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12 y 13
LA LEY MORA NO RESPONDE A LA CRISIS DE LOS INSTITUTOS PÚBLICOS
Nicolás Armas
Los institutos públicos de nuestra ciudad atraviesan una dura crisis interna, tanto en el ámbito económico
como institucional, debido a la falta de transparencia por parte de las autoridades pertinentes en la gestión
administrativa y educativa de dichas instituciones. La ley Mora se propone asimismo como una alternativa
de solución a dicha crisis; sin embargo, dicha propuesta no parece favorecer del todo a los estudiantes. He
aquí los cuestionamientos correspondientes.
La ley Mora
La ley Mora pretende mejorar muchos aspectos en los servicios educativos que brindan los institutos
públicos de nuestro país, como por ejemplo mejorar la calidad profesional de los docentes -quienes deben
tener como requisito una maestría-, el contrato a tiempo completo de por lo menos el 30% de los docentes,
una infraestructura adecuada de los institutos, recibir el 5% del Canon Minero que reciben los gobiernos
regionales, la culminación de la carrera profesional entre los 3 y 5 años por parte de los estudiantes (más un
idioma, ya sea el quechua o el inglés), la acreditación de los institutos; siendo controlado todo ello con la
creación de un organismo regulador: el Organismo Nacional Gestor de Escuelas e Institutos (ONGESI).
A simple vista la ley pareciera responder a las problemáticas que atraviesan los institutos. No obstante,
Salvador Ito Quispe, presidente del consejo de estudiantes del ISPA y secretario nacional de institutos
superiores de la Federación de Estudiantes del Perú, responde contundentemente que, si bien es necesario
la creación de una ley que mejore la difícil situación que atraviesan los institutos, la ley Mora no responde
del todo a tal beneficio, ya que la ley no ofrece una garantía que respalde la participación directa de los
estudiantes en las gestiones internas de su institución.
“No se puede negar que la ley puede beneficiar en mucho a los estudiantes de los institutos, por ejemplo el
tema del bachillerato que vendría a ser automático, o la malla curricular, que sería el mismo tanto en
universidades como en institutos tecnológicos o pedagógicos. Sin embargo, con respecto al canon minero
que recibiría cada instituto superior, la administración de ello solo estaría controlada por la ONGESI. En
dicho organismo participan entidades del Ministerio de Educación, más no entidades internas en la cual se
considere la participación directa de los estudiantes. Tal organismo estaría designado por medio de cargos
de confianza, mas no por concurso público, por lo tanto ello no nos asegura de que realmente los
presupuestos que se designen sean repartidos equitativamente según las necesidades de cada instituto”.
En la antigua ley 29394, en el Art. 30, se señalaba que el consejo institucional, además del director general,
los jefes de las unidades académicas y de las áreas académicas, estaba conformado por un representante de
los estudiantes y por un representante de los docentes. Con dicha ley se daba accesibilidad a la
participación estudiantil como medio regulador en la administración interna de cada instituto; sin embargo,
con la ley Mora, si bien se tiene en cuenta un consejo directivo y un consejo asesor, en este último consejo
no se contempla la representación estudiantil, como sí se hacía con la anterior ley.
“A nivel nacional existe una problemática en institutos superiores, en donde el estudiante tiene
representación pero no reconocimiento institucional. Con la ley Mora, el caso de la representación
estudiantil se agravaría, ya que se obvia totalmente dicha representación (...) En la actualidad vemos que,
pese a que la ley contempla que el estudiante debe tener participación y reconocimiento dentro de los
organismos de gobierno, ello no se reconoce. Por ejemplo, en el Instituto Pedro P. Díaz, son más de 10 años
que no tienen un consejo de estudiantes. Este año se ha querido formar un consejo de estudiantes, sin
embargo el director no ha querido reconocer al consejo estudiantil. De esta manera los estudiantes no
tenemos injerencia en el tema de cómo se gasta el dinero en nuestras instituciones”.
La participación activa de los estudiantes de los institutos públicos a nivel nacional es deficiente, ya sea por
la negación por parte de los directores de no reconocer su representatividad, o por la simple indiferencia de
los estudiantes. La consecuencia de ello es precisamente los actos irregulares que se comete, tanto en el
ámbito interno de los institutos como por la gerencia regional encargada de su administración económica,
teniendo como resultado final la dura crisis en la que se encuentran dichas instituciones en la actualidad.
Un claro ejemplo de ello, es el embargo que sufrieron los institutos públicos de nuestra región en el año
2013 por parte de la empresa Oncoserv y el Sr. Iruri Pajes, debido a actos irregulares cometidos por la
Gerencia Regional de Educación de Arequipa (GREA), la cual se encargaba de recepcionar el monto
depositado por los institutos para que sean depositados en el tesoro público para el requerimiento de las
necesidades de dichas instituciones, siendo incumplida dicha tarea por parte de la GREA. Debido a ello,
muchos institutos corrieron el peligro de cerrar, ya que no podían siquiera cubrir las necesidades básicas,
como es de agua o luz, teniendo muchos que recurrir al autofinanciamiento con el dinero de los
estudiantes. Hasta la actualidad los institutos de nuestra región vienen reclamando que se les devuelva
dicha cantidad de dinero, no teniendo respuesta contundente hasta la fecha.
Con la creación de la ONGESIS, según lo contempla la ley Mora, la administración presupuestal del canon
minero pasaría por dicho organismo. Pues bien, teniendo como ejemplo las irregularidades cometidas por
la GREA siendo manejada por el sistema burocrático del Ministerio de educación en perjuicio de los
institutos; con la ONGESIS el sistema de administración se estaría burocratizando aún más, ya que dicho
organismo no es por concurso público sino es designado por el mismo Ministerio de educación. Es por ello
que los estudiantes exigen que dicho organismo sea abierto a concurso público, y que tenga participación
de directores, y si es posible de estudiantes, ya que con ello los requerimientos que exijan los directores
para la institución, o bien reclamos o denuncias por parte de los estudiantes de hechos irregulares que se
cometan, sería posible su atención, de lo contrario el asunto quedaría solo en parte.
Por otro lado, cabe resaltar en qué condiciones se desempeñaría la ONGESI, y sus intenciones respecto al
destino a largo plazo de los institutos, ya que dicho organismo estaría conformado por 5 miembros
representantes del Ministerio de Economía y Finanzas, del Ministerio de Trabajo, del Ministerio de
Producción, un miembro del CONCYTEC, así como también el presidente ejecutivo en representación del
Ministerio de Educación. Como puede verse, no hay ningún especialista en educación que conformaría
dicho organismo, muy por el contrario, dicho organismo estaría conformado por miembros en
representación de ministerios ligados más al sistema financiero y económico, lo cual nos hace sospechar de
la intención real de dicha ley.
Es por ello que los estudiantes exigen que la ley Mora: 1) asegure la gratuidad de la educación en los
institutos públicos, ya que una de las funciones básicas que tendría la ONGESIS es la de promover alianzas
entre instituciones públicas y privadas. “La situación actual de los institutos es crítica ya que el dinero que
se maneja es autofinanciada. Entonces, por ejemplo, yo como director es fácil que declare que mi
institución no posee recursos. Entonces recurriría una institución privada para solventar ello, y de esa
manera el estudiante se vería obligado a pagar una pensión, ya que la institución privada exigiría ello en
recompensa del servicio brindado. Es decir, prácticamente la intención de la ley Mora a largo plazo es la de
privatizar los institutos públicos”. 2) Que se asegure el financiamiento directo a las instituciones, dado el
caso burocrático de los organismos en administración económica teniendo como consecuencia acciones
irregulares; y 3) que se asegure una participación directa de los estudiantes en los organismos internos de
gobierno, ya que de esa manera se garantizaría la atención de los reclamos y denuncias de los estudiantes
en perjuicio de sus derechos, ya sea por ejemplo, reclamos en contra de la privatización de los institutos
superiores.
La ley es necesaria
Es por ello que, si bien es necesario la creación de una ley que mejore la situación de los institutos públicos
en nuestro país, siendo en parte la propuesta de la ley Mora que pretende revalorar la carrera técnica; es
necesario dar cuenta en qué condiciones reales se hallan los institutos públicos de nuestro país, asegurando
por demás el beneficio real hacía los estudiantes, cuya finalidad de dicha ley debe ser básicamente ello, y
no perseguir fines que beneficiarían en sí al sector privado-financiero, privatizando dichas instituciones por
medio de organismos burocráticos.