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Emile Durkheim: (Paul Carls/ universidad de Montreal)

El cambio social y la modernidad en el mundo occidental.

Una de las más prominentes y problemáticas interpretaciones del pensamiento de Durkheim es el error
generalizado de pensar que él no posee una teoría del cambio social. Por el contrario el cambio social es el
foco principal del pensamiento de Durkheim. En particular, Durkheim se ocupa de la difícil transición de
la sociedad medieval europea a la moderna.

A) Causas del cambio social:

La teoría del cambio social es ampliamente elaborada en su obra “Sobre la División del trabajo social”. En
esta obra Durkheim sostiene que el cambio social es un proceso mecánico, lo que significa que no es
dirigido de ninguna forma intencional. Es estimulado sobre todo por los cambios en la maneras como la
gente interactúa, que a su vez depende de las condiciones demográficas y materiales de la sociedad. Los
dos factores principales que afectan la interacción social son el crecimiento en la densidad de la población,
y los avances en tecnología, notablemente en los campos de la comunicación y el transporte. Eso es debido
a que el crecimiento de la población y los avances en tecnología incrementan la conectividad social,
conduciendo a interacciones que difieren en cantidad, intimidad, frecuencia, tipo y contenido. Las ciudades,
el escenario del cambio social, también emergen y crecen como resultado de los cambios en la población y
en la tecnología. El ritmo con el que los individuos entran en contacto e interactúan, es lo que Durkheim
llama moral o densidad dinámica.

El cambio más importante que tiene lugar como resultado del incremento de la densidad moral ocurre a
nivel estructural en lo que Durkheim llama la división del trabajo. Al principio las sociedades se
caracterizaban por lo que él llamó solidaridad mecánica. En la solidaridad mecánica, los grupos eran
pequeños, los individuos se aprecian unos a otros, y su conciencia individual era más o menos sinónimas y
dependientes de la conciencia colectiva. Había poca o ninguna iniciativa individual, y los individuos
pertenecían al grupo. El individuo y la individualidad como la conocemos no existía. A medida que se
incrementa la densidad moral, esto cambia. Apelando a la teoría darwinista de la evolución, de que entre
más se asemejen dos organismos, mayor es el enfrentamiento por los recursos, Durkheim argumenta que
en un incremento de la densidad moral se incrementa la lucha por los pocos recursos disponibles. En orden
a mitigar la competencia y para que haya vida social armoniosa, los individuos en una sociedad
especializarán sus labores y perseguirán medios diferentes para su subsistencia. A medida que una sociedad
crece en densidad moral, en esa misma proporción el trabajo social se dividirá y las labores de los individuos
se especializarán aún más. Esto conduce a lo que Durkheim llama solidaridad orgánica, o solidaridad
basada no en las semejanzas de los individuos, sino sobre la interdependencia funcional de las partes
de la sociedad, como los órganos del cuerpo son interdependientes. De esta manera, afirma Durkheim, las
sociedades modernas mantendrán su cohesión. En los que respecta a los impactos específicos de la división
del trabajo, él concentró su investigación sobre Europa.

B) La división del trabajo y la emergencia de la modernidad en Europa:

Uno de los más importantes efectos de la división del trabajo es el surgimiento del individualismo y la
importancia del individuo en el seno de la sociedad. En orden a que se de la especialización en el trabajo,
el individuo debe gozar de una mayor libertad para realizar su trabajo. A medida que crece la
especialización del trabajo, también crece la autonomía individual, puesto que el resto de la sociedad es
cada vez menos capaz de decirle al sujeto cómo realizar su trabajo. De esta manera el individuo se siente
menos presionado por la sociedad. Como resultado de estas divisiones en la sociedad, habrá cada vez menos
experiencias compartidas por todos los miembros del grupo, desembocando en diversos puntos de vista y a
una mayor diversidad entre los individuos y dentro de la conciencia colectiva. La división del trabajo, por
tanto tiene el importante efecto de individualizar la población y crear diferencias entre los individuos
en una sociedad. La creación del individuo a través de este proceso es quizá el carácter definitivo del la
modernidad.

Es importante notar aquí la oposición de Durkheim a los teóricos del contrato social y los utilitarias como
Spencer1, que argumentan que la sociedad empieza cuando los individuos se juntan para formar grupos. De
muchas maneras su libro “División” es una refutación a esta teoría y un esfuerzo por mostrar que la vida
colectiva no nace del individuo, sino, que el individuo nace de la vida colectiva.

La división del trabajo ha tenido los mayores impactos dentro de la economía y el ámbito social, como se
evidencia en el desarrollo histórico de Europa. En la sociedad medieval, había instituciones muy definidas
en el campo de la religión, la política, y de la educación, que eran fácilmente distinguibles entre sí. La
organización del sector económico era especialmente importante, con gremios desarrollados en
instituciones fuertes que eran como el corazón de la vida social. Esas instituciones regulaban los precios, la
producción y mantenían las buenas relaciones entre los miembros de un mismo oficio. Estas instituciones
y estructuras de la sociedad aseguraban que los individuos se integraran al tejido social adecuadamente,
promoviendo la solidaridad social. En los siglos XVIII y XIX, sin embargo, un aumento considerable de la
población fue asociado con un mayor salto demográfico, gracias a la innovación tecnológica (como el
ferrocarril, la máquina a vapor, y varias técnicas manufactureras). Sin las restricciones previas a la
movilidad o la capacidad de producción, las ciudades crecieron ampliamente en tamaño; una producción
centralizada de bienes, y el equilibrio económico y social que existía en la edad media, se rompió. La cada
vez más creciente movilidad de bienes y personas extendió el alcance de las instituciones sociales,
económicas y políticas. Como resultado, el sistema de los gremios desapareció y el comercio
interdependiente de las regiones dio paso a la interdependencia internacional. Instituciones de mayor escala
en política, educación, medicina, envíos, manufactura, arte, la banca y otras, que eran libres de las
limitaciones regionales desarrollaron y extendieron su influencia a mayores porciones de la sociedad.

En esencia, Durkheim describe el nacimiento del moderno estado industrial. La concentración de la


población y la centralización de los medios de producción crearon un enorme salto en el camino de la vida
en áreas amplias de la sociedad europea. También cambió la manera de relacionarse los individuos entre sí.
La vida citadina se caracterizaba por relaciones intimas más débiles y menos frecuentes, mayor anonimato,
pero también mayor libertad individual. La vida laboral era también diferente de la del sistema de gremios,
a medida que los obreros se separaban de sus familias en mayores segmentos del día, había mayor estrés en
el sistema nervioso de los obreros, y los obreros trabajaba en líneas de ensamblaje que gobernaban y
mecanizaban sus movimientos. Bajo tales circunstancias, el estilo de vida que correspondía a la sociedad
medioeval ya no existía en la vida del moderno mundo industrial. Era imposible para las nuevas
generaciones vivir de la misma manera que sus predecesores y la sociedad europea fue testigo del
debilitamiento de sus tradiciones anteriores particularmente las tradiciones religiosas.

C) la muerte de los dioses:

“los antiguos dioses envejecieron o han muerto, y otros no han nacido aún”

Una parte increíblemente importante del pensamiento de Durkheim que es muchas veces pasada por alto es
su declaración de la muerte de los dioses de la sociedad europea, y lo que esto significó para el futuro de la

1
British philosopher and sociologist, Herbert Spencer was a major figure in the intellectual life of the Victorian era. He was one of the principal
proponents of evolutionary theory in the mid nineteenth century, and his reputation at the time rivaled that of Charles Darwin. Spencer was
initially best known for developing and applying evolutionary theory to philosophy, psychology and the study of society -- what he called his
"synthetic philosophy" (see his A System of Synthetic Philosophy, 1862-93). Today, however, he is usually remembered in philosophical circles
for his political thought, primarily for his defense of natural rights and for criticisms of utilitarian positivism, and his views have been invoked by
'libertarian' thinkers such as Robert Nozick.
civilización occidental. La declaración de Durkheim no debe confundirse con la famosa afirmación de
Nietzsche de “la muerte de Dios”. Puesto que Durkheim fue cercano a algunas obras de Nietzsche y
coinciden en algunos puntos al respecto, sin embargo, Durkheim no parece hacer sido influenciad por
Nietzsche en este tema. En cambio, la declaración de Durkheim de la muerte de los dioses, está íntimamente
ligada a su análisis de la desintegración de la sociedad europea que trajo consigo la modernidad, un tema
al que él vuelve a lo largo de su carrera.

Hay dos partes de la declaración de Durkheim que necesitan individualizarse. Por una parte, los antiguos
dioses han muerto. Puesto que ha tenido lugar una masiva transformación, la sociedad europea ha sido
profundamente des- estructurada. Las instituciones que animaban la vida medioeval han desaparecido.
Como resultado, los individuos lo han tenido más difícil para encontrar vínculos significativos en los grupos
sociales y la sociedad como un todo perdió su unidad primaria y cohesión. No solo eso, sino que las
transformaciones que condujeron a la modernidad también opacaron las creencias originales y volvieron
irrelevantes las prácticas o costumbres. Las grandes cosas del pasado, la política, la economía, la sociedad,
y especialmente las instituciones religiosas, ya no inspiraban el entusiasmo como lo hicieron en el pasado.

Con las formas de vida antiguas ya no relevantes y una sociedad ya no cohesiva, la fuerza colectiva tan
vital para la vida de la sociedad no se generó más. Esto habría tenido un impacto importante sobre la religión
de la sociedad medieval, el cristianismo. Puesto que la sociedad ya no tenia los medios para crear al fuerza
colectiva que existía en nombre de Dios, la creencia en Dios se debilitó substancialmente. La sociedad
cristiana ya no estaba suficientemente presente en el individuo como para mantener la fe en Dios. Los
individuos ya no experimentaron en sus vidas, literalmente, la presencia de Dios. Con la falta de fe en Dios
se llegó a un rechazo de los elementos de la doctrina cristiana, como la moral cristiana, la metafísica
cristiana, que fueron reemplazadas por las nociones modernas de justicia y ciencia. En suma, el medio
social que soportaba la cristiandad desapareció, dejando la la fe cristiana, los valores y el pensamiento sin
ningún fundamento social que les diera vida.

Este desvanecimiento de la cristiandad en la sociedad europea no es en sí un problema, puesto que refleja


simplemente el curso natural de desarrollo que una sociedad puede seguir. El problema surge cuando se
toma en cuenta el segundo elemento de la frase de Durkheim: no han sido creados nuevos dioses para
reemplazar a los antiguos. Según Durkheim,los cambios en la sociedad europea ocurrieron tan rápidamente
no han surgido nuevas instituciones capaces de formarse en ausencia de las antiguas. Tampoco la sociedad
europea ha sido capaz de crear una religión que reemplace al cristianismo. En lugar de eso, lo que Durkheim
vió en Europa fue una sociedad en estado de desintegración, caracterizada por una falta de cohesión, unidad
y solidaridad. Los individuos en una sociedad como esta no tienen vínculos entre ellos e interactúan de
manera similar a las moléculas del agua, sin una fuerza central que sea capaz de organizarlos y darles forma.
La sociedad europea se convirtió en un montón de arena que el más suave viento puede fácilmente borrar.
En otras palabras, la sociedad europea ya no era una sociedad en el sentido en el que Durkheim entendía el
concepto, lo que abría la puerta a nuevos problemas posteriores.

Para empezar, una sociedad como esta es incapaz de generar las fuerzas sociales que actúen sobre el
individuo. Es incapaz de crear una autoridad que ejerza presión sobre los individuos para que actúen y
piensen de manera similar. Sin esas fuerzas actuando sobre el individuo desde fuera, los individuos se
dispersan de su compromiso social y se entregan a los suyos. Los deberes no son ya aceptados como carta
blanca y las reglas morales no son vistas como vínculos. Vistas las cosas, los individuos se desvinculan
progresivamente de sus obligaciones de grupo y actúan solo por sus intereses. Hay dos condiciones que
Durkheim cree que caracterizan la sociedad europea: un individualismo rampante y una moral débil. El
término de Durkheim para esto es “la moral fría” en la cual el quiebre de la moral se llama anomia, un
desprecio a las leyes del estado, en cuya tradición las reglas han perdido autoridad.
Un segundo problema emergente del hecho de que la sociedad ya no esté presente al individuo es el alto
índice de suicidios, específicamente dos tipos de suicidios que Durkheim identifica a en su obra con ese
mismo título. El primero es el suicidio egoísta, en el cual el individuo ya no ve un propósito en la vida y la
percibe sin sentido. Estos sentimientos afloran puesto que los vínculos que integral al individuo en la
sociedad son frágiles o inexistentes. Este problema envuelve a la sociedad porque la sociedad es una
importante fuente de sentido y dirección para los individuos, dándoles metas que seguir y normas que los
guían. El segundo tipo de suicidio es el suicidio atómico, que envuelve lo que Durkheim llama “el mal del
infinito”. Normalmente la sociedad con la ayuda de su código moral, juega un papel importante definiendo
cuales son las aspiraciones legítimas en la vida, como las preocupaciones del dinero, los bienes materiales,
o cualquier otro tipo de placer. Sin límites sobre estos deseos, las pasiones se exaltan, y las exceptivas de
los individuos no se corresponden con la realidad. Consecuentemente el individuo se mantiene en un
perpetuo estado de infelicidad. Ambos tipos de suicidios resultan de una debilidad de la solidaridad social
y de la incapacidad de la sociedad para integrar adecuadamente a sus individuos.

Una consecuencia final es que la sociedad no tiene una medida interior de la verdad y no tiene manera
autoritativa para organizar o entender el mundo. En un estado como este, emergen conflictos entre
individuos o grupos que tienen diferentes maneras de entender el mundo. Un conflicto como este se puede
ver en los siglos XIX y XX entre la religión cristiana y la ciencia moderna, un conflicto en el que el mismo
Durkheim tomó parte y que continúa hasta el día de hoy.

D) La nueva religión del mundo occidental: el culto al individuo

De acuerdo con el Durkheim tardío, la religión es parte de la condición humana, y a medida que los humanos
se agruparon en la vida colectiva, terminaron inevitablemente formando una religión de cualquier tipo. A
medida que Europa se caracterizaba por un estado de transición; salida de las cenizas del cristianismo, una
nueva religión debía entonces emerger. Esta nueva religión debería formarse en torno al objeto sagrado de
la persona humana, representado en la individualidad, el único elemento común a todos en la sociedad que
se ha vuelto cada vez más diversa e individualizada. Adecuadamente Durkheim llama a esta nueva religión
“el culto al individuo”. Pero cómo empieza esta nueva religión? Cuál es su concepción del individuo? Y
qué tipo de sociedad/religión puede crear este culto al individuo?

Para empezar, el culto al individuo comienza, como todas las religiones, de acuerdo con Durkheim, con la
efervescencia colectiva. Los primeros momentos de la efervescencia colectiva para el culto a la
individualidad pueden encontrarse en las revoluciones democráticas que tuvieron lugar en Europa y en
todas partes al final del siglo XVIII y durante el siglo XIX. La revolución francesa es el ejemplo perfecto
de tal despliegue de energía colectiva. El concepto de individuo que esos movimientos sociales abrazaron,
siguieron fuertemente la la linea de pensamiento establecida durante la Ilustración; basada en una idea
general de la dignidad humana que no conduce a una visión egoísta o narcisista del ser. Como reconoce
Durkheim, el individualismo del culto al individuo es el de Kant y Rousseau; es lo que la declaración de
los derechos del hombre, el documento que produjeron los revolucionarios durante la revolución francesa,
intentó codificar más o menos exitosamente.

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