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EL PERIODISMO CULTURAL

DEFINICIÓN
El periodismo cultural se define hoy en dos grandes temas. El primero, la producción
de información sobre el juicio estético e intelectual. El segundo, las narrativas con
las cuales se cuentan las prácticas cotidianas que expresan la forma en la que una
sociedad piensa, siente y establece su relación con el mundo y con el pasado.

Por eso, el periodismo cultural abarca géneros que van desde la noticia hasta el
ensayo, pasando por la reseña, la crónica y la entrevista. Se puede leer, escuchar,
ver y navegar; incluye los suplementos de los periódicos y las revistas, los
programas radiales y los televisivos, los fanzines, las páginas web, las secciones de
cultura de los diarios, los blogs y las redes sociales.

Algunas voces anuncian que el periodismo cultural está en vías de extinción por los
cambios en las sensibilidades de los públicos, la tendencia a fusionar
entretenimiento y cultura, la ausencia de programas académicos que aborden este
campo, la monopolización de los grandes medios de comunicación y la aparición de
las nuevas tecnologías. Otras voces expresan que el auge de las redes sociales y
la aparición de medios alternativos plantean nuevas dinámicas para la consolidación
del periodismo relacionado con la cultura. Entre una y otra visión, lo que el
periodismo propone son plataformas nuevas, contenidos creativos y temas
originales.

VISIÓN CRÍTICA

¿Por qué hay poco espacio para la crítica de arte y la cultura en los medios de
comunicación tradicionales? Le hicimos esta pregunta a Paco Bardales de la
Red Peruana de Periodistas Culturales; y también al escritor Fernando
Ampuero, editor de la revista Cosas Hombre; y a Paloma Reaño, subeditora
de la revista sobre literatura, Buensalvaje. Los dos últimos, junto a Enrique
Planas de El Comercio, visitaron la PUCP la semana pasada para participar de
un conservatorio sobre el tema organizado por Carta Abierta y la revista La
Cuche, proyectos de alumnos de nuestra Facultad de Ciencias y Artes de la
Comunicación.
Todos los especialistas consultados coinciden que arte y cultura han desaparecido
de los medios tradicionales de comunicación. Pero también señalan a las nuevas
tecnologíascomo una oportunidad para generar nuevos espacios de producción y
consumo para la creación, la crítica y la distribución de actividades culturales.
No es novedad que la oferta en medios tradicionales ha disminuido. En más de un
medio esta oferta se ha reducido casi a la nulidad, señala Paco Bardales de la Red
Peruana de Periodistas Culturales, iniciativa del equipo de Sientemag y que, en
palabras de Bardales, busca generar una reflexión realista sobre la problemática del
arte peruano, las políticas públicas, la participación de la empresa privada, y sobre
el rol de los medios difusores no capitalinos.
Para el escritor Fernando Ampuero la cultura no tiene espacio por desidia. Según
él la única manifestación constante de crítica especializada en Perú la tiene el cine,
y no en todo los medios, pues muchos se dedican a poner solo estrellitas de
aprobación y desaprobación.El resto de actitividades artísticas -la danza, el
teatro, la literatura, etc.-, agrega, es un desierto de escalofrío.
Las causas
¿A qué se debe que la cultura cada vez tenga menos espacio? Paco Bardales
sostiene que se trata de un abandono en nombre de una mal concebida técnica de
competencia por vender más. En donde la cultura no tiene espacio en una era donde
lo inmediato se devora todo. Por su parte, para Paloma Reaño,
de Buensalvaje, hacen falta políticas culturales más francas y arriesgadas. “A
veces nos quedamos adormecidos por los malos augurios (el “nadie lee” o “aquí los
artistas se mueren de hambre”) y pasamos por alto que esa ausencia de plataformas
culturales es también responsabilidad nuestra. Es más fácil ser un consumidor
pasivo que ir contracorriente. Parte de nosotros crear estos espacios, y sobre todo
mantenerlos”, dice.
¿Dónde se fue la cultura?
Pero si los contenidos culturales han desaparecido del periodismo tradicional la
pregunta sería dónde han migrado. Para Bardales, el mejor contenido, crítico y
difusor, sobre temas culturales se encuentra ahora en blogs, páginas web,
plataformas, y en actualizaciones en redes sociales. No tan pesimista, añade
que las nuevas tecnologías han diversificado y atomizado la oferta, pero
también han generado una sana democratización. “Quizás la disminución no
haya sido tan dramática como creíamos. Más bien la discusión sería si la que
tenemos actualmente es suficiente o es necesaria”.
Nuevas tecnologías como posibilidad
¿Son los nuevos espacios de comunicación los únicos lugares para que se
desarrolle el periodismo cultural? Para Ampuero este periodismo ya se está
infiltrando en el Facebook y el Twiter. “Yo encuentro cada vez más links a artículos
culturales en esos medios. El Internet no mezquina este tipo de información y pienso
que, en el futuro, el soporte de las redes sociales tendrá más llegada e influencia
que los diarios impresos”, augura. El gran dilema, dice, es cómo hacer rentables
estos contenidos en un mundo de hackers.
Finalmente, para Paloma Reaño no solo las nuevas tecnologías ofrecen espacios
para la cultura. “Se me viene a la mente Cometa, la publicación dirigida por Marco
Avilés. Y abriendo un poco el panorama, pienso en Tiempo de leer, microprograma
sobre literatura en canal N, que a pesar de su reducidísima duración es una
iniciativa admirable”.

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