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Dr.

Casimiro Liceaga y Quezada, principal impulsor y simpatizante de la

actual medicina en México.

Alrededor del año 1833, en México se vivía una etapa de transiciones, tanto

gubernamentales como de pensamiento, pues aunque recién habían “acabado”

las guerras y el país lograba su independencia, se hizo denotar un grave

retraso científico en el país con respecto a otros del continente europeo, esto

gracias a que, durante la colonia, nuestro país estaba sometido a las normas

de la antigua España, como casi nula libertad de expresión y de pensamiento,

entre otras, lo que llevó al país a un serio atraso cultural e intelectual y que

además, ya lograda la independencia de México, le costó la clausura y

reapertura varias veces de la Facultad universitaria y otros colegios similares,

acarreando aún más consigo la ignorancia de la población en general y la falta

de desarrollo en los ámbitos científico, tecnológico e intelectual del país.

Aunado a esto, la carencia de subsidios para la educación dificultaba el

trabajo de algunos hombres por intentar sacar al país del mar de ignorancia en

el que se encontraba. Pocos alumnos y pocos catedráticos, realmente muy

pocos, no todos tenían la misma intención de aportar sus conocimientos a favor

del progreso del país. Pero el primer logro concreto que se realizó a favor del

avance intelectual del país y que sería el arranque de toda un serie de

esfuerzos unidos para bien, fue la supresión del Tribunal del Protomedicato, el

cual era el causante en gran parte del retraso de la enseñanza por las

restricciones que imponía en la Colonia. Posteriormente se funda el

Establecimiento de Ciencias Médicas con apenas dos carreras de médico y de

cirujano. Pero eso no fue impedimento para que, en busca de los mejores

hombres, en su mayoría alumnos jóvenes, se lograra impulsar el entonces


actual proyecto educativo, y del cual el frente estaba dominado por el director

don Casimiro Liceaga, hombre que defendió a capa y espada a la institución y

que gracias a su lucha inconstante y desinteresada, logró asentar los cimientos

de la misma.

Es así como este personaje ilustre decide actuar en contra de todo y de

todos aquellos que obstaculizaban el desarrollo del país.

Durante el gobierno de Santa Anna el Establecimiento de Ciencias

Médicas carecía de subsistencia legal. La escuela carecía de todo elemento

material, pues todo había sido retirado por el gobierno, pero fue don Casimiro

Liceaga quien durante toda esa etapa, sostuvo la institución con sus propios

fondos. Pero sus esfuerzos no fueron suficientes, pues llegó el día en que la

institución se volvió insostenible y se cerró. Meses después, con la promesa del

gobierno de un presupuesto destinado a la educación, el colegio se vuelve a

abrir, pero durante todo un año la institución nunca recibió un solo centavo por

parte del gobierno, y peor aún, al año siguiente, se inicia la obra de despojo,

cediendo todo el material con el q contaba a la Escuela de Cirugía que pronto

se reabriría.

Es así como, tras varios percances desafortunados, el Establecimiento

de Ciencias Médicas logra salir adelante, no sin la ayuda incondicional de aquel

hombre con fe en lograr un país mejor al nivel de los demás y también con

espíritu guerrero.

El Dr. Don Casimiro Liceaga y Quezada es un orgullo para la historia en

el ámbito médico de nuestro país, es un ejemplo a seguir de que cuando se

cree en algo muy firmemente se debe de defender luchando contra todos los
obstáculos atravesados en el camino, que lo único que logran es que nuestro

deseo por cambiar esta negligencia y corrupción siga creciendo y creciendo

cada vez más.

Actualmente, hay que hacer notar que, la falta de interés y de

emprendimiento, evitan que todos aquellos proyectos formulados por cada uno

de nosotros pierdan sus principales cualidades y pasen a ser simples deseos

abandonados a la deriva sin una oportunidad de luchar por verlos hecho

realidad. Ojalá existiesen más hombres que, a favor de sus ideales y en contra

de todo y de todos, luchan hasta que casi la misma pelea les arrebata la vida,

llevándolos al borde de la muerte, no sin antes ver realizada una parte de sus

sueños en pro de un fin en común y a favor de la humanidad, como lo hizo el

Dr. Casimiro Liceaga.


Bibliografía

 ARECHIGA y SOMOLINOS, H. Contribuciones mexicanas al

conocimiento médico, Fondo de Cultura Económica, México, 1993

 CHAVEZ, I. México En La Cultura Medica, 1a ed., Edición de el Colegio

Nacional, México 1947

 URIBE, E. et al, El Pensamiento Médico Contemporáneo, Universidad

Autónoma de Aguascalientes, 1a ed., México, 2007


Concurso de ensayo sobre la vida y obra del Dr. Casimiro Liceaga y

Quezada

Pseudónimo: Mona

Nombre: Medina Lerma Mónica María de las Nieves

Categoría: alumnos

Correo electrónico: monyflay@hotmail.com

Dirección: Fray Juan de Capistrano, No. 20, San Andrés Atenco, Tlalnepantla,

Edo. de Méx. C.P. 54040

Teléfonos: 5361 2793 / 04455 1590 0389

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