Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Todo deber moral que llevamos a cabo, no se efectúa sin su contenido de querer
perseverar en el ser, es decir de querer ser auténticamente humano, pero ese
querer, tiene un contenido singular, el individuo quiere ser mejor y cumplir con la
moral.
Toda moral cumple con lo que Savater señala que es el anhelo de excelencia del
ser humano, “de superación del nivel más bajo requerido, de ampliación y
potenciación máximas del proyecto humano.
Ahora bien, por qué algunos filósofos han hablado del arte de la existencia, porque
hay algo en la naturaleza humana que tiene que dimensionarse desde lo sensible,
por ejemplo Nietzsche habla de la “estética de la generosidad”. De ahí que casi todo
contenido estético tiene una dimensión ética.
Pues siguiendo las tesis de Nietzsche, éste considera que la ética más genuina, es
aquella que se deriva de la sobreabundancia personal, pues la ética ha de ser
producto de un regalo, pues ha de actuar moralmente porque es abundante de
riqueza interior, no porque tenga necesidad de ser aceptado socialmente, sino
porque su corazón es generoso o compasivo, porque está tan satisfecho/a, que va
a ser bondadoso o solidario o justo porque tiene abundancia espiritual.
La ética se debe al profundo cuidado que cada individuo ejerce sobre sí mismo.
Este rigor consigo mismo, es el que llevaba a cabo Sócrates. Por eso se requiere
de un diario personal, en donde el joven y la joven anote su más íntimos deseos,
así se va apropiando de su ser, para que él y ella misma decida qué es lo bueno y
lo malo para sí mismo/a.
El ejercicio espiritual entre los griegos era la parresia, y esto significa cuidarme,
porque significa que siempre voy a vigilarme para ser verdadero/a.
“Si no me amo a mí mismo/a, no sabré amar a nadie ni a nada, puesto que todo lo
que amo lo amo por su relación conmigo, como ampliación y consecuencia del amor
que me tengo”. Esto no significa que nos cerramos en nosotros mismos, quiere decir
que la substancia de que estamos hechos que es el amor, tiene que brotar de
nosotros mismos para dar amor a los demás, ¿de dónde emanaría esa fuente de
dádiva, de generosidad, de compasión, si no habita en el propio individuo singular?.
Miguel de Unamuno dice “¿egoísmo decís? Nada hay más universal que lo
individual” . Ya que el verdadero amor de cada uno/a, tiene que ser también amor
de todos. La verdad es que cuando no somos capaces de amar a los otros, es
porque no nos amamos a nosotros, y porque en todo caso, no tenemos la valentía
de amarnos a nosotros mismos.
El amor propio ha de surgir por la reflexión moral, el que se corrija a sí mismo de las
contradicciones y errores propias del egoísmo. Pues los actos desleales,
antimorales, la violencia, el orgullo, la ingratitud, no podrán nunca ser legítimos
moralmente hablando, ya que estos sentimientos destruyen la vida.
La moral surge del amor propio, porque como dice Stirner, el amor me hace feliz,
entonces amamos a los demás por un sentimiento de dicha íntimo, que nos hace
bien a todos. El amar no es una obligación, así eros nos hace humanos, porque a
partir del amor puedo ser yo misma/o y prodigar alivio o cuidado a los otros.