejerce en las cosas o en los derechos por la misma persona que los tiene y los disfruta
o por otra en su nombre (art. 431 CC.)
Se reputa poseedor de buena fe al que ignora que en su título o modo de adquirir exista vicio que lo
invalide. Se reputa poseedor de mala fe el que se halla en el caso contrario. (art. 433 CC)
Sólo pueden ser objeto de posesión las cosas y derechos que sean susceptibles de apropiación.
(art. 437 CC).
Todo poseedor tiene derecho a ser respetado en su posesión, y, si fuere inquietado en ella, deberá ser
amparado o restituido en dicha posesión por medios que las leyes de procedimientos establecen. (art.
446 CC).
La posesión de los bienes muebles, adquirida de buena fe, equivale al título. Sin embargo, el que
hubiese perdido una cosa mueble o hubiese sido privado de ella ilegalmente, podrá reivindicarla de
quien la posea.(art. 464 párrafo primero CC).
Clases de Posesión:
Posesión de cosas
Posesión de Derechos
Posesión de Estado
Quienes ocupan en precario la vivienda no pueden obtener una protección posesoria de vigor
jurídico superior al que el hecho del precario proporciona a la familia, pues ello entrañaría subvenir
necesidades familiares muy dignas de protección con cargo a extraños al vínculo matrimonial y
titulares de un derecho que posibilita el ceder el uso de la vivienda.
Y traería como consecuencia que desaparecieran muchas benéficas ayudas para proporcionar techo a
seres queridos ante el temor de que una crisis familiar privara en parte del poder de disposición que
sobre la vivienda tiene el cedente del uso”.
En concreto, en los casos en que la vivienda se ha cedido a título gratuito y sin limitación temporal
alguna, entre padres e hijos, para determinar si la relación jurídica es la correspondiente a un
contrato de comodato, se ha de comprobar si fue cedida para un uso concreto y determinado, que,
ciertamente, puede consistir en la utilización por el cónyuge o por el hijo o la familia del hijo del
concedente como hogar conyugal o familiar, si bien con la precisión de que dicho uso ha de ser
siempre y en todo caso específico, y no simplemente el genérico y propio de la cosa según su
destino, y de que la relación jurídica ha de constar de forma clara, con independencia de que pueda
deducirse o resulte implícitamente de los actos de las partes.
El derecho de uso y disfrute de la vivienda, como vivienda familiar, atribuido por resolución judicial
a uno de los cónyuges, es oponible en el seno de las relaciones entre ellos, mas no puede afectar a
terceros ajenos al matrimonio cuya convivencia se ha roto o cuyo vínculo se ha disuelto, que no son
parte -porque no pueden serlo- en el procedimiento matrimonial, pues no genera por sí mismo un
derecho antes inexistente, ni permite reconocer a quienes ocupan la vivienda en precario una
protección posesoria de vigor jurídico superior al que la situación de precario proporciona a la
familia, ya que ello entrañaría subvenir necesidades familiares, desde luego muy dignas de
protección, con cargo a extraños al vínculo matrimonial y titulares de un derecho que posibilita la
cesión del uso de la vivienda.
Para el éxito de una pretensión de esta naturaleza es preciso que concurran los siguientes requisitos8:
Que el actor tenga la condición de propietario no poseedor y pruebe, como condición «sine qua
non», el titulo de dominio sobre el objeto que trata de reivindicar.
Que el demandado sea el poseedor actual de la cosa y autor de los actos de despojo. Posesión que
puede ser tanto real como jurídica.
Que el objeto o cosa a reivindicar esté totalmente identificado, de un modo concreto y determinado,
y que esa cosa es la misma que posee el sujeto pasivo de la acción reivindicatoria.
Que los efectos de la acción se concreten en una pretensión de condena de restitución de la cosa por
el demandado, que está obligado a devolverla al propietario demandante con sus frutos y acciones.
Que no haya transcurrido el plazo de prescripción de la acción, que para los bienes muebles es
de seis años, y para los inmuebles es de treinta años.
Que se haya ejercitado la acción dentro del plazo de un año. (art .439 LEC)
Que se haya poseído pacífica e ininterrumpidamente.
Que se acredite que el demandado está poseyendo.
Que la realización de actos de despojo por el demandado destruya la anterior posesión.
Tutela sumaria para recuperar la posesión
Ahora bien y, por otro lado, dada la especialidad y sumariedad de los procedimientos interdictales en
los que no se admiten más punto de discusión que los relativos a la mera posesión de hecho y a la
realización de actos de perturbación o despojo, queda reservada a los litigantes las acciones que
puedan asistirle, con respecto a la propiedad o posesión definitiva, consecuentemente el éxito de la
acción ejercitada depende de la acreditación necesaria de los siguientes requisitos:
justificación del hecho de la posesión respecto de la parte actora o, lo que es igual, que ésta se
halle asistida de la legitimación activa.
que haya sido inquietado o perturbado o que haya sido despojado de dicha posesión o tenencia
(interdicto de retener e interdicto de recobrar la posesión).
determinación de los actos materiales o exteriores en que consista la perturbación o despojo que
se pretende hacer cesar.
que tales actos ilícitos sean realizados por la persona contra la que se dirige la acción u otra por
orden de ésta; y e) que los actos resulten consumados dentro del año en que se ejercitan los
acontecimientos interdictales.
Se debe de partir del recordatorio de que, el interdicto de retener o recobrar el derecho de posesión
se presenta como un procedimiento sumario destinado a proteger la posesión como hecho,
prescindiendo del derecho que los interesados puedan tener sobre la propiedad o posesión
definitivas.
Materia ajena a este procedimiento, creado a favor de quien tiene la cosa o disfruta de un derecho,
estén o no unidos a la intención de haber la cosa o derecho como suyos (de conformidad a lo
dispuesto en el art. 430 CC), porque en ningún caso puede adquirirse violentamente la posesión
mientras exista un poseedor que se oponga a ello (art. 441 CC), sin que afecten a la posesión los
actos meramente tolerados o los ejecutados clandestinamente y sin conocimiento del poseedor de
una cosa, o con violencia (véase el art. 444 CC).
Reintegro de la posesión
El interdicto posesorio de retener persigue la protección, conservativa y reintegrativa del status quo
preexistente, de la relación de hecho ostensible, aparente y actual entre una persona y un bien, al
margen de toda consideración sobre el título jurídico que pudiera comparable, y es garantía de orden
público, que tiende a impedir los conflictos que pudieran resultar si los particulares se tomaren la
justicia por su propia mano y constituyen un medio de eliminar la defensa privada y, al propio
tiempo un remedio cautelar que, sin prejuzgar el derecho, restaura provisionales situaciones de
hecho.