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En toda comunidad de seres libres que tienen dominio sobre sus actos, es
necesaria la existencia de una norma que indique en qué sentido debe orientarse
esa actividad libre, de modo tal de indicar el sentido que se necesita para alcanzar
la finalidad para la cual esos individuos han decidido vivir en comunidad. Ahora
bien, este primer argumento viene a comprobar una vez más la existencia patente
y potencia del alma racional como lo es la libertad humana y la capacidad
del hombre de elegir libremente entre las posibilidades que conoce y desea, sin
estar determinado por ninguna. Justamente porque el hombre es libre y puede
incluso elegir una alternativa que no se oriente al bien personal o al bien común de
la sociedad política, es que debe existir este marco regulatorio que emane de la
razón y se oriente al bien común al que llamamos ley.
OBJETIVOS
Analizar las diferentes leyes que dan la finalidad del mundo, al hombre y a
la sociedad.
Definir que la libertad está orientada hacia un fin, busca algo. Esta libertad y
racionalidad, nos distingue de los animales, ya que estos no la tienen.
Dar a conocer los conceptos de las diferentes leyes que se tiene, ley
eterna, natural, positiva y divina.
MARCO TEORICO
Ley Eterna
Santo Tomás dice que es eterna e inmutable porque a Dios le corresponde
la eternidad. Dios ordena todas las acciones, tanto humanas como no
humanas, hacia su fin. A diferencia de Aristóteles, Santo Tomás pone el
fundamento del bien en un fundamento más trascendental que la propia
naturaleza: Dios.
Ley Natural
Es la expresión en la naturaleza humana de la ley eterna prescrita por Dios
para todos los seres creados. La razón humana es capaz de encontrar las
obligaciones morales que están inscritas en nuestra naturaleza y guiarnos
hacia el bien.
Santo Tomás consideró que las leyes positivas deben ser expresión de la
ley natural, la cual a su vez es expresión de la ley eterna. Así, aquellas
leyes positivas que sean contrarias a las leyes naturales (que sean
“contranatura”) no son leyes buenas y es justo que el ciudadano se niegue
a cumplirlas, mientras que aquellas que son conforme a la ley natural son
justas y buenas y el ciudadano está obligado a cumplirlas.
Lo que se busca dar a entender es que todo este orden desde el principio
de la moral, pasando por el orden jurídico y social, familiar y político, es un
orden espiritual, que se impone al hombre como su perfeccionamiento y sin
violencia, un orden que aunque obligatorio él realiza con su inteligencia y
con su libertad, en una palabra, es un orden enteramente espiritual y libre,
el fin último del hombre es alcanzar el fin o bien trascendente divino de una
manera perfecta y lograr con el su propia perfección y plenitud humana.