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San Antonio y la familia

Oh San Antonio, cándida y suave azucena de


virginidad, gema preciosa de pobreza, ejemplo
de abstinencia, espejo limpio de pureza,
espléndida estrella de santidad, resplandor del
Paraíso, columna de la Santa Iglesia,
predicador de la Gracia, exterminador de
vicios, sembrador de virtud, consolador de los
afligidos, llama ardiente de la divina caridad
y de puro amor, fúlgida luz de España e Italia,
émulo del seráfico padre San
Francisco, amante de la paz y la unidad,
despreciador de la vanidad mundana, lumbre
de la santa fe católica, mártir de
deseo, glorioso triunfador contra
los herejes, gran hacedor de milagros, refugio
seguro de todos los que recurren a ti: tú has
merecido abrazar entre tus santos brazos al
Hijo del Altísimo; con tus ardientes sermones
has encendido en la mente de los pecadores,
la llama de la divina caridad. Por tanto yo,
miserable pecador, te ruego humildemente
acogerme bajo tu potente protección
y conseguir la verdadera contrición de mis
pecados, el humilde conocimiento de mi
miseria, el regalo de llorar mis culpas, el gusto
y el fervor de la oración, la firme resistencia al
mal y el don de la contemplación del
Verdadero Dios, Belleza y Bondad infinita. Y
siendo tú llama ardiente del divino amor,
enciende mi corazón tibio y frío con el fuego
de la divina caridad tanto de hacerme siempre
despreciar a mí mismo, el mundo, la carne y el
demonio y hazme avanzar de virtud en virtud
para que, viviendo en constante fervor y
méritos ; compartiendo la muerte de los
Santos con tu poderoso patrocinio alcance
ser asociado a ellos en la gloria celeste.

Oración por la familia a San Antonio de Padua

Querido San Antonio, a ti nos dirigimos para


pedir tu protección para toda nuestra familia.
Tú, llamado por Dios, dejaste tu casa para
consagrar la vida al bien del prójimo, y a
muchas familias les diste tu ayuda, incluso con
intervenciones prodigiosas, para llevar por
todas partes serenidad y paz.

Oh Patrón nuestro, intercede a favor nuestro:


obtenemos de Dios la salud del cuerpo y del
espíritu, danos una auténtica comunión que
sepa abrirse al amor hacia los demás; haz que
nuestra familia sea, siguiendo el ejemplo de la
Santa Familia de Nazaret, una pequeña iglesia
doméstica, y que cada familia en el mundo se
convierta en un santuario de la vida y del
amor. Amén.
Oración de Protección por los hijos:

Oh San Antonio, nos dirigimos a ti para poner


bajo tu protección lo más valioso y más
querido que tenemos: nuestros hijos.
A ti, inmerso en la oración, se te apareció el
Niño Jesús, y, mientras dejabas este mundo
confortado por la visión del Señor, los niños
difundían la noticia de tu beata muerte: dirige
tu mirada a estos chiquillos que te confiamos
para que tú los ayudes a crecer, como crecía
Jesús, en edad, sabiduría y gracia.

Haz que ellos conserven la inocencia y la


sencillez del corazón, haz que tengan siempre
junto a ellos el afecto cuidadoso y la guía
sabia de los padres. Vigílalos para que, con el
pasar de los años, lleguen a la completa
madurez y, como cristianos, den testimonio de
una fe ejemplar.

Oh San Antonio patrón nuestro, permanece


cerca de todos los niños y los jóvenes y
confórtanos también a nosotros con tu
constante protección. Amén.

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