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Para: Dr. EDI SON BOSQUEZ.

AGRADECIMIENTO

Comienzo mi intervención, manifestando que soy un ecuatoriano agradecido


con mis compañeros de estudios por haberme designado para hacer uso de la
palabra en este acto solemne de incorporación.

Hemos permanecido en esta bella Argentina, un lapso equivalente a un año de


estudios, tiempo en el que nuestra única preocupación ha sido nuestra
culminación de posgrado con éxito, dado que no existe mejor satisfacción que
el deber cumplido.

Todos los profesionales que hemos cursado las diferentes especialidades


hemos venido aquí, convencidos de que lo que conocíamos y hacíamos
requería de un mejoramiento para brindar mejor atención a nuestros pacientes.

Bien decía Albert Einstein: “Si buscas resultados diferentes no hagas


siempre lo mismo”.

El enclaustramiento del pensamiento y la repetición de las mismas prácticas


nos conllevan a la monotonía y la monotonía es sinónimo de vulgaridad y falta
de capacidad y progreso. De allí que la permanencia aquí solamente debe
convertirse en un fuerte eslabón para seguir buscando nuevos horizontes de
perfeccionamiento, de ser posible todos los años, los meses y los días.

Cuatro pilares fundamentales han hecho posible nuestra permanencia en este


centro de estudios de posgrado: Dios, nuestras familias, esta universidad y
nuestra inquebrantable voluntad de ser mejores profesionales. Dios, porque sin
su consentimiento nada se puede lograr en la vida; nuestros padres, esposas
y hermanos porque sin su apoyo no hubiéramos sentido la voz de aliento para
seguir adelante; esta universidad, porque si no nos hubiera abierto su
generosas puertas, no hubiéramos mejorado nuestras mentes y capacidades
profesionales; y, por último, a nosotros mismos, porque sin el deseo de ser
cada día mejores tendríamos que permanecer sentados en el sillón de la
mediocridad y del facilismo.

Parodiando la frase del gran Libertador argentino San Martín: “Para los
hombres de coraje se han hecho las empresas”, nos vamos de aquí,
seguros de que los conocimientos que hemos adquirido nos servirán para
ponerlos en práctica en cada uno de nuestros lugares de trabajo, buscando
siempre nuestro mejoramiento continuo para hacer nuestros sueños y anhelos.

No ha sido fácil el camino que hemos recorrido: noches de insomnio, días de


intranquilidad, sin tener espacio para para la diversión ni el entretenimiento
social, hemos tenido que vencer muchos escollos, especialmente los
extranjeros“, pero así concordamos plenamente con la frase de Simón Bolívar
“Para el logro del triunfo siempre ha sido indispensable pasar por la
senda de los sacrificios.”

Este Curso de Especialidades de Odontopediatría, organizado por la


Asociación Odontológica de Argentina y dictado en la Universidad de EL
SALVADOR, nos ha permitido, por un lado acrecentar sustantivamente
nuestros conocimientos profesionales en las especialidades de: Cirugía,
Endodoncia, Ortodoncia, Periodoncia, Rehabilitación Oral y Odontopediatría; y,
por otro lado, compartir nuestras experiencias con profesionales del área de
cuatro países: Argentina, Colombia, Ecuador y Venezuela.

En cada una de nuestras mentes, estarán presentes, posiblemente toda una


vida, las enseñanzas de muertos profesores, los casos estudiados los lugares
frecuentados, las anécdotas ocurridas, nuestros aciertos y errores en nuestras
participaciones y especialmente el grado de amistad que hemos contraído con
nuestras autoridades, maestros y compañeros.

A nombre de todos mis compañeros y del mío propio, termino mi intervención


dejando constancia de nuestro sincero y eterno agradecimiento, tanto a las
autoridades de la Universidad El salvador, como a la Asociación Odontológica
de Argentina; a nuestros talentosos y bondadosos maestros que han volcado
todas sus capacidades en este puñado de profesionales latinoamericanos; al
personal administrativo y de servicio de la universidad; a nuestros parientes y
familiares, los mismos que, a la distancia, nos han dado ánimo para seguir
adelante.

Y por último, deseo agradecer a mis compañeros de todas las especialidades,


por haberme brindado su amistad y confianza, recordándoles que allá en
Ecuador está un amigo que espera que lo visiten alguna vez. Gracias una vez
más: Universidad El Salvador, Asociación Odontológica de Argentina, maestros
queridos y compañeros sudamericanos.

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