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Revista Espiga

ISSN: 1409-4002
revistaespiga@uned.ac.cr
Universidad Estatal a Distancia
Costa Rica

León Rodríguez, María Elena


Ética feminista y feminismo de la igualdad
Revista Espiga, núm. 16-17, enero-diciembre, 2008, pp. 79-88
Universidad Estatal a Distancia
San Pedro de Montes de Oca, Costa Rica

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=467847230006

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Ética feminista KEYWORDS
Philosophy, Feminist Ethics, Feminisms,

TEMA CENTRAL
y feminismo Equality, Difference

de la igualdad Perspectivas del


María Elena León feminismo de la igualdad
Rodríguez* El debate de la ética feminista se
ha centrado en la polémica entre la
igualdad y la diferencia, esta última
toma sus marcos teóricos del femi-
RESUMEN nismo francés e italiano (Cavana,
Este artículo aborda la ética feminista desde 1995). El feminismo de la igualdad
la perspectiva del feminismo de la igualdad. exige una igualdad tanto en dere-
Esboza las resistencias teóricas e ideológicas
chos legales como oportunidades
que están implícitas en una ética femenina
y propone, en su lugar, una ética feminista
desde un punto de vista formal,
basada en una hermenéutica crítica femi- puesto que el sistema despliega
nista. ciertos mecanismos que recortan las
posibilidades reales de las mujeres
para alcanzarlos, en tanto el femi-
DESCRIPTORES BÁSICOS
nismo de la diferencia parte del
Filosofía, Ética Feminista, Feminismos,
Igualdad, Diferencia. enunciado que subraya la crisis del
sujeto. El sujeto, de acuerdo con el
feminismo propuesto por Rodríguez
ABSTRACT
(filósofa española de la diferencia),
This paper approaches the feminist ethics
desaparece porque trataba de pro-
from the perspective of the Feminism of
Equality. It outlines the theoretic and ideo- mover una hegemonía de un idea-
logical resistances implied in feminine eth- lismo cultural sin ningún referente
ics and proposes a feminist ethics based on real.
a hermeneutic feminist criticism, instead.
Los estudios feministas examinan
el concepto de diferencia desde
tres perspectivas: el punto de vista
* Licenciada en Filosofía, Universidad patriarcal, la teoría de los feminis-
de Costa Rica. Profesora de Filosofía
en Universidad Estatal a Distancia,
mos de la diferencia y el punto de
Universidad de Costa Rica e Instituto vista de los feminismos materialistas.
Tecnológico de Costa Rica. El punto de vista patriarcal señala
Rec. 28-02-07 Acep. 18-10-07 la concepción androcéntrica de la

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diferencia sexual entendida como sexual porque describe un plan edu-
inferioridad y esencia. Los femi- cacional basado en las diferencias
nismos de la diferencia retoman la sexuales. Estas dos interpretaciones
diferencia como paradigma de la negativas de la diferencia sexual
supuesta identidad femenina. Y por parten de la premisa falsa de iden-
último, los feminismos materialistas tificar lo masculino con lo humano
parten de la realidad empírica de la en general.
diferencia de las mujeres para anali-
zar la explotación femenina. En cuanto a las nociones positivas
de la diferencia, se mencionan las
Como se dijo anteriormente, la dife- posiciones de los feminismos de la
rencia desde el punto de vista patriar- diferencia. En general, estos femi-
cal se define como inferioridad, es nismos creen que sólo afirmando
decir, una desigualdad de valores las diferencias se puede conseguir
en donde las mujeres son interpre- la libertad femenina. A continua-
tadas como faltas de ser. Aristóteles ción voy a mencionar algunas ideas
(1980) es el filósofo que desarrolló importantes de cada uno de ellos:
esta definición negativa de la dife- Lucy Irigaray, el feminismo italiano
rencia entre los sexos, al mantener (Grupo de filósofas Diotima) y las
una concepción de opuestos que propuestas de la ética del cuidado
legitima la jerarquía de lo mascu- (Carol Gilligan).
lino sobre lo femenino. Este poder
masculino derivado de lo biológico
tiene consecuencias importantes en
Resistencias
el ámbito político, creando espacios teóricas e ideológicas
y relaciones según el sexo en térmi- Lucy Irigaray es la representante del
nos de desigualdad. feminismo francés de la diferencia
y relaciona el concepto de la dife-
La otra noción negativa de diferencia rencia de Deleuze y Derrida con la
descansa en la explicación del carác- teoría de Lacan. Según esta filósofa
ter sexual como cualidades sexua- francesa, la sexualidad femenina ha
les psicológicas que corresponden a sido pensada a partir de paráme-
las fisiológicas. Este carácter sexual tros masculinos y no deja de ser un
tiene como fin promover la dife- soporte complaciente de la “puesta
rencia sexual entre los géneros para en acto de los fantasmas del hom-
institucionalizar una esencia propia bre” (1982:24). La sexualidad ha sido
de cada sexo. A Rousseau se le nom- analizada desde la economía de lo
bra como uno de los defensores de Mismo (1982:72), desde la reduc-
la teoría de la complementariedad ción de lo otro a lo Mismo, y así ha

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borrado la diferencia de los sexos al impuesto a las mujeres desde la
inducir un único patrón de compor- representación masculina. En esta

TEMA CENTRAL
tamiento sexual. mascarada las mujeres “se someten
a la economía dominante del deseo,
Irigaray observa que no se trata de para tratar de permanecer por lo
elaborar una nueva teoría en la que menos en el ‘mercado’” (1982:128).
la mujer sería el sujeto o el objeto De esta forma, las mujeres pier-
sino, más bien, examinar la maqui- den contacto consigo mismas y se
naria teórica misma para eliminar la subordinan al deseo y al lenguaje
idea de que es posible una verdad y masculino, y de lo que se trata es
un sentido unívoco. Además, llama de articular estos dos deseos y estos
a las mujeres a no participar en dos lenguajes para propiciar un diá-
movimientos que pretendan invertir logo entre ambos.
la estructura de dominio, pues es
necesario desbaratar la estructura En cuanto a la feminidad, Irigaray
de los sistemas lógicos en lugar sostiene que no existe la mujer como
de favorecerlos con la participación genérico ni se le puede nombrar en
de las mujeres en las instituciones un sentido propio. Sin embargo, esta
patriarcales. filósofa hace residir el valor de una
mujer en la maternidad (1982:80)
Esta feminista cree que si las muje- por cuanto la sexualidad determina
res luchan por la igualdad de dere- el ser mujer y las diferencias. Cabe
chos podrían llegar a ser hombres preguntarse si la sexualidad no es
en el futuro y “la mujer debería (...) también producto del mismo siste-
guardar y mantener lo que se deno- ma de representaciones masculinas
mina la feminidad” (1982:80). No la que objetivizan el ser mujer a partir
feminidad impuesta por el sistema de sus relaciones sexuales.
de representación de hombres sino
la que se da en relación consigo En esta misma línea de pensamien-
misma y con las demás mujeres. to, el feminismo italiano de la dife-
Estas relaciones con otras mujeres rencia, representado en este caso
facilitarían la producción de otro por Luisa Muraro y Carla Lonzi,
orden, además del masculino; orden plantea que la única forma de libe-
estrictamente femenino que hable ración femenina es a través de la
del goce de las mujeres. autoconciencia de los grupos de
mujeres. El colectivo femenino debe
La feminidad existente es pro- expresar su propio sentido de exis-
ducto de una mascarada (1982:80), tencia y criticar las imágenes que el
una función, una imagen, un valor hombre ha creado para definir a las

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mujeres. El feminismo es el primer esta teoría es que la idea de igualdad
momento político de crítica históri- no presupone la eliminación de las
ca a la familia y a la sociedad ya que diferencias, porque la igualdad no
“desmentir la cultura significa des- implica identidad.
mentir la valoración de los hechos
que constituyen la base del poder” No obstante, las diferencias pro-
(Lonzi, 1981:35). yectan unos valores estrictamente
femeninos que las mujeres deben
En Escupamos sobre Hegel. La mujer reivindicar. Entre ellos Lonzi men-
clitórica y la mujer vaginal (1981), ciona el respeto a la existencia, el
Carla Lonzi expresa que el problema sentido de la vida y, por supuesto,
femenino cuestiona todo lo hecho la maternidad (1981:10). Lonzi con-
y pensado por el hombre absoluto sidera la maternidad como el único
que no piensa a la mujer como un momento en el cual la mujer se
ser humano. Según esta feminista desculturiza, es decir, su conciencia
italiana, este problema no se resuel- se vuelve hacia sí misma, hacia los
ve ni con la muerte de los hombres orígenes de la vida y pierde contacto
ni con la demanda de igualdad, pues con el mundo masculino pues se
ambas alternativas forman parte del concentra en la existencia que crece
mundo masculino donde las muje- dentro de ella.
res no tienen un lugar. La igual-
dad de las mujeres constituye una Para Luisa Muraro la diferencia“hace
quimera debido a que la participa- diferir de sí mismo a un idéntico ser
ción de la mujer en las instituciones humano y lo hace ser sí mismo:
patriarcales no implica un verdadero mujer, hombre” (1998: 126). La dife-
reconocimiento de su potencial. rencia sexual señala la necesidad de
un trabajo simbólico no elabora-
El mundo de la igualdad es el do históricamente, pero importante
mundo unidimensional, sostiene en la conformación de la identidad
esta feminista italiana, en oposi- humana de la sexualidad. Esta tarea
ción al mundo de la diferencia que simbólica se reduce al lenguaje y a la
se caracteriza por la variedad y la introducción de diferencias signifi-
multiplicidad. La diferencia, según cativas que generen sentido. Enton-
Lonzi, “es un principio existencial ces, la diferencia no tiene significado
que se refiere a los modos del ser si no es significante (2001:78); de
humano, a la peculiaridad de sus ahí que la función de lo simbólico
experiencias, de sus finalidades y sea hacer algo significante.
aperturas, de su sentido de la exis-
tencia...” (1981:16). El problema de

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El feminismo, de acuerdo con Mura- Por otra parte, Carol Gilligan en su
ro (2000), da la confianza de que las libro La moral y la teoría. Psicología

TEMA CENTRAL
mujeres pueden conocer y transfor- del desarrollo femenino (1985), consi-
mar la realidad a partir del recono- dera que los diversos estudios acer-
cimiento de las diferencias entre las ca del desarrollo moral excluyen a
mismas mujeres y los seres huma- las mujeres y centran su atención en
nos en general. Así, el feminismo sujetos masculinos, de los cuales se
puede cambiar la realidad, no por extrae un único patrón de moralidad
medio de la organización o el poder, aceptable. Sin embargo, esta autora
sino mediante las prácticas de toma supone la presencia de dos voces o
de conciencia de las mujeres que modos diferentes de hablar sobre
dan un valor político a la subjetivi- problemas morales, o dos modos
dad femenina. Muraro llama a esta de describir la relación entre el yo y
nueva valoración de la subjetividad el otro. En esta dinámica, las voces
femenina “política de lo simbólico” femeninas tienen algo que decir
(2000:46) por cuanto las mujeres pese a las omisiones o a la ausencia
han cambiado la relación que tenían sospechosa de éstas en los estudios
con los hombres y, de esa forma, e investigaciones sobre el desarrollo
cambian la realidad. moral.

La lucha política de las mujeres se El objetivo de Gilligan en esta obra


basa en el principio de partir de es extender la comprensión del desa-
la propia subjetividad femenina y rrollo humano tomando en cuenta
reconocer las diferencias existentes la participación de las mujeres en la
entre las mismas mujeres. La rela- construcción de la teoría, con el fin
ción entre mujeres permite revivir de generar las bases para una nueva
en el presente algún episodio de teoría moral que dé una visión más
la relación infantil con la madre y general de las vidas de los dos sexos.
volver, de alguna forma, a repre- Es así como Gilligan presenta lo
sentar simbólicamente la relación que ella llama una ética del cuida-
femenina con la fuerza materna do o ética de la responsabilidad, la
(1992:57). Este feminismo conside- cual brota de una conciencia de la
ra importante retomar a la madre interconexión, es decir, de la expe-
como modelo simbólico para dar riencia de la relación entre personas:
lugar a un simbolismo femenino “El ideal de cuidado y atención es,
autónomo. por tanto, una actividad de relación,
de ver y responder a la necesidad,
de cuidar al mundo sosteniendo la

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red de conexión para que nadie se con capacidad y deseos de ejercer de
quede solo” (1985:109). madres” (1984:18).

Usualmente, las investigacio- Entonces, la masculinidad es defi-


nes acerca del desarrollo humano nida por medio de la separación,
asumen la vida del hombre como mientras que la femineidad es defi-
norma y tratan de crear mujeres a su nida por el apego y se ve amenaza-
imagen. Esta tendencia a proyectar da por la separación. Por esto, los
una imagen masculina se remonta hombres suelen tener problemas
a Freud, quien previno del fallo en con las relaciones y las mujeres con
el desarrollo de las mujeres. Según la individuación, demostrando con
Freud, la naturaleza habría privado ello una imposibilidad de autodefi-
a las mujeres de la energía necesaria nirse e independizarse. Este miedo
para resolver el complejo de Edipo. a la separación lleva a la falla del
Por ende, el superego femenino no desarrollo moral femenino pues les
es tan independiente de sus oríge- imposibilita desarrollar un sentido
nes emocionales como lo es el del legal indispensable para el desa-
hombre. Como resultado, las muje- rrollo moral adulto. De esta forma,
res no tienen el mismo sentido de la el modelo masculino es el mejor
justicia que los hombres y son más porque satisface las exigencias de la
propensas a evadir las exigencias sociedad de consumo actual. Por el
de la vida y a refugiarse más en los contrario, de acuerdo con Gilligan,
sentimientos que en los juicios. las mujeres tienden más a la sen-
sibilidad y a la atención de los sen-
Más tarde, Nancy Chodorow atribu- timientos de los demás, tendencia
ye las diferencias entre los sexos al obsoleta en nuestra época e innece-
hecho de que las mujeres son edu- saria para el éxito profesional.
cadas para servir a los demás y esto
hace que las vivencias de la infancia Si la teoría del desarrollo añade a
sean diferentes y se interpreten en sus interpretaciones el punto de
la vida adulta de igual forma, dife- vista de las mujeres, se discerni-
rentes. La personalidad femenina se ría el desarrollo moral femenino
define en relación y conexión con que obviamente existe, así como las
otras personas; las niñas desarro- diferencias en la interpretación de
llan una empatía que las determi- las relaciones sin tener que recu-
na a experimentar las necesidades rrir a una estructura jerárquica de
y sentimientos de los otros como estas diferencias. Por supuesto: “Las
si fueran propios: “las mujeres, en imágenes contrastantes de jerarquía
cuanto a madres, producen hijas y red en el pensamiento infantil

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acerca de conflicto moral y elección enuncia una regla o una norma de
iluminan dos visiones de morali- conducta universal que permite la

TEMA CENTRAL
dad que son complementarias, no dependencia y la dominación mas-
secuenciales ni opuestas” (1985: 63). culina.

La moral femenina se caracteriza El feminismo de la igualdad o


por el autosacrificio y un poder feminismo ilustrado denuncia las
para juzgar el egoísmo. Esta ética diferencias de género como cons-
del autosacrificio se contrapone trucciones de la razón patriarcal.
al concepto de derechos exigidos Esta razón asigna espacios a las
desde siempre por las feministas mujeres desde valores considerados
que abogan por una igualdad y una esencialmente femeninos, contra-
sociedad más justa. Es así como puestos a los valores masculinos
surge una tensión entre la moral de analogados con el genérico huma-
derechos que disuelve los vínculos no. No se toma en cuenta que es el
naturales para favorecer pretensio- mismo hombre quien ha inventado
nes individuales, y una moral de la las diferencias y se acepta como
responsabilidad que tiende a esta- “lógica” esta construcción patriarcal.
blecer redes de relaciones, desdibu-
jando la distinción entre el Yo y los Es de notar que las críticas acerca de
otros mediante la representación de la viabilidad de la igualdad no tienen
su interdependencia. fundamentos sólidos, si se inter-
preta la igualdad como anulación
Por último, cabe señalar el análisis de diferencias. Al respecto, Amorós
materialista de la diferencia. La dife- (filósofa española) insiste en que “el
rencia desde el punto de vista de concepto de igualdad se refiere a un
los feminismos materialistas es una cierto tipo de relación entre los indi-
realidad empírica (se manifiesta en viduos, justamente a una relación
la vida concreta de un modo mate- de homologación o ubicación en
rial), una forma lógica (una forma de un mismo rango de sujetos que son
razonar) y una actitud política (en diferentes y perfectamente discer-
tanto se presenta como un proyec- nibles” (1997: 430). De igual forma,
to). La diferencia se muestra en un otra filósofa española, Valcárcel, sos-
contexto social, cultural, económico tiene que el feminismo ilustrado no
y político en donde las mujeres no separa igualdad-diferencia, aunque
poseen los mismos derechos que suele interpretarse como discurso
los hombres. La diferencia de las de la igualdad. La vindicación legal
mujeres constituye su propia con- o social no implica la indistinción de
dición de grupo oprimido, en tanto sujetos (1991).

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El feminismo de la igualdad formu- patriarcales del cuerpo femenino
la una igualdad real de libertades, (mujer como madre, portadora de
porque si los sexos son diferentes, vida y de una ética del cuidado), o
es obvia la diversidad entre los seres al tratar de definir la subjetividad
humanos, sin que esto implique la femenina desde estos parámetros,
desigualdad. La igualdad es una esas construcciones no hacen más
idea normativa, por consiguiente, es que legitimar el mismo sistema
un valor. La igualdad se construye y patriarcal, pues reducen a las mujeres
se valora como pertinente al cons- a la vulnerabilidad, la pasividad
tatar la importancia de su aplicabili- y la resignación. En cambio, la
dad en la vida de las mujeres. trascendencia obliga a las mujeres
a asumir su existencia y colocarse
Precisamente, el feminismo ilustra- frente a los hombres como iguales,
do parte de la crítica de la supues- como seres humanos capaces de
ta universalidad y los presupuestos elegir su sexo, su profesión y sus
patriarcales ilustrados. Esa falsa uni- inclinaciones.
versalidad convoca a las feministas a
la desmitificación del sujeto mascu- En esta misma línea de pensamiento,
lino de la razón, y para eso utiliza la Amorós establece una diferencia
capacidad crítica de distanciamien- entre una ética feminista y una ética
to, de objetivación y de redefinición femenina. Por una parte, Amorós
de los discursos hegemónicos. reconoce que hablar de una ética
femenina es un contrasentido,
Por consiguiente, el feminismo de la debido a la universalidad implícita
igualdad define a la mujer como un en los enunciados éticos (1991); por
constructo socio-cultural producto lo tanto, no tiene sentido construir
de la educación, y no una diferencia un conjunto de códigos y modelos de
que haya que afirmar como valor, comportamiento que solo se aplique
como es el caso del feminismo a las mujeres:“El destinatario de una
de la diferencia. En palabras de ética no puede ser sino la especie
Tommasi, “no hay una especificidad humana en cuanto comunidad de
femenina que valorar, hay solo una los seres racionales” (1991: 107).
desigualdad que superar respecto al
hombre, una inmanencia que debe Ahora bien, tampoco tiene sentido
cambiarse en trascendencia” (2002: hablar de una ética con enunciados
188). La inmanencia implica una que expresen “valores femeninos”
esencia femenina que corresponde (intuición, afectividad); si bien
a un ideal de lo que podría ser una estos valores existen en un sentido
mujer. Al exaltar las construcciones sociológico, hablar de valores

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femeninos en un sentido ético estatuto de sujetos para las mujeres.
carece de significación. A pesar de Esta universalidad no significa la

TEMA CENTRAL
ello, algunas corrientes feministas, creación de un sujeto único, patrón
como el feminismo de la diferencia de todos los demás, sino de un
de Irigaray, Gilligan, Muraro y Lonzi, sujeto capaz de reflexionar acerca de
creen en la posibilidad de una ética lo que le rodea y criticar las bases de
femenina que reivindique los valores todos los discursos para “alterarlos
femeninos frente a la primacía de creativamente” (Amorós, 1997:359)
los valores masculinos. y promover la autonomía más que
la heterodesignación.
Esta posición es ambigua porque
estos mismos valores se consideran
complementarios con los femeninos, BIBLIOGRAFÍA
ya que quedan definidos dentro de un AMORÓS, Celia, 1991. Hacia una crítica de la
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