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ART.

371: NEGATIVA A COLABORAR CON LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA

“El testigo, perito, traductor o intérprete que, siendo legalmente requerido, se abstiene de

comparecer o prestar la declaración, informe o servicio respectivo, será reprimido con pena

privativa de libertad no mayor de dos años o con prestación de servicio comunitario de veinte a

treinta jornadas.

El perito, traductor o intérprete será sancionado, además, con inhabilitación de seis meses a dos

años conforma al artículo 36, incisos 1,2 y 4".

I. ANTECEDENTES LEGALES

La fuente nacional directa es el artículo 326 del Código penal de 1924 que contiene idéntica

redacción (con la acostumbrada diferencia del empleo del verbo en tiempo futuro y la penalidad

menor).

A nivel de legislación extranjera el artículo 243 del Código penal argentino es el modelo básico

que fue utilizado para la redacción del tipo penal peruano.

Otras legislaciones penales como la francesa, alemana, italiana tienen también un apreciable

nivel de influencia, pero !a técnica de redacción deriva del modelo argentino que no establece

ninguna condición o razón legal de punición (expresa, notoriamente falsa, falso pretexto, excusa

falsa), que sí contienen los tipos legales de las citadas legislaciones europeas.

II. LA FIGURA PENAL

Estamos ante un tipo penal de autores bien delimitados, quienes dolosamente omiten con cumplir

un deber para con la administración pública. El tipo es de un espectro amplio en cuanto al sujeto
pasivo, pues no se reduce al solo ámbito jurisdiccional, abarca también el administrativo y

legislativo incluso.

La figura penal es un caso específico (en referencia a los autores y al hecho material) de

desobediencia a la autoridad del funcionario público (art. 368), de la que se diferencia por el no

empleo de la palabra "orden". Otras legislaciones como la italiana de 1889 circunscribían la

comparecencia al ámbito judicial.

III.TIPICIDAD OBJETIVA

De la lectura del tipo penal se evidencia con claridad meridiana que el tipo penal engloba hasta

dos conductas típicas claramente diferenciables.

Así tenemos que la primera conducta delictiva se configura cuando el agente especial que tiene

la calidad de testigo, perito, traductor o intérprete se resiste o se abstiene de concurrir al

requerimiento de la autoridad competente para colaborar o prestar apoyo en un proceso judicial o

administrativo. Aquí muy bien apunta Rojas Vargas», el testigo, perito, traductor o intérprete

desobedece la intimación (notificación de cumplimiento obligatorio) hecha legalmente de

comparecer, es decir, de presentarse ante el funcionario que le ha requerido en lugar, día y hora

señalada. Dicho comportamiento constituye una omisión simple que infringe el mandato

contenido en el requerimiento.

En tanto que la segunda conducta se configura cuando el agente especial que tiene la calidad de

testigo, perito, traductor o intérprete, pese a que ha concurrido ante la autoridad que le requirió,

se abstiene o niega a prestar declaración, informe o servicio de apoyo requerido en un proceso

judicial o administrativo. El momento de la negativa se pude dar al comenzar el acto procesal y

ser invocado a cumplir con el con-tenido del requerimiento o antes de iniciado éste (al negarse a
admitir las formalidades del caso). La negativa no requiere ser total, pues el agente puede

cumplir en parte y negarse en el resto de su declaración, informe o servicio.

Sin duda, para configurarse el delito es necesario que preexista un requerimiento oficial dictado

por autoridad en pleno ejercicio de sus funciones y dentro de las formalidades que exige el

procedimiento. No le falta razón a Rojas Vargas cuando señala que condición relevante es que

debe existir la obligación o deber de comparecer y cumplir con la declaración, informe o

servicio. Sobre este último requisito, las leyes procesales han establecido limitaciones al poder

del Estado en su facultad de requerir el cumplimiento de la concurrencia física a declara. Véase

por ejemplo el artículo 14l del Código Procesal Penal.

IV. BIEN JURIDICO PROTEGIDO

El bien jurídico genérico que se pretende proteger es la recta de la administración pública. Sin

embargo el objeto específico de protección penal lo constituye el normal desarrollo de los

procesos (todo tipo de procedimientos) al interior de la administración pública. Aquellos

procesos se verían seriamente afectados si los auxiliares de la justicia dolosamente se negaran a

colaborar con la administración.

V. SUJETO ACTIVO

Es un delito especial, toda vez que autor o sujeto activo del delito solo pueden ser aquellas

personas que tienen las cualidades siguientes: testigo, perito, traductor o intérprete.

Nadie más pude ser sujeto activo de este delito.


Testigo es quien teniendo conocimiento de hechos relevantes para el proceso es convocado por la

autoridad competente para prestar declaración. Perito es aquella persona habilitada como tal que

tiene conocimientos técnicos o especiales y es convocado por la autoridad para emitir dictamen

pericial. Intérprete es la persona que es convocada por la autoridad para entender lo dicho por

quién habla un idioma distinto al oficial con el cual se desarrolla el procedimiento. En tanto que

traductor es el especialista que convierte al idioma oficial lo que está escrito en idioma o dialecto

distinto.

VI. SUJETO PASIVO

El sujeto pasivo siempre será el Estado por ser el único titular del bien jurídico protegido, como

es la correcta administración pública.

VII. TIPICIDAD SUBJETIVA

De la lectura del tipo penal se concluye que se trata de conductas delictivas de comisión dolosa,

no cabe la comisión por culpa. Solo es aceptable un dolo directo, no es posible la comisión por

dolo eventual. Aquí el agente actúa con conocimiento del requerimiento que le hace la autoridad

y la voluntad de abstenerse de concurrir o cumplir el deber encomendado por la autoridad dentro

del proceso oficial.

VIII. TENTATIVA Y CONSUMACIÓN

Al tratarse de un delito de desobediencia específica por omisión propia, el delito se consuma, en

el primer supuesto, con la no concurrencia del testigo, perito, traductor o intérprete pese al

conocimiento del requerimiento oficial. En el caso de concurrir al requerimiento de la autoridad,

en el segundo supuesto, se consuma cuando el testigo, perito, traductor o intérprete se abstiene de


prestar declaración, informe o servicio requerido. No se exige, a efectos de la consumación,

algún resultado.

Por la misma naturaleza del delito consideramos que no es posible que la conducta se quede en

grado de tentativa.

IX. PENALIDAD

El autor del delito de desobediencia a mandamiento o requerimiento de autoridad competente,

luego del debido proceso y acreditarse su responsabilidad penal, será reprimido con pena

privativa de libertad no menor de dos años o con prestación de servicio comunitario de veinte a

treinta jornadas.

En el caso que el autor del delito tenga la calidad de perito o intérprete será sancionado, además,

con inhabilitación de seis meses a dos años conforme al artículo 36a, incisos 1, 2 y 4. Es decir, se

le privará de la función, cargo o comisión que ejerce aunque provenga de elección popular;

también se le inhabilitará para obtener mandado, cargo, empleo o comisión de carácter público;

así como también se le inhabilitará para ejercer por cuenta propia o por intermedio de terceros,

profesión, comercio, arte o industria.

X. CONDUCTA ATIPICA

Para Carlos CREUS, "es un delito de omisión, ya que con él se viola un mandato que impone

una determinada conducta, no realizándola".

La figura penal está compuesta por dos tipos:

a) Abstenerse de comparecer a prestar declaración, informe o servicio

1. El abstenerse de comparecer
El testigo, perito traductor o intérprete desobedece la intimación (notificación con carácter de

cumplimiento obligatorio) hecha legalmente de comparecer, es decir, de presentarse ante el

funcionario que le ha requerido en el lugar, día y hora señaladas. Dicho comportamiento

constituye una omisión simple (llamada también omisión propia) que infringe el mandato

contenido en el requerimiento.

El momento típico generalmente se sujeta a lo dispuesto en los respectivos ordenamientos

procesales o procedimientos que por lo general requieren, luego de citaciones regulares, bajo

apercibimiento en caso extremo de efectuar la denuncia penal.

b) Abstenerse de prestar declaración., informe o servicio

El comportamiento típico está precedido aquí de una acción: el comparecer físicamente ante la

presencia del funcionario. La omisión delictiva se presenta al negarse el sujeto activo (testigo,

perito, traductor o intérprete) a dar su declaración (en el caso del testigo), brindar su informe (en

el caso del perito) o prestar su servicio (en el caso del traductor o intérprete). El momento de la

negativa se puede dar al comenzar el acto procesal y ser invocado a cumplir con el contenido del

requerimiento o antes de iniciado éste (al negarse a admitir las formalidades del caso). La

negativa no requiere ser total, pues el agente puede cumplir en parte y negarse en el resto de su

declaración, informe o servicio.

El efecto de desobediencia es el mismo: el entorpecimiento de la labor procesal administrativa o

jurisdiccional y la no colaboración o auxilio con la labor funcional, el proceso y la verdad.


ART. 373: SUSTRACCION DE OBJETOS REQUISADOS

Art. 373: "El que sustrae objetos requisados por la autoridad, será reprimido con

pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.".

I. ANTECEDENTES LEGALES:

La fuente extranjera de donde se extrajo el modelo tanto para la figura del código de 1924

y de 1991 está constituida por el artículo 258 del proyecto de Código penal Suizo de 1918.

II. LA FIGURA PENAL:

Nos encontramos ante una figura especial de hurto, donde la cosa objeto de la acción ilícita

se halla bajo la esfera de posesión pública. El hurto en estas condiciones ha merecido una

elevación de sanción punitiva. Es solitaria la presencia normativa de esta figura especial en el

contexto de las legislaciones comparadas. Sólo el singular celo maximalista del legislador

peruano ha permitido la existencia de este tipo penal específico, vinculado al efecto

requisamiento.

PEÑA CABRERA, nos señala que el artículo 373" del CP, viene a recoger aquellas

conductas cuyo disvalor, se manifiesta en un atentado contra el principio de Autoridad y

contra la integridad de los objetos que son requisados por la Administración, pues cuando

aquéllos ingresan a la esfera de custodia del funcionario público no pueden ser poseídos por

los particulares (administrados).

Así mismo nos dice que en el devenir de una actuación típicamente funcionaríaI toman

lugar una serie de intervenciones (policiales, aduanas, SUNAT, INDECOPI, Ministerio

Público, etc.), a los diversos agentes económicos, que de formal o informalmente, expenden

una serie de productos y bienes en la vía pública, o su defecto constituyen comerciantes


apostados en tiendas y galerías, comercializando mercadería de contrabando o en su caso,

bienes falsificados y/o corrompidos.

Por otro lado resulta una práctica general, los operativos policiales, de los servidores

municipales, importando la requisa de una serie de productos, bienes y otros afines, por no

cumplir con los requisitos para su expendio (vendedores ambulantes); en otros supuestos

aparece ya la Incautación de objetos de procedencia delictiva, sea en calidad de receptadores o

aquellos vendedores dedicados al expendio de productos falsificados (piratas), de contrabando

o que implican una defraudación a la renta de Aduanas.

En dicho proceder, las autoridades públicas competentes, proceden a requisar dichos

bienes, que con propiedad supone su incautación, generando una nueva esfera de custodia de

los mismos, es decir, la Administración se rige formalmente en custodio de dichos objetos,

por el tiempo que prescriba la Ley pertinente.

1. TIPICIDAD OBJETIVA:

III.BIEN JURIDICOPROTEGIDO:

El bien jurídico genérico protegido es la correcta administración pública. En cuanto, al

objeto específico de protección penal es el interés del Estado de garantizar la existencia bajo

custodia de determinados objetos que son o serán en el futuro de interés para la

administración pública.

IV. SUJETO ACTIVO:

Puede ser cualquier persona. El tipo penal no exige alguna cualidad o calidad especial en la

persona del agente. Puede ser tanto un funcionario o servidor público como un particular.
V. SUJETO PASIVO:

El sujeto pasivo siempre será el Estado al constituirse en el único titular del bien jurídico

protegido, como es la correcta administración pública.

2. TIPICIDAD SUBJETIVA:

De la lectura del tipo penal, inmediatamente se cae en la cuenta que se trata de un delito de

comisión dolosa, no cabe la comisión por culpa del agente.

El sujeto activo actúa con conocimiento que el bien ha sido requisado por la autoridad

competente, sin embargo voluntariamente lo sustrae del lugar donde se encuentra. Se saca

de la esfera de vigilancia del que lo tiene en su poder.

Si por ejemplo el agente no sabe o desconoce que está sustrayendo un objeto requisado por

autoridad competente, no se configura el delito en comentario, subsumiéndose la conducta

en la figura del hurto siempre y cuando aquel objeto tenga un valor patrimonial superior a

una remuneración mínima vital.

Igual que Abanto Vásquez, consideramos que el tipo penal solo admite el dolo directo. No

es posible que la conducta típica se perfeccione por dolo eventual.

VI. CONDUCTA ATIPICA

Esta conducta típica en forma objetiva se configura con el solo hecho de realizar el acto de

sustraer objetos requisados por la autoridad de la esfera de vigilancia donde se encuentran.

FIDEL ROJAS, señala que este tipo penal es de contenido simple, pues posee un solo verbo

rector: el verbo sustraer. Sus componentes materiales son dos:

a) la existencia de objeto requisado por autoridad y


b) la sustracción de los objetos.

a. La existencia de objeto requisado por autoridad:

La figura penal presupone que existan objetos que hayan sido requisados por la

autoridad. Esto define un estado previo material de existencia de objetos para que pueda

ser típica la acción de sustraer. De forma que si los objetos sustraídos no son producto de

requisa por autoridad, la acción deviene atípica en el caso de la figura 373, pudiendo

subsumirse en la tipicidad de la figura 372, o del hurto himple (art. 185).

 La requisa. Es un procedimiento técnico común de carácter policial administrativo,

fiscal o judicial por la cual se confiscan o incautan objetos de diversa procedencia o en

relación específica con actividades delictivas (producto del contrabando, del tráfico

ilícito de drogas, instrumentos relacionados a delitos contra la vida, bienes muebles

producto de delitos económicos, etc.).

 La autoridad que requisa. La requisa puede ser ordenada por autoridad policial,

penitenciaria, judicial, administrativa (fiscal-aduanera, etc.). La figura legal no ha

agregado al término autoridad, el predicado competente, no obstante tal omisión, es de

lógica jurídica subsumirla en el tipo. No se requiere que exista necesariamente proceso

en trámite, ni que se haya iniciado judicialmente (lo que explica las requisas hechas

post-proceso, o las iniciadas antes de proceso a nivel policial o por orden del

Ministerio Público).

 El objeto requisado. Dichos objetos corresponden pues a los obtenidos mediante tales

operativos o procedimientos técnicos. No constituirá objeto requisado el embargado o

el dado en custodia a un funcionario público o tercero, pues no obstante el origen (que


puede provenir de requisa) la situación jurídica de la tenencia o posesión jurídica del

objeto ha cambiado de naturaleza y calidad.

El destino de los objetos requisados es asunto irrelevante para la figura delictiva.

De ese modo, el objeto requisado al que hace referencia el tipo penal será aquel bien

mueble incautado como consecuencia de la realización de la requisa efectuada por

autoridad competente.

 Requisa, decomiso o incautación. El decomiso o comiso es una sanción accesoria

contemplada a nivel de consecuencias jurídicas del delito (arts. 102 y 103 del Código

penal), que implica la pérdida de los objetos (o efectos) incautados provenientes de la

infracción penal o de los instrumentos con que se hubiere ejecutado. Pero para ser

aplicada dicha consecuencia accesoria necesariamente debe haberse producido la

incautación respectiva de dichos objetos. De ahí concluimos que el elemento común

que es utilizado para que se genere el objeto requisado o el decomisado es la

incautación a nivel de confiscación (requisa) en sentido restrictivo o confiscación en

sentido amplio (decomiso). Resumiendo, la requisa y el decomiso son especies del

genero incautación, que tiene naturaleza jurídica distinta.

b. La sustracción de los objetos:

Cabe señalar que la acción de sustracción, es decir, la remoción o desplazamiento del

objeto de la esfera de dominio oficial debe ser de objetos requisados por autoridad. No es

relevante para la consumación de este tipo penal qué es lo que hace con el objeto el sujeto

activo: si lo destruye, regala, deja tirado, lo vende, esconde, etc. Al respecto CARLOS nos
dice que sustraer es quitar el objeto requisado de la esfera de custodia en que se halla. No

equivale al apoderamiento propio del hurto. Basta, en este caso, desapoderar de la cosa

aunque sea momentáneamente al legítimo tenedor.

No se precisa que el agente quiere disponer para sí o para un tercero los objetos requisados.

A. TENTATIVA Y CONSUMACIÓN

El delito se perfecciona o alcanza el nivel de consumación cuando el agente logra

efectivamente sustraer el o los objetos requisados por la autoridad competente. Se requiere

que el autor o sujeto activo haya separado el bien de la esfera de custodia de la

administración.

Es un delito de mera actividad, pues se perfecciona con el simple sustraer el bien no

requiriéndose acreditar un real daño o perjuicio al Estado. Es un delito de comisión

instantánea, es decir, se perfecciona en el instante que el agente logra la sustracción del

objeto requisado.

La acción de sustracción, sin duda, puede quedarse en el grado de tentativa. Ello se

configura cuando el agente, en instantes en que se dispone a sustraer el objeto requisado

Por autoridad competente, es descubierto.

3. PENALIDAD:

El autor del delito de sustracción de objetos requisados por autoridad competente, será

sancionado con Pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años.
Art.375. PERTURBACIÓN EN LUGARES DONDE LA AUTORIDAD EJERCE SU

FUNCIÓN PÚBLICA

“El que causa desorden en la sala de sesiones del congreso o delas cámaras Legislativas, de las

Asambleas Regionales, de los Consejos Municipales o de los Tribunales de Justicia u otro lugar

donde las autoridades públicas ejercen sus funciones o el que entra armado en dichos lugares,

será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de un año a con prestación de servicio

comunitario de veinte a treinta jornadas”

1. TIPICIDAD OBJETIVA

De la lectura del tipo penal se evidencia que encierra dos conductas típicas o modalidades

delictivas claramente diferenciables. La primera se concreta cuando el agente causa desorden en

la Sala de sesiones del Congreso, de las Asambleas Regionales, de los Consejos Municipales o

de los Tribunales de Justicia u otro lugar donde estas autoridades públicas ejerzan sus funciones.

La segunda modalidad se configura cuando el agente ingresa armado a los citados recintos.

La primera modalidad se configura cuando el agente causa desorden en la sala de sesiones o

audiencias de las instituciones públicas que especifica el tipo penal. La conducta se concreta

cuando las instituciones públicas están en plena sesión o en su caso, en plena audiencia. Si no

hay sesión o audiencia, el delito no se verifica así el agente ingresa a las los citados recintos y

cause desorden en los bienes que allí se encuentren.

Parafraseando al jurista Rojas Vargas argumentamos que causar desorden es alterar o perturbar

el estado normal de las actividades en los recintos públicos indicados. El núcleo rector expresa
un resultado de desorden, esto es, de confusión, desasosiego, ocasionado con el comportamiento

del agente, y que indispone al desarrollo de las sesiones habituales. No interesa la forma como el

agente cause el desorden. Por ejemplo, puede ser anunciando la presencia de una bomba,

ingresando a viva voz, efectuando mítines, dirigiendo el desorden desde fuera, etc.

El recinto o lugar público donde se concreta la conducta delictiva será la habitual sala de

sesiones del Congreso, de las Asambleas Regionales, de los Consejos Municipales o la habitual

Sala de audiencias de los Tribunales de Justicia u otro lugar donde estas autoridades públicas

ejerzan sus funciones. Esta última frase debe interpretarse en el sentido que igual se verifica el

delito si el lugar a donde ingresa el agente a causar desorden no es la habitual Sala de sesiones o

audiencias sino otro lugar donde el Congreso, la Asamblea Regional o el Concejo Municipal ha

decidido sesionar. O en su caso, otro lugar donde el Tribunal de Justicia ha decidido realizar la

audiencia.

En parecido sentido Rojas Vargas enseña que la frase “otros lugares" es subsidiaria, es decir,

suple la deficiencia de no existir Sala de sesiones por otro recinto o lugar donde estas sesiones o

reuniones se realicen, o en un sentido más amplio también comprende a los lugares donde los

funcionarios públicos ejercen sus funciones de forma regular o excepcional (cárceles en el caso

de los tribunales, plazas públicas en el caso de los concejos municipales, etc.)

La segunda modalidad se verifica con el solo ingreso del agente armado en los recintos antes

citados, en circunstancias que se encuentran en plena sesión o audiencia los funcionarios o

servidores públicos del Congreso, la Asamblea Regional o el Concejo Municipal o un Tribunal

de Justicia.
Entrar armado es el acto de ingresar a los citados recintos premunido o portando un arma, es

decir, un instrumento como puede ser un revólver, metralleta, arcos, ballestas, puñales, hachas,

verduguillos, cuchillo, picos, martillos, vidrios, etc.

El arma puede ser propia o impropia (aparente). Lo que interesa es el aumento del poder agresivo

en el autor y, a su vez, la mayor intimidación que puede ejercer sobre los funcionarios si el

agente decide utilizarla.

Según la redacción del tipo penal, no se exige el real uso del arma en la ejecución del delito. Es

suficiente el simple enseñar, mostrar o blandir ante los funcionarios o servidores públicos que se

encuentran en sesión o en su caso, en audiencia. Si el agente, por el contrario, llera, oculta el

arma y en ningún momento los funcionarios que se encuentran en sesión o en audiencia lo

observan, el delito no se configura.

No debemos soslayar que el uso del arma puede ser tanto para ejercer violencia sobre la

autoridad, funcionario o servidor público como para amenazarlos.

2.1. Bien jurídico protegido

Sin duda aquí también se pretende proteger de manera genérica el correcto desarrollo o

desenvolvimiento de la administración pública, no obstante el bien jurídico específico lo

constituye el normal funcionamiento de las instituciones públicas importantes para el país.

Concretamente se protege la libertad del ejercicio funcional en cuanto al desarrollo ordenado y

normal de las actividades de las instituciones públicas como son el Congreso, las Asambleas

Regionales, los Concejos Municipales o los Tribunales de Justicia.


2.2. Sujeto activo

El sujeto activo o autor del delito en hermenéutica puede ser cualquier persona, tenga interés o

no en el asunto que se trate en la Sala de sesiones. El tipo penal no exige alguna cualidad

especial en el agente. Se trata de un delito común. Puede ser tanto un particular como un

funcionario o servidor público. Incluso, es común en la doctrina nacional sostener que sujeto

activo puede ser un funcionario o servidor público que pertenezca a la institución pública

especificada en el tipo penal.

2.3. Sujeto pasivo

El sujeto pasivo o agraviado siempre es el Estado. En tanto que las instituciones públicas

señaladas en el tipo penal que resultan afectadas en forma directa con el actuar del sujeto activo

se constituyen, como bien señala Rojas Vargas en específico, en los órganos agraviados. En tal

sentido, no tiene razón alguna Abanto Vásquez cuando, siguiendo al argentino Carlos Creus,

enseña que el sujeto pasivo está constituido por determinadas funcionarios públicos: los que

administran justicia o se encargan de representar d pueblo en la labor legislativa, nacional,

regional o local.

3. TIPICIDAD SUBJETIVA

De la redacción del tipo penal se concluye que se trata de un delito doloso, no cabe la comisión

por culpa. El agente con conocimiento que con su conducta causará desorden en la Sala de

sesiones o audiencias, voluntariamente actúa, toda vez que esa es su intención.

De la estructura de la fórmula legislativa se advierte que los supuestos delictivos que engloba el

delito en análisis solo será posible su comisión por dolo directo, pues al agente le guía la

intención o el ánimo de causar desorden en la Sala de sesiones o audiencias.


La circunstancias que el tipo penal no exija alguna finalidad especial que pretenda conseguir el

agente (frustrar la sesión, que no traten el tema que le interesa al agente, no lo sentencien si se

trata de un tribunal de justicia, etc.) con su actuar de modo alguno puede servir para sostener que

las modalidades requieren dolo eventual como argumenta Rojas Vargas. No debemos confundir

la figura del dolo como conocimiento y voluntad de realizar la acción u omisión dañosa, con lo

que en doctrina se conoce "elementos subjetivos adicionales al dolo'. Estos últimos no son más

que la finalidad u objetivo último que guía al sujeto activo para realizar su acción dolosa. No en

todos los delitos se exige la concurrencia de algún elemento subjetivo adicional al dolo para su

comisión. Por ejemplo, en las hipótesis delictivas en hermenéutica jurídica, el tipo penal no exige

la concurrencia de algún elemento subjetivo adicional al dolo. Pero sí es necesaria la

concurrencia de los elementos del dolo directo.

4. TENTATIVA Y CONSUMACIÓN

Aquí hay que diferenciar los dos supuestos delictivos que tipifica el tipo penal Artículo 375q del

Código Penal en análisis. En efecto, el primer supuesto es de resultado instantáneo, la conducta

del agente se perfecciona cuando el agente logra causar desorden en la Sala de sesiones del

Congreso Nacional, de la Asamblea Regional, del Concejo Municipal, o en la Sala de audiencias

de un Tribunal de Justicia.

En cambio, la segunda hipótesis delictiva se perfecciona con el solo ingreso del agente a la Sala

de sesiones del Congreso Nacional, de la Asamblea Regional, del Concejo Municipal, o en la

Sala de audiencias de un Tribunal de Justicia. Este último supuesto se trata de una conducta de

mera actividad. No se necesita acreditar que el agente haya logrado algún objetivo. Basta que se

verifique que ingresó portando algún arma.


En el primer supuesto, al tratarse de un delito de resultado, es perfectamente posible que se

quede en grado de tentativa. En tanto que en el segundo supuesto, al ser un delito de mera

actividad, no es posible la tentativa.

5. PENALIDAD

El agente luego del debido proceso, de ser encontrado responsable, penalmente será reprimido

con pena privativa de libertad no mayor de un año o con prestación de servicio comunitario de

veinte a treinta jornadas.

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