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Era la corriente predominante en España durante el siglo XIX cuando en los demás
países europeos se empezaba a manifestar abiertamente el Romanticismo. Abarca el
periodo de las luchas políticas, el caudillismo y las dictaduras.
Se caracteriza por:
- La descripción de usos, costumbres, modos de vida y personajes típicos de la época:
educación, formas de vestir, diversión, gobierno, empleocracia, vida social, etc.
-Gustos por los géneros clásicos, siguiendo a los autores grecolatinos.
-Intención moralista de la literatura como vehículo de enseñanza para formar espiritual e
intelectualmente.
.Gusto por lo pintoresco
-Contraste de atmosferas y situaciones
-Se cultivó la poesía, el teatro y el periodismo con lenguaje claro, sencillo y mordaz. A
través del tono crítico, burlón, satírico e irónico se manifiestan dos posiciones: la que
busca una nueva sociedad democrática y la que añora el pasado, rechazando el cambio.
PRINCIPALES ESCRITORES COSTMBRISTAS PERUANOS
-Felipe Pardo y Aliaga
-Manuel Ascencio Segura
-Narciso Aréstegui
-Manuel Atanasio Fuentes
-Flora Tristán
Felipe Pardo y Aliaga (1806 - 1868)
B) Artículos Periodísticos
* Aparecen en "El espejo de mi tierra", destacan : "Un viaje" (El viaje del niño Goyito). "El Paseo de
Amancaes".
C) Letrillas
* "Qué guapo chico".
* "El ministro y el aspirante".
* "La jeta del guerrero".
D) Poesía Satírica
* "La constitución política".
* "El carnaval de Lima".
Manuel Ascencio Segura (1805 - 1871)
- Ña Catita (1856)
Comedia costumbrista en que ridiculiza a la típica limeña cucufata, hipócrita y chismosa, con
ciertas reminiscencias de la Celestina española. Esta Catita pretende beneficiarse, en
complicidad con doña Rufina, madre de Juliana, con la disyuntiva de casar a la joven Juliana
con un anciano de nombre don Alejo, o con el joven, pero modesto Manuel. Cuando todo
estaba previsto para el matrimonio de la joven con el acaudalado anciano, se descubre
fortuitamente que éste era casado. Entonces, don Jesús, padre de la muchacha expulsa a Ña
Catita por alcahueta y permite el matrimonio de su hija con Manuel. Evidentemente, la ironía
también apunta a la familia de clase media y su afán de medro, sobre todo a través del
personaje de la madre que, en todo momento, intenta casar a su hija con un viejo adinerado a
pesar de que no existe amor.
Cuenta que nació a la “siete y media de la mañana del 2 de mayo de 1820 y murió en enero de
1889”. Fue hijo único de un médico cirujano llamado Francisco Fuentes y de una mujer de
nombre Andrea Delgado. A la muerte de su padre,
en 1837, ya había iniciado sus estudios de Filosofía y
Derecho en el Convictorio de San Carlos. Luego fue
becado y apadrinado por el eminente Cayetano
Heredia, quien lo llevó a estudiar Medicina en el
Colegio de la Independencia. Nunca terminó la
carrera aunque la llegó a ejercer de manera
clandestina, algo que irónicamente no le impidió
crear en el país la carrera de Medicina Legal. En cambio, su vida como jurista cobraría mayor
relevancia: en la década de 1870 —se dice— destacaba entre los 49 abogados expeditos en Lima
para litigar. En el tercer tomo de su “Historia del Derecho Civil Peruano”, Carlos Ramos Núñez
reconstruye los milagros del Murciélago como abogado, recoge sus múltiples juicios, y consigna
como anécdota un aviso aparecido en El Comercio, en 1874: ahí Fuentes se ponía a “disposición
de las personas” que quisieran “ocuparlo para la defensa de sus pleitos”.
Su bibliografía es amplísima y no solo abarca tratados de Derecho, Legislación y Estadística,
biografías de virreyes y compilaciones históricas, sino también lo más sabroso y divertido del
siglo XIX: una serie de textos en los que atacaba a tirios y troyanos, y que publicó en periódicos
fundados por él mismo como El buscapique, El semanario de los niños o El murciélago, un
bisemanario al que le debió su singular apodo, y que tuvo esporádicas apariciones (muerte y
resurrecciones, como las llamaba) a lo largo de más de tres décadas, desde 1855 hasta 1884.
Eran cuatro páginas que aparecían con desopilantes artículos y poemas, además de ilustraciones
y eslóganes variables (“Periódico burlón, relleno de salchicha y salchichón”).
.Poseía una cultura sólida y nutrida, casi de erudito, que sabía muy bien distribuir en arduos
estudios de legislación, economía, política y medicina legal. Pero es como periodista satírico
cuando adquiere relieve propio y singular, como tal no tiene coteja ni paralelo. Fuentes lleva en
la punta de la pluma el fino y mortal acero de un estoque toledano”. Sus puntillazos atacaron,
entre otros, a Ramón Castilla —aunque con el tiempo se convirtió en su propagandista—, a
Agustín Gamarra y Nicolás de Piérola, y a personajes como Ricardo Palma —de quien fue amigo
y luego se distanció— o José María Samper, un periodista colombiano que había sido contratado
por El Comercio para editar una revista cultural, y que fue blanco de sus burlas y críticas.
Justamente fue Samper el que publicó un poema “cuasi-lírico”, titulado “El vampiro”, para
responder a estos ataques.
BIBLIOGRAFÍA