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Las trasformaciones que experimenta la economía argentina a partir de al segunda mitad del
siglo XX están determinadas por la coyuntura de los mercados internacionales de materias
primas, que tienen un gran acrecentamiento de su demanda en los países que se consolidaban
como centros industriales. Se induce así una nueva división internacional del trabajo, que
favorece a la incorporación a la economía mundial de las regiones productoras de bienes
primarios.
En la Argentina se verifico este proceso. Las elites ilustradas condujeron el país durante este
periodo y se abocaron entonces a resolver cuatro cuestiones prioritarias: a) la organización
nacional; b) la atracción de capitales externos que posibilitan el desarrollo de formas moderna
de producción agropecuaria; c) la promoción de la inmigración europea; d) la educación
universal y obligatoria.
Al finalizar el modelo agroexportador con la gran crisis mundial de 1930, se percibían ciertos
aspectos negativos en el sistema socio-económico que el proceso, bien había dejado intactos,
bien había engendrado. Entre los primeros, el más importante era la persistencia de un régimen
de propiedad fundiaria. Entre los segundos el más grávido de consecuencias era, sin duda, el
grado de dependencia externa en que se había situado la economía argentina.
Como visión global puede decirse que el modelo justicialista favoreció la expansión cuantitativa
de los componentes sociales del bloque que le sirvió de apoyo para su surgimiento, al tiempo
que fortaleció el aumento cuantitativo de las capas medias asalariadas, sobre todo en el sector
publico.
Además de su carácter “distributivo”, otros dos adjetivos pueden calificar los efectos de esa
estrategia sobre la estructura social: se trata de una dinámica “relativamente modernizadora” e
“incluyente”. Hay que destacar que este modelo tuvo el mérito de no segmentar los mercados de
trabajo ni excluir a franjas importantes de la población de los frutos del desarrollo logrado.
Se dio una autoritaria proscripción del peronismo, en 1958 accede al poder un nuevo bloque
caracterizado por la alianza de la burguesía industrial nacional y el capital extranjero, dado este
ultimo como grandes empresas transnacionales norteamericanas. En esta nueva estrategia la
industria también constituye el objetivo central del proceso de desarrollo. Pero a diferencia del
modelo justicialista, se impulsa ahora una industrialización sustitutiva de bienes intermedios y
de consumo durable, en la que el incremento de la demanda esta asegurado por la inversión, el
gasto publico.
Los efectos que tuvo: se acelera el crecimiento de la clase media por comparación al de la clase
obrera, se modifica profundamente la composición interna de ambos agregados: dentro de la
clase media, la expansión relativa beneficia casi exclusivamente al estrato asalariado; dentro de
la clase obrera, predomina ahora el crecimiento del estrato autónomo. Dicho de otra forma, hay
un proceso de asalarizacion de la clase media, y de desalarizacion de la obrera.
En el lapos que va desde 1976 hasta fines del siglo XX se sucedieron en el poder gobiernos muy
distinto, aunque por la naturaleza de sus políticas económicas, todos puedan ser englobados
dentro de un modelo aperturista.
Puede caracterizarse al nuevo bloque dominante como una alianza entre el estamento militar y
el segmento más concentrado de la burguesía nacional y de las empresas transnacionales. Se dio
por terminada la industrialización como objetivo central del proceso de desarrollo.
La estructura social urbana experimenta mutaciones: la creación de empleo urbano durante este
lapso favorece netamente las posiciones autónomas por comparación a las asalariadas, lo que
determina que se detenga el proceso de asalarizacion de la clase media y se acelere el de la
dealarizacion de la clase obrera. Entonces el resultado final fue el retroceso en el nivel de vida
de los segmentos sociales más modestos. El fenómeno de la “pobreza critica” o sea, la
existencia de amplios segmentos sociales con ingresos insuficientes para garantizar
satisfacciones elementales es lo que se dio.
Para fines de la década del ’90 se habían agudizado algunas cosas: disminución relativa del
volumen de la clase media y su progresiva desalarizacion; disminución del peso relativo de la
clase obrera estable y acentuamiento de su desalarizacion; aumento absoluto y relativo del
estrato marginal. Todo ello en un contexto de empobrecimiento absoluto.
En suma, la Argentina del ajuste perdió algunos preciosos atributos: una amplia clase media que
ayudaba a metabolizar el conflicto social; vastos sectores obreros con inserción laboral estable y
niveles de vida modestos pero dignos; altísimos flujos de movilidad social ascendente que
permitían transitar la vida en término de un proyecto.
El crecimiento tal de una población es la suma del crecimiento vegetativo y del migratorio. El
vegetativo es la diferencia entre natalidad y mortalidad; el migratorio es el saldo neto de la
inmigración de y emigración internacional.
1870- 1930:
La primera etapa que se analiza coincide con la vigencia del modelo agroexportador y se
caracteriza por un extraordinario aumento poblacional basado en la recepción de inmigrantes
transoceánicos, ósea una inmigración masiva. Para el conjunto del lapso 1870- 1930, la
población creció a una tasa anual del 32%.
1930- 1945:
1945- 1955:
Este lapso asiste a un nuevo cambio de tendencias caracterizado por el aumento del crecimiento
tal como resultado acumulativo de dos circunstancias devenientes de la segunda postguerra: la
nueva recepción de importantes flujos de inmigración europea y el alza momentánea de la
natalidad conocida como “baby boom”.
Después de 1955:
Natalidad:
La tasa de natalidad era alta para 1870, y fue decreciendo hasta 1930. Esto es significativo
porque marca el umbral indicativo de que una población practica la limitación voluntaria de los
nacimientos en forma generalizada y eficaz. Esta evolución sugiere tres conclusiones: a) el
comportamiento reproductivo de la población argentina durante prácticamente todo el siglo XIX
suponía la ausencia casi total de limitación voluntaria de nacimientos; b) puesto que, ya en
1930, el nivel de natalidad se alejaba considerablemente del que caracteriza a las población de
fecundidad dirigida; c) el proceso que condujo a la argentina desde un régimen de fecundidad
natural a otro de fecundidad dirigida parece haberse completado en poco más de 40 años
(digamos entre 1890 y 1930).
Hablando de la mortalidad a fines del siglo XIX las tres primeras décadas del XX, el ritmo de
incremento de la esperanza de vida al nacimiento es extremadamente rápido, mientras que, con
posterioridad a 1930 el mismo se lentifica.
Distribución espacial:
Durante el lapso 1870- 1930, hubo dos tendencias principales: por un lado el desplazamiento
gradual del centro de gravedad de la distribución poblacional desde las áreas de antiguo
poblamiento hacia la pampa húmeda; por otro, la extraordinaria rapidez de la urbanización en
esta misma zona, con un incipiente proceso de megalopolizacion en buenos aires.
A partir de 1930, la dinámica de los asentamientos humanos cambio radicalmente, ya que desde
entonces el determinante fundamental de los cambios en al configuración espacial fue el
desplazamiento interno de la población nativa.
3- Otro punto de vista del que ocuparse es: la normativa jurídica, que se traduce, en las
ideologías dominantes. Esto es importante porque el control de la familia ha sido en todas las
sociedades conocidas un eje central de la organización social.
Paras analizar la evolución del derecho de familia, se hace por los siguientes hitos:
Antes de 1869 las normas organizativas de la vida familiar eran las heredadas de la antigua
sociedad colonial, tributaria a su vez de la tradición hispana y monárquica.
Este nuevo corpus convalido jurídicamente el modelo de relaciones familiares del código
canónico al consagrar el matrimonio religioso, monogámico e indisoluble, y al reafirmar el
carácter patriarcal de la familia definida por una fuerte autoridad del varón en sus dos
manifestaciones hacia la esposa y con respecto de los hijos. Este nuevo código establecía una
relación conyugal asimétrica que legalizaba el radio de acción que las costumbres asignaban a
las mujeres y a los hombres: a las primeras, su casa; para los segundos, el mundo.
Después de la ley de matrimonio civil y antes de que finalizara el modelo agroexportador, pocas
son las normas dictadas en materia de derecho de familia. Algunas: acotaron el ejercicio de la
patria potestad, se modifica el código penal respecto a la discriminación del hombre y mujeres
en punición del adulterio, y en 1926 se dicta una norma que equipara jurídicamente a la mujer
en algunos aspectos con el hombre (trabajo si eran mayores de edad, y puede ejercer los mismos
derechos que el hombre).
1930- 1983:
Durante el subsiguiente gobierno militar (1966- 1973) se aprueba la ley 17.711 que modifica
parcialmente la ley de matrimonio civil: deroga la facultad de representación del marido en los
actos concernientes a la esposa e introduce la posibilidad de divorcio por mutuo consentimiento
de los cónyuges (no vincular).
Antes de 1930:
Hasta finales del siglo XIX, la legislación relacionada específicamente con la natalidad es
escasa, por no decir nula.
Después de 1930:
A) 1930- 1945: Se dictan normas legales que significaron en los hechos la eliminación de
la libertad de inmigración externa y la inversión del espíritu de la legislación imperante
hasta la década de 1920. Por el contrario la discusión y generación de ideas sobre la
natliadad alcanzan en esta etapa niveles nunca superados. La natalidad de fines de los
años ’30 era la mas baja de toda la historia argentina antecedente, y tales hecho tuveron
lugar en un contexto sociopolítico signado por la segunda guerra mundial.
Lo que se hizo fue aumentar la natalidad actuando por tres vías: el aumento del
coeficiente de nupcialidad, es decir, que resulten mas los matrimonios celebrados cada
año; la reducción de la edad en la cual las mujeres contraen matrimonio; y sobre todo, el
aumento del número de hijos en cada familia.
B) 1946- 1955: a partir de 1945 como la tasa de natalidad había repuntado durante la
segunda postguerra y durante algunos años se había reanudado una poderosa corriente
inmigratoria europea, el problema de la población pareció quedar relegado en la opinión
pública. La ideología oficial de este periodo contiene una percepción de la política
demográfica que la concibe como parte integral de la policía de desarrollo. El volumen
numérico de la población es visualizado como un elemento clave para concretar su
proyecto político, porque constituye la garantía de un desarrollo económico autónomo:
por eso su carácter pro natalista.
C) 1958- 1972: después del golpe de estado de 1955, se suceden varios cambios de
régimen sin gran trascendencia económica, hasta 1958. Ahora, el volumen numérico de
la población no aparece como una variable determinante en este modelo.
D) 1973-1976: el tercer gobierno justicialista fue aun mas lejos en su acción concreta en
pro de la natalidad. Por primera vez en el país, se sancionan medidas coercitivas
respecto al derecho individual de regulación de la fecundidad. La legislación pro
natalista había operado a través del establecimiento de incentivos, que por lo demás,
poco efecto habían tenido en la modificación del comportamiento de las parajes. Asi se
promulga en 1974, un decreto que dispone el control de la comercialización y venta de
productos anticonceptivos y la prohibición del desarrollo de actividades relaciones
directa o indirectamente con el control de la natalidad.
F) 1983-1999: en 1983 asume la UCR, que no elaboro un plan de desarrollo pero si ciertos
lineamientos de políticas públicas, entre las calles no son mencionadas las variables
demográficas. En 1987 sin embargo, se deroga el decreto del último gobierno
justicialista, suprimiéndose así la norma coercitiva que más había obstaculizado la
prestación de servicios de planificación familiar. El tema de la planificación familiar
ahora empieza a plantearse en el marco más general de los “derechos reproductivos”, un
capítulo especial de los derechos humanos.
4- Los parámetros sociales: la condición femenina.
Acceso a la educación:
En 1869, había 77 por ciento de analfabetos en el total de país, siendo mayor la incidencia entre
las mujeres que entre los varones. La sanción de la ley de enseñanza primaria laica, gratuita y
obligatoria en 1884 marca un hito fundamental cuyos resultados se aprecian de inmediato. De
acuerdo a esto, el proceso de alfabetización durante el modelo agroexportador es constante pero
no reduce la brecha entre varones y mujeres. Durante el modelo agroexportador también se
denota un gran analfabetismo entre los extranjeros inmigrantes inclusive.
En 1947 el analfabetismo era muy superior en las zonas rurales respecto a las urbanas: en ambas
áreas el diferencial por sexo desfavorecía ligeramente a las mujeres, menos en las primeras que
en las segundas debido al mayor componente de extranjeras en la ciudad.
En el total del país, la equiparación de los géneros debe haberse alcanzado a comienzos de la
década de 1930, por lo menos así lo sugerían las estadísticas. En 1947, en el grupo etario 14-29
años el porcentaje de analfabetos es similar en ambos sexos. Resulta claro que entre 1870-1930
el país realizó un espectacular progreso educativo y que este proceso beneficio casi por igual a
varones y a mujeres, aunque con diferencias apreciables según su hábitat.
A partir de 1930, la escolarización temprana siguió favoreciendo a ambos sexos por igual. Sin
embargo a pesar de este proceso de mantuvieron las diferencias según el hábitat. A partir de
1980, se evidencia un fenómeno inverso: dentro de la población que a esta fuera del sistema
escolar, en las edades tempranas el porcentaje de arones analfabetos es superior al de las
mujeres de igual condición.
Educación primaria:
Educación secundaria:
Educación superior:
a) 1869- 1930: en 1869 el 59% de las mujeres de 10 años y mas residentes en el total del
país eran activas, ósea tenían un trabajo remunerado; esta cifra baja hacia 1895 y aun
mas en 1914. O sea, las mujeres trabajadoras se habría reducido a menos de la mitad
entre las dos fechas. La disminución es esencialmente atribuible a la desaparición de la
tejeduría artesanal que desarrollaban las mujeres criollas.
b) 1930- 1980: hasta fines de la década de 1950, siguió ampliándose la franja de mujeres
que se incorporaban a las nuevas actividades generadas por la industrialización
sustitutiva que induce el modelo justicialista mientras continuaban desapareciendo
puesto de carácter industrial.
- A partir de las generaciones 1915- 1919 y hasta las generaciones 1950- 1944 la
participación femenina se elevo en todas las edades.
c) 1980- 1999: desde el inicio del modelo aperturista y hasta el presente, si bien continúa
la pauta de participación femenina creciente y la especialización ocupacional en tareas
no manuales, otros factores intervinientes llevan a conclusiones menos optimistas.
Sobre todo, el gran deterioro salarial en los servicios sociales y adm. Publica, el
creciente desempleo masculino que impulso a las cónyuges a incorporarse a la actividad
aunque fuera en calidad de desocupadas, la obligada opción por trabajos informales, son
todos factores que no se pueden interpretar como progreso.
- Estratos medios autónomos (pequeños productores): respecto al grupo precedente, las mujeres
de esta condición ostenta menos niveles de participación.
- Estrato marginal (trabajadores marginales): este estrato esta principalmente constituido por
empleadas del servicio doméstico en áreas urbanas. La incorporación al trabajo es mucho más
precoz que en el resto de los estratos.
El primer hito del análisis es la nupcialidad legal de solteros. No se lo puede analizar mucho por
una cuestión de falta de datos.
Durante la primera mitad del siglo XIX, la diferencia en la edad media entre cónyuges
disminuye sin interrupción, pasando de 6 a 3 años entre 1900 y 1960. La mayor parte de este
descenso se explica por el retraso del matrimonio femenino. También se analiza dicha diferencia
en función de la edad de la mujer; se establece asi como varia la edad del hombre elegido a
mediad que la mujer avanza en edad.
Resumiendo se puede decir que la población llegada durante la gran inmigración de ultramar
mostro un comportamiento matrimonial fuertemente endogamo (al matrimonio, unión o
reproducción entre individuos de ascendencia común) según la nacionalidad, en la primera y
aun en la segunda generación. Recién en la tercera generación se encuentran evidencias que
sostienen la tesis del crisol de razas (forma en que las sociedades heterogéneas se combinan
para formar una sociedad multiétnica).
Durante el periodo 1960- 2000, la sociedad argentina modifico sustancialmente la dinámica del
proceso de formación y disolución de uniones. La crisis de 1930 pone fin al modelo
agroexportador, a la recepción masiva de inmigración de ultramar, al desbalance de los sexos y
a la primacía de la endogamia dentro de la primera segunda generación de inmigrantes como
rasgo determinante del mercado matrimonial. A partir de entonces, la exogamia facilito la fusión
de los descendientes de extranjeros, consolidando, en las áreas en las que estos se habían
asentado, un mayoritario segmento poblacional de ascendencia étnica distinta a la de la antigua
población criolla residente en las áreas más atrasadas del interior.
Todo lo anterior implica que, medida en promedio, disminuye la diferencia e edad entre ambos
cónyuges.
Otro de los andariveles por los cuales se manifestó la fragilizacion del matrimonio en los
tiempos recientes fue el aumento de la incidencia de la separación y el divorcio dentro de los
matrimonios. Cuando se otorgó la oportunidad de divorciarse, una gran parte de la población
había llegado a la conclusión de que era mejor no casarse.
Se advierte en nuestro país también una desfavorable posición que asigna el mercado
matrimonial a las mujeres divorciadas: deben competir con congéneres de menor edad y sin
cargas familiares, algo que no afecta a los varones reincidentes.
Finalmente, para los últimos años de este periodo se constató una marcada desafección por el
matrimonio religioso.
La viviendo es uno de los componentes del consumo que mas influencia tiene sobre las formas
de vivir en familia, sobre todo porque reclama soluciones mas estables y perdurables. Desde el
punto de vista del grupo y sus miembros individuales, responde a la necesidad básica de abrigo,
es el ámbito donde se realiza su reproducción biológica y cotidiana, donde se organiza la vida
de relación y se preserva la privacidad. Sus características están estrechamente relacionadas con
las etapas del ciclo de vida familiar.
Sin embargo, el habitar de las familias también depende directamente de la naturaleza de las
políticas públicas, sobre todo de aquellas que conciernen al desarrollo de la infraestructura
urbana.
En este periodo, la intervención del estado se centro inicialmente en dos aspectos: la provisión
de servicios públicos; la elaboración de legislación pertinente.
Con relación al primer punto, la acción publica derivo d una alarmada visión higienista y se
cristalizo en la extensión de la provisión de agua potable y de la red cloacal a aquellas zonas
urbanas en las que el hacinamiento de los inmigrantes se percibió como una amenaza para la
slaud publica en general.
Con relación al segundo punto, la orientación legislativa pronto supero las preocupaciones
higienistas para abarcar otras cuestiones morales y políticas. En efecto, las emergentes
manifestaciones de conflicto social que acompañaron la masiva llegada de inmigrantes
indujeron a la elite gobernante a visualizar el acceso a la vivienda como un dispositivo de
integración social.
Recién a comienzos del siglo XX empiezan a pensarse políticas públicas relativas a la vivienda
popular, las que permitieron algunas modestas intervenciones municipales y provinciales o
favorecieron las que desarrollaban ciertas instituciones. Dos tipologías orientan el desarrollo del
habitar popular durante 1880- 1930: el conventillo y la vivienda unifamiliar.
La compactación de los distintos ambientes en una sola planta posibilito la incorporación del
baño, y la cocina al interior de la vivienda. Respecto al pasado, la planta compacta, aunque
reducía las dimensiones del espacio habitable, fue percibida en el imaginario popular como la
cristalización de la “casa moderna”.
La casa individual estaba ligada a la propiedad mientras que el departamento, por fuerza, se
vinculo al alquiler. Los reformadores católicos apoyaban la primera alternativa por considerarla
mas adecuada al arraigo de la familia, mientras que los socialistas eran partidarios de la
vivienda colectiva, argumentando su mayor adaptación a las condiciones de movilidad de los
obreros y el menor costo del equipara miento colectivo.
Lapso 1955- 1975 (desarrollismo): debe recordarse que, durante este lapso, se suceden
numerosos gobiernos civiles y militares, cada uno de los cuales, sin abandonar alguna forma de
política habitacional, tuvo en este campo su propia idiosincrasia.
A todo lo largo de este periodo, fue continuo el apoyo gubernamental a las grandes empresas
constructoras de infraestructura y de conjuntos habitacionales llevados a cabo con
financiamiento publico. También se fomento el surgimiento y la consolidación de empresas de
ahorro y prestamos para la vivienda, y de las secciones hipotecarias en los bancos privados.
Lapso 1976- 1999 (aperturista) en 1976, el régimen militar consumo el retiro del estado de la
construcción de viviendas. Al mismo tiempo, libero los alquileres y llevo a cabo drásticas y
compulsivas medidas de desalojo de las villas del área capitalina.
a) Lapso 1869-1947:
Para este lapso se da una descripción de lo que debió haber sido la organización familiar previa
al modelo agroexportador, y otra que ilustra como era en el área mas modernizada
inmediatamente después de finalizado.
Si se toman en cuenta solo los hogares conyugales se comprueba que las familias
extensas tienen casi tanta importancia como las nucleares; que las primeras están
formadas bien por un solo núcleo que incorpora otros parientes, bien por la reunión
de varios núcleos emparentados entre si.
Los rasgos mas salientes de esta situación eran: el moderado tamaño medio de las
familias nucleares completas, propio de una población con alta fecundidad pero
también alta mortalidad.
- Durante 1869- 1914: en 1869, en el total del país, el promedio de personas por
familia debía rondar el valor 5,9; para 1914, había descendido a 5,4. Esta escasa
variación entre ambas fechas es seguramente el saldo neto de fenómenos
contrapuestos: por un lado, la disminución de la fecundidad durante ese lapso, lo
que debió tender a reducir el tamaño; por otro, la paralela caída de la mortalidad,
que tendió a aumentarlo
Tipo de familia (completud, nuclearidad y parentesco):
En segundo lugar, se constata una notable diminución de las familias extensas en favor de las
nucleares. Por lo tanto, en la variación del tamaño que señalamos antes están incidiendo
tendencias contrapuestas: algunas propenden a disminuirlo, otras a aumentarlo. Entre las
primeras se cuentan: el incremento de los divorcios y las rupturas de uniones consensuales.
Entre las que tienden a aumentarlo, la principal es sin duda el incremento de la esperanza de
vida, ya que prolonga el tiempo que pueden esperar vivir juntos los cónyuges que no optan por
una ruptura voluntaria.
De todos esos factores el más significativo es sin duda, la disminución de la fecundidad, lo que
se comprueba analizando la contribución de cada tipo de parientes a la conformación del
tamaño medio.
Jefatura femenina:
No se puede cuantificar bien el fenómeno, pero es seguro que en cada caso están jugando
factores de distinta índole: el envejecimiento de la población derivado de la calidad de la
natalidad, que tiende a aumentar el volumen relativo de los viudos de ambos sexos; y/o el
progreso de la esperanza de vida que favorece más el incremento de las viudas que viven en
hogares unipersonales. Los hogares unipersonales femeninos contienen mayoritariamente a
ancianas viudas que viven solas.
Se puede decir que en los últimos 50 años: a) el grupo de más rápido crecimiento es el de las
ancianas que viven solas; b) las jefas de hogares no- conyugales y las de familias completas
representan una pequeña porción del total, por lo que su incremento, aunque rápido, apenas
contribuye al crecimiento total; c) las jefas de familia monoparentales muestran un aumento
interrumpido el que muy probablemente se explique por la mayor incidencia del divorcio y la
separación de parejas consensuales.
- Hogares unipersonales: el número de personas que vive sola aumento mucho en los
últimos decenios. Las ancianas viudas devienen ampliamente mayoritarias en el
conjunto de los hogares unipersonales como resultado casi exclusivo del aumento
de la esperanza de vida. Las causas de la vida solitaria son distintas según la edad:
los jóvenes por ser solteros; edades intermedias, por el divorcio/separación.
A modo de síntesis se puede decir que los cambios en las tendencias de la mortalidad, la
nupcialidad y la fecundidad producidos en las últimas décadas se traducen en modificaciones
sustanciales de la organización familiar, entre las cuales se enumeran las principales:
- El progreso en la saluda y en la esperanza de vida determina un rápido crecimiento de hogares
unipersonales.
- Todos estos factores inciden en el contexto familiar en el que sociabilizan los niños de las
nuevas generaciones.
- Estrato medio autónomo: los estratos medios ostentan los mejores niveles de vida
de todo el espectro social, netamente superiores a todas las otras categorías sociales.
Desde el punto de vista de los comportamientos relaciones con la formación de
familia, este estrato se presenta como uno de los mas avanzados en la transición.
Por el contrario, desde el punto de vista de la estabilidad y organización familiar
parece ser el que menos ha cambiado hasta 1980.
- Estrato obrero calificado: esta compuesto por trabajadores manuales calificados por
cuenta propia (estrato autónomo) y asalariados (estrato asalariado). La mayoría
reside en ares urbanas, en especial los trabajadores por cuenta propia. Ambos
segmentos obreros ostentan un nivel de vida inferior al de los estratos medios, pero
también superior al de las restantes categorías sociales. El segmento autónomo goza
de un patrón de bienestar levemente mas beneficio que el asalariado.
Para finalizar hay que decir que En la Argentina, durante el modelo agroexportador la masiva
llegada de inmigrantes europeos, así como su prioritaria radicación en la ciudad de buenos aires
y en las grandes urbes de la pampa húmeda, se tradujo en una situación que, sino en sus causas,
si en sus manifestaciones, puede asimilarse a la expansión del pauperismo urbano que había
tenido lugar en Europa durante el siglo XIX. La inmigración y la urbanización masivas
colocaron al liberalismo gobernante ante la necesidad de asegurar la reproducción de la
población, su disciplina miento e integración social, desligando al estado de cualquier
obligatoriedad en ese campo.
Ahora bien, desde 1976, nuestro país asiste al desmantelamiento del estado de bienestar y su
reemplazo por el estado subsidiario, concepción inherente a las estrategias aperturistas y de
ajuste que comienzan a adoptarse por ese entonces. Esta dinámica social, conllevo la necesidad
de asegurar el disciplina miento de esa nueva masa de población carente. En lo que concierne a
la familia, se prolonga la tendencia a una mayor autonomía personal, el aislamiento y el
desamparo que produce la virtual confiscación de la seguridad social prevalece. El resultado es
que, el interrogante acerca del futuro de la familia asume una enunciación diferente a otros
países avanzados.